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Conservación y uso sustentable mamíferos silvestres en Unidades de Conservación y


Manejo de Vida Silvestre (UMA) en México: Carnívoros

Chapter · January 2006

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8 authors, including:

Jorge G. Álvarez-Romero Jorge Servin


James Cook University Metropolitan Autonomous University
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Conservación y uso sustentable mamíferos silvestres en Unidades de
Conservación y Manejo de Vida Silvestre (UMA) en México: Carnívoros

Jorge G. Álvarez-Romero, Alfonso Martínez, Carlos López-González, Jonás Villalobos,


Jorge Servin, Meztli Méndez, Norma de la Rosa, Rodrigo Núñez

Abstract

One of the fundamental requirements for achieving a sustainable management of wildlife is to


have the information and the appropriate technical and scientific bases related to the
management of populations, species and their habitats. The purpose of the workshops was to
bring together leading researchers and managers, specialists in various species or groups of wild
bird and mammal species, to analyse the ecological basis for monitoring and estimating
sustainable harvest, and to propose updated methods for both activities, to contribute to the
achievement of a sustainable use of wildlife. This project addressed two large groups in
particular, wild birds and mammals, given that the demand for exploitation of these in Mexico is
remarkable, so the requirement for updating is equally important. The construction of technical
guidelines that may have practical application in the conservation and sustainable use of species
of these groups is a priority for the country.

Resumen

Uno de los requisitos fundamentales para lograr un manejo sustentable de la vida silvestre es
contar con la información y las bases técnicas y científicas adecuadas relacionadas con el manejo
de poblaciones, especies y sus hábitats. Los talleres tuvieron como propósito reunir a destacados
investigadores y técnicos, especialistas en diversas especies o grupos de especies de aves y
mamíferos silvestres, para analizar las bases ecológicas del monitoreo y del cálculo de la cosecha
sustentable, y para proponer métodos actualizados para efectuar ambas actividades, a efecto de
contribuir al logro de un aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. Este proyecto abordó
dos grandes grupos en particular, las aves y mamíferos silvestres, atendiendo a que la demanda
de aprovechamiento de éstos en México es notable, por lo que la exigencia en materia de
actualización es igualmente importante. La construcción de lineamientos técnicos que puedan
tener aplicación práctica en la conservación y el uso sustentable de especies de estos grupos es
una prioridad para el país.

Citation: Álvarez-Romero, J. G., Martínez, A., López González, C., Villalobos, J., Servin, J., Méndez,
M., De la Rosa, N., Núñez, R. 2006. Conservación y uso sustentable mamíferos silvestres en
Unidades de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (UMA) en México: Carnívoros. In: Ó.
Sánchez (ed.) Talleres sobre conservación y uso sustentable de aves y mamíferos silvestres, en
relación con las Unidades de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (UMA) en México.
Dirección de Vida Silvestre, Instituto Nacional de Ecología, SEMARNAP, México, DF, México, pp.
286-370. doi:doi.org/10.13140/RG.2.1.1862.6004
TALLERES SOBRE CONSERVACIÓN Y
USO SUSTENTABLE DE AVES Y MAMÍFEROS SILVESTRES,
EN RELACIÓN CON LAS UNIDADES DE CONSERVACIÓN Y
MANEJO DE VIDA SILVESTRE (UMA) EN MÉXICO

Un debate de especialistas acerca de métodos y técnicas para monitoreo de


poblaciones y hábitat, para determinación y gestión de la cosecha sustentable, y
para el seguimiento de resultados.

México, D. F.

TALLER SOBRE AVES: 24 al 26 de julio de 2006


TALLER SOBRE MAMÍFEROS: 04 al 06 de septiembre de 2006
Comité Organizador de los Talleres

Dirección General de Vida Silvestre

Felipe Ramirez Ruiz de Velasco


Ariel Rojo Curiel
Jesús Lizardo Cruz Romo
Mónica Arciniega Rossano

Instituto Nacional de Ecología

Eduardo Peters Recagno


Héctor Moya Moreno

Unidos para la Conservación, A. C.

Carlos Manterola y Piña


Danae Azuara Santiago
Manuel Valdés Alarcón
Ricardo Medina

Óscar Sánchez
(concepto y conducción de los talleres)

________________________________________________

Nota editorial: El contenido de los documentos es responsabilidad de los


autores participantes en cada Mesa de Trabajo.

Recomendación para citar este documento:


DGVS, 2006. Talleres sobre conservación y uso sustentable de aves y mamíferos
silvestres, en relación con las Unidades de Conservación y Manejo de Vida Silvestre
(UMA) en México. INE-SEMARNAT-UPC.

2
PRESENTACIÓN

Uno de los requisitos fundamentales para lograr un manejo sustentable de la vida silvestre
es contar con la información y las bases técnicas y científicas adecuadas relacionadas
con el manejo de poblaciones, especies y sus hábitat.
A pesar de incontables esfuerzos, hoy por hoy esta información todavía es insuficiente, no
sólo en México sino en el mundo entero; sin embargo mucha de ella se encuentra
dispersa en artículos y libros que no se encuentran directamente vinculados al tema de
manejo, conservación y aprovechamiento sustentable. Pero, afortunadamente,
investigadores y técnicos tienen acceso a ella gracias a su interés y compromiso con la
conservación de la vida silvestre, y tienen la invaluable oportunidad de transmitirla a otros
sectores.
Es por esto que la Semarnat, a través de la Dirección General de Vida Silvestre y el
Instituto Nacional de Ecología, en colaboración con Unidos para la Conservación, A. C.,
se dieron a la tarea de desarrollar el presente proyecto, que tuvo como propósito reunir a
destacados investigadores y técnicos, especialistas en diversas especies o grupos de
especies de aves y mamíferos silvestres, para analizar las bases ecológicas del monitoreo
y del cálculo de la cosecha sustentable, y para proponer métodos actualizados para
efectuar ambas actividades, a efecto de contribuir al logro de un aprovechamiento
sustentable de la vida silvestre.

Este proyecto abordó dos grandes grupos en particular, las aves y mamíferos silvestres,
atendiendo a que la demanda de aprovechamiento de éstos en México es notable, por lo
que la exigencia en materia de actualización es igualmente importante. La construcción de
lineamientos técnicos que puedan tener aplicación práctica en la conservación y el uso
sustentable de especies de estos grupos es una prioridad para el país.

Los resultados de esta primera reunión han sido alentadores, aun cuando los propios
participantes han coincidido en que aún existe amplia oportunidad para la futura afinación
de métodos y técnicas. En cualquier caso, la labor conjunta desarrollada en estos Talleres
marca claramente un derrotero de trabajo que es indispensable continuar. Este avance no
habría sido posible sin la participación de los especialistas mexicanos y extranjeros
quienes, de manera comprometida y desinteresada participaron en este esfuerzo, a ratos
agotador, a ratos difícil, especialmente durante la discusión de ideas, el planteamiento de
hipótesis de trabajo y de propuestas concretas sobre los temas de monitoreo, análisis,
determinación y manejo de la cosecha sustentable de especies de mamíferos y aves en
vida silvestre.

A todos quienes tomaron parte en este colectivo, les agradecemos la paciencia, interés y
tiempo dedicados a esta amplia e intensa reflexión sobre fauna silvestre de México.
Sabemos que la consolidación de este empeño no ha terminado con la clausura de estas
reuniones, sino que conlleva una extensa agenda para el futuro, tanto en la investigación
científica como en el desarrollo y evaluación de aplicaciones prácticas de los resultados
de ésta.

Esperamos que los documentos producidos por las distintas mesas de expertos en este
evento signifiquen pasos relevantes, en el camino hacia lograr mejores herramientas para
la conservación y la utilización sustentable de los recursos naturales, en especial de la
vida silvestre de México.

Felipe Ramirez Ruiz de Velasco


Director General de Vida Silvestre
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MARCO DE REFERENCIA Y DESARROLLO DE LOS TALLERES

Óscar Sánchez
Zoólogo independiente

Danae Azuara Santiago


Unidos para la Conservación, A. C.

En las últimas tres décadas, el acercamiento entre los resultados del trabajo de
investigación biológica y la toma de decisiones de manejo de vida silvestre se ha
ponderado como una necesidad esencial. La relación funcional entre ambas vertientes de
trabajo debe ser, claramente, de realimentación mutua entre los descubrimientos
científicos y los problemas prácticos que plantea la gestión para la conservación de la vida
silvestre.

En distintas oportunidades se han dado cita representantes de la comunidad científica con


técnicos del sector oficial a cargo de programas de conservación, pero en pocas de ellas
se ha enfocado específicamente la producción conjunta de lineamientos, orientados a
mejorar la aceptabilidad biológica de los métodos para el manejo de especies (o grupos
de especies) de mayor interés para uso sustentable en México.

Por otra parte el marco de referencia administrativo actual, para el uso sustentable de
especies silvestres en México, está basado en el concepto de Unidades de Manejo para
la Conservación de Vida Silvestre (UMA). Uno de los fundamentos básicos de ese marco
es que los predios registrados como UMA deben promover la conservación de la biota
local nativa, manteniendo efectivamente la riqueza natural de las comunidades silvestres,
así como los patrones locales y regionales de abundancia y renovación de las especies,
factores todos que contribuyen al funcionamiento de los ecosistemas presentes.

Especialmente, las UMA son responsables de asegurar la continuidad y funcionalidad de


las poblaciones –locales y regionales– de aquellas especies en las que tienen interés
directo respecto a su uso. Pero no por ello debe olvidarse que el objetivo profundo de la
existencia de las UMA es la conservación de la integridad de la flora y la fauna nativa
(especies grandes y pequeñas, notorias o no, utilizadas o no), y de la continuidad
estructural y funcional de las comunidades ecológicas que esas especies forman. Esto
requiere que tanto los técnicos a cargo de UMA, como los técnicos de oficinas de
gobierno que supervisan el cumplimiento de los programas de conservación, cuenten con
un esquema de referencia compartido respecto a los principios biológicos que deben
incorporar en sus respectivas tareas.

El conocimiento de las bases del funcionamiento natural de ecosistemas, comunidades y


poblaciones biológicas es esencial para lograr una conservación efectiva en los varios
niveles (integridad de composición de especies, integridad estructural, integridad
ecológica y continuidad evolutiva). Por ello es que, ante la importante superficie que en
México se ha integrado al sistema de UMA, hoy resulta urgente que tanto los tenedores
de la tierra como los técnicos de campo y el personal de gobierno que supervisa los
programas de conservación, dispongan de un marco de referencia común y muy claro.

Sólo por poner un ejemplo genérico, las actividades de conservación en una UMA
determinada pueden resultar inútiles si no se hallan enmarcadas en –y son congruentes
con– estrategias de conservación que dependen de una visión hacia áreas mayores,
según las escalas geográficas que requieren distintas especies. Difícilmente las

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actividades de conservación en una sola UMA podrán cambiar las amenazas que pesan
sobre las poblaciones de una especie dada, pero si esas actividades son congruentes y
sinérgicas con las de otras UMA vecinas, hasta alcanzar una escala geográfica adecuada
para la conservación del taxón, el resultado será trascendente. Este es un aspecto de
especial interés en el caso de las especies migratorias, pero también es importante para
aquellas residentes de distribución moderada o amplia en el país. Cuanto más importante
resulta para otras especies de distribución muy restringida y quizá amenazadas, las
cuales, a pesar de su exigua extensión geográfica, difícilmente se hallan limitadas a una
sola UMA.

Además de los aspectos de escala geográfica, integridad y continuidad ecológica, arriba


mencionados para cada especie o grupo de especies de interés para actividades
humanas, el personal técnico a cargo de programas de conservación en UMA también
debe contar con lineamientos que le permitan instalar y operar programas de evaluación,
de manejo y seguimiento de poblaciones silvestres y de sus hábitat, dentro del predio
pero considerando sus alrededores. Igualmente debe contar con elementos que le
faciliten tomar decisiones prudentes respecto a la viabilidad –o no– de cosechar parte de
las poblaciones (a las cuales pertenece la fracción que observa en la UMA). Asimismo, en
el caso de que la viabilidad biológica de tal cosecha se justificara plenamente, el personal
técnico debe contar con conocimientos, habilidades y lineamientos claros, que le permitan
monitorear sistemáticamente el estado de las poblaciones de interés, para reconocer sus
tendencias y cambios en éstas, lo cual le permitirá orientar mejor sus prácticas de manejo
hacia la sustentabilidad con visión de largo plazo.

En los últimos 25 años, la investigación científica sobre la vida silvestre se ha


intensificado, mejorado y consolidado sustancialmente en México. Hoy puede decirse que,
para numerosos tipos de ecosistemas y para varias especies, ya se cuenta con
conocimientos que permiten reconocer de mejor manera el estado y la tendencia que
guardan especies y hábitat, lo cual brinda un apoyo importante para el diseño y el
desarrollo de programas de conservación. Sin embargo, el grado de éxito que se ha
logrado respecto a integrar investigación y práctica conservacionista es limitado, entre
otras cosas debido a que la urgencia planteada por varias necesidades prácticas no ha
podido aguardar los lapsos –a veces largos– que requiere una investigación científica
convencional. Y a la inversa, debido a que no siempre hemos sido capaces de traducir los
resultados de la investigación científica en métodos y técnicas aptas para su aplicación
práctica. Queda muy claro que persiste el enorme reto (o área de oportunidad, visto de
manera propositiva), de incorporar todo avance científico relevante a protocolos de trabajo
prácticos para la conservación de vida silvestre y a mejorar disposiciones administrativas
que permitan lograr una gestión exitosa de la vida silvestre en México.

Si se espera que las UMA cumplan de manera cabal con los propósitos con que se
concibieron originalmente (e. g. canalizar el interés de los tenedores de predios silvestres
hacia su incorporación coherente en los programas de conservación necesarios a escala
nacional), será necesario avanzar a mayor profundidad en lo explicado arriba.

Las ideas antes expuestas fueron la base para el diseño y desarrollo de los Talleres
efectuados bajo los auspicios del Instituto Nacional de Ecología, de la Dirección General
de Vida Silvestre -Semarnat y de Unidos para la Conservación, A. C. Para analizar estos
temas con la profundidad requerida, con conocimiento científico y técnico de primera
mano y para proveer una oportunidad de buscar consensos esenciales, se convocó a
expertos, provenientes de instituciones académicas y de ONG con experiencia en la
conservación de especies silvestres de mayor uso en México, así como a técnicos de

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dependencias de gobierno nacionales y de los Estados Unidos de América, vinculadas a
través de proyectos binacionales de conservación de vida silvestre.

Concurrieron al Taller sobre aves 44 participantes, distribuidos en el total de siete Mesas


temáticas. Trece especialistas provinieron de instituciones académicas de México y de los
Estados Unidos de América. Trece más pertenecen a organizaciones no gubernamentales
activas en programas de conservación a escalas regional o nacional. Dieciséis
participantes fueron personal oficial del gobierno federal mexicano y dos más, oficiales de
entidades de gobierno de los Estados Unidos de América. Los participantes mexicanos
acudieron de quince entidades federativas: Campeche, Coahuila, Chihuahua, Distrito
Federal, Durango, Jalisco, Michoacán, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa,
Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas. Tres participantes más provinieron de los
Estados Unidos. El conjunto de sus distintas perspectivas y experiencias, como
especialistas en los varios grupos de especies, dio al Taller una considerable diversidad
de opiniones.

Al Taller sobre mamíferos acudieron 36 personas, quienes integraron seis Mesas


temáticas. Trece de los participantes en este taller representaron a instituciones
académicas nacionales y de los Estados Unidos de América; 14 participantes más
provinieron de agencias técnicas de conservacion gubernamentales, federales y estatales,
tanto mexicanas como de los Estados Unidos de América; y ocho personas más fueron
representantes de ONG y organismos del sector privado relacionados asimismo con la
conservación biológica. Los participantes mexicanos provinieron de Yucatán, Chiapas,
Veracruz, Querétaro, Durango, Nayarit, Nuevo León, Sonora y Distrito Federal.

Previamente a cada Taller, se envió a cada participante una serie de documentos guía
para orientar la preparación previa de sus ideas y sugerencias, mismas que serían objeto
de análisis y debate durante el evento. Las guías provistas a los participantes hicieron
énfasis en atender tres rubros básicos de información respecto a la especie o grupo de
especies:

a) conservación de poblaciones de la especie,


b) conservación del hábitat local y
c) determinación y gestión de la cosecha sustentable.

Estos tres apartados se consideraron indispensables como fundamentos para la


construcción, colectiva y progresiva, de lineamientos biológicamente aceptables para
mejorar la conservación y uso de estas especies silvestres en México, con enfoque
particular en las UMA.

Los trabajos de cada Mesa en el Taller respectivo fueron conducidos por uno o dos
Moderadores quienes, con conocimiento previo de los mismos documentos de referencia
que los participantes, se responsabilizaron de que las Mesas a su cargo abordaran los
temas señalados, apegándose a los términos de referencia y formato ya mencionados.
Cada Mesa trabajó bajo esas condiciones, manteniendo claro en todo momento que
habría de preparar un documento final siguiendo el formato estándar, hasta donde la
información y peculiaridades de cada tema lo permitieran. Al final de los trabajos, cada
Mesa presentó en la sesión plenaria final de su respectivo Taller, un resumen de los
principales resultados alcanzados durante sus sesiones.

Por lo que toca al producto de cada Mesa –es decir, el documento de lineamientos
técnicos emitido por cada una de ellas– a continuación se resume la estructura a la cual

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la coordinación de los Talleres solicitó a los participantes apegarse:

I. Una breve sección de introducción al tema de cada Mesa, de modo que ofreciera un
panorama suficiente de los expertos que concurrieron, de las especies tratadas y de las
principales características biológicas de éstas.

• Nombre de la Mesa.
• Lista de los participantes y sus adscripciones laborales.
• Breve descripción de cada una de las especies (o grupos de especies) que fueron
tema de análisis en la Mesa.
• Lista y breve descripción de los rasgos más relevantes de la historia natural de las
especies (o grupos de especies), en relación con su conservación y uso
sustentable.

II. Asimismo se solicitó a los participantes que, una vez cubierta la fase de descripciones
de las especies particulares (o grupos de especies) tratados en la Mesa, se abordaran
específicamente los siguientes aspectos:

• A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para


la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.
• Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de
las especies (o grupos de especies).
• Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y
el ajuste de la cosecha sustentable en UMA (enunciarlos, describir cada uno
brevemente, explicar su relevancia para este propósito; todo citando
fuentes).
• Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población
orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta
en una región en la que se practique la cosecha de la especie o grupo de
especies afines. Si los métodos difieren en hábitat árido, templado y tropical,
explicar lo necesario.
• Formato óptimo para la captura de los datos de campo.
• Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales
indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

• B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la


conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.
• Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las
especies (o grupos de especies).
• Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación de viabilidad y
cuantía de la cosecha sustentable en UMA y su ajuste adaptable
(enunciarlos, describir cada uno brevemente, explicar su relevancia para
este propósito; todo citando fuentes).
• Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado
a detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes en una región
en la que se practique la cosecha de la especie o grupo de especies afines.
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Si los métodos difieren en hábitat árido, templado y tropical, explicar lo
necesario.
• Formato óptimo para la captura de los datos de campo.
• Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la
cosecha sustentable.

• C. Aspectos de conservación de la(s) especie(s) en la gestión de la cosecha


sustentable en UMA.
• Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en
el área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes
A y B.
• En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la
cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA (al menos en
porcentaje de la población regional o local, con criterio claramente
precautorio) considerando la escala geográfica adecuada para la
conservación de las especies o grupos de especies.
• Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha
en una UMA, considerando las tendencias de población y hábitat.
• Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de
una UMA cada; si es el caso.
• Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de
campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros
criterios, si aplica al caso.
• Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y
protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos.
• Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA
(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados
del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la
cosecha en cada lapso.
• Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las
necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de
especies afines).

• III. Recapitulación y recomendaciones.


• Resumen de las bases esenciales para la conservación.
• Ajuste progresivo de cosecha y manejo.
• Identificación de necesidades y vacíos.
• Otros aspectos.

• IV. Bibliografía.
• Referencias bibliográficas esenciales para los temas de las Partes A, B y C;
incluyendo todas aquéllas que hubieran sido citadas en el texto de cada
Parte.

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• Referencias adicionales, si las hubiera, sobre aspectos colaterales pero que
se consideren importantes para el manejo biológicamente aceptable del
grupo de especies y su hábitat.

Tomando como base el formato explicado arriba, los participantes de las Mesas
produjeron sus respectivos documentos de resultados. Algunas Mesas lograron cumplir
cabalmente las expectativas de los Talleres mientras que otras, quizá por el estado actual
del conocimiento mismo o por lo polémico de los enfoques prácticos hacia la
conservación, no lograron asentar conclusiones de consenso. Por esta razón, los
documentos de las Mesas aparecen con distintos grados de desarrollo, de profundidad y
de contundencia de resultados. Asimismo, aun cuando los documentos producidos por
cada Mesa recibieron comentarios editoriales de la coordinación, a fin de mejorar la
exposición de los resultados obtenidos, las adecuaciones que los participantes en cada
Mesa alcanzaron a hacer a sus documentos, a la fecha del cierre, fueron de diferentes
niveles; por esto quizá no se apreciará gran homogeneidad entre documentos.
Finalmente, se sugirió a las distintas Mesas que, en un ejercicio autocrítico, analizaran el
grado de avance al que llegaron y que identificaran las principales necesidades para
continuar el trabajo en el futuro.

Por todo lo antes explicado, este documento no debe considerarse como una guía
definitiva para la conservación de las especies tratadas y de sus hábitat, sino como un
compendio que refleja fielmente el estado del arte en México, a las fechas de realización
de los Talleres y para el tema que trató cada Mesa de especialistas. Sin embargo, nada
de lo anterior constituye demérito de las contribuciones hechas por los participantes en los
Talleres, puesto que los documentos recibidos de las Mesas constituyen un referente que
será de utilidad para futuras aproximaciones a cada uno de los temas, considerando que
en esta primera etapa se condensó la experiencia profesional de los especialistas que los
analizaron. Las versiones más avanzadas de los documentos de Mesa, como se
recibieron en la coordinación de los Talleres, son la base de la compilación de resultados
que el lector tiene en sus manos.

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RESULTADOS

En esta sección se presentan los documentos producidos por las Mesas de trabajo de
ambos Talleres. En algunas Mesas se produjo un documento único, de consenso,
mientras que en otras se produjo un documento básico que expone los puntos debatidos y
los aún debatibles. En algunas de las Mesas que no alcanzaron un acuerdo general,
algunos de sus participantes hicieron llegar generosamente, a título personal y con
posterioridad a los Talleres, otros documentos de análisis mismos que, por su valor
intrínseco, la coordinación consideró importante incluir en esta compilación. Los
documentos de las distintas Mesas permitirán al lector valorar semejanzas y diferencias
entre las distintas especies y las recomendaciones hechas, así como percibir las
fortalezas y las debilidades del conocimiento actual, respecto a cada especie y hábitat,
tales como se identificaron durante el desarrollo de los Talleres. Claramente, las opiniones
expresadas en los documentos colectivos de las Mesas son responsabilidad de los
participantes en cada una de ellas, en tanto que los autores de los documentos
adicionales asumen la de éstos últimos.

Como antes se apuntó, esta compilación puede describirse como una instantánea del
estado de cosas actual en cuanto al conocimiento de estas especies y de sus hábitat en
México; y también, del estado real que guarda la traducción del conocimiento científico a
aplicaciones prácticas para la conservación de esos ecosistemas y especies. Además de
que varios secores técnicos de gobierno requieren mejores herramientas para el manejo
de la vida silvestre, una parte muy considerable de la responsabilidad del manejo
responsable de la vida silvestre es clara, por lo cual todo esfuerzo futuro para poner a su
alcance mejores herramientas de conservación estará plenamente justificado.

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I. TALLER SOBRE CONSERVACIÓN Y
USO SUSTENTABLE DE AVES SILVESTRES EN UMA
Fecha del Taller: 24 al 26 de julio de 2006

PANORÁMICA DE LA CONSERVACIÓN DE AVES SILVESTRES SUJETAS A


APROVECHAMIENTO EN MÉXICO

Ariel Rojo Curiel y Jesús Lizardo Cruz Romo


Dirección General de Vida Silvestre

Es de todos conocido que el aprovechamiento de las aves en México tiene una gran
tradición y se remonta a tiempos prehispánicos. Los usos de ejemplares partes y
derivados forman parte de nuestra cultura y tienen diferentes manifestaciones que van
desde los vestidos y penachos de plumas con fines ceremoniales, ornamentales o
rituales, hasta el aprovechamiento de ejemplares con fines de alimentación, educación,
recreación o más típicamente con fines de ornato. Es tal vez éste último el más extendido
actualmente en México, donde es común en los hogares contar como mascotas con
jilgueros, calandrias, ruiseñores, cardenales y un largo etcétera pues la diversidad de
aves canoras y de ornato en México es muy grande. Por otro lado, varias especies
poseen interés cinegético, es el caso de las aves acuáticas, patos, gansos y cercetas así
como otras especies como el guajolote silvestre, palomas, codornices y el pavo ocelado.
Es además conocido que se aprovechan las aves rapaces, halcones principalmente, en
actividades de cetrería.

Como se puede apreciar, el uso y aprovechamiento actual de las aves es amplio en


México y variable en las diferentes regiones del país. La Ley General de Vida Silvestre
establece como condición para garantizar la sustentabilidad del aprovechamiento de
especies silvestres el contar con los estudios poblacionales adecuados que permitan
evaluar una cosecha que no afecte la viabilidad de las especies sujetas a
aprovechamiento.

En virtud de lo anterior fue que la Dirección General de Vida Silvestre impulsó este taller
en el que se reunieron académicos y expertos en los distintos grupos de aves sujetas a
aprovechamiento, para discutir las escalas y técnicas apropiadas de monitoreo de cada
grupo, así como los modelos o condiciones de cosecha sustentable de los mismos,
acordes con las características biológicas de los distintos grupos o especies en particular,
como su carácter migratorio, ciclo de vida, variaciones de tipo estacional en el
comportamiento, estructura social y rasgos demográficos básicos, mucho de éstos aún sin
información científica sólida, tales como tasa de sobrevivencia, de mortalidad, de
reproducción, etcétera.

Caso especial fue el de las aves canoras y de ornato, esto en razón de la gran diversidad
de especies sujetas a este aprovechamiento y a que el grupo de los psitácidos (pericos y
loros), de los cuales la mayoría se encuentra en condición de riesgo, posee
características particulares que requirieron la integración de mesas específicas para su
discusión. Por otro lado, este gran grupo de aves está sujeto a un intenso
aprovechamiento tradicional, calificado como de subsistencia, que aunque disperso,
resulta en un fuerte impacto sobre algunas poblaciones y especies silvestres.

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En este sentido, la Ley General de Vida Silvestre reconoce dos tipos de aprovechamiento,
el que se realiza en Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA) y
el que se realiza bajo condiciones de subsistencia, siempre y cuando éste último sea con
el fin de satisfacer las necesidades básicas de los pobladores de una localidad, por lo que
se busca que el aprovechamiento esté de acuerdo con la mejor información disponible de
las especies de interés, buscando promover y generar alternativas de uso y conservación
dentro de una UMA.

Normalmente el aprovechamiento de subsistencia se enfoca a especies que por sus


características ornamentales y de canto resultan atractivas para el comercio a baja escala
y que se realiza principalmente en los mercados locales. Los niveles de aprovechamiento
bajo este esquema son altos en comparación con el aprovechamiento en UMA,
considerando el gran número de capturadores que realizan esta actividad.

Cabe mencionar que la demanda de aprovechamiento de otras especies con fines de


subsistencia es baja, y se centra principalmente sobre aves acuáticas, crácidos,
codornices, palomas, guajolotes y pavo ocelado, y que en su mayoría son sujetas de
aprovechamiento cinegético dentro de UMA. A pesar de que no se cuenta con datos
definitivos y bien documentados sobre el aprovechamiento de subsistencia en estas
especies, es importante señalar que éste se realiza en distintas regiones del país y
significa uno de los aportes proteicos de mayor relevancia en comunidades con alta
marginación.

Dentro de las UMA la situación del aprovechamiento de aves es muy distinta; desde hace
algunos años se ha buscado establecer los mejores criterios para su muestreo y
seguimiento, así como para la elaboración de modelos de cosecha a partir de los cuales
se pueda contar con mejores elementos para evitar el aprovechamiento de sus
poblaciones, considerando valores de incertidumbre, y las características biológicas y
ecológicas de las especies, intención que dio lugar a este taller.

Otro aspecto fundamental en el manejo de aves silvestres es la escala geográfica bajo la


cual deben ser consideradas para su manejo; un ejemplo de esto son las aves acuáticas
migratorias, las cuales requieren de un manejo local, regional y continental, dado que se
trata de un recurso que se comparte con los países de Norteamérica. En este sentido
desde hace décadas las agencias de vida silvestre de Canadá y Estados Unidos han
realizado el seguimiento sistemático, de rutas migratorias, áreas de reproducción e
invernación, proyectos en los que la Dirección General de Vida Silvestre participa. Los
datos generados permiten tener una visión clara de las especies y poblaciones, su
distribución, abundancia, movimientos, sitios prioritarios para su conservación, etcétera, y
permiten también, establecer medidas de manejo, recomendaciones, restricciones o
condiciones de cosecha a nivel regional.

El manejo regional también ocurre con las palomas, huilota y ala blanca principalmente,
especies cuya distribución y comportamiento requiere de un esfuerzo coordinado de
manejo y monitoreo, mismo que se lleva con éxito con diferentes actores en México y con
los Estados Unidos, obteniendo información clave de los sitios de anidación, rutas
migratorias e índices de abundancia, lo que permite estimar bolsas de cosecha
sustentables.

Resulta necesario incorporar esta perspectiva regional en el manejo de otras especies,


que si bien no resultan un recurso compartido con otros países, debido a los movimientos
que realizan y a su ámbito hogareño, se requiere que sean manejadas de acuerdo con

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una escala que sobrepasa los límites locales de las UMA.

Un punto clave que ha sido poco abordado en nuestro país ha sido el desarrollo de
modelos de cosecha que permitan un uso sustentable de la vida silvestre, en este sentido
se ha trabajado con modelos que originalmente fueron desarrollados para otras especies
cercanas, desafortunadamente en la actualización de éstos se ha contado con poca
participación de los actores que mejor conocen a las especies. Las aportaciones recientes
a los modelos de aprovechamiento proporcionan un punto de partida para realizar un
ajuste acorde con las especies, su biología y ecología, incorporando la experiencia de
actores reconocidos en la conservación y conocimiento de las especies mexicanas.

Finalmente la gran diversidad de aves que tenemos en México permite que éstas se
conviertan en un recurso de gran relevancia en el país, las formas para su
aprovechamiento son muy variadas, y que van desde capturadores de subsistencia que
realizan sus capturas sobre pocas especies, de características ornamentales muy
particulares, hasta el aprovechamiento cinegético que representan trofeos a nivel
internacional, como es el caso del pavo ocelado o el guajolote silvestre. Este gran
potencial requiere que sea apreciado por los diferentes sectores involucrados, por lo que
consideramos que la reunión en este taller de especialistas en su estudio, conservación y
manejo, podrá ser el uno de los eslabones clave que permitirá determinar las mejores
alternativas de uso y aprovechamiento y alcanzar su conservación a través de su manejo,
seguimiento y aprovechamiento sustentable.

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AVES PSITÁCIDAS

Elaboración del documento

Katherine Renton, Eduardo Íñigo Elías, Juan Cornejo, Lizardo Cruz Romo.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Gerardo Carreón, NATURALIA, A. C.


parkswatch@naturalia.org.mx
Juan Cornejo, AFRICAM SAFARI
jcornejo@africamsafari.com.mx
Lizardo Cruz Romo, DGVS – SEMARNAT (moderador)
jesús.cruz@semarnat.gob.mx
Carlos Gracida, ASOCIACIÓN U’YO’OLCHÉ A. C.
betogracida@gmail.com
Eduardo Íñigo Elías, CORNELL LAB OF ORNITHOLOGY
eei2@cornell.edu
Filemon Manzano, DGVS – SEMARNAT
filemon.manzano@semarnat.gob.mx
Tiberio Monterrubio, UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE
HIDALGO tiberio@zeus.umich.mx
Katherine Renton, ESTACIÓN DE BIOLOGÍA CHAMELA – UNAM
krenton@ibiologia.unam.mx
Yamel Rubio, FAC. DE BIOLOGÍA - UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA
yamel@uas.uasnet.mx

Introducción

La familia Psittacidae es un grupo representado por 352 especies al nivel


mundial. En particular en México, se pueden encontrar 22 especies en
prácticamente en todos los Estados del país (PREP, 2000). Los psitácidos
presentan patas cigodáctilas (con dedos fusionados) adaptadas para
desplazarse con facilidad en el dosel. Las especies mexicanas presentan una
gran variedad de tamaños, que van desde los 12 a 14 cm de longitud de Forpus
cyanopygius hasta los 96 cm de Ara macao. Los patrones de coloración también
pueden variar enormemente, sin embargo se les reconoce comúnmente por la
coloración verde brillante, común en las especies de los géneros Amazona y
Aratinga. En general presentan poco dimorfismo sexual, pero resaltan ciertas
diferencias en los patrones de coloración de la cabeza en algunas especies, al
igual que entre ejemplares juveniles y adultos, además de la pigmentación más
obscura en los ojos de los juveniles en comparación con el color claro o ámbar
de los adultos (Howell y Webb, 2001).

14
Las crías de los psitácidos son altricias (no pueden valerse por sí mismas al
nacimiento), por lo cual requieren de alta inversión de los padres en cuidados
parentales, los cuales comúnmente ocurren en cavidades de troncos secos,
termiteros o cavidades en rocas. La disponibilidad de esas cavidades resulta un
factor limitante, dado que es un aspecto crucial en la biología reproductiva de
esta familia de aves. Los psitácidos se distribuyen principalmente en regiones
tropicales aunque, en México, dos especies son exclusivas de bosques de pino
en la Sierra Madre Occidental y Oriental (Ceballos y Eccardi, 1996), y en estas
regiones se alimentan principalmente de semillas y frutos (Howell y Webb,
2001).

Actualmente, cerca de 31% de las especies de psitácidos neotropicales se


encuentran en riesgo de extinción (Collar, 1996). Entre las causas que han
llevado a estas especies a encontrarse en estos niveles de riesgo destacan la
pérdida, fragmentación y degradación del hábitat, principalmente del relacionado
directamente con la reproducción, así como la extracción de ejemplares para el
comercio, y las matanzas a grandes grupos de éstas y otras especies en zonas
de cultivo para reducir las pérdidas de cosecha. Asimismo, la propia biología
reproductiva de estas especies aumenta el riesgo de estas amenazas, pues
estas aves tienen ciclos de vida largos, los individuos comúnmente son
monógamos y, en muchas especies, la formación de parejas es permanente.
Además sus sitios de anidación son muy específicos, las crías requieren de altos
cuidados por parte de los padres y, en general, presentan un éxito reproductivo
bajo. Por todo ello, el reclutamiento anual en estas poblaciones es bajo y debe
considerarse como un aspecto fundamental en la determinación de la
sustentabilidad del aprovechamiento de estas especies.

A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies)


relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en
UMA.

De acuerdo con las dimensiones del ámbito hogareño conocido de distintas


especies de psitácidos, las superficies de la mayoría de las UMA no suelen ser
suficientes para garantizar un manejo adecuado de éstas, principalmente
considerando que durante el año estas aves realizan movimientos amplios,
relacionados con la disponibilidad de recursos. Uno de los parámetros básicos
para un manejo responsable es la productividad de las poblaciones, por lo cual
se requiere conocer al menos la disponibilidad de sitios de anidación dentro de
una UMA dada, la ocupación real que hacen de éstos y el resultado efectivo de
la reproducción.

Bajo estas consideraciones, se han identificado dos escalas básicas para


conocer el estado de las poblaciones:

15
• Por un lado, es necesario incrementar el conocimiento regional de cada
especie y subespecie, incluyendo el estado de conservación del hábitat,
las densidades, y nivel de riesgo que enfrenta en esa región.
• Por el otro, al nivel local, resulta esencial reconocer la densidad y los
niveles de productividad particulares de la localidad.

Los métodos de estudio al nivel local se señalan a continuación y la parte


correspondiente al manejo regional se presenta en el apartado C del presente
documento.

Entre los aspectos de la biología de poblaciones o ecología de poblaciones que


deben considerarse, con respecto a la conservación de psitácidos y con especial
referencia al caso de manejo en UMA extensivas que se relacionan con estas
especies, destacan:

a) El tamaño de población de referencia, adecuado para la conservación de


la especie;
b) Tendencia de la población (por lo que se requiere un monitoreo con al
menos un muestreo anual y su repetición sistemática en el largo plazo);
c) Tamaño del área requerida por la población;
d) Requerimientos generales y específicos de hábitat de anidación (crítico
para el desarrollo natural de cada especie);
e) Demografía de la población (productividad, mortalidad, edad de primera
reproducción, tasa de crecimiento de la población, entre otros);
f) Impactos históricos y recientes que ha tenido la especie o la población en
la UMA y en la región donde se ubica la UMA (nivel de explotación
histórico, impacto de fenómenos climáticos naturales, nivel de
deforestación en el área, actividades emprendidas para restauración o
área de hábitat conservado en la UMA, presencia de Áreas Naturales
Protegidas y manejo).

Estimación del tamaño de la población (censos).

Para la estimación del tamaño de la población se plantea el siguiente protocolo


que define la temporalidad, esfuerzo y método de análisis de la información
obtenida a partir de los muestreos:

Temporada del año para muestreos.- se recomienda trabajar al inicio y hacia


el final de la temporada reproductiva de cada período anual (noviembre a
febrero), para estimar la población residente . Dependiendo de la especie que se
trate y de la región del país donde ésta se distribuya, las fechas pueden variar
ligeramente; sin embargo, se considera que no deben ocurrir en aquellos
períodos en los que se agrupan todos los ejemplares de la población, incluyendo
volantones producidos durante la misma temporada, esto para evitar sesgos al
alza en el estimado de la población. Adicionalmente, durante la temporada de

16
muestreo podrán observarse las parejas que intenten reproducirse la siguiente
temporada y, con esto, obtenerse información sobre la demografía de la
población.

Esfuerzo de muestreo.- Para las especies más comunes, se recomienda


realizar un mínimo de 100 puntos de conteo (pueden ser 50 puntos, si las
cuentas se realizan 2 o 3 veces durante la temporada reproductiva). Si el
esfuerzo de muestreo no resultara suficiente para hacer una estimación
adecuada de densidad de la población, entonces se recomienda incrementarlo.

Los protocolos de muestreo tendrán que diseñarse de acuerdo con las


condiciones del hábitat y de la especie que se estudie (no es lo mismo una
estimación poblacional con una Aratinga que tiene un desplazamiento
relativamente menor, en comparación con una guacamaya, que puede estar en
una área que involucre varios estados o inclusive países). Programas de
cómputo como “Distance” evalúan la representatividad del muestreo al realizar
los análisis de los conteos realizados, por lo tanto, por medio de este análisis se
podrá determinar si el muestreo fue representativo para el área de interés
(Buckland et al. 1993).

En todo caso debe describirse el esfuerzo de muestreo; es decir, el número de


puntos de conteo por transecto, así como el número de transectos y la longitud y
dirección de éstos. Asimismo es necesario localizar los puntos y transectos en
una carta geográfica, con ayuda de un GPS (geoposicionador satelital), a una
escala que permita identificar inequívocamente el sitio donde se realizaron. Para
ello es necesario incluir las coordenadas UTM (Universal Transversal de
Mercator) del inicio y fin de los transectos que se hayan realizado, y de los
puntos de cuenta de las aves. En caso de que la UMA cuente con infraestructura
fija para realizar los conteos, como torres de observación o plataformas
instaladas en árboles altos, deberán diferenciarlos claramente en los planos e
indicar sus coordenadas.

Horarios de los muestreos.- Se deberán realizar los muestreos de distancia a


puntos (puntos de conteo) durante las primeras 3 horas de la mañana, cuando
suele haber mayor actividad de los loros, evitando sitios de paso, dormideros y
zonas de forrajeo, para evitar sobrestimaciones en la población.

El lapso de cuenta en cada punto deberá tener una duración máxima de 10


minutos y, en cada transecto o ruta de muestreo, los puntos deberán estar
separados al menos por 200 o 300 m del límite de observación, es decir, la
distancia más lejana al centro del área donde se observó algún ejemplar o grupo
de ejemplares (Casagrande y Beissinger, 1997; Marsden, 1999; Bibby et al.,
2000).

Adicionalmente deberán registrarse datos relevantes del sitio, tales como las
condiciones meteorológicas en el momento del muestreo, el tipo de hábitat, la

17
hora de detección, la especie de ave, el número de individuos, el modo de
detección (observación directa o canto), actividades como perchado, escape por
influencia del observador o simple vuelo sobre el área. La distancia del
observador al ave debe registrarse con la mayor exactitud posible. Si es posible,
deben agregarse observaciones adicionales como la dirección del vuelo o la
dirección hacia la cual se detectó el ave o la parvada.

Para calcular la densidad de individuos, se deberán aplicar técnicas de análisis


de datos basadas en el algoritmo de distancia respecto al transecto (por
ejemplo, con el ya mencionado programa Distance http://www.ruwpa.st-
and.ac.uk/distance/). En este caso, lo importante es registrar individuos que
estén perchados (i. e. haciendo uso efectivo del hábitat) y realizar la medición
precisa de la distancia del observador al ave, para obtener una estimación
razonable del número de individuos por unidad de área.

Los muestreos se realizarán de manera estratificada, es decir, ubicando


transectos en los diferentes tipos de hábitat natural representativos de la UMA,
considerando para ello la superficie que ocupa cada hábitat, proporcionalmente
en relación con el área total de la UMA. Dentro de cada hábitat debe intentarse
ubicar al azar los puntos de conteo o transectos, evitando así sesgos de
muestreo que suelen ocurrir cuando se ubican los transectos en sitios de alta
congregación de individuos, es decir, alrededor de campos de cultivo, sitios de
paso o dormideros (para el muestreo de dormideros se sugiere una técnica
específica; véase abajo). Como se dijo antes, las estimaciones de densidad
deberán realizarse con base en los registros de individuos perchados en el
hábitat, deberán calcularse por especie y separarse por tipos de hábitat. Para
todo esto, se sugiere apegarse al formato que se incluye en el Anexo I.

Muestreo en Dormideros.- Se plantea la posibilidad adicional de utilizar conteo


en dormideros para tener una estimación específica sobre el número de
individuos que utilizan el sitio. Para ello tendrán que localizarse los diferentes
dormideros y realizarse los conteos en la mañana, justo cuando los individuos
salen de éstos. Se recomienda realizar 5 conteos por cada uno de estos sitios,
escogidos al azar y durante el mes, para tener una estimación del número
promedio de individuos en cada dormidero y conocer la variación en los
muestreos (Cougill y Marsden, 2004; Berg y Angel, 2006). Los conteos en
dormideros no pueden asumirse como base para –ni resultar en– una estimación
de número de individuos por área, debido a que no se tiene información acerca
de la distancia desde la cual viajan los individuos que se congregan en el
dormidero. En algunos casos, los individuos pueden viajar distancias de hasta
25 km entre los dormideros y las áreas de alimentación.

Muestreo desde puntos altos de observación.- Es posible utilizar este método


para la estimación de abundancia relativa de una especie de psitácido en el
área. El protocolo a seguir en este tipo de observación es el siguiente; contar el
número de individuos por 10 o 15 minutos y utilizar el promedio, o número de

18
individuos que vuelan en una sola dirección (ejemplo, volando con rumbo al
dormidero). Es muy importante aclarar que el uso de este método no exime al
operador de que siga realizando el monitoreo de distancias de detección de
individuos respecto a transectos, el cual permitirá conocer mejor la densidad
relativa y, eventualmente, el tamaño mínimo de la población que frecuenta el
área. También resulta importante señalar que este método no debe ser utilizado
de manera única para estimar abundancias de las poblaciones de psitácidos,
debido a que puede sobreestimar la población, principalmente cuando el sitio de
muestreo se localiza en las proximidades de áreas naturales protegidas. Por lo
tanto, el resultado de este tipo de conteos debe compararse con monitoreos de
puntos fijos, tal como se señala en el presente documento.

Los muestreos locales para estimación de la población, establecidos y llevados


por varios años consecutivos de muestreo, podrían dar información importante
para conocer algunas tendencias de las poblaciones en la región a mediano
plazo. Esto tiene importancia, pues podrá indicar la declinación de abundancias
de psitácidos en zonas específicas (por ejemplo, el caso de ciertas especies de
psitácidos en el estado de Guerrero).

Estimación de la producción de una población

Es necesario conocer ciertos parámetros demográficos, no sólo para estimar el


estado y tendencia de una población, sino también para establecer de manera
razonable tasas de cosecha aplicables cada año, por especies, con un claro
enfoque hacia la conservación y la sustentabilidad del uso. En este sentido ya se
ha realizado, por parte de la Dirección General de Vida Silvestre, la revisión
bibliográfica de diversos documentos; con ello se integró una tabla con los
parámetros poblacionales conocidos de productividad para varias especies de
psitácidos, con énfasis en especies mexicanas pero también considerando
géneros que comparte con otras regiones de América. Esta tabla ha permitido,
adicionalmente, establecer valores de referencia para definir un algoritmo de
cosecha que pueda considerarse prudente (Tabla 1).

A pesar de que actualmente se cuenta con información abundante para algunas


especies en ciertas regiones del país, es necesario determinar la contribución a
nivel regional de la productividad en aquellas UMA que hacen manejo de
psitácidos, por lo cual para determinar la productividad de la población en cada
UMA se deberá emplear el método que se plantea a continuación:

a) El método se basa en el conteo del número de nidos en el área de


estudio (UMA, o región en caso de UMA pequeñas).
b) Se deberán identificar las características de los nidos: especie de árbol
en el que se encuentra, árbol vivo o muerto, diámetro del árbol a la
altura del pecho, altura del árbol, altura de la cavidad, y tipo de
hábitat. Si se considera instalar en la UMA nidos artificiales, se
necesitará conocer previamente datos esenciales de las

19
características de las cavidades naturales utilizadas, tales como altura
desde el suelo, orientación, dimensiones de entrada, forma y
profundidad, entre otras.
c) Tamaño de la nidada (número total de huevos puestos por nido, para
calcular el promedio de huevos por nido con datos de varios años,
comparando entre distintas regiones).
d) Éxito de anidación: proporción de nidos exitosos (nidos de los cuales
por lo menos logra emprender el vuelo un pollo).
e) Productividad: número de volantones por nido exitoso, y número de
volantones por pareja.

Los datos anteriores permitirán tener una estimación razonable del número de
pollos que nacen y el número que mueren. Este tipo de monitoreo deberá
realizarse durante la temporada de cosecha y, en particular, en los nidos que se
pretenda cosechar; esto para evitar afectar los nidos que no vayan a ser
utilizados para cosecha durante cada temporada. Para la colecta de datos
durante el monitoreo de nidos, es recomendable utilizar el formato
correspondiente del Anexo I.

Como se mencionó en un par de ocasiones más arriba, para el análisis de la


densidad relativa de la población deberá utilizarse el software “Distance”
(http://www.ruwpa.st-and.ac.uk/distance/), este programa permite realizar una
estimación de la densidad de una población a partir de los datos de distancia
perpendicular de detección de individuos a lo largo de un transecto, es decir,
refiriendo el número de ejemplares vistos (solos o en grupo), en qué parte del
transecto y a qué distancias del observador fueron localizados. Este mismo
programa permite conocer el grado de representatividad del muestreo realizado
y, separando los diferentes muestreos por tipo de hábitat, se pueden obtener
valores comparativos. Para efectos de aplicación práctica, con un criterio
claramente precautorio deberá utilizarse aquél valor calculado por “Distance”
correspondiente al límite inferior del intervalo de confianza de la densidad
relativa.

Adicionalmente, para los métodos de conteo en dormideros se deberá analizar el


promedio de los ejemplares por especie contados en cado uno de los
muestreos. Este dato proporcionará solamente un índice de abundancia relativa,
por lo que sigue resultando necesario conocer la densidad a partir de los
métodos de distancia de registro de aves, en puntos a lo largo de transectos.

La productividad deberá estimarse considerando no sólo el número de parejas


que realizan intentos de anidación anualmente, sino el promedio de las
observaciones registradas de huevos, pollos durante el seguimiento sistemático
de nidos y los volantones producidos por nido exitoso durante cada temporada,
asimismo es necesario tomar en cuenta la pérdida de los mismos durante cada
etapa de su desarrollo.

20
Los signos de alerta temprana, que pueden permitir reconocer tendencias de
deterioro para una población de aves psitácidas incluyen los siguientes:

- Declinación en la estimación de tamaño poblacional.


- Tres años seguidos de sequía en el área.
- Tres años seguidos de baja productividad reproductiva por la
población: alta mortalidad de pollos o declinación en tamaño de puesta
o tamaño de nidada.
- Incremento en el tipo, número y/o magnitud de amenazas para la
población en el área, por ejemplo la captura de individuos con redes.

Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)


relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en
UMA.

Los componentes más importantes del hábitat para las especies de psitácidos
son el área de hábitat que requieren los individuos de la especie para sus
actividades cotidianas (también conocida como ámbito hogareño); el hábitat para
la anidación, es decir, especies y tamaños de los árboles utilizados; el hábitat
para alimentación o sitios de forrajeo; y áreas de descanso. Asimismo es
importante considerar que ciertas especies presentan mayor flexibilidad para
utilizar áreas con mayor grado de perturbación o incluso extensiones dedicadas
a la agricultura; sin embargo otras son mucho más estrictas respecto a la calidad
original de su hábitat. En cuanto al ámbito hogareño, se dispone de información
limitada a aquellas pocas especies con las que se ha trabajado este tema.

Dentro de una UMA deben identificarse las superficies ocupadas por los tipos de
hábitat presentes, forestal, primario conservado, hábitat secundario en
regeneración, áreas deforestadas y campos agrícolas así como, con un enfoque
complementario, los tipos de vegetación y sus características, al igual que los
procesos y tendencias en cambio de vegetación y uso de suelo.

Los datos que los responsables técnicos deben proporcionar respecto al hábitat
para una UMA, dentro del respectivo Plan de Manejo, son los siguientes:

a) Extensión total de la UMA.


b) Ubicación y área ocupada por los diferentes tipos de vegetación en la
UMA.
c) Descripción de las características de los tipos de vegetación y lista de
especies de árboles presentes en la UMA.

Para el seguimiento de las características del hábitat anualmente se deberá


realizar el siguiente procedimiento:

21
• Muestrear parcelas puntuales en cada tipo de vegetación para medir,
hacia los 4 puntos cardinales y con una brújula, la distancia al árbol más
cercano, midiendo asimismo el diámetro y la altura, e identificando la
especie de árbol más cercano (Marsden y Pilgrim, 2003);
• Deberán registrarse los cambios en el uso de suelo, o los cambios en la
vegetación por impacto de huracanes o fuego, entre otras causas;
• Es necesario poner en contexto regional el tipo de hábitat que existe en
cada UMA, con base en la información disponible en INEGI o en los
inventarios forestales realizados hasta el momento (SEMARNAT-INE-
Instituto de Geografía UNAM). De esta manera se podrá integrar un
índice de tendencia general del tipo de hábitat en la región, y
compararlo con aquellos que se observen para el país.

Es necesario generar información previa de calidad sobre los requerimientos de


hábitat y de área para cada especie que se pretenda aprovechar, de tal manera
que se puedan definir si es viable la cosecha y, en caso afirmativo, definir los
requerimientos mínimos para garantizar un aprovechamiento sustentable de los
psitácidos, en la escala de trabajo adecuada para cada especie. Una vez más,
se recomienda utilizar un formato estándar para la captura de los datos sobre el
estado del hábitat, en particular el provisto en el Anexo I.

Las UMA que pretendan realizar el manejo de psitácidos con fines extractivos
comerciales deberán contar con el hábitat natural necesario para sostener
poblaciones reproductivas estables, por lo cual es indispensable contar con la
evaluación de nidos en el área, identificando los nidos activos (y los sitios de
anidación potenciales, aunque no se encuentren activos durante el período en
que fueron revisados).

Las prácticas de manipulación de hábitat que pueden recomendarse para


promover la presencia de las especies de interés, son:

• Reforestación con especies de árboles nativas.


• Incremento de la extensión de hábitat forestal destinado a la
conservación.
• Instalación y seguimiento de nidos artificiales, en los casos que la biología
reproductiva de la especie lo permita.
• Protección de nidos naturales contra depredadores.
• Vigilancia de los nidos para evitar el saqueo de ejemplares, la destrucción
de nidos y sobre todo la tala, legal e ilegal.

Se identificaron como signos de alerta temprana para el deterioro del hábitat los
siguientes aspectos:

• Incremento en la tasa de cambio de uso de suelo y declinación del área


forestal conservada.
• Alta sequía en la región durante 3-4 años seguidos.

22
• Pronósticos climatológicos adversos para la región, por ejemplo,
incremento en la intensidad y frecuencia de huracanes que ocasiona la
deforestación del hábitat; la pérdida de recursos alimenticios por
destrucción de follaje, flores y frutos y, por consiguiente, el incremento en
la intensidad de los incendios en la temporada de sequías posterior a la
temporada de huracanes (fenómeno común en los últimos 10 años en los
estados de la Península de Yucatán y de la vertiente del Pacifico de
Chiapas).
• Incremento en la tala, legal o ilegal, de árboles importantes para
alimentación o anidación de las especies.

23
Tabla 1. Parámetros productivos en vida libre de psitaciformes mexicanos y géneros compartidos en otros
países.
Especie y Producción
No. de Éxito de volantones
categoría en Población éxito de éxito de de
huevos nidos (al por pareja
la NOM-059- reproduc- eclosio- volanto- volantones Fuente
por menos 1 reproducti-
SEMARNAT- tiva % nes nes por nido
nido pollo) va
2001 exitoso
Amazona 3.77 0.82 Gracida, 1998
Amazona Masello &
autumnalis 2.7 0.72 0.56 0.48 0.9 Quillfeldt, 2002
Amazona Renton &
finschi (A) 15-20 2.6 0.74 0.57 0.42 2.27 0.99 Salinas, 2004.
Amazona Masello &
Especies
oratrix (P) 2.6 0.94 0.33 0.22 0.3 Quillfeldt, 2002
mexi-
canas Amazona Masello &
viridigenalis 3.4 0.84 0.47 0.48 1.4 Quillfeldt, 2002
Aratinga Masello &
strenua (A) 2.8 0.91 0.5 0.5 1.3 Quillfeldt, 2002
Rhynchopsitta
pachyrhyncha Masello &
(P) 2.7 0.81 0.78 0.82 1.7 Quillfeldt, 2002
Especies Forpus Masello &
no mexi- passerinus 7 0.81 0.83 0.64 4.7 Quillfeldt, 2002
canas Brotogeris Masello &
versicolorus 5.4 0.41 0.5 Quillfeldt, 2002
Amazona Masello &
leucocephala 3.5 0.56 0.54 0.8 Quillfeldt, 2002
Amazona Masello &
vittata 3 0.84 0.49 0.69 1.5 Quillfeldt, 2002

24
Sanz &
Amazona Rodriguez,
barbadensis 3.38 0.51 0.41 1.27 2006
Banchs &
Amazona Moschione,
aestiva 50 3.67 0.89 0.62 2.87 1.77 1995
Banchs &
Amazona Moschione,
barbadensis 3.42 0.76 1.48 1995
Banchs &
Amazona Moschione,
vittata 3 0.77 2.17 1.3 1995
Nota. Las especies mexicanas que no cuentan con información y Ara militaris y A. macao, fueron omitidas de la tabla.

25
Parte C. Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha
sustentable en UMA.

Las especies consideradas como potencialmente viables para su


aprovechamiento con fines comerciales son aquellas que se encuentran fuera de
la NOM-059-SEMARNAT en su versión vigente. Asimismo, podrán considerarse
las especies de psitácidos incluidas en dicha Norma bajo la categoría de Sujeta
a Protección Especial (Pr). Para el caso de aquellas especies catalogadas en las
categorías de Amenazadas (A) o En Peligro de Extinción (P), no se recomienda
autorizar aprovechamientos extractivos con fines comerciales mientras no se
compruebe –con certeza– que las poblaciones se encuentran estables de modo
que, como prerrequisito, eventualmente el taxón pudiera descender en categoría
de riesgo en la Norma 059. En cualquier caso se deberá dar cumplimiento en lo
establecido en la Ley General de Vida Silvestre.

Si por alguna razón se explorara la posibilidad de aprovechar especies de


psitácidos en las categorías de Amenazada o En Peligro de Extinción, debería
mantenerse muy claro que previamente deberán revisarse de manera cuidadosa
la Ley General de Vida Silvestre y la Ley General del Equilibrio Ecológico y
Protección al Ambiente (LEGEPA), y realizarse estudios poblacionales que
proporcionen datos confiables de parámetros primarios de la población
(natalidad y mortalidad), a lo largo de varios años. Es importante que esos datos
e informes cuenten con el respaldo de personas o instituciones reconocidas en
el estudio y manejo de la especie o especies de interés (Art. 87 y 88, LGVS).

No debe autorizarse la captura de ejemplares adultos, ni con redes, ni goma o


señuelos. Sólo se recomienda, cuando la cosecha se haya estimado viable y
sustentable para el largo plazo, el aprovechamiento de pollos de alrededor de 5
a 6 semanas de edad y a través del manejo extremadamente cuidadoso de
nidos.

Para determinar la cosecha de psitácidos, con un enfoque de precaución


orientado hacia la sustentabilidad, se hará uso de la información generada a
partir de los monitoreos de las poblaciones y su productividad, así como de la
superficie de hábitat óptimo disponible para la o las especies. De acuerdo con el
Programa de Vida Silvestre y Diversificación Productiva del Sector Rural, uno de
los fines primordiales de las UMA es brindar las alternativas para obtener
recursos a los legítimos poseedores de la tierra, con el fin de que el hábitat
natural para la vida silvestre sea conservado por encima de las prácticas
tradicionales que frecuentemente implican el desmonte de la vegetación natural.
Por lo anterior, sólo se considerará como hábitat óptimo la superficie
correspondiente a los tipos de vegetación natural primaria descontando, de la
superficie total, aquella correspondiente a zonas alteradas principalmente por la
agricultura y la ganadería; asimismo, tendrán que ser descontadas aquellas

26
áreas de vegetación secundaria que cuenten con poco tiempo de descanso. La
densidad de ejemplares generada en los muestreos y calculada por medio del
programa de cómputo Distance será extrapolable sólo a aquellas superficies
correspondientes a la vegetación primaria.

Por el momento se sugiere utilizar el modelo propuesto por la DGVS para


calcular tasas de aprovechamiento de vida silvestre, con algunas modificaciones
para psitácidos siguiendo el modelo propuesto por Runge et al. (2004). Este
modelo es conocido como PBR ó método de Remoción Biológica Potencial (por
sus siglas en Inglés: Potential Biological Removal), y define el máximo
aprovechamiento posible, considerando una relación logística de la capacidad
de carga y la densidad de una población, donde este máximo posible es igual a
la mitad del máximo de la tasa intrínseca de crecimiento de una población (rmax;
véase su cálculo más abajo), Runge et al. (2004) indican que se puede
incorporar un valor de incertidumbre definido como Factor de Recuperación
(Fr)el cual se calcula con base en la categoría de riesgo en la cual se encuentre
la especie. La fórmula propuesta por Runge et al. (2004) es la siguiente:

PBR= ½ rmax Nmin Fr

Donde, PBR es la Remoción Biológica Potencial; rmax es el valor máximo de la


tasa intrínseca de crecimiento; Nmin es la población mínima estimada y Fr es el
factor de recuperación. El método para realizar el cálculo de cada valor se
presenta más adelante, y Nmin se calcula utilizando el límite inferior del intervalo
de confianza de la densidad relativa estimada por medio de Distance.

El modelo modificado por la Dirección General de Vida Silvestre incorpora dos


factores básicos para la aplicación del modelo, con la información disponible de
las especies de psitácidos para el cálculo de la rmax y su categoría de riesgo en
la NOM-059-SEMARNAT-2001. En primer lugar, la carencia de información
precisa por especie para calcular el valor de r se subsanó mediante la revisión
bibliográfica de las tasas de natalidad y la sobreviviencia en las primeras etapas
de vida de los loros en general. La información disponible permitió conocer la
productividad teórica estimada para especies del género Amazona. Para el caso
de otras especies como el género Aratinga se optó, a pesar de contar con
escasa información sobre su demografía, aplicar los mismos valores que para
especies de Amazona, al resultar éstos aún más conservadores. El resto de las
especies, principalmente aquellas pertenecientes a los géneros Ara y
Rhynchopsitta, cuentan con abundante información; sin embargo, el estado de
sus poblaciones naturales aún resulta crítico y no permite considerarlas para
esquemas de aprovechamiento.

A partir de la información obtenida se identificaron los valores que permiten


conocer la productividad a grandes rasgos y se realizaron análisis estadísticos
básicos para mantenerse dentro de los límites de los intervalos de confianza
permitidos. El resumen de la información se encuentra sintetizado en la Tabla 1.

27
Los valores seleccionados para la estimación de la productividad son los
siguientes:

- proporción de la población reproductivamente activa en una


temporada,
- proporción de sexos,
- tasa de nidos exitosos,
- producción de volantones, y
- tasa de sobrevivencia de los volantones en su primer año de vida
(valor incorporado durante el presente Taller de especialistas de
2006).

Derivado de lo anterior se elaboró la siguiente ecuación para el cálculo de rmax:

(Ne x C x Sn x P x Sv) = rmáx

Donde,
Ne = Proporción estimada de la población reproductiva.
C = 0.5 Es una constante, asumiendo que exista una proporción
macho:hembra de 1:1.
Sn = Tasa de nidos exitosos, expresada como fracción.
P = Producción de volantones por nidos exitosos, expresada como el
promedio de volantones producidos por nido exitoso.
Sv = Tasa de sobrevivencia de volantones en el primer año, expresada
como fracción.
rmáx = Total de volantones producidos en una población.

Se utilizaron los valores obtenidos del límite inferior del intervalo de confianza de
la información demográfica disponible para las especies señaladas en la Tabla 1
(Munn, 1992; Enkerlin-Hoeflich, 1995; Renton, 1998; Masello y Quillfeldt, 2002;
Renton y Salinas-Melgoza, 2004; Salinas-Melgoza y Renton, en prensa), que
dan como resultado lo siguiente:

0.24 (proporción de población reproductiva en una temporada).


0.5 (proporción de sexos)
0.4277 (proporción de nidos exitosos)
1.839 (volantones por nido exitoso)
0.73 (sobrevivencia de los volantones en el primer año)
rmax = 0.0689 (tasa de crecimiento de la población; producción de
volantones en la población por año).

La modificación del valor de incertidumbre propuesto por Runge et al. (2004),


para ajustarse a las categorías de la NOM-059-SEMARNAT-2001 incorporando
como factor de recuperación Fr, se asignó de la siguiente manera: originalmente
(Runge et al. 2004) propusieron que las especies en peligro de extinción cuenten
con un valor de 0.1, las amenazadas con 0.5 y aquellas fuera de estas

28
categorías, con un valor igual a 1. En este caso se consideró mantener el valor
de 0.1 para especies en peligro de extinción (P); 0.5 para amenazadas (A); 0.6
para las sujetas a protección especial (Pr); y 0.8 en aquellas no incluidas en las
categorías de la Norma, todo ello como medida precautoria adicional, derivada
del escaso conocimiento de la demografía para especies particulares.

Finalmente, se propuso incorporar la presión del aprovechamiento de la


temporada anterior, por lo cual a la población mínima estimada (Nmín) fue
despejada de la ecuación original de PBR y se le restó el número de individuos
autorizados para aprovechamiento el año anterior. A este valor resultante se le
multiplica por el valor calculado del PBR.

La modificación del cálculo para cosecha será:

(Nmín – Tan-1) PBR = Tan

Donde:

Nmín = Población mínima estimada


Tan-1 = Numero de ejemplares aprovechados la temporada inmediata
anterior.
PBR = Porcentaje de Remoción Biológica Potencial
Tan = Tasa de aprovechamiento para la temporada

Para el cálculo de la población mínima de la UMA se debe utilizar la densidad,


considerando sólo el límite inferior del intervalo de confianza, estimado con el
programa Distance y referido solamente a la superficie forestal conservada en la
UMA.

Actividades de cosecha.

El período de cosecha debe determinarse de acuerdo con el patrón reproductivo


de cada especie, en cada región, debido a que para proteger a las poblaciones
no se autorizará la extracción de ejemplares adultos y, por ello, el
aprovechamiento debe estar centrado en ejemplares jóvenes de cuando menos
5 a 6 semanas de edad, pero no próximos a ser adultos. En este sentido, cada
UMA debe realizar el monitoreo periódico de los nidos y su responsable técnico,
con base en la información obtenida de este seguimiento, deberá determinar el
momento más adecuado de la cosecha, para evitar alta mortandad en los
ejemplares aprovechados.

No se deberá extender la cosecha a la totalidad de las UMA, ésto para permitir


que la mayor superficie natural posible se mantenga como zona de conservación
y evitar la perturbación innecesaria de nidos que no vayan a ser aprovechados.

29
Como se dijo previamente, no se debe autorizar la captura de ejemplares
adultos, ni con redes, ni con goma o señuelos. Se recomienda restringir el
aprovechamiento a pollos (de cuando menos 5 a 6 semanas de edad), a través
del manejo de nidos de forma directa y cuidadosa, evitando dañar a los
ejemplares o los propios nidos durante la extracción.

Además, se requiere el seguimiento a largo plazo de las poblaciones para


determinar el impacto generado hacia éstas durante la cosecha, por lo cual cada
temporada deberán presentarse los resultados del seguimiento de las
poblaciones y nidos de cada UMA. En caso de que se observe, como resultado
del seguimiento de las poblaciones a nivel local, un decremento sostenido de las
poblaciones por más de 2 años seguidos, se podrá determinar la inviabilidad de
la cosecha y se deberán tomar medidas inmediatas para favorecer la
recuperación de la población. Asimismo, se deberá poner especial atención a
aquellos nidos que dejen de ser ocupados por causas originadas por el
aprovechamiento; para evitar esto, se sugiere no realizar el aprovechamiento
continuo de nidos por más de dos temporadas.

Tomando como base los resultados del seguimiento anual de nidos y


poblaciones, deberá evaluarse la tendencia de la población al nivel local, de tal
manera que se puedan identificar inmediatamente los cambios en las tendencias
poblacionales, incluido el éxito reproductivo. Asimismo, se recomienda
enfáticamente evaluar la posibilidad de ir reduciendo el aprovechamiento
extractivo con fines comerciales y fomentar con mayor intensidad la
diversificación productiva, por medio del aprovechamiento no extractivo y el
desarrollo de actividades y proyectos productivos que no modifiquen el hábitat
natural de la UMA y sus poblaciones de vida silvestre.

Resulta necesario evaluar de forma periódica, puntual y objetiva, las actividades


que se realicen en la UMA, con el fin de identificar fallas en el manejo,
actividades no compatibles con la conservación, así como acciones que
favorezcan la conservación de la vida silvestre, y también documentar los casos
de éxito. Esta evaluación deberá realizarse cada 3 años por parte de la
Secretaría y deberán realizarse talleres periódicos -como este al cual fuimos
invitados- con participación de los miembros de la academia involucrados en el
estudio de estas especies, para garantizar la aplicación de las técnicas actuales
e incorporar los conocimientos recientemente generados.

Es necesario instalar y desarrollar estrategias efectivas de evaluación y


regulación de las actividades de las UMA, con el fin de evitar lavado de
ejemplares de origen ilícito a través de ellas. Igualmente es necesario evitar la
cosecha de otras especies que estén protegidas, controlar la duplicación de
anillos numerados (para lo cual se recomienda utilizar anillos cerrados, que
limitan las posibilidades de duplicación de anillos debido a que sólo pueden
colocarse en la etapa de pollo). Se recomienda realizar las gestiones necesarias
para utilizar anillos cerrados, proporcionados directamente por la DGVS a las

30
UMA extensivas con aprovechamiento de psitácidos y mantener una base de
datos permanentemente actualizada de los ejemplares autorizados, para el
seguimiento de éstos en coordinación con la PROFEPA.

Manejo después de la cosecha.

Se requiere mejorar las estrategias de manejo de los ejemplares en cautiverio


para incrementar su sobrevivencia, controlando la cantidad, calidad, y
procedimiento de alimentación de los pollos, el alojamiento de éstos y el
transporte de ejemplares.

Recomendación para la alimentación de pollos:

• Utilizar papilla hecha de 2 partes de harina de maíz y 1 parte de


croquetas para perro, molidas.
• Entibiar la papilla antes de dársela a los pollos, a una temperatura ideal
de 36 a 38° C (Juan Cornejo, comunicación personal).
• Desechar la papilla preparada que no se utilice en cada evento de
alimentación y no almacenar granos o alimentos, para reducir la
incidencia de infecciones con aflatoxinas.
• No volver a dar de comer a las aves hasta que se haya desplazado el
buche de alimento, lo que puede tomar horas o minutos, según la
especie, el tipo de alimento y las condiciones del ave.
• Extremar la limpieza e higiene, tanto en los pollos como en los utensilios
empleados para alimentar y en la persona encargada de alimentar las
crías.
• Ofrecer elote fresco, para que los pollos comiencen a comer solos.

Recomendación para el manejo de los pollos:

• No extraer pollos de los nidos hasta que les comiencen a salir los
cañones de las plumas, de preferencia entre las semanas 5 o 6.
• Utilizar aserrín grueso o viruta limpia, sin trementina, como piso de los
contenedores donde se alojen los pollos y cambiarlo con frecuencia.
• Una vez extraídos los ejemplares se deberán anillar tan pronto como no
se le salgan las anillas, esto es posible a partir de la 3a. o 4a. semana
aunque se recomienda aprovechar pollos entre la 5a. y 6a. semana de
edad, usando solamente anillas cerradas (Ver Tabla 2, para referencia de
medidas de los anillos).
• Mantener los pollos que aún no emplumen junto a una fuente de calor, tal
como un foco eléctrico, que mantenga la temperatura de 29 a 32 °C,
especialmente para pollos de 25 a 35 días de edad (Reillo et al. 1998).
• No hacinar los pollos, ni alojar juntos pollos de diferentes edades o
especies.
• Evitar el contacto o el manejo de pollos de psitácidos en sitios cercanos a
aves de corral, incluyendo no utilizar material y equipo que haya tenido

31
contacto con aves domésticas y que no haya sido previamente
desinfectado.

Se requiere instalar algunas medidas para detectar y prevenir la transmisión de


enfermedades, en coordinación con el Área de Sanidad de la DGVS, la
SAGARPA y entidades responsables en los Estados.

Tabla 2. Medidas de anillos recomendadas para especies de Psitaciformes


mexicanos.

Diámetro Medida
(mm) comercial Especies
6.6 9 Aratinga spp.
7.16 9.5 Aratinga spp.
8.73 11 Pionus senilis
Amazona finschi, A.
oratrix, A. albifrons, A.
autumnalis, A.
11.11 14 auropalliata, A. farinosa
12.7 16 A. auropalliata, A. oratrix
14.29 18 Ara militaris, A. macao
Fuente: L & M Bird leg bands
(http://home.earthlink.net/~lmbird/sizegide.html).

Parte D. Recapitulación y recomendaciones.

Dadas las condiciones de las poblaciones y hábitat de la mayoría de los


psitácidos del país, se recomienda la aplicación de un modelo conservador,
extremando las precauciones. Es importante tomar en consideración que el
modelo aquí descrito considera los modelos óptimos de cosecha (Runge et al.
2004) con los cuales, de no hacerse modificaciones precautorias, se correría el
riesgo de realizar sobre-aprovechamiento de poblaciones de especies sensibles,
debido a la falta de información sobre la dinámica poblacional de muchos
psitácidos.

Por ello se recomienda considerar el modelo de cosecha conservador propuesto


por Beissinger y Bucher (1992a, 1992b). Dicho modelo propone que si la
población silvestre se encuentra en estado estable o en crecimiento, se puede
suponer que la aplicación de estrategias de manejo para incrementar la
reproducción de la especie (nidos artificiales, protección de nidos), resultaría en
algún un exceso de producción de la población, que se puede cosechar
(Beissinger y Bucher, 1992a y 1992b).

32
Por esto es indispensable comprobar, previamente, si la población de interés se
encuentra estable y no en declinación, por medio de muestreos confiables (i. e.
censos de la población por varios años), y exigir a las UMA que instituyan
estrategias de manejo, adecuadas y con base en el actual conocimiento
científico, para incrementar el éxito reproductivo de la población. Al mismo
tiempo, se recomienda realizar estudios a largo plazo para determinar la
productividad (éxito de anidación, número de crías por nido exitoso, número de
crías por pareja reproductiva) en nidos naturales. Se puede iniciar el
aprovechamiento con las crías producidas en nidos manejados, pero se requiere
ir ajustando los modelos y las tasas de aprovechamiento con base en los
resultados que arrojen los estudios poblacionales.

Se recomienda que el aprovechamiento se realice bajo un enfoque de ajuste


adaptable del aprovechamiento de los recursos. Se propone a la DGVS que en
el aprovechamiento cinegético o de aves silvestres vivas (canoras y de ornato,
incluyendo loros) se utilicen las bases del concepto “manejo adaptativo de los
recursos naturales” (Holling, 1978; Walters, 1986; Williams y Johnson, 1995;
Johnson y Williams, 1999) el cual explícitamente reconoce que existe
incertidumbre sobre los impactos en el manejo de estos recursos y busca
proveer, con el tiempo, información útil sobre la dinámica del sistema mismo. Se
incorpora la incertidumbre en la formulación de estrategias de manejo distintas,
alternativas a la original y con el propósito de corregir errores de manera
oportuna. Se propone a la DGVS este manejo adaptable como una extensión del
proceso de regulación existente actualmente, enfocándose principalmente en la
conservación a largo plazo de la especie o especies en aprovechamiento, así
como en el fomento activo de la recopilación y desarrollo de proyectos de
monitoreo biológico para la toma de decisiones, incorporando la discusión de los
retos sociales, económicos y biológicos del manejo adaptable de los recursos
naturales.

De esta manera se ajustarán periódicamente los modelos, atendiendo a los


resultados de los estudios poblacionales, tasas de aprovechamiento, amenazas
y esfuerzos de conservación para las especies, y condiciones ambientales
prevalecientes, entre otros aspectos.

Por la naturaleza excepcionalmente delicada del tema, la evaluación y la


eventual autorización de UMA con fines de extracción de psitácidos tienen que
ser manejadas y administradas por la Dirección General de Vida Silvestre al
nivel federal y no descentralizándolas a los gobiernos de los estados.

Se requiere una entidad independiente que realice la evaluación y certificación


de las UMA extractivas, y de la comercialización de las especies. Se podría
desarrollar un consejo evaluador que involucre al INE, la DGVS, la CONABIO, la
PROFEPA y los Subcomités de Especies Prioritarias. Esa entidad evaluará y
otorgará una certificación de responsabilidad ambiental, tipo “Sello Verde”, a los

33
técnicos y las UMA extensivas que cumplan con los requisitos al efecto. Se
realizará una evaluación periódica (cada 2 o 3 años) para que la UMA y el
técnico mantengan su certificación. Para orientar esta tarea, se recomienda
revisar como ejemplo el Modelo del Forest Stewardship Council
(http://www.fscus.org/).

Es necesario diseñar y desarrollar un Diplomado en que se daría entrenamiento


a los Responsables Técnicos para llevar a cabo el manejo, de acuerdo con los
criterios establecidos actualmente. La certificación para obtener un Sello Verde
se otorgaría hasta demostrar que están aplicando con efectividad las acciones
de manejo sugeridas. La realización de dicho Diplomado debe ser planteada de
manera inmediata, para subsanar los rezagos técnicos y administrativos que
actualmente se presentan en la mayoría de las UMA con manejo de estas
especies.

Se recomienda que se diversifiquen las actividades y fuentes de ingreso de las


UMA, por ejemplo efectuando formas de aprovechamiento no extractivo
(observación de aves/turismo científico, ver ejemplo “MANUAL PARA EL
DESARROLLO Y CAPACITACIÓN DE GUÍAS DE AVES” desarrollado por
CAPY, Yucatán www.cnf.ca/birdguide/Bird_manual_s2.pdf), y desarrollando
programas de educación ambiental y conciencia hacia las comunidades locales.

Un punto fundamental, que una UMA interesada tiene que demostrar, es que el
ingreso del aprovechamiento en la UMA será compartido por todos los miembros
de la comunidad. Se propone aplicar esquemas como el realizado en la UMA
Tres Reyes, en Quintana Roo, donde 70% del ingreso va directamente a los
miembros de la comunidad quienes participan en el proyecto, 20% se destina a
un fondo comunitario para dar continuidad a actividades en la UMA, y 10% se
utiliza para el pago de servicios técnicos.

Las actividades de aprovechamiento que se desarrollan en las UMA deben


diversificarse, incorporando también –como se señaló arriba– aprovechamiento
de tipo no extractivo (Artículo 47 de la LGVS). Además, para fines extractivos,
debe garantizarse el manejo cuidadoso y biológicamente aceptable de los nidos;
la práctica efectiva y debidamente informada de la reforestación y restauración
del hábitat (Sánchez et al., 2005), así como también actividades de educación
ambiental y de formación de conciencia en las propias UMA y su entorno.

Es indispensable cruzar información con diferentes programas que existen y que


guardan relación con la conservación y el uso sustentable de aves psitácidas
(como ejemplos, CONAFOR, CONANP, PRODERS, PET, PROCAMPO y CAPY,
entre otros). A través de este proceso de intercambio de información será
posible determinar cuales sinergias podrían fortalecer el desarrollo de las
comunidades humanas locales y de las UMA que existen en la vecindad.

34
Deben practicarse estudios poblacionales independientes (a diferentes escalas,
regional y local) que pueden ser herramientas de gran valor para evaluar
comparativamente estudios particulares realizados en UMA. En estas
actividades podría incorporarse la participación de estudiantes que desarrollen
tesis, apoyándolos con fondos como los llamados concurrentes de
Semarnat/CONACYT, con financiamiento de la CONABIO o el INE, entre otros.
Más importante aún es inscribir y desarrollar estos trabajos de tesis dentro de
proyectos a largo plazo, en distintas universidades y centros de investigación del
país, por ejemplo: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tecnológico de Monterrey,
entre otros.

Parte E. Bibliografía.

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Anexo I. Formatos de captura de datos para el seguimiento de Psitaciformes en UMA extensivas.

Distanci
Nombre Tiempo de Tamaño Actividad
ID del Superficie Punto de Número de a al ave Coordenadas UTM del
de la Hábitat observación Especie del (perchado
hábitat en Ha Observación observación en Punto (E- N)
UMA en minutos grupo / volando)
metros
El Selva Aratinga
1 1500 1 10 1 2 55 perchado 246720.916 1969510.81
Jaguar Mediana nana
Selva Aamzona
1 1500 1 10 2 2 200 volando
Mediana xantholora
1 2 10 3
1 3 10 4
1 3 10 5
1 3 10 6
1 3 10 7
1 3 10 8
1 3 10 9
1 4 10 10
1 5 10 11
1 5 10 12
1 5 10 13
1 5 10 14
1 5 10 15
1 5 10 16
1 6 10 17
1 7 10 18
1 7 10 19
1 7 10 20
1 8 10 21
1 8 10 22

a) Formato de captura de datos para monitoreo de poblaciones. Copiar los campos en una hoja de Excel y enviarlos en
formato electrónico a la DGVS para su análisis. Indicar en la solicitud la fecha del muestreo, el Datum y la zona de las
coordenadas UTM.

51
Distancia
al árbol
Nido o
desde el Altura
Punto de Número Dirección Especie DAP (cm)
punto (m)
observación
central
(m)

N 10 Enterolobium cyclocarpum 15 58
S 2 Ceiba pentandra 19 103
Punto de E 5 Manilkara zapota 9 40
observación 3 W 6 Brosimum alicastrum 11 52
N
S
E
Nido 2 W
N
S
E
W
N
S
E
W

b) Formato de captura de datos para monitoreo de hábitat. Copiar los campos en una hoja de Excel y enviarlos en
formato electrónico a la DGVS para su análisis.

52
AVES CANORAS Y DE ORNATO EXCEPTO PSITÁCIDOS

Elaboración del documento

Mónica G. Pérez Villafaña, Osvel Hinojosa Huerta, Héctor Gómez de Silva Garza,
Luis Ignacio Iñiguez Dávalos, Griselda Escalona Segura, Adán Oliveras de Ita.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Mónica G. Pérez Villafaña, DGVS (Moderadora)


monica.perez@semarnat.gob.mx
Osvel Hinojosa Huerta, PRONATURA NOROESTE
osvel@email.arizona.edu
Héctor Gómez de Silva Garza
hgomez@miranda.ecologia.unam.mx
Luis Ignacio Iñiguez Dávalos, INSTITUTO MANANTLÁN -UDG
liniguez@cucsur.udg.mx
Griselda Escalona Segura, ECOSUR
gescalon@camp.ecosur.mx
Adán Oliveras de Ita, CONABIO (Moderador)
aoliver@conabio.gob.mx
Omar Rocha Gutiérrez, DGVS (Moderador)
edrocha@semarnat.gob.mx
Inés García Labra, DGVS
ines.garcia@semarnat.gob.mx

Introducción

Las aves canoras y de ornato han sido aprovechadas en México desde tiempos
prehispánicos, principalmente para amenizar las casas con sus cantos y colores.
Actualmente su aprovechamiento también se realiza con fines comerciales para
exportación o a nivel nacional. La mayoría de las especies son pequeñas aves
territoriales de vida corta. Aquí se tratan especies pertenecientes al orden
Passeriformes que se encuentran permitidas para su aprovechamiento; algunas
de ellas son migratorias que visitan México sólo entre agosto y mayo, y otras son
residentes en algunas regiones de nuestro país, pero migratorias en otras áreas.

Las tasas reproductivas de las aves canoras y de ornato discutidas en el presente


documento son, en general, elevadas (varios huevos en cada nidada y a veces
varias nidadas al año), y la densidad poblacional puede llegar hasta alrededor de
10 individuos/hectárea como máximo (Keast, 1990; de Juana, 1992);
generalmente las densidades son mucho menores, pero aun así es posible hacer
una explotación sustentable de sus poblaciones haciendo un buen manejo de
ellas.

53
Parte A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies)

Un esquema responsable de monitoreo para aves canoras y de ornato debe


considerar la densidad relativa, la productividad (número de individuos jóvenes
que se integran a la población) y la sobrevivencia de las diferentes edades. Sin
embargo, los estudios necesarios para obtener estas estimaciones resultan
costosos en dinero y tiempo. sin embargo, para evitar el incumplimiento de
principios básicos de conservación, por parte de personal que maneja Unidades
de Conservación para el Manejo de Vida Silvestre (UMA), proponemos varias
acciones:

Primero, que los grupos académicos vinculados con el tema se enfoquen a


estudiar las tendencias poblacionales a nivel regional y que los técnicos de la UMA
trabajen considerando a ésta como área de estudio, pero no aislada, sino como
componente de una región.

Para la estimación de densidades relativas, los técnicos utilizarán puntos de


conteo con radio de observación variable, por ser éste un método que permite al
observador concentrarse únicamente en detectar e identificar las aves y que tiene
la ventaja de que puede emplearse para la mayoría de las especies. En los hábitat
donde la vegetación se distribuye a manera de parches resulta más fácil
muestrearlos usando estos puntos de conteo, y el método también permite
describir la estructura de la vegetación asociada con el propio punto de conteo.
Otra de sus ventajas es que, si se tienen marcados los puntos y los límites, es
más fácil estimar la distancia del observador al ave que estimar una distancia
perpendicular requerida por otros métodos, por ejemplo, el de transecto lineal
(Buckland et al., 1993; Ralph et al., 1996; Bibby et al., 1998; Williams et al., 2001).

Es importante mencionar que, en el caso particular de géneros como Cardinalis y


Myadestes, es factible muestrear sus poblaciones usando el método de puntos de
conteo con registros visuales y auditivos, ya que son aves fáciles de detectar
mediante cantos, en aquellos hábitat que mantienen poblaciones sanas (Gómez
de Silva, comunicación personal, 2006).

En cada punto deben registrarse todas las aves vistas y escuchadas, junto con su
distancia aproximada desde el centro del punto. Dado que usualmente la distancia
es difícil de estimar con suficiente precisión, se recomienda que se empleen las
siguientes categorías de distancia: menor a 25 m, entre 25 y 50 m, entre 50 y 150
m, y mayor a 150 m, así como eventos de “sobrevuelo” para aquellas especies
que se observen de paso en el área (Formato 1).

La evidencia disponible permite hacer algunas recomendaciones sistematizadas:

1) Para estimar apropiadamente las poblaciones de las aves susceptibles de ser


aprovechadas debe muestrearse un número suficiente –representativo– de puntos

54
de conteo en cada hábitat, diferente de acuerdo con el tamaño de cada hábitat
dentro de la UMA (considerando como hábitat aquellos fragmentos de vegetación
homogénea que tengan más de 100 ha):

• En hábitat mayores de 100 ha y menores de 1,000 ha se muestrearán tres


sitios, cada uno con tres puntos de conteo separados por 250 m o más.
• En hábitat entre 1,000 y 10,000 ha se muestrearán cinco sitios con cinco
puntos en cada sitio (separados por 250 m).
• En hábitat mayores de 10,000 ha se muestrearán 10 sitios, con 10 puntos
en cada sitio (separados 250 m).
• Lo anterior corresponde a cada hábitat de la UMA en la que se desee
realizar aprovechamiento. Si una UMA tiene cuatro o más hábitat distintos,
entonces se trabajará un esquema con la DGVS, donde los muestreos se
efectuarán en los hábitat más usados por la especie (o especies) de interés.
• Cada punto de conteo se debe muestrear durante cinco minutos.
• Se deben realizar dos repeticiones del conteo para cada punto. Si la
especie a aprovechar es residente en la UMA, las repeticiones deben ser
entre abril y julio con al menos dos semanas de separación entre ellas. Si la
especie a aprovechar es migratoria, un conteo en cada punto debe
realizarse en la primera quincena de diciembre y el otro en la segunda
quincena de enero.
• Se sugiere que en los conteos se registren los sexos y las edades de los
individuos, en la medida de lo posible.
• La selección de los sitios de muestreo se realizará al azar dentro de cada
tipo de hábitat previamente a solicitar el primer permiso de
aprovechamiento. Los sitios deben estar geo-referenciados por medio de
GPS, utilizando coordenadas UTM con Datum NAD 1927 México. Todos los
años los muestreos se realizarán en los mismos sitios, con el mismo horario
y duración, por lo que los puntos deberán ser marcados de manera
permanente.
• Para elegir los puntos de conteo se deberá dividir la extensión de cada
hábitat en 10 cuadros del mismo tamaño (para hábitat menores que 1,000
ha) o 20 cuadros del mismo tamaño (para hábitat mayores que 1,000 ha) de
tal manera que los cuadros seleccionados tendrán una distribución análoga
a la de un tablero de ajedrez, realizándose los muestreos únicamente en los
cuadros de un color (blanco o negro).
• Para especies de los géneros Corvus, Calocitta y Cyanocorax se debe
considerar el radio de conteo como ilimitado, debido al mayor tamaño del
ámbito hogareño, y a que los registros generalmente son de individuos
lejanos al observador. Esto contrasta con el intervalo de conteo definido
que se empleará para el resto de las especies, en las que el observador
debe anotar en qué intervalo de distancia corresponde cada registro hecho.

El análisis de la información para estimar la densidad deberá efectuarse mediante


el programa Distance (Buckland et al., 1993), utilizando el límite inferior del
intervalo de confianza. Se recomienda que estos análisis sean realizados por la

55
Dirección General de Vida Silvestre o por las agencias correspondientes, en los
estados de la república que ya cuenten con funciones descentralizadas en materia
de gestión de aves silvestres.

Es importante mencionar que el programa Distance requiere estimar la distancia


perpendicular de cada registro respecto al eje mayor de un transecto (o la
distancia y el ángulo) sólo cuando se realizan transectos. Cuando se trata de
puntos no lo requiere, ya que el programa cuenta con una opción para señalar si
los datos se obtuvieron a partir de transectos o de conteo por puntos, y
automáticamente ajusta la tabla de datos de entrada y los algoritmos que utiliza en
el modelado (Osvel Hinojosa, comunicación personal, 2006).

NOTA: Se recomienda que los técnicos de las UMA reporten, hasta donde
sea posible, los números de otras especies de aves registradas en los
puntos de conteo, aparte de las que son de su interés. Dado que algunas
aves son difíciles de identificar hasta especie, se recomienda que las
identificaciones que no se logren hasta nivel de especie se reporten cuando
menos al nivel de género (por ejemplo, “Empidonax sp.”) o de grupos de
géneros similares (por ejemplo, “Empidonax o Contopus”).

2) Para que la DGVS, la CONABIO y el Subcomité Consultivo de Aves Canoras y


de Ornato cuenten con estimaciones de las tendencias poblacionales de aves en
México, lo cual es de gran relevancia puesto que se persigue un enfoque regional,
los técnicos de las UMA deben incorporar los resultados de sus puntos de conteo
en el programa aVerAves de la página de CONABIO
(http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/monitoreo_especies/doctos/averaves.ht
ml) a través de la opción “Envía tus observaciones” (Anexo 1), después de lo cual
deben entregar a la DGVS el reporte impreso que genera la página electrónica
aVerAves.

3) Las especies y poblaciones migratorias no deben ser aprovechadas durante el


tránsito migratorio (octubre y noviembre, febrero a mayo), y sólo se podrán
aprovechar cuando ya han establecido territorios invernales, es decir, entre el
quince de diciembre y el quince de enero. Se anexa una lista de especies y
poblaciones migratorias que pueden ser sujetas a aprovechamiento (Anexo 2).

4) Es necesario eliminar de la lista de especies aprovechables a los trogones y


momótidos. Por otra parte, debe permitirse el aprovechamiento de manera
continua (todo el año) y sin restricciones, de las siguientes especies: Molothrus
spp., Sturnus vulgaris, Passer domesticus, Quiscalus mexicanus y Columba livia,
por tratarse de especies invasoras.

5) Para comparar las tendencias poblacionales tanto dentro –mediante los datos
de campo obtenidos en las UMA como fuera de ellas–, la DGVS debe recopilar
periódicamente la información de programas como:

56
• AverAves
(http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/monitoreo_especies/doctos/avera
ves.html),
• Birds of North America online (http://bna.birds.cornell.edu/BNA/),
• Conteos Navideños (http://www.audubon.org/bird/cbc/ para los resultados
del año en curso, http://www.audubon.org/bird/cbc/hr/index.html para los
resultados de años anteriores),
• MoSI(http://www.birdpop.org/MoSI/MoSIEspanol.htm),
• MAPS (http://www.birdpop.org/maps.htm),
• Breeding Bird Census (http://www.pwrc.usgs.gov/birds/bbc.html), y el
• Programa de Monitoreo de Aves en Áreas Naturales Protegidas de la
CONANP.

Por otra parte, el análisis de los datos recabados deberá reflejarse en los
algoritmos de cosecha (que recomendamos actualizar cada dos años). Se sugiere
que la DGVS identifique las instituciones académicas y organizaciones no
gubernamentales que ejecuten actividades de MAPS y MoSI, en un futuro
próximo.

6) Las UMA que aprovechan calandrias (Icterus spp., Cacicus melanicterus)


realizarán estimaciones de reclutamiento con los conteos de nidos activos, para lo
cual se puede utilizar la propia ruta de conteo entre un punto y otro, de cada
transecto de puntos de conteo.

7) El personal de la DGVS comparará, para cada especie que sea sujeto de


aprovechamiento en una UMA, las estimaciones poblacionales de la temporada en
curso y las de las temporadas anteriores. Si la tendencia es significativamente a
disminuir, no se permitirá el aprovechamiento de esa especie en la UMA en
cuestión (véase Parte C).

8) Si existe información disponible de las poblaciones de las especies de interés


en ANP muy cercanas a la UMA, se hará la comparación de la tendencia en la
UMA con la tendencia en el ANP, con la finalidad de detectar si hay diferencias en
las tendencias (por ejemplo, población estable en la UMA y con tendencia al
aumento en el ANP, o viceversa), ajustando en consecuencia las tasas de
aprovechamiento.

57
UMA Observador 1 Precipitación Fecha
Tiempo
Inicial Observador 2 Temperatura Visita
Tiempo Final Nubosidad Viento
M = Macho;
H = Hembra
Sitio Punto Especie <25 m 25-50 m 50-150 m >150 m Sobrevuelos Observaciones

Formato 1. Hoja de campo para el registro de aves canoras.

Parte II. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)

9) La evaluación preliminar de la UMA debe incluir un mapa que muestre los


diferentes tipos de vegetación que se encuentran en la UMA, así como una
relación de la extensión (hectáreas o km2) correspondientes a cada hábitat
presente, y su estado de conservación basado en verificación de campo. También,
en los planes de manejo debe incluirse información sobre los cambios del uso del
suelo. Esta información deberá ser tomada en cuenta por la DGVS para el
seguimiento y evaluación de los resultados de conservación obtenidos en las
UMA.

10) Se deberá solicitar, a los técnicos a cargo, un informe sobre las tendencias y
cambios de uso de suelo en las UMA cada año, en el formato de evaluación del
hábitat. Este debe indicar los siguientes tipos de cambios particulares (Formato 2):

• Cambios positivos o negativos en los tipos de hábitat usados por las


especies de interés. Describiendo claramente la naturaleza de los mismos.
• Cambios en la cobertura vegetal debidos a perturbaciones estocásticas
como incendios, huracanes, explosiones volcánicas, entre otras.
• Corroboración de los cambios de uso de suelo, posible con imágenes
obtenidas de satélites, con apoyo del INE.

58
• Muestreo de la vegetación en su estructura vertical y horizontal en los
puntos de conteo de aves. La mesa elaboró el formato correspondiente
(descrito más abajo), que incluye:

i. Descripción general de los estratos de vegetación, por ejemplo:


sotobosque pobre, regular, abundante; dosel simple, o con epífitas o
parásitas como el muérdago.
ii. Indicadores de perturbación: marcas de fuego, presencia de huellas
de ganado, basura, tocones recientes, cambios en la composición de
los ensambles de aves (inmigración de especies que antes no se
registraban: Molothrus spp., Quiscalus mexicanus, Passer
domesticus, Bubulcus ibis, entre otras) y presencia de depredadores
domésticos ya ferales (gatos, perros, ratas).
iii. Determinar los tipos estructurales de vegetación de acuerdo con un
formato tomado del esquema de Ohmart y Anderson (1986) (Figura
1). A su vez, la valoración de la cobertura herbácea estará basada
en el método de Terry y Chilihgar (1995). Este método ha sido
adaptado, considerando los porcentajes de cobertura herbácea que
sean visualizados en un metro de radio, cuya escala discreta va de
1, 2, 3, 4, 5, 7, 10, 15, 20, 25, 30, 40, 50 y más de 50% (Figura 2).
Dado que los porcentajes de cobertura mayor a 50% son difíciles de
diferenciar, se decidió incluir una sola categoría por arriba de 50%.

• Características especiales del hábitat tales como:

i. Presencia de cuerpos de agua


ii. Epifitas y muérdago, en particular para ambientes templados.
iii. Número de árboles muertos en pie
iv. Número de árboles muertos caídos
v. Tamaño y número de deslaves, riscos, etc.

• Características especiales de la vegetación que estén asociadas con las


especies de interés.

59
Formato 2. Hoja de campo para el registro de vegetación.

60
Figura 1. Tipos estructurales de vegetación esquema modificado de Ohmart y
Anderson (1986): I) árboles altos con la presencia de arbustos, II) árboles altos sin
la presencia de árboles bajos y arbustos, III) Predominan arbustos, árboles bajos
con pocos árboles altos y IV) arbustos y árboles bajos sin la presencia de árboles
altos.

61
Figura 2. Guía gráfica para evaluar el porcentaje de cobertura herbácea (tomado
de Terry y Chilihgar, 1955).

Parte C. Aspectos sobre cosecha sustentable, en el contexto de las UMA

11) En los primeros tres años de la instalación del monitoreo, la DGVS deberá
analizar las tasas de cosecha y compararlas con las tendencias de las poblaciones
de las especies en cuestión, resultantes de los programas nacionales e
internacionales de seguimiento (MAPS, MoSI, AverAves, Species Assessment).
Particularmente relevantes son las tendencias que corresponden a cada especie
en cada región de México, en el programa de Species Assessment. Estas fueron
asignadas tras la deliberación por parte de varios expertos y consultando la

62
bibliografía científica relevante. Si hay una tendencia negativa general para una
especie, entonces no deberá permitirse la extracción.

12) Después de tres años de muestreos de aves se podrá haber acumulado


información suficiente que permita calcular tendencias poblacionales para una
UMA, lo que permitirá a la DGVS la toma de decisiones sobre la pertinencia o no
de la extracción y el número de individuos a permitir, dependiendo de las
tendencias poblacionales y con base en los siguientes criterios (puntos 13 a 15).

13) Para la cosecha de las aves residentes se considerarán los siguientes puntos:

- Si la tendencia dentro de la UMA y fuera (por ejemplo, en ANP o áreas sin


extracción donde haya monitoreo) es negativa, entonces no se permitirá el
aprovechamiento.
- Si la tendencia dentro de la UMA es positiva y fuera es negativa, entonces
DGVS hará una verificación. Si la información es correcta se autorizará el
aprovechamiento.
- Si la tendencia dentro de la UMA es negativa y fuera es positiva, entonces
probablemente el factor que está causando la tendencia negativa es el
manejo dentro de la UMA, y por lo tanto la DGVS hará recomendaciones de
manejo y no se permitirá el aprovechamiento.
- Si la suma total local (Total Score Local) del Species Assessment es del
80% o más, no se permitirá el aprovechamiento.
- Para el eventual caso de aprovechamiento de subsistencia, se revisarán los
valores de Species Assessment y con base en ello se determinará el
aprovechamiento.

14) Para especies con poblaciones frágiles como Passerina ciris y Piranga
erythrocephala se utilizarán los valores globales (Global Score) del Species
Assessment; si se estimara viable, la cosecha se concederá con rotaciones
multianuales (dos años no y un año sí), siempre y cuando no haya tendencias
negativas. Además, durante los años de veda tampoco se permitirá la exportación.

15) Para aves migratorias:

- Las especies y poblaciones migratorias (Anexo 2), no deben ser


aprovechadas durante el tránsito (octubre y noviembre, febrero-
mayo). Sólo se pueden aprovechar cuando han establecido
territorios invernales, del quince de diciembre al quince de enero.
- Se sugiere establecer una tasa nacional, que deberá dividirse
regionalmente de acuerdo con las tendencias poblacionales
reportadas por los programas internacionales y la información
disponible en el país.

16) Debe definirse, en el plan de manejo, la existencia de “áreas de reserva”


dentro de las UMA en las cuales no se hará extracción, lo que facilitará el
mantenimiento de las poblaciones. Se sugiere que las áreas de reserva tengan

63
una extensión mínima del 30 % de la extensión de la UMA que incluya el o los
hábitat preferidos por las aves, además de ubicarse, de preferencia, en el centro
de la UMA.

17) Para otorgar tasas de aprovechamiento la DGVS utilizará el Coeficiente de


Potencial Biológico de Remoción (CPBR), basado en una adecuación del modelo
de Potencial Biológico de Remoción (PBR) propuesto por Wade (1998). Para ello,
los participantes de la mesa ajustaron la información de cada especie o especies
afines de la lista reportada por la DGVS. Estos datos fueron tomados para la
especie de interés o, en su defecto, para la especie con historia de vida más
parecida, basado en la página www.birdpop.org/MAPS.htm Asimismo, se usarán
los valores más conservadores de la densidad relativa reportada por la UMA.

- La tasa de aprovechamiento es igual al valor del CPBR multiplicado por la


estimación poblacional estimada (Nmín) en la UMA (densidad relativa por la
extensión del hábitat disponible) lo cual resultará el número de individuos a
cosechar.1

Tasa = (CPBR)(Nmín)

Donde:

- CPBR = ½ rmáx FR
- rmáx para esta fórmula se puede sustituir por número de volantones que
alcanzaron la edad de adultos, multiplicado por un factor de mortalidad (de
la página de IBP www.birdpop.org/MAPS.htm se puede obtener una
aproximación al número de volantones, considerando el índice reproductivo
multiplicado por el índice de sobrevivencia).
- Nmín población mínima estimada.
- FR Factor de recuperación en este caso se utilizarán los valores totales de
Species Assessment (Total Score Local), dividiendo las 33 categorías entre
10, otorgando a la categoría más frágil el valor de 0.1 y a la menos frágil 1.

Parte D. Recapitulación y recomendaciones

• Es necesario emplazar un programa de certificación de técnicos, es decir,


que los técnicos encargados en realizar los conteos de aves sean
certificados por la DGVS, para asegurar que los conteos se lleven a cabo
por personas capacitadas y con excelente ética profesional. Si a algún
técnico se le encontrara, aunque sea alguna vez, que ha proporcionado
datos falsos, perderá su certificación.

1
Los estudios de campo han mostrado que las mayores abundancias de parejas reproductivas son de
siete parejas por hectárea (con excepción de especies coloniales). Con base en esto, los revisores de los
informes podrían detectar un posible falseamiento de los datos.

64
• Se recomienda que establezca un Subcomité Técnico Consultivo de Aves
Canoras y de Ornato al nivel nacional, que emplee valores conservadores
de sobrevivencia y productividad tomados de los programas existentes
como MaPS y MOSI (ver inciso 17), tratando de usar los datos que
provengan de los mismos hábitat, regiones y especies que se manejan en
las UMA o, en su defecto, los más semejantes (en cuanto a las especies, se
ha considerado más importante usar datos para especies con historias de
vida similares, que necesariamente buscar que sean especies lo más
emparentadas posible –y que, no obstante, podrían diferir en este aspecto).

• Los técnicos de las UMA deben hacerse cargo de pocas UMA (no más de
5), para que las atiendan adecuadamente.

• Se requiere redactar un manual simplificado para los técnicos de las UMA,


por ejemplo basado en las ideas de Ralph et al. (1996), Pyle (1997) y los
protocolos de MoSI (DeSante et al., 2004) y MAPS (DeSante et al., 2006),
entre otros documentos. La mesa ha elaborado un formato de muestreos
para campo y para análisis mediante el programa Distance (Formato 3).

• Se recomienda invitar a las UMA a contactar al Institute for Bird Populations


(http://www.birdpop.org/) para establecer sitios MoSI o MAPS en las UMA.

• Aún deben discutirse las implicaciones de que los técnicos usen los
métodos de redes y de marcaje con anillos. Mientras tanto, se sugiere
hacer muestreos piloto en algunas UMA, ya sea estableciendo sitios MoSI o
invitando a investigadores a trabajar en las UMA siguiendo los protocolos
MoSI o MAPS.

• Se sugiere mantener atención al proyecto de Passerina ciris que está por


iniciar en el país, mediante colaboración del Cornell Lab of Ornithology, la
CONABIO y la Dirección General de Vida Silvestre. En función de éste, se
recomienda aplicar dos esquemas de manejo a la especie, uno para las
poblaciones de la vertiente del Atlántico y otro para las del centro.

• Es recomendable que, con participación de los grupos de expertos se


realice una lista de las especies sujetas a rotación en su aprovechamiento y
que ésta sea remitida, a la brevedad posible, a la DGVS para apoyar la
toma de decisiones.

• Sugerencias de manejo del hábitat en UMA:

a) En áreas donde el agua superficial es escasa, se propone que los


manejadores de las UMA favorezcan a las poblaciones de aves
canoras y de ornato, colocando fuentes o chorros de agua cerca de
árboles o arbustos de follaje denso, en los que las aves se pueden
refugiar de los depredadores mientras acuden a beber.

65
b) Debe mantenerse la vegetación natural que rodea los cuerpos de
agua en la UMA.
c) Deben mantenerse árboles muertos en pie, ya que funcionan como
refugios para diferentes organismos, incluyendo muchas aves.
d) Si hay ganadería, se sugiere la rotación de actividades en por lo
menos tres áreas del predio.
e) Se recomienda fomentar la presencia de plantas productoras de
recursos para las aves, por lo que en un futuro se deberá realizar un
listado regional de plantas nativas con esta característica y afinarlo
para cada UMA que desee hacer cosecha de aves.
f) Se requiere la coordinación de la DGVS con la CONAFOR, para
organizar y dar compatibilidad a acciones como pago de servicios
ambientales y restauración de los hábitat en las UMA.

66
A)

UMA Sitio Punto Especie Distancia Sexo Visita Año

B)
UMA Sitio Punto UTM W UTM N Datum Zona Geográfica

Formato 3. Estructura para la captura de datos en bases digitalizadas: A) aves y


B) datos geográficos.

67
Parte E. Bibliografía

Bibby, C., M. Jones y S. Marsden. 1998. Expedition Field Techniques: Bird


Surveys. The Expedition Advisory Centre, Royal Geographical Society,
Londres, Reino Unido.

Buckland, S. T., Anderson, D. R., Burnham, K. P. y J. L. Laake. 1993. Distance


Sampling: Estimating Abundance of Biological Populations. Chapman and
Hall, Londres, Reino Unido. 446 pp.

de Juana, E. 1992. Class Aves (Birds). Páginas 35-75 En J. del Hoyo, A. Elliott &
J. Sargatal (editores). Handbook of the Birds of the World, Vol. 1. Lynx
Edicions, Barcelona, España.

DeSante, D. F., K. M. Burton, P. Velez, D. Frohelich y D. Kaschube. 2006. MAPS


Manual 2006 Protocol. The Institute for Bird Populations, Point Reyes
Station, California.

DeSante, D. F., J. F. Saracco, C. Romo de Vivar Alvarez y S. Morales. 2004.


Manual MoSI 2004-2005. The Institute for Bird Populations, Point Reyes
Station, California.

Howell, S. N. G. y S. Webb. 1995. A guide to the birds of Mexico and northern


Central America. Oxford Univ. Press, Oxford, Reino Unido.

Keast, A. (editor). 1990. Biogeography and ecology of forest bird communities. W.


Junk, La Haya, Holanda.

Ohmart, R. D. y B. W. Anderson. 1986. Riparian habitat. Pp. 169-199. En:


Inventory and monitoring of wildlife habitat (A. Y. Cooperrider, R. J. Boyd y
H. R. Stuart, eds.). U. S. Dept. Inter., Bureau of Land Management. Service
Center. Denver, Colorado. 858 pp.

Pyle, P. 1997. Identification Guide to North American Birds, Part I. Slate Creek
Press, Bolinas, CA.

Ralph, C. J., G. R. Geupel, P. Pyle, T. E. Martin, D. F. DeSante y B. Mila. 1996.


Manual de métodos de campo para el monitoreo de aves terrestres.
General Technical Report PSW-GTR-159. Pacific Southwest Research
Station, Forest Service, U.S. Department of Agriculture, Albany, California.
Terry, R. D. y G. V. Chilihgar. 1955. Summary of “concerning some additional aids
in studying sedimentary formations” By M. S. Shvetsov. Journal of

68
Sedimentary Petrology. University of Southern California, L.A. Vol.25, N°
3.Pp 229-234

Williams, B. K., J. D. Nichols y M. J. Conroy. 2001. Analysis and Management of


Animal Populations. Academic Press, San Diego, California.

Wade, P.R. 1998. Calculating limits to the allowable human-caused mortality of


cetaceans and pinnipeds. Marine Mammal Science, 14, 1–37

69
Anexo 1. Cómo acceder los resultados de los puntos de conteo en la página
Web de aVerAves:

Una vez habiendo entrado a la página de internet de aVerAves


(http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/monitoreo_especies/doctos/averaves.ht
ml) y seleccionado “Envía tus observaciones”, para ingresar los resultados de un
punto de conteo por primera vez, primero se debe entrar en “Utiliza
Latitud/Longitud” y luego llenar los cuadros en blanco que aparecen con los
siguientes datos: el nombre del punto de conteo, sus coordenadas y cómo se
obtuvieron las coordenadas, seleccionando “Continuar” al terminar (esto sólo es
necesario la primera vez que se meten los datos a aVerAves; en ocasiones
posteriores, en lugar de “Utiliza Latitud/Longitud” sólo es necesario entrar en
“Seleccionar de ‘Mis Localidades’”, seleccionar el nombre de una lista que
aparecerá y luego “Continuar”).
Enseguida de que aparezca una nueva página en la pantalla, es necesario
seleccionar el círculo que se encuentra a la izquierda de “Conteo por puntos”, e
indicar la fecha, la hora de inicio (sin olvidar indicar si es en la mañana o en la
tarde), y la duración del conteo (la cual será de 5 minutos). Luego, seleccionar
“Continuar”.
Cuando aparezca la nueva página, hay que seleccionar el círculo a la
izquierda de “Sí” donde dice “¿Estas reportando todas las especies de aves que
identificaste?”. A partir de ese momento sólo es necesario leer la lista de especies
e indicar el número de individuos registrados en el círculo que se encuentra a la
izquierda de cada nombre. Asegúrese de tardarse menos de media hora en
colocar todos los datos, de preferencia concéntrelos previamente para facilitar su
ingreso a la página (en cualquier caso, si se estuviera tardando más, seleccione
las flechas que dicen “Arriba” que aparecen a la derecha de los nombres de las
familias de las aves). Al terminar debe seleccionar “Continuar”.
En la siguiente y última página, se tiene la oportunidad de revisar si todos los
datos introducidos son correctos. Si algún dato está equivocado, es necesario
entrar a “Regresar” hasta encontrar la página correspondiente y corregir el dato
equivocado. Si todo está correcto, es necesario seleccionar el círculo a la
izquierda de “Mandar una copia de esta lista a mi correo electrónico”, y escribir
cualquier observación pertinente abajo de donde dice “Anotaciones sobre este
listado”, y luego “Enviar”. Una copia en archivo de texto de los datos que usted
acaba de ingresar llegará inmediatamente a su dirección de correo electrónico.

70
Anexo 2. Lista de poblaciones migratorias de aves canoras y de ornato sujetas a aprovechamiento, basado en las
distribuciones reportadas en Howell & Webb (1995).

Especie Estados
Zenaida asiatica Tabasco, Tlaxcala
Zenaida macroura Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán
Sialia sialis Nuevo León, norte de Tamaulipas
Sialia mexicana zonas no montañosas de Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Sonora
Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí,
Catharus ustulatus Tamaulipas, Veracruz
Catharus guttatus todos los estados menos Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán
zonas no montañosas de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León,
Turdus migratorius San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas
Bombycilla cedrorum todo México
Phainopepla nitens D.F., Jalisco, México, Michoacán, Oaxaca, Tlaxcala
Setophaga ruticilla todos los estados costeros
Piranga flava Coahuila
todos los estados desde Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Querétaro, San Luis
Piranga rubra Potosí
y Veracruz hacia al sur
Piranga ludoviciana todos los estados desde Sinaloa, Durango, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz hacia al sur
Pheucticus
ludovicianus todos los estados costeros, San Luis Potosí y Puebla
Pheucticus
melanocephalus partes bajas de Tamaulipas
Passerina caerulea Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán
Colima, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Sinaloa,
Passerina amoena Sonora
Passerina cyanea todos los estados de Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí hacia el sur
Passerina ciris todos los estados costeros excepto Sonora, Baja California y Baja California Sur

71
Spiza americana todos los estados costeros excepto Sonora, Baja California, Baja California Sur y Veracruz
Agelaius phoeniceus Sonora y Sinaloa
Xanthocephalus todos los estados menos Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima,
xanthocephalus Guerrero, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán
Icterus spurius todos los estados costeros excepto Sonora, Baja California, Baja California Sur y Tamaulipas
Icterus cucullatus Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa
Icterus galbula todos los estados costeros excepto Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur
todos los estados costeros excepto Baja California, Baja California Sur, Campeche, Quintana
Icterus bullockii Roo, Tabasco, Yucatán
Icterus parisorum Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y costa de Sonora
Carduelis lawrencei Sonora
Carduelis tristis Baja California, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas

72
AVES COLÚMBIDAS DE INTERÉS CINEGÉTICO: CON ÉNFASIS EN PALOMAS
DE ALAS BLANCAS Y HUILOTA

Nota: la agenda original de esta Mesa de Trabajo incluía las codornices. La falta de
quórum de especialistas en este tema no permitió tratarlo formalmente.

Elaboración del documento

A cargo de todos los participantes.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Enrique Cisneros, HÁBITAT Y PALOMAS DEL NORESTE, A. C.


cisnerose@prodigy.net.mx
Héctor Zamora, HÁBITAT Y PALOMAS DEL NORESTE, A. C.
alasblancaszam@hotmail.com
Eric Mellink, CICESE
emellink@cicese.mx
Eugenio Peterson, AOCBC
euge_peter@yahoo.com.mx
Javier Ochoa, SIAFASE
siafase@prodigy.net.mx
Jesús Franco, TEXAS PARKS & WILDLIFE DEPARTMENT
jesus.franco@tpwd.state.tx.us
Jonás Sánchez, DGVS – SEMARNAT (Moderador)
josanche@semarnat.gob.mx
Elvia De la Cruz, INE – SEMARNAT (Moderadora)
ecruz@ine.gob.mx

Introducción

Las paloma de alas blancas (Zenaida asiatica) y la paloma huilota (Zenaida


macroura) pertenecen al Orden Columbiformes y, dentro de éste, a la familia
Columbidae. Ambas son especies migratorias endémicas de América, de amplia
distribución y de importancia cinegética. Se reproducen y desarrollan desde el
sureste de Canadá, hacia Estados Unidos, México y hasta Centroamérica.
Construyen sus nidos en árboles y arbustos. Normalmente la nidada consiste de
dos huevos. Los individuos adultos de las dos especies miden cerca de 31.5 cm de
longitud. El plumaje en ambos géneros es similar. En las alas, Z. asiatica tiene una
ancha franja blanca casi transversal (en la base de las primarias y secundarias,
visible tanto en vuelo como en reposo); tiene el extremo de la cola relativamente
truncado, las patas rojas y el pico negro (Bent, 1932; Leopold, 1959; Cottam y
Trefethen, 1968; Oberholser, 1974 y Brown et. al. 1977 citados por George et al.,
1994). Zenaida macroura nopresenta las bandas claras notorias y, además, la cola
termina en un extremo agudo (Howell y Webb, 1995).

73
http://www.damisela.com/zoo/ave/otros/columb/columbidae/zenaida/asiatica/index.
htm)

La paloma de Alas Blancas (Zenaida asiatica) se distribuye desde el sur de


Estados Unidos y el Norte de México hacia las costas del Pacífico y del Golfo,
extendiéndose hasta Panamá. También se encuentra presente en las islas del
Caribe. Los estados de Texas en los EUA y de Tamaulipas, en México, representan
el área de reproducción más importante. Esta especie habita en regiones
semiáridas de tierras bajas, en áreas con vegetación decidua, en selvas de galería
y en zonas urbanas. Su presencia se ha documentado hasta los 2,500 metros
sobre el nivel del mar. Anida en colonias densas, dispersas, pero también puede
hacerlo en forma solitaria.

Distribución de Zenaida asiatica

La paloma huilota (Zenaida macroura) es natural de América. Se distribuye desde


el sur de Canadá hasta Panamá. También se encuentra presente en las Bahamas
y las Antillas Mayores. Habita en regiones semiáridas de tierras bajas y en las
montañas, en zonas de vegetación decidua, en los pastizales y hasta en zonas
urbanas. Su presencia se ha documentado hasta los 3,200 metros sobre el nivel
del mar. Como se dijo arriba, los machos miden casi 32 cm de longitud (y pueden
pesar alrededor de 120 gramos, Tomlinson, 1994):

http://www.damisela.com/zoo/ave/otros/columb/columbidae/zenaida/macroura/inde
x.htm).

Z. macroura es el ave cinegética más abundante y más ampliamente distribuida en


Norteamérica; como se dijo, anida en el sureste de Canadá, en todo el territorio de
Estados Unidos y casi en todo México. En invierno viaja de las regiones frías de
Norteamérica hacia México y Centroamérica. Las poblaciones más norteñas
migran de Canadá hacia Estados Unidos en invierno.

74
Distribución de Zenaida macroura

Área de reproducción: área obscura y hacia el norte.


Distribución de invierno: área obscura y hacia el sur.
El área obscura es la zona de traslape de aquellas poblaciones que migran de
Canadá a Estados Unidos en invierno, y de poblaciones que se reproducen en
Estados Unidos y que migran al sur de México y a Centroamérica en invierno.
(Tomlinson, 1994).

Lista y breve descripción de los rasgos más relevantes de la historia natural


de las especies (o grupos de especies), en relación con su conservación y
uso sustentable.

Paloma de alas blancas:

Al inicio del otoño, las palomas de alas blancas de Texas y Tamaulipas comienzan la
migración hacia el sur, lo cual les permite pasar el invierno en América Central,
inclusive hasta Costa Rica. En Tamaulipas, las palomas de alas blancas que
regresan de la migración en primavera inician la temporada reproductiva a finales
de abril, con actividades de cortejo, apareamiento y construcción o reconstrucción
de nidos. Las parejas son monógamas; comparten la incubación de los huevos y la
alimentación de los pollos. La temporada reproductiva comprende desde fines de
abril hasta mediados de agosto. En la mayor proporción de los nidos se presentan
2 ciclos reproductivos por temporada y, en muy baja proporción de parejas, se
presenta en tres ocasiones.

La puesta es de 2 huevos, ocasionalmente 1 y raramente 3. El primero es puesto

75
72 horas después del apareamiento, el segundo 12 a 24 horas más tarde y en
casos excepcionales un tercer huevo es puesto 36 a 72 horas después del primero.
El período de incubación es de 14 días, el macho incuba durante la mañana y
hasta media tarde, y la hembra, de la tarde a la mañana siguiente. El peso de los
pollos al nacer es de 6-8 g y la ganancia diaria de peso es, en promedio, de 7 g al
día. Los polluelos son alimentados con una secreción del buche que producen
ambos sexos, coloquialmente denominada “leche de buche”, la cual presenta una
composición nutricional similar a la leche de mamíferos. La leche de buche
contiene además fragmentos de semillas, pulpa de frutas, grasa y células
epiteliales que se desprenden del tracto digestivo. La leche de buche del macho
tiene un menor contenido de grasa. El lapso de emplume es de 15 días y los pollos
comienzan a volar entre el día 15 y el 17. El rápido crecimiento permite a los
polluelos que nacieron en mayo presentar características de adulto para fines de
agosto, sin embargo, no serán sexualmente maduros sino hasta el siguiente año.
(George et al., 1994; Ehrlich et al., 1988)

La paloma de alas blancas se reproduce en colonias que históricamente han tenido


una densidad de nidos de entre 50 y 1,500 nidos por hectárea y extensiones muy
variables, entre 2 y 400 ha (Tomlinson, 1985). Actualmente la colonia más
importante, Parras de la Fuente, en el noreste de México, tiene una densidad de
328 nidos por hectárea en una superficie de 3,118 hectáreas (Zamora, 1998).

El hábitat óptimo de anidación es el matorral alto subinerme y la selva baja


espinosa, con asociaciones vegetales de ébano, anacahuita, chapote, coma,
huizache, mezquite, uña de gato, colima, guayacán, granjeno, brasil, panalero, ojo
de víbora, entre otras plantas (nombres coloquiales de éstas, usados en el noreste
de México). El macho selecciona el sitio para anidar y canta para marcar su
territorio, el cual depende de la densidad de aves, en ocasiones su territorio
comprende un árbol o parte del mismo. Se ha observado que, en la zona central de
Tamaulipas, las especies de árboles preferidas por la paloma para anidar son
anacahuita (Cordia boissieri), ébano (Chloroleucon ebano) gavia (Acacia rigidula),
tenaza (Havardia pallens), pata de gallina (Neopringlea integrifolia) y uña de gato
(Zanthoxylum fagara).

Ledezma (1999), mediante un estudio realizado en la colonia Parras de la Fuente,


del municipio de Abasolo en Tamaulipas, observó que de 346 nidos registrados en
27 especies vegetales, la mayor proporción de éstos se encontraban en anacahuita
(Cordia boissieri), gavia (Acacia rigidula), tenaza (Havardia pallens), pata de gallina
(Neopringlea integrifolia) y uña de gato (Zanthoxylum fagara). En cada una de
estas especies vegetales encontró una frecuencia igual o mayor a 30 nidos, por lo
que sugirió que existe una preferencia de las palomas de alas blancas por estas
especies, para la nidificación.

Los factores que determinan el éxito reproductivo de una parvada son, la cobertura
vegetal, la disponibilidad de alimento y agua, así como las variaciones climáticas
regionales y anuales.

76
Paloma huilota:

Para la paloma huilota, la época de reproducción es entre abril y agosto. Es una


especie monógama y forma una pareja estable a través de toda la época de
reproducción. Distintas evidencias sugieren que algunas parejas continúan juntas
en el invierno, llegando a permanecer así hasta la siguiente época de reproducción.
Los machos toman la iniciativa en seleccionar y construir el nido, aunque las
hembras también proveen ayuda.

Los nidos suelen ubicarse en arbustos o árboles de 1 a 4.5 m de altura, pero se ha


observado que también pueden anidar al ras del suelo, sobre todo en praderas o
pastizales. Al menos en el noreste, las especies vegetales del matorral tamaulipeco
(mezquites, huizaches y plantas espinosas en general), son las más utilizadas para
construir nidos.

La construcción del nido puede durar de 7 a10 horas o tomar un lapso de 2 a 4


días. El tamaño promedio de la nidada es de 2 huevos, generalmente entre 1 y 3, y
ocasionalmente hasta 4. Cuando esto último sucede, se ha asumido que otra
hembra puso sus huevos en el mismo nido. Los huevos son puestos con un día o
dos de diferencia y la incubación comienza inmediatamente después que el primer
huevo ha sido puesto.

El macho y la hembra se encargan de la incubación. El macho permanece en el


nido desde media mañana hasta media tarde, y la hembra durante la noche. La
incubación requiere de 14 a 15 días; después de incubado el huevo, las crías son
cuidadas por ambos padres.

Como se explicó arriba, una sustancia regurgitada, llamada “leche de buche”, es el


alimento principal de los polluelos. A medida que las crías van creciendo, la
cantidad de “leche de buche” va decreciendo y la alimentación de los pollos es
reforzada con semillas. El tiempo de vuelo inicial normalmente es de 14 a 15 días
después de la eclosión del huevo, pero en algunas ocasiones puede ser de 10
días; para este tiempo, su dieta es virtualmente igual a la de un adulto. Las crías
pueden sobrevivir independientemente de sus padres una vez que han pasado
entre 5 y 9 días después de su vuelo inicial, pero normalmente son cuidados por el
macho hasta por 27 días.

El ciclo completo de anidación requiere cerca de 32 días. El macho cuida a los


juveniles durante las primeras etapas o hasta que empieza el siguiente ciclo de
anidación. Las hembras adultas pueden anidar de 5 a 6 veces en una temporada
en el sur, y sólo 2 o 3 veces en el norte. Sayre y Silvy (1993; citados por Tomlinson
et al., 1994), estiman que cada par de palomas huilotas pueden tener una
productividad de entre 3.7 y 4.7 crías anualmente.

Características del ciclo de vida de Z. asiatica y de Z. macroura

77
Z. asiatica Z. macroura

Estatus de Migración Migración de larga distancia** Migración de corta distancia*

Hábitat de reproducción Colonia en áreas rurales y Rural, sin formación de


en años recientes en hábitat colonias, y hábitat urbano
urbanos**

Localización de nidos Colonias en áreas de Arbolado presente en las


matorral alto subinerme y riberas de los ríos, arroyos,
selva baja espinosa, huertas canales de riego, huertas de
de cítricos y áreas manzanas, cítricos; especies
urbanas.** como el huizache y el
mezquite son importantes.

Número promedio de huevos 2 2


por puesta

Tiempo de incubación 13-14 días 13-14 días

Días para iniciar el vuelo 13-16 12-14

Número de pollos 2-3 2-3, ocasionalmente 3-6*

Dieta Casi exclusivamente semillas* Casi exclusivamente semillas*


*Ehrlich et al. (1988)
**Información vertida en la Mesa, durante el Taller

Otras particularidades de la reproducción

La fecundidad de la paloma de alas blancas es de aproximadamente el 97%. La


productividad de la paloma de alas blancas es 2.2 juveniles por nido por estación
(George et al., 1994) Es afectada por condiciones climáticas adversas, por la
disponibilidad de alimento y por la calidad de la cubierta vegetal, entre otros
factores.

Para que no decaiga el reclutamiento es necesario un inicio realmente oportuno de


la actividad de aprovechamiento, ya que cuando la temporada de caza abre
tempranamente, el porcentaje de jóvenes que son cosechados es muy alto (del
orden del 72%). Aunque el porcentaje de jóvenes abatidos disminuye conforme
avanza la temporada, hasta llegar a cero en la segunda quincena del mes de
septiembre, es necesario asegurar que un número más que suficiente de jóvenes
se recluten efectivamente dentro de la cohorte de adultos.

Estructura social de la especie y las repercusiones de ésta en la


reproducción.

Por ahora, no hay información suficiente para conocer la estructura de la población


de palomas y las tasas de sobrevivencia por clases de edad y sexo, por lo que es

78
necesario un estudio que incluya la identificación individual a través de un
programa de anillamiento. Las ventajas de abordar investigaciones de campo de
este tipo, con recuperación de anillos, incluyen proveer la información necesaria
para estimar, entre otras variables poblacionales importantes, los índices de
sobrevivencia de adultos y de jóvenes, y conocer la vulnerabilidad al
aprovechamiento por clases de edades y sexos. Dicha información deberá
utilizarse para determinar una cosecha sustentable.

Alimentación

Para el caso de las palomas y de otras especies de aves de gran amplitud de


desplazamiento es difícil establecer sistemas de alimentación o suplemento, y la
disponibilidad de alimento de buena calidad en el ambiente está sujeta a factores
climáticos y a ciclos agrícolas difíciles de controlar. En el caso de la paloma de alas
blancas, a su regreso de la migración las aves encuentran generalmente un hábitat
alterado y dañado por las condiciones que deja el invierno y la sequía al principio
del año, sin embargo, existe disponibilidad de ciertas cantidades de alimento
derivadas de cultivos que, después de ser cosechados al inicio del año, dejan un
remanente de granos en el suelo, disponibles para estas aves.

A la llegada de las primeras lluvias, la condición se torna diferente con la aparición


de abundantes frutos y semillas silvestres de alta calidad proteica, que entonces
están al alcance de las aves. Las especies de mayor importancia para la
alimentación de las palomas de alas blancas son la corva de gallina o laurelillo, el
croton, el mirasol y el granjeno, entre otras. (para detalles, véanse Tomlinson et
al., 1994 y George et al., 1994).

Variaciones en la composición de la dieta en el ciclo anual.

Los requerimientos dietéticos y la disponibilidad de alimento son variables durante


cada ciclo anual. Por su carácter migratorio, la paloma de alas blancas aprovecha
una amplia gama de alimentos, tanto silvestres como cultivados. De manera
natural, esta especie cambia drásticamente tanto la calidad como la variedad de
alimentos, ya que a partir de fines de octubre y hasta principios de abril se
encuentra en el sur de México y hasta en Centroamérica.

Alternativas realistas para considerar la capacidad de carga y su variación en


el tiempo, en la evaluación y manejo de una población.

Este es un tema pendiente en la agenda de investigación.

Necesidades nutricionales conocidas.

Se requiere generar información detallada al respecto.

Métodos conocidos, biológicamente aceptables, para el incremento o


reducción de la población.

79
El control de depredadores es sin duda uno de los métodos más efectivos para
provocar el aumento en el número de individuos de una población de palomas de
alas blancas ya que, debido a sus hábitos gregarios, esta especie atrae hacia los
sitios de anidación un gran número y variedad de depredadores que se alimentan,
durante la época reproductiva, de los huevos y las crías; por esta razón, un control
local de depredadores acarrearía sin duda un incremento en la población.

El control de depredadores es recomendable en el manejo de especies o grupos de


especies que son aprovechadas en grandes números y que generan beneficios
económicos en las áreas rurales, como un medio de desarrollo y derrama
económica en esas regiones. Para conocer detalles de las implicaciones que puede
tener el control de depredadores, pueden consultarse algunos conceptos del
documento de la Mesa de trabajo que trató el grupo de los carnívoros.

En otra perspectiva, un método para disminuir o controlar las poblaciones de


palomas sería, en el eventual caso de que llegara a presentarse tal necesidad, uno
que permitiera además del control una generación de ingresos tanto al Estado
como a las comunidades rurales, lo cual se puede conseguir a través de la
actividad cinegética, ya fuera aumentando el número de ejemplares autorizados
para su aprovechamiento o estableciendo una temporada de caza al inicio del ciclo
reproductivo, de manera estricta y eficazmente controlada. Sin embargo, queda
claro que esta sería una situación hipotética y extrema, que requeriría una
ponderación muy cuidadosa respecto a su conveniencia para el futuro de las
especies.

El eventual caso en que se requiriera la reducción de población (poco probable en


la realidad) podría relacionarse con que las especies –por sus volúmenes de
población– pudieran tornarse perjudiciales, principalmente para los productores de
granos o por ser especies generadoras de problemas de salud o sanidad, tanto
para especies silvestres como para el hombre. Sin embargo, hasta el momento no
existen evidencias que justifiquen orientar los objetivos de manejo hacia una
disminución de la población.

Parte A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies),


relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en
UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de


las especies (o grupos de especies)

La amplitud de la distribución y los movimientos migratorios de las poblaciones de


las palomas, huilota y de alas blancas, hacen necesaria una visión regional
(basada en el ámbito total de distribución, en regiones fisiográficas y en las áreas
de éstas que corresponden a distintas entidades federativas) para el diseño de los

80
estudios orientados al conocimiento del estado de sus poblaciones y su hábitat, así
como para el manejo y la administración de este recurso cinegético. Actualmente, a
través de asociaciones regionales, ya se trabaja bajo este enfoque en las regiones
del noreste en los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, en el noroeste
en los estados de Baja California y Sonora, en el occidente en Jalisco y Nayarit, y
en la parte central del país, en Morelos.

Al efecto, debe considerarse la información actualmente disponible acerca de la


distribución de las especies en distintas épocas del año, proveniente de varias
fuentes y derivada de distintos métodos de trabajo. Esto permitirá aproximarse a un
mejor entendimiento de los patrones geográficos y de movimiento de poblaciones a
través del tiempo. Como ejemplos, a continuación se ilustran distintas visiones
acerca de los ámbitos geográficos de las palomas aquí tratadas.

Distribución de Zenaida asiatica en México (Howell y Webb, 1995)

81
Principal Área de Reproducción

Población del Oeste

Población del Este


Principal Área de Invernación

Población del Oeste

Población del Este

Extensiones geográficas de reproducción, de estancia invernal y rutas migratorias


de Zenaida asiatica.

Distribución de Zenaida macroura en México (Howell y Webb, 1995).

82
Distribución de verano de Zenaida asiatica en los Estados Unidos (BBS -
http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/htm96/map617/ra3190.gif).

83
Distribución de invierno de Zenaida asiatica en los Estados Unidos (BBS -
http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/cbcra/c3190ra.gif ).

Distribución de invierno de Zenaida macroura en los Estados Unidos (CBC -


http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/cbcra/c3160ra.gif ).

84
Distribución de verano de Zenaida macroura en los Estados Unidos (BBS -
http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/htm96/map617/ra3160.gif ).

Las estrategias regionales de conservación, para adquirir viabilidad, requieren la


participación de los diversos actores involucrados en el manejo del recurso que
representan las palomas silvestres, por lo que se requiere promover la organización
y difundir los objetivos y los métodos de trabajo regionales. En este sentido, el
conjunto de UMA de una región dada forman parte esencial de la fuente de datos
sobre el estado del hábitat y de las poblaciones de palomas, así como también son
las unidades efectivas a través de las cuales se aplican las medidas de
conservación y se realiza el propio aprovechamiento en esa perspectiva regional.
Además de las UMA, las organizaciones regionales de usuarios, bajo los
lineamientos del gobierno federal, deben ser responsables de la aplicación efectiva
de cualesquiera planes de manejo regionales.

En el caso del manejo de las palomas alas blancas y huilotas, la región noreste ha
alcanzado una mayor amplitud y nivel de avance en las estrategias de manejo de
las dos especies de palomas mencionadas y su hábitat, así como en la integración
de UMA al esquema de manejo regional, en el cual participan, además de los
propietarios de dichas UMA, asociaciones civiles y el gobierno estatal, bajo los
lineamientos del gobierno federal. Debe reforzarse el avance en este sentido para
las demás regiones del país.

85
Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el
ajuste de la cosecha sustentable en UMA.

La determinación de la cosecha sustentable de palomas de alas blancas y huilotas


está en función de la distribución, densidad y abundancia de sus poblaciones, así
como sus respectivas tendencias, en las regiones definidas para el desarrollo de
los planes de manejo. En la región noreste se ha generado la mayor información
histórica y actual de la población reproductora de paloma de alas blancas, dada la
ubicación en Tamaulipas de las áreas de reproducción más importantes (junto con
la región sur de Texas). Sin embargo, los cambios en el hábitat y en las
poblaciones han sucedido más rápido que las posibilidades de un seguimiento
amplio de las tendencias poblacionales.

El conocimiento de las poblaciones de paloma huilota en las regiones noreste,


noroeste y occidente se han enfocado al seguimiento de sus tendencias. Para la
paloma de alas blancas se han desarrollado estudios de campo orientados a
conocer la densidad y abundancia de la población reproductiva y su productividad.
La determinación de la cosecha sustentable se basa en mantener la estabilidad de
la población.

La información poblacional disponible para cada una de las dos especies de


palomas tratadas en este texto procede de distintos proyectos, orientados hacia el
cumplimiento de diferentes objetivos y el refinamiento de métodos, como se
describe muy brevemente a continuación.

Paloma de alas blancas:

Objetivos:

1.- Conocer la abundancia de la población reproductiva y su productividad en las


colonias de anidación en Tamaulipas, afinando el método de monitoreo anual de
las colonias de anidación.

2.- Conocer el estado de la población reproductora en zonas urbanas en


Tamaulipas.

Paloma huilota:

Objetivo:

1.- Conocer la tendencia anual de la población nativa de las palomas al inicio de al


temporada reproductiva, en rutas establecidas de monitoreo en las regiones
noreste, noroeste y occidente.

86
Métodos generales de trabajo:

Los métodos disponibles pueden resultar aplicables a ambas especies, haciendo


los ajustes necesarios para atender eventuales necesidades particulares. A
continuación se describen varios de ellos:

Primeramente, la Mesa propone extender, a las regiones definidas para los planes
de manejo con enfoque a nivel nacional, la búsqueda de conocimiento sobre la
densidad y abundancia de palomas mediante la aplicación del método de
estimación de distancia. Para ello se propone un protocolo de monitoreo que
considere el método de muestreo de distancias de registros de individuos en un
trayecto (Distance sampling – Buckland et al., 1993), a fin de obtener la información
necesaria para estimar la densidad y la abundancia de las dos especies,
considerando para esta propuesta la opinión de Fewster et al. (2005).

Para la definición de cosecha sustentable es necesario tener en mente, además de


la abundancia de la población, su estructura y los flujos entre clases de edad; es
decir, composición por sexo y por edades y sus respectivas tasas de sobrevivencia,
lo cual permite predecir –dentro de límites razonables– si la población crecerá, se
mantendrá estable o decrecerá.

La composición por sexos y por edades se reconocerá mediante conteo de nidos y


pollos en paloma de alas blancas, y mediante estudio de piezas cobradas para
determinar la proporción de juveniles y de adultos en huilotas y en alas blancas.
Para conocer las proporciones de las clases de edad entre adultos se propone
llevar a cabo un programa de anillamiento en ambas especies.

Particularidades para el muestreo de colonias de anidación de Zenaida


asiatica.

Para el caso de conjuntos de palomas de alas blancas que se reproducen y se


desarrollan en áreas determinadas, conocidos como colonias, el método
establecido para hacer un muestreo homogéneo es el de cuadricular el área total
en parcelas de 10 hectáreas. Hecho esto, se procede a numerar cada una de las
parcelas y se realiza un sorteo para escoger al azar treinta de estas parcelas, que
serán las utilizadas para establecer los sitios de muestreo. Este sistema permite
que el área sea muestreada de manera representativa, independientemente de la
calidad y distribución de la vegetación, es decir, al azar. Esta necesidad de un
muestreo representativo queda ilustrada por el caso de Parras de la Fuente, área
en la cual existen dos tipos de vegetación, así como áreas que fueron
desmontadas y que con el tiempo presentaron una recuperación visible,
comparadas con la vegetación original.

Relaciones de la densidad de población con preferencias conocidas de la


especie respecto a hábitat particulares.

87
Zenaida asiatica prefiere los matorrales altos subinermes o selvas bajas
caducifolias, los cuales son abundantes en la región noreste de México, donde
prevalecen condiciones adecuadas para el mantenimiento de poblaciones en etapa
reproductiva. En el caso de la paloma de alas blancas las poblaciones migran muy
hacia el sur a finales de septiembre y no permanece ningún ejemplar. En el caso de
las palomas huilotas, éstas pueden utilizar otros hábitat y, además, distintas
poblaciones provenientes del norte de Estados Unidos y Sur de Canadá pasan el
invierno en México.

Determinación del estado nutricional y de salud de la población de palomas


en una UMA y su seguimiento.

La abundancia y la calidad del hábitat en la región noreste de México propicia que


el alimento silvestre sea de alta calidad, lo cual, aunado a la abundancia de granos
cultivados, propicia que el estado físico de estas aves sea bueno. No es común
encontrar ejemplares muertos o enfermos, aunque ocasionalmente se observan
algunos que presentan parásitos. Aspectos como los descritos deben considerarse
para evaluar la situación de poblaciones parciales que existan en UMA
determinadas.

Método de muestreo poblacional propuesto específicamente para palomas


huilota y de alas blancas.

Objetivo general del muestreo:

Obtener información de las tendencias de las poblaciones nativas, de su densidad


y tamaño, así como de la productividad en el caso de colonias de paloma de alas
blancas.

Objetivos específicos:

• Efectuar un monitoreo anual de las rutas de muestreo establecidas, de las


colonias de anidación, extendiendo el monitoreo de palomas de alas
blancas en áreas urbanas.
• Determinar el número mínimo de rutas y puntos de muestreo que cubran los
diferentes rasgos fisiográficos relevantes de la región, a fin de estimar la
productividad más objetivamente.

Protocolo de muestreo:

Primero, cabe señalar que para aplicar este método es necesario contar con una
plantilla de técnicos adecuadamente capacitados para realizar los muestreos
regionales.

Respecto a las técnicas de trabajo pueden recomendarse las siguientes


posibilidades:

88
1. Método de muestreo basado en cantos (Dolton y Rau, 1995).
2. Método de estimación de distancias de avistamientos, respecto a un
trayecto recorrido o “distance sampling” (Buckland, et al., 1993).
3. Muestreos de colonias de anidación por el método de transectos fijos
(Tomlinson et al., 1994).

Los métodos 1 y 2 se efectúan por rutas o trayectos que contienen puntos de


observación. Los trayectos deben tener una longitud de 32 km o 40 km (20 o 25
millas) cada uno, y los puntos de observación en cada uno deben estar ubicados
cada 1.6 km o al menos 800 m (una milla o al menos media milla) (McClure, 1939;
Foote y Peters, 1952). Se recomienda que las rutas y puntos de muestreo de nuevo
establecimiento sean monitoreadas usando solamente el método de estimación de
distancia.

Para el caso del método de muestreo por cantos se requiere definir las fechas de
muestreo por región, considerando como base que las fechas establecidas por el
método original son entre el 20 de mayo y 5 de junio. Puesto que el método de
muestreo por cantos aún se encuentra en proceso de revisión, las rutas y puntos
de muestreo ya establecidas serán monitoreadas usando tanto los métodos de
conteo de cantos como de estimación de distancias, simultáneamente.

En el Anexo 1 se explican los distintos métodos de muestreo aplicables a palomas


silvestres.

89
Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)

NOTA: las siguientes observaciones están basadas en el conocimiento actual


acerca de la paloma de alas blancas y de la huilota.

Escala geográfica a la cual se debe considerar la conservación del hábitat de


la especie.

Regional y local (UMA).

Para definir la escala geográfica de manejo del hábitat es necesario definir el área
mínima necesaria para la continuidad de una población, en función de la capacidad
de carga del hábitat local de verano y de invierno, dependiendo de la etapa del
ciclo biológico de cada una de las dos especies de palomas tratadas en este texto.

Dado que, desde el punto de vista ecológico, el área mínima para la continuidad de
una población residente o visitante depende de la cobertura de los hábitat
originales de la especie y de su grado de conservación y fragmentación, la Mesa
recomienda un estudio de la superficie conservada y modificada, así como su
grado de fragmentación. El área de estudio deberá ser cada región (según ésta
quede definida en los planes de manejo regionales), así como cada entidad
federativa involucrada en cada región y, en su caso, porciones menores dentro de
un estado. El estudio deberá analizar separadamente el hábitat de anidación y el
hábitat de alimentación y descanso.

Para las palomas de alas blancas deberán realizarse la georreferencia y el estudio


de la cobertura vegetal de las colonias de reproducción actuales, tal como se ha
realizado en la más importante área de reproducción de la especie, la colonia
Parras de la Fuente.

En Tamaulipas, la mayor amenaza para la paloma de alas blancas ha sido por


varios años la pérdida de hábitat de anidación, debido a la continua deforestación
para abrir terrenos a la agricultura. Evitar más deforestación es la medida más
importante, hoy día, para preservar a la paloma de alas blancas y para mantener la
posibilidad de su aprovechamiento sustentable (Tomlinson, 2001; Zamora y De la
Cruz, 2005).

En una época en que la población de palomas de alas blancas aún era muy alta
(1978), había 22 densas colonias de anidación en Tamaulipas; cuatro años
después sólo había 11 (Ortega, 1983). El desmonte continuo en favor de la
agricultura provocó que el número y la densidad de las colonias disminuyeran. En
1997 sólo se localizaron 8 colonias activas (Tomlinson, 2001), la de mayor tamaño
y más densamente poblada fue Parras de la Fuente, que es aún la más importante
área de reproducción de la paloma de alas blancas en América. Esta colonia está
ubicada en el municipio de Abasolo, al margen del Río Soto la Marina, conserva la

90
vegetación nativa que provee las condiciones ideales para la construcción y
permanencia de los nidos de la paloma de alas blancas. Parras de la Fuente fue
decretada Área Natural Protegida del Estado de Tamaulipas en 1998 y, a partir de
entonces, se aplica un programa de conservación y seguimiento de la colonia.

En cada región, el análisis en conjunto del hábitat de alimentación y descanso,


dentro y fuera de UMA, y constituido por parches de vegetación nativa y áreas
agrícolas, deberá analizarse en escala regional. Esto debe ser la base para
identificar medidas de manejo del hábitat que deban integrarse en los planes de
manejo de cada UMA. Esto debiera incluir la restauración de la vegetación nativa
en sitios alterados, si realmente se desea incrementar las oportunidades de
permanencia de estas especies.

Para estas palomas, el ámbito hogareño conocido es de alrededor de 45 a 70 km, y


está definido principalmente por los vuelos de traslado para su alimentación. Los
individuos jóvenes vuelan alrededor de 8 km y lo hacen hasta aproximadamente 20
días posteriores al abandono del nido.

El manejo de estas especies en UMA de superficie reducida está limitado a proveer


algunos elementos de conservación y restauración del hábitat, indispensables para
el desarrollo de la población. Hoy existen distintos enfoques, métodos y alternativas
para abordar la restauración ecológica (Sánchez et al., 2005). Idealmente cada una
de las UMA que se encuentran dentro de una región de manejo deberán estar
integradas al plan regional y contribuir con información relativa al monitoreo del
hábitat. Actualmente el monitoreo de las poblaciones es coordinado por los
responsables técnicos de los planes de manejo regionales, quienes han aplicado
los lineamientos de monitoreo que la DGVS ha aprobado o establecido, en su caso.
El área muestreada para la descripción y zonificación del hábitat, así como su
monitoreo, se basa en los planes y reportes de manejo, entre los que se encuentra
puntualmente el monitoreo y aviso previo y oportuno de planes de modificación del
hábitat dentro de UMA. La mesa recomienda que dicha información sea
monitoreada al nivel regional mediante la integración y análisis de los planes y
reportes de manejo, y mediante la utilización de técnicas específicas y más
homogéneas de monitoreo de hábitat, además de que el área muestreada se
amplíe hasta un tamaño tal que la incertidumbre de los estimadores del estado que
guarda sea mínima.

Algunos lineamientos para el monitoreo de hábitat

1. Hábitat en UMA.

El esquema de monitoreo de hábitat debe aplicarse en los niveles regional y local.


Cada UMA debe cumplir con un cierto número de acciones de monitoreo de
hábitat, que se integrarán con las efectuadas en otras, tales como:

• Plano de zonificación de la vegetación y otros rasgos del entorno


• Ubicación clara de áreas de cultivo

91
• Ubicación clara de áreas desmontadas.
• Ubicación clara de áreas de presas y presones.

2. Hábitat en áreas con colonias de palomas.

En estos casos es muy importante determinar la superficie que ocupan la selva


baja y el llamado matorral espinoso tamaulipeco, al nivel regional. Al nivel local,
debe determinarse la presencia de especies vegetales de importancia para las
actividades de anidqación y crianza, como ejemplos: mezquite, huizache y
elementos de la vegetación riparia. Asimismo, el monitoreo del hábitat debe
acompañarse de la evaluación de la integridad de las colonias que en él existan.

92
4. En otras circunstancias.

Para otros tipos de extensiones, fuera de los casos anteriores, es importante


atender el seguimiento de distintos atributos del hábitat, como se describe en el
siguiente cuadro:

HABITAT
Elementos Metodo-
Evento en el Nivel de
Especie de Aplica logías Objetivos
cual incide aplicación
importancia validadas
Superficies Registros de Conocer la
Zenaida de áreas de siembras: disponibilidad
macroura producción Regional, Región y por área y
(Residentes) de semillas Alimentación Si Local UMA tiempo
Llevar registro
Regimenes de la
Disponibilida pluviales de disponibilidad
d de agua Sostenimiento Regional la estación de agua
y
Disponibilida En la Región
d cercana a y en las áreas
la UMA aledañas.
Detectar
Levantamien Cambios
to y Importantes
seguimiento en la
Disponibilida de la vegetación
d de condición de que rebasen
elementos Anidación, la a las
arbóreos y percha, Regional, vegetación fluctuaciones
arbustivos alimentación Si Local (mapeo) naturales
Disponibilida Registros de Conocer la
d de siembras: disponibilidad
ZENAIDA elementos Regional, Región y por área y
ASIATICA arbóreos Reproducción Si Local UMA tiempo
Llevar
Regímenes registros de la
pluviales de disponibilidad
Reproducción Si Local la estación de agua
y
Áreas de disponibilida En la Región
producción Regional, d cercana a y en las áreas
de semillas Alimentación Local la UMA aledañas.
Detectar
Levantamien cambios
to y importantes
seguimiento en la
de la vegetación
condición de que rebasen
la a las
Disponibilida vegetación fluctuaciones
d de agua Sostenimiento Regional (mapeo) naturales
MONITO- CONOCER
Presencia Posible REO DE LA SU AREA DE
de especies desplazamient POBLA- DISTRIBU-
exóticas o SI REGIONAL CION CION Y

93
ANALIZAR
SUS CONSE-
CUENCIAS

Parte C. Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable


en UMA.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en


el área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes A
y B.

La determinación de la viabilidad de la cosecha sustentable de las palomas huilotas


y de alas blancas deberá determinarse en una escala geográfica regional, de
acuerdo con las regiones definidas, hasta ahora y en lo sucesivo, para los planes
de manejo.

La información que se requiere para la determinación de una cosecha sustentable


de estas especies es la derivada de:

• Monitoreo de poblaciones reproductoras residentes, mediante los métodos


de conteo de cantos y de estimación basada en distancias de avistamientos
(distance sampling).
• Tasa de sobrevivencia por clases de edad y sexo, mediante el análisis del
programa de anillado en palomas del noreste.
• Tasas regionales de reclutamiento, mediante conteo de nidos y pollos en
paloma de alas blancas y mediante estudio de piezas cobradas, para la
determinación de estructura de edades en palomas huilotas.
• Cambios críticos de hábitat en UMA y en el nivel regional, con énfasis en los
análisis de tendencias de cambio hacia el largo plazo. Los indicados para
llevar a cabo dicho análisis son los responsables de los planes de manejo
regionales, en coordinación con las instituciones estatales encargadas de
manejar estos recursos de fauna y, desde luego, con la DGVS.

Para determinar si es viable la cosecha sustentable de una población de palomas


de estas especies, en el nivel regional, es indispensable contar con los resultados
del análisis de tendencias poblacionales. Hasta ahora, por fortuna los esfuerzos de
monitoreo han estado orientados a conocer dichas tendencias, sin embargo es
necesario diseñar e incluir en los planes de manejo regionales la aplicación de un
método de estimación de densidad y abundancia de la población reproductiva en
palomas huilotas, así como extender el esfuerzo a mayores áreas de reproducción
de palomas de alas blancas. Asimismo deberán desarrollarse oportunamente los
estudios para estimar las tasas de reclutamiento y sobrevivencia en ambas
especies.

94
Los márgenes de seguridad, respecto al aprovechamiento de palomas silvestres se
basan en:
• La magnitud y estabilidad de las poblaciones migratorias que inciden en la
región.
• La determinación de tasas de aprovechamiento que estén claramente por
debajo de las máximas calculables.
• La administración rigurosa de la cosecha debe darse mediante el ajuste de:
ƒ Número de cazadores.
ƒ Límite de ejemplares por cintillo.
ƒ Época hábil de aprovechamiento.

Condiciones en las que es recomendable disminuir o incluso suspender la


cosecha de la especie.

Claramente, estas decisiones tendrán que tomarse cuando los análisis de densidad
y tendencia de la población reproductora, de tasas de sobrevivencia y/o de
reclutamiento, así como posibles contingencias, indiquen una tendencia poblacional
a la baja.

Parte D. Recapitulación y recomendaciones.

Recomendaciones de seguimiento respecto a las acciones identificadas en la


mesa.

• Promover el uso del método de estimación basado en distancias de


avistamientos respecto a trayectos establecidos, integrando los resultados al
nivel de regiones, con la meta de establecer las bases para el uso de estas
aves al nivel del país.

• Efectuar un primer taller de capacitación-actualización para el análisis


estadístico del protocolo de estimación de distancia, a llevarse a cabo en el
primer semestre del 2007. En este evento deben participar al menos un
ecólogo estadístico por región y un técnico del nivel federal, así como los
responsables de proyectos regionales.

• Realizar un taller de capacitación en el método de estimación de distancia,


dirigido a los técnicos que recopilan los datos de campo. Se propone llevarlo
a cabo en abril de 2007.

• Considerar que el costo del equipo necesario para el monitoreo basado en


métodos de distancia de avistamientos puede solventarse mediante la cuota
de conservación.

95
• Ponderar que los proyectos regionales pueden aplicar la metodología del
BBS, para la inclusión en el monitoreo de otras especies de aves (otras
palomas, codornices, y hasta faisanes, donde estos últimos –exóticos– se
hallen introducidos).

• Mantener y reforzar el programa de anillado de individuos reproductores,


para paloma de alas blancas.

• Introducir de manera efectiva el análisis de medidas de alas para establecer


la estructura de edades de poblaciones locales y, también, para estimar
tasas de reclutamiento.

• Establecer de manera firme las bases y métodos para el estudio objetivo de


la cosecha de palomas silvestres por estado.

96
Parte E. Bibliografía

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97
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Sierra Madre. México, D. F.

98
99
ANEXO 1

Monitoreo de Poblaciones de Palomas Huilotas y Alas Blancas

Método de muestreo de cantos McClure (1939) y Foote y Peters (1952).

• Se realizan siguiendo la técnicas de monitoreo de población utilizando el


muestreo de cantos de aves en reproducción.
• Este método de muestreo se basa en los estudios de McClure (1939), y las
modificaciones de Foote y Peters (1952).
• Las rutas se seleccionan al azar considerando que cumplan las condiciones
necesarias para desarrollar el muestreo.
• Cada ruta está dividida en 20 estaciones separadas por una milla (1.6 km.).
• Durante 3 minutos se registra en cada estación el número de palomas que
están cantando, el número de palomas observadas en cada estación, así
como las palomas observadas entre cada estación.
• Al inicio y al final de la ruta se toman datos como temperatura, condición del
cielo, velocidad del viento, humedad y kilometraje del vehículo.
• Los muestreos deben realizarse en un tiempo máximo de dos horas,
empezando media hora antes del amanecer.
• Los conteos no deben realizarse cuando se tengan vientos de 12 millas por
hora (19.3 km) o cuando esté lloviendo.
• Los recorridos deben efectuarse del 20 de Mayo al 5 de Junio.
• Los registros deben realizarse en las formas de campo ya establecidas.

Método de muestreos por distancia (Distance Sampling)

Material:

• Utilización del telémetro o range finder.


• Programa de computadora (Distance, versión 5.0 o posterior).
• Toma de datos de campo con personal capacitado y con las herramientas
especificas.
• Apoyo de especialistas en estadística.
• Estrategia compartida con los muestreos de cantos para preparar técnicos.

Muestreos en ciudades, para palomas de alas blancas:

• Dividir la ciudad en cuadrantes de 1 km2 en un plano actualizado,


obteniendo la superficie total del muestreo.
• Numerar de manera secuencial y tomar al azar 20 puntos mínimo para el
monitoreo.
• Realizar un recorrido de identificación y toma de coordenadas UTM de
todos los puntos seleccionados.
• Es recomendable que la toma de datos se realice los domingos, media hora
antes del amanecer y en un tiempo de dos horas.
100
• Toma de datos básicos de clima para cada sitio y grados de perturbación.
• La duración de las observaciones es de dos minutos, se registran las
palomas escuchadas y observadas, la distancia estimada a la que se
escucha y observa, y la distancia exacta obtenida con un telémetro o range
finder.
• En palomas al vuelo sólo se toma la distancia estimada.
• Solamente una persona puede tomar datos.

Monitoreo de las colonias de anidación (Tomlinson, 1994).

Parámetros para definir una colonia:

• Que exista una abundancia de cantos tal que el sistema convencional de conteo
de cantos no proceda.
• Gran presencia de actividad reproductiva y nidos activos.
• Que el área de reproducción sea mayor a 50 ha.

Metodología:

• Ubicación de transectos de 100 m de largo por 10 m de ancho, trazados antes


de la actividad reproductiva.
• Determinar zonas de alta y baja densidad reproductiva.
• Localizar, etiquetar y numerar cada uno de los nidos encontrados en el
transecto y revisarlos semanalmente durante la temporada.
• Sistematizar la información con la evolución de cada nido durante el ciclo.
• Determinar por medio de sistemas estadísticos los nidos activos por hectárea,
población adulta anidante, índice de productividad en huevos y pollos,
depredación y población juvenil agregada.

101
d
Formato de Monitoreo de Cantos y de Estimación de Pagina: e
Observador Distancias en Paloma Huilota Ruta #
Fecha Hora Viento (B) Temp (°C) Odómetro
Municipio:
Metros Inicio (Est. 1):
Unidades: (check
one) Yardas Fin (milla 21):

Disturbio Escuchadas Vistas


Vistas estimadas
(No/Bajo/ estimadas confirmadas Notas (coordenadas GPS, notas de campo, etc.)
(yds/m)
Med/Alto) (yds/m) (yds/m)
Estación Entre
# Paloma # estación

Notas:

102
INSTRUCCIONES PARA EL FORMATO DE MONITOREO DE CANTOS Y DE
ESTIMACION DE DISTANCIAS EN PALOMA HUILOTA

Este formato permite al observador el registro de los datos necesarios para el


muestreo de estimación de distancias y el muestreo por conteo de cantos de
palomas huilotas y alas blancas. El observador deberá cerciorarse que la unidad de
medición del telémetro sea metros o yardas, y utilizar una sola de estas unidades
en la toma de datos. Las variables ambientales como el viento y la temperatura
deberán registrarse para incluirse en el muestreo de conteo por cantos.

Si durante el muestreo se observa o se escucha una paloma dela cual no se puede


determinar la distancia estimada o confirmada (debido a viento, ruido o canto muy
lejano) dicha paloma podrá ser descartada. Los registros para cada paloma
observada deberán ser: “escuchada estimada”, “vista estimada” y “vista
confirmada”. Ejemplo: En la primera estación se escucharon u observaron 3
palomas, pero solamente a las primeras dos se les pudo estimar la distancia. Para
el muestreo por conteo de cantos se deberán incluir las tres palomas detectadas en
esa estación.

Además de estimar las distancias a las palomas vistas o escuchadas en cada


estación se deberá registrar el número total de palomas vistas entre estaciones. El
número total de palomas vistas entre estaciones se anota en la columna “entre
estaciones” en el renglón siguiente a la última observación de la estación anterior.
Ejemplo: En esta tabla el observador registró tres palomas en la primera estación,
cero palomas entre estación 1 y 2, dos palomas en la segunda estación, tres
palomas entre la 2 y 3 estación, cero palomas en la tercera estación, dos palomas
entre las estaciones 3 y 4, etc.

La guía adjunta indica los procedimientos para la conducción de monitoreo por


estimación de distancias y otras notas generales. Copias electrónicas o en papel
deberán enviarse a los coordinadores de los monitoreos regionales, a la
dependencia estatal correspondiente o la Dirección General de Vida Silvestre.

103
INSTRUCCIONES PARA LLEVAR A CABO EL RECONOCIMIENTO DE
AVES EN REPRODUCCIÓN

104
105
106
GUAJOLOTE SILVESTRE, EN HÁBITATS SEMIÁRIDOS Y TEMPLADOS

Elaboración del documento

A cargo de los participantes.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Alberto Lafón, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA


alafon@uach.mx
Alfredo Garza, CENTRO DE ECOLOGÍA REGIONAL, A. C.
ghalfredo@mexico.com
Daniel de León, CENTRO DE ECOLOGÍA REGIONAL, A. C.
biodaniell@gmail.com
Araceli Valverde, FAUNÓTICA, A. C.
arali@ecomail.com
Eglantina Canales, PROFAUNA, A. C.
ecanales@profauna.org.mx
Juan Manuel Segundo, DGVS – SEMARNAT (moderador)
jsegundo@semarnat.gob.mx
Meztli Méndez, DGVS - SEMARNAT
melisa.mendez@semarnat.gob.mx

Introducción

El grupo de trabajo de guajolote pretende con este documento contribuir al conocimiento


básico de parámetros poblacionales y de hábitat para lograr una cosecha sustentable con
base en la tendencia de la población y en la adecuación de los tamaños de UMA a través de
favorecer la conectividad con la integración de ellas para la conformación de SUMA,
proporcionando algunas consideraciones de manejo para garantizar la conservación de la
especie.

Cabe indicar que se considero el índice propuesto como poco relevante en términos de
manejo por lo que se tocan de manera somera pudiendo compilarse mayor información por
otras vías. Se observa entonces que el contenido está enfocado a manejar algunos
indicadores y técnicas que pueden apoyar la administración del recurso.

Dada la experiencia de los participantes, se pudieron discutir y poner sobre la mesa aspectos
administrativos que deben mejorarse para un mejor manejo del recurso, entre otros el tamaño
de la UMA, las migraciones altitudinales de la especie y la falta de equidad en los ingresos
que pueden motivar o desmotivar la conservación de la especie.

Se termina el documento con algunas conclusiones y recomendaciones que los participantes


del grupo consideramos como básicas para que el manejo y conservación de la especie tenga
éxito en los estados donde se presenta.

107
Parte I. Aspectos de población de la especie

Después de una declinación de las poblaciones y extirpaciones de la especie a nivel nacional,


principalmente por la caza en sitios de percha, en la actualidad se ha observado un repunte
en el tamaño y distribución de la especie, sin embargo, la biología de la especie dificulta dar
una estimación de la densidad, debido a que presentan una distribución no homogénea en el
hábitat, tienen un amplio tamaño del ámbito hogareño, presentan movimientos en respuesta a
la perturbación o estabilidad de hábitat, conducta de la especie, entre los principales(Lafón,
1997; Garza, 2005). Por lo anterior, es más válido utilizar un índice, ya que puede ser
considerablemente menos caro y laborioso que una estimación o un censo, porque pueden
obtenerse de las observaciones directas que hacen los técnicos y los habitantes locales de los
predios dentro del área de distribución de la especie (Welsh y Kimmel, 1990; Applegate, 1997;
De León en revisión).

Un índice por lo general se restringe a las comparaciones entre las diferentes poblaciones de
la misma área o entre áreas diferentes en un tiempo dado, porque las relación exacta entre el
índice y la verdadera población frecuentemente no es conocida (Lancia et al. 1994). Los
índices que funcionalmente han demostrado ser más prácticos, son los de obtención de
abundancia relativa mediante el conteo de individuos en sitios de observación pre-cebados
temporalmente (Garza, 2005; De León, en revisión) y el conteo de aves y cantos en amplias
áreas a través de transectos (Lafón y Canales, comunicación personal).

En la actualidad existe la necesidad de estandarizar un método para la estimación de la


población mediante índices, además de monitorear y manejar a la especie en regiones
naturales que consideren predios o UMA. Lo anterior, considerando que el ámbito hogareño
de la especie puede alcanzar hasta 12,000 hectáreas y que se ha demostrado también que
presenta movimientos amplios (migraciones locales) o de dispersión de hasta 40 a 60 km por
año, así como un área núcleo de máxima actividad diaria de 3.8km2 en el estado de Durango,
(Garza, 2005; De León, en revisión), por lo que el área mínima considerada como un hábitat
continuo para una población viable es mayor a 10,000 ha, salvo para las poblaciones cerradas
(hábitat aislados). Las unidades de manejo regionales deberán tener una extensión de 30,000
a 40,000ha; merecen una consideración aparte las poblaciones cerradas.

Al realizar un muestreo regional (o conjunto de predios) es necesario considerar el hábitat


disponible y ocupado, calificándolos según la “cualidad” del mismo, las zonas de percha,
reproducción, comederos, etc., a lo largo del año, así como el tipo de vegetación. La
distribución de la especie obedece también a las prácticas humanas, por lo que es importante
considerar a las UMA o predios con zonas de importancia para la especie, pero que no cuenta
con ejemplares en la época de caza.

Para el muestreo de la especies se deberá realizar la estandarizar dichos métodos por


regiones, por época del año, considerando un intervalo para su realización (febrero y mayo),
considerando a demás la realización de un muestreo precosecha (octubre-noviembre). Los
datos obtenidos mediante la aplicación de los muestreos servirán para determinar la tasa de
aprovechamiento de la temporada de aprovechamiento subsiguiente.

108
Los métodos de muestreo propuestos en el presente documento son los más adecuados para
el guajolote silvestre y se deberán llevar a cabo de acuerdo a lo señalado en párrafos
anteriores, empleando la abundancia relativa (ejemplares observados / kilómetros recorridos,
o ejemplares observados / puntos observados) para conocer la tendencia de la especie.

1) Transectos

• Longitud de caminos: mínimo 5 km, idealmente 10 km (2 o más repeticiones por


transecto en un lapso de 1 semana)
• Uso de GPS para marcar y posteriormente trazar en un mapa el transecto y los
puntos de observación subsecuentes.
• Tiempo de observación: variable dependiendo del encuentro de guajolotes.

2) Puntos de observación

• Localización de sitios con potencial de presencia activa de una población de guajolote


silvestre, es decir, cerca de o en las zonas de presencia continua, denominadas como
zonas “coconeras”, que son sitios visitados con frecuencia por estas aves, como
bebederos, perchas, cebaderos temporales, etc.
• Marcar con GPS los puntos de observación, para determinar su ubicación geográfica
y la distancia entre los sitios de observación.
• Considerar que la distancia entre puntos deberá ser de por lo menos 3 km ó más,
dentro de un área no menor a 10,000 ha.
• Cebar previamente con avena los sitios localizados dentro de la UMA o región, por lo
menos 15 días antes del muestreo y revisando constantemente los sitios para
detectar la visita de los animales (cada 2 días, volviendo a cebar si es necesario).
• El cebado se realiza preferentemente entre los meses de febrero y marzo.
• El tiempo de observación, es de una hora y media (esfuerzo similar), a partir del
amanecer o 1 hora y media antes de anochecer, se observa cada sitio durante 3
mañanas o 3 tardes como mínimo, lo que aporta datos para calcular el error de
muestreo (Shaw 1973, Porter y Ludwing 1980, Garza 1993).
• Las observaciones se realizan a una distancia de más de 40 m de distancia y el
personal debe estar escondido y / o usar ropa de camuflaje.
• Las características de las aves a considerar durante los muestreos se basan en 5
categorías: machos y hembras adultos de más de un año de edad, machos y
hembras juveniles de menos de un año de edad e individuos cuyo sexo y edad no
pudo determinarse por el observador.
• La identificación de los individuos es posible gracias al plumaje que presentan, al
tamaño corporal, al emplumado o no de la nuca (en las hembras), a la coloración de
la cabeza, a la presencia o ausencia de espolón según el sexo.
• El área de influencia de los cebaderos temporales se considera de 380 hectáreas,
superficie que corresponde al área máxima de actividad de un individuo o área núcleo
que ha sido estimada mediante monitoreos intensivos de radiotelemetría (Garza
2005).
• Captura y análisis de información de acuerdo con el formato recomendado por el
Centro Regional de Ecología, A. C.; en una hoja de cálculo se vacía la información

109
obtenida de los diferentes sitios de monitoreo previamente establecidos, como se
muestra en el siguiente ejemplo para un sitio en particular:

Parámetros poblacionales

Valores Machos Machos Hembras Hembras No


Nombre sitio muestreo generales adultos juveniles adultas juveniles identificados
Fecha (mat/vesp) 57 21 12 15 9 0
Número de
repeticiones Fecha (mat/vesp) 38 18 5 8 7 0
de muestreo
Fecha (mat/vesp) 54 11 18 10 15 0
Suma 149 50 35 33 31 0
Prom. 49.67 16.67 11.67 11.00 10.33 0.00
Desv. Std. 8.34 4.19 5.31 2.94 3.40 0.00
Máx. 57.00 21.00 18.00 15.00 15.00 0.00
Raíz (n-1) 1.41 1.41 1.41 1.41 1.41 0.00
EE 5.90 2.96 3.76 2.08 2.40 0.00

Fecha (mat/vesp)= se incluye la fecha del muestreo y si fue en la mañana o en la


tarde; Sum= sumatoria de parámetros poblacionales de acuerdo al número de
repeticiones de muestreo; Prom= promedio de parámetros poblacionales; Des std=
desviación estándar de parámetros poblacionales; Máx= valor máximo de parámetros
poblacionales; Raíz(n-1)= raíz del número de repeticiones de muestreo; EE= error
estándar (des std / raiz)

Una vez capturada la información de todos los sitios de muestreo con sus respectivas
repeticiones, parámetros poblacionales y estadísticas, se genera un cuadro sintético donde
de los sitios de muestreo se obtienen los datos generales.

Valores Machos Machos Hembras Hembras No


Datos generales generales adultos juveniles adultas juveniles identificados
Sum 555 160 131 133 117 14
Prom 46.25 13.333 10.92 11.08 9.75 1.1667
Des std 11.0009 4.6963 4.092 6.048 3.722 2.8819
Máx 57 21 18 25 16 10
Sum Máx obs 223 64 62 61 53 10
Raiz (n-1) 3.31662 3.3166 3.317 3.317 3.317 3.3166
EE 3 31691 1 416 1 234 1 823 1 122 0 8689

110
Sum= sumatoria de parámetros poblacionales de todos los sitios de muestreo; Prom=
promedio de parámetros poblacionales de todos los sitios de muestreo; Des std=
desviación estándar de parámetros poblacionales; Máx= valor máximo de parámetros
poblacionales de acuerdo al número de repeticiones de muestreo de todos los sitios de
muestreo; Sum Máx obs= sumatoria de los valores máximos de parámetros
poblacionales de acuerdo al número de repeticiones de muestreo de todos los sitios de
muestreo; Raíz (n-1)= raíz del número de repeticiones; EE= error estándar (des std /
raiz)

Para estimar el porcentaje de la superficie muestreada dentro de la UMA se aplica la siguiente


formula:

η (3.8km 2 )
% SupMuestreada =
δ km 2
Donde:
η = número de sitios de muestreo
δ km 2 = superficie del hábitat disponible y/o utilizable por la especie en km2

Para determinar la proporción de sexos se aplican las siguientes formulas:


ϕ +φ
γ=
Ψ
Donde:
γ = Proporción de sexos reproductivos
ϕ = Hembras adultas φ = Hembras juveniles ψ = Machos adultos
ϕ +φ
ρ=
ψ +ε

Donde:
ρ = Proporción general de sexos
ϕ = Hembras adultas φ = Hembras juveniles
ψ = Machos adultos ε = Machos juveniles
Para determinar el reclutamiento a la población se aplica la siguiente formula:
φ +ε
ℜ=
ϕ
Donde:
ℜ = Reclutamiento

111
ϕ = Hembras adultas φ = Hembras juveniles ε = Machos juveniles
Para determinar el número de machos adultos que potencialmente existen en la UMA o
región:
δ km 2 ( ∑ψ max .obs.)
ψ=
η ( 3.8km 2 )

Donde:
ψ = Número potencial de machos adultos
δ km 2 = superficie del hábitat disponible y/o utilizable por la especie en km2
Σψ max .obs. = sumatoria de machos adultos (máximos observados)
η = número de sitios de muestreo
La tasa de aprovechamiento solo es el 15% del resultado de la formula anterior.

9 Consideraciones para el muestreo regional:

1. Monitoreo dirigido a zonas “coconeras”.


2. En fechas fijas, ya establecidas.
3. Con los mismos criterios, definir un formato único.

Las unidades de manejo regionales deberán tener una extensión de 25,000 ha. Merecen una
consideración aparte las poblaciones cerradas.

Parte II. Aspectos del hábitat de la especie

Se considera que la mayor parte del hábitat de guajolote silvestre tiene algún deterioro
(COTECOCA 1972) a pesar de ello la especie sigue presente y en abundancias medias en
relación a datos históricos, lo cual es resultado de su adaptabilidad y forma de alimentación
oportunista aunado a su estrategia reproductiva donde su migración para anidación
incrementa el potencial de reclutamiento.

Se considero como base para el manejo y conservación y la especie un nivel regional (más de
25,000 has) que puede ser a través de la integración de UMA. Lo anterior dado que su ámbito
hogareño varia en época de reproducción (3,500 ha) y de postura y crecimiento (12,000 has)
con movimientos detectados de hasta 40kms., requiriendo de conectividad entre sus
diferentes áreas de actividad, a través de corredores generalmente áreas ribereñas.

Los especialistas consideran que los sitios de percha son indispensables para el desarrollo de
las poblaciones de animales silvestres, situación que difiere completamente entre el guajolote
de Gould y el de Río Grande.

112
Al igual que cualquier especie los requerimiento del hábitat incluyen agua superficial
permanente de fuentes naturales y/o artificiales en cantidad de un sitio por cada 2000 área
(Dickson, 1992). En este sentido las áreas de México tanto de guajolotes de Gould como Río
Grande presentan problemas estacionales de abasto de agua, que pueden ser resueltos por
bebederos de ganado e infraestructura artificial de cosecha de este líquido.

La densidad de la cobertura vegetal dentro de la UMA, debe tener suficiente cobertura de


escape (a menos de 17.5mts) para considerarse “hábitat” de guajolote, de no tener este
requisito poco será el tiempo que dure la especie en el área. Durante épocas especificas
como la postura y anidación la distancia de cancelamiento (que ofrece protección rápida
contra riesgos) es de gran importancia para el guajolote silvestre.

Los tipos vegetativos característicos para el guajolote son los de encinos y sus combinaciones
con pino con sitios de percha son un elemento idóneo, el matorral espinoso, y el chaparral son
también importantes para el Río grande en los planos costeros desde Coahuila hasta
Tamaulipas, una abundante cobertura en los estratos inferiores favorece la producción de
forraje como ciperáceas, que por ende traen altas concentraciones de insectos y un excelente
sitio para vivir.

Los parches o rodales continuos de bosque con claros intermedios proporcionan el hábitat
ideal para el guajolote silvestre. Los bosques con aclareos pueden ser excelentes sitios para
los guajolotes cuando existen árboles maduros; una secuencia de estratos arbóreos con Pinus
spp., Quercus spp., Arbutus spp., Platanus spp. Es importante pues utilizan estos sitios como
áreas de percha y, por otra parte, la presencia de Juniperus spp. y Populus spp., mezclados
con arbustivas como Rhus sp., Vitis spp., Arctostaphylos sp. y Cercocarpus sp. y herbáceas
de los géneros Cyperus spp. y Amaranthus spp., así como de pastos de diversas especies
utilizadas como alimento, componen un hábitat idóneo.

Para los guajolotes de Río Grande, los rodales de mezquites, huizaches y palo blanco son
excelentes sitios de percha en matorrales, y también sitios con nogales, encinos y sicómoros
en los hábitat riparios de los afluentes del Río Bravo.

Es necesario que exista un suficiente número de sitios y de árboles, adecuados como


“dormitorios” de la población existente o la que se reestablezca en el área (debe prohibirse el
derribo de aquellos que demuestren uso actual). Tres sitios o áreas de percha por parvada
pueden ser suficientes sin embargo cinco a seis sitios se han encontrado como de uso para
un grupo de 30 a 40 guajolotes en una superficie de aprox. 3200 ha.

Algunos rasgos del hábitat que son cruciales para refugio, son la cobertura para la regulación
térmica, con suficiente cobertura aérea y basal así como corredores con sitios con agua
permanente y buena cobertura en sus áreas circundantes (con claros a menos de 200 M)
como secuencias de cobertura en áreas ribereñas.

En áreas de anidación se han encontrado coberturas basales de protección con distancias de


cancelamiento de 12m o menores. En la época de crianza son importantes las áreas con
abundante producción de insectos y moluscos, mientras que para la reproducción son
necesarios los espacios o clareos que permitan el cortejo.

113
Las áreas de disturbio mas comúnmente encontradas en hábitat de guajolote silvestre son las
de cultivo así como aquellas desmontadas para desarrollo de infraestructura (casas, corrales,
represas, bodegas, Etc.). Por fortuna en las áreas donde actualmente persiste el guajolote
silvestre son áreas con poca infraestructura y baja probabilidad de que se construya más. De
alguna manera, ciertas áreas abiertas al cultivo representan una área importante para el
guajolote silvestre dado que proveen semillas, insectos y frutos para la especie. A diferencia
de ranchos privados, los diferentes tipos de infraestructura en Ejidos se convierten en lugares
muy difíciles de arribo por el guajolote silvestre, lo que presenta un efecto radial sobre los
recursos naturales, partiendo del centro de población hacia la periferia de los centros de
población.

Algunos impactos previsibles para la persistencia de la especie son la caza furtiva, mayor
apertura de áreas a cultivo, desecación de manantiales naturales, pérdida de cubierta vegetal,
pérdida de sitios de percha, uso de agroquímicos, considerándose que algunas actividades
humanas son compatibles con la conservación de la especie como la agricultura en áreas
pequeñas, construcción de obras de captación de agua de lluvia, ganadería en general,
programas de conservación de suelos y agua, actividades de vigilancia participativa. Sin
embargo existen algunas no compatibles como los desmontes totales de áreas, cortas de
bosque en “matarrasa”, uso de agroquímicos, cacería furtiva.

Existen en las áreas de distribución del guajolote silvestre por lo menos 124 especies de
plantas que dan sustento al guajolote aun en épocas críticas.

La mayor parte de las zonas con guajolote silvestre están localizadas en el macizo forestal,
abarcando cerca de 21 millones de hectáreas de áreas forestales sobre las cuales se
presentan precipitaciones de 340 a 550mm. En promedio las lluvias duran 4 meses de julio a
octubre. Cabe indicar que en los últimos 14 años las precipitaciones a nivel local han sido muy
por debajo del promedio, estas se consideran como benéficas para la reproducción del
guajolote silvestre dado que muchas de las ocasiones anida sobre los lechos de los arroyos
los cuales al crecer arrasan con los nidos que se encuentran a su paso. Por otra parte la
ganadería ha beneficiado al guajolote silvestre dado que el uso de aguajes, represas y el
otorgamiento de suplementos espaciales.

