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La Celestina 1
INTRODUCCIÓN
ESQUEMA
1. Planteamientos previos.
1.1. Concepción del teatro en la Edad Media.
1.2. Teatro y espectáculo.
2. El teatro castellano hasta el siglo XV.
2.1. Los orígenes del drama litúrgico.
2.2. Auto de los reyes magos.
3. El teatro castellano en el siglo XV.
El teatro medieval. La Celestina 2
1. Planteamientos previos
tratados teóricos. La pérdida del concepto hace que sea en parte tan difícil delimitar lo
que es teatro en la Edad Media, pues los términos que existían en la antigüedad, como
comoedia o tragoedia, se entienden de forma errónea y los que surgen nuevos son muy
variados: officium, auto o mystère, por poner algún ejemplo.
Dentro de esta ausencia de modelos y de la falta del concepto de lo dramático, se
desarrollan en la Edad Media dos cauces netamente diferenciados para la Iglesia y para
sus autores: 1) el espectáculo de histriones, mimos y juglares, siempre condenados por
su asociación al ludus, al gozo sensitivo; 2) la ceremonia ligada a la iglesia, donde no se
re-produce una historia sino que se recrea la historia sagrada, la verdad única, con el fin
de adoctrinar o edificar a los fieles. Aunque para nosotros ambos puedan ser caras
diferentes del mismo fenómeno, para los autores eclesiásticos de la época se trata de
fenómenos netamente distintos.
Si aplicamos a la Edad Media nuestro concepto actual del teatro, que se basa en
la existencia de un texto escrito, ciertamente el campo del drama medieval queda muy
reducido e incluso, como en el caso de Castilla, podemos llegar a negar su existencia.
Sin embargo, aplicar los esquemas actuales a una época en la que predomina la oralidad
no solo es anacrónico, sino que además nos impide percibir el fenómeno teatral en toda
su extensión. De ahí que en la concepción del teatro que la crítica aplica en la actualidad
se tenga en cuenta no sólo el texto, sino también todo lo que se refiere a la puesta en
escena. Esta ampliación no deja de tener sus peligros, porque puede llevarnos al
extremo contrario, es decir, a considerar como género dramático toda obra que presente
un diálogo (por ejemplo, los poemas de debate) o que haya podido ser recitada
oralmente (por ejemplo, el Cantar de mio Cid recitado por un juglar). Por esta razón,
bastantes filólogos han venido estableciendo cuáles son las características que ha de
tener un texto medieval para ser considerado dramático, admitiendo que se han de dar
varias juntas. A partir de sus trabajos se pueden señalar como característicos del texto
dramático los siguientes cinco rasgos:
- Diálogo. Es uno de los elementos básicos del texto dramático, por medio del
cual se actualiza una historia en presente.
- Tensión en la sucesión de escenas. Por medio del diálogo se debe desplegar
una acción o un argumento, aunque en el teatro medieval de tema religioso no existe
intriga ni conflicto, ya que la trama se sustenta sobre una cronología de escenas cuya
sucesión ya se espera, al tratarse de desarrollos del texto sagrado conocido por los
espectadores.
- Didascalias. Las didascalias o acotaciones son el conjunto de indicaciones que
se introducen en el texto para marcar los movimientos, cambios espaciales o temporales,
etc. Éstas no siempre figuran en el texto, pues a veces podían estar en un escrito
independiente o también podían ser suplidas por la existencia en el diálogo de una fuerte
deixis 1 que incluye indicaciones sobre los personajes, sus gestos, su caracterización, etc.
- Ejecución en un espacio convencional. En la Edad Media no existieron
espacios específicamente destinados a la representación, por lo que éstas se producían
en espacios habilitados al efecto, la iglesia, la plaza, la sala palaciega, etc. Mientras se
1
Deixis: función desempeñada por algunos elementos de la lengua llamados deícticos, que consiste en
señalar algo que está presente o se quiere hacer presente ante nuestros ojos. A modo de ejemplo sobre este
procedimiento, puede verse el texto aquí recogido del Diálogo entre el viejo, el amor y la mujer hermosa.
El teatro medieval. La Celestina 4
desarrolla la representación ante un público ese espacio adquiere una función nueva que
le confiere la propia representación teatral. Lo que parece imposible determinar para la
mayoría de las obras, incluso las claramente dramáticas como el Auto de los reyes
magos, es si llegaron a representarse, si bien algunos críticos destacan que lo importante
es que la obra esté concebida para transmitirse como representación, se haya producido
o no.
- Mímesis. Los actores deben dejar de ser ellos mismos para dar vida a un
personaje. Este proceso fue una conquista gradual que parte del concepto de repetición
de los gestos del personaje sagrado, según los testimonian las Escrituras 2, para llegar al
concepto auténticamente teatral de asumir el papel de “otro sí mismo”, lo que también
se ha denominado impersonation.
Ahora bien, hay casos en que no aparecen algunas de estas cinco características,
ya sea por una transmisión defectuosa o falta de datos, ya porque se trate de textos en los
límites, que en cada caso habrá que analizar y valorar individualmente y en relación a la
tradición conocida. Este sería el problema que plantean algunos tipos de ceremonias
religiosas que tienen una destacada puesta en escena, ciertos textos dialogados de
cancionero del siglo XV o incluso algunos sermones que podrían ir acompañados de
escenificaciones. Aquí nos referiremos, por ejemplo a los momos, las Lamentaciones
fechas para la semana santa o el Diálogo del viejo, el amor y la hermosa. El problema
sobre la adscripción genérica de estos y otros textos se resuelve en cada caso según los
planteamientos previos que sobre el alcance del teatro establezca cada crítico, sin que se
pueda llegar unánimemente a conclusiones definitivas.
2
Vid. L. Allegri, en Cultura y representación en la Edad Media, 1994.
3
Se trata del canto que tiene lugar durante la entrada del clero en la iglesia y del coro para iniciar la misa.
El teatro medieval. La Celestina 5
4
Richard B. Donovan, The Liturgical Drama in Medieval Spain, se considera uno de los estudios clásicos
sobre este género.
5
Véase en el apartado textos el tropo de Vic.
6
La falta de título en el códice, tan habitual en las obras medievales, hace que en algunos estudios se le
llame Misterio de los reyes magos y en otros Representación de los reyes magos, refiriéndose todos ellos
a la misma pieza. Aquí se prefiere el término Auto por ser el tradicionalmente consagrado.
El teatro medieval. La Celestina 6
trabajo fue realizado por Ramón Menéndez Pidal ya en 1900 y muy posteriormente
revisado y modificado por Ricardo Senabre, cuyas aportaciones son las generalmente
seguidas por los editores 7.
La obra empieza con los parlamentos de cada uno de los reyes interpretando el
signo de la estrella como nacimiento de un Dios, un rey terrenal o un simple mortal (vv.
1-52). Se produce después el encuentro de los tres, que hablan del signo maravilloso
acordando plantear la ofrenda de oro, incienso y mirra como una prueba, de modo que
según lo que el recién nacido elija sabrán su identidad:
“Si fure rei de terra, el oro querá
si fure omne mortal, la mira tomará;
si rei celestrial, estos dos dexará,
tomará el encenso quel pertenecerá” (vv. 69-72)
Puestos en camino, la escena siguiente es ante Herodes, que les pregunta quiénes son y
se interesa por el signo celeste, mandándoles que vayan a adorarlo y luego se lo digan
(vv. 74-106). Sigue un soliloquio de Herodes preocupado por la amenza que para su
poder significa este nacimiento (vv. 107-126). La última escena se desarrolla entre
Herodes y dos rabinos, siendo su tema principal la discusión entre ambos sacerdotes por
la interpretación de las profecías de Jeremías.
No es extraño que siempre se haya considerado que el texto, tal como nos ha
llegado, está incompleto, pues parece que la lógica del relato llevaría por lo menos hasta
la Adoración, con la que se alcanzaría el clímax del misterio cristiano y la estrella que
ha ido marcando el movimiento de la obra llegaría a su destino, lo mismo que los reyes.
