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SEGUNDA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL TRANSITORIA

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

CASACIÓN LABORAL N° 11709-2015


LIMA
Reposición por despido incausado
PROCESO ABREVIADO-NLPT

SUMILLA: El principio de inmediatez tiene


por objeto la protección del trabajador en los
casos de despido individual por causas
relacionadas con su conducta o capacidad,
estableciendo una limitación al despido a
través de la exigencia de una relación
causal y de contemporaneidad entre éste y
el hecho que lo causa.

Lima, veintiocho de noviembre de dos mil diecisiete

VISTA la causa número once mil setecientos nueve, guion dos mil quince, guion LIMA, en
audiencia pública de la fecha; y producida la votación con arreglo a ley, se emite la
siguiente sentencia.

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del recurso de casación interpuesto por la empresa demandada, Compañía


Minera Atacocha S.A.A., mediante escrito presentado con fecha dos de junio de dos mil
quince, que corre en fojas ciento noventa y siete a doscientos nueve, contra la Sentencia
de Vista de fecha doce de mayo de dos mil quince, que corre en fojas ciento ochenta y
cuatro a ciento noventa, que confirmó la Sentencia apelada de fecha dieciséis de mayo
de dos mil catorce, que corre en fojas ciento cuarenta y cinco a ciento cincuenta y tres,
que declaró fundada la demanda; en el proceso abreviado laboral seguido por el
demandante, Indalecio Arroyo Córdova, sobre reposición por despido incausado.

CAUSAL DEL RECURSO:

Mediante resolución de fecha siete de agosto de dos mil diecisiete, que corre en fojas
ochenta y cinco a noventa y uno del cuaderno de casación, esta Sala Suprema ha
declarado procedente el recurso interpuesto por la demandada, por la causal de
infracción normativa por interpretación errónea del literal e) del artículo 25° y del
artículo 31° del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de
Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el Decreto Supremo N° 003-
97-TR , correspondiendo a esta Sala Suprema emitir pronunciamiento de fondo sobre la
citada causal.

CONSIDERANDO:

Primero: Dispositivos legales en debate.


A fin de proceder al análisis de las normas amparadas debemos conocer el contenido de
sus disposiciones, en ese sentido el literal e) del artículo 25° del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo N° 72 8, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado
por el Decreto Supremo N° 003-97-TR, dispone lo siguiente:

“Artículo 25°.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes


esenciales que emanan del contrato, de tal índole, que haga irrazonable la
subsistencia de la relación. Son faltas graves:

[…]
e) La concurrencia reiterada en estado de embriaguez o bajo influencia de drogas
o sustancias estupefacientes, y aunque no sea reiterada cuando por la naturaleza
de la función o del trabajo revista excepcional gravedad. La autoridad policial
prestará su concurso para coadyuvar en la verificación de tales hechos; la negativa
del trabajador a someterse a la prueba correspondiente se considerará como
reconocimiento de dicho estado, lo que se hará constar en el atestado policial
respectivo”.
[…]

Por su parte el artículo 31° del citado dispositivo legal, señala:

“Artículo 31°.- El empleador no podrá despedir por causa relacionada con la


conducta o con la capacidad del trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo
razonable no menor de seis días naturales para que pueda defenderse por escrito
de los cargos que se le formulan, salvo aquellos casos de falta grave flagrante en
que no resulte razonable tal posibilidad o de treinta días naturales para que
demuestre su capacidad o corrija su deficiencia.

[…]
Tanto en el caso contemplado en el presente artículo, como en el Artículo 32º,
debe observarse el principio de inmediatez”. (Énfasis propio)

Segundo: De la pretensión demandada y pronunciamiento de las instancias de


mérito.

Con la finalidad de establecer si en el caso de autos se ha incurrido o no en la infracción


reseñada precedentemente, es necesario realizar las siguientes precisiones fácticas sobre
el proceso, para cuyo efecto se puntualiza un resumen de la controversia suscitada así
como de la decisión a las que han arribado las instancias de grado.

a) De la pretensión demandada: Se verifica del escrito de demanda, interpuesto por don


Indalecio Arroyo Córdova, con fecha dieciocho de octubre de dos mil trece, que corre en
fojas ochenta y tres, que solicitó al órgano jurisdiccional ordene la reposición en su puesto
de trabajo en calidad de operador de equipo pesado 2da, al haber incurrido la empresa
demandada, Compañía Minera Atacocha, con fecha dieciocho de setiembre de dos mil
trece, en un despido incausado y con vulneración del principio de inmediatez.

b) Sentencia de primera instancia: Mediante Sentencia de fecha dieciséis de mayo de


dos mil catorce, que corre en fojas ciento cuarenta y cinco a ciento cincuenta y tres, el
Juez del Segundo Juzgado de Trabajo Permanente de la Corte Superior de Justicia de
Lima, declaró fundada la demanda, ordenando que la emplazada, Compañía Minera
Atacocha S.A.A., cumpla con reponer al demandante en el puesto que venía ostentando
hasta la fecha de su despido o en uno de similar naturaleza y categoría, señalando el
juzgador como fundamentos de su decisión lo siguiente: i) la apertura del procedimiento
previo al despido del actor se produjo el seis de setiembre de dos mil trece, esto es dos
meses después de producido los hechos imputados como falta grave, esto es el trece de
julio de dos mil trece, que desencadenaron la extinción de la relación laboral, lo que
vulnera el principio de inmediatez y con ello el contenido esencial en su faz formal del
derecho al debido proceso; ii) en la audiencia de juzgamiento el representante de la
demandada ha admitido que el demandante a la fecha de producido los hechos no tenía
la condición de operador de equipo pesado de segunda, por lo que queda descartado que
el actor el trece de julio de dos mil trece resultaba responsable de la operación de
máquina pesada al interior de mina; iii) en consecuencia, la excepcional gravedad
derivada de sus supuestas labores como operador de equipo pesado de segunda deviene
liminarmente inexistente al no desempeñar el actor dicho cargo al trece de julio de dos mil
trece, correspondiendo su reposición.

c) Sentencia de segunda instancia: Por su parte, el Colegiado Superior de la Cuarta


Sala Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima, en virtud a la
apelación planteada por la empresa demandada, confirmó la Sentencia apelada que
declaró fundada la demanda, señalando como argumentos de su decisión lo siguiente: i)
en la Audiencia de Juzgamiento el representante de la demandada manifestó que el
demandante a la fecha de producido los hechos no tenía la condición de Operador de
Equipo Pesado de 2da., manifestando el actor que a partir del mes de junio de dos mil
trece la demandada dispuso el cambio de sus funciones relacionada a la limpieza,
mantenimiento y logística, conforme se verifica de las instrumentales de fojas seis a
setenta y dos, alegación que no ha sido contradicho por la demandada; ii) la demandada
lejos de acreditar el supuesto de hecho antijurídico que propuso en la carta de despido, ha
hecho mención a otros supuestos de hecho que no formaron parte de la imputación,
alterando con ello el derecho de defensa del actor y con ello poniendo en evidencia que
no le es posible acreditar el supuesto que justificó el despido del actor, esto es que el
trabajador se presentó a laborar en estado de embriaguez cuando por su función o puesto
de trabajo esta situación revestía de excepcional gravedad por los daños que pudiera
haber generado para sí y terceros; iv) la demandada tomo conocimiento del estado de
embriaguez del actor el trece de julio de dos mil trece, debiendo de iniciar el proceso de
investigación a partir de la citada fecha y no esperar casi dos meses para determinar la
comisión de una falta grave, omisión con la cual la demandada ha perdonado la falta
cometida.

Tercero: Contenido constitucional del derecho al trabajo.

El artículo 22° de la Constitución Política el Perú establece que: “El trabajo es un deber y
un derecho. Es base del bienestar social y medio de realización de una persona”;
asimismo, el artículo 27° prescribe: “La Ley otorga al trabajador adecuada protección
contra el despido arbitrario”. Al respecto el Tribual Constitucional ha establecido en la
Sentencia N° 11 24-2001-AA/TC, de fecha once días del mes de julio de dos mil dos, que
el contenido esencial del derecho al trabajo implica dos aspectos: el de acceder a un
puesto de trabajo y el derecho a no ser despedido sino por causa justa. En el primer caso,
el derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a
que la población acceda a un puesto de trabajo y su satisfacción implica un desarrollo
progresivo y según las posibilidades económicas del Estado. El segundo aspecto supone
la proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
Cuarto: El despido como causal de extinción de la relación laboral.

El acto de despido consiste en prescindir de los servicios de un trabajador, constituyendo


en materia laboral como la decisión unilateral efectuada por el empleador de rescindir el
contrato de trabajo, la misma que puede ser por causa justificada o injustificada y/o
arbitraria, entendiéndose por arbitrariedad a la conducta o forma de actuar contraria a la
ley, a lo justo o equitativo.

