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LA SOLUCIÓN AUTOINMUNE

1. Falta de bacterias saludables presentes en el canal del parto


2. Carencia de bacterias positivas y de factores inmunitarios aportados por la
lactancia materna

́ o = probable hipersensibilidad a los lácteos


3. Infecciones frecuentes de oid
4. Los antibióticos destruyen más bacterias beneficiosas
5. Acné = Hipersensibilidad a los lácteos
6. Antibióticos → Mayor destrucción de bacterias salutif́ eras → Proliferación de
levaduras
7. Dieta con alto contenido en azúcares → SBID
8. Reflujo ácido=Bajo nivel de ácido gástrico → Depresión, niebla cerebral, fatiga y
otros muchos trastornos
9. Antiácidos = Intensificación de las alteraciones digestivas, los trastornos
cerebrales, la proliferación de levaduras y la vulnerabilidad ante los parásitos
10. Infecciones por levaduras frecuentes = proliferación de levaduras, causada
probablemente por piĺ doras anticonceptivas
11. Proliferación de levaduras → Deseo compulsivo de tomar azúcar → Ganancia de
peso → Más inflamación, más trastornos digestivos e inmunitarios

Una vez deducidas todas las pistas, es hora de recopilarlas:

 Lactancia: pérdida de bacterias saludables.


 Infancia: infecciones de oid ́ o (hipersensibilidad a los lácteos); destrucción de
bacterias saludables (antibióticos); desarrollo de proliferación de levaduras
(antibióticos).
 Adolescencia: acné (hipersensibilidad a los lácteos); destrucción de más bacterias
saludables (antibióticos); desarrollo de proliferación de levaduras (antibióticos);
SBID (dieta con alto contenido en azúcar).
 Edad universitaria: estrógenos elevados/infecciones por levaduras/
sobrecrecimiento bacteriano (píldoras anticonceptivas); reducción de ácidos
gástricos y enzimas digestivas (antiácidos).

Todos estos factores en conjunto → Intestino permeable → Depresión, niebla


cerebral, espectro autoinmune → Lupus

CUANDO EL REMEDIO ES PEOR QUE LA ENFERMEDAD

Shenna tomó antibióticos para tratar sus infecciones de oid


́ o y su acné:

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Los antibióticos destruyen las bacterias saludables → Producen inflamación crónica →
Generan intestino permeable y problemas inmunitarios → Derivan en proliferación de
levaduras, SBID y más acné.

Shenna tomó antiácidos para tratar su padecimiento de reflujo ácido:

Los antiácidos destruyen los ácidos gástricos y las enzimas digestivas → Así se originan
problemas intestinales, proliferación de levaduras y alteraciones inmunitarias → Ello da
lugar a incapacidad para absorber los aminoácidos → Se generan sin ́ tomas tales como
fatiga o niebla cerebral.

Paso uno: RECHAZAR lo malo


Eliminación de los alimentos inflamatorios, como los que contienen gluten, los cereales,
las legumbres, los lácteos, el azúcar, las verduras y hortalizas solanáceas (patata, tomate,
pimiento y berenjena, entre otras) y los huevos, así como los alimentos procesados,
aditivos y conservantes. Asimismo, se han de erradicar el alcohol, la cafeína y el mayor
número de medicamentos que sea posible, puesto que en su mayoria ́ es probable que
generen estrés e irritación en el tubo digestivo. Por último, es preciso combatir infecciones
intestinales como las provocadas por levaduras y parásitos, así como el sobrecrecimiento
bacteriano en el intestino delgado (SBID), todos los cuales pueden sumir en el caos el
medio intestinal.

Paso dos: RESTABLECER lo bueno


Tomar enzimas digestivas.

Paso tres: REINOCULAR bacterias saludables

Probióticos. Si aún no se tiene un contenido de bacterias intestinales equilibrado —por


ejemplo, si se sufre de proliferación bacteriana o de SBID—, los alimentos fermentados lo
que hacen es nutrir a las bacterias malas y, en tal caso, en vez de favorecer la salud
intestinal lo que hacen en realidad es empeorarla (el yogur, el kéfir (un derivado lácteo
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fermentado), el kimchi (col fermentada picante de origen coreano), el chucrut y otras
verduras fermentadas).