Sin embargo, Alan D. Deyermond y David Hook pusieron de relieve cómo la copia no
llega al final del folio, sino que aún deja un trozo en blanco, y se remata con un punto,
lo que indica que para el copista el texto estaba completo. A este hecho se han dado tres
explicaciones diferentes:
a) El códice está copiando un original anterior, que ya estaba incompleto, lo que
necesariamente implica la existencia de un original aún más antiguo que el que tenemos.
b) La escena final de la adoración que seguiría carecía de texto dialogado, como
se ve en alguna obra del XVI, siendo solo un movimiento hacia las figuras divinas. Esta
posibilidad, para Miguel Ángel Pérez Priego, sería más probable si se considera que el
texto se ha escrito a partir de la representación y no la antecedió.
c) La disputa es el final de Auto, reforzando con esta escena el mensaje de que
los judíos representan el orden caduco del Antiguo Testamento, superado por Cristo y el
Nuevo Testamento.
Otro de los problemas más peliagudos en torno al Auto de los reyes magos es su
origen material y literario. El códice, como ya se ha señalado, procede de la biblioteca
del Cabildo de Toledo, donde debió de llegar en el siglo XII, porque varias de las piezas
en él contenidas aluden a una polémica religiosa abierta en ese siglo; por tanto es de
creer que también en Toledo fueron aprovechadas las hojas finales para copiar el Auto.
Aunque la letra se ha datado en los primeros años del siglo XIII, Menéndez Pidal a
partir del estudio de la lengua, cree que se debió componer en la segunda mitad del siglo
XII. Este período se puede relacionar con el renovado interés en los Reyes Magos que se
produjo en Europa, cuando en 1158 se descubren en Milán los supuestos restos mortales
de los tres reyes. Sobre el otro problema, el origen del autor del Auto, las opiniones no
son tan unánimes, pues a partir del estudio lingüístico se le da origen mozárabe, catalán
7
Aquí se empleará para las citas la edición de Miguel Ángel Pérez Priego en su antología de Teatro
medieval, pp. 41-50.
El teatro medieval. La Celestina 7
o gascón, si bien hay que recordar que Toledo era una ciudad plurilingüe, donde por los
orígenes de su población convivían entremezclados el castellano, el mozárabe y el
franco.
Estos datos no explican, sin embargo, cómo una obra tan compleja y elaborada
puede surgir en Castilla, donde no conocemos ninguna tradición teatral inmediatamente
previa ni posterior, es decir, cuáles pueden ser sus fuentes. El argumento se inspira en el
relato evangélico (San Mateo, 2, 1-12), pero con rasgos que lo diferencian de otras obras
europeas del mismo género, según estudió Winifred Sturdevant: () las escritas en latín
no presentan sus elementos característicos, por ejemplo los soliloquios de los magos; ()
las que se conocen en otras lenguas vernáculas son posteriores y tampoco tienen sus
aspectos más característicos. El Auto castellano se aleja de otros dramas sobre la
epifanía en dos aspectos fundamentales que hacen referencia a las dudas sobre la
naturaleza divina del recién nacido: 1) hacer de la ofrenda de regalos una prueba sobre
la divinidad del recién nacido; 2) la disputa entre los rabinos. Parece, por tanto, que el
autor del Auto de los reyes magos insertó aspectos propios de la tradición hispana, pues
la defensa de Cristo como Mesías es uno de los temas que podían interesar en el Toledo
del siglo XII, centro intelectual de primer orden donde convivían y polemizaban
cristianos y judíos, con controversias religiosas como la que reflejan los rabinos en el
Auto.
El Auto de los reyes magos es en su construcción una pieza artística de primera
categoría. El autor maneja acertadamente la polimetría, según el contenido, pues
aunque los versos son irregulares, siempre en pareados, predomina un metro en cada
sección: eneasílabos en los soliloquios de los reyes y la escena entre Herodes y los
rabinos; alejandrinos en el encuentro entre los magos y los saludos con Herores; el
heptasílabo, más rápido y tenso, en el soliloquio de Herodes que teme por su poder. Por
otra parte, aunque el argumento de la pieza y su desenlace eran perfectamente conocidos
por su público, el desarrollo del subtema de la duda alcanza diversos matices graduado
de acuerdo con la psicología del personaje: cada uno de los magos se diferencia por el
tiempo que necesita para confirmar la interpretación del signo celeste y todos ellos
acuerdan solventar sus dudas por medio de la ofrenda; Herodes tampoco da crédito a lo
dicho, lo soluciona llamando a los rabinos; éstos, por último, niegan tal posibilidad,
alejados totalmente de la verdad. Con un material argumental tan reducido el autor ha
conseguido generar intriga y conflicto, aspectos esenciales que aún en el siglo XV los
autores castellanos crearán con dificultad.
Como se puede comprobar, la interpretación de una pieza tan madura como el
Auto de los reyes magos dentro de la literatura dramática castellana es ciertamente
problemática. Si se considera que se trata de una muestra de la tradición dramática
castellana, habrá que admitir que esta es excepcionalmente temprana y compleja en
lengua vernácula, con lo que deberíamos suponer que se han perdido numerosos
testimonios. Más probable parece que haya que entenderla como muestra de una
tradición foránea, trasladada para una ciudad culturalmente inquieta como Toledo,
donde encontraría un público intelectualmente preparado.
las muestras europeas o del Este peninsular y las obras con las que contamos, sobre todo
en lengua vulgar, son muy sencillas y no forman parte de una tradición continuada,
como veremos. Esta tradición dramática sólo se creará a partir de Juan del Encina y de
Lucas Fernández, autores que hay que considerar como iniciadores del teatro
renacentista y, por tanto, no se estudiarán en este programa de literatura medieval.
Las actas capitulares castellanas recogen a lo largo del siglo XV la prohibición
de realizar ciertas actividades lúdicas en las iglesias, mientras que permiten otras, lo que
nos muestra que en algunas festividades se celebraban espectáculos, principalmente en
la navidad y la pascua. Los juegos prohibidos se consideran entremezclados con
deshonestidades, burlas, etc., mientras que se admiten las actividades que contribuyen a
mantener la devoción de los fieles o a su formación. También se han recogido entre las
documentaciones catedralicias del último tercio del XV, por ejemplo de León, Murcia y
sobre todo Toledo, cuentas que mencionan pagos a pastores, sibilas, etc. Debido a la
falta de texto o de descripciones más allá de la mención, no sabemos en qué consistían
estos espectáculos ni si eran auténticamente teatrales o más bien parateatrales, es decir,
ceremonias cargadas de un fuerte dramatismo, por ejemplo, procesiones.
Un caso excepcional parece ser el de Toledo, donde se tiene constancia de la
existencia desde el siglo XIV de una pieza del Officium pastorum, en la que dos
cantores del coro y dos monaguillos vestidos de pastores mantenían un breve diálogo,
durante una de las celebraciones de la noche de navidad. Otra pieza, pero del siglo XV,
para esta misma noche es una representación de la Sibila, donde un niño vestido
adecuadamente y rodeado de ángeles se alternaba cantando con el coro unos versos que
recordaban a los fieles el juicio final, segunda venida de Cristo a la tierra. La
documentación catedralicia revisada por Carmen Torroja y María Rivas revela que en
Toledo se hacían representaciones dramáticas en navidad, en pascua y sobre todo con
motivo del Corpus Christi. Con este motivo documentaron entre 1493 y 1510 hasta
treinta y tres autos diferentes, si bien no conservamos el texto de ninguno. El Auto de la
Pasión de Alonso del Campo, que estudiaremos más adelante, deberá entenderse dentro
de esta vigorosa tradición teatral religiosa toledana.
También las celebraciones cortesanas —además de las eclesiásticas— dieron
lugar durante el siglo XV al empleo de espectáculos de diversa índole, que tenían lugar
en los palacios nobiliarios y reales. Por supuesto los bailes, las entradas reales en una
ciudad, los torneos, los homenajes, etc. tenían un alto grado de teatralización, pero hay
dos formas que destacan por su puesta en escena proto-dramática: los momos y los
entremeses. Su definición exacta es difícil de establecer, ya que los testimonios
coetáneos emplean los términos de forma confusa, pero podemos caracterizarlos como
breves espectáculos cortesanos que se desarrollaban con motivo de grandes
celebraciones y que fueron introducidos en Castilla en el segundo tercio del siglo XV.
Según Ronald E. Surtz algunas de sus características serían las siguientes:
- No había una separación estricta entre espectadores y actores, dado que en ellos
participaban damas y galanes de la corte con disfraces y máscaras que les servían para
adoptar una identidad ficticia sin abandonar la propia.