En relación a ello, el despido debe estar fundado en una causa justa, por lo que se limita
el poder que tiene el empleador, dentro del elemento de la subordinación, tal es así que
nuestra legislación ha contemplado en el Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo
N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por Decreto Supremo
N° 003-97-TR, las causas justas de despido, bajo dos ámbitos: a) relacionadas con la
capacidad del trabajador; y b) relacionadas con la conducta del trabajador.

Quinto: El Principio de inmediatez en materia Laboral.

El Principio de Inmediatez contemplado en el artículo 31° del Decreto Supremo N° 003-


97- TR, Ley de Productividad y Competitivid ad Laboral, tiene por objeto la protección del
trabajador en los casos de despido individual por causas relacionadas con su conducta o
capacidad, estableciendo una limitación al despido a través de la exigencia de una
relación causal y de contemporaneidad entre éste y el hecho que lo causa. Supone que el
momento en que se produzca el despido debe guardar relación inmediata con aquél en el
cual el empleador conoció o comprobó la existencia de la falta cometida por el trabajador;
si bien no hay parámetros temporales exactos entre el conocimiento del hecho que motiva
el despido y la declaración del mismo, este plazo no debe ser muy prolongado a efectos
de librar al trabajador de una continua responsabilidad por infracciones pasadas. La
inobservancia del principio de inmediatez en un despido lejos de ser una simple omisión
formal, resulta una afectación directa al principio de causalidad del despido.

El Tribunal Constitucional en la Sentencia recaída en el Expediente N° 00543-2007-


PA/TC, ha señalado que para la aplicación de la sanción disciplinaria debe existir una
cercanía temporal entre el conocimiento de la falta por parte del empleador y la imposición
de la sanción, por cuanto el empleador tiene la facultad, pero no la obligación de imponer
la sanción de manera extemporánea lo cual atenta contra esta presunción y altera la
seguridad jurídica.

Por su parte, Blancas Bustamante sostiene que: “[…] así como la falta grave o el
incumplimiento del trabajador hace nacer a favor del empleador el derecho a despedir al
infractor, la decisión, expresa o tácita, de aquél de no ejercerlo determina la caducidad del
derecho. La voluntad tácita del empleador, en ese sentido, se manifiesta cuando teniendo
conocimiento indubitable de la infracción cometida, deja transcurrir el tiempo sin
reaccionar a dicho evento”.

Sexto: Análisis del caso concreto.

Dentro de las faltas imputadas por la demandada en la carta de despido de fecha seis de
setiembre de dos mil trece que corre en fojas setenta y siete, está la causal de cese del
actor referida a la comisión de falta grave prevista en el literal e) del artículo 25° del Texto
Único Ordenad o del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR, norma que establece que es falta
grave pasible de despido la concurrencia no reiterada en estado de embriaguez cuando
por la naturaleza de la función o del trabajo revista excepcional gravedad, manifestando la
demandada que el actor el día trece de julio de dos mil trece se presentó al trabajo en
estado de embriaguez, cuando por la función que desempeñaba, Operario de Máquina
Pesada 2da., revestía de excepcional gravedad por los daños que pudiera haber causado
para sí, sus compañeros y terceros.

Sétimo: La empresa recurrente sostiene en su recurso de casación, que el Colegiado


Superior ha interpretado erróneamente el literal e) del artículo 25° del Texto único
Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral,
aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR, en razón de que el demandante había sido
designado como Operador de Equipo Pesado de 2da, siendo evidente que la naturaleza
de la función o del trabajo que desempeñaba revestía excepcional gravedad por lo que no
era necesario que se verifique la concurrencia reiterada en esta de embriaguez a efectos
de que se configure la falta grave.

Octavo: Al respecto debemos decir que la demandada a través de su representante ha


admitido en la Audiencia de Juzgamiento que el demandante a la fecha de acaecido los
hechos imputados como falta grave, no tenía la condición de Operador de Equipo Pesado
de 2da., sino venía ejerciendo las labores de limpieza, mantenimiento y logística dentro de
la empresa, conforme se encuentra acreditado con las instrumentales denominados
IPERC CONTINUO que corren de fojas seis a setenta y dos, situación que no ha sido
negado por la recurrente en su escrito de contestación a la demanda, con lo que queda
descartado que el actor el día trece de julio de dos mil trece, tenía la condición de operario
de maquinaria pesada al interior de mina, cargo que indebidamente le ha atribuido la
recurrente al actor como supuesto de excepcional gravedad en la carta de imputación de
cargos y de despido.

Noveno: Asimismo de la revisión del expediente, se verifica a fojas ciento cuatro el


Informe N° 079/G4SPERU S.A.C/2013, de fecha trece de julio de dos mil trece, en la que
el Supervisor de la empresa de seguridad da cuenta al Gerente General de la Unidad
Minera Atacocha, respecto al incidente ocurrido el día trece de julio de dos mil trece,
señalando que el agente de turno, señor Ángel Aníbal Peña Salazar, en el control de
rutina detectó que el demandante, trató de ingresar a laborar con síntomas de ebriedad,
invitándole a pasar el respectivo control de Alcotest prueba que dio como resultado 1.23
mml, de alcohol en la sangre, hecho que fue comunicado en el mismo día a los directivos
de la empresa, siendo uno de ellas la Licenciada María Dávila Pineda en su calidad de
Supervisora de Recursos Humanos y Administración de la empresa, iniciando la
demandada el procedimiento de despido el seis de setiembre de dos mil trece, conforme
aparece de la carta de imputación de cargos de fojas setenta y tres, procediendo al cese
del actor con fecha dieciocho de setiembre del citado año.

Décimo: Al respecto, si bien es cierto nuestra legislación laboral no ha señalado plazos


de prescripción para que el empleador haga uso de su derecho de despedir al trabajador;
sin embargo, entre la fecha de la comisión de la falta grave y el despido tiene que mediar
un intervalo prudencial, situación que no ha ocurrido en el presente caso, toda vez que se
desprende de lo expuesto precedentemente que la demandada como consecuencia de la
falta imputada, inició acciones administrativas a efectos de determinar la responsabilidad
del demandante recién el seis de setiembre de dos mil trece, esto es un mes y
veinticuatro días después de sucedido los hechos, y no al día siguiente de conocido los
hechos, si contaba con información suficiente para aperturar el procedimiento de despido,
esto es el resultado de alcoholemia que arrojó 1.23 mml de alcohol en la sangre y la
propia aceptación del demandante de haber consumido licor, situación que contraviene el
principio de inmediatez.

Décimo Primero: Por los fundamentos expuestos, esta Sala Suprema concluye que el
Colegiado Superior de la Cuarta Sala Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia
de Lima, no ha incurrido en la causal de infracción normativa por interpretación errónea
del literal e) del artículo 25° y del artículo 31° del Texto Único Ordenado del Decreto
Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el
Decreto Supremo N° 003-97-TR ; razón por la cual, la causal denunciada deviene en
infundada.

Por estas consideraciones;

FALLO:

Declararon INFUNDADO recurso de casación interpuesto por la empresa demandada,


Compañía Minera Atacocha S.A.A., mediante escrito presentado con fecha dos de junio
de dos mil quince, que corre en fojas ciento noventa y siete a doscientos nueve; en
consecuencia, NO CASARON la Sentencia de Vista de fecha doce de mayo de dos mil
quince, que corre en fojas ciento ochenta y cuatro a ciento noventa; ORDENARON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano” conforme a ley; en
el proceso abreviado laboral seguido por el demandante, Indalecio Arroyo Córdova,
sobre reposición por despido incausado; interviniendo como ponente el señor juez
supremo Arévalo Vela; y los devolvieron.

S.S.
ARÉVALO VELA

MAC RAE THAYS

RUBIO ZEVALLOS

RODRÍGUEZ CHÁVEZ

DE LA ROSA BEDRIÑANA
CASACIÓN LABORAL N° 17148-2016, SULLANA

Nulidad de despido y pago de beneficios sociales – PROCESO ORDINARIO

Lima, quince de agosto de dos mil diecisiete

VISTA; la causa número diecisiete mil ciento cuarenta y ocho, guion dos mil dieciséis,
guion Sullana, en audiencia pública de la fecha; interviniendo como ponente, la señora
jueza suprema Rodríguez Chávez, con la adhesión de los señores jueces supremos:
Chaves Zapater, Calderón Puertas y De La Rosa Bedriñana; el voto en discordia del
señor juez supremo Malca Guaylupo, con la adhesión de los señores jueces supremos
Arévalo Vela e Yrivarren Fallaque; y el voto en discordia del señor juez supremo Rodas
Ramírez; y luego de producida la votación con arreglo a ley, se emite la siguiente
sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandante, Nicolás Javier Córdova
Navarro, mediante escrito presentado el catorce de julio de dos mil dieciséis, que corre en
fojas trescientos noventa y uno a cuatrocientos tres, contra la Sentencia de Vista de
fecha veinte de junio de dos mil dieciséis, que corre en fojas trescientos setenta y ocho a
trescientos ochenta y seis, que confirmó la Sentencia apelada de fecha doce de mayo de
dos mil quince, que corre en fojas trescientos diez a trescientos veintiséis, que declaró
infundada la demanda; en el proceso ordinario laboral seguido con la demandada, Diving
del Perú S.A.C., sobre nulidad de despido y pago de beneficios sociales.

