«“Y yo te digo a ti que tú eres Pedro

y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella.”»
12 1 (Mt 16, 18)
 Al comienzo de cada decena:
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo
y la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero.
«“Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella.” (Mt 16, 18) En cada cuenta de la decena:
Por su dolorosa pasión,
Guía. Desde el inicio del pontificado del Papa Francisco su petición ten misericordia de nosotros
constante a todos los fieles es que oremos por él. Conociendo el compromiso y del mundo entero.
que nos une a la Iglesia, nos presentamos hoy ante Jesús Eucaristía, para
Al terminar las 5 decenas: (3 veces)
Adorarlo y orar por el Sucesor de San Pedro en la Tierra. Santo Dios,
Que el Señor lo fortalezca y sostenga en su servicio, y continúe colaborando con
Santo Fuerte, Santo Inmortal,
Cristo en la edificación, custodia y purificación de la Iglesia. (De rodillas) ten piedad de nosotros
y del mundo entero.
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Súplica para recibir Misericordia
Oh Dios Eterno, en quien la
Misericordia es infinita y el tesoro de
compasión inagotable, vuelve a
nosotros tu mirada bondadosa y
aumenta Tu misericordia en nosotros,
para que en momentos difíciles, no nos
desesperemos, ni nos desalentemos,
sino que, con gran confianza, nos
sometamos a Tu santa voluntad, que
es el amor y la misericordia mismas.
Amén.
Oh Sangre y Agua, que brotaste del
Corazón de Jesús, como una fuente de
Misericordia para nosotros, ¡En Ti
confío!

Canto: CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES BENDICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Cantemos al amor de los amores, Por nuestro amor V. Les diste pan del cielo.
cantemos al Señor ¡Dios está aquí! oculta en el Sagrario, R. Que contiene en sí todo deleite.
¡Venid, adoradores, adoremos Su gloria y esplendor.
a Cristo redentor! Para nuestro bien, Oremos. Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial
se queda en el Santuario de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados
GLORIA A CRISTO JESÚS esperando misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en
CIELOS Y TIERRA, ¡BENDECID AL SEÑOR! al justo y pecador. nosotros el fruto de Tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los
HONOR Y GLORIA A TI, REY DE LA GLORIA siglos. Amén.
AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS DEL AMOR.
ALABANZAS DE DESAGRAVIO
Celebrante. En los cielos y en la tierra sea para siempre bendito y alabado, Bendito sea Dios.
Todos. El corazón amoroso de Jesús Sacramentado. Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Todos. Creemos en ti, Padre porque pones tu confianza en la debilidad de Bendito sea el Nombre de Jesús.
los hombres, dejándolos al frente de la Iglesia de tu Hijo. Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Canto: TU REINARÁS Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Tu reinarás, este es el grito REINE JESÚS POR SIEMPRE, Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
que ardiente exhala nuestra fe. REINE SU CORAZÓN Bendita sea su gloriosa Asunción.
Tú reinarás. Oh Rey bendito //EN NUESTRA PATRIA, Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
pues Tú dijiste: "Reinaré". EN NUESTRO SUELO Bendito sea San José, su castísimo esposo.
QUE ES DE MARÍA LA NACIÓN// Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Canto.
2 11
Canto. IGLESIA PEREGRINA //PAZ PARA LAS GUERRAS Celebrante. Viva Jesús Sacramentado,
Todos unidos, formando un solo cuerpo Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS Todos. Viva y de todos sea amado.
un cuerpo que en la Pascua nació. IGLESIA PEREGRINA DE DIOS// Todos. Creemos en ti, Jesucristo porque preguntas quién dice la gente que
Miembros de Cristo en sangre redimidos eres tú y reconoces a Pedro como el elegido por el Padre, para dirigir tu Iglesia.
