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UNIVERSIDAD NACIONAL

SANTIAGO ANTUNEZ DE MAYOLO


FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN Y DE
LA COMUNICACIÓN
ESCUELA DE EDUCACIÓN PRIMARIA BILINGÜE
INTERCULTURAL

CURSO : Diversidad Cultural


DOCENTE: Juan Carlo Vásquez Novoa
TEMA : Revaloración y difusión de la diversidad cultural
ALUMNAS:
 Katerine Milagros Alberto Guillermo
 Angie Antonella Dávila Galán
 Yuslinda Milagros Domínguez Chávez

HUARAZ – ANCASH
2018 – II

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Revaloración y difusión de las diversidades culturales
¿Qué es cultura? ....................................................................................................................... 3

¿Qué es la diversidad cultural? .............................................................................................. 4

¿Qué engloba la diversidad cultural de un país? .................................................................. 8

¿Por qué es importante reconocer y valorar la diversidad cultural? ................................. 8

¿Cómo o por qué la diversidad cultural puede llevar al diálogo y al desarrollo? ............. 8

¿Cómo participa el Estado en la conservación de la diversidad cultural del Perú? .......... 9

¿Cómo revalorar y difundir la diversidad cultural? ............................................................ 9

Conclusión .............................................................................................................................. 15

Bibliografía ............................................................................................................................. 16

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Revaloración y difusión de las diversidades culturales

¿Qué es cultura?

Hoy en día se plantea que los fenómenos culturales en todas las sociedades humanas tienen

un carácter fundador de las civilizaciones y un papel esencial en su desarrollo y progreso. De

ahí que la cultura sea un eje transversal por varias razones: permite acompañar y afianzar la

formación integral que reciben niños, jóvenes y adultos, a través de la generación de mejores

entornos para los habitantes de las ciudades y comunidades; impulsa la creatividad y

capacidad innovadora; y fomenta el crecimiento del país con un sentido de identidad que

puede ser proyectado internacionalmente.

Por ende, al hablar de cultura se alude a los aspectos más íntimos y más visibles del ser

humano: valores, creencias, tradiciones, prácticas y saberes, mediante los cuales las personas,

individual y colectivamente, expresan su humanidad y los significados que dan a sus modos

de vida y su visión de desarrollo. Es decir, todo aquello que se refiere a los derechos

culturales: “Los Derechos Culturales son fundamentalmente derechos humanos para asegurar

el disfrute de la cultura y de sus componentes en condiciones de igualdad, dignidad humana y

no discriminación. Son derechos relativos a cuestiones como la lengua; la producción cultural

y artística; la participación en la cultura; el patrimonio cultural; los derechos de autor; las

minorías y el acceso a la cultura, entre otros”. Estos derechos buscan garantizar la posibilidad

de crear y tener acceso en los ámbitos artístico, cultural, patrimonial y científico, y también

tienen como propósito proteger la diversidad y el patrimonio cultural, fomentar una

educación que contribuya al desarrollo de la identidad cultural, propiciar la participación de

los agentes sociales y culturales, y permitir el acceso a una información libre y plural.

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¿Qué es la diversidad cultural?

Se ha señalado que las culturas cambian y se transforman cuando los individuos que las

componen cambian y se transforman. Gracias a esto, hoy en día el mundo cuenta con

aproximadamente 6000 pueblos diferentes y un número similar de lenguas. Estas diferencias

dan lugar a diversas visiones, valores, creencias, prácticas y expresiones todas las cuales

merecen igual respeto y valoración.

Para algunos, la expresión “diversidad cultural”, derivada de la noción de biodiversidad, se

refiere a la totalidad de comunidades culturales existentes en el mundo, tomadas estas últimas

como reagrupamientos que poseen identidad y personalidad propias según los elementos

particulares que las definen (idioma, religión, etnia, historia, etc.). Esto implica una

diversidad de manifestaciones culturales, puesto que la vitalidad de las comunidades

culturales se hace evidente a través de su expresión cultural: condenadas al silencio, sólo

pueden marchitarse y desaparecer. Pero la diversidad cultural también es definida en un

sentido más amplio, englobando no sólo la totalidad de las comunidades culturales existentes

y sus expresiones propias, sino también un pluralismo cultural en el sentido de un pluralismo

de puntos de vista y el pluralismo de ideas, en donde cada uno se relaciona e interactúa entre

sí.

