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Resumen Rivas:

Iberoamérica entre el umbral del siglo XIX y la crisis de


1930

Iberoamérica entro en el siglo XX sin democracia política y sin democracia social.


Se vedaba a gran parte de la población el acceso a la ciudadanía tanto como el
acceso a la propiedad de la tierra. Terratenientes y campesinos constituían las
clases fundamentales del sistema. Aun así, en la estructura social se hallaban
incipientes grupos obreros y una no desarrollada burguesía manufacturera.
El estado era oligárquico por su forma y contenido. Por su forma porque el voto
censatario estaba restringido a los varones propietarios o individuos de un
determinado nivel de ingresos o alfabetización. Por su contenido ya que la
hegemonía de los terratenientes en el bloque del poder excluía a las clases medias
que se abrían paso en la sociedad, a la burguesía manufacturera, a los obreros y
campesinos.

El mercado mundial hasta 1930 y la economía exportadora iberoamericana

Hasta la primera guerra Mundial, la participación de Latinoamérica en el mercado


mundial aseguro un crecimiento económico sostenido, pero a partir de entonces la
importancia de los bienes de consumo primario empezó a declinar, lo que ocasiono
la disminución del volumen de exportación y los precios. La reducción de la
demanda mundial de esos bienes, excepto el petróleo y algunos minerales, se debió
a que el progreso tecnológico hizo más racional su aprovechamiento, como a que
los mismos pudieron ser reemplazados por productos sintéticos.
También tuvo gran importancia el cambio de hegemonía que ejercía Gran Bretaña
por Estados Unidos. La irrupción de Estados Unidos tuvo un particular significado,
ya que se trataba de un importante productor de materias primas y alimentos que
competían con los latinoamericanos.
De todos modos, la economía exportadora iberoamericana tendió en esta etapa a
la mono producción y exportación de dichos bienes, lo que la hacía su principal
fuente de ingreso y dependencia de las oscilaciones de la demanda internacional.
EL cobre, guano, el salitre, caucho, petróleo y demás bienes que existían sin ser
explotados se convirtieron en el objetivo estratégico de la economía mundial. Por
ello el transporte y las finanzas, de origen europeo y norteamericano, indujeron su
producción para el mercado mundial.
El empleo de ganancias para sostener la acumulación fue bajo, los terratenientes
preferían invertir en tierras, motivados por el auge de la economía exportadora, que
en medios de producción. Por eso el mercado de capitales se conformó gracias a
las inversiones europeas y norteamericanas que financiaron puertos y ferrocarriles,
un sistema comercial ágil, orientado a la producción agropecuaria y minera,
empréstitos al Estado e incluso la formación de un sistema bancario.

La sociedad agraria

Entre 1900 y 1930 la población latinoamericana creció de 61 millones a 104


millones. La mayoría de la población era mayoritariamente rural, La sociedad agraria
era la base del sistema productivo y el núcleo del que emanaban las decisiones
políticas ya que sectores terratenientes organizaban el trabajo agrícola y
controlaban el poder estatal.
Los terratenientes tenían el control de la mano de obra y tierra, ya que en la medida
que se apropiaban de la primera, quedaban campesinos sin tierras para ser
incorporados al trabajo de latifundios. La sujeción del campesino se completaba con
el endeudamiento y el pago con fichas que solo tenían validez en un comercio
autorizado por el terrateniente.
Existía un mercado de trabajo fragmentario, conformado por diversas maneras en
que se relacionaban terratenientes y campesinos donde convivían trabajadores
libres que realizaban trabajo itinerante.
La producción agropecuaria en algunos casos era destinada a abastecer el mercado
interno, como es el caso de países mineros como México, Bolivia, Chile y Perú.

Sector Industrial

El desarrollo industrial era incipiente y la competencia con los bienes importados era
desigual en el contexto librecambista. A pesar de ello, la producción de bienes de
consumo masivo dio lugar a que las llamadas industrias tradicionales, como vestido,
calzado, alimentación, bebidas ,tabaco y mueblería se desarrollaran favorecidas por
la expansión de las exportaciones , la urbanización , un fondo de salarios de
magnitudes adecuadas y un mercado de capitales dispuesto a invertir en esa
actividad. Hasta 1930 solo Argentina, México Brasil, Chile, Uruguay y Colombia
tenían un sector industrial de alguna importancia.

