Sie sind auf Seite 1von 11

ECONOMÍA AMBIENTAL

I. ANTECEDENTES
Los problemas de contaminación, acumulación de desechos, sobreexplotación de
recursos naturales, extinción de especies, entre otras situaciones ambientales
comenzaron a hacerse cada vez más evidentes hacia la década de los sesenta.
Esto ha ocasiona que la ciencia económica desarrolle una teoría que explique la
interrelación entre los sistemas económico y medioambiental, conllevando a que
surgiera la economía ambiental, la cual se centra en la relación entre la calidad
ambiental y el comportamiento económico de los agentes de manera individual y
colectiva, abordando conceptos de eficiencia, concesiones, costos y beneficios para
analizarlas. (Gómez)

1.1 Primeras teorías económicas y el medio ambiente


1.1.1. La teoría economía clásica
La escuela clásica con intervención de SMITH y RICARDO en el que dejan los
principios subyacentes en el funcionamiento del sistema capitalista, así como el
proceso histórico que lo produjo.
Jean Baptiste Say
En su libro Economía política (1803), SAY expuso su planteamiento según el
cual: “ ... la tierra, no es el único agente de la naturaleza que tiene una fuerza
productiva; pero es el único que un conjunto de hombres puede apropiarse, por
lo que puede apropiarse los beneficios. Las aguas de los ríos y el mar por la fuerza
que tienen para dar movimiento a nuestras máquinas, para transportar nuestro
barco, para producirnos peces, también tiene una fuerza productiva; el viento que
mueve nuestros molinos, y aún el calor del sol, trabajan para nosotros; pero
felizmente nadie ha podido decir hasta ahora, ‘el viento y el sol son míos, y el
servicio que ellos prestan debe ser pagado”

Tomas Malthus (1766-1834)


Para Malthus la cantidad fija de tierra disponible (el límite de escasez absoluta)
implicaba que, a medida que creciera la población, los rendimientos decrecientes
reducirían la oferta percápita de alimentos. La postura maltusiana implicaba que
las políticas de protección del medio ambiente y la promoción de objetivos de
crecimiento económico a largo plazo no eran factibles.
MALTHUS en su libro Essay on the principle of population as it affects the future
improvement of society (1798), propuso que habría de llegar un momento en que
el aumento de la población superase al de las existencias de alimentos debido
entre otras cosas a “la pasión entre los sexos”, la necesidad de alimentos, el hecho

1
observado de que la población aumenta cuando aumentan los medios de
subsistencia y el rendimiento decreciente del suelo (recurso agotable).
Es así que mediante la ley que expuso que la población tendía a aumentar en
progresión geométrica mientras que las subsistencias aumentan sólo en
progresión aritmética, fue resumida en tres proposiciones:
a) los medios de subsistencia limitan necesariamente la población;
b) la población crece cuando aumentan los medios de subsistencia, a menos que
se lo impidan algunos obstáculos poderosos y evidentes;
c) estos obstáculos y los que reprimen la capacidad superior de la población
mantienen sus efectos al mismo nivel que los medios de subsistencia, se
resuelven todos en restricción moral, vicio y miseria.
David Ricardo (1772-1823)
Argumentaba que a largo plazo, el crecimiento económico desaparece debido a
la escasez de los recursos naturales.
RICARDO hace referencia a aspectos ambientales y dice:
“(..) que con una cantidad dada de materiales, y con la asistencia de la
presión atmosférica y la elasticidad del vapor, las máquinas pueden
trabajar, y abreviar el trabajo humano pero no se realiza ningún pago por
el uso de esas ayudas naturales, porque ellas son inagotables y están a
disposición de cualquier persona. De la misma manera, el cervecero, el
destilador, el tintorero, hacen uso incesante del aire y del agua para la
producción de sus mercancías; pero como la oferta es ilimitada aquellos no
tienen precio. Si toda la tierra tuviera las mismas propiedades, si fuera
ilimitada en cantidad y uniforme en calidad, ningún precio se pagaría por
su uso.”.