La diversidad cultural implica por una parte la preservación y la promoción de las culturas

existentes y, por otra, la apertura a otras culturas. En este sentido, la diversidad cultural es

uno de los pilares del desarrollo sostenible, está relacionada con la identidad de las personas y

las sociedades, con la democracia como expresión de la libertad y con el acceso de los

ciudadanos a las obras de creación, especialmente a las que se producen en su región. Crea

las condiciones necesarias para un diálogo entre diferentes culturas y permite así el

enriquecimiento mutuo de las culturas. El respeto de la diversidad cultural y de las

civilizaciones contribuye igualmente a la promoción de una cultura de paz.

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La diversidad cultural no es un fenómeno o un hecho novedoso en la historia de la especie

humana. Esta es y ha sido un hecho evidente a lo largo de la historia cada vez que el contacto

entre pueblos y personas de distintas culturas ha sido posible. Sin embargo, hoy en día se

habla de diversidad cultural a partir del nuevo escenario que se ha gestado con la

globalización y con el consecuente desarrollo de los medios de comunicación y de transporte

en el último siglo. Con ella se ha facilitado que los contactos, que una vez fueron esporádicos

o limitados a quienes eran vecinos geográficos, en la actualidad sean constantes y tengan

lugar entre personas de lugares distantes y culturas disímiles, poniendo en evidencia así una

aún más grande multiplicidad de visiones y expresiones culturales humanas. Existen dos

posibles situaciones para enfrentar el reconocimiento de la diversidad en el encuentro entre

culturas diferentes: a) Por un lado, se puede establecer una jerarquía de las diferencias que

implica, en muchos casos, discriminación y dominación. Las jerarquías conducen a prácticas

discriminatorias que se justifican por la ideología. Así se argumenta que una religión o una

clase social o una etnia, es superior a otra. En esta situación, las relaciones entre culturas se

vuelven hostiles y destructivas, y se puede llegar a un “fundamentalismo cultural” que no les

reconoce legitimidad a las otras culturas. Esto ocurre cuando se niega a ciertas personas las

oportunidades de acceso a los recursos básicos basándose en sus características culturales;

cuando se les discrimina por su origen étnico, o por su lengua, o por otros aspectos de su

cultura que lo hacen diferente. La UNESCO ha acuñado el término de “injusticia cultural”

para referirse a esta realidad. Hay injusticia cultural allí donde hay dominación cultural. La

dominación y la injusticia, y no las diferencias étnicas, son las que convierten a las culturas

diferentes en antagonistas. b) Por otro lado, frente a la diversidad puede darse también la

aceptación, el respeto y un proceso de creatividad y mutuo enriquecimiento. Para ello, lo

primero que debe darse es la capacidad de representar las diferencias para luego entrar en un

proceso de aceptación del otro. Se trata de reconocer que el otro tiene el mismo derecho que

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cualquier ser humano a construir su identidad y su conciencia. La diversidad cultural es,

entonces, un hecho social, un dato de la realidad frente a la cual caben dos posturas. O la

diversidad se convierte en fuente de tensiones, de prejuicios, de discriminación y exclusión

social; o se constituye en fuente potencial de creatividad y de innovación y, por tanto, en una

oportunidad de crecimiento y desarrollo humano. Ambas reacciones pueden observarse tanto

a nivel individual como social. A nivel macro, la forma como se decida enfrentarla

determinará las políticas nacionales, las condiciones económicas de los grupos involucrados o

la organización geográfica y social. A nivel micro, ya que la identidad personal está

constituida por distintas “capas” culturales, diferentes culturas conforman cada uno de los

espacios de los que se hace parte y cada persona podrá o no reconocer el origen diverso de su

identidad, su ser multicultural, producto de distintas tradiciones, unión de múltiples visiones

de mundo y con competencias para desarrollarse en distintos ámbitos sociales.

