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Los dientes están compuestos de tres tejidos principales: el esmalte, la dentina y el cemento. El esmalte es el tejido más duro del cuerpo y cubre la corona del diente. Está formado por prismas que contienen cristales de hidroxiapatita cálcica y se produce mediante un proceso de biomineralización llevado a cabo por las células ameloblastos.
Los dientes están compuestos de tres tejidos principales: el esmalte, la dentina y el cemento. El esmalte es el tejido más duro del cuerpo y cubre la corona del diente. Está formado por prismas que contienen cristales de hidroxiapatita cálcica y se produce mediante un proceso de biomineralización llevado a cabo por las células ameloblastos.
Los dientes están compuestos de tres tejidos principales: el esmalte, la dentina y el cemento. El esmalte es el tejido más duro del cuerpo y cubre la corona del diente. Está formado por prismas que contienen cristales de hidroxiapatita cálcica y se produce mediante un proceso de biomineralización llevado a cabo por las células ameloblastos.
Los dientes son un componente importante de la cavidad bucal y son
indispensables en el comienzo del proceso digestivo. Los dientes están incluidos y fijados en los procesos alveolares del maxilar y la mandíbula. Los niños tienen 10 dientes deciduos (primarios o de leche) distribuidas de la siguiente manera en cada hemiarco dental: Un incisivo medial (central), el primer diente que sufre erupción (en general en la mandíbula) más o menos a los 6 meses de edad (en algunos niños, el primer diente puede no emerger hasta los 12 o 13 de edad). Un incisivo lateral, que hace erupción alrededor de los 8 meses. Un canino, cuya erupción no ocurre hasta los 15 meses. Dos molares. El primero hace erupción entre los 10 y 19 meses y el segundo entre los 20 y 31 meses. Durante un período de varios años, que suele comenzar más o menos a los 6 años y termina alrededor de los 12 o 13 años, los dientes deciduos son reemplazados en forma gradual por 16 dientes permanentes (secundarios) que se distribuyen de la siguiente manera en cada hemiarco dental: Un incisivo medial (central), que sufre erupción a las 7 u 8 años. Un incisivo lateral, que emerge entre los 8 y 9 años. Un canino, cuya erupción ocurre entre los 10 y 12 años. Dos premolares, que erupcionan entre los 10 y 12 años. Tres molares, que siguen un cronograma de erupción disímil, el primer molar suele aparecer a los 6 años, el segundo molar en los primeros años de la adolescencia y el tercer molar (muela de juicio) durante la adolescencia o ya pasados los 20 años. Los incisivos, los caninos y los premolares tienen una raíz única, salvo por el primer premolar de los maxilares, que tiene una raíz doble. Los molares tienen dos raíces (maxilares) y, en raras ocasiones, cuatro raíces. No obstante, todos los dientes tienen la misma estructura básica. Los dientes están compuestos por varias capas de tejidos especializados. Los dientes están formados por tres tejidos especializados: Esmalte, una capa delgada, dura y translúcida de tejido mineralizado acelular que cubre la corona del diente. Dentina, el tejido dental más abundante; está situada debajo del esmalte en la corona y debajo del cemento en la raíz. Su estructura tubular única y su composición bioquímica sustentan el esmalte, más rígido, y el cemento que recubre la superficie del diente. Cemento, una capa delgada, amarilla pálida de tejido calcificado similar al hueso que cubre la dentina de la raíz de los dientes. El cemento es más suave y más permeable que la dentina y se elimina con facilidad por abrasión cuando la superficie de la raíz está expuesta al medio ambiente de la cavidad bucal. Esmalte El esmalte es la sustancia más dura de todo el organismo: del 96% al 98% de su masa es hidroxiapatita cálcica. El esmalte es un tejido mineralizado acelular que cubre la corona del diente. Una vez formado, no se puede reemplazar. El esmalte es un tejido singular porque, a diferencia del hueso, que se forma a partir de tejido conjuntivo, es un material mineralizado derivado de epitelio. El esmalte está más mineralizado y es más duro que cualquier otro tejido mineralizado