CAUSALES DEL RECURSO:

El recurrente denuncia como causales del recurso las siguientes:

i) Interpretación errónea del literal e) del artículo 25° del Decreto Supremo N° 003-
97-TR;
ii) Vulneración del principio de igualdad de trato o de no discriminación;
iii) Infracción normativa del numeral 5) del artículo 139° de la Constitución Política
del Perú.

CONSIDERANDO:

Primero: El recurso de casación es un medio impugnatorio extraordinario, eminentemente


formal, y que procede solo por las causales taxativamente prescritas en el artículo 56° de
la Ley N° 26636, Ley Procesal del Trabajo, modificado por el artículo 1° de la Ley N°
27021, las mismas que son: a) La aplicación indebida de una norma de derecho material,
b) La interpretación errónea de una norma de derecho material, c) La inaplicación de una
norma de derecho material, y d) La contradicción con otras resoluciones expedidas por la
Corte Suprema de Justicia o las Cortes Superiores, pronunciadas en casos objetivamente
similares, siempre que dicha contradicción esté referida a una de las causales anteriores.
Segundo: Asimismo, conforme a lo previsto en el artículo 58° de la Ley N° 26636, Ley
Procesal del Trabajo, modificado por el artículo 1° de la Ley N° 27021, es requisito que la
parte recurrente fundamente con claridad y precisión las causales descritas en el artículo
56°de la mencionada ley, y según el caso sustente: a) Qué norma ha sido indebidamente
aplicada y cuál es la que debió aplicarse, b) Cuál es la correcta interpretación de la
norma, c) Cuál es la norma inaplicada y por qué debió aplicarse y d) Cuál es la similitud
existente entre los pronunciamientos invocados y en qué consiste la contradicción;
debiendo la Sala Casatoria calificar estos requisitos y si los encuentra conformes, en un
solo acto, debe pronunciarse sobre el fondo del recurso. En el caso que no se cumpla con
alguno de estos requisitos, lo declarará improcedente.

Tercero: El actor formula en su demanda, presentada el nueve de enero de dos mil trece
que corre en fojas cuarenta y siete a sesenta y cinco, como pretensión principal la
reposición a su puesto de labores por haber sido despedido de forma fraudulenta; y como
pretensión subordinada, el pago de la indemnización por despido arbitrario por la suma de
treinta y seis mil novecientos sesenta y siete con 50/100 soles (S/. 36,967.50), así como el
pago de intereses generados, las costas y costos del proceso.

Cuarto: El demandante interpone recurso de casación, denunciando las siguientes


causales:

(…) iv) Interpretación errónea del literal e) del artículo 25° del Decreto Supremo N°
003-97-TR;
v) Vulneración del principio de igualdad de trato o de no discriminación;
vi) Infracción normativa del numeral 5) del artículo 139°de la Constitución Política
del Perú.

Quinto: Análisis de las causales:

5.1 En relación a la causal señalada en el ítem i) existe una sustentación clara y precisa
de las razones por las que se habría configurado la infracción de la norma invocada,
demostrándose la incidencia que ello tendría respecto del fallo emitido por el Colegiado
Superior, ciñéndose a las exigencias que establece el artículo 58° de la Ley Procesal del
Trabajo, Ley 26636; razones por la cual esta causal deviene en procedente.

5.2 En relación a la causal señalada en el ítem ii) debe mencionarse que el recurrente no
formula esta causal cumpliendo con los requisitos de forma y fondo que señala la Ley
N°26636, Ley Procesal del Trabajo. Así, el presente recurso no se sostiene en ninguna de
las causales señaladas en el artículo 56° de la norma adjetiva laboral; razón por la cual
esta causal deviene en improcedente de conformidad con el artículo 58°de la Ley
Procesal del Trabajo, Ley 26636.

5.3 En relación a la causal señalada en el ítem iii) debe mencionarse que de acuerdo a la
Ley Procesal del Trabajo, Ley N°26636, el control casatorio recae en el análisis de la
correcta aplicación e interpretación de las normas materiales no así de las infracciones
procesales, y en tanto la causal denunciada versa sobre infracción de normas procesales
deviene en improcedente de conformidad con el artículo 57° de la Ley Procesal del
Trabajo, Ley N° 26636, modificado por la Ley N° 27021, máxime si en este caso, el
recurrente acusa ausencia de debida motivación en la sentencia de vista, por discrepar de
los argumentos de la Sala, los cuales, aun no compartiéndolos, a nuestro entender, sí
satisfacen los estándares de motivación suficiente.

Sexto: Análisis de la causal declarada procedente:

6.1 Conforme a la causal de casación declarada procedente el presente análisis debe


circunscribirse a determinar si se ha infraccionado el literal e) del artículo 25° del
Decreto Supremo N° 003-97-TR. Al respecto debe precisarse que dicha norma tipifica
una falta grave cuando señala que:

Artículo 25.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes


esenciales que emanan del contrato, de tal índole, que haga irrazonable la
subsistencia de la relación. Son faltas graves: (…)

e) La concurrencia reiterada en estado de embriaguez o bajo influencia de drogas


o sustancias estupefacientes, y aunque no sea reiterada cuando por la naturaleza
de la función o del trabajo revista excepcional gravedad.

6.2 En la carta de despido de fecha veintinueve de noviembre de dos mil doce que corre
en fojas dieciséis a veintisiete, la demandada le imputó al recurrente la comisión de la
falta grave consistente en concurrir a su centro de trabajo en estado de embriaguez,
cuando por la función o naturaleza del trabajo le estuvo prohibido. Menciona la
demandada que el actor el día once de noviembre de 2012 el actor se presentó a su
centro de labores con 0.50 gr. de alcohol en la sangre, por lo se habría configurado la falta
grave que justifica el despido del recurrente.

Por su parte, el demandante, en su escrito postulatorio de fojas cuarenta y siete a sesenta


y cinco, sostiene que la demandada lo habría despedido de forma fraudulenta al haberle
imputado una falta inexistente ya que el día en que se produjeron los hechos, el actor no
iba a realizar sus labores de buzo, sino que le correspondía permanecer en la
embarcación ya que para ese día se había planificado su mantenimiento, por lo que su
estado no podía afectar o poner en riesgo su integridad ni la de sus compañeros. Ha
precisado entonces, el recurrente, que considera fraudulento su despido porque el día de
los hechos no realizó labores de buzo por encontrarse en mantenimiento la embarcación y
siendo así, su estado no afectó a nadie.

6.3 La demandada, a través del escrito de contestación de demanda, que corre en fojas
ciento setenta y seis a doscientos veinte, refiere que las labores del actor eran de alto
riesgo por lo que el hecho de que asistiera a laborar con ingesta de alcohol constituye una
falta grave y dicha situación en nada cambia si es que dicho día no realizó labores de
buzo, ya que los trabajos que se realizan en la empresa siempre requieren que todo el
personal se presente a laborar en óptimas condiciones.

6.4 Definición de despido fraudulento:

La jurisprudencia del Tribunal Constitucional a través de reiterados pronunciamientos que


restablecieron la protección restitutoria o de readmisión en el trabajo frente a despidos
producidos con lesión de un derecho fundamental o aquellos despidos claramente
abusivos o materializados con fraude, ha delimitado y definido lo que considera despido
fraudulento en el fundamento 15, c) de la sentencia del TC Nro.976-2001-A-A (Caso
Llanos Huasco) en los siguientes términos:

Se produce el denominado despido fraudulento, cuando:

Se despide al trabajador con ánimo perverso y auspiciado por el engaño, por ende,
de manera contraria a la verdad y la rectitud de las relaciones laborales; aun
cuando se cumple con la imputación de una causal y los cánones
procedimentales, como sucede cuando se imputa al trabajador hechos
notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios o, asimismo, se le atribuye una
falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad, como lo ha
señalado, en este último caso, la jurisprudencia de este Tribunal (Exp. N.° 415-98-
AA/TC, 555-99-AA/TC y 150-2000-AA/TC); o se produce la extinción de la relación
laboral con vicio de voluntad (Exp. N.° 628-2001-AA/TC) o mediante la fabricación
de pruebas.

