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Pongamos el caso de necesitar artículos de librería: si los pido oralmente,
se supone que necesito una fórmula de cortesía del tipo “¿no me darías por
favor tal y tal cosa?”; ahora, si el pedido debo hacerlo mediante una nota, la
fórmula será del tipo “solicito a usted tenga a bien etc., etc.”. Así, antes de
hacer el pedido en cuestión, sabemos que existe una manera más o menos
pautada de hacerlo, y después –digamos– solo tenemos que “rellenarla”
adecuadamente. Por eso, ante todo, nosotros seleccionamos un modo típico
de estructurar nuestro discurso, esto es, seleccionamos el género discursivo a
utilizar. A propósito, “pedir” y “solicitar” son verbos que podrían funcionar como
sinónimos en determinado contexto. Sin embargo, a simple vista podemos
asociarlos con distintos tipos de discurso (uno informal, coloquial, y el otro
formal, más elaborado).
Así, los géneros discursivos representan modos más o menos estándares
en que elaboramos nuestra comunicación en cualquier esfera que sea. Por lo
tanto, podemos agregar que cada esfera de la actividad humana tiene
asimismo sus géneros específicos (hay géneros propios en nuestra actividad
laboral, en nuestro trato familiar, en la programación televisiva o radial, etc.).
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del riñón.
Uso de otros medicamentos
Se puede tomar Tamiflu con
paracetamol, ibuprofeno o
ácido acetilsalicílico
(Aspirina). No es previsible
que Tamiflu altere el efecto de
otros medicamentos.
2011-04-25 00 :00:0 0
INTERNACIONALES
Cientos de combatientes talibán
se fugaron a través de un túnel
de una cárcel del sur de
Afganistán.
Escaparon de una cárcel de la
ciudad de Kandahar, a través de
un túnel de 350 metros de largo
que excavaron durante cinco
meses sus cómplices en el
exterior. Según las autoridades
los fugados son 475, mientras
que voceros de los insurgentes
indicaron que ascienden a 540.
–Che, ¿qué le dijo un piojo
al otro en la cabeza de un
pelado?
–No sé…
–¡Rajemos que están
asfaltando!
Estimados Directores de
Carrera del
Departamento de
Humanidades y Artes
Tal como es de su
conocimiento se encuentra
vigente el PROCADO –
Programa de Capacitación
Docente de la UNLa–
destinado a todos los docentes
de la Casa. A fin de que lo
difundan entre los profesores
de sus respectivas áreas, les
remito la información de la
oferta de cursos del primer
cuatrimestre de este año.
"Sombra", me repetí.
Después pensé casi
violentamente en mi padre
adoptivo. ¿Rezar? ¿Dejar
sencillamente fluir mi
tristeza? No sé cuántas
cosas se amontonaron en
mi soledad. Pero eran
cosas que un hombre
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jamás se confiesa.
Centrando mi voluntad en
la ejecución de los
pequeños hechos, di vuelta
a mi caballo y, lentamente,
me fui para las casas.
Me fui, como quien se
desangra.
Rasgos dialogales
Para sumar a la caracterización de los géneros discursivos en general,
tenemos que tener en cuenta que todo acto de comunicación, en cualquier
ámbito que sea, se inserta –se podría decir– dentro de un largo diálogo. ¿Qué
hace una institución, por ejemplo, si no dialogar, entre sí y con interlocutores
externos? De este modo, cualquier enunciado que producimos lleva implícito
cierto carácter de “respuesta”, en tanto es originado por determinada
“demanda”.
Y la palabra “respuesta” implica un segundo rasgo: la conclusividad, es
decir, ese enunciado tiene que estar completo. Porque esta conclusividad, este
acabamiento, es lo que permite a su vez a cualquier enunciado ser replicado o
contestado. Y que el diálogo prosiga su curso.
Veamos este ejemplo y preguntémonos por qué este enunciado es
inacabado.
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Como habrán observado, falta la fecha, de modo que eso nos impide
responderlo, por ejemplo, concurriendo a participar en el seminario.
Ahora bien, si hablamos de diálogo, hablamos de un interlocutor, de un
destinatario de nuestra comunicación. Y ese destinatario es también
determinante para la elección del género en el cual formulo mi discurso: qué
grado de confianza nos une, en qué relación jerárquica me encuentro respecto
de él, hasta qué punto conoce la situación de la que hablo, qué es lo que
supongo que debería o le gustaría saber para poder responder, etc.
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Veamos:
Karina Dappiano
Clasificación
A partir de esto, podemos inferir que la diversidad de los géneros
discursivos es infinita: son muchos y en constante proliferación. Son muchos y
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proliferantes porque son muchas y proliferantes las esferas de la actividad
humana que los producen. Como podemos darnos cuenta, se pueden pensar
miles de esferas sociales y ligar a ellas miles de géneros distintos. De hecho,
Bajtín dice que la riqueza y la diversidad de los géneros discursivos son
inmensas e, inclusive, que la característica principal de los éstos es su
heterogeneidad, es decir, son tan heterogéneos, tan diversos, como
heterogéneas y diversas son las esferas de la praxis social. Tan heterogéneos,
por ejemplo, que van desde un diálogo cotidiano hasta diez tomos de una obra
científica, o desde un correo electrónico hasta los cánticos en una cancha de
fútbol.
No obstante, podemos distinguir, en primera instancia, entre géneros
primarios y secundarios. Los primeros serían los menos elaborados, a los
que recurrimos cotidianamente: un saludo, un pedido, un comentario, un
mensaje de texto, un correo a un amigo, etc.; en tanto los segundos serían
aquellos de mayor complejidad (fundamentalmente, los escritos, aunque no
solo estos): un artículo, una nota, un informe, un libro, un discurso, etc.
En determinados ámbitos, estos géneros están más estandarizados. Por
ejemplo:
• en la esfera del periodismo dominan géneros como la crónica
periodística, la nota de opinión, la crítica de espectáculos, los avisos, etc.
• en la esfera de la literatura, el cuento, la novela, la poesía, la obra de
teatro, etc.
• en la esfera escolar, la enciclopedia, los manuales, el diccionario, el libro
de trabajos prácticos, el libro de idiomas, la carpeta, etc.
• en la esfera de la comunicación privada, la conversación coloquial, el
mail, los mensajes de texto, el chat, etc.
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segunda “situar”, la tercera “influir” y la cuarta “informar”, mientras que el
diálogo privilegia el intercambio con el interlocutor.
Avancemos un paso más: dice Adam que, si bien todas las secuencias
pueden aparecer en un texto, no todas tendrán la misma presencia dentro de
él. Va a llamar secuencias principales o dominantes a aquellas que tienen
una presencia mayor, y secuencias secundarias o dominadas a las que
tienen una presencia menor en el texto. Agregará que van a ser las secuencias
principales o dominantes las que le den una tonalidad particular al texto, y
harán que lo reconozcamos intuitivamente como un texto predominantemente
narrativo o argumentativo.
Por ejemplo:
Clasificación
Presentamos una descripción somera de cada una de las secuencias
mencionadas.
• Secuencia narrativa: expone hechos con un ordenamiento
eminentemente temporal, donde lo más relevante es una acción dentro de un
determinado marco. Esa acción se presenta en tres partes: introducción, nudo
y desenlace. Su cualidad de secuencial hace que todo lo que se cuente tenga
entre sí una relación de causa-efecto. Predomina en géneros como la novela,
el cuento, la crónica periodística, el relato histórico, etc.
Veamos un ejemplo en:
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http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/primeros_gobiernos_radicales/la_refor
ma_universitaria_del_21_de_junio_de_1918.php