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GUIA N° 2
RESUMEN
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El presente trabajo constituye una guía para la formulación y aplicación de un Programa de Intervención
Comunitaria (PIC), siguiendo una secuencia de nueve fases basado en los planteamientos de la Educación
Popular, la Psicología Comunitaria y el enfoque humanista y participativo de la labor del psicólogo.
Pretende ofrecer al alumno un recurso de apoyo, una herramienta didáctica para saber cómo hacer, para
desarrollar las actividades de intervención psicológica comunitaria; contiene las pautas para el contacto y
encuentro con la comunidad y las pautas para su elaboración, ejecución y evaluación.
Palabras clave: Programa de intervención comunitaria, fases secuenciales, educación popular, psicología
comunitaria, comunidad.
ABSTRACT
This paper is a guide for the development and implementation of a community intervention program (PIC),
a sequence of nine phases based on the approaches of Popular Education, Community Psychology and
humanistic approach and participatory work of psychologist. It aims to offer students a supportive
resource, a teaching tool for how to do, to develop the activities of community psychological intervention;
contains guidelines for contact and meeting with the community and guidelines for its development,
implementation and evaluation.
PRESENTACION
Esta guía tiene por finalidad proporcionar al estudiante de psicología las herramientas para el saber hacer,
puesto que en toda profesión y actividad seria, es fundamental el saber cómo hacer las cosas; el dominio
de la teoría y la técnica a aplicar, implica el conocimiento teórico complementada por la habilidad
práctica que deviene en una experiencia significativa. El saber, el conocimiento, la ciencia es indispensable;
pero no el saber como mera acumulación de información, sino el saber dinámico, vivo, que brota de la
síntesis de teoría y práctica; el saber que esté estrechamente unido a la vida real, surgido en íntima
conexión con ella y proyectada hacia ella; el saber que coincida con una manera de ser y de vivir con los
otros, con la comunidad.
Para ello se plantea la necesidad, de partir de la aproximación, del contacto y conexión con la comunidad;
de detenerse en una mirada amplia y flexible de la realidad, en el deseo de conocer más directamente ese
contexto donde están todos los fenómenos o procesos sociales, que desarrollan y establecen los seres
humanos en un espacio y un tiempo determinado; de tener la mejor disposición y poner en juego su
capacidad de análisis y reflexión para comprender los problemas que afronta la sociedad o una
determinada comunidad en lo político, social, económico y cultural; de entender que la búsqueda y el
planteamiento de posibles soluciones es viable si se hace de manera conjunta y compartida con los mismos
actores sociales involucrados.
No creo que sea posible hacer una intervención sin el conocimiento cabal del escenario social en el que se
va actuar; sin conocer el contexto territorial donde se halla asentada la comunidad, sin conocer su historia
es decir cómo se han formado y desarrollado a través del tiempo, sin conocer las diferentes estructuras
económicas, políticas, sociales y culturales; sin conocer sus usos y costumbres (idiosincrasia) de los
pobladores y la conformación de los diferentes grupos sociales, sin conocer las condiciones de educación y
salud. Por ello proponemos algunas interrogantes para cada uno de los indicadores que resultan
relevantes para el análisis situacional de una comunidad, y que el alumno puede adaptarlo o modificarlo
según sus necesidades específicas que surgen del contacto con una comunidad determinada.
Un aspecto importante a tener en cuenta es el concepto de intervención. Por lo general, se tiende a asociar
el término al modelo “experto – destinatario” que implica actuar de manera vertical y unilateral sin tomar
en cuenta la realidad ni las potencialidades de los sujetos de intervención; un modelo vertical, por muy
buenas que sean las intenciones y los deseos, puede tener un efecto perjudicial antes que benéfico. La
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intervención psicológica puede ser asumido como un conjunto de actividades y operaciones a través de las
que el profesional de la psicología, como agente de cambio, trata de modificar y mejorar el curso de los
acontecimientos en los individuos y en la sociedad; trata de buscar soluciones a los problemas u optimizar
procesos a partir de una serie de procedimientos llevados a cabo sistemáticamente; trata de promover la
participación de la gente animándolos a compartir conocimientos, habilidades, experiencias e ideas, de
manera horizontal. El proceso de planificación siempre será un proceso continuo de aprendizaje.