Para el caso de América latina, esta diversidad siempre fue evidente, desde los primeros

contactos entre los grupos de los pobladores originarios del continente y luego con el proceso

de Conquista española. Durante este período la diversidad se manifestó por ejemplo a través

de los llamados sincretismos religiosos entre la religión católica y las religiones indígenas y

las que llegaron desde África con la esclavitud, en donde los santos cristianos eran al mismo

tiempo representaciones de divinidades africanas e indígenas, ambas superpuestas y

complementarias. Hoy en día la diversidad cultural de América latina abarca además a nuevas

culturas con las cuales no se mantuvo contacto tradicionalmente pero que han permeado

ciertos aspectos de cada cultura como la estética, la comida o la religión. Las distintas

culturas que están presentes en diferentes espacios de la vida cotidiana, como el barrio, la

escuela, la ciudad, la región, el país, etc. se encuentran en permanente contacto e interacción

entre sí, transformándose mutuamente y generando además nuevas culturas a lo largo del

tiempo y del espacio. Desde este punto de vista los “bordes” entre las distintas culturas no

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son fácilmente identificables, y mucho menos, estáticos, ya que las culturas, al igual que las

identidades, cambian. Estas transformaciones constituyen la manifestación más evidente de la

diversidad cultural y el desafío que ella plantea es el de poder entender el sentido que cada

práctica, símbolo u objeto tiene para una persona de una cultura distinta a la propia. Al

desarrollar esta capacidad de empatía podemos enriquecer la visión propia del mundo y

generar nuevos espacios de diálogo e intercambio. Una mirada capaz de ponerse en el lugar

del otro es fundamental para el desarrollo de los espacios de diversidad humana. Por otro

lado, el hecho de que cada persona y grupo humano sea diferente entre sí es el punto de unión

que encontramos en medio de la diversidad. Lo que realmente une a todos los seres humanos

es su capacidad de distinguirse de los demás, de establecer sus propias visiones de mundo, y

es esta capacidad la que tienen en común todos los grupos y todas las personas. Cada persona

es diferente a otra en algunos aspectos y al mismo tiempo es semejante en otros y el lograr

establecer donde están los puntos de unión y donde se encuentran las diferencias es

fundamental para poder establecer diálogos fructíferos.

De acuerdo con la Convención de 2005 sobre la protección y la promoción de la diversidad

de las expresiones culturales (UNESCO) se define a la diversidad cultural como la

“multiplicidad de formas en que se expresan las culturas de los grupos y sociedades. Estas

expresiones se transmiten dentro y entre los grupos y las sociedades”. La diversidad cultural

se manifiesta no sólo en las diversas formas en que se expresa, enriquece y transmite el

patrimonio cultural de la humanidad mediante la variedad de expresiones culturales, sino

también a través de distintos modos de creación artística, producción, difusión, distribución y

disfrute de las expresiones culturales, cualesquiera que sean los medios y tecnologías

utilizados.

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¿Qué engloba la diversidad cultural de un país?

La diversidad cultural de un país engloba las diferentes manifestaciones artísticas,

tradiciones, conocimientos, costumbres, lenguas, etc. que poseen sus habitantes. Esta riqueza

está relacionada con la diversidad geográfica y el desarrollo histórico de un país. En este

sentido, hay países en los que podemos apreciar una mayor diversidad cultural que en otros.

Este es el caso del Perú, conocido como megadiverso, plurilingüe y multiétnico.

¿Por qué es importante reconocer y valorar la diversidad cultural?

Reconocer la diversidad cultural de un país es importante para que se gobierne y conviva de

manera inclusiva y respetuosa, porque así las políticas y programas que se fomenten

atenderán a esta realidad y promoverán la valoración a las diferentes ‘identidades’ que

conforman un país. Por ejemplo, tenemos, que el quechua en la actualidad está en peligro de

desaparecer y esto se debe a que no se ha actuado a tiempo para establecer una política

educativa y cultural que respete y valore este idioma y a las comunidades que aún lo hablan.

Es decir, no se ha considerado este elemento distintivo de nuestra diversidad cultural. Si lo

perdemos, perdemos parte de nosotros mismos, aunque no seamos quechua hablantes, porque

es parte de la identidad peruana. La valoración de la diversidad aporta al ciudadano valores

como la tolerancia, la cooperación y el aprecio sincero hacia los demás.

¿Cómo o por qué la diversidad cultural puede llevar al diálogo y al desarrollo?

Irina Bokova, directora general de la Unesco, en su discurso que conmemora el día mundial

de la diversidad cultural, explica que “hay que lograr que esas diferencias nos enriquezcan y

nos fortalezcan en vez de dividirnos”. Si no apreciamos el valor de la diversidad, perdemos

una oportunidad de conocer todo el bagaje cultural que poseen los diversos grupos étnicos o

minorías y por lo tanto desperdiciamos el potencial creativo que esa cultura posee. Por eso, el

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respeto a la diversidad nos predispone al diálogo, al aprecio y encuentro con aquellos que

consideramos diferentes.

