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Economía

Alentadas por el discurso oficial, las patronales aplican el ajuste


por “mano propia”: miles de anuncios de despidos y
suspensiones. el mega endeudamiento aceita el ataque contra
la clase obrera.
Pepsico, Hutchinson, Wallmart, Atucha, Lanxess,
Estamos ante “un proceso bastante firme de recuperación de
empleo”, afirmaba el 7 de marzo el ministro de Hacienda, Nicolás
Dujovne. El funcionario salía así al cruce sobre las denuncias de la
pérdida de empleo, uno de los ejes de la marcha convocada para ese día
por la CGT.Semanas atrás el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(Indec) desmintió al ministro Dujovne al informar que la tasa de
desocupación trepó a 9,2 % en el primer trimestre (enero-marzo) del año:
se trata de 1,15 millones de trabajadoras y trabajadores sin ocupación en
los aglomerados urbanos relevados por Indec. Es decir, 212 mil
desocupados más que en el relevamiento previo del último trimestre de
2016.Los más perjudicas son las mujeres, cuya tasa de desocupación es
de 10,2 % contra el 8,5 % de los varones. Lo mismo sucede con los
jóvenes: el 20,1 % de las mujeres y el 17,2 % de los varones de hasta 29
años están desocupados.
Cuando se proyectan los datos de los aglomerados relevados por Indec a
todo el país (es decir, considerando las áreas no comprendidas en el
operativo del organismo de estadística), se eleva a 1,8 millones el
número de personas que buscan empleo sin conseguirlo. De acuerdo a
datos dados a conocer ayer por el Ministerio de Trabajo, en abril se
destruyeron más de 50.632 puestos de trabajo registrado (en "blanco")
en el sector privado en relación a marzo. En términos
desestacionalizados (algo que tiene que ver más con las estadísticas que
con la realidad), la pérdida es menor: 1.475 puestos.
Algunos especialistas y el Gobierno aducen que lo ocurrido en los
primeros meses del año se debe a factores estacionales.
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explicar la desocupación
La burocracia sindical está en "modo" tregua infinita. El año pasado,
luego del veto a la “ley antidespidos”, dejó correr el cínico acuerdo entre
el Gobierno y los empresarios para no despedir por 90 días.Un pacto
similar se selló en noviembre último. El compromiso era no despedir
hasta marzo de este año. Los resultados están a la vista.
NUEVA OLEADA: En estos días el caso más resonante de despidos es el de
Pepsico, planta Florida, que con un cierre fraudulento quiere dejar 600
familias en la calle. Luego de la defección de la burocracia sindical de la
Federación Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA), dirigida
por Rodolfo Daer, que negó un llamado a paro y destinar el aporte
solidario a los despedidos, la respuesta obrera dio un primer paso con la
permanencia en la fábrica para defender los puestos de trabajo.
El colectivo de trabajadoras y trabajadores avanza hacia otras medidas
audaces con el bloqueo de la logística de la empresa llamada para hoy
jueves, además de la campaña “No al cierre. No compre productos Lays
y PepsiCo” y la puesta en pie de un fondo de lucha.
En lo que transcurrió de 2017 la industria alimenticia registró despidos o
cierres en Nevares, Agrana Fruit, Soriano, La Campagnola, Helados Vito,
Bimbo, Canale, Dulcypas, Criave y sigue la lista.El martes se conocieron
51 despidos en la sucursal Sarandí de la multinacional yanqui Walmart.
La empresa aduce una “crisis”. Según el testimonio que brindó a
Izquierda Diario una trabajadora, “se les negó el ingreso a los
despedidos, mientras que a los que quedaban se les hacía firmar un
nuevo convenio, presentado como ‘Acuerdo de Modificación de Pautas
Laborales’”.La modificación de las “pautas”, obviamente, es para
desmejorar las condiciones. Trabajadoras y trabajadores impulsaron un
bloqueo de la entrada de cajas del hipermercado como medida para
lograr reincorporaciones. Ayer miércoles le tocó el turno
a Hutchinson que con el cierre de su planta de Martínez dejó a 390
familias en la calle. El motivo: una supuesta “falta de
competitividad”.Los despidos y suspensiones constituyen una
estrategia para presionar e imponer el aumento de los ritmos de
producción, pautas de flexibilización y mayor precarización.El
acuerdo “1 millón” impulsado por el macrismo en el sector automotriz
busca aumentar la productividad a costa del cuerpo de los trabajadores.
Automotrices: las multinacionales descargan su crisis sobre los
trabajadores
Otros 23 despedidos de la fábrica de ascensores Servas de Laferrere se
concentraron ayer frente al establecimiento para reclamar su
reincorporación. No obtuvieron respuestas. Están encuadrados en la
Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de La Matanza.