RICARDO al hacer referencia a su teoría del valor menciona “los límites
ambientales” y se refiere al medio ambiente como “ayudas naturales” que pueden
ser explotadas por el hombre en las diversas actividades que desarrolla.
1.1.2. La economía marxista
Karl Marx (1818-1883)
MARX creía que el progreso era un proceso de desarrollo natural, inherente a la
historia humana. El propio progreso debía definirse en términos de avance
material y tecnológico logrado por la explotación (humanizada) de la naturaleza.
Veía la situación social como alejada de la naturaleza, creada como alternativa al
medio ambiente “natural”. La naturaleza estaba ahí para ser humanizada por
medio de la ciencia para que su valor inherente pudiera ser convertido en valor
de uso.
Según el análisis marxista, los sistemas capitalistas no son sustentables y la
destrucción del medio ambiente es una de las razones.
Debido a que el sistema capitalista busca innovaciones para ahorrar mano de obra
e incrementar la productividad del trabajo a corto plazo y el valor de la plusvalía,
para así obtener más beneficios y la acumulación de capital. A largo plazo las
nuevas tecnologías afectan al medio ambiente aumentando la toxicidad como la
permanencia de los desechos.
La contaminación genera daños que incluyen la morbilidad y mortalidad humana.
Estos daños se convierten en “daños sociales” por su desigual incidencia social.
Los obreros se ven sometidos a más de lo que sería su razón justa de
contaminación.
1.1.3. La teoría neoclásica
Su objetivo fundamental había sido definir un conjunto de leyes que rigen la
actividad económica, en la base del sistema neoclásico subyacía un modelo
específico de la naturaleza del comportamiento humano: el carácter “racional y
egoísta”.
En su versión moderna, este modelo considera una persona económica que,
teniendo en cuenta una estructura definida de preferencias, actúa sobre la base de
las restricciones a la maximización de su satisfacción o utilidad personal.
Entre 1870 y 1970, la mayor parte de los economistas parecía creer que el
crecimiento económico se podía mantener indefinidamente. A partir de 1970 la
mayoría de economistas argumentaban que el crecimiento económico seguía
siendo tan factible (una economía en crecimiento no tiene por qué agotar sus
recursos naturales) como deseable (el crecimiento económico no tiene por qué
reducir la calidad de vida global). El agotamiento de los recursos no renovables
se vería contrarrestado por el cambio tecnológico (incluyendo el reciclaje) y la
aparición de sustitutivos que aumentaría la calidad del trabajo y el capital y
permitirían, entre otras cosas, la extracción continuada de un menor número de
recursos no renovables. (Gómez)
Aunque la influencia del hombre sobre la calidad del medio ambiente depende
tanto del daño que él mismo genera como de los esfuerzos que dedica para reparar
dichos daños, abarcando la primera parte el problema de las externalidades,
proponiendo las consecuencias destructivas para la calidad de vida. (Gómez)
II. ECONOMÍA AMBIENTAL
La economía ambiental estudia el efecto de la actividad económica sobre el medio
ambiente, la importancia del entorno para la economía y la forma apropiada de regular
la actividad económica, de tal forma que se logre un equilibrio entre los objetivos
ambientales, económicos y de tipo social. (Arias)
Para (Paico) la Economía ambiental es una disciplina que busca establecer las bases
teóricas que permitan optimizar el uso del ambiente y de los recursos ambientales en
el marco de los instrumentos de mercado. En este contexto existen una serie de bienes
y servicios generados por los ecosistemas que no son reconocidos en los sistemas de
mercado, por lo que no tienen precio, son los denominados bienes públicos, a los que
se considera externalidades ambientales, es decir, efectos indirectos de una actividad
de producción y o consumo sobre la función de utilidad (positivos o negativos).