Dentro de los depredadores de guajolote silvestre se encuentran el puma (Felis concolor),


coyote (Canis latrans), gato montés (Linx rufus), zorra gris (Urocyon cinereoargenteus),
mapache (Procyon lotor), coatimundi (Nasua narica), cacomixtle (Bassariscus astutus), jaguar
(Panthera onca), tigrillo (Leopardus wiedii), ocelote (Leopardus pardalis), águila real (Aquila
chrysaetos), búho cornudo (Bubo virginianus), y víboras de cascabel (Crotalus spp.). A pesar
de que las muertes puedan ser cuantiosas, se considera que no debe controlarse a este grupo
de especies depredadoras, por ser parte del ciclo natural. No debe ser así ante la presencia
de especies depredadoras exóticas como perros y gatos domésticos, o el jabalí europeo,
respecto a los cuales sí se recomienda el control lo antes posible.

La presencia de animales competidores como el guajolote doméstico y el ganado (cabras,


ovejas, vacas) tiene especial importancia por la presencia, abundancia, distribución espacial y
temporal de parásitos, vectores y otros agentes patogénicos, y su efecto previsible sobre la
especie o grupo de especies. Por ejemplo parásitos internos como nematelmintos: parásitos

114
externos como piojos y garrapatas, y agentes patogénicos que causan enfermedades como el
Newcasttle y la viruela aviar.

Parte III. Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA

Para llevar a cabo una cosecha viable del guajolote silvestre dentro de las Unidades de
Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, se recomienda considerar los siguientes
aspectos:

El área que responde a las características biológicas de la especie rebasa la escala de las
UMA, por lo que deberán definirse conjuntos de Unidades de Manejo para la Conservación de
la Vida Silvestre (de las que contiene el SUMA), que formen parte del hábitat de la especie de
tal manera que se asegure la viabilidad de la misma, mediante el manejo regional.

Para el guajolote silvestre, se debería contemplar los datos de población mínima estimada y
su composición, así como la ubicación de las parvadas para definir posible distribución entre
predios o UMA y por otra parte debería conocerse o tenerse información suficiente sobre la
condición de hábitat. Entre este par de bloques de información seria conveniente formar una
correlación en donde: poblaciones altas y buena condición de hábitat, pudieran tener un
porcentaje alto (o número de permisos) de autorizaciones de aprovechamiento evitando los
comederos artificiales que se pueden considerar como poco éticos o negativos al momento de
otorgar permisos, para lo cual se pueden consultar los apartados de poblaciones y hábitat.

Además de lo señalado en el punto anterior, se debe considerar, la disponibilidad de machos,


tamaño de la población suficiente, estimación de la cosecha local de autoconsumo y
demanda, la dinámica poblacional de la especie (reclutamiento), desarrollar un modelo de
relación de sexos / densidad para estimar tasas de cosecha diferenciales (10 -30%), siguiendo
un sentido precautorio en pro de la conservación, mantener la cosecha por debajo del 15% de
la población de machos, aunque es posible cosechar del 20 al 25%.

Se estima que una parvada viable de esta especie debe tener por lo menos 20 miembros
reproductores. El problema consiste en lograr una extensión de suficiente tamaño, a partir del
trabajo organizado en varias UMA, para poder hacer un manejo adecuado de las poblaciones
de guajolote silvestre que promueva la sustentabilidad.

Para la estimación de la cosecha se debe contar con datos precisos de los machos existentes
en la superficie del conjunto de UMA que razonablemente se asuma como ámbito de una
población integrada y viable. La cosecha viable puede ser del 20 – 25% de los machos
adultos de la población de una área sin provocar problemas a la misma, lo anterior dado que a
los (3 años en promedio) adultos en condiciones naturales tienen una esperanza de vida muy
corta y la estrategia reproductiva es de tipo “r”, y dado que alcanzan la madurez sexual al año
de vida; sin embargo se recomienda una cosecha máxima del 15% de los machos de la
población, en tanto no se cuente con mayor información y herramientas para autorizar
diferentes cuotas.

En el mismo sentido, el aplicar un criterio más conservador (de un 10% de cosecha de los
machos) puede en un momento dado evitar los efectos de una doble cosecha, de parvadas

115
contadas también doblemente en UMA vecinas. De igual manera con este porcentaje se
puede reducir el posible deseo de cebado por los usuarios.

Por otro lado, es recomendable disminuir -o incluso suspender- la cosecha de la especie


cuando se detecten bajas dramáticas en la población, problemas de epizootias (viruela,
Newcastle), destrucción o cambios severos en el hábitat (perdida de aguajes, corte de sitios
de percha, incendios), problemas meteorológicos severos (exceso de nieve, sequía
prolongada), problemas sociales graves causados por la operación de la organización
cinegética.

Los componentes importantes para estimar la cosecha son: densidad y estructura poblacional,
proporción hembras : macho, reclutamiento, (esto implica que, temporada a temporada, se
compilen los datos de adultos cosechables y juveniles subadultos), calidad del hábitat
(disponibilidad adecuada y suficiente de agua, alimento, cobertura, descanso y espacio).

Los métodos para levantar información de campo, tanto de las poblaciones como del hábitat,
se describen en los apartados correspondientes, los cuales permitirán determinar, monitorear
y ajustar la cosecha sustentable. Para conocer formatos de campo sugeridos consúltese el
Apéndice 1.

El análisis de los datos obtenidos en campo para las estimaciones poblacionales y del hábitat
para la determinación, monitoreo y ajuste de la cosecha sustentable, deberá realizarse en
base a tendencias y distribución espacio-temporal.

Ajuste progresivo de la cosecha (manejo adaptativo)

1) Signos de alerta en la población


1. Una reducción del 30% de la abundancia poblacional injustificada reportada en los
muestreos.
2. Una reducción del 50% de los ejemplares cazados en base a los autorizados, siempre y
cuando la razón sea no encontrar ejemplares.
3. Animales muertos encontrados.
4. Cambios en la proporción sexual.
5. Encontrar un porcentaje menor al 25% de juveniles en el muestreo precosecha.

Acciones sugeridas:
- Disminución de la tasa autorizada o suspensión temporal del aprovechamiento,
empleado las herramientas propuestas.
- En el caso de encontrar animales muertos, se deberá notificar a la DGVS y otras
autoridades, y en su caso, hacer colecta de material biológico y datos para su posterior
análisis y estudio.

2) Signos de alerta de deterioro del hábitat


1. Información arrojada por los índices recomendados por el BLM.
2. Desecación de fuentes de agua, azolve, disminución de alimento disponible, sitios de
perchas, extracción de madera, sobrepastoreo, cambio de uso de suelo, desastres
naturales.

116
Acciones sugeridas:
- Programas de sanidad forestal en forma y tiempo adecuados.
- Programas de conservación de suelo y agua.
- Disminución de la carga ganadera.
- Cercado de áreas ribereñas.
- Cercado de sitios cercanos a fuentes de agua permanentes.
- Rotación de potreros en épocas criticas.
- Mantenimiento de las fuentes de agua para ganado, aunque no se tenga en los
potreros.
- Vigilancia participativa.
- Plan de manejo de fuego.

Recomendaciones Generales

- Reunión de propietarios de UMA, técnicos y personas interesadas con el


Subcomité para discutir y definir los métodos y medidas administrativas para
conseguir una cosecha sustentable.
- Promover la investigación aplicada en el manejo del recurso.
- Establecer un fideicomiso y/o cuota de conservación representaría una
herramienta para conseguir los recursos para el monitoreo regional que
desarrollaran especialista en la especie.
- Mantener la proporción sexual de la especie esperada está cercana a 1:1,
considerando la mortalidad de crías y juveniles, así como la cosecha de machos.

Parte IV. Bibliografía

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118
Apéndice 1

EVALUACIÓN, SEGUIMIENTO Y MANEJO DEL HÁBITAT DE GUAJOLOTE


SILVESTRE EN UNA UMA EXTENSIVA

Partiendo de que hábitat es el ambiente donde la fauna silvestre vive y desarrolla su ciclo
biológico; el alimento, agua, cobertura y espacio son los aspectos básicos que deben
considerarse para la estabilidad de las especies presentes. Por tal motivo, los
componentes del hábitat relevantes para la evaluación y realización de acciones de
conservación, manejo y aprovechamiento del guajolote silvestre son:

- Tipos de vegetación presentes y su distribución espacial


- Rasgos cruciales para reproducción, anidación, cría, crecimiento, percha refugio y
escape
- Presencia, distribución y disponibilidad de especies vegetales importantes como alimento
- Presencia, distribución y disponibilidad efectiva de agua
- Cobertura vegetal
- Topografía
- Actividades humanas

1. TIPOS DE VEGETACIÓN PRESENTES Y SU DISTRIBUCIÓN ESPACIAL

Los tipos de vegetación en las áreas de distribución del guajolote son muy variados. M. g.
mexicana utiliza bosques de coníferas (Pinus, Juniperus), bosques de encino (Quercus),
chaparral de Arctostaphylos y Quercus, y pastizales naturales; de estos cuatro tipos de
vegetación existen diferentes combinaciones, que ofrecen hábitats también óptimos. Los
tipos de vegetación de matorral submontano, inerme y subinerme, matorral inerme de
Dodonaea, selva baja caducifolia y selva espinosa son usados ocasionalmente, como
hábitat marginal.

Meleagris gallopavo intermedia es una subespecie más adaptable a los diferentes tipos de
vegetación. Se ha constatado que utiliza: bosques de pino, bosques de encino, bosques
de cedro, bosques de galería, chaparrales, matorral submontano, matorral espinoso
tamaulipeco, mezquitales (Prosopis), cardonales de Stenocereus, selva baja caducifolia,
selva mediana subperennifolia, palmares, bosque mesófilo de montaña
(predominantemente La estructura de la vegetación resulta influida por la altitud y latitud,
posición en barlovento o sotavento en las cadenas montañosas, por el tipo de suelo, por la
variación topográfica y su orientación geográfica, y por la disponibilidad de agua y

119
temperatura, principalmente. Los bosques de pino y de encino se encuentran
generalmente distribuidos en toda el área, principalmente en las laderas, cañadas,
planicies y cimas de las partes altas, que van de los 2,000 a los 3,500 msnm. En las zonas
más secas y de ladera con pendiente poco pronunciada y suelos pobres en nutrientes
encontramos chaparrales de manzanilla y encinillos, y bosques de pino-encino- matorral
inerme. En las mesetas y valles existen pastizales combinados con pinos, pero
principalmente pastizales con cedros o táscates, o sólo pastizales. El matorral
submontano y los cardonales prevalecen entre los 900 y los 1,800 msnm en pies de
monte, laderas y lomeríos, limitando con los bosques de encino. La selva baja caducifolia
se encuentra desde los 700 a 1,500 msnm, en valles y serranías.
de Liquidambar).

La diversidad de las combinaciones de vegetación proporciona al guajolote un hábitat


amplio, con espacios potenciales y alternativos para su desarrollo a lo largo del año según
la actividad biológica de que se trate, por ejemplo, los árboles grandes de las zonas
boscosas templadas o de galería brindan sitios de percha y sombra ideales, y las
herbáceas y arbustos son fuente de alimento y cobertura vegetal. En términos generales,
las diferentes áreas vegetales proporcionan alimento diversificado durante el año según
edades, además de protección (refugio y escape), sombra y recreación, y las condiciones
necesarias para los procesos de cortejo, reproducción, anidación y crianza. Las partes
bajas húmedas de las cañadas ofrecen frutos de especies de Vitis y Rubus entre otras
frutillas, mientras que la selva baja caducifolia y el matorral submontano son ambientes
ricos en semillas de leguminosas y frutos de cactáceas como una fuente alternativa de
alimento, ya que muchas de estas plantas presentan una fructificación temprana o tardía
con respecto a las especies encontradas en áreas de hábitat óptimo para el guajolote.

Schemnitz et al. (1985) informaron que el hábitat clave de M. g. mexicana son las áreas de
pino-encino, laderas de cañadas de pino-encino y pastizales, las cuales proveen de
alimento, cobertura y sitios de percha; y áreas abiertas de pastizal y de encino las cuales
son importantes fuentes de alimento en época de crianza; además las zonas ribereñas,
que ofrecen manantiales, resumideros y otras reservas de agua son preferentemente
utilizados por los guajolotes con preferencia respecto a los depósitos de agua para
ganado.

PROPUESTA

Como la vegetación es un elemento observable e inmovible, el único indicador de su


presencia es la observación directa. Ahora bien, si el área no se conoce, un indicador

120
previo son las consultas de las cartas de vegetación o uso de suelo, la bibliografía y la
experiencia directa en el campo.

La presencia de ciertas especies vegetales en el sitio nos indican el tipo de vegetación y


sus combinaciones. Si se desconocen las plantas del lugar, se debe hacer colecta
científica de las mismas para su identificación y clasificación en laboratorio o consultar a
especialistas de flora en bosques templados y semiáridos.

Para determinar el tipo de hábitat primeramente se debe ir al sitio, y efectuar recorridos


dentro y por la periferia del predio, para hacer la descripción del área y para tomar datos
como: altitud, árboles, arbustos y hierbas presentes, clima, características topográficas.
Para la delimitación de los tipos de hábitat se sugiere el geoposicionamiento de cada
comunidad vegetal. La metodología para clasificación de los tipos de vegetación mediante
los sistemas de información geográfica es deseable, empleando las cartas topográficas,
digitales y vectoriales escala 1:50,000 para designar la distribución de los tipos de hábitat,
además de imágenes de satélite, fotografías aéreas u ortofotos.

Signos del estado del hábitat. Deben registrarse eventos de muerte masiva de árboles
por plagas o enfermedades, la propagación de especies no deseadas, alelopáticas e
invasoras, sequía prolongada y temperaturas altas por posibles incendios.

Acciones de manejo. En lugares que han sido alterados significativamente por la erosión
hídrica, los incendios forestales, las prácticas antropogénicas u otros, se propone el
saneamiento forestal, las podas y aclareos, quemas controladas, brechas cortafuegos y
“líneas negras”, reforestación con plántulas y material vegetativo, propagación de semillas,
siembra directa de especies nativas; como prácticas de prevención, conservación y
recuperación de la vegetación natural, en cada tipo o comunidad vegetal.

2. RASGOS CRUCIALES PARA REPRODUCCIÓN, ANIDACIÓN, CRÍA Y CRECIMIENTO,


PERCHA REFUGIO Y ESCAPE

La diversidad, consecuencia de las combinaciones de las comunidades vegetales


presentes, concentran todas las actividades de M. gallopavo. Durante el periodo
reproductivo los machos inician el gorgoreo al amanecer, en los sitios de percha, para
posteriormente volar a los sitios bajos y dar comienzo al cortejo, el cual se lleva a cabo en
claros pequeños de pastizales cercanos a los bosquetes y con poca cobertura, o en
bosques abiertos con cobertura vegetal escasa. También se ha observado la realización
de la exhibición de cortejo (“rueda”) sobre caminos, donde la cobertura del suelo es del

121
0%. Para la anidación, el guajolote busca laderas con pendientes poco a moderadamente
pronunciadas, con cobertura vegetal próxima al 100%, para impedir la detección del nido
por depredadores u otros agentes no deseados; los sitios seleccionados deben facilitar al
macho visibilidad para proteger y alertar a su harem del posible peligro; a su vez, deben
disponer de sombra accesible, pues por el tamaño de las hembras éstas quedan
expuestas.

Es común que los sitios seleccionados para anidar estén en la base de palmillas o
encinos, con cobertura aérea de entre 47 y 97% (Zornes, 1993; citado por Lafón Terrazas,
1997). Cariño Preciado (1992) menciona que las hembras buscan un lugar propicio para
construir el nido, el cual normalmente es una simple depresión con hojas secas colocadas
bajo un árbol o en arbustos ocultos. Es común que el nido esté cubierto por tres de sus
lados y que tenga una cara abierta, que es usada como vía de acecho y escape, la
distancia de los nidos al agua varía de 27 m hasta 1.9 km. (Lazarus y Porter, 1985; citados
por Lafón Terrazas, 1999). Leopold (1959) reporta una cercanía al agua de 180 m. Porter
(1992) encontró nidos en la base de los árboles, entre troncos caídos, arbustos y en
vegetación herbácea. Según Campo et al. (1989), las áreas de anidación de M. g.
sylvestris presentan pocos árboles y abundante cobertura arbustiva y herbácea.

Las actividades de crianza se desarrollan en partes planas o relativamente planas de


áreas abiertas, provistas de pastos y herbáceas, medio propicio para encontrar rebrotes,
frutos e insectos ricos en proteína necesaria para el sano crecimiento de los polluelos;
esto les ayuda a duplicar su peso cada semana durante el primer mes de vida. Según
Scott y Müller-Using (1992), las zonas abiertas que circundan esta vegetación son de
pastizales inducidos y por un matorral poco denso que se ha restablecido después del
desmonte, pero que debido a la fuerte presión por pastoreo no logra el desarrollo típico de
estas comunidades, lo que conlleva en este caso a una dominancia en cobertura por
gramíneas. Estos lugares abiertos adquieren relevancia ya que, aparte de ofrecer variedad
en el alimento (insectos, semillas, etc.), el hecho de que se hallan cerca de matorral denso
da la oportunidad a las aves, en caso de peligro, de escapar y refugiarse rápidamente.

Healy (1985) reportó que los polluelos de M. g. sylvestris en sus primeras cuatro semanas
de vida se alimentan variadamente en claros permanentes abundantes en insectos y que
progresivamente cambian a zonas con más cubierta vegetal; el propio Healy (1985)
encontró que los insectos del orden Diptera fueron los más consumidos por los polluelos
en su primer mes de vida. El guajolote silvestre es un omnívoro oportunista y, a medida
que crece, va ampliado su dieta y las fuentes de alimento, por lo que pasa gran parte del
día pepenando, rascando y buscando debajo de troncos muertos. También son
importantes los guijarros que ingiere para facilitar la trituración de sus alimentos; se ha
122
observado que estas son principalmente de tipo volcánico intrusivo. Beasom (1970)
encontró que M. g. intermedia prefiere alimentarse, durante la crianza, en comunidades
vegetales de matorral de mezquite en comparación con aquellas de bosque de encino,
con un promedio de nidada de 6.9 polluelos en el mezquital y 4.6 en el bosque de encino.

Los árboles para percha son un componente esencial del hábitat del guajolote silvestre
(Schemnitz y Zeedyk, 1992). La disponibilidad de estos sitios es más restringida pues,
para su protección, el guajolote requiere de árboles altos de ciertas especies y que se
hallen en posición, exposición y pendiente particulares, así como cercanos a fuentes de
agua. Por ello, estos sitios constituyen un importante requerimiento de hábitat
especialmente en invierno, cuando la población experimenta una alta tasa de mortalidad.
M. g. intermedia aparentemente escoge durante el invierno los árboles de mayor altura,
sin importar es estado fenológico y utiliza para dormir las ramas secas de los mismos, que
aparentemente le ofrecen mayor visibilidad (Román Valdez, 2000). De acuerdo con Scott y
Müller-Using (1992) durante primavera-verano M. g. intermedia ubica sus dormitorios en
las franjas de los bosques de galería, donde en un 71% Platanus occidentalis es la
especie principal de percha y, en segundo lugar Pinus teocote; después de abandonar el
dormitorio los guajolotes se dirigen a las partes bajas, donde empieza el chaparral, para
posteriormente concentrar sus actividades en el matorral, basando sus movimientos
diarios en la disponibilidad de agua en el año.

En Sierra Jacales, en Guanajuato, se ha observado que los árboles de percha de M. g.


mexicana son principalmente pinos (Pinus cembroides), con altura promedio de 17 m.,
13.3 m de altura de rama de percha y con diámetro promedio de éstas de 10.75 cm; con
exposición al Este, en diferentes grados de orientación. Para M. g. merriami Hoffman
(1968) reporta Pinus ponderosa como árboles de percha en invierno, en torno a 21.3 m de
altura promedio; mientras que en verano eligen aquellos con alturas cercanas a 20 m.
Boeker y Scott (1963) encontraron sitios de percha en exposición al Este, de árboles
maduros y con una distancia a fuentes de agua permanente de 1.3 km. Schemnitz y
Zeedyk, (1992) reportan promedios de altura para Pinus leiophylla de 16,4 m y de 20 m
para Quercus emoryi.

PROPUESTA

Antes de cualquier trabajo de campo, el técnico debe documentarse respecto al área en


que trabaja y a la biología de la especie. Los indicadores de las diferentes actividades y
sus sitios de uso respectivos parten del comportamiento y preferencia del macho y
hembra, de los polluelos, de los depredadores y de las características topográficas. Es
necesario recorrer el área en busca de sitios topográficamente probables para cada

123
actividad, de tal forma que para la reproducción hay que considerar: lugares de cantos,
frecuencia de cantos, su duración y secuencia; tiempo de respuesta de la hembra y tiempo
que tarda en llegar a donde está el macho, rascaderos típicos del cortejo y
desplumaderos. Asimismo, debe prestarse atención a restos de cascarones, presencia
periódica de depredadores de nidos en un sitio específico, observación de hembras
cluecas para el caso de la anidación; igual para áreas abiertas, sitios con cobertura
vegetal densa, plumas y huellas de polluelos para el caso de crianza, refugio y escape,
árboles con abundantes excretas en la base, plumas dispersas y sitios inclinados con
presencia de árboles altos para los sitios de percha.

Una vez ubicados los diferentes sitios mediante la observación directa (rastreando a los
individuos y siguiendo los indicios) se procede a la evaluación del sitio considerando como
centro de una parcela circular de muestreo el punto de actividad (restos de nido, árbol
principal de percha, etc.) y se toman los siguientes datos: coordenadas geográficas para la
georreferenciación en mapas, área del espacio abierto, especies de árboles, arbustos y
hierbas presentes, su abundancia y distribución, densidad de la cobertura vegetal, tipo de
vegetación circundante, pendiente y grado de exposición, porcentaje de sombreo,
distancia a alguna fuente de agua y fecha de muestreo. En la toma de datos para
evaluación de sitios de percha, se debe registrar el árbol de percha (especie) su altura,
diámetro, altura y diámetro de la(s) rama(s) de percha y altura y diámetro de la primera
rama del árbol de percha, dado que es utilizada como escalón. Se deben tomar, además,
fotos de los rastros dejados por la actividad; se plantean estos lugares como sitios de
muestreo permanente. En épocas de reproducción siguientes, la presencia de indicios
indicará si el sitio se sigue usando; si no es así, deben recorrerse áreas aledañas en
busca de un posible nuevo sitio. Es recomendable hacer evaluaciones aleatorias como
parámetro comparativo con los sitios predefinidos.

El diseño para la medición de los parámetros de sitios clave puede ser el de muestreo en
puntos de cuadrantes. Cuando se quiera cuantificar parámetros involucrados en la
selección de lugares de anidación, es recomendable hacerlo cuando los nidos estén
inactivos.

Si en un área dada se cuenta con especies que sirven de alimento a la especie, con
condiciones topográficas variadas y superficie amplia para el manejo, pero no se dispone
de sitios de percha, no se puede pensar en la constitución de una UMA para guajolote
silvestre, en tanto no se cubra esta condición que es clave en el desarrollo de la especie.
Las fuentes de agua son también un factor importante, por lo que se debe considerar su
disponibilidad estratégica durante el año. Se recomienda, también, establecer y mantener

124
claros en los bosques y zonas de pastizales, controlar el herbazal excesivo, establecer
franjas alternas de vegetación para proporcionar alimento y refugio.

3. DISTRIBUCIÓN Y DISPONIBILIDAD DE ESPECIES VEGETALES IMPORTANTES COMO ALIMENTO

Dado que el guajolote silvestre es omnívoro (herbívoro, frugívoro, insectívoro, granívoro)


su dieta es muy variada, por lo que se le considera una especie generalista oportunista.
En hábitat de bosque templado dispone de piñones de Pinus cembroides, bellotas de
Quercus spp. y Juniperus spp., frutos de Arctostaphylos spp., Vitis spp. y Arbutus spp.,
entre muchos otros, además de semilla y del área foliar de pastos, prefiriendo el pasto
coconero (Leptonoma spp. y Paspalum spp.) –llamado así en Valparaíso, Zacatecas– y
otras herbáceas. En las partes de matorral y selva baja se encuentra una alta diversidad
de semillas de leguminosas arbóreas y arbustivas (Acacia y Mimosa, entre otras), frutos
de cactáceas como biznagas, pitayas, garambullos, nopales y otros. En temporada de
lluvias la disponibilidad de insectos es alta y éstos representan un aporte importante de
alimento, sobre todo los de los taxa Coleoptera, Orthoptera (chapulines y langostas),
Hemyptera e Hymenoptera en sus diferentes estadios.

Considerando también que el guajolote silvestre es muy móvil, busca acceso a los
distintos lugares donde existe su alimento, a lo largo del día. Si bien es cierto que la
disponibilidad de alimento es más abundante y variada en época de lluvias, durante el
invierno el guajolote busca fuentes de alimento en las partes bajas o en las áreas de
cultivos agrícolas. Se ha observado que alrededor del 90% de la dieta de los guajolotes se
compone de plantas, incluyendo follaje verde y pastos, vainas, especies herbáceas,
raíces, bellotas, semillas y frutas de varias especies. Morales et al. (1997) encontraron
que, en Durango, los alimentos de mayor consumo a lo largo del año fueron las especies
arbustivas (42%), las gramíneas (31%), y las arbóreas y herbáceas (28%), la manzanita
(Arctostaphylos pungens) fue el principal alimento. Cariño Preciado (1992) mencionó que
todo lo que comen es buscado y levantado del suelo, rascando, arrancando o pepenando
de las plantas de pequeño crecimiento.

PROPUESTA

Indicadores. Huellas, plantas comidas, presencia o ausencia de plantas, biología de la


especie.

La medida más simple es contar el número de especies vegetales que ocurren en una
unidad de área (muestra), considerando la época del año, la cantidad de lluvia, y que el

125
conteo de especies depende del tamaño de la muestra. Para esto se puede emplear el
Índice de diversidad de Simpson, ya que la medida de distribución y disponibilidad puede
ser considerada como una medida de “concentración dominante”, pues el grado de
dominancia relativa de pocas especies en la comunidad constituye el interés primario. El
punto importante para propósitos comparativos es que las medidas de diversidad deben
expresarse en una escala uniforme.

Los diseños más usados para los parámetros de vegetación son: muestreos de puntos al
azar, puntos al azar dentro de un territorio, transectos o líneas palalelas y cuadrantes en
faja, los cuales deben ir en función de los hábitos alimenticios del guajolote.

Signos. La propagación de especies no deseadas, alelopáticas e invasoras. Cambio de


uso de suelo (agricultura, ganadería, construcciones).

Acciones de manejo. Reforestación con plántulas y material vegetativo, propagación de


semillas, siembra directa; prácticas de prevención, conservación y recuperación de la
vegetación natural, en cada tipo o comunidad vegetal de especies que sirven de alimento.

4. PRESENCIA, DISTRIBUCIÓN Y DISPONIBILIDAD EFECTIVA DE AGUA

Por sus actividades y necesidades fisiológicas el guajolote toma poco agua, pero lo hace
varias veces al día, sin embargo, prefiere las fuentes de agua naturales, donde el área
circundante le ofrece mayor protección y diversidad de alimento. Durante primavera-
verano la disponibilidad de agua es mayor, ya que la encuentran agua en todas las
lagunas, ríos, arroyos y depósitos, por lo que las huellas y otros rastros del guajolote son
menores en los tanques de agua construidos para el ganado. En otoño-invierno, cuando la
presencia de agua es más escasa y dispersa, recurren a estos tanques, represas y
depósitos disponibles para el ganado, pero se les ha observado a la orilla de manantiales,
resumideros, tinajas y ollas (oquedades en piedras grandes que, por su ubicación,
retienen el agua por mucho tiempo) ubicados en su hábitat.

Hurts (1992) concluyó que los pollos necesitan agua periódicamente, por lo que hacen uso
de tanques, depósitos, acequias y del rocío de las mañanas acumulado en las plantas;
pero que también obtienen este recurso de los insectos, follaje y frutos suculentos, sobre
todo en las épocas secas y calientes del año.

PROPUESTA

126
Indicadores. Individuos sanos, abundancia poblacional, distribución de las parvadas vs
fuentes de agua, rastros en la periferia de los aguajes.

Ubicar las fuentes de agua, georreferenciarlas, indicando si son permanentes o


temporales, su capacidad, vegetación acuática, ribereña y aledaña, tipo de fuente y
porcentaje de llenado, su acceso, la topografía. Utilizando los rastros, determinar por
cuáles especies (silvestres e introducidas) es aprovechada. Siempre hay que tomar en
cuenta la información proporcionada por los lugareños, o personas que conviven
constantemente con la especie y su hábitat.

Signos. Sequía prolongada, presencia del ganado.

Acciones de manejo. Rehabilitación de fuentes de agua naturales, cercado perimetral


para impedir el acceso a ganado, construcción de bordos en sitios estratégicos,
construcción de los tanques con pendientes suaves, mantenimiento o suministro de una
cobertura adecuada alrededor del tanque, cuidando que el tanque sea de capacidad
suficiente, y construcción de captadores de agua naturales.

5. COBERTURA VEGETAL

El guajolote silvestre requiere de una buena cobertura vegetal, herbácea, arbustiva y


arbórea, para mantener una población que resulte prolífica y saludable. Son
características importantes del hábitat la complejidad estructural y la diversidad tanto en
especies como en edades, en y entre tipos de cobertura (Lutz, 1989, citado por Scott
Morales y Müller-Using, 1992). Lazarus (1985, citado por los mismos autores) menciona
que los componentes principales de los lugares de anidación de M. g. intermedia son: 40%
cobertura en dosel superior con 32 y 19% de cobertura de arbustos en el sotobosque y en
el estrato inferior. De acuerdo con Porter (1992), es suficiente con presencia de pastos del
5 al 10% en la cobertura vegetal, y que un 15% de cobertura total soporta varias parvadas
de guajolotes. Los muestreos de campo nos indican que la cobertura vegetal del suelo en
los sitios de uso de M. g. mexicana es de más del 50%, y que la altura de la cobertura del
suelo no debe rebasar el nivel de la cabeza del animal, para que esto no le impida la
visibilidad; de igual importancia resulta la cubierta vegetal aérea, o fisonomía del bosque,
de modo que proporcionen sombra y protección. Las hembras y sus polluelos prefieren
áreas abiertas cerca de bosquetes, que les proporcionen alimento y protección; al
respecto, Scott Morales y Müller-Using (1992) comentaron que en primavera-verano M. g.
intermedia prefiere zonas abiertas, representadas muchas veces por pastizales inducidos
y chaparrales, donde los rebrotes y la producción de frutos e insectos son abundantes, y

127
donde las áreas circundantes a los dormitorios (en esa época del año) también es poco
densa, componiéndose por algunos arbustos.

PROPUESTA

Indicadores. Presencia de todos los estratos vegetales, aumento poblacional proporcional


a los nacimientos (mayor número de individuos jóvenes), poblaciones saludables.

Método. Para la estimación de la densidad de la cobertura vegetal, frecuencia y


composición florística se recomienda el método de Intercepción en Línea, propuesto por
Canfield (1941), el cual se basa en establecer líneas de determinada longitud, a través de
la cual se registra la longitud que es interceptada por cada especie vegetal, no importando
si se trata de plantas individuales o amontonamientos de individuos. El procedimiento
puede considerarse como un transecto de anchura reducida al mínimo.

La longitud de la línea depende de las variaciones observables en la distribución de las


plantas y del tamaño y características del hábitat, aunque generalmente la línea podría
variar entre 10 y 200 m (o más, si el caso lo amerita) considerando como dato válido
únicamente aquél objeto que es tocado por la línea, incluyendo: arbustos, hierbas, pastos,
crasicaules, rosetófilas, mantillo y hojarasca, material leñoso, roca y suelo desnudo,
además de la altura de la cobertura muestreada.

Signos. La cubierta vegetal herbácea y arbustiva densa, pues esto dificultaría el


desplazamiento de los individuos, además, un área densa no permite el rebrote vegetativo
vigoroso y la alta producción de insectos. La reducción del tamaño poblacional respecto a
los nacimientos estimados, debida al estado de la sucesión vegetal, el aumento
poblacional de los depredadores en áreas que tienen baja cobertura.

Acciones de manejo. Si la cobertura de vegetación en una UMA es inferior a la mínima


requerida por la especie, debe propiciarse el crecimiento de hierbas, pastos y arbustos
nativos; por ello se sugieren –con las debidas precauciones– la quema estrictamente
controlada y el raleo. Liberar el desarrollo de las especies vegetales existentes,
destruyendo o controlando las especies introducidas competidoras indeseables, y proteger
el hábitat específico de factores tales como el pastoreo no prescrito de ganado, el fuego y
el drenaje ecológicamente injustificado.

6. TOPOGRAFÍA

128
En época reproductiva prefieren pequeños planos abiertos rodeados de vegetación, ya
sea en planicies abiertas, en las partes altas de las mesetas o en pequeños valles al fondo
de las cañadas, condiciones topográficas similares son usadas para la crianza de los
polluelos, prefiriendo mesetas con pendientes ligeras. Para la anidación buscan laderas
rocosas, con pendientes del 30 al 60% y para su protección, principalmente en época de
lluvia, se refugian en las cañadas y laderas con pendientes pronunciadas. Dependiendo
de la estación del año, perchan en partes bajas en laderas de pies de monte o en las
partes altas de las mismas. Las observaciones de campo para M. g. mexicana, mismas
que coinciden con lo reportado por Scott Morales y Müller-Using (1992) para M. g.
intermedia, arrojan que esto les facilita el ascenso a los árboles para dormir y, a su vez,
les proporciona la visibilidad necesaria para emprender el vuelo en caso de ataque de
depredadores o para su rápido desplazamiento.

El guajolote silvestre vuela poco, pero si se siente amenazado o es atacado, las cimas y
las partes altas de las laderas dan a los guajolotes mayor oportunidad de escape, volando
de un cerro a otro.

PROPUESTA

Indicadores. Presencia de perchas, fuentes naturales de agua, tipos de comunidades


vegetales, la altitud.

Para la medición del relieve se pueden usar diversos aparatos, uno de los más sencillos
para manejar es el clinómetro, que permite tomar datos de pendiente, orientación de la
vegetación, y apoyar el registro de la composición florística y del tipo de suelo. Debe
registrarse en porcentaje la presencia de planicies, laderas, cañadas, cimas y lomeríos .

Dada la biología del guajolote silvestre, es importante que una UMA disponga de una
variedad de diferentes condiciones topográficas, que favorecerán el total y oportuno
desarrollo de su ciclo biológico.

7. ACTIVIDADES HUMANAS

La apertura de tierras a la agricultura, la explotación maderera, las quemas no


controladas, incendios forestales provocados y la presión demográfica como tal, han
afectado drásticamente el hábitat del guajolote silvestre, ya que como consecuencia de la
pérdida de alimento, cobertura, espacio y árboles de percha, las poblaciones disminuyen
en cantidad y calidad. Al haber sucesión vegetal causada por los diferentes disturbios, los
hábitos de la especie también se ven alterados, de modo que se les obliga a adaptarse a

129
los cambios, a desplazarse a sitios más seguros o inclusive se les condena a la
desaparición regional. Aunque no todos los tipos de sucesión vegetal les son
desfavorables, cualesquiera cambios que impliquen modificaciones extensas o
permanentes del hábitat los afectarán.

Es necesario hacer evaluaciones continuas de las poblaciones y del hábitat para asegurar
la estabilidad local de la población de la especie, o para detectar a tiempo amenazas de
afectación. Debe haber prácticas de manejo periódicas en las áreas de trabajo, y un plan
de contingencia que incluya disponibilidad de alimento para el guajolote en caso de
catástrofes climáticas. También es recomendable tomar muestras de sangre de
ejemplares para determinar el estado de salud de los ejemplares evitando con esto la
diseminación de enfermedades, estimaciones de proporción de sexos y edades para
asegurar poblaciones sanas y equilibradas, especialmente en entornos donde las
actividades humanas son más intensas o prolongadas. Deben monitorearse las áreas de
anidación, para la correcta estimación de nacimientos con los subsecuentes
reclutamientos, especialmente donde existan actividades humanas cercanas.

La densidad poblacional de otras especies, sobre todo las domésticas, también puede ser
un indicador de estabilidad para el guajolote, pues se tiene que prever que los
depredadores y competidores no rebasen un cierto tamaño poblacional.

Las actividades antropogénicas en las áreas de hábitat del guajolote silvestre siempre
ocasionan un disturbio ambiental; sin embargo, las condiciones actuales de hábitat
disponible han hecho que algunas poblaciones silvestres dependan parcialmente del
hombre para el desarrollo de algunas de sus actividades, sobre todo en las épocas críticas
del año, en las que la escasez de alimento y agua ocasionan la mortalidad de los
individuos.

La ganadería a baja escala proporciona beneficios en el sentido de que la implementación


de bordos y otros bebederos para el ganado brinda y hace disponible este recurso hacia
las especies de fauna silvestre en general. A veces se inducen potreros que no perjudican
a los guajolotes pero sí restringen el movimiento de depredadores grandes; además que
éstos, al existir ganado en los predios, tienen más cantidad de otro alimento disponible,
por lo que el ataque el guajolote puede disminuir. La quema controlada de pastos para
aumentar el alimento al ganado también ofrece al guajolote los rebrotes de estos y de
otras herbáceas, (alimento de primera calidad, sobre todo para los polluelos); además, las
quemas estrictamente vigiladas controlan la densidad de la cobertura vegetal, situación
que mientras se restablece la vegetación, da al guajolote facilidad de movilización,
visibilidad y mayor posibilidad de escape.
130
La rotación de potreros diversifica el alimento disponible y genera diferentes áreas
disponibles para el guajolote; es decir, en esos entornos podría escoger según la edad,
sus sitios de alimento, recreación, rascaderos y descanso durante el día. El excremento
del ganado hace más ricos los suelos, fertiliza las plantas y proporciona proteína a través
de la aparición y producción de insectos y anélidos. Por otra parte, los ganaderos que
hacen un control de los depredadores de su ganado, involuntariamente regulan con esto
las poblaciones de los enemigos naturales del guajolote, ya sea a los depredadores de
nidos, de polluelos y por supuesto de adultos (aunque el control de depredadores es un
tema delicado por sí mismo y que debe atenderse caso por caso). La vigilancia rutinaria
que los propietarios hacen a sus predios para evitar el robo de ganado evita también la
cacería furtiva e indiscriminada de guajolote que pudiera presentarse.

La agricultura en parcelas pequeñas de cereales, principalmente de maíz y avena,


beneficia el crecimiento y desarrollo del guajolote, ya que además de ser alimentos
atractivos y altamente palatables, les proporcionan energía, (por el alto contenido de
carbohidratos), y reservas de grasa para sus actividades reproductivas y para la
reposición del peso perdido después de estas. Porter et al. (1980), en un estudio realizado
en Mississippi, mencionan que durante el invierno las nevadas afectan gravemente a las
parvadas del guajolote que dependen de la alimentación natural del hábitat,
ocasionándoles pérdidas sustanciales de peso y muertes que excedieron el 60%; no
obstante, las parvadas que además del alimento natural disponible consumieron maíz no
mostraron pérdidas de peso, y en ellas la mortalidad fue menor al 10% de la población.

Los aclareos, podas y obras de saneamiento forestal abren áreas que pueden ser
utilizadas para las actividades productivas, reproductivas y alimenticias de la especie. Al
existir extracción de madera, postes y leña, generalmente se hace un amontonamiento del
ramaje, propiciando con su descomposición la producción de insectos y hierba en ese
ambiente húmedo; aunado a esto, también se fertiliza el suelo, y un suelo rico en
nutrientes aumenta su cobertura vegetal, lo cual coincide con lo reportado por Vander
Haegen et al. (1989) en Massachussetts, donde encontraron que durante el invierno
parvadas de M. g. silvestris pasan el 54% del día comiendo en las parcelas de cultivos,
pastos y en bosquetes abandonados ya cosechados (en los que la descomposición
orgánica es alta), ya que los alimentos que allí encuentran son más atractivos que
cualquier otro alimento particular disponible en otras áreas de su hábitat.

La escasez de alimento aumenta las probabilidades de mortalidad, de apareamietos no


exitosos y de anidamientos no logrados en el guajolote silvestre. Pattee y Beasom (1979)
sugieren que una técnica de manejo puede ser la suplementación alimenticia, esperando
131
con esto la disminución de muertes y el aumento de hembras productoras. Sin embargo,
la pertinencia de suplementar con alimento a poblaciones silvestres está sujeta a evaluar
sus posibles contraindicaciones ecológicas y hasta éticas.

Contrario a esto, el sobrepastoreo reduce consecuentemente el alimento disponible, y la


explotación desmedida del bosque derribando los árboles grandes y viejos, que son los
preferidos como sitios de percha, pone en riego la permanencia de la especie en el predio
o el la región; además que se disminuye la cobertura aérea (sombreo), se reduce también
la cantidad de las semillas de pino y de bellotas altamente consumidas por el guajolote. La
apertura de grandes áreas a la agricultura impacta gravemente a la especie, ya que
además de la pérdida de hábitat por el área de siembra, la superficie colindante también
deja de ser usado significativamente y se vuelve un hábitat marginal. El desmonte de
chaparrales para siembra de pastos y la apertura de caminos y brechas forestales también
afectan seriamente la estabilidad de las poblaciones del guajolote; Holbrook y Vaughan
(1985) concluyeron que los caminos no afectan directamente a las poblaciones de
guajolote, pero incrementan el acceso de cazadores, lo cual si perjudica a la especie.

La cacería furtiva y de subsistencia desmedidas, causadas muchas veces por los mismos
propietarios, amigos y parientes de ellos, y la introducción de animales exóticos como
perros, gatos y cerdos ferales puede ocasionar inclusive, la extirpación de la especie. Los
asentamientos humanos, y las construcciones que esto conlleva, en parajes preferidos por
la especie, como cercanías de los manantiales y planos a orilla de lagunas, entre otros,
impactan y modifican la biología del guajolote, pues para poder subsistir se tiene que
adaptar a los cambios (a veces precariamente).

propuesta
Indicadores. Presencia de actividades humanas en el predio o región.

Un método para evaluar los efectos de las actividades humanas dentro o en contigüidad al
hábitat del guajolote silvestre es hacer recorridos periódicos que indiquen la intervención
humana mediante la ubicación de comunidades respecto al sitio de muestreo,
construcciones y otros tipos de infraestructura, presencia de ganado y número de
individuos de éste observados, excretas de ganado y huellas, fuentes de agua y sus usos,
estado del bosque (si denota aprovechamiento o explotación forestal), parcelas de cultivo,
señalando de que cultivo se trata, dimensiones de la parcela, caminos, brechas o veredas,
indicios de cacería, presencia o indicios de depredadores, contaminación y tipo de
contaminación, grado de erosión y fecha del muestreo. Es recomendable tomar fotografías
de los hallazgos.

132
Signos. Sobrepastoreo, aprovechamiento forestal, presencia constante de gente en el
área, desplazamiento de las especies de fauna silvestre, reducción de la vegetación
original, disminución del tamaño poblacional del guajolote, mortalidad, enfermedades y
parásitos.

Acciones de manejo. Reducir la competencia, si existen siembras y/o plantaciones,


determinar sus efectos, utilizar especies vegetales nativas preferidas por el guajolote
silvestre, eliminar o reducir la explotación del ganado, quemas estrictamente controladas,
remozamiento (aplastamiento, corte o siega) vegetal de arbustos, manejo de breñales:
recolección de madera, mejoramiento de plantas leñosas, podas, mantener los desmontes
debidamente controlados, permitir que la sucesión vegetal reponga la vegetación en
áreas, verificar que la construcción de fuentes de agua suministre por lo menos un camino
de escape hacia y desde el agua, y cercar los depósitos de agua para protegerlas del
ganado.

133
PAVO OCELADO

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes

Participantes

Fernando González García INSTITUTO DE ECOLOGÍA, A. C.


gonzalef@ecologia.edu.mx
Eduardo Morales Valderrama DGVS – SEMARNAT
eduardo.morales@semarnat.gob.mx
Sophie Calme ECOSUR – QUINTANA ROO
scalme@ecosur-qroo.mx
Ricardo Hernández López DGVS –SEMARNAT (moderador)
ricardo.hernandezl@semarnat.gob.mx

Introducción

En la Península de Yucatán las aves mayores, entre ellas el pavo ocelado


(Meleagris ocellata), constituyen una fuente importante de proteínas en las
poblaciones rurales. Así, existe un fuerte interés para fomentar el incremento
de sus poblaciones, para permitir su aprovechamiento para el autoconsumo
mediante actividad cinegética. De esta manera, tanto la cacería de subsistencia
como la cacería deportiva, fincadas en sólidas bases de conocimiento que
faciliten su práctica sustentable, se pueden considerar como actividades
productivas que brindan beneficios a los pobladores locales por medio del
aprovechamiento en unidades de Manejo para la Conservación de la Vida
Silvestre (UMA).
Actualmente se cuenta con información limitada del pavo ocelado y la mayoría
de ésta se refiere a regiones de baja perturbación como Calakmul (Campeche)
y Tikal (Guatemala). Sin embargo, se sabe que el pavo ocelado es tolerante a
ciertas actividades humanas, en particular en zonas de plantaciones y en
acahuales, donde las actividades de aprovechamiento se realizan alrededor de
áreas destinadas a la conservación. La información existente está dispersa,
tanto respecto al conocimiento tanto tradicional como al científico, pero en
términos generales se ha reiterado, en diversos espacios, que aún se conoce
poco de la historia de vida del pavo ocelado, como para poder establecer un
procedimiento adecuado sobre su conservación y aprovechamiento
sustentable.

134
Este documento se presenta con la mejor información y experiencia generada
hasta el momento, e incorpora actividades y procedimientos para contribuir al
conocimiento básico de parámetros poblacionales y de hábitat, los cuales
permiten establecer lineamientos con referencia a la tendencia de la población
y a la conectividad de parches, para determinar de manera razonable una
cosecha sustentable que asegure la conservación y uso sustentable del pavo
ocelado.

135
Parte A. Aspectos de población de la especie

No existen datos confiables sobre el ámbito hogareño de esta especie, pero la


información obtenida por seguimiento con radiotelemetría en hembras en Tikal,
Guatemala, y en machos en Calakmul, Campeche, indican que tanto hembras
como machos, por distintas razones y en épocas diferentes, pueden
desplazarse distancias que alcanzan varios kilómetros. En Tikal, una hembra
con crías tuvo un ámbito hogareño de 1,250 ha (González et al., 1998). En
Calakmul, estudios realizados por muestreo de rastros sugieren que los
cambios de sitios fuera de la época reproductiva están relacionados con la
disponibilidad de frutos y posiblemente con la presencia de depredadores
grandes (Calmé, 2004).
No existe información sobre la dispersión en esta especie ni sobre las
relaciones entre parvadas. Como regla aproximada, decidida a partir de la
observación de parvadas en la Reserva de la Biosfera Calakmul, un área viable
para una población debería ser, como mínimo, de 5,000 ha. Sin embargo, esta
superficie requerida podría ser aún más grande en caso que una UMA
determinada presente mayor heterogeneidad y/o menos cobertura forestal. En
el caso de UMAs de menor extensión, el contexto fuera de la UMA es crítico
para lo que ocurra adentro de ella. Por ejemplo, UMA pequeñas colindantes
con ANP son más fácilmente manejables que si están rodeadas por potreros o
campos agrícolas (si bien esto implica establecer con efectividad precauciones
especiales, a fin de no dañar de manera irreversible, con el uso de aves en
UMA, la población del ANP vecina).
La abundancia local de la especie es altamente variable, en función de las
condiciones del hábitat (cobertura y calidad) y de la presión de cacería. En el
centro de la Reserva de Biosfera Calakmul, donde el hábitat se considera
óptimo, la población de pavos ocelados alcanza densidades de por lo menos
2.1 individuos por hectárea (210 individuos por km2). Se ha informado de
proporciones de sexos de 40% de hembras por 60% de machos en Tikal y la
Península de Yucatán; sin embargo, parece dudoso que esta proporción sea
natural.
Las categorías de edades reconocibles para propósitos prácticos son: juveniles
(nacidos en el año), subadultos (nacidos el año anterior) y adultos (en su tercer
año o más). La categoría juvenil sólo puede ser contada a partir de junio,
cuando eclosionan los primeros huevos, pero los polluelos generalmente se
pueden observar a partir de fines de agosto. Esta categoría termina por no ser
detectable en diciembre, así que entre enero y las siguientes eclosiones, esta
categoría no existe. Es importante mencionar que, debido a la alta mortalidad
que existe en los primeros meses, las comparaciones interanuales deben ser
interpretadas con cautela si no corresponden a las mismas fechas. Finalmente,
es prácticamente imposible distinguir entre hembras subadultas y hembras
adultas en campo (Steadman, 1979; Calmé y Sanvicente, 2000). Las
categorías que pueden servir en el campo son, entonces: juveniles, hembras,
machos subadultos, y machos adultos.

136
Al parecer, la madurez sexual se alcanza en el tercer año de vida. Sólo el
macho dominante de una parvada se aparea con las hembras, aunque puede
haber varios machos adultos asociados en una parvada determinada. Las
hembras fecundadas se alejan de la parvada para anidar, generalmente en
zonas de bosque maduro. En lugares como Tikal y Calakmul se ha observado
una alta depredación sobre los nidos y las hembras. A su vez, los cazadores
generalmente reconocen que un macho fecunda en promedio a cuatro
hembras; una organización similar se ha observado en una docena de
parvadas en Calakmul.
Las características de la vegetación donde se desarrollan las actividades de
cortejo, despliegue y copulación son muy distintas de la vegetación donde la
especie se mueve el resto del año. Durante la época reproductiva, el pavo
ocelado prefiere vegetación abierta y, sobre todo, visibilidad al nivel del suelo
(0-2 m). Las sabanas y claros en el bosque, por ejemplo, son muy usados en
esta época. Las hembras prefieren vegetación con denso sotobosque para la
fase de incubación y el inicio de la crianza (hasta que vuelan los polluelos).
Aunque las hembras también pueden poner en lugares más abiertos,
observaciones en Calakmul y datos de telemetría y seguimiento en Tikal
sugieren que la depredación al nido es muy elevada en estas condiciones.
Se sabe que la depredación es muy elevada en las primeras etapas de la vida.
La depredación es también muy elevada en hembras anidando, lo que parece
poco lógico, evolutivamente. Esto sugiere que la depredación observada en la
actualidad es quizá promovida por la fragmentación/perturbación del hábitat y
las consiguientes altas densidades de depredadores medianos como la zorra
gris, el tlacuache, el mapache, entre otros y sin mencionar posibles animales
ferales como perros o gatos.
La época reproductiva inicia cuando los machos empiezan a vocalizar, a veces
desde mediados de febrero, pero más comúnmente a partir de inicio de marzo.
Las hembras son fecundadas a partir de mediados de marzo, y las últimas
hasta fines de mayo. Cuando pierde su nidada, la hembra puede reunirse
nuevamente con la parvada e iniciar otro intento. Los machos pueden cantar
hasta mediados de junio, pero a menudo se encuentran solitarios. La
incubación dura de 28 a 30 días, por lo que los primeros polluelos eclosionan a
mediados de abril. Las últimas nidadas eclosionan a fines de junio o principios
de julio. No se sabe si la fecha de eclosión influye en la sobrevivencia. La
estrategia tiende a ser la producción de muchas crías (r), debido a la alta tasa
de depredación tanto de los huevos como de las crías.
Sólo la hembra está involucrada en la incubación y cuidado de las crías.
Debido a que los polluelos son nidífugos, el cuidado maternal se limita a
proteger las crías contra los depredadores. La estrategia de vida en parvada
resulta generalmente orientada hacia minimizar el riesgo de depredación, y es
un hecho conocido que las hembras colaboran para el cuidado de los polluelos,
aún las que perdieron la nidada (Steadman, 1979; Negreros, 1996).
El pavo ocelado es principalmente frugívoro, pero su alimentación es
oportunista. Así en áreas perturbadas con presencia de milpas, es común
encontrar que el buche esté lleno sólo con maíz. Sin embargo, cuando puede
elegir, el pavo prefiere frutos típicos de las selvas conservadas: en particular
zapote y ramón (Calmé y Duarte, 2002). El pavo ocelado se puede definir como

137
una especie frugívora no estricta, puesto que incluye también en su
alimentación semillas, hojas, seudo-bulbos de orquídeas e invertebrados. En
cuanto a los polluelos, parecen necesitar una dieta muy rica en proteínas en los
primeros tres meses.
En las selvas de la Península de Yucatán, donde la vegetación natural forma
mosaicos de selvas medianas y bajas, mezcladas a menudo con áreas de
pastoreo y campos agrícolas, el muestreo estratificado para evaluar
poblaciones y hábitat es claramente recomendable. Sin embargo, la decisión
debe tomarse en función de las características de cada UMA (tamaño y tipos
de cobertura). El pavo ocelado es más frecuente en la selva mediana, a
condición que ésta se halle inmersa en un mosaico que cuente con vegetación
abierta, importante para la época de cortejo.
Para la escala de UMA individuales, se recomiendan dos tipos de muestreos en
transectos: machos (que son el objeto de la cacería) y población total (para
contar todos los sexos y estimar reclutamiento). Los conteos de machos son
recomendables porque son éstos los individuos más buscados por los
cazadores deportivos. Este conteo debería hacerse antes y después de la
actividad de cacería. Los conteos de fin de invierno, por su lado, permiten
contar virtualmente a todos los individuos, puesto que en esta época todos los
sexos y edades se juntan. Además, esto permite estimar el número de
individuos nuevos reclutados en la población.
Los pavos tienden a preferir los caminos y brechas durante sus horas de
actividad, por lo que debe tomarse en cuenta esto si esos lugares se usan para
realizar los censos. En particular durante la reproducción, los machos prefieren
en efecto estar en la proximidad de ambientes abiertos, entre ellos caminos,
por lo que parece razonable usar los caminos durante los censos. Sin embargo,
hay que mantener en mente que lejos de los caminos, hay menos individuos y,
además, que no existen datos para determinar la relación de densidad relativa.
En otras palabras, no se deben usar estos censos en caminos para estimar
densidades; pero al menos se pueden estimar índices de abundancia basados
en la cuenta total de individuos a lo largo de los transectos. Para estimar la
densidad poblacional, deben hacerse muestreos en transectos perpendiculares
a los caminos.
Es de interés tomar en cuenta que pueden ocurrir eventos estocásticos
(incendios, inundaciones, derribo de árboles por el viento) que no tengan que
ver con las actividades de la UMA, por ello es recomendable muestrear la
superficie de la UMA afectada. Si la UMA es pequeña, entonces un evento
estocástico puede efectivamente interferir con las actividades de ésta y destruir
el esfuerzo para recuperar una población, por lo cual es recomendable
muestrear toda la superficie de la UMA, a fin de tener un panorama integrado
de la situación que prevalece.
A continuación se mencionan varios factores de la población para la especie
que son relevantes y que deben de ser calculados sistemáticamente:
• Tamaño de las parvadas: el tamaño de las parvadas tiene
aparentemente una relación directa con la abundancia local de la
especie. Esto es muy notable en Calakmul, por ejemplo, donde las
parvadas hace 20 años eran más pequeñas que en la actualidad. Existe
otro ejemplo espectacular, en la comunidad Carlos Cano Cruz, donde se

138
han contado 50 individuos en una fotografía enviada (el autor de la
fotografía aseguró que faltaban más individuos que no entraban en la
imagen), mientras que la especie formaba parvadas de alrededor de 10
individuos hace unos 20 años. Las implicaciones de datos como estos
deben ser valoradas cuidadosamente.
• Número de individuos juveniles reclutados: éste es el indicador por
excelencia del éxito de reproducción en el año. Por supuesto, no permite
conocer el éxito de eclosión, ni del número de individuos que alcanzan
del primer vuelo, pero proporciona información sobre los individuos que
lograron pasar exitosamente la etapa de mayor mortalidad.
• Número de machos adultos: debido a que la cacería está enfocada a los
machos, es de gran relevancia seguir su variación a través del tiempo.
Adicionalmente, los muestreos de machos son de más fácil realización
en época de reproducción. Para fines comparativos, se puede medir la
abundancia de machos cantores antes y después de la cacería (hacerlo
antes, es imprescindible).
• Número de parvadas: junto con el número de individuos por parvada,
contar el número de parvadas permite estimar razonablemente el
número de individuos total de la población.
• Proporción machos/hembras: existen datos previos sobre poblaciones
en crecimiento, por lo que esta variable proporciona un punto de
referencia interesante. Para Tikal y la Península de Yucatán, se ha
calculado una proporción macho-hembra de 1.5:1. Este dato y los dos
anteriores pueden obtenerse fácilmente antes de iniciar la época
reproductiva.
No se recomienda hacer el seguimiento de nidos, porque es una actividad
altamente perturbadora para las aves y, además, la literatura sobre
seguimiento de nidos abunda en ejemplos de especies depredadoras que
aprenden a rastrear los olores humanos, aprovechándolos para llegar a los
nidos, lo cual aumenta artificialmente la depredación.
Como se mencionó más arriba, los conteos de fin de invierno son
probablemente los más eficientes, puesto que todos los individuos coinciden
(nacidos del año anterior, subadultos y adultos).
Hasta hoy no se conocen métodos confiables para incrementar las poblaciones
de la especie, a excepción de la veda, que ha sido muy exitosa en Reservas
como Calakmul o Tikal. De hecho, sería conveniente vedar la cacería de la
especie en prácticamente toda el área de distribución de la especie, con un
enfoque espacial o temporal, para intentar la recuperación de poblaciones
diezmadas.

139
Formato para la acumulación ordenada de datos sobre pavo ocelado.

REGISTRO DE DATOS DE LA EVALUACIÓN POBLACIONAL


Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:
Municipio: Localidad mas cercana: Altitud: mnm

MUESTREO
Registro visual longitud del transecto: _____km No. de transecto______
Hora de inicio:_____ Hora de termino:________ Fecha: __________
Distancia de Ejemplares
observación observados
Número de
perpendicular Tipo de Vegetación
individuos M H
al transecto MSA J
(m)

Clave de edades - M: Macho; H: Hembra; J: Juvenil; MSA: Macho Sub Adulto


Ubique en el plano de la UMA el transecto realizado, señalando las coordenadas UTM del
inicio y fin de los transectos.
Condiciones para realizar el transecto:
- El transecto debe tener 3 km de longitud.
- El observador debe avanzar a una velocidad aproximada de un kilómetro
por hora.
- El muestreo debe realizarse por un solo observador, a fin de reducir la
perturbación al mínimo.

140
HABITOS ALIMENTARIOS
Tipo de alimento nombre común nombre científico:

Claves de tipo de alimento: Frutos (F): hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); Otros
invertebrados (O)

Observaciones:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________

141
Algunos signos de alerta temprana de deterioro poblacional, que deben
vigilarse en la operación de una UMA incluyen:
• Tamaño de las parvadas: las parvadas que disminuyen de tamaño
indican una tendencia a la baja de la densidad poblacional o, cuando
menos, una perturbación del ambiente (depende de la magnitud de la
variación del número de parvadas).
• Número de individuos juveniles reclutados: esta variable puede variar de
un año a otro, pero debería mantenerse estable sobre períodos de 3-5
años. Un año de bajo reclutamiento puede deberse a varias razones,
climáticas o relacionadas con cambios en el ambiente donde viven
(deforestación, cacería de hembras, aumento de depredadores o
enfermedades). Es importante tratar de aislar el factor que más
contribuye al cambio y determinar si se puede mitigar su efecto a través
de acciones de manejo.
• Número de machos adultos: esta variable no debería bajar, porque la
competencia entre machos para fecundar a las hembras es necesaria
para asegurar individuos adaptados a su ambiente (alta adecuación).

Parte B. Aspectos del hábitat de la especie

La escala mínima adecuada para el manejo del pavo ocelado es la del paisaje,
puesto que esta ave utiliza un mosaico de tipos de vegetación según las
distintas etapas de su ciclo de vida. Diversos datos preliminares muestran que,
en un análisis de la relación entre la presencia/abundancia del pavo ocelado y
el área boscosa para toda la Península de Yucatán, se necesitaría por lo
menos 20% de bosque en cuadrículas de 100 km2 para asegurar la presencia
de la especie (Calmé y Osorio, 2001). A escala menor, no existen datos.
Se deben reconocer los tipos de vegetación y, adicionalmente, otras coberturas
como los potreros, las milpas y otros cultivos. Durante análisis preliminares no
se encontraron diferencias entre los diferentes tipos de bosque (a excepción de
la selva baja inundable) que pudieran explicar la presencia del pavo ocelado, lo
que podría simplificar considerablemente las medidas del hábitat (Kampichler y
Calmé, datos no publicados). El arreglo de los diferentes tipos de cobertura, sin
embargo, es de igual importancia que su composición. El pavo se adapta muy
bien en zonas con milpas y pequeños potreros inmersos en extensiones
considerables de bosque; sin embargo, la especie no está presente o es muy
rara en áreas donde la matriz del paisaje está dominada por grandes campos
agrícolas o potreros.
La especie es muy flexible en cuanto a sus requerimientos de hábitat natural,
en función de su gran adaptabilidad en términos de alimentación. Sin embargo,
requiere tipos de vegetación con estructura específica en dos etapas
importantes de su ciclo de vida: el cortejo/copulación y la anidación/crianza
temprana. Para la primera, se requieren pequeñas áreas abiertas y para la
segunda, áreas con buena obstrucción visual al nivel del suelo (lo que
corresponde generalmente a selva mediana subperennifolia con sotobosque
desarrollado). Es muy importante señalar que la distribución de estas

142
coberturas determina su efecto sobre la especie: si forman parches
relativamente pequeños, son aprovechados para actividades como el cortejo, o
bien para la alimentación (en las milpas), mientras que si son grandes,
provocan una pérdida de la conectividad entre parches de hábitat forestal; esto
último, a la larga puede provocar problemas por ejemplo en la dispersión de
individuos para encontrar pareja, con lo que se afectará la persistencia local de
la especie en el largo plazo.
La agricultura no mecanizada es compatible con la conservación del pavo
ocelado, y podría hasta representar una estrategia de manejo para aumentar
las poblaciones en áreas donde el bosque es más escaso, más seco o
secundario. En efecto, la dieta de los pavos ocelados en estas circunstancias
se compone en alta proporción de productos agrícolas como el maíz, o flores y
ápices suaves de frijol y calabaza (Calmé y Duarte, 2002). Otras actividades
que no impliquen modificaciones en el uso del suelo también son compatibles
con la conservación de la especie, sobre todo si se desarrollan fuera de la
temporada de anidación (por ejemplo, la extracción de chicle y la apicultura).
La agricultura mecanizada sobre grandes extensiones y la ganadería en
potreros inmensos, están directamente ligadas a la extirpación local de la
especie, posiblemente a través de la pérdida de rasgos importantes del hábitat
y de conectividad, que provoca ese uso del suelo. La expansión suburbana
también afecta negativamente la persistencia de la especie, en este caso
también por pérdida de hábitat y además, posiblemente, por el aumento de
depredadores oportunistas de tamaño mediano como son la zorra gris, el
tlacuache, el mapache, el grisón, el yaguarundi y los perros domésticos.
La cacería sin control representa una amenaza directa para la especie.
Además la construcción de caminos para la extracción forestal, como otro
ejemplo, también afecta a la especie, porque se facilita vías de entrada a áreas
boscosas para cazadores furtivos y otros depredadores oportunistas.
En las selvas del sureste de México, algunas especies de árboles son clave
para la supervivencia de la fauna, particularmente durante épocas críticas
como la temporada de secas. Estas especies son el ramón (Brosimum
alicastrum), el zapote (Manilkara zapota), la chacá roja (Bursera simaruba) y el
ekulub/hueso de tortuga (Drypetes lateriflora), entre otras (Calmé y Duarte,
2002). Si bien la chacá roja es común en bosques secundarios, las demás
especies son típicas de selvas maduras.
Previo a la temporada de reproducción, se ha observado que los pavos pueden
consumir grandes cantidades de pequeños caracoles (Calmé y Duarte, 2002),
que encuentran típicamente en la selva baja inundable o en la zona de
transición entre selva baja inundable y selva mediana. Este comportamiento es
bien conocido por los cazadores locales.
El pavo tiene numerosos depredadores naturales, mamíferos, aves y
serpientes. Aunque se reportan casos de muerte de hembras adultas por
mordeduras de serpientes, normalmente ofidios no venenosos de tamaño
mayor sólo consumen los polluelos o los huevos. Las aves depredadoras de
pavos incluyen las rapaces forestales. Los mamíferos depredadores del pavo
ocelado incluyen prácticamente todos los felinos, canidos, mustélidos y
prociónidos. La fragmentación del hábitat es un factor que favorece la
presencia e incremento de varios de estos depredadores, en particular cánidos

143
y prociónidos por lo que, en ambientes con impactos de origen antrópico, la
depredación puede resultar más alta que en condiciones naturales, en
particular respecto a los nidos. Debe procurarse por todos los medios evitar la
presencia de perros y gatos domésticos, escapados y ferales, en sitios donde
se intenta conservar o recuperar poblaciones de pavo ocelado.
Componentes del hábitat de mayor importancia para la especie en la
evaluación de hábitat:
• Cantidad de bosque disponible (excluyendo selva baja inundable).
Debido a que la especie no es muy exigente en términos de tipo
específico de bosque, con tal de que éste lo sea efectivamente, para
propósitos prácticos se recomienda considerar una sola clase de
bosque, lo que facilita también el trabajo de los técnicos de campo y
evita discusiones semánticas sobre la clasificación usada. Se
recomienda calcular las diferencias en este factor entre años de
muestreo (positiva o negativa), para dar seguimiento a la tendencia a
través de varios años. Si se quiere estimar el número de individuos de
pavo ocelado en el predio, esta variable (cantidad - superficie de
bosque) debe ser la base, no la superficie total de un predio.
• Conectividad entre parches de bosque: Esto permite saber si los
individuos tienen la posibilidad de moverse entre parches, lo que resulta
sumamente importante, especialmente si los parches son relativamente
pequeños (e. g. <500 ha). Asimismo, este factor complementa la
información sobre cantidad de hábitat disponible. Una medida muy
sencilla de conectividad sería la cuenta de conectores efectivos entre
parches, sobre el número total de “conectores posibles” (existen
medidas más refinadas basadas en modelos probabilísticos, pero que
son complicadas de implementar). Los cambios en esta variable de
conectividad indican el grado de aislamiento y, a través del tiempo, si el
aislamiento es progresivo o al contrario, si existe alguna recuperación de
conectividad del hábitat.
• Conectividad con bosque en áreas colindantes con la UMA: Se trata de
un dato similar al anterior, pero orientado a conocer la conectividad entre
parches de bosque en una UMA dada y áreas colindantes Esto es
relevante si la UMA no es suficientemente grande como para mantener
una población viable. Estos datos se pueden obtener fácilmente a partir
del examen de fotografías áreas recientes o de la clasificación de
imágenes de satélite (muchas imágenes ahora son gratuitas desde la
Internet).
• Densidad (o número) de árboles frutales: Este indicador se toma a la
escala del predio (UMA) y es importante para todas las especies de la
UMA que son frugívoras. Permite saber cual es la disponibilidad de
alimento clave para el pavo y, eventualmente, tomar decisiones de
manejo. Este indicador debe medirse en los mismos transectos que
sirven para los muestreos de población del pavo. La perspectiva es
apreciar comparativamente este indicador, en comparación con el de
una selva considerada en buen estado de conservación.

144
• Abundancia de depredadores (por especie): Es importante tener un
registro de las especies que depredan al pavo ocelado, particularmente
en situaciones de paisaje con notoria influencia humana, donde los
carnívoros pequeños y medianos tienden a aumentar. El levantamiento
de esta información también debe hacerse en los transectos de
muestreo de pavo ocelado, usando métodos para seguir rastros. Como
no existen datos de base para esta variable, se sugiere seguir sus
variaciones (positivas y negativas respecto a un valor inicial) y ver si se
relacionan (al menos por regresión lineal simple) con alguna variable de
población del pavo ocelado.
El mayor factor de pérdida de biodiversidad es la deforestación, por lo que el
indicador de cantidad de hábitat disponible es el más importante elemento de
alerta temprana de deterioro del hábitat en UMA. Asimismo, es importante ver
si se está perdiendo hábitat viable y, si es así, cómo; de ahí la importancia de
monitorear también los cambios de conectividad.
Hay dos prácticas sencillas de manipulación del hábitat que podrían emplearse
para favorecer a las poblaciones de pavo ocelado: reforestación/creación de
conectores y enriquecimiento de hábitat con especies frutales.

Parte C. Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA

Es necesario que, antes de considerar la eventual cosecha de pavo ocelado,


con un enfoque de sustentabilidad, se evalúe una serie de condiciones:

1. Requerir a las Unidades de Manejo para la Conservación de la


Vida Silvestre (UMA) que tengan un uso diversificado de sus
recursos.
2. Requerirles presentar una evaluación poblacional del pavo
ocelado, con los criterios que aquí se plantean y con la
caracterización del hábitat correspondiente.
3. Exigir que sean sólo los machos adultos, los que estarán sujetos
a las actividades de cosecha.

Bases para la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie.
La estrategia general de conservación del pavo ocelado debe orientarse a
aumentar sus poblaciones o mantener sus tamaños poblacionales estables, de
modo que aquellas poblaciones que no muestren patrones estables en su
tamaño poblacional o que no muestren aumento, no deben ser aprovechadas.
Otro aspecto muy importante es conocer su historia natural local; esto
determina muchos procedimientos de evaluación y análisis de las especies. Por
ejemplo es necesario conocer su ecología reproductiva, ámbito hogareño,
parámetros poblaciones y de alimentación, y mantener en mente el calendario
de las distintas actividades de la especie, entre otros aspectos.

145
Determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una
UMA
Para este propósito es estrictamente necesario conocer la producción anual de
la población para determinar la viabilidad de la cosecha, esto implica que se
conozcan al menos los siguientes parámetros:
Densidad: número de individuos por unidad de superficie a través de transectos
en línea.
• Número de crías producidas por hembra / año.
• Estimación del tamaño mínimo de población local con la que se trabaja
(normalmente no restringida al predio de una UMA dada).
• Estimar la tasa de crecimiento potencial.
• Características demográficas de la población: proporción de sexos.
• Número de nidadas por año.
• Éxito reproductivo.
• Calendario de eventos reproductivos.
• Abundancia: número de individuos observables.

Nota: Debido a la sensibilidad de la especie durante la anidación, el análisis de


productividad se deberá realizar por medio de proyectos de investigación
especiales, respaldados por especialistas en el tema y con el respaldo de una
institución académica. La información que se genere por los responsables
técnicos de las UMA será reportada, pero esta no deberá consistir en
observaciones ni visitas deliberadas a los nidos, para evitar generar
perturbación en los mismos, que son muy susceptibles a la presencia humana.
Con esa información deberá determinarse si la cosecha sustentable es viable.
En caso de una determinación negativa, no deberá ejercerse acción alguna
para aprovechar la especie.

En caso afirmativo de viabilidad, determinación de la cuantía de cosecha


sustentable en una UMA: Protocolo de cosecha sustentable
Estos modelos aplican al pavo ocelado y a otras aves (todo el grupo de
crácidos) pero es necesario generar la información de las variables y, en todo
caso, construir modelos de cosecha para cada especie.
Calmé (2000) propone un modelo para pavo ocelado, basado en los
fundamentos provistos por Robinson y Redford (1991) respecto a varios
indicadores demográficos de especies de mamíferos silvestres, para estimar su
tasa de aprovechamiento. Sin embargo, en concreto para el pavo ocelado y los
crácidos no existe la información adecuada para usar ese modelo como tal;
pero se considera posible que, a partir del número de crías producidas por
hembra anualmente y de la densidad poblacional, es posible realizar un

146
aproximación aceptable de la producción anual (medida de individuos
producidos por unidad de superficie). Ésta se define como (P):

P = pD*gY

Donde D es la densidad poblacional por unidad de superficie, p es la


proporción de hembras en la población, g es el número promedio de nidadas
por año y, finalmente, Y es el número de juveniles registrado por hembra.
Este modelo asume que la tasa de crecimiento y la producción anual es denso-
dependiente y que las poblaciones son cerradas.
Como no se conocen algunos valores reproductivos, se propone que se utilice
la longevidad promedio de las especies como un índice del número de
individuos que morirían en ausencia del aprovechamiento (para el caso de
crácidos y pavo ocelado se asume que se trata de especies cuya última
reproducción ocurre entre 5 y 10 años, por lo que la proporción (tasa) de
aprovechamiento puede ser de 0.4; Calmé, 2000). Se menciona como común
que, en la Península de Yucatán, se maneje un 0.2 como tasa de
aprovechamiento por lo que se recomienda esta tasa por tratarse de especies
que aún requieren de investigación sobre su historia de vida.
El cálculo de la tasa de aprovechamiento anual seria:
A= frr *P
Donde:
frr = proporción de la producción anual de la población a cosechar (0.2; se trata
de especies longevas suponiendo que la última reproducción ocurre a más de
10 años de edad).
P= producción anual
Debe aclararse que este modelo aún debe probarse para el pavo ocelado, en el
sentido de determinar las ventajas para el manejo y aprovechamiento de las
Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), bajo un
esquema de manejo adaptativo.

Periodicidad y calendario de las actividades de cosecha en una Unidad de


Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).
Se trata de un solo evento al año, después de la época reproductiva. Los
macho adultos son los únicos individuos que estarán sujetos a la cosecha.

ene feb Mar abr may jun jul ago sep oct nov dic
Pavo
ocelado

147
Distribución de las actividades de cosecha en el predio de una Unidad de
Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA)
La cosecha se realizará sólo en las áreas que hayan sido autorizadas en el
plan de manejo.

Modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de trabajo y


previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, si aplica al
caso.
La cosecha se hará sólo en los periodos especificados y sólo sobre ejemplares
que muestren evidencia clara de ser individuos machos adultos.

Protocolo recomendado para el monitoreo de población y hábitat


orientado a detectar sus tendencias en una UMA donde se practique la
cosecha de la especie

1. Se requiere de al menos cinco años de trabajos de monitoreo


para establecer tendencias poblacionales y su relación con
diversos componentes del hábitat.
2. La información mínima a recabar es la que se ha definido más
arriba, para la evaluación de población y del hábitat.

Evaluación de población:

Para esta actividad se recomienda el método de transecto lineal (Buckland et


al., 2001) que se ha utilizado para crácidos como el pavón (Oreophasis
derbianus) y que puede aplicarse a todas las especies de crácidos. Debido a la
experiencia adquirida con pavón y pavo ocelado, este método puede aplicarse
en general a todos los Phasianidae, desde luego teniendo en consideración las
diferencias de la historia de vida propias de cada especie.
Para aplicarlo, en general es necesario observar las siguientes
consideraciones:
• Realizar una clara identificación de la especie a estudiar.
• Procurar que las diferencias entre observadores no sean un factor de
error. Para evitar este sesgo se recomienda el entrenamiento del
observador en estos procedimientos; insistiendo en que sea un solo
observador en cada muestreo y que éste sea siempre el mismo
individuo.
• El esfuerzo de muestreo debe ser adecuado para detectar la especie y
para obtener las estimaciones con la precisión deseada.
• Las diferencias de detectabilidad deben ser mínimas entre muestreos.
• No es conveniente iniciar el transecto lineal en el borde de la UMA; el
diseño del muestreo debe considerar criterios para la elección de los

148
transectos, conforme a los diferentes tipos de hábitat, estratificándolo de
manera clara.
• Para la definición del número de transectos a aplicar en el área que
ocupa la UMA, se recomienda considerar que estos transectos abarquen
la mayor cantidad posible de la superficie y tipos de hábitat de la Unidad
(aun cuando, como se dijo arriba, eventualmente puede darse el caso de
considerar “bosque” como único tipo de vegetación).
• El transecto lineal debe tener un mínimo de tres kilómetros de longitud, y
en éste se registrará la distancia perpendicular de cada individuo
observado, respecto al transecto (Buckland et al., 2001).
En cuanto al tamaño de la muestra, para efectos estadísticos se requiere el
registro de al menos 40 individuos (fuera del pavo ocelado, para otras aves
como crácidos es posible que no se cumpla esta consideración, por ejemplo
para el hocofaisán). Sin embargo, existen algunos programas (DISTANCE,
Buckland et al., 1993) en los que es posible aplicar modelos que permiten el
análisis de datos que no cumplen con esta condición por lo que, al menos con
base en la experiencia obtenida con el pavón, se recomienda que el transecto
tenga una longitud mínima de tres kilómetros.
Es necesario generar información para conocer la variación estacional de las
poblaciones del pavo ocelado en la UMA, y sus hábitos alimenticios y
reproductivos.
La información mínima necesaria es la siguiente:
• Densidad de aves.
• Proporción de sexos.
• Período reproductivo: inicio y final.
• Mortalidad por clases de edad (las clases definidas al principio de este
texto).
• Eventos reproductivos.
• Madurez sexual.
• Tasa de depredación.
Para la evaluación de hábitat se sugiere seguir los procedimientos propuestos
por Ralph y colaboradores (1996). Finalmente, para el análisis de los hábitos
de alimentación del pavo ocelado, se recomienda que se establezcan
convenios entre la Dirección General de Vida Silvestre e instituciones
académicas, para que bajo un método claro, los organizadores cinegéticos
conserven los buches de los pavos en frascos con formol al 10%
(proporcionados por la UMA) para que, posteriormente se analicen sus
contenidos en busca de información precisa. Esta misma medida puede
aplicarse a otras especies de aves.

Indicadores del efecto de la cosecha sobre la población y el hábitat, y


protocolo recomendado para su seguimiento y evaluación.
• Decremento en el tamaño estimado de la población.

149
• Alta mortalidad debida a depredación o a otros fenómenos como el
furtivismo.
• Evidencia de movimientos estacionales altitudinales.
• Cambios de uso de suelo
• Cambios en la proporción sexual.
• Bajos números de reclutamiento de juveniles.

Los productos de esta información son:


• Evaluación estacional de las capturas.
• Evaluación de las condiciones de salud de los ejemplares aprovechados.
• Información sobre la alimentación.
• Evaluación de la cantidad de bosque disponible (excluyendo selva baja
inundable).
• Evaluación de la conectividad entre parches de bosque, especialmente
de la conectividad con bosque en áreas colindantes con la UMA.
• Densidad (o número) de árboles frutales en el predio de la UMA y sus
alrededores.
• Abundancia relativa de depredadores (por especie)

Parte D. Recapitulación y recomendaciones

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los
resultados del monitoreo de población y de hábitat.

a) No cosechar si no se cuenta con los parámetros mínimos de la


productividad de la población.
b) En un fenómeno natural severo (huracán, incendio u otros)
suspender la cosecha hasta obtener información que evalúe el
estado de la población y su hábitat.
c) Suspender la cosecha cuando se detecte una disminución en el
reclutamiento de juveniles.
d) Disminuir la tasa de aprovechamiento cuando la productividad de
la población disminuya.

150
Formatos recomendados.
Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:
Municipio: Localidad mas cercana:
Numero consecutivo Nombre común Nombre científico Peso (gramos)
de ejemplar

Fecha Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto Sexo*


donde cobro la presa)

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**

Exportación Autoconsumo Trofeo


del trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

Numero consecutivo Nombre común Nombre científico Peso


de ejemplar (gramos)

Fecha Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto Sexo*


donde cobro la presa)

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**
Exportación Autoconsumo Trofeo
del trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

* Especifique el sexo de la presa cobrada M: macho H: hembra


** Frutos (F): hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); pequeños mamíferos (PM); Reptiles

Parte E. Bibliografía

Calmé, S. 2004. The forgotten Maya idol: Update on the ocellated turkey. In:
122nd Stated Meeting of the American Ornithologists' Union and 2004
Meeting of the Society of Canadian Ornithologists, Quebec, Canada. 17-21
ago. Pp. 183.
Calmé, S. y E. Duarte. 2002. Regional variation in the diet of the ocellated
turkey in the Yucatan Peninsula. In: III North American Ornithological
Conference, New Orleans, USA. 24-28 sep.
Calmé. S. y M. Osorio. 2001. Modeling Ocellated Turkey’s distribution and
abundance using human population data and vegetation land cover. In:

151
CXVIX Meeting of the American Ornithologists' Union, Seattle, USA. 16-18
ago. Pp. 149.
Calmé, S. y M. Sanvicente. 2000. Distribución actual, estado población y
evaluación del estado de protección del pavo ocelado (Agriocharis ocellata).
Informe final. CONABIO, México.
Duarte Ubaldo, I. E. 2005. Aspectos zoosanitarios de la interacción entre fauna
silvestre y animales domésticos en una comunidad maya de la región de
Calakmul. Tesis de maestría en ciencias, El Colegio de la Frontera Sur,
México.
González, M. J., H. B. Quigley y C. I. Taylor. 1998. Habitat use and
reproductive ecology of the Ocellated Turkey in Tikal National Park,
Guatemala. Wilson Bulletin, 110: 505-510.
Howell, S. N. G. y S. Webb. 1995. A Guide to the Birds of Mexico and Northern
Central America. Oxford University Press, Oxford.
Negreros, P. M. 1996. Reproducción y supervivencia del pavo ocelado
(Meleagris ocellata) en el Parque Nacional Tikal, Guatemala. Tesis de
Biología, Universidad del Valle de Guatemala.

152
HOCOFAISÁN Y OTROS CRÁCIDOS

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes

Participantes

Fernando González-García INSTITUTO DE ECOLOGÍA, A. C.


Fernando.gonzalez@inecol.edu.mx
Eduardo Morales Valderrama DGVS – SEMARNAT
eduardo.morales@semarnat.gob.mx
Sophie Calmé ECOSUR – QUINTANA ROO
scalme@ecosur-qroo.mx
Ricardo Hernández López DGVS – SEMARNAT (moderador)
ricardo.hernandezl@semarnat.gob.mx

Introducción

En todo el mundo existen alrededor de 50 especies de crácidos, con origen


probable en Mesoamérica y el Sur de Norteamérica (Brooks y Strahl, 2000).
Los crácidos, al igual que muchos grupos de la fauna silvestre, han sido
afectados por el creciente deterioro del hábitat y por la sobreexplotación de sus
poblaciones, a través de la cacería deportiva y de subsistencia, y del comercio.
Estos factores han incidido diferencialmente entre las diversas especies de
crácidos, siendo quizás las menos afectadas las especies del género Ortalis
(Begazo, 1997). La mayoría de los crácidos se encuentran amenazados o en
peligro de extinción a nivel global (Brooks y Strahl, 2000). Otros pueden
enfrentarse a la extinción local o regional (González-García et al., 2001)
Desde el punto de vista de la conservación, los crácidos son
particularmente importantes porque tienen requerimientos altamente
específicos de hábitat y porque desempeñan un papel crítico en la dinámica de
las comunidades vegetales a través de la dispersión y depredación de semillas
(Ërard y Théry, 1994; Théry et al., 1992). Sin embargo, ésta dinámica compleja
de la dispersión y depredación de semillas continúa poco estudiada y entendida
(Silva y Strahl, 1991). Además, los crácidos suelen ser un aporte importante de
proteínas para los campesinos, comunidades indígenas de Latinoamérica y
para vertebrados depredadores, como felinos y aves de presa (Redford y
Robinson, 1991; Silva y Strahl, 1991; Jorgenson, 1997).

153
En México existen 8 especies de crácidos: Ortalis vetula (chachalaca), Ortalis
poliocephala (chachalaca mexicana o copetona); Ortalis leucogastra
(chachalaca vientre blanco); Ortalis wagleri (chachalaca pacífica); Penelopina
nigra (pajuil); Penelope purpurascens (cojolite o choncho); Oreophasis
derbianus (pavón) y Crax rubra (hocofaisán).
González-García y colaboradores (2001) en una revisión del conocimiento y
estado de conservación de los crácidos mesoamericanos, entre otras
conclusiones, asientan que es necesario desarrollar trabajos sobre distribución,
estimaciones de densidad y abundancia, comportamiento reproductivo, uso y
aprovechamiento, y estudios de cambios en la cobertura vegetal.
La Norma Oficial Mexicana NOM-059 (Semarnat, 2001), define la situación de
riesgo en la que se encuentran los siguientes taxones de crácidos:

• Ortalis leucogastra: sujeta a protección especial (Pr); no endémica.


• Penelope purpurascens: Amenazada (A); no endémica.
• Penelopina nigra: Amenazada (A); no endémica
• Crax rubra: Amenazada (A); no endémica
• Crax rubra griscomi: En peligro de extinción (P); endémica
• Oreophasis derbianus: En peligro de extinción (P); no endémica

Este es el marco general de las especies que corren mayor riesgo en este
grupo de aves. Aunque otras especies de chachalacas no se encuentran en la
lista de la NOM-059, debe permanecerse atento a las tendencias de sus
poblaciones en México.

En un examen preliminar sobre el uso y aprovechamiento de los crácidos en


México, se tiene registro de su aprovechamiento desde 1999 (temporada 1999-
2000), en donde sólo se han aprovechado el Cojolite o Choncho (Penelope
purpurascens), el Hocofaisán (Crax rubra), la Chachalaca mexicana o copetona
(Ortalis poliocephala) y el Pajuil (Penelopina nigra). Las especies por las que se
ha mostrado mayor interés han sido para el Cojolite y el Hocofaisán, después le
siguen en importancia la Chachalaca copetona y el Pajuil. No es común que
las UMAs cobren la totalidad de las cantidades autorizadas, de modo que al
observar el final del periodo, sólo se aprovechan pequeñas fracciones de lo
autorizado. El aprovechamiento del Hocofaisán y la Pava Cojolite se concentra
en el estado de Campeche. Para la chachalaca copetona, el aprovechamiento
sólo se realiza en Jalisco y un caso en Morelos.

Aquí se presenta información generada hasta el momento, e incorpora


actividades y procedimientos para contribuir al conocimiento básico de
parámetros poblacionales y de hábitat de los crácidos, los cuales permiten
establecer lineamientos con referencia a las tendencias de sus poblaciones,
para abordar el tema de la determinación de viabilidad y, en su caso, las

154
características de una cosecha sustentable que asegure su conservación y
permanencia de su posibilidad de uso en el largo plazo.

Parte I. Aspectos de población de la especie (o grupos de especies)

De las diferentes especies de crácidos que existen en México, el más conocido


respecto a en su historia de vida es el pavón (Oreophasis derbianus). Para el
resto de las especies los trabajos son escasos. Para mayores detalles sobre
algunos aspectos de la historia natural de los crácidos mexicanos, véase
González-García et al., 2001).
Por lo general, las actividades de manejo de una población de crácidos en
México están reducidas a lo que pueda hacerse dentro de cada Unidad de
Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA); la mayoría de las
cuales tienen características heterogéneas respecto a su tamaño y tipos de
vegetación, entre otras. Se sugiere que la escala adecuada para establecer
actividades de manejo poblacional sea la del paisaje, lo que permite considerar
conjuntamente las áreas adyacentes a la UMA, para una mejor detección de la
organización espacial de fragmentos clave para cada especie, tal que permita
mantener la unidad de la población y determinar, ante la ausencia de
información ecológica detallada, al menos un área mínima para sostener una
población viable (Calmé, 2000).
Como se ha referido, el conocimiento biológico de los crácidos es limitado y,
para la evaluación poblacional de cualquier especie, una condición es conocer
con el mayor detalle posible su historia natural, parámetros poblacionales
básicos y su biología reproductiva. Para comprender cuando menos la
condición inicial de la cual se parte localmente y reconocer algunas tendencias
básicas de la población, se recomienda emplear el método de transecto en
línea (Buckland et al., 2001). Se considera que éste puede aplicarse para todas
las especies de crácidos, por tratarse de aves grandes y cuya detectabilidad
(determinada por sus hábitos) permite utilizar este método.

Transecto de línea
En la literatura reciente, el uso del método de transecto de línea se ha
incrementado. El método de transecto de línea, junto con el método de
transecto en puntos, pertenecen al campo del muestreo basado en distancias
de avistamientos (Distance Sampling Theory; Buckland et al. 1993, 2000,
2001). En muestreos de transecto de franja se asume que la franja entera
resulta censada, mientras que en el muestreo de transecto de línea, uno debe
asumir únicamente que una estrecha franja alrededor del centro de la línea es
censada: esto es, excepto cerca del centro de la línea, no hay seguridad de
que todos los objetos son detectados. Normalmente los transecto de línea se
colocan al azar y su longitud (L) es conocida. En la práctica, se considera un
número de transectos parciales de longitudes l1, l2, …lk y su longitud total se
denota como L (véase Figura 1).

