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Autonomía colectiva y autonomía

individual en la regulación
de las condiciones de trabajo

JESÚS Mª GALIANA MORENO*

1. UNA ORIGINARIAMENTE CLARA Hoy es axiomático que el ordenamiento regu-


DISTRIBUCIÓN DE FUNCIONES lador de las relaciones laborales se forja pre-
cisamente como respuesta al individualismo

E
n una aproximación de carácter jurídico y constituye la superación legislati-
general, el tema de la confrontación va de ese «espantoso vacío jurídico» que se
entre los espacios que la ley reserva produce en la época liberal al que gráfica-
a la autonomía colectiva y a la autonomía mente alude nuestra temprana doctrina1.
individual en la regulación de las condiciones
Por ello, cuando el Derecho Laboral alum-
de trabajo no debía presentar especiales difi-
bra el contrato de trabajo, como institución
cultades si nos atenemos a los postulados clá-
que, en palabras de Montoya, «presta forma
sicos sobre los que se fundamenta la génesis
jurídica a lo que hasta entonces era simple
del Derecho laboral.
sustancia social»2, lo hace extrayendo a la vie-
Como se sabe, éste es un producto de la ja locatio conductio operarum del dominio de
sociedad industrial, que aparece como reac- la autonomía de la voluntad de los contratan-
tes. En el arrendamiento laboral de servicios
ción frente a los abusos derivados de la regu-
el vínculo contractual queda consecuente-
lación de condiciones de trabajo a través del
mente reducido a sus funciones constitutivas,
molde del arrendamiento civil de servicios,
es la llave que abre la puerta al estableci-
que, como la mayoría de contratos, se encon-
miento de una relación laboral, pero no puede
traba anclado en el principio de autonomía
regularla. El contrato de trabajo se configura
de la voluntad, elevado a categoría de dogma
desde sus orígenes como ese «documento en
por las corrientes liberales, como fórmula
blanco» de que hablaba Kahn-Freund3, en el
idónea para la puesta en práctica de su polí-
tica de laissez faire.

El error de planteamiento de la libre con-


1
GASPAR BAYÓN CHACÓN, «La autonomía de la volun-
tad en el Derecho del Trabajo. Limitaciones a la libertad
tratación en el plano jurídico laboral es un
contractual en el Derecho histórico español», Tecnos,
tema sobre el que ya no hay que argumentar. Madrid, 1955, p.260.
2
ALFREDO MONTOYA MELGAR, «Derecho y Trabajo»,
Cuadernos Civitas, 1997, p. 21.
** Catedrático de Derecho del Trabajo. Universidad 3
El contrato de trabajo, en las palabras de Kahn-
de Murcia. Freund, «is usually no more than a blank to be filled

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que los concretos derechos y deberes de las artículo 3.5 del propio Estatuto, que impide
partes se fijan por fuentes externas a los con- la disposición por el trabajador de los dere-
tratantes. Fuentes inicialmente circunscri- chos reconocidos por normas imperativas de
tas a las normas estatales y que, en estadios origen estatal o convencional y sólo permite
más avanzados, se extienden a las prove- la alteración por acuerdo de las partes de los
nientes de la negociación colectiva. que poseen un carácter meramente dispositi-
vo, incluidas las condiciones más beneficio-
sas contractualmente acordadas.
1.1. Carácter residual de la autonomía
de la voluntad en el contrato
de trabajo 1.2. La autonomía colectiva como
alternativa a la regulación
En este esquema suficientemente conoci- heterónoma de condiciones
do es claro que la autonomía de la voluntad de trabajo
posee un mero carácter residual entre las
fuentes reguladoras de las obligaciones labo- Por su parte, la autonomía colectiva acce-
rales. Carácter residual que fielmente refleja de al plano del Derecho Laboral como alter-
el tantas veces criticado artículo 3.1.c) del nativa a la regulación heterónoma de las
Estatuto de los Trabajadores al determinar condiciones de trabajo en la recta final de un
insistente proceso de reivindicaciones de un
que los contratantes deben respetar los dere-
activo movimiento obrero, que, tras haber
chos mínimos que para los trabajadores esta-
obtenido la cobertura de las normas estata-
blecen la legislación y los convenios y que, en
les, exige, en última instancia, una partici-
consecuencia, sólo pueden acordar en su con-
pación en el poder social como vía de introdu-
trato condiciones de trabajo que no sean
cir un cierto reequilibrio en la posición de
«menos favorables o contrarias» a las fijadas
subordinación en que el Ordenamiento sitúa
en las indicadas fuentes externas. En inter-
a los trabajadores.
pretación unánime, lo que los contratantes
pueden modificar en beneficio del trabajador El reconocimiento de la potestad normati-
son las reglas que integran el llamado dere- va de los grupos profesionales supone, por
cho necesario relativo, pues las de derecho tanto, en los ordenamientos continentales
necesario absoluto son por su propia natura- una dislocación o ensanchamiento de las
leza intangibles. fuentes de producción del Derecho5, en la