La economía ambiental está focalizada en la valoración monetaria de los beneficios
y costos ambientales. Los supuestos de los que parte la economía neoclásica, plantean
serios problemas. (Paico)
Para (Svartzman, 2015)la Economía Ambiental es la rama del análisis económico que
aplica los instrumentos de la economía al área del medio ambiente. Dicho de otra
forma, la Economía Ambiental proporciona la información necesaria para la toma de
decisiones correspondiente al campo de la Política Ambiental y ofrece información
relevante en tres campos:
• Identifica las causas económicas de un problema ambiental: trata de
determinar, por ejemplo, en qué medida la contaminación atmosférica
observada científicamente en una ciudad puede atribuirse a su sistema de
transportes (según el mayor o menor uso de vehículos individuales, de los
carburantes usados, de sus horarios del tráfico, etc.).
• Evalúa los costes que supone la pérdida de recursos naturales o ambientales,
como por ejemplo los del impacto de la contaminación atmosférica sobre los
habitantes de una concentración urbana. Como veremos, existen diversos
métodos de evaluación, combinables además entre sí, para asignar un
determinado valor económico a los recursos de la biosfera.
• Analiza económicamente las medidas que podrían tomarse para revertir el
proceso de degradación ambiental. Por ejemplo, cuál es la eficacia y la
eficiencia de cada medida posible para mejorar la calidad atmosférica
(desarrollo del transporte público, impuestos al transporte en auto, peajes
urbanos, uso de la bicicleta, etc.) y cuáles son sus implicaciones sobre otras
variables económicas (empleo, competitividad, equidad, etc.).
El estudio de la economía ambiental parte de la base de que los recursos ambientales
y naturales son escasos, siendo limitada la capacidad del medio ambiente para
asimilar la contaminación y, por ende, tenemos que emplear tales recursos
pertinentemente. Toda sociedad debe decidir cómo emplea sus recursos de capital
humano (trabajo), el capital (máquinas, ordenadores, edificios, etc.) y los recursos
naturales, como la tierra, los bosques, los minerales o el agua. Es así que la economía
ambiental se concentra en el estudio de los recursos ambientales, y nos lleva a
preocupamos en tomar mejores decisiones de cómo utilizarlos para beneficio de las
generaciones presentes y futuras. (Molina, 2012)
Es así que la economía ambiental se define como todos los costos inherentes al
deterioro y el control del ambiente, aparte de la totalidad de los beneficios derivados
de la protección de los recursos y el ambiente en un esquema global de costo-
beneficios, con equilibrio de los costos y beneficios en cada sector del quehacer
humano, fortaleciendo la base de recursos a la que recurrirán las generaciones
presentes y futuras.
Entre los instrumentos y herramientas de Economía Ambiental se encuentran los
siguientes: (Ballestero, 2008)
 Establecimiento de niveles óptimos de contaminación con criterios de
mercado,
 Utilización de incentivos económicos como: impuestos, subvenciones,
permisos de contaminación,
 Utilización de metodologías de valoración de los recursos naturales en niveles
macroeconómicos,
 Utilización del análisis costo – beneficio para la toma de decisiones.
Aplicación de métodos de análisis en la economía ambiental.
 Análisis costo- efectividad: Éste es simplemente un análisis en el cual se
observa la manera más económica de lograr un objetivo determinado de
calidad ambiental o, expresándolo en términos equivalentes, de lograr el
máximo mejoramiento de cierto objetivo ambiental para un gasto determinado
de recursos.
 Análisis costo- beneficio : En este tipo de análisis, como su nombre lo indica,
los beneficios de la acción propuesta se calculan y comparan con los costos
totales que asumiría la sociedad si se llevara al cabo, dicha acción. Pero es
relevante decir que los grupos ambientalistas se inclinan normalmente por los
beneficios y los grupos de negocios se concentran usualmente en los costos.
 Análisis de riesgos: Los dos elementos esenciales en el análisis de riesgos
consisten en identificar y cuantificar estos riesgos. La identificación depende,
en gran medida, de la información disponible; por ejemplo, el costo real para
emprender una determinada actividad. La evaluación depende de una
combinación de las matemáticas con la valoración subjetiva del analista.