Iglesia peregrina de Dios. Rugen tormentas y a veces nuestra barca
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu parece que ha perdido el timón. Padre Nuestro, Ave María, Gloria
que el Hijo desde el Padre envió. Miras con miedo, no tienes confianza
El nos impulsa, nos guía y alimenta Iglesia peregrina de Dios. Canto. TU REINARÁS REINE JESÚS POR SIEMPRE,
Iglesia peregrina de Dios. Una esperanza nos llena de alegría Tú reinarás, dulce esperanza REINE SU CORAZÓN
presencia que el Señor prometió. que el alma llena de placer. //EN NUESTRA PATRIA,
SOMOS EN LA TIERRA Vamos cantando, Habrá por fin paz y bonanza EN NUESTRO SUELO
SEMILLA DE OTRO REINO El viene con nosotros, Felicidad habrá doquier. QUE ES DE MARÍA LA NACIÓN//
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR. Iglesia peregrina de Dios.
Celebrante. En los cielos y en la tierra sea para siempre bendito y alabado,
G. Ofrezcamos la Coronilla de la Misericordia por el Papa Todos. El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Francisco, y por la unidad y purificación de la santa Iglesia Católica.
Todos. Creemos en ti, Espíritu Santo porque guías a Pedro, a sus sucesores
y a todos los que formamos la Iglesia, para conducirla y dar testimonio de ella.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
PADRE NUESTRO
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a Canto. QUE VIVA MI CRISTO, QUE VIVA MI REY
nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy QUE VIVA MI CRISTO QUE VIVA MI REY
nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros QUE IMPERE EN TABASCO, TRIUNFANTE SU LEY
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y QUE IMPERE EN TABASCO, TRIUNFANTE SU LEY
líbranos del mal. Amén. VIVA CRISTO REY. VIVA CRISTO REY.
AVE MARIA Mexicanos un Padre tenemos
Dios te Salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita tu eres Que nos dio la patria la unión
entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. A ese Padre gozosos cantemos,
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora Empuñando con fe su pendón
de nuestra muerte. Amén.
PLEGARIA
CREDO DE LOS APOSTOLES Todos. Creo, oh Jesús, con mi más viva fe, que estás realmente presente,
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. aquí, delante de mí, bajo las especies Eucarísticas, en la verdad inefable de Tu
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Que fue concebido por obra Divinidad y de Tu Humanidad. Creo Señor y Maestro, pero aumenta mi fe.
y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Celebrante. Reunidos ante ti, venimos Señor para interceder por nuestro
Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Hermano el Papa Francisco, a quien quisiste encomendar el cuidado y la cura
Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. pastoral de tu rebaño. Tú, lo nombraste heredero de tu propia misión.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, Todos. Oh Dios misericordioso y eterno, nuestro Pastor y Guía, mira con
la Comunión de los santos, el Perdón de los pecados, amor a tu siervo Francisco, a quien elegiste como sucesor de san Pedro y pastor
la Resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. de tu grey.

10 3
Celebrante. Escucha, Señor, la plegaria de tu pueblo y haz que nuestro
Papa, Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos los hermanos, para
que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad,
el amor y la paz.
Todos. Concédele valor, sabiduría y amor a tu pueblo, para que sirva con
fidelidad a todas aquellas personas a quienes tú le has confiado sus cuidados y
lleve a tu Iglesia unida en la fe, de corazón y voluntad, mientras procuramos
llevar a su pleno cumplimiento la misión de tu Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
Canto. QUE NOS CONDUZCA LA IGLESIA
Que nos conduzca la Iglesia, Que nos sintamos hermanos,
por tus senderos Señor, unidos siempre en tu amor
que los Obispos y el Papa, que todos juntos hagamos,
nos encaminen a Ti. la gran familia de Dios.
TE LO PEDIMOS, ÓYENOS SEÑOR,
TE LO PEDIMOS, ÓYENOS SEÑOR.
Guía. San Mateo, en el Evangelio, manifiesta que con Pedro y como Iglesia
expresamos nuestra fe en Dios y en Jesús, nuestro Salvador. Escuchemos. (De
pie).
Lector. Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta
pregunta a sus discípulos: “¿Quien dice la gente que es el Hijo del
hombre?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros,
que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”
Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la
palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo entonces:
“¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún
hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán
sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la
tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará
desatado en el cielo”.
Palabra del Señor.