Con alguna opinión divergente4, es este


precepto estatutario el que sirve de base a la 5
Es sabido que el reconocimiento de la autonomía
configuración normativa del llamado princi- colectiva a los grupos profesionales no sigue el mismo
pio de condición más beneficiosa que impera proceso en los países de common law que en los conti-
en el Derecho del Trabajo. nentales. En el Reino Unido, el Estado se desentiende
históricamente de intervenir en las relaciones laborales,
Principio que se completa con el de irre- estableciendo lo que se ha llamado un sistema de laissez
faire colectivo. En el Continente, por el contrario, el Esta-
nunciabilidad de derechos, que regula el
do se erige en controlador de la autonomía colectiva a
cambio de «tutelarla» o de reconocer, al menos, «eficacia
jurídica a alguna de sus actuaciones» (cfr. JAIME MONTALVO
from outside» («Labour and the Law», 2ª ed., 1977, STE- CORREA, «Fundamentos de Derecho del Trabajo», Civitas,
VENS, p. 20). 1975, p. 276). Consecuentemente, en el Reino Unido se
4
Cfr. MANUEL RAMÓN ALARCÓN CARACUEL, «La aplica- gesta un convenio colectivo desprovisto de efectos nor-
ción del Derecho del Trabajo», en REDT, Ed. Especial mativos, mientras que en la Europa continental el conve-
núm. 100 sobre El Estatuto de los Trabajadores. Veinte nio se inserta, como regla, en el sistema de fuentes de
años después., p. 249. producción del ordenamiento jurídico laboral.

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medida en que la participación de los interlo- Hoy resulta, en todo caso, notorio que la
cutores sociales en el proceso de creación del consolidación de los grupos profesionales y
mismo da lugar en el ámbito laboral a la gé- de su autonomía colectiva supuso para los
nesis de un pluralismo normativo, que se trabajadores que la pérdida de una pretendi-
contrapone al monismo estatal que impera da libertad contractual individualizada se
como regla en el resto del Ordenamiento. viera ampliamente compensada por ese in-
cremento del poder negociador que la colecti-
El vehículo normativo que contiene el re- vización introdujo en las relaciones labora-
sultado de la interacción combinada de los les. Pero, es asimismo evidente que si la
representantes de trabajadores y empresa- autonomía colectiva representa para el gru-
rios, el convenio colectivo, se configura en ta- po una emancipación frente al exclusivismo
les ordenamientos como fuente de Derecho y jurídico del Estado, al hacerse partícipe de
cumple la doble y complementaria función de su poder normativo, para el individuo sólo
ser tanto una vía de fijación de condiciones supone un desplazamiento de núcleos de po-
de trabajo, que actúa en sustitución de la der que se le imponen; el individuo sigue
cercenada autonomía individual, como la siendo el destinatario último de las normas,
manifestación de un poder de negociación del por la propia naturaleza de las cosas, en
grupo, del que carece cada uno de sus compo- cuanto es el eje de toda actuación jurídica7.
nentes aisladamente considerados.

