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- Una primera lectura para ponernos en contacto con lo escrito: qué extensión
tiene, de qué trata, comprobar que lo entendemos todo.
- Una segunda lectura para subrayar lo más destacado y realizar las anotaciones
necesarias al margen que nos pueden ser de utilidad para la posterior redacción
del comentario.
- Una tercera lectura para comprobar si nuestros juicios iniciales eran correctos.
En primer lugar hay que señalar párrafo por párrafo las ideas principales. Hay que tener
en cuenta que puede ocurrir que varios párrafos contengan la misma idea. Hay difer
notes formas para representar las ideas de los textos en esquemas: llaves, barras,
guiones, flechas, números etc. Todas son perfectamente válidas. La elección de una u
otra dependerá del gusto de cada uno, aunque para el comentario se aconseja el
numérico. Para ello:
- Recoger en él solo una parte de lo que dice el texto: el tema debe aludir al
contenido completo.
- Enunciarlo de forma llamativa: el tema ha de tener un tono objetivo y ser lo
suficientemente explícito como para que se capte con claridad.
- Formularlo de forma demasiado general: si no es suficientemente preciso, el
tema podría aplicarse a muchos textos.
Consistirá en justificar qué partes tiene el texto. Lo más frecuente en los textos
argumentativos o expositivos-argumentativos es que consten de tres partes:
introducción, cuerpo argumentativo y conclusión.
Introducción: plantea una situación de arranque, o el problema y/o las causas que lo han
podido originar, y/o las circunstancias que lo envuelven;
- Desarrollo (o cuerpo argumentativo): responde a las causas, argumentos, ejemplos,
pruebas, etc. Es la manera con que el autor aborda, interpreta o responde a los
problemas o situaciones planteados;
- Conclusión: expresa las consecuencias que se derivan, o sirve de cierre del propio
texto.
Argumentar significa defender una idea o una opinión aportando un conjunto de razones
que justifiquen nuestra postura; es convencer a un receptor para que piense o actúe de
una determinada forma. Los elementos de la argumentación son el tema, la tesis, los
argumentos y la conclusión.
El tema es la idea general del texto. La tesis es la postura que el argumentador tiene
respecto al tema de la argumentación. No hay que confundir tesis con tema. El tema de
un texto puede ser “la contaminación medioambiental”; la tesis podría ser “la
contaminación medioambiental solo puede combatirse con éxito si se cambia primero
de modelo socioeconómico”. La tesis puede aparecer al principio o al final del texto o
incluso puede no hacerse explícita para que sea el receptor el que la deduzca.
Los argumentos son las razones que intentan probar o refutar una tesis, convenciendo a
alguien de la verdad o falsedad de la misma.
TIPOS DE ARGUMENTOS
Para que una argumentación sea correcta, los razonamientos deben estar sujetos a
las leyes de la lógica. Cuando en un texto argumentativo la lógica no se utiliza o se
utiliza incorrectamente, entonces nos encontramos ante una mala argumentación.
Los falsos argumentos o falacias son modos de persuasión ájenos a la lógica
argumental. Los más utilizados son los siguientes:
TIPO DE ESTRUCTURA
En función del lugar que ocupe la tesis se distinguen diversos tipos de estructuras: