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ENSAYO CRISTIANO

Hipocresía y moralidad cristiana


José Luis Domínguez Reyes
Vida en abundancia30 diciembre 2014
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a
sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro
están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también
vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro
estáis llenos de hipocresía y de iniquidad”. (Mateo 23:27-28)
Presentación
En el lenguaje popular podemos decir que un sepulcro blanqueado es todo
aquel cristiano que tiene apariencia externa de devoción y santidad, pero
interiormente no experimenta una verdadera comunión con Dios. Es el
perfecto hipócrita cristiano.
Antiguamente, en el teatro griego, la palabra hipócrita designaba al actor que
utilizaba máscara y disfraz para representar una personalidad ajena a la suya, y
su objetivo era el de deleitar al público. En definitiva, ese tipo de actor estaba
fingiendo cualidades y sentimientos que él mismo no poseía ni experimentaba,
con lo cual estaba fingiendo. O lo que es lo mismo, estaba mintiendo.
¿Y cuántas personas, aparentemente buenos cristianos, tienen su corazón lleno
de amargura, odio, mentira, resentimiento, etc. y al mismo tiempo pretenden
demostrar una vida cristiana llena de valores positivos, que ni tienen ni
sienten? Con ello lo único que consiguen es destruir la credibilidad del
Evangelio en otras personas.
¿Y cuántos otros se acuerdan de Dios para pedirle favores en casos de
necesidad personal, a pesar de que no creen en Él? ¿Y cuántos otros muestran
su supuesta cristiandad a los demás, pero en su vida privada son exactamente
lo opuesto a lo que quieren aparentar ser? Este tipo de personas no conocen la
seria advertencia de Jesús cuando dijo: “
Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay
encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse
(Lucas 12:1-2).
La hipocresía
“Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar
la brizna del ojo de tu hermano” (Mateo 7:5)
Etimológicamente la palabra hipocresía proviene del latín tardío ‘hipocrisis’ y
del griego ‘hypokrisis’, que significan actuar o fingir. Es el acto de fingir y
ostentar, constante o esporádicamente, creencias, opiniones, virtudes,
sentimientos y cualidades que se exigen en las demás personas, y que uno en
realidad no tiene o no sigue. La hipocresía en sí misma es un tipo de mentira o
pantalla de reputación.
La hipocresía puede venir del deseo de esconder ante los demás motivos reales
o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre
aquello que se defiende y aquello que se hace, sino que es el deseo de que las
demás personas vean una grandeza y bondad que en realidad no existe, y que
es solamente una apariencia en sí misma, y sus fines y logros están totalmente
alejados de la realidad. En pocas palabras, un hipócrita es alguien que esconde
sus intenciones y su verdadera personalidad.
La hipocresía consta de dos operaciones, a través de las cuales se manifiesta
tanto la simulación como el disimulo. La simulación consiste en mostrar lo
que se desea, en tanto que el disimulo oculta lo que no se quiere mostrar. La
hipocresía es como la mentira, porque el hipócrita pretende ser alguien que no
es, y además quiere engañar a los demás.
Hipocresía religiosa
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo me
honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden
culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres”. (Mateo
15:7-9)
La hipocresía ha sido descrita, junto con la falta de honestidad, como una
característica que atrae particular oprobio en la época moderna, y por ello
muchos sistemas de creencias condenan los comportamientos relacionados
con la hipocresía.
En algunas traducciones del Libro de Job, la palabra ‘chaneph’ es traducida
como ‘hipócrita’, aunque en general significa sin Dios o profano. En la Biblia
cristiana Jesús condena a los escribas y fariseos como hipócritas. En el texto
budista Dhammapada, Buda condena a un hombre que tomó la apariencia de
un ascético sin serlo. En el Corán islámico se critica a los munafiq, que son
aquellos que manifiestan ser creyentes sin serlo. Como podemos ver, la
hipocresía es un mal extendido en todas las religiones.
La religión de los fariseos era hipocresía de la más grave, ya que utilizaban la
relación con Dios como objeto de vanagloria personal. Esto desgraciadamente
aún persiste en nuestros días, lo cual causa escándalo cuando se descubre e
incita a otras personas a que incluso rechacen la religión al ver el
comportamiento hipócrita de quien habla de Dios sin seguirle.
Hoy en día muchos no quieren acercarse a los caminos del Señor ya que por el
pésimo testimonio de algunos ‘cristianos’, la gente resta credibilidad al
Evangelio. Es triste ver en nuestras iglesias a tanta gente que dentro de ella
aparenta santidad y una buena relación con Dios, pero que en la privacidad de
su vida deja mucho que desear. Como dijo Jesús, sus labios predican lo que no
siente su corazón.
El grupo musical Nueva Vida compuso un canto religioso que en su texto
describe con toda claridad la hipocresía religiosa. Su título es ‘Con nosotros
está’ y nos habla de que Jesús está presente en cada una de las personas que
están viviendo en medio de desgracias, necesidades o tribulaciones, pero que
la mayoría de creyentes no parecen darse cuenta de ello, debido a lo cual
priorizan su asistencia a centros religiosos, desconociendo esa presencia
divina en el necesitado, con lo cual les ignoran completamente.
Y la hipocresía cristiana no se limita exclusivamente a lo dicho en este canto,
sino también a muchas otras actitudes personales totalmente opuestas al
cristianismo al que decimos pertenecer, seguir y practicar.
El texto del mencionado canto es el siguiente:
CON NOSOTROS ESTA
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Su nombre es el Señor y pasa hambre y pasa por la boca del hambriento,
y muchos que lo ven pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Su nombre es el Señor y sed soporta, y está en quien en justicia va sediento,
y muchos que lo ven pasan de largo, a veces ocupados en sus rezos.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.

Su nombre es el Señor y está desnudo, la ausencia de amor hiela sus huesos


y muchos que lo ven pasan de largo, seguros al calor de su dinero.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el
Señor.
Conclusión
Si alguien que se denomine cristiano sólo aparenta tener fe sin acompañarla de
obras, se asemeja a la higuera que se secó y murió por no dar frutos. Cuando
la persona aparenta lo que no es, se ha engañado a sí misma y le ha mentido a
los demás. Se cree merecedor de la gloria celeste, pero no piensa que en el
cielo jamás entrarán los hipócritas.
“Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de
los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su paga” (Mateo 6:5)

“El fanatismo es a la religión lo


que la hipocresía es a la virtud”
Charles Palissot de Montenoy
Dramaturgo francés (1730-1814)

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