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Verbena, verbena, jardín de Matatena.

Arroz con leche' Verbena, verbena, jardín de Matatena.


Arroz con leche. Canción para niños Campanita de oro, déjame pasar,
Arroz con leche con todos mis hijos, menos el de atrás,
me quiero casar tras, tras, tras, tras.
con una señorita Será melón, será sandia, será la vieja del otro
de San Nicolás día,
día, día, día, día.

Que sepa coser


que sepa bordar
que sepa abrir la puerta
para ir a jugar.

Yo soy la viudita
del barrio del rey
me quiero casar Susanita tiene un ratón
y no se con quién
Susanita tiene un ratón un ratón chiquitín
Con esta sí Que come chocolate y turrón y bolitas de
con esta no anís.
con esta señorita Duerme junto al radiador con la almohada a
me caso yo los pies

Y sueña que es un gran campeón jugando al


ajedrez.
le gusta el fútbol el cine y el teatro baila
tango y rocanrol
Y si llegamos y nota que observamos siempre
nos canta esta
canción.

víbora de la mar

A la víbora, víbora, de la mar, de la mar,


por aquí pueden pasar.
Los de adelante corren mucho y los de atrás
se quedarán,
tras, tras, tras, traaas.
Una mexicana que frutos vendía,
ciruela, chabacano, melón o sandía.
Una mexicana que frutos vendía,
Ciruela, chabacano, melón o sandia.
Aserrín Aserrán. cuando tienen hambre,
cuando tienen frío.
Aserrín aserrán
los maderos de San Juan La gallina busca
piden pan no les dan el maíz y el trigo,
piden huesos y les dan queso les da la comida
piden vino y si les dan y les presta abrigo.
se marean y se van.
Bajo sus dos alas
Aserrín aserrán acurrucaditos,
los maderos de San Juan duermen los pollitos
piden pan no les dan hasta el otro día.
piden huesos y les dan queso
piden vino y si les dan Cuando se despiertan
se marean y se van. dicen, mamacita
tengo mucha hambre
dame lombricita

los pollitos dicen pío pío


.
Los pollitos dicen,
pío, pío, pío,
cuando tienen hambre, 1, ¿Cuál es el colmo de lo imposible?
cuando tienen frío. Perder un imperdible.

La gallina busca
el maíz y el trigo,
les da la comida
y les presta abrigo.

Bajo sus dos alas


acurrucaditos,
duermen los pollitos
hasta el otro día
2. ¿Cuál es el colmo de un pastor?
Cuando se despiertan
Contar ovejas y quedarse dormido.
dicen, mamacita
tengo mucha hambre
dame lombricita.

Los pollitos dicen,


pío, pío, pío,
A las diez, en la cama
estés: Los niños tiene
que acostarse pronto para ir al
colegio descansados.
3. ¿Cuál es el colmo de un motorista?
Extender la mano para ver si llueve.

4. ¿Cuál es el colmo de una azafata?


Enamorarse del piloto automático. - En boca cerrada no entran
moscas: En determinados
momentos es mejor estar callado
antes de meter la pata.

5. ¿Cuál es el colmo más pequeño?


El colmillo. - Zapatero a tus zapatos: No
hay que meterse donde no te
llaman.
1. Cuento cuentos,
cuenta cuentas.
¡Cuántos cuentos!
¿Cuántas cuentas?

- Barriga vacía, no tiene


alegría: Comiendo bien se ven
las cosas de distinto modo.
2. Se me lenguó la traba
y palabróseme la yerra:
eso le pasa a cualquiera.

3. Si tú dices como yo
la lengua se te hace un nudo.
Tres pollos pelos peludos,
tres peludos pollos pelos.

- Abril, aguas mil: Abril es un


mes con muchas lluvias.

4. Paco compró copas.


Como pocas copas compró,
pocas copas pagó.
2- Marinero

Marinero que se fue a la mar y mar y mar,

Para ver que podía ver y ver y ver y

Lo único que pudo ver y ver y ver,

Fue el fondo de la mar y mar y mar.

5. Col, caracol y ajo;


ajo, caracol y col;
col, caracol y ajo;
ajo, caracol y col.

1- Cro-cro cantaba la rana 3- El que se fue a Sevilla perdió su silla

Cro-cro cantaba la rana, El que se fue a Sevilla

cro-cro debajo del agua, Perdió su silla,

cro-cro pasó un caballero, El que se fue a León

cro-cro con capa y sombrero, Perdió su sillón.

cro-cro pasó una criada

cro-cro vendiendo ensalada.

4- El que se fue a la Villa perdió su silla


(variación del anterior)
El que fue a la Villa perdió su silla. Mar, ¿adónde vas?

El que regresó se la quitó. Río arriba voy buscando


fuente donde descansar.
5- Sana sana, colita de rana (para curar una
herida) Chopo, y tú ¿qué harás?

Sana, sana, colita de rana No quiero decirte nada.


Yo..., ¡temblar!
Si no sana hoy sanará mañana.
¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?

Cuatro pájaros sin rumbo


en el alto chopo están.

Autor: Federico García Lorca

Abril

. Agua, ¿dónde vas?

El chamariz en el chopo.
-¿Y qué más?

El chopo en el cielo azul.