4 9
T. Otras comunidades no fundadas sobre esa piedra no son «la Iglesia de
Cristo». Ésta, que está fundada sobre Pedro y sus Sucesores, es la que desafía
las potencias enemigas y toda adversidad.
G. Se han levantado, a lo largo de la historia, «las puertas del infierno»
contra la Iglesia, la han perseguido, han procurado eliminarla, pero no han
prevalecido contra ella.
L. Tal vez el momento más crítico fue precisamente cuando el Imperio
Romano dio muerte a los dos grandes apóstoles Pedro y Pablo con intención de
acabar con la Iglesia. Pero ni siquiera esto logró vencerla, pues en seguida
asumió la misión un Sucesor de la «Piedra», y la Iglesia siguió su marcha en
medio de las persecuciones.
C. El Papa Francisco, desde el inicio de su Pontificado, ha querido
conducir a la Iglesia bajo una “revolución de la ternura”. La misericordia (Mt 9,9)
es la acción de su ministerio petrino tratando de llegar a cada ser humano para
demostrar que Dios, en nuestro tiempo, quiere que todos los hombres y mujeres
sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad (1Tim 2,4).
Rechazando oropeles, títulos y nobleza, Francisco quiere hacer del papado un
auténtico ministerio y no signo de privilegios. A la vez, desea que la Iglesia sea
Casa de Acogida, hospital de campaña donde todos seamos colaboradores de
Dios, labranza de Dios, edificio de Dios. (1 Cor 3,9).
L. Sin embargo, el Enemigo, hacedor de las divisiones, pretende atentar
contra esa unidad querida por Nuestro Señor (1Pe 5,8). Los ataques contra el
Papa Francisco demuestran cómo se quiere detonar esta revolución de la
misericordia para hacer una Iglesia distinta y arrancar de raíz cualquier elemento
que le esté anquilosando y descomponiendo.
C. Las palabras que Cristo dijo entonces a Pedro, siguen resonando hoy:
«Los poderes adversos no prevalecerán contra la Iglesia». Y sabemos que
pasarán el cielo y la tierra antes que deje de cumplirse una coma de la palabra
de Cristo.
T. Padre Bueno, que siempre escuchas el clamor de tu pueblo, te pedimos
por nuestro pastor, el Papa Francisco. Anímalo, protégelo y dale fuerzas con tu
Espíritu, para que unido a los obispos pastores de todas las iglesias diocesanas
del mundo, guíe la vida de los cristianos por las huellas del camino de Jesús.
Queremos ser, en comunión con él, con nuestro Obispo, Sacerdotes y religiosos,
y todas las comunidades cristianas, una Iglesia sencilla y servidora, que anuncie
con alegría el Evangelio de Jesús, que ame y cuide la casa común, que trabaje
junto a otros para hacer un mundo de hermanos, y demos razón con valentía de
nuestra más genuina identidad: ser discípulos de Cristo, testigos de Su
misericordia.
T. Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en Tu presencia mi
adhesión incondicional a tu Vicario en la Tierra, el Papa. En él Tú has querido
mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la
desorientación, la inquietud y el desasosiego.
Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y
bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.
Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas.
Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las
calumnias y de la maldad. Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la
desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida,
firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención. Amén.
Canto. TU ERES PEDRO Mensajero de paz,
Tu eres Pedro y sobre esta piedra de armonía y de amor
edificaré, edificaré, edificaré mi Iglesia. ayuda a los hombres
a encontrar a Dios.
BENDITO EL QUE VIENE
EN NOMBRE DEL SEÑOR (4) Tú que te consagraste
a la virgen María
El poder de la muerte no la podrá destruir imprime en tu pecho
Y el poder de la muerte no la podrá destruir. el cerro del Tepeyac.
C. Pedro fue el primero en confesar la fe en «el Mesías, el
Hijo de Dios vivo». Esta afirmación es el centro de la fe
cristiana. Su formulación la debemos a Pedro. Pero, no llegó
a ello gracias a sus perspicacia o a su inteligencia: fue una
revelación de Dios, tal como lo declara Jesús:
«Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha
revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos». De
esta manera se nos enseña que la fe en Cristo es un don de Dios y que Pedro
fue el primero a quien dicho don se concedió.