Movimientos Sociales y políticos: los Proyectos alternativos al Estado


oligárquico

No todos los movimientos sociales alcanzaron el mismo nivel de conflicto. Las capas
medias podían contentarse con una mayor participación democrática sin atacar al
régimen de propiedad imperante. Tampoco las luchas del movimiento obrero eran
las de mayor conflictividad, pues no apuntaban al adversario fundamental, la
oligarquía y el imperialismo, sino que estuvieron orientadas a enfrentarse con la
incipiente burguesía manufacturera del sistema, ya que el reclamo de tierras
atentaba contra el régimen de propiedad latifundista, afectando directamente a la
clase dominante y al estado oligárquico.
La clase dominante terrateniente y oligárquica ejercía una hegemonía sobre las
demás clases sociales no solamente explicable en términos económicos sino por la
proyección social, cultural y política que logro imponer al consolidarse un Estado
que garantizaba el funcionamiento del sistema en todos sus órdenes. El Estado
asumió la función de disciplinar a las clases subalternas mediante mecanismos de
coacción social que incluían el aparato burocrático, la educación, la cultura , la
propaganda y la legislación.
El Estado disponía de fuerzas armadas cuya adecuación se había alcanzado poco
antes de comenzar el siglo XX. La profesionalización del soldado y en especial de
la oficialidad, paso a ser un lugar de prestigio y un medio de ascenso social para las
capas medias en auge. Con la profesionalización, la lealtad institucional reemplazo
a la lealtad al ocasional líder militar y el Estado dispuso del monopolio de la
violencia legítima, sea para dirimir conflictos externos como para controlar el orden
interno. Fueron eficientes en la represión de movimientos sociales urbanos y rurales
como es el caso de la Patagonia Argentina.

Los movimientos sociales del siglo XX asombran por su extensión y variedad,


incluyendo demanda de campesinos, obreros y capas medias. Cada cual elabora a
su manera propuestas que consideran superadoras al Estado oligárquico. Las
clases urbanas proyectaban sus luchas en función de objetivos políticos, en tanto
que los movimientos campesinos tenían mayor diversidad, además de la gestión
sindical y política, estaban bastante difundidas formas de lucha pre políticas como el
vandalismo y el mesianismo. Del primero uno de los representantes más populares
fue Pancho Villa. Del segundo, la referencia de Brasil es la más conocida.
Los movimientos mesiánicos tuvieron gran importancia en las luchas campesinas,
ya que mezclaban contenido religioso con reivindicaciones sociales. Sin embargo,
para la oligarquía mucho más preocupante fueron tres tipos de proyectos
alternativos contrarias a la propiedad y el Estado. Estas fueron el anarquismo, el
reformismo y por último la revolución agraria como la realizada por los mexicanos.
De estas tres alternativas la primera no fue viable y las otras dos se llevan a cabo de
manera incompleta. En la primera el protagonismo real era de la clase obrera, en el
segundo la clase media y en el tercero el campesinado.

La clase obrera: sus problemas y sus métodos de lucha

La clase obrera surgió a finales del siglo XIX en las actividades de exportación, en la
manufactura y en los servicios. En el primer caso, se trata de la minería de Chile,
México, Bolivia y Perú, de los frigoríficos de Uruguay y Argentina, de los centros
azucareros de Cuba, de la explotación petrolera en México y Venezuela. En el
segundo, de la producción de bienes para el mercado interno, principalmente en
Argentina, Brasil, México y Chile. Finalmente en el tercero, de los servicios como
transportes y puertos.
Era poco numerosa a pesar del lugar estratégico que ocupaba en la economía de
exportación. Tampoco habían graves conflictos entre industriales y artesanos,
coexistiendo casi sin contradicciones hasta la Primera Guerra Mundial, pues la
confrontación que percibían no era entre sí , sino con la política librecambista de las
oligarquías que favorecían la manufactura extranjera.
El contexto de la Primer Guerra Mundial favoreció al sector industrial y con ello la
fuerza de trabajo de dicho sector. La industrialización sustitutiva puso en evidencia
la contradicción entre industria y artesanado que antes parecía oculta, acelerándose
el proceso de descomposición del sector artesanal.
Pese a que el número de obreros era tan bajo, su alta concentración en
determinadas ciudades y lugares de trabajo ocasiono la formación de
organizaciones sindicales y sus métodos peculiares de lucha hicieron que su
presencia se dejara notar en centros urbanos y campamentos.
La mayor ocupación se encontraba en la minería, la industria y los servicios
contribuyeron al crecimiento de las ciudades. Dicho crecimiento fue rápido también
en los países cuya población rural superaba el 70%. El abandono de las tareas
agrícolas provocado por el éxodo del campo a la ciudad y la escases de viviendas ,
además de las diferencias relativas con respecto a los salarios pagados por las
compañías provocaron una inflación desmedida en el precio de los alimentos y un
incremento en los alquileres de vivienda .
La condición de vida en los campos petroleros y centros urbanos cercanos de la
militancia favorecida por la concentración obrera compusieron el escenario donde
con sus primeras huelgas los trabajadores petroleros venezolanos (1925) por
aumento de salarios y disminución de la jornada de trabajo, logrando algunas
mejoras.
La escasez de vivienda y el aumento de los precios de los alimentos generaron
conflictos obrero patronales. Buenos Aires (1907), Panamá (1925), México (1926).
Estos constituían movimientos sociales enfrentados a los propietarios de viviendas y
también al Estado.
Los conflictos obreros tenían distinto impacto, según se tratara de un poblamiento
alejado de grandes ciudades como fue en México, la huelga de Canea en 1906 y en
Chile la huelga salitrera de Iquique en 1907o en Buenos Aires en la semana trágica
de 1919.
Brasil en 1917 y 1920 fue escenario de luchas obreras importantes en Rio de
Janeiro y sao Pablo. La huelga de los textiles movilizo a 50000 obreros de diversas
industrias y alerto a la clase dominante. El comité de Defensa Obrera reclamaba
aumento del salario, reglamentación del trabajo de menores y mujeres, jornada de
ocho horas y otras reformas que no constituían un programa revolucionario. El
gobierno otorgo un aumento de salarios pero la inflación se los llevo y las
condiciones de trabajo no fueron mejoradas. La huelga fue en toda Iberoamérica la
forma de lucha habitual en concordancia con el desarrollo de las organizaciones
obreras que trataban de organizarse en el ámbito nacional, continental y mundial.
Se crearon confederaciones sindicales como la anarquista Federación Obrera
Regional Argentina en 1901 o la Unión General de Trabajadores de inspiración
socialista. En 1906 se formó la confederación Obrera Brasileña (anarquista), en
1909 la Federación Obrera en Chile y en México la Casa del Obrero Mundial (COM).
En el resto de los países la organización fue posterior , durante la década del 20 o
30. Las direcciones obreras confrontaban con los patronos y el Estado, pero
también entre sí (anarquismo, socialismo, comunismo)

El reformismo y las condiciones de su viabilidad en Brasil, Venezuela,


Argentina, Chile y Uruguay

El reformismo intento democratizar el sistema político sin afectar sustancialmente


las relaciones de propiedad existentes. Era contrario a la transformación global de la
sociedad y a la lucha de clases como sostenían el anarquismo y comunismo. Con el
socialismo la distancia era menor. El reformismo ensayaba una convocatoria tan
amplia como la del radicalismo argentino que no estaba con nadie ni contra nadie,
sino con todos.
Cuando la clase dominante se resistió al cambio , el reformismo fracaso derivando
en dos vías distintas:
1_Se postergo hasta encontrar un mejor momento, como en Brasil o Venezuela,

2_Se produjo una revolución como fue el caso de México.

Por el contrario, donde confluyeron los proyectos de la clase dominante y la clase


media se creó un nuevo espacio compartido mediante la democratización del
Estado por vía del reformismo. Para la clase dominante pro reformista, la
democratización era un paso hacia la modernización de una sociedad cada vez más
compleja. Lo que en contexto se llamaba cuestión social: una especie de gato
pardismo por el cual se pretendía legitimar al poder legitimando al gobierno
mediante la reducción del fraude y la ampliación electoral. De igual manera se
pretendía desalentar las alternativas más radicales de las capas medias y el
movimiento obrero.
Para las clases medias se trataba por la vía pacifica llegar a la participación política,
al mismo tiempo para la clase dominante la posibilidad de que el gobierno fuera
administrado por los sectores medios les garantizaba conservar su hegemonía.
En el caso de Brasil y Venezuela encontraron una fuerte oposición de parte de la
elite y la ampliación democrática fue postergada. En Brasil después de la primera
guerra mundial experimento un crecimiento de la clase media urbana. Ruy Barbosa
y otros reformistas realizaron una gran difusión de los principios democráticos y fue
en las fuerzas armadas donde las capas medias integraban buena parte de sus
cuadros, donde se desarrolló la oposición al poder oligárquico desembocando en un
movimiento de jóvenes oficiales que se denominó tenentismo, (1922-1927)
Pese a sostener reivindicaciones de la clase media, el tenentismo no propicio más
que marginalmente unirse al movimiento obrero y a las luchas campesinas ,
sufriendo un aislamiento que favoreció a la represión estatal. Entre sus líderes
sobresalió Luis Carlos Prestes. En 1930 el tenentismo se escindió. Prestes y
algunos tenientes se hicieron comunistas, otros apoyaron a Getulio Vargas dando
un golpe contra el presidente Washington Luis, terminando así con el estado
oligárquico.
En Venezuela las capas medias habían comenzado la lucha por la democracia a
fines del 20 influidas por los procesos democráticos del cono sur y por
acontecimientos mundiales del periodo de entreguerras. Sus protagonistas fueron
universitarios que percibían los ecos de la reforma universitaria de Argentina de
1918.
La participación de los mismos era reflejo de una clase media que empezaba a
reclamar una mayor participación política al exigir una democracia decente. Los
estudiantes de Caracas en 1928 comenzaron sus reclamos pero Juan Vicente
Gomez, dictador de 1908 a 1935, respondió con represión, pues el estado
oligárquico resistió y solo al terminar la segunda guerra mundial se plasmó la
democracia venezolana. El movimiento estudiantil sostuvo la alianza obrero-
estudiantil pero su contenido político no rebasó el reformismo.
En los casos en que no hubo resistencia oligárquica, el reformismo pudo asegurar a
las clases media la entrada al gobierno. Entre los reformismos exitosos más
destacados se encuentran los gobiernos de Arturo Palma en Chile, (1920-1924)
Irigoyen en Argentina (1916-1922) José Bafles y Ordoñez en Uruguay (1903-1907)