155
b

Figura 1. Un diseño posible para una UMA de superficie reducida. El transecto


“a” mide un kilómetro y el transecto “b” mide dos kilómetros. El valor de L será
la suma de las longitudes.

Las distancias desde la línea a cada animal detectado pueden medirse


de la siguiente manera: 1) la distancia de detección del animal perpendicular (x)
al transecto, o 2) la distancia radial (r) y el ángulo (θ) del observador al animal
(Figura 2). Aún cuando varios individuos fuera de la línea pueden no ser
detectados, si las distancias son registradas exactamente, pueden obtenerse
estimaciones confiables de densidad (Buckland et al., 1993).
Una vez aplicado el método, se tiene el número de animales contados y
alguna medida de distancia (radial o perpendicular) para cada animal
observado. Para convertir este conteo a un valor de densidad, es necesario
tener un modelo que relacione las observaciones y distancias con el centro del
transecto. La idea básica es que la probabilidad de detectar a los animales
disminuye conforme aumenta la distancia perpendicular de éstos al transecto.
Este concepto es llamado curva o función de detección y es representado
como g(x), la cual describe la probabilidad de detectar a un animal
dependiendo de su distancia perpendicular al centro del transecto.
Generalmente, la función de detección decrece con el incremento de la
distancia. Usualmente suponemos que g(0) = 1, es decir que los objetos sobre
la línea son detectados con seguridad (probabilidad de 1) (Buckland et al.,
1993).

156
a

r
x

θ
o l

Figura 2. Esquema del método de transecto de línea. l (longitud del transecto),


a (animal), o (observador), θ (ángulo), r (distancia radial), x (distancia
perpendicular) (Tomado de Abundis, 2006).

Existen en el modelo tres supuestos principales y la validez de éstos


permite al investigador o manejador hacer inferencias razonables a partir de la
densidad de la población muestreada. Pero antes de describir los supuestos
específicos, deben considerarse dos prerrequisitos:
a) se parte de que una población comprende objetos de interés los cuales
están distribuidos en el área a ser muestreada de acuerdo a un proceso
estocástico. En particular, no es necesario que los objetos estén
distribuidos al azar (distribución de Poisson), sino lo que importa es que
las líneas o puntos de conteo se hallen colocadas al azar con respecto a
la distribución de los objetos, cualquiera que esta sea;
b) las líneas de muestreo son colocadas al azar y una muestra de n
objetos puede ser detectada, medida y registrada (Buckland et al.,
1993).

Ahora bien, los supuestos específicos que hace el modelo son:


Supuesto 1: los objetos sobre la línea son detectados con certeza.
Se da por hecho que todos los objetos a distancia cero son detectados,
lo cual puede expresarse como g(0) = 1. En la práctica, la detección sobre o
cerca de la línea debe ser segura. En el diseño de los muestreos deben
considerarse vías que aseguren que este supuesto se cumpla.
Supuesto 2: los objetos son detectados en su ubicación inicial
En estudios de animales móviles es posible que un animal se mueva de
su ubicación original alguna distancia, previamente a ser detectado por el

157
observador. La medida resultante reflejaría, en ese caso, la distancia, desde la
línea hasta la ubicación de la detección, no a la posición original del animal. Si
el movimiento ocurre en respuesta al del observador, la estimación de la
densidad estará sesgada a una subestimación. Idealmente el observador sobre
la línea del transecto intentará minimizar la evidencia de su propio movimiento,
para lograr una observación de animales aceptable, en el área investigada.
Supuesto 3: las medidas son exactas.
Idealmente, las distancias registradas deben ser exactas, sin errores de
medición. En la realidad, el caso de las mediciones puede significar un
problema (por ejemplo, una fuerte tendencia a sobrestimar distancias usando
cálculos oculares aproximados). Los métodos de campo deben considerar esto,
para minimizar el sesgo; existen equipos electroópticos como los Range Finder,
que pueden brindar apoyo en esta tarea.

Existen otros aspectos de la teoría del muestreo de transectos basado


en distancias de avistamiento, que también pueden considerarse como
supuestos. El supuesto que las detecciones son estadísticamente eventos
independientes se menciona con frecuencia. Si las detecciones son un tanto
dependientes entre sí, entonces las varianzas teóricas resultarán
subestimadas. Algunos autores mencionan que un objeto no debe ser contado
más que sobre un transecto. Si en el muestreo de transecto de línea un animal
se mueve más rápidamente que el observador y es contado repetidamente, la
abundancia será sobreestimada (Buckland et al., 1993).
La fórmula para estimar la densidad, con este método, es:
n ⋅ f (0)
=
2L
donde f(0) es la función probabilística de densidad, a una distancia de cero
metros.
Para estimar el parámetro f(0), diversos autores han desarrollado numerosos
modelos (Burnham et al., 1980; Tilghman y Rusch, 1981).
En la actualidad, programas de cómputo como DISTANCE (Thomas et al.,
2003) permite a los investigadores obtener de manera más sencilla estas
estimaciones para referirlas con mayor prontitud a la biología y características
del hábitat de la población bajo estudio.

Otras recomendaciones para el uso del método basado en detección de


distancias referidas a un transecto.

1. Identificación de la especie. El observador o manejador debe de estar


necesariamente familiarizado con la especie a evaluar, de tal modo que
la identificación sea correcta y no existan dudas de las especies de
interés durante el recorrido.
2. El esfuerzo de muestreo debe de ser adecuado para detectar a la
especie, ya sea de forma auditiva y/o visual, con el fin de obtener

158
estimados con la precisión deseada. Por otra parte, en un contexto en el
que no se cuenta con mucha información, se recomienda que el
esfuerzo de muestreo sea mensual durante un ciclo completo, es decir,
al menos durante un año (sin embargo, se recomienda enfáticamente un
período de 5 años consecutivos), con la finalidad de conocer la variación
estacional de las poblaciones en la UMA.
3. Las diferencias en cuanto a experiencia en el conocimiento de las
especies de interés entre los observadores debe de ser mínimas o
justificadas. De preferencia, el observador debiera ser siempre la misma
persona.
4. Si el trabajo tiene enfoque comparativo incluyendo más de una especie,
tendrá que suponerse que las diferencias en la detectabilidad entre
especies son mínimas.
5. Se recomienda no iniciar el transecto en el borde de la Unidad de
Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA); una distancia
alejada del borde entre 50 y100 metros puede ser adecuada. En la
medida de lo posible, los transectos deben establecerse al azar y ser
lineales, como el nombre del método lo indica: transectos en línea. Sin
embargo, muchas veces, esto no es posible, dada las características y
topografía de los sitios de estudio. Por lo general se hace uso de
veredas o senderos ya establecidos, los cuales generalemente no son
transectos lineales. Sin embargo, es lo más práctico. Si este es el caso,
se sugiere que los muestreos en dichas veredas usadas como
transectos, se lleven a cabo al azar, para evitar sesgos de parte del
observador y/o manejador. El transecto puede cubrir diferentes tipos de
hábitat.
6. Transecto mínimo de tres kilómetros de longitud sin ancho fijo. Se
espera que el diseño del muestreo cubra la mayor superficie posible de
la UMA y los diferentes tipos de hábitat. De preferencia y de ser posible
se recomiendan al menos tres transectos de 3 km de longitud cada uno,
pero dependerá del tamaño y de las características de la cobertura
vegetal de la UMA. De ser necesario, y para cubrir al menos una
longitud de tres kilómetros, se puede dividir la longitud en transctos de
uno o dos kilómetros, por ejemplo (Ver Figura 1). No obstante los
transectos deben estar suficientemente separados, para evitar contar
dos veces a los mismos individuos. Los muestreos se deben llevar a
cabo idealmente temprano por la mañana (7-10 de la mañana), aunque
también es posible, realizar otro muestreo por la tarde (4-6 de la tarde).
7. El tamaño de la muestra debe ser en función de la historia de vida de la
especie, el ámbito hogareño o los tipos de vegetación en la UMA. Para
el análisis de los datos (usando el programa DISTANCE) se requieren al
menos 40 individuos registrados durante los recorridos., Sin embargo
para algunas especies , las densidades son pequeñas por lo que esta
condición no se logra, lo que requiere de ajustes en su análisis.

159
Se esperaría que, mediante el desarrollo de este método, se obtuviera la
siguiente información para conocer la condición inicial y las principales
tendencias de la población de crácidos en una UMA y sus alrededores:
• densidad a través del uso de transectos en línea
• proporción de sexos
• periodo reproductivo: inicio y final
• sistema social: monógamos, polígamos
• mortalidad por clases de edad
• abundancia
• tamaño de la población
• estimación del tamaño mínimo de población:
• estimar la tasa de crecimiento potencial
• número de crías producidas por hembra/ año.

Se esperaría que, además, pudieran determinarse con otros procedimientos


adecuados:
• número de nidos
• número de nidadas
• número de juveniles registrado por hembra
• longevidad
• éxito reproductivo
• eventos reproductivos
• madurez sexual

160
El formato propuesto, para evaluar la población de crácidos en una UMA y sus
alrededores, incluye varios componentes:
La primera parte especifica los datos mínimos necesarios que deben generarse
durante el recorrido en cada transecto. Se ha especificado que se tomen datos
del(los) individuo(s) detectado(s) como registros visuales y/o escuchado(s),
pues mientras que es posible observar directamente a algunas especies, a
otras sólo es posible identificarlas a través de sus vocalizaciones. Se
recomienda que se registren ambos datos, esto también permitirá que sean
probados comparativamente, en cuanto a su precisión y aplicabilidad. En la
sección de “parámetros demográficos” se asientan aquellos datos que deben
calcularse una vez que termine el trabajo de campo. La sección de hábitos
alimentarios se ha propuesto para aprovechar los casos en los que se registren
estos fenómenos; se pide que, mediante iniciales, se especifiquen los recursos
alimentarios utilizados: Frutos (F); Hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I);
Pequeños mamíferos (PM); Reptiles (R); Otros (O, describiendo lo necesario).
Se espera que se esta información se registre tanto durante el recorrido de
cada transecto lineal como durante el traslado a éstos, en otras áreas.

REGISTRO DE DATOS DE LA EVALUACIÓN POBLACIONAL (Llenar este formato


por especie)
Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:
Municipio: Localidad más cercana: Altitud: mnm
Nombre común: __________________:___ Nombre científico: _______________________

MUESTREO
Registro visual longitud del transecto: ___________km No. de transecto______
Hora de inicio:______ Hora de termino:________ Fecha: __________
Número de distancia de Ejemplares observados*
Tipo de Vegetación
individuo observación (m) M H J S/S
1
2
3
4
5

* M: Macho; H: Hembra; J: Juvenil; S/S: Sin Sexar


Ubique con un trazo a escala en el plano de la UMA el transecto realizado, señalando las coordenadas UTM.

161
Registro auditivo Longitud del transecto: ___________km No. de transecto______
Hora de inicio:______ Hora de termino:________ Fecha: __________
Ejemplares observados*
Número de individuo distancia de detección (m) Tipo de Vegetación
M H J S/S
1
2
3
4

*M: Macho; H: Hembra; J: Juvenil; S/S: Sin Sexar


Ubique con un trazo a escala en el plano de la UMA los transectos realizados, señalando las coordenadas UTM.

Condiciones para realizar el transecto:


El transecto debe de tener al menos 3 Km. de longitud.
El observador debe de avanzar aproximadamente a un kilómetro por hora, es
decir un transecto de 3 km debe ser recorrido en tres horas aproximadamente.
Debe de ser un solo observador, el que genere los datos.

PARÁMETROS DEMOGRÁFICOS
Número de parejas: ______ Número de nidos activos: ______ Número de nidos
inactivos: ______
Número de nidadas (número de huevos en el nido): _______ Número de huevos
infértiles o no eclosionados:______
Número de puestas por temporada de reproducción: _______ Número de huevos
eclosionados. ____________
Número de crías producidas por hembra/ año________ Éxito de reproducción:
______ individuos por pareja
Tasa de natalidad: __________ individuos por pareja Tasa mortalidad: __________
individuos por pareja
Tasa de sobrevivencia: _________ individuos por pareja Tasa de reclutamiento:
________ individuos por pareja

HÁBITOS ALIMENTARIOS

Tipo de alimento Nombre común Nombre científico:

Claves: Frutos (F): Hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); pequeños mamíferos
(PM); Reptiles (R), Otros (O, describiendo lo necesario).

162
Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)

Es necesario contar con una caracterización del hábitat en las Unidades de


Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) como condición de
inicio para su manejo.
Es importante un hábitat nativo bien conservado para los crácidos, en términos
de cobertura, abundancia y densidad de la vegetación, o al menos con la
estructura vertical que incluya por lo menos dos estratos (árboles y arbustos)
los cuales son importantes para el cortejo y la anidación. Es elemental que
cuenten con espacios del bosque donde se puedan ocultar o en todo caso los
parches deben de ser continuos y conectados. Las chachalacas y el pavo
ocelado son más tolerantes a áreas perturbadas, pueden interactuar en
plantíos, sin embargo sólo usan estos sitios para alimentarse pero el resto de
su ciclo de vida requiere de hábitat conservado.
La presencia y distribución de especies vegetales que forman parte de la dieta,
puede determinar la distribución local de la población y su tamaño, por lo que
es necesario medir la riqueza de la flora y el índice de diversidad de la
vegetación. Por ejemplo, el pajuil construye su nido en árboles (Cupressus
lusitanicus, Dendropanax arboreus, Eugenia volcanicola, Symplococarpon
purpusii), en helechos (Alsophila shaedeana, Cyathea fulva, Dicksonia
gigantea, Gleichenia bancrofti) y entre bejucos, zarzas y arbustos. Por otra
parte, se alimenta de frutos de varias especies (Ardisia compressa,
Chamaedorea sp., Cinamommon sp, Citharexylum moccinni, Conostegia
volcanalis, Dendropanax populifolius, Eugenia vulcanicola, Glossostipula
concinna, Hedyosmun mexicanum, Hoffmania machrophonia, Licaria alata,
Miconia sp., Morus insignis, Nectandra reticulata, Oreopanax capitatus, Persea,
sp., Prunnus tetradenia, Rhamnus capraefolia, Rubus urticaefolius, Saurauia
madrensis, Symplococarpon purpusii, Trema micrantha, Trophis sp., y Urera
caracasana).
Los crácidos requieren de fuentes de agua, que pueden ser arroyos, aguajes o
el agua que se acumula en las bromelias. Esto es un factor crítico en zonas de
selva baja subcaducifolia.

Parte C. Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA

1. Se requiere que las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida


Silvestre (UMA) tengan un uso diversificado del uso de sus recursos, por lo que
la simple pretensión de fomento y cosecha de crácidos no es suficiente como
programa de trabajo para la conservación en una UMA.
2. Debe presentarse una evaluación poblacional con los criterios planteados y
una caracterización suficiente del hábitat, su estado y tendencias.

Bases para la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo
de especies afines).

163
La estrategia general de conservación de las especies de crácidos es aumentar
sus poblaciones o mantener sus tamaños poblacionales estables, de modo que
aquellas poblaciones que no muestren patrones estables en su tamaño
poblacional o que no muestren aumento, no deben ser aprovechadas.
Otro elemento muy importante es conocer la historia natural de las especies lo
cual determina muchos procedimientos de evaluación y análisis de las
especies, por ejemplo, como ya se ha citado, no se conocen muchos aspectos
de los crácidos en México y es imprescindible tener una idea clara acerca de su
ecología reproductiva, (época de reproducción), ámbito de actividad,
parámetros poblaciones, dieta y, entre otros temas, los aspectos
socioeconómicos de la caza.

Determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una


UMA
Como se ha referido, el conocimiento de los crácidos es limitado, sin embargo,
cabe mencionar que es estrictamente necesario conocer la producción anual
de la población, para estar en condiciones de determinar la viabilidad de la
cosecha; esto implica que se conozcan al menos los siguientes parámetros:
• Densidad, utilizando transectos en línea.
• Número de crías producidas por hembra al año.
• Estimación del tamaño mínimo de población.
• Estimación de la tasa de crecimiento potencial.
• Proporción de sexos y sus variaciones.
• Número de nidadas por hembra.
• Éxito reproductivo de los nidos.
• Calendario de los eventos reproductivos.
• Distribución y abundancia locales.

Se recomienda haber realizado un esfuerzo de muestreo mensual, por un


mínimo de dos ciclos anuales, previo a hacer una solicitud de cosecha. Esto
implica que al realizar sus trabajos de operación de la Unidad de Manejo para
la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), el responsable debe asumir el
compromiso de garantizar un trabajo de monitoreo poblacional y de hábitat por
al menos 5 años, tal que permita una estimación razonable de las tendencias
de la población.

En caso afirmativo de viabilidad, determinación de la cuantía de cosecha


sustentable en una UMA: Protocolo de cosecha sustentable
En general, los modelos descritos son aplicaables a todo el grupo de los
crácidos (y, como se ve en otro documento, también al pavo ocelado) pero es
necesario generar la información local de las variables y, en todo caso,
construir modelos locales de cosecha, por especie.

164
Calmé (2000) propone un modelo, generalizando y adaptando a partir de otro
previo, de Robinson y Redford (1991, en el que se contemplan varios
indicadores demográficos de especies de mamíferos silvestres para estimar su
tasa de aprovechamiento). Sin embargo, para los crácidos y pavo ocelado no
existe la información adecuada y suficiente para usar este modelo, por lo que
considera posible que, a partir del número de crías producidas por hembra
anualmente y de la densidad poblacional, se pueda realizar una aproximación
aceptable de la producción anual (medida de los individuos producidos por
unidad de superficie) que se define como:

P = pD*gY

Aquí, D es la densidad poblacional por unidad de superficie, p es la proporción


de hembras en la población, g es el número promedio de nidadas por año y, a
su vez, Y es el número de juveniles registrado por hembra.
Este modelo asume que la tasa de crecimiento y la producción anual es denso-
dependiente y que las poblaciones son cerradas.
Como no se conocen algunos valores reproductivos de las especies de
crácidos de interés, se propone que se utilice su longevidad promedio como
un índice del número de individuos que morirían, aún en ausencia del
aprovechamiento, de lo que puede estimarse que, para el caso de crácidos, se
trata de especies cuya última reproducción ocurre entre 5 y 10 años por lo que
la tasa de aprovechamiento puede ser de 0.4 (Calmé, 2000). Se menciona que
es común, en la Península de Yucatán, que se maneje un 0.2 como tasa de
aprovechamiento, por lo que se recomienda esta tasa por tratarse de especies
que requieren de extensa investigación sobre su historia de vida.
A partir de ello, un cálculo de la tasa de aprovechamiento anual puede
plantearse como sigue:
A= frr *P
donde:
frr = proporción de la producción anual de la población a cosechar. 0.2 partiendo
de que se trata de especies longevas y suponiendo que la última reproducción
ocurre a más de 10 años de edad.
P= producción anual
Sin embargo, una vez planteado, debe aclararse que este modelo requiere
probarse especie por especie, en el sentido de determinar las necesidades y
oportunidades para el manejo y aprovechamiento de los crácidos en las
Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), bajo un
esquema de manejo adaptativo.

165
Periodicidad y calendario de las actividades de cosecha en una Unidad de
Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA)
No se conoce con detalle el periodo reproductivo de las especies de crácidos
en México, pero pueden hacerse sugerencias con las debidas precauciones.

ene feb mar abr may Jun jul ago sep oct nov dic
Ortalis vetula

Ortalis
poliocephala
Ortalis
leucogastra
Ortalis wagleri

Penelopina
nigra
Penelope
purpurascens
Oreophasis
derbianus
Crax rubra

Distribución de las actividades de cosecha en el predio de una Unidad de


Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA)
La cosecha se realizará sólo en aquellas áreas que haya sido autorizadas en el
correspondiente plan de manejo y, necesariamente, una vez que haya
terminado el período de reproductivo o que el apareamiento haya finalizado.
Sin embargo se recomienda maximizar las precauciones según cada caso lo
requiera, para no generar factores adicionales de riesgo para las poblaciones.
Modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de trabajo y
previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, si aplica al
caso.
La cosecha se hará solo en los períodos especificados.
El espécimen que muestre evidencia externa clara de ser un individuo adulto
podrá ser candidato a cosecha. En cuanto a la cosecha diferenciada por sexos,
ésta se definiría especie por especie, dependiendo de la facilidad para
reconocerlos y de la información que se genere para cadaespecie o género. En
aquellas especies con dimorfismo sexual, como es el caso del hocofaisán (Crax
rubra) y del Pajuil (Penelopina nigra), será facil distinguir los sexos, pues
machos y hembras difieren en tamaño y coloración del plumaje. En el resto de
las especies, no es posible distinguir el sexo sólo con base en el tamaño o la
coloración del plumaje, a excepción de la chachalaca común (Ortalis vetula) de
la cual los machos vocalizan de forma diferente a las hembras. En todo caso,
los posibles individuos a cosechar deben ser, como se dijo arriba, ejemplares
con clara evidencia de ser adultos.

166
Protocolo recomendado para el monitoreo de población y hábitat
orientado a detectar sus tendencias en una UMA donde se practique la
cosecha de la especie o grupo de especies afines

Al diseñar un protocolo de trabajo orientado al seguimiento del estado de las


poblaciones y el hábitat local para especies de crácidos, debe recordarse lo ya
mencionado respecto a:

1. Se ha insistido más arriba en que se requiere de al menos cinco años de


trabajos de monitoreo para establecer de manera razonable tendencias
poblacionales y su relación con diversos componentes del hábitat.
2. La información mínima a generar es la que se ha definido para la
evaluación de población y del hábitat. Para la evaluación de hábitat se
sugiere seguir los procedimientos propuestos por Ralph y colaboradores
(1996).

Indicadores del efecto de la cosecha sobre la población y el hábitat, y


protocolo recomendado para su seguimiento y evaluación.
● Decremento en el tamaño de la población.
● Alta mortalidad, depredación, otros fenómenos derivados del furtivismo.
● Movimientos estacionales altitudinales, inusuales.
● Cambio de sitios preferidos por presencia de cazadores o cambios de
uso de suelo.
● Cambios inusuales en la proporción sexual.
● Bajos números de reclutamiento de juveniles.

Para obtener esta información deben abordarse los siguientes objetivos:


● Evaluación estacional de las capturas.
● Evaluación de los sexos aprovechados.
● Evaluación de las condiciones de salud de la población aprovechada.
● Información de la dieta .

Anexo 1. Formato para capturar datos derivados de la cosecha de


especímenes de crácidos.

Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:


Municipio: Localidad más cercana:
Numero consecutivo Nombre común Nombre científico Peso (gramos)

167
de ejemplar

Fecha Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto Sexo*


donde cobro la presa)

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**

Exportación Autoconsumo Trofeo


del trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

Numero consecutivo Nombre común Nombre científico Peso


de ejemplar (gramos)

Fecha Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto Sexo*


donde cobro la presa)

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**
Exportación Autoconsumo Trofeo
del trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

Numero consecutivo Nombre común Nombre científico Peso


de ejemplar (gramos)

Fecha Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto Sexo*


donde cobro la presa)

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**
Exportación Autoconsumo Trofeo
del trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

* Especifique el sexo de la presa cobrada M: macho H: hembra


** Frutos (F): hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); pequeños mamíferos (PM); Reptiles (R)

Parte D. Recapitulación y recomendaciones

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los
resultados del monitoreo de población y de hábitat.

168
• No cosechar si no se tiene conocimiento de los parámetros mínimos de
la productividad de la población.
• Tras un fenómeno natural (o inducido) severo, debe suspenderse la
cosecha hasta no obtener información que evalúe de manera clara el
nuevo estado de la población y su hábitat.
• También debe suspenderse la cosecha al detectarse enfermedades en
la población.
• Debe suspenderse la cosecha, asimismo, cuando se detecte una
disminución en el reclutamiento de juveniles.
• Deberá reducirse la tasa de aprovechamiento cuando la productividad
de la población disminuya.

169
Parte IV. Bibliografía

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182
PATOS, GANSOS Y OTRAS AVES ACUÁTICAS, MIGRATORIAS Y
RESIDENTES

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes.

Participantes

Humberto Berlanga CONABIO (moderador)


hberlang@conabio.gob.mx
José Manuel Ochoa DUMAC
manuelochoa@dumac.org
Julio Carrera CONANP
acarrera@conanp.gob.mx
William (Bill) Eldridge USFWS
William_eldridge@fws.gov

Introducción

Cada año durante el periodo invernal, arriban a nuestro país una gran cantidad
de aves migratorias procedentes de Norteamérica que utilizan los humedales
costeros e interiores de México como sitios de descanso, de tránsito, o como
hábitat de invernación. Allí coexisten con una gran variedad de especies
residentes de nuestro país. Como parte de esta riqueza, las aves acuáticas, en
particular los anátidos (patos y gansos), así como las grullas y gangas tienen
un alto valor ecológico, cultural y económico en México y en toda Norteamérica.
El aprovechamiento cinegético, los usos tradicionales y otros vinculados con la
investigación y ecoturismo son algunos de los aspectos que reflejan ese valor.

Las aves acuáticas son parcial o totalmente dependientes de los humedales


durante alguna fase de su ciclo de vida (Kroodsma, 1978), por ello tienen una
gran variedad de adaptaciones y estrategias de alimentación y de
reproducción, relacionadas con las características de su hábitat tales como
profundidad del agua, tipo del sustrato, cobertura vegetal, características
físico-químicas, etc. (Alonzo, 2000).

Por otra parte, las aves acuáticas tienen una importante función en la ecología
de los humedales y en el reciclamiento de nutrientes de estos ecosistemas lo
cual, a su vez, está relacionado con los ciclos de producción de los recursos
pesqueros y económicos de las zonas costeras.

Parte A: Aspectos de población de las especies (o grupos de especies)

1. Escala: La mayor parte de las especies de patos, gansos y grullas son


migratorias a escala continental por lo que, en general, la escala de operación
de las UMA resulta insuficiente como esquema de manejo de poblaciones,

183
para garantizar su conservación y aprovechamiento sustentable. Como en
otros grupos de animales que tienen movimientos amplios, la conservación de
las aves acuáticas no puede basarse solamente en acciones locales o
solamente en una estrategia general, ambos extremos deben articularse con
acciones organizadas de manera eficaz (Sánchez, 2000). Por ello existen
programas y acuerdos internacionales que reconocen la responsabilidad
compartida sobre las especies de aves acuáticas migratorias. En México se
encuentran tambien poblaciones y especies residentes (es decir, que se
reproducen localmente) para las cuales, por lo general, las dimensiones y
esquemas de gestión de las UMA tienen un efecto limitado para el manejo y
conservación de poblaciones con base en sus requerimientos de hábitat para
alimentación, refugio y anidación.

En virtud de lo anterior, se propone dividir este conjunto de especies en dos


grupos, con respecto a las escalas de gestión:

1) Especies migratorias: Las cuales requieren monitoreo y evaluación


a escala continental, para conocer el tamaño y las tendencias
demográficas y de distribución de las poblaciones, complementado con
evaluaciones comparativas por regiones (en México), regiones que
resultan determinadas por la distribución y abundancia de las especies
durante la temporadas de migración e invernación.

2) Especies residentes: Que necesitan monitoreo y evaluación de


poblaciones y hábitat a escala regional, con base en la confluencia de
esfuerzos a escalas locales, cuyos resultados complementen las
estimaciones de las poblaciones de especies migratorias.

En este contexto, una de las acciones inmediatamente detectables como de


primera importancia es el desarrollo de un taller, que reúna a personal técnico
de los gobiernos y a biólogos especialistas de los tres países, para determinar
de manera más específica las áreas, metodologías de campo y los medios
necesarios para la implementación de este nuevo esfuerzo de monitoreo
continental y regional por parte de México.

Una visión de conjunto adecuada sobre las aves acuáticas es la base para
abordar estas tareas. Para ello, es recomendable recopilar y evaluar
detalladamente la evidencia disponible pues, como muestra la Figura 1, aún
existen muchas áras de oportunidad para mejorar la percepción de conjunto
sobre este grupo de especies silvestres.

184
Figura 1. Regionalización propuesta por Subcomité de Aves Acuáticas a
la DGVS. (Véase también el Anexo 1).

Nota: Las áreas del mapa que están en blanco deben ser reevaluadas desde
una perspectiva de conservación más amplia. Las unidades regionales
identificadas por el subcomité, le otorgan CERO importancia a cuatro de los
estados mas biodiversos estados de la república (ver mapa) lo cual resulta muy
cuestionable especialmente si se toma en cuenta el hábitat para estas y otras
especies.

2. Fuentes de información poblacional y métodos:

A escala continental: Existen varias fuentes de información disponibles, por


ruta migratoria (flyways desde Canadá a México) entre otros:

a) Winter waterfowl survey (USFWS)


b) Continental waterfowl breeding survey (CWS + USFWS)
c) Conteos específicos (CWS + USFWS + SEMARNAT)

185
México debe fortalecer sus capacidades técnicas y ampliar la cooperación con
Estados Unidos y Canadá en todos los ámbitos, especialmente en materia de
logística y de manejo, análisis e intercambio de información sobre poblaciones.

A escala regional:

a) Se requieren conteos de individuos en UMA para evaluar la importancia


relativa de la misma y para, agregando y analizando adecuadamente los
datos, evaluar las solicitudes de tasas regionales. Para este fin, estos
datos deben ser sistematizados e incorporados a una base de datos
nacional con el fin de usarlos como índices poblacionales para cada
región.

b) Asimismo,os informes de aprovechamiento de aves acuáticas en UMA


deberán ser sistematizados e incorporados a esa base de datos, para
incorporarlos al análisis de tendencias y posibilidades reales de cosecha
anual, por UMA y por región.

c) Es necesario analizar y discutir la pertinencia de la propuesta preparada


por el Subcomité de Aves Acuáticas para la realización de conteos en
tierra y aire por regiones, para especies migratorias y residentes, de
manera que si es factible y costeable, se proponga un mecanismo que
permita asociar números de individuos con regiones para, con base en
ello, distribuir tasas de aprovechamiento en el país en unidades de
aprovechamiento funcionales a la escala adecuada.

d) Por otra parte se requiere desarrollar e instrumentar, en colaboración


con el conjunto de Unidades de Manejo para la Conservación de Vida
Silvestre (UMA), un programa de monitoreo para las poblaciones de
especies residentes y sus hábitat, tal que proporcione la información
necesaria para poder incorporarla a los cálculos de tasas de
aprovechamiento por regiones, tomando en cuenta los hábitat, habida
cuenta de que estas especies y poblaciones no están siendo
contabilizadas en las evaluaciones a escala sub continental. Este
programa puede realizarse de manera complementaria (tendrían que
definirse fechas y esfuerzos) con los conteos regionales para especies
migratorias.

Conteo de individuos en las UMA

Para hacer un estimado del número de individuos y las tendencias de población


de las aves acuáticas, tanto al nivel regional como al nivel local, los
responsables técnicos de las UMA y PPF, deberán realizar monitoreos aéreos
y terrestres. Por un lado, el monitoreo regional deberá ser organizado por un
comité regional en cada una de las regiones definidas y coordinado por la
Dirección General de Vida Silvestre y el Subcomité de Aves Acuáticas; este
monitoreo consistirá en un censo aéreo de medio invierno de las principales
zonas donde se distribuyan estas aves. El segundo monitoreo consistirá en el
estudio poblacional de especies residentes en las UMA, para conocer su

186
demografía y tendencia poblacional, integrando los datos de las distintas UMA
de manera adecuada.

Muestreos anuales de especies cinegéticas (aéreos y terrestres) en


humedales prioritarios.

Muestreo aéreo:

Se empleará este método de conteo, pues se estima como un método práctico


que permite cubrir grandes superficies, además de que proporciona una visión
de conjunto de las especies y de su densidad total.
Se procurará que los conteos sean rápidos, para evitar errores de muestreo
originados por la movilización de las aves.
El monitoreo estará basado en la propuesta realizada por el Subcomité de
Aves Acuáticas, apoyada en una modificación al método de aire–tierra llevado
al cabo en las áreas de reproducción de patos en las Grandes Planicies de
Norteamérica y con algunas similitudes con el Índice de Machos Solitarios
(Lone Drake Index). Este se realizará cada año, en desfasamiento con el
realizado por el Servicio de Caza y Pesca de los Estados Unidos (USFWS).
El inventario aéreo del número de individuos de cada especie se realizará
directamente en los cuerpos de agua (lagos o lagunas, según sea el caso). Se
visitarán una vez al año (se recomienda que, para tener un seguimiento
sistemático de la tendencia poblacional de las aves acuáticas, los monitoreos
se hagan el mismo día cada año) a medio invierno. Se utilizarán avionetas
ligeras tipo Cessna 182, 204 o 206 o similar, que permitan una velocidad
cercana o menor a las 100 millas/hora y que tengan una autonomía de vuelo
mínima de 4 horas. Los conteos se harán a baja altura y tratando de cubrir toda
el área; para ello se recomienda volar en zig-zag, intentado ver y contar todos
los patos, gansos y demás especies de interés concentradas en los cuerpos de
agua.

Durante el vuelo los observadores (colocados –uno o dos– a cada lado del
aeroplano) registrarán el número de individuos de cada especie que detecten
en su lado. En caso de ser posible, cada observador se concentrará en el
conteo de sólo una o dos especies. Los conteos se harán a la misma hora. A
continuación se enlistan otras especificaciones para realizar este trabajo:

• Horario: Iniciar 30 minutos después de la salida del sol (patos)


• Horario: Iniciar 12:30 p.m. (gansos)
• Tiempo de Observación: 3 horas
• Fechas de Realización: Primeras 2 semanas de Enero.
• Transectos preestablecidos con distancias mayores a 10 kilómetros
en áreas abiertas y de 2 kilómetros en mangle (revisión de
experiencias previas).
• En lo posible disponer de por lo menos 1 observador para cada lado.
• Ver posibilidad de ajuste de marcas para determinar ancho de
transecto (mangle o lagunas de gran extensión).
• Estimar proporciones de especies y de ser posible de sexo y edad,
de manera visual.
• Ubicar geográficamente las poblaciones mediante GPS.

187
• Realizar descripciones generales de hábitat.

Muestreo Terrestre.

Se recomienda complementar el muestreo aéreo con un muestreo terrestre ya


que, según Davis y Winstead (1987), existen diferencias en los datos obtenidos
a partir de conteos aéreos y terrestres.
Los conteos terrestres deberán estar coordinados, es decir, todos los cuerpos
de agua se muestrearán el mismo día y a la misma hora.
Para los monitoreos terrestres se recomienda usar el método de conteo por
puntos, propuesto por Ralph et al. (1996), el cual consiste en establecer varios
puntos de conteo con un radio variable de censado, separado un punto de otro
por una distancia suficiente para evitar duplicar registros. Este censo deberá
hacerse para el caso de residentes cuatro veces al año (enero, abril, julio y
octubre) y para especies migratorias 2 veces al año (enero y febrero). Ya sea
un día después o un día antes del monitoreo aéreo, para evitar posibles
alteraciones (cada año deberá hacerse en el mismo día). El censo se realizará
durante las primeras horas de la mañana,

Selección de puntos: se seleccionará un número suficiente de puntos de


observación, tantos como sean necesarios para abarcar la mayor extensión
posible del cuerpo de agua (lago, laguna u otro. Esos puntos deberán
encontrarse completamente rodeados por agua y, para hacer los registros, se
recomienda utilizar torres de observación (recuérdese que los puntos de conteo
deben ser los mismos cada año). La ubicación de las torres debe ser adecuada
para registrar el número de puntos que se haya estimado representativa del
cuerpo de agua en su totalidad. Otros sitios de observación deberán ubicarse
en las orillas del cuerpo de agua, para efectos comparativos. Dada la dificultad
de estimar la distancia con exactitud, se utilizarán los siguientes intervalos de
distancias estimadas <25 m 25-50 m, 50-100 m, 100-150 m, 150-200 m, 200-
250 m, > 250 m. Asimismo, deben definirse puntos de conteo en los comederos
(por ejemplo, cultivos de avena o maíz y pastizales).
Cada punto de conteo deberá estar geo-referenciado, es decir, tendrá que
indicarse su posición con coordenadas geográficas, preferentemente obtenidas
con equipo GPS.
En los conteos por puntos el observador permanecerá en un punto fijo y, con
ayuda de binoculares y telescopio, registrará todas las aves vistas durante un
lapso determinado (20 minutos). Se recomienda trabajar en equipos de
personas, para que así cada contador se concentre plenamente en una o
pocas especies. Los datos que deben registrarse son el número de individuos
por especie y, hasta donde sea posible, sexo y edad (Hinojosa-Huerta et al.,
2004).

3. Datos biológicos mínimos para el manejo y aprovechamiento

A) tamaño de las poblaciones de cada especie

188
a) Especies migratorias: Las que invernan y / o transitan por México por
cada región:

• Cantidad, tendencia y distribución espacio-temporal


• Cantidad y calidad de hábitat de alimentación
• Cantidad y calidad de hábitat de descanso
• Cantidad y calidad de hábitat de reproducción (poblaciones del
Norte de México)
• Estacionalidad, movimientos locales y uso de hábitat
• Amenazas por región

b) Especies residentes por regiones*:

• Número de individuos, tendencias poblacionales y distribución


espacio-temporal por especie
• Reproducción: reclutamiento (temporalidad, tamaño de nidadas,
número de eventos reproductivos, entre otros)
• Disponibilidad, cantidad y calidad de hábitat de alimentación
• Disponibilidad, cantidad y calidad de hábitat de reproducción
• Estacionalidad, movimientos locales y uso de hábitat
• Amenazas locales

c) Especies con poblaciones migratorias y residentes por regiones*


(hacer una lista de especies que cumplen con esta condición en las
diferentes regiones del país)

• Cantidad, tendencia y distribución espacio-temporal


• Cantidad y calidad de hábitat de alimentación
• Cantidad y calidad de hábitat de descanso
• Cantidad y calidad de hábitat de reproducción (poblaciones del
Norte de México)
• Estacionalidad, movimientos locales y uso de hábitat
• Amenazas por región

*Los estudios y conteos regionales permitirán obtener esta información.

B) Estimaciones o registros del aprovechamiento

a) Datos de aves aprovechadas por regiones

- Número total de aves aprovechado


- Tendencias por especie por región y por temporada

4. Lineamientos para el análisis de los datos y determinación de la


condición y tendencia de las especies y poblaciones.

189
Desde hace ya varios años, las condiciones y tendencias generales de la
mayoría de las poblaciones de especies migratorias es determinada por
equipos técnicos del USFWS, el CWS y un numeroso grupo de colaboradores
en toda Norteamérica. Es necesario que México participe de manera regular y
permanente en el proceso de seguimiento de las rutas migratorias (flyways), en
particular las del Pacífico, Centro y Mississippi y que se involucre en estas
actividades asignando personal técnico especialmente capacitado para realizar
dichas tareas. Desde luego, para ello es necesario destinar recursos
gubernamentales suficientes (incluyendo el personal capacitado y
financiamiento específico) para atender esta necesidad.

La Mesa considera que, más que proponer lineamientos, es necesario integrar


un proceso de análisis de poblaciones a través de un grupo de profesionales,
expertos en biología con experiencia en dinámica de poblaciones, demografía,
bioestadística y manejo de vida silvestre, que opere desde el gobierno, con
recursos federales (gubernamentales) y que tenga la responsabilidad de
establecer y aplicar los lineamientos específicos que permitirán determinar el
estado de las poblaciones residentes y migratorias en México, y proporcionar
recomendaciones y medidas de manejo y aprovechamiento específicas para
cada región y que, además, interactúe de manera oficial con sus contrapartes
técnicas de Estados Unidos y Canadá.

5. Determinación de márgenes de error aceptables

Las poblaciones de Anátidos de Norteamérica son manejadas utilizando el


concepto de MANEJO ADAPTATIVO DE RECURSOS, por lo que se
recomienda adoptar este enfoque de manera institucional en México, como
parte de los programas de conservación, manejo y aprovechamiento
sustentable, para fortalecer la aplicación de la normatividad vigente.

6. Métodos de manejo de poblaciones

• Manejo protección y restauración de hábitat a escala regional (todas


las especies)
• Protección, mejoramiento y restauración de las áreas de anidación de
especies residentes
• Restricciones específicas al aprovechamiento diferenciadas por
regiones (límites, temporadas, vedas, periodos de descanso
rotativos, entre otros)

7. Tipos de hábitat (árido, semiárido, templado y tropical)

Para el caso de las aves acuáticas, las diferencias de hábitat deben


incorporarse en los procesos para la conservación mediante la integración
razonada de planes de monitoreo, conservación y manejo, utilizando la
regionalización propuesta o alguna otra y distribuyendo responsabilidades
subsidiarias a las UMA y a los organizadores cinegéticos .

8. Formatos propuestos para sistematizar la información poblacional


proveniente de las UMAs.

190
Consideramos que la mejor manera de dar valor al trabajo de monitoreo de
poblaciones en las UMA, consiste en organizar el trabajo a escala regional
siguiendo una metodología que permita que dicha información sea compatible y
complementaria con los esfuerzos de monitoreo a escala regional y continental.
Por ello creemos que las autoridades deben establecer el marco técnico y
normativo, así como el diseño del muestreo para la realización de los conteos
,mediante disposiciones reglamentarias establecidas como condicionantes en
las tasas de aprovechamiento o acuerdos secretariales.

Los informes de aprovechamiento deben ser obligatorios para las UMA y deben
significar una condición para solicitar futuras tasas de aprovechamiento. En
todos los casos, los informes deben incluir la mayor cantidad posible de datos,
incluyendo, por ejemplo: especie, número de individuos por especie, proporción
de sexos, fecha de cacería, ubicación del sitio de cobro de la pieza (latitud y
longitud), condición del ejemplar, éxito de cacería en la temporada (% de la
tasa autorizada a la UMA que fue cobrado, entre otros temas).

191
MONITOREO DE AVES ACUÁTICAS MIGRATORIAS DE INTERES CINÉGETICO

FORMATO PARA DATOS CONTEO AÉREO

Nombre observador_________________________________________
Observador. Principal ( ) Secundario ( )
Fecha ________________________________
Hora de inicio _____________________________ Hora de término
___________________________
Coordenadas
Lugar _______________________________ ___________________________

Método de conteo: Crucero ( ) Transectos ( )

Condiciones meteorológicas:

Soleado ( ) Nublado ( ) Lluvioso ( )

moderado (
Viento leve ( ) ) Fuerte ( )

No. de Proporción machos/ hembras/


Especies individuos juveniles

Observaciones adicionales

Cuadro 1. Formato propuesto para la concentración de información


derivada del monitoreo aéreo.

192
MONITOREO DE AVES ACUÁTICAS MIGRATORIAS DE INTERES CINÉGETICO

FORMATO PARA DATOS CONTEO TERRESTRE

Nombre observador_________________________________________
Fecha ________________________________
Hora de inicio _____________________________ Hora de término
___________________________
Coordenadas
Lugar _______________________________ ___________________________

Método de conteo

Condiciones metereológicas:

Soleado ( ) Nublado ( ) Lluvioso ( )

moderado (
Viento leve ( ) ) Fuerte ( )

Vegetación acuática:

Vegetación terrestre:

Punto observaciones
No. de (localización machos/ hembras/
Especies Individuos coordenadas) Distancia juveniles

Observaciones adicionales

Cuadro 2. Formato propuesto para la concentración de información


derivada del monitoreo terrestre.

193
Parte B: Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)

1. Escala geográfica de trabajo

Por sus características biológicas, las aves acuáticas requieren de manejo de


hábitat a diferentes escalas que van de las regiones (zonas) propuestas,
pasando por corredores migratorios e incluyendo humedales específicos, y
UMA –o porciones de ellas– donde se realiza el aprovechamiento u ocurren
fenómenos biológicos relevantes como la alimentación, el descanso y la
reproducción de las aves.

El monitoreo de poblaciones en México debe realizarse a escala regional en un


contexto continental. Algunos humedales son claves para la conservación de
algunas poblaciones (dormideros, áreas de alimentación y otros). En los
corredores migratorios hay sitios de descanso o refugio y, por último, hay UMA
o parte de ellas que requieren tomar acciones específicas en sus planes de
manejo para proteger o manejar sitios de reproducción (para aquellas especies
residentes) y de aprovechamiento, en su caso.

Proponemos que el manejo de hábitat para estas especies se desarrolle a


diferentes escalas, todas ellas complementarias, dependiendo de las
necesidades y preguntas relativas al manejo, que deban atenderse para
garantizar la conservación y el aprovechamiento sustentable de las diferentes
especies. Para lograr esto, es necesario que se creen mecanismos de
coordinación entre las UMA, para compartir y distribuir de manera funcional y
adecuada las responsabilidades de monitoreo y manejo entre autoridades,
organizadores a cargo de UMA y cazadores, en las diferentes regiones.

2. Métodos de evaluación de las condiciones y tendencias del hábitat

Es necesario adoptar un sistema de clasificación estándar para los humedales


del país (por ejemplo, podría elegirse entre los de Cowardin, DUMAC,
RAMSAR u otros) el cual sirva como marco de referencia para estandarizar
metodologías de evaluación, manejo y seguimiento.

El monitoreo del hábitat debe efectuarse una vez al año (es recomendable
entre diciembre y febrero), y dirigirse a estimar el porcentaje de cobertura
máxima y mínima, así como el promedio de altura de cada uno de los
siguientes estratos: árboles (como aquella vegetación > 3 m de altura),
arbustos (0.5 - 3 m), herbáceas (0.1 - 0.5 m) hierbas (< 0.1 m), plantas
emergentes, suelo descubierto y espacios de agua no cubiertos por vegetación
(Hinojosa-Huerta et al., 2004).

Entre las variables que deben monitorearse están, las siguientes:

• Abundancia, distribución, disponibilidad y calidad de cuerpos de agua


por regiones
• Tipos de hábitat, cubierta y composición vegetal

194
• Estacionalidad de los humedales
• Amenazas locales (incendios, caminos, entre otros)
• Heterogeneidad ambiental
• Perturbaciones humanas
• Depredadores
• Cantidad, calidad y distribución de los sitios de alimentación,
descanso y reproducción
• Cambios de uso del suelo (desecación de humedales)
• Tendencias de la superficie, componentes y características de los
humedales
• Grado de zolvamiento
• Tendencias en la visita de distintas especies asociadas con el
humedal (aspecto en el queson cruciales los muestreos cuidadosos
exigibles a las UMA).
• Disponibilidad de agua y variaciones en su nivel y calidad
• Estructura y composición de la cubierta vegetal

En las UMA, el trabajo de manejo, evaluación y seguimiento del hábitat debe


ser responsabilidad de los técnicos de esas mismas Unidades y sus
propietarios, en el marco de su plan de manejo y del programa regional (zonal)
para conservación de hábitat que sea establecido por las autoridades. Para
estas tareas es importante distinguir claramente entre aquellas actividades que
efectivamente se dirigen al mejoramiento de hábitat y aquellas que constituyen
simplemente medidas para la atracción de individuos de aves acuáticas. Los
lineamientos para atender esto último deben construirse lo antes posible.

3. Datos útiles del hábitat, que repercuten en las especies de interés para
las UMA

Véase el punto 2.

4. Lineamientos para el análisis de datos de hábitat y márgenes de error


aceptables

La mesa considera que más que enlistar lineamientos específicos para el


manejo del hábitat es necesario crear un grupo de profesionales, especialistas
que, desde el gobierno y con recursos propios (federales), tenga la
responsabilidad de establecer, aplicar y monitorear la aplicación de
lineamientos específicos que permitirán determinar el estado de los hábitat a
diferentes escalas, tanto para especies residentes como migratorias. Este
grupo o grupos técnicos regionales proporcionarán recomendaciones de
manejo, mejoramiento, restauración y protección para el hábitat de estas
especies.

5. Métodos de manejo del hábitat para aves acuáticas

Es necesario que la autoridad federal promueva la sistematización de la


información (por ejemplo, a través de la CONABIO) y las experiencias

195
existentes en materia de manejo de hábitat (con la participación de la DGVS y
CONANP), tanto a nivel nacional como internacional. Para definir mejores
métodos de manejo es recomendable identificar expertos en manejo dentro del
sector académico, de las ONG y entre sectores productivos de otro tipo como
la agricultura, las pesquerías, y el estudio del agua, para conformar grupos
interdisciplinarios que puedan ofrecer soluciones concretas a problemas
complejos, caso por caso.
Las autoridades deben promover y simplificar los esquemas de coordinación
interinstitucional que faciliten la colaboración, el intercambio de información y
la instrumentación de soluciones prácticas y de largo plazo, para la
conservación del hábitat.

6. Formatos para sistematizar la información sobre el hábitat en las UMA y


enviarla a las autoridades.

La información relevante (biológica, fisiográfica, ecológica, socioeconómica u


otra, según cada caso lo requiera) de la operación del plan de manejo de
hábitat de la UMA, deberá presentarse de manera estandarizada para que los
datos sean comparables entre regiones y entre años, y de modo que sirva,
además, para construir un sistema de información regional con indicadores de
desempeño de cada UMA, en relación con las especies y hábitat que le son de
interés y para la conservación de la biodiversidad local.

Por otro lado, es necesario que el sistema de información sea unificado, con
criterios y parámetros consistentes y complementarios, que permita el acceso a
datos de agua, vegetación, las ANP y las UMA, pesquerías, aprovechamiento
forestal, uso de suelo, infraestructura; como se aeñaló más arriba, se
recomienda la participación comprometida del INEGI, laCONABIO y otras
instancias de gobierno vinculadas con los temas a tratar.

Parte C: Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA

1. Escala geográfica a la cual debe considerarse la determinación de la


cosecha

Como se mencionó en el primer punto de la sección relativa al monitoreo, la


mayor parte de las especies de patos, gansos y grullas son migratorias a
escala continental, por lo que, simplemente, en general la escala de operación
de las UMA es insuficiente para garantizar su conservación, manejo y
aprovechamiento sustentable. Por otra parte en México hay también
poblaciones y especies que son residentes todo el año (es decir, que se
reproducen localmente) y para las cuales tampoco el tamaño promedio de las
UMA resulta suficiente.

La determinación de la cosecha sustentable para especies migratorias y


residentes (en su caso) debe hacerse a escala regional, con base en un
sistema de regionalización como el propuesto por el Subcomité de Aves

196
Acuáticas (Figura 1) y en función de la información de distribución, abundancia
y temporalidad de las especies durante la migración e invernación.

2. Información esencial y aceptable de poblaciones y hábitat en la que


debe basarse la propuesta de cosecha sustentable dentro de una UMA,
para aves acuáticas.

- El uso de la cosecha sustentable (regional) se debe distribuir UMA por UMA a


través de un mecanismo de asignación de cintillos que considere, entre otros,
los siguientes aspectos:

• Superficie total de la UMA


• Superficie total bajo manejo para aves acuáticas
• Superficie dedicada a la conservación
• Cantidad y calidad de hábitat para aves acuáticas en la UMA
• Importancia relativa de la UMA para las poblaciones de aves acuáticas
en la región que ésta se encuentra
• Contribución de la UMA al monitoreo regional
• Contribución de la UMA a la conservación de especies residentes
• Cumplimiento de la normatividad (reportes, plan de manejo y otros)
• Prácticas de manejo, protección, restauración y mejoramiento de hábitat
• Historial de aprovechamiento (5 – 10 años)

Por otra parte, para favorecer y mantener la igualdad de oportunidades entre


las diferentes UMAs, la asignación de tasas UMA por UMA, para especies
limitadas en cualquier región, así como su aplicación, podrán estar ponderadas
por los límites diarios y de posesión, dependiendo de la abundancia de
individuos por especie en cada temporada y en cada región.

Por ejemplo, para una cuota de cosecha sustentable de 10,000 ejemplares


asignada para una región dada, en una temporada pueden autorizarse 200
cintillos que amparen 50 individuos y en la siguiente temporada, hipotetizando
una cuota de cosecha sustentable de 5,000 ejemplares, se pueden autorizar
200 cintillos, que amparen 25 individuos aprovechados.

Para el caso de las especies restringidas (por ejemplo el pato golondrino A.


acuta o la grulla Grus canadensis) deberán considerarse, además de
precauciones específicas para esas especies, las recomendaciones y acuerdos
internacionales aplicables y vigilar el cumplimiento de las restricciones
establecidas en México.

3. Lineamientos para estimar los márgenes de seguridad respecto a la


propuesta de cosecha sustentable de una población.

Como se explicó en la primera sección (monitoreo), para las especies


migratorias la evaluación de las poblaciones se realiza a escala continental, por
lo que la determinación de tasas de cosecha sustentable que se autoricen para
cada región en México, deberá ser consistente con aquellas recomendadas por
el sistema de flyways de Norteamérica. Esta información base debe
complementarse con los datos derivados de los esfuerzos de monitoreo

197
regional y por el historial de aprovechamiento, por especie, de cada una de las
UMA.

Estas previsiones ayudarán a mantener la presión de aprovechamiento dentro


de márgenes de cosecha sustentable internacionalmente aceptados.

Para el caso de las especies residentes, el grupo de expertos (ver la Sección 1)


encargados del análisis de la información poblacional derivada del monitoreo
regional propondrá tasas de aprovechamiento restringidas, especie por
especie, dentro de márgenes ponderados por el principio precautorio, de
manera que se garantice el mantenimiento de sus poblaciones a escala
regional a largo plazo.

4. Formatos propuestos para sistematizar claramente la información y


enviarla a las autoridades para su dictamen.

La DGVS, con el apoyo de la CONABIO deberá diseñar e implementar un


sistema de información (base de datos) que identifique claramente los tipos de
información más relevantes para el caso de las aves acuáticas y que permita
compilar y sistematizar de manera eficaz esa información. Cada tipo de dato
requerido (estadísticas económicas, información de poblaciones, reportes de
cacería o de temporada, operación del plan de manejo, manejo de hábitat, etc.)
deberá manejarse por separado.

Se recomienda que los formatos sean simples, que soliciten solamente la


información que será analizada y utilizada por la autoridad para alimentar el
sistema de información, de manera que apoyen el manejo y seguimiento de la
actividad de las UMA y mejorar los procesos de planeación y gestión. Los
formatos actuales están sobrecargados, son confusos y mezclan distintos tipos
de información,

5. Componentes de verificación de campo (indicadores y su medición


sistemática) que deben respaldar una propuesta de cosecha sustentable
en UMA

El formato actual de solicitud de tasa de aprovechamiento para las UMA no


corresponde con el esquema general de generación, manejo y análisis de
información para determinación de cosecha sustentable de aves acuáticas en
Norteamérica.

El formato actual esta diseñado para la determinación de tasas de


aprovechamiento de especies residentes –principalmente terrestres– que
cumplen su ciclo de vida dentro de los márgenes de la UMA (véanse también
las Secciones 1 y 2). Por esta razón se considera necesario rediseñarlo para el
caso de las aves acuáticas.

El nuevo formato deberá incluir información proveniente de las actividades de


monitoreo locales (para especies residentes) y de la participación de la UMA en
los esfuerzos de monitoreo regional (para residentes y migratorias). Ninguno de
los anteriores datos, sin embargo, servirá para determinar directamente la tasa

198
de aprovechamiento de una UMA dada, sino que proveerá información
complementaria para los conteos continentales, y para el manejo y
determinación regional de los términos y cuantía del aprovechamiento de
especies residentes por regiones.

Nota: Se sugiere que la información de los reportes de aprovechamiento


(informes de cacería de las UMA, por temporada) se manejen por separado
(véase la Sección 1) y que se soliciten en formato electrónico (tal vez a través
de un portal de Internet conectado al sistema de información, para simplificar
su captura) .

6. Recomendaciones para el ajuste progresivo de la cosecha sustentable


en una UMA, en función de los efectos de la extracción sobre el estado y
tendencias de la población y del hábitat

Para lograr este propósito, es necesario que los programas de monitoreo y


seguimiento de poblaciones y hábitat, a diferentes escalas, sean continuos,
sistemáticos y de largo plazo. Los criterios de Plan de Manejo de Aves
Acuáticas de Norteamérica son un referente obligado, pero es necesario
desarrollar metas poblacionales y de hábitat para especies residentes y ajustar
las tasas de aprovechamiento por regiones en México, en función de esas
metas.

Para lograr un ajuste progresivo es indispensable contar con un sistema de


información que permita acumular y analizar la información de campo año tras
año de manera que se genere un verdadero sistema de seguimiento a nivel
nacional y continental sobre la respuesta de las especies y sus poblaciones a
cambios en el medio y a ajustes en las presiones de cacería. Para este
propósito, la aportación de información por parte de las UMA es un factor que
debe aprovecharse a su máximo potencial.

7. Consideraciones para diferentes tipos de hábitat

Sugerimos que, de ser necesarias, las recomendaciones diferenciadas por


hábitat, para la conservación y uso sustentable de las aves acuáticas, se
establezcan en el marco de la propuesta de regionalización presentada (Figura
1) o en otra que se determine como idónea para ese fin.

199
Parte E. Bibliografía

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201
ANEXO 1

Propuesta de regionalización y programa de monitoreo regional elaborada por


el subcomité de Aves Acuáticas

Subcomité Técnico Consultivo para la Conservación, Manejo y


Aprovechamiento Sustentable de las Aves Acuáticas y su Hábitat en
México.

Conteos de Medio-Invierno en México, para las


Aves Acuáticas Migratorias y Residentes

Propuesta de Modificación

Justificación:

Actualmente en el Continente Norteamericano, existe una creciente presión


sobre las aves acuáticas migratorias, a través de la demanda en el incremento
de las tasas de aprovechamiento que sobre estas especies se llevan a cabo
cada año. Mientras que en los Estados Unidos se hacen ajustes anuales en el
otorgamiento de la cosecha que será tomada por los cazadores durante cada
una de las temporadas, en México en donde hasta los últimos años la cosecha
de estas aves no ha sido significativa, las nuevas medidas administrativas
establecidas a partir de la emisión de la Ley de Vida Silvestre en el año 2000,
la actual administración ha fomentado desde entonces el correcto
aprovechamiento de las aves acuáticas migratorias y se prevé que se pueda
seguir incrementando la demanda y por ende las tasas de aprovechamiento de
la población de aves acuáticas que invernan en nuestro país.

Los datos que sustentan la cosecha estimada para cada temporada en los
Estados Unidos, está basada en una gran variedad de conteos que se llevan a
cabo en diferentes partes del ciclo de vida de estas especies de aves, durante
la primavera-verano. Desafortunadamente para México, la única fuente de
información con la que se cuenta para determinar la población invernante y su
distribución en nuestro país, lo constituyen los conteos de medio invierno
llevados a cabo en nuestro país por el USFWS y la hoy DGVS de la
SEMARNAT, además de los conteos adicionales de ciertas áreas que resultan
insuficientes en términos de datos para estimar el aprovechamiento.

Debido a las nuevas formas de administrar este recurso en México, se está


demandando la necesidad de determinar las poblaciones y la distribución de
las aves acuáticas migratorias y residentes como una herramienta para la toma
de decisiones de manejo que apoye la sustentabilidad del recurso bajo criterios
continentales. Estas estimaciones aéreas deberán de contemplar las regiones
propuestas por el Comité de aves acuáticas, y considerar a los conteos de
medio invierno como el medio más representativo para determinar las

202
poblaciones invernantes en México, y como la base de información que
determine a las poblaciones y la distribución de aves acuáticas residentes.

Desde mediados de los 80´s, estos conteos han sido llevados a cabo de forma
tri-anual, y tradicionalmente se vienen desarrollando solamente aplicando el
método aéreo, mismo que ha sido llevado a cabo de manera discontinua y
parcial en cuanto a la representación de humedales por lo que se requiere
mejores herramientas para llegar a una mejor estimación de las poblaciones.

Con el objeto de dar cumplimiento a los dos tratados internacionales existentes


para la conservación y manejo de las poblaciones de aves acuáticas en Norte
América, se considera indispensable hacer un nuevo planteamiento sobre la
forma en que estos conteos de medio-invierno se están desarrollando en
México. Lo anterior con el objetivo de determinar la población distribuida de
aves acuáticas en las diferentes regiones del país, y evitar tomar medidas
administrativas sobre este recurso, que por no tener el sustento técnico que
nos permita evitar establecer los límites reales de cosecha permisibles .

Propuesta General:

1. Que se analice la posibilidad de hacer recomendaciones de modificación


o ampliación de los transectos que actualmente siguen los conteos de
medio-invierno en México, para favorecer la inclusión de áreas
tradicionales de importancia para la distribución de las aves acuáticas
que bajo el sistema actual no están siendo consideradas.

2. Se propone que se sigan manteniendo los conteos de medio invierno,


que cubran todas las regiones propuestas y cuando menos todos los
sitios prioritarios dentro de cada región.

3. Que los conteos aéreos sean desarrollados a través del método tierra-
aire, para ser compatibles con las evaluaciones poblacionales a nivel
Continental.

4. Que los conteos incluyan a las especies residentes de México.

5. Que los conteos incluyan una evaluación de las condiciones de los


humedales bajo monitoreo.

6. Que en la medida de las posibilidades, los conteos consideren a otras


especies acuáticas.

7. Que se garanticen los recursos económicos para que los conteos


vuelvan a ser anuales, como lo fueron hasta mediados de los 80´s.

8. Que se desarrolle la capacidad técnica de los participantes de los


conteos en México, proporcionando el entrenamiento técnico y
favoreciendo la formación de los grupos por región.

203
9. Favorecer la generación de mecanismos para la obtención de apoyos,
que permitan adquirir los equipos de campo necesarios para el
desarrollo de los conteos.

Regionalización en México:

1. Zona Pacífico 1. Determinada por las bahías de la zona costera de la


península de Baja California.

2. Zona Pacífico 2. Determinada por las áreas costeras de los estados de


Sonora (a partir de Isla Tiburón), toda la costa de Sinaloa y Marismas
Nacionales en Nayarit. En estos tres estados, las áreas adyacentes a los
humedales costeros y que correspondan a desarrollos agrícolas,
humedales de agua dulce y diques de almacenamiento de agua, sean
considerados en los transectos de los conteos.

3. Zona Pacífico 3. Determinada por la zonas costeras, agrícola y cuerpos


de agua dulce en los estados de Michoacán y Guerrero.

4. Zona Golfo. Determinada por las siguientes áreas:

a. Tamaulipas: Principalmente el área a considerar es toda zona


costera del estado. Asimismo, considerar las tierras altas
asociadas a estos humedales, tal y como lo es el caso, las áreas
agrícolas y humedales interiores adyacentes a la Laguna Madre.
b. Veracruz: Principalmente determinada por la cobertura de la zona
costera, con un mayor esfuerzo de conteo en las Lagunas de
Tamiahua y Alvarado.
c. Tabasco: Determinada principalmente por la lagunas costeras del
estado, más las áreas agrícolas adyacentes a las zonas
inundables a los Pantanos del Centla.
d. Campeche: Principalmente determinada por la zona costera del
estado, con un mayor esfuerzo en la Laguna de Términos y los
Petenes de Campeche en la zona costera, e incluir un mayor
esfuerzo en las áreas arroceras de los Valles de Edzná y
Yohaltún.
e. Yucatán: Determinada principalmente a la zona costera del
estado, desde de la Ría de Celestún hasta el área de Uaymitún,
al este de Progreso.

5. Zona Interior Norte. Determinada principalmente por los humedales


interiores de los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, SLP,
Coahuila y NL en donde se deberá de dedicar mayor esfuerzo de
conteo.

6. Zona Interior Centro. Determinada por los humedales interiores de los


estados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Edo. MX,
Puebla, en donde se deberá de dedicar mayor esfuerzo de conteo.

204
Se recomienda que se desarrolle un taller entre personal técnico que
represente a los tres países, para poder determinar de manera más específica
las áreas, el mejor método a utilizar, tanto como el medio a través del cual se
llevara a cabo la implementación de este nuevo esfuerzo de monitoreo en
México.

205
AVES RAPACES

Elaboración del documento final

Adrián Reuter, Eduardo Martínez, Ariel Rojo, Lizardo Cruz

Lista de los participantes y sus adscripciones laborales

Rafael Villegas, INSTITUTO DE ECOLOGÍA, A. C.


villegas@ecologia.edu.mx
Adrián Reuter, TRAFFIC MÉXICO
areuter@wwfmex.org
Miguel Ángel Díaz, SEMARNAT - DELEGACIÓN ZACATECAS
silvestre@zacatecas.semarnat.gob.mx
Eduardo Martínez, PRONATURA VERACRUZ
bichodemonte@gmail.com
Ariel Rojo, DGVS –SEMARNAT (moderador)
ariel.rojo@semarnat.gob.mx

Introducción

El interés por el uso y aprovechamiento de las aves rapaces en México es


relativamente limitado. Existen iniciativas relacionadas con la conservación y el
uso de rapaces en zoológicos y colecciones privadas, pero principalmente con el
fin de utilizar ejemplares para criaderos y cetrería. Los cetreros son
posiblemente el grupo más numeroso interesado en el uso y aprovechamiento
de algunas rapaces en México; se estima que existen aproximadamente 400
practicantes y, comparativamente, puede decirse que en los Estados Unidos de
América se tienen registradas cerca de 4,800 personas dedicadas a esta
actividad.

Algunas de las aves rapaces de México son residentes, en tanto que otras son
migratorias. De estas últimas algunas mantienen poblaciones residentes,
especialmente en el norte del país. Esto hace que la evaluación de sus
poblaciones y hábitat, así como la determinación de viabilidad de cosecha y el
manejo sustentable de la misma planteen grandes retos.

Para fines de cetrería se utilizan principalmente halcones, aguilillas y algunos


gavilanes. La Tabla 1 presenta las especies, su precio aproximado (inferido del
mercado ilegal), un número aproximado de los individuos que manejan estas
aves para cetrería, y una estimación de la oferta anual actual.

Respecto a los movimientos naturales de varias especies de estas aves, debe


tenerse presente que al menos por Cardel, Veracruz (Vertiente del Golfo de

206
México) y por el Istmo de Tehuantepec (Vertiente del Pacífico) pasan alrededor
de 4 a 5 millones de rapaces al año, en el otoño. El movimiento de otoño es
relativamente compacto, sin embargo el regreso (marzo-abril) es más bien
disperso y ocurre en un lapso más prolongado. El corredor migratorio de la costa
del Pacifico no ha sido bien estudiado todavía, pero se estima que un número
importante de rapaces migra también a través de esta ruta cada año.

Tabla 1.- Especies de aves rapaces de interés para cetreros, precios,


número de cetreros y la estimación de la oferta anual estimada.

Nombre común Especie Precio Cetreros Oferta anual


Familia Falconidae:

Halcón Peregrino Falco peregrinus 1,500 a 3,000 pesos. 50 personas 25/año

Halcón Aplomado -Falco femoralis- 800 a 2,000 pesos. 50 personas 50/año


Halcón de las
Praderas: -Falco mexicanus- 1,500 a 3,000 pesos. 10 personas 20/año
Aproximadamente
50 personas
Esmerejón: Falco columbarius- 1,000 a 3000 pesos interesadas 3 a 5 / año.

Cernícalo: Falco sparverius- 100 a 200 pesos. 50 personas 500/año


Halcón
Murcielaguero -Falco rufigularis- 800 a 2,000 pesos. 15 personas 20/año
Familia Accipitridae:
Aguilillas:

Aguililla de Harris –Parabuteo unicinctus- 500 a 1,500 pesos. 250 personas 150/año
Aguililla de Cola
roja -Buteo jamaicensis- 500 a 1,500 pesos. 50 personas 100/año
Gavilanes:

Gavilán de Cooper Accipiter cooperii. 1,000 A 1,500 pesos. 40 personas 40/año.


1,500 a 2,500
USDLLS (precio en
comercio legal COSECHA
Azor A. gentilis. internacional). 0 personas CERO.

Gavilán pajarero A. striatus. 500 a 1,000 pesos. 20 personas 20/año


Águilas:
10-15
polluelos/año,
Águila real. Aquila chrysaetos. 5,000 a 8,000 pesos. 10 a 15 personas ilegalmente
Nota: datos anecdóticos recabados en sitios donde se ofertan aves de este tipo (mercados, pajareros,
etc.) e información provista por cetreros a quienes les han ofrecido ejemplares.

207
Parte I. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies),
relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en
UMA

Para especies residentes se deberán realizar conteos periódicos por puntos fijos,
por transectos o por estaciones de anillado dependiendo de las especies (Millsap
y Allen, 2006a; Millsap y Allen, 2006b). Este diseño, a manera de red de
monitoreo, debe integrar puntos fijos de observación y es aplicable para
especies migratorias. Los puntos de observación deben operar durante las
mismas fechas, en un período definido del año, a lo largo de varias temporadas.
Se recomienda un período de cuatro meses durante la migración de primavera
(febrero-mayo) y otro durante la migración de otoño (agosto-noviembre). Para el
caso de especies residentes se debe seguir un modelo semejante al del
Christmas Bird Count (CBC), y su aplicación corresponde a la época de invierno
(http://www.audubon.org/bird/cbc/).

Es necesario separar las especies residentes, las migratorias y las que tienen
características mixtas; también debe definirse el ámbito de actividad de éstas e
identificarse los sitios de anidación para cada caso (consúltese el Anexo 1). Se
recomienda el uso de técnicas de seguimiento mediante telemetría para
determinar el ámbito hogareño por especie (por ejemplo, el águila real tiene un
ámbito de actividad conocido de 100-125 km2; R. Villegas, comunicación
personal, 2006).

Para el monitoreo regional de nidos también es necesario integrar una red de


monitoreo, cuyo trabajo permita conocer nidos activos en fechas determinadas.
Los monitoreos se deberán realizar al amanecer y atardecer, contando en cada
fecha el número de huevos, número de huevos eclosionados, número de
volantones, ubicación geográfica del nido (con georreferencia), realizando
máximo tres visitas al nido en cada temporada de anidación para evitar
disturbios excesivos. Al finalizar la temporada de anidación se deberá visitar el
nido para colectar material para conocer la dieta, específicamente se requiere
colectar las egagrópilas. Es importante considerar que el ámbito de actividad de
las aves rapaces depende de la disponibilidad de alimento. El esfuerzo de
muestreo para este tipo de monitoreo será, para las especies tropicales, el
seguimiento de dos o tres nidos activos en un área de aproximadamente el doble
del ámbito hogareño de la especie.

Algunas consideraciones adicionales, que pueden guiar la construcción de


protocolos de monitoreo incluyen las siguientes:

• Los humedales son sitios adecuados para monitorear rapaces.


• Los gavilanes suelen seguir a aves passeriformes, sin embargo el azor (A.
gentilis) no.
• El halcón peregrino normalmente sigue a patos y aves playeras.

208
• La temporada de anidación de aves rapaces generalmente ocurre durante
abril, mayo y junio; sin embargo, al sur del país la anidación se retrasa hasta
el verano. En el extremo norte comienza en febrero y marzo, y se presentan
los vuelos de cortejo desde diciembre.
• Los híbridos entre distintas especies de rapaces no son comunes en la
naturaleza; la mayoría de los híbridos son individuos producidos ex profeso
para la cetrería o provienen de especies exóticas escapadas que
incidentalmente se han cruzado con las silvestres locales.

Como se anticipó en párrafos anteriores, para la conservación de las aves


rapaces es necesario mantener una perspectiva regional de monitoreo y generar
una red de observadores. Para este efecto, las UMA pueden y deben hacer
aportaciones que coadyuven efectivamente al objetivo general. Por ejemplo, una
sugerencia inicial es que, respecto a las especies residentes, se deberán
detectar aquellas UMA con nidos activos, definiendo los nodos de observación
principalmente recabar datos sobre densidad (nidos / ha). Asimismo, tanto para
el caso de especies migratorias como residentes se deberán identificar aquellas
UMA con hábitat bien conservado.

Para la evaluación de poblaciones de aves rapaces (incluyendo la densidad;


ejemplares / ha) debe considerarse lo siguiente:
• El área mínima de UMA para intentar evaluar poblaciones de rapaces
residentes (sumando varias UMA si el caso lo requiere) debe ser de cuando
menos dos veces el ámbito de actividad conocido para la especie de interés.
• Debe practicarse el monitoreo extremadamente cuidadoso de nidos, en cada
nodo de observación.
• Es importante evaluar la producción anual de pollos (volantones).
• Para especies migratorias se recomienda realizar el monitoreo por puntos
fijos manteniéndolo constante cada año, durante el otoño. En la vertiente del
Golfo debe realizarse mínimo por 15 días a partir de la primera semana de
octubre y hasta la última de septiembre. El seguimiento debería extenderse
por todo el día (9:00 al 18:00 h) y hacerse mirando al norte (con un horizonte
de 180 grados). Se recomienda que cada equipo conste de dos contadores,
más un tomador de datos. La elección del punto de observación debe
considerar el sitio más alto disponible (integrantes de la mesa, comunicación
personal, 2006).
• Para migratorias que se hallen fuera de ruta migratoria (por ejemplo, en el
Altiplano), se recomienda recorrer trayectos en auto (100 a 300 km, según lo
requiera cada especie). La velocidad recomendable es de 50 km/h, aunque
esto suele depender de la calidad del camino. Es conveniente efectuar las
observaciones en invierno (octubre –marzo) y extenderlas por todo el día
(9:00 al 18:00 h) (integrantes de la mesa, comunicación personal, 2006).

209
Respecto a la cosecha de aves rapaces, además de que toda decisión al
respecto debe ser precedida por un análisis exhaustivo de la evidencia
disponible, debe incluir una evaluación de las consecuencias previsibles de
dicha actividad en los plazos medio y largo

• En principio, las Mesa estima que la eventual cosecha debe ponderarse


previamente, para cerciorarse que es viable, de acuerdo con información
suficiente y de buena calidad, de campo y bibliográfica.
• En caso de considerarse viable la cosecha, el máximo de esta podría ser del
5% sobre la producción anual para poblaciones residentes en las que hay
información, y del 1 al 3 % para poblaciones respecto a las cuales no se
cuenta con información detallada (Millsap y Allen, 2006a y 2006b)
• Para el caso de cosecha de individuos de especies migratorias, esto debería
hacerse con ejemplares añeros (“pasajeros” en términos de cetrería, en
referencia a aquellas aves que aún no han mudado su primer plumaje
durante su 1ª migración).
• La cosecha de residentes, en caso de que tras una evaluación cuidadosa
resultara viable, debe restringirse al aprovechamiento de volantones o
polluelos de nido.

Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies),


relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en
UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las


especies (o grupos de especies).

Para el manejo del hábitat al igual que con las poblaciones de aves rapaces es
necesario que se considere desde un punto de vista regional y considerando el
tipo de hábitat que utiliza cada una de las especies que se pretenda manejar.

Aspectos del hábitat más relevantes para distintos tipos de aves rapaces

Las especies tropicales (Spizaetus sp., Spizastur melanoleucus, Harpya sp.,


Harpyhaliaetus sp. se distribuyen principalmente bosque primario (maduro)
conservado. Este dato sólo se provee aquí como referente del hábitat dado que,
por supuesto, se descarta totalmente la cosecha de especies como el águila
arpía y otras especies que se hallan en máximo riesgo.

Otras especies de rapaces, como los gavilanes (como ejemplos Accipiter cooperi
y A. striatus) anidan en bosque templado, por lo que resulta necesario evaluar la
cobertura vegetal. Para el azor (A. gentilis) se conoce que muestra preferencia
por bosques templados, densos, maduros y bien conservados. El halcón

210
aplomado se distribuye básicamente en pastizales abiertos con yucas y árboles
aislados.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat


orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias

Se deben evitar modificaciones al hábitat, resaltando el cuidado de los sitios


donde hay nidos; especialmente debe evitarse el acceso de humanos, ganado y
depredadores al hábitat natural en la época reproductiva.

Recomendaciones para el manejo de hábitat:


• Procurar que se mantenga la disponibilidad de presas.
• Para residentes, es fundamental la disponibilidad de sitios de anidación.
• Deben procurarse medidas de mitigación de impactos humanos:

En términos del manejo del hábitat, si se detectara que los depredadores son un
problema para la sobrevivencia de las crías, se recomienda evitar el acceso de
esos depredadores mediante el uso de conos invertidos, que se instalan en el
tronco del árbol donde se localice un nido.

Parte C. Conservación de las especies y gestión de la cosecha sustentable


en UMA

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha


en el área de una UMA

La estimación de la cosecha debe basarse en la información regional, no en la


que provenga sólo a nivel de una UMA en particular. Un paso previo es el
establecimiento de nodos locales de observación de nidos y la integración de
todos ellos en una red de monitoreo a la escala regional.

Por otra parte, es pertinente definir de manera extremadamente cuidadosa áreas


o regiones que pudieran ser susceptibles de eventual cosecha sustentable, para
facilitar con ello el monitoreo y estricto control de cualesquiera aprovechamientos
que la autoridad decidiera conceder, una vez satisfechos los requisitos (que
dicho sea de paso, deben ser sumamente exigentes, dadas las características
de la biología de estas especies).

Si, con bases científicamente razonables, se decidiera autorizar y ejercer algún


tipo de cosecha de rapaces, ésta deberá programarse de manera rigurosa,
tomando en cuenta un criterio de extremada precaución, tanto para el monto
como para la manipulación de las aves. Asimismo cualquier perspectiva de

211
cosecha debe estar basada en algoritmos que permitan determinar una “cuota”
anual por especie, apegándose al mínimo y nunca al máximo, con un enfoque de
adaptación permanente y siempre bajo una perspectiva regional de manejo.
Sólo debería hacerse cosecha de aves rapaces residentes en UMA, cuando
éstas demuestren que tienen nidos activos, con buenos registros de
reproducción exitosa y, de manera fehaciente que los efectos previsibles de la
extracción ya han sido suficientemente analizados.
En cualquier caso, de tener que tomarse decisiones al respecto, las autoridades
correspondientes deben mantener en mente que, de considerarse fundadamente
viable la cosecha, ésta debe determinarse exclusivamente a un nivel regional y
con base en cada ciclo anual. No deberá determinarse u otorgarse cosecha por
UMA individual.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la


cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una

En México aún no hay estudios que permitan definir un algoritmo de cosecha.


Por el momento, se recomienda considerar los estudios producidos en los
Estados Unidos de América (Millsap y Allen; 2006a; Millsap y Allen, 2006 b). En
esos estudios se calculó la cosecha estimando solamente parejas reproductoras,
es decir, dejando fuera de los cálculos individuos flotadores e juveniles; todos
estos elementos deben considerarse al momento de evaluar los resultados de
los monitoreos que se realicen en México. Se recomienda establecer una fase
de prueba de campo de cualesquiera métodos de monitoreo y determinación de
cosecha al nivel regional, antes de ponderar resultados de campo para autorizar
extracciones.

En caso de que se determine la viabilidad de alguna extracción, el cálculo


regional de la cosecha sustentable deberá basarse en los resultados del
reclutamiento de individuos del año anterior.

Se debe cuidar que las tasas de aprovechamiento sean del 5%, como máximo,
de la producción anual regional (número de pollos que dejan el nido) del año
anterior para las especies con las que se cuenta con información. (Millsap y
Allen, 2006a; Millsap y Allen; 2006b). Para especies de las cuales no se cuenta
con información, la cosecha debe mantenerse por debajo del 5% de la
producción anual, de ser pertinente efectuarla, se recomienda utilizar del 1 al 2%
(Millsap y Allen, 2006a; Millsap y Allen, 2006b). De no existir datos, podría
recurrirse a emplear los de una especie cercana, pero en ese caso deben
extremarse las precauciones antes de tomar una decisión.

Para especies residentes de aves rapaces, la captura sólo debe practicarse en


UMA que cuenten con nidos activos y que estén integradas de manera activa y
eficaz a la red nacional de observadores que efectúa el monitoreo regional
integrado. La cosecha de residentes sólo debería practicarse en UMA que

212
tengan nidos activos y con un seguimiento cuidadoso, y deberá ser centrada en
pollos y volantones (hasta un año de edad).

Para especies migratorias es recomendable utilizar y comparar los datos


generados en los EUA, y retomar los análisis que realizan para estimar las
cuotas de extracción. La cosecha, de realizarse, debiera tender a una proporción
de 50% machos-hembras.

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de


cosecha en una UMA.

La cosecha tendrá que definirse de manera anual dependiendo de la biología de


la especie. Las especies migratorias debieran cosecharse en otoño-invierno, y
capturando ejemplares añeros. Para el caso de residentes, se recomienda
hacerlo en primavera (con pollos).

Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de


una UMA; si aplica.

Las especies de rapaces residentes pueden cosecharse de nidos, siempre y


cuando mediante el seguimiento sistemático de éstos últimos se determine que
el récord de productividad sea exitoso a través de un número suficiente de años.
Las especies migratorias podrían cosecharse en cualquier área de la UMA
sujetándose a las consideraciones definidas anteriormente.

Descripción de los modos de cosecha aceptables

En caso de considerarse que existe viabilidad de la cosecha, para el caso de


especies residentes se deben capturar solamente pollos del nido y juveniles de
hasta de un año. En caso de cosechar pollos se recomienda extraer ejemplares
de más de 10 días de nacidos, para reducir las probabilidades de mortalidad
debida a esta actividad. Tanto para el caso de especies residentes como
migratorias, la proporción de sexos de la extracción debería ser de 50% machos
50% hembras.

Para las especies migratorias, se recomienda que si se decide autorizar alguna


cosecha, esta se efectúe en otoño, durante su tránsito por las rutas migratorias.
Para ello deberán definirse con claridad y plena justificación las zonas de
cosecha (UMA o zona federal).

Las técnicas de cosecha que se podrían considerar aceptables son las que
emplean redes Dho Gaza y trampas Bal Chatri. Debe liberarse de la trampa al
ejemplar, inmediatamente después de su captura. Puede permitirse el uso de

213
cebos durante la captura como: gorrión doméstico, palomas domésticas, ratones
de laboratorio.

Debe evitarse retirar huevos e intentar incubarlos aparte (con el propósito de


promover dobles o triples puestas), a menos que se trate de proyectos de
conservación como repoblación para la recuperación de poblaciones. Esos
proyectos especiales de conservación tendrían que ser evaluados previamente
y, en su caso, estar plenamente avalados por la Dirección General de Vida
Silvestre, con énfasis en la necesidad de que cuenten con las instalaciones
adecuadas. Antes de autorizar cualquier actividad extractiva –con fines
comerciales o no– será necesario investigar exhaustivamente sobre cuáles
especies son más susceptibles a perturbaciones ocurridas en el nido y cuáles
son los efectos negativos que cabría esperar de ello (Bent, 1961.) Como
recomendación precautoria adicional, en caso de que se trabajara en iniciativas
de ese tipo, habría que alimentar pollos muy pequeños con papilla hecha de
codorniz o pollo (sin vísceras, ni plumas, pico o cabeza).

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y


protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos.

Además de considerar los efectos de la cosecha que puedan detectarse a partir


de los monitoreos efectuados en temporadas subsecuentes a la extracción, en el
caso particular de aves rapaces residentes debe ponerse atención especial en el
éxito de anidación y en las migratorias, la presencia y frecuencia de la especie
durante los desplazamientos. También deben considerarse los efectos de otros
factores, por ejemplo los meteorológicos, para no confundir los resultados de
esos eventos con el impacto la cosecha. Adicionalmente a observar las
tendencias poblacionales y de hábitat, deben monitorearse detalladamente las
tendencias de consumo (comercio) y estudio de mercado de demanda-oferta de
estas especies, tanto del mercado lícito como del ilícito. Dentro de las eventuales
cuotas regionales de extracción, sería recomendable garantizar una proporción
de individuos para destinarlos al mercado nacional con lo cual se puede
contribuir a la reducción del comercio ilegal.

Todos los ejemplares deberán marcarse con anillos, los pollos con anillos
cerrados y con un microchip. Actualmente es relativamente fácil realizar un
fingerprinting a partir del ADN de los individuos, a partir de plumas. Lo anterior
puede permitir un mecanismo de control más fino para las autoridades, que
cumpliría el propósito de verificar que el ave en cuestión es la misma que se
obtuvo de forma legal de una UMA o con el permiso de captura. En caso de que
se sospeche que el individuo obtenido lícitamente ha sido reemplazado por otro,
se podría comparar el ADN del individuo “sospechoso” con el registrado para el
individuo legal por parte de las autoridades, en bases de datos adecuadas y
siempre actualizadas.

214
Parte D. Recapitulación y recomendaciones.

Identificación de necesidades y vacíos

Los datos de observación de aves rapaces deben alimentar la construcción de


una base de datos nacional (por ejemplo, CONABIO y AverAves). Asimismo, es
recomendable que los técnicos acrediten un curso de capacitación (en principio
de dos días, con una agenda temática que incluya identificación de especies,
monitoreo de nidos, instalaciones básicas, dietas, equipo, captura de datos y
marco legal, entre otros temas).

Debido a que este tema es relativamente nuevo en México, es necesario


impulsar líneas de investigación sobre estas especies y su manejo, con el fin de
tener información disponible para determinar la viabilidad de su cosecha y, de
ser el caso, determinar las tasas de extracción. Debe solicitarse a la CONABIO
la integración de una base de datos de rapaces, preparar programas de
capacitación para responsables técnicos, además de elaborar lineamientos para
la práctica de la cetrería en México y para la operación de UMA intensivas de
rapaces. Asimismo será necesario involucrar a los diferentes actores entre los
cuales destaca el gremio de cetreros, que cuenta con aproximadamente 300
practicantes agrupados en entre 15 y 20 organizaciones, y aproximadamente 5
criadores. Se recomienda poner a disposición (por ejemplo en red) la lista de
cetreros incluyendo el número de ejemplares y especies con las que cuenten.

También se recomienda rescatar y actualizar el contenido del “Manual de aves


rapaces” publicado por la DGVS. Asimismo es importante dedicar esfuerzos
específicos a la elaboración de formatos de captura de datos, con base en el
conocimiento disponible acerca de los aspectos a los que resultaría crucial dar
seguimiento.

215
Parte V. Bibliografía.

Referencias esenciales

Anderson, S. H. y J. R. Squires. 1997. The prairie falcon. The Corrie Herring


Hooks Series. (no. 33). University of Texas Press.

Bent, Arthur Cleveland. Life Histories of North American Birds of Prey. 1961.
Dover Publications, New York. Vol. I and II, 409 and 482 pp.)

Cooperrider, A., R. J. Boyd y H. R. Stuart (eds.). 1986. Inventory and monitoring


of wildlife habitat. U. S. Department of Interior. Bureau of Land
Management. Service Center, Co. xviii, 858 pp.

Howell, S. N. G. y S. Webb. 1995. The birds of Mexico and Northern Central


America. Chicago Press, 851 pp.

Millsap, B. y G. Allen. 2006a. Environmental assessment. Take of raptors from


the wild under the Falconry Regulations and the Raptor Propagation
Regulations. draft. Division of Migratory Bird Management. U. S. Fish and
Wildlife Service.

Millsap, B. y G. Allen. 2006b. Effects of falconry on wild raptor populations in the


United States: Theoretical considerations and management
recommendations. draft. Division of Migratory Bird Management. U. S.
Fish and Wildlife Service.

Newton, I. 1979. Population ecology of raptors. Buteo Books. Vermillion, South


Dakota.

Referencias adicionales

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Brown, L. & D. Amadon. 1989. Eagles, hawks and falcons of the world. The
Wellfleet Press. NJ. 945 pp.

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Peterson Field Guides. Houghton Mifflin Company. Boston. 198 pp.

216
Ceballos, G. & L. Márquez-Valdelamar. 2005. Las aves de México en peligro de
extinción. CONABIO-UNAM.

Fox, N. 2003. Comprender al ave de presa. Cairel Ediciones. 453 pp.


CONABIO.

Heintzelman, D. S. 1988. A guide to hawk watching in North America. Keystone


Books. 284 pp.

Keddy, H. D. P. 2000. Aplomado falcon (Falco femoralis). In: The birds of North
America. No. 549. (A. Poole & F. Gill, eds.) The Birds of North America,
Inc. Philadelphia, PA.

Kimsey, B. A. & J. Hodge. 1992. Falconry equipment. Kimsey/Hodge


Publications. 186 pp.

Olsen, J. 1994. Caring for birds of prey. Wild Ones Animal Books. Springville,
CA. 61 pp.

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México. 286pp.

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Diana. México. 473 pp.

Squires, J.R. & Reynolds, R.T. 1997. Northern Goshawk (Accipiter gentilis). En:
Poole, A. & Gill, F. (eds) The Birds of North America., no. 298: 1–32.
Philadelphia, PA: The Academy of Natural Sciences, and Washington,
DC: The American Ornithologists’ Union.

http://www.hawkcount.org

www.fs.fed.us/database/feis/wildlife/bird/fame/all.html

http://animaldiversity.ummz.umich.edu/site/accounts/information/parabuteo
unicinctus.html

http://www.audubon.org/bird/cbc/

http://www.conabio.gob.mx/remib/doctos/remibnodosdb.html?

