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Prólofío necesario (eaitorial) - CRÓNICA DE PAIÍIS: Los aventuras ^1=" P;:J;'^'l'f
AhiiiQci en la Comedia de los Camiios Bliseos, p o r g a n Desjardins ^CKUNICA
D t MADRID: Aquí les presento a usledes..., por L. Gúrnrz Me.sa. — P o d a s de hoy: ¿Quieres venir?, por Marfinrz de
Ribera. - Recordaiica, por Ra^t-mlo Llurba - EL RETABLO DE MAB6E PRDRO: Giiimcró, Caldos y !a crisis del
lealro, por M¿j/eü5ii/il'ü.s.-Un éxito de Valenlin de Pedí o,-PAGINA MUSICAL: Let US ^»otoííniden. del maestro ^' [^'"^"-2.
FRtNTE A L A PANTALLA: Cómo se hace una película, por Adclaulo Fernández Arias-las películas de la A. C. b
LA MODA EN EL CINE: Los pantalones Oxford, el pelo corto, el higott de Clinriot, el suicidio de Max Linder y el
sombrero de Pamplinas, por Miss G/advs. — Musrro fotográfico: Reimlo de don An^el Guimerá. — Pele Mé!e: La escrna
muda. Teatro popular en toslellaiio. ~ ARGUMENTO DE LA SEMANA: Compañera le doy..., por Asínd ¡loim.

REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓM:
VMIari-oel, 1 8 6 - P a r í s , 134-Barcelona
2 0 Cents
^l>''il!||llliimmi||iMriliiii[|j|||ji''M||||Hliiiiniti||iiiiiiiiii||||iiii''MIP^^^^ iii!||iii[!iui||[||||ii"<i|||||iiiiiuiiii||,mi)¡<i;í||¡||i:"i|¡¡¡]¡||iiiiiPiii¡|[iiit i||||||i"nii!{Hiiiniiii|||iiiiiiii¡[!¡|||i i{|¡|i|im |;ii;imiii|¡¡|i||i<i{i|^

FERRO-VÍA
iitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiittiiiiiiiiiiini^

REVISIA AfECTd Ü LOS fERROCilRRILES


MADRID A ZARAGOZA Y A ALICANTE
Guía de Hoteles : Balnearios y Turismo : Servicio Oficial de Trenes
y Líneas de Automóviles en combinación : Combinaciones rápidas desde
Barcelona y Madrid al resto de España : Navegación : Aeronavegación
Agricultura : Industria : Comercio y Banca : Deportes : Modas y Nove-
dades : Música : Teatros y Cinematografía^ etc., etc.

^._-»u«i«f&í^Je •

Publicación periódica de orientación m o -


derna, que contiene un conjunto de mate-
rias tan interesantes que la hacen impres-
cindible a todos los hombres de negocios. > ^
Cada n ú m e r o de esta i m p o r t a n t e
GUIA-REVISTA es un paso gigantesco : [^ V
en el emprendido camino del éxito.
FERRO-VÍA nació p a r a la prosperidad ' :>
de usted. No deje de leer una sola linea,
y& que dejaría de velar por sus utilidades. j ^

S U M A R I O : PE UNO DE LOS ÚLTIMOS NÚMEROS PUBLICADOS


Guía Monográiica de la Red Catalana de M. Z. A . y líneas c o m b i n a d a s : H o m e n a j e , por C. Barnils Moncr,
Director Gerente de «Catalunya Imperial. S. A.» - La p e r s o n a l i d a d de D. EDUARDO MARISTANY, descrito por
Buenavcniura Bassegodá, Eduardo Recasens, F. Agulló y Vidal y F. Cainfcó-— Marístany, h o m b r e de
a c c i ó n , por N. ~- Viajes y T u r i s m o , - ü a l í a : Coríína d ' A m p e z z o . - La labor educativa de la publicidad» por
R. BorÍ.~\Ttei El escultor Llísas, por / . Bordas D.-San Cucuíate del Valles, por Wn. / . Gudiol, P b r o . - S o b r € el
análisis de tierras, por Luis Sáez, Ingeniero Agrónomo.-La vida deportiva catalana, por A. Bercnguer,~-EL SALÓN
AUTOMÓVIL DE M A D R I D . - E i Jazz y su historia, por Irving Schiverké.-QaleTia de Artistas e m i n e n t e s ,
. 1 — — por J, Cortés Picó^.- ; -. ——-—'• •

Para ANUNCIOS y SUSCRIPCIONES dirigirse al


Sr, A d m i n i s t r a d o r de "FERRO - VIA"
Aragón, Z79 - BARCELONA - Teléf. 2112 G - Dirección Telegráfica "CATAIMPER'

^iMillillltimiuitlli; il!!!llhi.;iiíllllliiitiiiiHiIliijiiiiilllllllii,,iilllllliiiiiiiiillIlimnnil)llllii..tilllllliiiiuMilllliinnK^ illlNiíniíiflIlllliuiNlllltiiimiiiiIlliiiiiiiiItlIllliiMiilllllJIíiiiiiiilllliiimiilIlIllliulP


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AÑO I NÚM. 1

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Gerente: Isidro Bulto Casanovas
Administi-üdor y Apoderado : J. Olívei Vives Director técnico y Apoderado : S. Torreí Benef
Redacción y Administración: París, 134 y Villarroel, 186 • Teléfono 734 G. - BARCELONA

Director literario: Maieo Sanios Oficinas en Madrid: Hortoleza,46, pral.


Redactor jefe : Martínez de Ribera 5 DE AGOSTO DE 1926 Delegado: D o m i n g o R o m e r o
Direclor niLisiiJol : Maestro G. Faura Direitor: L u í i G ó m e z M e t a
ijuiiiiiii jiniiiiii iiiiJiniii iiiiiiiii jjniiiiiiiriii mi iniii iiirir iii m mu un iiiiirtiiiiiJiJiuiiiiiii III FiiriuiiJiiiiiiiitiiiiiiiuriiiin

¡; P o g o n e c e s a r i o
X
A vida política y social, que es campo acotado en España, dispone, sin embargo, de infi-
nidad de órganos periodísticos que la conienten y pregonen en ¡a plaza pública. Claro, que
a las Voces de estos órganos, casi nunca les jaita la sordina de la censura y que, aun
sin sordina, suelen ser opacas, desentonadas, poco amenas, limpias y sonoras. Pero el
hecho es, que mejor o peor, con más o menos claridad, nos injorman de la vida social y política.
La república de las Letras tiene también sus altavoces literarios, aunque en escaso número, í
y no de la potencia que juera de desear. Pero lo que carece, casi en absoluto, de esos órganos de
expresión, de esos altavoces, acaso por habérsele llamado mudo, es el arte cinematográfico.
No ignoramos que la prensa diaria dedica scmanalmente un espacio a la actualidad cine-
mática ; pero eso no hasta. Es como ¡a consecuencia lógica y natural de la falta de páginas más
adecuadas para recoger esa actualidad tan interesante y multiforme cuando se la enfoca bien.
Porque el comeníario del film en los papeles cotidianos, es siempre restringido, monótono, falto
de autoridad y mira en demasía al anuncio.
La cinematografía necesitaba en España un altavoz tan potente como con los que cuenta
Norteamérica, Francia, Alemania, Italia, Inglaterra... Y ya lo tiene. Este altavoz — c por qué no
decirlo si es cierto ? - ^ es POPULAR FILM.
* * *
POPULAR FILM tiene todos ¡os elementos necesarios para ser el órgano más eficaz de la
cinematografía española.
Se inipriniG por el procedimiento más moderno y artístico que se conoce : el del huecogra-
bado. Tiene una administración solvente que le permite presentarse al público, con pulcritud y
decoro, y que lo pone al alcance de todos los bolsillos por la economía de su coste, en Visible
desproporción con su belleza tipográfica. Cuenta con una redacción selecta, compuesta por pe-
riodistas especializados en la crítica, el comentario y la inforniación cinísiica. Posee, además, una
dirección técnica inteligente.
c Qué más hace falta para lanzar a la calle una Revista digna de nuestro tiempo, de nuestro
público y del arte de que es vocera y heraldo ?
* * *
Idemos querido darle entrada al teatro en POPULAR fILM por entender que el teatro y el
cine son hermanos. ,: Por qué señalar en ellos una rivalidad que no existe, que no puede existir?
Al contrario, la escena hablada y la escena muda son artes gemelos. Persiguen idéntico fin de
enseñanza, si bien el uno se vale del verbo y el otro del gesto. El uno es pensamiento, el otro di-
namisnio. Ambos coinciden en los puntos de este triángulo estético: argumento, emoción, acción.
El teatro constituye un arte por sí solo; el cinematógrafo, también. Lo que no obsta para que
uno y otro se complementen, a Veces, sin desdoro para ninguno de los dos. Así, Vemos proyectar
como enlace de un acto a otro, en cierta obra de teatro, unos metros de película en que aparecen
algunos personajes de la comedia cruzando un desierto montados en camellos, escena ésta, que en
el tablado de la farándula, es de imposible realización. Y así Vemos, en ciertos films, introducir la
novedad de unos cantables, con letra y música apropiada y llamarles operetas, invadiendo los
géneros teatrales.
i emendo todo esto en cuenta, negamos que el cine y el teatro sean enemigos, toda Vez que
se auxilian, y dantos entrada a este último, aunque en menor proporción que al primero, en las
páginas de POPULAR FILM.
* **
[....reemos queson adiciones necesarias para la mejor orientación literaria y artística de
POPULAR FILM la página de Música y las que dedicamos a la Moda femenina. La una es
como el bello complemento de la sección teatral y la otra como el aditamento imprescindible de
la sección cinematográfica, ya que la descripción del traje que lucen las aestrellas» en ciertas pelí-
culas, completan la critica de las mismas.
* * *
Ahora sólo nos resta enviar nuestro saludo más reverente al público, que es el único señor
que reconocemos con agrado, y a la Prensa española, esijecialmente a la cinematográfica.
LA REDACCIÓN.

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CRÓNICA DE PA
Madge Hellamy encarna con brío la ex-
Las aventuras del Príncipe Ahmad céntrica heroína de la historia. Leslie F e n -
lon. I íarrison I'"urtl y Barson Bard, la re-

en la Comedia de los Campos Elíseos plican con talento y acaban por dominarla
en el transcurso de la obra.

El curiosísimo lilm q u e nos presentan m e n t e técnicos, nosotros diríamos sim- La caballería d e Ja m u e r t e


los filuis ((So£an> e n la c o m e d i a d e los p l e m e n t e m e c á i n ' c o s , t a l e s c o m o la i n -
CamiKJs K l í s e o s n o s u p o n e t a n t o la r e n o - v e r s i ó n í5e la t o m a d e v i s t a s , d e u n a m a n - D r a m a inteiesanu'siuio en alio gríido por
vación de u n m é t o d o c o m ú n bajo u n a c h a (|ue d e s a p a r e c e , d e u n a q u e m a d u r a las trágicas peripecias que en él se desarro-
f o r m a i n é d i t a , c o m o la c r e a c i ó n , p r o p i a - {[Ue s e e x t i e n d e , d e u n a g e l a t i n a c u y o llan. La acción, en él, está vivamente to-
m e n t e lialilando, de u n n u e v o género fondo para llegar a p r o d u c i r un efecto mada y el seniimiento no tiene ni el m á s
d e film, d e u n a d e e s a s e n c r u c i j a d a s d e l f a n l á s l i c o e i r r e a l t i e n e t¡ue s u j e t a r s e a uiínimo defecto. Asistimos, en é!, a la des-
a r t e d e s c u b i e r t a ix)r u n a n u e v a d i r e c - l(js l í m i t e s d e l a s c o n c e p c i o n e s a r t í s t i c a s trucción de un poblado por un furioso to-
rrente. L a s casas se desploman, la ola fu-
ción, a cuyo m o d e r n o m o d o de percibir (¡ue él s e h a b í a fijado d e a n t e m a n o .
riosa a r r a s t r a a los habitantes. Estos cuadros
si.ííuieron m á s t a r d e l o s e s f u e r z o s d e Ul a u t o m a t i s m o d e l a s s i l u e t a s e n l a s producen, ciertamente, una gran impresión
a q u e l l o s q u e se t o m a r o n el t r a b a j o d e v i s t a s d e c o n j u n t o p r o d u c e u n efecto en el espectador.
hacerla conocer. c u r i o s o , q u e se u n e a la e s t i l i z a c i ó n del (ieorge O'Brien, J a n e t Gainor, Florence
C i e r t o e s q u e el d i b u j o a n i m a d o f u é la d e c o r a d o , a p e s a r d e lo c u a l , el r e a l i z a d o r Gilbert y Paul Gauser interpretan con ver-
b a s e di^l „ c i n e m a t ó g r a f o , y q u e l a s p r i - ha de evitar de representar su obra banal- dadera destreza este film de aventin-as.
m e r a s '^^producciones del m o v i m i e n t o , m e n t e , «dibujo animado)), señalando a
p r a c i a s a^uní d i s p o s i t i v o m e c á n i c o — s i n s u s p e r s o n a j e s el j u s t o p o r t e y r e f r e n a n d o T o n y , el i n d ó m i t o
(juerer h a b l a r d e l a s e x p e r i e n c i a s p u r a - el r i d í c u l o g e s t o d e l a s s o n d a r a s c h i n e s -
m e n t e cienU'licas d e M a r e y — - , f u e r o n cas de a n t a ñ o , cuya vivacidad de e x - 'Vam .Mix, el legendario cow-boy, reapa-
v u l g a r i z a d a s p o r el d i b u j o a n i m a d o , q u e 'presión es u n a s veces d e u n a comicidad rece en «Tony, el indómito». U n a vez m á s
p e r m i t í a , m e r c e d a u n ((l>ioscopo)), o a exagerada y otras alcanza u n a intensi- personifica el tipo de Dmi Quijote del Kart-
otros a]jaratos del m i s m o g é n e r o , repre- <lad v e r d a d e r a m e n t e d r a m á t i c a . \\'est, triunfando de todos los obstáculos y
s e n t a r l a s f o r m a s I h i e a r e s , d á n d o l a s el teniendo la suerte de sojuzgar a la desde-
L o s t í t u l o s del d o c t o r M a r d r u s e s t á n
moviniiento y apariencia de vida m u - ñosa mis Pcrcival. bija de un director de
r e d a c t a d o s con s i m p l i c i d a d , p e r o t i e n e n las m i n a s y niAs difícil de d o m i n a r que. Tony,
cho m á s p e r c e p t i b l e s q u e c o n l a s foto- el salx)r d e los c u e n t o s á r a b e s d e ((Las el caballo salvaje L|iif' lo<; i owhovs preten-
grafías, cuyos c o n t o r n o s o perfiles m e n o s mil y u n a noches)). den caplurai" en vano.
limjjios n o p e r m i t í a n la p e r f e c t a r e a l i z a - U n a o r q n e s t a c i i ' m o r i g i n a l d e [iríiner I oni .Mix., acompañado por Jacqueline
ción del m o v i m i e n t o r e c o n s t i t m ' d o . o r d e n , d i r i g i d a p o r el m i s m o c o n q i o s i t o r , Logan y por Marión H a r í a n , inteipreta este
H e a q u í el film : s i g u e la farsa c o n u n p e r f e c t o s i n c r o - d r a m a , en cuyo curso admiramos magníficos
paisajes, recorridos en todas direcciones por
I'"iguraos « E l L a d r ó n d e B a g d a d ) ) en
s o m b r a s chinescas d e perfiles estilizados,
evolucionando sobre decorados grises,
nismo.
ICl a r t e d e l d i r e c t o r d e esceiuí p u e d e
decirse es suficientemente cautivador
m a n a d a s de caballos salvajes.
í
CAEÍVALIIÍIÍ
cuyos fondos, trucados, están a m e n u d o ]>ara (¡ue e n a l g u n o s m o m e n t o s n o s p r o -
sujetos a efectos s o r p r e n d e n t e s . A l g u n o s d u z c a la i m p r e s i ó n p e n o s a d e la f u r i o s a
c u a d r o s , c o m o el d e la t e m p e s t a d o el d e labor q u e ha tenido q u e imponerse du-
la l u c h a e n t r e el m a g o y l a b r u j a , e s t á n r a n t e t r e s a ñ o s , ante.3 d e r e a l i z a r e s t a
plenos, en realidad, de arte y de técnica. p e q u e ñ a s u p e r p r o d u c c i ó n , q u e e s al m i s - Nuestro "Museo fotográfico'
K s i g u a l m e n t e i n t e r e s a n t e v e r c ó m o el mo tiempo u n o de los acontecimientos
a u t o r saca p a r t i d o — como en otra p a r t e m á s i n t e r e s a n t e s d e la t e m p o r a d a . En esta sección de POI'UL.AIÍ Fn„M iremos
Cecil B . d e M i l l e e n « L o s d i e z m a n d a - piibiicandü, semana tras s e m a n a , ios retratos
mientos)) — d e l o s p r o c e d i m i e n t o s p u r a - de cu;mtos han logrado, con su arte o con su
JEAN DliSjARDJN'S
esfuerzo, destacar su personalidad de la os-
cura zona del anónimo. '
Por este "Museoii desrdarán artistas de
cine y de teatro, d r a m a t u r g o s , músicos, e s -

i; E s t r e n O s d e l a semana cenógrafos, novelistas, pintores, escultores...


cuantos rindieron, en fin, con su genio o con
su arte al éxito o a la fama.
La justicia esíá h e c h a mostrarse équitc asombroso y sportman de La importancia de esta jjagina de POPULAR
IMI.M no necesita encarecimiento. Conocer y
i; D u r a n t e los últimos Mempos, Buck Jones
los m á s diestros. I'lorence (.lilbort y E d n a
Marión son las dus deliciosas partiqu¡nas del jjoder contemplar, r u a n d o se nos antojo, el
rostro de los que nos han liecho sentir una
ha i-onqulstaUo una reputación envidiable artista cow-boy.
en los estudios a m e r i c a n o s . «La justicia e s t i emoción, de los que nos han dado un goce
hechai), reciente creación de este gran actor, Hija d e Afrodita espiritual, de los que h a n contribuido a edu-
puede contarse entre las mejores. E n c a r n a car nuestro gusto estético, es siemiJj'e agra-
en este film, una vez m á s , el propietario de La dirección de H a r r y B e a u m o n t nos evo- dable, pues parece como si e n t r á r a m o s en
un rancho decidido a hacer justicia sobre ca toda una serie de escenas de la vida a m e - trato amistoso, íntimo, con ellos.
una banda de malhechores que aterrorizan ricana, Sandy, una joven muchacha elegan- Estamos seguros — y por eso no nos im-
la región y se disponen a dar un golpe inte- tísima, después de haber pasado u n a juven- portan los sacrificios que hemos de realizar
resante. Se prepara a proteger a! mismo tud de las nií'is accidentadas se casa con el — que los lectores de POPULAR Fn,.\i verán
tiempo a dos e n c a n t a d o r a s rancheras, u n a multimillonario líen Morillo. Esta unión no con agrado nuestro «Museo fotográfico», que
de las cuales se llega a convertir en su es- le reporta ningún bienestar. La llegada de se inicia con un retrato de don Ángel Gui-
posa después do u n a serie de aventuras, en uno de sus antiguos flirts, T o m m y Gray, merá, en homenaje al recuerdo de este genial
las que el simpí'itico artista tiene ocasión de viene a complicar aún m á s la situación. dramaturgo.

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España, 2'$o' pesetas Irlmeítre Extranjero, 15 p e s e t a s año Pago por adelantado

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CRÓNICA E HADRID
POETAS DE H O Y
Aquí les presento a ustedes...
A s í , c o g i é n d o l e d e la m a n o , c o m o el
íiulor d e c o m e d i a s e n s e ñ a al p ú b l i c o a l o s
vedades, las inventa. D o t a d o d e prodigio-
sa fantasía y p a r t i d a r i o a c é r r i m o d e la
uicres venirr
Vr. í(ií¡,-:j(;ra í/iíü ¡wsi:s h¡ ctuiii'añrTn mía • '
intérpretes de sus producciones, yo os b r o m a , s e r e m o n t a d e vez. e n c u a n d o p o r y a (¡I liiila eí ciimino rexiirrer hasla el f/n...
p r e s e n t o al «Sáiielotodo)). Y c o n la fin- e n c i m a d e la a p l a s t a n t e r e a l i d a d . L l e v a d o Iltiu sus alas de platti me da luí fantasia
gida m o d e s t i a característica de estos ca- por su afán d e olerlo todo, suele caer Y camino luida un ddo. Dimc ¿iiiiicres venir?...
c o n f r e c u e n c i a e n la i n d i s c r e c i ó n — d e - I'rif/ IniaraiuUi la glimiL; la eterna ci'uipiiñfíTa
sos, os digo, con a d e m á n tuaíral y gesto
DI: lux <¡ue tmamoiiulüs, vun iras del ideal...
lii]M'ierita : A u n q u e el r a r o p e r s o n a j e q u e fcctillo, e n v e r d a d , h a r t o d i s c u l p a b l e ;\'rn eonniid'i! En iiiin bmzos nnrva vida te espera.
hoy m e c o m p l a z c o e n p o n e r a v u e s t r o p a r a u n l i o m b r e d e s u oficio. P e r o c o m o ilina vida' nimbudd por la gluría dn anuir!
s e r v i c i o , es o b r a e x c l u s i v a m e n t e m í a — en e s t e m u n d o n o h a y f e l i c i d a d c o m p l e - I'ani íilranztiría lleva jui alma, poesía; í
y.i q u e fui y o c|nien le a n i m ó jjara q u e ta, u n a p e r t i n a z d o l e n c i a del e s t ó m a g o ¡'lira el ii'm'ir un truno unarda mi corazón;
Para^i'l viumi), ínia verso.'!; para el verso, annouia:
Incliara, quien le m e t i ó en aquestos tro- estropea tan excelentes cualidades. P a -
¡'ara ti, mis caridas; para el abiía, una fiar.
les y q u i e n l e a d i e s t r ó e n el c o m e t i d o d e r e c e s e r , s e g ú n m a n i f i e s t a el i n t e r e s a d o , Kníre risas ¡¡ hesiis nos dirmiios amores
pL-riodista c u r i o s o y f r e s c a l e s , c a p a z d e que se trata d e u n a hiperclorhidria mez- Y ruando iio.s cansemos de besar y re.ir
a d i v i n a r el p e n s a m i e n t o al m á s i n e x p l o - clada con dispepsias complejas. Sin e m - Junto.^ reiiosaremos sobre un ledio de flores
r a b l e , d e h a c e r h a b l a r al m á s l u u - a ñ o y liai'go, c o m o p a r a m a n e j a r el e s c a l p e l o Que arrnnc.aiá Hit mano ilel más brllu pensil.
i'jYí) temas al riimino! las lindas sUenriiisas
d e m o v e r la risa al m á s h i p o c o n d r í a c o — , se n e c e s i t a t e n e r a l g i í n p a d e c i m i e n t o , e s o , lU'sitlcs a tu paso mandarán llorer.rr.
l e i i n i i e i o d e a n t e m a n o a la par.te d e é x i t o (|ue a n o s o t r o s s e n o s a n t o j a g r a n l u n a r , I'am mi hs espinas y para li las m.-^íis.
que m e p u e d a c o r r e s p o n d e r . Si s u s ocu- (pn'zá c o n s t i t u y a u n m é r i t o p a r a e j e r c i t a r /.Vij teiíii'S al camino! ¡Ven. alma mía! ¡Ven!...
rrencias y sus pintorescas informaciones la c r í t i c a ; p o r q u e , q u e s e e n t e r e n u s t e - M \HTisi':7. IH-: IUIIKÜ.Í
(js .í;nst:m, a j j l a u d i d l e a él s ó l o ; (jue el d e s , el sin i^ar « S a b e l o t o d o » , a d e m á s del
ingenio n o precisa d e consejos para triun- reporterismo cinema-literario, cultiva, en u l t i m a y l o s p r e j i a r a d v o s p a r a la v e n i d e r a , l o s
far. V s i , i)or el c o n t r a r i o , o s c a u s a n s u s r a t o s d e o c i o , e! p a s a t i e m p o d e a n a l i - [Patentizan de m a n e r a concluyente ; de con-
f a s t i d i o , cliillad a l o s d o s : al m a e s t r o y zar c o n pícai'a i n t e n c i ó n la b u e n a l a b o r tinuar batallando, con ligeras mejoras de ar-
al (liscíi)ulo, e n ] ) a r t i c n l a r al p r i m e r o , a j e n a , sin c o n t a r c o n u n a p r o p i a , p o r lo mas y procedimientos, pronto E_spaña can-
¡jor s u i g n o r a n c i a p a r a e n c a m i n a r a p t i - menos mediana. tará victoria, y pronto asimismo su nombre
t u d e s y s u o s a d í a ]jara c a r g a r c o n m e n e s - se elevará a las cumbres del séptimo arte.
l í n lo e s e n c i a ! — p r o p o r c i o n a r n o t i c i a s iiCurrilo de la Cruzi), uRula glorio.sa»,
1i:v.-> s i q - e r i o r e s a s u s e s c a s a s f u e r z a s .
interesantes y adornarlas con a m e n o s y f'josén, iiEl abuelo», «Nobleza baturra», itEl
M i r a d l e d e s p a c i o , a n i i g o s : n o es n i s a b r o s o s c o m e n t a r i o s — el ( ( S a b e l o t o d o s , lazarillo de Tormeso, «Gigantes y cabezudos»,
. a l l u , ni liajo ; n i g o r d o , n i flaco; n i f e o , US u n a a d q u i s i c i ó n . N u e s t r a o p i n i ó n e s t á líBuyii, uLas barracas», «Cabrita que tira al
ni g u a ] ) o ; ni e l e g a n t e , n i o r d i n a r i o ; ni a s u favor. Ahora,- lectores, vosotros de- moni en, «La Bejarana» y «La sobrina del
rubio, n i m o r e n o ; e s , e n lo físico, m u y cidiréis, líl «Sábelolodoii, p l u m a en ristre cLU'aii — bastante lejanas, por cierto, de la
v u l g a r . M a s e n lo q u e n o s e m i d e c o n la y c o n a p a r e n t e t r a n q u i l i d a d , n o ol.>stante soñada perfección — prometen espléndido
v i s t a , s i n o c o n la i n t e l i g e n c i a . , s u r e t r a t o >in despai-]-)ajo, se l a n z a a la difícil e m - porvenir. ¿ N o s los traerá, al fin, las nuevas
ofrece b a s t a n t e s a t r a c t i v o s . N a c i d o ]3ara p r e s a líe c o n í | u i s l a r o s . S e d b e n é v o l o s . . . producciones? Bien quisiera yo, señores,
contestar alirmativamente ; pero ello se sale
r e c o g e r n o t i c i a s , n o s e le e s c a p a u n a , p o r
del radio de acción de mi sabiduría — que, en
i i i s i g n i ñ c a n t e q u e s e a , y si l a m o n o t o n í a L- GÓMKz MES.A lorctintiancia con la teoría de Einstein, es
o la cosería d i f i c u l t a n l a a p a r i c i ó n dt: n o - relativísima-—, por ser de la exclusiva compe-
tencia de nuestros conspicuos cinematogra-
fistas,
José Buchs, con «Pilar Guerra» y «Una
Con su n e r m í s o , señores extraña aventura de L u i s C a n d e l a s » ; Agus-
tín García Carrasco, con «Los hijos del tra-
CunfLiííü, aver(*onzadu por esos inmcreiñ- jjor el a ñ o veinte del siglo que corre? Pues, bajen y «El tonto de Lagarterají ; h'lorián
cios elogios que un entrafiable caniarnda de- pasmaos : nos la acaban tie servir como plato Rey, con «El cura de aldea» y «El pihuelo de
dica a tul humilde personilla, apenas si me suculento y del día. Claro es que, en lugar .Madrid» ; Luis R . Alonso, con " U n milagro
atrevo a m o v e n n e . ¿ C ó m o dirigiros la píila- de lomarlo por lo trágico, nos a g a r r a m o s a lo de anioro ; (.it'imez Hidalgo, con «La malca-
bra, señores, sin que e] temor a desilusiona- cómico ; a lo puco cómico que tiene nl.a tía sada» ; Hernández Mir, con «El patio de los
ros de golpe y porrazo, m e cohiba y paralice lie Panchoii — u n a de las cintilas en cues- naranjosjj; León Artoia, con «Mientras la
mis ideas, suponiendo que las posea, que t i ó n ^ , a pesar de su condición de bufonada aldea duerme» ; Perojo, con «Malvaloca» ;
es mucho sujioner? La situación es eouipro- y de e n c a r n a r los principales pa¡3eles la a r - Uean Fernández, con «A buen j uez, mejor
nietida, señore.'; ; colocaos en nii caso v chibonita M a r g a r i t a D u b e r t r a n d y los archi- testigoj); Ardavín, con «El bandido de !a sie-
^^uiiidme, ¡por favor!... grnciosos — en el escenario, m a s no en la rra» ; Noriega, con «Brisas de Asturias» ;
¡••\hl^ lAUi ¡ A h ! Y a di en el clavo. Me pantalla, donde, privados de la voz, resultan Riño Lupo, con « C a r m i n a , flor de Galicia»,
iguraré que os conozco de antiguo y santas s o s o s ^ , J u a n líonafé y Pedro Zorrilla. etcétera..., nos responderán este invierno de
pascuas,: a charlar como si lal cosa Y tilíl regalo de Keyesi), basada en la zarzue- modo categórico y definitivo.
rmpiezu,
la " L a noche de Reyes», de don Carlos Ar- A esperar hasta entonces, alegres y con-
f o n su p e r n n . a , señores. niches, y croada por C a r m e n Jimthiez, Pepe fiados, cuino nuestros hermano.'?, los ciudada-
¿ O s acordáis de u n a serie de películas edi- .Monlcnegro y R. López Montenegro, abunda nos del infeliz país imaginado por Benavente
tadas por la «.AUántida», en colaboración con en lípictis cuadros serrano.s y casiellanos ; para componer la segunda parle de «Los in-
distinguidos clementüs de nuestra teatro, allá |)ei'o de dirección y íulografía Hojea demasia- tereses creados». S.Wilíi.üTODO
do para considerarla digna de ser reestre-
nada con los má.\imüS honores.

e c o r d a n í a
Lo malo y a ú n lo regular, que se lo trague
el olvido. ¿ P a r a qué resucitarlo? Si es para
.•\n\' mil non cents vint i quatre comprobar los adelantos realizados, p a s e : no
¡ inal-haja la teva s o r t ! cabe otra finalidad. Y en este sentido, son
lógicas las reprises de (d^a tía de Pancho»,
Lithinés del Or. Gustin
Tú foros baixá al sepulcre Agua mineral refrescante, alcBlloa,
a noslre eximi cantor. II Kl regalo de Reyesn, uLa inaccesihleí), dlgeilWa, contra el
Pero mentre quedi en vida nVfctima del odioi) y ifCuidado con los ladro- A r t r t h i m o , Mal de Piedra, RcutualUmo
nes», por demustrarnos, al compararlas con Dcpoillailoi .
;il món un sol .cátala, Establecimientos DALMtU OUVERES. S. A.
viurá scmpre al cor i al llavi^ las m o d e r n a s films hispanas, que avanzamos
Paseo Indiwlrla, H BARCELONA
el record d'l-í^n (¡uimeríi! cnünnenu-nte en el complicado camjx) de la
RoSSKNtJ Ll.UUI!.", cinematografía. El balance de la temporada ! ! - • • • •H í
.vv•.^A^v^nA^A^.v^nJV'vuvvv.'vvv^ArtA;^^rtJv^íw vvvvsrti"wvv^i^v\.'V'.v--íwvvvvvü-u*-fl.n-vu
El retablo de maese Pedro
Guimerá^ Galdós y la crisis del teatro consideración como cualquier otro—uno
de esos factores es primordial. M e re-
fiero a la falta de contenido ideológico
A finales de julio se cumplió el scf^im- tan de carne y Inieso y a la vez tan lite- de los que cultivan la literatura dramá-
do imiversario de la muerte de don Anjíel rario — feliz y noble ensambladura de tica. N o se entienda que lamento la au-
Guimerá. Pero aunque no mediara esta la vida y el arte —, como Manelich. sencia de ideas políticas en el teatro,
circunstancia, el nombre de Guimerá fi- iManclieh, tosco en su traza, rudimen- sino la idealidad en su sentido más puro.
guraría en este primer número de Popu- tario, sin desbastar, constituye un ca- Las obras de tendencia sectaria — Juan
i.AJi F I L M . j-ácter tan entero y bien definido, que José, por ejemplo — se m e antojan de-
l''l nombre de los inmortales — y Gui- sólo un .dramaturgo del genio de G U Í - leznables artísticamente. P^l teatro no es
merá es imo de ellos — constituye siem- m:'rá podía animarlo e n el tablado de la una tribuna parlamentaria, ni un pulpi-
pre, en cualesquiera circunstancias, una farsa. Tiene la figura de Wanelích tan to, dedicado a la propaganda política o
actualidad m á s viva q u e todos esos su- colosales proporciones dramáticas, es tan religiosa. E l teatro es un arte en el que
cesos cotidianos, de diversa índole, qne ¡nconfundiblu, (¡ue no tengo reparo en se mezclan lo divino de la creación con
llenan las planas de los periódicos, y colocarla junto a los personajes m á s vi- lo humano de la acción, formando una
muchos de los cuales n o valen, ideológi- gorosos de la dramática nacional y ex- nueva naturaleza m á s depurada y noble
camente, la tinta y el papel empleados tr.uijera, como El Abuelo y Pepei, de que la simple naturaleza humana.
fii su comentario. G a l d ó s ; El lío Vaiiia, de Cliejvv; El Si la escena española ha perdido su
N"o hay por q u é estar al acecho de u n a esplendor, hay q u e achacarlo, única y
fecha luctuosa para Henar de coronas la exclusivamente, a que las ideas se han
tumba de quien dio honra o provecho a substituido con frases, acaso ingeniosas,
su Patria, ni para rodear su nombre de pero vacías; tal vez punzantes y cor-
adjetivos brillantes. H a y m á s sinceridad tantes, pero no aceradas ni con misión
y amor en el tributo aislado, qne en el de escalpelo sobre el cuerpo social, y
(]ue necesita mía fecha determinada y hasta con retruécanos de pésimo gusto.
se lleva a cabo en romería. Este es una Este teatro, que nada tiene que ver
üesta, aquél un acto humilde, lleno de con el teatro verdadero, con el de Gui-
emoción religiosa. merá y Galdós y que, en cambio, es el
Nuestro tributo a don Ángel f-nimerá de Benavente — a excepción de algnuíi
es de esta clase. obra, como Señora Ama — , el de Lina-
res Rivas, el de Martínez Sierra y el de
Muñoz Seca, es el culpable de esa crisis
o decadencia de la escena española.
Las dos figuras más preclaras del
teatro nacional contemporáneo, h a n des- Un teatro q u e no da carácter a sus
aparecido ya, físicamente. ¿Será preciso personajes; en el q u e apenas h a y acción
nombrarlas? H a y tal trastrueque y con- ni ideas, acaba con los actores, q u e se
fusión de valores, está tan depravado el aburren de interpretar a simples fanto-
gusto en cuestiones de arte y literatura, ches discursivos, sin temperamento dra-
que sí se hace necesario mentar el nom- mático. Y al acabar con los actores, aca-
bre de esas dos cumbres gemelas y res- ba también con el público, que n o puede
plandecientes del teatro nacional con- interesarse en una obra a la que no se
temporáneo : don Ángel (¡uinierá y don asoma un momento tan sólo la huma-
Benito Pérez Galdós. nidad.
Va sé que otros, la mayoría, achacan
N i n g u n o de estos dos genios de la dra-
la crisis del teatro a los impuestos y ga-
mática vio el primer sol de su vida en la
belas que pesan sobre é l ; pero esto,
castiza piel de toro que forma el contor- VrofesoT Slorilzin, de Andreiew ; El Al- aumiue algo influye, no es lo esencial, ni
no geográfico de la Península ibérica. calde de /.alaiuca. híamlcl, Olclo y otras lo que reclama remedio más inmediato.
Don Be]iÍto y don Ángel — así les lla- sublimes creaciones del teatro mundial,
maba el pueblo con familiaridad y de- clásico y contemporáneo.
voción — eran isleños, de Canarias. Placer vivir una figura de éstas, es :!: :!: *
Pero esto no pasa de ser un accidente casi igualarse a Dios en potencia crea-
sin imijortancia racial en algunos casos. dora. ¿ Tiene todo esto alguna relación con
Por sentimientos, jamás empañados p o r Tierra baja, que sirve de fondo dra- don Ángel Guimerá y con don Benito
n i n g u n a liastardía, don Ángel era cata- mático a Manelich, perdurará siempre en Pérez Galdós? Sí, la tiene. Porque el
lán y don Benito castellano. la historia del teatro catalán. día que alumbren la escena catalana y
Nadie tan devoto de Castilla como la castellana, unos dramaturgos de la
Galdós. Nadie tampoco puso sus amo- enjundia y vigor cerebral de Guimerá
res en Cataluña con tanta ternura y fi- y Galdós, se verá que lo único q u e salva
delidad como Guimerá, Atraviesa el teatro español u n a aguda un arte en quiebra es el genio de quienes
Lo más grande que tiene Cataluña, crisis artística y económica. E n reali- lo cultivan.
por encima de su industria floreciente y dad, no es sólo el teatro el que está en I/O demás es tirar al blanco con mía
de sus inquietudes políticas, que tienden crisis, ni es ú n i c a m e n t e España la que venda en los ojos.
a cristalizar en nuevas normas, es don pasa penuria de ideas y de hombres.
Ángel Guimerá. Basta posar los ojos en cualquier lugar MATUO SANTOS
Lo más hermoso de Castilla, destacan- del planeta para convencerse de ello.
do de sus monumentos arquitectónicos Pero no sigamos esta r u t a , q u e nos des-
y de sus virtudes de raza, es la novela y viaría demasiado del propósito inicial.
el teatro de don Benito Pérez Galdós. Sigamos ciñéndonos al tema de la crisis Este número h a sido visado
del teatro español.
í: :1: :):
Tin la decadencia de nuestro teatro,
p o r l a c e n s u r a
E n todo el teatro catalán contem]:>o- influyen varios y diversos factores. Pero
ráneo, no existe un personaje tan real, a mi juicio — tan digno de tomarse en

LjiÉkÜklil.ir
'mVJVm'^'W^'^ :^JVm 'iív',nr,r^^trmrtrj'^jvv-^j'vvv'^^j'jv''^.r.r^vwvvv»' J
fí^^^^^u ..„..:• • . . . ^ j . , . ; ^'-:::y'J;^--:,-'::- >;-' ']?!'•"-"'"'"'•^•'/'"••."'•v

lJ•v\.%vv"B^,-.^iV^.v'-•-n.%%-i^-^i%%^^.rt.vv^^.vv.^A.•w^v^
larín de tango, en París ; el cabaret madri-
leño ; el estudio d e un pintor e n la corte d e
Lspaña.
El patio del conventillo, lleno de color, es
algo pintoresco y dramático a la vez, como los
patios de casa de vecindad de los b a n ios
bajos madrileños, en ciertas novelas de Jia-
roja, y como los ^'euios en alguna crónica de
J u a n José de Soiíca Relly, el gran periodista
porteño, ya fallecido.
El diálogo de la comedia de Valentín de
Pedro, es fliiido, vivo, fácil. Los tipos, de u n a
maravillosa realidad artística. E l bailarín de
tango ; don Evangelistn, el viejo pampero ;
don Jenaro, el ilnliann ; Pocholo, el muchacho
rico y calavera.
Los caracleres femeninos también están
bien acusados : el de Mercedes, el de L a u r a
Monferde, la bailarina española.
El a r g u m e n t o , en el que el autor de la
comedia nos hace seguir las peripecias d e u n
bailarín — su grandeza y su decadencia—. in-
teresa al público desde la primera e s c e m .
r.i/i'iilíil i/c f'.i/;ri, mili; i/i; ,i(;"í H'JI.-FM lí,'/ liinf-M,,
<T(ri'J,(ii/ri i'ri cJ li:alri¡ líarcfUiiiii La interpretación de " E l veneno del tangou,
í.vi/íii ¡'lainis, la vod'.'üe J e liis revistas del Cáiiiicii
fué excelentísima. Antonia H e r r e r o en el per-
sonaje de Mercedes, la muchacha e n a m o r a d a
Un éxito de Valeniín de Pedro V buena q u e abandona su hogar por seguir a
•íii novio en su aventura, está sencillaíiiente
estupenda. Sobria d e gesto, dando a su voz
El veneno del tango el matiz justo en cada escena y p a i l a m c n t o .
¡ Y aquellas sus manos que tienen m á s expre-
Se h;m hecho tantos elogios de la }iabUidad sión que su rostro !
tic ciertos autores de comcdi.TS, que ésta de Manolo P a r í s dió t a n t a realidad a su per-
Valentín de Pedro, que; desconoce esas malas sonaje — Alfredo, el bailarín—, que bien pue-
fiiafins, nos ha parecido excelente. Porque e! ile decirse que anuló su propia personalidad
Ipatro no lia de ser hahüidad, en el sentido para ser el otro, en todo m o m e n t o .
que se la elot^ia y que denijfra el vocablo h a - Admirai)les Manuel Domínguez en sus pa-
ci'-ndolc >¡nónimo de malicia, de picardía, peles de Pocholo y el marinero del primer
í'ino arle. Y arte es lo que liay en nEl veneno acto, .^Xgustín Povedano en don Jenaro y
del tan,i;oji y no e s a habilidad q u e encomian .Amadeo González en don Knangclisto.
los ííacetilleros y que. preciso es reconocerlo, Pocas comedias se visten, decoran y repre-
lanío dinero da a los hábÜes Muñoz Seca y sentan, t a n bien como ésla.
Linares Rivas, del teatro español. Valentín de Pedro, el brillante escritor ar-
gentino, tuvo u n a noche triunfal.
"El \ e n e n o del tangojí tiene emoción dra-
mática, allí donde a su autor le h a interesado El público le obligó a salir al proscenio, re-
que la tenga. Los cuatro actos d e que consta petidas veces, a! final de cada acto.
la comedia eslán m u y entonados de ambien- Me alegro de todo corazón, porque es ami-
te : el patio de un conventillo en Buenos go y porque h a sabido poner arte, honradez,
Aires : el salón de la casa de Alfredo, el bai- donde otros, la mayoría, ponen habilidad, m a -
licia, picardía.
M. S.

S a l o n c 1 1I o
.'\michrilis, trabaja. Luis Capdevila, tra-
baja. P r e p a r a cada uno de ellos para la pró-
xima temporada teatral, t a n t a s obras como
escribió d u r a n t e su vida Lope d e V e g a ; ni
una menos. Esto ha dicho un diario de la
noche.
A nosotros nos sorprende, la verdad. Por-
que sabemos que el popular y simpático Ami-
chatis se pasa el día de peña en peña y de
encrucijada en encrucijada del distriti) V ; y
que Capdevila, e! exbohemio y nue\-o rico,
luce su monóculo y su panza burguesa por
dancings y cabarets, y nos p r e g u n t a m o s
a s o m b r a d o s : ^; Pero cuándo, a qué hora t r a -
bajan estos buenos a m i g o s ?

Al autor de «Las pobres millonaririsn, don


Emilio Junov, q u e está pasando, enire otras
cosas, su quinta juventud, se le pued*i llamar,
sin hacer el ridículo, ilustre, notable, exi-
mio, etc., etc. Lo que no se le pi.iede llamar,
sin m e n t i r en su propia cara, es esclarecido.
¿ E s t a m o s de acuerdo?

Nos cuentan que el actor y autor don Joa-


quín Montero i'ecita monólogos por radio. Y
Antüiiia Hcrroo. la c^ceíalc acírh que ha hecho que si de voz está algo desentonado, de gesto
lina creación en itF.l veneno del tango» .Uiiiiip/ii i\¡rU. el iliislrc actor que triui\¡ó pUuanieiile eii
y de ademán está m u y bien. ¡•El veneno del langon

'^^vv^.%•.v-•^Afl.-.•vvvu^•^.^wv^.-.v^^•^.-«•vvv^•vv^.•w "o'Vw^/w%.-^-%^v;AA(WV%r.^AflJvw%jv ftTJWVWwí


' ^ / / ^
^/^^rj-^.ir^MFm'VVJVV^'m'JVV'm'm'VVVJ'm-m't.'m-m^'JV^J^

£et US Qo to carden
(para piano;) Original del maestro @, "^aura

SHIMMY.

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,%%-iftAA.%ww."-"»"^/i^-"v%. -.w^rtrtrt^-^Aív^w^Arjv^vww%.vwvs.%v^v^p-y-^rt/ws.'.VW^JJí

R E N T A L
prü|)iamente dichas, y el detalle esas caras
Cómo se hace una película grandes que expresan un sentimiento o una
m a n o que se aprieta, un pie que golpea, un
dedo que oscila, un ojo que guiña. Los deta-
Curiosas particularidades se \'e y que p;u'ecc filmado en sitios reales,
lisas construcciones están hechas, casi siem-
lles se hacen independientemente de la esce-
na de conjunto, y luego e! director debe colo-
d e su ejecución pre, como esas ¡labitaciones de las m u ñ e c a s carlo en el sitio de la cinta que le corres-
que tienen dos O tres paredes y les falta el ponde.
Rl especfador que se sienta en una platen lecho. Más allá de donde la m á q u i n a de El actor cinemalográfico debe entrar en
de biógrafo, no conoce, generalmente, el impresionar abarca, salen los e x t r e m o s de situación fríamente ; no le sucede como al
lr;ibajo que representa aquel film que, en los listones que sujetan los decorados, como del teatro que, al levantarse el teión y frente
Lma hora, se desarrolla ante su vista. brazos de esqueletos monstruosos. al público, con la luz de la batería, entra en
Ante todo, una película requiere el lií>ro ; La m á q u i n a de impresionar, que está a situación por el desarrollo natural de la
los autores de asuntos cinematográficos ne- cargo del operador, se coloca ante las esce- obra. Hn cinematógrafo, como se hace por
cesitan tener un conocimiento especial de lo nas c|Lic se filman. A su lado está el director. trozos, el actor debe e n t r a r en situación ^a
que el cinematógrafo es : por esa razún, m u - C u a n d o el operador ha terminado de situar la \oz de mando», pues, a veces, tiene que
chos aplaiídidos autores teatrales y novelis- ííu m á q u i n a y de enfocar bien el cuadro, el representar la continuación de una escena
tas han fracasado a! intentar escribir direc- director explica a los artistas la escena que que filmó ima semana antes ; se da el caso
tamente para el cinematógrafo ; en cambio, ha de representarse, y se ensaya, una, dos, do un [)ersonaje qire entra desesperado por
los autores cinematogrílicos saben a d a p t a r tres, t a n t a s veces como el director crea con- ima puei-fa. y luego, una s e m a n a después,
pai'n la pantalla una obra teatral o novela, venienie, Iiasla que él idia visto)) la escena debe salir por aquella puerta a otra iiabita-
i!e inia m a n e r a que el propio autor no sería perfecta, Iintonces se filma, A veces, mien- ción, y necesariamente debe tener el mismo
capaz de hacerlo. tras se film;i, el director ve un defecto, y o estado de desesperación que tuvo al e n t r a r
El libro cinematográfico se di\'ide en tan- interrimipe la impresii'in ii se vuelve a filmar por la puerta, una semana antes. Estas cua-
tas escenas como cuadros tiene una cinta, lo la escen;i. lidades específicas hacen que los actores ci-
que no es tarea tan fácil como parece. Kl Las escenas se impresionan sin oi^den al- nematográficos sean de un carácter peculiar,
director de escena estudia el libro y decide guno ; es decir, no ,se empieza a filmar por y por eso muchos eminentes actores d r a m á -
la división del trabajo ticos fracasan en la
en iiinteriorcsii, o sean pantalla. El teatro y
las escenas que deben el cine son dos artes
filmarse en el taller, distintOR,
V ((exteriores», que son f-rt industria cine-
las escenas que se fil- ma togr/iflca nacional
m a n al aire libre. argentina se encuen-
Los [(interiores» so tra en un estado rudi-
realizan o con luz del m e n tn r i o , v h a s t a
día, a t r a v í s de cris- ahora no se han hecho
tales convenientemen- m á s que ensayos acei'-
te esmerilados, o en tadí«imos, algunos de
talleres opacos, ilumi- los que demuestran
nados con luz artifi- que se puede consti-
cial, u n a luz viva, de tuir aquí una indus-
arco, en la que los ra- tria seria y potente.
yos ultravioleta jue- No hay que olvidar
gan un papel impor- q'ic en los Estados
tante. t ' n i d o s _ la industria
Los ((exteriores» se cinematográfica es la
filman en cualquier [(tercera industria)) del
parte ; donde el direc- país. .Aquí podrfa lle-
tor do escena cree que g a r a tener m u c h a
puede desarrollarse la m á s importancia que
acción de sus cuadros. la hacienda, porque en
Esos magníficos pala- la Argentina existen
cios y jardines, son a todps los elementos
veces los jardines pú- na tíngales que se re-
blicos, y los palacios quieren para el éxito.
Tcadore Kosla¡¡, con vatUis hailnrimis de In Pii'iitiiiniitl. durante c] di'scaiisa de una pnlU'iilít,
pertenecen a particula- cu un r¡uíii\i del cíitudi» Rasta que el capital se
res que, de buena ga- . atreva a lanzarse en
na, dan el permiso de filmar las escenas la pruuera escena ; a veces, la ultmia escena ^^^ aventura, colocándose en m a n o s hones-
necesarias, a la puerta de sus viviendas. e s j a primera que .'^e filma porque asi lo re- ^^^ y eficaces. Aquí se puede producir para
H a y ((Interiores» que son realmente ((ex- quiere el reparto del trabajo hecho por el ^^ exportación, lo mismo que en N o r t e a m é -
teriores» porque se llevan lámparas portáti- d.reclor, y se da el caso de que los artistas ^ ¡ ^ ^ _ ^^^^^ ,^^.^_^^,^ ,^^ ^.^^^_^^ d e m e n t o s .
les que iluminan los (ántcírioresii de casas ((mueren., antes de empezar a vivir. Las es- ^^.^^^ ^^ ^^^^ ^^^^ ^
a u t é n t i c a s ; pero ese sistema tiene muchos cenas se van filmando pedazo por pedazo, y , _ ,,^„„,,T- „ L I ^ . -i
inconvenientes ; además del fotográTico exis- esos cuadros, destacado.', son los que después ^^J^l ' f temperamento racial .nr-
te el mayor olistáculo técnico de la distancia, el director une, para foi'mar la cinta. f^^^l'^'"''' ^^'^ ^'^ "^'"^^ apasionado que e! anglo-
porque generalmente las habitaciones no po- Los artistas cinematográficos deben pin- ^' ~ ' . , , , .
seen las dimensiones que se necesitan para tarsc con ciertos colores,' a base del blanco, t e r m i n a d a de filmar toda la cinta, el di-
colocar la máquina de Impresionar de ma- que destaca sus rostros, pues sin pintarse, ''^'^^"'' ^"''"^^ ^^' ^opí^ de prueba y va unien-
las caras .':on negras. Por eso, a l g u n a s veces ^^ ^o^^os los pcdacltos de "positivo», inter-
nera que la perspectiva consienta el desarro-
algunos artistas que no se pintan las manos calando las leyendas. P a r a esta operación,
llo de las escenas.
aparecen en la pantalla con rostros cl,-iros y *"' tlirector debe usar las tijeras que. en cl-
H a y (lexterlorcs» que son realmente «¡n- in anos obscuras. neniatógrafo, tienen u n a Importancia colo-
terioresíi porque en el taller se reconstruyen ; r,as escenas filmadas se revelan como una sal, pues del (¡corte» depende el éxito de
por ejemplo, todos los ((exteriores)) de la pe- placa fotográfica, y después de obtener el m u c h a s escenas, En el corte de las escenas,
lícula ((Sigfrido» están hechos en el taller, (inegalivo)), se obtiene el ((positivo» para ¡jara ligarlas bien, está el mayor mérito de
Hn el taller se construyen esas magnífi- formar la cinta de prueba. un director.
cas salas ; esos cabarets Inmensos, las gru- Los cuadros tienen el conjunto y el deta- P a s a d a en proyección la copla de prueba,
tas, los despachos ; todo lo que en la cinta lie. El conjunto lo constituyen las escenas aprobada ya por el director antes, y después

íVVV"-^r-V%flA%%VLVVVWVVVVW^-.-JVVVVVV^ ^.^v^•^iVv^^vvvLVl-^.vv^rtrtAniVvvvvvvLvuv%^i•
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rP A N T A L L A
MASCARILLAS DEL FILM

HAROLD LLOYD
Para la mayor parte de los que colaboran
en pro de un arte y se ven favorecidos por la
fama, la conquista de un nombre capaz de
romper el oscuro anónimo, fué para ellos
fantasma de hosca catadura, que m u c h a s
\'eces llevó el desaliento a .su espíritu, única-
mente defendido de la inmensa pujanza del
coloso por la fiebre de la anormalidad — la
mayoría de los artistas son anormales — que
abrasaba su espíritu y por el sol de juventud
que les prestara la potente maza c|ue andando
el tiempo habría de demoler la pétrea con-
textura del deforme coloso que t r a t a r a de
detener su m a r c h a hacia la cima, aniqui-
lando sus energías todas.
No fué un exceptuado de esta regla Ilarold
Lloyd, y tristes días hubo de pasar antes de
L|iie las auras de la popularidad le besaran la
frente.
Nació en Burchand, pequeño pueblecito del
listado de Ncbraska, y tiene en la actualidad
treinta y tres años, durante los cuales vio cara
a cara el seco rostro de la miseria, y conoció Buíler ¡\cnloii, el linml'rc ¡¡iii: iimira lie... y hace rcir
W"r,„, Tiihtindge, lu "It's í.ifiírríiidl de las íS/fdlilJi;
drl fí„f
la mayor parte de los dolores que la vida nos
suele reservar.
No conocía el cinematógrafo, y fué en San El negocio m a r c h a b a viento en po[)a, y las
Diego donde, por primera vez, vio una cá- comedias iban cada día teniendo m á s éxito ;
por los rlirriLtorios de kis rasas productoras, mara fotográfica. L a compañía Edison, que
se cortan los ((negativos», de acuerdo con la pero Harold tuvo a l g u n a s dificultades econó-
tenían un estudio en L o n g líeach (Califor- micas con Hal Roach y abandonó su com-
copia de prueba, y una vez cortados y con nia), había llegado a San Diego con objeto
un índice de los tmegativosi), que se nume- [lañía para ingresar en la Kyslone, en ia que,
de tomar unos exteriores. Acudieron a la es- aun ganando menos, valía la jiena estar para
ran, y las leyendas, se pueden sacar de los cuela de arte dramático para la elección de
(inegativosi) cuantas copias sean necesarias, estudiar al lado de T o r Sterling y de Mabel
algunos «extras», encomendando un papel Normand.
que se venden en todo el m o n d o , cambiando insignificante a Harold. Hacía de pie! roja y
el idioma de las leyendas, según para el país Nuevamente llamado por Hal Roach para
estaba verdaderamente atroz, según el mis-
donde se envían. impresionar a l g u n a s películas para la casa
mo cuenta en sus memorias.
El trabajo cinema(ogr;'iñco es muy violen- P a í h é , creó un tipo cómico al que dió el
No acompañaba la fortima los primeros nombre de Lonesome L u k e , impresionando
to ; mientras se filma u n a cinta, se trabaja
pasos de Harold, que vió como los suyos intei-esantísimas películas con Rebé Daniels,
con u n a gran intensidad ; de la m a ñ a n a a
llegaban a la ruina. Al principio todo fué de la que se enamon» rendidamente, teniendo
la noche, y a veces por ía noclie, en el taller,
I)ien, la compañía y la escuela dramática ; la suerte de verse correspondido. F u é uno de
t^on luz artificial C u a n d o se va a filmar
pero no tardó mucho en deshacerse la pri- esos amores platónicos de la primera ju-
"exterioresii hay que esperar, m u c h a s veces,
mera y en cerrarse la segunda. Su padre y ventud, cuj'as ñores se marchitaron pronto
varias horas, hasla que el sol brille.
su h e r m a n o habían pasado a Los Angeles. abrasadas por m á s potentes rayos ; sin em-
I-os efectos de luna son siempre filmados Ocurrió que B a l Roach, aficionado a la bargo, tan agradable fué el recuerdo de
a pleno sol, y luego, en la tintura que se da pluma y habiendo g a n a d o algún dinero, qui- aquella vaga ilusión, que aún perdura un
al "positivoi, está el secreto de la luna ci- so impresionar sus a r g u m e n t o s , y contrató afecto sincero en sus espíritus que se ha tra-
nematográfica. para ello a Harold Lloyd, su compañero en ducido en una segura amistad.
Casi todas las proezas que el público ve, la Universal.
son sencillos «trucos» que no arriesgan la La nueva serie de comedias fué recibida
vida de los actores para nada. con general aplauso por el mimdo entero,
Voy a poner un e j e m p l o : últimamente se que colocó el nombre de este simpático actor
ha pasado en los salones porteños una cinta entre los de los ases de !a pantalla. P e r o la
que^ se llama «Cuidado, no pierdas el equi- desgracia no se había cansado aún de perse-
hbno.i. En esa cinta, la protagonista trepa guirle, y en esta época fué cuando le asaeteó
por un edificio de Nueva York, v está en con m á s dureza.
Pfhgro constante de caer, desde un d ó d m o Encontrábase tomando varias fotografías
piso a la calle. cómicas, y encendía en la mecha de una
Pues nada tan sencillo como ese e f e c t o : bomba que creía sin pólvora, un cigarrillo
'••' ""^g'-^J'^O" se impresiona dos veces : una de pa[>el. I^a mecha del aparato destructor
con la calle de Nueva York abajo, desde una seguía su camino ante la impasibilidad de
altura de q u m t o piso, efectivamente, pero Harold y de los demás ciiTunstantes, que no
«sin artistas.., y la segunda, «con los artis- espei-aban la explosión que echó por tierra
tas», pero entonces ellos hacen sus evolucio- el abrasado e m á n i m c cuerpo del actor.
nes en ventanas que están a la altura del Una vez por completo restablecido, y ha-
suelo, y con un fondo negro, la película se biendo perdido a Bebé Daniels, ventajosa-
impresiona otra vez, como si, en efecto, to- mente contratada por la P a r a m o u n t , encon-
das aquellas evoluciones, que se ejecutaron tró, después de infinitas pesquisas, a .Mii-
a un metro del suelo, se hubieran reiliz.ido tlred Davis, encantadora ingenua que el des-
a mil metros de altura. tino le preparó para que se convirtiera en su
Nada hay tan desilusionante como ver de esposa. T a r d ó mucho Mildred en decidii\se a
cerca filmar u n a cinta. a b a n d o n a r la pantalla, porque era u n a ena-
Es como en la vida. morada de su arte. Pero el a m o r es (¡el po-
deroso señor», y un nuevo ideal nacii'i en su
Ya lo dijo Napoleón : «Los grandes hom-
alma, que hoy se reparte entre su joven es-
bres, de cerca, pierden».
poso y su hijita Gloria Mildred, en la que se
Hatold 'Lloyd. que comparte el reinado Je la risa can unen los amores de ambos esposos.
AllELARDO I-'KRNANDKZ ARIAS nCbarlnlii y vPamplinasn

••vwwwwu^ v//S/t 9
•-•••: J : : « : ^ G L J I - I . . - . : ^ - •A.M^si.-tn.i.mp^ {--,'-'r-;^¡*^"tff. IW-M-ÍTR^.—y»^,»-BWH~fr;*»fe.-^

f^r.TJVJ'.^j^'.^^^^^JV.r^r^^jvvmVvv.^^jv^^^j'vv'A'.f'j'jv^'^'^^
sombra gris sobre los párpados. P a r a la
I Nueva Sociedad para la filmación de películas calle, cuenta, no emplea m á s q u e polvos
rosa y blancos mezclados, ((rimebí en las pes-

"LA P O P U L A R FILMS" tañas y carmín acentuado en la boca ; este


último requisito es para Mae M u r r a y t a n in-
dispensable como s u s botinas.
r S a b e m o s q u e al a m p a r o d e este n o m - tí.stica q u e l l a m a m o s c i n e m a t ó g r a f o . E s
'I b r e s e está formanílo e n Barcelona u n a iniprcscíndihlc, además, q u e entre u n a
•¡ n u e v a S o c i e d a d p a r a la filmación d e p e - y otra dirección exista u n a compenetra-
¡' líenlas e n E s p a ñ a . eión i n t e n s a , p u e s a u n q u e e s t á n b i e n La p i p a v a c i a
J T a n interesante es este a s u n t o , q u e n o diferenciadas a m b a s labores, tienen p u n - j ^ ^ ^ ^ ^^^¿^ ^, principal intérprete de «El
( ] n e r e m o s falte n u e s t r a o p i n i ó n a l o s o r - tos de contacto en los cuales se hace caballo de hierro» es u n " r a n fumador de
g a n i z a d o r e s , q u e t a n h o n r a d a m e n t e la imprescindible u n a unificación d e estu- pipa, la que no abandona m á s que cuando
p i d e n d e s d e la p r e n s a , a t o d o s l o s q u e dios y p u n t o s d e v i s t a q u e b a b r á n d e d a r dirige alguna escena que exige toda su aten-
interesa t a n i m p o r t a n t e manifestación l u g a r a q u e la o b r a d e s a r r o l l a d a a l c a n c e ción. U n a s veces la lleva entre los dientes,
artística y económica. la p e r f e c c i ó n a q u e n o s t i e n e a c o s t u m - npagada, durante u n a o dos horas, y otras
L o e s e n c i a l p a r a q u e e s t e difícil a r t e b r a d o s la m o d e r n a i n d u s t r i a c i n e m a t o - la abandona sobre su sillón, mientras acon-
seja a los intérpretes de alguna escena inte-
arraigue en nuestro país — q u e n o se gráfica.
resante.
lanzó a e m p r e s a s d e esta índole m á s q u e Otro de losm á s importantes puntos a
U n o de s u s amigos m á s íntimos, conoce-
con pobreza c i n s e g u r i d a d — es q u e a e s t u d i a r y q u e d e b e d e q u e d a r l « e n defi- dor de esta su costumbre, quiso jugarle la
m á s d e contar la nueva E m p r e s a con se- n i d o , es a q u e l q u e s e r e f i e r e a l a elcc- bruma s i g u i e n t e :
gura independencia económica, procure ción d e a s u n t o s , p u e s si b i e n e s v e r d a d j o h n Ford, que se encontraba en u n a es-
hacer u n estudio prolijo d e todo l o con- q u e n o requiere la obra cinematográfica cena delicada, se había desembarazado de
cerniente a lo q u e podríamos llamar q u e las obras a desarrollar sean obras de su querida pipa, que acabara de encender, y
(¡ciencia c i n e m a t o g r á f i c a ! ) , y s e c r e e u n a tesis, precisa, en c a m b i o , u n a perfecta qye el bromlsta, al ver abandonada, vació

nematográficos y q u e haya determinado v i d a l e está e n c o m e n d a d a t a n a r d u a y ^¡¡i^.^ ^^^.^ intervenir en otra escena difícil,
y definido s u s aptitudes en empresas si- difícil l a b o r , y q u e n o e s o t r o q u e el a r t e a b a n d o n o q u e aprovecha el amigo p a r a vol-
milares del extranjero, pues en nuestro literario a c u y o a m p a r o viven todas las verla a vaciar.
p a í s e n esta m a t e r i a c a m i n a m o s c o n i n - excelencias imaginativas a las q u e el ge- John Ford, d u r a n t e toda la m a ñ a n a , no
seginddad a pesar de q u e en los últimos n Í o o el i n t e l e c t o d e l o s m e j o r p r e p a r a - hizo otra cosa que cargar su siempre vacia-
t i e m p o s s e h a y a l o g r a d o filmar a l g u n a d o s dio en todas las épocas desarrollo da pipa, hasta q u e acaba toda la provisión
p e l í c u l a c o n s e n t i d o couTÚn. perfecto v ejemplar modalidad artística. de tabaco sin haber conseguido fumar u n a
H e hablado d e dirección artística v d e n t r o d e c u v o - c a m p o p u e d e esta n u e v a ¡^'P^ ' " " " í f ^ ' r f ^ ^ ' ^ t^^-de. p r e g u n t a
, - . " .- •- ' 1 1 • 1 • 1• ' ' ' eausa do aquel fenómeno que h a conse-
d i r e c c i o n e s c é n i c a , y v o y a definu" a m - manifestación d e la industria hispana, guido vaciar su bolsa
b a s a p t i t u d e s difíciles d e c o n c r e t a r s e e n e n c o n t r a r c a n t e r a d e i n a g o t a b l e filón e ^ j ^ asistente se e n c a r g a de darle la n e -
u n a m i s m a i n d i v i d u a l i d a d . Tdanio d i - intensa belleza. cosaria explicación, y como John Ford tiene
rección artística, para diferenciarla d e S í r v a n o s esta pe(]ueña disertación d e buen carácter, ríe con gusto la b r o m a , pero
la d i r e c c i ó n e s c é n i c a , a l a e n c a r g a d a d e adhesión a los organizadores, a los q u e o.^ige al bromista le suministre tabaco d u -
la e l e c c i ó n d e a s u n t o s , definición d e c a - deseamos toda clase d e facifidades y ''ante todo el día, con lo cual no le vuelven
r a c t e r e s , fijación d e a m b i e n t e s , e s t u d i o é x i t o s e n el c a m i n o q u e e m p r e n d i e r o n , '' quedar g a n a s de vaciar la querida pipa de
de estilos, caracterizaciones, decorados, y p u e d e ser. a n d a n d o el t i e m p o , m a n a n - J'^"" ''"'•'^'•
etcétera, e t c . , y dirección escénica a l a tial i n a g o t a b l e d e r i q u e z a s p a r a l a e c o - — „..-—
q u e está e n c o m e n d a d a la labor técnica nomía nacional.
e s e n c i a l en e s t a n u e v a m a n i f e s t a c i ó n a r - j V u C S t r a p O r i a O a

———— Figuran en ella dos artistas famosos de


ía pantalla : Mary Pickford y Douglas F a i r -
proyectos matrimoniales, y diciéndole que ^s banks.
La n o v i a l e j a n a ida no\'ia iejanan de Ricardo Cortez, a lo H e m o s creído conveniente empezar por los
que contesta .Mma R u b e n s con u n a sonrisl- esposos F a i r b a n k s , por. la popularidad, bien
Los artistas franceses .se quejan de la pe- la desconcertante : g a n a d a , de que gozan en el mundo entero.
sada indiscreción de ciertas do sus admirado- —Yo, señorita, soy la mujer leiíi'tima de Además, e r a necesario desagraviar a los que
ras, que llegan a introducirse en sus casas Ricardo, y no hace muiOio (iempo que esta- hace m u y pocos años fueron huéspedes de
ron objefo de pedirles fotografías, y a veces mos casados, Pero aunque el divorcio está Barcelona y ele otras ciudades de E s p a ñ a , de
hasta para hacerles u n a declaración ele a m o r un poco lejano, si usted tiene a bien dejarme la patriotería de algunos, indígenas nuestros,
en regla. Pero, ¿ q u é dirían estos señores si su dirección, yo la prometo darla aviso cuan- que propalaron la noticia de que Douglas y
tuviesen que vivir en América? do llegue su hora. su linda esposa habían difamado a España
Los artistas de Hollywood se ven obliga- L a ((novia lejanaii, como ustedes compren- en u n a película, noticia cuya falsedad se h a
dos a tomar \ e r d a d e r n s precauciones para derán, prefiere desaparecer. comprobado y que el gobierno español fué el
colocarse a cubierto de las jóvenes decididas primero en desmentir.
a todo con tal de tenerles por esposos.
Ricardo Cortez recibía de hacía largo
tiempo cartas que llegaban a é! desde un Es- El gran secreto de Mae Murray
tado americano bastante alejado de Califor- Los estudios de Hollywood,
nia, a las cuales nunca contestó ])or razón L a bellísima Mac Murray, cuya belleza se
[|c sLi carácter que se burlaba de tales m i - conserva en sin igual lozanía, cuenta que s i t i a d o s p o r los suecos
sivas. fuij siempre devota de la danza, y a ella d e -
La joven admiradora, persuadida de que dica unas horas del día, lo que unido a sus Desde algún tiempo a esta parte, los estu-
llegaría a lograr sus deseos, consigue r e - largos paseos y a im ligero masaje q u e se dios de Hollywood están sitiados p o r los
unir la plata necesaria para el viaje, y se aplica todas las m a ñ a n a s , hace que conserve cmeíteurs en scénen y artistas suecos q u e
presenta u n buen día en Hollywood. Su pri- su cuerpo la delicada e u r i t m i a de su línea y llegan a California con el propósito de hacer
mer paso es presentarse en casa de Ric;u-do la graciosa y rítmica desenvoltura que le ca- fortuna.
Cortez, donde fué recibida por Alma R u - racteriza. ' Se recuerda que el primero fué c! famoso
bens. con la que había de casarse poco des- Cada dos meses, d u r a n t e im espacio de Víctor Sjostrom, autor de " L a carreta del fan-
pués el simpático intérprete d e «Boite d e diez días sujétase a u n régimen lácteo, no t a s m a " , q u e trabaja por cuenta de u n a casa
Mu i til. tomando d u r a n t e el resto m á s que legumbres, americana, y que no habla nunca de volver a
No dándose cuenta de lo que hacía la alo- frutas y carne asada en pequeña proporción. Escandí na via. Su antiguo compañero de la
cada m u c h a c h a , tiene la audacia, o mejor Su «maquillajejí para posar ante el obje- Svenka, Mauricio Stlller, t r a t a de volverse a
dicho, la inconsciencia de tomar a Alma R u - tivo los integran, u n a capa de pasta rosa- reunir con él en el itpafs de la película», acom-
bens como confidente, dándole cuenta de sus clara, mucho carmín en los labios y u n a leve pañado de varios artistas suecos a los q u e

•^nA^^r•vvvvv^vv^rti^^vv^vvuv^.•\.•vvv^'^vv-'^i wvuwwv.
10 S^
••^Afti-^fl^s^v^^^^.^ww^.w^.^^wsAftrtft^A'V^^tf'A^^ Virtjv.^wwv^n^rt^^v^^vií^rtrt^^^v^^fti^J^^A.'V^rt^v.rtA^iV
interesabn, desde hace tiempo, probar fortuna
en esta forma.
Las películas de la Alianza Cfneiraío^ráíica Europea ;•
Oreta Garbo, que logró t a n t o éxito en F r a n - D e nuestro corresponsal en París
cia como intérprete de «La calle sin alegría)),
ha A'uelto también a Plollywood, y su inter- I^a segunda serie do presentaciones de la Un doctor, que cree tener un gran poder
pretarión de «Bl Torrenten, de Blasco Ibáñez, Alianza Cinematográfica Europea, h a supe- hipnótico, estí'i enamorado de la joven, que
le ha parecido espléndida al novelista español. rado a la anterior, en la que figuraban estas por reconquistar a su esposo, usa de todas las
Pero el m á s reciente recluta que ha envía- cuatro películas : «Varietés», (lEl cazador fur- a r m a s de la seducción y de la coquetería.
"do Succia al sitio de Hollvwood, ha sido Joyce • livoii, uLa pequeña lelefonista» y iiEÍ rápido Sabiamente maquillada y con una película
Cnad. una preciosa cliiquilla, que trabaja con del Amoru. que la desfigura por completo, logra a! fin se-
Norma Shearer en nEl diablo del circo», bajo .Seis son los títulos que componen esta se- ducir a su marido, sin que éste la reconozca.
la dirección do Benjamín Christianson, otro gunda serie, que iré citando al d a r una breve Lil Dagover, es la joven esposa excéntrica,
sueco internado en el estudio de la Metro- versión de cada película. vaporosa, coqueta ; George Alexander, el m a -
Goldwyn-Mayer. «Los h e r m a n o s Schellenbergn, versión ci- rido V Conrad Veidt, el doctor. E n cuanto a
nematográfica de la novela do Kellermann, Lilian Hall Davis, encarna a maravilla la
es un d r a m a sólidamente construido, rico en preciosa criatura que fué en todo tiempo te-
situaciones imprevistas y escenas trágicas. rror de las casadas... y consuelo de maridos
Constanza Talmadge^ se casa Conrad Veidt, protagonista de! d r a m a , se frivolos.
revela en este film, del que son nieUeíirs eti , ((Fuerza y Bellezan es un canto al cuerpo
En Hollywood se anuncia un nuevo casa- schte. Willy H a a s y Karl G r ü n e , este últi- h u m a n o : magnífico por la fuerza de! múscu-
miento : el de la «estrellan Constanza T a l - mo alemán, r o m o un excelente trágico. lo, joven p o r su belleza.
madge con M. Mac Tntoch, figura muy co- El papel que ha correspondido a la bellísi- En esta película se ofrece el vivo contraste
nocida en la buena sociedad londinense. ma TJl Dagover en «I^os h e r m a n o s Scbc- entre u n a juventud envejecida y debilitada
Nr. Mac Intoch y Constanza T a l m a d g e se Ilenbergn no f)uede ser m á s antipático, pero antes de tiempo y una nueva generación be-
conocían desde hace m u c h o tiempo y conser- lo interpreta de im modo tan maravilloso, que lla y fuerte, que acude a las escuelas do danxa
faljan una buena amistad. De pronto, M. Mac nos encanta y seduce. para dar elasticidad, ligereza a los miembros
tntoch se decide a pedir la m a n o de Constan- (lEÍ colono de Texas» es ima de esas pelícu- y que practica la gimnasia rítmica para que
za T a l m a d g e ; pero como 'él reside en Ingla- las en las que uno se cansa de seguir su des- su cuerpo sea vigoroso y tenga la debida ar-
terra y la graciosa artista en América, la pe- arrollo, en que no se alcanza su valor inlrfn- monía.
tición fué hecha por cable. seco. en que no se puede apreciar bren la En «El violinista do Florencia» se nos reve-
M. Mac Intoch, inglés de pura cepa, se ha mise í-ii schíe ni la interpretación. Pero poi la una joven artista que no conocíamos, y en
portado en esta ocasión como un americano, fortuna, no todo es de la misma calidad. Bur- la que hemos puesto grandes esperanzas : E1Í-
usando un procedimiento m u y cinematográ- la hurlando, consigue distraer, gracias a la sabeth Bergner.
fico ¡iii,- lo i'/ipido. técnica americana, que consiste en dosificar, El e.scenario de Paul Czinner evidencia la
Cada vez abundan mñs las uniones de este sabiamente, los efectos y los contrastes, y en maetría y buen gusto de este ntettettr en scé~
género cuando uno de los novios es artista ((El colono de Texasn lo logra planteando, íje alemán.
de la pantalla, cosa harto explicable por la una vez míís, el conflicto, verdaderamente T.a acción de (d.a isla de los sueñosii, m e -
fiebre de velocidad que comunica el cine a los trágico, enire dos razas, dos mentalidades, lodrama cinematográfico, abunda en peripe-
que vÍ\Tn a él consagrados. dos sangres. cias imprevistas y en escenas punzantes.
En la interpretación, de alto valor artístico, Se a p a r t a por completo del género de las
sobresalen : Mady Christlans, en el papel de otras producciones que nos ha presentado la
madre ofendida que lucha por la felicidad de A. C. E .
Gacetilla cinematográfica sus hijos ; Eilian Hall Davis, ingenua aior- T,os principales intérpretes de «T^a isla de
m e n t a d a por e! a m o r fdial y por el a m o r a los sueños», son : H a r r y Lietdlte, admirable
La Metro Goidwyn ha trasladado sus ofi- un hombre ; E d w a r d s B u r n s , colono de T e - de expresión ; Liane Haid, que se nos m u e s -
cinas de alquiler de películas a' la calle de sas, atlético \ amoroso, al inue nada arredra, tra como u n a estupenda actriz dramática, y
Mallorca, 320 (esquina a la de Balines), por Wiliy Eritsch, sobre el que pesa la fatalidad. .•\lfons Fryland, actor de positivo talento.
ser insuficientes para el desarrollo adquirido "Amor ciogofj e s u n a bella comedia, liena de En resumen : la Alianza Cinematográfica
por esta casa, las que tenía instaladas en la sutileza y do ironía. E n ella se nos muestra líuropea nos ha presentado una selección en
R a m b l a de C a t a l u ñ a , 122. la odisea de un marido ligero, que hace la extremo interesante.
corte a su mujer sin conocerla.

Por igual causa, la Hispano Foxfilm ha


montado las secciones de Gerencia, l'^u- Mujeres a r g u m e n t i s t a s Mae Murray merecería ser
'ilieidad y Contabilidad, en el entresuelo de
la misma casa de la calle de Valencia, 2S0, y directoras de películas m o r e n a y s e v i l l a n a
en cuyos bajos seguirán instaladas las de AI- ÍAiisa Weijer, actriz y escritora yanqui, es
1*-"¡er, Envío.s, ¡Montaje y Repaso. Man Miu-ray se ha comprado en los Ange-
ia primera mujer que ha dirigido una pe-
les un hotel de ]uiro estilo español.
lícula.
Y antes de partir para Berlín, donde !ia
Ahora acaba de estrenarse otra película sido contratada por una E m p r e s a alemana
l i a sido nombrado jefe de publicidad de la suya —• ((La feria del mundon — con éxito para figurar como protagonista en varias pe-
IMeiro Goidwyn, nuestro querido compaííero extraordinario. lícirlas europeas, piensa despedirse de sus
en la Prensa, don D a m i á n Molino. Esta doble cualidad de directora de films y amistades con una gran comida compuesta
_ Solicitamos coi-dialmentc al excelente pe- autora de a r g u m e n t o s de Luisa Webcr, plan- de platos y vinos españoles.
nodista cinematográfico y a la Metro Gold- toa esta doble c u e s t i ó n : ^ P u e d e n dirigir pe-
^^yn por su acertada elección. P o r esta simpatía a todo lo español y por
lículas las mujeres? ^;Son aptas las hijas de su gracia picante, la bellísima ((estrella» yan-
Eva para escribir a r g u m e n t o s ? qui merecería ser morena y sevillana.
Indudablemente, sí. Está m u y lejos aque-
Kslan termmándose las obras de construc- lla teoría de Shopenhaüer de las ideas cortas
a n n de nuevo salón de cine de la calle Santa y los cabellos largos, no porque la haya des-
Ana y fvambla, que se i n a u g u r a r á la próxima truido la melena a la garlón, que esto sería
temporada. ridículo, sino porque la mujer de hoy está Pavanelli bate el r e c o r d
m á s cultivada, intelectualmente, que la de de v e l o c i d a d
ayer.
T a m b i é n fué u n a escritora yanqui la que El acfor Pa\'anelli, que fué compañero de

Popular Film hizo el escenario cinematográfico de ((Los


cuatro jinetes del Apocalipsis», y Blasco ibá-
ñez confosó, al leerlo, q u e él no lo habría rea-
lizado con tanta maestría.
la Duse, la famosísima actriz, y que ha croa-
do un papel m u y importante en la película
frances.'i ¡(Mlle. Josette, ma femmen, acaba
de batir el record de velocidad.
D e estos hechos se, deduce que la mujer
le informará a usled moderna tiene en el cine un amplio campo
El miércoles de la semana pasada- estaba
camino de Evian para tomar los exteriores de
semanalmcnfe de iodas donde lucir sus aptitudes como actriz, como dicho film: el jueves se encontraba en P a r í s ,
directora de películas o como a r g u m e n t i s t a . adonde fué llamado para que tomara parte en
las novedades cinema- Y... ¡quien s a b e ! Acaso lo hagan mejor una velada teatral ; el viernes actuó en Ber-
foérálicas del mundo. que los hombres. lín, y el sábado volvió a Evian.

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LA n O P A EN EL C I N E
Los pantalones Oxford^ el pelo corto, el bigote de Charlot,
el suicidio d e Max Linder y el s o m b r e r o d e Pamplinas
N o siempre lanzan las modas los gran- Guillermo de Hollenzohern, desterrando
des modistos y sastres 'de París, Londres para siempre del rostro varonil los mos-
y Nueva York. A veces es un individuo tachos en punta a lo kaiser.
de casta real quien impone al m u n d o u n a Y ya no es probable que se heve el
moda. L o s pantalones Oxford o pata dS^ bigote a lo kaiser, el bigote enhiesto, de
elefante — por ejemplo —, ¿ n o es una guías agudas como lanzas, a pesar de
invención del príncipe do Gales, herede- que Guillermo de Hollenzohern se ha
ro del trono de Iní^laterra? Y ya lo veis, metido a peliculero, y es de suponer que
hasta af|UÍ en Hspaña, donde con tanto aparezca en el blanco lienzo con su fiero
retraso suelen llegar toda clase de mo- mostacho, como tampoco es probable
das, las que se refieren a la indumenta- que ante el objetivo sea su gesto tan dra-
ria y las q u e tienen u n a categoría mático como el de un Lord Ciíaney, ni
puramente estética o ética — artística, tan cómico como el de im Charlot. Y
literaria o política —, hay ya una inva- eso que Guillermo de Hollenzohern fué
sión de pantalones Oxford o pata de hombre de grandes gestos durante su
elefantes (¡ue, a pesar'de su holgada tra- reinado.
za, es la mínima cantidad de pantalones * * ;i;
que conocemos, en un sentido de mas- El pantalón de corte a rayas es otra de
eulinidad. las modas lanzada desde la pantalla por
Otra cosa es la moda femenina del el inolvidable IVIax Linder, que hizo su
pelo corto, ésta lanzada por u n a céle- última pirueta fuera del lienzo, suici-
bre (íeslrúllají del séptimo arte : Cons- dándose por medio del veneno. H a y
tanza Talmadge. Y decimos que es otra quien asegura que por amor, como W h e r -
cosa, no por la diferencia que existe en- Criiis/íJiiin Tahuadge. que ii:ip¡isi> íit moda dd pcln Corlo
ter y como Larra, y h a y quien dice
tre unos pantalones y im peinado, pues que por miedo a la vejez, lo cual no de-
esta diferencia no valdría la pena de se- jaría tampoco de ser un gesto román-
ha de mantenerse en todo — así en in-
ñalarla, toda vez q u e ella sola se señala, tico.
dumentaria como en ideas — fuera de la
sino por otra razón de origen estético. opereta y del vodevil. E n cuanto sirva Ha sido necesario que M a x Linder se
Hela a q u í : el pantalón Oxford, y q u e como figura de escenario de opereta o suicidara para q u e se haya impuesto la
nos perdone fí. A. R. el príncipe de Ga- de vodevil, está perdido como hombre moda del pantalón Oxford.
les, desdibuja al hombre que los usa en íntegro, a u n q u e gane como cosa deco-
cuanto a línea y en cuanto a prestancia rativa.
masculina, mientras que la melena a la Acaso se arguya q u e mi condición fe- ¿vSe nos permite una profecía? ¿Sí?
gar^-on, si bien resta feminidad a la m u - menina me hace ver con simpatía todo Pues allá va : N o transcurrirá m u c h o
jer, no disminuye la belleza de su ros- cuanto se relacione con la mujer, y con tiempo sin que se ponga de moda el som-
tro, ni le (|uita gracia a la totalidad de antipatía o con reserva, por lo menos, brero extraplano del célebre Buster Kea-
su persona. cuanto se refiera al hombre. N a d a tan ton (Pamplinas), t a n absurdo, por lo
Por otra parte, siempre aceptaremos menos — <^1 sombrero, no el simpático
disparatado como esta suposición. N i
mejor una moda femenina, que h a de Buster — como el bigotito de Charlot.
nada tan malicioso tampoco. E s m á s ;
ser horrililc para que la mujer pierda su lógicamente, una mujer debe mirar siem- Y es que, amiga lectora, amable lector,
esencia ; es decir, su gracia, el encanto pre con m á s simpatía todo cuanto se la influencia del cine en la moda, en las
de la feminidad, que una moda masculi- refiere al sexo contrarío, q u e lo q u e se costumbres y hasta en la moral, es de-
na por poco extravagante q u e sea. El relaciona con ella misma. Pero es que en cisiva.
hombre, para conservar su prestancia, ciertos casos.,, j Vamos ! ¿Quién se atre- • , - • Miss GLADYS
ve a negar q u e a muchas mujeres le
está bien el pelo corto y a ningún liom-
i'>re el pantalón pata de elefante?

Otras modas, además de esta del pelo


corto, se han lanzado e impuesto desde
la pantalla. ¿ Y qué mejor elemento de
propaganda e inforrnación que e! cine?
I'!l niini'isculo íiigotito q u e lucen — es
un decii- — muchos hombres, lo impuso
el gran Cliarlot, q u e empezó a usarlo
como elemento cómico en sus películas.
Pero lo que en Charlot es postizo, lo q u e
en el estupendo mimo n o es m á s q u e un
detalle cómico, una fina humorada, un
sentido m u y sutil de lo grostesco, en los
demás es una exigencia de la moda, exi-
gencia que conservan con toda seriedad,
entre nariz y boca, muchos .i;raves varo-
nes : magistrados, banqueros, militares,
aristócratas...

Vluirlfs Chiiplin, sin c\ biffi^lilo cu que aparece Bii sus


Charlot, con u n a ficción como es su
pclííiilüs bigotito, ha vencido nada menos q u e a Max Linder, que lanzó la iiioiíii del pantalón a rayas

ÍM
12 'lU
M u s e o f o t o g r á f i c o de POPULAR FILM

D. ÁNGEL QUIMERA
cuyo secundo aniversario de su muerte se cumplió el día 18 de julio

s
¿ys;vw;Artft^vu%^^Aft^sv^w\ir^WAwuv-^ftirjvuvwA WJ%w^rJSi^^^^íwuv\rtAnAru^^V;AA/'.^^%v^AVWV^sft/^^A^wsAí».

L E n E L E |-!i

La e s c e n a m u d a
Eltreno en el Kuriaal y el Caíaluña de
Teatro popular en castellano \
"Compañera ie doy..w excluiíva de Jfulío A u n q u e es pronto ai'in para adelantar H a y q u e demostrar q u e Barcelona no
César, S. A, nombres y fijar fecha, no lo es para decir necesita intelectualniente de Madrid. Y
(.|ue la creación en Barcelona de iin teatro bueno sería que la Prensa de aquí, no se
Es este un film tjiie aunque no tiene la popular en castellano es ya u n hecho. V mostrara tan suave, y menos aún tan elo-
L'aícgon'a de siii>er]jroclucción, no deja pur eso es un hecho porque sus creadores están giosa con los autores dramáticos, nove-
de sei- una de esas ndmirables comedias, cuyo percatados de que este teatro constituye listas y escritores de la meseta, que no lo
íondü eminentemente moral, la coloca a mit- una necesidad artística. nierezcan por la honradez y valor de sus
yor altura que tuda esa estúpida colección de obras. Claro que mientras no se haga
Barcelona, aparte, naturalmente, del
films, cuya única preocupación consiste en esto, q u e es lo plausible cu un sentido de
demostrarnos que vivimos en el siglo de los teatro catalán, vive en los escenarios a
expensas de los autores madrileños. Si dig:nidad periodística, mereceremos q u e
puñetazos, y cuyo principal intento estriba en
las obras de estos autores tuvieran el va- nos tomen por i)aletos y por papanatas.
presentar a nuestra vista al que los ameri-
canos han dado en llamar moderno Quijote, lor y decoro 'artístico, la ponderación L,os creadores del teatro popular en cas-
que suele ser, en la mayoría de los casos, un dramática necesarios, sería tolerable q u e tellano, en su canqjü de acción, están de-
perfecto pelele, sujeto a todo lo exterior y sin fueran dueños de los tablados barcelone- cididos a seguir esta conducta, tan bene-
niniíupa preocupación de orden interno que le ses, abiertos al culto de Talía. Pero como ficiosa para el arte y para la verdad.
defina. esos dramaturgos, comediógrafos y sai- Formarán este teatro, reiMsiciones de
Kl asunto de (iCoiiijjañera te doy», es alta- neteros, aunque muchos, en cantidad, obras que pertenecen a nuestro teatro clá-
mente moral, y dedicado a demostrar lo fá- apenas suman dos en calidad, resulta sico ; otras de autores rusos, desconoci-
cilmente que se liman los caracteres, aun los intolerable c[ue nos hagan tragar a la das en Ivs¡)aria, y de autores barceloneses,
mejor forjados, cuando el corazón no se per- fuerza sus esperpentos dramáticos y sus alg:unos,de estos noveles.
dió del todo en la lucha diaria, y conserva, vaciedades y tonterías escenificadas.
aimque muy escondidas, esenciales bondades Ksta es la única forma de averiguar si
t|ue le hicieron acreedor al cariño de los que L a cortesía y la tolerancia, en casos los jialetos somos nosotros o los drama-
le rodean y notan tas amarguras en que se como éste, jiica en estupidez, sobre todo tiu-,!4os y comediógrafos cortesanos.
anega su espíritu de continuo, flagelado por cuando la pagan con un adjetivo como el
los sinsabores y los enconos conque la dura ele paleto.
ley de vida paga sus esfuerzos. Perfecta con-
clusión es esta, su amargura, que agria ca-
racteres y agudiza los malos luimores que
irasloi^nan la cuotidiana existencia y se tra-
ducen en disgustos sin cuento y anormalida-
Dice M a n u e l Sug r a ñ e s : ¡ A la
des perjudiciales para todo afecto sincero,
Pero es tanto el orgullo del hombre y estíl
Habana me voy... y a Méjico!
lan acostumbrado a limitar el radio de acción Acompañarán a Sugrañes en esta excur- Manuel Sugrañes, el popular produceur de
de la mujer, que únicamente cuando se le sión, la vcdeilc Lydla Francis, el chistosísi- las revistas del Cómico, embarcará para
ha demostrado su misma debilidad, es cuando mo Baldomerito y setenta artistas m á s : .América a finos del mes actual.
vuelve sus ojos hacia el corazón y comprende francesas, inglesas y españolas. Está tam- La tournée comprenderá Méjjco y la Ha-
e! pasado error, volviendo a unir los lazos que bién en tratos con un barítono y un tenor bana, siendo su duración de cinco meses.
la vida desataba y le separaban de los seres a f mosos, cuyos nombres se reserva, ¿Serán Ha contratado los espectáculos de Sugrañes-
los que martirizó con su desmedido orgullo y Sagi Barba o Marco Redondo y Vendrell? el empresario Juan Palmer, esposo de la céle-
su poca comprensión. Sugrañes tiene el propósito de no perma- bre tiple mejicana que actuó hace unos años
Este es el caso de Víctor Frandsen, cuya necer en América más que el tiempo preciso en la Zarzuela, de Madrid, y en el Noveda-
esposa 'da, tiene t|ue abandonarle para para montar y • presentar su espectáculo. des, de Barcelona, Esperan:ía Iris. Palmer ha
aíraerle al buen camino, aconsejada por la Cuando regrese, enviará a aquellas tierras a puesto a Manolo Sugrañes, como única con-
vieja nodriza de Víctor, carácter formidable- nuestro camarada en la Prensa y buen amigo dición, pero ésta indisi)ensable, que sea él
mente bien trazado y que dentro de su d¿bil Bi'aulio Solsona. precisamente quien monte y presente sus es-
fortaleza logra hacer capitular al soberano de Tenemos la cej'teza de que el simpático pecfáculos en .América.
aquel hogar hasta convertirle en un niño Manolo Sugrañes, colocará muy alto en Mé- El debut, que se efectuará en el Teatro
grande, desosó de enmendar el daño causado jico y Cuba, con sus maravillosos espectácu- Esperanza Iris, de Méjico, coincidirá con la
a los que de veras le quieren. los, el nombre artístico de España. fiesta de la Independencia, de aquella Repü-
Protagonista de la comedia, da vida a su blica.
]»aix.'l de madre y esposa con verdadero acier-
to, a pesar de la dificultad que encierra el
tono menor en que lia de desenvolver su
labor.
La presentación adecuada al ambiente, y
muy ajustada al plano insignificante en el
que se desarrollan las vidas de los protago-
Establecimientos DALMAU OLIVERES, S. A.
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Vidal y Planas se propone a
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Esperamos que Vidal y Planas, que cultiva,
alternativamente, el teatro y la novela, nos
sorprenderá pronto con un libro o con una
comedia, digna de su temperamento de gran
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artista.

v^vu^.%v^=%^.^fl.vv^•\.vvv••flA^^vvvv^irlAAíwv^rt^i^.
14
Argumento déla semana
» Exclusiva Julio César, S. A.
"CompaAera le Hoy... PROLOGO ^ En cambio, Ida trataba al pajarillo poeta con un
por A s t r i d H o I m
—.Sí es veidad. iPobrecita! Tú no puedes trabajar
mimo, con una ternura tan grandes, que el canario i'onio yo.
líl precepto bÜJÜco dice : "Compañera lu iJo.v, nu sicr- rompía a cantar alegremente o picoteaba en su mano T.a vieja Mad levantó la cabeza, y llanmndo a Ida,
va». Y esto debe ser la esposa : corapaficra de nuestra sin causarbí el daño más leve. Pero sí esta avecilla le dijo :
vida, jiiiniilde y amante colalioradora de! hombre. canora hubiera tenido un pico largo y poderoso, - E s t a s nmdias de Federico .va no pueden aprove-
Pero el lioinbro, ¿no se olvidii a menudo do que 311 como uu águila, acaso habría defendido con úl a su charse.
esposa es compañera y no sicrva? SI, se olvida fou joven ama, clavándoselo al tirano en el corazón o en Y le mostraba unas, llenas de zancajos por todas
Imrtii frecuencia. Hay varón t|nc por el lirclio de los ojos. partes.
llevar el dinero que gana en una profesión a en nn Porque, í quién nos asegura de que un ave im tiene —¿Que no pueden aprovecharse? Sí, Mad. Todo tie-
oficio para el soslcniíniciiLo do su bogar, se convierte conciencia de las acciones humanase ne uiilidait.
en un tiranuelo casero, que es la clase de tirano más —Pues el partido i[ue saques de fisto... Ya no só por
insoportable. ' íl dónde empezar a zurcirlas. Hay más agujeros que
líti cambio, la esposa, lo cuida, se desvela por él y trama.
por los hijos due él le ha dado, ahorra, sufre la tira- Aquella mañana, Tdn preparaba el desayuno a su —No, si no es necesario zurcirlas. Poro sirven —afir-
nía con una sonrisa para ociillar su dolor, para que luarido, consislento en un tazón de café y en unas reba- uió Ida.
los que la rodean 110 participen de esa pemí tan honda iiud.i.s de pan untadas de mantequilla. —¿Pero vas a ponérselas así ai niño? — protestó
y tan cristianumente llevada. i:sl.'ilta en esta operación, cuando Víctor salió de la Mad.
y niuclias veces, el trabajo de la esposa es más in- alcoba, y sin dar los buenos días siquiera, se sentó —.\'<i, tonta. Gomo medias, es claro que no sirven;
tenso, más agotador que ol trabajo del marido, aunque ;i la mesa. pero se pueden transformar fácilmente on unos mi-
luKca menos y aunque jamás lo eche en cara ni le dé Tda. al verlo, cogió la cafetera y una taza con su tones.
importancia. corresijondiente platillo, sirviéndolo el café. Luego lle- —Es verdad. A todo le encuentras aplicación. Eres
¿Jlü dónde saca tanta energía la mujerí l)e PI? vó, en un pialo, his rebanadas de pan, apartando un, tesoro que tu marido no sabe apreciar.
amor, de su voluntad. antes dos para ella, que era la última en desayunarse, —Mira, ahora <(mí hablas de Víctor, se me ocurre
Que no se nos muestre el reverso, el revés de la si bien la primera en levantarse. una cosa — dijo Ida.
mujer buena y cariñosa. Hon muchas menos de lo Víctor, con voz destemplada, la recriminó : y volviéndose hacia su hija, la Humó.
que se creo las mujeres pervertidas, las desleales e —Va le he advertido muchas veces que cuando yo —1 Catalina!
infieles, laa que toman por el atuja del dcsbonor. Y salga al comedor, quiero ver ya el café encima de —¿Qué manda usted, madre?
casi todas éstas son malas porque el hojnbre quiere la mesa. —¿Dónde está Federico?
'luu lo sean; unas veces con su desprecio, con su.s Sa esposa no respondió. ¿Para quéP Otros días lo
malos tratos; otras con engaíios. con promesas, por imbia becho como él liecia ahora, y se quejó líe que —Jugando en la callo debe estar.
satisfacer iin cupriclio o una vanidad. Y por un nio- estaba ya Irlo. ¿Cómo Complacerlo? —Anda, ve a buscarlo y dilo que tiene que ir a
meiuo de ilusión o de anmr propio, condenaD a una ciiuijirar manzanas. Quiero hacer un postro para esta
El tirano volvió a lamentarse : ru)che, que h' gusta mueho a tu padre.
mujer a vivir en la deshonra. ;• •".-.:••:,. •;^,i—,•• ' • —¿Es que ijuieres que me sirva el azúcar con loa Catalina se asomó a la ventana. Efectivamente, su
dedos? No me bas traído cucharilla. hermano patinaba sobre el hielo, con otros niños.
Ida le llevó una, retirándose para servir al cana-
rio su ración lie ¡dpisle y de agua. —¡Federicooo! — le grifó la muchacha.
^ 1 esposa de esta novela cinemntogríifica es una Víctor, que había comenzado a desayunarse, al ver —iQué hay? — preguntó el chico.
santa, mm santa verdadera como otras jnuclms que lo que su niujcr hacía, gritó de nuevo y con más —.Sube, que has de Ir a un recado.
eMsten en el mundo y que jamás figurarán en el violencia que las veces anteriores r A poco subió Federico, y su madre, dándolo unas
santoral. —Te preocupas mucho del canario, y a mí I que me monedas, le ordenó ;
La es[josa de este relato es una mártir, una (nárlir parla un rayo 1 —Vé a comprar unas manzanas. Anda, hijo mío,
auténtica, como tantas otras que hay sobro el baz do —¿ Perú qué quieres, Yict(jrP — inquirió Lia con no tardes.
ln tierra, aunque nunca rigurarán en el martirologio. suavidad, acercándose a él. —1 Voy a escape I
La esposa de esta narración es una herolaa, una he- —-¿Qué quiero? ¿Es que no tengo motivos pura que- Salió el rapaz sallando, mientras Lht leadlo un't
roína sin trampa ni cartou como la mayoría do las es- jarme? lüen podías preocuparte un poco de mí y po cuerda en la habitación, colgando de ella, para que
posas pobres, aunque sus nombres no ocuparán un nernio más mantequilla en el pan. se secaran más fácilmente, unas medias.
lugar en la historia (le la liumitnidad, Ella cogió el plato en que estaban las rebanadas de \' cuando Federico regresó con las manzanas, se
iOabe mayor santidad, mejor temperatnento de |)an y les extendió por encima la mantequilla que puso a hacer el postre alegremente. Alegremente, por-
mártir, mayor heroicidad que la que no busca un había puerto en el suyo, sin que ea su rostro so ad- que pensitba con qué gusto se lo comerla su esposo,
premio, un galardón; que la que no pretendo salir virliera el más leve gesto de censura para el egoísmo IV
del anónimo y de la obscuridad? y la brutalidad de su esposo. Se lo volvió a servir, y
E.sposas así las hay a millones en el mundo. V los adentras él acababa de desayunar, se arrodilló a sus .1 ugiiba aún 'Federico en la calle cuando regresó
bomijres pasan indiferentes a su lado, o sí se fijan en pies para descalzarle las zapatillas, procurando no su padre. Al verlo Víctor, lo llamó con voz destom-
ellas, porque tienen belleza y juventud, es para pro- molestarle, y ponerle los zapatos. ptada.
curar que su virtud se quebrante. Viclor se inirú éstos, y dijo : —jGranuja! — ¡e dijo, agarrrtadolo ¡tor una oreja—.
ICnire estas mujeres figuran nuestras madres, nues- —jPor qué no mo has puesto los otros zapatos? i'Es Yo trabajando como una bestia para todos vosotros,
tras hermanas. Que iniestro cora/ón sea su santoral (pie sabes que me gustan má3 y quieres llevarme la y lú destrozando calzarlo. ¿No es eso? lítala, arriba I
y su historia. contraria por co:^tund>rer Lo soltó, y el chiquillo subió las escaleras veloz y
Ida repuso con cariño : asustado conm un cervíitillo al (¡ue persiguen los ca-
—Los Otros estaban rolos y los llevé a la zapatería, zadores al .^on de su trompa,
ffetarán lisios o! sábado, pero tendrás que darme e! Víctor subió tras él lleno de ira. Cuando estuvieron
"•^'i el modesto hogar de Víctor Frandsen, no había dinero para recogerlos. dentro de la casa, le impuso como castigo :
'•'!í, no podía baberhi. El carácter brusco, el nml- —¿Dinero? ¡No sé dónde cebas el que te doyl En —Hoy te quedas sin iiostre.
luiiior constante de Víctor rompió la armonía que mi vida be visto tan mahí adminislración cojno la que Ida SI! quedó mirando a su marido y a su hijo,
"Jüüo existir on iodo matrimonio, sobre lodo si es imy en esta casa. perú no se atrevió a preguntarle al priincro por qué
Pul;re, porque ai a la escase/ o penuria de bienes ma- Diciendo cslo, se levantó de la mesa. I d a le ayudó le castigaba a ésto con tanta dureza para tin niño
tfífiales, porque si al desequUiíirio económico se añade a ponerse la americana, y Víctor salió, sin despedirse, que normalmente no come lo necesario para ,nutrirse
'» taita de consideración, de atenciones, de mutuo elimino de la oficina donde trabajaba. I'cro al cruzar bien.
'•i'speto. un bogar so convierte en inherno, en presi- |)or delante de Jíad, que cosía en un rincón de la es- t.'enaron en silencio, y al llegar a los posli'es, orde-
a!o, (111 giieri'a perpetua en la que las miradas son lancia, la anciana lo miró duramente a través do sus nó Víctor al rapaz :
lanzazos dados en el corazón del contrario, y en que gafas, y exclamó : —I !,arKo de ia mesa I Ponte do cara al rincón.
la.s palabras son balas de cañón que dcstruven o —¡Prnto! Obedeció el niño.
cuartean, al menos, la fortaleza en que se defiende el Al quedarse solas las mujeres, Had liabló : —¡Las nmnos a la espalda 1 — volvió a ordenar el
cariño heroicamenle por no morir. —No s6 cómo consicnlcE a ese snlvaju que te tra- tirano.
Víctor Franüsen, allá en el fondo de su personali- le asi. El mal genio de Víctor iba en aumento. Ida lo
uitl 110 era malo. Perdió BU fortuna, tuvo que liicbar —No digas eso, Mad. Víctor es un poco raro, si cordemplaba furtivamente, temiendo sus iracundos
Jiiucho y rutlaniünte en la vida, y esto lo agrió ol ca- quieres; pero es bueno. ;nraipies, su peligrosa violencia. ¿Habría también
cactcr, lo hizo liuraño, esquivo, seco, injusto. Estaba —¿ Pm'iio? 1 Es insufrible 1 Lna persona buena no para ella aquella noche? ¡Claro que había I
¡,,1,'".''. "<^,'""1 lalanle y, procedieucio con manifiesta atoriuenla tan injustamente a los que le rodean y Cuando ie presentó a su marido las manzanas do-
a H, f.^'^ "£"1 ^^^'-'^ ^" malhumor a sus hijos y aman. radiías por el fuego, y muy bien azucaradas, Víctor
icsa 'aSo "^.-m^f"•'^ '"i!* =i ^''"' '^^ '1"1'^« ^ ^'*"-"» ««• —Víctor no eslá acostumbrado a vivir con estrechez, protestó :
rada m r „ .r''=', I'^»''"''»'' 'l^- «"-i labios, de su mi- con apuros... Habite cargo, Mad. Lsto, es natural, lo —;Quc es cstof iNo quiero que hagas excepciones
8ahrenda"üK^n""^'-"^'""" «"'"^itud y carino, aun a pone de malhunmr... Hazle cargo. de ningún género conmigo 1 ¡Qué afán de molestarme
e r i m i n i í H "Z ^^, la pagarla con un gruñido, re- Ida defendía siempre a su marido, aunque éste hi iiaciendome pasar por un ghitón!
siu nmtivo ^ " " " ' " " ""^^'1'" fiíLil, sino basta injuriase. Ln sus labios no había más que disculpas —Creí darte una alegría... COLno sé que to gusta
para la conducta del esposo, nunca quejas o repro- tanto este postre... — rezongó débilmente la mártir.
mSSlí^n:íJ^rSa^^íf'"¿^.í^"''"''' ^=\ -"^
tro helio e ¡'igenuo, ektr¡s^írH,'^^Í'''' " '^"" *^' '""^•
ches. Pero Mad rezongó :
—Ya domaré yo a ese bárbaro, ya. Cuando vuelva
esta noche...
—¡Es un despilfarro!... jNo quiero comerlas I — ex-
clamó él.
Ida dojó escapar un suspiro tenue y retiró la vian-
aaha perfecla cuenta de lo'^"'^"„'^''^"'P'"'^ porque se —No, Mad. Te suplico (lUR "ada le digas. ¡Sufre da de la mesa, mientras Víctor encendía su larga
derico un rapaz Binqtólko?^laeURem,? ' v ^ ' í ? ' • ^ ' ' tanto el pobre I ¡Trabaja tantol... ¡)ipa.
conm lo son lodos los nif.os a " u 3 ^ % ^„,,V""<=^'' Parecía todo Icrnilnado por aquella noche, pero no
la menor, de apemis dos años, que parecía un roTlo
de manteca sonrosada. "" '""" ni fué así. A! tropezar el tirano con las medias quo
pendían de la cuerda, g r i t ó :
Vivía con el matrijnonio la anciana Aíad que fni' Conm la oficina donde trabajaba Víctor estaiía le- —.íPero cuántas veces he de decir quo no quiero que
nodriza do Víctor y que éste conservó a su'lado así jos, en el corazón de ia ciudad, y ól vivía en los ex- cuelgues aquí la ropa?
en su época floreciente, de bienestar económico, úomo tramuros, 011 los barrios bajos, a mediodía no iba a —Son las medias de Federico, hombre. Las he pues-
después, en su pobre/.a. comer a su casa, baciündolo en cimlipiier reataunint to a secar porque las que heva las tenía mojadas y
-Mad era una mujer enÉrgica. de voluntad indoma- económico. puede .resfriarse — explicó, sin alzar la voz apenas,
ble; pero buena, solícita. Era la única perso-.a de la Ida, des|>ués de comer frugalmente, con Mad. Ca- la pobre Ida.
casa que se atrevía a censurar al ¡idtcs- familia en talina y Federico, se puso a trajinar con ellos. —¡Mejor si se constipa I .Así escarmentará y no Ge
sus mismas barbqs. La única persona, porque ida, la í\lad so sentó en su rincón de siempre a repasar la üiarchará a jugar a la calle. Por cierto que no mo
esposa, aunque los reproches de Yictor fuesen muy ropa, Federico so marchó a la calle a jugar con otros explico cómo no lo vigilas más. ¡Ni que tuvieras que
injustos y expresados en forma harto violenta, ja- chicos, Ida se puso a planchar sábanas y manteles, y hacer todo el santo día para no tener tiempo de cui-
más protestaba, ni con la palabra, ni con ol gesto. Catalina a fregar los platos. Cuando todo estuvo listo darle de tus hijos!
Víctor respetaba un poco a su exnoílriza, la que, na- de planclia, Ida y Catalina doblaron las sábanas, co- Víctor salló aquella noche, y Mad, en cuanto lo vio
turalmente, saiíu muchas veces en defensa de la már- giéndolas de ¡as puntas. desaparecer, obsequió a Federico, luego de levantarle
tir, de Ida. el arresto, con el dulce que su padre había despre-
ida advirtió a su bija :
IJIla sola le cantaba las verdades al tirano, pues —¡si no tiras con más fuerza, no podrás ayudarme. ciado.
hasta el canario cesaba de cantar cuando aquél e.s- —¡Ay, jnadre I Es que tleno usled un brío... — res- Mu cuanto a Ida, m) tuvo una sola palabra de
talia en la casa. pondió la chiquilla. protesta.

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V —Que es un santo, no; pero sostengo que es bueno,


a pesar do todo — replicó Ida.
E! fii'.i KiEuicnfp pslntm ninrcudo por p\ closlino para - B u e n o , déjate do monsergas y a obrar — apuntó
iliii' riKTii (l(!(risiv<i Mil el porvenir do Ijis pcrsüiias que Mad.
fo ni I liba II el lioftar Fraiídseii. —¿Qué quieres decir?
Aiiiaiicrió un diü mino cualquier otro. No era po- -Quiero ilecir que hay quo tomar una deterininn-
sihle adiviniir (pie tuviera Ínula iuiportanda para ción seria. Quiero decir que estás enferma de los
aipiel liogur huuiilde, ni para iiint'uiui. disgustos que te ha dado eso cafre, y que necesitas
Viclor PC. levantó de tan nialiuimor corno de cos- salir de aquí para curarte. Con que,., arréglate y en
turiibro. Esto no era iiiiifínna novedad, ni Ida pudo marcha.
asítnilirarss dit ello. Lo iiue l:i habría afiorribrüdo de —Si. hija, vamos — dijo doña Berta.
uu irmdü extranrdinaiio es que Víctor KO hubiera des- —iN'o me voy I Lo que ustedes pretenden es una in-
purf.adci aquella juiífiana niáa liuiiianizado y nioiios famia. Si he pasado junto a él los días de opulencia,
ri'Kañóii diic iiiiura. compartiéndolos, también debo compartir su miseria.
Víctor protestó üi!Í desayuno, do la teniporaliira de! Otra cosa sería una ingratitud que Víctor no se me-
día, üol silencio de su mujer, de la vivacidad de Fe- rece — protestó Ida.
dnrico, dü cnanto hay que proleiitar ron ra/.ón o sin —Haz lo que te parezca, pero estás realmente en-
lililí- ferma, y si no le curas... — observó Mad.
Híediada la mañana, Mad tuvo que salir a reaÜ/ar —Sí, estoy enferma; es cierto.
uLias compras. Cuando regresaba de efectuarlas, so —Necesitas reposo, hija mía. A mi lado to curarás
encontró con rioña Jterla, niadre de Ida. pronto. Luego vuelve junto a él, si así fe place.
líntrc las tios ancianas MR cruzó el siduienlo diá- ~i Y quién cuidará a los niños, quién lo cuidará a
logo, iniciado por Mad. él? -^preguntó Ida.
—1 DiclioBos los ojos, doüa Derfa I ¡Qué cara de ver —Vo. Y le prometo que to lo devolveré más suave
es u.sted I mida y permaneció sentada en un pequcljo diván,
<iue había arrimada a una do las paredes. La hija que un guaní c — rejiuso la exnodriza.
—Es cierto, es cierto, aniit'a mía. Una vive tan —Entonces,..
le.ius y es ya tan vieja... mi'uor del matrimonio, andaba torpemente de un
—^¿ V a eeo únicamente se deben ausencias tan lado liara otro. —lllala, vamosl — insistió doña Berta.
iarítasP Comenzaron a cenar, y la nina, aburrida de que Ida cedió por fin. Mandó a Catalina quo dijera a
—.•V eso... en parto nada más. Mejor dicho: por eso nadie la hiciera caso — su madre tenía que estar Federico que fuese en busca do un coche/ y preparó
no dejaría de ir a casa de mi hija con frecuencia. peniiionte del más leve gesto de su esposo, en esta un iialillo de ro))a.
[Siento lina litrereza cuando me etiramino a au bo- ocasión más que nunca para evitar en lo posible una i'cspQés entregó las llaves y el dinero a Mad, y
Kar!... e.'ircna desagradable delante de doña Horta—; la iiiña, salando unas líeselas de un cajoncito do un vargue-
reiietinios, que se habla sentado sobre unos cojines, ño, dijo a Mad y a Catalina :
—Si bogar es aquel infierno, doña Berta. —Este dinero lo he ahorrado yo con mil trabajos
—1 Cómo I ¿ Continúa mi yerno haciendo do las rompió a llorar con esa furia con que lloran las cria-
tura.s, para que Víctor pueda tomar mantequilla. Aquí lo
suyasí dejo, pero no lo toijuéís, ni le digáis nada.
—jQae si continúa, dice usted? ¡Más que nunca 1 —iQué murga I ¿No puedes liacor callar a esa mo-
Vo no sé cómo Ida tiene paciencia para aguantarlo. (.o.s;i? — enclamó Víctor, dirigiéndose a su mujer. —Vote tranquila — coulesló Mad.
Crea usted que se pono a una santa en i^l lugar dts'su Id.i se levantó do la mesa con preslcza, y accrcán- La pobre mártir besó a su bijita. dormida, so abra-
hija, y lio sufre las imiiertinentias y groserías de ese doso a la niña ia acarició largamente, haciéndole zó a Catalina, (¡ue lloraba a lágrima viva, y salió,
lininbre. lAy, Dios míol íCóino criaría tan mala callar, pues el coche estaba ya en la puerta. Pero antes de
saii^r.' (.se (•tKa-giimeno, dándole yo el pecho con tanto lil resto de la comida transcurrió en silencio; pero subir a él. fué a la zapatería a que le dioran los
amor, ciui ternura lauta? Crea uKted, dofia Berta, que al llegar a los postres, Ida destapó el paquete que zapatos de Víctor, que llovó a arreglar, y se los en-
i'U el mundo ocurren cosas muy rara.s, i'orquc t-sta había llevado su madre, y colocándolo en el centro tregó a Federico, recomendándole, como antes a su
¡o es lie veras. lie la me.sa, dijo a \'íctor: hija mayor, .que fueran cariñosos con su padre y que
—Estos pasleles los ha traído mamá para obse- !o amaran niucliu.
—1 Hija (ie mi alma I
ilabtamlo. hablando, doña IJerta y Mad Hegaroii a quiarnos, especialmente a ti. Puco después se alejaba el cocho calió abajo.
la casa. Víctor replicó con irania : VIII
VI —lAhl, JKÍ? I'ues no quiero probarlos siquiera.
Además, sí a tu madre no le gusta lo que se come en La ausencia do Tda puso furioso a Víctor en el pri-
Tda experimeiilaba siempre una gran alegría cuan- mi casa, que se quedo en la suya, ¡Aquí no hace mer momenlo.. Poro al saber por su bija Catalina que
do su madre iba a verla. Tero en aquella ocasión maldita la Iftlla i ' Ida estaba enferma a causa de que cuando todos dor-
aquella alegría, aunque no más efusiva, fué más —i Víctor 1 — lo recriminó Ida suavemente. mían la pobrecita mamá trabajaba afanosamente jiara
grande que nunca. Por hi meiioe, así se lo pareció —i(Jué? dNo te parece bien lo que digo? Pues le ayudar a la casa, el tirano so enterneció tanto, que
a Ida. lapas los oidos, y en paz, pregiinW:
Sil) embargo, su alma no se quedaba limpia de Tda miró a su madre y a Mad, suplicándoles con los —iSe lia marchado sola tu madre?
pi'iias, en completa calma. Y no acababa do eere- ojos que ae callaran. Luego fué por la cafetera y una —No, con la abuclita.
iiarse, porque las penas iio .salían al exterior, no taza para servirle el cafó a Víctor. Pero al ir a abo- -Entonces estará en su casa; voy por ella.
quería darlos suelta contándolas, para desahogarse, carlo, él se levantó, diciendo : Y salió en busca de la amante esposa, arrepentido de
u otra ¡"•iTñOiía, aunque esta porsona fuese su madre. —(iracias. Va no quiero café. su brutal egoísmo.
No. Ida, jíiiífs que hablar mal do BU esposo, ora Encendió su larga |)ipa, empezando a Buccionarla. En efecto. Ida estaba en casa de su madre.
capaz de llegar al sacrificio, Aunque la tiranía de Ida se acercó adonde estaba su madre, con los ojo¡í Cuando llego Víctor, o] medico de doña Berta, a
Víctor liubiera sido más dura y su riscalización más llenos do lágrimas, pero sin lanzar un gemido, ni quien ésta llamó ron urgoncia, salió a recibir a Víctor,
antiptitica, Ida habría callado como callaba ahora, pronunciar una palabra, i Tenía hasta miedo de qta' prutiiliiéndoie enérgicamente que entrara en la alcoba
al preguntarle su madre, convencida de que pregun- su eaposia la viera llorar I donde Ida estaba acostada.
taba nn absurdo : Cal aliña y Federico miraban la escena con ojos —Necesita repuso, mucho reposo. Sufre una depresión
—i Ures feliz, hija mía? a.>;iistados. moral y nerviosa, enorme. Sólo la paz y el campo pue-
—Tan feliz como puede serlo en este mundo unii Al cabo do en rato, Ida, para disimular su pona, den curarla — informó el galeno.
pobre, 61, la soy, mamá. cogió a la menor do sus bijas y la acostó para que Víctor tuvo que conformarse y salir de caea do doña
—Ida, me parece que traías de engafiarte tú sola durmiera la siería. Cuando logró dominarse un poco, Berla sin ver a su esposa.
— (ilwcrvó doña ISerta con cierta serenidad, dolida volvió a salir al lornodor.
sin duda de que su hija no fuese más .sincera con .Mad, a punto de estallar, se apro.xiiiió a Víctor para
ella. decirle : Transcurrieron tres meses, durante los cuales Víctor
—^, l'or qué dices eso, maiiiAF —líecuerdo que en otro tiempo, cuando h a d a s al- no tuvo noticias lie Ida, aunque ésta lo había escrito
—Porque Viclor... guna tiavesura, te castigaba dándote unos azotes; pero a pesar de la prohibición de su madre. Pero Mad iii-
— I'orque VícfoT... iquó? entonces eras tú muy niño y yo mucho más fuerte que (erceptó la correspondencia do Ida, evitando que lle-
—Si le moicsia.,, nliora. Si mi mano fuese tan liara como en aquel tiem- gara a manos do Víctor, manso ahora como un cordero.
^ S í , mamá. Ks preferible no ocuparse do este |)0, por lo que lias liecim hoy, te azotarla liasta qiio
me doliera. Llegó el día en que Ida, acompañada do doña Berta,
asunlo. Vo conozco bien a Víctor y aé que me quiere Víctor le arrojó a la cara una bocanada de humo, llegó a sa hogar. Víctor no había vuelto aún de la
y que es bueno, Tiene un carácter un poco extraño, y sonriendo con forzada risa, preguntó : ohcina. Cuando regre.'ió le dijo Catalina:
si uHled quiere; pero esto no tiene iinjiortaucia. —Vo sé dónde está mamá.
Ufad, que ocupaba su sitiu habitual, tosió inten- —jTú harías eso, Mad?
—V seria muy justo. —¿Dónde?
cionadamente : lEjom 1... i'Ejom I... —Pues... No, no le lo digo. Poro to lo diré si me
— Hueno, liuono, cambiemo.i el disco. ¿Qné traes en —iY quién to mete a ti en lo que no te importa?
— exclamó Víctor dando suelta a su irritación, prometes comprarme una muñeca muy hermosa que he
i'tiP. paquete, mamá? — preguntó Ida sefialaiido un visto.
envoltorio que doña Berta había dejado sobre la Mad e-xclainó con tono enérgico: . e prometo comprártela.., para tu santo,
mesa. —iingratol... [Mal hombrel... ¡liruto!... iliárbarol... dimelo.
—Unos pasteles. Sé, que os gustan a lodos... —(Calla, bruja, o to acogoto I —En... No, no debo decírtelo.
—Si, y más que a ninguno a mi marido. —¿Te atreverlas? — lo desafió ella. Y la chiquilla, que sabia que su madre estaba es-
—Scgiiii por donde !e dé. A lo mejor salo con que Ida suplicó medrosa ; condida en un pequeño cuarto que comunicaba con el
lo quire usted envenenar — apuntó Mad. —i Déjalo, Mad I [No sabe lo que dice! comeiior, donde estaban, guardó el secreto.
—iCalla, Mad, le lo ruego I — suplicó Ida. —iQue lo deje? ilíal, no quiero. Ha de oir de mi Se acercó Mad a ellos y dijo a ^'Ictor :
Y por no atormentarla im'is, desviaron la conversa- boca más de cuatro verdades jior canalla, por sin- —No te molestes, Víctor. Tu esposa no volverá basta
ción hacia temas que a ninguna les interesaban. vergüenza, que Completes tu arrepentimiento.
•m Viclor, fuera de sí, la dio un manotazo brutal en —¿V qué tengo que hacer para ello, buena Mad? —
\ pleno rostro. inquirió Víctor.
A primera hora de la tarde regrosó Víctor Frand- Ida y doña Berta lanzaron un grito. Mad, no. La —Ponerte de cara a ese rincón con las manos atrás.
seii a su casa, A pesar ile qm; había cobrado y de que valiente anciana lo tiró a la cabeza lo primero que (Jhedoció Víctor sonriendo, y entonces Ida salió de su
oí día siguienlo era de asueto, im por eso sfi dulcificó cogieron sus manos. Viclor, bocho una verdadera fu- escondiie, llamándola,
la expresión ceñuda de su rostro. ria, un botentote, arrojaba al suelo sillas, cacharros, V el matrimonio, feliz al cabo, se abrazó efusiva-
Vio a su suegra, pero no so dignó siquiera saludar- muebles... Cogió la jaula del canario, intentando gol- mente, borrando en este aiirazo todo el pasado y
la, como si hubiera sido un trasto más de la casa. pear con ella a su e.xnodriza. prometiendo en él una era de paz y do dicha.
En un santiamén colocó liia todo el servicio en la Ida y Catalina intentaron .sujelarlo.
mesa, bacieniio los platos. Doña Herta había ¡do co- Mad lo insultaba : FIN
—iCobardoI lApaleador de mujeresl jApachel
El llanto estruendoso do Catalina — Feííerico había
escapado a la calle, lleno de terror — lograron cal-
mar un poco a Víctor.
Entonces Mad se acercó a él, y le dijo:
—Me has liocho sangrar la nariz. Mira. Y oye lo
que to digo. Has insultado, lias desafiado a tres mu-
jeres, y yo tü prometo que esta hazaña le costará
cara. No lo olviilt«, Víctor.
Este se había puesto la americana liara salir y ale-
jarse de aquel infierno encendido por él. Pero aiitfis de
hacerlo, se encaró con su mujer, y lo dijo amena-
zador ;
—Si cuando yo regrese, no se ban marchado de
aquí, para no volver jamás, esle par de brujas, sal-
dré yo de esta casa para siempre.
V salió ahora, acompañado por los insultos de Mad :
—1 Salvaje 1... 1 Bruto I... i Canalla I...
La escena babía de tener forzosamente un finaL
—¿Y ahora quó dices do tu marido? — inquirió
Joña Uerta.
—iQuü es un santo, dirá I — exclamó Mad.

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