- La presentación busca casi siempre crear una sorpresa en los reunidos,
introduciendo en la sala elementos exóticos, mágicos o maravillosos, si bien eso no
implica que el espacio adquiera otro valor simbólico.
-Los temas pueden ser religiosos, profanos, políticos, etc., según el motivo de la
celebración.
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8
Torroja Menéndez, Carmen y María Rivas Palá, Teatro en Toledo en el siglo XV. “Auto de la pasión”
de Alonso del Campo, Madrid: Real Academia Española, 1977.
El teatro medieval. La Celestina 10
Representaçión del nasçimiento de Nuestro Señor, escrita por Gómez Manrique; y dos
anónimas, el Auto de la huida a Egipto y el Auto del día de la Asunción.
Además del público de monjas clarisas y quizá motivado por él, estas tres obras
tienen en común los temas, que son propios de la espiritualidad franciscana, como ha
estudiado Ronald E. Surtz, y se presentan por medio de la yuxtaposición de una serie de
escenas cortas que dramatizan episodios bíblicos o inventados. Prestaremos una
atención más detenida a dos de ellas: la Representaçión del nasçimiento de Nuestro
Señor y el Auto de la huida a Egipto.
9
Jorge Manrique era sobrino de Gómez Manrique y con él debió participar en los círculos literarios del
Toledo de la época. Recuérdense los temas de la Unidad IV.
El teatro medieval. La Celestina 11
escena es la más extensa e importante, pues en cada intervención se canta una alabanza
diferente a Dios, terminando con la presentación de los instrumentos de la Pasión
enumerados uno a uno. La pieza se remata con un villancico.
El argumento de la obra está tomado de los evangelios (San Mateo, 1, 18-25;
San Lucas, 2, 8-17), si bien con modificaciones: aporta la oración de José a partir de la
duda que expresa el evangelio; en lugar de la multitud de ángeles que adoran al Niño,
éstos se reducen a tres, cuya adoración amplía los temas de la obra al hacer referencia a
la anunciación y la rebelión de los ángeles malos; etc. Parece peculiar la ofrenda de los
instrumentos de la pasión en el pesebre, pero la yuxtaposición de ambos momentos era
un tema frecuente en la espiritualidad franciscana.
La Representaçión del nasçimiento de Nuestro Señor está compuesta de una
forma sencilla, pero muy cuidadosa en el equilibrio entre los cuadros y en la métrica. La
primera parte, que muestra la intimidad de la Sagrada Familia, se desarrolla en coplas de
ocho versos, una para cada soliloquio (tres en total) y cuatro para la adoración de la
Virgen, al cambiar luego la disposición de las rimas se subraya la transición en el tema.
Los pastores son tres, al igual que los ángeles y los instrumentos de la pasión el doble,
seis, creando así un juego de simetrías. La variedad métrica subraya asimismo los
diversos momentos y tensiones, rematando en el villancico final que integra en la escena
teatral a las monjas espectadoras cantando todas al unísono.
La crítica debate, sin llegar a una solución, si las Lamentaciones fechas para la
Semana Santa fueron compuestas o no para ser representadas. La obra es una versión
en lengua vulgar del Planctus Mariae, cuyo tema era la expresión del dolor de la Virgen
al pie de la cruz. Se sabe que en la Edad Media algunos de estos planctus fueron
representados incorporados a ceremonias dramáticas, pero por otra parte se trataba de un
tema muy divulgado en el XV en su forma lírica y, a diferencia de la polimetría de su
pieza teatral, Gómez Manrique mantiene la misma forma métrica con el estribillo “¡Ay
dolor!” en todo el texto.
10
Justo García Morales, Auto de la huida a Egipto, Madrid: Joyas Bibliográficas, 1948.
11
Se lee: “trúxole la sr. doña marya de Vco. Año de dxij”, es decir, “lo trajo la señora doña María de
Velasco, año de 1512”.
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12
Josep Lluís Sirera, “Sobre la estructura dramática del teatro medieval: el caso de El auto de la huida a
Egipto”, en Actas del II Congreso internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval
(Segovia, del 5 al 19 de octubre de 1987), Alcalá de Henares: Universidad, 1992, II, pp. 837-855.
13
No confundir con la obra casi homónima de Rodrigo Cota, Diálogo entre el Amor y un Viejo. Aunque
la de Cota influyó en la nuestra muy estrechamente, la que aquí se trata tiene rasgos dramáticos mucho
más acentuados, quizá por ser más tardía y mostrar el desarrollo teatral del XVI. Los textos de ambas,
para quien desee compararlas, fueron editados por Elisa Aragone: Rodrigo Cota, Diálogo entre el Amor y
un Viejo, Florencia: Le Monnier, 1961.
El teatro medieval. La Celestina 13
modo que el anciano le entrega su libertad y se atavía como galán, entonces Amor le
deja a solas con la mujer hermosa. Lo mismo que antes el Viejo había rechazado al
Amor, ahora es él rechazado por la Mujer hermosa, que le recuerda su condición hasta
hacerle caer en la cuenta de su error. La obra termina con un villancico cuyo estribillo
dice así:
Quien de amor más se confía
menos tenga d’esperança,
pues su fe toda es mudança.
Frente a otros poemas dialogados, el Diálogo del Viejo, el Amor y la Hermosa
muestra elementos dramáticos más acentuados: alterna parlamentos extensos de los
personajes con rápidos intercambios que acentúan la tensión, se evocan gestos y
movimientos entre los protagonistas, se hace referencia al público, al que se dirige
especialmente el Viejo al extraer la moraleja de la obra. En cuanto a su construcción, se
divide en dos partes: el diálogo del Viejo y el Amor y el del Viejo con la Mujer. Aunque
la primera parte es más extensa, se establece un claro paralelismo entre ambas, pues al
rechazo del Viejo por el Amor, sigue el de la Mujer por el Viejo, que sin la presencia
final de Amor es derrotado indirectamente por él.
Se ha destacado la influencia de esta obra sobre La Celestina, con deudas que
prueban que Fernando de Rojas tuvo que conocer este Diálogo, probablemente
difundido en ambientes universitarios salmantinos.
BIBLIOGRAFÍA
Ediciones
Los estudios más accesibles y recientes sobre el teatro medieval castellano son
en la actualidad los que preceden a las antologías publicadas, donde además se
encuentran completos los textos. Se recomiendan por tanto las siguientes:
Teatro medieval, ed. de Ana Mª Álvarez Pellitero, Madrid: Espasa-Calpe, 1990 (Col.
Austral). Edición recomendable por su estudio introductorio de conjunto y por la
presentación de cada uno de los textos. Incluye bibliografía y glosario. Resulta
asimismo útil como muestra de la diversidad de criterios sobre los límites del
género teatral, pues aquí se incluyen también la Danza de la muerte o un
fragmento de la Vita Christi de fray Íñigo de Mendoza.
Teatro medieval. 1. El drama litúrgico, ed. de Eva Castro, Barcelona: Crítica, 1997.
Excelente y utilísima antología de textos del teatro medieval latino, con
traducción, rico estudio introductorio de conjunto e individual y buena anotación.
Teatro medieval. 2. Castilla, ed. de Miguel Ángel Pérez Priego, Barcelona: Crítica,
1997. Como la antología anterior es una excelente introducción al estudio de las
obras y los textos, entre los que incluye además documentos. Lectura
complementaria recomendada.
Teatro medieval castellano, ed. de Ronald E. Surtz, Madrid: Taurus, 1983. Más antigua
que las anteriores y fuera de comercio, sin embargo, en su estudio preliminar y
textos sigue siendo perfectamente válida y útil.
Estudios
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.
Historia de los espectáculos en España, dir. por A. Amorós y J. M. Díez Borque,
Madrid: Castalia, 1999. Incluye: A. M. Álvarez Pellitero, “I. Espectáculos
teatrales.Edad Media”, pp. 19-36; C. Alvar, “II. Espectáculos de la fiesta. Edad
Media”, pp. 177-206; Mª José Ruiz Mayordomo, “III. Espectáculos de baile y
danza. De la Edad Media al siglo XVIII”, pp. 273-318; E. Lacarra, “V.