Si el desarrollo consiste en el despliegue de capacidades y en el poner a las poblaciones en

condiciones de construir su propio futuro, definitivamente debemos contar con el potencial

creativo que da la diversidad cultural. La diversidad aporta una multiplicidad de miradas y

soluciones a los problemas y en este sentido también se constituye en una herramienta para el

desarrollo. Por lo tanto, hay que fomentarla y no pretender desaparecerla.

¿Cómo participa el Estado en la conservación de la diversidad cultural del Perú?

Cuando se creó el Ministerio de Cultura en el 2010, también se crea el Viceministerio de

Interculturalidad, considero que es una de las muestras claras de que al Estado peruano le

interesa incentivar la diversidad Cultural. Este Viceministerio, según dice en su página web,

es el responsable de formular políticas, programas y proyectos que promuevan la

interculturalidad, como principio rector, para fomentar y garantizar los derechos y el

desarrollo integral de los grupos culturalmente diversos del país, y construir una ciudadanía

que reconozca, respete y se enriquezca de la interacción con la diversidad cultural.

En estos cinco años se han impulsado programas de recuperación de lenguas nativas,

identificación y promoción de pueblos indígenas y originarios, proyectos de investigación y

educativos, publicaciones y diversos eventos para la promoción de la diversidad, así como

para fortalecer la interculturalidad en el país.

¿Cómo revalorar y difundir la diversidad cultural?

1. Desde el punto de vista de la educación, la diversidad debe partir por reconocer que el

proceso de aprendizaje es una tarea común: Cuando se forma un grupo para aprender

junto (por ejemplo, los profesores, los alumnos y sus respectivas comunidades), si se

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quiere actuar desde la perspectiva de la diversidad, es necesario establecer dos puntos

de partida:

• Descubrir de manera explícita lo que tenemos en común con los demás y lo que nos

distingue de ellos (considerando que siempre seremos parecidos y diferentes a la vez

de los demás y tratando de no identificar estas diferencias con carencias o

deficiencias). Pero es necesario ser realmente consciente de todo esto y no asumirlo de

manera implícita, como estamos acostumbrados a hacer.

• Negociar objetivos comunes, intereses comunes y las normas de comportamiento

que nos van a permitir conseguir esos objetivos e intereses juntos, como grupo, sin

dejar de prestar atención y respeto a las diferencias (algunos de nuestros objetivos en

clase son impuestos desde fuera, pero incluso así es posible hacerlos explícitos para

todos y negociar la forma en la que se van a tratar de alcanzar).

2. El Estado procurará crear en su territorio un entorno que incite a las personas y a los

grupos a:

 Crear, producir, difundir y distribuir sus propias expresiones culturales, y tener

acceso a ellas, prestando la debida atención a las circunstancias y necesidades

especiales de las mujeres y de distintos grupos sociales, comprendidas las

personas pertenecientes a minorías y los pueblos autóctonos.

 Tener acceso a las diversas expresiones culturales procedentes de su territorio y de

los demás países del mundo.

3. El Estado procurará también que se reconozca la importante contribución de los

artistas, de todas las personas que participan en el proceso creativo, de las

comunidades culturales y de las organizaciones que los apoyan en su trabajo, así

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como el papel fundamental que desempeñan, que es alimentar la diversidad de las

expresiones culturales.

4. Favorecer la plena participación y el compromiso de todos los miembros de la

sociedad que contribuyen a la diversidad de expresiones culturales, en particular las

personas pertenecientes a minorías, los pueblos indígenas y las mujeres.

5. Alentar el surgimiento de un sector cultural dinámico que tome en cuenta todos los

aspectos de las actividades, bienes y servicios culturales por medio de diversas formas

de creación, producción, difusión, distribución y acceso, cualesquiera que sean los

medios y las tecnologías utilizados.

6. Creación/producción/distribución: por ejemplo, la creación de organismos culturales

destinados a crear, producir y hacer accesibles contenidos culturales nacionales.