G. Después de esta confesión de fe, sigue una promesa de Cristo: «Tú eres
Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella».
L. Esta promesa es una verdadera profecía. Tal vez no nos hemos detenido
nunca a pensar en ella. Jesús cambia el nombre a Simón para indicarle su
misión: ser la piedra sobre la cual sería edificada la Iglesia de Cristo. ¡Que nadie
ponga otro fundamento que el puesto por Cristo!
8 5
Meditamos con las palabras del Papa Francisco
G. «Este texto del Evangelio, nos recuerda un
pasaje clave del camino de Jesús con sus discípulos:
el momento en el que Él quiere verificar hasta qué
punto está su fe en Él.
L. Primero, quiere saber qué piensa la gente de él.
Y la gente piensa que Jesús es un profeta, cosa que es
verdad, pero no recoge el centro de su Persona y no
recoge el centro de su misión. Luego, les plantea a sus
discípulos la pregunta que más lleva en su corazón: «Y
ustedes, ¿quién dicen que soy?» (v 15).
G. Con esa pregunta Jesús aparta decididamente a los Apóstoles de la
masa, como diciendo, pero ustedes que están conmigo cada día y me conocen
de cerca, ¿qué más perciben?
C. El Maestro espera de los suyos una respuesta alta y distinta, con
respecto a las de la opinión pública. Y, en efecto, precisamente esa respuesta
brota del corazón de Simón Pedro: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo» (v.16) Simón Pedro encuentra en sus labios palabras más grandes que él,
palabras que no nacen de sus capacidades naturales. Pero que le son
inspiradas por el Padre celeste (cfr v.17), el cual revela al primero de los Doce la
verdadera identidad de Jesús: Él es el Mesías, el Hijo enviado por Dios para
salvar a la humanidad. Y con esta respuesta, Jesús comprende que, gracias a la
fe donada por el Padre, hay un fundamento sólido sobre el cual puede construir
su comunidad, su Iglesia. Por ello le dice a Simón: «tú Simón eres Pedro-
es decir piedra, roca - y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (v 18).
L. También con nosotros, hoy, Jesús quiere seguir construyendo su
Iglesia, esta casa con cimientos sólidos, donde sin embargo no faltan grietas, y
que necesita constantemente ser reparada. Siempre: la Iglesia siempre necesita
ser reformada, reparada, como en los tiempos de Francisco de Asís.
C. Nosotros, ciertamente, no nos sentimos rocas, sólo pequeñas piedras.
Sin embargo, ninguna piedra pequeña es inútil, aún más, en las manos de
Jesús, la piedra más pequeña se vuelve preciosa, porque Él la recoge, la guarda
con gran ternura, la talla con su Espíritu y la coloca en el lugar adecuado, que Él
ha pensado desde siempre y donde puede ser útil para toda la construcción.
Cada uno de nosotros es una piedra pequeña, pero en las manos de Jesús hace
la construcción de la Iglesia.
T. Y todos nosotros nos convertimos en ‘piedras vivas’, porque cuando Jesús
toma en la mano esa piedra, la hace suya, llena de vida, llena de vida del
Espíritu Santo, llena de vida gracias a su amor, y así tenemos un lugar y una
misión en la Iglesia: ella – la Iglesia - es comunidad de vida, hecha de tantísimas
piedras, todas diversas, que forman un edificio único en el signo de la
fraternidad y de la comunión.
L. También el Evangelio de hoy nos recuerda que Jesús ha querido para su
Iglesia también un centro visible de comunión en Pedro: también él, no es una
piedra grande, es también una piedra pequeña, pero tomada por Jesús se
vuelve centro de comunión, en Pedro y en aquellos que le iban a suceder en la
misma responsabilidad primacial, que desde los orígenes han sido identificados
en los Obispos de Roma, la ciudad donde Pedro y Pablo han dado testimonio de
la sangre.