217
Anexo 1. Métodos de monitoreo, ámbito de actividad e información adicional para el seguimiento de aves
rapaces.
Intensidad de
Nombre común ESPECIE Uso Protocolo de monitoreo Ámbito hogareño/pareja Abundancia uso Migratoria Residente Mixta Hábitat Observaciones
desierto, templado,
177-1508 millas2 (Bildstein tropical, perchas
Halcón peregrino Falco peregrinus CETRERÍA Puntos fijos, nidos & Meyer. 2000) 4 2 X altas.
Transectos en vehículo, 2.6-9 (Keddy-Héctor.
Halcón aplomado Falco femoralis CETRERÍA puntos fijos 2000) 3a4 3 X
(no considera
flotadores, juveniles).
(Anderson &
Squires)200 parejas en
100 km. Río
Snake,Idaho, USA.
Densidad más alta del
mundo. Cada pareja 15
km2 de ámbito.7.8 km
34-389 km2 (Anderson & entre nidos
Halcón de las praderas Falco mexicanus CETRERÍA Trans. en vehículo, nidos Squires) 3a4 1 X (www.fs.fed.us/databas
Esmerejón, merlin Falco columbarius CETRERÍA Puntos fijos, transectos 4 1 X
Trans. Vehic., Ptos fijos en
Cernícalo americano Falco sparverius CETRERÍA migración 1.2-2 millas2 (wikipedia) 5 2 X
Trans. Vehículo y a pie,
Halcón murcielagero Falco rufigularis CETRERÍA nidos 4 1 X
ummz.umich.edu/site
/accounts/information
0.2-5.5 millas2 (animal /Parabuteo
Halcón harris Parabuteo unicinctus CETRERÍA Trans. Ptos F. Nidos. diversity...) 5 5 X unicinctus.html
Halcón-Aguililla cola roja Buteo jamaicensis CETRERÍA Trans. Ptos F. Nidos. 5 4 X
Aguililla lagartijera * Buteo magnirostris CETRERÍA Transectos en vehículo 5 2 X

Aguililla, gavilán gris * Buteo nitidus (Asturina nitida) CETRERÍA Transectos en vehículo 5 2 X
Aguililla real o ferruginosa Buteo regalis NO APROVECHAR cero 2-? 1 X
Gavilán de cooper Accipiter cooperii CETRERÍA Nidos, Ptos. F. 4 3 X
570-3,500 has (Squires &
Azor Accipiter gentilis CETRERÍA Nidos, Ptos. F. Reynolds. 1997) 2 1 X
0.9-2.8 km2 (Bildstein &
Gavilán estriado Accipiter striatus CETRERÍA Nidos, Ptos. F. Meyer. 2000) 4 2 X
Águila real Aquila chrysaetos NO APROVECHAR cero 100-125 km2 (com. Pers.) 3 1 X
Buho virginiano, cornudo Bubo virginianus ORNATO nidos y trans.- canto 4 1 X
Aguililla blanca Leucopternis albicollis ORNATO Trans y nidos 3 1 X
50-70 km2 (Com. Pers.
Águila elegante Spizaeutus ornatus NO APROVECHAR cero Rafa) 2 1 X
50-70 km2 (Com. Pers.
Águila blanquinegra Spizaeutus melanoleucus NO APROVECHAR cero Rafa) 2 1 X
80-120 km2 (Com. Pers.
Águila tirana Spizaeutus tyrannus NO APROVECHAR cero Rafa) 2 1 X
Tecolote occidental Otus kennicottii ORNATO nidos y trans.- canto 4 1 X
Tecolotillo abajeño Glaucidium sp ORNATO nidos y trans.- canto 5 1 X
Lechuza de campanario Tyto alba ORNATO nidos y trans.- canto 5 1 X
100-130 km2 (Com. Pers.
Águila arpía Harpia harpija NO APROVECHAR cero Rafa) 1 0 X
Águila calva Haliaetus leucocephalus NO APROVECHAR cero 50 km2 (Com. Pers. Rafa) 1 1 X
100-130 km2 (Com. Pers. Tropical, Calakmul,
Águila solitaria Harpialetus solitarius NO APROVECHAR cero Rafa) 1 0 X Petén.

* Especies más abundantes del sureste de México

218
219
II. TALLER SOBRE CONSERVACIÓN Y
USO SUSTENTABLE DE MAMÍFEROS SILVESTRES EN UMA
4 al 6 de septiembre de 2006

PANORÁMICA DE LA CONSERVACIÓN DE LOS MAMÍFEROS SILVESTRES


SUJETOS A APROVECHAMIENTO EN MÉXICO

Ariel Rojo Curiel y Jesús Lizardo Cruz Romo


Dirección General de Vida Silvestre

Históricamente, el aprovechamiento de mamíferos en México se ha realizado con fines


alimenticios, ornamentales, culturales y recreativos, y que gracias a la alta biodiversidad
con la que contamos, ha tenido un fuerte impacto en sus diversas manifestaciones a nivel
nacional e internacional. El aprovechamiento de mamíferos, de sus ejemplares, partes y
derivados está reconocido en la Ley General de Vida Silvestre en Unidades de Manejo
para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), no obstante, se reconoce también la
modalidad del aprovechamiento bajo condiciones de subsistencia.

El aprovechamiento de grandes mamíferos de interés cinegético en UMA representa un


incentivo económico para el legítimo propietario de la tierra y conlleva la conservación del
hábitat natural, normalmente destinado a fines ganaderos y agrícolas; particularmente en
el Norte de México, donde el tipo de propiedad de la tierra involucra grandes extensiones
de terreno, el éxito derivado de estas actividades permite generar ingresos económicos
considerables a partir del aprovechamiento de especies como el borrego cimarrón, el
pecarí y los venados bura y cola blanca.

Como es sabido, para realizar un aprovechamiento sustentable se requiere contar con los
estudios poblacionales respectivos, derivado de esto, varias especies de interés
cinegético del Norte cuentan con protocolos bien definidos de monitoreo, manejo y
cosecha. Sin embargo, el manejo y aprovechamiento de especies neotropicales, así como
el registro y operación de las UMA en el sur y sureste de México ha sido
comparativamente bajo, en parte debido a la organización que se requiere para operar
una UMA en propiedades de carácter ejidal, en donde la extensión de las propiedades es
menor y a que las técnicas de monitoreo, manejo y cosecha no están del todo
desarrolladas.

Si bien los mamíferos neotropicales han sido aprovechados desde hace muchos años, la
información poblacional de estas especies es limitada, entre otras cosas por la falta de
recursos financieros para la investigación y a que la mayor parte de las especies son poco
conspicuas o de hábitos nocturnos, como es el caso de los tepezcuintles y temazates. El
aprovechamiento de este grupo de especies bajo el esquema de UMA es bajo.

El caso particular del aprovechamiento de de mamíferos bajo condiciones de subsistencia


ha sido un tema ampliamente discutido, sobretodo porque es sabido que en varias
comunidades el uso de estas especies representa uno de los principales aportes a su
dieta, notablemente en aquellas localidades que viven en condiciones de alta
marginación, y que ejercen una presión importante sobre diferentes especies, siendo el
venado, armadillo y el tepezcuintle algunas de las más apreciadas. Se desconoce a
ciencia cierta el impacto de este tipo de aprovechamiento, aunque se tienen registros de
zonas donde la actividad es frecuente.

220
Un caso muy particular son los carnívoros, especies que al ser depredadores cuentan con
poco aprecio entre las comunidades rurales, ya sea por el peligro asociado, por ser la
competencia natural de los intereses ganaderos, por el interés en sus pieles o para el
comercio ilegal de mascotas. Pocas de ellas tienen interés cinegético, y en aquellas que
pudieran tenerlo, su caza está prohibida en México, por estar en condición de riesgo. Por
otro lado, algunas especies, como el puma y el coyote, con frecuencia se convierten en
poblaciones que se tornan perjudiciales por su rápido crecimiento, por lo que es
importante considerar el trabajo requerido en su manejo y conservación.

El propósito de este Taller, que cuenta con la participación de especialistas con amplia
experiencia y conocimiento de los mamíferos de México, es el desarrollo de criterios y
protocolos de manejo y de cosecha, así como las medidas y acciones que deben
considerarse de acuerdo con la biología y ecología de las poblaciones y su hábitat, sobre
todo considerando las distintas condiciones biogeográficas del país y la gran variedad de
ecosistemas de México.

221
BORREGO CIMARRÓN (Ovis canadensis)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Raymond Lee ,President/CEO, FOUNDATION FOR NORTH AMERICAN WILD


SHEEP (FNAWS)
rlee@fnaws.org
Rodrigo A. Medellín, Investigador Titular “C” de T. C., INSTITUTO DE
ECOLOGÍA, UNAM
medellín@miranda.ecologia.unam.mx
Eric M. Rominger, Bighorn Sheep Biologist, NEW MEXICO DEPARTMENT OF
GAME AND FISH SANTA FE, NM--USA
eric.rominger@state.nm.us
Joel González Moreno, Inspector Federal, PROFEPA, MÉXICO
jgonzalez@profepa.gob.mx
Alejandro Espinosa Treviño, Programa de Recuperación de Borrego Cimarrón,
PROGRAMAS DE CONSERVACIÓN CORPORATIVOS CEMEX
alejandro.espinosa@cemex.com
Juan Manuel Segundo, DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE,
INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA, SEMARNAT (moderador)
jsegundo@semarnat.gob.mx
Carlos Manterola, Director General, UNIDOS PARA LA CONSERVACIÓN, A. C.
cmanterola@unidosparalaconservacion.org
Fernando Colchero, Ph. D. Candidate, UNIVERSITY PROGRAM IN
ECOLOGY,DUKE UNIVERSITY
colchero@duke.edu

Introducción

El borrego cimarrón (Ovis canadensis), pertenece al orden de los artiodáctilos y


a la familia de los bóvidos. Se han identificado siete subespecies de borrego
cimarrón de las cuales tres habitan en México: O. c. .cremnobates (Elliot, 1903)
o cimarrón café en Baja California; O.c.weemsi (Goldman, 1937) o cimarrón rojo
en Baja California Sur; y O.c.mexicana (Merriam, 1901) o cimarrón gris en
Sonora. Sin embargo, la validez de dicha clasificación ha sido cuestionada con
base en estudios genéticos (Boyce, 1997). Al margen de esta clasificación, se
han distinguido dos variedades de borrego cimarrón con base en el tipo de
hábitat: el borrego de montaña, que se encuentra en Canadá y Estados Unidos,
y el borrego de desierto, en Estados Unidos y el norte de México (INE, 2000).

222
Hábitat

Como su nombre lo indica, el borrego de desierto habita en zonas áridas y


montañosas. Las preferencias de hábitat varían de acuerdo con la hora, estación
y edad, los sitios clave más importantes son las áreas de forraje, de agua, de
apareamiento, de crianza, de cobertura o reposo (cuevas o cavidades), y de
escape, estas últimas se caracterizan por ser sitios rocosos y abruptos con
vegetación baja que le brindan una amplia visibilidad al animal, lo que le permite
detectar depredadores a gran distancia y hallar fácilmente rutas de salida
(Wishart, 1978; May, 1979; Smith y Krausman, 1988).

Reproducción

La época de apareamiento inicia en julio y termina en diciembre. La gestación


dura entre 175 y 180 días, por lo que las crías nacen entre los meses de enero a
junio. Las hembras paren por lo general una sola cría. Aun cuando ambos sexos
alcanzan la madurez sexual alrededor de los 18 meses de edad, las hembras se
reproducen por primera vez hasta los dos años y medio.

Dieta

La dieta del borrego cimarrón varía con los cambios estacionales de la


vegetación. Sin embargo, se ha encontrado que ésta está dominada por pastos,
seguida por arbustos y cactáceas (ramoneo), y en menor proporción hierbas
(Sánchez, 1978).

Depredadores y enfermedades

El principal depredador para la especie es el puma (Puma concolor) el cual


puede atacar tanto crías como adultos. De forma más aislada, se han reportado
ataques de otros depredadores como coyote (Canis latrans), zorra (Urocyon
cinereoargenteus), lince (Lynx rufus), lobo (Canis lupus).
El borrego cimarrón es susceptible a contraer diversas enfermedades y
parásitos, entre los que cabe mencionar a la neumonía bacteriana (Pasteurella
sp., Staphylococcus sp., Corynebacterium sp.), la sinusitis crónica, para-
influenza-3, lengua azul, hemorragia epizoótica y ecthyma contagiosa. Los
parásitos más comunes son las lombrices (Protostrongylus stilesi, Mullerius
capillaris), los moscardones (Oestrus ovis) vectores de bacterias causantes de la
sinusitis crónica y los ácaros, causantes de sarna (Prosoroptes cervinus, P.
ovis), la cual parece ser la única amenaza seria para las poblaciones de borrego
cimarrón (De Vos, 1993). Muchas de las enfermedades están asociadas con la
presencia de ganado doméstico que actúa como reservorio y transmisor de
enfermedades.

Aprovechamiento

223
Debido a las características de su hábitat así como a la cornamenta de los
machos, el borrego cimarrón es considerado como uno de los mayores trofeos
de cacería en Norte América (INE 2000).

Aspectos de población de la especie, relevantes para la conservación y la


gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las


especies (o grupos de especies)

Debido a que el hábitat del borrego cimarrón está limitado por serranías con
terreno escarpado y pendientes altas (60%), y a que son altamente filopátricos
(se mantienen en las mismas áreas y su dispersión es limitada), las poblaciones
de la especie pueden ser estudiadas en unidades regionales bien delimitadas.
Es por esto que consideramos necesario que los procesos de monitoreo de las
poblaciones y la asignación de tasas de aprovechamiento se haga con base en
las Unidades Regionales de Manejo (UNIREM). Estas fueron desarrolladas
como parte de una iniciativa de PROFEPA y la Dirección General de Vida
Silvestre (DGVS), con el apoyo técnico de investigadores de diversas
instituciones. Dicho estudio se basó en la evaluación de los requerimientos de
hábitat y la movilidad de la especie en los estados del norte de México (Colchero
et al, en preparación).

Las UNIREM constituyen áreas dentro del rango actual de la especie, aisladas
entre si (ya sea por barreras físicas o por distancia) y que cumplen con los
requerimientos tanto bióticos como físicos para la subsistencia de la misma. Al
estar aisladas, albergan poblaciones enteras, por lo que pueden ser manejadas
como unidades discretas. En la actualidad, son las unidades técnicas que dan
sustento a la planeación de los monitoreos y a la evaluación poblacional para la
asignación de tasas de aprovechamiento para las SUMA. La extensión de las
mismas varía con base en el aislamiento

Después de los análisis antes mencionados y con base en los criterios de López
y Lee (1997), concluimos que las UNIREM definen los procesos demográficos
necesarios para el mantenimiento de poblaciones de la especie y, por
consiguiente, definen la escala geográfica a la que se debe de dar seguimiento a
la especie.

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable en UMA.

Los número de individuos por clase de edades deben basarse en la clasificación


de Geist (1971).

224
Con base en los datos de la Isla Tiburón, la cual no está sujeta a depredación ni
a epidemias importantes, la proporción de machos por hembra era, antes de las
capturas y cacerías, de 0.8:1 (Lee, 1994). Por otro lado, en una población sujeta
a aprovechamiento, ésta no debe ser menor a 0.3:1, y la proporción de crías por
hembra no puede ser menor a 0.25:1, esto con una mortalidad de adultos baja.
En caso de extracciones la proporción de sexos en la población fuente no debe
exceder 0.8:1. En resumen, la proporción de sexos debe estar entre 0.3:1 a
0.8:1.
En cuanto a la proporción de machos clase I a clase IV, ésta no debe ser menor
en promedio de 4:1 ni exceder 2:1 (Lee, 1989).
Es importante señalar que la densidad poblacional puede variar de 0.1 a 7
individuos por kilómetro cuadrado (McQuivey, 1978; Sandoval, 1979). Sin
embargo, es necesario estimarla a cada monitoreo para identificar cambios
abruptos entre años. Estos pueden deberse a enfermedades infecciosas y
sequías severas, entre otras. Es por consiguiente importante, cuando se
registren cambios poblacionales, determinar causas de mortalidad al buscar
animales muertos.
Para los estados de Coahuila, Chihuahua y Nuevo León, el manejo de la
población de borrego cimarrón deberá hacerse evitando el modelo utilizado en
Sonora. Es decir, no debe permitirse el aprovechamiento cinegético dentro de
encierros, y sólo podrá establecerse un solo encierro por estado para la
recuperación de la especie. Este deberá cubrir una superficie mayor a 2,500 ha
de hábitat de borrego. En el caso de Baja California y Baja California Sur
tampoco debe autorizarse el uso de encierros como estrategia de manejo. En el
caso de Sonora se deberá evitar la creación de nuevos criaderos. Para orientar
la conservación hacia los lineamientos del párrafo anterior, recomendamos que
se ajuste la normatividad lo antes posible para atender esta necesidad de
manejo.
Establecer programas a nivel estatal que contenga los linimientos técnicos para
el manejo y recuperación de la especie en los estados de Nuevo León, Coahuila
y Chihuahua. El programa y los lineamiento tendrá que ajustarse a los
requerimientos de hábitat de esta especie y deberán ser establecidos por la
Dirección General de Vida Silvestre SEMARNAT
El programa de recuperación a nivel estatal deberá partir de un solo encierro que
tenga las condiciones de hábitat y superficie adecuadas para que permita que
estos ejemplares tingan el mínimo de manejo humano para evitar su
domesticación y facilite el poseso de liberación de estos ejemplares al medio
silvestre con una mayor probabilidad de éxito en los proyectos de repoblación.
Una alternativa para establecer el programa de repoblación seria utilizar la
información del GARP realizado por Colchero et al en el 2000 y la información
ampliada y actualizada por Alejandro Espinosa para los estados de Chihuahua y
Coahuila para realizar un ejercicio similar al de las UNIREM en el estado de
Sonora y priorizar áreas para la recuperación en vida libre, tomando en cuenta la
conectividad de la sierras, la calidad del hábitat entre estas, presencia de

225
exóticos etc. Asimismo, factores sociales como el desarrollo comunitario, interés
y compromiso de un manejo regional de la especie que asegure su permanencia
y otorgue los beneficios económicos a la comunidad

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

Los monitoreos deben ser llevados a cabo en helicóptero de turbina entre el 15


de septiembre al 1º de diciembre. A una velocidad promedio 80 km/hora (+/- 50
millas/hora). Por lo general una hora de monitoreo aéreo para cada 25 km2 (10
millas cuadradas) de hábitat es suficiente (Lee, 1993). Los individuos deben ser
clasificados de acuerdo a las clases definidas por Geist (1971) como crías (1-12
meses de edad), juveniles hembras y machos (12-24 meses), juveniles no
clasificados, hembras adultas, machos adultos clases I, II, III y IV. Los que no
puedan ser identificados claramente deben ser incluidos en “no clasificados”. El
registro de datos debe incluir observaciones de otras especies como venado
bura y cola blanca, pumas, pecarí (“jabalí”) y coyotes.
En cada estado se dividirán las UNIREM en tres grupos para monitorear uno al
año. Esto permitirá cubrir la totalidad de las UNIREM al cabo de tres años.
Dentro de éstas, será necesario cubrir el 100% del área definida como sierra
borreguera en el estudio de uso y selección de hábitat mencionado
anteriormente (Colchero et al., en prep). En caso de no ser posible monitorear el
100% del área se podrá cubrir 50% como mínimo, lo cual deberá ser justificado
con base en términos administrativos y técnico-científico. Sin embargo, el primer
monitoreo – programado para el otoño de 2006 – se debe volar la totalidad del
área borreguera de cada UNIREM para hacer una validación de campo para los
resultados de dicho estudio, con lo cual se podrá reducir el área de vuelo para
los siguientes monitoreos sólo a las zonas donde la especie realmente ocurre.
De todos los vuelos se debe de entregar la ruta de vuelo extraída obtenida con
un GPS. El patrón de vuelo en cada sierra debe seguir círculos concéntricos con
base en el método de Remington y Welsh (1989).
Es importante que se considere, a la hora de estimar costos de vuelo, el tiempo
que toma el helicóptero en viajar del sitio de abastecimiento de combustible a la
zona de monitoreo. Esto puede incrementar los costos hasta un 20%.
Es necesario entrenar a los observadores y pilotos para reducir la incertidumbre
en la tasa de avistamientos. Dicho entrenamiento debe ser impartido por
personal de la DGVS con apoyo de especialistas con amplia experiencia en el
monitoreo de la especie (e. g. Raymond Lee, Eric Rominger, entre otros). Como
resultado los observadores serán acreditados como técnicos en monitoreo aéreo
de borrego cimarrón. Recomendamos que los técnicos se capaciten cada dos
años. Aquellos técnicos no acreditados no podrán participar en los monitoreos.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

226
El grupo recomienda el formato utilizado por Raymond Lee y Eric Rominger.

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales


indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Con base en estudios previos, se ha establecido que en promedio el número de


animales observados al término de un monitoreo aéreo es de 45 % del tamaño
total de la población (Miller et al. 1989; Remington y Welsh 1989). De esta
forma, el tamaño de la población puede ser calculado con base en la ecuación
siguiente:

Nest = Nobs / 0.45

donde Nest es el tamaño de la población estimada y Nobs es el número total de


borregos observados durante el vuelo.

Aspectos del hábitat de la especie, relevantes para la conservación y la


gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la


especie.

De la misma forma como se definió la escala geográfica para la especie,


insistimos en que el monitoreo del hábitat se lleve a cabo dentro de las UNIREM.
Ya que estas unidades pueden incluir varias Unidades de Manejo y
Aprovechamiento (UMA), administrativamente el seguimiento del hábitat debe
ser realizado por cada UMA individualmente, con miras a recabar información
para la totalidad de la UNIREM.

Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste


de la cosecha sustentable en UMA

El puma (Puma concolor), puede ser responsable de más de 80% de las causas
conocidas de mortalidad de borrego cimarrón en Nuevo México (Rominger et al
2004). En otras áreas tasas de mortalidad similares por depredación de pumas
han sido reportadas (Wehausen 1996, Hayes et al 2000, Kamler et al 2002). Es
importante señalar que, en los desiertos sonorense y chihuahuense los
depredadores naturales del borrego han aumentado debido a la presencia de
ganado, principalmente depredando sobre las crías (becerros y potrillos). Este
efecto ha sido descrito como depredadores subsidiados (Rominger et al 2004),
por lo que los tamaños poblacionales del puma no pueden ser considerados

227
como naturales. Esto puede convertirse en un problema importante para
poblaciones de borrego cimarrón pequeñas y aisladas (de menos de 50
hembras) y para aquellas en vías de establecimiento. En estos casos, se ha
demostrado que la remoción a corto plazo de pumas (hasta que el número de
hembras de borrego alcance al menos 50) es una herramienta efectiva para
asegurar el crecimiento de dichas poblaciones (Ernest et al 2002). Además, esto
puede promover el establecimiento o recuperación de otras especies afectadas
por el aumento de las poblaciones de puma, manteniendo e inclusive aumentado
la riqueza de especies en la zona (Sweitzer et al. 1997, Rominger y
Weisenberger 2000).

Proponemos que se desarrolle un protocolo estandarizado de evaluación y


monitoreo de hábitat para todas las UMA. Por el momento sugerimos que las
evaluaciones de hábitat de borrego cimarrón en el desierto sonorense se lleven
a cabo siguiendo el método propuesto por Lee et al (2000), y para el desierto
chihuahuense el de Dunn (1994). Se recomienda enfáticamente realizar un taller
de análisis de viabilidad de poblaciones y hábitat para el desierto sonorense y
otro para el desierto chihuahuense (Fisher et al 1999).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes.

Se recomienda enfáticamente realizar un taller de análisis de viabilidad de


poblaciones y hábitat para el desierto sonorense y otro para el desierto
chihuahuense (Fisher et al. 1999).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Ver las referencias citadas en la sección anterior, y los formatos que se


propongan en el taller propuesto en el punto anterior.

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha


sustentable.

Los animales exóticos y domésticos, en particular el ganado caprino y ovino, han


demostrado en repetidas ocasiones que tienen el poder de terminar con
poblaciones completas de borrego cimarrón, principalmente por dos razones: su
impacto como competidores por el alimento y el agua, y su gran capacidad de
transmitir diversas enfermedades mortales para el borrego como la lengua azul,
neumonía y para influenza, y parásitos que pueden causar mortandades severas
como ácaros de la sarna, garrapatas y gusanos pulmonares (Protostrongylus
sp.). En particular para los estados del noreste del país, las enfermedades
transmitidas por ganado caprino y ovino fueron las principales causas de la
extinción de la especie en éstos (Heffelfinger y Marquez-Muñoz 2006, Espinosa
et al 2006). Esto es un problema latente también en los estados que constituyen

228
el área actual de distribución de la especie tanto en México (Cassaigne, 2005),
como en los Estados Unidos (Sandoval, 1988; Rudolph et al., 2003, Jansen et al
2006). Por estas razones, es importante enfatizar la necesidad de llevar a cabo
la remoción de especies exóticas y domésticas en áreas donde exista el borrego
cimarrón, y mantener una distancia mínima de 15 km entre el área borreguera y
los hatos de ganado y de especies exóticas. En caso de que los dueños de las
UMA dentro de la UNIREM quieran mantener un hato pequeño de ganado
caprino u ovino, proponemos la construcción de cercos dobles para esos hatos
domésticos, para evitar que los borregos cimarrones puedan entrar en contacto
directo con éstos. Sin embargo lo mejor seria evitar la proximidad de estas
especies domesticas para prevenir cualquier problema de transmisión de
enfermedades.

Otro aspecto de suma importancia es el efecto del sobre-pastoreo en la pérdida


de combustibles naturales. Esto promueve la supresión de fuegos y el
incremento desmedido de especies leñosas, lo cual degrada de forma dramática
el hábitat del borrego cimarrón (Huddleston-Lorton, 2002).

Existen programas federales y estatales (SAGARPA y Secretarías de Ganadería


de los Gobiernos de los Estados) para subsidiar el establecimiento de hatos de
especies domésticas, en particular de ganado caprino y ovino. Es fundamental
impulsar esfuerzos para detener dichos subsidio a nivel tanto estatal como
federal para dotar de hatos de especies domésticas a propietarios de tierras
ubicadas en áreas borregueras. De forma paralela, es necesario convencer a los
propietarios de tierras en áreas donde se cuenta con la presencia de borrego,
así como en áreas donde existen planes para la reintroducción de la especie, de
los beneficios que implica la remoción de especies domésticas. En este sentido,
es necesario promover ante los propietarios de la tierra que existen opciones
para criar especies domésticas que no representan una amenaza para el
borrego cimarrón y con la cuales este puede convivir, ya que de esta forma se
tendrá el beneficio directo por la especie doméstica aunado al que
potencialmente obtengan del borrego. Reconocemos la necesidad de considerar
los costos socioeconómicos de promover manejo hacia la erradicación de
especies domésticas para la protección y conservación del borrego cimarrón.
Igualmente, los encierros donde se mantienen grupos de borrego cimarrón en
confinamiento incrementan artificialmente las densidades de borrego, lo que
aumenta el nivel de estrés y las probabilidades de epizootias, además de
promover conductas anormales. La mayoría de las organizaciones de cazadores
nacionales e internacionales no reconocen trofeos obtenidos de animales
cazados dentro de los encierros.

Por otro lado, estos encierros interrumpen el movimiento de poblaciones


silvestres de muchas especies lo cual puede desembocar en reducción de la
variabilidad genética de las mismas. Consideramos muy importante que la
DGSV haga una evaluación del impacto de los encierros a nivel nacional para
determinar hasta qué grado han afectado la recuperación y conservación de la

229
especie, o promovido el desarrollo sustentable. Estos sólo pueden estar
justificados con fines de repoblación.

Aspectos de conservación de la especie para la gestión de la cosecha


sustentable en UMA.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el


área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes I y II.

Aprovechamiento cinegético:

El aprovechamiento será estimado para cada UNIREM, para que posteriormente


la DGVS otorgue la tasa de aprovechamiento a cada UMA ubicada dentro de la
UNIREM correspondiente. La tasa de aprovechamiento será determinada con
base en los resultados de los monitoreos aéreos. Esta será calculada siguiendo
el algoritmo descrito en el punto siguiente.

Aunado a esto, es necesario considerar la información recabada durante las


cacerías anteriores en lo referente al puntaje y la edad promedio, así como el
número promedio de días de cacería. Si los dos primeros indican que la edad y
el puntaje se están reduciendo, y el último ha aumentado, eso sugiere que la
población tiende a disminuir. Esto puede reducir los porcentajes que la DGVS
utilice para asignar tasas de aprovechamiento. El permiso permitirá cazar
machos de cualquier clase, con particular énfasis en machos de clase III y IV.

Es importante señalar que la tasa no será asignada únicamente con base en los
cálculos anteriores, sino que la DGVS requerirá que las UMA que constituyan la
UNIREM provean información sobre causas de mortalidad, cambios ambientales
(sequías, tormentas, etc.), cambios en el uso del suelo (presencia de animales
domésticos, cambios en la vegetación, etc.). Esto debe ser parte de los reportes
que éstas entreguen a la DGVS. Aquellas UMA que no entreguen esta
información recibirán una tasa más conservadora debido a la incertidumbre por
falta de información.

El número de machos asignado a cada UMA para aprovechamiento cinegético


seguirá el procedimiento establecido por la DGVS, esto es, sólo aquellas UMA
que tengan sierra borreguera y hayan tenido registro de borrego en algún
momento del año, recibirán permisos. Para éstas la tasa deberá ser asignada
con base en la proporción de área borreguera que éstas cubran. Para aquellas
UMA que sólo tengan zonas de conectividad dentro de la UNIREM recibirán una
tasa menor, a ser definida por la DGVS, por lo cual sugerimos que los dueños de
todas las UMA se pongan de acuerdo para permitir la cacería en las áreas
donde el borrego se encuentre en la época de cacería.
Sugerimos que los dueños de las UMA de una UNIREM busquen llegar a
acuerdos para realizar las cacerías en conjunto. Esto permitirá una mejor

230
organización de las cacerías a todo lo largo de la UNIREM, en vez de limitarlas a
UMA individuales, además de que asegura que cada año todas las UMA se vean
beneficiadas. Igualmente, se prevé que este esquema asegure que los
cazadores reciban un mejor servicio, lo cual influirá en la promoción de la
UNIREM en las organizaciones nacionales e internacionales de cazadores.

Extracciones:

Las extracciones sólo pueden justificarse cuando se plantean como parte del
Programa Nacional de Recuperación del Borrego Cimarrón (INE 2000). Esto
quiere decir que los fines de dichas extracciones deben ser para la recuperación
de las poblaciones en de borrego cimarrón en las áreas de distribución actual e
histórica en México.

Las extracciones deben basarse en los datos de los monitoreos aéreos. De esta
forma, la estimación de la tasa de extracción no debe de reducir la relación de
machos por hembra de 0.3:1 ni hacerla exceder 0.8:1. Por otro lado, las
extracciones anuales, incluyendo los aprovechamientos cinegéticos, no deben
exceder 7% del tamaño estimado de la población (Jorgenson et al 1993). Esto
está apoyado por los datos de la Isla Tiburón en la cual se han extraído
alrededor de 50 individuos por año desde 1996 (alrededor de 7% de la población
estimada), lo cual no ha aumentado la proporción de machos por hembra
significativamente, ni ha disminuido los tamaños poblacionales dramáticamente
(Colchero et al en prensa). Igualmente, no se deben llevar a cabo extracciones
en poblaciones con un número de hembras menor a 100.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA.

Aprovechamiento cinegético:

El número de machos estimados para aprovechamiento cinegético en cada


UNIREM se basará en las siguientes ecuaciones:

Ctot = ((NI + NII + NIII + NIV) / 0.45) * 0.10


CIII-IV = ((NIII + NIV) / 0.45) * 0.20

donde NI, NII, NIII, NIV son los promedios de machos de clase I a IV observados
durante los últimos tres monitoreos, Ctot es el 10 % del total de machos adultos y
CIII-IV es el 20% del total de machos clase III a IV estimados en promedio para
los últimos tres monitoreos. El número que resulte menor será la base para
asignar la tasa de aprovechamiento cinegético para la UNIREM, siempre
redondeado al entero menor (por ejemplo si el número resultante es de 1.7, la
tasa asignada será de 1).

231
Esta ecuación toma en cuenta la dinámica de la población a lo largo de varios
años, por lo que el efecto de depredadores y otras causas de mortalidad natural
son capturadas por el algoritmo.

Extracciones:

Como mencionamos en el punto anterior, las extracciones anuales, incluyendo


los aprovechamientos cinegéticos, no deben exceder 7% del tamaño estimado
de la población (Jorgenson et al., 1993).

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en


una UMA.

La cosecha debe establecerse de forma a evitar la época de apareamiento y de


nacimiento de las crías, así como después de los monitoreos. Las capturas
deben ser programadas preferentemente del 15 al 30 de noviembre, con lo cual
se evita la época de nacimiento de crías y el inicio de la temporada de
aprovechamiento cinegético.

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de


campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros
criterios, si aplica al caso.

Aprovechamiento cinegético:

Para el aprovechamiento cinegético, las armas utilizadas deben ser aquellas


permitidas por la SEDENA excepto calibres menores a .243 (el uso de rifle de
pólvora negra dependerá de si se encuentra en la lista de armas permitidas por
SEDENA).

Extracciones:

Dependiendo del objetivo de la captura se deben de usar los métodos


apropiados para las mismas, como lo sugieren Lee et al. (2000), y Thomas y
Thomas (1999). Algunos ejemplos son: el uso de redes de caída, rifle de redes,
redes y corrales de arreo y métodos de contención química.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo


de seguimiento y análisis recomendado para éstos.

Como mencionamos en puntos anteriores, tanto la tasa de aprovechamiento


cinegético como las extracciones serán determinadas con base en los
monitoreos aéreos y en otros criterios. Los monitoreos permitirán determinar el

232
efecto de la cosecha en la dinámica poblacional. Sin embargo, debido a los
costos de dichos monitoreos, en ciertos casos estos no serán realizados cada
año, por lo que es fundamental que cada UNIREM con las UMA que la
constituyen, aporte información detallada a la DGVS sobre mortalidad, cambios
en la proporción de crías por hembra, cambios en los tamaños de los grupos, así
como cambios importantes en el hábitat (sequía, disminución en la cobertura
vegetal, etc.). Mientras la información que se entregue sea limitada, la DGVS se
verá obligada a otorgar tasas de aprovechamiento conservadoras.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión).

La cosecha podrá ser suspendida si la población dentro de la UNIREM es menor


a 100 individuos, así como si la tasa de crecimiento de la población es negativa.
De no ser así, las cosechas será ajustadas cada año con base en el criterios
descritos en el punto anterior.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de
especies afines).

Para el aprovechamiento o cosecha ver el punto sobre procedimientos y para la


estrategia general de conservación, recomendamos la actualización del PREP
de borrego cimarrón, particularmente en la parte donde se establece el
desarrollo y alcances del proyecto, que incluye diferentes actividades a realiza
como la regionalización de las provincias naturales de para su manejo, la
reintroducción, así como el manejo de la especie criaderos intensivos
(Semarnap, 2000). La revisión de estos puntos especificos son fundamentales
para el planteamiento de una estrategia nacional de recuperación y manejo de la
especie en áreas de su antigua distribución. y el establecimiento del Consejo
Consultivo Nacional de Vida Silvestre Esto permitirá establecer acuerdos y
líneas estratégicas con fundamentos sólidos, asi como los acuerdos a nivel
gubernamental para el adecuado cumplimiento de dichas estrategias de
conservación y manejo de esta especie

Algunos de los puntos importantes que deberá contener o contemplar la


estrategia nacional para la recuperación del borrego cimarrón son los siguientes:

1). El uso del GARP para la selección de áreas y regionalización prioritarias


para le recuperación del borrego
2). La conectividad y calidad del hábitat entre las sierras de una unidad
regional
3). El factor de contacto e interacción positiva y negativa de las comunidades
rurales para el manejo en vida libre de esta especie

233
4). Programa estatal o regional de captura, traslado y seguimiento de los
grupos de borrego cimarrón liberados, incluyendo en su diseño,
ubicación geográfica de las región que serán atendidas con la
repoblación y las comunidades que serán beneficiadas
5). Acuerdos entre la Federación y las autoridades de los gobiernos a nivel
estatal para consolidar y dar cumplimiento a la estrategia nacional.

Recapitulación y recomendaciones.

• Se recomienda enfáticamente realizar un taller de análisis de viabilidad de


poblaciones y hábitat para el desierto sonorense y otro para el desierto
chihuahuense (Fisher et al. 1999).
• Establecer una estrategia nacional para la recuperación del borrego cimarrón
y el establecimiento o definición de programas estatales siguiendo las lince
de manejo y recuperación establecidas par la Federación a través de la firma
de convenios con las autoridades estatales.
• Se recomienda que se ajuste la normatividad lo antes posible para atender
esta necesidad de manejo y recuperación en áreas de su antigua
distribución.

Bases esenciales para la conservación

Aumentar los números poblacionales así como el ámbito actual de distribución


de la especie (ver PREP de borrego, SEMARNAP 2000).

Ajuste progresivo de cosecha y manejo

Ver sección de cosecha

Identificación de necesidades y vacíos

• Capacitación de técnicos para monitoreos aéreos y manejo de vida


silvestre.
• Base de datos de la información que entregan las UMA a la DGVS con
criterios unificados, así como de los datos de monitoreo para todas las
áreas borregueras.
• Proponemos que se coloquen collares de telemetría en distintas
poblaciones para promover el desarrollo de proyectos de investigación
que mejoren nuestras prácticas de manejo.
• Capacitación de personal de la DGVS en técnicas de evaluación de
hábitat (SIG, levantamiento de datos de calidad de hábitat en campo, etc.)
y análisis de dinámicas poblacionales.

234
• Verificar viabilidad de sierras prioritarias para la reintroducción de la
especie en el área de distribución histórica y actual propuestas en la
reunión de San Carlos,.
• Actualización del PREP de borrego cimarrón y el establecimiento del
Consejo Consultivo Nacional de Vida Silvestre.
• Desarrollar planes de manejo y conservación de la especie en vida libre
para Baja California, Baja California Sur y Sonora impulsados por la
DGVS con la participación de los gobiernos de los estados.
• Desarrollar planes para la recuperación y reintroducción en Chihuahua,
Coahuila y Nuevo León impulsados por la DGVS con la participación de
los gobiernos de los estados.
• Diferenciar los permisos que se otorguen para cacería libre de los de
cacería en confinamiento. Esto se hará con un identificador oficial que
garantice que el animal fue cazado en vida libre. Esta iniciativa se
notificará a las organizaciones cinegéticas nacionales e internacionales.
• Es necesario que cada estado done al año un permiso para conservación
e investigación.
• Cada permiso otorgado al año deberá donar $1,000 USD para
investigación y manejo de la especie.

Otros aspectos importantes.

Es importante que los lineamientos propuestos en este documento sean


aplicados también a Áreas Naturales Protegidas que deseen contar y mantener
poblaciones de borrego cimarrón dentro de las mismas.

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238
VENADO BURA Y VENADO COLA BLANCA EN HÁBITAT ÁRIDOS Y
TEMPLADOS

Nota: la agenda original de esta Mesa de Trabajo incluía el pecarí de collar. El


tema no fue tratado.

Elaboración del documento final

Francisco L. Villa Martínez, Rogelio Carrera, Florentino Chillopa, Carlos Alcalá.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Rogelio Carrera (PROFAUNA)


Rogelio.carrera-trevino@ttu.edu
Francisco L. Villa Martínez, FAOCIMEX. A. C.
asociesa@hmo.megared.net.mx
Carlos Hugo Alcalá Galván, INIFAP – UNIVERSITY OF ARIZONA
faunero@yahoo.com
Florentino Chillopa Morales, DGVS – SEMARNAT (moderador)
fchillop@semarnat.gob.mx
Santiago Gonzales FWS
Santiago.gonzales@fws.gov
Carlos Galindo, WWF – MÉXICO
cgalindo@wwfmex.org

Población

Factores de mayor importancia para la población.

a). Escala geográfica.- Regionalizar Unidad Regional de Manejo


(UNIREM).- Tamaño apropiado en superficie de acuerdo a la especie
y zona. Fisiografía, régimen climático, distribución de las UMA,
límites Políticos, vegetación, tenencia de la tierra, densidad humana,
etc.). La UMA y la sub-población es “parte” de una unidad mayor.
b). Plan de manejo regional por especie/ estado con metas y objetivos
especie / estado / región incorporados a las UMAS de UNIREM
c). Objetivos y Estrategias de población y de aprovechamiento.
d). Porcentaje de cambio anual en sus parámetros poblacionales
e). Tendencia
f). Nutrición
g). Reproducción
h). Uso del hábitat estacional.
i). Sobrevivencia y mortalidad

239
Protocolo Recomendado de trabajo para seguimiento poblacional
Regional.

(Considerar la operación de los consejos técnicos consultivos).

La diversidad de ambientes y características propias de las diferentes


UNIREMS en las regiones semiáridas y templadas del país no permite la
selección de un método único (receta de cocina) a seguir para la evaluación y
seguimiento de las poblaciones de venados.

a). Base de Datos. Establecer el mecanismo para la captura,


almacenamiento, y sistematización de la información para su análisis
(Densidad, relación de sexo y edad, tendencia, cosecha, etc.).
b). Establecer un diagrama de flujo para definir alternativas de evaluación
y monitoreo aplicables de acuerdo a la especie, zona y recursos
disponibles.
c). La autoridad encargada de la administración apoyada por los consejos
asesores se encargara del análisis de las tendencias poblacionales en
las UNIREMS.
d). El análisis e interpretación de la información sobre poblaciones
permitirá identificar necesidades de información mas detallada sobre
parámetros poblacionales para tomar decisiones de manejo.

Formatos a utilizar

Formato propuesto vía e mail.

Algoritmos recomendados sobre la población para determinar posible


cosecha

1.- Tendencia
2.- Análisis de historial de cosecha en cuanto a calidad y % de éxito.
3.- Objetivos de la UMA y UNIREM.( Crecimiento; mantenimiento;
reducción)
4.- Variación en parámetros poblacionales

Información mínima indispensable de campo para la determinación de cosecha


en UMA

Primeramente considerar ”Objetivos poblacionales”

1.- Densidad
2.- Estructura de población en sexo y edad. (categorías macho; Hembra;
Cría; NIdent.)
3.- Tendencia
4.- Historial de aprovechamiento
5.- Evaluaciones de cosecha.

240
Hábitat

La diversidad de ambientes y características propias de las diferentes


UNIREMS en las regiones semiáridas y templadas del país no permite la
selección de un método único (receta de cocina) a seguir para la evaluación y
seguimiento de hábitat para venados.

Se deberá establecer un diagrama de flujo para definir alternativas de


evaluación y monitoreo de hábitat aplicables de acuerdo a la especie, zona y
recursos disponibles.

Escala geográfica y aspectos relevantes del hábitat

a).- Evaluación de condición general a nivel región considerando el rango de


distribución de las subespecies, fisiografía, ambiente agroecológicos, y
tipos de vegetación.
b).- Evaluación a nivel UMA
b.1.- Determinar la proporción de hábitat disponible en la UMA
b.2.- Identificación de subunidades de manejo
b.3.- Identificar la disponibilidad de agua en cada una de las UMA
registro de fuentes de agua (tipo de fuente, donde están, duración,
la capacidad de almacenamiento y calidad (turbidez y temperatura).
b.4.- Evaluación de cobertura (térmica y de escape.-proyección
horizontal y vertical del follaje)
b.5.- Alimento.- Especies clave.- Componentes ó atributos ( evaluables y
modificables para inducir cambios en el hábitat) Diversidad,
Densidad, distribución, estructura arquitectónica.
b.6.- Áreas de protección de cría.- resultante de los muestreos de
población, identificar estacionalmente la distribución de hembras y
con ello los sitios clave de preferencia estacionales.
b.7.-Identificación de otros herbívoros silvestres y domésticos presentes
en la UMA.
b.8.-Infraestructura para el manejo de ganado: cercos, caminos,
corrales, áreas modificadas(agricultura, ganadería).

Protocolo de trabajo recomendado

1.-Consideraciones.- Mapeo de diferencias fisiográficas, alteraciones en la


cubierta (desmontes, cultivos), tipos de vegetación, asociaciones vegetales.

a. Durante el muestreo de población procurar el registro de la distribución


poblacional estacionalmente (observaciones directas en subunidades)
b. Muestreo de vegetación. Selección de método adecuado para estimar
diversidad, densidad, distribución, estructura arquitectónica de la planta
y producción de herbáceas.
c). Considerar las recomendaciones y acuerdos del consejo consultivo
estatal, así como las regulaciones que dicte la autoridad en la materia
del estado.

241
d). Formato simple que refleje la condición.

NOTA: para regiones áridas y semiáridas el muestro de vegetación


recomendable es el derivado del registro de frecuencias en sus distintas
modalidades. Análisis de estimaciones subsecuentes, permitirán obtener
información sobre los atributos de interés (referidos anteriormente). La finalidad
de la evaluación de hábitat en UMA, es identificar acciones prioritarias y
programarlas para mejorar y conservar las necesidades de la población.
2.-Registro del estado actual de los atributos del hábitat realizando el
comparativo de 3-5 años para determinar la tendencia en los mismos.

3.-Establecer metas y objetivos.

4.- La evaluación de condición del hábitat se puede basar en la apreciación de


otros factores, tales como; Condición corporal de los animales (ganado y
venados) buena-regular-pobre, así como por la intensidad de uso sobre las
especies clave de mayor a menor preferencia.

Cosecha

Nota.- La cosecha como parte del manejo en la UMA, reviste gran importancia
por la calidad de información que puede brindar con respecto al estado y
funcionamiento del hábitat y de la población.
Debe ser considerado la colecta, almacenamiento y análisis de información
producto de la evaluación de cosecha y ser relacionado con la condición y
tendencia del hábitat y de población.

1.- Procedimiento para determinar viabilidad biológica (cuantía, modos,


periodicidad y ajuste):

Previo la consideración de metas y objetivos nacionales, estatales y regionales


sobre la población objetivo.

Viabilidad Biológica.- La disminución de un segmento de la población no


implica riesgo para la continuidad de la población.

2.- Algoritmos, cuantía y periodicidad.

A. Cumplir con el supuesto de la Ley, que la extracción deba ser menor a La


tasa de renovación natural de la población.

B. Considerar objetivos de la población.- crecimiento, mantenimiento ó


reducción.

B.1.-Objetivo: Crecimiento:
Que la extracción deba ser menor a La tasa de renovación natural de
la población.
B2.-Objetivo: Mantenimiento:
Que la extracción deba ser igual a La tasa de renovación natural de la
población.

242
B3.-Objetivo: Reducción
Que la extracción deba ser mayor a La tasa de renovación natural de
la población.

Cuantía

Determinar la cosecha potencial en la región (UNIREM)


De inicio, se deberá establecer límites de extracción a nivel regional de acuerdo
a sus parámetros poblacionales y objetivos, para después asignarse a nivel
local (UMA) con base a lo siguiente:

• % de área de hábitat disponible para la especie ( evaluar la calidad del


hábitat y de población con respecto a la región)
• Superficie proporcional de la UMA con relación a la superficie total de la
región
• Resultados de estimación poblacional en UMA en relación a los datos
regionales.
• Fomento en actividades de conservación de hábitat (manejo de ganado,
aguajes, suelo, control de fauna feral, etc.)
• Análisis de la cosecha previa.
• Demanda de las UMAS en la región.

Periodicidad

(Biológicamente no tiene significancia). Debe ser relacionado con las metas y


objetivos sobre la población regionalmente, ya sea para incrementar, mantener
ó reducir la población.

a). Incremento, mantenimiento ó reducción en el éxito de caza ó


aprovechamiento.
b). Vulnerabilidad de un segmento específico de la población (machos
adultos en época reproductiva.
c). Requerimiento de la autoridad en control de armas y cazadores, así
como los requerimientos sociales para brindar oportunidades de
esparcimiento.

Medios, métodos, modos de cosecha

Sobre éste punto, se recomienda realizar la cosecha con métodos socialmente


aceptables, asegurándose abatir la pieza o el ejemplar de manera humana y
ética, considerando los preceptos establecidos en la legislación aplicable sobre
el trato digno y respetuoso.

Indicadores de los efectos de la cosecha en UMA

• Cambio en la estructura de edades de la población.


• Cambio en la proporción M:H
• Disminución de la población (extracción aditiva)

243
• Calidad ( refleja nutrición, genética y condición de hábitat)

El sentido de los indicadores (+ ó -) Deberá estar directamente relacionado


con los objetivos de:

A).-Crecimiento, mantenimiento o decremento de la población


B).-Calidad de la cosecha orientada a la producción de: cantidad de
ejemplares, calidad de trofeos,

• Cantidad extraída
• Éxito de cacería
• Edad aproximada y peso

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha

• Revisar el historial de cosecha ( tasa otorgada, ejercida y tendencia


poblacional)
• Revisar que la metodología de estimación de población sea consistente
en cuanto a técnica empleada, sitios de muestreo (transectos), fechas,
esfuerzo y representatividad del área y población.
• Avances en cuanto al cumplimiento de metas y objetivos comprometidos
en el plan de manejo respecto a la conservación de la población y el
hábitat.
• Comparar los datos poblacionales reportados con otras unidades
vecinas en la región ó los datos de la UNIREM y referencias en
literatura.
• Suspensión.- Incumplimiento a las actividades comprometidas; eventos
de mortalidad extraordinarios, cuando en contra de la meta y objetivos
poblacionales, la tasa de renovación sea inferior a la extracción.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie.

• Documentar los esfuerzos e inversiones en obras de conservación y


manejo de hábitat y poblaciones
• Documentar las tendencias poblacionales en unidades de manejo bajo
aprovechamiento
• El interés en el aprovechamiento promueve las acciones de
conservación y mejoramiento de hábitat para las poblaciones de interés
y otras asociadas (biodiversidad, suelo, agua y vegetación).

Recapitulación y recomendaciones

• Bases esenciales para la conservación:

244
a) Establecimiento de META nacional y estatal.
b) Establecimiento de OBJETIVOS regionales y en UMA acordes
con la meta nacional.
c) Establecer acciones concretas en UMA para alcanzar los
objetivos (descritos de conservación y aprovechamiento
sustentable.)
d) Evaluación de las acciones respecto a los objetivos
e) Replanteamiento de objetivos y/o corrección de acciones

• Ajuste progresivo de la cosecha y manejo:

Revisión de la compatibilidad entre los objetivos y la tendencia de


la población y hábitat.

• Identificación de necesidades y vacíos:

a). Establecimiento de meta nacional de conservación por especie


b). Establecimiento de comités técnicos consultivos (asesor).
c). Implementación del vínculo federal con los comités técnicos para
la regionalización, y los programas de conservación y manejo
específicos
d). Implementación de una base de datos nacional y estatal para dar
seguimiento a los programas de manejo y aprovechamiento en las
UMA y por especie
e). Rescate y reinstalación del Consejo Técnico Consultivo Nacional
para la conservación y uso sustentable de la vida silvestre.

• Identificación de Vacíos

a). Falta de educación pública en materia de conservación y


aprovechamiento sustentable de vida silvestre
b). Falta de vínculo del sistema educativo profesional con las
necesidades en materia de manejo, conservación y
aprovechamiento de vida silvestre
c). Falta de esquemas de vigilancia efectivos en materia de vida
silvestre
d). Falta de continuidad en políticas públicas en materia de vida
silvestre
e). Falta de congruencia y vínculo entre dependencias de gobierno
con ingerencia en recursos naturales.
f). Falta de personal gubernamental (federal y estatal) é
infraestructura para cubrir las demandas en materia de vida
silvestre
g). Falta de esquema de evaluación del ejercicio de administración
del recurso.

• Otros aspectos importantes:

Falta de esquemas de financiamiento para la operación efectiva


del departamento (federal y estatal) de vida silvestre.

245
Bibliografía

No se incluyó.

APENDICE

PROTOCOLO DE TRABAJO RECOMENDADO PARA EL SEGUIMIENTO DE


POBLACIÓN ORIENTADO A DETECTAR LA CONDICIÓN INICIAL Y LA
TENDENCIA EN UNA REGIÓN O UMA

Objetivos.- Nacionales, estatales, regionales y en UMA.

I.- Regionalizar y establecer objetivos de manejo.


II.- Selección de metodologías apropiadas para la región y/o especie.
III.- Elaboración de formatos para evaluación de poblaciones e información de
la cosecha.
III.- Crear Base de datos.
IV.- Análisis de información.
V.- Recomendaciones de manejo y aprovechamiento respecto a los objetivos
de UMA y UNIREM.
VI.- Evaluación de las recomendaciones de manejo y cosecha.
VII.- Replanteamiento.

246
VENADOS Y PECARIES EN EL TRÓPICO

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes de la Mesa.

Participantes en la Mesa

Salvador Mandujano, INECOL


mandujan@ecologia.edu.mx
Alfredo Cuarón, FMVZ-UNAM
cuaron@gmail.com, cuaron@oikos.unam.mx
Manuel Weber, ECOSUR
mweber@camp.ecosur.mx, mweber@dunelm.org.uk
Epigmenio Cruz, IHNE CHIAPAS
pimecruz5910@hotmail.com, ecruz5910@prodigy.net.mx
Carlos Alcérreca, BIOCENOSIS, A. C.
biocenosis@biocenosis.org.mx, alcerreca@biocenosis.org.mx
Ricardo Hernández, DGVS – SEMARNAT
rhernandez@semarnat.gob.mx
Jesús Lizardo Cruz, DGVS-SEMARNAT
jesus.cruz@semarnat.gob.mx

Especies consideradas durante los trabajos de la Mesa

- Venado cola blanca (Odocoileus virginianus)


- Venado temazate café de Yucatán (Mazama pandora)
- Temazate rojo (Mazama americana)
- Pecarí de collar (Pecari tajacu)
- Pecarí de labios blancos (Tayassu pecari)

Relatoría de la mesa de venados y pecaríes en zonas tropicales.

Durante los días del taller se produjeron diversas recomendaciones relacionadas


con el manejo de especies tropicales de ungulados en Unidades de Manejo para
la Conservación de la Vida Silvestre. Las conclusiones se plasman en la presente
relatoría, la cual incluye dos anexos, uno de los cuales fue considerado como tal
aunque una versión previa se había incluido en el documento original, debido a
que su versión final cuenta con información adicional propuesta por uno de los
miembros de la Mesa. Asimismo, se incluye un documento elaborado
posteriormente al taller, en cual se definen los protocolos de trabajo
recomendados por el autor para el manejo de venado cola blanca en las regiones

247
tropicales secas del país. Finalmente resulta importante aclarar que algunos de los
productos esperados del taller no se alcanzaron por falta de consenso en la mesa
de trabajo. Adicionalmente las referencias bibliográficas incompletas que
originalmente se habían incluido, y los datos referentes al tapir y a los
dasipróctidos, fueron eliminados debido a que esas especies no estaban incluidas
dentro de la temática particular de la mesa (el caso del tepezcuintle, un
dasipróctido, fue tratado en una Mesa especial de este Taller).

El contenido de las siguientes secciones se refiere, de manera general, al grupo


de cinco especies de ungulados definido más arriba.

Poblaciones

Principios y técnicas básicos para protocolos

Se recomendó que las UMAS elaboren un diseño de muestreo que pueda ser
evaluado previo a la autorización y al cual se deberá aportar realimentación para
mejorar dicho diseño. Se recomienda el uso de métodos sencillos, prácticos y
sólidos, y seguir el principio precautorio buscando estimaciones basadas en
métodos que dependan de contar los animales directamente. El empleo del conteo
de huellas y signos debe ser complementario a las observaciones directas;
asimismo, es recomendable utilizar al menos dos técnicas comparativas y
complementarias, para asegurar en la medida de lo posible la confiabilidad de la
información.

De acuerdo con lo discutido en la mesa, para muestreos de signos y conteos


directos se propone que se cumplan con los siguientes requisitos:

1. Considerar estratificación espacial del muestreo en general y la


realización de muestreos al azar dentro de cada estrato.
2. Lo anterior, de modo que unidades como transectos se localicen en toda
la UMA, de manera que se pueda muestrear toda la posible variabilidad
de coberturas, paisaje o tipos de vegetación.
3. Repeticiones en las distintas unidades de muestreo.
4. Transectos permanentes (fijos) para monitoreo sistemático a través del
tiempo y, también, transectos ocasionales para referencia cruzada del
monitoreo de variaciones espaciales de abundancia.
5. Definición y consideración de variaciones relacionadas con la
estacionalidad ambiental.
6. Obtención de tamaños de muestra adecuados e inclusión de medidas
que reflejen la variabilidad.
7. Por el momento se recomienda un número no menor de 5 transectos, de
un largo total de 2 km o más por cada 1000 ha de hábitat en la UMA, así

248
como una distancia no menor al largo del transecto, entre transectos
vecinos, para lograr independencia y representatividad del muestreo.
8. En lo posible, definición del tamaño de muestra mínimo (número de
transectos) necesarios para obtener una estimación de la densidad
poblacional dentro del nivel de precisión requerido (por ejemplo, 20% ) o
el establecido por los técnicos o la instancia gubernamental.
9. En caso de utilizar senderos se deberán usar veredas de menos de 1 m
de ancho con poca modificación del dosel y con poco tránsito humano.
En lo posible, debe evitarse el uso de caminos frecuentemente
transitados por vehículos.
10. Los datos de caminos y transectos deberán ser analizados por
separado.
11. Obtención y definición de la visibilidad máxima, cuando se utilicen
transectos en franja.
12. Obtención de información espacialmente explícita de la abundancia de
signos de actividad de estos ungulados, ya sea con posiciones GPS o,
al menos, con subdivisión del transecto.
13. Para lograr la estratificación del muestreo, se deberá ponderar la
conveniencia de abrir brechas y transectos que representen los distintos
hábitat y condiciones.
14. El esfuerzo mínimo de muestreo debe basarse en uno o varios
premuestreos y tomar como base una precisión de no menos del 20%.
15. Mantener un proceso de calibración del conteo de huellas (obteniendo
factores de corrección), con relación a estimaciones de densidad
obtenidas mediante transectos para avistamientos directos u otros
métodos.
16. La mayoría de los lineamientos para el seguimiento de venados se
aplican para de igual manera para pecarí de collar.

En relación con conceptos poblacionales comúnmente utilizados para la gestión


de especies silvestres como las tratadas, la mesa propuso que se realizara la
estandarización de éstos como un resultado del propio taller, para definir términos
y conceptos, sin embargo no se consiguió ese objetivo.

A partir de los procedimientos de monitoreo propuestos, la información mínima


necesaria que la Mesa consideró pertinente colectar, por parte de los técnicos de
las UMA, y los modos de hacerlo, incluyen:

En el caso de transectos en línea.

1. Establecer claramente el tamaño de la unidad de muestreo, por ejemplo


largo del transecto (y su anchura, dependiendo del método utilizado, por
ejemplo transecto en franja).
2. Expresar objetivamente el esfuerzo total de muestreo.
3. Levantar los datos de los muestreos a pie.

249
4. Marcar claramente el inicio y el final de cada transecto con puntos GPS.
5. Definir la distancia perpendicular del observador a cada ejemplar
observado; para ello se recomienda marcar con balizas tramos de 100 m,
para apoyar la determinación más precisa de las distancias.

Para el caso de conteo de huellas:

1. Diferenciar muestreo sistemático de huellas, respecto a aspectos


tradicionales de rastreo. No es lo mismo.
2. Definir claramente si se están contando pasaderos (pathways) de huellas,
sobre y a lo largo del camino.
3. Para estimar la densidad mediante este método se recomienda utilizar la
fórmula de Mandujano para calibrar índices de conteo de huellas respecto a
la densidad estimada. (Mandujano. 2005. Track count calibration to density
estimate of WTD in a Mexican Dry Forest. Southwestern Naturalist 50(2):
223-229). También es de importancia considerar el tamaño de los ámbitos
de actividad conocidos para las especies; para el venado cola blanca en
para el caso de bosques tropicales, éste debe ser determinado.

Hábitat

Para el caso del monitoreo de hábitat, en la mesa se planteó que las UMA
deberán elaborar un diseño de muestreo que pueda ser evaluado por la Dirección
General de Vida Silvestre previo a la autorización, diseño que deberá
realimentarse con los resultados obtenidos, para mejorar el diseño.

Se resaltó la necesidad de definir un tamaño mínimo de UMA para determinar la


factibilidad de aprovechamiento de estas especies en el trópico, por lo cual se
recomendó no realizar el aprovechamiento de ungulados tropicales en UMA de
menos de 1,000 ha de extensión.

Es necesario que las UMA definan claramente los tipos de vegetación bajo un solo
criterio (autoridad científica). Se planteó que las selvas secas son más productivas
que las selvas húmedas para los venados cola blanca y pecaríes, por lo que su
abundancia resulta comúnmente mayor; también se señaló que la explotación de
venado cola blanca no es compatible con la explotación de temazate rojo, es decir,
se puede realizar el aprovechamiento de una u otra especie, pero no las dos de
manera simultánea, debido a los hábitos y biología de cada una, que difieren de
manera sustancial.

Se plantearon tres escalas básicas para la evaluación del hábitat:

a) Escala regional o paisajística, en la cual se analice el contexto en el


que está inmersa la Unidad de Manejo para la Conservación de la

250
Vida Silvestre (UMA) específica. Esta escala corresponde a
superficies superiores a 200,000 ha y para su análisis se sugirió
utilizar planos 1:250,000. En casos de áreas mayores que 50,000 ha,
se recomienda utilizar cartas 1:100,000, y en áreas superiores 1,000
ha, planos de escala 1:50,000.

b) Escala de la propia Unidad de Manejo para la Conservación de la


Vida Silvestre (UMA), en la cual es posible analizar algunas variables
macro como tipos de comunidades forestales, fisiografía, actividades
humanas (ganadería, agricultura), asentamientos humanos,
heterogeneidad espacial, etcétera. La escala sugerida es 1:20,000 y
los principales productos de este nivel de análisis serán la cantidad y
distribución de los tipos de vegetación.

c) Escala de microhábitat, que debe facilitar el análisis de los


requerimientos específicos para la(s) especie(s) de interés. En este
nivel deben considerarse factores como la disponibilidad de alimento,
la cobertura, rasgos que brinden protección contra la intemperie, la
presencia-abundancia de depredadores, y la disponibilidad de
fuentes de agua. Todo esto se efectuará a la escala del terreno y
permitirá evaluar de manera razonable la calidad del hábitat.

Para la escala del paisaje se recomienda emplear el mapa del Inventario Nacional
Forestal serie 2, del INE y describir los principales rasgos fisiográficos y de
vegetación que existen alrededor de la Unidad de Manejo para la Conservación de
la Vida Silvestre (UMA).

Para el análisis de escala de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida


Silvestre (UMA), para estimar la cantidad y distribución del hábitat, se trabajará
con métodos cualitativos para elaborar un mapa de cada UMA empleando
información cartográfica y fotografías aéreas, a través de sistemas de información
geográfica (SIG).

El procedimiento que se planteó para estimar la calidad del hábitat es el siguiente:

Se recomienda examinar la cobertura, disponibilidad potencial y real de alimento, y


de fuentes de agua, en las tres escalas y en el siguiente orden jerárquico:

1. Relación al nivel del paisaje con áreas protegidas y con otras Unidades
de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).

2. Coordenadas geográficas y poligonales de la Unidad de Manejo para la


Conservación de la Vida Silvestre (UMA); mapas de tipos de vegetación y
uso actual de suelo, de cobertura vegetal, con ubicación de fuentes de agua
y su permanencia o estacionalidad, áreas conocidas de alimentación;

251
historia de uso de suelo de la Unidad de Manejo para la Conservación de la
Vida Silvestre (UMA), procurando la cuantificación de las características del
hábitat y del uso de suelo.

3. El caso de los temazates es especial, pues los requerimientos de hábitat


para las dos especies de temazate, no son bien conocidos. Las selvas
mejor conservadas son relevantes para las tres especies de venados. Para
temazate rojo las selvas medianas de zapote y ramón son importantes –
dado que contienen fuentes de alimento principal– y, además, las zonas
bajas inundables son vitales para los tres venados, pues significan
cobertura con funciones de ruta de escape. Para el caso de venado cola
blanca son relevantes extensiones de vegetación natural con sotobosque
bien desarrollado, zonas de acahual, sitios de cultivo abandonados, sitios
donde de vegetación de rápido crecimiento, los árboles frutales y flores son
importantes como cobertura de protección en la época seca; un mosaico de
condiciones óptimas es deseable. Para pecaríes es relevante que existan,
dentro de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre
(UMA) cuerpos de agua como aguadas y arroyos, en los cuales los grupos
puedan tomar baños de lodo y atender otras necesidades.

Para efectuar los análisis anteriores se recomienda recurrir a mapas de uso de


suelo, topográficos y de vegetación; fotografías aéreas, geoposicionador satelital,
brújulas, cámara fotográfica, haciéndose énfasis en la toma de fotografías que
ejemplifiquen claramente los tipos de vegetación existentes y su estructura
general.

Los métodos específicos recomendables, propuestos por la Mesa para la


evaluación del hábitat de las especies de ungulados tratadas, son los siguientes:

1. Análisis de paisaje en términos de complementariedad, conectividad,


suplementación, fragmentación, aislamiento, refugio; relaciones fuente-
sumidero;

2. Uso de la técnica de línea de Canfield para medir cobertura de sotobosque,


dosel, riqueza, densidad. Debe efectuarse al menos una línea por tipo de
vegetación. Debe incluirse al menos una evaluación cualitativa del cuerpo de
agua; aun considerándose opcional el análisis fisicoquímico y bacteriológico
del cuerpo de agua, no deja de ser recomendable.

3. Análisis bibliográfico y de datos, suficiente, en el que se determine si la


Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) cumple con
los requerimientos de hábitat de las especies que se desea manejar.

252
Cosecha

La mesa consideró que, al no conocerse información básica de las especies, no es


posible recomendar tasas de cosecha a un nivel de Unidad de Manejo para la
Conservación de la Vida Silvestre (UMA), ni algoritmos o modelos de
aprovechamiento, y que la mejor forma de evaluar la cosecha (tanto deportiva
como de subsistencia) es con el análisis de la cosecha misma. Sin embargo, esto
supone la colecta de información cuantitativa y biológica de la cosecha, lo cual
supone abordar y resolver las cuestiones administrativas necesarias para realizar
estos análisis de manera formal (por ejemplo, trámites para la colecta y traslado
de cráneos).

Para el análisis de la cosecha se recomienda obtener los siguientes datos: peso


del ejemplar, sitio de la cosecha (georreferencia, tipo de vegetación), sexo, edad,
fecundidad (en caso de colectarse tractos reproductivos), estado reproductivo
(estado de las astas y de los testículos en machos), método de cosecha empleado
(búsqueda, acecho, u otros), rescate de mandíbula, cráneo y en lo posible una
muestra de tejido de piel. Este método ofrece resultados razonables, en tiempo y
espacio, en el mediano plazo, que permiten comparar las tendencias y
características de la cosecha.

Se planteó en la Mesa la posibilidad de hacer recomendaciones futuras para


definir los lineamientos para la cosecha de venado cola blanca en selvas secas, lo
cual fue incluido en la versión final del documento.

En términos generales se hicieron los siguientes comentarios y recomendaciones


sobre la cosecha de estos ungulados en el trópico de México:

• El aprovechamiento no debe limitarse únicamente a machos trofeo,


además, deben establecerse tasas máximas de cosecha por taxón.
• Se consideró que para los temazates deben establecerse techos de
cosecha (la máxima cosecha, que involucre tanto la cacería deportiva como
la de subsistencia y la depredación) de modo que se asegure la continuidad
de los procesos ecológicos de las poblaciones.
• Se reconoció que, en bosques tropicales, los modelos de cosecha deben
considerar la presencia de los depredadores como un fenómeno natural,
procurando que no se considere, de entrada, que entra en conflicto con los
intereses de los humanos.
• Se recomienda seguir un principio precautorio, buscando y utilizando
estimaciones de cosecha de magnitud mínima.
• El modelo de manejo para el aprovechamiento deportivo debe integrarse al
aprovechamiento de subsistencia, preexistente en muchas comunidades
indígenas y mestizas de la región tropical.

253
• Deben reevaluarse los calendarios oficiales para aprovechamiento
cinegético, con base en datos del ciclo reproductivo de las especies en el
trópico.
• Es recomendable ir generando una base de información de cada UMA, para
que el aprovechamiento se vaya ajustando de manera progresiva.
• No se recomienda que se autoricen cosechas del pecarí de labios blancos
dada su condición de riesgo. Para la conservación a largo plazo de
especies como el pecarí de labios blancos, es básico tomar en cuenta su
necesidad de grandes extensiones vinculada con los recorridos que hacen
las piaras y los aspectos intrínsecos de comportamiento (tamaño de grupo)
para, una vez superada la actual condición de riesgo de la especie, poder
evaluar la pertinencia de permitir o no la cosecha.

254
Recapitulación y recomendaciones finales

• En cuanto a su operación, una Unidad de Manejo para la Conservación de


la Vida Silvestre (UMA) no debe centrarse en el interés por el uso de una
sola especie; el trópico mexicano permite que el propietario pueda acceder
a otras opciones, promoviendo así la diversificación productiva y
aminorando fuertes presiones sobre especies de mayor interés.
• La Mesa recomendó enfáticamente elevar los estándares en materia de
capacitación técnica a todos los niveles, entre los actores de las UMA
(técnicos de campo, oficiales, dueños de las UMA, organizadores
cinegéticos, entre otros).
• Se consideró fundamental realizar la evaluación de la cosecha por regiones
o sitios seleccionados.
• Debe mantenerse una perspectiva de comparación permanente de distintos
métodos para la evaluación de poblaciones.
• Sólo en la medida en que se acumule suficiente información será posible
definir un modelo de cosecha.
• La Mesa estimó necesario generar un glosario de términos estandarizados,
incluyendo el uso de los alusivos a tipos de vegetación, hábitat, paisaje y
otros.
• La mesa desaconseja fuertemente aplicar mecánicamente el modelo de
manejo de venados y pecaríes en el norte del país al trópico, por las
notorias diferencias en el entorno y probablemente en la dinámica de las
poblaciones animales; será necesario crear y evaluar modelos propios.
• Se recomienda que se destinen un fondo y un esfuerzo de investigación
específicos, para conocer los aspectos biológicos que aún se ignoran
respecto a las especies de ungulados de interés, analizadas en la Mesa.
• La Mesa recomienda crear un programa experimental basado en la elección
de algunas UMA modelo por región en las cuales, a mediano plazo, sea
posible recabar información biológica básica de las especies, y desarrollar o
modificar modelos de muestreo de poblaciones, del hábitat, y de cosecha.
Se sugiere que el diseño de estas UMA sea consensuado previamente por
un comité técnico evaluador.
• Recomendamos que se otorgue algún tipo de estímulo a aquellas UMA que
logren demostrar de modo fehaciente la recuperación de poblaciones de
especies en riesgo.

255
Anexo 1
Procedimientos de seguimiento de poblaciones planteados durante el taller.

Procedimiento para venado cola blanca en bosques tropicales secos

Paso 1. Estimar la densidad (promedio ± 95% IC) de ind/km2


Paso 2. Tener la superficie de hábitat en km2 en la UMA
Paso 3. Calcular el número total (promedio ± 95% IC) de individuos en la UMA
Paso 4. Estimar el porcentaje de adultos (promedio ± 95% IC) en la población
Paso 5. Calcular el número de adultos en la población (promedio ± 95% IC)
Paso 6. Definir un porcentaje de cosecha
Paso 7. Calcular el número (promedio ± 95% IC) de adultos a cosechar

Precauciones especiales:

1. El número de animales a cosechar depende totalmente de tener una


estimación confiable de la densidad, lo cual requiere que poner especial
atención en este aspecto, previamente a la toma de decisiones.
2. Es posible que este procedimiento sea relativamente más fácil de aplicar
en bosques tropicales secos.
3. Por el contrario, este procedimiento probablemente no sea útil en bosques
tropicales húmedos.
4. En consecuencia, es necesario desarrollar o modificar modelos de cosecha
para las condiciones particulares de distintos bosques tropicales.
5. Se reconoce que este procedimiento tiene muchas limitaciones y se
requiere generar, a mediano plazo, modelos más confiables en la medida
en que se vaya recabando los datos biológicos requeridos.

Debe enfatizarse que el cálculo del número de individuos a cosechar requiere


basarse, con un criterio claramente precautorio, en el valor mínimo del intervalo de
confianza de la estimación poblacional.

Procedimiento basado en Distribuciones de Utilización, para estimaciones


espacialmente explícitas de abundancia relativa de los ungulados tratados, en
bosques tropicales húmedos.

Utiliza conteos de huellas o signos para estimar abundancias relativas, en una


forma espacialmente explícita mediante el uso de Distribuciones de Utilización
(DU) y polígonos probabilísticos Kernel

Pasos generales:

256
1. Estimar la abundancia relativa mediante rangos (por ejemplo, menos de un
signo/km2 = abundancia Baja = 1 punto; 2 o 3 signos/km2 = abundancia
Media = 2 puntos; más de 5 signos/ km2 = abundancia Alta). Este
procedimiento se en transectos lineales georeferenciados y balizados
(Véase figura 1).
2. Se digitalizan los valores de estas abundancias, en un mapa que tenga los
transectos claramente ubicados mediante valores GPS.
3. Se calculan las DU con programas de cómputo tales como Animal
Movements del USGS. Se validan los datos con una técnica de mínimos
cuadrados.
4. Se revisan los mapas y se comparan con otros índices de abundancia
relativa tales como cosecha por sitio, densidades, etc.
5. Para el procedimiento anterior es indispensable que los transectos estén
ubicados al azar, para cada uno de los estratos que se hayan determinado.

Precauciones:

1. La técnica es una forma de visualizar la abundancia relativa en términos


de espacio y, aunque resulta precisa, no es una medida contundente sino
relativa.

2. Debe tomarse en cuenta la variación de la abundancia (la natural y la


inducida por causas humanas) y como se expresa la propia abundancia
espacialmente.

257
Bibliografía

Mandujano, S. 2004. Análisis bibliográfico de los estudios de venados en México.


Acta Zoológica Mexicana (nueva serie) 20(1):211-251.

258
MÉTODOS DE ESTIMACIÓN DEL TAMAÑO POBLACIONAL DEL

VENADO COLA BLANCA EN BOSQUES TROPICALES

Salvador Mandujano

Depto. Biodiversidad y Ecología Animal, Instituto de Ecología A. C., km 2.5 Camino a

Coatepec No. 351, Xalapa 91070, Ver. México. E-mail

salvador.mandujano@inecol.edu.mx

INTRODUCCIÓN

El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) es una de las especies más

importantes desde el punto de vista de aprovechamiento en México. Comparado con

otras especies de venados como son el bura (O. hemionus) y los temazates (Mazama

americana y M. pandora), el cola blanca tiene un área de distribución geográfica más

amplia en el país por lo que existe en un mayor número de tipos de hábitat, como son

matorrales xerófilos, bosques templados, bosques tropicales secos y bosques tropicales

húmedos perturbados. De las 38 subespecies propuestas, 14 se encuentran en México

(Smith 1991). Si bien en todo el país es extenso el aprovechamiento del venado cola

blanca para consumo de subsistencia, cacería deportiva y comercialización de

productos, resulta preocupante que las decisiones de manejo estén basadas en un muy

escaso conocimiento biológico de la mayoría de las subespecies. En un análisis de la

información generada acerca de los venados en México, Mandujano (2004) encontró

que las subespecies O. v. texanus y O. v. couesi han sido las más estudiadas. En

contraste, siete subespecies del venado cola blanca, O. v. carminis, O. v.

miquihuanensis, O. v. veraecrucis, O. v. toltecus, O. v. truei, O. v. nelsoni, O. v.

259
oaxacensis, O. v. acapulcensis y O. v. thomasi, son las menos estudiadas. Esto es

crítico ya que, excepto las dos primeras, las demás habitan en zonas tropicales donde

han sido aprovechadas por los grupos indígenas desde épocas prehispánicas y,

actualmente, forman parte de la alimentación humana en áreas rurales campesinas y

del folclor y valor culinario regional. Una característica común a estas especies es que

habitan bosques tropicales. Mientras que las subespecies O. v. sinaloae O. v.

mexicanus y O. v. yucatanensis han sido estudiadas recientemente con profundidad

relativamente mayor. Una característica común es que estas subespecies, además de

O. v. acapulcensis y O. v. nelsoni, habitan varios tipos de bosques entre los que

destaca el bosque tropical seco principalmente en la costa Pacífica, en la depresión del

Balsas y en el norte de Yucatán.

ESCALAS GEOGRÁFICAS DE MANEJO

1. Nivel de subespecies.

El primer nivel que debe considerarse para el manejo del venado cola blanca es

el basado en los límites geográficos de las 14 subespecies propuestas para el país. La

definición y delimitación geográfica de las subespecies no está basada en estudios

cuantitativos morfológicos ni genéticos, sino simplemente en características muy

generales de variaciones en el color de piel, tamaño corporal y formas de astas.

Aunque consideramos que esto debe estudiarse profundamente, por el momento el

modelo de distribución geográfica sirve como base para el primer nivel relevante para la

conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

La principal recomendación a este nivel es el control estricto del movimiento o

traslocación de animales de una subespecie a sitios donde históricamente no se ha

260
registrado la misma. Un problema importante se presenta en aquellas regiones donde

convergen más de una subespecie y los criterios para definir el límite geográfico entre

una y otra son arbitrarios. En estos casos será necesario definir si realmente existen

varias poblaciones genéticamente distintas, de modo que permita establecer criterios

para poderlas clasificar o no como distintas y eventualmente referirlas a las

subespecies correspondientes.

2. Nivel de tipos de hábitats.

Otro nivel de manejo es el referente al tipo de vegetación que el venado habita

dentro del ámbito geográfico que corresponde a cada subespecie, como son las

regiones dominadas por matorrales, bosques templados y bosques tropicales. En

particular, en el trópico mexicano convergen dos grandes tipos de bosques tropicales: el

lluvioso o perennifolio (tropical rainforest) y el seco o caducifolio (tropical dry forest).

Entre ambos extremos se establece un gradiente de otros tipos de bosques como son

el subperennifolio y el subcaducifolio; y distintas clasificaciones fisonómicas como

selvas altas, medianas y bajas. Para fines de conservación y gestión de la cosecha

sustentable de venado cola blanca en UMA, por el momento se puede clasificar a las

subespecies atendiendo a que unas predominantemente ocupan bosques tropicales

secos y otras tienden a ocupar bosques tropicales lluviosos. Aunque, en este esquema

de referencia, es importante mencionar que una misma subespecie puede ocupar más

de un tipo de vegetación, incluso vegetación no tropical como bosques templados y

matorrales xerófilos.

De las 14 subespecies solo dos, texanus y carminis, no ocupan bosques

tropicales. Las otras 12 abarcan alguna porción de selvas dentro de su área de

distribución. Incluso subespecies como miquihuanensis y couesi, consideradas

261
principalmente como de matorral y de bosque templado, respectivamente, llegan a

habitar selvas bajas de manera marginal. Sin embargo, aquellas subespecies que

aparentemente prefieren selva baja o bien, que el mayor porcentaje del total de su área

de distribución está ocupado por selvas bajas, son: sinaloae, mexicanus, acapulcensis,

yucatanensis y couesi. A su vez, las subespecies veraecrucis, toltecus, thomasi,

nelsoni y truei, habitan principalmente selvas húmedas.

3. Nivel del paisaje y poblaciones biológicas.

Otro nivel relevante para la conservación y gestión de cosecha sustentable en

UMA es el paisajístico y de población biológica. Por población se entiende al número

total de venados que se encuentran un área y tiempo determinados dentro de la cual

potencialmente los individuos pueden intercambiar información genética. Aunque

aparentemente sencilla la definición, en la práctica muchas veces no es sencillo definir

los límites de una población.

Para fines de manejo, la población se ha definido operativamente como aquellos

venados que se encuentran dentro de una UMA. En el caso de área de reserva la

población se ha definido como aquellos animales que viven dentro de los límites de la

reserva. Sin embargo, desde el punto de vista biológico esta definición no es la más

adecuada ni demográfica ni genéticamente hablando. Por esto, definir como población

solo a aquellos individuos que existen y permanecen dentro de una unidad de manejo

dada, puede ser incorrecto. Es muy posible que la población biológica funcional (a la

que en realidad pertenecen) abarque una superficie mucho mayor en comparación a la

población que se pretende manejar en UMA.

En consecuencia, se debe tener en cuenta que la población que se pretende

262
manejar no está cerrada desde el punto de vista demográfico, lo cual –a menos que

esté confinada por un cerco impasable– implica que podría seguir formando parte de la

población biológica. Este aspecto no es menor en zonas tropicales, donde los predios

habitualmente son más pequeños en comparación con unidades de manejo del norte

del país. Este aspecto requiere que el manejo del venado cola blanca se aborde con

una perspectiva regional y de integración funcional de las UMA, de manera que se

consideren todos los elementos como la cantidad y calidad de los parches de hábitat,

poblaciones humanas, presencia de ríos y carreteras, las actividades productivas

principales tales como la ganadería y la agricultura, y la presencia de áreas naturales

protegidas cercanas a las unidades de manejo. En consecuencia, dos preguntas

relevantes son: ¿Cuál es el tamaño mínimo que una población debe tener para poder

aprovecharla sustentablemente? y ¿Cuál es el tamaño mínimo de UMA necesario para

mantener una población viable? E incluyendo la noción de que el manejo a escala de

paisaje y regional puede implicar la confluencia espacial y el manejo integrado de más

que una sola UMA.

El tamaño de población mínimo es un tema muy debatido en el ambiente de la

conservación biológica y, hasta el momento, no hay un consenso respecto a cuál es

este número y cómo calcularlo. Por ejemplo, para algunas especies se ha propuesto

que el número de individuos necesario para que una población sea viable está en el

orden de los miles o cientos de miles. En otros casos se ha considerado, de manera

muy general, que el mínimo debe ser de 500 individuos. Aunque es un tema muy

debatido, si por el momento se toma este valor para una población de venados,

entonces el tamaño mínimo de la UMA dependerá de la densidad, a menor densidad

mayor superficie de hábitat y viceversa. Por ejemplo, cuando la densidad fuera de 5

263
venados/km2, entonces el área mínima para soportar 500 individuos serían 10,000 ha.

Por otro lado, si la densidad fuera de 30 venados/km2 el área mínima de una UMA sería

de 1,667 ha. Es decir, UMAs menores a 1,000 ha difícilmente podrían tener una

población mínima de 500 venados.

ESTIMACIÓN POBLACIONAL

Para estimar la densidad poblacional del venado cola blanca se han utilizado

métodos de conteo directo y métodos de conteo indirecto. Los métodos directos se

pueden separar en tres categorías: a) conteo en transectos, b) captura-marcaje, y c)

reconstrucción de la posible estructura de población con base en datos de la propia

cacería. En el caso de los métodos indirectos se han empleado principalmente dos:

conteo de huellas y conteo de excrementos. La mayoría de los métodos y modelos

empleados para estimar la densidad de esta especie se han desarrollado

principalmente en Estados Unidos, aunque algunas de estas técnicas se han empleado

con relativo éxito en el norte de México, donde prevalecen matorrales áridos con

plantas relativamente bajas que forman comunidades con estructura generalmente

poco densa.

264
En contraste, en bosques tropicales no es sencillo seleccionar un método y

modelo para estimar la densidad de esta especie, debido por un lado a las condiciones

de poca visibilidad impuestas por lo denso de la vegetación y la topografía a veces

irregular y, por otro, a que la mayoría de los métodos utilizados con esta especie han

sido desarrollados para hábitats templados o áridos, con condiciones ecológicas

evidentemente distintas a las que prevalecen en los tropicales. Existen varios criterios

que pueden permitir seleccionar un método, entre los que destacan: las facilidades del

trabajo de campo, el tiempo disponible, la experiencia del personal, el presupuesto

asignado, el acceso a equipo y programas de cómputo, y la habilidad del personal para

el manejo de éste, entre otros. En el diagrama se presenta una propuesta base para

Diagrama
Selección de Método

¿Se ven
frecuentemente
a los venados?
sí no

Conteo directos Conteo rastros

¿Existe ¿Existe
buena buen
visibilidad? terreno?
sí no sí no

Método Método Método Método


transecto transecto huellas grupos
de franja de línea fecales
S.Mandujnao®

265
seleccionar uno, entre cuatro de los métodos más ampliamente empleados en México.

La sugerencia es emplear métodos de conteo directo de venados en aquellos

sitios donde sea relativamente frecuente observarlos. Esto es común, por ejemplo, en

lugares donde las abundancias son altas y/o donde los venados han dejado de ser

acosados constantemente. Existen varios criterios para emplear las variantes de

transecto de franja o transecto de línea, pero el factor definitorio es la visibilidad, pues

en aquellos sitios donde ésta sea buena habrá la posibilidad de contar a un mayor

número de venados y el transecto de franja puede ser aplicable. Por el contrario, en

aquellos sitios con baja visibilidad es muy posible que se cuenten pocos venados y que,

además, por ello se violen los supuestos del método de transecto de franja. En esos

casos es recomendable el empleo del método de transecto de línea. Sin embargo, en

muchas localidades tropicales del país no son comunes las condiciones de tamaño

poblacional alto y/o facilidad de observar directamente a los venados, por lo que es

necesario recurrir a los métodos indirectos. Los más empleados son el conteo de

huellas y el conteo de grupos fecales (“pellet group count”). En ambos casos existen

algoritmos para convertir de número de rastros a densidad de individuos. Sin embargo,

la confiabilidad de las estimaciones dependerá de que se cumplan o no los supuestos

en que se basa cada método. En particular, para el método de conteo de excremento

es necesario que se estandarice localmente lo relativo a las tasas de defecación y sus

variaciones estacionales (sobre todo entre estación seca y estación húmeda en el

trópico, en las cuales, por el contenido diferencial de especies vegetales y de agua en

las excretas, la tasa de deposición suele ser distinta). En general, se recomienda el

conteo de huellas en aquellos sitios donde las condiciones del terreno permiten buena

impresión de huellas debido a que las condiciones del suelo son buenas, y donde hay

266
poco paso de animales domésticos y poco tránsito de personas. Pero si estas

condiciones no se cumplen, entonces el conteo de grupos fecales es la alternativa. De

hecho, este método es uno de los más empleados en el país y, por ello, sus

lineamientos, alcances y límites deben conocerse a fondo por quienes deban operarlo.

1. Método de conteo directo en transectos de franja.

1. El transecto de franja es una unidad de muestreo rectangular muy larga y

estrecha. El ancho a cada lado de la línea media del transecto (w) se debe establecer

antes de iniciar el muestreo. La visibilidad es el principal factor que determina este

ancho. A su vez, la visibilidad es afectada por los siguientes factores: cobertura vegetal,

relieve local, hora (día, noche) y técnica de muestreo (a pie, caballo, vehículo terrestre o

aéreo). En el caso de bosques tropicales la visibilidad llega a ser muy baja, por lo que el

ancho a cada lado (w) no puede ser muy amplio. Por ejemplo, en Chamela (en la

porción costera del Estado de Jalisco) es posible emplear este método haciendo

caminatas diurnas y considerando un ancho no mayor a 20 m, para no violar los

supuestos que se describen abajo. Desde el punto de vista del método, es irrelevante si

el animal está del lado derecho o del izquierdo del transecto. Es decir, el ancho total del

transecto será considerado como 2w.

2. Los principales supuestos de este método son: 1) solo se debe contar a los

venados que están dentro del ancho previamente definido, y 2) se debe tener la certeza

de contar al 100% de los venados que están dentro del transecto de franja. Si no se

cumplen estos supuestos la estimación de la densidad estará sesgada.