Las relaciones del convenio colectivo con la 2. LA POLÉMICA EN LA DELIMITACIÓN


ley, siendo clara y lógicamente de subordina- DE FRONTERAS ENTRE AUTONOMÍA
ción, no se limitan a la mera función de mejora INDIVIDUAL Y COLECTIVA
de las condiciones de trabajo que, con carácter SUSCITADA POR LOS LLAMADOS
de mínimas, hayan establecido las normas le- «PACTOS INDIVIDUALES EN MASA»
gales, sino que, conforme se desarrolla la auto-
nomía colectiva, el convenio asume funciones 2.1. El punto de partida
de mayor coordinación con ellas o, incluso,
puede actuar en ocasiones en sustitución de Las relaciones entre autonomía colectiva
las mismas, estableciéndose en este caso una y autonomía individual, según tiene declara-
cierta distribución competencial de materias do el Tribunal Constitucional en su Senten-
entre ley y convenio colectivo por expresa atri- cia 58/1985 (f.j.6), giran en torno a los dos si-
bución del legislador estatal. Pero, en todo ca- guientes principios básicos:
so, tanto la ley como el convenio comparten la 1) que la negociación colectiva no puede
finalidad esencial de sustraer al contrato de la anular la autonomía individual, en
libre y falaz autonomía de la voluntad de las cuanto ésta es garantía de la libertad
partes proclamada por las doctrinas liberales personal; y
para convertirse en fuentes externas de fija-
ción de las condiciones de trabajo. Aunque con
técnicas distintas, ley y convenio son dos mo- yee from the mass of normal contractual parties and in-
dos de acercarse al mismo fenómeno de regu- vert the characterization of the labour relation that was
lación de las condiciones de trabajo, para las typical of the Code Civil»[«The rediscovery of the Indivi-
que suponen el tránsito definitivo desde el dual in Labour Law», en RALF ROGOWSKI & TOM WILTHA-
GEN (eds.), «Reflexive Labour Law», KLUWER 1994, p.
particularismo que implica el contrato a la ge-
186].
neralidad que representa la norma6. 7
Como dijera ALONSO GARCÍA, «cuando se habla
del Derecho forzosamente hay que referirlo a la perso-
na» (MANUEL ALONSO GARCÍA, «La autonomía de la vo-
6
Es lo que indica SPIROS SIMITIS cuando afirma luntad en el contrato de trabajo», Bosch, Barcelona,
«Both law, and collective agreement detach the emplo- 1959, p. 9).