En estos supuestos, al no existir realmente causa justa de despido ni, al menos,


hechos respecto de cuya trascendencia o gravedad corresponda dilucidar al
juzgador o por tratarse de hechos no constitutivos de causa justa conforma a la
ley, la situación es equiparable al despido sin invocación de causa, razón por la
cual este acto deviene lesivo del derecho constitucional al trabajo.

6.5 Conforme a lo anterior, el análisis de la causa petendi (los argumentos que sustentan
la pretensión) de un proceso de despido fraudulento, no es el despido causal en sí mismo,
esto es, su carácter justificado o no, con todo lo que ella implica, como por ejemplo la
proporcionalidad de la sanción, la intensidad de la lesión al principio de buena fe
contractual así como los elementos objetivos de la falta legalmente prevista. Ello es así
debido precisamente a que los supuestos de hecho configurativos del despido fraudulento
están dirigidos a sancionar conductas ilegítimas del empleador -por inconstitucionales- en
el ejercicio de sus poderes disciplinarios, sin que exista una causa real, verdadera,
subsistiendo en el fondo el ánimo de perpetrar una resolución del contrato de trabajo,
invocando una situación fáctica o jurídica aparente.

Que, lo dicho no implica que en el presente caso resulte totalmente irrelevante el análisis
de las imputaciones de falta grave; serán relevantes en la medida que satisfagan el objeto
principal de la controversia, definir si hay o no un despido fraudulento. Si el resultado de
tal análisis es negativo (lo que implicaría la desestimación de la pretensión principal sobre
despido fraudulento), recién corresponderá hacer un análisis del despido causal, en la
medida que se reclama como pretensión subordinada la de indemnización por despido
arbitrario.

6.6 Analizados hechos en el caso de autos, a la luz de las pruebas ofrecidas y actuadas,
tenemos que a fojas ciento sesenta y cuatro corre el Certificado de Dosaje Etílico N° 0035
del doce de noviembre de dos mil doce, en el que se registra como resultado del análisis
de la muestra de sangre del actor la cantidad de 0.50 gramos de alcohol por litro de
sangre. Acorde con ello, de la propia declaración del actor se concluye que éste se habría
presentado a laborar el día de los hechos, en estado etílico, de lo que se desprende que
no podría haber alegarse la imputación de una falta inexistente o imaginaria, por cuanto
los hechos sí ocurrieron y fueron objeto de análisis e investigación. En este punto, cabe
recordar que la última parte citada en líneas precedentes de la sentencia Llanos Huasco,
al definir el despido fraudulento, reitera que “al no existir realmente causa justa de despido
ni, al menos, hechos respecto de cuya trascendencia o gravedad corresponda dilucidar al
juzgador o por tratarse de hechos no constitutivos de causa justa conforme a la ley, la
situación es equiparable al despido sin invocación de causa”. En este caso, como ya se
ha visto, los hechos no son inexistentes sino admitidos por el propio recurrente, los que
han merecido una investigación y decisión por la empresa en ejercicio de su facultad de
dirección, que implica la facultad sancionadora, en consecuencia, no existe en este caso
despido fraudulento, por lo que no corresponde ampararse la pretensión de reposición
que fue formulada como pretensión principal.

6.7 Al haberse desestimado la pretensión principal, cabe emitir pronunciamiento respecto


de la pretensión subordinada de indemnización por despido arbitrario, que involucra el
análisis respecto de si se ha configurado o no la falta grave que justifique la decisión de
despido, vale decir, si los hechos imputados revisten tal gravedad que hagan imposible la
subsistencia del vínculo laboral.

De fojas veintiocho del expediente se advierte el Reporte Diario de Trabajo de Buceo,


documento que acredita que el día once de noviembre de dos mil doce la embarcación
donde laboraba el actor no salió del muelle por tener que reparar la máquina principal de
estribor. Dicha actividad, de acuerdo a las máximas de la experiencia, se realizan previa
planificación conforme a una programación efectuada con anterioridad, de ahí que resulta
verosímil la alegación del actor respecto a que la demandada le había informado que no
realizaría labores de buzo el referido día 11 de noviembre de dos mil doce. Abona a esta
conclusión el hecho de que en la Carta de Despido de fojas veintidós la demandada no
niega tajantemente haber comunicado al actor que no realizaría labores de buceo por
tener que realizar mantenimiento de la embarcación, sino que incide en el hecho de que
aun si fuese así, ello no implica que tendría el actor licencia para consumir alcohol, pues
la concurrencia al trabajo siempre debe ser en óptimas condiciones.

6.8 En este orden de ideas, debe tenerse presente que es un hecho aceptado la
concurrencia del actor al trabajo con síntomas de embriaguez, por lo que tomado el
dosaje etílico, éste arrojó la cantidad de 0.50 gramos de alcohol por litro de sangre,
debiendo establecerse si esta sola circunstancia justifica el despido del actor, sin que se
hubiese acreditado la reiterancia que requiere el inciso e) del artículo 25 del D.S.03-
97.TR. Cabe preguntarse entonces, si las labores de buzo, por la naturaleza de la función
que desempeñan, requiere o no la reiterancia exigida por el inciso e) del acotado art.25,
para materializarse la falta grave, o si, dadas las circunstancias del caso concreto, no era
necesario exigir tal reiterancia.

El profesor Carlos Blancas Bustamante, en su libro “El despido en el Derecho Laboral


Peruano, tercera edición, Juristas Editores, marzo – 2013, página 190” señala:

De todo cuanto se ha dicho, acerca del rol que cumpla la falta grave del trabajador
como causa de extinción legítima del contrato de trabajo, se infiere que la
conducta del trabajador en que aquella consiste, ha de reunir determinadas
características, suficientes para sustentar la validez de la decisión extintiva del
empleador. Ateniéndonos a lo que establece el Art. 25 de la LPCL, estos rasgos
son los siguientes: a) la infracción por el trabajador de los deberes esenciales que
le impone el contrato de trabajo, b) la gravedad de dicha infracción y c) la
culpabilidad del trabajador.
6.9 El mismo profesor en la página 194 de la obra citada, respecto a la gravedad de la
falta del trabajador, nos dice:

Resulta difícil definir en qué consiste la gravedad de un hecho o una conducta por
sí, a no ser por sus consecuencias (…) Así vista, en función de sus efectos en el
futuro de la relación laboral, la gravedad del incumplimiento en que incurre el
trabajador debe consistir en (citando a Pasco Cosmópolis) una lesión irreversible
al vínculo laboral, producida por acto doloso o culposo del trabajador que hace
imposible o indeseable la subsistencia de la relación laboral.

6.10 Ahora bien, el fundamento del Poder de dirección del Empleador se encuentra
reconocido en el artículo 59 de la Constitución, el cual señala que el Estado garantiza la
libertad de empresa, comercio, industria y estimula la creación de riqueza. En tal virtud le
corresponde al empleador organizar y dirigir su empresa a fin de lograr sus objetivos y
para ello goza del poder de dirección, que incluye la de organización del trabajo e impartir
las órdenes necesarias para ello, el jus variandi, que es el poder de modificar, con ciertos
límites, las condiciones laborales para un mejor desempeño y productividad y la facultad
disciplinaria, que le permite sancionar las faltas del trabajador en el desempeño de sus
funciones, faltas que perjudican el normal desarrollo de la producción, de los servicios o
las relaciones de trabajo. En este sentido, de acuerdo al tratadista ALONSO OLEA, el
poder de dirección del empleador es la facultad que confiere al empresario el contrato de
trabajo, para dar órdenes sobre el modo, tiempo y lugar de la ejecución del trabajo
(ALONSO OLEA, Manuel; CASAS BAAMONDE, María. Derecho del Trabajo. Editorial
Civitas. España 2001. Página 366). Sin embargo, el poder de dirección que goza el
empleador, no es un poder absoluto y arbitrario sino que está limitado por la Ley, los
convenios colectivos de trabajo, el contrato individual de trabajo y el reglamento interno de
trabajo. Por su parte, Blancas Bustamante, en el libro inicialmente citado en las páginas
186 y 187 señala:

Alonso Olea, en cambio asumiendo una posición integradora funda el derecho del
empleador al despido del Trabajador, tanto en la naturaleza contractual de la
relación de trabajo, cuanto en el poder disciplinario del empleador (… ) El despido
disciplinario es la resolución unilateral del contrato de trabajo por decisión del
empresario fundada en un incumplimiento previo del trabajador (… ) Dicho poder
disciplinario se gradúa en función de la gravedad de las faltas del trabajador y
culmina en el derecho de resolución unilateral, esto es, el despido (…)

6.11 En este orden de ideas y teniendo en cuenta que los hechos evidentemente ciertos y
admitidos como son la concurrencia del actor en estado de embriaguez o signos de ello,
apreciados en las circunstancias en que el actor tenía conocimiento que no iba a realizar
ese día labores de buzo por haberse programado el mantenimiento de la embarcación
donde laboraba, y que no se ha acreditado la reiterancia en esta conducta, es decir, no
existen antecedentes de que el recurrente hubiese llegado a laborar en estas condiciones
con anterioridad, nos conduce a la conclusión de que la sanción de despido del trabajador
resulta desproporcionada con respecto a un hecho que si bien configura falta o infracción
al Reglamento de Trabajo, no reviste tal gravedad que constituya una lesión irreversible al
vinculo laboral, que haga imposible o indeseable la subsistencia de la relación laboral, por
lo que considero le corresponde el pago de la indemnización por despido arbitrario,
conforme a la regla establecida en el artículo 38° del Decreto Supremo N° 003-97-TR,
debiendo declararse fundada la pretensión subordinada.
6.12 En este orden de ideas, en el presente caso, en los pronunciamientos de instancia se
incurrió en infracción del literal e) del artículo 25° del Decreto Supremo N° 003-97-TR,
Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, razón por la
cual se declara fundado el recurso de casación.