C. Encomendémonos a María, Reina de los Apóstoles, Madre de la Iglesia.
Ella estaba en el cenáculo, al lado de Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió
sobre los Apóstoles y los impulsó a salir y a anunciar a todos que Jesús es el
Señor. Hoy, nuestra Madre nos sostenga y nos acompañe con su intercesión,
para que realicemos plenamente aquella unidad y aquella comunión por la cual
Cristo y los Apóstoles han rezado y han dado la vida». (Papa Francisco antes
del rezo del Ángelus. Plaza de San Pedro, Domingo 27 de agosto de 2017).
G. Hagamos ahora, un momento de silencio para meditar ante Jesús
Eucaristía y preguntémonos: ¿Me siento una piedra viva de la Iglesia que edifica
con sus palabras y obras el Reino de Dios en la tierra?, ¿Me uno espiritualmente
en mis oraciones e intenciones al Santo Padre, los Obispos, sacerdotes,
religiosos y quienes tienen la responsabilidad de pastorear el rebaño del Señor
para confirmarlo en la fe?
(Momento de meditación en silencio)
C. Oh Dios, que en tu providencia quisiste edificar tu Iglesia sobre la roca
de Pedro, príncipe de tus apóstoles, mira con amor a nuestro papa Francisco, y
Tú, que lo has constituido sucesor de san Pedro, concédele la gracia de ser
principio y fundamento visible de la unidad de fe y de comunión de tu pueblo.
T. Y a nosotros, danos Señor, una profunda comprensión y confianza en tu
Iglesia, para que junto con el Papa y nuestro obispo Don Gerardo de Jesús, se
continúe construyendo la comunidad de tus fieles, dando testimonio al mundo de
tu misericordia y amor salvador. Amén.
6 7
Canto. PESCADOR DE HOMBRES Tu sabes bien lo que tengo
Tu has venido a la orilla En mi barca no hay oro, ni espadas
No has buscado ni a sabios, ni a ricos, Tan solo redes y mi trabajo.
tan solo quieres que yo te siga.
SEÑOR, ME HAS MIRADO…
SEÑOR, ME HAS MIRADO A LOS OJOS
SONRIENDO, HAS DICHO MI NOMBRE Tu necesitas mis manos
EN LA ARENA, HE DEJADO MI BARCA Mi cansancio que a otros descanse
Amor que quiera seguir amando.
JUNTO A TI, BUSCARÉ OTRO MAR
G. Pedro, es la piedra sobre la que Jesucristo edifica su
Iglesia, en la que selló con su sangre la fidelidad del Padre.
Participa ahora de la misión misma de Cristo, es decir
Pedro se convierte en trabajador compañero de Jesús para
la reconstrucción del nuevo Israel, la nueva casa y familia
de Dios.
C. Jesucristo es realmente la piedra angular de este nuevo “edificio”.
Comenzando desde Pedro, todos los apóstoles y sus seguidores están
destinados a participar en esta vocación y misión de Cristo, su Maestro,
reconocido por ellos como el Hijo de Dios vivo. La legitimidad de su función nace
de este mandato dado a Pedro por Jesús.
L. De aquí surge también la seguridad de que, mientras permanezcan fieles
a este mandato, ningún poder, ni terreno ni sobrehumano, prevalecerá sobre
ellos. De esta manera el Señor quiso que su Iglesia fuera una sociedad visible y
organizada, con una jerarquía y un supremo jerarca, un pueblo, el Nuevo Israel,
regido por Pedro y los otros once apóstoles y ahora por sus sucesores.
C. Hoy día el Papa Francisco, Sucesor de Pedro, ofrece un apoyo seguro
en que se funda la Iglesia y la verdadera fe. A él, como entonces a Pedro,
corresponde formular la fe y la moral cristianas. El que disiente de él en estas
materias se pone al margen del Reino de los cielos, pues sólo a él se dirigen las
palabras que Cristo agrega: «A ti te daré las llaves del Reino de los cielos».
L. Esta es una ocasión propicia para confirmar nuestra fe en Cristo y
nuestra comunión con el sucesor de Pedro, el Papa, que tiene la misión como
pastor de la Iglesia Universal de confirmarnos en la fe y en la caridad.