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2) que, en general, los convenios tienen ciosas no tiene carácter aislado e individual,
una capacidad de incidencia en los de- sino que adquiere matices plurales, en la me-
rechos individuales, en cuanto en su dida en que el empresario, mediante pactos
naturaleza se encuentra implícito el individuales sucesivos u ofertas genéricas,
predominio de la voluntad colectiva las extiende a un colectivo, más o menos am-
sobre la individual, por ser instru- plio, de sus trabajadores. En estos casos es
mento esencial para la ordenación de cuando surge la polémica, ya que mediante
las relaciones de trabajo. el recurso a estos llamados «pactos en masa»
puede modificarse lo pactado en convenio co-
De esa dualidad de principios, no siempre lectivo, produciéndose así una cierta intromi-
de fácil armonización, se desprende que exis- sión de la autonomía individual en los domi-
te un espacio para que, mediante acuerdo nios de la autonomía colectiva.
privado o por decisión unilateral del empre-
sario, en ejercicio de sus poderes de organi-
zación de la empresa, se regulen materias 2.2. La oscilante evolución
que sean ajenas al contenido normativo del de la doctrina del TC sobre
Derecho estatal o del convenio, o se establez- los pactos individuales en masa
can condiciones más beneficiosas para el tra-
bajador, en los términos en que lo expresa el El problema de los pactos individuales en
indicado art. 3.1.c) ET, siempre que éstas no masa ha sido sucesivamente abordado por el
tengan una finalidad que pueda intrínseca- Tribunal Constitucional en diferentes deci-
mente considerarse ilícita o discriminatoria, siones que discurren desde el primitivo Auto
como el propio Tribunal ha declarado (STC 1074/1988, de 26 de septiembre, hasta su
34/1984, f.j. 2). Sentencia 238/2005, asimismo de 26 de sep-
tiembre. Sus decisiones, reiteradamente
Por otra parte, de esa dualidad de princi-
analizadas por la doctrina, vienen condicio-
pios se desprende también, que, en caso de
nadas por los supuestos concretos a que se
confrontación o conflicto entre autonomía co-
enfrentan y, por eso, los criterios que de ellas
lectiva y autonomía individual, debe primar
derivan no son fácilmente generalizables.
la decisión colectiva, pero sin que ésta pueda
Las decisiones sobre los pactos en masa vie-
anular por completo a la voluntad indivi-
nen, además, fuertemente condicionadas por
dual, lo que sería contrario a la Constitución,
la doctrina constitucional que integra el de-
por atentar contra la libertad personal («el li-
recho de negociación colectiva en el conteni-
bre desarrollo de la personalidad») que con-
do esencial de la libertad sindical, como vía
sagra su artículo 10. Esta difícil simbiosis
indirecta de abrirle el acceso al amparo, del
exige, quizás con mayor énfasis que en otros
que aquél, por sí mismo, carece8. Por ello, co-
casos, que –como ha precisado el propio Tri-
bunal Constitucional– la solución de los pro-
blemas dudosos que se susciten en el marco 8
En una compleja construcción, que hoy se acepta
de las relaciones entre autonomía individual de modo general, el derecho de negociación colectiva
y autonomía colectiva, deban solucionarse se considera que forma parte integrante del contenido
«caso por caso valorando y ponderando la to- esencial del derecho de libertad sindical y, por ende, su
violación (cuando el sujeto negociador es un ente sindi-
talidad de circunstancias concurrentes»
cal, no un comité de empresa) puede ser enjuiciada por
(STC 58/1985, f.j. 6). vía de amparo.
Aunque la libertad sindical y los derechos conexos
Como se sabe, las relaciones entre auto- de negociación colectiva y huelga constituyen de modo
nomía individual y colectiva son objeto de evidente el eje de la autonomía colectiva (su contenido
fricciones especialmente intensas cuando la esencial), pensamos que se fuerza la interpretación del
fijación de condiciones de trabajo más benefi- texto constitucional cuando, por vías indirectas, se con-