Por estas consideraciones:

FALLO:

Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandante, Nicolás


Javier Córdova Navarro, mediante escrito presentado el catorce de julio de dos mil
dieciséis, que corre en fojas trescientos noventa y uno a cuatrocientos tres; en
consecuencia, CASARON la Sentencia de Vista de fecha veinte de junio de dos mil
dieciséis, que corre en fojas trescientos setenta y ocho a trescientos ochenta y seis, y
actuando en sede de instancia, REVOCARON la Sentencia apelada de fecha doce de
mayo de dos mil quince, que corre en fojas trescientos diez a trescientos veintiséis, que
declaró infundada la demanda, y REFORMÁNDOLA declararon FUNDADA únicamente
respecto a la pretensión subordinada de la indemnización por despido arbitrario;
ORDENARON que en ejecución de sentencia se determine el monto de acuerdo a la
regla establecida en el artículo 38° del Decreto Supremo N° 003-97-TR; y DISPUSIERON
la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano” conforme a ley;
en el proceso ordinario laboral seguido con la demandada, Diving del Perú S.A.C., sobre
nulidad de despido y pago de beneficios sociales.

SS.
CHAVES ZAPATER
RODRÍGUEZ CHÁVEZ
CALDERÓN PUERTAS
DE LA ROSA BEDRIÑANA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

SEGUNDA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL TRANSITORIA

CASACIÓN LABORAL N° 13768-2016, LAMBAYEQUE

Reposición por despido fraudulento PROCESO ORDINARIO – NLPT

Lima, diez de octubre de dos mil diecisiete

VISTA, la causa número trece mil setecientos sesenta y ocho, guion dos mil dieciséis,
guion LAMBAYEQUE, en audiencia pública de la fecha; y producida la votación con
arreglo a ley, se emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del recurso de casación interpuesto por la parte demandada, América Móvil Perú
S.A.C., mediante escrito de fecha doce de julio de dos mil dieciséis, que corre en fojas
doscientos cincuenta y cuatro a doscientos ochenta y seis, contra la Sentencia de Vista
contenida en la resolución número doce de fecha veintidós de junio de dos mil dieciséis,
que corre en fojas doscientos veintiuno a doscientos veintinueve, que revocó la Sentencia
apelada contenida en la resolución número ocho de fecha veintiuno de agosto de dos
quince, que corre en fojas ciento noventa y cuatro a doscientos dos, que declaró
infundada la demanda; reformándola declaró fundada en parte; en el proceso ordinario
laboral seguido por el demandante, Luis Enrique Santos Cabrejos, sobre reposición por
despido fraudulento.

CAUSAL DEL RECURSO:

Por resolución de fecha once de agosto de dos mil diecisiete, que corre en fojas setenta y
uno a setenta y cinco del cuaderno de casación, se declaró procedente el recurso
interpuesto por la siguiente causal: infracción normativa del inciso h) del artículo 25° del
Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR; correspondiendo a
este Colegiado Supremo emitir pronunciamiento de fondo sobre dicha causal.

CONSIDERANDO:

Primero: De la pretensión del demandante y pronunciamientos de las instancias de


mérito.

1. Antecedentes del caso:

El actor interpuso demanda mediante escrito de fecha dieciséis de julio de dos mil trece,
que corre en fojas treinta y uno a treinta y seis, peticionando que se ordene su reposición
en el puesto de trabajo que venía desempeñando el actor como consecuencia del despido
fraudulento imputado por la parte demandada por la presunta comisión de falta grave
contenida en los literales a) y h) del artículo 25° del Texto Único Ordenado del Decreto
Legislativo N°728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral aprobado por Decreto
Supremo N° 003-97-TR; además, el pago de las remuneraciones dejadas de percibir
hasta su readmisión en el empleo; con costas y costos del proceso.

2. Sentencia de Primera Instancia:

Mediante Sentencia contenida en la resolución número ocho de fecha veintiuno de agosto


de dos mil quince, que corre en fojas ciento noventa y cuatro a doscientos dos, el Juez del
Sétimo Juzgado de Trabajo de Chiclayo de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque,
declaró infundada la demanda, al argumentar que se encuentra acreditada la
impuntualidad reiterada del actor respecto al centro de labores, las que además fueron
objeto de amonestación, verbal y escrita, así como de suspensión, lo que configura una
impuntualidad reiterada, constituyendo falta grave por cuanto el accionante ha persistido
en su conducta, pese a que el empleador ha acusado las respectivas sanciones, habiendo
ejercido su poder de dirección en forma gradual y proporcionada, mostrándose el actor
indiferente a su obligación de respetar el horario de trabajo impuesto por el empleador.

Asimismo, refiere que los argumentos del accionante carecen de solidez debido a que si
bien se ha alegado hostilidad, estos hechos fueron invocados con posterioridad a la
amonestación efectuada por el empleador, no advirtiéndose una represalia por parte de
su empleadora; sostiene además que el accionante no ha acreditado haber comunicado,
en la oportunidad debida, a su empleador el supuesto mal funcionamiento del sistema de
control de ingreso, afirmación que habría sido desmentida por la testigo Rosa Isabel
Molero, quien en audiencia de juzgamiento señaló que el accionante no formuló reclamo
alguno respecto de las sanciones impuestas, deviniendo en insostenible dicha hipótesis,
habiendo el actor quedado obligado a ajustar su conducta al registro de asistencia y no
así, al horario de la computadora asignada.

Finaliza el juzgador alegando que se encuentra comprobada la falta grave atribuida al


actor, desvaneciéndose el argumento principal esgrimido por el justiciable debido a que el
despido tuvo como sustento situaciones inexistentes, disipándose de ese modo la
presunción de inocencia respecto de las acusaciones formuladas; contrariamente a ello,
se encuentra acreditado que el comportamiento del empleador de extinguir el contrato de
trabajo, tiene lugar en hechos reales, no habiéndose producido en despido incausado o
fraudulento, desestimándose la pretensión de reposición, así como el pago de
remuneraciones dejadas de percibir.

3. Sentencia de Vista:

Por Sentencia de Vista contenida en la resolución número doce de fecha veintidós de


junio de dos mil dieciséis, que corre en fojas doscientos veintiuno a doscientos
veintinueve, la Segunda Sala Laboral de Lambayeque de la mencionada Corte Superior
revocó la sentencia apelada para lo cual argumentó que las horas de ingreso del
demandante registró su ingreso al centro de labores, apenas cuando habían transcurrido
unos cuantos minutos que no superaban los cinco, debiendo tener en cuenta que
razonablemente cualquier entidad pública o privada suele considerar ese margen de
tiempo y hasta diez (10) minutos como una tolerancia moderada, para lo cual se remite a
lo dispuesto en el Decreto Legislativo N° 854.
Segundo: Infracción normativa

La infracción normativa podemos conceptualizarla como la afectación a las normas


jurídicas en que incurre la Sala Superior al emitir una resolución, originando con ello que
la parte que se considere afectada por la misma, pueda interponer el respectivo recurso
de casación. Respecto de los alcances del concepto de infracción normativa quedan
comprendidas en la misma las causales que anteriormente contemplaba el artículo 56° de
la Ley N°26636, Ley Procesal del Trabajo, modificado por el artículo 1°de la Ley N°
27021, relativas a la interpretación errónea, aplicación indebida e inaplicación de una
norma de derecho material, incluyendo otro tipo de normas, como son las de carácter
adjetivo.