Una vez que el intestino goza de un estado equilibrado, recomiendo encarecidamente el


consumo de cantidades sustanciales de alimentos fermentados no lácteos, como chucrut
crudo, kimchi y otras verduras fermentadas. De todos modos, es importante verificar que
el estado intestinal es el idóneo, ya que, si no es así, es posible que cause más daño que
beneficio. La condición intestinal saludable puede atestiguarse cuando se han dejado de
tomar medicamentos para tratarlo y cuando los sin ́ tomas han mejorado de manera
radical.

Paso cuatro: REPARAR el tubo disgestivo

Necesitamos reparar el revestimiento de la pared intestinal y para ello se puede recurrir a


los suplementos. Uno de mis favoritos es la L-glutamina, un aminoácido que ayuda a
rejuvenecer el epitelio que recubre la pared intestinal. Por su parte, los aceites de
pescado omega-3 contribuyen a atenuar la irritación y la inflamación intestinales,
acelerando su proceso de curación

GLUTEN, CEREALES Y LEGUMBRES: ALIMENTOS QUE HAY QUE ERRADICAR


Gluten: se trata de un conjunto de protein ́ as presente en numerosos cereales, como el
trigo, el centeno y la cebada, y ausente en otros como el arroz, el mijo, el maíz y la
quinua. Por lo que respecta a la avena, aunque intriń secamente no contiene gluten, casi
toda la de cultivo convencional sufre contaminación cruzada con el trigo o con algún otro
cereal durante su procesado o su almacenamiento, por lo que, a efectos prácticos, no se
considera libre de gluten.

Cereales: los cereales son un tipo de plantas ricas en almidón cultivados para la
alimentación humana o animal. Entre ellos se cuentan el trigo, el centeno, la cebada, el
maíz, el arroz, el mijo y la avena. Hay otras especies, como la quinua, que desde el punto
de vista técnico no son estrictamente cereales, pero que contiene proteínas muy similares
a las de estos.

Legumbres: son un tipo de planta que se cultiva para utilizar sus semillas en la gran
́ de los casos. Entre ellas cabe mencionar las lentejas, los garbanzos, los
mayoria
́ s verdes y los demás tipos de judia
guisantes, las judia ́ s, como las rojas, las blancas, las
negras y las pintas.

Hay muchos productos en los que la presencia del gluten resulta aún más sorprendente,
como la pasta de dientes, el champú y el acondicionador del cabello o numerosas marcas
de lociones, cremas hidratantes, y otros complementos de higiene personal. Si no se tiene
cuidado, es más que probable estar expuesto al gluten e ingerirlo o absorberlo, por la
boca o a través de la piel, prácticamente en cualquier momento del diá . Si por la noche
nos aplicamos una crema hidratante antes de acostarnos, es incluso posible estar
absorbiendo gluten mientras dormimos.

E l gluten es un conjunto de proteínas compuestas por los péptidos gliadina y glutenina.


Se encuentra en numerosos cereales y sus derivados, como el trigo, la sémola de trigo, la
espelta, el kamut, el centeno y la cebada. La avena no contiene gluten de forma natural.
Sin embargo, debido a la contaminación cruzada que se produce durante su procesado,
debe considerarse que también es una potencial fuente de gluten, salvo en el caso de que
se especifique en el etiquetado que se trata de avena sin gluten certificada
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Los anticuerpos que atacan al gluten, el complejo de proteínas presente, como se ha
dicho, en el trigo, el centeno, la cebada y otros muchos cereales, pueden dirigirse contra
el tejido de la glándula tiroides, dando lugar a una alteración autoinmune frecuente
llamada tiroiditis de Hashimoto. Básicamente, cuando las moléculas de gluten se filtran a
través de la pared intestinal al torrente circulatorio, en este caso el sistema inmunitario las
considera «invasores extraños» y hace que los anticuerpos las ataquen como si fueran
perniciosos virus o bacterias. Cuando se es víctima de la enfermedad de Hashimoto, esos
mismos anticuerpos llegan incluso a un estado de mayor confusión y no solo tratan al
gluten como un invasor mortal, sino que atacan al propio tejido tiroideo como si de gluten
se tratara. De este modo, la tiroides comienza a ser destruida.