7. Apoyo financiero: por ejemplo, desarrollo de programas de apoyo financiero,

comprendidos incentivos fiscales, para prestar asistencia a la creación, producción y

distribución de actividades, bienes y servicios culturales nacionales.

8. Promover el diálogo intercultural.

9. Lucha contra el racismo.

10. Acciones en favor de los pueblos autóctonos.

11. Asumir, reconocer y convertir en un activo la enorme heterogeneidad cultural del

país. Aparte de este reconocimiento, menciono apenas cuatro ejes importantes para

avanzar en la construcción de un país pluricultural.

a. Pobreza / Inequidad. La reunión de gobernadores del BID de 1999 ha ratificado que

el principal problema de América Latina es la pobreza y, más dramática aún, la

inequidad. Esto tiene que ver, no exclusiva pero sí directamente con la diversidad

cultural en tanto los pueblos indígenas siguen siendo tendencialmente los más pobres

entre los pobres. Y esta situación económica lleva al empobrecimiento, y posible

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extinción de muchas manifestaciones culturales (tecnologías agropecuarias, fiestas,

culinaria). Por ello la lucha contra la pobreza y la inequidad redundará en beneficio de

la diversidad.

b. Descentralización, territorio, autonomía. La descentralización trasciende también la

diversidad cultural, pero la incluye directamente en tanto la diversidad se expresa

también en las regiones. En todo caso, la descentralización del gasto, y sobre todo del

poder, redundará favorablemente en los pueblos indígenas, todavía ubicados

mayoritariamente en regiones periféricas, donde ni el Estado ni el mercado cumplen a

cabalidad un papel dinamizador.

c. Protección ecológica y tecnológica. Se ha hablado mucho ya sobre la relación entre

pueblos indígenas y ecología. La protección del bosque amazónico y de toda una

gama de ecosistemas frágiles, así como su explotación sostenible, están íntimamente

vinculados a los saberes y formas de organización de los pueblos indígenas.

d. Fin de la discriminación cultural, el no reconocimiento y la exclusión. Ubicamos

adrede como último punto este que tiende a aparecer en primer plano. No por restarle

importancia, sino para ubicarlo en una perspectiva más amplia. Constituye

indudablemente el meollo del problema y el problema más difícil de resolver porque

se enraíza en la vida cotidiana y en una historia de siglos de desprecio y exclusión.

Me limito a mencionar algunas de las políticas que podrían ser importantes:

I. Educación bilingüe intercultural. El término clave aquí es 'intercultural'.

Puede la educación no ser necesariamente bilingüe. En regiones rurales o

urbanas donde no se hablan idiomas indígenas, sería contraproducente obligar

a los habitantes a aprenderlas, salvo aquellos que lo quieran hacer de manera

voluntaria y/o por razones laborales. Pero la interculturalidad implica una

educación al mismo tiempo respetuosa de las diferencias y que pone énfasis en

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los intercambios culturales, las fertilizaciones mutuas, las influencias, las

hibrideces. Sus objetivos centrales son entonces:

• Acabar con la educación homogeneizadora / aculturadora, abrirse a la

pluralidad, reconocer que las otras culturas 'no hegemónicas' tienen los

mismos derechos, son parte y enriquecen el patrimonio cultural del

país;

• Evitar al mismo tiempo las polarizaciones inútiles, recalcando los

puentes y las interrelaciones entre las diferentes culturas.

II. "Ceguera al color" y a las diferencias culturales en el mercado laboral. Poco a poco

se va ilegalizando en diferentes países la inclusión del requisito "buena presencia"

para conseguir empleo. "Buena presencia" era un evidente eufemismo para no decir

"blanco / a". Igualmente, es necesario promover mecanismos que eviten la

discriminación por rasgos culturales como el acento / dialecto al hablar castellano, la

región, el apellido y muchos otros.