3. Se pueden ubicar los transectos de manera aleatoria o sistemática en el área,

según la situación lo requiera para efectos de representatividad de distintas

267
asociaciones vegetales o fisonómicas y, una vez decidido lo óptimo, el diseño debe

mantenerse inalterado. Se recomienda que cada transecto tenga un mínimo de 2,000 m

de longitud. Debe evitarse ubicar los transectos muy cercanos unos de otros. La

longitud de cada transecto puede ser distinta, mientras sea mayor que la mínima

recomendada. Es muy común el empleo de caminos de terracería y veredas como

transectos; esto se hace debido a la facilidad de desplazamiento a vehículo u otro

medio, sin embargo, esta práctica debe evitarse pues hay varios factores que pueden

sesgar la estimación de la densidad. Por ejemplo, en algunos casos los animales son

atraídos hacia el transecto mientras que en otros son repelidos por el transecto; el trazo

de los caminos no está hecho al azar, por lo que es posible que pasen por algunos

sitios (usualmente los más adecuados para el transporte) y que simplemente no queden

representados en la muestra sitios relevantes de la UMA analizada.

4. El número de transectos o la longitud total a muestrear estarán en función de

varios aspectos. Entre más grande sea una UMA, mientras más tipos de hábitat tenga y

mientras más baja sea la visibilidad, se requerirá una mayor longitud total de transecto.

Además, si los venados son difíciles de observar durante el día debido a que están

constantemente acosados, entonces se tendrán que realizar muestreos nocturnos. Es

recomendable que se haga un premuestreo haciendo transectos durante el día y la

noche, y que después de eso se decida cual es la hora conveniente. Una vez

establecida la hora deberá aplicarse en todos los muestreos. Aunque, de tomarse la

opción de muestreos nocturnos con el uso de lámparas, debe considerarse que en el

caso de bosques tropicales, el empleo de éstas no mejora mucho la visibilidad debido a

lo denso de la vegetación. Por el momento, como guía general, se recomienda un

mínimo de 10 km de largo total de transectos por cada 500 ha de superficie de la UMA,

268
aunque esto debe ser verificado empleando las técnicas estadísticas apropiadas para

obtener el esfuerzo de muestreo en función de la precisión deseada. En el libro de

Thomas et al. (2003) se proveen los detalles de este aspecto.

5. La regla base es muestrear la mayor cantidad de transectos posible y recorrer

cada uno de ellos un máximo de 2 o 3 veces cada mes, para no perturbar en exceso a

los animales. Aunque es importante señalar que en ciertas condiciones incluso 3 veces

por mes puede ser excesivo y, en todo caso, la experiencia directa in situ es lo que

permitirá determinar la frecuencia idónea, en cada localidad de muestreo.

Preferentemente deben hacerse los muestreos durante todo el año, para detectar

posibles cambios mensuales.

6. Los datos de campo esenciales incluyen el número de transectos muestreados

y el número de venados observados en cada transecto.

7. Para estimar la densidad se debe emplear el siguiente algoritmo:

n
D=
2w×L

donde: n es el número de animales contados, L es el largo total del transecto, y w es el

ancho del transecto a cada lado de la línea media. Nótese que la multiplicación 2w por

L es igual a la superficie muestreada. Si se tienen varios transectos y cada uno de

diferente tamaño, entonces el largo total simplemente es la sumatoria de las longitudes

particulares de los transectos. Lo importante, en el método de transecto de franja, es

que en todos los transectos el ancho haya sido el mismo. Si este no es el caso, es decir

si hubo transectos con un ancho mayor y otros con un ancho menor, entonces se debe

estimar la densidad por separado para cada transecto y eventualmente promediar las

densidades para obtener un valor estimado para la UMA o área que se muestreó, con

269
su respectiva estimación de la incertidumbre o variación.

8. Limitaciones del transecto de franja: En el campo es muy fácil violar los

supuestos y, por consiguiente, con frecuencia se tienen estimaciones sesgadas. Esto

sucede, por ejemplo, cuando el ancho es grande. La manera de evitarlo es disminuir el

ancho a una dimensión en la cual se asegure poder ver a todos los animales presentes,

pero esto tiene como contraparte perder información (animales observados) más allá de

w. En los casos en que se sospeche que se están violando los supuestos del método,

se sugiere aplicar el método de conteo por transecto de línea que se describe a

continuación.

2. Método de conteo directo en transectos de línea.

1. El transecto de línea consiste en trazar una o varias líneas de recorrido en las

cuales, además de contar a los animales observados, se mide la distancia de cada

observación en forma perpendicular al transecto. En el transecto de línea no hay un

ancho w definido desde el inicio, por lo que resulta posible incluir en la cuenta a

cualquier animal que se observe durante el recorrido. Esta es su principal ventaja.

2. Los principales supuestos de este método son: 1) tener la certeza de que todo

animal que esté próximo al centro del transecto será contado, 2) medir exactamente la

distancia perpendicular del animal, al momento inicial de su detección, y 3) no contar

dos veces al mismo animal. Si no se cumplen estos supuestos la estimación de la

densidad estará sesgada.

3. Se recomienda que cada transecto sea de por lo menos 2,000 m de largo. El

número de transectos a muestrear estará en función del tamaño y heterogeneidad de la

UMA. Por el momento, se recomienda un mínimo de 10 km de largo total por cada 500

270
ha de superficie de la UMA, aunque esto debe ser verificado con empleando las

técnicas estadísticas apropiadas.

4. Es posible colocar los transectos preferentemente de manera aleatoria o

sistemática, con base en criterios razonados desde el inicio y manteniendo el diseño

inalterado a través del tiempo. Se debe evitar poner los transectos muy cercanos uno

de otro, y debe procurarse no emplear los caminos como transectos pues su trazo

obedece a razones muy distintas a las de un muestreo de venados, por lo que suelen

ser poco representativos de las asociaciones vegetales y manchones de hábitat

presentes en una UMA o área cualquiera sujeta a un estudio de este tipo.

5. Se sugiere muestrear 2 ó 3 veces al mes cada transecto durante todo el año.

Igual que en el caso del transecto en franja, la experiencia local puede indicar la

frecuencia óptima, en función de la mínima perturbación a los venados.

6. Los datos de campo incluyen el número de transectos muestreados, el número

de venados observados en cada transecto y la distancia perpendicular de cada animal.

7. El algoritmo para estimar la densidad es:

n × f (0)
D=
2× L

donde: n es el número de animales detectados, f(0) es la función probabilística de

densidad a 0 m de distancia perpendicular y L es el largo total (km) del transecto.

Nótese que en este método no hay un ancho definido. El aspecto fundamental en este

método es estimar f(0) la cual es una función dependiente de la disminución de la

detectabilidad de un animal al aumentar la distancia respecto a la línea (Thomas et al.

2003). Es decir, en este método no se asume que la probabilidad de detección es igual

a 1.0 independientemente de la distancia del animal al transecto; aspecto que hace la

271
diferencia con el método de transecto de franja. En el transecto de línea simplemente

se asume que la probabilidad de detección es exactamente igual 1.0 cuando los

animales están sobre la línea media del transecto, es decir a 0 m perpendiculares. A

partir de esa distancia la probabilidad disminuirá.

8. Se requiere el empleo del programa DISTANCE cuya versión actual está

desarrollada para Windows y a ella pueden acoplarse mapas realizados en el software

Arcview. El programa DISTANCE y su instructivo pueden bajarse gratuitamente de la

red en: http://www.ruwpa.st-and.ac.uk/distance/. Otros programas como SIZETRAN,

TRANSAN, LINETRAN, HAYNE, o TRANSECT, pueden cubrir necesidades particulares

planteadas por casos especiales

9. Limitaciones del transecto de línea: Establecer transectos rectos y aleatorios

no es una tarea sencilla en el campo. Asimismo, los resultados de los cálculos

dependen fuertemente de que se mida correctamente la distancia perpendicular exacta

de cada animal hasta el centro del transecto. El procesamiento de datos requiere del

uso de computadora y de software específico.

3. Método de conteo de grupos fecales.

1. Cada transecto debe tener 1,000 m de largo. Cada 10 ó 20 m debe

establecerse una parcela circular de 10 m2 para el conteo de grupos fecales.

2. También para este método es deseable ubicar preferentemente de manera

aleatoria o sistemática los transectos, conforme a los mejores criterios de

representatividad para el área a muestrear. Debe evitarse poner los transectos muy

cercanos uno de otro, por el momento se sugiere que estén alejados más de 250 m uno

de otros para evitar que un mismo animal deje rastros en dos o más transectos.

272
3. El número de transectos a muestrear estará en función del tamaño y

heterogeneidad de la UMA. Por el momento, se recomienda trazar 10 transectos por

cada 500 ha de superficie de la UMA, aunque esto debe ser verificado con empleando

las técnicas estadísticas apropiadas.

4. Se recomienda eliminar completamente los excrementos anteriores en todas

las parcelas. Luego, dejar transcurrir 3 meses para el depósito de nuevas excretas y

contar los excrementos depositados durante ese periodo. Es fundamental diferenciar y

no confundir cada grupo fecal. Como guía general, se entiende por “grupo fecal” al total

de bolitas de un mismo tono y tamaño relativo. Es importante comprender que la unidad

de muestreo en este caso es el grupo fecal de lo contrario se sesgará la estimación de

la densidad. Si en una misma unidad de muestreo hay varios grupos fecales, lo cual es

muy frecuente, debe ponerse atención en definir claramente los distintos grupos. En

consecuencia, este método requiere de experiencia en el rastreo de venados por lo que

se recomienda acompañarse de un guía de campo, o que previamente se visite un

zoológico o criadero y se observen como son los grupos fecales de los venados.

5. Se sugiere muestrear los transectos durante la época seca debido a que

durante la época húmeda es posible la destrucción de excretas por la lluvia, por efecto

de los escarabajos, además de que es posible que la vegetación densa en el

sotobosque impida detectar todos los grupos presentes en las unidades de muestreo.

6. Para convertir el número de excretas a densidad de venados se recomienda el

algoritmo de Eberhardt y Van Etten (1956):

NP × PE
D=
TD × DP

donde: NP número de parcelas de muestreo por kilómetro cuadrado, PE promedio de

273
grupos fecales por parcela de muestreo, TD tasa de defecación (número de grupos

fecales/ind./día), y DP días de depósito de los excrementos en las parcelas.

7. La mayoría de los estudios en México han utilizado la tasa de defecación de

12.7 grupos fecales/venado/día lo que probablemente ha producido sobrestimaciones

del tamaño poblacional, pues se sabe que esta tasa varía significativamente con las

cualidades del forraje y la edad. Algunas tasas de defecación estimadas con venados

en cautiverio arrojan datos de 15.2 a 17.0. Estas tasas observadas en cautividad

resultan útiles para evitar la sobre-estimación si se aplican a estimaciones de densidad

de venados en el campo, dado que son un componente del divisor en el algoritmo. Con

base en el valor máximo encontrado en un estudio con venados en cautiverio (Pérez-

Mejía et al. 2004), se recomienda emplear una tasa conservadora de 25 grupos

fecales/individuo/día. Como se ve, este aspecto es crítico y requiere especial

consideración y cuidado.

8. Supuestos del método: 1) se conoce la tasa de defecación local, 2) se conoce

la fecha (o lapso) de depósito correcta(o) de los grupos fecales, y 3) todos los grupos

fecales en la parcela son contados y correctamente identificados.

10. Limitaciones del conteo de excrementos: Se requiere experiencia para

diferenciar los grupos fecales de venados de otros animales (por ejemplo, de chivos).

Sólo se puede aplicar durante la época seca. El problema principal de este método es

la variabilidad que puede existir en la tasa de defecación dependiendo de factores como

la subespecie, la variación entre individuos adultos, la edad y sexo, la calidad y el grado

de humedad del forraje, las condiciones en que se encuentran los animales y las

propias condiciones ambientales.

274
4. Método de conteo de huellas.

1. Cada transecto debe tener 1,000 m de largo por 1 m de ancho. Es conveniente

que en cada transecto se elimine la hojarasca y se remueva la tierra, tanto para borrar

huellas viejas como para permitir una mejor impresión de huellas nuevas.

2. En lo posible, debe evitarse el empleo de los caminos como transectos pues

esto podría sesgar las estimaciones. En caso de que no quede alternativa y deban

emplearse los caminos, entonces primero debe dividirse el camino en segmentos de

1,000 m cada uno y seleccionar al azar algunos de estos segmentos para emplearlos

como transectos. Debe evitarse poner dos transectos uno a continuación del otro, o en

caminos muy cercanos donde un mismo animal pudiera cruzarlos.

3. El número de transectos a muestrear estará en función del tamaño y

heterogeneidad de la UMA. Por el momento, se recomienda un mínimo de 10

transectos por cada 500 ha de superficie de la UMA.

4. Se recomienda limpiar los transectos y 24 horas después contar las huellas

frescas. Una nota precautoria es que debe entenderse por “huella” el cruce de un

animal individual en un transecto. Es decir, no debe contarse cada huella individual sino

determinarse aquellos casos en los que se pueda observar claramente que un venado

caminó y dejó una secuencia de huellas, entonces debe contarse como un cruce o

“huella”. Esto es la unidad que se registra, por lo que es fundamental entender y

diferenciar el concepto, de los contrario se contarán huellas de más y se sobreestimará

la densidad. En consecuencia, el empleo de este método requiere de mucha

experiencia en el rastreo para poder diferenciar claramente el dato a registrar.

5. Se sugiere muestrear cada mes 2 ó 3 veces cada transecto, y repetir este

procedimiento mensualmente por un año.

275
6. Es recomendable aplicar este muestreo durante la época de mayor

probabilidad de que se impriman bien las huellas, lo cual habitualmente sucede en la

época de lluvias; pero en algunos sitios es común que en la época seca la tierra esté

muy polvosa, lo cual permite una mejor impresión y ver detalles de las huellas.

7. Los datos que sirven para calcular la densidad son el número de cruces o

“huellas” (n) y el número de transectos (t).

8. La relación n/t se puede considerar como un índice de huellas (IT).

9. De manera general, el algoritmo propuesto simplemente divide el número de

huellas entre la superficie muestreada en los transectos. El algoritmo es:

⎛ IT ⎞
⎜ ⎟
D= ⎝ 3⎠
⎛ 1000 × 2 × w ⎞
⎜ ⎟
⎝ 1,000,000 ⎠

donde en el numerador el índice de huellas (IT) se divide entre la constante 3 que

representa el promedio de veces que supuestamente un venado cruza el camino en un

lapso de 24 horas; mientras que el denominador en esta ecuación es el área del

transecto de franja expresado en km2, y w es el ancho del transecto. Para detalles

consultar Mandujano (2005). Es importante visualizar que dividir el índice de huellas

entre la constante 3 hace que las estimaciones de la densidad estén posiblemente

subestimadas lo cual es una estrategia de protección para la población de venados. Si

el índice no fuera dividido entre 3 entonces se estaría considerando a cada cruce o

huella como un animal diferente lo cual seguramente sobre-estimaría la densidad.

10. En consecuencia, para estimar la densidad usando el índice de huellas en

este algoritmo, es necesario definir el w apropiado. Normalmente en bosques tropicales

la visibilidad es baja debido a lo denso de la vegetación en el sotobosque y a la

276
topografía irregular. Por lo tanto, la distancia perpendicular máxima es corta. Por

ejemplo, en Chamela la distancia mayor a la que se observan los venados no pasa de

los 40 m perpendiculares. De hecho, más del 80% de las observaciones fueron a

distancias entre 0 y 10 m perpendiculares.

11. Para definir w es conveniente en campo dos personas calculen esto. Un

persona se queda en el transecto y una segunda comienza a caminar

perpendicularmente y se para en el punto donde la primera deja de verlo o deja de ver

una señal blanca en la espalda baja (cola blanca). Entonces se mide este ancho. Este

procedimiento debe repetirse cada 50 m en cada transecto. Luego se obtiene el ancho

promedio o ancho efectivo del transecto (ESW en inglés), y este ancho es el valor de w

que se sustituye en el modelo general. Si los transectos se están monitoreando todo el

año, entonces es conveniente tener un w en la época húmeda y otro en la época seca.

Habitualmente la visibilidad aumenta en la época seca.

12. Limitaciones y recomendaciones: El aspecto más crítico de este método es

definir lo que debe considerarse como “huella”, por lo que es importante insistir en que

esto se refiere a cruces de animales en el transecto, y no a huellas individuales dejadas

por un mismo animal. Es crucial la correcta definición del ancho w del transecto, pues

de lo contrario se obtendrán estimaciones sesgadas de la densidad. El algoritmo

propuesto se base en el supuesto de que un venado cruza un mismo transecto un

promedio de 3 veces en un periodo de 24 horas. Es recomendable que esto se verifique

con datos con animales equipados con radiotransmisores.

CONSIDERACIONES

1. Diseño del muestreo.

277
Un aspecto fundamental que se debe considerar para estimar el tamaño

poblacional dentro de una UMA es el diseño de muestreo que debe seguirse, para

obtener los datos necesarios a fin de estimar con menor error la densidad. Existen dos

aspectos importantes a considerar: en principio, ubicar los transectos y determinar

cuántos transectos se habrán de muestrear. Para el primer aspecto es necesario, a su

vez, considerar dos factores: la superficie de hábitat apto para el venado cola blanca

dentro de la UMA y la heterogeneidad del hábitat.

Es importante, para la gestión de aprovechamiento del venado, contar con un

mapa detallado de toda la UMA con el fin de definir las áreas que potencialmente

pueden contener hábitat para el venado. Esto ayuda a definir la superficie y la

heterogeneidad de ésta. Lo importante es comprender que es necesario un diseño de

muestreo tal que permita obtener información respecto a toda la población dentro de la

UMA. Esto implica que debe tener un diseño que sea representativo de toda el área con

hábitat compatible con el venado. Un error muy importante que debe evitarse es

muestrear solo en los sitios en que se conoce la frecuente estancia de los venados.

Hacer esto llevaría a una sobre-estimación de la población, lo cual la puede ponerla en

riesgo en el caso de que se haga aprovechamiento extractivo de ésta.

La regla a seguir es que cuanto mayor sea el tamaño de la UMA se requerirá

más esfuerzo de muestreo. Dos maneras de colocar los transectos de muestreo (para

conteo directo o de rastros) son al azar y sistemáticamente. En el primer caso consiste

en definir un punto al azar dentro de la UMA y luego seleccionar una dirección al azar.

Esto puede hacerse con la ayuda de una calculadora que genere números al azar o las

tablas que se incluyen en algunos libros y manuales. Es importante aclarar que poner

un transecto “a ojo” no es lo mismo que al azar. La segunda manera de colocar

278
transectos –es decir, de manera sistemática– consiste en colocar un transecto y a partir

de él ir colocando los siguientes a una distancia equidistante. Es importante en todos

los casos evitar que los transectos se crucen o que queden muy cercanos uno de otros

para evitar que un mismo animal sea detectado en dos transectos diferentes.

Un segundo criterio para el diseño del muestreo es considerar la heterogeneidad

de la UMA. Como regla general se tiene que entre más heterogéneo sea el sitio se

requerirá un mayor esfuerzo de muestreo. En este caso se pueden emplear fotos

aéreas, cartas de uso del suelo del INEGI, o cualquier otro material geográfico para

definir los distintos tipos de coberturas (y/o sesgos diferenciales del relieve) que tiene la

UMA. Por ejemplo, es importante definir lo que es hábitat de lo que son áreas de

actividades humanas con escasa o nula presencia de venados. Además, en lo posible

se recomienda que el hábitat sea clasificado en distintos tipos como por ejemplo:

parches de selva baja, parches de selva mediana, parches de acahual, etc. En este

sentido, la aplicación de procedimientos de evaluación del hábitat permiten definir

diferentes unidades con condiciones distintas para soportar venados. Una vez

clasificado o estratificado el hábitat se recomienda tratar por separado a cada unidad o

tipo de hábitat, colocando en cada una los transectos ya sea al azar o sistemáticamente

distribuidos.

2. Precisión de un estimador.

En muy limitados casos se puede contar el número total de venados que hay

dentro de la UMA, es decir hacer un censo poblacional. Por el contrario, lo común es

que solo se cuente a cierta fracción desconocida de la población total debido a que es

frecuente que los venados sean difíciles de observar directamente debido a los hábitos

279
sigilosos de la especie y al baja visibilidad que impone el hábitat. Esto lleva a que

habitualmente se apliquen métodos de muestreo en los cuales se hace un conteo de

una fracción de la población y, a partir de esos datos, se hace una inferencia del

número de venados que, suponemos, puede haber en la UMA.

En consecuencia, la estimación del tamaño poblacional tendrá un grado de

incertidumbre, es decir ¿cómo podemos saber si la estimación está cerca o lejos del

verdadero valor de la población? La pregunta es crítica para luego estimar de la manera

menos errónea posible el número de venados a cosechar. Por lo tanto, se debe estimar

al menos el promedio y la variación que presentaron los valores por transecto. Es muy

común que solo se obtenga el promedio de una estimación, sin embargo se debe

insistir en que se estime también su precisión. Hay varios estadísticos que describen

esta variación como por ejemplo la varianza, la desviación estándar, el error estándar, y

los intervalos de confianza (por ejemplo, para mayor seguridad, al 95%). Se sugiere

emplear los intervalos de confianza pues estos permiten tener un valor mínimo y uno

máximo sobre la media. Para cuestiones de aprovechamiento es recomendable

basarse en la información del tamaño mínimo obtenido con este procedimiento, a fin de

mantener una actitud precautoria respecto a la eventual sobre-explotación de una

población.

La regla para tener una precisión aceptable del estimador poblacional es contar

el mayor número de animales (o rastros) posibles. Esto se logra de dos maneras:

aumentado el esfuerzo de muestreo (número de transectos y largo total de éstos),

aplicando el método más adecuado a las condiciones del sitio y llevarlo a cabo con

rigor. Entonces, la pregunta inicial ¿cuántos transectos deben muestrearse? solo puede

ser contestada a partir de datos previos o de un premuestreo. Siempre es

280
recomendable hacer un premuestreo para definir el esfuerzo de muestreo adecuado.

Hay varias técnicas para esto. En el caso de los métodos de conteo de venados en

transectos de línea, la pregunta es ¿cuál es el largo total de transectos que debo

muestrear para tener una mayor precisión en mi estimador?

3. Tamaño poblacional.

Por tamaño poblacional es usual que se entienda la densidad o a la abundancia,

sin embargo, aunque ambos están relacionados no significan lo mismo. En el lenguaje

técnico de campo abundancia puede entenderse como el número total de venados en la

población (o en la unidad de manejo dependiendo la definición que usemos), mientras

que la densidad es el número de venados por unidad de superficie. Definidos así los

términos para fines prácticos, la relación entre estas ideas es:

Abundancia = Densidad × Área del hábitat

En consecuencia, la abundancia de una población es una relación entre la

densidad promedio y la superficie de hábitat dentro de la UMA. En consecuencia, se

debe enfatizar la importancia de promediar los valores de densidad obtenidos de los

transectos, en cualquiera de los métodos que se elija, a fin de tener un referente para el

predio que esté asociado con una valoración de la incertidumbre. Por otra parte, un

aspecto muy relevante es que hábitat debe entenderse como solamente aquella

superficie que el venado puede habitar realmente en la UMA. En consecuencia, cuando

se obtenga una estimación de la densidad de venados se debe multiplicar únicamente

por la cantidad de hábitat favorable que hay en la UMA y no por la superficie total del

predio.

281
Una de las consideraciones más importantes es comprender que una alta

densidad no necesariamente significa una alta abundancia. Aunque en principio

pareciera contradictoria esta afirmación, tómese en cuenta lo siguiente: si la UMA tiene

una superficie de hábitat pequeña que es apta para el venado, entonces aunque la

densidad estimada pudiera ser relativamente alta, cuando se multiplica por la superficie

pequeña el número total potencial de venados dentro de la UMA resultará bajo. Por

supuesto, la situación contraria también es cierta. Es decir, en algunos casos la

densidad promedio podría ser muy baja pero si la extensión de la UMA con hábitat apto

para el venado es muy grande, entonces la abundancia de la población estimada podría

ser mayor. La abundancia es el valor que se necesita para posteriormente estimar la

viabilidad y, en caso afirmativo, calcular la cosecha sustentable de animales.

CONCLUSIONES

Es importante insistir, en UMAs donde el tamaño poblacional se supone

potencialmente muy bajo, la superficie de hábitat muy extensa, y la heterogeneidad

ambiental alta, el esfuerzo de muestreo debe ser mayor. Siempre será recomendable

muestrear lo más frecuente e intensamente la unidad de manejo (con la precaución de

que la frecuencia de los muestreos no llegue a constituir un factor de perturbación

adicional e indeseable para los venados). Es necesario definir el método más adecuado

a las condiciones particulares y diseñar un muestreo que sea representativo de toda la

heterogeneidad ambiental presente en la UMA. En lo posible, se sugiere hacer un

muestreo estratificado (es decir, diferenciando los tipos de hábitat o manchones). Debe

ponerse mucha atención para no violar los supuestos de cada método. La aplicación de

los algoritmos debe realizarse con pleno conocimiento de las bases en que estos se

282
sustentan. Siempre deben presentarse los resultados como promedio, con una

estimación de la precisión, expresada preferentemente como intervalos de confianza al

95%. Para obtener la abundancia se debe multiplicar la densidad (promedio ± intervalo

de confianza al 95%) por la superficie de hábitat apto para el venado. Este

procedimiento dará un valor máximo y mínimo de densidad. Se sugiere emplear

siempre el valor mínimo para estimar la potencial cosecha. Este procedimiento permite

proteger a la población local de venados contra el abuso en la extracción. Se sugiere

que el manejo se realice integrado en el nivel paisajístico, considerando la magnitud de

la población biológica como base, y tomando en cuenta los límites geográficos de las

subespecies.

LITERATURA

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census method. Journal of Wildlife Management 20: 70-74.

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en transectos en un bosque tropical caducifolio de Jalisco. Acta Zoológica

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conteo físico nocturno con auxilio de luz artificial. Revista DUMAC 12:22-24 y

12:17-19.

284
COYOTE (Canis latrans Say, 1823)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes y coordinada por Jorge Álvarez Romero.

Participantes en la Mesa de Trabajo

Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN


amartinez@fcf.uanl.mx, almartin@ccr.dsi.uanl.mx, ososnegros@yahoo.com.mx,
alfonsomartinezmu@yahoo.com
Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
cats4mex@aol.com
Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN
jonasvi69@hotmail.com
Jorge Álvarez Romero, CONABIO (Moderador-Relator)
jalvarez@conabio.gob.mx
Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO
servinj@ujed.mx, loboservin@yahoo.com, loboservin@prodigy.net.mx
Meztli Méndez, DGVS-SEMARNAT (Moderadora)
melisa.mendez@semarnat.gob.mx
Norma de la Rosa- DGVS-SEMARNAT

Rodrigo Núñez.- Fundación Cuixmala, Hombre-Jaguar Nayarit


zolcoate@yahoo.com, proyectojaguar@gmail.com

Introducción

El coyote (Canis latrans) pertenece a la familia Canidae, en la que también se


incluye a los chacales, zorros, lobos y perros domésticos. Su distribución
geográfica incluye desde el Norte de Alaska, Canadá, los Estados Unidos de
América, México, y hasta Costa Rica y el Norte de Panamá (Hall 1981,
Vaughan, 1983). En México, se distribuye en todo el país (Hall, 1981; Bekoff y
Wells, 1986; Sosa-Escalante et al., 1997; Servín y Chacón, 2005). Su nombre
común tiene su origen en la palabra náhuatl “coyotl” y su nombre científico,
Canis latrans, significa “perro ladrador”.

Los coyotes son mamíferos de mediano tamaño, su peso varía de 7 a 20 kg. y la


longitud de su cuerpo varía entre 1 y 1.35 m; las hembras son más pequeñas. El
color y textura de la piel varía geográficamente; hacia el norte el pelo es más largo
y grueso, rojizo con gris y negro, mientras que al sur son más rojizos o
amarillentos. Pueden tener manchas obscuras en las patas delanteras, el dorso,
y la base y punta de la cola. El vientre y la garganta son más pálidos que el resto

286
del cuerpo. Generalmente mudan de pelo una vez al año. Tienen una glándula en
la base de la cola y las hembras poseen ocho glándulas mamarias (Young y
Jackson, 1951; Servín y Chacón, 2005).

Sus rostros son alargados y angostos. Tienen 42 piezas dentales cuya fórmula
dentaria es 3/3, 1/1, 4/4, 2/3. Los dientes caninos son generalmente muy largos y
macizos, y los carnasiales son especialmente fuertes, con bordes cortantes,
mientras que los dientes postcarnasiales tienen superficies machacantes, lo que
indica el consumo de una dieta muy variada; sus mandíbulas son fuertes.

El coyote es un depredador en general abundante y su amplia distribución se


debe a su alto potencial reproductivo, gran habilidad para dispersarse y hábitos
alimentarios oportunistas. También la expansión del coyote ha sido facilitada por
la eliminación de grandes competidores, como el lobo gris Canis lupus (Messier y
Barrette, 1982), y por la transformación de bosques en potreros, pastizales y
matorrales, más favorables para él. Sin embargo, se trata de una especie con
hábitos alimentarios generalistas y oportunistas, cualidades que en gran medida
son responsables de la prosperidad de esta especie (Bekoff 1986; Ozoga y
Harger, 1966; Servín y Huxley, 1991), por lo que es adaptable a muchos tipos de
hábitat y su distribución abarca toda la Republica Mexicana (Hall, 1981; Sosa-
Escalante et al., 1997; Hidalgo-Mirhart et al., 2004, Servín y Chacón, 2005).

El coyote tiene una dieta muy amplia, pequeños roedores, lagomorfos, ungulados,
aves, reptiles, insectos y frutos son su alimento (Andelt 1985, Ortega 1987,
Servín y Huxley 1991, Vaughan y Rodríguez 1986), aunque varios estudios
demuestran que el coyote incluye como alimento al ganado doméstico (en forma
de carroña), aves de corral, animales enfermos o viejos (Boggess et al. 1978,
Daner y Smith 1980) Messier et al. 1986, Ozoga y Harger 1966).

Los coyotes por lo general son monógamos y la hembra presenta un período


estral al año, entre enero y marzo (Bekoff y Wells, 1986). La proporción de
hembras que se reproducen en una población varía del 30% al 90%, dependiendo
de las condiciones locales. El tiempo de gestación es de aproximadamente 63
días. La proporción de sexos en una población suele ser 1:1 y la camada
promedio, de 5 cachorros. Las crías nacen con los ojos cerrados y pesan menos
de 60 g (Servín, datos no publicados) en promedio; nacen en madrigueras
excavadas en laderas o construidas en troncos huecos, despeñaderos o
salientes. Algunas veces las comparten con otras hembras y en ocasiones las
utilizan año tras año. Los cachorros, además de ser alimentados, reqieren
estimulación de la madre para orinar y defecar, tienen que mantenerse calientes y
pueden ser cambiados de madriguera cuando ésta ha sido infestada por
ectoparásitos. Son cuidadosamente protegidos de otros depredadores. Los
cachorros son amamantados por la madre hasta la quinta o séptima semana de
vida; en la tercera semana ya comen alimentos semisólidos regurgitados por el
padre, quien contribuye de esta manera al desarrollo de los cachorros. Las crías
emergen de la madriguera a la tercera semana y son independientes
aproximadamente a los cuatro meses de edad; la pareja reproductiva invierte

287
tiempo y energía en el cuidado de sus cachorros, así como en el mantenimiento
de su territorio (Bekoff, 1986).

En los últimos 150 años, la relación hombre-coyote ha cambiado


considerablemente, ya que se le hace responsable por grandes pérdidas
económicas, sobre ganado y aves de corral. Desde 1825 a 1860 se estableció en
Estados Unidos de América el pago de primas por coyotes muertos (Ozoga y
Harger, 1966). Por diversas razones este mecanismo de control dejó de
funcionar; actualmente se utilizan otro tipo de métodos como el tiro, la caza de
control desde aeroplanos, el trampeo, colocación de disparadores automáticos de
cianuro, acondicionamiento aversivo, envenenamiento alimentario con estricnina,
1080 (sustancia cuyo uso en México está muy restringido debido a su toxicidad
muy alta y de efectos residuales muy prolongados entre depredadores
secundarios). También se ha intentado controlar poblaciones de coyotes que
entran en conflicto con el hombre mediante agentes anti-fertilidad, mallas
electrificadas y otros (Sterner y Schumake, 1978; Wade, 1978).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes


para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de la


especie

En términos generales, se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar


seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden
definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma
que –en principio– no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMA que
tengan superficies menores al AH del coyote. Al aplicar este criterio, debe
considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado
por la especie y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados
(véase la Parte 2, referente a aspectos del hábitat).

Al ámbito hogareño –AH– se le conoce también como área de habitación, área de


campeo, área de actividad, dominio vital y es una traducción directa al español del
término en inglés "home range". Se define como aquella área que un animal ocupa
en sus actividades diarias de alimentación, reproducción y cuidado de las crías,
pero no incluye largos movimientos esporádicos (Burt, 1943). Su tamaño es
influido por varios parámetros, entre los que se incluyen los hábitos alimentarios,
la talla del animal, las necesidades metabólicas (Gittleman y Harvey, 1982), las
relaciones intra e interespecíficas y la disponibilidad de los recursos alimentarios
en el medio (Gese et al., 1988).

288
El entendimiento del AH se ha fortalecido desde la incorporación de la técnica de
radiotelemetría en la investigación de la fauna silvestre (Cochran y Lord, 1963;
Mech, 1983). El ámbito hogareño de los coyotes ha sido estudiado y descrito en
Canadá y Estados Unidos de América (Andelt, 1985; Bekoff y Wells, 1986; Bowen,
1982; Messier y Barrette, 1982). En la mayoría de las investigaciones se informan
los resultados, comparándolos con los de otros estudios en otras localidades. En
años recientes se ha comenzado a diseñar investigaciones adecuadas y
enfocadas a explicar los procesos de la variación de tamaño del AH, es decir, se
han realizado estimaciones de los factores que influyen en este parámetro, como
son el hábitat, la cobertura vegetal y recientemente se ha relacionado y explicado
por medio del tamaño y la abundancia de sus presas (MacCracken y Hensen,
1987). En México existen datos recientes sobre el tamaño del AH del coyote
(Hernández, 1990; Huxley y Servín, 1995; Servín y Huxley, 1993 y 1995; Servín,
2000). De los resultados obtenidos, cabe destacar que se ha hallado una
importante variación del tamaño del ámbito hogareño del coyote, al estimar la
disponibilidad de alimentos en el medio y su consumo en el tiempo.

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable en UMA

Como se mencionó antes, se considera que el ámbito hogareño es uno de los


aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de
niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como
valor de referencia para la especie: 10 a 12 km2; considerando que, en promedio,
el 30% de su ámbito hogareño se sobrepone entre vecinos (Huxley y Servín, 1995;
Servín y Huxley, 1993 y 1995; Servín, 2000).

En la Mesa se consideró que, al hacer una evaluación poblacional, los tipos de


hábitat que ocupa la especie no son muy importantes pues es una especie
generalista, aunque se sabe que sus poblaciones son más abundantes en hábitat
abiertos como pastizales, matorrales de Huizache, Mezquite, que en hábitat con
vegetación densa como Bosques Tropicales, Templados (Hernández et al., 1993;
Servín, 2000; Hidalgo-Mirhart et al., 2006).

Asimismo existen otros factores biológicos, característicos de la especie, que es


necesario tomar en cuenta cuando se hace una evaluación poblacional o de
hábitat; entre estos destaca el queel coyote presenta una tasa reproductiva alta
(Andelt, 1985; Bekoff, 1977).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

289
Dadas las características biológicas de la especie se recomienda que, cómo
método de muestreo de las poblaciones de coyotes, se emplee el siguiente:

Deben instalarse estaciones olfativas (Linhart y Knowlton, 1975); el procedimiento


consiste en limpiar, aplanar, cernir o tamizar arena y dejar arena suave en un
circulo de 94 cm de radio en cuyo centro se coloca un atrayente de aroma fuerte
(sintético o natural). La estación deberá marcarse como activada, plasmando la
huella de la palma de la mano derecha en una esquina seleccionada (ésta deberá
ser la misma en todas las estaciones). Las estaciones deben permanecer activas
durante una sola noche (Roughton y Sweeny, 1982; Conner et al., 1989;
Nottungham, et al., 1989; Smith, 1994). La intensidad de olor del atrayente se
logra al mezclar, por ejemplo, vísceras crudas de pollo, sardinas enlatadas y
huevos cocidos, todo ello molido y batido. Se guarda la mezcla en un envase
plástico bien tapado, colocándolo al sol por 3 días; después de eso está listo para
atraer coyotes y otros carnívoros. Este olor atrae a los coyotes residentes o que
hacen sus recorridos nocturnos y pasan cerca de la estación olfativa.

Usualmente se colocan transectos de 10 estaciones olfativas, separadas una de la


otra por 500 m (Linhart y Knowlton, 1975; Roughton y Sweeny, 1982; Conner et
al., 1989; Nottungham, et al., 1989; Smith, 1994).). Las estaciones se colocan al
atardecer y –como ya se dijo– permanecen activas durante una sola noche
(Roughton y Sweeny, 1982; Conner et al., 1989; Nottungham, et al., 1989; Smith,
1994). El siguiente día se visitan todas las estaciones del transecto y se cuentan
las estaciones visitadas por coyotes, las no visitadas y las estaciones
desactivadas, esto último puede considerarse cuando hay evidencia de pisoteo de
vacas, chivas, caballos u otro ganado, que pueden borrar la evidencia de la visita
previa de algún coyote.

Para determinar la abundancia relativa de los coyotes se aplica el siguiente índice


de abundancia (Linhart y Knowlton, 1975):

ÍndiceA = (Total de visitas / Total de estaciones operables) X (1000)

Esta información de las estaciones olfativas, puede apoyarse con la toma de datos
con métodos complementarios, entre otros:

• Recorridos para buscar huellas, en transectos de diferentes magnitudes (el


muestreo debe extenderse en aproximadamente de 25% de la superficie
del terreno,m por ejemplo una UMA), contando todas las huellas de coyotes
que atraviesen el camino o sendero (Servín et al., 1989),
• Recorrido de transectos con emisión de estímulos auditivos para estimular
la respuesta de coyotes. Esto implica efectuar recorridos nocturnos en
vehículo; a cada 2 Km. se hace alto y se emiten aullidos (o se hace sonar
una grabación de aullidos de coyotes durante 1 minuto) y se esperan 2

290
minutos en completo silencio, para escuchar o detectar los aullidos de
respuesta que pudieran producirse (Servín, 2000).

Se recomienda que los estudios de población del coyote se realicen con el apoyo
y bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida experiencia)
y se empiece a trabajar con aquellas UMA en que existan solicitudes recurrentes
de cosecha de coyotes debido a presuntos conflictos con actividades humanas.

La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser la


regional. Por ejemplo, la información más valiosa sería aquella obtenida a través
del muestreo de sierras o cuencas y sub-cuencas, de tal forma que se trate de
asegurar el monitoreo de poblaciones reales. Se sugiere utilizar como valor de
referencia una área de muestreo de 100,000 ha, como mínimo, todo esto con base
en los tamaños promedio de los ámbitos hogareños de diferentes especies de
carnívoros de tallas medianas y grandes (Caro, 1998; Gittleman y Harvey, 1982;
Gittleman, 1989).

Dada la naturaleza oportunista de la especie y el estado variable de sus


poblaciones, se recomienda la capacitación y certificación periódica de técnicos
responsables de UMA y del personal de la DGVS y de los gobiernos de los
Estados, apoyados por especialistas (investigadores con reconocida experiencia),
para la realización de los estudios de estimación de poblaciones y eventual
obtención de tasas de extracción, acorde a las necesidades que plantee cada
caso, considerando las características de los ecosistemas, de la propia especie y
de las actividades humanas. El coyote tiene una función importante en los
ecosistemas, a pesar de que se le considera infundadamente como especie
siempre plaga, por ello su manejo requiere de técnicos especializados o, al
menos, personal capacitado por investigadores y especialistas en la especie.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

A continuación se presenta un ejemplo de formato, que puede permitir recabar la


información más relevante para trabajar con poblaciones de coyote en México:

Fecha del Muestreo: 15 de Mayo de 2006 Nombre del Operador: Luis


Gonzalez
Transecto: Uno Lugar del Muestreo: Rancho “La Vieja” Altitud: 2650 m.s.n.m.

Estación Activada Fototrampa Visita Especie Observaciones


1 SI NO Sin ---- ----
Visita
2 SI SI Coyote Canis latrans Se observan

291
huellas de dos
individuos y dos
imágenes de
individuos
distintos
3 SI SI Zorra Urocyon Imagen y
cinereoargenteus Huellas
4 SI SI Zorrillo Conepatus Imagen
mesoleucus
5 NO NO Sin ----
visita
6 SI NO Sin ---- ----
Visita
7 SI SI Coyote Canis latrans Se observan
huellas de dos
individuos y un
individuo en la
imagen
8 SI NO Sin ---
Visita
9 SI NO Sin ---
Visita
10 NO SI Desacti- ---- Desactivada o
vada pisoteada por
vacas. Sin
imágenes
anteriores a la
visita de la vaca

Esta orientación de los datos y formato, puede robustecerse mucho con el uso de
foto-trampas o cámaras automáticas, para determinar la visita efectiva de una
estación; así, es posible determinar con certeza el número de individuos y de
especies que visita la estación olfativa y, por tanto, la estimación de la abundancia
de coyotes resulta menos especulativa.

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales


indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Se tiene conocimiento de que existe cacería ilegal de coyote de nivel importante,


por lo cual se ha considerado necesario promover el mercado legal al autorizar el
aprovechamiento de poblaciones cuyos resultados de monitoreo indiquen que es
viable. Por otro lado, existe la alternativa de extraer individuos excedentes bajo el

292
esquema de control de depredadores, mismo que se trata de forma independiente
en la Parte D de este protocolo.

Como se mencionó en el Punto 3, para determinar la abundancia relativa de los


coyotes se aplica el siguiente índice de abundancia (Linhart y Knowlton, 1975):
ÍndiceA = (Total de visitas / Total de estaciones operables) X (1000).

Para la toma de decisiones puede partirse de un esquema como el siguiente:

Resultados de los
transectos para
Decisión recomendada Comentarios
estimación de
abundancia
No ejecutar controles
1 al 15 % sobre la población de Población baja y sin
coyotes. daños a las
No expedir tasas de actividades humanas.
aprovechamiento
No ejecutar controles
16% 29% severos sobre la
población de coyotes. Población en los
Expedir tasas de límites de tolerancia
aprovechamiento
precautorias, de un
individuo por cada 20 km2
Se recomienda Ejecutar
controles severos sobre
la población de coyotes. La población de
30 al 50 % Expedir tasas de coyotes es alta y con
aprovechamiento de un frecuencia causa
individuos por cada 10 problemas a las
km2 . Hasta que la actividades ganaderas
abundancia de población de la región.
se mantenga entre los
valores de 10 a 20 según
el Índice de Linhart y
Knowlton (1975)

Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para


la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las


especies (o grupos de especies).

293
En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar
seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden
definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma
que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMA que
tengan superficies menores al tamaño del AH de un individuo macho. Al aplicar
este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de
hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características
(niveles) de calidad adecuados (ver más adelante).

Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste


de la cosecha sustentable en UMA

Se considera que los componentes del hábitat más relevantes de beneficio para la
especie, sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y
monitoreo del hábitat son los siguientes:

1.- Abundancia de:


a) Presas
b) Frutos comestibles
2.- Aguajes
3.- Cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente

En estudios realizados en México, se ha encontrado que los componentes arriba


mencionados influyen el tamaño del AH del coyote y, por tanto, su abundancia y
disponibilidad determinan la calidad del hábitat para el coyote. Por ello se requiere
su monitoreo para manejar la especie desde varias vertientes, incluido el
aprovechamiento cinegético (Gómez-Vázquez et al., 2003; Hernández et al., 1993;
Hidalgo-Mirhart et al., 2006; Huxley y Servín, 1995; Servín y Huxley, 1993 y 1995;
Servín, 2000).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes

Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los


siguientes indicadores:

1 Índice de abundancia de presas


a) lagomorfos y roedores
b) Índice de abundancia de frutos comestibles para coyote

294
2) Número de cuerpos de agua en la UMA (ríos, arroyos, bordos,
bebederos)
3) Número de cabezas de ganado y tipo de pastoreo que se práctica
4) Conflicto con ganado (Sí o NO)

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores, se


recomiendan los siguientes métodos de evaluación de campo:

(a1) Parcelas circulares de 1 m de radio para conteo de excretas de lagomorfos.

Se establecen parcelas circulares en un transecto con 36 parcelas de 3.14 m²


(r=1m) colocadas cada 20 metros y se contabilizan las excretas de lagomorfos
encontradas dentro de ellas. Los conteos se realizan estacionalmente, las
excretas se eliminaron un mes antes de iniciar el estudio y después de cada
muestreo. El número de individuos por hectárea se calculó según Knick (1990) con
la siguiente ecuación:

(P)
Di = ──────────── (k)
(T) (DR)

Di = Densidad/Ha
P = Excretas/Parcela
T = Número de días de acumulación de excretas
DR = Tasa de Defecación (cifra guía: 519 excreta/día/lagomorfo)
k = Area de las parcelas en una hectárea 3184.7 m2

(a2)- Estimación de abundancia de frutos de tázcate (Juniperus spp.), Mezquite


(Prosopis spp.) y Tunas (Opuntia spp.)

Se propone el uso de un método para conocer la disponibilidad de frutos de cedro o


tázcate (por ejemplo, Juniperus deppeana). En un pre-muestreo de las dimensiones
de los árboles, se determina el intervalo de alturas de la población de cedro o
tázcate. Se divide arbitrariamente a la población en seis clases de edad con los
siguientes características:

Clase 1, árboles de altura menor a 1 m;


Clase 2, árboles de altura entre 1 y 1.99 m;
Clase 3, árboles de altura entre 2 y 2.99 m;
Clase 4, árboles de altura entre 3 y 3.99 m;
Clase 5, árboles de altura entre 4 y 4.99 m;
Clase 6, árboles de altura mayor de 5 m.

295
La producción de frutos de esa población de árboles se estima eligiendo 10
individuos que producen frutos, de cada una de las 6 clases de edad, es decir se
marcan 60 árboles, a los que se les colocan cuatro trampas para colectar los frutos
caídos naturalmente al suelo, las trampas son de 50x20 cm (0.1 m2) y en el centro
de cada una se coloca un embudo para capturar los frutos caídos (Xf) en esa área y
se retiran estacionalmente de la trampa. Para cada individuo de árbol marcado se
determinó su cobertura por medio de la siguiente ecuación (Muller-Dombois y
Ellenberg, 1974):

( D 1 + D 2 )2
CC = │ ────────────── │
4

Donde: D1 = es el diámetro mayor del árbol


D2 = es el díametro menor del árbol

con el valor de cobertura se estima el número de frutos caídos (FC) bajo el árbol, con
la siguiente ecuación:

[ X(B) ] * ( CC )
FC = ──────────────────
K

Donde:

FC = Total de frutos caídos


X(B) = Promedio de frutos caídos por área basal
CC = Cobertura del árbol
K = Area de la trampa, que es una constante (0.1 m2)

La cantidad de frutos caídos mensualmente (FCM), para los árboles y clases


de edad productivas, se determina con la siguiente ecuación:

Σ ( FCi)
FCMi = ────────────
ni

Donde:

FCMi = Frutos Caídos Mensualmente disponibles para el coyote.


Σ (FCi) = Sumatoria de los frutos caídos de los cedros productivos marcados
en la clase "i"
ni = Número de cedros productivos

296
Conteo total

No se especificó el contenido de esta sección.

Conteo de ganado depredado.

Para comprobar el grado de la depredación de ganado por coyote se debe realizar


encuestas entre los productores, vaqueros y/o pastores (Arthur, 1981; Robel et al.,
1981; Schaefer et al., 1981; Jones y Wolf, 1983) en las comunidades. La
encuestas deberán basarse en preguntas relacionadas con las prácticas de
ganadería que se realizan en el área (cómo y en qué horarios se pastorea el
ganado, hacia dónde lo dirigen, lo hacen con o sin perros, realizan pastoreo
intensivo o extensivo). También deben identificarse clara e inequívocamente los
sucesos de depredación (¿evidencias? ¿dónde? ¿a qué hora? ¿cómo murió la
presunta presa?) e indagarse sobre los métodos o técnicas locales para evitar la
depredación. La información obtenida mediante las encuestas se expresará en
porcentaje, por ejemplo: vaqueros y/o pastores que han tenido problemas con el
manejo del ganado, pastores que han tenido problemas con coyotes, lugar de los
avistamientos de coyotes, lugar donde los coyotes causaron el daño, entre otros
resultados (Arthur, 1981; Schaefer et al., 1981; Kellert,1985).

Parte de la información recopilada debe ser utilizada para el cálculo de los


indicadores correspondientes, de la siguiente forma:

(a1) comparación del valor obtenido del índice en los transectos de


lagomorfos y roedores
(a2) comparación del valor obtenido del índice en los transectos de frutos
(b) no hay análisis adicional
(c) ganado depredado, por temporada de parición.

De manera complementaria se sugiere utilizar como signos de alerta temprana,


que pueden ayudar a identificar si existen alteraciones significativas en las
poblaciones de la especie, en calidad de indicadores indirectos: informar o
identificar el período de nacimientos del ganado o especies sujetas a manejo en
la UMA/zona/región, ya que en la ganadería extensiva del norte del país, el
ganado que va a parir no se conduce a áreas abrigadas y cercanas a las casas,
para observarlo y atenderlo en el momento del parto. Debido a esto las hembras
paren en sitios alejados y cubiertos de vegetación y, si el becerro muere por
problemas asociados al parto, entonces es presa fácil para los coyotes, ya sea
como carroña o como un evento real de depredación.
Finalmente, en relación con prácticas para el manejo adecuado de
poblaciones y de hábitat para la especie, en principio no se recomienda alguna en
particular, pero se sugiere la vigilancia diaria del ganado que va a parir.

297
Se sugiere que, para dar mayor solidez a las recomendaciones y
metodologías planteadas en este protocolo, se realice un ejercicio de prueba-
calibración de los indicadores para probar su utilidad y factibilidad en las
condiciones locales. Para afinar en el futuro los métodos, es recomendable
generar experiencias comparativas (por ejemplo seleccionando una localidad en
un área tropical y en una templada).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

A continuación se presenta un ejemplo:

Fecha del Muestreo _15 de Mayo de 2006 Nombre del Operador Luis
Gonzalez
Transecto Num.Uno Lugar del Muestreo Rancho “La Vieja” Altitud 2650
msnm

Estación Activada Fototrampa Visita Especie Observaciones


1 SI NO Sin Visita ---- ----
2 SI SI Coyote Canis latrans Se observan
huellas de dos
individuos y
dos imágenes
de individuos
distintos
3 SI SI Zorra Urocyon Imagen y
cinereoargenteus Huellas
4 SI SI Zorrillo Conepatus Imagen
mesoleucus
5 NO NO Sin visita ----
6 SI NO Sin Visita ---- ----
7 SI SI Coyote Canis latrans Se observan
huellas de dos
individuos y un
individuo en la
imagen
8 SI NO Sin Visita ---
9 SI NO Sin Visita ---
10 NO SI Desactivad ---- Desactivada o
pisoteada por
vacas. Sin
imágenes

298
anteriores a la
visita de la
vaca

Esta técnica y formato pueden robustecerse mucho con el uso de foto-trampas o


cámaras automáticas, para determinar la visita de la estación, además con certeza
se determina el número de individuos y de especies que visita la estación olfativa y
por tanto la estimación de la abundancia se hace menos especulativa.

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha


sustentable.

Véase el punto 3 de este apartado, en el que se describen los elementos o


factores de hábitat más relevantes para la especie, así como los protocolos de
evaluación recomendados para el seguimiento de hábitat pues, con base en ellos,
se deben fundamentar y complementar las evaluaciones poblacionales y, en su
caso, autorizar extracciones de poblaciones silvestres.

Conservación de la especie y gestión de la cosecha sustentable en UMA

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las


medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que
probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada
sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este
sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a
recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de
individuos de las poblaciones silvestres; Esto dentro de los límites y condiciones
establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales
presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que
las poblaciones de la especie permitan. Por lo mismo, se considera necesario
promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que
estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son
demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin
afectar a las mismas.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el


área de una UMA.

Con base en las metodologías y procedimientos sugeridos en las secciones


anteriores (Partes I y II) para la evaluación y el seguimiento de poblaciones y
hábitat se sugieren los siguientes criterios para determinar la viabilidad biológica
de la cosecha en el área de una UMA:

299
VIABILIDAD BIOLOGICA DE LA POBLACION
SÍ AL APROVECHAMIENTO NO AL APROVECHAMIENTO
Índices de abundancia entre 1 y 15%

Índices de abundancia entre 16 y 30%


No se presenta depredación de coyote
hacia animales domésticos
Eventos de depredación no
comprobados
Índices de abundancia superiores al
31%
Eventos de depredación a animales
domésticos confirmados
Presencia de rabia en la población de
coyotes
Presencia de sarna en la población de
coyotes

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

Se recomienda la autorización de una extracción máxima del 25 % de la


población, si se conoce el índice de abundancia, en el caso de que se tengan
datos obtenidos con transectos de 10 estaciones olfativas y más de 3 de ellas
sean visitadas (es poco frecuente que sean visitadas más de 5 estaciones por
transecto por noche). Este método puede aplicarse a UMA donde hay conflicto
(coyote-ganado); 1 coyote cada 1,000 a 1,200 ha (este criterio se basa en el
tamaño promedio del ámbito hogareño encontrado en México: 10 a 12 km2), por
ejemplo, en UMA de cerca de 10,000 ha con densidades máximas de 3.3
individuos/10 km2 (cuando hay 3 o más visitas de coyotes en transectos con 10
estaciones olfativas).

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en


una UMA.

300
Se ha visto una tendencia en el norte de México a que, de abril a junio, existan con
más frecuencia conflictos coyote-ganado; aparentemente esto se relaciona con
que se trata de la época de parición del ganado. Se sugiere que, dentro de este
lapso, se asignen 35 días para ejecutar el control de coyotes (no entendido como
aprovechamiento, sino sólo como control), ya que la época hábil para
aprovechamiento cinegético, se recomienda ubicarla a entre diciembre y marzo,
período en el cual la piel del coyote tiene un mejor aspecto y, por ello, pudiera
contar con posibilidades de generar beneficios económicos por la venta de su piel
curtida.

Para el resto del país, el esquema podría mantenerse de manera similar, tomando
en cuenta la época de estiaje (cuando hay menor cantidad de agua disponible
para el ganado) ya que es cuando se presentan con más frecuencia los problemas
coyote-ganado. Puede considerarse la opción de modificar el tiempo o época de
control, pero solamente con base en datos representativos sobre de los períodos
reproductivos que exhibe el coyote en latitudes más sureñas (sin embargo,
actualmente hay muy poca información disponible de esa parte del país).

Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una


UMA.

La UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión del ámbito hogareño
conocido para la especie: 10-12 km2 (es decir, mayor que 1,200 ha); sin embargo,
se recomienda obtener datos poblacionales de áreas mayores, para adoptar un
enfoque regional (por ejemplo, que comprendan al menos 20,000 ha). Las tasas
deben otorgarse también de manera que consideren el enfoque regional (al menos
tomando en cuenta estas mismas 20,000 ha. Esto implica que el número de
individuos determinado como viable y otorgado para aprovechamiento, debe
repartirse entre las UMA que se encuentren dentro de cada región definida.

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo


y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si
aplica al caso.

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente


contemplan el uso de armas de caza deprava (Ver las especificaciones
recomendadas por la U.S. National Rifle Association) y la Ley General de Vida
Silvestre, así como las disposiciones emitidas por la Sedena. Están prohibidas
para aprovechamientos cinegéticos toda clase de venenos; trampas de lazo,
cepos de acero y trampas de hoyo.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y análisis recomendado para éstos.

301
Como indicadores de los efectos de la cosecha, se sugiere contemplar los
siguientes aspectos:

• Aumento o disminución de las poblaciones de presas naturales del


coyote;
• Cambios en la presencia y abundancia de depredadores más
pequeños como zorrillos, mapaches y otros, pues se ha demostrado
que la ausencia de coyotes, al menos en ecosistemas templados,
favorece el incremento de la abundancia de especies de pequeños
carnívoros como, zorrillos, zorra gris, mapaches, coatíes o
cacomixtles;
• Variaciones en la incidencia y magnitud del conflicto coyote-ganado
doméstico.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del
monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en
cada lapso.

- Control zoosanitario (contra brotes de rabia). Se realizarán controles


hasta erradicar la epizootia, principalmente en rabia.
- Conflicto por ganadería. Se efectuará en dos años consecutivos y
luego se suspenderá el control.
- Se mejorarán las técnicas de manejo de ganado de la región, lo cual
va a inducir a disminuir los conflictos coyote-ganado.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de
especies afines).

Es recomendable crear un PREP de coyote, ya que es una especie que requiere


de evaluación, monitoreo y manejo constante. Además, por la importancia
económica y ecológica que ejerce en los ecosistemas ganaderos del país, los
esfuerzos locales deben corresponder a una visión más amplia.

Criterios para la autorización de control de depredadores.

Como principio general, este aspecto debe evaluarse caso por caso, antes de
autorizar un programa de control de depredadores o la extracción de algún “animal

302
problema”. Es fundamental que los técnicos de UMA y personal de Delegaciones y
DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible (existe un manual
que incluye un capítulo sobre identificación de depredación por esta especie
McKinney y Delgadillo 2004, del que se puede extraer una síntesis; asimismo, se
recomienda consultar manuales del U.S. F&WS y el manual de Identificación de
rastros de jaguar y puma, para Jalisco; y materal del TP&W). Asimismo, es
importante que si existen variaciones por tipo de hábitat, se mencionen las
diferencias en cada rubro. El control de coyotes debe ponderarse cuidadosamente
en el caso particular de proyectos que intenten la reintroducción de especies
silvestres, por ejemplo de ungulados, para favorecer los objetivos de esos
programas sin alterar fuera de límites aceptables las densidades de depredadores.

Justificación / Umbral (nivel) de depredación

Se sugiere utilizar al menos un criterio robusto para justificar y autorizar un


permiso de control de coyotes que se hayan vuelto animales conflictivos
(depredadores que causan daños objetivamente demostrables) para la especie de
interés; como ejemplos:

• Cuando se presenten evidencias claras de depredación frecuente de


ganado o especie alternativa de interés (por ejemplo, 4 ataques en
un mes claramente atribuibles al coyote).
• Cuando se presenten brotes de rabia y se demuestre que los coyotes
son portadores1.

Adicionalmente, cuando se presenten casos de depredación significativa


indeseable, debe darse seguimiento utilizando el método de transectos con
estaciones olfativas2.

Recuérdese que, para tratar el tema de conflicto humano con los coyotes, es
necesario que se demuestre de manera fehaciente que la actividad de estos
cánidos pone realmente en riesgo a una población recién reintroducida de
herbívoros, a una población de animales nativos que se encuentre en
recuperación en la región, o a la productividad ganadera local o regional.

Tiempo (período) de extracción autorizado

Se sugiere otorgar un tiempo de 15 días para extraer a un animal conflictivo. En el


caso de que se demuestre el impacto incide sobre poblaciones reintroducidas de
1
También aplicar para especies de carnívoros pequeños.
2
Ver metodología para determinar intensidad (porcentaje) de reducción sugerido.

303
especies nativas consideradas especialmente “valiosas” o en riesgo, se otorgaría
un permiso de extracción en la medida en que se justifiquen en el plan de manejo,
con claridad, los beneficios y riesgos de hacerlo.

Intensidad

El límite máximo de extracción tendría que ser de 3 animales cada 10,000 ha, por
año. Existen casos particulares como la presencia de estos animales en
aeropuertos, en los que se puede permitir la eliminación de un número definido de
animales un poco mayor; también aplicaría para caso de brotes de rabia.

Métodos

Los autorizados por la ley; Los métodos de cosecha aceptables para la especie
fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego (ver especificaciones en
una sección anterior).
El uso de sustancias tóxicas no está claro en México y esta es una oportunidad
para promover el desarrollo de investigación en ese aspecto, especialmente para
documentar los pro y los contra. Urge determinar las sustancias tóxicas y métodos
más adecuados para ejercer control en las poblaciones de coyotes que causan
conflicto en ciertas regiones ganaderas.

Recomendaciones

• Un aspecto fundamental es modificar el manejo del ganado, sobretodo en


época de parición, ya que es cuando requieren mayor vigilancia y cuidado
por parte de los vaqueros.
• Mantener en el hato un control veterinario.
• Se recomienda la utilización de animales guardianes como burros, llamas,
perros de talla adecuada para cuidar al ganado.
• En caso de programas contra brotes de rabia se deberían exigir medidas
adicionales zoosanitarias preventivas.
• En el caso de programas de control en aeropuertos, se debe exigir el
mantenimiento del cercado que delimita la zona federal..

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309
OSO NEGRO (Ursus americanus Pallas, 1780)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero

Participantes en la Mesa de Trabajo

Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN


amartinez@fcf.uanl.mx, almartin@ccr.dsi.uanl.mx, ososnegros@yahoo.com.mx,
alfonsomartinezmu@yahoo.com
Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
cats4mex@aol.com
Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN
jonasvi69@hotmail.com
Jorge Álvarez Romero, CONABIO (Moderador-Relator)
jalvarez@conabio.gob.mx
Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO
servinj@ujed.mx, loboservin@yahoo.com, loboservin@prodigy.net.mx
Meztli Méndez.- DGVS-Semarnat (moderadora)
melisa.mendez@semarnat.gob.mx
Norma de la Rosa- DGVS-SEMARNAT.

Rodrigo Núñez, FUNDACIÓN CUIXMALA, HOMBRE-JAGUAR NAYARIT


zolcoate@yahoo.com, proyectojaguar@gmail.com

Introducción

El oso negro es uno de los carnívoros más grandes que se distribuyen en


México, es un animal de cuerpo robusto, cola corta y orejas pequeñas, su pelo
es negro, corto y lacio, predominantemente de color oscuro, aunque en
algunas ocasiones puede observarse de color café. Su peso corporal varía
entre 60 y 160 Kg., siendo las hembras un 20 % menor que los machos, su
locomoción es plantígrada ya que apoya tanto los dedos como los talones,
presenta 5 dedos en ambas patas, las patas delanteras son tan largas como
anchas y las traseras son mas largas que anchas. Es un animal solitario y los
machos solo se les ve con las hembras en la época de apareamiento. Es difícil
distinguir los sexos debido a que las hembras adultas y machos juveniles
presentan características morfológicas similares, con experiencia es posible
diferenciar un macho adulto por su tamaño. En México se estima que la
hembra alcanza la madurez sexual a los 4 años, tienen de 1-4 crías que nacen
a principios del ano en las cuevas invernales y abandonan la madriguera junto
con la hembra entre abril y mayo, y permanecen con ella cerca de 1.5 años,
hasta que la hembra vuelve a entrar en celo. Es un animal oportunista y se
alimenta de una gran variedad de componentes como frutos, semillas, hierbas,

310
zacates, pequeños mamíferos, jabalíes, crías de venado y carroña. En algunas
áreas el oso negro puede llegar a atacar el ganado domestico (principalmente
becerros, cabras y borregos) provocando conflictos con los humanos. Los
machos se mueven grandes distancias y presentan territorios grandes
estimados entre 30 a 120 Km2 y las hembras se mueven entre 10-30 Km2, los
territorios no son fijos y pueden variar por las condiciones del hábitat,
regularmente los ámbitos hogareños se traslapan encontrando en un territorio
de un macho varias hembras, otros machos adultos y machos subadultos
(Leopold 1959, Roger 1977, Doan-Crider 1995, Doan-Crider 2003, Auger 2003,
McKinney y Delgadillo 2004, McKinney y Delgadillo dat. no publ.). Actualmente
en México el oso negro se encuentra en la lista de especies en peligro de
extinción debido a que ha desaparecido de gran parte de su rango de
distribución original, pero la población de las Serranías del Burro (subespecie
eremicus) actualmente se encuentra en la categoría de Protección Especial
tomando en cuenta los estudios poblacionales los cuales reflejaron la alta
densidad de osos por unidad y área y tasas de sobrevivencia alta (INE-
Semarnap 1999, Norma Oficial Mexicana 2001, Onorato y Hellgren 2001,
Doan-Cider 2003).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes


para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las


especies (o grupos de especies)

El oso negro es un animal que necesita extensiones grandes de hábitat continuo


ya que realiza movimientos grandes en busca de agua, alimento, mejores
condiciones de hábitat, y presiones internas de la población (dispersión natural)
(Auger 2003, Roger 1987, Doan-Crider 2003), por lo que su escala de
seguimiento debe ser nivel regional (ejemplo: Serranías de los Burros, Sierra
Santa Rosa, Sierra La Encantada etc.).
De acuerdo a algunos estudios genéticos se considera que una población de entre
50 y 100 animales adultos puede asegurar la continuidad genética, para el caso de
los osos dentro de estos rangos se pueden encontrar de 30 a 40 hembras, por lo
que necesitarían áreas de 288 a 385 Km2 (Shaw, 1985, Roger 1987, Bear Hunting
1991). Los machos se traslapan en los territorios de las hembras por lo que
quedarían incluidos en el área de muestreo.
Un aspecto importante es que el ámbito hogareño varía con la calidad de hábitat
de cada área así como puede variar en cada estación del año por lo que unidades
grandes de manejo darían un mejor entendimiento de la población dentro de la
región (Roger 1987, Powell et al. 1997).

311
Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el
ajuste de la cosecha sustentable en UMA

Densidad Poblacional. Es uno de los aspectos más importantes y la base para


establecer la cosecha, ya que varía en cada región y unidad de área. La
estimación de la densidad poblacional permitirá establecer la tasa de
aprovechamiento inicial y hacer ajustes anuales de acuerdo a la demanda (Shaw
1985, Bear Hunting 1991).
Estructura de edad. La estructura de edad permite conocer la probabilidad de
extraer un ejemplar de cierta categoría de edad, regularmente el cazador se
enfoca a un ejemplar grande que coincide con un animal de mayor edad. Mediante
la extracción y análisis de un premolar se puede estimar la edad de un ejemplar
cazado. Los cambios en la estructura de edad permitirían hacer los ajustes
pertinentes cada ano (Bear Hunting 1991, Garshelis 1991).
Proporción de Sexos. Al igual que la estructura de edad permitiría conocer la
probabilidad de que un oso cazado pertenezca a un sexo determinado, en áreas
de cacería en Estados Unidos un alto porcentaje de osos cazados pertenece a
machos adultos, debido a que se mueven mas que las hembras y tienen mas
probabilidad de ser encontrados, además que son los preferidos de los cazadores
(Bear Hinting 1991, Garshelis 1991).
Condición física. El cambio en la condición física de los animales puede ser un
reflejo de la condición del hábitat por lo que este aspecto debe ser tomado en
cuenta y deberá formar parte de la lista de preguntas del cuestionario de los
manejadores de la UMA y los cazadores.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

Uno de los métodos mas efectivos y utilizados para la evaluación de densidad,


proporción de sexos, estructura de edad y distribución de las especies son los
métodos de captura y recaptura cuya información puede ser obtenida mediante el
trampeo de animales utilizando trampas de barril o de laso y mediante la técnica
de captura de pelo (método no invasivo), para ambas técnicas los valores de
densidad están dados por el estimador Lincoln-Petersen (Shaw 1985, Doan-Crider
2003), la aplicación de estos métodos deben ser realizados por técnicos
capacitados en las diferentes técnicas según sea el método seleccionado. Otros
métodos complementarios aceptables para el monitoreo anual y tendencias de la
población es el establecimiento de estaciones olfativas permanentes y el conteo
directo de animales, estos son métodos que fácilmente pueden ser aplicados por
los técnicos certificados para cada UMA. A continuación se discuten los diferentes
métodos.
Trampas de pelo (Método no invasivo). Este Método ha tomado fuerza en los
últimos años y a ha sido probado en diferentes regiones de Estados Unidos para
el seguimiento de las poblaciones de osos (Clarke 2000, Wasser 2000, Triant

312
2000, Waits 2001, Romain 2001), una de sus mejores ventajas es que no se
requiere la captura de los animales, solamente se requiere la colecta de pelo para
la identificación de osos mediante análisis de ADN, el método consiste en la
colocación de alambres de púas alrededor de un sitio cebado (árbol o tronco), el
alambre debe estar a 50cm del suelo y puede ser colocado de forma circular, los
tamaños pueden variar pero en radios de 4m o en cuadrantes de 4x4, aunque
algunos estudios han utilizado radios hasta de 15m (Immel 2000) las trampas
deben ser revisadas diariamente y algunos estudios sugieren 2 períodos de
captura de 2 semanas separadas de 3 días (Triant 2000). Actualmente una de sus
desventajas es que es un método relativamente caro y hay pocos laboratorios que
se dedican a ofrecer este tipo de servicios, en México aun no existen lugares que
presten este tipo de servicio pero se tiene conocimiento que algunas
universidades tienen la capacidad técnica para realizarlos con un mínimo de
capacitación. Este método permite obtener información sobre la densidad
poblacional y proporción de sexos, pero no la estructura de edad (Kendall et al.
1998, Bertram et al. 2000, Stetz 2000, Immel 2000).
Trampas de barril. Este método es recomendable por que el oso es capturado sin
causarle posibles daños, esta trampa tiene forma cilíndrica con una puerta de
guillotina la cual se acciona cuando el oso jala un cebo colocado previamente en
la parte interna. Una de sus desventajas es que es relativamente caro y por el
volumen son difíciles de transportar, pero debido a su material de construcción
pueden ser utilizadas año con año ya sea transportándolas o manteniéndolas en
sitios permanentes de muestreo, son seguras tanto para el manejador como para
el oso. De acuerdo a los objetivos los osos capturados deben ser manejado por
personal capacitado en el uso de sedantes para la colocación de aretes,
microchip o radio collares en caso de investigación. (McKinney 2000, Onorato
2003, Doan-Crider 2003, McKinney y Delgadillo, 2004).
Trampas de laso. Es uno de los primeros métodos utilizados en los estudios de
osos, antes que las trampas de barril y en la actualidad siguen siendo
ampliamente utilizados por su efectividad, este método consiste en la colocación
de lasos en áreas con atrayentes que por lo regular son árboles gruesos en donde
se asegura el laso, el animal es capturado de un miembro delantero y el animal
debe ser sedado para su manejo, una de sus ventajas es que son fáciles de
transportar y cubrir una mayor área, así como cubrir áreas menos accesibles.
(McKinney 1996, Doan-Crider 2003, McKinney y Delgadillo 2004,).
Estaciones olfativas. Es un método adecuado para el monitoreo anual de las
poblaciones y evaluar las tendencias de la población (Shaw 1985, Black bear
Management Plan 1998, Manen 2001, Jones 2005) una de sus mayores ventajas
es que no se necesita ser un técnico especializado para la toma de datos, solo se
necesita un técnico certificado para recabar la información. Con esta técnica es
posible estimar la abundancia relativa de osos en un área determinada (Hellgren
1993, Edwars y Clark 2002). Para el establecimiento de la estación se busca un
punto central que puede ser un árbol o una estaca donde se colocara un
atrayente, alrededor de este punto se traza un círculo de 1 m de radio el cual debe
estar limpio de vegetación y la tierra removida para facilitar la impresión de las
huellas. Se recomienda que las estaciones no tengan una distancia menor de 1

313
Km. De distancia entre ellas para reducir el error de que un animal visite dos o
mas estaciones en una noche de muestreo, las estaciones deben ser revisadas 3
a 4 días consecutivos, en cada revisión se debe tomar cada registro de huellas y
activar de nuevo la estación alisando la tierra (INE-Semarnap 1999). Se
recomienda que cada estación sea georreferenciada para su activación en
diferentes épocas del ano o cada ano según el caso.
Avistamiento directo. Este método complementado con las estaciones olfativas
puede proporcionar información muy valiosa sobre las tendencias anuales de la
población a diferencia de las estaciones olfativas el personal experimentado puede
dar algunos valores de sexos, condición del animal, hembras con crías, cantidad
de crías, lugar de avistamiento etc. Para este caso es necesario realizar recorridos
en las áreas de distribución de osos, así como en veredas dentro de las áreas de
alimentación de los animales. Los valores proporcionados pueden ser utilizados
para la estimación de la abundancia relativa.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Como mencionamos anteriormente la estimación de la densidad para el


establecimiento de las tasas de aprovechamiento debe ser realizado por personal
certificado por la DGVS, los monitoreos anuales consecuentes pueden ser
realizados por personal de la UMA o técnicos contratados por la misma siempre y
cuando sean certificado por la DGVS. El formato para el monitoreo mediante
estaciones olfativas y conteos directos se presenta a continuación.

Formato para el monitoreo anual de la población de oso negro Oso Negro


Estaciones Olfativas
Observadores_____Nombre de la Línea______Distancia______Lugar y _
Fecha_________
Tipo de Vegetación__________UTM Inicial_____________UTM
Final___________________

ESTACION HUELLA DE OSO OTRO


NEGRO
1
2
3
4
Total de visitas

314
Observaciones_____________________________________________________
________

Formato para información de Observación directa de oso negro

Observadores____________Nombre de la línea___________Lugar y
Fecha______________
Hora de inicio__________Termino______________Tipo de
Vegetación__________________

Distancia Macho Hembra Crías Juvenil No.


Identificado
1
2
3
4
Total

Observaciones_____________________________________________________
________

1. Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales


indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.
Como se menciono anteriormente la densidad poblacional es uno de los valores
más importantes para establecer la tasa de aprovechamiento sustentable por
unidad de área. Para el cálculo de densidad poblacional se utiliza el estimador de
Lincoln-Petersen (Shaw 1985, Doan-Crider 2003), el cual es uno de los más
recomendados.

Aspectos del hábitat de la especie relevantes para la conservación y la


gestión de la cosecha sustentable

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie

Como mencionamos anteriormente el oso negro es una especie que necesita de


hábitat grandes y saludables Los machos se mueven grandes distancias y

315
presentan territorios grandes (30 a 120 Km2 machos, y 10-30 Km2 hembras) los
machos subadultos se mueven también grandes distancias en busca de nuevos
territorios favoreciendo la dispersión natural (Leopold 1959, Roger 1977, Doan-
Crider 1995, Doan-Crider 2003, Auger 2003, McKinney y Delgadillo 2004,
McKinney y Delgadillo dat. No publ.). Es recomendable que igual que la población
el monitoreo del hábitat sea a escala regional ya que el tamaño de los parches y
cantidad de hábitat continuo garantiza la viabilidad de la especie, así como
incrementa la posibilidad de una cosecha sustentable o aplicación de control en
caso de ser necesario.

Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste


de la cosecha sustentable en UMA

Cobertura. A lo largo de las áreas de distribución del oso negro, el hábitat esta
caracterizado por terreno inaccesible, vegetación densa, y abundancia de
alimentos, principalmente de las especies de alta producción, la combinación de
grandes extensiones de terreno con la distribución del alimento, con diferentes
tipos de cobertura y asociaciones vegetales hacen un lugar adecuado para la
distribución del oso negro. La baja densidad de sus poblaciones se asocia a la
perdida de hábitat continuo y conflictos con los humanos (Roger 1987).
Tamaño de hábitat continuo y condición. El tamaño de los parches de vegetación y
cantidad de hábitat continuo son importantes para la dispersión de los animales e
intercambio genético. Es importante la identificación de corredores ecológicos para
promover su protección así como es necesario evaluar la cantidad de hábitat
adecuado para el oso en sus área de distribución y la elaboración de mapas de
distribución de la especie y mapas sobre las tendencias de dispersión de acuerdo
al hábitat disponible.
Alimento. El oso es un animal oportunista y consume una gran variedad de
especies vegetales y animales, especies como los encinos Quercus spp., cedros
Juniperus spp., nopales Opuntia spp. y pino piñonero Pinus spp. son especies de
vital importancia debido a sus periodos de alta producción las cuales son
aprovechadas por los osos y otras especies, la falta de producción de estas
especies tienen un impacto directo en sobrevivencia de los osos, conflictos con
humanos, mortalidad de crías y reproducción de hembras (Roger 1987, Hellgren
1993, McKinney y Pittman 1999, Delgadillo 2001, Doan-Crider 2003, McKinney y
Delgadillo 2004).
Agua. Los osos son animales que consumen agua constantemente, especialmente
cuando consumen grandes cantidades de alimento y en la época de mayor calor
(Roger 1987) en el ano, por lo que es un factor a tomarse en cuenta en los
estudios de hábitat, es importante identificar los sitios de agua natural como
artificial (Utilizada por el ganado domestico), ya que el agua puede ser un factor
importante en la dispersión.
Uso de la Tierra. Es importante tener registros sobre el manejo de las áreas de
distribución de osos, ya que sitios de extracción de madera pueden tener impactos

316
positivos y negativos para los osos, así como las áreas de manejo de ganado
domestico pueden aumentar los conflictos de los osos con los humanos debido a
la depredación, muchos de los problemas de depredación están asociados a las
practicas de uso de la tierra (Bear Hunting 1991, Garshelis 2000).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias

Análisis de hábitat y sus componentes a escala regional. La evaluación regional


puede ser realizada mediante el análisis de imágenes satelitales actualizadas para
evaluar los diferentes tipos de vegetación y porcentaje aproximado, grado de
perturbación, hábitat disponible, identificación y evaluación de posibles corredores
ecológicos, identificación de fuentes permanentes de agua y alimento, y cantidad
de hábitat continuo (Rudis 1995, Black Bear Management Plan 1998, Anderson
1998, Harding 2000), La presencia o cambios de estos factores en el tiempo
pueden tener serios efectos sobre las poblaciones de osos en la región (Roger
1993, Bear Hunting 1991, Rudis 1995).
Análisis de hábitat a nivel de UMA. Estimación de la presencia y abundancia de
especies potenciales como alimento para el oso negro (Hellgren 1993, Doan-
Crider 1995, McKinney 2000, Delgadillo 2001, McKinney y Delgadillo 2004,).
Registro de sitios con presencia de agua temporal y permanente ya sea natural o
artificial. Uso de la tierra (Uso forestal, ganado domestico, recreativo, turístico
etc.).
Método para la evaluación de especies de alta producción. (Encinos, Cedro, Pino
piñonero) (Graves 1980, Koenig 1991, Marroquín 1997, McKibben y Graves 1987,
Noyce y Coy 1990, Delgadillo 2001). Es un método basado en clases, establece 5
categorías o clases en un intervalo de 0 a 5.

• Clase 0. No hay frutos visibles.


• Clase 1. Unos pocos frutos visibles después de una inspección minuciosa.
• Clase 2. Un número favorable de frutos.
• Clase 3. Una buena producción de frutos.
• Clase 4. Los frutos son fácilmente visibles y cubren la totalidad del árbol.

Esta información puede ser aplicada mediante el establecimiento de parcelas


permanentes de muestreo, se recomiendan círculos de 18 m de radio los cuales
cubren una superficie de 1000 m2. Estos deben ser distribuidos al azar en las
áreas de distribución de especies de alta producción.
Para la producción de tunas los valores pueden ser dados en kilogramos por ha,
se recomiendan cuadrantes de 10x20 en las áreas de distribución de nopales.
Para otras especies importantes se pueden utilizar los mismos cuadrantes y los
valores pueden ser dados en individuos por unidad de área. Para herbáceas los

317
cuadrantes de 1x1 es suficiente (Chambers y Brown 1983, Bonham 1989) pueden
ser aplicados en cañones húmedos donde se distribuyen algunas especies como
el elotillo Conopholis mexicana, pegajosa Desmodyum leycophyllum.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

No se plantea un formato normalizado.

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha


sustentable.

Ver el punto 2 y 3 de este apartado, en el que se describen los elementos o


factores de hábitat más relevantes para la especie, así como los protocolos de
evaluación recomendados para el seguimiento de hábitat, pues con base en ellos
se deben fundamentar y complementar las evaluaciones poblacionales y en su
caso autorizar extracciones de poblaciones silvestres.

Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha


sustentable en UMA

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las


medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que
probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada
sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este
sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a
recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de
individuos de las poblaciones silvestres; Esto dentro de los límites y condiciones
establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales
presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que
las poblaciones de la especie permitan.

Por lo mismo, se considera necesario promover el mercado legal al autorizar el


aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de
las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto
es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el


área de una UMA.

La tasa de aprovechamiento en México en las áreas permitidas bajo el esquema


de aprovechamiento o control debe ser ajustado de acuerdo a la composición de

318
la población (densidad, proporción de sexos, estructura de edades), tamaño de la
UMA y calidad de hábitat que presente, una UMA de 5 000 a 10 000 ha dentro de
la escala regional de monitoreo de la población y hábitat del oso negro puede
tener un numero adecuado de osos, tomando en cuenta los ámbitos hogareños
promedio de una hembra (12-20 Km2) y de un macho adulto de 30 –100 Km2
(LeCount, 1984, Doan-Crider 1995, McKinney 2000 ), así como tomando en
cuenta que existe un traslape entre los ámbitos hogareños entre hembras, entre
hembras y machos y entre machos y machos (Powell et al. 1997).

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

No existen datos sobre el numero adecuado que puede ser aprovechado en una
población de osos negros cada región establece sus tasas de aprovechamiento
de acuerdo a la condición de la población, la cosecha optima es un tema muy
discutido para muchas especies en la actualidad (Shaw 1985, Mace 2001,
Kasworm 2000), por lo general las tasas de aprovechamiento inicial han sido
calculadas tomando en cuenta un porcentaje anual de los animales que se toman
ilegalmente y el estatus actual de la población, desgraciadamente en estas áreas
no se tienen informes sobre cacería ilegal para establecer una tasa inicial, pero
como ejemplo, en estudios con poblaciones similares a la de la Serranías del
Burro, Coahuila se extrae cerca del 10 % y estiman que la población de osos sigue
creciendo anualmente sin tener efectos negativos (Bear Hunting 1991, Outdoor
California 2002) y las tasas de aprovechamiento son ajustadas de acuerdo a los
reportes de extracción anual (proporción de sexo y edad), análisis del hábitat y
tasas naturales de mortalidad, nacimiento de crías y tasa de crecimiento anual (en
condiciones normales se estima que una población de osos puede crecer un 20 %
anual (Bear Hunting 1991).

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en


una UMA.

Una de las épocas recomendables es a finales de invierno y en primavera (Enero


a Mayo) ya que en esa época se puede diferenciar a las hembras por que aun
tienen sus cachorros los cuales van a destetar hasta junio o julio (verano) y las
hembras preñadas de Diciembre a Mayo aun permanecen en sus madrigueras la
cual abandonan hasta abril o mayo, esto seria una manera de proteger a hembras.
Pero como mencionamos anteriormente debe de discutirse el criterio sobre la
extracción (machos y hembras o solo machos), y recordemos que también enfocar
la cacería a los machos adultos grandes causa un efecto secundario ya que por
una parte se incrementa la presencia de machos subadultos (Bear Hunting 1991,
Garshelis 1991) a largo plazo puede traer consecuencias en la viabilidad genética
de la población.

319
Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una
UMA; si aplica.

Como se mencionó anteriormente, el enfoque debe ser regional y las tasas se


deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda el área (DGVS) y
posteriormente distribuir las tasas de aprovechamiento entre las UMAs de acuerdo
al tamaño, calidad de hábitat y reportes de abundancia obtenidos mediante el
monitoreo de estaciones olfativas y conteos directos.

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo


y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si
aplica al caso.

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente


contemplan el uso de armas de fuego lo suficientemente potentes para matar un
animal de manera rápida causándole el menor sufrimiento posible.
Uso de perros. El uso de perros puede tener desventajas ya que pueden perturbar
hembras con crías, separarlas de las madres o matarlas, perseguir osos juveniles
que pueden salir heridos en las peleas con los perros (Bear Hunting 1991).
Uso de arcos. Este tipo de armas pueden ser efectivas en manos de personas
experimentadas, ya que existen arcos lo suficientemente potentes para matar un
animal, una desventaja es que si no se tiene experiencia el animal solamente
puede ser herido, en el estado de California un alto porcentaje de osos es cazado
mediante la utilización de arcos (Bear Hunting 1991).

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y análisis recomendado para éstos.

Existen 4 factores que inminentemente serán afectados por la cacería, la densidad


poblacional, el radio sexual, estructura de edad y sobrevivencia de crías.
El análisis sobre los reportes anuales sobre abundancia de osos (Estaciones
olfativas, conteos directos) y reportes por los cazadores (estructura de edad y
sexo del animal aprovechado) permitirán evaluar los cambios anualmente e
identificar las tendencias (Bear Hunting 1991, Black Bear Management 1998).

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del
monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en
cada lapso.

La información proporcionada por los cazadores y monitoreo del hábitat pude ser
un método para el monitoreo de la población y ajuste de la tasa de

320
aprovechamiento (Shaw 1985, Bear Hunting 1991, Blak Bear Management Plan
1998).
Los cambios deben partir de la evaluación inicial de la población como punto de
referencia, los puntos críticos son los cambios en la densidad poblacional,
aumento en mortalidad de crías, aumento en la mortalidad de juveniles, cambios
drásticos en la estructura de edad y sexo (Garshelis 1991)

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie

De acuerdo al Programa de Recuperación de especies Prioritarias el oso negro de


la subespecie eremicus y la cual esta ampliamente distribuida en Coahuila, de
acuerdo a los estudios realizados en las Serranías de los Burros cuenta con una
población estable y catalogada entre las mas altas de Norteamérica, dicha
población cuenta con hábitat adecuado (3600 Km2) y es protegida de manera
voluntaria por los ganaderos de la región (Doan-Crider 1995, Onorato y Hellgren
2001, Doan-Crider 2003), debido a estas características esta población paso de la
categoría de peligro de extinción a la de Protección especial, en estas áreas el oso
negro tiene asegurada su viabilidad biológica debido a lo extenso del terreno
acuerdo a la densidad y algunos señales de canibalismo hace pensar que esta
población a llegado a su capacidad de carga y pude ser aprovechada siguiendo
los mecanismos adecuados y monitoreo de la población y hábitat (INE-Semarnap
1999, Doan-Crider 2003) así como se tienen indicios de poblaciones sanas en las
áreas vecinas como son Maderas del Carmen, Sierra Santa Rosa y La Encantada.

Criterios para la autorización de control de depredadores.

Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de
autorizar un programa de control de depredadores o la extracción de un “animal
problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs y personal de Delegaciones
y DGVS cuenten con información sobre posibles depredadores y utilicen manuales
prácticos para la evaluación de un sitio con la finalidad de que aporten la
información necesaria e identificar al depredador (Oso, Puma, Coyote, etc.). Para
el caso de aplicar control de oso negro en un área será necesario identificar al
animal problema y enfocar el control a dicho animal, debemos recordar que las
hembras también pueden depredar animales domésticos y debe tomarse en
consideración si debe ser eliminada (aunque como se menciono anteriormente es
difícil diferenciar los sexos, a menos se trate de un oso adulto grande) (McKinney
1996, McKinney y Delgadillo 2004, Dorrance 1976, Woolsey 1985, LeCount 1986,
Wade 1980),

Justificación / Umbral (nivel) de depredación

321
Se sugiere utilizar los siguientes elementos como criterios para justificar y
autorizar un permiso de control de animales conflicto (depredadores) para la
especie: (1) Las condiciones de la población, por ejemplo áreas con nuevos
registros, grado de perturbación-fragmentación / cercanía con áreas conservadas;
(2) Cuando represente un peligro para las personas; (3) Si el ataque se da en el
interior de las Reservas Naturales (zonas núcleo) no se debería autorizar el
control; (4) Se presenten evidencias claras de depredación de ganado (envío de
fotografías de los animales depredados o técnicos de la dependencia
correspondiente documentaran personalmente el problema para la toma de
decisiones (5) En caso de que se demuestre depredación en áreas sujetas a
programas de aprovechamiento y que cumplan con las condiciones establecidas
en la sección de cosecha-seguimiento de poblaciones y hábitat, se podría
autorizar un permiso adicional bajo esquema de caza deportiva.

Tiempo (período) de extracción autorizado

Se sugiere otorgar un tiempo no mayor de 15 días para extraer al animal


problema.

