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DE
EPISTEMOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Todos estos pensadores fueron interesantes, sus libros tuvieron gran difusión y
ejercieron una fuerte influencia. Algunos en especial Comtte, Bernard, March,
Engels, Lenin, Duhem, Poincaré, Russell y Whitehead, son ampliamente leídos en
nuestros días.
Cabe mencionar que pese que casi todos eran epistemólogos aficionados
escribieron mejores libros que lo de nuestros días. Uno de los motivos es que se
basaron en problemas auténticos, originales y de envergadura; en lugar de
“entretenerse en problemitas” o comentar lo que otros dicen. Estos pensadores de
este periodo tenían ideología propia y la defendían con elocuencia.
LA PROFESIONALIZACIÓN DE LA EPISTEMOLOGÍA
Inicia con la fundación de Wiener Kreis en 1927, donde por primera vez se reúnen
un grupo profesionista de la epistemólogos, con la finalidad de intercambiar e
ideas e incluso de elaborar colectivamente una nueva epistemología, el empirismo
lógico.
Este grupo era también conocido como “el Círculo de Viena” el cual estaba
conformado por matemáticos, lógicos, filósofos, historiadores, científicos naturales
y científicos sociales, entre los que se destacan: Moritz Schlick, Rudolf Carnap,
Hans Reichenbach, Viktor Kraft, Herbert Feigl, Karl Popper y Ferdinand Gonseth.
Este círculo duró menos de 10 años pero este les bastó para ser influyente. En
1935 se realizó el primer congreso de epistemología, y se fundó la primera revista
Erkenntnis.
No obstante, la epistemología que los miembros del Círculo de Viena estaba atada
a la tradición empirista e inductivista de Bancon, Hume, Berkeley, Comte y Mach,
tradición que era incompatible con la epistemología realista inherente al enfoque
científico. Es verdad que los empiristas lógicos respetaban la lógica y se
esforzaban por hacer filosofía exacta. También es cierto que todos ellos se
esforzaron por hacer filosofía científica, esto es, acode con el espíritu y aun la letra
de la ciencia. Pero ninguno de ellos lo logró, precisamente por estar sujetos a una
filosofía (empirismo) incapaz de dar cuenta de las teorías científicas, que son
cualquier cosa menos síntesis de datos empíricos. Popper fue quien mejor vio la
incapacidad del empirismo lógico para desposar la misma ciencia a la que
declaraba su amor. Desgraciadamente este alejamiento de los empiristas lógicos
respecto a la ciencia no disminuyó con el tiempo sino que lo aumentó, como
veremos en seguida.
EPISTEMOLOGIA ARTICIAL.
Ludwing Wittgenstein, con su desinterés por las matemáticas y por la ciencia y su
obsesión por los juegos lingüísticos, influyó poderosamente sobre el Círculo de
Viena hasta el punto de hacerle perder de vista sus objetivos iniciales. La gente de
dejo de hablar de ciencia para hablar del lenguaje de la ciencia, dejó de
interesarse por los problemas auténticos planeados por las nuevas teorías
científicas para formularse cuestiones triviales acerca del uso de expresiones.
Esta filosofía lingüística mató al Círculo de Viena desde adentro antes de que el
nazismo emprendiera su Blitzkieg contra la razón. Los problemas que trataban
rara vez tenían que relación con la ciencia real.
El sentido de la epistemología
En todo proceso de conocimiento intervienen tres elementos: un sujeto, un objeto
y una relación de conocimiento que se establece entre ellos.
La epistemología es la ciencia que se encarga de determinar los tipos de
interacción que se dan entre los tres elementos mencionados, cuando de su
relación nace el conocimiento científico.
Las preguntas que aborda esta disciplina de conocimiento son las siguientes: ¿Es
posible conocer? ¿Cuál es el origen del conocimiento? ¿Cuál es la esencia del
conocimiento? ¿Cuáles y cuántas formas de conocimiento hay? ¿Cuáles son los
criterios de validez del conocimiento? ¿Qué hace que un tipo de conocimiento se
le denomine como científico?
En la antigüedad griega se intentó resolver estas incógnitas de las siguientes
maneras:
Para Sócrates el criterio de verdad era interior: “conócete a ti mismo”. Este método
implicaba la disposición permanente a preguntarse por el sentido de las cosas. La
verdad se encontraba en la argumentación que daba el interlocutor y su criterio de
verdad se fundamentaba en la razón.
Platón también piensa que las personas al nacer tienen ideas innatas, es decir,
que en su mente existen los conceptos establecidos, las verdades últimas, pero
que en el doloroso paso del nacimiento se han olvidado. Así, el camino del
conocimiento es un eterno recordar lo que ya se sabía.
La opinión y la ciencia
Platón efectúa una primera división del conocimiento: por un lado lo que llamo
opinión (doxa) y lo que llamo ciencia (episteme).
Rechaza de igual modo la teoría de las ideas innatas. Para Aristóteles, las
personas no nacen con ideas, sino que a lo largo de la vida las van adquiriendo,
las van recopilando en sus mentes.
Aristóteles recupera la idea de una realidad única y concreta que se había perdido
con Platón. Señala que el mundo es uno y concreto y que sólo en él podremos
adquirir el verdadero conocimiento. Si no estamos en contacto con la naturaleza,
nuestro conocimiento será mera especulación, porque en la medida en que nos
alejamos de la realidad nos alejamos de la verdad.
D) El relativismo epistemológico
Los sofistas conformaron un movimiento que propone dos ideas claves: que la
verdad proclamada y buscada por algunos filósofos no existe, y que la verdad
única y clara es una quimera.
Buscar este tipo de verdad es una empresa que sólo desgasta a la persona,
porque nadie puede llegar a ella, entonces es mejor no buscarla. Mejor vivir la vida
sin esa lucha inútil que algunos pretenden realizar.
1.3 Fundamentos
Toda investigación epistemológica incluye, en mayor medida, tres ingredientes
fundamentales: testimonial, explicativo y normativo. El primero muestra qué es la
ciencia, el segundo intenta una explicación del porqué la ciencia es como es, y el
tercero apunta a “como” debe ser la ciencia.