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mo con precisión se ha observado entre noso- que la autonomía individual, como ya hemos
tros, los principios que rigen los límites entre advertido, «no puede quedar anulada por la
autonomía colectiva y autonomía individual, negociación colectiva» (f.j. 3).
que –como hemos dicho–, enunció la STC
58/1985, no han sido efectivamente desarro- En un segundo momento, constituido por
llados en la jurisprudencia posterior del Tri- la Sentencia 105/1992, dio un brusco giro de
bunal, porque el tema de su colisión no se ha ciento ochenta grados. Es de hacer notar que
planteado frontalmente, desde la perspectiva se enjuiciaba de nuevo una oferta de modifi-
del «recorte potencial de contenidos mutuos, cación de horarios, efectuada esta vez por un
propio de la convivencia entre ambas»9, sino Grupo Asegurador. Pese a que la misma
de modo indirecto, al analizar la conexión había obtenido una respuesta masivamente
existente entre actuaciones concretas de la favorable por parte de los trabajadores afec-
autonomía individual y la alegada violación tados10, el Tribunal niega facultades a la em-
de la libertad sindical. presa para hacerla y afirma de modo contun-
dente que la voluntad individual de los
A los efectos de nuestro estudio, la línea trabajadores, «manifestada por la aceptación
evolutiva de la oscilante doctrina constitucio- de una oferta voluntaria de la empresa, no
nal sobre este tema puede resumirse en los puede modificar respecto de los mismos el
términos siguientes. contenido de lo pactado con carácter general
en el convenio», pues «de prevalecer la auto-
En el Auto inicial de 1988, que inadmitió nomía de la voluntad individual de los traba-
un recurso de amparo planteado contra la jadores, sobre la autonomía colectiva plas-
oferta efectuada por una entidad bancaria de mada en un convenio legalmente pactado
modificación del horario continuado, que fija- entre los sindicatos y la representación em-
ba el convenio colectivo estatal del sector, presarial, quebraría el sistema de la negocia-
por uno partido, con determinadas compen- ción colectiva configurado por el legislador,
saciones económicas, el Tribunal afirma ini- cuya virtualidad viene determinada por la
cialmente que la conducta de la empresa no fuerza vinculante de los convenios constitu-
parece que lesione la libertad sindical, pues cionalmente prevista en el artículo 37.1 CE»
no anula el convenio para quienes deseen se- (f.j. 6).
guir acogidos al mismo. Desde tales premi-
sas, y anudando con su ya citada doctrina Esta afirmación tan rotunda y contraria a
que reconoce un espacio a la autonomía indi- la inicialmente sostenida, se completa y se
vidual para mejorar las condiciones de traba- matiza por el propio Tribunal en la Senten-
jo, el Tribunal concluye coherentemente que cia 208/1993, en el sentido de que tales pac-
la «compatibilidad entre la autonomía indivi- tos sólo serían admisibles cuando se concre-
dual y la autonomía colectiva» no impide ten sobre materias que sean ajenas al
que, respetándose los mínimos del convenio contenido normativo del convenio que resul-
colectivo correspondiente, puedan mejorarse te aplicable, ya que entonces «operan en un
las condiciones laborales, en la medida en espacio libre de regulación legal o contrac-
tual colectiva, y por ello abierto al ejercicio
de la libertad de empresa y de la autonomía
vierte la pretendida violación del derecho de negocia- contractual...» (f.j. 4). En este caso concreto,
ción colectiva en una violación susceptible de amparo.
En todo caso, dicha interpretación es, como se sabe, de
aceptación generalizada, aunque no exenta de contra-
dicciones, y encuentra apoyo normativo en la LOLS. 10
Según se refleja en la propia Sentencia, en sus
9
Cfr. MARÍA FERNANDA FERNÁNDEZ LÓPEZ, «Negocia- Antecedentes la propuesta había sido unánimemente
ción colectiva y contrato de trabajo: apuntes sobre sus aceptada en 75 oficinas; 4 la rechazaron y en las 30 res-
conexiones», Temas Laborales, núm. 76/2004, p. 172. tantes hubo una aceptación parcial.

