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Poder Judicial de la Nación

CADUCIDAD DE INSTANCIA.AMPARO.
DECESO DE AMPARISTA Y DESINTERÉS DE LOS
SUCESORES EN LA PROSECUCIÓN DE LA CAUSA.
NATURALEZA DE LA ACCIÓN.OBJETO Y
CARÁCTERÍSTICAS.CONSTITUCIONALISMO
SOCIAL.REVOCACIÓN DE LA CADUCIDAD DE
INSTANCIA.
Teniendo en cuenta lo abreviado del procedimiento de amparo, la
exigencia del impulso del juicio a su iniciador resulta prácticamente un
ritualismo inútil, ya que como se ha sostenido en relación a ese tipo de
proceso (Conf. Rivas, “El amparo”, 2° Ed. Actualizada, 1990, pg. 292),
“…La prueba está ya ofrecida, la demanda fundada, el desistimiento no
USO OFICIAL

se presume (art. 306, Código Procesal Civil y Comercial Nacional) y toda


solución de caducidad o pérdida del derecho es de interpretación
restrictiva, de manera que no hay razón alguna para un artículo con
semejante contenido…”.
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN
//Plata, 19 de marzo de 2009 Rtro.S. II T.180. f*.152/153.
AUTOS Y VISTOS: este expte. N° 12.924/06, caratulado: “Gómez,
Julio Norberto c/ Dirección de Salud y Acción Social de la Armada Nacional
s/ amparo”, proveniente del Juzgado Federal de Primera Instancia n° 4 de La
Plata.
Y CONSIDERANDO:
I- Llegan los autos a la alzada en virtud del recurso de apelación
deducido por el actor(…) contra la resolución (…) que declaró la caducidad de
la instancia, dejó sin efecto la medida cautelar e impuso las costas a la
vencida.
Los agravios expresados por el recurrente tienden a sostener la
improcedencia de la sanción impuesta por el a quo cuando el juicio, a su
criterio, estaba pendiente de una actividad del órgano jurisdiccional.
La denuncia del fallecimiento del amparista, concretada(...)por su
letrado, motivó las actuaciones llevadas a cabo por esta cámara a los fines de
verificar el deceso del actor, la existencia del juicio sucesorio, la declaratoria
de herederos del fallecido y su citación (…), lo que culminó con la
presentación(…)de los Sres. M.del C. P., J. N.o G. (h), M. del C. G. y S. S. G..
Sostuvieron los sucesores del Sr. G. que, después de la muerte del
causante, carecían de interés en la prosecución de la causa originada en la
negativa pertinaz e infundada de la Dirección de Salud y Acción Social de la
Armada Nacional a reconocer un mínimo de tratamiento de rehabilitación.
Afirmaron también, que la demandada dio cumplimiento a la medida cautelar
durante un tiempo, pero en los últimos meses de vida del causante, a raíz del
agravamiento de su estado de salud, no realizó tratamiento alguno.
II- Cabe señalar que, del estudio de los autos, se desprende que la
presente acción de amparo fue iniciada el 25/02/03 por G. en su calidad de
suboficial retirado de la Armada Nacional contra la Dirección de Salud y
Acción Social de la Armada, a fin que se le presten los servicios de
rehabilitación para disminuir las secuelas ocasionadas por un Accidente
Cerebro Vascular sufrido en el mes de septiembre del año 2000.
Agregó el actor que la rehabilitación solicitada consistía en una
serie de ejercicios, bajo supervisión de personal especializado, realizados en
un centro especializado, pero que ante la negativa y desinterés de la
demandada siguió una rutina de ejercicios en un gimnasio común. Relató el
amparista que su situación se complicó gravemente a partir del 03/10/02, en
que sufrió una fractura de cadera y fue intervenido quirúrgicamente (…),
debiendo iniciar nuevamente tratamientos de rehabilitación, al no poder
caminar ni siquiera con ayuda mecánica.
Relató, asimismo, que al enterarse que su Obra Social suscribió un
convenio para la atención de casos similares con una entidad especializada en
rehabilitación, el Instituto Médico Argentino de Rehabilitación, en el mes de
noviembre de 2002 inició el tratamiento y realizó diversas gestiones ante la
demandada para asegurarse su cobertura.
Sin embargo expresó que primero no obtuvo ninguna respuesta,
hasta que se le contestó su carta documento, aduciendo que las normas no
alcanzaban a la DIBA, estando prevista la cobertura que la disponibilidad de
sus recursos le permitía, con el objeto de no desproteger o incurrir en riesgo de
vida a los afiliados que por la urgencia o gravedad de su enfermedad así lo
meriten.
Poder Judicial de la Nación