III. DIFERENCIA ENTRE LA ECONOMÍA AMBIENTAL Y LA ECONOMÍA
ECOLÓGICA
Para (Svartzman, 2015) la economía ambiental analiza las problemáticas ambientales
con herramientas económicas. Reconoce las fallas del mercado pero no cuestiona los
fundamentos de la economía de mercado, sino que busca corregir las externalidades
ambientales negativas al asignarles un valor económico.
La Economía Ambiental busca optimizar la explotación de los recursos naturales para
alcanzar un estado de “contaminación óptima”. Mientras que la Economía Ecológica,
en cambio, no es estrictamente una rama de la teoría económica, sino un campo
transdisciplinario que estudia la relación entre los ecosistemas naturales y el sistema
económico. Considera que la economía es parte de un sistema mayor, el ecosistema
Tierra (o la biosfera), cuyos recursos naturales y capacidad para asimilar desechos
son limitados. Partiendo de esta consideración, la Economía Ecológica cuestiona
tanto el objetivo como la viabilidad del crecimiento económico ilimitado. Los
economistas ecológicos suelen oponer la “sostenibilidad fuerte” que ellos buscan a la
“sostenibilidad débil” de la Economía Ambiental. A pesar de estas diferencias, la
Economía Ambiental y la Economía Ecológica suelen usar herramientas similares
como la valoración económica de los servicios ambientales. Los académicos de cada
una de esas disciplinas suelen además publicar artículos en las revistas de la otra.
Para tratar de establecer una simple diferencia entre la economía ambiental y la
ecología económica se puede decir que la primera incluye a los economistas que han
tratado de ampliar su disciplina con la finalidad de considerar al medio ambiente,
mientras que la segunda incluye a los ecólogos que tratan de ampliar su disciplina con
la finalidad de anexar a su análisis dos variables más; la especie humana, su hábitat y
a la economía. (Mendieta, 2008)
Una de las principales diferencias entre la economía ambiental y la ecología
económico tiene que ver con el valor, y por lo tanto, con la forma en que son hechas
las decisiones sociales, las cuales dependen de la medición del valor económico del
medio ambiente. Los economistas convencionales creen que el valor social es
derivado de los valores individuales mantenidos por las personas miembros de una
sociedad. En cambio, los ecologistas económicos tienen una visión más biofísica del
valor. Algunos ecologistas económicos miden el valor en términos de la energía
involucrada en un proceso. (Ballestero, 2008)
IV. BIENES Y SERVICIOS AMBIENTALES
Los Bienes ambientales son los recursos tangibles utilizados por el ser humano
como insumos en la producción o en el consumo final y que se gastan y transforman
en el proceso, como madera, frutos, pieles, carne, semillas, medicinas, entre otros,
que son utilizados por el ser humano para su consumo o comercialización. (Arias)
Los servicios ambientales tienen como principal característica que no se gastan y no
se transforman en el proceso, pero generan indirectamente utilidad al consumidor.