2.1 Episteme
Aristóteles describe el arte (techné) como una acción a partir de la cual el hombre
produce una realidad que antes no existía. Cuando los griegos emplearon el
término techné, que traducimos por influencia latina (ars), no debemos interpretar
sólo las “bellas artes” (pintura, escultura…) sino todo tipo de producción en la que,
a partir de la acción humana, se crea una realidad que antes no existía. El
zapatero, el escultor, el armador de barcos, el orfebre… todos ellos son artistas en
la medida en que su trabajo es una técnica, una capacidad para producir algo que
anteriormente no existía.
Por ello el arte queda referido a las realidades contingentes: aquellas cosas que
sólo existen en la medida en que alguien las ha decidido crear. El teorema de
Pitágoras existiría aunque nadie lo hubiera descubierto pero la silla en la que
ahora estoy sentado sólo existe porque alguien decidió que debía existir e invirtió
tiempo, esfuerzo y destreza en su producción. De este modo ocurre también con
nuestras acciones. La acción, correcta o equivocada, surge de la deliberación y al
igual que el buen herrero es capaz de producir objetos útiles y de calidad el
hombre excelente obrará conforme a la virtud.
NÓESIS. Este término es griego y se vincula con otro muy empleado en la filosofía
clásica: nous (razón, intelecto). La elección de este título se deriva de algunas
consideraciones acerca de la teoría del conocimiento que se desprenden del
conocido símil de la caverna (República, VII). El hombre, que ha podido
contemplar el mundo de los arquetipos, esto es, que ha logrado penetrar las
esencias, no puede ya contentarse con la proyección deformada del conocimiento
sensible. La luz que lo iluminó es la filosofía, que Platón conceptualiza todavía en
el sentido pitagórico de ancla de salvación espiritual. Al ser iluminado por ésta, el
hombre siente la necesidad de comunicar a ex compañeros de esclavitud la
verdad que ha encontrado, aun cuando estos últimos puedan mofarse de él, como
lo había hecho la mujer tracia con Tales. La misma alegoría recuerda los
descensos al Hades del orfismo y del pensamiento religioso pitagórico.
Por medio de este ejercicio alcanzaremos pues el conocimiento que, para ser
válido, debe ser verdadero y tan real como su objeto. Estas consideraciones
sintetizan el propósito y el objetivo de esta revista: presentar trabajos que reflejen,
manifiesten, denuncien, los diferentes aspectos de nuestra realidad y hacerlo a
través del “ejercicio de la razón”, es decir, de la NÓESIS.
La palabra dianoia contiene el prefijo día δια que se suele traducir como: a través
de, de un extremo a otro, separación o entre. En este sentido podría significar para
Platón un tipo de conocimiento intermedio entre uno inferior o pistis y otro superior
o noesis. Platón considera la dianoia el grado de conocimiento propio de los
matemáticos.Así dice:
«Me parece que llamas diánoia y no nous, a la ciencia de los geómetras y otros
sabios del mismo género, porque la diánoia es algo intermedio entre la opinión
(doxa) y el nous».
"Ethos" en griego significa "carácter". Se comunica a través del tono y el estilo del
mensaje junto con la forma en que un escritor u orador hace referencia a los
diferentes puntos de vista u opiniones. El carácter también puede estar
influenciado por la reputación del argumentador, la cual es independiente del
mensaje. El ethos, o la apelación ética de la argumentación, representan la
credibilidad. La persona que entrega el argumento debe ser digna de confianza y
respetada como un experto que tiene conocimiento sobre el tema en discusión.
Esta persona debe lograr que la audiencia lo perciba en una posición de autoridad
e integridad.
Solo la comprensión del lenguaje como el ámbito donde las cosas se abren,
ámbito que el hombre habita y desde el cual constituye mundo, nos permitirá
captar la cuestión en toda su densidad. En cuanto al hombre esencia como
lenguaje, un uso degradado del mismo amenaza su propio ser. “Aunque
tuviésemos mil ojos y mil oídos, mil manos y muchos otros sentidos y órganos si
nuestra esencia no consistiese en el poder del lenguaje, todo ente permanecería
cerrado para nosotros, tanto el que somos nosotros mismos como el que no
somos”. (M. Heidegger, “Introducción a la metafísica”. Bs As. 1953,120).
Además, se corre otro gran peligro: si uno considera que tiene la verdad, tarde o
temprano vendrá a nosotros con la pretensión de imponérnosla, normalmente de
modo violento. Los fanáticos son aquellos –tal y como se considera en la sociedad
actual- que están convencidos de que sus ideas son las verdaderas y de que los
demás están en el error; error del que hay que sacarles, por las buenas o –lo que
es más frecuente- por las malas.
Una situación de este tipo no se podría zanjar con la intervención de alguien que
dijera algo así como: bien, ¿tú crees que lo tuyo es cierto? De acuerdo, no hay
problema, esa es “tu verdad”. Y que dijera lo mismo al otro, concluyendo que “eso
es verdad para ti y eso otro es verdad para ti. Cada uno tenéis vuestra verdad.
¿Qué más queréis?”
Y es que hay una cosa que está latente en toda discusión, en todo diálogo: que es
posible llegar a un acuerdo. Es decir, que o bien tú me convences de lo tuyo o que
yo te convenzo de lo mío. Si no fuera así, no habría diálogo alguno. Podría haber
violencia (que con frecuencia aparece si se pierde esa esperanza de alcanzar un
conocimiento verdadero), llegando a la agresión física o a los insultos. Pero
siempre que se discute, existe esta convicción: te puedo demostrar que yo tengo
razón. ¿Qué quiero decir con eso? Pues que en realidad, las cosas son como yo
digo que fueron. El jugador estaba en fuera de juego: no porque yo lo diga, sino
que al ser eso lo que pasó, al ser esa la 11realidad, cualquiera lo puede llegar a
conocer. Por eso doy diversas pruebas, y animo al otro interlocutor a que vaya a la
realidad: “mira la repetición de la jugada”. Y, como puede ocurrir que no se perciba
bien, o que se vea con dificultad, hay que dar pruebas indirectas: “compara su
posición con la de aquel jugador, escucha lo que dicen los que lo vieron”, etc.