Espectáculos de lla voz y la palabra. Juglares y afines”, pp. 405-418. Enfoque
novedoso del tema más allá de lo puramente dramático, lo que abre perspectivas
diferentes.
López Morales, Humberto, Tradición y creación en los orígenes del teatro castellano,
Madrid: Alcalá, 1968. Libro clásico que marcó un hito en los estudios sobre el
tema, convertido en símbolo de la crítica que niega la existencia de un teatro en
Castilla en la Edad Media.
Gómez Moreno, Ángel, El teatro medieval castellano en su marco románico, Madrid:
Taurus, 1991. Esfuerzo sobre todo documental, aunque desorganizado, por aportar
datos que revelen una actividad dramática en la Castilla medieval. Poco accesible
para el alumno de primer curso.
Alvar, Carlos, Ángel Gómez Moreno y Fernando Gómez Redondo, La prosa y el teatro
en la Edad Media, Madrid: Taurus, 1991. La parte dedicada al teatro ha sido
escrita por A. Gómez Moreno, siendo una versión anterior y más sintética de la
perspectiva que luego desarrolla en la otra obra citada.
Ruiz Ramón, Francisco, Historia del teatro español (Desde sus orígenes hasta 1900),
Madrid: Cátedra, 19814. Estudio clásico, ya anticuado, que dedica unas breves
páginas al teatro medieval, pp. 21-31
A lo largo del tema se han ido citando diversos estudiosos. Aunque el alumno de este
curso no necesita consultar directamente sus trabajos, es de rigor ofrecer las referencias
completas para aquellos que busquen ampliar cualquier aspecto de su interés.
Blecua, Alberto, “Sobre la autoría del Auto de la Pasión”, Homenaje a Eugenio Asensio,
Madrid: Gredos, 1988, pp. 79-112. A partir de las fuentes conocidas, la lengua y la
métrica de esta obra de finales del XV establece los distintos estratos sobre los que
fue compuesta, remontando el texto original a finales del XIII o principios del
XIV.
Castro Caridad, Eva y Pilar Lorenzo Gradín, “De lo espectacular a lo teatral:
consideraciones sobre el teatro medieval castellano”, Actas do IV Congresso da
Associaçao Hispânica de Literatura Medieval, Lisboa: Cosmos, 1993, II, pp. 361-
373. Aunque se trate de un artículo y no un libro, ofrece una magnífica síntesis del
tema, donde se recogen los problemas fundamentales del teatro medieval
castellano expuestos con rigor y claridad.
Cátedra, Pedro M., “Poesía, liturgia y renovación del teatro medieval”, en Actas del XIII
Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Madrid: AIH- Castalia,
Fundación Duques de Soria, 2000, I, pp. 3-28. Novedosa propuesta sobre las
El teatro medieval. La Celestina 15
conexiones del teatro medieval castellano con las órdenes franciscanas femeninas,
aquí recogida en el punto 3.3.
Deyermond, Alan D. y David Hook, “El problema de la terminación del Auto de los
Reyes Magos”, Anuario de Estudios Medievales, XIII (1983), pp. 269-278.
Deyermond, Alan D., “Teatro, dramatismo, literatura: criterios y casos discutibles”, en
Cultura y representación en la Edad Media, ed. de E. Rodríguez Cuadros, Cultura
y representación en la Edad Media. Actas del Seminario celebrado con motivo del
II Festival de Teatre i Música Medieval d’Elx, Elche: Ayuntamiento/ Instituto de
Cultura “Juan Gil-Albert”, 1994, pp. 39-56. Intento de establecer unos principios
estrictos para delimitar el corpus del teatro medieval castellano
Donovan, Richard B., The Liturgical Drama in Medieval Spain, Toronto: Pontifical
Institute of Mediaeval Studies, 1958.
Pérez Priego, Miguel Ángel, “La Celestina y el Diálogo entre el viejo, el amor y la
mujer hermosa”, en Cinco siglos de Celestina: aportaciones interpretativas,
Valencia: Universitat de València, 1997, pp. 189-198.
Sirera, Josep Lluís, “La construcción del Auto de la Pasión y el teatro medieval
castellano”, en Actas del III Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura
Medieval (Salamanca, 3 al 6 de octubre de 1989), Salamanca: Universidad,1994,
II, pp. 1011-1019. Sostiene que es fragmentaria, porque faltan cuadros
fundamentales de la pasión, que servían para conmover al público.
Surtz, Ronald, E., “The ‘Franciscan Connection’ in the Early Castilian Theater”,
Bulletin of the Comediantes, 35 (1982-83), pp. 141-52.
Torroja Menéndez, Carmen y María Rivas Palá, Teatro en Toledo en el siglo XV. “Auto
de la pasión” de Alonso del Campo, Madrid: Real Academia Española, 1977.
TEXTOS
Tropo para el día de Pascua
El texto que a continuación se incluye en latín con su traducción es un tropo del
Quem queritis del siglo XIII empleado en la Catedral de Vic. La editora del texto y
autora de la traducción aquí seguidos explica en qué consiste esta pieza: “La pieza se
inicia con la invitación típica de los tropos del introito a la participación comunal en el
canto (Hora est); le suceden la pregunta y su respuesta que son desencadenantes de la
acción (“Ubi est Christus” y “Eamus uidere”). A la llegada al sepulcro se establece el
diálogo del Quem queritis que se completa con las dos frases propias de la tradición
meridional (“Alleluia. Ad sepulchrum” y “En ecce complementum est”). Estos dos
elementos finales sirven para proclamar abiertamente a toda la comunidad la noticia de
la Resurrección y dar así cumplimiento al mandato de la sentencia final del diálogo
Quem queritis (“Ite, nunciate, quia surrexit, dicentes”) 14
In die sancto Pasche tropus Tropo para el día de Pascua
Hora est, psallite; Es el momento, entonad cánticos;
iubet domnus canere; el director ordena cantar;
eia, dicite: ea, decid:
14
Eva Castro, ed., Teatro medieval. 1. El drama litúrgico, Barcelona: Crítica, 1997, p. 83 la cita y pp. 86-
87.
El teatro medieval. La Celestina 16
15
ý: ‘allí’.
16
Remembrança: ‘recuerdo, memoria’
17
Sigo , con algunas modernizaciones en la transcripción, el texto que ofrece Humberto López Morales,
“Alfonso X y el teatro medieval castellano”, Revista de Filología Española, LXXI (1991), pp. 227-252,
donde argumenta ampliamente sus razones.
El teatro medieval. La Celestina 17
Quizá el testimonio que mejor nos ha reflejado lo que era el mundo de las
celebraciones palaciegas es la Crónica del condestable Miguel Lucas de Iranzo 19. La
crónica, al hacer la biografía de ese noble, nos muestra cómo se desarrollaba la vida
cortesana en la pequeña ciudad fronteriza de Jaén, en época de Enrique IV. A lo largo
del año se hacían festejos varios, pero es sobre todo en Navidad, cuando da noticia de
representaciones religiosas y profanas. El texto que aquí recogemos es parte de la
descripción de las celebraciones del día de Reyes en la Navidad de 1462. Ya de noche,
en medio de muchas antorchas que iluminan la calle, los caballeros llegan disfrazados
hasta la plaza donde se ha puesto una sortija 20, para demostrar ante las damas sus
habilidades caballerescas, por las que reciben diversos premios. Después en el palacio se
produce la representación que describe el texto y en la que conviene destacar: la
18
Sigo el texto según lo recoge Ana M.ª Álvarez Pellitero, “Aportaciones al estudio del teatro medieval en
España”, El Crotalón. Anuario de Filología, II (1985), pp. 13-35, en pág. 21.
19
Recuérdese que esta obra se mencionó en el tema 22 por ser una muestra del género de las biografías
caballerescas, como El victorial.
20
El juego de la sortija consistía en ensartar aros colgantes con la lanza y desde el caballo.