Esta es solo una de las razones por las que es necesario eludir el gluten cuando se
sufrens trastornos autoinmunes o se está dentro del espectro autoinmune. Debe
impedirse que se desate una situación en la brigada de seguridad envie
́ a la central de
mando una imagen de la propia tiroides que se asemeje a la imagen de la molécula de
gluten.

En cualquier caso, es importante estar alerta, ya que recientemente se ha descubierto


que, incluso la ingestión de una pequeña cantidad de gluten puede elevar el nivel de
autoanticuerpos durante un periodo de hasta 3 meses. En consecuencia, cuando afirmo
que es necesario evitar la ingestión de gluten en un 100%, me refiero estrictamente a ese
porcentaje, no a un 99%, ni tan siquiera a un 99,5%. Incluso la más min ́ ima cantidad de
gluten puede activar esos anticuerpos y hacer que el sistema inmunitario inicie su ataque
contra los tejidos del propio cuerpo.

TOXINAS
Cuando hablo de toxinas me refiero a cualquier sustancia que sea lo bastante peligrosa
para el cuerpo humano y que halla la forma de penetrar en él en cantidades suficientes
(cantidades pequeñas de algunas de ellas pueden provocar un efecto muy perjudicial en
las personas, dependiendo de la sustancia y de la persona). Entre ellas cabe mencionar
los metales pesados, como el arsénico, el cadmio, el plomo y el mercurio; las micotoxinas,
liberadas por ciertas clases de hongos presentes a menudo en los hogares, las oficinas o
los centros escolares, y los centenares o miles de compuestos industriales que se utilizan
virtualmente en todos los procesos de fabricación y que están presentes en la práctica
totalidad de los artić ulos manufacturados, contándose entre ellos los envases plásticos,
colmados de interruptores (disruptores) hormonales, que utilizamos para guardar los
alimentos en la nevera, o los metales pesados carcinógenos presentes en el agua.

Tratar siempre dos áreas importantes que estudiaria


́ si usted fuera mi paciente: la
presencia de metales pesados y de hongos tóxicos.

Desintoxicación. Debe potenciarse la capacidad del cuerpo de eliminar toxinas, tomando


los alimentos apropiados y los suplementos de alta calidad más oportunos, todos los
cuales se exponen en el proceso de aplicación del método Myers; hay que vaciar el
líquido de la taza. Sobre todo de Riñon, hígado e ID.

MOHOS Y MICOTOXINAS

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EL EXCELENTE GLUTATIÓN

El glutatión es el mayor de los agentes desintoxicantes del cuerpo. Cada célula corporal
contiene un poco de este nutriente vital, aunque la concentración del mismo es mayor en
el gran mecanismo depurador del organismo: el hígado. El glutatión ayuda a transportar
las toxinas al medio externo uniéndose a los radicales libres, que son moléculas que
dañan los tejidos, y también al mercurio.
Si los niveles de glutatión son insuficientes, las toxinas circulan por el cuerpo durante más
tiempo, o quedan almacenadas en las células grasas, desde las que pueden sembrar el
caos en el sistema inmunitario. El método Myers ayuda al organismo a elaborar más
glutatión por medio de cantidades abundantes de ajo, cebolla y hortalizas crucíferas
(brécol, col rizada, coliflor, repollo), además de incluir el uso de un suplemento especif́ ico
de glutatión.
Hay ciertos aspectos en este ámbito con los que conviene tener cuidado. La mayor parte
del glutatión no es bien absorbido en el intestino, ya que se descompone antes de
penetrar en sus células. Suele considerarse que la forma «liposómica» del glutatión es
capaz de penetrar en las células, aunque yo no he observado que ello resulte eficaz, ni en
el plano personal ni desde el punto de vista clínico en mi consulta. En cambio, la forma
«acetilada» de este compuesto no se descompone. En consecuencia, cuando tome los
suplementos de glutatión recomendados, es conveniente alguna de las formas incluidas
en la sección «Referencias». Una de ellas es acetilada y producida mediante técnicas de
nanotecnología, de modo que el organismo pueda absorberla con mayor facilidad. Es
posible adquirir otras versiones más económicas de los suplementos de glutatión, pero es
más que probable que resulten virtualmente ineficaces. Cuando se trata de este tipo de
suplementos, a menudo la calidad tiene un precio.