Son considerados como la capacidad que tienen los ecosistemas para generar
productos útiles para el hombre, entre los que se pueden citar regulación de gases
(producción de oxígeno y secuestro de carbono), belleza escénica, y protección de la
biodiversidad, suelos e hídrica. (Arias)
V. VALORACIÓN DE LOS BIENES Y SERVICIOS AMBIENTALES
En la economía ambiental se explica que los bienes ambientales carecen de precio
por la ausencia de derechos de propiedad bien definidos y protegidos, en
consecuencia, bastaría con definir estos derechos sobre el ambiente a favor de algún
individuo, para que el problema ambiental se resuelva. Este argumento apunta hacia
la privatización del ambiente. En este contexto se enfatiza la valoración del
ambiente para contar con un indicador de su importancia en el bienestar de la
sociedad, que permita compararlo con otros componentes del mismo. (Azqueta,
1994)
El proceso de valoración en general, y los métodos de valoración en particular, se
basan en la teoría neoclásica y en la teoría del bienestar (microeconomía). En este
marco se plantea que el ambiente tiene un valor porque cumple con una serie de
funciones que afectan positivamente al bienestar de las personas que componen la
sociedad. Para la toma de decisiones de política deben considerarse entonces las
modificaciones del bienestar social, cuando ocurren cambios en la calidad y calidad
ambiental (Pearce & Turne, 1995)
A través de la economía ambiental, se propone un conjunto de instrumentos
económicos (incentivos económicos), cuyo análisis se centra en la escasez de los
“bienes ambientales”, donde son valorados según su abundancia. De tal manera, los
bienes escasos son considerados bienes económicos, mientras que los abundantes, no
son económicos (por no poseer precio). (Aurora, 2013)
Muchos de los recursos naturales vienen adquiriendo el estatus de bien económico,
como es el caso de algunas fuentes de energía no renovables y el agua, que comienzan
a escasear y tienden a agotarse. Cuando el medio ambiente pasa a tener las
características de un bien económico, se pude decir que pasa a tener precio y/o
derecho de propiedad.
Los valores que reciben los distintos bienes y servicios de los ecosistemas, pueden
ser divididos en:
a) valores de uso y
b) valores de no uso.
i. Valores de uso: Los valores de uso están ligados a la utilización directa e
indirecta de un recurso con el objeto de satisfacer una necesidad, obtener un
beneficio económico o la simple sensación de deleite. (Izko & Burneo, 2003)
Entre los valores de uso puede diferenciarse entre:
Valor de uso directo: Incluye actividades comerciales y no comerciales. Los
usos comerciales (producción industrial de madera, por ejemplo) pueden ser
importantes, tanto en el ámbito local, como en el nacional e internacional. Los
usos no comerciales son generalmente de orden local, pero pueden ser de
extrema importancia para la subsistencia de las poblaciones rurales y pobres
(leña, caza, plantas medicinales y comestibles, por ejemplo). Los usos directos
también incluyen importantes servicios como recreación, investigación y
educación (Izko & Burneo, 2003)
Valor de uso indirecto: Comprende la gran mayoría de funciones ecológicas
que cumplen el bosque, el páramo y otros ecosistemas.
Se deriva de proteger o sostener actividades económicas que tienen beneficios
cuantificables por el mercado. Algunos bosques pueden tener valores de uso
indirecto al contribuir a la filtración de agua subterránea, así como al control
de la erosión, entre otros (Izko & Burneo, 2003)
Valor de opción: Existen personas que, aunque en la actualidad no están
utilizando un ecosistema o alguno de sus atributos, prefieren tener abierta la
opción de hacerlo en algún momento futuro. Para ellas, cualquier cambio en
las características de este ecosistema (aunque nunca hayan estado en él)
supone un cambio en el bienestar (Izko y Burneo, 2003).
Según Frankce (1997), el valor de opción se refiere al valor de mantener
abierta la opción de utilizar un recurso posteriormente. Algunos individuos
pueden no estar seguros de que utilizarán un recurso en el futuro, sin embargo,
pueden estar dispuestos a pagar para mantener la opción.
ii. Valores de no uso: Krutilla sugirió que aunque los individuos no utilicen un
recurso, es posible que este sea valioso para ellos. Este valor tiene dos formas,
según se indica seguidamente:
Valor de existencia: Es el valor que pueden tener un ecosistema, sus
componentes y atributos para un grupo de personas, que no lo utilizan directa
ni indirectamente, ni piensan hacerlo en el futuro, pero que valoran
positivamente el simple hecho de que exista en determinadas condiciones. Su
degradación o desaparición, por tanto, supone para ellas una pérdida de
bienestar. (Izko & Burneo, 2003)
Los motivos que se han señalado para explicar este valor son, entre otros, la
filantropía, la simpatía, motivos de herencia o de legado, el valor simbólico
que puede llegar a tener un determinado bien ambiental o recurso natural
como parte de la identidad cultural de un grupo o conjunto de personas.