Para que la Intervención Comunitaria desde la Psicología sea eficaz, es necesaria la implicación de todos
los actores sociales, los psicólogos como interventores comprometidos y los miembros o colectivos de la
comunidad como actores involucrados a fin de que los últimos cobren autonomía en la toma de decisiones
y logren ejercer control sobre sus vidas basados en el libre acceso a la información, la participación
inclusiva, la responsabilidad y el desarrollo de capacidades, asumiéndose al mismo tiempo como sujetos
de derechos y deberes, buscando romper y superar el estado de precariedad económica y material para
promover el desarrollo de capacidades individuales y colectivas en el marco de relaciones armónicas
consigo mismo y con los demás, en todos los escenarios de su vida cotidiana.
Finalmente es preciso señalar, que la presente guía no pretende ser una receta ni un cartabón, por el
contrario es un conjunto de ideas basado en la experiencia y en el aporte de otros estudiosos, que tiene el
propósito de invitar a la exploración, al descubrimiento, al encuentro, al contacto, al diálogo con las
personas de las comunidades, de las organizaciones de base, de los movimientos sociales. Seguramente
algunas ideas pueden resultar discutibles y acaso no sean pertinentes en todos los escenarios de
intervención; como toda propuesta, esta guía está sujeta a crítica, por ello pedimos a los alumnos que
duden, que cuestionen, que ejerzan el valor de la criticidad y que asuman el reto de modificarla, de
adaptarla, de tal manera que tenga sentido para la gente y las necesidades de su contexto, donde
pretenden intervenir.
“El término comunidad tiene su origen en el vocablo latino communitas, se refiere a un conjunto, una
asociación o un grupo de individuos, …, que comparten elementos, intereses, propiedades u objetivos en
común, por ejemplo, el idioma, las costumbres, la visión del mundo, los valores, las creencias, la ubicación
geográfica (país, ciudad, barrio, vecinos), las tareas (cuarteles, cárceles), el trabajo (empresa), los estudios
(escuelas, universidades), el estatus social, los roles, la edad, los problemas y/o los intereses. El término
puede referirse a una comunidad no estructurada (concepción individualista) o estructurada (concepción
holística) en la cual existe un alto grado de sentimiento y un intenso espíritu de comunidad, y los
individuos se encuentran en igualdad de términos, por tanto, existe un sentimiento de proximidad y gran
igualdad social”
F. Cruz y Aguilar (2002) señalan: “Otras conceptualizaciones destacan el aspecto psicológico, considerando
la comunidad como sentimiento o conciencia de pertenencia. (…). Añaden, “debemos recordar que Hillery
examinó en 1954, un total de 94 definiciones del término (comunidad), hallando en 69 de ellas tres
elementos comunes:
- una localidad geográfica, - relaciones y lazos comunes, - interacción social. Los autores mencionan al
belga Rudolf Rezsohazy (1985), entre los autores europeos que conceptualizan el término comunidad
desde el punto de vista operativo de la intervención caracterizándola con tres elementos principales: el
espacio o territorio, el conjunto de personas que viven en él manteniendo relaciones múltiples e intereses
en común, y el sentimiento de pertenencia a la misma”. “Por último” citan a la Organización Mundial de la
Salud – OMS(1989), que define una comunidad como: “las personas que comparten intereses comunes y
que se sienten unidas. En una comunidad, la gente suele compartir valores comunes, y aceptan ciertas
formas de conducta como normales para todos sus miembros. (…) “. Según Cruz y Aguilar, la definición de
la OMS, implica que, para determinar una comunidad no basta el componente territorial: el conjunto de
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personas que tienen vivencia o sentimiento de pertenencia es clave. Una definición de este tipo permite,
además, la existencia de varias comunidades en un mismo espacio geográfico”.
Por tanto la intervención comunitaria “puede entenderse como una serie de acciones o influencias -sean
éstas planificadas o no planificadas- dirigidas a problemas que se manifiestan dentro de los sistemas y
procesos sociales que inciden en el bienestar psicológico y social de los individuos y grupos sociales, cuyos
objetivos incluyen la resolución de problemas y/o el desarrollo psicosocial, mediante la utilización de
estrategias situadas en diferentes niveles (adaptado de A. Sánchez Vidal, 1993).
Se dice también que la intervención comunitaria “es un sistema que fundamenta, sistematiza y ordena la
intervención socioeducativa global, orientada a priorizar y satisfacer las necesidades de desarrollo o de
asesoramiento detectadas en los distintos destinatarios de dicha intervención, y cuya elaboración se lleva a
cabo con la participación (de ellos mismos).
La psicología comunitaria no actúa con individuos aislados, ni siquiera con grupos aislados: el trabajo es
siempre con grupos, comunidades u organizaciones en sus contextos sociales, culturales e históricos. Por
otro lado lo que se espera que la población objetivo participe al máximo en todas las etapas del proceso
de intervención. Se parte de las necesidades reales de la población, se definen con la población los
objetivos, las estrategias, se realizan las acciones y se evalúa con los implicados. La psicología comunitaria
prioriza la intervención con los colectivos más desfavorecidos, excluidos de la sociedad o en riesgo de
exclusión.