Tomar suplementos de alta calidad y carentes de gluten y derivados lácteos.

Hay otras infecciones causadas por virus o diferentes


tipos de bacterias que también pueden dar problemas. Por ejemplo, el virus del herpes y
el virus de Epstein-Barr causante de la mononucleosis pueden también desencadenar
problemas de autoinmunidad, al igual que la bacteria E. coli».
Continué explicándole que estos tipos de infecciones pueden dar lugar a un trastorno
autoinmune, o pueden desencadenar un brote en alguien que lleva tiempo libre de
síntomas. Además, le indiqué que en ocasiones el estrés también vuelve a desencadenar
infecciones y empeorar un trastornos autoinmune, o incluso provoca su desarrollo, esté
implicada o no una infección. El estrés también puede dar lugar a aumento de peso, que
en sí mismo es inflamatorio... Y, su caso, esa inflamación adicional estaba suponiendo un
esfuerzo extra para su sistema inmunitario.

INFECCIONES VÍRICAS: HERPES

Existen muchos virus en la familia de los herpes y todos ellos parecen estar implicados en
trastornos autoinmunes. No obstante, los más estudiados son el virus del herpes simple
de tipo 1 y 2 y el virus de Epstein-Barr, de modo que nos centraremos en ellos.
El virus del herpes simple es el responsable de las calenturas en la boca (herpes labial) y
del herpes genital. Si usted tiene un herpes, probablemente ya lo sabrá, pero también
puede pedirle a su médico que le realiza una prueba. No obstante, cerca del 90% de las
personas que viven en Estados Unidos presentan anticuerpos frente a uno de estos virus

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del herpes simple o frente a ambos, de modo que aunque piense que no lo tiene, podria ́
simplemente no haber sido nunca consciente de ello. El herpes no tiene cura: una vez
que entra en el organismo, se queda. No obstante, unas veces está activo, mientras que
otras permanece latente.
Cuando el virus del herpes está activo, el sistema inmunitario fabrica anticuerpos contra él
y esos anticuerpos pueden desencadenar cualquiera de las respuestas autoinmunes que
hemos visto. Cuando el virus del herpes está latente, es menos probable que se vea
implicado en una reacción autoinmune; no obstante, es posible que la persona no sepa si
está activo o no, dado que los signos pueden ser min ́ imos y pasar desapercibidos.
El herpes activo se trata con fármacos antivíricos recetados por el médico. También se
pueden tomar suplementos de lisina, que es un aminoácido, y de monolaurina,
habitualmente obtenidos a partir del aceite de coco (véase la tabla «Suplementos del
programa autoinmune del método Myers», en las páginas 229- 233).

INFECCIONES VÍRICAS: VIRUS DE EPSTEIN- BARR

La infección que se ha estudiado más exhaustivamente en relación con la autoinmunidad


