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UNIDAD IV. Tocqueville: La sociedad democrática.

La Igualdad de condiciones.

La igualdad de condiciones y la teoría de la representación serán las bases


de la fundamentación teórica de la democracia.

A medida que Tocqueville estudiaba la sociedad norteamericana, veía en la


igualdad de condiciones el hecho generador de que cada hecho particular
parecía derivarse.

El desarrollo gradual de la igualdad de condiciones es un hecho providencial,


y tiene las siguientes características: es universal, durable, escapa a la
potestad humana y todos los acontecimientos, como todos los hombres,
sirven para su desarrollo.

Igualdad y Libertad.

La interpretación de la igualdad en la libertad no es más que la síntesis de la


doctrina jeffersoniana, la cual explica que todos los hombres han sido
creados libres o que al menos deberían serlo.

No difiriendo ninguno de sus semejantes, nadie podrá ejercer un poder


tiránico, pues los hombres serán perfectamente libres, porque serán del todo
iguales, y perfectamente iguales porque serán del todo libres.

La igualdad hace a los hombres independientes unos de otros.

La igualdad produce dos tendencias:


 La primera conduce a los hombres hacia la independencia y puede
llevarlos hasta la Anarquía;
 La segunda los lleva por un camino más largo, secreto, pero más
seguro hacia la esclavitud. Esta se dirige a las almas.

Papel de los Municipios.

La Comuna es la única asociación que se encuentra donde hay hombres


reunidos. Existe en todos los pueblos, está compuesta de elementos
modestos que rehúsan el trabajo del legislador.

La libertad comunal es consolidada a partir de la acción continua de las


leyes y de las costumbres, las circunstancias y sobretodo el tiempo.
La libertad comunal escapa al esfuerzo del hombre. Las instituciones
comunales son a la libertad lo que las escuelas primarias vienen a ser a
la ciencia; la ponen al alcance del pueblo; le hacen paladear su uso
pacífico y lo habitúan a servirse de ella Pero es en la comuna donde
reside la fuerza de los pueblos libres.

La mayor parte de los poderes de la comuna se encuentra en manos de


un grupo de individuos electos que son los SELEC-MEN , que son los
ejecutores de la voluntad popular.

Las comunas están obligadas a satisfacer los deberes sociales. En


ninguna parte como en la comuna el pueblo es la fuente del poder social
con tanta intensidad. En la comuna, donde la acción legislativa y
gubernamental está más ceca de los gobernados, la ley de
representación no es admitida. No hay Consejo Municipal; el cuerpo
electoral, después de haber nombrado sus magistrados, los dirige por sí
mismos en todo aquello que no es la ejecución pura y simple de las
leyes del Estado.

El sistema Norteamericano al mismo tiempo que reparte el poder


municipal entre un gran número de ciudadanos, no teme en multiplicar
los deberes comunales. En los EE.UU. se piensa con razón que el amor a
la patria es una especie de culto al que los hombres se ligan por medio
de las prácticas. De ésta manera, la vida comunal se deja sentir a cada
instante; se manifiesta cada día por la realización de un deber o por el
ejercicio de un derecho. Este movimiento político imprime a la sociedad
un movimiento continuo, pero al mismo tiempo apacible, que la agita sin
perturbarla.

El habitante de la comuna se interesa por ella porque contribuye a


dirigirla. Este toma gusto por el orden, comprende la armonía de
poderes y adquiere ideas y prácticas sobre la naturaleza de sus deberes
y amplitud de sus derechos.

La asociación voluntaria.

Una ASOCIACION consiste en la adhesión pública que da un


determinado número de hombres a una determinada doctrina, y en el
compromiso que contraen de hacerla prevalecer.

El derecho de asociación implica:


 la libertad de prensa
 la libertad de reunión
 el derecho a reunirse en colegios electorales y nombrar mandatarios
y a representarlos en una asamblea general. Este es el sistema
representativo aplicado a un partido.

En EE.UU. hay una gran cantidad de asociaciones que deben su existencia y


desarrollo a las voluntades individuales. La asociación reúne en un haz los
esfuerzos de los espíritus divergentes, y los empuja con vigor hacia un solo
fin claramente indicado por ella.

En éste país la libertad de asociación ha llegado a ser una garantía necesaria


contra la tiranía de la mayoría. Aquellos países donde el Estado Social es
democrático, son necesarias las asociaciones. El derecho de asociación es
inalienable.

La soberanía del pueblo.

El principio de la soberanía del pueblo se encuentra siempre en el fondo de


las instituciones humanas, se encuentra en ellas sepultado. Se le obedece sin
reconocerlo.

En Norteamérica el principio de la soberanía del pueblo no está oculto, es


reconocido por las costumbres, proclamado por las leyes, se extiende con la
libertas y alcanza sin obstáculos sus últimas consecuencias.

El pueblo participa en la composición de las leyes por la selección de sus


legisladores, en su aplicación por la elección de sus agentes del poder
ejecutivo y se puede decir que del mismo gobierno, tan restringida y frágil es
la parte dejada a la administración, obedeciendo al poder del que emana. El
pueblo dirige el mundo Norteamericano como Dios lo hace con el Universo. Él
es la causa y el fin de todas las cosas. Todo sale de Él y todo vuelve a
absorberse en su seno.

Las costumbres.

Tocqueville considera a las Costumbres como una de las grandes causas


generales a las que se puede atribuir el mantenimiento de la república
democrática en los EE.UU.

Entiende la expresión de costumbres en el sentido que atribuían los antiguos


a la palabra mores. No solamente la aplica a las costumbres llamadas los
hábitos del corazón, sino que también se aplica a las diferentes nociones que
poseen los hombres y al conjunto de las ideas de que se forman los hábitos
del espíritu.
Las costumbres son tanto el estado moral como intelectual de un pueblo.

La Religión.

Desde el principio la política y la religión se encontraron de acuerdo y


más adelante no dejaron de estarlo. La religión regula las costumbres y
extiende su imperio hasta sobre las inteligencias.

En Norteamérica la religión es la que lleva a la luz y la observancia de


las leyes divinas es la que conduce al hombre a la libertad.

La religión ve en la libertad civil un noble ejercicio de las facultades del


hombre; y la libertad ve en la religión a la compañera de sus luchas y de
sus triunfos, la cuña de su infancia y la fuente divina de sus derechos.

En EE.UU. la religión se mezcla en todos sus usos nacionales y con todos


los sentimientos que hacen nacer a la patria. La religión se ha puesto
ella misma sus límites. Era orden religioso es distinto al orden político.

EE.UU. es el país más democrático sobre la tierra, pero al mismo tiempo


es el más religioso y donde la religión más progresos hace.

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