El teatro medieval. La Celestina 18
Y desque ovieron çenado y levantaron las mesas, entró por la sala una dueña, cavallera
en un asnico sardesco, con un niño en los braços que representava ser Nuestra Señora
la Virgen María con el su bendito e glorioso Fijo, e con ella Josep. Y en modo de grant
devoçión, el dicho señor Condestable la reçibió e la subió arriba al asiento do estava, y la
puso entre la dicha señora condesa e la señora doña Guiomar Carrillo, su madre, e la
señora doña Juana, su hermana, e las otras dueñas e doncellas que ende estavan. Y el
dicho señor se retrayó 21 a una cámara que está al otro cabo de la sala, y dende a poco
salió de la dicha cámara con dos pajes muy bien vestidos, con visajes 22 e sus coronas en
las cabeças, a la manera de los tres Reyes Magos, y sendas copas en las manos, con
sus presentes. Y así movió por la sala adelante, muy mucho paso, e con muy gentil
contenençia, mirando el estrella que los guiava, la qual iva por un cordel que en la dicha
sala estava. E así llegó al cabo della, do la Virgen con su Fijo estavan, e ofresçió sus
presentes, con muy grant estruendo de trompetas e atabales e otros estormentos.
Y esto así fecho, retrayóse a la dicha cámara, do salió vestido de otra manera. Y luego
tocaron las chirimías e començó a dançar con la señora condesa e doña Juana, su
hermana, e después otros gentiles ombres e pajes e donzellas. E desque ovieron un rato
dançado e bailado, troxieron la colaçión, e retrayóse a dormir.
Esta fiesta facía e solepnizava el dicho señor Condestable en cada un año, segund
dicho es, lo uno por devoçión y lo ál 23 porque en tal día nasçió el Rey nuestro señor, cuyo
serviçio él tanto deseava y procurava. 24
Como señala Alberto Blecua, si Alonso del Campo fuera autor del Auto de la
Pasión habría empleado para escribirla las estrofas que se usaban en su propia época,
sin embargo, en algún fragmento emplea el pareado. Esta estrofa había caído en desuso
en la lírica castellana a finales del siglo XIII y sólo se vuelve a encontrar más tarde en el
cantar de ciegos que cierra el Libro de buen amor, lo que indica que, con las variantes
textuales debidas a una larga transmisión vacilante, este fragmento del Auto podría
remontarse a esa época. Otra de las estrofas es la cuarteta, de uso abundante en el XIV,
pero apenas empleada en el XV. Esta estrofa aparece en otras obras teatrales castellanas
y es habitual en el antiguo teatro catalán.
En este fragmento se observa el uso del pareado en los vv. 144-156 y 175-80,
mientras que el resto está escrito en cuartetas de rimas cruzadas y alternantes.
[ESCENA SEGUNDA]
[EL PRENDIMIENTO]
Amigos, ¿y qué hazés
145 que tan gran sueño tenés?
Devantadvos y andemos
que no es tiempo que aquí estemos,
que yo de verdad vos digo
que aquel que me trae 25 a la muerte
150 aína 26 será comigo.
21
Retraerse: ‘retirarse’.
22
Visaje: ‘mueca’, ‘gesto’. Quizá en este contexto deba entenderse como ‘máscara’.
23
ál: del latín aliud, ‘otro’
24
El texto sigue la edición de Juan de Mata Carriazo, Hechos del condestable don Migel Lucas de Iranzo
(Crónica del siglo XV), Madrid: Espasa-Calpe, 1940, pp. 71-72.
25
Traer en su acepción de ‘traicionar’, arcaica ya para el XV y que el copista no ha entendido.
El teatro medieval. La Celestina 19
26
Aína: ‘pronto’, ‘en seguida’.
27
Dar paz: lo mismo que besar.
28
Torroja Menéndez, Carmen y María Rivas Palá, Teatro en Toledo en el siglo XV. “Auto de la pasión”
de Alonso del Campo, Madrid: Real Academia Española, 1977, pp. 165-66; no sigo siempre este texto, ya
que introduzco correciones propuestas por A. Blecua.
El teatro medieval. La Celestina 20
29
Sigo la edición de Miguel Ángel Pérez Priego, en Teatro medieval. 2. Castilla, Barcelona: Crítica,
1997, pp. 54-56.
El teatro medieval. La Celestina 21
30
Se sigue la edición de Miguel Ángel Pérez Priego, en Teatro medieval, citada, p. 76.
El teatro medieval. La Celestina 22
Peregrino adora al Niño y da noticias de Juan a la Virgen, pidiéndole consejo sobre cuál
ha de ser su vida en el futuro: la activa, en su casa, cuidando de la Sagrada Familia; la
contemplativa de penitencia en el desierto. Si aceptamos con Surtz que el Peregrino
representa al público, debemos deducir que la obra defiende como vía de salvación
preferente la ascética/ contemplativa, que coincidía, por otra parte, con la que habían
elegido las monjas espectadoras, reforzando así su vocación.
Vuélvese el Peregrino de Egipto cantando
215 PELEGRINO ¡O, qué gloria es la mía,
saber nueva del Mexía!
Yo vi al sancto chiquito
allá en mi tierra de Egito,
tan perfecto y tan bonito
220 quanto dezir no savía.
¡O, qué gloria es la mía,
saber nueva del Mexía!
En llegando ofresçerle he
la mi alma pecadora;
225 si quisiere la Señora,
la mi casa le daré;
de buen grado dexaré
todo quanto yo tenía
por andar con el Mexía.
En volviendo a Egito, va adorar a Dios
230 PELEGRINO Adoro’s, santo Mexía,
y a la madre que os parió,
a la qual suplico yo
se vaya a la casa mía
y por suya la resçiva,
235 y todo quanto yo tengo
y a mí, que a serviros vengo
mientra quisierdes que viva.
Un mançevo que hallé
en una fiera montaña,
240 aquel que en gloria se vaña
en predicar vuestra fe,
al que distes nonbre Juan,
os espera en una sierra,
dándose vida muy fiera
245 sin carne, vino ni pan.
Al niño besa los pies;
muchas encomiendas trayo
de aquel descalço y sin sayo,
Virgen Madre, a todos tres;
250 las piedras rompen sus pies,
piel de camello vestía,
de yervas se mantenía
como una bruta res.
En las cuevas se acogía
255 como culebra o lagarto,
tan contento está y tan harto
como aquél que más tenía.
Virgen, si avéis plazer
de que aquí con vos viva,
260 si no, aquellas sierra esquiva
con Juan me quiero volver.
Nuestra Señora al Peregrino
El teatro medieval. La Celestina 23
Recogemos en esta sección la última parte del coloquio entre el Viejo y la Mujer
hermosa, rematada con el villancico final de la pieza. Después de una amplia
declaración del Viejo ante la Mujer y del ataque de ésta a su aspecto y años, sigue el
rápido coloquio que incluimos, donde se hace acción dramática el enfrentamiento entre
los deseos de ambos. Se observa claramente la gestualidad y movimientos que exige el
diálogo con el acercamiento-alejamiento sucesivos entre los dos personajes. En cuanto
al monólogo del viejo, incluye un resumen de la acción de la pieza, de la que va a
extraer explícitamente la moraleja para su auditorio, representado en los vv. 655, 660,
676-77 (“…que aquí vistes”, “como avéis visto aquí todos”, etc.) y sobre todo en el
remate (vv. 681-690) cargado de imperativos.
31
Tirar: ‘quitar’.
32
Nojada: lo mismo que enojada.
33
Guarido: ‘a salvo’, ‘protegido’.
34
Ruido: ‘combate’, ‘lucha’.
El teatro medieval. La Celestina 24
4. LA CELESTINA
35
Sojuzgar: ‘someter’.
36
Castigá: lo mismo que castigad, imperativo con pérdida de la desinencia -d.
El teatro medieval. La Celestina 25
solo en castellano, sino también traducida al italiano, francés, alemán, flamenco y, más
adelante, al inglés, convirtiéndose en un best-seller europeo.
A pesar de lo novelesco que el proceso de composición de la obra pueda tener en
sí, no es ni con mucho uno de sus problemas más relevantes. La Celestina es una obra
maestra de todos los tiempos y la complejidad y riqueza de significados inherentes a las
grandes creaciones se revela en su capacidad para llegar a públicos muy amplios y
culturalmente alejados de su creador y en la abundantísima bibliografía crítica que
existe sobre los más diversos aspectos: sus fuentes, su descendencia, el género, los
temas, los personajes, la hechicería, etc., con un sinfín de matices. En este tema nos
ocuparemos de mostrar algunos de los aspectos más relevantes, entendiendo que, por
tratarse de una obra de lectura obligatoria, las cuestiones relativas a los temas, los
personajes, las técnicas dramáticas o la lengua, serán completadas a través del
acercamiento personal guiado por las notas e introducción de la edición manejada y por
las actividades para la lectura. Para ello debe seguir las indicaciones que se proponen en
las actividades, a través de las cuales se guiará su atención y su reflexión hacia esas
cuestiones, que elaborará de forma personal sin necesidad de dar respuesta escrita a
todas ellas.