III. Fin de la discriminación en los medios de comunicación. Si un extraterrestre

captara únicamente las telenovelas peruanas o latinoamericanas, se haría la idea de un

continente abrumadoramente blanco, posiblemente más blanco que los EEUU. Peor

aún, cuando aparecen quechuas, aymaras, cholos, negros o habitantes rurales, es casi

siempre para burlarse de ellos en los programas cómicos (junto a mujeres y

homosexuales), o como víctimas en los reality shows, o en propagandas de productos

"para los estratos C y D”. En los programas culturales, siguen siendo con frecuencia

el 'otro exótico', mistificado y desvirtuado, encasillado como producto turístico. Si

bien hay programas, especialmente de radio, producidos para (y a veces por) sectores

'subalternos', la realidad sigue siendo abrumadoramente discriminadora. Sería

inconcebible, por ejemplo, un programa titulado "La catalana Jacinta" o "La vasca

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Jacinta" en España, o "La negra Jacinta" en los EEUU. Primero, porque a ningún

libretista se le ocurriría algo así. Y si se le ocurre, ningún canal de TV lo aceptaría. Y

si lo acepta, ningún auspiciador pondría anuncios. Y si lo haría, miles de catalanes,

vascos o negros según el caso, y no sólo ellos sino la mayoría de la población,

protestaría.

IV. Promoción del respeto a las culturas indígenas, afroperuanas y una imagen

positiva de todas en general. Relacionado íntimamente a puntos anteriores como

educación intercultural o medios de comunicación, está la tarea titánica de sacar del

ghetto 'inferior' y/o exótico/ turístico a las culturas indígenas y afroperuanas, y sus

diferentes manifestaciones, que continúan vigentes y son además un recurso para

nuestro país en el mundo global: desde conocimientos tecnológicos, hasta formas de

organización y manifestaciones de espiritualidad. En esta tarea, la educación y los

educadores tienen un papel fundamental que cumplir.

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Conclusión

La mundialización, considerada a menudo una amenaza para la diversidad cultural, tiene en

la práctica unos efectos mucho más variados, ya que si bien algunos de sus aspectos pueden

agotar la diversidad cultural también puede servir para reconfigurar algunas formas de esta

diversidad, especialmente en asociación con el desarrollo de las tecnologías digitales. Por

tanto, se plantea el reto de limitar las consecuencias negativas que puede tener la

mundialización para la diversidad cultural, reto que en primera instancia pide una

comprensión más informada y también más matizada de sus efectos.

También importa reconocer que la identidad nacional, en contraposición a la identidad

cultural, siempre es, en cierta medida, una construcción histórica. Al igual que cualquier obra

de la memoria, el concepto de nación es un concepto selectivo. Ninguna cultura es una

entidad totalmente fija o aislada, y la identidad nacional siempre es fruto de unos procesos de

evolución y de interacción. En un mundo en proceso de mundialización, los cambios que se

producen son generalizados y actúan a favor de la creciente complejidad de las identidades

individuales y de grupo. Efectivamente, el reconocimiento, incluso la afirmación, de

múltiples identidades es una característica propia de nuestros tiempos. Uno de los efectos

paradójicos de la mundialización, por tanto, es provocar formas de diversificación que

conducen a innovaciones de todas clases y en todos los planos. Sin embargo, las culturas no

responden de igual manera ante los procesos de mundialización, y se ha de hacer todos los

esfuerzos posibles para salvaguardar las expresiones culturales que luchan por sobrevivir. No

obstante, las medidas de salvaguardia por sí solas no serán suficientes: también hemos de

hallar formas de ayudar a las comunidades afectadas a lograr una mejor gestión del cambio

cultural dentro en un contexto de diálogo intercultural. La diversidad cultural y el diálogo

intercultural están entretejidos en su esencia misma, siendo la diversidad tanto el producto del

diálogo como la condición previa de éste.

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Bibliografía

Ministerio de cultura. (2018). Puesta en valor y en uso social del patrimonio cultural.

Recuperado de:

http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/pagbasica/tablaarchivos/02/anexo2pp0132.pdf

Ministerio de Cultura. (2017). Desarrollo y promoción de las artes e industrias culturales.

Recuperado de:

http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/pagbasica/tablaarchivos/02/anexo2pp0140.pdf

UNESCO. (2013). Textos fundamentales de la Convención de 2005 sobre la Protección y la

Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales. Recuperado de:

http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002253/225383S.pdf

UNESCO. (2005). Diversidad cultural materiales para la formación docente y el trabajo de

aula. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001512/151226s.pdf

UNESCO. (2010). Invertir en la diversidad cultural y el diálogo intercultural. Recuperado de:

http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001878/187828s.pdf

Degregori, C. I. (2007). Perú: identidad, nación y diversidad cultural. Recuperado de:

file:///C:/Users/Usuario/Documents/diversidad%20en%20el%20Per%C3%BA.pdf

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