También solicitó el amparista una medida cautelar, ante la urgencia


de su estado de salud, para que se le preste en forma inmediata el tratamiento
previsto en el convenio referido.
Por resolución (…) el a quo dio curso a la acción requiriendo de la
accionada la producción del informe circunstanciado, e hizo lugar a la medida
cautelar peticionada.
III- En primer lugar, cabe puntualizar que, si bien se advierte que la
circunstancia del deceso del amparista y la manifestación de sus sucesores en
el sentido de su desinterés en la prosecución de la causa, tornan abstracto el
dictado de la sentencia definitiva del pleito -que concierne a la obligación o no
de la demandada de cubrir la prestación del tratamiento médico solicitado al
demandar-, lo cierto es que en esta instancia no resulta inoficioso pronunciarse
acerca de la materia traída al conocimiento del Tribunal, cuando no hacerlo
USO OFICIAL

implicaría mantener los efectos derivados de la decisión cuestionada.


IV- Sentado lo expuesto, es dable señalar que la instancia caduca
cuando ha transcurrido el plazo que la ley fija sin que haya existido petición o
providencia judicial que tenga por objeto impulsar el procedimiento
(Colombo, “Código Procesal”, V. II, pg.1310), de lo que deriva -en principio-
que conforman recaudos de admisibilidad del instituto de caducidad la
inactividad procesal, el transcurso del tiempo y la existencia de una instancia
principal en curso.
Sin perjuicio de ello, es oportuno recordar que -en el caso
particular del amparo- tal regla cede ante circunstancias determinadas que
hacen a la naturaleza de la acción, su objeto y características. Ello es así, por
cuanto el instituto del amparo tiende a constituir una herramienta procesal útil
y eficaz para brindar una protección rápida y adecuada a situaciones en que se
encuentran en riesgo los derechos fundamentales de los habitantes, más aún a
partir de la reforma constitucional del año 1994.
Lo expuesto adquiere mayor relevancia en los supuestos en que se
cuestionan decisiones relacionadas con el derecho a la vida y la preservación
de la salud de las personas, materia que ha adquirido un particular énfasis en
el plano normativo a partir del advenimiento del denominado
constitucionalismo social (v. Bidart Campos, Germán J. “Estudios nacionales
sobre al constitución y el derecho a la sualud”, Argentina, en “El derecho a la
salud en las Américas -Estudio Constitucional comparado-”, Organización
Panamericana de la Salud, Editores Hernán L. Fuezalida- Puelma y Susan
Sccholle Connor, publicación científica núm. 509, año 1989; Padilla Miguel
AS. “Lecciones sobre derechos humanos y garantías”, T. II, Pgs. 13 y 24, Ed.
Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1988). .
En ese contexto, y teniendo en cuenta lo abreviado del
procedimiento de amparo, la exigencia del impulso del juicio a su iniciador
resulta prácticamente un ritualismo inútil, ya que como se ha sostenido en
relación a ese tipo de proceso (Conf. Rivas, “El amparo”, 2° Ed. Actualizada,
1990, pg. 292), “…La prueba está ya ofrecida, la demanda fundada, el
desistimiento no se presume (art. 306, Código Procesal Civil y Comercial
Nacional) y toda solución de caducidad o pérdida del derecho es de
interpretación restrictiva, de manera que no hay razón alguna para un artículo
con semejante contenido…”.
En tales condiciones, corresponde revocar la decisión apelada
en cuanto declaró la caducidad de la instancia en el presente juicio, con costas
de primera instancia al vencido (art. 68, CPCCN) y las de alzada por su orden,
atento la ausencia de sustanciación (art. 68, 2° parte, CPCCN).
Por ello, SE RESUELVE: Hacer lugar al recurso deducido y
revocar la decisión apelada con el alcance que surge de los considerandos
precedentes, con costas de primera instancia al vencido (art. 68, CPCCN) y las
de alzada por su orden, atento la ausencia de sustanciación (art. 68, 2° parte,
CPCCN).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.Firmado.Jueces Sala II Dres.
Leopoldo Héctor Schiffrin. Carlos Román Copmpaired.
Dr. Gregorio Julio Fleicher (Art. 109 RJN).

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