Intensidad

Dependerá del grado de la problemática, es necesario recabar información sobre


porcentajes de perdidas anuales de ganado domestico o danos a bodegas, casas
etc. para evaluar costos, se debe evaluar si en un caso dado el aprovechamiento
de un ejemplar compensa las perdidas causadas por los osos, o cuantos osos
compensarían la perdida y si la población soporta dicha extracción. Si tomamos
los valores discutidos en los puntos anteriores (I, II y III) sobre densidades de la
población en las Serranías del Burro (Doan-Crider 2003, INE-Semarnap 1999 ),
como valor precautorio no deben de ser extraído mas del 5 % de la población total
estimada para estas áreas. Se estima que la población de esta área se ha
incrementando en los últimos anos y cada vez los conflictos son mas frecuentes
(INE-Semarnap 1999)

Métodos

El animal debe ser extraído mediante el uso de armas de fuego lo suficientemente


potentes para matar el animal lo de manera rápida causándole el menor
sufrimiento posible.
No deben ser eliminadas hembras con crías.
No se permite el uso de perros. El uso de perros puede tener desventajas ya que
pueden perturbar hembras con crías, separarlas de las madres o matarlas,

322
perseguir osos juveniles que pueden salir heridos en las peleas con los perros
(Bear Hunting 1991).

Recomendaciones

Es necesaria la creación de un grupo de especialistas que asesore en la


estimación de la población en las diferentes áreas y realice recomendaciones a las
autoridades locales, federales y productores en el desarrollo de los diferentes
procesos y toma de decisiones.
Elaboración de manuales prácticos para la evaluación de sitios donde haya
ocurrido un evento, con la finalidad de identificar al depredador (McKinney y
Delgadillo 2004).
En áreas de alta densidad de osos será difícil identificar al oso problema, ya
que podrían ser varios a la vez o varios osos alimentarse de un animal depredado.
Es recomendable que la UMA, rancho ganadero o ejido entregue el cráneo del
animal eliminado a la DGVS para determinar el sexo y edad, en caso de que el
animal sea vendido por el ranchero como trofeo de caza con la entrega de un
premolar, la definición del sexo y condición de animal seria suficiente.
Debe difundirse información sobre prácticas de manejo de ganado mas
adecuadas para cada área en particular, adecuada y compatible con la economía
de la región.
Educación sobre la coexistencia con el oso negro (Manejo de basura, bodegas,
Seguridad en casas habitación, encuentros con osos, etc.), esto evitaría en
algunos casos la eliminación innecesaria de un animal (LeCount, 1986, Walker
2003, Lackey 2003, McKinney y Delgadillo 2004).

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327
PUMA (Puma concolor Linnaeus, 1771)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero

Participantes en la Mesa de Trabajo

Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN


amartinez@fcf.uanl.mx, almartin@ccr.dsi.uanl.mx, ososnegros@yahoo.com.mx,
alfonsomartinezmu@yahoo.com
Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
cats4mex@aol.com
Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN
jonasvi69@hotmail.com
Jorge Álvarez Romero, CONABIO (moderador-relator)
jalvarez@conabio.gob.mx
Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO
servinj@ujed.mx, loboservin@yahoo.com, loboservin@prodigy.net.mx
Meztli Méndez, DGVS-SEMARNAT (moderadora)
melisa.mendez@semarnat.gob.mx
Norma de la Rosa, DGVS-SEMARNAT.

Rodrigo Núñez, FUNDACIÓN CUIXMALA, HOMBRE-JAGUAR NAYARIT


(zolcoate@yahoo.com, proyectojaguar@gmail.com).

Introducción

El puma se le encuentra prácticamente en toda América y en todos los habitats


disponibles, excepto en ambos círculos polares y nieves perpetuas (Dixon 1982,
Currier 1983). En México se le encuentra en todos los tipos de hábitats a lo largo
del país (Leopold 1977). Es un felino esbelto de extremidades fuertes y
relativamente largas en comparación con el jaguar, puede pesar desde 25 kg
hasta 90 kg o más (Dixon 1982, Currier 1983, Gomes 1994). Los machos son de
mayor talla que las hembras. En Jalisco los machos pesan entre 35 y 50 kilos
mientras que las hembras pesan entre 25 y 35 kilogramos (Núñez 2006) y en el
sureste de México se alimenta principalmente de venados, pero también depreda
sobre pecaríes, armadillos, coatíes, iguanas y roedores (Currier 1983, Iriarte et al.
1990, Chinchilla 1994, Aranda y Sánchez 1996, Taber et al. 1997, Núñez et al.
2000). Al igual que el jaguar son principalmente nocturnos, pero pueden estar
activos a cualquier hora del día (Dixon 1982, Currier 1983, Núñez 2006). Los
pumas se reproducen todo el año, y después de una gestación de 85 a 100 días
nacen de 1 a 6 crías, sin embargo un numero “normal” son 2 o 3 crías. Los

328
machos son polígamos y las hembras son polyestras y tienen su primera camada
a los 3 años. La primera camada por lo general ocurre después de que se
establecieron un territorio. Se reproducen generalmente cada 2 a 3 años y una
hembra de 12 años puede criar hasta 5 camadas (Logan et al. 1996). Los pumas
juveniles se independizan a los 1.5 o 2 años de edad para buscar un nuevo
territorio. Generalmente las hembras se instalan cerca del territorio de la madre
mientras que los machos recorren grandes distancias. Pueden vivir hasta 16 años
o más en cautiverio. Después de los 8 años, comienzan a decaer y reducir su éxito
en la cacería (Busch 1996). Una de las mayores causas de origen no-humano, son
los causados por encuentros antagonisticos entre individuos (Logan et al. 1996),
no obstante, los humanos son la mayor fuente de mortalidad. En áreas con poca
interferencia humana, la proporción de sexos puede ser de 1:2 a 2:3
machos/hembra. Mediante la cacería o control de depredadores, especialmente
balanceado hacia los machos, esta diferencia se incrementa. En condiciones
naturales 1 de cada 3 cachorros llega al estado reproductivo. La densidad
poblacional del puma en México, varía desde 4 individuos por cada 100 km2 en
Sonora (Luna y López 2005) y costa de Jalisco (Núñez 2006), y 3 pumas por 100
km2 en Calakmul, Campeche (Chávez 2006).
Las poblaciones del puma, aunque fragmentadas, pero debido a su gran
adaptabilidad, puede habitar cerca de centros humanos si no es molestado (Beier
1993).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes


para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las


especies (o grupos de especies)

El terreno y el hábitat son factores determinantes en la densidad poblacional de


los pumas (Shaw 1989). En términos generales se consideró que la escala
geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su
hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la
especie. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y
aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría
otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al
AH. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe
corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe
presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver Parte 2 sobre los
aspectos del hábitat).

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable en UMA

329
Como se menciona antes, se considera que el ámbito hogareño es uno de los
aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de
niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como
valor de referencia para la especie en ambientes tropicales varia de 60 Km2 en
hembras y 100 Km2 en machos (Núñez 2006, Chávez 2006). En algunas
poblaciones, el tamaño del ámbito hogareño puede variar a través de un periodo
anual debido al comportamiento de las presas (Seidensticker 1973, Anderson
1983, Núñez 2006).
Así mismo, es fundamental que al realizar una evaluación poblacional, se
consideren los tipos hábitat que ocupa la especie. El puma habita prácticamente
todos los hábitats disponibles desde los bosques de Abies, de pino, de pino-
encino, de encino, bosques mesófilos, vegetación halófila, chaparral, manglares,
selvas y en algunos casos vegetación secundaria (Leopold 1967, Dickson 1982,
Courier 1986, López y Gonzáles 1998).
Hay otros factores biológicos que afectan directamente en la abundancia de los
pumas, y que es necesario considerarlos durante una evaluación poblacional
como el periodo reproductivo. Los pumas, son animales que se reproducen todo el
año (junio a septiembre “pico” reproductivo) y es posible encontrar hembras
lactando cualquier época del año. Por lo tanto, el periodo de cosecha debe de
tener el menor impacto posible en las hembras con cría. La disponibilidad de
alimento en el hábitat también es uno de los factores más importantes en la
abundancia de los pumas. A menor disponibilidad de alimento, se espera menor
abundancia de felinos. La perturbación por actividad humana también tiene un
efecto en la presencia de los pumas, ya que generalmente prefieren hábitat con
bajos niveles de perturbación (Beier 1995) y rara vez se reproducen en áreas
perturbadas y constante presencia humana.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

Se recomienda que cómo método de muestreo para el seguimiento de las


poblaciones se empleen cámaras automáticas y el registro de huellas.
Las cámaras automáticas serán dispuestas con una distancia mínima entre ellas
de 2.5 a 3 Km. El área a estudiar debe ser dividida en una retícula con cuadrantes
de 10 km2. Cada cuadrante debe de tener por lo menos 1 o 2 cámaras por
estación. La cámara se coloca en los sitios de mayor posibilidad de obtener una
fotografía. Se debe de colocar 1 ó 2 cámaras por cuadrante. Un mínimo de 6
estaciones de fotorampeo debe ser emplazado para obtener información con
menor rango de error. 6 estaciones nos da la oportunidad de monitorear 60km2.
Asimismo es posible utilizar conteo de huellas como índices de abundancia, se
puede realizar conteo de huellas por transecto.
Se recomienda que los estudios poblacionales de esta especie se realizan con el
apoyo y bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida

330
experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMA en que existan solicitudes
recurrentes.
La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser a
nivel regional. Por ejemplo a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-
cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones. Se
sugiere utilizar como valor de referencia un área de muestreo de 1000 km2 como
mínimo. A falta de datos en México y con base a valores sobre la densidad
poblacional en el norte de (Luna y López 2005) y sur de USA, una densidad entre
3 y 6.5 pumas por cada 100 km2se considera una densidad poblacional alta, y en
áreas de mas de 1000 km2 de hábitat continua con pumas, entre el 1 y el 25%
puede ser cosechado si un efecto en la población (Linzey et al. 1989).
Considerando que en México existe la cacería furtiva como un factor importante de
mortalidad, se sugiere un máximo del 10% de la población como cuota de
cosecha. En EUA, se observó que la proporción de sexos cazados fue similar sin
efectos en la población, pero para México se recomienda una mayor proporción de
machos cosechados que hembras. De acuerdo a Beier (1993) en California
(bosques templados) se requiere de una área entre 1000 y 2000 km2 para
asegurar la permanecía de la especie por 100 años. Si áreas entre 600 y 1600 km
km2 se mantienen conectados a otras poblaciones tienen oportunidad de
mantenerse en un período de 100 años, también reporta que áreas menores de
150 km2 y aisladas de otras poblaciones se extinguirán.
Dada la naturaleza de la especie y el estado de sus poblaciones se recomienda
la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de UMAs, así
como del personal de la DGVS y de los Gobiernos de los Estados, apoyados por
especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización de
los estudios de abuandacia poblacional.

1. Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Se propone que como mínimo los datos del formato anexo sean incluidos
(Formato Felinos Protocolos DGVS.xls).

2. Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales


indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Se tiene conocimiento de que existe una cacería ilegal importante (básicamente


control ilegal de depredadotes), por lo que por un lado se considera necesario
promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que
estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son
demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin
afectar a las mismas. Por otro lado, existe la alternativa de extraer individuos bajo
el esquema de control de depredadores, mismo que se trata de forma
independiente en la Parte IV de este protocolo.

331
No se propone un algoritmo establecido. Se recomienda que con base a la
información disponible de áreas con características similares a la UMA que solicita
los permisos de extracción sugerir una cuota inicial mínima que sea conservadora.
Mediante los monitoreos subsecuentes, número y características de los individuos
cosechados sugerir una nueva cuota.
En general, en USA donde esta reglamentada la cacería del puma, se permite la
extracción de entre el 10 y 30 % de la población de pumas, sin embargo, estas
poblaciones van de 1500 hasta 2500 individuos como en Nuevo México (Wislow
2005). Entre el 10 y 15% de extracción no mostró efectos negativos a la población
de pumas en una área de Wyoming, pero después del 25% se comienza a
observar efectos negativos (Anderson y Lindzey 2005).
La extracción de individuos de una población debe ser en su mayoría machos
adultos, las hembras son las que mantienen y sustentan la población.
Con un cuota inicial de cosecha de individuos conservadora y cumpliendo los
requisitos del apartado 3, se puede disponer de un numero determinado de
individuos basados en un monitoreo “rápido” (índice de abundancia) en la UMA y
áreas circundantes mediante el uso de cámaras automáticas y/o huellas. Apartir
de la primera cosecha y de monitoreos 2 veces al año (uno antes y otro después
de la temporada), determinar la cosecha de la siguiente temporada.
El conteo de huellas es uno de los métodos para calcular la abundancia relativa y
es de los más usados para determinar cambios en la población de pumas. Existe
una relación directa entre el número de huellas y la densidad poblacional de
pumas (Van Dyke et al. 1986). De acuerdo a Van Sickle y Lindzey (1991) se
observaran mejores resultados si existe un mayor número de transectos y si son
perpendiculares a los mayores arroyos o cuencas.
El fototrampeo también es de gran utilidad para realizar evaluaciones
poblacionales (Karanth y Nichols 2000, Silver 2004) y empleando análisis de
captura recaptura. Aunque esta metodología sugiere para animales crípticos como
lo jaguares y ocelotes, también puede ser aplicado a pumas ya que presentan
manchas en la partes internas de las patas que ayudan a su identificación.

Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para


la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie.

En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar


seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie, el mayor conocido. Con base en
éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo)
mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de
aprovechamiento a UMAs que tengansuperficies menores al tamaño del AH. De

332
un felino macho. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área
debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe
presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante).
En México, los pumas macho usan hasta 100 km2 .

Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste


de la cosecha sustentable en UMA.

Se considera que los componentes del hábitat más relevantes para la especie,
sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del
hábitat son los siguientes:

1. Abundancia de presas; las presas es el factor mas influyente en la


abundancia, distribución y comportamiento de los felinos (Sunquist y
Sunquist 1989, Logan et al. 1996). El venado colablanca y el venado bura,
son las presas mas importantes del puma en México (Núñez et al. 2002,
Luna y González 2005, Chávez 2006,).
2. Fragmentación/continuidad del hábitat; la fragmentación a corto plazo
afecta la disponibilidad de presas, aumenta la exposición de los felinos a
cazadores y otros depredadores, incrementan su ámbito hogareño, mayor
inversión energética para satisfacer requerimientos y menor posibilidad de
reproducción. Para las hembras menor posibilidad de madrigueras (Crooks
2002, Mc Rae et al. 2005, Beier 1996). En Florida, Maehr y Meegan (2001)
que los felinos rara vez usan los parches de vegetación menores de 5 km2.,
pero pueden usarlos como puentes a otras áreas mayores. Van Dyke et al.,
(1986) observo que los pumas evitaron ares deforestadas aun con
disponibilidad de presas.
3. Cobertura vegetal; la reducción de la cobertura, particularmente del
sotobosque tiene un efecto en la disponibilidad de presas y en la protección
de los felinos contra la persecución. Además, la cobertura vegetal facilita la
caza y captura de sus presas. El tipo de hábitat también influye en la
abundancia de los pumas, algunos tipos de vegetación son menos usados
que otros. La calidad del hábitat afecta inversamente proporcional la
densidad poblacional de los pumas (Logan et al. 1996). Es posible que los
pumas seleccionen las áreas con mayor probabilidad de acechar a sus
presas y disponibilidad de madrigueras. Los pumas residentes suelen usar
áreas con actividad humana pero los transeúntes o dispersores no (Maher y
Meegan 2001), estos suelen usar áreas mejor conservadas (Maher 2001).
La calidad del hábitat en parches pequeños de vegetación también pueden
reducir la capacidad de los felinos a dispersarse (Maehr y Caddick, 1995).

4. Aguajes; a pesar de que los felinos pueden subsistir varios días sin agua, y
obtener agua metabólica de sus presas (Robbins 1993) es un factor

333
importante para las presas y por lo tanto en el comportamiento de los
felinos (Wolff 2001, Núñez 2006).
5. En caso de la depredación de ganado. La cantidad y tipo de ganado
presente manejado extensivamente; ganadería extensiva (caprinos y
vacuno) depredadores de vegetación natural, fuerte competencia para las
presas como los venados y pecari. Reducción de cobertura significa
reducción de refugios para las presas y competencia por alimento, por lo
tanto la disponibilidad de presas disminuye y se podría presentar un
potencial conflicto depredador - ganado.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias.

Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los


siguientes indicadores:
1. 10 venados por Km², 3 pecaríes Km² (Núñez 2006, Mandujano y Gallina
1995) como disponibilidad de alimento base.
2. Fragmentación y condiciones del hábitat: Parches de 1000 km2 mínimo y
una distancia máxima de 2 km entre esos parches; en condiciones
naturales en 1000 km2 habría un aproximado de 8-12 individuos, y los
parches separados a 2 km de distancia y conectado mediante corredores
que permiten aun el intercambio de individuos (Logan et al. 2006, Maerh y
Meegan 2001, Beier 1993), una distancia mayor difícilmente será cruzada
por algún individuo. Este espacio entre parches no debe estar totalmente
limpio, deben existir un corredor de vegetación y/o parches de vegetación
que ofrezca protección.
3. Presencia del estrato arbóreo y del sotobosque; (refugio y alimento para
presas). el estrato arbóreo ofrece refugio a las presas y los felinos. Una
área sin protección o refugio para las presas favorecerá que estas
disminuyan. Los felinos también se benefician de dos maneras: una refugio
contra depredadores o el hombre y otra con áreas de acecho.
4. 1 aguada permanente por cada 10 km2; (agua para presas principalmente);
una aguada por cada 10 ayudará a las presas como los venados en
particular en regiones de escasez de agua.
5. En caso de existir manejo de pumas por depredación de ganado, se
recomienda que sea considerado si han ocurrido por lo menos 4 eventos de
depredación en un área determinada por el “mismo” felino en un periodo de
1 mes o que .un productor pierda mas de 4 cabezas de ganado por mes.

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores se


recomiendan los siguientes métodos de evaluación en campo:

334
1. En secas, conteos directos en transectos y/o mediante el conteo de grupos
fecales (Mandujano y Gallina 1995, Karanth y Nichols 2000, Buckland et al.
2001)). Algunos métodos se adaptan mejor a las áreas abiertas y otros a
ambientes muy estructurados y se deberá emplear el que mejor refleje la
situación de la UMA. Los resultados serán presentados como índice de
abundancia: numero de huellas o avistamientos por unidad de área o de
tiempo. Los índices de abundancia son un reflejo de la densidad
poblacional y ya existen algunos trabajos en México que son útiles como
referencia. Ver, Mandujano y Gallina )1995), Galindo y Weber (1998),
Novack et al. (2005).
2. Medición del área del parche y de las distancias entre ellos: los parches y
distancias pueden ser medidos con ayuda de un GPS, Mapas y SIGs. Se
han desarrollado varios índices para medir la fragmentación del bosque.
Dos de ellos son el a) el índice de Área/Perímetro y b) la Proporción del
Límite/Centro (WCMC 1996),
3. Presencia o ausencia del estrato; para analizar la presencia del estrato
arbustivo se empleara una tubo de PVC o madera de 1.5 a 3 metros (según
el hábitat a estudiar) dividido en segmentos de colores, generalmente de 10
cm. Este tubo también conocido como “vara de cobertura” se ubica en
áreas al azar dentro del predio. Se observa esta vara desde los cuatro
diferentes puntos cardinales y se anota cuantos de los segmentos de
colores son observables a cada determinada distancia. El % de cobertura
se reporta como el promedio de los % de la vara que no se observa a
través del bosque desde los 4 puntos y a diferentes distancias.
4. La disponibilidad de posos de aguada o aguadas se pueden catalogar en
temporales y permanentes. Para determinar la disponibilidad se contaran
los cuerpos de agua permanentes y temporales por km2.
5. Verificación en campo del evento de depredación. Visitar el sitio lo más
pronto posible, no más de dos días. Comprar patrones de alimentación y
buscar rastros asociados para identificar al depredador. El uso de cámaras
automáticas es una herramienta de gran utilidad. En algunos estados ya
existen algunos protocolos de manejo de eventos de conflicto entre
jaguares-pumas y ganaderos (Núñez 2007).

De manera complementaria, se sugiere utilizar como signo de alerta temprana,


que pueden ayudarnos a identificar que existen alteraciones significativas en las
poblaciones de la especie los siguientes indicadores indirectos: (1) Menos de 10
venados por Km2; (2) Detección de distancia mínima a 2 km2 entre parches de
vegetación y reducción del tamaño del parche un área menor de 1000 km2; (3) Un
alto porcentaje de áreas con ausencia de sotobosque; (4) Incremento de áreas sin
árboles; (5) Aguadas temporales y menos de una aguada por cada 10Km2; (6)
Primeros eventos depredatorios.
Finalmente, en relación con prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y
de hábitat para la especie, podemos citar las siguientes como algunas de las más
recomendables: realizar pequeños clareos (incrementa la abundancia de presas);

335
establecer conexiones entre parches y restauración de áreas perturbadas o de
agostadero abandonados; remoción, manejo y practicas alternativas de ganadería
en áreas de interés; y construcción de aguadas, represas, pozos.
Se sugiere que para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías
planteadas en este protocolo se realice un ejercicio de prueba - calibración de los
indicadores para probar su utilidad y factibilidad (por ejemplo seleccionando una
localidad en un área tropical y en una templada).

Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en


UMA

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las


medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que
probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada
sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este
sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a
recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de
individuos de las poblaciones silvestres; esto dentro de los límites y condiciones
establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales
presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que
las poblaciones de la especie permitan. Por lo mismo, se considera necesario
promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que
estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son
demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin
afectar a las mismas.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el


área de una UMA

Con base en las metodologías y procedimientos sugeridos en las secciones


anteriores (Partes I y II) para la evaluación y el seguimiento de poblaciones y
hábitat se sugieren los siguientes criterios para determinar la viabilidad biológica
de la cosecha en el área de una UMA:
2
a) Densidad poblacional mínima de 4 a 6 pumas por 100km .
b) Proporción de sexos de un macho por cada 2 o 3 hembras.
2
c) Una población que ocupa un área mínima de 1000 km o meta
2
población que ocupa 3000km .

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

336
Extracción máxima del 10% de la población/año; para poblaciones que ocupen
100,000 ha (para UMAs del norte del país; para Sonora se ha estimado una
densidad de 4 animales/100 Km2.

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en


una UMA.

Desde el punto de vista de cacería deportiva, los trofeos más solicitados son
cuando tienen el pelaje más abundante que ocurre entre diciembre y marzo.
Desde el punto de vista biológico se recomienda ajustar este periodo de extracción
a las fechas a un periodo posterior al pico reproductivo de la población de cada
localidad. Al ajustar la actividad posterior al pico reproductivo favorece la población
ya que se da la oportunidad a los machos de reproducirse, reduce el riesgo de
mortalidad de los cachorros (aun en controversia) y aumenta la disponibilidad de
presas (MSFWP 1995). Se recomienda en ambos casos que la cosecha ocurra en
un lapso de 35 días.

Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una


UMA; si aplica.

Para evitar una extracción con efectos negativos, la UMA solicitante debe tener
por lo menos la extensión de un ámbito hogareño de un macho (100 km2) (Núñez
2006, Chávez 2006). Como se mencionó anteriormente, el enfoque debe ser
regional y las tasas se deben otorgar con base en la estimación poblacional de
toda un área y posteriormente dividirla entre las UMAs que ésta contenga.

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo


y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si
aplica al caso.

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente


contemplan el uso de armas de caza deportiva (Ver las especificaciones
recomendadas por la U.S. National Rifle Association y de la SEDENA). Solamente
se deben usar armas de fuego para garantizar la muerte de animal u no dejarlos
malheridos. Se prohíbe el empleo de trampas de laso y cepos. Se sugiere el uso
de perros entrenados en la cacería de pumas ya que es un método selectivo y se
puede decidir si el individuo es cosechado o no de acuerdo a su edad o sexo. No
obstante, el empleo de perros se podría prestar a perseguir más de 1 puma, lo
cual ocasiona estrés a los individuos.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y análisis recomendado para éstos.

337
1. Reducción de la presencia de huellas: la densidad de huellas es un reflejo de
la densidad poblacional y puede ser empelada para detectar cambios de entre
30 y 50% de la población (Beier y Cunninham 1996). Se requiere de un
estudio intensivo y sistemático para determinar los cambios en la población.
No obstante, como una señal de alarma puedes ser la ausencia de huellas.
2. Reducción de la presencia de excretas. Debido a que los felinos tienen una
tasa de deyección por día, entre mas individuos haya en un área, mayor
numero de excretas deben de estar en el paisaje. A pesar de que en algunas
áreas es mas fácil localizar las excretas que en otras áreas, los cambios
deben ser proporcionales. Una ausencia o visible reducción de excretas puede
ser una señal de la reducción de la abundancia de la especie.
3. Aumento en la abundancia de presas: Debido a que los pumas se alimentan
básicamente de ungulados, un aumento en la abundancia de los venados y de
otras presas pueden ser un indicador de la disminución de sus depredadores
(Robinson et al. 2002, Ripple y Besctha 2006).
4. Aumento de carnívoros medianos: Otros depredadores como los coyotes
también aumenta con la ausencia de los pumas, por lo que un aumento en la
población de coyotes y otros carnívoros menores puede ser indicativo de una
disminución de la presencia de los pumas (Crooks y Soule 1999).

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del
monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en
cada lapso.

Estas decisiones deben basarse en la evaluación de los cambios en la


abundancia relativa de la especie.
Para autorizar la continuidad del uso o incremento en el número de individuos a
cosechar debe existir un estudio previo realizado por especialistas.

a) Si se observa una reducción en los valores de abundancia relativa se


sugiere detener la actividad de cosecha de especimenes.
b) Si no se observan cambios en la abundancia relativa se puede
mantener la cosecha a la tasa sugerida.
c) Si se observa un aumento en la abundancia relativa se puede
aumentar el número de especimenes a cosechar.
d) Si se observa una desproporción de sexos, donde existan mayor
número de machos que de hembras, se ajustara la tasa de
extracción.

338
e) Si se observa pocos cambios en la abundancia de pumas, pero si
son en su mayor parte juveniles, se podría suspender la actividad
extractiva por 1 o 2 años.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie

A sugerencia y recomendaciones del subcomité de Jaguar, que por la capacidad


y características de sus miembros tiene competencia para dictar recomendaciones
de especies similares.

Criterios para la autorización de control de depredadores.

Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de
autorizar un programa de control de depredadotes o la extracción de un “animal
problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs, personal de Delegaciones y
DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible (Existe un manual
de identificación de jaguar-puma que depredan sobre ganado de Hoogesteijn
(2001) y un Manual de Identificación de Rastros de Jaguar y Puma, Jalisco).
Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de hábitat mencionar
las diferencias para cada rubro, lo mismo que para el caso particular cuando existe
reintroducción de especies.

Justificación / Umbral (nivel) de depredación

Se sugiere utilizar los siguientes elementos como criterios para justificar y


autorizar un permiso de control de animales conflicto (depredadores) para la
especie: (1) Se haya comprobado que el animal ha atacado a ganado; (2) Que se
demuestre que se pone en riesgo una población reintroducida o que es necesario
recuperar un población nativa (programa de repoblación); (3) Cuando represente
un peligro para las personas; (4) Que se compruebe que la depredación por puma
está afectando la densidad óptima.

Tiempo (período) de extracción autorizado

Se sugiere otorgar un tiempo de 15 días para extraer al animal. En el caso de


que se demuestre el impacto sobre poblaciones reintroducidas de especies
nativas “valiosas” o en riesgo se otorgaría un permiso según lo justifique el plan de
manejo.

339
Intensidad

No se podría autorizar más de 1 macho/10,000 ha/año y 1 hembra c/2 años.

Métodos

Los autorizados por la ley; Los métodos de cosecha aceptables para la especie
fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego (Ver las especificaciones
recomendadas por la U.S. National Rifle Association). La cacería con perros a sido
el método por excelencia empleado por cazadores deportivos, igual presenta una
ventaja y una desventaja: Ventaja es una método selectivo y permite tomar la
decisión de cazar o no al individuo y la desventaja estos perros son capaces de
matar a un cachorro si le dan alcance (Laundre y Clark 2003).

Recomendaciones

Se recomienda el uso de perros para el control. Se deberá entregar la piel y


cráneo a instituciones científicas; de preferencia deberá darse acceso al
espécimen a personal de instituciones científicas o personal técnico del gobierno
local o de Semarnat.

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343
GATO MONTÉS (Lynx rufus Schreber, 1777)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero

Participantes en la Mesa de Trabajo

Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN


amartinez@fcf.uanl.mx, almartin@ccr.dsi.uanl.mx, ososnegros@yahoo.com.mx,
alfonsomartinezmu@yahoo.com
Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
cats4mex@aol.com
Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN
jonasvi69@hotmail.com
Jorge Álvarez Romero, CONABIO (moderador-relator)
jalvarez@conabio.gob.mx
Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO
servinj@ujed.mx, loboservin@yahoo.com, loboservin@prodigy.net.mx
Meztli Méndez, DGVS-SEMARNAT (moderadora)
melisa.mendez@semarnat.gob.mx
Norma de la Rosa, DGVS-SEMARNAT

Rodrigo Núñez, FUNDACIÓN CUIXMALA, HOMBRE-JAGUAR NAYARIT


zolcoate@yahoo.com, proyectojaguar@gmail.com

Introducción

El Lince Rojo (Lynx rufus) es un felino de tamaño mediano, el peso del adulto va
de 20Kg a 25Kg y el cuerpo mide de 60 a 90cm de longitud, la gestación varía de
60 a 70 días y pueden tener de 2 a 5 crías. Se caracteriza por tener la cola corta y
tener en la punta de las orejas unos pelos largos de color negro, además cuenta
con unas “patillas” en las mejillas que le dan una apariencia muy particular. La piel
es normalmente de color gris rojizo con tenues manchas y rayas negruzcas o
marrón. Se distribuye en Norteamérica, desde el sur de Canadá hasta México
(Istmo de Tehuantepec) (Leopold 1977, Laviere et al. 1997). Ocupa una amplia
variedad de hábitat, que incluyen desde bosques de pino encino, zonas de
matorral, semidesiertos en el sur y recientemente se reporto en la selva baja
caducifolia (López 1998). Suele refugiarse y criar en zonas de vegetación densa,
roquedos, grutas y otras zonas cubiertas. Es solitario, los machos abarcan el
territorio de una o varias hembras, es polígamo. La época de apareamiento es
entre febrero y marzo (varia en función de la latitud) y las crías nacen dos meses
después (Anderson y Lovallo 2003). Los machos son polígamos y las hembras
poliéstricas. Un promedio de 2 a 3 crías son paridas (Laycock 1983). Si las crías

344
se pierden rápidamente, una segunda camada puedo ocurrir pronto. Las hembras
usan una madriguera entre rocas, raíces, troncos caídos, etc., y llegan a usarla por
varios años (Bluett 1984). Los cachorros acompañan a la madre hasta los nueve
meses de edad aproximadamente, época en la que se independizan y se
dispersan en busca de su propio territorio. Las hembras maduran sexualmente
entre los 9 y 12 meses de edad y los machos hasta el 2do año (Anderson 2003).
Las hembras se reproducen por primera vez a la edad de 2 años
aproximadamente. El éxito de las crías depende de la disponibilidad de alimento
(Bailey 1974, Anderson y Lovallo 2003). Se alimenta principalmente de lagomorfos
(liebres y conejos), roedores, aves y en menor grado ungulados (Laviere et al.
1997, Delibes et al. 1997, Aranda et al. 2003, Luna y Lopez 2005).
Los linces machos pueden usar hasta 60Km2 (Bluett 1984) y sus ámbitos
hogareños se traslapan con el de varias hembras cuyo tamaño es menor al del
macho, alrededor de de 30Km2. En México se reporto un ámbito hogareño de
5Km2 para un macho y 1Km2 para una hembra (Burton et al. 2003). El lince, como
carnívoro solitario, su organización social depende del ambiente, recursos y la
densidad poblacional (Anderson 1987). Las hembras por lo general usan el hábitat
más productivo debido a las exigencias de criar a los cachorros (Bailey 1981).
Debido al comercio y belleza de su piel es perseguido en muchas zonas de
México además de considerarlo una amenaza a la ganadería (ovejas y aves de
corral). Esta incluido en el Apéndice II de la CITES sobre el comercio internacional
de especies amenazadas la subespecies L. r. escuinapae, del noreste del país se
considera en peligro, aunque se sugiere que no es una subespecie distinta.

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes


para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de la


especie

En términos generales se considera que la escala geográfica de trabajo para dar


seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden
definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma
que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que
tengan superficies menores al AH. Al aplicar este criterio, debe considerarse
también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie y
debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver Parte 2 sobre
los aspectos del hábitat). El ámbito hogareño de un lince puede variar
considerablemente según la disponibilidad de presas y las características del
hábitat. Se han registrado área de actividad de hasta 60Km2.

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable en UMA

345
El ámbito hogareño es uno de los aspectos más relevantes para el estudio de las
poblaciones y la determinación de niveles de cosecha sostenibles. En este caso
se estima conveniente utilizar como valor de referencia para la especie (bosque
templado): 15Km2 (hembras) y 20Km2 (machos), pero llegan a usar hasta 60Km2
los machos y 30Km2 las hembras (Lovallo y Anderson 1996). Las características
del ámbito hogareño reflejan la heterogeneidad del terreno y la disponibilidad de
alimento. Un ámbito hogareño grande, es reflejo de una reducida disponibilidad de
presas. Dentro de una misma población, las hembras pueden preferir
estacionalmente un tipo de vegetación diferente al macho (Rolley y Warde, 1985).
Así mismo, es fundamental que al realizar un estudio poblacional, se consideren
los tipos hábitat que ocupa la especie. Para el lince se han reportado los
siguientes tipos de vegetación: bosques templados, bosques mesofilos, matorral
xerofilo, chaparrales, bosques subtropicales y matorrales desérticos (excepto
bosques tropicales) (Lariviere y Walton 1997). En años recientes un lince fue
fotografiado en la estación de Biología de Chamela, que es selva baja caducifolia
(López 1998) sin embargo es un registro inusual para la región.
Existen otros factores biológicos, característicos de la especie, que es necesario
tomar en cuenta cuando se hace una evaluación poblacional o de hábitat, entre
estos cabe destacar fundamentalmente la disponibilidad de alimento suficiente, en
particular los lagomorfos y roedores que componen la mayor parte de su dieta.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

Dadas las características biológicas de la especie se recomienda que cómo


método de muestreo de las poblaciones se empleen índices de abundancia con
base a conteo de huellas o individuos (lampareo) por transecto, estaciones
olfativas; y fototrampeo.
Para estimar la abundancia relativa de los linces se pueden aplicar varios
métodos entre ellos:

Estaciones olfativas:
• Se establece un transecto de 10 estaciones olfativas con una distancia entre
0.3 y 0.5 Km entre cada estación.
• Cada estación consiste en un círculo de tierra o arena finamente tamizada y
mejor si esta húmeda. El círculo tiene un diámetro de 1 m y en el centro se
coloca un atrayente, ya sea comercial o en algunos casos se puede emplear
chorizo, sardinas huevos podridos entre otros alimentos odoríferos.
• Estas estaciones se colocan en las orillas de las veredas o caminos, de
preferencia donde no sean inhabilitadas por ganado, vehículos, lluvia, etc.
• Generalmente los carnívoros son nocturnos por lo que se recomienda activar
las estaciones en la tarde y revisarlas en la mañana.

346
• Al revisarla se registra una huella por especie que visita la estación.
• Se debe realizar este muestreo por un periodo no mayor de 5 días.
• El índice de abundancia se calcula como:

Total de visitas por especie / total de estaciones operables por noche x 1000= IAR

Fototrampeo:
• Mediante el empleo de cámaras automáticas y análisis de captura recaptura se
puede calcular la densidad poblacional (Heilburn et al. 2003)
• Se recomienda colocar estaciones de fototrampeo con dos cámaras una
enfrente de otra.
• Entre estaciones de fototrampeo debe de existir 1Km de distancia o una
cámara por Km2 distribuidas en el área de estudio siguiendo una retícula. Cada
cuadrante tendrá 1 o 2 estaciones de fototrampeo en las áreas de mayor
probabilidad de ser fotografiado un lince.
• Un período de 2 a 3 meses como máximo.
• Análisis de captura-recaptura se puede realizar con el programa CAPTURE
(White et al. 1982).
• La densidad se calcula dividiendo el resultado del análisis de captura-recaptura
entre el área efectiva de muestreo (Heilbrun et al, 2003, Silver et al. 2004).

Se recomienda que los estudios poblacionales de esta especie se realizan con el


apoyo y/o bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida
experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMA en que existan solicitudes
recurrentes.
La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser a
escala regional. Por ejemplo a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-
cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones. Se
sugiere utilizar como valor de referencia una área de muestreo de 100 km2 como
mínimo. Debido al comportamiento y organización social de los carnívoros, se
sugiere que las poblaciones sean evaluadas en una gran extensión a fin de poder
obtener información que refleje la heterogeneidad del terreno, disponibilidad de
tipos de hábitat y permitir obtener información referente a la permanencia de la
estabilidad y remanencia de la población.
Dada la naturaleza de la especie y el estado de sus poblaciones se recomienda
la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de UMAs y del
personal de la DGVS y de los Gobiernos de los Estados, apoyados por
especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización de
los estudios.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

347
Se propone que como mínimo los datos del formato anexo sean incluidos
(Formato Felinos Protocolos DGVS.xls).

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales indispensables


para la gestión de la cosecha sustentable.

Dado que existen indicios de una cacería ilegal, se considera necesario


promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que
estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son
demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin
afectar a las mismas.
Algunos autores sugieren que no se debe de remover más del 10% de la
población y otros sugieren que el lince es muy prolífico y que en condiciones de
ambientales excepcionales hasta un 20% puede ser cosechado. NO se conoce la
situación en México en lo que a abundancia, densidad y abundancia poblacional
se refiere. Aunque el lince es prolifero y tenaz, la explotación excesiva y en
grandes áreas podría generar una depresión en el numero de individuos.
Con base aun estudio previo se puede sugerir una tasa de aprovechamiento
mínima y mediante el empleo de estaciones olfativas y/o fototrampeo realizar
monitoreos antes y después de la temporada de aprovechamiento y evaluar el
efecto del aprovechamiento en la tendencia poblacional.

Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para


la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las


especies (o grupos de especies).

En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar


seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. El ámbito hogareño de los
machos es mayor al de las hembras y es condiciones de una población “sana” el
ámbito hogareño generalmente es traslapado por varios machos y varias hembras
(Anderson y Lovello 2003). Con base en éste se pueden definir las áreas de
muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no
se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies
menores al AH. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área
debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe
presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante).

348
Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste
de la cosecha sustentable en UMA

Se considera que los componentes del hábitat más relevantes para la especie,
sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del
hábitat son los siguientes:

1. Abundancia de presas: Los lagomorfos son la presa principal de esta especie,


y su abundancia influye en la densidad poblacional y tamaño del ámbito
hogareño Incluso pueden migran cuando la disponibilidad de presas se reduce
(Bailey 1981, Delibes et al, 1987, Inc. 1991, Aranda et al, 2003, Luna y López
2005)..
2. Fragmentación/continuidad del hábitat: Los linces pueden habitar áreas
abiertas y sacarle provecho. Sin embargo, los linces que habitan áreas
boscosas no se internan regularmente en claros producto de la actividad
humana (Mallow 1999). Además, estos claros si se ven privados del estrato
arbustivo se reduce la disponibilidad de presas y modifica el comportamiento
de los felinos.
3. Condición de cobertura: No se ve afectado seriamente por perturbación
moderada, pero la desaparición del estrato arbustivo puede tener efectos
negativos. Los linces usan el sotobosque y áreas con densa cobertura vegetal
arbustiva para acechar y descansar (Morris 1986, Kolowsky et al. 2001).. Si el
estrato arbustivo desaparecer, pueden los linces pueden migrar o reducir su
éxito de caza además de una reducción en la disponibilidad de presas.
4. Aguajes: El agua es importante principalmente en áreas áridas y semiáridas,
particularmente para las presas.
5. Cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente; Especies como
el ganado caprino ejercen una gran presión sobre el paisaje y compite por el
alimento con las presas del lince.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes

Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los


siguientes indicadores:

1. 10 conejos por Km², 3 roedores Km² como disponibilidad de alimento base.


2. Fragmentación y condiciones del hábitat: A falta de información disponible se
sugiere que existan como mínimo parches de 40Km2 mínimo y una distancia
máxima de 1Km entre esos parches.
3. Presencia del estrato arbóreo y del sotobosque; (refugio y alimento para
presas). Y estrato arbustivo ofrece refugio a las presas y los felinos. Un área

349
sin protección o refugio para las presas favorecerá que estas disminuyan. Los
felinos también se benefician de dos maneras: un refugio contra depredadores
o el hombre, áreas de acecho y disponibilidad de madrigueras.
4. Alrededor de 1 aguada permanente por cada 5-10Km2; (agua para presas
principalmente); una aguada por cada 10 ayudará a las presas como los
venados en particular en regiones de escasez de agua.
5. En caso de existir manejo de linces por depredación de ganado, se recomienda
que sea considerado si han ocurrido por lo menos 4 eventos de depredación
en un área determinada por el “mismo” felino en un periodo de 1 mes o que .un
productor pierda mas de 4 cabezas de ganado por mes.

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores se


recomiendan los siguientes métodos de evaluación en campo:

1. En secas, conteos directos en transectos (Buckland et al. 2001). Algunos


métodos se adaptan mejor a las áreas abiertas y otros a ambientes muy
estructurados y se deberá emplear el que mejor refleje la situación de la UMA.
Los resultados serán presentados como índice de abundancia: numero de
avistamientos por distancia recorrida o de tiempo. Los índices de abundancia
son un reflejo de la densidad poblacional y son de utilidad para ver cambios
poblacionales.
2. Medición del área del parche y de las distancias entre ellos: los parches y
distancias pueden ser medidos con ayuda de un GPS, Mapas y SIGs. Se han
desarrollado varios índices para medir la fragmentación del bosque. Dos de
ellos son el a) el índice de Área/Perímetro y b) la Proporción del Límite/Centro
(WCMC 1996),
3. Presencia o ausencia del estrato; para analizar la presencia del estrato
arbustivo se empleara una tubo de PVC o madera de 1.5 a 3 metros (según el
hábitat a estudiar) dividido en segmentos de colores, generalmente de 10 cm.
Este tubo también conocido como “vara de cobertura” se ubica en áreas al
azar dentro del predio. Se observa esta vara desde los cuatro diferentes puntos
cardinales y se anota cuantos de los segmentos de colores son observables a
cada determinada distancia. El % de cobertura se reporta como el promedio de
los % de la vara que no se observa a través del bosque desde los 4 puntos y a
diferentes distancias.
4. La disponibilidad de posos de aguada o aguadas se pueden catalogar en
temporales y permanentes. Para determinar la disponibilidad se contaran los
cuerpos de agua permanentes y temporales por km2.
5. Verificación en campo del evento de depredación. Visitar el sitio lo más pronto
posible, no más de dos días. Comprar patrones de alimentación y buscar
rastros asociados para identificar al depredador. El uso de cámaras
automáticas es una herramienta de gran utilidad.

350
De manera complementaria, se sugiere utilizar como signos de alerta temprana,
que pueden ayudarnos a identificar que existen alteraciones significativas en las
poblaciones de la especie los siguientes (indicadores indirectos): (1) Bajo numero
de lagomorfos observados; (2) Intensidad y/o frecuencia de la actividad humana;
(3) Primeros eventos de depredación; (4) Un alto porcentaje de áreas con
ausencia sotobosque. Incremento de áreas; y (5) Aguadas temporales y menos de
una aguada permanente.
Finalmente, con relación a prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y
de hábitat para la especie, podemos citar las siguientes como algunas de las más
recomendables: Restauración; Reducción de actividades antropogénicas; Manejo
y practicas alternativas de ganadería; Remoción; Restauración; Construcción de
aguadas, pozos.
Se sugiere que para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías
planteadas en este protocolo se realice un ejercicio de prueba-calibración de los
indicadores para probar su utilidad y factibilidad (por ejemplo seleccionando una
localidad en un área tropical y en una templada).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Se anexa formato.

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha


sustentable.

Ver el punto 3 de este apartado, en el que se describen los elementos o factores


de hábitat más relevantes para la especie, así como los protocolos de evaluación
recomendados para el seguimiento de hábitat, pues con base en ellos se deben
fundamentar y complementar las evaluaciones poblacionales y en su caso
autorizar extracciones de poblaciones silvestres.

Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en


UMA

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las


medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que
probablemente la extracción no autorizada sea mucho mayor que la extracción
realizada bajo el esquema de UMA. En este sentido se reitera la recomendación
de tomar un enfoque que permita comenzar a recuperar esta información y dar
seguimiento a los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones
silvestres; esto dentro de los límites y condiciones establecidos por la legislación
vigente, las recomendaciones generales presentadas en este protocolo y las
características y estado de conservación que las poblaciones de la especie

351
permitan. Por lo mismo, se considera necesario promover el mercado legal al
autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y
monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente
saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el


área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes I y II.

Con base en las metodologías y procedimientos sugeridos en las secciones


anteriores (Partes I y II) para la evaluación y el seguimiento de poblaciones y
hábitat se sugieren los siguientes criterios para determinar la viabilidad biológica
de la cosecha en el área de una UMA.
La viabilidad biológica de la cosecha se determinara:
• Densidad poblacional mínima de 50 linces por 100Km2.
• Proporción de sexos de un macho por cada 2 o 3 hembras.
• Una población que ocupa un área mínima de 100Km2 o meta población que
ocupa 1000Km2.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

Extracción máxima del 10% de la población/año; para poblaciones que ocupen


100 km2 (para UMAs del norte del país); Se han estimado densidades de 10 hasta
100 indiv./100 Km2(Duane et al, 2006).

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en


una UMA.

Prohibir la caza en el período de reproducción: Abril-Junio; Acotar a un período


de 30 días entre Julio y Marzo.

Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una


UMA; si aplica.

La UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión de un ámbito hogareño:


2,500ha en áreas conservadas y hasta 7500 has en áreas con perturbación
(aunque como se mencionó anteriormente, el enfoque debe ser regional y las
tasas se deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda un área y
posteriormente dividirla entre las UMAs que ésta contenga.

352
Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo
y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si
aplica al caso.

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente


contemplan el uso de armas de caza deportiva. (Ver las especificaciones
recomendadas por la U.S. National Rifle Association). No se recomienda el uso de
perros “por que pueden llegar a causar serio daño a los individuos.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y análisis recomendado para éstos.

Como indicadores de los efectos de la cosecha se sugiere emplear los


siguientes:

1. Reducción de la presencia de huellas: la densidad de huellas es un reflejo de la


densidad poblacional y puede ser empelada para detectar los cambios en la
abundancia de los linces.
2. Reducción de la presencia de excretas. Debido a que los felinos tienen una
tasa de deyección promedio por día, la disponibilidad de excretas recientes en
el paisaje es un reflejo de la abundancia de individuos. A pesar de que en
algunas áreas es más fácil localizar las excretas que en otras, los cambios en
la disponibilidad de excretas debe ser proporcionales. Una ausencia o visible
reducción de excretas puede ser una señal de la reducción de la abundancia
de la especie.
3. Aumento en la abundancia de presas: Debido a que los linces se alimentan
básicamente de lagomorfos y roedores, un aumento en la abundancia de sus
presas pueden ser un indicador de la disminución de sus depredadores.
4. Aumento de carnívoros pequeños. Los zorrillos, mapaches entre otros son en
ocasiones depredadores por los linces. Un aumento en la abundancia de estas
especies puede ser un reflejo de la ausencia del lince.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA


(incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del
monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en
cada lapso.

Deben considerarse los cambios en abundancia.

Para autorizar la continuidad del uso o incremento en el número de individuos a


cosechar debe de existir un estudio previo realizado por especialistas.

353
1. Si se observa una reducción en los valores de abundancia relativa se sugiere
detener la actividad de cosecha de especimenes.
2. Si no se observan cambios en la abundancia relativa se puede mantener la
cosecha a la tasa sugerida.
3. Si se observa un aumento en la abundancia relativa se puede aumentar el
número de especimenes a cosechar.
4. Si se observa una desproporción de sexos, donde existan mayor número de
machos que de hembras, se ajustara la tasa de extracción.
5. Si se observa pocos cambios en la abundancia de linces, pero si son en su
mayor parte juveniles, se podría suspender la actividad extractiva por 1 o 2
años.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las


necesidades y estrategia general de conservación de la especie

Nota: Posiblemente por tratarse de especies vulnerables y con una condición de


conservación especial, sea relevante incluir a personal especializado en el tema.

Criterios para la autorización de control de depredadores

Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de
autorizar un programa de control de depredadotes o la extracción de un “animal
problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs y personal de Delegaciones
y DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible (Existe un
manual que incluye un capítulo sobre identificación de depredación por esta
especie McKinney y Delgadillo 2004, del que se puede extraer una síntesis; U.S.
F&WS; Manual de Identificación de Rastros de Jaguar y Puma, Jalisco; TP&W).
Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de hábitat mencionar
las diferencias para cada rubro, lo mismo que para el caso particular cuando existe
reintroducción de especies.

Justificación / Umbral (nivel) de depredación

Son los eventos de depredación a ganado domestico por parte de los linces, pero
suelen alimentarse de carroña en áreas donde la disponibilidad de presas
naturales es reducida.

Tiempo (período) de extracción autorizado

354
No se debe realizar cacería o captura de individuos después de la temporada de
apareamiento y hasta que los cachorros mantengan cierta independencia. No
permitir cacería de hembras ni juveniles hembras.

Intensidad

No se sugiere una tasa de cosecha hasta un estudio previo de la UMA que lo


solicite y cumpla los lineamientos propuestos.

Métodos

Los autorizados por la ley; los métodos de cosecha aceptables para la especie
fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego. Usar los calibres
aceptados por la SEMARNAT.

Recomendaciones

Se recomienda el uso de perros para el control. Se deberá entregar la piel y


cráneo a instituciones científicas; de preferencia deberá darse acceso al
espécimen a personal de instituciones científicas o personal técnico del gobierno
local o de Semarnat.

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Silver, S. 2004. Assesing jaguar abundance using remotely triggered cameras.
Jaguar Conservation Programs, Wildlife Conservation Society. 25 pp

356
JAGUAR (Panthera onca Linnaeus, 1758)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero

Participantes en la Mesa de Trabajo

Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN


amartinez@fcf.uanl.mx, almartin@ccr.dsi.uanl.mx, ososnegros@yahoo.com.mx,
alfonsomartinezmu@yahoo.com
Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
cats4mex@aol.com
Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN
jonasvi69@hotmail.com
Jorge Álvarez Romero, CONABIO (moderador-relator)
jalvarez@conabio.gob.mx
Jorge Servín.- UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO
servinj@ujed.mx, loboservin@yahoo.com, loboservin@prodigy.net.mx
Meztli Méndez.- DGVS-SEMARNAT (moderadora-relatora)
melisa.mendez@semarnat.gob.mx
Norma de la Rosa- DGVS-SEMARNAT

Rodrigo Núñez.- Fundación Cuixmala, Hombre-Jaguar Nayarit


zolcoate@yahoo.com, proyectojaguar@gmail.com

Introducción

El jaguar se distribuye desde el norte de Argentina hasta el sur de los Estados


Unidos. En México, esta especie la encontramos en las planicies costeras del
Golfo de México y del Océano Pacifico, y principalmente en el sureste del país
(Leopold 1977). Aunque está comúnmente asociado a bosques tropicales
húmedos y con abundante agua, también puede ser encontrado en zonas
semiáridas, bosque de encino, bosque seco, manglares y pantanos (Seymour
1989, Nowell y Jackson 1996).
Es un felino robusto, musculoso, de cabeza redonda y masiva, siendo el felino
más grande de América y el tercero entre todas las especies del mundo (Seymour
1989). Su peso y talla varia considerablemente a través de su rango de
distribución, pueden pesar desde 45Kg hasta 120Kg; las hembras son más
pequeñas que los machos (Seymour 1989, Nowell y Jackson 1996).
El jaguar es un poderoso cazador que se alimenta básicamente de presas grandes
y medianas, especialmente mamíferos como los venados (Odocoileus spp. y
Mazama spp.), pecaríes (Pecari tajacu), armadillos (Dasypus novemcinctus),

357
coatíes (Nasua spp.) y en ocasiones tortugas marinas (e.g. Lepidochelys olivacea)
y cocodrilos (Crocodylus spp.) (Gomes 1994). Los jaguares están activos
principalmente de noche, sin embargo donde no son molestados pueden estar
activos a cualquier hora del día, aunque los períodos de actividad más importantes
los encontramos en los crepúsculos (Schaller y Crawshaw 1980, Rabinowitz y
Nottingham 1986, Quigley 1987, Seymour 1989, Gomes 1994, Crawshaw 1995).
El período de reproducción puede ser en cualquier época del año, pero se
concentra al final de la temporada de secas, pueden tener de 1 a 3 cachorros,
pero en promedio tienen 2. Los individuos alcanzan la madurez sexual a los 2
años y generalmente tienen su primera camada a los 3 años. Los cachorros se
independizan entre los 1.5 y los 2 años. Poco se ha estudiado de la historia
natural del jaguar, siendo los estudios de hábitos alimentarios los más comunes.
Los estudios para conocer los patrones y área de actividad son escasos. Se
estimó para el año de 1987, que su área de distribución se había reducido al 67%,
y que la mayoría de sus poblaciones presentan algún grado de fragmentación
(Swank y Teer 1989, Sanderson et al. 2002). Esta reducción es debido
básicamente a causas de la actividad humana. Estudios recientes en México
reportan densidades variables que van desde 6 individuos/100Km2 (Chávez 2006)
en Campeche, hasta 9 individuos/Km2 en un área protegida de la costa de Jalisco
(Núñez 2006).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes


para la conservación y la eventual gestión de la cosecha sustentable

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de la


especie

En términos generales se considera que la escala geográfica de trabajo para dar


seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden
definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma
que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que
tengan superficies menores al AH de un jaguar macho. Al aplicar este criterio,
debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat
ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características poblacionales
(niveles) de calidad adecuados (ver Parte 2 sobre los aspectos del hábitat).

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable

Como se menciona antes, se considera que el ámbito hogareño es uno de los


aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de

358
niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como
valores de referencia para la especie los siguientes: Selva baja caducifolia de
Jalisco.- 40Km2 (hembras) y 60Km2 (machos) (Núñez et al. 2002, Núñez 2006):
Belice.- Rabinowitz y Nottingham (1986) reportARON 10-11Km²; Calakmul.-
Ceballos et al. (2002) reportan 32-59Km²; Pantanal, Brasil.- Crawshaw y Quigley
(1991) y Soisalo y Cavalcanti (2006) reportaron 47-83Km² y 50Km²,
respectivamente; llanos de Venezuela.- Scognamillo et al. (2003) reportan 80Km2.
Así mismo, es fundamental que al realizar un estudio o evaluación poblacional, se
consideren los tipos hábitat que ocupa la especie. Se identificaron los siguientes
tipos de vegetación, como aquellos en que es posible encontrar a la especie:
Selvas húmedas y secas, bosques mesófilos y de encino-pino, humedales
(manglares y petenes), vegetación semiárida y vegetación secundaria (Leopold
1977, Seymour 1989, Brown y López 2001, Nuñez en prep.).
Finalmente, existen otros factores biológicos característicos de la especie, que es
necesario tomar en cuenta cuando se hace una evaluación poblacional o de
hábitat, entre los que destacan que son animales que se reproducen todo el año
(junio a septiembre “pico” reproductivo en el occidente de México), la
disponibilidad de alimento suficiente es un aspecto clave (ungulados: venados,
pecaríes), prefieren hábitat con bajos niveles de perturbación, vegetación densa,
baja presión humana y se considera que presentan una tasa reproductiva baja: 1 a
2 cachorros cada 2 a 3 años.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias

Dadas las características biológicas de la especie se recomienda que cómo


método de muestreo para el seguimiento de las poblaciones se empleen cámaras
automáticas, dispuestas con una distancia mínima entre ellas de 2.5 a 3Km2,
retículas con unidades de 10Km2, 1 ó 2 cámaras por unidad de muestreo.
Asimismo, es posible utilizar conteo de huellas. Como índices de abundancia, se
pueden realizar tanto conteo de huellas, como de individuos (por lampareo) por
transecto.
La evaluación poblacional con cámaras automáticas consiste en colocar
estaciones de fototrampeo en cuadrantes de 10Km2 abarcando como mínimo
100Km2 (mínimo de 10 estaciones). Cada estación tendrá 2 cámaras, una enfrente
de la otra para registrar ambos flancos de los individuos. Los jaguares presentan
un patrón de manchas distintivos que permite identificarlos a nivel de individuo.
Las estaciones pueden mantenerse activas entre 30 y 60 días y se estima la
densidad mediante el análisis de captura-recaptura y usando el programa
CAPTURE (White et al. 1982). El resultado arrojado por el programa CAPTURE se
divide entre el área efectiva de muestreo y se obtiene la densidad poblacional
(Karanth y Nichols 1998, Silver et al. 2004).
Las fototrampas, huellas y conteos directos también nos permiten calcular el
índice de abundancia. El conteo de huellas puede ser de utilidad para detectar

359
cambios en la densidad poblacional (Beber y Cunningham 1996). El índice de
abundancia se calcula obteniendo el numero de fotos de jaguar, numero de
huellas, o numero de individuos vistos entre unidad de distancia o de tiempo, por
ejemplo 10 huellas/km2 caminado, 5 jaguares vistos por hora, 6 fotos de jaguares
por noches trampa, por mencionar algunos (Ver Karanth y Nichols 2000).
Se recomienda que los estudios poblacionales de esta especie se realizan con el
apoyo y bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida
experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMAs en que existan solicitudes
recurrentes lo cual no significa que se aprobará el control o aprovechamiento.
La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser a
escala regional. Por ejemplo a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-
cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones. Se
sugiere utilizar como valor de referencia una área de muestreo de 100Km2 como
mínimo. Debido a los requerimientos espaciales y la organización social de los
felinos, esperaríamos que en 100 km2 encontraríamos las variaciones en la
distribución y abundancia de los felinos y sus presas que la heterogeneidad del
terreno genera. De esta manera, al evaluar una o varias áreas de 100Km2
garantizamos una muestra representativa de la población o meta-población del
área en cuestión.
Dada la naturaleza y estatus legal de la especie y el estado de sus poblaciones se
recomienda la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de
UMAs y del personal de la DGVS y de los Gobiernos de los Estados, apoyados
por especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización
de los estudios, en particular la de las especies prioritarias.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo

Se propone que como mínimo los datos del formato anexo sean incluidos
(Formato Felinos Protocolos DGVS.xls).

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales


indispensables para la eventual gestión de la cosecha sustentable

En principio, dado que el aprovechamiento comercial de la especie no está


autorizado en estos momentos, la extracción de individuos debería estar centrada
fundamentalmente para el control de depredadores, mismo que se trata de forma
independiente en la Parte IV de este protocolo.
Para el caso de depredación de ganado recurrente y amerite la remoción del
individuo, se recomienda tomar acción después de que un mismo individuo bien
identificado haya atacado por lo menos 4 cabezas de ganado en un mes.

360
Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para
la conservación y la eventual gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie

En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar


seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el
ámbito hogareño (AH) del macho de la especie; el mayor conocido. Con base en
éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo)
mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de
aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al tamaño del AH. De
un felino macho. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área
debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe
presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante).

Aspectos del hábitat más relevantes para la eventual determinación, práctica y


ajuste de la cosecha sustentable.

Se considera que los componentes del hábitat más relevantes para la especie,
sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del
hábitat son los siguientes:

1. Abundancia de presas: La abundancia de presas es el factor mas influyente


en la abundancia, distribución y comportamiento de los felinos (Sunquist
1981, Sunquist y Sunquiest 1989). En el caso del jaguar, los armadillos,
pecaríes y venados son los más importantes.
2. Fragmentación/continuidad del hábitat: La fragmentación a corto plazo
afecta la disponibilidad de presas, aumenta la exposición de los felinos a
cazadores y otros depredadores, incrementan su ámbito hogareño, implica
una mayor inversión energética para satisfacer requerimientos y menor
posibilidad de reproducción. Para las hembras menor posibilidad de
madrigueras (Beier 1995, Crooks 2002, Mc Rae et al. 2005,).
3. Condición de cobertura: La reducción de la cobertura, particularmente del
sotobosque tiene un efecto en la disponibilidad de presas y en la protección
de los felinos contra la persecución. Los jaguares prefieren áreas con densa
cobertura vegetal, pero se han adaptado a usar áreas perturbadas.
4. Aguajes: A pesar de que los felinos pueden subsistir varios días sin agua,
es un factor importante para las presas y por lo tanto en el comportamiento
de los felinos (Wolff 2001, Núñez 2006).
5. Cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente: La
ganadería extensiva (caprinos y vacuno) depredadores de vegetación
natural, representa una fuerte competencia para las presas como los

361
venados y pecari. Ello implica a su vez una reducción en la cobertura que
implica altera a reducción de refugios para las presas y competencia por
alimento, por lo tanto la disponibilidad de presas disminuye. Se podría
presentar u potencial conflicto depredador - ganado.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias.

Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los


siguientes indicadores:

1. 10 venados/Km², 3 pecaríes/Km² (Mandujano y Gallina 1995, Núñez 2006)


como disponibilidad de alimento base.
2. Parches de 100Km2 mínimo y una distancia mínima de 2Km entre esos
parches; en condiciones naturales en 100Km2 habría un aproximado de 8-
12 individuos, y los parches separados como máximo por 2Km y
conectados mediante corredores que permitan el intercambio de individuos
(Beier 1993); una distancia mayor difícilmente será cruzada por algún
individuo. Este espacio entre parches no debe estar totalmente libre de
vegetación, deben existir un corredor de vegetación y/o parches de
vegetación que ofrezca protección.
3. Presencia del estrato arbóreo y del sotobosque; (refugio y alimento para
presas).- El estrato arbóreo ofrece refugio a las presas y los felinos. Un área
sin protección o refugio para las presas favorecerá que estas disminuyan.
Los felinos también se benefician de dos maneras: un refugio contra
depredadores o el hombre y otra con áreas de acecho.
4. Una aguada permanente por cada 10Km2. El agua es de gran valor para las
presas principalmente en las áreas donde existen largas temporadas sin
lluvias y no hay corrientes de agua perenes.
5. En caso de manejo por depredación de ganado, se recomienda que sea
considerado si han ocurrido por lo menos 4 eventos de depredación por el
“mismo” felino en menos de 4 semanas). Un felino como el jaguar come una
presa grande una vez por semana aprox., si el mismo felino come mas de
4 vacas al mes es un indicativo de la falta de alimento o el felino ya se
acostumbró a depredar sobre ganado.

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores se


recomiendan los siguientes métodos de evaluación en campo:

1. En secas, conteos directos en transectos y/o mediante el conteo de grupos


fecales; Conteo directo mediante transectos en línea son útiles para estimar
poblaciones relativas y densidad poblacional del venado y pecaries
(Mandujano 1994, Mandujano y Gallina 1995, Novack et al. 2005). En

362
ambientes muy estructurados seria más fácil emplear el método basado en
el conteo de excretas.
2. Medición del área del parche y de las distancias entre ellos: los parches y
distancias pueden ser medidos con ayuda de un GPS, Mapas y SIGs. Se
han desarrollado varios índices para medir la fragmentación del bosque.
Dos de ellos son el a) el índice de Área/Perímetro y b) la Proporción del
Límite/Centro (WCMC 1996).
3. Presencia o ausencia del estrato; para analizar la presencia del estrato
arbustivo se emplearé un tubo de PVC o madera de 1.5 a 3 metros (según
el hábitat a estudiar) dividido en segmentos de colores, generalmente de 10
cm. Este tubo también conocido como “vara de cobertura” se ubica en
áreas al azar dentro del predio. Se observa esta vara desde los cuatro
diferentes puntos cardinales y se anota cuantos de los segmentos de
colores son observables a cada determinada distancia. El % de cobertura
se reporta como el promedio de los % de la vara que no se observa a través
del bosque desde los 4 puntos y a diferentes distancias.
4. La disponibilidad de posos de aguada o aguadas se pueden catalogar en
temporales y permanentes. Para determinar la disponibilidad se contaran
los cuerpos de agua permanentes y temporales por Km2.
5. Verificación en campo del evento de depredación. Visitar el sitio lo más
pronto posible, no más de dos días. Comprar patrones de alimentación y
buscar rastros asociados para identificar al depredador. El uso de cámaras
automáticas es una herramienta de gran utilidad. En algunos estados ya
existen algunos protocolos de manejo de eventos de conflicto entre
jaguares-pumas y ganaderos (Núñez 2007).

Parte de la información recopilada debe ser analizada para el cálculo de los


indicadores correspondientes, de la siguiente forma: (1) Se sugiere el uso del
programa DistanceMR; (2) Análisis de mapas y otras técnicas espaciales (SIG); (3)
Numero de puntos con presencia del estrato arbóreo y numero de puntos con
refugio adecuado para las presas; (4) Numero de aguadas por área; (5) Numero
de eventos a una escala temporal y espacial, por afectado. Los jaguares matan y
consumen una presa grande por semana aproximadamente (Nuñez et al. 2002). Si
un jaguar mata 4 cabezas de ganado en un periodo máximo de 4 semanas, es un
reflejo de dos situaciones, a) falta de presas y b) felino cebado. Por lo tanto, un
jaguar que este matando ganado con la tasa mencionada podría ser considerado
un felino “problema”.
De manera complementaria, se sugiere utilizar como signo de alerta temprana,
que pueden ayudarnos a identificar que existen alteraciones significativas en las
poblaciones de la especie los siguientes indicadores indirectos: (1) Menos de 10
venados por Km2; (2) Detección de distancia mínima a 3 Km entre parches de
vegetación y reducción del tamaño del parche un área menor de 100 km2; (3) Un
alto porcentaje de áreas con ausencia de sotobosque; (4) Incremento de áreas sin
árboles; (5) Aguadas temporales y menos de una aguada por cada 10Km2; (6)
Primeros eventos depredatorios.

363
Finalmente, con relación a prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y de
hábitat para la especie, podemos citar las siguientes como algunas de las más
recomendables: pequeños clareos; establecimiento de conexiones entre parches y
restauración; restauración, remoción de ganado vacuno y caprino; construcción de
aguadas, represas, pozos; manejo y practicas alternativas de ganadería;
remoción.
Se sugiere que para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías
planteadas en este protocolo se realice un ejercicio de prueba - calibración de los
indicadores para probar su utilidad y factibilidad (por ejemplo seleccionando una
localidad en un área tropical y en una templada).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

No se especificó

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha


sustentable.

Debido al estatus legal y situación actual de la especie, en estos momentos no se


permite la cacería o captura de la especie.

Conservación de la especie y eventual gestión de la cosecha sustentable

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las


medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que
probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada
sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este
sentido es necesario comenzar a recuperar esta información y dar seguimiento a
los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones silvestres.

Procedimiento para la eventual determinación de viabilidad biológica de la


cosecha.

• Se considera que en estos momentos no es viable desde el punto de


vista biológico el aprovechamiento de esta especie.
• El jaguar es un especie protegida por varios organismos (IUCN, CITES,
NOM059, ESA).
• Se desconoce su situación poblacional en gran parte de su área de
distribución.
• Es una especie bajo intensa presión de cacería ilegal.

364
• Baja tasa reproductiva, es decir, pocos individuos llegan al estado adulto.
• La falta de presas influye en baja densidad de los depredadores e
incrementa el tamaño del ámbito hogareño.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable

En estos momentos no es factible y no se recomienda el aprovechamiento de la


especie.

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha

En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: En la costa del Pacífico los jaguares se reproducen todo el año, pero hay
un pico de nacimientos entre junio y agosto. Entre abril y julio se dan los
llamados o rugidos de los jaguares. Aun en situaciones de control de
depredadores, si fuera el caso tendría que ser en dic-enero, pero la mayor
problemática se da entre junio y septiembre (Núñez com. pers.).

Criterios para la distribución de las actividades de cosecha, si aplica.

• En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.


• La UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión de un ámbito
hogareño: 100Km2 (machos) (Núñez 2006). No obstante, como se
mencionó anteriormente el enfoque debe ser regional y las tasas se
deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda un área y
posteriormente dividirla entre las UMAs que ésta contenga.
• Tener por lo menos una extensión de 100Km2.
• Estar conectado a por lo menos con 1000Km2 de hábitat con una
población de felinos.
• Sea una población residente y estable.

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo


y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si
aplica al caso

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente


contemplan el uso de armas de fuego aceptadas por la SEMARNAT y SEDENA.

365
Nota: Es una especie actualmente protegida, pero en caso de autorizarse algún
tipo de extracción, requeriría arma de fuego o eutanasia por anestesia.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y análisis recomendado para éstos.

En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: Es una especie protegida no sujeta a aprovechamiento; sin embargo, un


indicador podría ser la misma abundancia relativa, además de un programa
regional de monitoreo.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha (incluyendo el caso de


su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y
de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso.

En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: En su caso se sugiere basarse en los lineamientos del PREP.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha con las necesidades y


estrategia general de conservación de la especie

En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: En su caso se sugiere basarse en los lineamientos del PREP.

Criterios para la autorización de control de depredadores.

Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de
autorizar un programa de control de depredadores o la extracción de un “animal
problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs y personal de Delegaciones
y DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible. Existen varios
manuales que incluyen un capítulo sobre identificación de depredación por esta
especie (Leite et al. 2002 y Hoogeteijin 2001) de los que se puede extraer una
síntesis: U.S. F&WS; Manual de Identificación de Rastros de Jaguar y Puma,
Jalisco; TP&W. Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de

366
hábitat mencionar las diferencias para cada rubro, lo mismo que para el caso
particular cuando existe reintroducción de especies.

Justificación / Umbral (nivel) de depredación

Se sugiere utilizar los siguientes elementos como criterios para justificar y


autorizar un permiso de control de animales conflicto (depredadores) para la
especie:

a) Se haya comprobado que el mismo animal haya atacado al menos 4


veces (se recomienda utilizar cámaras); en un mes.
b) Las condiciones de la población. Si son áreas con nuevos registros, el
grado de perturbación-fragmentación y la cercanía con áreas
conservadas.
c) Cuando represente un peligro para las personas.
d) Si el ataque se da en el interior de las Reservas Naturales (zonas núcleo)
no se debe autorizar el control.

Tiempo (período) de extracción autorizado

Se esperaría que con las medidas sugeridas no debieran existir problemas por
más de cinco años. Se sugiere otorgar un tiempo de 15 días para extraer al
animal.

Intensidad

No se podría autorizar más de 1 macho/100,000 ha/año y 1 hembra c/2 años.

Métodos

Los autorizados por la ley; los métodos de cosecha aceptables para la especie,
fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego (Ver las especificaciones
recomendadas por la U.S. National Rifle Association y la SEDENA).

Recomendaciones

En principio se sugiere como primera medida translocar al animal problema o en


ocasiones ubicarlos en un zoológico o centro de rescate que la eutanasia. Un

367
aspecto fundamental es modificar el manejo del ganado (en época de lluvias,
cuando las vacas están pariendo y se recomienda estabular a los animales).
Asimismo, como regla general no deberían otorgarse permisos de control a las
personas que cuenten con apoyo de programas federales como Procampo y
Progan, entre otros.

Finalmente, se debe considerar como un requisito el que el solicitante entregue la


piel y cráneo a instituciones científicas; de preferencia deberá darse acceso al
espécimen a personal de instituciones científicas o personal técnico del gobierno
local o de Semarnat.

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370
LAGOMORFOS

Elaboración del documento final

Verónica Farías y Gloria Luz Portales Betancourt

Participantes en la Mesa de Trabajo

Verónica Farías González, LAB. ANÁLISIS ESPACIALES - INSTITUTO DE


BIOLOGÍA, UNAM
vfarias@ibiologia.unam.mx
Gloria Luz Portales Betancourt, FACULTAD DE CIENCIAS, UNAM-AMCELA
gportalesb@yahoo.com
Laura Aleida Antaño Díaz, APROVECHAMIENTO EXTENSIVO, DGVS -
SEMARNAT
laura.antano@semarnat.gob.mx

Introducción

La República Mexicana es uno de los países con mayor diversidad de liebres y


conejos en el mundo debido a que cuenta con 15 especies de lagomorfos de las
cuales 7 son endémicas a México, y otras 2 especies presentan su distribución
geográfica casi endémica a México (Tabla 1). Estados Unidos comparte con
México una pequeña parte del rango de distribución de la liebre torda (Lepus
callotis) y de la liebre antílope (Lepus alleni). De los 7 lagomorfos endémicos a
México, 6 presentan una distribución geográfica restringida a islas o a pequeñas
áreas de menos de 300 km2 (Flux y Angermann 1990). Gracias al número de
especies y distribución de los conejos y liebres que habitan en nuestro país,
México es reconocido como un centro de diversificación de lepóridos y se
considera una prioridad de carácter internacional conservar las especies nativas.
Desafortunadamente, las especies endémicas a México son las que se encuentran
bajo mayor amenaza de extinción y desconocimiento, ya que con la excepción del
conejo zacatuche (Romerolagus diazi) los estudios sobre biología y ecología de
los lagomorfos mexicanos son muy pocos. La información sobre la densidad de
las poblaciones de los lagomorfos en México es insuficiente o simplemente se
desconoce (Tabla 1), lo que puede dificultar los esfuerzos de conservación así
como los objetivos de manejo y aprovechamiento que se plantean en las
“Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre” (UMA). La Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en

371
inglés) incluyó en 2006 a las 7 especies endémicas bajo alguna categoría cercana
a la amenaza, amenazada o en peligro de extinción, y también consideró a la
liebre torda (Lepus callotis) como cercana a la amenaza (Tabla 1). Además de
considerar a las especies y subespecies que reciben protección bajo la Norma
Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2001), es necesario tomar en cuenta el
estatus de conservación de liebres y conejos en México de acuerdo a la IUCN
para tomar decisiones prudentes de conservación, manejo y aprovechamiento en
las UMA. Por lo tanto, se recomienda realizar únicamente actividades de
conservación e investigación para los lepóridos endémicos y de distribución
restringida, con especial énfasis en especies como Romerolagus diazi, Sylvilagus
graysoni, Sylvilagus insonus, Sylvilagus mansuetus, Lepus flavigularis y Lepus
insularis, en Sylvilagus robustus por ser una especie descrita recientemente
(Ruedas 1998), así como Lepus callotis que es casi endémica a México y sus
poblaciones parecen estar disminuyendo rápidamente ante la continua
desaparición de su hábitat (Martínez 2006).

Tabla 1. Estatus de conservación e información sobre la densidad de las especies


de lagomorfos en México.
Especie Nombre Estatus de Estatus de Información sobre densidad
común Conservación Conservación
de acuerdo a de acuerdo a
la IUCN (2006) la NOM-059-
SEMARNAT-
2001
Lepus alleni Liebre antílope Cercana a la Sujeta a 0.025 – 0.086 individuo por ha en
amenaza protección Arizona, USA (Vorhies y Taylor 1933)
(LR/nt) especial No hay información para México
Lepus Liebre cola No Subespecies 0.22 – 0.27 individuo por ha en
californicus negra amenazada L. magdalenae Mapimí, México (Portales 2006)
LR/lc) y L. sheldoni, 0.01 – 0.18 en matorral y 0.17 – 0.49
sujetas a individuo por ha en pastizal en Baja
protección California Sur (Rodríguez-Villeneuve
especial 2001)
Lepus callotis Liebre torda Cercana a la 0.03 individuo por ha en Nuevo
amenaza México, USA (Dunn et al. 1982)
(LR/nt No hay información para México
Lepus Liebre de En peligro de Peligro 0.97 – 10.3 individuos por km2
flavigularis Tehuantepec extinción (Sántis 2006)
(EN)
Endémica
Lepus Liebre negra Cercana a la Sujeta a No hay información
insularis amenaza protección
(LR/nt) especial
Endémica
Insular
Sylvilagus Conejo del No 16.3 individuos por ha en Colorado,
audubonii desierto amenazada USA (Flinders y Hansen 1973)
(LR/lc) No hay información para México

Sylvilagus Conejo No Sujeta a No hay información


bachmani matorralero amenazada protección
(LR/lc) especial
Sylvilagus Conejo tropical No No hay información

372
brasiliensis amenazada
(LR/lc)
Sylvilagus Conejo montés Cercana a la 2.7 individuos por ha en el Parque
cunicularius amenaza Nacional La Malinche, Tlaxcala
Conejo (LR/nt) (González 2005)
Endémica mexicano
Sylvilagus Conejo No Se han reportado densidades
floridanus castellano amenazada máximas de 8.9 – 10.18 individuos
(LR/lc) por ha (Trent y Rongstad 1974,
Bittner y Chapman 1979) pero las
densidades normales son más bajas
(Chapman y Flux 1990)
No hay información para México
Sylvilagus Conejo de las En peligro de Amenazada No hay información
graysoni Islas Marías extinción
(EN)
Endémica
Insular
Sylvilagus Conejo de En peligro Peligro No hay información
insonus Omiltemi crítico de
extinción
Endémica (CR)
Sylvilagus Conejo de Isla Cercana a la Sujeta a No hay información
mansuetus San José amenaza protección
(LR/nt) especial
Endémica
Insular
Sylvilagus No hay información
robustus Especie descrita recientemente
(Ruedas 1998)
Romerolagus Conejo En peligro de Peligro 0.11 + 0.05 individuos observados
diazi Zacatuche extinción por ha (=io/ha) en zacatón, 0.24 +
(EN) 0.07 io/ha en bosque de pino-aile,
Endémica Teporingo 1.22 + 0.8 io/ha en bosque de pino
con zacatón y aile (Velázquez 1994)

• Lista y breve descripción de los rasgos más relevantes de la historia


natural de las especies (o grupos de especies), en relación con su
conservación y uso sustentable.

Tabla 2. Cuadro comparativo de algunos rasgos relevantes de la historia natural


de las liebres (Lepus), los conejos (Sylvilagus) y el conejo zacatuche
(Romerolagus) en relación a su conservación y uso sustentable.
Género Masa Edad de Composi Organización Crías
corporal madurez ción de social
sexual sexos
Lepus 2 a 5 kg 6 a 9 1H:1M Solitarios. Lebratos
meses No defienden precoces
Sylvilagus 1 a 4 kg 5 a 7 1H:1M territorios. Gazapos
meses Poligamia. altricios

373
Romerolagus 400 a 5 a 7 1H:1M Gregarios.
600 g meses Jerarquías
sociales.

Las liebres y los conejos son especies poliéstricas estacionales, esto es,
presentan varios ciclos estrales en la misma estación reproductora. La
reproducción de los lagomorfos está relacionada con diferentes aspectos como el
estado fisiológico de las hembras, las cuales poseen folículos maduros a lo largo
de todo el año (Bronson, 1989); por otro lado, con factores climáticos, que en
zonas templadas están vinculados a las condiciones ambientales favorables para
el nacimiento de las crías, lo que implica cantidad y calidad de alimento disponible
(Wallage-Drees 1983, Martinet et al. 1984). En México, los lagomorfos pueden
reproducirse durante casi todo el año.

Las hembras de lagomorfos son animales de ovulación inducida por la cópula y


presentan una onda folicular constante en sus ovarios (Van Tienhoven, 1983).
Esto significa que en los ovarios siempre hay folículos maduros y que la cópula es
el mecanismo de liberación de los óvulos, por lo que las hembras son capaces de
entrar en estro y quedar preñadas durante todo el año. La fecundidad puede ser
modificada por la densidad poblacional, y también por los factores ambientales
como el fotoperiodo, la temperatura, la precipitación y la disponibilidad de alimento
(Boyd, 1985; Pévet, 1987, Rogowitz, 1992). El éxito reproductivo es susceptible a
las condiciones ambientales debido a que el gasto energético es elevado durante
la gestación y la lactancia (Millar, 1977, Sadleir, 1984), y además las hembras
pueden estar preñadas y amamantando a una camada al mismo tiempo, (Flux,
1981, Gutiérrez et al., 2006). Una característica peculiar de los lagomorfos es que
las hembras presentan conducta por horario para alimentar a sus crías, ya que las
amamantan una vez al día durante unos cuantos minutos (5–7 minutos) evitando
permanecer con las crías para así mantener a los depredadores alejados del nido
(González-Mariscal y Rosenblatt, 1996).

La estrategia de apareamiento de los lagomorfos es la poligamia, que consiste en


que hembras y machos pueden copular con mas de una pareja. (Best, 1996,
Rowlands, 1984; Este aspecto de la reproducción es importante en relación con la
conservación y uso sustentable de conejos y liebres, ya que el tamaño poblacional
efectivo (Ne) es proporcionalmente mayor en las especies poligámicas
comparadas con las especies monogámicas (Cotè 2003). El tamaño poblacional
efectivo es el número mínimo de individuos que se necesitan para mantener la
variabilidad genética y la supervivencia a largo plazo de una población (Primack
2001a).

Podemos hacer una distinción notable entre las estrategias de reproducción de las
liebres (Lepus) y los conejos (Sylvilagus, Romerolagus). Las liebres no usan
madrigueras y sus crías, llamados lebratos, nacen sobre la superficie del suelo en
depresiones preparadas por la madre. Los lebratos son precoces, lo que significa
que nacen cubiertos de pelo y con los ojos abiertos, y son capaces de caminar
(Flux 1981, Flux y Angermann 1990) (Tabla 2). A los pocos días pueden comenzar

374
a saltar y correr, pero reciben cuidados maternos hasta después de los 30 días y
son acompañados por sus madres hasta aproximadamente los 3 meses de edad.
En contraste, los conejos construyen sus nidos en madrigueras y sus crías,
llamados gazapos, nacen sin pelo y con los ojos cerrados. Los gazapos son
especies altricias, que abren los ojos después de 5 días y no son capaces de
valerse por sí mismos hasta después de aproximadamente 15 días,
permaneciendo durante este tiempo bajo el cuidado de la madre en la madriguera
(Chapman et al, 1982).

Además entre estos dos géneros existen diferencias en relación al tamaño de la


camada, ya que los conejos tienen en general mayor número de crías por cada
camada que las liebres (Cervantes y González 1996), y en el caso del conejo
zacatuche, el promedio de camada es de 2 crías (Cervantes 1980).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes


para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las


especies (o grupos de especies)

Para determinar la escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a una
población silvestre es recomendable estimar el área mínima de hábitat apropiado
que se requiere para mantener y asegurar la supervivencia de la población a largo
plazo (Primack 2001a). Las estimaciones precisas del tamaño de población y del
área mínima de hábitat apropiado requieren un estudio demográfico detallado de
la población y un análisis de su ambiente (Primack 2001a), pero
desafortunadamente en México no se han realizado este tipo de estudios para la
mayoría de las poblaciones de lagomorfos. Por lo tanto, se sugiere adoptar una
estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986), que consiste en una evaluación
de la condiciones iniciales del manejo y los resultados obtenidos cada periodo, con
el objetivo de ir mejorando la estrategia de manejo cada periodo de acuerdo a la
experiencia e información que brinden los resultados (Sutherland 2000).

Para dar seguimiento a las poblaciones silvestres de lagomorfos dentro del


sistema de UMA se recomienda realizar el monitoreo inicial tomando como guía
los márgenes de escala geográfica para liebres (Lepus), conejos (Sylvilagus) y
conejo zacatuche (Romerolagus) que se describen en los siguientes párrafos.
Cuando la UMA fuere de menores dimensiones a dicha escala, los monitoreos se
deben realizar dentro y fuera de la UMA para cubrir la totalidad del área propuesta.
Mediante una estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986) se buscará definir
con mayor precisión la escala geográfica óptima para cada población de acuerdo a
la especie de lagomorfo y a las condiciones de su ambiente en las UMA.

Liebres (Lepus).- Las liebres en México generalmente se encuentran en hábitat


árido; la liebre cola negra (L. californicus), la liebre negra (L. insularis), la liebre

375
torda (L. callotis) y la liebre antílope (L. alleni) se encuentran principalmente en
desiertos y matorrales, y en pastizales semiáridos (Cervantes y González 1996).
La excepción es la liebre de Tehuantepec (L. flavigularis) que se encuentra en
pastizales y matorrales abiertos en hábitat tropical.
En México, el tamaño del ámbito hogareño anual de la liebre de Tehuantepec se
ha determinado mediante la radiotelemetría en 0.55 + 0.08 km2 para ambos sexos
(Farías et al. 2006), y mediante el análisis de superposición de los ámbitos
hogareños se estima una densidad máxima de 12 liebres adultas por km2 (Farías
2004), por lo que en un área de 10x10 km podría mantenerse una población de
liebres a largo plazo, en hábitat tropical. Debido a que en hábitat árido los
recursos como agua y alimento son más escasos en tiempo y espacio que en
hábitat tropical, se recomienda como guía la escala geográfica mínima de 20x20
km para las otras especies de liebres que habitan en desiertos, matorrales y
pastizales en México.
Hábitat árido: 20x20 km
Hábitat tropical: 10x10 km

Conejos (Sylvilagus).- Los conejos se encuentran en casi todo México por lo que
es posible encontrarlos en hábitat árido, templado y tropical de acuerdo a las
especies. Los conejos son de menor tamaño que las liebres, aunque el conejo
montés (S. cunicularius) puede alcanzar la talla de una liebre (Cervantes y
González 1996). Resultados preliminares de un estudio de radiotelemetría,
indican que el tamaño del ámbito hogareño del conejo montés en el Parque
Nacional La Malinche, Tlaxcala, es de 0.2 a 0.7 km2 para ambos sexos (Vázquez
et al. 2006), y se ha reportado la densidad poblacional del conejo montés en 27
individuos por km2 que varía de acuerdo a la estaciones de lluvias y seca en el
Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala (González 2005). En hábitat templado y
tropical, un área de 5x5 km puede ser tomada como guía para la escala geográfica
óptima para dar seguimiento a una población de conejos silvestres. Sin embargo,
estas dimensiones pueden ser insuficientes cuando existen dos o más especies
simpátricas (que viven en el mismo lugar) de conejos, lo cual es común encontrar
en México, en cuyo caso se podría adoptar una escala de 10x10 km. Debido a
que en hábitat árido los recursos como agua y alimento son más escasos en
tiempo y espacio que en hábitat templado y tropical, se recomienda la escala
mínima de de 10x10 km cuando exista una sola especie, y de 20x20 km cuando
exista más de una especie.
Hábitat árido: 10x10 km (una especie), 20x20 (más de una especie)
Hábitat templado y tropical: 5x5 km (una especie), 20x20 (más de una especie)

Conejo zacatuche (Romerolagus diazi).- El conejo zacatuche habita únicamente


en bosques templados que se encuentran en el Valle de México. El zacatuche es
gregario y su organización social es de jerarquías bien definidas, además de ser
más pequeño que los conejos del género Sylvilagus (Cervantes y Martínez 1996).
La escala geográfica sugerida como guía para monitorear una población de conejo
zacatuche es un área mínima de 5x5 km. El conejo zacatuche se encuentra en
simpatría con el conejo montés (S. cunicularius) y el conejo castellano (S.
floridanus) a lo largo de su distribución geográfica.

376
Hábitat templado: 5x5 km

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable en UMA.

Para determinar la práctica y ajuste de la cosecha sustentable de lagomorfos en


las UMA el mayor problema puede ser la falta de información demográfica de la
población que se desea aprovechar (Sutherland 2000). Incluso en la ausencia de
actividades humanas, una población de cualquier especie puede ser inestable,
aumentando, disminuyendo o fluctuando temporalmente en el número de
individuos debido a perturbaciones naturales como catástrofes y plagas o debido a
factores demográficos tales como la proporción de hembras y machos y la
proporción de adultos y juveniles (Primack 2001b). La clave para proteger y
manejar una población es tener conocimientos sólidos del estado de la población y
de los procesos dinámicos que afectan su tamaño y distribución (Primack 2001b).
Al no contar con esta información para la mayoría de poblaciones de lagomorfos
en México, las decisiones de manejo en las UMA deben tomarse y ajustarse
simultáneamente con la colecta y análisis de la información demográfica. La
información debe ser sistemática, estandarizada y consistente entre periodos
(años) y debe ser guardada de manera que pueda ser analizada posteriormente
(Sutherland 2000).

Entre los aspectos poblacionales más relevantes para determinar la práctica y


ajuste de la cosecha sustentable de lagomorfos en las UMA están el tamaño de
población, la densidad, la estructura de edades, la proporción de sexos, las tasas
de natalidad y mortalidad, la fecundidad y la tasa de crecimiento de la población
(Krebs 1989, Smith y Smith 2001, Sutherland 2000). Es importante tener
información sobre estos aspectos poblacionales antes de que se inicie su
aprovechamiento para tenerlo como referencia una vez iniciado el
aprovechamiento y poder ajustar las cosechas.