La semana pasada Atucha, perteneciente a Nucleoeléctrica Argentina,
una empresa con participación accionaria estatal, notificó la cancelación
de 600 contratos de mantenimiento y construcción en Zárate. Tampoco
se renovarán 137 contratos de trabajadores de la Unión Empleados de la
Construcción y Afines de la República Argentina (Uecara). El número total
de despidos en Atucha podría ascender a 1.000 en el inicio de julio. En la
misma localidad hubo 170 despidos en la química alemana Lanxess.
A principios de esta semana, obreras y obreros de la gráfica Fangraf en el
barrio porteño de Floresta decidieron tomar el establecimiento frente al
anuncio patronal del cierre del taller. En Pompeya, al comenzar junio,
también fueron notificados del cierre y la consecuente pérdida de su
fuente de trabajo los empleados de la Revista Veintitrés del Grupo
Crónica.
En otros lugares de trabajo los despidos no son masivos, pero ocurren por
goteo. En Fate San Fernando hubo despidos de tercerizados en las
últimas semanas. Los afectados: trabajadores del comedor y de limpieza.
En otros casos, la creatividad patronal apela a los “retiros
voluntarios”, a la rescisión o extinción de contratos para disimular los
despidos.
A lo largo y ancho del país
En Córdoba, 207 trabajadoras y trabajadores del transporte fueron
injustamente despedidos por la gran lucha que dieron en defensa de sus
salarios. Ayer se supo que Autobuses Córdoba suspendió a 6 delegados
que encabezaron la protesta prohibiendo su ingreso a la planta.
El martes se anunció el cierre de la cantera Quilpo poniendo en peligro
los puestos de sus 70 empleados, aunque la empresa dice que está
buscando "alternativas". En marzo, Daniel y Rodrigo Funes de Rioja
despidieron a 500 trabajadores del "call center" Task Solutions. En esa
provincia también hubo varios cierres de empresas.
Rosario sufre una tasa de desocupación más alta que el promedio
nacional: 10,3 % en el primer trimestre. Los últimos días, cerca esa
ciudad, 70 empleados se quedaron sin trabajo por el cierre de los talleres
ferroviarios Rioro. En Santa Fe arrecian las suspensiones, como las 500
de Sancor y las 350 de General Motors. Según la UOM, cerraron 1.500
Pymes en la provincia desde la asunción de Macri.
En Neuquén, la firma OPS, dedicada a servicios y obras de petróleo y gas,
despidió ayer a 193 trabajadores. No son los únicos: desde agosto del
año pasado el plantel de la empresa se redujo de 1.200 a menos de 300.
En esa provincia el empleo petrolero y en la construcción es el más
afectado. En 2016 se cerró Textil Neuquén desatando la respuesta de sus
valientes obreras que tomaron la planta.
Los trabajadores petroleros denuncian entre 5.000 y 6.000
suspensiones y 6.000 los despidos en las provincias de Santa
Cruz, Chubut y Neuquén.
Este miércoles, debido a la crisis frutícola, Expofrut envío telegramas de
despido a 15 trabajadores en Río Negro. En La Pampa, a fines de mayo,
Cipsa echó a los últimos 14 trabajadores salineros de la empresa
ofreciendo el 50 % de las indemnizaciones que les correspondía. Más de
50 familias sufren despidos por el cierre de la planta de Pepsi de Trelew,
propiedad de Cervecería y Maltería Quilmes.
Otros 180 trabajadores fueron dejados sin empleo por Puma de La Rioja.
En Santiago del Estero los trabajadores decidieron tomar las zapaterías
Goya y Calzados Diez frente al cierre. En Salta se anunciaron 60 despidos
entre los 110 trabajadores de zafra del Ingenio San Isidro.
En el Estado también
El ataque no se detuvo en el ámbito privado. A los miles de despidos de
trabajadores estatales del año pasado, se suman los 36 empleados
tercerizados de limpieza despedidos por el Ministerio de Trabajo de
Nación en el centro porteño, las trabajadoras de limpieza de la
Universidad Nacional del Comahue, en Mendoza, entre tantos otros. Los
investigadores de Conicet también se convocaron este miércoles para
fortalecer su lucha y organización contra el ajuste.
Para después de octubre las alertas están encendidas porque la
reestructuración de los ministerios nacionales amenaza con poner en
situación de desocupados a otros miles de empleados públicos.
En suspenso
A este panorama de despidos hay que sumar las suspensiones: General
Motors, Fiat Chrysler, Ford, PSA Peugeot, Toyota y Renault Nissan, entre
otras empresas multinacionales radicadas en el país.