es la causada por el virus de Epstein-Barr, el que infectó a mi paciente Jasmine
causándole mononucleosis (yo tuve mononucleosis en la adolescencia, de modo que
también sufrí la infección por este virus). El virus de Epstein-Barr forma parte de la familia
de los herpesvirus, el mismo grupo responsables del herpes genital, del herpes labial, de
la varicela y del herpes zóster. Dado que, en Estados Unidos, el 95% de los adultos de
cuarenta años ha resultado infectado en algún momento de su vida por este virus, es
probable que usted también lo haya padecido. La mitad de los niños sufren la enfermedad
antes de los cinco años, de manera que si vive usted en Estados Unidos, el virus de
Epstein Barr formará parte de su vida.
Llegados a este punto, se estará usted preguntando : «¡Un momento! Estoy segura de
que el 95% de la gente que conozco no ha tenido mononucleosis». Sin embargo, es
posible estar expuesto al virus de Epstein-Barr, desarrollar mononucleosis y no manifestar
nunca síntoma alguno. O puede que le hayan diagnosticado erróneamente la enfermedad
como gripe. Pero el 95% de los habitantes de Estados Unidos tiene anticuerpos frente al
virus de Epstein-Barr, lo cual significa que, de alguna manera, resultaron en alguna
ocasión infectados. Y una vez que el virus entra en el organismo de una persona,
permanece en él para el resto de su vida, se sienta o no enferma.
Los investigadores han relacionado el virus de Epstein-Barr con diferentes enfermedades
autoinmunes, como la esclerosis múltiple, el lupus, el síndrome de fatiga crónica, la
fibromialgia, la enfermedad de Hashimoto, el sin ́ drome de Sjögren y la enfermedad de
Graves. Las conexiones con la esclerosis múltiple y el lupus son especialmente
significativas. Por ejemplo, en un estudio en torno al 99% de los niños con lupus tenían
anticuerpos de virus de Epstein Barr, frente al 70% de los niños de un grupo control sano
y sin lupus.
De igual modo, si por un lado el 95% de los resistentes en Estados Unidos presentan
anticuerpos frente al virus de Epstein-Barr, por otro el 100% de las personas con
esclerosis múltiple también los tienen. Básicamente, las personas con esclerosis múltiple
dan positivo en las pruebas de Epstein-Barr, mientras que las personas sin el virus no
parecen tener esclerosis múltiple. También sabemos que valores altos de anticuerpos
para Epstein-Barr son predictivos de sin ́ tomas y brotes de esclerosis múltiple y que
antecedentes de mononucleosis infecciosa duplican el riesgo de esclerosis múltiple.
No se trata simplemente de que las personas con enfermedades autoinmunes sean más
propensas de algún modo a presentar infección por virus de Epstein-Barr. Su carga vírica,
es decir, su nivel de virus en sangre, es además mucho más alta que en los individuos
sanos. Cuando se contrae una infección vírica, parte de los virus pueden quedarse en la
sangre, incluso cuando el individuo no presenta ya sin ́ tomas.
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ESTRÉS

Estrés físico (huir de un tigre dientes de sable, caminar por la tundra hasta otra aldea),
mental (realizar una difícil ecuación, valorar cuál de los tres electrodomésticos ofrece la
mejor calidad-precio) o emocional (ayudar con las tareas del colegio a un hijo con
problemas de aprendizaje, preocuparse por el futuro profesional).

El estrés físico tiene el mismo efecto. Una intervención quirúrgica, el entrenamiento para
una maratón o salir de copas durante toda una noche son importantes agentes
estresantes. También lo son comer gluten, consumir alimentos reactivos y lidiar con una
importante carga tóxica. Por supuesto que es el estrés también incluye retos emocionales,
como preocuparse por la situación económica, afrontar la presión de los plazos o tener
una dolorosa discusión con un ser querido

Quedamos pues en que tiene sentido que el estrés active el sistema inmunitario, ¿de
acuerdo? La mayor parte del tiempo el sistema inmunitario de cualquier persona sana
simplemente se mantiene en su estado basal. Sometido a estrés (algo que el organismo
interpreta como un peligro potencial), el sistema inmunitario se pone en marcha.
Evidentemente, no puede permanecer en alerta máxima todo el tiempo, pues, si así fuera,
utilizaría demasiados recursos del organismo.
No obstante, como vimos en el capítulo 3, si su sistema inmunitario permanece en estado
de máxima alerta durante demasiado tiempo, la brigada de seguridad, volviendo de nuevo
a la alegoría referida a ella, es sometida a una presión excesiva, se ve sobrepasada,
pierde el control y comienza a disparar, no solo contra los «malos», sino contra los
propios tejidos orgánicos.
En otras palabras, el estrés agudo —un plazo a punto de vencer, una breve discusión con
su pareja, un entrenamiento de treinta minutos— revoluciona el sistema inmunitario, de
modo que pueda contar con esa protección adicional en momentos de crisis. Después,
una vez que el estrés ha pasado, el sistema inmunitario vuelve de nuevo a su estado
basal. Eso es lo bueno del estrés agudo: incluye su propio mecanismo de parada. En el
estrés crónico, en cambio, el sistema inmunitario se activa y, como el estrés no llega
nunca a desaparecer, el sistema inmunitario se mantiene activado, porque no tiene
ocasión de volver a su estado basal. El resultado es un organismo lleno de inflamación y,
al final, es posible que todo desemboque en una enfermedad autoinmune.