Tercero: Delimitación del objeto de pronunciamiento

Conforme a la causal declarada procedente en el auto calificatorio del recurso de fecha


once de agosto de dos mil diecisiete, que corre en fojas setenta y uno a setenta y cinco
del cuaderno de casación; la presente resolución debe circunscribirse a delimitar si se ha
incurrido en: infracción normativa del inciso h) del artículo 25° del Texto Único Ordenado
del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado
por Decreto Supremo N°003-97-TR.

Cuarto: A partir de ello, debe tenerse en cuenta lo dispuesto en la norma presuntamente


infraccionada, cuyo tenor precisa:

«Artículo 25.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes


esenciales que emanan del contrato, de tal índole, que haga irrazonable la
subsistencia de la relación. Son faltas graves:

(…)

h) El abandono de trabajo por más de tres días consecutivos, las ausencias


injustificadas por más de cinco días en un período de treinta días calendario o más
de quince días en un período de ciento ochenta días calendario, hayan sido o no
sancionadas disciplinariamente en cada caso, la impuntualidad reiterada, si ha
sido acusada por el empleador, siempre que se hayan aplicado sanciones
disciplinarias previas de amonestaciones escritas y suspensiones”.

Quinto: Para dar respuesta al recurso de casación interpuesto por la entidad demandada
conforme a las causales declaradas procedentes, esta Sala Suprema conviene en
precisar varios puntos en relación a los hechos pertinentes.

Sexto: Sobre la relación de trabajo

Al respecto, debe tenerse en cuenta que, en el marco de las relaciones laborales, el


empleador como el trabajador, se guardan y deben recíprocas concesiones respecto de
las cuales se obligan de manera voluntaria, lo que se ve materializado con la suscripción
del contrato de trabajo, documento a partir del cual surgen las exigencias que se deben
ambas partes.

Cabe señalar que Blancas sostiene que:


“La relación de trabajo resulta lesionada, grave e irreversiblemente, no solo
cuando el trabajador incumple sus obligaciones fundamentales, sino, de la misma
manera, cuando el empleador incurre en falta a sus obligaciones y prestaciones.
Es natural que sea así, por ser el contrato de trabajo un negocio jurídico bilateral,
de prestaciones recíprocas, lo que supone que cada parte tiene, respecto a la otra
no solo derechos sino, también, obligaciones, cuyo incumplimiento es susceptible
de ocasionar la ruptura de la relación creada entre ambas”.

A partir de ello, podemos concluir válidamente que el incumplimiento, por parte de alguno
de los contratantes, puede lesionar el vínculo laboral.

Sétimo: Subordinación como elemento de la relación laboral

La subordinación es un elemento de la relación de laboral y se suscita cuando el


prestador de servicios se encuentra bajo la dirección del empleador, denotando ello la
existencia de un vínculo jurídico entre el deudor y el acreedor de trabajo, donde el primero
ofrece su actividad al segundo y le confiere el poder de conducirla.

Dicha medida ha sido prevista en el artículo 9° del Texto Único Ordenado del Decreto
Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por el
Decreto Supremo N° 003-97-TR, donde se permite que el empleador puede impartir
instrucciones tanto de forma genérica mediante reglas válidas para toda o parte de la
empresa, como de forma específica, destinadas a un trabajador concreto.

En cuanto al poder de dirección, Sanguineti manifestó que este es el instrumento a través


del cual el empleador hace efectivo su derecho de disposición sobre la actividad laboral
del trabajador, organizándola y dirigiéndola hacia la consecución de los objetivos
perseguidos por él en cada momento. Como tal, se trata de un poder que se ejerce sobre
la persona misma del trabajador, que ha de adaptar su conducta a la voluntad del
empleador, y no sobre ninguna “cosa” o “efecto” exterior a ella, toda vez que los
“servicios” a prestar son, como es fácil de colegir, indesligables de la persona que ha de
desarrollarlos, al no constituir otra cosa que la expresión de su propio comportamiento.

Octavo: Sobre la Jornada de Trabajo

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 25° de la Constitución Política del Perú, la


jornada de trabajo es de ocho (08) horas diarias o cuarenta y ocho (48) horas semanales
como máximo, y que, en caso de jornadas acumulativas o atípicas, el promedio de horas
trabajadas en el período correspondiente no puede superar dicho máximo. Dicha
disposición resulta conforme con lo previsto en el artículo 1° del cuestionado Decreto
Legislativo N° 854, en cuanto señala que: “la jornada ordinaria de trabajo para varones y
mujeres mayores de edad es de ocho (8) horas diarias o cuarenta y ocho (48) horas
semanales como máximo’’, pudiéndose establecer por ley, convenio o decisión unilateral
del empleador una jornada menor a las máximas ordinarias.

Ahora bien, debe tenerse en cuenta que al constituir la jornada de trabajo un derecho
fundamental, debe ser interpretado de conformidad con la Declaración Universal de
Derechos Humanos, los tratados, acuerdos internacionales en materia de derechos
humanos ratificados por el Perú y las decisiones adoptadas por los tribunales
internacionales sobre derechos humanos constituidos según los tratados de los que el
Perú es parte, de conformidad con lo dispuesto en la Cuarta Disposición Final y
Transitoria de la Constitución Política de mil novecientos noventa y tres y V del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional.

En ese marco interpretativo, resulta pertinente anotar que el artículo 24° de la Declaración
Universal de Derechos Humanos dispone que toda persona tiene el derecho a una
limitación razonable de la duración del trabajo y el artículo 2 del Convenio N° 1 ( año mil
novecientos diecinueve) sobre horas de trabajo, expedido por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) dispone que la jornada laboral en empresas públicas o
privadas, cualquiera sea su naturaleza, no podrá exceder de ocho (08) horas diarias y de
cuarenta y ocho (48) horas por semana, éste último Convenio Internacional aprobado por
el Estado peruano, mediante Resolución Legislativa N° 10195, de fecha veintitrés de
marzo de mil novecientos cuarenta y cinco.

Noveno: Horario de trabajo

Al respecto, es preciso indicar que el horario de trabajo representa el periodo “temporal”


durante el cual el trabajador se encuentra a disposición del empleador para la prestación
de sus servicios y, evidentemente, este lapso no podrá ser mayor a la jornada legal. De
esta manera, el horario comprende desde el ingreso hasta la salida del trabajador del
puesto o centro de trabajo.”

A partir de ello podemos decir que el horario de trabajo representa el periodo temporal
durante el cual el trabajador se encuentra a disposición del empleador para la prestación
de sus servicios, el cual comprende desde el ingreso hasta la salida del trabajador del
puesto o centro de trabajo, el cual incluye al tiempo de refrigerio, sin que esta pueda ser
mayor a la jornada legal, siendo además facultad del empleador el establecimiento del
horario de trabajo correspondiendo a este último “{…) dar a conocer por medio de carteles
colocados en un sitio visible de su establecimiento o por cualquier otro medio adecuado,
las horas en que se inicia y culmina la jornada de trabajo (…)”

Cabe precisar que la jornada y horario de trabajo vienen a constituir elementos de


especial importancia en el marco de una relación laboral, incidiendo directamente en ella.

Décimo: Control de asistencia y salida

Todo empleador, a partir de la vigencia del Decreto Supremo N° 004-2006-TR, debe


contar con un registro de control de asistencia respecto de los trabajadores fiscalizados e
incluye al personal bajo modalidades formativas y los destacados al centro de trabajo por
entidades de intermediación laboral; el objetivo de este control radica en velar por el
cumplimiento del horario de trabajo y por ende debe consignarse el tiempo de labores,
esto es: el horario de ingreso y salida, además del tiempo de refrigerio; por ende, su
finalidad radica en facilitar la prestación de servicios, debiendo ser conservado durante
cinco años de acuerdo con lo previsto en la norma antes acotada.

Décimo Primero: Reglamento interno de trabajo

Este constituye aquella norma elaborada por la empresa y a partir del cual se determina
las condiciones a las que debe sujetarse los empleadores y trabajadores en el
cumplimiento de sus prestaciones, estableciendo las conductas que deben ser
consideradas faltas, estableciendo a su vez la sanción correspondiente.

El contenido del reglamento interno de trabajo ha sido detallado en el artículo 2°del


Decreto Supremo N° 039-91-TR, siendo que el empleador deberá hacer entrega a cada
uno de los trabajadores, al momento de iniciar labores dentro de la empresa, una copia de
este reglamento a efectos de que el personal tenga pleno conocimiento de las faltas y
sanciones dispuestas por el empleador.

