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Catalina González Sarmiento

Historia

Control de lectura: Reformas y Contrarreformas en la Europa del siglo XVI.

Salvador Castellote:

En este libro, Castellote nos cuenta cómo se dieron las diferentes manifestaciones de la

Reforma en el siglo XVI en Europa, estudiando, analizando y describiendo principalmente

las transformaciones que se dieron en Alemania con Lutero, en Suiza con Zwinglio y Calvino

(quien tuvo mayor influencia en otros lugares), en Inglaterra impulsadas por la corona de

Enrique VIII. También nos cuenta sobre otros movimientos más radicales y que se alejaron

de las posturas principales de la Reforma como fueron los movimientos impulsados por

Tomás Münzer o el anabaptismo y cuál fue la reacción de la Iglesia Católica ante estas

situaciones.

Castellote comienza haciendo una descripción detallada de la forma en la que se

organizaba y funcionaba la Iglesia Católica antes de la Reforma, desde la época de

Constantino quien convirtió el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano y buscó

la unidad imperial a partir de la unidad religiosa. Así, permite evidenciar la fuerte

institucionalización e influencia que ésta tenía en la vida cotidiana de los feligreses y de la

organización administrativa y política de los Estados. También, nos deja ver el enorme poder

cultural que la institución tenía y esto cómo influía en otros aspectos económicos o sociales.

Es importante resaltar que, como lo menciona el autor, para el momento de la

Reforma impulsada por Martín Lutero, la Iglesia Católica ya había pasado por una serie de

cismas y separaciones (Cisma de Occidente, por ejemplo), lo que evidencia las riñas que se
han dado en su interior a lo largo de la historia y no solamente a partir del siglo XVI. Esto es

fundamental porque muestra un camino previo y ya abonado de discusiones en el que

aparecería Lutero y los demás reformistas de ese siglo, quienes además coincidieron con un

fuerte sentimiento nacionalista que se estaba dando para la época.

Es en un contexto de movimientos económicos, políticos, culturales y eclesiales en el

que surge Martín Lutero como personaje central. Estudió derecho, pero luego fue fraile.

Castellote muestra a Lutero como un personaje liminal entre la Edad Media y el

Renacimiento, pues en su actuar y pensar recoge elementos de ambos momentos,

evidenciando además una continuidad y un flujo entre una y otra. Lutero fue un apasionado

estudioso de la Biblia a la que le hizo una serie de comentarios. Posteriormente, comenzó a

sentir una serie de incomodidades con la Iglesia Católica y su función como mediadora entre

Dios y los feligreses. Además, estaba en contra de algunas de sus actuaciones como el manejo

que se daba a las indulgencias, de donde se obtenía gran cantidad de dinero. Intentó evitarlas.

En 1517 Lutero expuso sus 95 tesis en las que exponía sus inconformidades con la

Iglesia Católica, con la vida suntuosa que llevaban quienes desde allí administraban. Éstas

tuvieron un gran alcance pues era la época de la imprenta, lo que ayudó a su difusión. Así

empezó su denuncia y rompimiento con el catolicismo. Intentó expandir sus ideas, que fueron

bien recibidas por algunos nobles y príncipes quienes le siguieron, mientras que generaba

cada vez mayor inconformidad al interior de la Iglesia. Además, Lutero tradujo la Biblia al

alemán y propuso que se eliminaran los intermediarios entre Dios y la gente, proponiendo

que cada quien podía comunicarse directamente con él y buscar la salvación a través de su

fe. El regreso a las Sagradas Escrituras era un punto central en su propuesta. Volver al pasado

para transformar el presente.


Ahora, es importante resaltar que Lutero no fue el único que impulsó Reformas a lo

largo de Europa. Ulrico Zwinglio y Juan Calvino fueron centrales en este proceso para Suiza.

Zwinglio tenía ciertas diferencias con Lutero en cuanto a la separación y aplicación de la

justicia entre lo eclesiástico y lo civil. Por su parte, Juan Calvino comenzó sus propuestas

reformistas en Suiza, pero tuvo una mayor acogida en otros lugares como en Países Bajos,

Suecia o Dinamarca. El calvinismo se ocupó bastante de dar una asistencia social, lo que se

diferenciaba de Lutero que no proponía este tipo de transformaciones y se enfocaba en la

salvación personal por la fe.

Para el caso de Inglaterra, la Reforma se dio a través de Enrique VIII. Esta Reforma

no fue tan radical, pues sus ritos se mantuvieron bastante parecidos a los católicos, pero ahora

el Rey era la cabeza de la Iglesia Anglicana. De esta forma, se dieron algunos cambios, lo

que llevó, por ejemplo, a la no interferencia de la Iglesia en asuntos como el divorcio. Así, la

conocida historia de los múltiples matrimonios del Rey fue posible. En cuanto a la estabilidad

de esta Reforma, María Tudor intentó reversarla, sin embargo, con el ascenso al trono de

Isabel I, la Reforma fue reinstaurada.

Lo que se ha hablado hasta este momento evidencia la diversidad de posiciones al

interior de un movimiento reformista de la época. Tomás Münzer se encontraba en un

principio alineado con las propuestas luteranas. Sin embargo, éste quería una transformación

social, por lo que luchó en los levantamientos campesinos en 1524 con los que Lutero estaba

radicalmente en contra, poniéndose del lado de la alta sociedad a quien Münzer atacaba. Este

personaje murió durante esta lucha.

Todo este movimiento llevó a una Contrarreforma por parte de la Iglesia Católica,

que volvió a una postura más radical y donde el Concilio de Trento fue fundamental para

poner cierto orden al interior de la institución.


Castellote nos deja ver entonces cómo estos personajes y eventos son fundamentales,

pero hacen parte de procesos mucho más amplios en la línea histórica. Además, es muy claro

al tejer los movimientos de Reformas y Contrarreformas con situaciones sociales, culturales,

económicas o políticas sin fragmentarlos, mostrando las relaciones que todos estos

acontecimientos tenían en la época.

Bibliografía:

 Castellote, S. (1997). Reformas y Contrarreformas en la Europa del siglo XVI.

Madrid: Akal.

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