en el cuerpo; consiste en un 96% a un 98% de hidroxiapatita cálcica. El esmalte que está expuesto y es visible por encima de la línea de las encías se llama corona clínica, mientras que la corona anatómica es toda del diente cubierta por el esmalte y una pequeña porción de la misma está por debajo de la línea gingival. El espesor del esmalte varía en diferentes partes la corona y puede alcanzar un máximo de 2,5 mm en las cúspides (superficies de corte y trituración) de algunos dientes. La capa de esmalte termina en el cuello, o región cervical, del diente a la altura del límite entre cemento y esmalte; así, la raíz del diente está cubierta por el cemento, un material similar al hueso. El esmalte está compuesto por los prismas del esmalte, que atraviesan todo el espesor de la capa del esmalte. Los cristales de hidroxiapatita cálcica carbonatada no estequiométrica, que forme el esmalte, se organizan en forma de bastoncilios o prismas que miden 4 um de ancho y 8 um de alto. Cada prisma se extiende a través del espesor del esmalte desde la unión amelodentinaria hasta la superficie del esmalte. Cuando se examinan en un corte transversal con gran aumento, se ven con la forma de un ojo de cerradura; la forma dilatada, o cabeza, se orienta hacia la superficie y la cola lo hace hacia la profundidad en dirección a la raíz del diente. Los cristales de esmalte se orientan principalmente en paralelo al eje longitudinal de los prismas en la región de la cabeza, y en la cola, su orientación es más oblicua. Los espacios limitados entre los prismas, también están llenos de cristales de esmalte. Las estrías observadas en los prismas del esmalte (líneas de contorno o estrías de Retzius) serían indicios del crecimiento rítmico del esmalte durante el desarrollo dental. Una línea más amplia de hipomineralización se observa en el esmalte de los dientes deciduos. Esta línea, llamada línea neonatal, es producto de los cambios nutricionales que ocurren entre la vida prenatal y posnatal. Si bien el esmalte de un diente que ha hecho erupción carece de células y evaginaciones celulares, esto no significa que sea un tejido estático. Sobre el esmalte actúa sustancias de la saliva, la secreción de las glándulas salivales que son indispensables para su nacimiento. Las sustancias en la saliva que afectan los dientes incluyen enzimas digestivas, anticuerpos secretados y una gran variedad de componentes inorgánicos (minerales). El esmalte maduro contiene muy poco material orgánico. A pesar de su dureza, el esmalte se puede descalcificar por bacterias productoras de ácido que actúan sobre los alimentos atrapados sobre la superficie del esmalte. Éste es el fundamento para la iniciación de la caries dental. El fluoruro añadido al complejo de hidroxiapatita torna el esmalte más resistente a la desmineralización por ácido. El uso generalizado de flúor en el agua potable, pasta dentales, suplementos vitamínicos pediátricos y enjuagues bucales reducen en forma significativa la incidencia de caries dentales. El esmalte es producido por los ameoblastos del órgano del esmalte y la dentina por los odontoblastos derivados de las crestas neurales del mesénquima contiguo. El órgano del esmalte es una formación epitelial que deriva de células epiteliales ectodérmicas de la cavidad bucal. El inicio del desarrollo dental está marcado por la proliferación del epitelio oral para formar una banda de tejido celular en forma de herradura, llamada lámina dental, en el mesénquima contiguo donde aparecerán los maxilares y la mandíbula. En el sitio donde aparecerán los maxilares y la mandíbula. En el sitio de cada futuro diente, hay una proliferación adicional de las células originada en la lámina dental, que produce un brote celular redondeado, uno para cada diente, que se proyecta en el tejido mesenquimatoso subyacente. Esta proliferación, conocida como etapa de yema o de brote, representa el órgano del esmalte inicial. Poco a poco, la masa celular redondeada aumenta de tamaño y luego desarrolla una concavidad en el lado opuesto al de su origen en la lámina dental. Ahora se dice que el órgano del esmalte está en la etapa de casquete o de caperuza. Su crecimiento