El que algo sea verdad implica una característica: algo es verdadero porque es
real, es decir, independientemente del hecho de que yo lo conozca o no. Al ser
algo de la realidad, la verdad puede ser conocida como tal por cualquiera que se
acerque a ella. Un observador con los suficientes datos y con los conocimientos
futbolísticos necesarios debe descubrir que hubo fuera de juego.
Por eso, cuando defendemos que algo es verdad, eso significa que tiene una
cierta universalidad, es decir, que puede ser conocido por todo el mundo, que
cualquiera lo puede conocer, o que cualquiera lo hubiera conocido de esa manera
si hubiera estado en nuestra situación.
Un supuesto que tiene esta idea es que la realidad es inteligible, esto es, que
puede ser conocida por la inteligencia. La realidad es inteligible porque tiene un
cierto orden, y ese orden puede ser captado por la inteligencia.
Hoy en día no es extraño que discrepancias de este tipo sean utilizadas para
mostrar la imposibilidad absoluta de alcanzar la verdad. Puesto que discuten y
mantienen opiniones encontradas (opuestas) sobre una misma cosa,
“es claro –podría argüir el “conciliador”- que ninguno de los dos vais a llegar a
“la verdad”. Se puede decir que ambos tenéis razón”. Y no sería de extrañar que
recurriera como fuerza de su argumentación a los archicitados versos de
“nada es verdad ni es mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira”.
Y parece que con eso ya están resueltos todos los problemas.
Esta visión del mundo como manicomio es, de alguna forma, la que mantiene el
relativismo: las verdades no pueden ser universales, pues cada uno de los sujetos
la conoce de una manera. No hay, pues, posibilidad de conocer lo real. El término
relativismo significa, por tanto, subjetivismo: sólo existen verdades subjetivas, para
mí (sea yo sólo uno, o una época histórica o una determinada sociedad o cultura,
etc.). Pero, como hemos visto, hablar de verdades subjetivas es tanto como hablar
de un mundo de locos o de un mundo en el que no existe ninguna verdad.
Siempre que defendemos que algo es verdad, lo que precisamente estamos
defendiendo es que no es verdad para mí, sino que es verdad en sí, y por tanto
para mí y para cualquiera que lo pueda comprobar en la realidad. Sería absurdo
hacer afirmaciones tales como
Esto no sería lo mismo que afirmar que yo estoy seguro de que realmente he
aprobado la asignatura. En ningún caso podría tolerar que se pusiera en duda,
pues es algo que puede ser conocido por todos: basta con ver la nota del examen,
las actas, hablar con el profesor... Por supuesto, puedo estar en el error, pero que
pueda salir de él -por ejemplo, porque me enseñan la nota de mi examen- es una
prueba más de que el concepto de “verdad para mí” no tiene sentido.
Que la verdad sea la adecuación entre el entendimiento y la realidad indica, por
tanto, que algo es verdadero porque es o fue real y no porque yo lo conozca así.
Esto no quiere decir que no haya verdades relativas, es decir, verdades que
dependen de un punto de referencia. Por ejemplo, cuando yo digo que a la
derecha hay algo, es una afirmación relativa: el punto de referencia soy yo. Pero
que esto esté a mi derecha es algo relativo, pero en modo alguno es algo
subjetivo. Si consideráramos eso al modo relativista, diciendo que eso depende
de nuestro modo de conocer, tarde o temprano acabaríamos teniendo algún
problema de tráfico.
Las posturas relativistas son, por tanto, aquellas que sostienen que no podemos
alcanzar ninguna verdad que no sea subjetiva, lo cual es equivalente a negar el
concepto mismo de verdad. Relativismos los hay de muy diversa índole: se afirma
que no podemos alcanzar la verdad porque, a fin de cuentas, todo nuestro modo
de conocer está condicionado por la época histórica en la que vivimos, por la
clase social a la que pertenecemos, por la constitución de nuestro cerebro, por la
educación recibida, por...
Aunque esté muy en boga ser relativista, sin embargo se trata de una postura que
es difícil defender cuando se reflexiona sobre ella, pues todo relativismo encierra
en sí una contradicción. Sucede que si todo nuestro conocimiento es relativo,
entonces este mismo conocimiento (el relativismo) también es relativo. Si
podemos afirmar que todo nuestro conocimiento es relativo, que está
condicionado por tales o cuales circunstancias, entonces al menos este
conocimiento no es relativo o bien se puede decir que si el relativismo es
verdadero entonces es tan falso como cualquier otra teoría. Si decimos, por
ejemplo, que todo el modo de conocer está condicionado por las condiciones
económicas en las que vivimos, entonces esta misma afirmación también estaría
condicionada por las condiciones económicas en las que vivimos, y por tanto
sería tan falsa como cualquier otra.
Por otra parte, ser relativista en la práctica es algo que tampoco es especialmente
sencillo, al menos si somos relativistas consecuentes: si alguien está convencido
de que ha de echar gasolina a un coche diesel, procuraremos sacarle de lo que
consideramos un error, y no se nos ocurrirá decir que esa es “su verdad”. Del
mismo modo, nos molestaría que no nos advirtieran de errores parecidos, si
estuviéramos en el caso del “equivocado”.
Si estudio cuál es el mejor tipo de neumático para mi coche, digamos que ese
razonamiento implica conocer las características del coche y las de los
neumáticos, y en ambos casos tenemos claro el fin, el para qué: por eso no es lo
mismo que el coche vaya a correr un rally o que lo quiera utilizar para ir al trabajo
por una atascada carretera. Pero cuando me pregunto qué he de hacer en un
determinado momento, si es bueno que yo estudie ahora o no, evidentemente, es
un razonamiento de muy distinto tipo que el anterior, pues soy yo el implicado.