Y aquí llega la parte realmente paradójica: a pesar de que el estrés parece suprimir el
sistema inmunitario, también puede hacer que enfermedades autoinmunes e inflamatorias
empeoren. Diversos estudios han puesto de manifiesto que, en muchos trastornos
autoinmunes, entre ellos la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa, la
enfermedad inflamatoria intestinal y el asma, el estrés es lo que en primer lugar
desencadena la enfermedad, y también lo que provoca los brotes.

EMBARAZO Y POSPARTO

En realidad, muchas enfermedades autoinmunes se activan durante el embarazo o


después del parto. Y las mujeres con hipersensibilidad al gluten o a los lácteos, pueden
transmitir esos anticuerpos a sus hijos, bien a través de la placenta, durante la gestación,
o a través de la leche, durante la lactancia materna. He atendido casos de niños que
nunca habían tomado alimentos con gluten y, sin embargo, tenían anticuerpos contra este
complejo de proteínas, que les habían sido transmitidos por sus madres.
Durante el embarazo y el posparto es importante hacer todo lo posible por no sucumbir al
deseo de tomar alimentos a base de trigo o lácteos. Y si se piensa en iniciar la aplicación
del método Myers durante cualquiera de estas dos etapas, conviene precisar que no se
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trata solo de un programa seguro, sino que, probablemente, es la opción más saludable
que puede elegirse, tanto para una madre como para su hijo (en cualquier caso, las
embarazadas y las mujeres que se hallan en el posparto han de consultar a su médico).

EL AZUCAR

El azúcar sirve de alimento a los microorganismos del hongo del género Candida y
fomenta la proliferación de levaduras y el SBID. Tanto el azúcar como los edulcorantes
ejercen, además, una acción inhibidora del sistema inmunitario, como vimos en el capit́ ulo
3, y ejercen un efecto presor sobre las glándulas suprarrenales, contribuyendo a que
estas se fatiguen y vean alterada su función.

Eliminar:

 Alcoholes de azúcar (tales como maltitol, manitol, sorbitol o xilitol) Azúcar de cana
̃
 Azúcar de palma de coco
 Azúcar de remolacha
 Azúcar moreno
 Azúcar refinado (blanco)
 Dextrosa
 Edulcorantes artificiales (como aspartamo, sacarina o sucralosa) Glucosa
 Jarabe de arce
 Jarabe de arroz integral Jarabe de maiź
 Jarabe de maiź de alta fructosa Jugo de caña deshidratado Lactosa
 Maltosa
 Melaza
 Miel
 Néctar de agave
 Sacarosa

Si se desea un poco de dulzor añadido, las frutas y bayas son una buena opción. y, para
endulzar el té de hierbas sin cafeína, puede utilizarse un poco de mantequilla de coco.
Cuando se interrumpe el consumo de azúcar y edulcorantes artificiales, las papilas
gustativas se adaptan pronto y, a menudo, sorprende el aumento de la percepción de
dulzor en una manzana o unas fresas.
En algunas de las recetas del programa se incluyen pequeñas cantidades se stevia .

SUPRIMIR LA SAL... SALVO SI SE TRATA DE SAL MARINA

Las investigaciones ponen de manifiesto un claro vínculo entre la dieta con alto contenido
en sal y las enfermedades autoinmunes.
Este tipo de investigaciones se efectuaron con sal de mesa y alimentos envasados, dando
por sabido que estos alimentos envasados y procesados son, además, uno de los medios
que contribuyen claramente a desarrollar inflamación y, con toda probabilidad,
autoinmunidad. Por el contrario, la sal marina contiene una amplia diversidad de
oligoelementos (elementos químicos distribuidos en los tejidos en cantidades residuales,
pero que son esenciales para la nutrición). Basándome en la observación clin ́ ica de mis
pacientes y en mi conocimiento de la importancia de estos oligoelementos, considero que
sus potenciales beneficios —siempre que se consuman en cantidades moderadas—
compensan con creces los eventuales riesgos. Por consiguiente, en la aplicación de
método Myers está permitido el consumo, en cantidad siempre moderada, de un poco de
sal marina.

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Beber entre 6 y 8 vasos de agua filtrada al día ayuda a aliviar las cefaleas que puede
aparecer como reflejo de la abstinencia de ciertos alimentos, y a depurar las toxinas
liberadas por el organismo.