Cruz y Aguilar subrayan que la “psicología comunitaria surge con una vocación claramente aplicada, surge
para intervenir sobre los problemas comunitarios y buscar soluciones, donde la investigación es el punto
de referencia para la acción”.
“Esta integración fundamental entre teoría y práctica está muy bien reflejada en la definición de psicología
comunitaria que presenta Sánchez (1990): ‘un campo de estudio de la relación entre sistemas sociales
entendidos como comunidades y el comportamiento humano y su aplicación interventiva a la prevención
de los problemas psicosociales y el desarrollo humano integral, desde la comprensión de sus
determinantes socioambientales y a través de la modificación racional (consciente y generalmente
planificada) de esos sistemas sociales, de las relaciones psicosociales en ellas establecidas y del desarrollo
de la comunidad”.
I.- PRESENTACION:
Viene a ser una descripción sintética del Programa de Intervención, entendido éste como “una
propuesta de acción asumida por un actor social para intervenir sobre situaciones planteadas como
necesidades, o una situación problemática y transformarla en una situación favorable, dentro de un
horizonte de tiempo definido, utilizando para este propósito recursos de diferente naturaleza” (Cuba
Oré, 2002). Por lo general su redacción es al final de todo el proceso de planificación.
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- Qué Institución o Equipo de Trabajo (actor social) ha organizado y realizará la intervención.
- Qué denominación tendrá el programa.
- Qué se quiere hacer, con qué propósito o finalidad superior ha sido elaborado, es decir en qué
aspecto fundamental se quiere contribuir, en suma, para qué queremos hacerlo.
- Quiénes constituyen la población objetivo, es decir a qué grupo etario o población específica está
dirigido, o quiénes van a ser los beneficiarios de la intervención.
- Cuándo se ejecutará, en qué plazo de tiempo, a razón de cuántas horas por semana.
- Dónde tendrá lugar, en qué espacios se desarrollará.
- Con qué se va hacer. Con qué tipo de apoyo se cuenta y de quiénes, es preciso nombrar el apoyo
de las organizaciones o de la propia comunidad (Escuela, USE, Organización Popular, etc).
II.- FUNDAMENTACION:
Para poder identificar las necesidades o problemas que afectan a la población o grupo humano
que viene a ser el foco de nuestro interés es indispensable conocer muy bien la realidad en la que
se halla inmersa.
Es necesario tener claro un marco de referencia que contemple las características del distrito o de
la Comunidad Local donde se van a realizar las actividades y cómo éstas están relacionadas con
los problemas que afectan al grupo poblacional con el que queremos trabajar y también con la
situación macro del país, toda vez que la SALUD es un componente transversal a todos los factores
que se tratan de explicitar a continuación.
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- Clima, variaciones o diversidad, señalando si es que tienen una influencia significativa en la salud.
- Facilidad de acceso. Vías de comunicación, tipos de transporte, condiciones operativas.
- Población Total. Distribución por sexo y edad, en el distrito o localidad con datos del Censo
Nacional.
- Ubicar la dimensión demográfica local en el marco de la distrital y ésta dentro del marco nacional,
realizar cálculos porcentuales.
- Tasas de natalidad y mortalidad materna, mortalidad infantil y mortalidad en general.
- Tasas de crecimiento poblacional.
- Grupos poblacionales de mayor riesgo: Infantes, niños (población escolar), adolescentes, mujeres en
edad fértil, ancianos.
- Grupos poblacionales que requieren atención de salud mental.
- Proceso migratorio, su poblamiento obedece a un crecimiento natural o a un proceso migratorio.
Cómo ha tenido lugar el proceso migratorio, etapas.
- Cuál es o ha sido la intensidad y dirección de las corrientes migratorias.
- Grupos poblacionales (estimados porcentuales) que reciben atención del Ministerio de Salud, de la
Seguridad Social y atención del sector privado.
Esta información es vital para poder conducir el proceso de trabajo dirigido a la identificación de
necesidades o problemas.
No debe olvidarse que también deberá ponerse el suficiente interés para identificar todo lo
relacionado no sólo con los problemas y necesidades sino también con las potencialidades de la
población o comunidad en la que se pretende intervenir.
Deberá acudirse a Municipios; Centros de Salud; INEI; Centros Educativos, USEs, otros
organismos estatales y no estatales, publicaciones, libros, investigaciones.