Para otros aspectos, se dejan al estudiante interesado las indicaciones
bibliográficas suficientes que le permitan seguir sus propias inclinaciones, entendiendo
que se trata de una bibliografía en constante aumento y de un tema que levanta
encendidas pasiones entre los filólogos.
37
La Celestina es una obra de lectura obligatoria para cualquier español culto, por tanto ni que decir tiene
que más aún para cualquier filólogo. Por sus muchos valores literarios se incluye entre las lecturas del
curso, como se puede comprobar, con lo que podría evitarse este resumen argumental, a pesar de ello
hemos decidido incluirlo, no porque sustituya en caso alguno la lectura personal, sino porque nos ayudará
a entrar en materia.
El teatro medieval. La Celestina 26
Los prólogos o piezas preliminares que anteceden a una obra son textos creados
bajo unas fuertes convenciones de género, lo que nos obliga a desconfiar de su
veracidad. Así conviene preguntarse qué podemos creer de todas la afirmaciones
vertidas en esos textos: ¿es verdad que Rojas encontró hecho el primer auto y lo
continuó? ¿que la escribió en quince días? ¿que no sabía quién era el primer autor? La
desconfianza inicial de la crítica se ha ido transformando, con el paso del tiempo, en
mayor credulidad, sobre todo en lo que se refiere a un aspecto esencial como es el de la
existencia de los “antiguos papeles”, según veremos a propósito del manuscrito. La
autenticidad de los papeles se puede apoyar con otros datos, pero un indicio está en el
mismo prólogo y es el hecho de que Rojas oculte su nombre en un acróstico, lo cual Mª
Rosa Lida de Malkiel señala que es una práctica medieval frecuente en imitadores y
refundidores o en autores que escriben para un círculo pequeño donde su nombre es
conocido. Por otra parte, que esa afirmación pueda ser cierta no significa que lo sea todo
lo demás, por ejemplo, el hecho de haber escrito la continuación en quince días, que,
como señaló la misma Mª Rosa Lida, es un tópico de modestia del autor que figura en
otras obras.
La Comedia tuvo un éxito fulminante, sin embargo eso no impidió que muy
poco tiempo después de aparecida por vez primera, se publicara una versión más larga
(veintiún autos), cuyo título empieza por la palabra Tragicomedia y que será la que en
adelante interese a editores y lectores. Por eso la versión Comedia, después de 1501,
desaparece de las prensas y no se vuelve a editar hasta nuestros días.
38
Todas estas ediciones de 1502 siguen el colofón rimado que remataba las octavas de Alonso de Proaza.
El teatro medieval. La Celestina 28
rimados. Se ha demostrado, no obstante, que ninguna es de ese año y que la más antigua
debe datarse en 1510. Seguramente se trató de una forma de evitar trámites legales
exigidos a partir de 1502 pero, en cualquier caso, todas son posteriores a la edición de la
Tragicomedia hecha en Zaragoza, 1507 (véase el cuadro final). A esta edición
zaragozana le siguen varias más hasta una edición de Valencia, 1514, en la que intervino
otra vez Alonso de Proaza, y que es considerada de gran importancia por los filólogos
porque presenta un texto muy cuidado y correcto.
El cambio de Comedia en Tragicomedia no afecta sólo al título, sino que se
incluyen cinco autos nuevos a partir de la mitad del auto XIV de la Comedia. Después
de insertados estos cinco autos, el texto sigue exactamente en el lugar donde se había
cortado, salvo que ya no se está en el auto XIV, sino en el XIX (véase el cuadro final).
En cuanto a los preliminares, se mantiene el prólogo en forma de carta y se añade otro.
En un nuevo prólogo se explica cuál ha sido la causa de esas adiciones, de las que echa
la culpa a los lectores de la Comedia, por sus muy encontradas opiniones sobre la obra.
Según dice con bastante ironía Rojas, estas opiniones coincidían a pesar de todo en
querer “que se alargasse en el processo de su deleyte destos amantes”, es decir, en
prolongar el número de entrevistas entre Calisto y Melibea, antes de su muerte. Aunque
esta es la modificación más importante, se le hicieron a la obra otras adiciones de
longitud diversa, ya fueran frases, sentencias o hasta párrafos que subrayan o amplían
contenidos ya presentes 39.
Efectivamente, el texto de la Comedia se cortaba en el punto en que Calisto se
despide de Melibea para bajar la escala, pero en lugar de caerse y morir, en la
Tragicomedia volvía a casa a continuar sus reflexiones sobre la honra y el amor.
Además Elicia y Areúsa están decididas a vengarse por la muerte de sus amantes, así
que contratan al rufián Centurio para matar a Calisto, lo que en último extremo será la
nueva justificación de que Calisto baje precipitadamente la escala del muro y se mate.
La presencia de esta parte nueva se resalta en la portada de algunas ediciones con el
nombre de “Tratado de Centurio”, y el personaje del rufián tendrá relevancia en las
futuras continuaciones e imitaciones celestinescas.
Aún hubo un último añadido a partir de una edición toledana de 1526, el llamado
Auto de Trasso, si bien este no salió de la pluma de Fernando de Rojas y su inferioridad
artística respecto al resto de la obra es evidente.
39
Para observar este proceso de adición en la creación de La Celestina es muy útil la edición de Peter
Russell, que incluye en cursiva todo aquello que no estaba en la Comedia.
El teatro medieval. La Celestina 29
“una obra de origen salmatino, que por mucho tiempo ha circulado anónima, en
distintas versiones, que quizás ha tenido una vida-oral teatral, y que a medida en
que se va transmitiendo o editando, sufre retoques, adiciones y supresiones de
cualquiera, como si fuese un romance de tradición oral (…) A lo largo de ese
camino, a cierta altura, un jurista de ambiente salmantino, Fernando de Rojas,
decide tomar ese texto de la tradición y darle una forma para que se imprima. Es,
pues, autor de La Celestina ‘impresa’, como demuestra La Celestina de Palacio” 40
40
Patrizia Botta, “El texto en movimiento (de la Celestina de Palacio a la Celestina posterior)”, en Cinco
siglos de “Celestina”: aportaciones interpretativas, Valencia: Universitat de València, 1997, pp. 135-
147, la cita en p. 147.
El teatro medieval. La Celestina 30
Resulta curioso que después de escribir una obra genial cuyo éxito pudo
contemplar, Fernando de Rojas no volviera a escribir ninguna otra obra, ni al parecer se
ocupara de conservar más de un ejemplar, según se deduce del inventario de sus libros
hecho a la muerte. Como si considerara que se trataba de un pecadillo de juventud, del
cual uno no quiere hacer más cuenta.
41
Recuérdese que a Cota lo hemos encontrado en el tema anterior (24, punto 3.3) como autor del Diálogo
entre el Amor y un Viejo, donde ya señalábamos sus relaciones temáticas con la Celestina.
42
Recuérdese que ha sido tratado en el tema 23.
El teatro medieval. La Celestina 31
La propia Celestina revela en sus piezas preliminares cuál era el modelo al que
creía acercarse y así la novena copla acróstica empieza:
“Jamás no vi sino [en] Terenciana 43,
después que me acuerdo, ni nadie la vido
obra de estilo tan alto y sobido
en lengua común vulgar castellana…” 44
43
Este verso tiene otra lectura, según las ediciones: “Jamás yo no vide en lengua romana”.
44
En otras ediciones: “en tusca ni griega ni en castellana”, donde tusca tiene el sentido de ‘toscana’, es
decir, ‘italiana’.
El teatro medieval. La Celestina 32
45
Recuérdese la Comedieta de Ponza del Marqués de Santillana, lo que nos advierte de cómo la identidad
en el nombre de un género no tiene por qué llevar aparejada la identidad en su concepción. El término
comedia en la Edad Media hispana ha sido estudiado por Miguel Ángel Pérez Priego.