́ tomas que pueden experimentarse durante los primeros dia


Algunos posibles sin ́ s:

 ansia por comer


 cambios del estado de ánimo
 cambios en las pautas de defecación
 cefaleas
 dolor articular
 dolores corporales
 erupción cutánea
 fatiga
 hambre
 mal aliento
 niebla cerebral (confusión y aturdimiento mental) olor corporal
 trastornos del sueño

En una semana notará:

 aumento de la energia ́
 deposiciones regulares
 mejora de la concentración y de la agudeza y la claridad mental mejora de la
digestión
 mejora del estado de ánimo
 mejora del sueño
 menor retención de liq́ uidos
 menor dolor articular y muscular
 remisión de los trastornos cutáneos (acné, eccema, erupciones) pérdida de peso

PARÁSITOS

 Padezco estreñimiento, diarrea o gases.


 He viajado al extranjero.
 Recuerdo haber padecido «diarrea del viajero» en uno de mis viajes al extranjero.
 He tenido una reacción que creo debida a una intoxicación alimentaria y mis
digestiones no han venido siendo normales desde entonces.
 He tenido problemas para conciliar el sueño y me he estado despertando muchas
veces durante la noche.
 Sufro alteraciones cutáneas en forma de eccema, psoriasis, urticaria, rosácea o
erupción de causa desconocida.
 Aprieto o rechino los dientes cuando duermo.
 Siento molestias o dolores musculares y articulares.
 Siento agotamiento, depresión o apatia ́ casi todo el tiempo. _ Nunca siento
saciedad después de comer.
 Padezco anemia por falta de hierro.
 Me han diagnosticado sin ́ drome del intestino irritable, colitis ulcerosa o enfermedad
de Crohn.

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Si ha marcado tres o más de estas afirmaciones, le resultarán beneficiosos los
suplementos que se recomiendan para sus trastornos parasitarios en las tablas
siguientes.
EL PROBLEMA DEL MERCURIO

Uno de los problemas de mayor relieve en este contexto es el del mercurio,


tradicionalmente presente en los empastes de amalgama de plata. Cuando hablo con
odontólogos biológicos, siempre expresamos nuestra mutua frustración ante el hecho de
que la segunda sustancia más tóxica que hay en el planeta se emplee rutinariamente para
quedar implantada de manera permanente en la boca de las personas. Hay diversas
investigaciones que demuestran que el mercurio que se desprende de los empastes de
amalgama ejerce efectos perniciosos sobre nuestra salud y, como no, sobre nuestro
sistema inmunitario. Es evidente que el grado de tolerabilidad de las toxinas oscila dentro
de amplios márgenes según las personas, al igual que sucede por ejemplo, con el
consumo de tabaco (hay grandes fumadores que no llegan a desarrollar cáncer
pulmonar). Sin embargo, cuando se sufre una dolencia autoinmune o se está incluido en
el espectro de autoinmunidad, las defensas ya reciben la suficiente sobrecarga, por lo que
no conviene incrementarla. Lo más aconsejable es acudir a un odontólogo biológico que
retire los empastes de amalgama de plata, junto con el mercurio que contienen.
Para disipar dudas puede verse un vid ́ eo realizado por la Academia Internacional de
Medicina Oral y Toxicología (IAOMT, por sus siglas inglesas), una prestigiosa
organización integrada por dentistas, médicos e investigadores, dedicado al estudio de la
mejora de la salud oral y dental. En ese vid ́ eo se observa un «diente humeante», que
corresponde a la visualización de las emanaciones de los vapores de mercurio que se
desprenden de una pieza dental en la que han un empaste de amalgama
(https://www.youtube.com/watch?v=9ylnQ-T7oiA). Si tiene un empaste de amalgama de
plata convencional, eso es exactamente lo que está sucediendo en su boca en este
preciso instante. Algunos dentistas convencionales pueden decirle que los empastes de
amalgama son seguros: ¡no les crea!
Por si eso no bastara, en los años setenta los odontólogos convencionales empezaron a
utilizar también estaño y cobre en las aleaciones de amalgama de plata. El estaño
también es tóxico, pero el verdadero peligro estriba en el cobre, que multiplica por
cincuenta el nivel de exposición al mercurio.
En ciertos casos, si se lleva una corona, es posible que un dentista convencional haya
utilizado un empaste preexistente como base. La corona puede así agravar el efecto del
mercurio, al crear una corriente galvánica, literalmente una corriente eléctrica que compite
con las corrientes eléctricas naturales que se transmiten por el cuerpo. He tenido
pacientes que referían extrañas sensaciones de zumbido en la boca, por llevar tres o
cuatro tipos de metal distintos en la boca. En estos casos, les indicaba que acudieran a
un odontólogo biológico para que les retirara los empastes con mercurio y que volvieran
después a mi consulta para comprobar la diferencia.
Es importante asegurarse de que es un dentista biológico quien se encarga de
reemplazar los empastes, puesto que es probable que uno convencional no esté
preparado para hacerlo sin exponer al paciente, y sin exponerse él mismo, a los vapores
del metal.