Hemos dicho que para juzgar si tales neumáticos son los convenientes para el
coche, hemos de saber cuál es el fin que se persigue con el coche. Pues de la
misma manera, para saber si tal actividad es conveniente para mí, lo que hacemos
en un razonamiento práctico es ver si se adapta o no al fin que yo persigo en la
vida. Si el fin último de mi conducta es pasármelo bien, difícilmente encontraremos
como conveniente para mí ponerme a estudiar (salvo que necesite ese estudio
para obtener lo necesario para seguir pasándomelo bien), o no se me pasará por
la cabeza la idea de dedicar mi tiempo o mi dinero a una actividad solidaria. Es
más, en muchos casos sucederá que “no veremos por qué” no podemos hacer
esto o lo otro.
Por eso se dice que para entender lo que tenemos que hacer hemos de serlo
antes: para entender que tengo que estudiar, en cierto modo tengo que ser
trabajador.
Las cosas más luminosas son más difíciles de captar. Pretender que la realidad
esté patente ante nosotros de modo total e inmediato supone un fuerte desprecio
a la verdad. La superficialidad lleva a considerar las sombras como si fueran la
realidad y lo único real. Existen muchas maneras de ser superficial.
Superficial es considerar que se puede hablar y opinar sobre cualquier tema, aun
siendo un ignorante en la materia, con igual derecho que quien realmente sabe
(algunas tertulias radiofónicas y televisivas en las que con frecuencia se
Opina sobre cualquier cosa, sin haber dedicado ni un minuto de estudio o reflexión
sobre el asunto). Es superficial también la pretensión de que se expliquen ciertas
cuestiones “en un minuto”. Es superficial una persona que se queda únicamente
en la primera impresión de las cosas, que se queda sólo en el “chismorreo” de lo
real, por lo que no intenta llegar a la “verdad de las cosas”, que no está dispuesta
a realizar el esfuerzo de ascender en el saber, en la amistad, etc.
Aristóteles creía que con el uso de la retórica se podían armonizar las opiniones
más dispares en un sistema de referencias comunes, cuyos cánones de discusión
permitían mantener los conflictos dentro de un espacio de limitada repercusión
social. Esto era así debido a que el uso de la retórica no sólo se enfocaba al
ámbito de lo público sino que también se desarrollaba dentro de la vida privada de
la población, por lo cual la oratoria llegó a concebirse como un arte susceptible de
ser enseñada y aprendida mediante reglas que permitieran un mejor desarrollo de
la misma.
Los vientos del cambio o de la crítica nunca dejaron de soplar sobre la tradición
aristotélica. Hay toda una en el siglo XIII que introduce precisiones en el método
inductivo-deductivo de Aristóteles. A ella pertenecen nombres como los de R.
Grosseteste (1168-1253) Roger Bancon (1214-1292), Duns Scoto (1265-1308),
Guillermo Occam (1280-1349) y Nicolas d´Autrecourt (1300-1350). Los citamos
para que quede constancia que lo que vamos a llamar la “ciencia moderna” o
manifestación social-cultural potente de otra concepción de la ciencia, no irrumpe
como algo inesperado sino como resultado de una serie de cambios
socioculturales y de la misma historia de las ideas.
A la altura del siglo XVI, durante del barroco, las condiciones sociales que
aconteciera el (giro copernicano) en la ciencia y lo que Ortega y Gasset llama la
anábasis de Descartes o arreglo de cuenta de la filosofía, de uno consigo mismo.
Acontece que se deja de mirar el universo como un conjunto de sustancia con sus
propiedades y poderes para verlo como un flujo de acontecimientos según las
leyes. Casi todas las revoluciones científicas como ha mostrado SF Kuhn la unión
indisoluble entre el descubrimiento de nuevos hechos y la invención de nuevas
teorías para explicarlos, con una nueva imagen o visión del mundo. La concepción
del mundo fruto de la nueva forma de mirarlo, que ya es visible en hombres como
Galileo o Bancon, no es tanto metafísica y finalista, cuanto funcional y mecanista.
Los nuevos ojos de la ciencia moderna y control de la naturaleza. El centro no es
el mundo, sino el hombre. Por esta razón su mirado cosifica, reduce a objeto para
sus necesidades y utilidades, a la naturaleza.
Pero los humanistas solos no hubiesen logrado mucho. Junto a ellos aparecen
unas condiciones sociales engendradas por el capitalismo incipiente nacido ya en
el siglo XIII alrededor de las ciudades italianas que y su comercio con Oriente, que
rompe el control de la producción y distribución insaturado por los gremios. La
incipiente producción, según el esquema de la oferta y la demanda, favorece a la
acumulación del capital y el fortalecimiento de una nueva clase social urbana: la
burguesía. Propio de esta clase social va a ser el gusto por una cultura más
secular, una propensión a los hechos concretos y a su sentido del orden y para lo
positivo. Lo positivo que es, lo que nuestro lenguaje popular ha recogido en
expresiones como “ir a lo positivo” esto es, a lo útil y pragmático. La nueva ciencia
recoge este interés pragmático, acorde con el intento de dominar la naturaleza, y
señala una actitud tecnológica del conocimiento y sus aplicaciones. F. Bancon
será el gran apóstol de esta actitud “científica”.
Nos hallamos entre las dos guerras mundiales este tiempo conoce e resurgimiento
de la lógica, iniciada en 1850 tras un estancamiento que se puede alargar hasta
1350, por una serie de azares el desarrollo de la lógica se vinculó en el positivismo
y dio como resultado en la década de los años veinte el denominado positivismo
lógico. A este corriente pertenece B. Russell, el primer Wittgenstein o del
tractuslogicopphilosophicus y el denominado Típico neopositivismo del circulo de
Viena.
4.5 Intención frente a explicación (Diversos juegos de lenguaje frente al
modelo nomológico-deductivo.)
5. TEORÍAS UNIFICADA DEL MÉTODO
La tensión entre el conocimiento y la ignorancia lleva al problema y a los
ensayos de soluciones. Pero no es superada jamás, dado que no puede menos de
verse claramente que nuestro conocimiento no consiste sino en tentativas, en
propuestas provisionales de solución, hasta el punto de conllevar de manera
fundamenta la posibilidad de evidenciarse como erróneo y, en consecuencia,
como una autentica ignorancia. De ahí que la única forma de justificación de
nuestro conocimiento, o más exactamente, en que nuestros ensayos de solución
parezca haber resistido hasta la fecha incluso nuestra crítica más acerada.
Por una parte, el hombre es un ser natural. La naturaleza es más vieja que el
hombre. El hombre ha surgido de la naturaleza y se somete a sus leyes. Toda una
facultad de nuestras universidades –medicina- se dedica se dedica con éxito a
estudiar al hombre como ser natural con los métodos de las ciencias naturales. En
este sentido las ciencias naturales son el presupuesto de las ciencias del espíritu.
Por otra parte, las ciencias naturales del hombre están hechas para el hombre
y se someten a las condiciones de la producción espiritual y material del hombre.
El hombre es más viejo que las ciencias naturales. La naturaleza fue necesaria,
pues con ella, el hombre pudo darse; el hombre fue necesario. Pues con él pudo
darse el concepto de naturaleza. Así es posible y necesario entender las ciencias
natrales como parte de la vida espiritual del hombre. En este sentido las ciencias
del espíritu son un presupuesto de las ciencias naturales.
6.1Empírico- analítico
También llamado formal o racionalista, este paradigma emerge dentro de un
marco positivista, acogido a la tradición empirista libre del dogmatismo y del
conocimiento apoyado en la fe. La base de esta visión prácticamente doctrinaria,
es acogernos a la observación, medición y verificación que pretendemos estudiar,
incursionando en una postura pragmática, reduccionista y materialista; sin
embargo el saber es planeado en función del hombre como parte de la sociedad.
Características
Sus postulados
Replanteamiento del marxismo
Crítica al positivismo
Crítica a la sociología
Crítica a la sociedad moderna
Crítica a la cultura
Es actualmente indudable que fue Marcuse quien reintrodujo a Freud como núcleo
revitalizador del análisis sociopolítico. La crítica de la sociedad post-industrial y su
poderosa superestructura ideológica pasa por la reinterpretación no sólo de Hegel
y de Marx, en sus primeras obras y, sobre todo, en Razón y revolución, sino que la
dialéctica social no puede olvidar el determinante componente inconsciente que
actúa en la conducta colectiva. Para Marcuse, la sociedad constituida ha roto los
vínculos entre Eros y Thanatos. El "principio de realidad", al sustituir al "principio
del placer" y de creatividad, ha conducido históricamente a un sistema de
represión global en el que la gran sociedad administrada del siglo XX es su
máxima representación. Es por ello por lo que la crítica de la Sociedad de Masas
no puede hacerse sólo desde sus estructuras sociopolíticas y culturales, sino que
es precisa la revisión de la lógica de la dominación del inconsciente social que se
articula a través de una desublimación represiva en la que la realidad y el sujeto
quedan reducidos a simples instrumentos de producción y de consumo.
Desublimación represiva y racionalización tecnológica serán los pilares sobre los
que se asentará la Sociedad Unidimensional.
Walter Benjamin (1892-1940) tiene que considerarse como una figura única dentro
del conjunto de pensadores de la Escuela de Frankfurt. Las características de su
propia vida y su prematura muerte en Port-Bou, -al suicidarse la noche del 26 de
septiembre de l940 ante la imposibilidad de poder cruzar la frontera franco-
española con la invasión nazi de París, ciudad en la que Benjamin prefirió
quedarse tras el exilio de la gran mayoría de miembros de la Escuela a Estados
Unidos-, hacen que se considere al autor de Iluminaciones como un autor que no
deja de revalorizarse con el paso del tiempo. Entre sus más relevantes creaciones
son fundamentales: El concepto de la crítica de arte en el romanticismo alemán,
(1918),GoetheWalhverwandtschaften (1925), Origen del drama barroco alemán,
(1928), Dirección única, (1928), El Surrealismo. La última instantánea de la
inteligencia europea, (1929), La obra de arte en la época de su reproductibilidad,
(1934) y Personajes alemanes. Una secuencia de cartas, (1936). Tras su muerte
se publicarán: Infancia berlinesa hacia el novecientos (1950), Para la crítica del
poder y otros ensayos, (1965), Ensayos sobre Bertold Brecht, (1966), Charles
Baudelaire, un lírico en la época del capitalismo (1969), y especialmente, Escritos,
(1955) editados por Adorno, así como la selección de escritos en Iluminaciones,
(1961). Desde 1972 se recogen en las GesammelteSchriften una selección
escogida y crítica de sus obras.
La armonía entre ética y utopía pasa por la estética y la creación que busca el
"tiempo del ahora" (Jetzzeit); es decir, el momento originario de la creación que
anticipa una nueva Historia sin injusticias ni enajenaciones. La ampliación de las
facultades humanas que es la Cultura, actúa en favor de ese tiempo en el que se
restaure al hombre con la Naturaleza y al ser humano con el otro ser humano. La
crítica de la razón estética como proyecto que recupere la autenticidad de la
existencia, integra y perfecciona dialécticamente la búsqueda frankfurtiana de un
proyecto histórico en el que la emancipación de la dominación es la misma
superación de la Historia. Frente a la injusticia y a la desesperanza, Benjamin
defendió con su vida y con su obra el tiempo de la anticipación creadora. Así,
lo reconoce Marcuse en la frase final del Hombre Unidimensional, citando a
Benjamin: "gracias a los sin esperanza nos es dado tener esperanza". Y en este
sentido, Benjamin tiene que ser entendido como uno de los más grandes teóricos
de la Escuela de Frankfurt.
Características
En efecto, el estudio histórico revela que cuando falla alguna o algunas de las
predicciones derivadas de una teoría, ésta no ha sido eliminada radicalmente, sino
que se ha conservado mientras se afinan las observaciones realizadas y se llevan
a cabo otras más. Tales situaciones se conocen como anomalías y que, lejos de
constituir excepciones, son más bien la regla. De hecho, no conviene eliminar una
teoría en cuanto aparece la primera experiencia que la contradice, ya que tener
una teoría (aún plagada con anomalías) es mejor que no tener ninguna teoría. Con
esta base, Lakatos propone que sólo debe rechazarse una teoría, cuando la nueva
teoría contrapuesta encierra mayor contenido empírico que la anterior o sea que
predice hechos nuevos no anticipados por, o hasta incompatibles con, la teoría
postulada para ser depuesta. Además la nueva teoría reemplazará a la anterior
solamente si explica todo lo que explicaba la anterior con mayor contenido de
información.