1. Tamaño de población (N). El tamaño de población es el número de


individuos que forman la población (por ejemplo, N = 10,000 liebres en
la UMA). Un primer y crucial paso para el aprovechamiento sustentable
de una población es iniciar un programa de censos poblacionales en la
UMA o en la región (Sutherland 2000).

2. Densidad. La densidad absoluta es el número de individuos por unidad


de área (por ejemplo, 4 liebres por km2). La densidad afecta y controla
en parte las tasas de nacimiento, mortalidad y crecimiento de la
población (Smith y Smith 2001). La densidad de individuos puede variar
dentro de una UMA o región de acuerdo a los diferentes tipos de hábitat
o vegetación (Greenwood 1996).

3. Estructura de edades. La estructura de edades es la proporción de


individuos de diferente clase de edad (por ejemplo, 40% de adultos y

377
60% de juveniles). En lagomorfos generalmente se distingue entre
adultos y juveniles, y ocasionalmente se distingue una tercera clase de
edad que son los subadultos. Los adultos son los individuos
sexualmente maduros, y los juveniles son los individuos que no han
alcanzado la madurez sexual. Los subadultos son individuos jóvenes
que están próximos a alcanzar la madurez sexual. La estructura de
edades puede ser un indicador del grado de aprovechamiento de una
población, ya que cuando se extrae preferentemente a los adultos la
proporción de juveniles aumenta (Sutherland 2000).

4. Proporción de sexos. La proporción de sexos es la proporción de


hembras y machos en una población (por ejemplo, 50% hembras y 50%
machos). El crecimiento poblacional es una función que depende de las
hembras (Smith y Smith 2001).

5. Tasa de natalidad. La tasa de natalidad absoluta se obtiene dividiendo


el número de nacimientos ocurridos durante un periodo de tiempo
determinado por el tamaño de la población estimado al principio de este
periodo, y multiplicando el resultado por 1,000 (Smith y Smith 2001).
Por ejemplo:

[(200 nacimientos x 1 año) / 1570 liebres ] X 1000 = 127

Otra manera más conveniente de expresar la tasa de natalidad es el


número de nacimientos por hembra de edad x por unidad de tiempo, ya
que el éxito reproductivo varía con la edad de las hembras (Smith y
Smith 2001).

6. Tasa de mortalidad. La tasa de mortalidad es el número de individuos


que muere en un determinado periodo de tiempo (por ejemplo, una tasa
de mortalidad anual de hembras adultas de 0.50, quiere decir que muere
el 50% al año). Para calcular la tasa de mortalidad se divide el número
de individuos que mueren en un periodo de tiempo por el número de
individuos vivos que había al principio del periodo (Smith y Smith 2001).
Es importante determinar la mortalidad por factores naturales antes de
que la población sea cosechada, ya que en una población silvestre en
equilibrio y que no ha sido cosechada, la tasa de natalidad está en
balance con la tasa de mortalidad de manera que la población no
aumenta y no hay individuos que cosechar (Krebs 1989, Sutherland
2000). Cuando inicia la cosecha al extraer un número de individuos, la
superviviencia y/o la tasa de reproducción aumentan y de esta manera
se induce el crecimiento de la población (Sutherland 2000). Por
ejemplo, si se extrae un 20% de la población y ésta comienza a
aumentar en un 2% por año, este 2% se puede cosechar cada año y el
tamaño de población se mantiene constante (Sutherland 2000).

378
7. Fecundidad. La fecundidad puede medirse como fecundidad bruta,
que es el número de fetos producidos por hembra en cada embarazo
(Krebs 1989). En las hembras de lagomorfos también es importante
conocer el número de camadas por hembra por ciclo reproductivo,
ya que una hembra puede tener varias camadas al año (Flux y
Angermann 1990).

8. La tasa de crecimiento de la población. Una manera práctica de


calcular el crecimiento poblacional es mediante la tasa finita de
incremento anual designada por la letra griega lambda ( = N t+1 / N t
; donde N es tamaño de la población y t es el tiempo). Cuando es
igual a1 la población se mantiene constante, cuando es mayor que 1 la
población aumenta y cuando es menor que 1 la población disminuye
(Smith ySmith 2001).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a


detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta.

Métodos: Los principales métodos recomendados para realizar estudios de


seguimiento de poblaciones de lagomorfos orientados a detectar la condición
inicial y tendencias subsiguientes son: A) transecto en línea y B) conteo de
excrementos o letrinas.

A. Transecto en Línea

Una de las técnicas más recomendadas para lagomorfos, en general, pero para el
género Lepus en particular es la de transecto en línea de amplitud variable con
reflector, en el que a diferencia del método de transecto en franja, no se fija
previamente la amplitud del ancho del recorrido para el registro de los individuos
observados (Smith y Nydegger 1985), y consiste en realizar recorridos nocturnos a
lo largo de trayectos de longitud conocida, en un vehículo a una velocidad de 10
km/h, provisto de dos faros para alumbrar ambos lados del camino en la búsqueda
de individuos. Una vez detectado, se señala el ejemplar con uno de los faros, y se
mide la distancia en metros de manera perpendicular al camino, mientras que con
el otro faro se observa la dirección hacia la cual se mueve el ejemplar para evitar
repetir su registro. (Ballesteros 2000, Thomas et al. 2002). Además del cálculo de
la abundancia a partir de estos itinerarios, también se puede conocer la
distribución de los lagomorfos y su selección de hábitat.

Supuestos.- En los métodos de transectos en línea la estimación de la densidad


se basa en la función probabilística de encontrar a un organismo en el centro del
transecto igual a 1; lo que implica que la probabilidad de detectar a los individuos
disminuye conforme aumenta la distancia perpendicular a la línea del trayecto.
(Smith y Nydegger 1985, Aranda 2000b), ya que se asume que conforme aumenta
la distancia a la cual se observan los organismos, aun en condiciones de muy
buena visibilidad, llegará un momento en que sea imposible observarlos. Esto

379
permite construir una curva de detección g(x) y estimar la densidad de una
población con base en los siguientes supuestos (Burnham et al. 1980, citado por
Smith y Nydegger 1985):

1. Los animales sobre la línea del transecto siempre serán registrados.


2. Los animales están fijos en el momento en que son detectados, no se
mueven antes de ser detectados ni se cuentan más de una vez.
3. Las distancias son medidas correctamente, sin redondeos.
4. La observación de cada individuo es un evento independiente.

B. Conteo de excrementos o letrinas de lagomorfos

El método de muestreo poblacional recomendado para los conejos del Género


Sylvilagus y para el conejo zacatuche (Romerolagus) es el conteo de excrementos
o de letrinas (Aranda 2000a, Sutherland 1996). También puede utilizarse este
método para poblaciones de liebres (Lepus).

Justificación.- Realizar la observación directa de un conejo durante un recorrido


generalmente es mucho menos probable que la observación indirecta de la
presencia de conejos. Los excrementos son los rastros más notorios de la
presencia de conejos (Aranda 2000a). Por medio del conteo de excrementos se
pueden determinar los patrones de uso de los tipos de hábitat o vegetación
(Greenwood 1996). Además, este método no requiere la captura de los animales.
El conteo de excrementos o letrinas de lagomorfos puede utilizarse para calcular
la densidad absoluta de una población, y también para estimar índices de
abundancia relativa a lo largo de periodos de tiempo.

Supuestos.- El método consiste en trazar una serie de transectos a lo largo de los


cuales se cuenta la acumulación de excrementos o de letrinas en parcelas
previamente establecidas en cada transecto (Greenwood 1996). De esta manera
puede medirse la acumulación de excrementos en relación con una unidad de
área y por un periodo conocido de tiempo.
Para estimar la densidad absoluta, los supuestos básicos del método son (Aranda
2000a y 2000b):
1. Se conoce la tasa de defecación diaria.
2. Se conoce el periodo de acumulación de los excrementos.
3. Los excrementos son correctamente identificados.
4. La forma y el tamaño de la parcela es eficiente para el conteo.
5. Las parcelas se distribuyen al azar y son representativas del área total de
referencia.

El número de animales por kilómetro cuadrado (densidad absoluta) se puede


calcular mediante la fórmula:

Animales / km2 = n / AxB

380
En donde n es el número de excrementos o letrinas acumulados en las parcelas
extrapolado a 1 km2, A es la tasa de defecación diaria y B es el número de días de
acumulación.

Los datos también se pueden analizar con otros métodos estadísticos como
índices de abundancia relativa, regresión logística y análisis de varianza.

Validación de los supuestos

1. Tasa de defecación
Se debe determinar la tasa de defecación de los excrementos en relación a la
época del año y al tipo de vegetación. La tasa de defecación se puede estimar de
individuos en cautiverio que sean alimentados con las especies presentes de
acuerdo a los tipos de vegetación a evaluar.

2. Periodo de acumulación
Para determinar con certeza el tiempo de acumulación, las parcelas se limpian de
excrementos el día que se ubican en el campo, a partir del cual se inicia el
periodo. Se recomienda hacer los muestreos de manera estacional, es decir,
comparando primavera, verano, otoño e invierno, o también comparando la época
húmeda contra la época seca. Tasa de descomposición. Se debe determinar la
tasa de descomposición de los excrementos tomando en cuenta la posibilidad de
que existan diferencias debidas a la época del año y al tipo de vegetación. Se
puede caracterizar la diferente exposición de excrementos a la radiación solar,
lluvia, viento, midiendo la cobertura vegetal horizontal y vertical en cada parcela.
La tasa de degradación también puede verse afectada por diferencias en la dieta
debidas a la estacionalidad y a la disponibilidad de alimento.

3. Identificación de los excrementos


En el caso de especies simpátricas (que viven en el mismo lugar) de lagomorfos,
se debe tener especial cuidado en identificar los excrementos de cada especie.
Es necesario conocer la especie o especies de conejos presentes en una UMA y
poder diferenciar sus excrementos y letrinas.
Los excrementos de conejo zacatuche (Romerolagus diazi) son fácilmente
identificables (Cervantes y Martínez 1996) pues su forma es claramente diferente
a las de otros conejos simpátricos (Sylvilagus cunicularius, S. floridanus) y de las
liebres (Lepus) (Tabla 3). Los excrementos de zacatuche se encuentran
generalmente entre los macollos de gramíneas o zacatón, pero no en áreas
abiertas (Cervantes y Martínez 1996, Aranda 2000a).

Especie o Forma Color Tamaño


Género
Lepus Son bolitas de materia pardo En general son de
vegetal muy compactada mayor tamaño que los

381
redondas pero con forma de conejos, miden de 1
algo irregular. a 1.5 cm de diámetro
Sylvilagus Son bolitas de materia pardo En general son de
cunicularius vegetal compactada mayor tamaño que las
redondas y un poco de otros conejos. Miden
aplanadas en su cara con alrededor de 1.5
ancha. cm de diámetro.
Sylvilagus Son bolitas de materia pardo Su diámetro máximo es
floridanus vegetal redondas pero de alrededor de 1 cm.
irregulares.
Romerolagus Son bolitas de materia Frescas Son de diferentes
diazi vegetal triturada y son de tamaños en relación al
compactada. Su forma es color ocre y tamaño del individuo,
como la de una esfera brillosas, de pero su diámetro
que hubiera sido textura lisa. máximo es de 1 cm. En
comprimida en dos Secas se promedio miden de 5 a
extremos, pero si se tornan 9 mm. Los excrementos
observan por su cara amarillentas están por lo regular en
ancha se ven muy o verdosas letrinas de 90 o más
redondeadas. bolitas.

Tabla 3. Características que permiten la identificación de excrementos de algunos


conejos y liebres en México (Aranda 2000a, Cervantes y Martínez 1996).

4. Forma y tamaño de las parcelas


Para determinar la densidad o abundancia de conejos y liebres, se recomiendan
un mínimo de 2 transectos lineales con 10 a 20 parcelas circulares de 1m2 a 5 m2
espaciadas cada 20 a 50 metros. También se pueden utilizar parcelas cuadradas.
Los transectos son fijos y se deben visitar varias veces en el periodo de tiempo
establecido; por ejemplo, 5 visitas durante la estación seca y 5 visitas durante la
estación de lluvias.

5. Las parcelas se distribuyen al azar y son representativas del área total de


referencia
La estratificación de muestras es necesaria cuando hay presencia de parches de
tipos de hábitat o vegetación claramente distinguibles. Cuando es posible
identificar áreas con cierta homogeneidad y estratificar el muestreo, se
recomienda que las unidades de muestreo (parcelas) se repartan
proporcionalmente al tamaño del estrato (Galindo y Weber 1998).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo

A. Formato para transecto en línea

382
Sitio Fecha Hábitat Especies Kilometraje Distancia Dirección Comentarios
(UMA) recorrido perpendicular respecto Hora
del individuo al transecto
al transecto (D/I)

B. Formato para conteo de excrementos o letrinas

Fecha:
Sitio:
Observador (es):
Número de excrementos o letrinas
Tansecto 1 Transecto 2 Transecto 3 Transecto 4 Transecto 5
Parcela 1
Parcela 2
Parcela 3
Parcela 4
Parcela 5
Parcela 6
Parcela 7
Parcela 8
Parcela 9
Parcela 10
Nota: para cada parcela se debe determinar el tipo de hábitat y las coordenadas geográficas

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales


indispensables para la gestión de la cosecha sustentable

A. Transecto en linea
El programa DISTANCE sirve para estimar abundancias y densidades de
organismos por medio de una serie de modelos estadísticos a partir de la
detección de dichos organismos (Buckland et al, 1993). En este método se espera
que conforme los organismos se alejan de la línea del trayecto, se dificulta más su
observación, dando como resultado que el número de detecciones disminuirá
conforme aumente la distancia. Por lo que la clave para el análisis de este tipo
muestreo es ajustar las distancias observadas a una función de detección, para
estimar la proporción de “objetos perdidos” o individuos no observados a lo largo
del estudio (Thomas, et al, 2002).

Partiendo de los supuestos antes mencionados y del hecho de que, al utilizar este
método se considera que sólo una parte de todos los individuos dentro del área de
estudio son detectados, existiendo por lo tanto una proporción desconocida que
debe ser calculada (Buckland, et al, 1993), es posible estimar la densidad de una
población por medio de la siguiente fórmula:

383
D = n x f(0)
2L

en donde:
n= al número de individuos contados
x= a la distancia perpendicular
f(0) = a la función probabilística de densidad a una distancia de cero metros
L = a la longitud del trayecto

La elección del modelo más adecuado para estimar f(0) y por consecuencia la
densidad poblacional, dependerá de algunas características del estimador, como
que presente los menores valores de la varianza de muestreo y del valor de AIC
(Smith y Nydegger, 1985).. Dentro de los modelos utilizados, el de las Series de
Fourier es considerado el más robusto para explicar las densidades en este tipo
de estudios (Buckland, 1993, Parmenter, et al, 2003).

En los transectos en línea se puede utilizar el procedimiento de muestreo al azar


estratificado. Los valores obtenidos se pueden analizar utilizando los estimadores
Uniforme, Semi-Normal y Azaroso (todos en combinación con la función Coseno),
con diferentes intervalos de clase (por ejemplo de 5, 10 y 20 metros de
probabilidad de detección).

Se deben de “correr” diferentes modelos variando las combinaciones entre los


estimadores y el tamaño de los intervalos. La selección del modelo mas adecuado
se hará de acuerdo al que tenga el menor valor del Criterio de Información Akaika
(AIC), que se fundamenta en el cálculo del estimador con máxima verosimilidad
(Ballesteros, 2000), así como al del estimador con el Coeficiente de Variación más
bajo (Smith y Nydegger, 1985) y también con base al análisis de la forma de los
histogramas de frecuencia, de manera que no haya rangos de distancias sin
registros, así como a la figura de la curva de probabilidad de detección para cada
modelo.

B. Conteo de excrementos o letrinas

La densidad absoluta, que es el número de animales por kilómetro cuadrado, se


puede calcular mediante la fórmula:

Animales / km2 = n / AxB

384
En donde n es el número de excrementos o letrinas acumulados en las parcelas
extrapolado a 1 km2, A es la tasa de defecación diaria y B es el número de días de
acumulación.

El número de excrementos acumulados por parcela se calcula a partir de los


transectos. En cada transecto se registra el número de excrementos para cada
parcela y para cada una de las fechas en que se visita el transecto. Se obtiene la
sumatoria de cada transecto y con ella los valores promedio de cada visita.

Por ejemplo:

El transecto 1 tiene 10 parcelas de 1 m2 y fué visitado en 30 días después de


establecer los transectos. Se registraron 1, 0, 0, 5, 2, 0, 20, 0, 0, 1 excrementos
en cada parcela. El área muestreada en el transecto fue de 10 m2, ya que hay 10
parcelas de 1 m2 en el transecto.

La sumatoria de las 10 parcelas es de: 1 + 0 + 0 + 5 + 2 + 1 + 20 + 0 + 0 + 1 = 29


excrementos . El promedio es de 29 / 10 = 2.9 excrementos en 10 m2.

Para extrapolar a 1 km2, se multiplica 2.9 x 1,000,000 (1 km2 = 1,000,000 m2) y se


divide entre 10, y obtenemos una n = 290,000 excrementos por km2.

Si conocemos la tasa de defecación diaria de la especie y el número de días de


acumulación, entonces podemos completar la fórmula:

Animales / km2 = 290,000 / (560 excrementos por día por liebre) (30 días) =
Animales / km2 = 17.26 liebres / km2

Los datos también se pueden analizar con otros métodos estadísticos como
índices de abundancia relativa, regresión logística, análisis de varianza (Aranda
2000a).

Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para


la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las


especies (o grupos de especies).

Para determinar la escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al


hábitat de una especie o grupo de especies es recomendable estimar el área
mínima de hábitat apropiado que se requiere para mantener y asegurar la
supervivencia de la población a largo plazo (Primack 2001a). Las estimaciones
precisas del tamaño de población y del área mínima de hábitat apropiado

385
requieren un estudio demográfico detallado de la población y un análisis de su
ambiente (Primack 2001a), pero desafortunadamente en México no se han
realizado este tipo de estudios para la mayoría de las poblaciones de lagomorfos.
Por lo tanto, se sugiere adoptar una estrategia de manejo adaptativo (Walters
1986), que consiste en una evaluación de la condiciones iniciales del manejo y los
resultados obtenidos cada periodo, con el objetivo de ir mejorando la estrategia de
manejo cada periodo de acuerdo a la experiencia e información que brinden los
resultados (Sutherland 2000).

Para dar seguimiento a las poblaciones silvestres de lagomorfos dentro del


sistema de UMA se recomienda realizar el monitoreo inicial tomando como guía
los márgenes de escala geográfica para liebres (Lepus), conejos (Sylvilagus) y
conejo zacatuche (Romerolagus) que se describen en los siguientes párrafos.
Cuando la UMA fuere de menores dimensiones a dicha escala, los monitoreos se
deben realizar dentro y fuera de la UMA para cubrir la totalidad del área propuesta.
Mediante una estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986) se buscará definir
con mayor presición la escala geográfica óptima para cada población de acuerdo a
la especie de lagomorfo y a las condiciones de su ambiente en las UMA.

Liebres (Lepus).- Las liebres en México generalmente se encuentran en hábitat


árido; la liebre cola negra (L. californicus), la liebre negra (L. insularis), la liebre
torda (L. callotis) y la liebre antílope (L. alleni) se encuentran principalmente en
desiertos y matorrales, y en pastizales semiáridos (Cervantes y González 1996).
La excepción es la liebre de Tehuantepec (L. flavigularis) que se encuentra en
pastizales y matorrales abiertos en hábitat tropical.
En México, el tamaño del ámbito hogareño anual de la liebre de Tehuantepec se
ha determinado mediante la radiotelemetría en 0.55 + 0.08 km2 para ambos sexos
(Farías et al. 2006), y mediante el análisis de superposición de los ámbitos
hogareños se estima una densidad máxima de 12 liebres adultas por km2 (Farías
2004), por lo que en un área de 10x10 km podría mantenerse una población de
liebres a largo plazo, en hábitat tropical. Debido a que en hábitat árido los
recursos como agua y alimento son más escasos en tiempo y espacio que en
hábitat tropical, se recomienda como guía la escala geográfica mínima de 20x20
km para las otras especies de liebres que habitan en desiertos, matorrales y
pastizales en México.
Hábitat árido: 20x20 km
Hábitat tropical: 10x10 km

Conejos (Sylvilagus).- Los conejos se encuentran en casi todo México por lo que
es posible encontrarlos en hábitat árido, templado y tropical de acuerdo a las
especies. Los conejos son de menor tamaño que las liebres, aunque el conejo
montés (S. cunicularius) puede alcanzar la talla de una liebre (Cervantes y
González 1996). Resultados preliminares de un estudio de radiotelemetría,
indican que el tamaño del ámbito hogareño del conejo montés en el Parque
Nacional La Malinche, Tlaxcala, es de 0.2 a 0.7 km2 para ambos sexos (Vázquez
et al. 2006), y se ha reportado la densidad poblacional del conejo montés en 27
individuos por km2 que varía de acuerdo a la estaciones de lluvias y seca en el

386
Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala (González 2005). En hábitat templado y
tropical, un área de 5x5 km puede ser tomada como guía para la escala geográfica
óptima para dar seguimiento a una población de conejos silvestres. Sin embargo,
estas dimensiones pueden ser insuficientes cuando existen dos o más especies
simpátricas (que viven en el mismo lugar) de conejos, lo cual es común encontrar
en México, en cuyo caso se podría adoptar una escala de 10x10 km. Debido a
que en hábitat árido los recursos como agua y alimento son más escasos en
tiempo y espacio que en hábitat templado y tropical, se recomienda la escala
mínima de de 10x10 km cuando exista una sola especie, y de 20x20 km cuando
exista más de una especie.
Hábitat árido: 10x10 km (una especie), 20x20 (más de una especie)
Hábitat templado y tropical: 5x5 km (una especie), 20x20 (más de una especie)

Conejo zacatuche (Romerolagus diazi).- El conejo zacatuche habita únicamente


en bosques templados que se encuentran en el Valle de México. El zacatuche es
gregario y su organización social es de jerarquías bien definidas, además de ser
más pequeño que los conejos del género Sylvilagus (Cervantes y Martínez 1996).
La escala geográfica sugerida como guía para monitorear una población de conejo
zacatuche es un área mínima de 5x5 km. El conejo zacatuche se encuentra en
simpatría con el conejo montés (S. cunicularius) y el conejo castellano (S.
floridanus) a lo largo de su distribución geográfica.
Hábitat templado: 5x5 km

Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste


de la cosecha sustentable en UMA.

Las liebres (Lepus) se distribuyen en general en zonas áridas y semiáridas, en


desiertos, matorrales y pastizales, y también pueden encontrarse en zonas de
cultivo (Cervantes y González 1996).

Los conejos del Género Sylvilagus se distribuye a lo largo de todo México por lo
que puede encontrarse en diferentes tipos de vegetación o biomas, como en
matorrales, desiertos, pastizales, bosques templados, inclusive en bosques
mesófilos y selvas (Cervantes y González 1996).

El conejo zacatuche (Romerolagus) se encuentra exclusivamente en los bosques


templados de la cuenca del Valle de México, en los volcanes.

La alimentación de los lagomorfos en general es muy variada dependiendo de su


área de distribución, y su hábitat debe de proveerles tanto alimentación como
protección, por lo que es muy importante mantener una adecuada cobertura
vegetal.

El estudio de hábitat debe proporcionar información sobre la disponibilidad de


alimento, de cobertura vegetal y composición florística, lo que a su vez puede
ayudar a explicar las variaciones de las densidades de lagomorfos. Debido a esto,

387
el área muestreada debe ser suficientemente grande para que represente las
diferentes comunidades vegetales dentro de la UMA.

Se recomienda obtener los datos de parámetros ambientales como temperatura,


precipitación, así como presencia, distribución espacial y temporal de cuerpos de
agua que afecten el tipo de vegetación en la UMA.

Es necesario determinar la presencia y abundancia de los depredadores nativos y


exóticos en la UMA.

Finalmente también es imprescindible conocer y registrar el tipo de actividades


humanas dentro de la UMA o en sus alrededores, que signifiquen riesgo para la
especie o grupo de especies afines y que sean motivo de perturbación para la
pérdida de hábitat natural, como cultivos, potreros, zonas de pastoreo de ganado,
asentamientos humanos, y vías de comunicación (carreteras).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a


detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes en una región o UMA
en la que se practique la cosecha de la especie o grupo de especies afines.

Para evaluar si dentro del la UMA se está logrando efectivamente la conservación


de las comunidades vegetales a lo largo del tiempo, se recomienda fuertemente
que desde el inicio del estudio se determinen y tracen en un mapa, los principales
tipos de vegetación y su cobertura dentro de la UMA, por medio de fotografías
aéreas o imágenes de satélite actuales de fuentes reconocidas como INEGI. Esto
con el objetivo de identificar las áreas que se encuentren bien conservadas así
como las que estén perturbadas por actividades humanas. Esta información será
de mucha utilidad para poder hacer un monitoreo de los cambios a lo largo del
tiempo.

Se deben elegir los sitios de muestreo más adecuados para la distribución de las
poblaciones de lagomorfos, realizando una descripción de la presencia,
distribución espacial y disponibilidad de especies vegetales de importancia
particular como alimento para los lagomorfos y de protección contra depredadores,
así como medir el porcentaje inicial de la cobertura vegetal dentro de la UMA para
detectar cambios en la proporción a lo largo del tiempo. Asimismo, se deben
realizar evaluaciones de la biomasa general del área, de acuerdo a la
estacionalidad de la región a través de muestreos de parcelas representativas del
hábitat. También es necesario y muy importante evaluar la presencia y abundancia
de los depredadores nativos y exóticos que potencialmente pueden afectar a las
poblaciones de lagomorfos..

Las técnicas que a continuación se describen brevemente, sirven para la


determinación de la cobertura y de la estructura de la vegetación, y pueden variar
dependiendo del tipo de comunidades vegetales presentes en cada UMA. En

388
primer lugar los sitios de muestreo se pueden seleccionar al azar, o
sistemáticamente, si se planea el lugar preciso y la dirección del muestreo.
Dependiendo de la altura de la vegetación se puede seleccionar el tipo de
muestreo. De esta manera, en Vegetación baja, en la que predominen pastizales o
plantas herbáceas se recomienda utilizar las Líneas de Canfield. Pero en el caso
de vegetación heterogénea es más recomendable usar: áreas (en forma de
2 2 2
círculos, cuadros o rectángulos), de 1 m para hierbas, 5 m para arbustos y 10 m
para árboles.

Con el procedimiento de intercepción en línea de acuerdo a Canfield, 1941, se


determina la intercepción a ras de suelo de las plantas herbáceas a lo largo de
una línea, mientras que en el caso de las especies de arbustos y árboles, se mide
el contacto al nivel del dosel. Posteriormente se establece la relación (en
porcentaje) de las longitudes interceptadas por cada uno de los vegetales con la
longitud total de la línea empleada (Aguado et al, 1996).

Procedimiento para la caracterización del hábitat:

1.- Ubicar en un mapa los principales tipos de vegetación (esto es, los principales
tipos de bosque, matorral, selva), así como caminos, senderos, arroyos, cuerpos
de agua, arroyos o estanques temporales y áreas de muestreo dentro de la zona
de estudio.

2.- Dentro de los principales tipos de vegetación se debe determinar el número de


estratos y listar las especies más abundantes en cada uno (Vegetación arbórea,
Vegetación arbustiva y Herbácea). También conviene registrar la cobertura del
suelo, como musgos, líquenes, etc. Para calcular la cobertura total es
recomendable recurrir a metodologías estandarizadas como la Escala de
Abundancia de Cobertura de Braun-Blanquet (Mueller-Dombois y Ellwnberg,
1974), cuyas categorías son las siguientes:

– 5: >75% cubierto
– 4:50-75% cubierto
– 3: 25-50% cubierto
– 2: 5-25% cubierto
– 1: < 5% numerosas plantas, pero con una cobertura
inferior al 5%.

Registrando las especies de mayor cobertura dentro de cada estrato, para este
caso se recomienda usar un Código de 4 letras tomando las 2 primeras del
nombre del género y de la especie. Por último, se debe calcular la altura promedio
de cada estrato.

El muestreo de la vegetación puede realizarse utilizando los mismos sitios o


parcelas que se utilicen para determinar la abundancia de población de la especie
(o grupo de especies) de lagomorfos mediante los métodos de transecto en línea y

389
conteo de excrementos (ver Parte I. Protocolo para el seguimiento de
poblaciones), para relacionar los cambios en composición y abundancia de la
fauna con los cambios de la vegetación.

Para evaluar la presencia y abundancia de depredadores se sugiere el método de


transectos con estaciones olfativas. Se recomienda que la determinación de la
abundancia de depredadores sea paralela en tiempo y espacio a la determinación
de la de abundancia y densidad de lagomorfos. (Aranda, 2000a).

En el caso particular del conejo zacatuche Romerolagus diazi, se ha utilizado un


muestreo de la vegetación por relevés o levantamientos, que consisten en
unidades de muestreo a lo largo de transectos (Müller-Dombois y Ellemberg,
1974). El tamaño de cada levantamiento es de 25 m2 (5x5 m) para zonas de
pastizal y 625 m2 (25x25 m) para zonas de bosque. En cada sitio se realiza un
inventario de las especies vegetales dominantes, y se estiman los valores de
cobertura de cada especie y de cobertura de cada especie por estrato: rasante,
herbáceo y arbóreo (Braun-Blanquet 1979). Los estratos se definen con base en
la altura promedio: rasante (<10 cm), herbáceo (>10 y < 150 cm) y árbóreo (> 3
m). En cada levantamiento se registra información: altitud en msnm, pendiente de
la ladera en grados, rocas y suelo descubierto (coberturas estimada en porcentaje;
Velázquez, Romero y López-Paniagua 1996).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Sitio
(nombre Especies
de la Tipo s de Método vegetales
UMA) Fecha vegetación utilizado presentes Cobertura Frecuencia

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha


sustentable.

Los lagomorfos tienen una amplia distribución en México y muchas de sus


poblaciones se encuentran en sitios perturbados por actividades agrícolas y
ganaderas. Para las especies de lagomorfos mayormente susceptibles a estas
perturbaciones es indispensable conservar o preservar su hábitat natural así como
realizar medidas de restauración para la recuperación del hábitat y de las
poblaciones de lagomorfos. También es importante considerar el control o
exclusión de especies exóticas e invasoras de flora y fauna que afecten a las
poblaciones silvestres de lagomorfos.

390
Algunos parámetros de hábitat indispensables son:

- Estatus de conservación del hábitat o de la vegetación en la UMA.


Algunas especies de lagomorfos son tolerantes a la transformación del
hábitat mientras otras se ven afectadas negativamente y se consideran
sensibles. Las especies sensibles pueden ser desplazadas por las
especies tolerantes en un hábitat perturbado. Tal es el caso de la liebre
torda (Lepus callotis), la cual ha ido desapareciendo de su rango
geográfico, mientras que la liebre de cola negra (Lepus californicus) se ve
favorecida por las zonas ganaderas y agrícolas y ha ocupado zonas
donde la liebre torda ya no se encuentra (Dunn et al. 1982).

- Potencial de restauración de hábitats perturbados en la UMA. Este


parámetro es importante ya que la UMA puede funcionar para ayudar a
recuperar las poblaciones nativas de lagomorfos que se ven afectados por
la pérdida y fragmentación de su hábitat.

- Composición florística en frecuencia y cobertura, tomando en cuenta la


importancia de la flora nativa. En México es común encontrar dos o más
especies de lagomorfos coexistiendo en la misma región, ya que han
logrado una partición en el uso de los recursos del hábitat para cubrir las
necesidades de alimentación y protección.

-Estructura de la vegetación, tomando en cuenta la importancia de la


estructura nativa.

-Abundancia de depredadores nativos y exóticos.

-Potencial para el control o exclusión de la fauna exótica (depredadores y


competidores de los lagomorfos silvestres).

Para gestionar la cosecha sustentable en una UMA primero será necesario


evaluar si ésta cuenta con los parámetros de hábitat indispensables en función de
la especie o grupo de especies de lagomorfos en cuestión. Algunas especies de
lagomorfos son sensibles a la transformación del hábitat y se ven afectados de
manera negativa y disminuyen sus poblaciones, pero otras especies se ven
favorecidas por la transformación del hábitat en zonas ganaderas o agrícolas.

Aspectos de conservación de la(s) especie(s) en la gestión de la cosecha


sustentable en UMA

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el


área de una UMA.

391
El modelo recomendado es el de Modelo de Cosecha (Bodmer et al. 1997). Este
modelo evalúa el impacto de la caza, al comparar la cosecha (extracción) contra la
producción. Para la estimación de dicha producción se requiere información sobre
la productividad reproductiva y la densidad poblacional.

La productividad reproductiva anual (Pr) es determinada con los datos de la


actividad reproductiva de las hembras, usando la productividad bruta (Pb) y el
número de gestaciones por año (partos/año). La productividad bruta (Pb) es
definida como el número de fetos por hembra. Feto se define como el individuo
que se encuentra en gestación.

Con estos datos se calcula la productividad reproductiva anual (Pr) que está
definida como el número promedio de crías/hembra/año.

Pr ( crías/hembra/año) = (Pb) x (partos/año)

La cosecha se calcula dividiendo a la densidad de la población entre 2, porque en


este caso sólo se necesita saber el número de individuos dentro de la población
que sean hembras, ya que son las que va a determinar el número de crías que se
incorporarán a la población por año, asumiendo una proporción de sexos 1:1,
Posteriormente el valor resultante se multiplica por la productividad reproductiva
anual (Pr), y el resultado es una estimación de producción en individuos
producidos por año, por km2..

Cosecha (crías/año/km2) = (Densidad/2) (Pr)

Es importante determinar la mortalidad por factores naturales antes de que la


población sea cosechada, ya que en una población silvestre en equilibrio y que no
ha sido cosechada, la tasa de natalidad está en balance con la tasa de mortalidad
de manera que la población no aumenta y no hay individuos que cosechar (Krebs
1989, Sutherland 2000). Cuando inicia la cosecha al extraer un número de
individuos, la superviviencia y/o la tasa de reproducción aumentan y de esta
manera se induce el crecimiento de la población (Sutherland 2000). Por ejemplo,
si se extrae un 20% de la población y ésta comienza a aumentar en un 2% por
año, este 2% se puede cosechar cada año y el tamaño de población se mantiene
constante (Sutherland 2000).

Una manera práctica de calcular el crecimiento poblacional es mediante la tasa


finita de incremento anual designada por la letra griega lambda ( = N t+1 / N t ;
donde N es tamaño de la población y t es el tiempo). Cuando es igual a1 la
población se mantiene constante, cuando es mayor que 1 la población aumenta y
cuando es menor que 1 la población disminuye (Smith ySmith 2001).

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA.

392
Para ejemplificar el uso del Método de Cosecha y su algoritmo, se utilizarán datos
recientes obtenidos a partir del monitoreo de casi 9 años de una población de la
liebre cola negra Lepus californicus en la Reserva de la Biosfera de Mapimí,
Durango (Portales, 2006), y por ser además la especie con mayor potencial de
aprovechamiento en México.

Se consideraron los siguientes parámetros:

Pb = fetos/hembra = 50 fetos / 23 hembras preñadas = 2.17 fetos/hembra


Partos/año = 5
Densidad = 23 individuos/km2

La productividad reproductiva (Pr) es:

Pr = (2.17 fetos/año) x (5 partos/año) = 10.85 crías/hembras/año

La Cosecha potencial es:

Cosecha = (23 individuos/km2 / 2) x (2.17 fetos/año) = 11.5 x10.85


= 124.8 crías/año/km2

Es importante hacer notar que a esta estimación de la cosecha potencial se le


debe restar el porcentaje de mortalidad por causas naturales como depredadores
o enfermedad. La cosecha debe ser de carácter compensatorio. Se debe conocer
el límite de mortalidad aceptable para la población. Por ejemplo, si se estima que
la población podría aceptar un máximo de 60% de mortalidad, y se conoce que
existe una mortalidad del 40% por causas naturales, la cosecha o
aprovechamiento no debería ir más allá del 20%. De esta manera no se rebasará
la mortalidad máxima (60%) que la población pudiera soportar (40% + 20% =
60%). En el ejemplo, si la mortalidad por causas naturales fuera del 60%, desde
luego no podría haber aprovechamiento.

También es muy importante recalcar que la especie usada en este ejemplo, Lepus
californicus es la más abundante en México, y no está dentro de ninguna categoría
de riesgo de extinción. Por el contrario es frecuente encontrarla también en
cultivos, pudiendo ser considerada en ocasiones en algunos sitios como una
plaga; por lo que creemos que esta propuesta debe ser manejada con cautela,
debido a que en realidad extrapolar estos resultados o tratar de aplicar este
algoritmo a otras especies puede tener muchos inconvenientes, principalmente
porque lo más probable es que no exista la información suficiente sobre datos
reproductivos o sobre las densidades, por lo que se debe continuar buscando la
fórmula que mejor se ajuste a la información disponible sobre las especies
mexicanas de lagomorfos.

393
Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en
una UMA.

Las actividades de cosecha deben establecerse de acuerdo a la estación


reproductiva de las especies de lagomorfos, para no afectar negativamente el
nacimiento y crecimiento de las crías, y poder cosechar a los animales jóvenes
cuando éstos ya hayan dejado de depender de sus madres.

Las liebres y los conejos son especies poliéstricas estacionales, esto es,
presentan varios ciclos estrales en la misma estación reproductora. La
reproducción de los lagomorfos está relacionada con diferentes aspectos como el
estado fisiológico de las hembras, las cuales poseen folículos maduros a lo largo
de todo el año; por otro lado, con factores climáticos, que en zonas templadas
están vinculados a las condiciones ambientales favorables para el nacimiento de
las crías, lo que implica cantidad y calidad de alimento disponible (Flux 1981,
Wallage-Drees 1983, Martinet et al. 1984). En México, los lagomorfos pueden
reproducirse durante casi todo el año. Generalmente el número de hembras
gestantes, el número de individuos por camadas y el número de camadas se
incrementan durante la temporada de lluvias.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y análisis recomendado para éstos. Criterios y métodos para el ajuste
progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual
suspensión)

Ver Protocolo pare el seguimiento de la población P protocolo de aprovechamiento


o cosecha y Parte IV (Conservación) en ajuste de cosecha y manejo.

Recapitulación y recomendaciones.

Bases esenciales para la conservación

Como parte de las conclusiones de este trabajo, y por considerarlo de suma


importancia, a continuación se presentan una serie de recomendaciones que
esperamos ayuden al correcto establecimiento de las UMAS para lagomorfos, ya
sea con fines de conservación, investigación o manejo y aprovechamiento:

1.- En primer lugar es básico para poder asignar los permisos de establecimiento
de cualquier tipo de UMA, hacer una correcta identificación de las distintas
especies de liebres o conejos que se distribuyen dentro de la misma.

2.- Relacionado con este primer punto, también es muy importante conocer el
estatus de conservación de acuerdo a las categorías de riesgo de la IUCN, 2006 y

394
de la NOM-059-SEMARNAT-2001, para cada una de las especies, así como
determinar si se trata de especies endémicas de México.

3.- Con esta información se podrá decidir que tipo de UMA se deberá establecer,
esto es: si las especies de lagomorfos fueran endémicos o estuvieran dentro de
alguna categoría de riesgo (ver Tabla 1) la UMA deberá ser solamente con fines
de conservación o de investigación.

4.- Por lo que para conocer la distribución geográfica de los lagomorfos en México,
así como sus principales características, se recomienda revisar la serie de
referencias bibliográficas de Mammalian Species, que reúnen lo más relevante de
la información de cada una de las especies de liebres y conejos mexicanos. (Ver
apartado de Referencias Bibliográficas).

5.- En relación al hábitat dentro de las UMAs será muy importante determinar su
estado de conservación, y en caso de que se requiera, se deberán implementar
medidas de restauración en hábitat perturbados (sobrepastoreo, agricultura), con
la finalidad de conservar el tipo de vegetación o el tipo de hábitat compuestos de
flora nativa que beneficie a la(s) especie(s) de lagomorfo(s) en la UMA.

6.- Previo al establecimiento de la UMA, y como parte del programa de monitoreo


de la conservación del hábitat, se debe determinar la abundancia de la(s)
población(es) en la UMA. En caso de ser posible se recomienda hacer una
relación entre la abundancia de las especies de liebres y/o conejos con los
diferentes tipos de vegetación. Se recomienda que los reportes técnicos de las
UMAs sean evaluados por especialistas en lagomorfos (AMCELA) para evitar que
por la falta de conocimiento se sobreestimen los tamaños poblacionales. Y en
dado caso también se recomienda que se inviten a tesistas interesados en el tema
que puedan ayudar a los técnicos en el trabajo de campo o en el análisis de los
datos.

7.- También será necesario determinar la presencia y abundancia de los


depredadores, así como de especies invasoras que se puedan convertir en
competidores o en depredadores potenciales, y en dado caso de deberán
controlar.

8.- Esta información será muy importante para poder ajustar las tasas de cosecha
(sobre todo para el caso concreto de UMAS con especies factibles a manejo o
aprovechamiento, como Sylvilagus floridanus, o Lepus californicus, que no son
endémicas de México y cuyas poblaciones no están amenazadas. Y para el caso
de UMAs con especies amenazadas esta información será de gran utilidad para
decidir e implementar las medidas correctas de conservación y/o recuperación de
las especies, y en dado caso, se realizar el control de la fauna exótica.

10.- Finalmente, es imprescindible que se realice una revisión detallada de las


tasas de aprovechamiento actuales de lagomorfos, que al parecer es de 3
individuos por hectárea, lo cual en primer lugar no debe ser generalizado para

395
todas las especies de lagomorfos, sobretodo considerando que de la mayoría de
las especies existe poca información sobre el tamaño de sus poblaciones, pero
que además aún para especies comercialmente viables, resulta un número muy
elevado, ya que en un estudio poblacional reciente en la Reserva de la Biosfera de
Mapimí, para la libre cola-negra, Lepus californicus especie de amplia distribución
en Norteamérica, Portales 2006, estimó su densidad con valores máximos de 0.27
individuos por hectárea.

Ajuste progresivo de cosecha y manejo

Se recomienda que el ajuste progresivo de cosecha y manejo obedezca una


estrategia adaptativa, en la que las condiciones de cosecha y manejo se realicen
de manera conservadora el primer periodo del aprovechamiento y se evalúen al
final del periodo, para que estos resultados se consideren para establecer las
condiciones de cosecha y manejo para el segundo periodo, y así sucesivamente.
De ésta manera, se estará evaluando periodo tras periodo las consecuencias de la
cosecha y manejo sobre la población y habrá oportunidad de corregir tendencias
que pudieran perjudicar a la población.

Identificación de necesidades y vacíos

El conocimiento sobre los parámetros demográficos básicos para el


aprovechamiento de las poblaciones de lagomorfos en México es insuficiente, por
lo que es una necesidad urgente obtener esta información a partir de estudios de
abundancia de las poblaciones silvestres, así como de las poblaciones que
actualmente se están aprovechando. Las UMAs donde se cazan lagomorfos
pueden proporcionar información de los individuos de la población en relación al
sexo, edad (adulto o juvenil), medidas corporales y peso, estado reproductivo, y
número de fetos en el útero de las hembras gestantes.

Otros aspectos importantes

Considerar la posibilidad de que las UMAs incorporen estudiantes tesistas de


licenciatura y posgrado para llevar a cabo los estudios poblacionales.

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401
TEPEZCUINTLE (Cuniculus paca)

Elaboración del documento final

Rubén Montes Pérez y Mónica Arcinicega Rossano

Participantes en la Mesa de Trabajo

Rubén Montes Pérez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN


mperez@tunku.uady.mx
Mónica Arciniega Rossano, DGVS - SEMARNAT
Monica.arciniega@semarnat.gob.mx
Manuel Valdés, UNIDOS PARA LA CONSERVACIÓN, A. C.
manuelvaldes@unidosparalaconservacion.org
Jesús Parroquín Pérez, INSTITUTO DE ECOLOGÍA. A. C.
parroquin@yahoo.com.mx

Introducción

Al tepezcuintle también se le ha denominado tepezcuinte, jaleb, lapa, laba, majáz, boruga,


paca, perro de montes, conejo pintado, guagua o guardatinaja, dependiendo de la zona
donde se distribuye (Sanvicente, 1995).
Su ubicación taxonómica es la siguiente (Cockrum y McCauley, 1967; Wilson y Reeder,
1993):

Reino: Animalia
Subreino: Metazoa
Superfilo: Deuterostomata
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase : Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Eutheria
Orden: Rodentia
Suborden: Hystricomorpha
Familia: Agoutidae (=Cuniculidae)
Género: Cuniculus
Especie: paca

El género hoy válido, Cuniculus, tiene las siguientes sinonimias históricas: Mus,
Coelogenys, Agouti, Stictomys (Wilson y Reeder, 1993).

Los roedores histricomorfos presentan, como rasgos diagnósticos, un foramen infraorbital


agrandado en el cual hay un paquete del músculo masetero que se dirige al rostro en
posición anterior, donde se une a éste. El maxilar está acentuadamente ensanchado en la
región posterior y es notoriamente distinto al del resto de las familias de roedores.

La disposición y desarrollo del músculo masetero que presentan varias familias de


histricomorfos, hace pensar que tienen un origen monofilético; sin embargo Wood (1974),
argumenta que estos roedores surgieron de ancestros distintos en momentos diferentes,

402
dos líneas evolutivas filogenéticamente relacionadas aparecieron en el Oligoceno
temprano, las que dieron origen a los histricomorfos del nuevo mundo y a los ubicados en
Africa; otra línea evolucionó en el Mioceno Tardío o en el Plioceno temprano, que originó
a los histricomorfos del viejo mundo.

Con base en este autor existen tres familias de histricomorfos del viejo mundo:
Hystricidae, Petromydae y Thryonomidae. A los histricomorfos del nuevo mundo también
se les ha denominado Caviomorfos, cuyas familias son Erethizontidae, Caviidae,
Hydrochoeridae, Dinomyidae, Dasyproctidae, Chinchillidae, Capromyidae, Myocastoridae,
Octodontidae, Ctenomyidae, Abrocomidae y Echimyidae.

La familia Dasyproctidae está constituida por tres géneros Cuniculus, Myoprocta,


Dasyprocta, los cuales habitan las selvas tropicales y subtropicales de México, Centro y
Suramérica. Wilson y Reeder (1993) difieren de la clasificación anterior, mencionan que
existe la familia Agoutidae, la cual presenta un solo genero Agouti, que es distinta a la
Dasyproctidae, bajo este sistema de clasificación, la familia Agoutidae está representada
por dos especies A. paca y A. taczanowskii. A su vez, la especie A. paca también
presenta dos subespecies: A. paca nelsoni Goldman, 1913 y A. paca virgatus Bangs,
1902. La primera se distribuye en México, Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, norte
de Costa Rica, y la segunda se distribuye en Costa Rica, Panamá, Perú, Ecuador,
Venezuela, Paraguay, Colombia, Brasil, las Guayanas y el norte de Argentina. Es de
interés hacer notar que, desde 1984, una opinión oficial de la Comisión Internacional en la
Nomenclatura Zoológica (ICZN) resolvió la validez de la familia Cuniculidae y del género
Cuniculus como categorías taxonómicas válidas que substituyen a los taxones Agoutidae
y Agouti (Ramírez-Pulido et al., 2005).

En México, se ha reportado la existencia del tepezcuintle en los estados de Hidalgo,


Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca.
Los tepezcuintles presentan pelaje corto y brillante, cuyas coloraciones varían de pardo
oscuro a rojizo; en los costados tienen cuatro a cinco líneas longitudinales de manchas
blanquecinas, que llegan a las piernas. En el vientre el pelaje es pardo claro o
banquecino. Las orejas son pequeñas, así como la cola, que mide de 2 a 3 cm de
longitud. La complexión del cuerpo es regordeta; sin embargo, son animales ágiles y
pueden saltar alturas hasta de medio metro. La longitud corporal desde el hocico a la
base de la cola es variable, entre 60 y 75 cm. La cabeza es ancha principalmente debido
al ensanchamiento de los arcos zigomáticos, que están más desarrollados en el macho
que la hembra. En los machos, la expansión del arco depende de la edad del animal; en
los juveniles el arco no está desarrollado, pero en adultos es muy prominente. El arco
zigomático funciona como una cámara de resonancia, el cual le permite emitir sonidos
similares a ladridos e incluso gruñidos, acciones que ejecutan cuando están sometidos a
estrés (Sanvicente, 1995).

Las patas son cortas y delgadas, las anteriores más cortas que las posteriores. Poseen
cuatro dedos desarrollados y uno rudimentario en las patas anteriores, y cinco dedos bien
desarrollados en las patas posteriores (Montes, 1997).

Los animales adultos pesan de 6 a 14 kg, dependiendo de la región geográfica o de la


calidad de la alimentación; por ejemplo, campesinos de los estados de Campeche y
Quintana Roo han mencionado al menos un ejemplar de 8 kg.

Los tepezcuintles no presentan dimorfismo sexual notorio en etapa infantil ni juvenil, solo
en estado adulto (cuando el arco zigomático ya ha aumentado de tamaño). Así, para

403
confirmar el sexo se necesita examinar los órganos sexuales externos, los cuales están
relativamente ocultos en animales jóvenes.

Esta especie tiene actividad nocturna la cual inicia al atardecer, alrededor del crepúsculo y
termina a la mañana siguiente, aproximadamente al amanecer. En las noches en que hay
luna llena permanecen ocultos en sus madrigueras, aunque ocasionalmente pueden
deambular inclusive en algunas horas del día. Los tepezcuintles son monógamos y
territoriales, por lo tanto viven en parejas que comparten ocasionalmente una misma
madriguera, pero también se ha observado que cada miembro de la pareja puede ocupar
una madriguera separada.

Los hábitat característicos de los tepezcuintles incluyen selvas (mediana subperennifolia,


subcaducifolia, caducifolia y bosque denso lluvioso), pero también se les encuentra en
pantanos, en las cercanías de manglares, en vegetación secundaria cercana a cuerpos de
agua y hasta en plantaciones agrícolas.

Sus hábitos de alimentación son frugívoros, folívoros y granívoros. Tienen preferencia


marcada por frutos dulces y carnosos, pero también son capaces de alimentarse con
follaje de arbustos y árboles como Brosimum alicastrum y Licaria capitata.

Su reproducción es continua a lo largo del año; sin embargo, presentan dos períodos de
mayor frecuencia de celos fértiles, en los meses de noviembre y mayo, lo que se traduce
en dos períodos de mayor frecuencia de partos, en marzo y septiembre. La gestación
dura 114 días, con variación de entre 85 y 156 días. El ciclo estral dura en promedio 31.16
días, con variación entre 12 y 67 días. La edad en que los tepezcuintles inician su primer
ciclo estral es entre los cuatro y siete meses, pero su madurez sexual plena ocurre a los
diez meses de edad y, particularmente en los machos, a los 12 meses.

El intervalo entre partos es de 178 a 190 días y paren de uno a dos crías (Smythe y
Brown, 1995; Montes, 1997). Estos histricomorfos tienen la capacidad de producir crías
capaces de moverse y alimentarse por sí mismas desde el primer día de nacidos
(precoces).

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el


ajuste de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica

Con base en lo que se conoce de la biología del tepezcuintle, se propone el análisis a


nivel de dos escalas geográficas:

1.- Dimensión a nivel de parches continuos de hábitat, en función de que la movilidad de


los tepezcuintles puede variar conforme a cambios estacionales de la vegetación, por la
presión de cacería o por la modificación del hábitat y, por otro lado, debido a que los
predios de las UMA extensivas pueden ser relativamente pequeños, entre 40 y 1000 Ha
en el sureste de México y muchas veces colindan con otros predios que están dentro del
mismo parche de vegetación. Así, considerar el parche general de vegetación es
adecuado, pues podría funcionar como hábitat donador de tepezcuintles y otras especies,
más que cada UMA aislada. Entonces una primera aproximación para el estudio
poblacional podría incluir varios predios que converjan dentro de un mismo parche de

404
vegetación; para efectuar este análisis se tendría que tener un panorama al menos al
nivel municipal de este tipo de información del paisaje. La escala que podría utilizarse es
de 1:50,000 (Swain, 1998).

2.- Dimensión del predio en particular, este análisis es el segundo paso para determinar
las características de la vegetación, ahora en el predio donde se establece la UMA. Para
efectuarlo se necesita mayor nivel de precisión y exactitud, y la escala recomendada para
analizarlo es de 1:25,000, de manera que se puedan observar detalles del predio en
superficies de 0.5 Ha (100 x 50 m) (Swain, 1998). En relación con este aspecto, se ha
informado que el ámbito hogareño del tepezcuintle es de 2 a 3 ha; por tanto el análisis de
superficies, adecuado para esta especie a detalle, es congruente con la escala propuesta
(Parroquin, 2004).

Es importante que se disponga una base de datos que describa la caracterización predial,
los documentos necesarios son: polígono cartográfico, esta fuente de información podrían
ser obtenido de los Comités agrarios estatales, Registro Nacional Agrario o la Secretaría
de Desarrollo Rural y Ganadería del estado, otros documentos que es importante obtener
son fotografías aéreas o satelitales recientes de la zona donde se encuentra el predio
(especialmente no más antiguas que 3 años).

Ahora bien, sería deseable que una vez establecida la ubicación y condiciones de los
parches de mayor magnitud, dentro de una entidad federativa dada (o varias), se
propusiera el establecimiento de un subconjunto del SUMA a nivel estatal, con lo cual se
podrían formar corredores biológicos, así mismo aumentarán las dimensiones del hábitat
mediante predios colindantes.

Estimación de la densidad poblacional

Se aplicarán dos metodologías para estimar la densidad poblacional del tepezcuintle:

1. Conteo de madrigueras de animales residentes en el área, dividiéndolo por 3.5 (i.


e. el número de madrigueras usado por un individuo promedio; Parroquín, 2004). El
desarrollo de esta metodología consiste, en general, en la división del predio en
parcelas con superficies de al menos 10 ha. Se ubicarán cinco muestras al azar,
elegidas del total de parcelas; para predios muy grandes se seleccionarán por lo
menos el 5 % del total de las parcelas que ocupen el predio. En las parcelas
seleccionadas se localizan y marcan las madrigueras de los tepezcuintles, debe
confirmarse la ocupación efectiva de la madriguera, mediante los sonidos que
usualmente emite el animal desde el fondo del mismo. La unidad muestral es la
parcela.

2. Conteo de animales por el método de transecto lineal. Se aplicará el método


descrito por Mandujano (1994).

Se establecen al menos cinco transectos lineales de al menos 2 km de longitud en


el predio de estudio, los transectos se colocan al azar y se geo-posicionan con
GPS. Se efectúan recorridos en la madrugada (5 a 7 a.m.) o al anochecer (5 a 7
p.m.), se registra la distancia radial y el ángulo de observación entre el observador
y el ejemplar. A partir de estos datos se procesan con los modelos descritos por
Bunrham et al. (1980), la estimación de los parámetros del modelo y la densidad
poblacional, se puede efectuar con los programas Transect o Distance.

405
Una vez obtenidas las estimaciones con estas metodologías, se empleará aquella
que muestre un coeficiente de variación menor o igual al 20% y un intervalo de
confianza reducido.

En caso de que ambos métodos rebasen el 20% de coeficiente de variación o sus


intervalos de confianza sean amplios, entonces se promedian, este promedio se
utiliza como valor final, para ser aplicado en el modelo de cosecha.

Es muy importante hacer notar que aun cuando el muestreo sea representativo, la
densidad obtenida no debe entenderse como aplicable a todo el predio, sino
solamente a aquellas áreas con hábitat adecuado para el tepezcuintle.

Protocolo de trabajo para el seguimiento de la población orientado a detectar la condición


inicial y tendencias de ésta

Este protocolo estará constituido por los siguientes componentes:

1. Estimación de la densidad poblacional cada año, utilizando la misma metodología.

2. Graficar la densidad poblacional respecto al tiempo. La gráfica debe contener dos


ejes: el eje horizontal (x) correspondiente al tiempo en años y el eje vertical (y)
correspondiente a las densidades poblacionales obtenidas. Se colocarán las
medias de estimaciones poblacionales anuales y sus respectivas desviaciones
estándar. Se anexarán a cada gráfica anual los comentarios pertinentes sobre la
tendencia poblacional y la conclusión que se infiere de los resultados.

Formato óptimo para la captura de datos de campo

Los datos de campo serán tabulados con base en el siguiente formato para cada
método:

Para el método de conteo de animales en madriguera, se utilizará:

Censo No._______________________________
Fecha___________________________________Hora______________________

Número y Cantidad y tipo de Cantidad de Tipo de


geoposición cuerpos de agua dentro madrigueras vegetación dentro
del cuadrante del cuadrante ocupadas del cuadrante

*Observaciones: Señalar los eventos naturales o antropogénicos que acontecen durante cada ciclo anual (inundaciones, sequía,
incendios, huracanes, cambio de tipo de suelo, remoción de vegetación, asentamientos humanos irregulares).

Número de No. de Distancia


Fecha de Distancia
transecto, individuos perpendicular
colocación Fecha de efectiva al Ángulo del Tipo de
su longitud avistados en del
del recorrido punto de avistamiento vegetación
y ubicación cada avistamiento
transecto observación
con GPS observación al transecto

406
*Observaciones: Deben anotarse eventos naturales o antropogénicos que acontecen durante cada ciclo anual (inundaciones, sequía,
incendios, huracanes, cambio de tipo de suelo, remoción de vegetación, establecimiento de asentamientos humanos irregulares).

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales para la cosecha


sustentable.

1. Método del conteo de madrigueras de los animales residentes en el área. Se


calculará la exactitud (intervalo de confianza al 95%) y la precisión (coeficiente de
variación, cuya meta es no superar el 20%) estadística de la estimación. La unidad
muestral es el cuadrante (parcela). La elección de al menos 5 unidades de muestra
se realizará por tabla de números aleatorios, habiéndolas numerado previamente.
Una vez hecho el conteo de animales en el total de las muestras se estimará el
error estándar, para luego obtener el intervalo de confianza al 95% del tamaño
poblacional y el coeficiente de variación (Steel y Torrie, 1989).

2. Los algoritmos que deben emplearse, para hacer la estimación poblacional por el
método de transecto en línea, son los indicados por Mandujano (1994) y Burnham
et al. (1980). Los datos obtenidos en la hoja de campo se introducirán al software
Transect o Distance para ser procesados. Los resultados arrojados por el programa
serán impresos y anexados al informe de la estimación.

3. Una vez obtenidos los datos de campo, es importante evaluar la existencia de


algún criterio de estratificación de estos datos (diferenciación según los atributos
naturales de las parcelas de donde se obtuvieron); es probable que una
estratificación a priori pudiera ser artificial, debido al criterio del analista, por
ejemplo, el estratificar por tipo de vegetación la estimación poblacional pudiera ser
no representativo bajo ese criterio, cuando los parches de vegetación son
pequeños y están contiguos a una gran diversidad de parches en diferentes etapas
de sucesión; sin embargo, después de un análisis cuidadoso, se podría encontrar
que la estratificación por cercanía o lejanía de cuerpos de agua, o por cercanía o
lejanía de áreas de cultivo podría indicar diferencias significativas en la estimación
poblacional del tepezcuintle en el predio en estudio, por tanto se efectuaría una
estratificación a posteriori, con base a las características del entorno en cada UMA,
en virtud de que podría buscarse así un criterio fiable de estratificación natural
(Manly & Navarro, 2006).

4. Es conveniente añadir, en los informes de estimación de densidades y cosecha, la


hoja de cálculo original, para tenerlo disponible en una base de datos para
eventuales revisiones de los análisis.

407
Aspectos del hábitat del tepezcuintle Cuniculus paca, relevantes para la
conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Aspectos de hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la


cosecha sustentable en UMA.

a) Determinar las especies vegetales dominantes y secundarias, para los parches de


vegetación, destacando su distribución espacial.
b) Determinar el tipo de suelo y su distribución espacial.
c) Ubicar la presencia, permanencia y distribución de cuerpos de agua.
d) Ubicar las diferentes unidades de producción y de influencia antropogénica en el
predio: zonas agrícolas, zonas pecuarias, zonas de asentamiento humano, zonas
contiguas del parche de vegetación en la UMA con los de otros predios.
e) Estimar la cantidad de biomasa de las principales especies vegetales que consume
el tepezcuintle, por periodo estacional, considerando su disponibilidad real para los
animales y la parte de la planta que se consume.
f) Determinar el estado nutricional y de salud de ejemplares capturados: peso,
condición del pelaje, entre otros. Los ejemplares cazados, contenidos en la tasa de
aprovechamiento, serán examinados para obtener la siguiente información:

1. Nivel y tipo de ectoparásitos.


2. Cantidad de hembras y machos capturados.
3. Cantidad de hembras gestantes.
4. Cantidad de fetos por hembra gestante.

La elección de estos datos procede de Ortiz-Martínez et al. (2005); Aquino y Calle


(2003) y Zapata-Ríos (2001).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar


su condición inicial y sus tendencias.

Este protocolo está constituido por dos componentes:

Componente 1

Caracterización de los tipos de vegetación, caracterización edáfica e hidrológica del


predio a través de cartas respectivas (hidrológicas, edáfica y mapas de vegetación
satelital o fotografías aéreas del año más cercano; a lo más, 3 años anteriores).
Esta parte consiste en describir los rasgos biológicos y físicos que constituyen el
hábitat de las especies que se pretende conservar y aprovechar en la UMA en estudio;
sin embargo, esta descripción necesita efectuarse mediante información de los tipos
de vegetación dentro y alrededor del predio en estudio, así como los tipos de suelos,
geología y presencia de cuerpos de agua superficial o la cuenca hidrológica. Para
conseguir esta descripción es necesario disponer de mapas y fotografías aéreas o
imágenes satelitales, que revelen la situación del predio y de los terrenos contiguos,
debido a que las poblaciones animales se movilizan de un predio a otro en función de
las características del hábitat o de algún otro evento (como la producción estacional de
fruta). Procediendo así, el estudio no quedaría reducido a un predio en particular,
principalmente cuando existen parches de vegetación relativamente grandes que
abarcan varios predios contiguos. La información obtenida a partir de estos materiales,
es el punto de partida para efectuar la caracterización del hábitat de las especies

408
sujetas a conservación y aprovechamiento. También es importante efectuar la
supervisión de los diferentes sitios que pueden funcionar como hábitat donadores y
receptores de poblaciones de fauna, en virtud de que tales hábitat pudieron haber sido
modificados, o no, en el lapso transcurrido a partir de la elaboración del mapa y el
momento en que se inicia el estudio del hábitat; por este motivo se considera
adecuado que los mapas, imágenes y fotografías no tengan una antigüedad mayor de
tres años a partir del inicio del estudio en cuestión (Swain, 1998).
La caracterización será estructurada mediante un documento que contenga lo
siguiente:

1. Portada que indique el título de esta sección, con fecha, nombre del
predio, ubicación del polígono en coordenadas geográficas o UTM,
nombre del ejido o de la propiedad privada, nombre del representante
legal y de la asociación (si fuera el caso) y nombre del responsable
técnico.
2. Mapa de la distribución espacial de los diferentes tipos de parches de
vegetación geo-posicionados, en éste deben estar identificados cada uno
de los tipos de vegetación mediante una clave o leyenda, dentro del
mapa o fotografía o imagen, así como su escala y la fuente de
información que lo proporcionó. También debe contener el tamaño de
cada tipo de parche. Debe haber una descripción de las especies
vegetales dominantes, número de estratos y comentarios sobre el estado
de conservación de la vegetación nativa, así como de los cultivos
actuales, praderas y alguna otra zona que haya sido manejada (por
ejemplo, zonas de roza, tumba y quema). Es muy recomendable
enfatizar la presencia y distribución de especies vegetales de reconocida
importancia para la alimentación del tepezcuintle.
3. Mapa de caracterización de los tipos de suelo, geología y cuerpos de
agua (o de la cuenca hidrológica). Cada mapa debe tener información
acreca de la escala, estar geo-referido y contener una clave o leyenda
dentro del mapa, que identifique claramente cada rasgo físico
mencionado. Finalmente, debe tener una sección de comentarios que
describa o analice las variaciones que presentan los rasgos biológicos y
físicos a lo largo de cada ciclo anual (Swain, 1998).

Componente 2

Medición de los indicadores de parasitosis, densidad poblacional, productividad bruta y


productividad reproductiva de animales cazados. Graficar cada parámetro mencionado
respecto al tiempo.

La información obtenida en la sección 1, sirve de sustento para identificar el potencial


que tienen los rasgos biofísicos del predio como hábitat donador o receptor de las
poblaciones destinadas a la conservación y/o el aprovechamiento, pero la información
precisa que permitiría evaluar el estatus de conservación de las poblaciones objetivo,
lo brinda el nivel de parasitosis (endo o ectoparásitos), el virtud de que éste rasgo es
reflejo de la resistencia o resiliencia en la interacción parásito-hospedero. Por ejemplo,
un grado inusualmente alto de infestación reflejaría problemas en esa población de
tepezcuintle. Por otra parte, la calidad y nivel de nutrición que proporciona el hábitat a
las poblaciones en estudio, se manifiestan en la reproducción e indirectamente
también en las parasitosis; de aquí entonces que la medición de rasgos reproductivos

409
de animales cazados, brinda información importante: cantidad de hembras gestantes,
productividad bruta, que es la cantidad de fetos que tienen las hembras gestantes; la
productividad reproductiva que es el producto de la cantidad de fetos por la cantidad
de partos al año, que produce la hembra. Y finalmente la densidad poblacional, que es
la suma algebraica de la reproducción, inmigración, emigración y mortalidad que
experimenta la población en cuestión.

La información sobre el nivel de parasitosis, la productividad bruta y reproductiva, así


como la densidad poblacional, debe organizarse en cuadros para cada período de
análisis el cual es, al menos, anual. De esta manera dicha información podrá ser
analizada mediante gráficas cartesianas, donde habrá dos ejes verticales, uno
corresponde a la productividad reproductiva y el otro a la densidad poblacional, siendo
el eje horizontal el periodo o año de análisis. De esta manera podrán observarse más
fácilmente las tendencias en los cambios reproductivos y poblacionales en un período
de tiempo (Bodmer et al., 1997; Overstreet, 1997).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo

Calendario de las actividades realizadas en las UMA

ACTIVIDADES ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
Monitoreo de los
Resultados
individuos y R R R R R R R R R R R
(R)
madrigueras
Cacería con base Resultados
en la tasa de en
aprovechamiento formularios
y recolección de especiales R R R R R R R R R R R
datos de los
ejemplares
cazados
Descripción
Mes de lluvia de D D D D D D D D D D D
incidencia
Descripción
Mes de sequía de la D D D D D D D D D D D
misma
Descripción
Verificación de
del estado
campo de la D D D D D D D D D D D
de cada
vegetación
parche
Entrega del Fecha
F F F F F F F F F F F
reporte mensual

Resumen de parámetros indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

a) Mapeo de los diferentes tipos de vegetación y su distribución espacial.


b) Mapeo de las madrigueras en el predio.
c) Mapeo de cuerpos de agua.
d) Peso del animal cazado (Pa)
e) Porcentaje de animales notoriamente parasitados (Ap)
f) Productividad bruta (Pb): numero de fetos por hembra gestante.

410
g) Productividad reproductiva (Pr): Productividad bruta x numero de partos por
hembra al año.
h) Se graficará el porcentaje de animales parasitados, productividad bruta y
productividad reproductiva contra el año. En el eje X se coloca el año, en el eje Y
se colocan Pa, Ap, Pb, Pr
Donde:

Pa= peso del animal cazado


Ap= porcentaje de animales parasitados
Pb= productividad bruta
Pr= productividad reproductiva

(Bodmer et al., 1997; Aquino y Calle, 2003)

411
Aspectos de conservación del tepezcuintle Cuniculus paca, en la gestión de la
cosecha sustentable en UMA

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área


de una UMA

Un método adecuado para determinar la viabilidad biológica de la cosecha, es el de


“Reclutamiento de stock” (Bodmer et al., 1997), el cual tiene la virtud de evaluar el
resultado de la cosecha a partir de la capacidad de carga del hábitat (K) y de los
cambios de la población de un tiempo t al siguiente período de tiempo t+1. Existe una
relación entre los tamaños de población entre t y t+1, la cual puede ser medida si se
conocen K y el rendimiento máximo sostenido (RMS) que, para especies como el
tepezcuintle, debe ser del 60% de K (Robinson y Redford, 1991).

Con base en la Figura 1 (Figura 7.6 de esta referencia), la cantidad de animales


cosechados debe establecerse en la región cercana a un tamaño de población
cercano a K y por arriba del RMS, porque en esta región de la gráfica, la población
base es suficientemente grande para que la extracción de los ejemplares no disminuya
a esta población; por lo tanto, las desviaciones producidas por algún error en la
estimación poblacional o en el cálculo de la tasa de extracción no dañarían
sensiblemente a la población base. La figura muestra una gráfica que describe el
modelo. En esta misma gráfica se muestra la curvatura convexa sobre la línea
diagonal a 450, esta curvatura representa el reclutamiento de la población, sobre la
cual se ejecuta la extracción; por tanto, se remueven los animales reclutados
manteniendo al propio tiempo la población base, que está representada por la
diagonal.

Figura 1.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y


periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

412
La determinación de la viabilidad de la cosecha se puede efectuar a partir del siguiente
algoritmo:

Densidad o tamaño de población actual estimada x 100


P = ------------------------------------------------------------------------------
Densidad o tamaño de población, a la capacidad de carga

P es la proporción de la población actual estimada respecto a la población en la


capacidad de carga para dicho hábitat, tal que se ubica en la diagonal de la gráfica 7.6
(Figura 1), dicho valor se puede encontrar entre RMS y K, es decir por arriba del 60%
de K (caso 1) o entre cero y RMS (caso 2), es decir por debajo del 60% de K. Si se
encuentra en el caso 1, entonces la población puede estar sujeta a aprovechamiento
extractivo, pero si se encuentra en el caso 2, primero se debería aumentar el tamaño
de la población base para intentar efectuar el aprovechamiento sin poner en riesgo a la
misma (Bodmer et al., 1997).

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una


UMA

Se deberán realizar los estudios de estimación poblacional y la estimación de cosecha,


previamente a cualquier disposición institucional que permita el aprovechamiento. Este
procedimiento debe realizarse periódicamente, cada año.

El tepezcuintle, por ser una especie de reproducción continua a lo largo del año y por
tener una tasa de crecimiento moderada (λmáx mayor a 1.5) (Robinson y Redford,
1991), así como una alta supervivencia de neonatos, debido a que nacen precoces y
son capaces de alimentarse por ellos mismos desde el primer día de nacidos, permite
concentrar la atención en cuidar la cantidad de alimento, las áreas de refugio y de
parto de crías. Es importante evitar la extracción de ejemplares durante el período en
el cual hay mayor cantidad de nacimientos, que es en marzo-abril y agosto-septiembre
(Montes, 1999).

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y


previsiones para cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica el
caso

Se utilizarán dos métodos de cosecha, en virtud de que el primero podrá ser utilizado
cuando no se conozcan los valores de Productividad bruta ni Productividad
reproductiva. El segundo modelo es el adecuado, porque mide los indicadores
mencionados.

Modelo 1. Cosecha de Robinson y Redford (1991). Se fundamenta en dos parámetros,


cuyo algoritmo es:

Pmax (D) = (D* λmax) - D

H = Pmax - M

Donde:

413
Pmax (D) es la producción máxima anual a la densidad estimada.
D es densidad estimada.
λmáx es la tasa máxima finita de incremento correspondiente a la especie aprovechada,
que para el tepezcuintle es de 1.95 (Robinson & Redford, 1991).
H es cosecha
M es mortalidad natural

Modelo 2. Modelo de cosecha de Bodmer et al., (1997). Este modelo utiliza los
indicadores de productividad bruta y productividad reproductiva y el ajuste de la cosecha
con base al valor de Rendimiento máximo sostenido (RMS), mencionado por Robinson y
Redford (1991) para los casos de especies de vida tanto muy corta, como corta y larga.

Productividad bruta (Pb) es número de fetos por hembra gestante. Se procede a estimar
la productividad reproductiva (Pr): Productividad bruta x numero de partos por hembra al
año.

(De) (Pb * Pr)


C= --------------------------------------------
2

C es cosecha en crías/año/km2
De es la densidad estimada en el estudio de campo, en animales/km2

Una vez obtenido el valor de C, se relaciona con la RMS, que para el tepezcuintle puede
considerarse de 20%, con base en la longitud de su vida.
El algoritmo empleado para determinar la sustentabilidad de la cosecha es:

Densidad cacería
Sust = -------------------------
Cosecha

Sust es la sustentabilidad de la cosecha en unidades abstractas, que deben ir de 0.01 a


0.20
Densidad de cacería, en unidades de animales cazados/año/km2
Cac es la cosecha aceptable calculada, en animales/año/km2

Cualquier valor de Sust superior a 0.20 se considera no sustentable y la población sujeta


a aprovechamiento estaría en riesgo de desaparecer en el predio, si se sujeta a
aprovechamiento extractivo.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de


seguimiento y el análisis recomendado para éstos.

Los principales indicadores del efecto de la cosecha son: gráficas de seguimiento


multianual de las estimaciones poblacionales y de los efectos del hábitat sobre la
población animal, a través de Ap, Pb, Pr (véanse las descripciones más arriba), las cuales
indicarán las tendencias a lo largo del tiempo. Por esta misma razón es necesario revisar
las tendencias antes de solicitar la tasa de aprovechamiento. Estas tendencias pueden
indicar tres escenarios: Estabilidad del efecto de la cosecha, cuando las estimaciones

414
poblacionales, Ap, Pb y Pr se mantienen dentro de un intervalo de variación que no pone
en riesgo a la población base. Disminución, cuando el intervalo de variación desciende a
lo largo del tiempo e, Incremento, cuando este intervalo de variación aumente, lo cual
debe motivar atención especial.

También es necesario elaborar mapas de ubicación de las madrigueras ocupadas cada


año, para saber la tendencia de movilización y uso diferencial respecto a los sitios de
anidación y refugio de la población de tepezcuintles, lo cual puede reflejar el
comportamiento de las poblaciones por efecto de cacería, depredación o competencia con
otras poblaciones.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el


caso de eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de
hábitat considerando los efectos de la cosecha en cada lapso.

Es importante que se elabore la Grafica 1, en la que se coloca en el eje X el año y en Y la


tasa de aprovechamiento autorizado y el aprovechamiento real. Esta gráfica debe
contener al pie un texto que explique las diferencias (si las hubo) y las causas por las que,
se estima, esto sucedió.

Gráfica 1
tasas de aprovechamiento anual

25
cantidad de animales

20
aprovechados

15

10

0
1 2 3 4 5 6
año

tasa extraida tasa autorizada

También se debe elaborar un diagrama como el de la Gráfica 2, que relacione la cantidad


de madrigueras ocupadas a lo largo del tiempo (año con año). Esta gráfica coadyuva a
interpretar la congruencia de los resultados de la Ggráfica 1, pues si la gráfica de la tasa
de aprovechamiento está funcionando de acuerdo a lo autorizado, sin tendencias
negativas, entonces la cantidad de madrigueras en el predio debiera reflejar una situación
comparable.

Gráfica 2

415
Ocupación anual de madrigueras
120

madrigueras ocupadas 100

80

60

40

20

0
1 2 3 4 5 6
años

Recapitulación y recomendaciones

Bases esenciales para la conservación

Es conveniente efectuar los mapeos de tipos de suelo y vegetación cada tres años,
porque permitirían caracterizar cambios y la dinámica florística, posibilitando relacionarlos
con el mapeo de madrigueras de A. paca para cada predio.

Es conveniente planificar el establecimiento de un sistema agroforestal con especies


nativas con potencial forrajero y frutales para la alimentación de la(s) especie(s) que se
maneja(rán) en la UMA. Se recomienda utilizar especies nativas, especialmente arbóreas,
combinadas con especies de ciclo corto. El siguiente Cuadro muestra una lista de las
especies que pueden considerarse para este propósito.

Cuadro 1. Alimentos observados de consumo por tepezcuintles Cuniculus paca nelsoni


Semillas y Tubérculos y
Frutas Verduras Hojas
Granos Raíces
Aguacate* Calabaza Ramón Ramón Camote*
Papaya Betabel Cnidoscolus Mango Colinabo
Mango* Pepino Leucaena Aguacate Nabo
Melón Chayote Gymnopodium Maíz* Yuca
Sandía Zanahoria Repollo Arroz
Plátano* Romanita Trigo
Mamey Espinaca Pich
Ciruela Guazuma
Chicozapote Guarumo
Talisia Álamo
Maracuyá
Piña
Mandarina*
Guanábana
Tamarindo
Naranja*
Nance

416
Saramullo
Tomate
Guayaba

Montes y Reid (2000).

Ajuste progresivo de la cosecha y manejo

Cuando no exista información sobre la capacidad de carga (K) para el tipo de hábitat que
existe en la UMA, entonces no será posible aplicar el método de reclutamiento de stock
para medir la viabilidad de la población ni la sustentabilidad de la cosecha. Entonces se
necesita recurrir a otro criterio para tratar de mantener la viabilidad poblacional sujeta a
aprovechamiento extractivo; para ello se puede tomar como punto de partida la
información generada por la FAO respecto a animales domésticos. Se propone conservar
como mínimo un tamaño efectivo de población de 50 animales adultos (Ne = 50), de los
cuales 25 son hembras y 25 machos, ambos fértiles; si el sistema de apareamiento es
libre, cada individuo tiene la capacidad de producir un descendiente a la próxima
generación. Con esta población efectiva, la tasa de endogamia alcanza el 1% en cada
generación (Echeverría et al., 2002). Con base en este Ne, entonces el tamaño de la
población base debiera ser mayor a 50, debido a que no se contabilizan los machos y
hembras con capacidad reproductiva pero que no se reproducen por diferentes
circunstancias (Echeverría, 2005).

También se propone validar la técnica de remoción controlada, como recurso accesorio


para estimar la densidad poblacional. El algoritmo que se puede utilizar es el utilizado por
(Soms, 1985), este algoritmo se ejecuta por el programa Capture o Mark
www.warnercnr.colostate.edu/~gwhite/software.html

Adicionalmente, con los datos generados por la aplicación de esta metodología se podrá
calcular la tasa de cosecha sustentable, con base en la productividad bruta y en la
productividad reproductiva (Bodmer et al., 1997).

Es conveniente aplicar el método de reclutamiento de stock (Bodmer et al., 1997),


siempre y cuando se disponga de información sobre capacidad de carga del hábitat, para
mantener la población base dentro de diferentes tasas de aprovechamiento, estimadas
con el método de cosecha sustentable.

Identificación de necesidades y vacíos

Se considera necesario promover la incorporación al SUMA de los predios que hacen


aprovechamiento de roedores para la alimentación como A. paca y D. punctata y que aun
no están establecidos como UMA.

Respecto a los parches de vegetación que se extienden entre dos o más comisarías, dos
o más municipios e incluso entre dos o más estados, se torna importante iniciar las
gestiones para que estos parches se mantengan sin fragmentación ni deterioro, mediante
acuerdos con las autoridades políticas, propietarios de predios y otros actores
involucrados en el manejo de estos recursos, para facilitar la toma de decisiones hacia el
establecimiento de nuevas UMA extensivas.

417
Es necesario que se apoye a los representantes técnicos y legales de UMA, para que
efectúen adecuadamente los procedimientos técnicos de estimación, caracterización y
cálculo de aprovechamiento, así como efectuar supervisión para la correcta aplicación de
los métodos indicados en este documento.

Debe promoverse la participación de representantes técnicos y legales de UMA con


instituciones de investigación y docencia con apoyo de agencias financiadoras y OSC,
para someter a prueba los métodos de análisis poblacional sugerido en esta sección.

Se recomienda ampliamente promover la capacitación de técnicos en manejo de UMA,


con énfasis en las distintas especies a tratar; sea a través de Diplomados o de otros tipos
de cursos.

Es importante promover la difusión de la importancia del tepezcuintle, por sus rasgos


ecológicos y sociales, en términos de sus antecedentes históricos y relevancia cultural,
derivados de su cualidad como uno de los alimentos más finos consumidos en el
neotrópico.

No debe olvidarse el fomento de la investigación (en este momento se considera


especialmente importante el estudio de la conducta del tepezcuintle por medio de
radiotelemetría).

Se recomienda enfáticamente dedicar atención al rediseño y cambio de los formatos


actualmente registrados para los aprovechamientos.

Otros aspectos importantes

Se propone modificar la metodología del conteo de animales en madrigueras, en términos


de no contar aquellas madrigueras que muestren solamente huellas, debido a que esta
acción podría sobrevalorar el conteo, debido a que los tepezcuintles pueden ocupar dos o
más madrigueras en un lapso determinado, o una sola en diferentes períodos; al contar
las huellas en una madriguera y luego contar otra donde se encuentra realmente el
animal, se corre el riesgo de contabilizar dos o más veces al mismo animal.

Los formatos rediseñados y aprobados, una vez generada la información tanto en los
aprovechamientos para uso de consumo como en los de cacería con otros fines deberán
ser debidamente entregados a la Dirección General de Vida Silvestre (SEMARNAT), a la
Delegación estatal y a una Institución Educativa en el estado correspondiente, para su
análisis (en el caso de Yucatán, el IES).

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420
421
A MODO DE CONCLUSIÓN

Los resultados obtenidos por el grupo de expertos que participaron, en cada una de las
Mesas temáticas, proveen líneas de interés para orientar –y reorientar progresivamente–
programas de conservación y gestión para el uso sustentable de varias especies de aves
y mamíferos silvestres en México de mayor interés directo, particularmente en el contexto
de las UMA. Asimismo, ofrecen un panorama representativo de los avances actuales y de
los temas pendientes de desarrollo en cada caso tratado.

Sin duda este ejercicio colectivo de análisis, debate y búsqueda de consenso, representó
una experiencia novedosa cuyo resultado ha provisto indicios alentadores de lo que
puede lograrse manteniendo este enfoque crítico y objetivo, en busca de la integración y
actualización permanente de los aspectos científicos y técnicos para la conservación de
especies silvestres y sus hábitat. Esa integración y actualización deben irse reflejando
progresivamente en métodos y técnicas de clara aplicación práctica, útiles para personal
de los gobiernos y de UMA que tiene a su cargo programas de conservación de vida
silvestre. La presente compilación significa un paso en la incorporación progresiva de los
resultados de la investigación científica a la gestión para la conservación de especies
silvestres y sus hábitat en México pero, claramente, no es un punto de llegada sino más
bien de partida y referencia.

La expectativa de las instituciones y la organización que auspiciaron de los Talleres es


que, con base en esta experiencia, pueda darse mayor solidez a futuras acciones de
conservación de especies y de sus respectivos hábitat. Para lograr ese objetivo será
indispensable instaurar la realización periódica de estos talleres, en lapsos adecuados, en
un programa permanente dirigido a la revisión de estos grupos de especies y otros que,
por su importancia, se vayan detectando. La coordinación de los Talleres sugiere que, de
tomarse el reto de generar un proceso permanente de análisis y desarrollo de
herramientas prácticas con este propósito, se haga énfasis en aspectos de escalas
geográfica y de tiempo; de una mejor definición de poblaciones, para fines de manejo; de
continuidad y funcionalidad de las poblaciones y sus hábitat; de metapoblaciones; de
historia de vida; y de estructura, dinámica y manejo adaptable de poblaciones, entre otros.

Crear y mantener vigente un proceso de afinación continua de las herramientas de trabajo


para la conservación de aves y mamíferos silvestres (e iniciarlo para otros grupos
zoológicos y botánicos, según se vaya requiriendo) permitirá consolidar la integración y
actualización de principios científicos en las prácticas de conservación de la vida silvestre
en México. Hasta el momento, en todo el mundo, la sustentabilidad del uso de la vida
silvestre continúa siendo más un concepto guía que un hecho demostrado; su credibilidad
futura dependerá de que los resultados favorables sean más contundentes; y para ello
será necesario –entre otros aspectos– continuar mejorando las herramientas de trabajo.

Óscar Sánchez,
Coordinación de los Talleres

422
ANEXO 1
DIRECTORIO DE PARTICIPANTES

Nombre Institución Correo electrónico


Adán Oliveras CONABIO aoliver@xolo.conabio.gob.mx

Adrián Reuter TRAFFIC areuter@wwfmex.org


Centro de Ecología
Alfredo Garza Herrera ghalfredo@mexico.com
Regional A.C
Araceli Valverde Castañeda Faunótica A.C. arali@ecomail.org
DGVS -
Ariel Rojo Curiel ariel.rojo@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
Carlos Gracida U'yo'olché A.C. betogracida@gmail.com
Unidos para la
Danae Azuara danae_azuara@unidosparalaconservacion.org
Conservación A.C.
Centro de Ecología
Daniel De León biodaniell@gmail.com
Regional A.C
U. Autónoma de
Alberto Lafón alafon@uach.mx, gruscan@yahoo.com.mx
Chihuahua
Cornell Lab of eei2@cornell.wdu, einigo-
Eduardo Íñigo
Ornithology elias@worldnet.att.net
Eduardo Martínez Pronatura Veracruz bichodemonte@gmail.com
DGVS -
Eduardo Morales Valderrama eduardo.morales@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
ecanales@profauna.org.mx,
Eglantina Canales Profauna A.C.
profauna@interclan.net
Elvia de la Cruz INE - SEMARNAT ecruz@ine.gob.mx
Hábitat y Palomas
Enrique Cisneros cisnerose@prodigy.net.mx
del NE A.C.
Eric Mellink CICESE emellink@cicese.mx
euge_peter@yahoo.com.mx,
Eugenio Peterson AOCBC
eugpete@yahoo.com.mx
Instituto de
Fernando González García gonzalef@ecologia.edu.mx
ecología A.C.
DGVS -
Filemón Manzano Hernández filemon.manzano@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
Gerardo Carreón Naturalia A.C. parkswatch@nauralia.org.mx

Griselda Escalona Ecosur - Campeche gescalon@camp.ecosur.mx

Héctor Gómez hgomez@miranda.ecologia.unam.mx


Hábitat y Palomas
Héctor Zamora alasblancaszam@hotmail.com
del NE A.C.
Humberto Belanga CONABIO hberlanga@xolo.conabio.gob.mx
DGVS -
Inés García Labra ines.garcia@semarnat.gob.mx
SEMARNAT

423
Nombre Institución Correo electrónico
Javier Ochoa Covarrubias SIAFASE siafase@prodigy.net.mx
Texas Parks and
Jesus G. Franco jesus.franco@tpwd.state.tx.us
Wildlife Department
DGVS -
Jonás Sánchez josanche@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
José Manuel Ochoa DUMAC manuelochoa@dumac.org

Juan Cornejo Africam Safari jcornejo@africamsafari.com.mx


DGVS -
Juan Manuel Segundo Galán jsegundo@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
Julio Carrera CONANP acarrera@conanp.gob.mx
Instituto de krenton@ibiologia.unam.mx,
Katherine Renton
Biología, UNAM karenton@yahoo.com.uk
DGVS -
Lizardo Cruz Romo jesus.cruz@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
Instituto Manantlán,
Luis Ignacio Íñiguez liniguez@cucsur.udg.mx
U. de Guadalajara
DGVS -
Melisa Meztli Méndez melisa.mendez@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
SEMARNAT
Miguel Ángel Díaz silvestre@zacatecas.semarnat.gob.mx
Zacatecas
DGVS -
Mónica Pérez monica.perez@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
DGVS -
Omar E. Rocha edrocha@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
Consultor científico
Óscar Sánchez en conservación de teotenango@yahoo.com.mx
Vida Silvestre
Osvel Hinojosa Pronatura Noroeste osvel@email.arizona.edu
villegas@ecologia.edu.mx,
Rafel Villegas INECOL
patrarca@gmail.com
DGVS -
Ricardo Hernandez rhernandez@semarnat.gob.mx
SEMARNAT
scalme@ecosur-qroo.mx,
Sophie Calmé Ecosur, Q. Roo
sophie.calme@gmail.com
Tiberio Monterrubio Rico U. de Michoacán tiberio@zeus.umich.mx

William Eldrige USFWS william_eldridge@fes.gov


U. Autónoma de
Yamel Rubio Rocha yamel@uas.uasnet.mx
Sinaloa

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