Otra razón importante para prestarle atención a este tipo de valor es la creencia
en el derecho a la existencia de otras formas de vida, incluyendo por tanto a
animales, plantas y/o ecosistemas (Izko & Burneo, 2003)
Valor de legado: El valor de legado expresa el deseo de que las futuras
generaciones gocen de una cierta dotación de recursos naturales.
Algunos autores no diferencian entre valor de legado y valor de existencia; se
refieren al agregado de ambos como valor de existencia. El valor de existencia
es independiente de los planes que tenga el individuo de utilizar el recurso en
el futuro y se basa principalmente en el altruismo.
Estudios empíricos han demostrado que los valores de existencia pueden ser
importantes en las decisiones relacionadas con el uso de los recursos naturales
y, en algunos casos, incluso mayores que los valores de uso. Un caso típico
de valor de existencia es el bienestar que un individuo deriva de saber que las
ballenas existen, aunque posiblemente nunca vean una.
VI. MÉTODOS DE VALORACIÓN
Para los métodos de evaluación se incluye: (Azqueta, 1994)
a) los valores de uso del bien o servicio, que evalúan el bienestar proporcionado: por
ejemplo, un parque natural puede no tener precio pero tiene un valor para quienes
lo usan o piensan usarlo (valor de opción);
b) los valores de no uso, basados en el valor simbólico y en el reconocimiento de
derechos fundamentales: el mismo parque natural también tiene un valor por su
simple existencia.
Según (Azqueta, 1994) métodos de valoración son:
6.1. Los métodos indirectos, o de preferencias reveladas, analizan cómo se revelan
las preferencias ambientales de las personas. Estos incluyen métodos basados en:
• Los costes de reposición: gastos necesarios para reponer en su estado original
todos aquellos activos afectados negativamente por un cambio en la calidad
de un recurso ambiental o natural;
• La función de producción: se calcula el valor presente neto de las
pérdidas/ganancias económicas inducidas por el impacto ambiental (por
ejemplo, el impacto de la contaminación de un acuífero sobre la producción
de un agricultor);
• El coste de viaje: valora los servicios recreativos proporcionados por la
naturaleza, al calcular todos los gastos en los que incurren los visitantes para
disfrutar de un bien ambiental (por ejemplo, los gastos de desplazamiento para
visitar un parque);
• Los precios hedónicos: desglosan los factores ambientales en el precio de un
bien (el precio de una vivienda, por ejemplo, depende de su superficie y del
barrio en que se sitúa, pero también de la calidad del aire o de la proximidad
de zonas verdes).
6.2. Los métodos directos, que incluyen:
• La valoración contingente: las personas indican directamente en cuánto
valoran un activo ambiental;
• La ordenación contingente: las personas clasifican y relacionan varias
alternativas (por ejemplo, diferentes niveles de limpieza de un río con el costo
derivado de cada nivel), indicando de esa forma cuánto están dispuestos a
pagar.
Cada uno de estos métodos presenta límites y es aplicable en circunstancias
específicas.
Por ejemplo, la función de producción suele ser muy difícil de calcular. Basta con
tratar de pensar en cómo la tecnología de la fracturación hidráulica (al contaminar un
acuífero o al tener un consumo de agua muy elevado) puede impactar las ganancias
de un agricultor. Para calcular estos impactos se necesitaría un nivel de conocimiento
muy elevado en cuanto a los impactos de esta tecnología relativamente nueva.
El método de los precios hedónicos puede resultar muy adaptado para calcular el
impacto de un proyecto (como un aeropuerto) sobre el precio de las viviendas en su
periferia (por el nivel de ruido ocasionado, entre otras cosas). Pero este mismo método
no resultaría muy útil para calcular el impacto de una central hidroeléctrica sobre las
viviendas de poblaciones indígenas.
Por eso, cada situación dará lugar a una evaluación basada en diferentes métodos.