Es claro que mientras una teoría científica tenga algo a su favor no conviene
eliminarla hasta que se posea una teoría mejor. De hecho, debe dársele un
tiempo para que se modifique de manera de poder enfrentar mejor a las anomalías
que la afectan. Sobre esta base Lakatos propone que el punto de comparación no
deben ser teorías aisladas sino más bien conjuntos de teorías, generados por
modificaciones sucesivas de sus predecesores, que de todos modos se
conservan. A estos conjuntos de teorías afines es que las denomina "programas
científicos de investigación". Resume que cada uno de esos programas está
formado por tres capas concéntricas de entidades dialécticas: 1) el núcleo central,
que reúne los supuestos básicos y esenciales del programa, o sea todo aquello
que es fundamental para su existencia; 2) el heurístico negativo que protege al
núcleo de las peligrosas avanzadas de la falsificación, ya que estipula que los
componentes del núcleo central no deben abandonarse a pesar de las anomalías,
y que está constituido por múltiples elementos variables, como hipótesis auxiliares,
hipótesis observacionales, diferentes condiciones experimentales, etc.; 3) el
heurístico positivo que está representado por directivas generales para explicar
fenómenos ya conocidos o para predecir nuevos fenómenos.
En base a estos conceptos, Lakatos propone que sólo existen dos clases de
programas científicos de investigación, a los que denomina "progresistas" y
"degenerados". Dice que un programa de investigación es progresista siempre que
su crecimiento teórico anticipe su crecimiento empírico, o sea, mientras continúe
prediciendo hechos nuevos con cierto éxito ("cambio progresivo del problema").
Considera que el programa está estancado cuando su crecimiento teórico está
rezagado en relación con su crecimiento empírico, o sea, mientras sólo ofrezca
explicaciones posteriores, sea de descubrimientos accidentales o de hechos
predichos por otro programa rival ("cambio degenerativo del programa"). Cuando
un programa de investigación explica progresivamente más que otro rival, lo
supera, y entonces el rival puede eliminarse (o, si se prefiere, almacenarse).
Los críticos de Lakatos lo han atacado a muy distintos niveles: dicen, por ejemplo,
que no hay nada en el modelo de los programas de investigación científica que
permita identificar a los componentes del núcleo central dentro de la maraña de
teorías que se manejan en un momento dado sobre un tema específico; y que
tampoco es posible sostener que el núcleo central permanece inalterado, aun
cuando el programa se encuentre en una etapa progresiva, pues en cualquier
época uno o más investigadores pueden estar cuestionando alguna o algunas de
sus partes fundamentales. Todavía más problemático resulta el cinturón heurístico
positivo, no sólo por lo impreciso de su contenido sino por lo improbable de contar
con una predicción razonable de las dificultades o anomalías que pueden surgir en
el futuro para las teorías del núcleo central.
A pesar de las críticas, es muy rescatable que este pensador proponga usar su
esquema de programas de investigación científica para distinguir a la ciencia de
otras actividades que pretenden serlo y no lo son, y para distinguir entre
programas progresivos y degenerados.
7.4 Carnap
Rudolf Carnap epistemólogo alemán quien fue el primero en dividir a la ciencia en:
CIENCIAS FORMALES: estudia las formas válidas de inferencia: lógica-
Matemática. Por eso no tienen contenido concreto, es un contenido formal en
contraposición al resto de las ciencias fácticas o empíricas. CIENCIAS
NATURALES: En ellas se encuadran las ciencias naturales que tienen por objeto
el estudio de la naturaleza. Siguen el método científico (astronomía, biología,
física, geología, química). CIENCIAS SOCIALES: Son todas las disciplinas que se
ocupan de los aspectos del ser humano (cultura y sociedad), el método depende
de cada disciplina particular (antropología, ciencia política, demografía, economía,
historia, psicología, sociología, geografía humana y trabajo social.
El vínculo que tiene con Russell está caracterizado por la reducción lógica de los
conceptos. Carnap reconoce que el intento de Russell de construir lógicamente los
conceptos empíricos más fundamentales a partir de una base fenoménica, y un
sistema de constitución, es un programa cercano a su propia empresa (Moulines,
Op. cit. página 57). De acuerdo con Coffa, la aplicación de este sistema tiene la
facultad de reducir un sistema de expresiones, cuyo propósito esencial es de tipo
semántico o epistemológico, a un sistema lógico. En este sentido, las estrategias
reduccionistas pueden usarse para tratar con los tres aspectos principales de la
epistemología: el significado, la ontología y los fundamentos (Ibídem, Pág. 363).
Carnap acepta este tipo de reduccionismo a medias, ya que para él, lo relacionado
con la ontología es asignificativo.
X es una piedra
Por supuesto que dentro de X podemos designar cualquier otra cosa sustituible
por X, además, la proposición P que contiene la palabra X. En este caso, para
evitar la trasgresión de las reglas, Carnap sugiere preguntarnos:
Lo anterior nos da una idea general del programa de Carnap: las palabras
susceptibles a ser reducibles son aquellas provenientes de la ciencia,
principalmente de teorías exitosas. Coffa (Op. cit, Pág. 365), siguiendo este tipo de
reduccionismo russeliano, menciona que la razón por la que es deseable
legitimarlas es que normalmente no sabemos que hacer sin ellas, en
consecuencia, tenemos una razón para creer que son verdaderas sin tener una
idea clara de que dice ni por que es verdadera. El propósito del Aufbau fue
unificar, bajo principios lógicos inobjetables, las proposiciones planteadas dentro
del lenguaje científico, el sistema de constitución de los conceptos con base en la
psique propia.
El Aufbau: la base
Carnap tiene como objetivo la elaboración de la teoría de la construcción de un
sistema de constitución de los objetos en niveles. Los niveles están constituidos
por objetos (conceptos) de niveles anteriores. Para dicha empresa, se enfrenta a
cuatro problemas, el que nos ocupa es el primer nivel, el de la base. Sin embargo,
al mencionar que los cuatro niveles están íntimamente relacionados, nos
condiciona a hablar de los demás en recurrentes ocasiones. Esto es porque la
solución de uno conlleva a la dilucidación de los otros en el sentido de que la
elección de los objetos que han de servir como base constituye de todo el sistema.