y desarrollo ulteriores lo llevan a la etapa de campana. En esta etapa, el órgano del esmalte posee cuatro capas celulares identificables: Epitelio extremo del esmalte, compuesto por una capa celular que forma la superficie convexa. Epitelio interno del esmalte, compuesto por una capa celular que forma la superficie cóncava. Estrato intermedio, una capa celular que aparece por dentro del epitelio interno del esmalte. Retículo estrellado, compuesto por células que tienen aspecto estrellado y ocupan la porción interna del órgano del esmalte. Los preodontoblastos derivados de la cresta neural, están alineados dentro de la “campana” contiguos a las células del epitelio interno del esmalte, adoptan una configuración cilíndrica y tienen una apariencia de tipo epitelial. Se convertirán en los odontoblastos que forman la dentina del diente. Las células del epitelio interno del esmalte se convertirán en los ameloblastos. Junto con las células del estrato intermedio, serán responsables de la producción del esmalte. En la primera etapa, justo antes de la dentinogénesis y la amelogénesis, se degenera la lámina dental, lo cual separa el primordio del diente en desarrollo de su sitio de origen. El esmalte dental se forma por un proceso de biomineralización mediado por matriz que recibe el nombre de amelogénesis. Las etapas principales de la amelogénesis son: Producción de la matriz o etapa secretora. En la formación de los tejidos mineralizados del diente, la dentina se produce primero. Después, se deposita matriz adamantina directamente sobre la superficie de la dentina previamente formada. Las células productoras de esta matriz orgánica de mineralización parcial se llaman ameloblastos secretores. Al igual que los osteoblastos en los huesos, estas células producen una matriz orgánica proteinácea por la actividad del retículoendoplásmico rugoso (RER), el aparato de Golgi y gránulos de secreción. Los ameloblastos secretores continúan produciendo matriz adamantina hasta que se alcanza el espesor definitivo del futuro esmalte. Maduración de la matriz. La maduración de la matriz adamantina con mineralización parcial comprende la eliminación del material orgánico así como la aportación continua de calcio y fosfato al esmalte que madura. Las células que intervienen en esta segunda etapa de la formación del esmalte se denominan ameloblastos madurativos. Los ameloblastos madurativos son productos de la diferenciación de los ameloblastos secretores y su función primaria es la de un epitelio de transporte, es decir que regulan la entrada y la salida de sustancias del esmalte en proceso de maduración. Los ameloblastos madurativos sufren modificaciones cíclicas en su morfología que concuerdan con la entrada cíclica de calcio en el esmalte. Los ameloblastos secretores son células cilíndricas polarizadas que producen el esmalte. Los ameloblastos secretores están en contacto directo con el esmalte en desarrollo. En el polo apical de cada ameloblasto hay una prolongación, llamada proceso de tomes, que está rodeada por la matriz del esmalte. Un cúmulo de mitocondrias en la base de la célula es la causa de eosinofilia de esta región en los cortes de parafina teñidos con hematoxilina y eosina (H-E). Junto a las mitocondrias están el RER, el aparato de Golgi, los gránulos de secreción y otros componentes celulares. Hay complejos de unión tanto en el extremo celular apical como en el basal. CEMENTO El cemento cubre la raíz del diente. La raíz es la parte del diente que está insertada en su fosita o alvéolo en los huesos y en la mandíbula. El cemento es una capa delgada de material similar al hueso secretada por los cementocitos, que son células muy parecidas a los osteocitos. Las lagunas y los canalículos del cemento contienen los cementocitos y sus prolongaciones, respectivamente. Son semejantes a las estructuras del tejido óseo en las que están situados los osteocitos y las prolongaciones. A diferencia del hueso, el cemento es avascular. Además, los canalículos del cemento no forman una red anastomosada. En la superficie externa del cemento, junto al ligamento periodóntico, hay una capa de cementoblastos (células que se parecen a los osteoblastos