Éstos pueden dar resultados muy diferentes debido a sus particularidades y al hecho
de que analizan un problema desde perspectivas diferentes. En cualquier caso, es
importante evitar la doble contabilización en el momento de juntar los diferentes
métodos.
Por ejemplo, el valor recreativo de una playa queda cubierto tanto por el método de
los precios hedónicos como por el método de los costos de viaje.
Cabe destacar que la valoración monetaria del medio ambiente ha sido criticada por
los economistas ecológicos. Estos no descartan totalmente la valoración monetaria;
por ejemplo, un importante estudio dentro de la disciplina (Constanza et al, 1997)
estimó el valor total proporcionado por los servicios ecosistémicos y el capital natural
en el mundo. Sin embargo, la Economía Ecológica considera que no se puede
considerar un bien ambiental como cualquier otro bien intercambiable, y que tampoco
se puede recurrir a un simple análisis costo-beneficio cuando lo que está en juego es
la finitud de un recurso natural o un impacto ambiental superior a la capacidad de
carga de la biosfera. Por esta razón, la Economía Ecológica prefiere analizar los flujos
y los stocks físicos de un activo ambiental (en vez de monetizarlo) para determinar si
su uso es (in)sostenible. El indicador más usado en este sentido es el de huella
ecológica. Este evalúa el impacto de la actividad humana en los ecosistemas,
relacionándolo con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Esto
permite determinar si la actividad humana en una región determinada supera los
límites de la biosfera. (Svartzman, 2015)
VII. COSTOS PRIVADOS VERSUS COSTOS SOCIALES: EXTERNALIDADES
Para Jean-Jacques Laffont las externalidades son efectos indirectos de las actividades
de consumo o producción, es decir, los efectos sobre agentes distintos al originador
de tal actividad (y) que no funcionan a través del sistema de precios.
Para (Mendieta, 2008) uno de los temas más interesantes de la economía ambiental
consiste en la explicación de los efectos e impactos ambientales que causamos con
nuestra actividad económica. Tales efectos e impactos ambientales frecuentemente
no pasan por el mercado y, por tanto, no observamos el precio que tiene en cuenta el
costo adicional de contaminación generada por muchas actividades. Estos costos
adicionales los tienen que pagar aquellos actores que causan la emisión de la
contaminación, la cual se conoce como externalidad negativa o costo externo que nos
lleva a la diferencia entre costos privados y costos sociales. El costo privado es el que
tiene la empresa de papel en su producción, y el costo social es ese mismo costo más
el que soportan los pescadores como consecuencia de la peor calidad de las aguas.
Un ejemplo clásico de externalidad negativa es aquella generada por una compañía
que produce papel y genera además aguas residuales contaminadas que son vertidas
al medioambiente empeora la calidad del agua potable y otras aguas, generando un
impacto negativo sobre la pesca de esa zona. Esto implica que la empresa de papel
utiliza gratuitamente los recursos ambientales, sin ninguna obligación a compensar a
los pescadores o a las familias. En consecuencia, los pescadores tendrán que buscar
un lugar más alejado de la fábrica papelera y, por ende, los costos de pescar serán
mayores, la producción de la empresa de papel hace aumentar los costos de
producción de las empresas o personas dedicadas a la pesca generándoles un efecto
externo o externalidad negativas. No obstante, podríamos encontrar también muchos
ejemplos de externalidades positivas.
Hay una relación inversa entre la producción de papel y la captura de peces. Esto
significa que al aumentar la producción de papel se obtiene un número inferior de
capturas debido a que la producción de papel genera más aguas residuales en el
medio ambiente, lo cual es a su vez hace que disminuyan las posibilidades de capturar
peces con el mismo esfuerzo pesquero que antes. Consiguientemente, los costos
sociales de incrementar la producción de papel son iguales a los recursos adicionales
necesarios para incrementar la producción de papel, más el valor de la disminución
de la pesca (valor del pescado que no se logró capturar).

Das könnte Ihnen auch gefallen