Una de las cosas que tenemos que considerar en la construcción del sistema de
constitución es división de dos partes esenciales en la base, esto es: los
elementos de la base, es decir, los objetos elegidos para la edificación del nivel
inferior; por otra parte, las relaciones básicas, que son objetos no definidos del
sistema. De acuerdo con esta división, Carnap menciona que las relaciones
básicas son en suma las más significativas ya que los elementos básicos, por sí
solos, no constituirían una clase de objetos por medio de los cuales se pueda
pasar al nivel superior (Aufbau, sec. 10). Lo que Carnap quiere decir es que existe
una relación paso por paso de todo conocimiento empírico a partir de ciertos
principios a priori de ordenación, los cuales deberían de ser aplicados a una base
epistémicamente primaria de unidades fenoménicas, es decir, “lo dado” (Moulines,
Opcit, Pág. 61). Carnap aceptaba que en las percepciones siempre hay una
cantidad de componentes que vienen de interpretaciones antecedentes, esta idea
es cercana a la que tiene Peirce sobre la primeriad. Lo dado es la forma primaria
de la base epistemológica.
Después de haber elegido como base el dominio de la psique propia, o sea, los
procesos de la conciencia o las vivencias del yo, es necesario decidir cuales
entidades de este dominio han de servirnos como elementos básicos. Por ejemplo,
podría tomarse como elementos básicos los últimos componentes que resultan de
un análisis psicológico o fenomenológico de las vivencias, como lo serían las
impresiones sensoriales más simples; o más generalmente, elementos psíquicos
de diversos géneros, a partir de los cuales se podrían construir las vivencias. Sin
embargo, si examinamos esto con más atención, veremos que esta posición no
parte de lo dado mismo, sino de abstracciones de lo dado; es decir que, respecto
al conocimiento, dicha posición toma algo secundario como elementos básicos
(Aufbau, sec 67).
Este ejemplo nos lleva a la consideración que hace Carnap sobre las unidades
que componen la base del sistema. Descarta que sean aceptadas las experiencias
elementales y a su vez considera las de semejanza y diferencia que reconocemos,
no son los hechos mismos sino las relaciones que percibimos entre ellos las que
se encuentran en la base de todo el sistema. Las semejanzas pueden reconocerse
entre más de dos experiencias elementales, lo que permite identificar círculos de
semejanza que a su vez pueden coincidir o superponerse en parte, con lo que
Carnap introdujo su concepto de la clase cualitativa, definido como sigue:
No cabe duda que la Gestalttheorie impacto la filosofía dentro del círculo de Viena,
sobre todo en las líneas que componen el Aufbau. Para Carnap, esta psicología
implicó una revolución dentro de las ciencias en el tenor de la reformulación
kantiana de lo a priori y puso en evidencia problemas inherentes a la
epistemología. Tanto para Koffka como para Köhler, la vida psíquica de los sujetos
no está constituida por la combinación de elementos simples (sensaciones e
imágenes), por el contrario, perciben directamente configuraciones complejas
como una totalidad. La creciente oleada de experimentaciones llevadas a cabo por
la psicología lleva a estos científicos a estudiar un fenómeno, al que
denominan «fenómeno Phi», el cual consistía en situar dos bombillas en una
habitación que permanecía oscura; primero se encendía durante un instante la
bombilla del lado izquierdo y luego se apagaba; un minuto después se encendía la
de la derecha. Como resultado, el observador percibía dos luces que se
encendían sucesivamente. Pero si la diferencia temporal entre los dos encendidos
se hacía más corta, llegaba un momento en que los sujetos creían ver una sola luz
que se desplazaba de izquierda a derecha, produciéndose una sensación de
movimiento puramente aparente. La interpretación de este estudio llevo a la
afirmación de que los fenómenos que percibimos son unidades organizadas cuya
modificación de uno elementos cambia radicalmente la forma (gestalt) en su
conjunto (Mueller: 1976, Pág. 414).
Esta forma de monismo va estar presente en el Aufbau, sin embargo, parece que
adopta presupuestos que los monistas habían eclipsado de la Gestalttheorie.
Whertherime introdujo la idea de un parentesco de las formas en los diferentes
niveles de la percepción expresado por el principio de isomorfismo –paralelismo
carnapiciano- que se refiere al condicionamiento fisiológico del sujeto cognoscente
a la estructuración del dato sensorial.
7.5 Bunge
Mario Buge (1983) clasifica la ciencia en función del enfoque que se le da al
conocimiento científico sobre el estudio de los procesos naturales o sociales
(estudio de hechos), o bien, al estudio de procesos puramente lógicos y
matemáticos (estudio de ideas), es decir, ciencia factual y ciencia formal.
La ciencia factual se encarga de estudiar hechos auxiliándose de la observación y
la experimentación.
Por ejemplo la física y la psicología son ciencias fuctuales por que se refieren a
hechos que se supone ocurre en la realidad y por consiguiente, tienen que apelar
al examen de la evidencia empírica para comprobarlos.
La ciencia formal tiene por objeto de estudio las relaciones abstractas entre signo,
es decir se estudian las ideas.
Son ciencias formales la lógica y las matemáticas
El conocimiento científico es un saber crítico (fundamentado), metódico,
verificable, sistemático, unificado, ordenado, universal, objetivo, comunicable (por
medio del lenguaje científico), racional, provisorio y que explica y predice hechos
por medio de leyes.
El conocimiento científico es crítico porque trata de distinguir lo
verdadero de lo falso. Se distingue por justificar sus conocimientos,
por dar pruebas de sus verdad, por eso es fundamentado, porque
demuestra que es cierto.
Se fundamenta a través de los métodos de investigación y prueba, el
investigador sigue procedimientos, desarrolla su tarea basándose en un
plan previo. La investigación científica no es errática sino planeada.
Su verificación es posible mediante la aprobación del examen de la
experiencia. Las técnicas de la verificación evolucionan en el transcurso
del tiempo.