Décimo Segundo: La falta grave en materia laboral

El Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y


Competitividad Laboral aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR, ha establecido un
sistema general de protección al trabajador contra el despido arbitrario; el mismo ha sido
entendido como aquél que carece de causa justa o que se materializa sin expresión de
ésta; de otro lado, se ha establecido además, la nulidad del despido, la cual no se funda
en alguno de los motivos específicos que prevé la ley, sino se enmarcan dentro de los
supuestos previstos en el artículo 29° todos vinculados a conductas lesivas a
determinados derechos del trabajador, por lo que el sustento de esta norma radica en
garantizar su pleno ejercicio sin que la situación de subordinación o dependencia que
deriva de la relación de trabajo pueda limitarlos o restringirlos, recayendo su fundamento
en el tercer párrafo del artículo 23° de la Constitución Política del Perú, en el que se prevé
que la relación laboral no puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales ni
desconocer o rebajar la dignidad del trabajador.

Sin perjuicio del marco protector otorgado por la Constitución y Leyes en materia laboral
respecto de las circunstancias en la que se produce la desvinculación laboral, nuestra
legislación no permite un abuso desmedido del mismo, sino por el contrario, se ha
establecido una contraparte constituida por el artículo 25° del Texto Único Ordenado del
Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral aprobado por
Decreto Supremo N° 003-97-TR, el cual ha previsto la figura del despido disciplinario, el
que es considerado como la resolución unilateral del contrato de trabajo por decisión del
empresario, fundado en un incumplimiento previo del trabajador”; sin embargo, esta figura
no puede ser invocada de manera arbitraria, sino debe fundarse en causa justa, grave y
evidente, caso contrario, nos encontraríamos frente a alguna modalidad de despido
pasible de ser sancionada mediante la reposición o indemnización prevista en la
legislación vigente.

Décimo Tercero: Al respecto, conviene precisar que el artículo 25° del Texto Único
Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral
aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR, ha definido a la falta grave como aquella
“(…) infracción cometida por el trabajador contra los deberes esenciales que emanan del
contrato, de tal intensidad que haga irrazonable la continuidad de la relación laboral”.

Dicha infracción debe revestir tal gravedad que suponga “(…) una lesión irreversible al
vínculo laboral, producida por acto doloso o culposo del trabajador que hace imposible o
indeseable la subsistencia de la relación laboral (…)”; con relación a la gravedad,
conviene anotar que “(…) es consustancial al concepto; el adjetivo se enlaza de modo tan
inseparable al sustantivo que, en realidad, forman un solo vocablo, una palabra
compuesta: falta grave”.
Del mismo modo, la gravedad debe tener una configuración inmediata a efectos de
justificar la extinción del vínculo laboral; no obstante, en “(…) algunas ocasiones deriva de
su reiteración, es decir que aisladamente considerada una conducta no puede reputarse
grave, pero apreciada como conducta permanente en el tiempo sí se configura la
gravedad (…)”.

Décimo Cuarto: Supuestos de configuración y tipificación de la falta grave

Cabe precisar que la graduación o determinación de la gravedad dependerá de cada


supuesto de despido previsto en la norma, así tenemos que esta graduación permitirá
establecer si nos encontramos ante un hecho de tal gravedad que permite proceder a la
extinción del contrato de trabajo; por ello, debe tenerse en cuenta que “(…) ha de
graduarse lo más estrictamente posible la conducta incumplidora del trabajador, de modo
que el despido, que es la sanción más importante y de mayor intensidad, sea una sanción
proporcional al incumplimiento del trabajador”.

Entre los elementos que debe tenerse en cuenta, podemos decir que debe merituarse
“(…) toda una serie de circunstancias, en primer lugar, relacionadas con el propio
trabajador, como su antigüedad del trabajador, el hecho de que no haya sido sancionado
con anterioridad; los elementos que caracterizan el incumplimiento imputado al trabajador,
tales como la existencia o no de advertencias previas al trabajador, la habitual tolerancia a
ciertas conductas, la reiteración en el incumplimiento, las circunstancias personales del
trabajador en el momento del incumplimiento; y también las consecuencias del
incumplimiento del trabajador, como las repercusiones económicos del mismo, el hecho
de que el incumplimiento se haya escenificado públicamente o no, etc.”.

Sin embargo, resulta importante traer a colación que “(…) en nuestro ordenamiento
laboral ha estado presente, desde sus orígenes mismos, la tendencia a definir la falta
grave siguiendo la técnica que es propia del derecho penal, esto es, mediante su
tipificación por el texto legal.”

A partir de ello, es preciso indicar que el artículo 25° del Texto Único Ordenado del
Decreto Legislativo N° 728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral aprobado por
Decreto Supremo N° 003-97-TR, ha regulado una serie de supuestos que considera
supuestos de falta grave, los que además han sido detallados en los literales a) al h),
ocasión donde se típica conductas que tienen como objeto de sanción, la ruptura de la
relación laboral por decisión unilateral del empleador, el que se funda en un
incumplimiento previo del trabajador.

Décimo Quinto: Configuración de la tardanza reiterada como supuesto de falta


grave

El literal h) del artículo 25° del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N°728, Ley
de Productividad y Competitividad Laboral aprobado por Decreto Supremo N°003-97-TR,
regula dos supuestos que se subsume en falta grave: el primero de ellos referido al
abandono de trabajo, mientras que el segundo se encuentra referido a la impuntualidad
reiterada.

Para el caso de autos, será objeto de especial atención, el despido referido a la


impuntualidad reiterada; ahora bien, conforme lo descrito en el considerando cuarto de la
presente Ejecutoria Suprema, podemos precisar que las tardanzas son consideradas
faltas laborales por cuanto emanan de los deberes que tiene todo trabajador; por ende, se
encuentra relacionada con el deber de diligencia que debe prestar el trabajador, puesto
que no basta que el trabajo sea realizado, sino que además debe ser prestado de manera
diligente, es por ello que toda prestación de servicios deba realizarse con puntualidad,
asistencia regular y dedicación adecuada. En consecuencia, le corresponde al trabajador
cumplir con asistir en los días pactados y de acuerdo con el horario dispuesto para dicho
fin”.

Así, podemos señalar que nos encontramos ante un supuesto de impuntualidad “(…)
cuando no se abarca el conjunto de la jornada, lo que se puede producir por llegar tarde al
trabajo, marcharse antes de lo debido o ausentarse injustificadamente durante la jornada”.

De lo anotado, se colige que un primer elemento a tener en cuenta para la configuración


de esta falta grave, radica en la falta del deber de diligencia por parte del trabajador, el
cual emana de la propia naturaleza del contrato de trabajo.

Ahora bien, concibiendo a las impuntualidades como las demoras generadas por el
retraso en el que incurre el trabajador al momento de acudir a su centro de labores, es
pertinente acotar que no todas las tardanzas son sancionadas, dado que en la mayoría de
empresas existe un límite de horas permitido; sin embargo, a pesar de existir un límite de
ahora permitido, los trabajadores hacen caso omiso y una conducta reiterada, por ello no
basta la falta de un deber de diligencia, sino que además debe configurarse un supuesto
de reiteración, es decir, no puede reputarse la comisión este tipo de falta si no se presenta
una conducta reiterada por parte del trabajador, así sostiene Blancas cuando precisa que
“Para que la impuntualidad configure una falta grave debe ser “reiterada”, de modo tal que
exprese una conducta o actitud del trabajado reñida con el deber de diligencia. La
impuntualidad ocasional o aislada, carente de justificación, es un infracción leve,
ciertamente merecedora de sanción, pero en modo alguno acreedora al despido, salvo
cuando dicha impunidad, en razón de su repetición continua, permite concretar una
conducta del trabajado que afecta seriamente el cumplimiento de sus obligaciones”.

Lo antes descrito nos lleva a establecer un segundo elemento que debe ser tomado en
cuenta para la configuración de este tipo de falta, el cual se constituye en la reiteración de
la conducta; sin embargo, debe prestarse especial atención a que la norma no ha
establecido un número determinado de tardanzas en la que deba incurrir un trabajador
para que se incurra en este supuesto, correspondiendo su evaluación a circunstancia
concreta en que se presente.

Finalmente, el último elemento que debe ser tomado en cuenta para que se configure este
tipo de despido, radica en que la conducta haya sido objeto de sanción por parte del
empleador, esto es no sólo se requiere que las tardanzas sean continuas sino que
también se exige al empleador que las haya acusado y sancionado mediante
amonestaciones escritas o suspensiones”

De lo anotado, se infiere que la impuntualidad debió ser previamente acusada por el


empleador, es decir, el empleador tuvo que poner en conocimiento del trabajador la
comisión de dichas faltas, mediante sanciones disciplinarias como amonestaciones
escritas y suspensiones de labores, a fin de que el trabajador proceda a corregir dicha
conducta, puesto que de no haberse sancionado las inasistencias, podría presumirse
válidamente, en aplicación del principio de inmediatez, que dichas infracciones han sido
perdonadas u olvidadas, es por ello que corresponde al empleador “(…) la exigencia de
analizar con acuciosidad la comisión o no de una falta grave de carácter laboral (…) al
momento de la aplicación de sanciones, debe operarse respetando los márgenes de
razonabilidad y la inmediatez, además de las circunstancias coadyuvantes que pueden
justificar el olvido de la falta”.

El Tribunal Constitucional mediante la sentencia emitida en el Expediente N° 00414-2013-


PA/TC, ha precisado que las tardanzas reiteradas configuran un despido, cuando dichas
tardanzas fueron, previamente, objeto de constantes sanciones las cuales no ocasionaron
ningún cambio de conducta en el trabajador, quien reiteró en su conducta; en ese sentido,
advertimos que el Supremo Interprete Constitucional ha identificado dos elementos que
configuran este supuesto, a saber: las tardanzas en reiteradas oportunidades y las
sanciones previas de amonestación y suspensión de labores, precisando además que la
reiteración ocasiona un gran perjuicio a la empresa puesto que produce una disminución
de labores y por ende menos productividad, no permitiendo así cumplir con los objetivos
establecidos dentro de las labores de los trabajadores y de las metas establecidas en la
empresa, pero dichas tardanzas deben ser objeto de sanción previa puesto que de no ser
sancionadas, no podría configurarse un despido, debido a que el trabajador podría dar por
entendido de que dicha tardanza fue consentida por el empleador, no ocasionando así
una falta grave, proceder que además se encuentra vinculado con la razonabilidad o
proporcionalidad en la sanción impuesta.

Décimo Sexto: Solución al caso concreto

En el caso concreto, se tiene que el actor pretende su reposición al centro de laboral dado
que ha sido objeto de una despido fraudulento; el sustento de la demanda radica en que
le fue ordenado efectuar labores que eran ajenas a sus actividades de caja, consistentes
en la venta y volanteo, las que no eran afines al contrato de trabajo; asimismo, aduce que
la demandada le ha impuesto las sanciones de amonestación y suspensión por haber
incurrido en tardanzas reiteradas, pero que dicho proceder ha constituido hostilización a
efectos de extinguir la relación de trabajo, sin tener en cuenta que han existido
irregularidades en el control de ingreso, residiendo en la incoherencia en la hora real de
ingreso, con la hora que se aprecia en el marcador asignado por la empresa, lo que fue
comunicado al empleador, no configurándose la causal objetiva, ni debidamente
comprobada que habilite a su empleador a extinguir su relación de trabajo, habiendo
recurrido la demandada, de manera perversa, en crear medios que permitan extinguir la
relación laboral sobre causales que carecen de objetividad, acusando hechos falsos o
imaginarios, notoriamente inexistentes, vulnerándose el principio de tipicidad razón por la
que debe ordenarse su reposición.

Décimo Sétimo: En el caso en concreto, se tiene que se produjeron una serie de hechos
que a criterio de esta Sala Suprema deben resaltarse, siendo los siguientes:

 El actor ha sido sancionado con amonestaciones y suspensiones previas por parte


del empleador, como consecuencia de las reiteradas tardanzas, las que no se
acreditan hayan sido objeto de cuestionamiento, ni han sido negadas por el
accionante.
 El trabajador ha acusado actos de hostilidad en su contra; sin embargo, no ha
acreditado tal hecho con el medio de prueba correspondiente.
 Se ha seguido el procedimiento de despido establecido en la legislación.

Décimo Octavo: Estando a lo expuesto precedentemente y de la revisión de los medios


probatorios, se ha podido evidenciar lo siguiente:

 Con los reportes de asistencia de fojas ciento once a ciento catorce, se encuentra
acreditada las tardanzas reiteradas del trabajador imputadas mediante carta de
pre aviso de despido de fojas trece a dieciséis, así como en la carta de despido de
fojas veintiséis a treinta.
 La imposición de amonestación verbal, conforme se acredita con el correo
electrónico que corre en fojas cuarenta y cuatro.
 El actor fue objeto de amonestación escrita, conforme se infiere de los medios
probatorios que corre de fojas cuarenta y seis, así como de fojas cuarenta y siete.
 Le fue impuesta la sanción de suspensión de labor sin goce de haber, conforme se
advierte de los medios probatorios que corren de fojas cuarenta y ocho a
cincuenta.

Décimo Noveno: A partir de las consideraciones expuestas y en el marco de las


circunstancias que deben ser merituadas para establecer si se ha configurado una
infracción al literal h) del artículo 25° del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N°
728, Ley de Productividad y Competitividad Laboral aprobado por Decreto Supremo N°
003-97-TR, es pertinente indicar que:

 Las partes no han negado la existencia de una relación de índole laboral, razón
por la que han aceptado la existencia concesiones recíprocas.
 Al no haberse negado la existencia de una relación laboral entre las partes, se
encuentra acreditado que el actor se encontraba subordinado al demandante
respecto de las instrucciones y reglas impuestas para efectuar el trabajo concreto.
 No se advierte la existencia de cuestionamiento de la jornada de trabajo, ni del
horario de trabajo por parte del demandante.
 Se encuentra acreditada la existencia de un registro de control de asistencia y
salida en el centro de trabajo, además del reglamento interno de trabajo, los que
no han sido objeto de cuestionamiento por el accionante, no bastando que se
alegue, como parte de la fundamentación fáctica de la demanda, errores que no
detentan sustento probatorio.
 El actor no ha enmendado su conducta pese a que ha sido objeto de sanciones
tales como: amonestaciones, verbal y escrita, además de suspensiones lo que
evidencia falta de diligencia en la prestación de sus servicios.

Vigésimo: De lo expuesto en el considerando que precede podemos colegir que en el


caso de autos: el actor no ha guardado el deber de diligencia respecto de la prestación de
sus servicios puesto que ha incurrido en una serie de tardanzas; asimismo, la emplazada
ha cumplido acreditar la impuntualidad reiterada, la que ha sido objeto de amonestación
verbal, conforme corre de fojas cuarenta y cuatro, la imposición de amonestación escrita,
conforme se desprende de fojas cuarenta y seis, así como cuarenta y siete, además de la
suspensión sin goce de haber, conforme se advierte de fojas cuarenta y ocho a cincuenta,
circunstancia que denota una conducta habitual y reiterada por parte del actor respecto de
los hechos relativos con su asistencia al centro de labores, circunstancias que ha
conllevado al cese del accionante bajo la imputación de la comisión de falta grave
conforme se desprende de la carta de preaviso y despido, de fojas veintiséis a treinta.
A partir de ello, podemos establecer que se encuentra acreditada la proporcionalidad y
razonabilidad, en torno al cese del accionante, habiendo el empleador actuado bajo
criterios objetivos y razonables que sustentan el cese del cómo es la falta del deber de
diligencia, la existencia de impuntualidades reiteradas y la existencia de sanciones previas
al despido, configurándose de ese modo el supuesto establecido en el literal h) del
artículo 25° del Texto Único Ordenado del Decreto Legislativo N° 728, Ley de
Productividad y Competitividad Laboral aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR, por
ende, acreditados los motivos que dieron lugar al cese de la relación laboral, importando
así que se haya incurrido en una infracción normativa por cuanto, a diferencia de los
sostenido por el Colegiado Superior, se encuentra acreditada una impuntualidad reiterada,
la que ha sido acusada por el empleador, así como la imposición de sanciones
disciplinarias, amonestaciones verbales, escritas y suspensiones, previas al
procedimiento de despido, no configurándose el supuesto de despido fraudulento, lo que
conlleva a desestimar la fundamentación fáctica y jurídica esbozadas por el accionante en
el tenor de la demanda deviniendo la demanda en infundada; a partir de estas
consideraciones, conviene precisar que la causal declarada procedente deviene en
fundada.

Por estas consideraciones:

FALLO:

Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por la parte demandada,


América Móvil Perú S.A.C., mediante escrito de fecha doce de julio de dos mil dieciséis,
que corre en fojas doscientos cincuenta y cuatro a doscientos ochenta y seis; en
consecuencia CASARON la Sentencia de Vista contenida en la resolución número doce
de fecha veintidós de junio de dos mil dieciséis, que corre en fojas doscientos veintiuno a
doscientos veintinueve; y, actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la Sentencia
apelada contenida en la resolución número ocho de fecha veintiuno de agosto de dos
quince, que corre en fojas ciento noventa y cuatro a doscientos dos, que declara
infundada la demanda; y ORDENARON la publicación de la presente resolución en el
Diario Oficial “El Peruano” conforme a ley; en el proceso ordinario laboral seguido por el
demandante, Luis Enrique Santos Cabrejos, sobre reposición por despido fraudulento;
interviniendo como ponente el señor juez supremo Malca Guaylupo y los devolvieron.

S.S.

ARÉVALO VELA
YRIVARREN FALLAQUE
RODAS RAMÍREZ
DE LA ROSA BEDRIÑANA
MALCA GUAYLUPO

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