de la superficie del hueso en crecimiento). La mayor parte del ligamento periodóntico está formada por fibras colágenas que se proyectan, desde la matriz del cemento y se introducen en la matriz ósea de la pared alveolar. Dentina La dentina es un material calcificado que forma la mayor parte de la sustancia del diente. La dentina es profunda con respecto al esmalte y al cemento. Contiene menos hidroxiapatita que el esmalte (alrededor de 70%) pero más que la hallada en el hueso y en el cemento. La dentina es secretada por los odontoblastos que forman una capa epitelial sobre la superficie dentinaria interna, es decir la superficie que está en contacto con la pulpa. Al igual que los ameloblastos, los odontoblastos son células cilíndricas que contienen un RER desarrollado, un gran aparato de Golgi y, otros orgánulos asociados con la síntesis y la secreción de grandes cantidades de proteínas. La superficie apical del odontoblastos está en contacto con la dentina en formación; complejos de unión entre los odontoblastos a esa altura separan el compartimiento dentinario del compartimiento pulpar. Pulpa dentaria y cavidad pulpar central (cámara pulpar) La cavidad pulpar del diente es un compartimiento de tejido conjuntivo limitado por la dentina. La cavidad pulpar central es el espacio dentro de un diente que está ocupado por la pulpa dentaria, un tejido conjuntivo laxo de vascularización extensa e inervado por nervios abundantes. La cavidad pulpar adopta la forma general del diente. Los vasos sanguíneos y los nervios entran en la cavidad pulpar por el extremo o vértice (ápice) de la raíz a través del orificio radicular o apical. En este contexto el término apical se refiere sólo al extremo angostado de la raíz del diente y no a una superficie luminal (apical) como se utiliza en la descripción de las células de los epitelios secretores y absortivos. Tejidos de sostén de los dientes Los tejidos de sostén de los dientes comprenden el hueso alveolar de los procesos alveolares del maxilar y de la mandíbula, el periodonto y la encía. Los procesos alveolares del maxilar y de la mandíbula contienen las fositas o alvéolos para las raíces dentales. El hueso alveolar propiamente dicho, una capa delgada de hueso compacto, forma la pared del alvéolo y es el hueso al cual se fija el periodonto. El resto del proceso alveolar consiste en tejido óseo de sostén. La superficie del hueso alveolar propiamente dicho suele exhibir regiones de resorción ósea y de depósito de tejido óseo, en particular cuando un diente está experimentando movimiento. El periodonto es el tejido conjuntivo fibroso que une el diente al hueso contiguo. Este ligamento también es llamado membrana periodóntica, pero ninguno de los términos describe su estructura y función en forma adecuada. El periodonto interviene en lo siguiente: Adhesión (fijación) dental Sostén detal Remodelación ósea (durante el movimiento de un diente) Propiocepción Erupción dental. Un corte histológico del periodonto permite comprobar que tiene regiones de tejido conjuntivo denso y laxo. El tejido conjuntivo denso contiene fibras de colágeno y fibroblastos alargados paralelos al eje longitudinal de las fibras de colágeno. Se cree que los fibroblastos avanzan y retroceden, dejando una estela de fibras de colágeno. Los fibroblastos periodónticos también contienen fibrillas de colágeno fagocitadas, que son digeridas por las enzimas hidrolíticas de los lisosomas citoplasmáticos. Estas observaciones indican que los fibroblastos no solo producen fibrillas de colágeno sino que ambien las reabsorben, de manera que se ajustan continuamente a las exigencias de la tensión y el movimiento dental. El tejido conjuntivo laxo en el periodonto contiene vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas. Además de fibroblastos y fibras de colágeno finas, el periodonto también contiene fibras de oxitalán finas y de disposición longitudinal. Las encías es una parte de la mucosa bucal que se adhiere a los dientes y al hueso alveolar. La encía es una parte especializada de la mucosa bucal que rodea el cuello de los dientes. Está adherida a con firmeza a los dientes y al tejido óseo alveolar subyacente.