Es sistemático porque es una unidad ordenada, lo nuevos conocimientos
se integran al sistema, relacionándose con los que ya existían. Es
ordenado porque no es un agregado de informaciones aisladas, sino un
sistema de ideas conectadas entre sí.
Es un saber unificado porque no busca un conocimiento de lo singular y
concreto, sino el conocimiento de lo general y abstracto, o sea de lo que
las cosas tienen de idéntico y de permanente.
Es universal porque es válido para todas las personas sin reconocer
fronteras ni determinaciones de ningún tipo, no varía con las diferentes
culturas.
Es objetivo porque es válido para todos los individuos y no solamente
para uno determinado. Es de valor general y no de valor singular o
individual. Pretende conocer la realidad tal como es, la garantía de esta
objetividad son sus técnicas y sus métodos de investigación y prueba.
Es comunicable mediante el lenguaje científico, que es preciso y
unívoco, comprensible para cualquier sujeto capacitado, quien podrá
obtener los elementos necesarios para comprobar la validez de las teorías
en sus aspectos lógicos y verificables.
Es racional porque la ciencia conoce las cosas mediante el uso de la
inteligencia, de la razón.
El conocimiento científico es provisorio porque la tarea de la ciencia no se
detiene, prosigue sus investigaciones con el fin de comprender mejor la
realidad. La búsqueda de la verdad es una tarea abierta.
La ciencia explica la realidad mediante leyes, éstas son las relaciones
constantes y necesarias entre los hechos. Son proposiciones universales
que establecen en qué condiciones sucede determinado hecho, por medio
de ellas se comprenden hechos particulares. También permiten
adelantarse a los sucesos, predecirlos. Las explicaciones de los hechos
son racionales, obtenidas por medio de la observación y la
experimentación.
8 LA EPISTEMOLOGÍA COMO CONSTRUCTO
8.1Los conceptos
Son unidades que se construyen las proposiciones: son átomos conceptuales.
Por ejemplo, en la proposición “los números de constructos”, los conceptos son
números (o conjunto de todos los números), “son” (o están incluidos en), y
constructo (o la categoría de todos los constructos)
Son los constructos que satisfacen algún cálculo proposicional y que, por
añadidura, pueden ser evaluados en lo que respecta a su grado de verdad,
aunque no se disponga de procedimientos para efectuar tal evaluación en algunos
casos.
En otras palabras, las leyes de las ciencias fácticas (es decir, los enunciados
nomológicos) expresan los estados realmente posibles de las cosas así como los
cambios de estados (sucesos) realmente posibles de las cosas. No crean cosas o
propiedades por decretos sino que representan propiedades de cosas y lo hacen
de manera aproximada (parcialmente verdadera). En particular, no adjudican a las
cosas concretas propiedades lógicas, tales como la contradicción, o semánticas
tales como la verdad. Nada de esto ocurre con los objetos conceptuales y las
leyes que lo definen. No tiene sentido hablar del estado mecánico, eléctrico,
químico, mental o social del número 2 no le sucede ni le sucederá nada. Tampoco
tiene sentido hablar de la ecuación del movimiento de un semigrupo o del
esquema de transmutación de un espacio métrico. Los objetos conceptuales no se
hallan en estado alguno y por consiguiente no puede cambiar de estado.
Los objetos concretos son y están: existen físicamente y están en algún estado.
Los objetos conceptuales en cambio son: existen (conceptualmente), tienen
propiedades conceptuales que no posee objeto concreto alguno. Tales como las
propiedades del ser un conjunto, o una relación, o un espacio. Los conjuntos no se
mueven, las funciones no metabolizan, los espacios no procrean, las estructuras
algebraicas no pasan hambre, las derivadas no explotan. Por consiguiente las
leyes conceptuales (o formales) son muy distintas a las leyes físicas, químicas
biológicas o sociales: no describen algo que está ahí, independientemente de que
se le conozca sino que caracterizan (definen implícitamente). Las leyes
satisfechas por los objetos conceptuales no involucran variables de estado ni
representan nada en la realidad: no son sino relaciones conceptuales entre
objetos conceptuales.
9.2 Funciones
6. LO PARADIGMAS CIENTÍFICOS……………….…………………………….49
6.1 Empírico- analítico……………………………………………………………..51
6.2 Hermenéutico- fenomenológico……………………….…………………….53
6.3 Dialéctico- crítico……….……………………………………………………..55
7. LOS PARADIGMAS DE ACUERDO A KUHN ………………………………70
7.1 La aportación de Lakatos…………………………………………………….75
7.2 Feyerabend……………………………………………………………………..76
7.3 Popper………………………………………………………………………….78
7.4 Carnap………..…………………………………………………………………81
7.5 Bunge………….………………………………………………………………..89
PÁGINA DIGITALES
Revista virtual “bajo los hielos” No. 21 http://www.bajoloshielos.cl/21crespyn.pdf
http://elvelerodigital.com/apuntes/filosofia/jsc_filosofia.pdf
http://etimologiaspalomar.blogspot.mx/2011/04/eikasia.html
http://etimologiaspalomar.blogspot.mx/2011/04/dianoia.html
http://etimologiaspalomar.blogspot.mx/2011/04/pistis.html
http://www.uacj.mx/ICSA/noesis/Paginas/default.aspx
http://etimologiaspalomar.blogspot.mx/2011/04/doxa.html
http://lucilius.aprenderapensar.net/2010/01/28/la-techne/
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http://postgrado.una.edu.ve/metodologia2/paginas/kerlinger3.pdf
http://www.ee-iese.com/88/pdf/Porras.pdf
http://www.ehowenespanol.com/significado-logos-pathos-ethos-sobre_168617/
http://elarboldelaretorica.blogspot.mx/2007/02/logos-ethos-pathos-el-rol-de-la-
metfora.html
http://confilosofia.wordpress.com/tag/concepcion-del-individuo/
http://www.filosofia.org/mat/mm1977a.htm
http://peru.tamu.edu/Portals/18/Modules/Paradigmas.pdf
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/E/ef_1generacion.ht
m
http://filosofiadelarte.com/2011/08/arte-en-la-antiguedad.html