Otro tanto sucede en Alpargatas: anunció 1.100 suspensiones en la
provincia de Tucumán y amenaza con extender la medida a sus plantas
de Catamarca, Florencio Varela y La Pampa.
En la textil Damar, localizada en Corrientes, 104 trabajadores fueron
suspendidos tras exigir el pago de sus sueldos en tiempo y forma. Otras
suspensiones hasta diciembre tienen lugar en Calzados Dass de Coronel
Suárez.
“Don Carlos” no se queda atrás
Desde algunos sectores vinculados al kirchnerismo se quiere dar la idea
que mientras las grandes empresas despiden, las Pymes intentan
preservar el empleo. Olvidan que allí prolifera el empleo en negro, la
mayor precarización laboral y los bajos salarios.
Entre los ejemplos de despidos antes reseñados muchos ocurren en
pequeños establecimientos. El Instituto de Estudios de Consumo Masivo
(Indecom) junto con sus cámaras asociadas, registró 151.433 despidos
entre enero y febrero de este año. No sólo eso: cerraron o frenaron sus
actividades unas 6.800 pequeñas y medianas empresas.
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Incluso los indicadores del Ministerio de Trabajo exhiben que, en las
empresas de entre 10 y 49 trabajadores, el empleo en la comparación
anual cayó desde abril del año pasado hasta marzo de este año que dejó
de ser negativo.
Lejos de la mítica imagen de aquel bonachón “Don Carlos” de la
publicidad de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), los
pequeños y medianos patrones también atacan las condiciones de vida
del pueblo trabajador.
El plan de Cambiemos
Lo único que crece decididamente en la Argentina macrista es la deuda
pública. El bono a cien años emitido la semana pasada es sólo una
muestra de la fiesta que está viviendo el capital financiero internacional,
es decir los especuladores de todo el mundo, con el endeudamiento
público del Tesoro.
Empresas periodísticas internacionales, como el Financial Times o la BBC
de Londres, tomaron cuenta de la escalada especulativa gracias a las
medidas mercado “friendly” de Cambiemos.
Otro tanto ocurre con la “bicicleta financiera” que promueve el Banco
Central con las altas tasas de interés, una medida que influye
fuertemente en la contracción económica.
En la tarde de ayer, el Indec dio a conocer el Estimador Mensual de la
Actividad Económica (EMAE) que registra una situación de
estancamiento: 0,4 % creció la economía en el acumulado entre enero y
abril, aun cuando la comparación es con los peores meses del año
pasado luego de la devaluación de diciembre de 2015.
Excepto por la construcción, que crece al calor de la obra pública con
fines electorales, las otras ramas en terreno positivo son la pesca y el
agro con escasa capacidad de generar empleo.
En cambio la minería, la industria y el comercio continúan en descenso.
En particular, las dos últimas son las grandes demandantes de puestos
de trabajo.
En este contexto, el derrumbe del consumo se produce por dos vías: la
pérdida de poder de compra del salario y por la desocupación.
No es novedad que el Gobierno que conduce Mauricio Macri apunta
estratégicamente a producir un cambio profundo en la relación de
fuerzas entre las clases fundamentales a favor de los empresarios
degradando las condiciones de vida de los trabajadores.
Con el denominado Plan Productivo Nacional, el oficialismo tiene en la
mira, para la “reconversión”, a nada menos que 364 mil empleos de
sectores “latentes y sensibles” como electrónicos, textiles o calzado.
Considera que es más económico importar muchos de esos bienes. La
avanzada importadora tiene su reflejo en las cifras del Indec: ayer dio a
conocer la balanza de pagos que exhibe el paso de superávit a déficit
comercial en el primer trimestre de este año en relación a 2016. La
explicación es el aumento de los bienes traídos desde el exterior.
La campaña contra las “mafias de los juicios laborales”, los cambios en
las ART, la búsqueda de leyes más precarizadoras y flexibilizadoras, en
especial hacia la juventud, las reformas regresivas que se preparan para
el sistema previsional, abonan el terreno sobre el cual se desarrollan los
ataques patronales. Las empresas aprovechan este clima para desplegar
su sed infinita de ganancias.
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y a Macri
Desde la asunción de Cambiemos los problemas económicos y sociales
prexistentes se agudizaron: economía estancada, desocupación, mayor
pobreza e indigencia, déficit fiscal, saldo comercial negativo, la inflación
sigue alta a pesar de la desaceleración.
La escalada de endeudamiento es el lubricante del ajuste. La apuesta del
capital financiero internacional es imponer, más temprano que tarde,
mayor austeridad sobre la clase obrera.

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