(1911-1915).
En Chile la Alianza Liberal integrado por los partidos Radical Demócrata con el
apoyo popular gano en 1920 Alessandri Palma. Su gestión logro la renovación del
personal político y burocrático, los subsidios a actividades privadas, las inversiones
públicas, el aumento de sueldo a empleados estatales, la legislación social y otras
medidas que favorecieron a la base que lo sustentaba pero no se desmantelo el
poder oligárquico
En 1903 José Batlle y Ordoñez, del Partido Colorado, fue electo presidente de la
República Oriental del Uruguay, cuando el país no se hallaba totalmente integrado
ni existía proyecto nacional, ya que la división entre colorados y blancos no
expresaba una diferenciación de grupos en la sociedad nacional, sino el
fraccionamiento oligárquico y la ausencia de u proyecto hegemónico para el
conjunto de la sociedad. Si bien el primero tenía su base de sustentación en
sectores urbanos y el segundo en rurales, ambos disponían de “gauchos y doctores”
en tal sentido ambos partidos operaban como referentes de dos sociedades que no
se habían integrado aun en una nación. Al comenzar el siglo XX las formas más
atrasadas del capitalismo rural estaban siendo reemplazadas por la estancia del
capitalista y el Estado tendía a una centralización, revirtiendo la sintomatología
anterior al alcanzarse una prospera economía agroexportadora y un Estado
tempranamente benefactor que además ampliaba la participación política de los
ciudadano mediante la ley electoral de 1912 y su consagración en la Constitución de
1917.
Durante la segunda presidencia, entre 1911 1915, Batlle incremento su influencia
política impulsando la nacionalización de bancos, empresas de transportes,
telégrafos y seguros, además de la legislación que ampliaba derechos a la mujer del
trabajador y del ciudadano. Creía necesario reglamentar los derechos del trabajador
porque la relación asimétrica con los capitalistas hacia ilusoria la llamada libertad del
trabajo, pues en situación extremas un obrero debía aceptar cualquier condición
impuesta y el capitalista sentirse tentado a exigir un esfuerzo aniquilador. En la
legislación laboral se destaca la jornada de ocho horas, aprobada al final de su
segundo gobierno, así como otras leyes que impulso después de terminar su
mandato, en total concordancia con el obrerismo que practicaba y que diferenciaba
del socialismo y de la lucha de clases. Por último, los derechos políticos del
ciudadano fueron garantizados a partir de la Ley Electoral de 1912 que amplio la
participación electoral, tal como quedó demostrado en las elecciones de 1916.
Estas reformas fueron avanzadas para su época, pero no traspasaron los límites
del reformismo como el mismo sostenía, pues aunque su política obrerista lo
acercaba al socialismo, al defender la propiedad privada y oponerse a la lucha de
clases se diferenciaba de la extrema izquierda y, al no propiciar la modificación del
régimen de propiedad de la tierra, no se distanciaba de la clase dominante.
El Estado resulto ser un excelente artífice del funcionamiento capitalista uruguayo
reduciendo sensiblemente los conflictos sociales urbanos que de no ser así
hubiesen presionado sobre la estructura agraria, la base misma del sistema. La
legislación laboral tuvo un efecto regulador sobre el mercado de trabajo ya que la
jornada de ocho horas y la jubilación hicieron disminuir la proporción de la población
económicamente activa conservando un nivel de salarios y de oferta de trabajo
alentador para nuevos contingentes europeos inmigrantes.
El Batllismo e yrigoyenismo tenían en común la preocupación por la enseñanza
pública y laica , la separación de la Iglesia y el Estado y otros aspectos comunes de
tipo ideológico

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