CONDUCTOS RADICULARES

Otra posible fuente de problemas con los conductos radiculares. Los tratamientos de
dichos conductos, o endodoncias, son técnicas en las que el nervio de un diente se
«mata», pero el diente queda en la boca. Dejar una porción de tejido muerto en el cuerpo
es una práctica que ya no se realiza en medicina y, a mi modo de ver, no deberia ́
tampoco llevarse a cabo en el ámbito de la odontologia ́ . Las bacterias tóxicas se
desarrollan libremente en ese tejido muerto y, sin la irrigación sanguin
́ ea que reciben los
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dientes vivos, no hay factores inmunitarios ni compuestos quim ́ icos de defensa que las
ataquen. Además, también es difić il tratar este tipo de infecciones con antibióticos.
La solución es aplicar al diente desvitalizado un tratamiento con ozono o extraerlo. Se
trata de una disyuntiva a veces problemática, aunque la extracción es lógicamente más
fácil, cuando se trata de piezas dentales posteriores. Conviene siempre recordar que los
conductos radiculares son terreno abonado para el desarrollo de bacterias tóxicas y una
probable y significativa fuente de inflamación. Cuando se padece un trastorno autoinmune
o se está dentro del espectro de autoinmunidad, no son en absoluto necesarios factores
de riesgo adicionales ni sobrecargas añadidas para el sistema inmunitario. Dejemos que
un odontólogo biológico resuelva el problema.
Y cuando un dentista convencional le proponga la realización de una endodoncia, acuda
antes de que se la practique a la consulta de uno biológico, para ver si hay una opción
mejor.

CAVITACIONES

Una cavitación es un área de hueso muerto en el interior de otro hueso, generalmente en


la mandíbula. Cuando se padece un traumatismo, por ejemplo en la extracción de una
muela del juicio, las bacterias fluyen al área expuesta. A continuación el tejido de la encía
crece sobre la cavidad y el hueso se desarrolla sobre él. Entretanto, bacterias altamente
tóxicas permanecen dentro de la cavidad, constituyéndose en un elemento agresor de las
defensas que actúa de modo permanente.
Un bioodontólogo puede limpiar la zona, practicando en ella una pequeña incisión
quirúrgica, irrigando la cavidad y utilizando ozono para atacar a las bacterias. A
continuación se deja que el área cicatrice adecuadamente, aliviando de manera sustancial
la sobrecarga que recibe el sistema inmunitario.
Las cavitaciones son difíciles de detectar en una radiografía, e incluso en una TAC. Esa
es la razón por la que es necesario acudir a un odontólogo biológico, que ya sabe lo que
está buscando.

APARATOS DE ORTODONCIA

Estos aparatos a menudo son de acero inoxidable, lo que en apariencia parece seguro.
Sin embargo, el acero inoxidable contiene níquel, un metal carcinógeno. Buena parte de
los brackets y demás dispositivos de ortodoncia están fabricados con alambre de
«aleación Ni-Ti», es decir, de níquel y titanio, muy eficaz para ensanchar el espacio en la
dentadura con rapidez, pero no demasiado recomendable para nuestra salud. Un
odontólogo biológico puede estudiar cada caso concreto, con objeto de reducir en lo
posible la exposición al niq
́ uel, utilizando materiales más seguros.

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