46
No es necesario insistir sobre las características de este género, que veíamos en el tema 23. Téngase en
cuenta lo dicho entonces.
El teatro medieval. La Celestina 33
Alonso de Proaza en sus coplas finales nos da una referencia clave para
comprender cómo fue difundida la Celestina:
Si amas y quieres a mucha atención
leyendo a Calisto mover los oyentes,
cumple que sepas hablar entre dientes,
a veces con gozo, esperança y passión.
A vezes ayrado, con gran turbación.
Finge leyendo mill artes y modos,
pregunta y responde por boca de todos,
llorando y riendo en tiempo y sazón.
Suponemos, a partir de estos versos, que la obra sería leída ante un grupo reducido por
su solo recitador, que cambiaba voces y gestos para dar vida a cada uno de los
personajes. Eso no quiere decir que fuera representada, pues nunca tuvo su autor tal
pretensión ni la escribió con ese fin, así la forma principal de difusión de la obra fue la
lectura, ya en voz alta, como era común en la época con todos los géneros, ya individual
y silenciosa.
El teatro medieval. La Celestina 34
CUADROS
EDICIONES DE LA CELESTINA
COMEDIA TRAGICOMEDIA
[Anterior a 1499]
Burgos, 1499
[al menos una perdida]
Toledo, 1500
Sevilla, 1501
[anterior a 1505]
(traducción al italiano, Roma, 1506)
Zaragoza, 1507
Sevilla, 1511 (con fecha 1502)
Toledo 1510-14 (con fecha 1502)
Sevilla, 1513-15 (con fecha 1502)
Valencia, 1514 (revisada por A. de Proaza)
Roma, 1515-16 (con fecha 1502)
Sevilla, 1518-20 (con fecha 1502)
Roma, 1520 (con fecha 1502)
El teatro medieval. La Celestina 35
Toledo, 1526
Se imprimeron en distintos lugares muchas ediciones con fecha de 1502 (en unas consta
el lugar de impresión auténtico, en otras es falso y en otras no consta), probablemente
porque en julio de ese año salió una provisión real que obligaba a los libros a obtener
licencia real para su impresión y circulación y que exigía el examen previo de un
funcionario. De esta forma los editores evitaban cumplir con tal requisito legal. La
identificación de los lugares y fechas auténticas para estas ediciones fue hecha por el
bibliógrafo británico Frederick J.Norton.
N.B. Se ponen entre corchetes las ediciones que tuvieron que existir, pero que no se han
conservado.
COMEDIA TRAGICOMEDIA
Autos I-XIII Autos I-XIII
Auto XIV hasta final de la cena 4ª Auto XIV
Autos XV-XVIII
Auto XIX hasta cena 5º
Auto XIV desde cena 5ª Auto XIX desde cena 6º
Autos XV- XVI Autos XX-XXI
Se trata de un cuadro muy simplificado, establecido sólo afectos de mayor
claridad en la explicación; omite las diversas interpolaciones de mayor o menor
extensión en el resto de la obra.
Bibliografía
ESTUDIOS
EDICIONES
La Celestina 47
La Celestina, ed. de Juan Carlos Conde y Marta Haro, Madrid: Castalia, 2001 (Col.
Castalia Didáctica). Sigue los criterios de la colección, con lo que su introducción
y notas resultan asequibles y muy instructivas. Se recomienda para este curso.
Comedia o tragicomedia de Calisto y Melibea, ed. de Peter E. Russell, Madrid: Castalia,
1991 (Col. Clásicos Castalia). Edición cuyo estudio introductorio puede servir
para ampliar y quizá aclarar algunas de las cuestiones tratadas brevemente en este
tema, de ahí que se recomiende su consulta. El texto va acompañado de buenas
notas aclaratorias y un índice final.
La Celestina, ed. de Dorothy S. Severin, Madrid: Cátedra, 1995 (Col. Letras
Hispánicas). Breve introducción que precede a un texto muy cuidado y bien
anotado, aunque a veces escuetamente para un alumno de primer curso. Incluye un
glosario final.
Rojas, Fernando de (y “Antiguo autor”), La Celestina. Tragicomedia de Calisto y
Melibea, ed. y estudio de F. J. Lobera et al., estudio preliminar de Francisco Rico,
Barcelona: Crítica, 2000 (Col. Biblioteca Clásica). Exigente esfuerzo de crítica
textual para intentar ofrecer la edición de la Tragicomedia que salió de la voluntad
de Rojas; como otras obras de la colección ya mencionadas los estudios
introductorios y las notas son de un alto nivel filológico.
La Celestina, ed. de Julio Rodríguez Puértolas, Madrid: Akal, 1996 (col. Nuestros
clásicos, 12) Edición asequible y apta para este curso.
Rojas, Fernando de, La Celestina, ed. de Pedro M. Piñero, Madrid: Espasa Calpe, 1983
(Col. Austral). Edición de prólogo correcto, pero anticuado; las notas son escasas
y poco clarificadoras.
Tragicomedia de Calixto y Melibea, libro también llamado “La Celestina”, ed. de
Manuel Criado de Val y G. D. Trotter, Madrid: CSIC, 1970. Edición que sobre el
texto de 1502 anota las variantes de los restantes impresos, empleando un sistema
diacrítico peculiar. El texto va precedido de un breve estudio introductorio y no
tiene notas explicativas.
Ediciones modernizadas
Fernando de Rojas, Tragicomedia de Calisto y Melibea, ed. de Mª José Sánchez-
Casado, Madrid: Grupo Hermes, 1997 (Col. Clásicos Castellanos, 15). Edición de
47
Se ordenan de más a menos adecuadas para el curso según el criterio de la profesora.
El teatro medieval. La Celestina 38
Para poder trabajar con el texto, a medida que lo vaya leyendo haga una ficha de trabajo
de la obra, dividiéndola por autos y cenas. La ficha puede contener los siguientes
aspectos:
- Resumen del contenido por autos y cenas
- Temas de cada auto
- Caracterización de los personajes
- Aspectos que llamen su atención (estilísticos o temáticos).
Estructura
A partir de su ficha de trabajo sobre la obra, señalar cuáles son los autos de
mayor extensión y contenido. ¿Hay algún equilibrio entre ellos?
A diferencia de los autos, ¿cree que la división en “cenas” o escenas está
motivada? ¿a qué obedecen?
A lo largo de la Celestina los personajes hacen premoniciones o expresan deseos
que sin saberlo ellos se cumplirán en un destino irónicamente trágico. Tales
anticipaciones crean unos lazos internos que contribuyen a dar coherencia a la obra.
Señale en el acto I qué palabras de Melibea avisan del fin trágico de Calisto o cuáles de
Calisto actúan como premonición de la muerte de Sempronio. Señale otra anticipación
semejante en las palabras de Elicia.
Otras veces estos avisos pueden venir formulados en sentencias que no se ponen
en práctica, por ejemplo, la de Sempronio en III, 1 “Más vale perder lo servido que la
vida por cobrallo”. Ponga en relación esta frase con el fin del criado.
No toda la acción de la obra se desarrolla ante el espectador, como por ejemplo
la muerte de Sempronio y Pármeno, ¿en qué momento y cómo nos enteramos de estos
hechos? ¿Hay otros similares?
Espacio y tiempo
Al ser la Celestina es una obra enteramente dialogada no hay una voz de autor
que describa el lugar o establezca el tiempo interno de la acción. Estos dos elementos
dependen para su desarrollo también del diálogo de los personajes, en el cual se
procuran insertar de un modo natural. Busque varias de estas intervenciones que
marquen los espacios en los que se está desarrollando la acción.
¿En cuántos espacios se desarrolla toda la obra? Huerto de Melibea, casa de
Calisto, casa de Celestina…
Calcule, con la precisión que le sea posible por medio de las referencias internas,
en cuánto tiempo se desarrolla toda la obra: Autos I-VIII primer día; VIII-XII, segundo
día; XIII-XIV, tercer día; sin embargo, en la Tragicomedia el tiempo se ha prolongado,
pues según el parlamento de Melibea en la torre [XX,3] sus entrevistas amorosas tienen
lugar desde hace un mes.