- ¿Y qué más?

El cielo azul en el agua.


- ¿Y qué más?
Agua, ¿dónde vas?
El agua en la hojita nueva.
Riendo voy por el río
- ¿Y qué más?
a las orillas del mar.
La hojita nueva en la rosa.
- ¿Y qué más? ¡Mi corazón en el tuyo!

La rosa en mi corazón. Autor: Juan Ramón Jiménez


- ¿Y qué más?

Hansel y Gretel
Érase una vez dos niños llamados Hansel y Gretel, quienes vivían con su padre leñador y su
madrastra cerca de un espeso bosque. La situación de la familia era precaria, vivían con mucha
escasez y apenas tenían para alimentarse.
Una noche la cruel madrastra le sugirió al buen leñador que se encontraba atormentado pensando
que sus hijos morirían de hambre. – “Debemos abandonarlos en el bosque, ya no hay suficiente
comida. A lo mejor se encuentran a alguien que se apiade y les dé de comer”.
Cuento de Hansel y GretelAl principio el padre se opuso rotundamente a la idea de abandonar a
sus hijos a la merced del bosque. – “¿Cómo se te puede ocurrir semejante idea mujer? ¿Qué clase
de padre crees que soy?” – le respondió enfadado.

La mujer que estaba dispuesta a deshacerse de la carga de los niños, no descansó hasta convencer
al débil leñador de que aquella era la única alternativa que le quedaba.

Los niños no estaban realmente dormidos, por lo que escucharon junto a la puerta de su
habitación toda la conversación. Gretel lloraba desconsoladamente, pero Hansel la consoló
asegurándole que tenía una idea para encontrar el camino de regreso.
A la mañana siguiente cuando los niños se disponían a acompañar a su padre al bosque como
hacían a menudo, la madrastra les dio un pedazo de pan a cada uno para el almuerzo. Así fue
como los niños siguieron a su padre hasta la espesura al bosque, sabiendo que este los iba a dejar
allí. Hansel iba detrás, dejando caer migas de su pan para marcar el camino por el que debían
regresar a la casa.
Cuando llegaron a un claro, el padre les dijo con una tristeza profunda. – “Esperen aquí hijos míos,
iré a cortar algo de leña y luego vendré a buscarlos”.
Hansel y Gretel se quedaron tranquilos como su padre les había pedido, creyendo que tal vez
había cambiado de opinión. Se quedaron profundamente dormidos hasta que los sorprendió la
noche y siguiendo la luz de la luna, intentaron encontrar el camino de regreso. Pero por más que
buscaron y buscaron no lograron encontrar las migas de pan que indicaban el camino, ya que
antes los pájaros del bosque se las habían comido.
Así vagaron sin rumbo durante la noche y el día siguiente por el bosque, y con cada paso que
daban se alejaban más de la cabaña donde vivían. Pensaban que iban a morir de hambre cuando
encontraron a un pajarillo blanco que cantaba y movía sus alas, como invitándoles a seguirle.
Siguieron el vuelo de aquel pajarillo hasta que llegaron a una casita, que para su sorpresa estaba
construida completamente de dulces. El tejado, las ventanas e incluso las paredes estaban
recubiertas de jengibre, chocolate, bizcochos y azúcar.
De inmediato se abalanzaron hacia la casita y mientras mordisqueaban todo lo que podían, oyeron
la voz de una viejecita desde el interior que los invitaba a pasar. Se trataba de una bruja malvada
que usaba aquel hechizo para atraer a los niños y luego comérselos.
Una vez adentro fue muy tarde para Hansel y Gretel, quienes no lograron escapar. La bruja decidió
que Gretel le era más útil en las labores domésticas y a Hansel se lo comería luego de engordarlo,
porque estaba muy delgado. Lo metió en una jaula donde lo alimentaba a diario y como estaba
media ciega, cuando le pedía que le sacase la mano para ver si había engordado algo, Hansel la
engañaba con un hueso.
Pasó el tiempo y la bruja finalmente se aburrió, por lo que decidió comérselo así mismo. Le ordenó
a Gretel que prepara el horno para cocinarlo. Mientras la bruja estaba distraída viendo si el horno
estaba lo suficientemente caliente, Gretel aprovechó la oportunidad para empujarla a su interior.
Gretel corrió y liberó a su hermano, pero antes de marcharse tomaron las joyas y diamantes que
mantenía escondidos la bruja. Huyeron del bosque tan lejos como pudieron, hasta que llegaron a
la orilla de un inmenso lago en el que nadaba un bello cisne blanco. Le pidieron ayuda al cisne que
los ayudó a cruzar hasta la otra orilla, indicándoles el camino de regreso a su casa.

Con inmensa alegría los niños encontraron a su padre, que no había pasado un día sin que se
arrepintiera de lo que les había hecho a sus adorados hijos. Les contó que los había buscado por
todo el bosque sin cesar y que la madrastra había muerto. Les prometió que en lo adelante se
esforzaría por ser un mejor padre y hacerlos feliz.

Los niños dejaron caer los tesoros de la bruja a los pies de su padre y le dijeron que ya no tendrían
que pasar más malos momentos. Y fue así como vivieron felices y ricos por siempre, Hansel y
Gretel y su padre el leñador.

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