El lenguaje
48
Tal como se ha indicado, estas actividades no tienen por qué ser completadas en su totalidad, ni
tampoco respondidas por escrito. Se trata de orientaciones para llevar a cabo una lectura más consciente y
rigurosa de la obra, que permita profundizar en ciertos aspectos que pudieran pasar desapercibidos. Por
esta razón, se pueden emplear las que aquí se incluyen u otras.
El teatro medieval. La Celestina 40
El diálogo
El mundo social
La sociedad que se refleja en la Celestina ha perdido sus valores tradicionales,
siendo la riqueza el distintivo de la clase y el motor de los personajes. Así en un feroz
individualismo, cada una de las clases y cada individuo persiguen sus propios intereses
de modo egoísta.
Calisto representa, como Pleberio a la alta burguesía, clase enriquecida que hace
ostentación de su vida ociosa. Señale el pasaje en el que se describe cuáles son las
actividades de Calisto. A pesar de servirse de ellos constantemente, Calisto no se
muestra especialmente amable con sus criados ni tampoco demasiado preocupado por su
suerte, ¿dónde se manifiestan estas actitudes?
El teatro medieval. La Celestina 41
PERSONAJES
En una obra en la que el autor no se reserva una voz propia, todo el peso de la
narración recae sobre los personajes. De ellos depende el lector y, por tanto, carece de
una orientación objetiva respecto a lo que sucede, teniendo la obligación de sacar en
cada momento sus propias conclusiones al valorar situación, palabras, personaje, etc.
Por esta razón muchas veces observaremos que sobre la significación de la obra y sus
personajes se hacen observaciones contradictorias, pero eso no debe alarmarnos, sino
que debemos valorarlo como muestra de la pluralidad de lecturas de la que puede ser
objeto toda gran obra.
Celestina
El hecho de que muy poco tiempo después de que la obra se difundiera se
empezara a conocer como Celestina, personaje que sabemos no se citaba en el título, da
idea de la importancia que su figura tiene en la acción.
La primera mención de la vieja se debe a Sempronio, pero es Pármeno quien
hace la auténtica presentación ¿la conoce como bruja? ¿en qué otros momentos se
muestra la condición de hechicera de Celestina?
Celestina es, ante todo, una sagaz conocedora de las debilidades humanas, que
aprovecha para ejercer sobre las personas el dominio a través de su discurso. Hay
bastantes pasajes (el encuentro con Calisto o la persuasión de Pármeno) en que este
control es muy evidente, pero quizá destaquen sus dos entrevistas con Melibea. En ellas
no solo la vieja alcahueta, sino también la joven doncella se expresan en dos niveles de
significación: el aparente y el de significado profundo, que prestan un alto interés a este
juego dialéctico. Resuma los pasos sucesivos de este proceso en la primera entrevista
(IV, 5).
Celestina es astuta, avariciosa, falsa, desleal y emplea todas sus tretas con el fin
de obtener dinero.
Además de la palabra, la otra táctica de la que se vale Celestina en sus
tejemanejes es ofrecer a otros aquello que necesitan o desean, tejiendo en torno a sus
intereses una red de relaciones, como se ve en las parejas Sempronio-Elicia y Pármeno-
Areúsa. ¿Qué le ofrece a Lucrecia? Sin embargo, estas relaciones también se basan en
lazos antiguos de relación: ¿De qué conocen a Celestina los siguientes personajes?:
Sempronio, Pármeno, Alisa.
Melibea
Sólo podemos saber cómo es físicamente Melibea a partir de las descripciones
de los otros personajes. ¿Cómo la describe Calisto? ¿Y Elicia y Areúsa en el IX,2?
¿Cómo se explica usted esto?
Los personajes de la Celestina son complejos y redondos, pero sus motivaciones
se mantienen a lo largo de la obra, actuando conforme a ellas. No es este el caso de
Melibea, cuya personalidad es compleja pasando por varios estados, desde el rechazo a
Calisto en la escena inicial hasta su declaración de amor previa al suicidio. Este proceso
tampoco es lineal o, al menos, no se manifiesta así. ¿Qué indicios hay de que pueda
estar enamorada o de que vaya a ceder antes de su monólogo en X,1?
El teatro medieval. La Celestina 42
Criados
La actitud incial de los dos criados de Calisto es bien distinta, sin embargo,
Pármerno acabará por anteponer sus propios intereses a los de su amo, ¿por qué lo hace?
¿cuándo cambia su actitud?
Sempronio deja clara desde el inicio su única intención de aprovecharse de su
amo por medio de los apartes. Sin embargo en el Auto III declara explícitamente este
pensamiento, ¿en qué pasaje?
Prostitutas
Las dos prostitutas, Elicia y Areúsa, no tienen un papel destacado en la Comedia,
pero adquieren relevancia en la Tragicomedia, ¿qué mueve su deseo de venganza?
Las relaciones amorosas entre las putas y los criados sirven de contrapunto
paródico a las de los señores, como se observa en el Auto VIII, 1. Compárese la
despedida de Pármeno de la de Calisto.
ALGUNOS TEMAS
Amor y sexo
Amor y sexo son aspectos indisolubles del mismo tema, pues ninguno de los
personajes parece concebir el uno sin el otro. A pesar de las retóricas corteses de Calisto
y Melibea, lo único que diferencia su relación de las que mantienen los criados y
prostitutas es que no se trata de un amor abiertamente mercenario. Por otra parte, los
lazos que unen a muchos de los personajes entre sí son también sexuales: Elicia y
Areúsa con Pármeno, Sempronio, Sosia y Centurio; Sempronio a su vez desea a Melibea
y Lucrecia a Calisto. Celestina, que recuerda frecuentemente su pasado, no practica
ahora el sexo, pero obtiene, como todos, provecho del mismo. Por otra parte, esta
sexualidad no se concibe necesariamente como un acto privado, sino que puede
desarrollarse ante otros, ¿cuáles son estas escenas?
La magia
Celestina es descrita por Sempronio y Pármeno como hechicera y así lo confirma
la escena del conjuro en III,3. Aunque desde nuestra actual perspectiva pueda parecer
increíble que las personas con formación pudieran tomarse en serio tales actividades, lo
El teatro medieval. La Celestina 43
cierto es que en la época todos los niveles sociales creían en la existencia de la magia y,
por tanto, debe ser tomada como un elemento influyente en la acción. Celestina deja en
casa de Melibea el hilado del conjuro, de modo que actúe sobre la joven, así aunque ésta
se declarará enamorada desde la primera escena, la intensidad de su pasión que conduce
al suicidio podría ser interpretada como efecto diabólico. ¿Cuáles de los personajes
parecen creer en los poderes mágicos de Celestina?
AUTOEVALUACIÓN
7. El Auto de los Reyes Magos se diferencia de otras obras europeas del mismo
género en
a) Hacer de los regalos al niño una prueba sobre su condición divina e incluir la disputa
de los rabinos.
b) Que la obra castellana no está inspirada en el relato evangélico, sino en los evangelios
apócrifos.
c) Que es más compleja y elaborada que las europeas escritas en latín.
8. Señale dos aspectos que den valor artísticos al Auto de los Reyes Magos
El teatro medieval. La Celestina 44
12. ¿Cuáles fueron las dos obras profanas que compuso Gómez Manrique?
16. ¿Qué elementos dramáticos tiene el Diálogo del Viejo, el Amor y la Hermosa?
a) Que es dialogada y tiene una moraleja.
b) Que es un diálogo que al principio tiene una didascalia en latín.
c) Que en el diálogo se evocan movimientos y gestos y hay parlamentos largos y cortos.
18. Señale cuáles son los textos que anteceden y siguen a la Comedia de Calisto y
Melibea.
19. Según dice la carta del autor que precede la Celestina (señale lo que NO sea
cierto)
a) El autor encontró unos papeles que le gustaron y decidió continuar la obra.
b) El manuscrito no incluía una enseñanza moral, así que él decidió convertirlo en una
obra sobre los peligros del amor.
c) La escribió en quince días y decidió ocultar su nombre, como el del primer autor.
27. Señale tres rasgos en los que coincida la Celestina con la comedia humanística.
30. ¿En qué se diferencia el comportamiento de Calisto del que debe tener el
amante cortés de la ficción sentimental?
a) En que sólo busca satisfacer su deseo sexual.
b) En el tipo de lenguaje elevado que usa con Melibea.
c) En que sólo piensa en su amada y utiliza un mensajera amorosa.