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deniega el amparo solicitado porque las me- dificación convencional establecidos» (f.j. 4,
didas adoptadas por la empresa «no han su- con apoyo, en las SSTC 105/1992 y 107/2000).
puesto modificación, vulneración o alteración Es de hacer notar que en este caso, la pro-
de lo previsto en el convenio colectivo aplica- puesta de la empresa había sido aceptada
ble, por ser una materia no regulada por el mayoritariamente por los afectados (por 125
(mismo)» (f.j.3). de 126 potenciales destinatarios, según se in-
fiere del relato contenido en el antecedente 8
El Tribunal vuelve, sin embargo, a endu- de la Sentencia).
recer su postura en STC 225/2001, en la que
enuncia la tesis de la existencia de vulnera- En la última de las Sentencias hasta el
ciones objetivas de la libertad sindical11 que momento recaídas sobre estos llamados pac-
ya había apuntado en su anterior Sentencia tos en masa (STC 238/2005) el Tribunal da
107/2000. En el caso enjuiciado, una empre- otra vuelta de tuerca al endurecimiento de
sa del sector de automoción, hace una pro- sus posiciones doctrinales. Nuevamente nos
puesta a sus Mandos Intermedios de intro- encontramos ante la oferta de modificación de
ducir determinadas modificaciones que horarios (pasando del continuado al partido),
afectaban a la jornada, al horario y al régi- hecha esta vez por otra entidad financiera, a
men retributivo que establecía el convenio de fin de implantar un servicio comercial de cap-
empresa. El Tribunal constata que ha habido tación de clientes. Oferta realizada de modo
una modificación objetiva del convenio y, individual (ciertamente tras el fracaso de un
aunque no llega a resultados igualmente se- intento de negociación con los representante
guros sobre la intencionalidad empresarial de los trabajadores) a determinados comer-
de suplantación de lo negociado, ni sobre si ciales y en la que se otorgaba, en caso de acep-
la modificación supuso, o no, una mejora de tación, una serie de ventajas económicas y un
alargamiento de las vacaciones reglamenta-
las condiciones de trabajo, otorga el amparo,
rias. La oferta fue aceptada por dieciocho tra-
afirmando (con base en su Sentencia
bajadores. Planteada demanda de conflicto
11/1998) que en la violación de derechos fun-
colectivo por la correspondiente Asociación de
damentales el elemento intencional es «irre-
cuadros, fue desestimada en instancia por la
levante», bastando «constatar la presencia de
Sala de lo Social del Tribunal Superior de
un nexo de causalidad adecuado entre el
Justicia de Madrid y en casación por el Tribu-
comportamiento antijurídico y el resultado
nal Supremo. Ambas sentencias coincidieron
lesivo prohibido por la norma». Desde este
en la inadecuación del procedimiento de con-
punto de partida, viciado en su enunciación
flicto colectivo seguido con apoyo en el artícu-
(pues da por sentada la antijuridicidad de la
lo 41 ET, pues no hubo una modificación pe-
actuación que se enjuicia), el Tribunal añade
yorativa unilateralmente impuesta por la
apodícticamente que el empresario actuando
empresa, sino pactos novatorios más favora-
«en concierto con los trabajadores individual-
bles para los trabajadores afectados y libre-
mente considerados podrá incidir, por su-
mente aceptados por éstos. Como sostuvo la
puesto, en la disciplina de las relaciones la-
Sentencia del Tribunal Supremo impugnada
borales, pero no podrá hacerlo frente al en amparo, no cabe desplazar al plano colecti-
derecho a la negociación colectiva del sindica- vo supuestos como éste, en los que está en
to, lo que incluye el respeto al resultado al- juego «una decisión que afecta a trabajadores
canzado en el correspondiente procedimiento singulares, y no al conjunto del personal o a
de negociación y a su fuerza vinculante, así grupos de los mismos que rebasen el umbral
como la sujeción a los procedimientos de mo- de la dimensión colectiva».

Pese a lo impecable de este aserto, el Tri-


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Cfr. el f.j. 4 de la Sentencia. bunal Constitucional objetiva de nuevo la le-

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sión de la libertad sindical denunciada y afir- Por ello insistía en que tales mejoras, si plu-
ma que, aunque el convenio siga vigente pa- ralmente ofrecidas, sólo constituirán una in-
ra la mayoría de trabajadores de la empresa, tromisión ilícita en el ámbito reservado a la
si determinadas partes esenciales del mismo autonomía colectiva cuando la oferta empre-
(entre las que incluye las referentes al régi- sarial tenga por finalidad inutilizar el conve-
men de la jornada de trabajo, sin precisar nio o impedirlo; es decir, cuando realmente
que las modificaciones ofertadas no afecta- suponga un atentado contra dicha auto-
ban propiamente a ésta, sino a su distribu- nomía negocial13. Ésta es, por lo demás, la
ción horaria) no fueran «de obligado cumpli- posición inicialmente sustentada por el Tri-
miento para todos los integrantes del sector» bunal Constitucional en el Auto 1074/1988,
que dicho convenio regula, «quebraría el sis- donde no vio obstáculo a que, respetándose
tema de negociación colectiva configurado los mínimos del convenio colectivo correspon-
por el legislador, cuya virtualidad viene de- diente, se mejoren las condiciones laborales,
terminada por la fuerza vinculante de los en la medida en que –de acuerdo con su pro-
convenios constitucionalmente prevista en el pia doctrina– la autonomía individual «no
art. 37.1 CE» (f.j. 4). De donde concluye (con puede quedar anulada por la negociación co-
apoyo en doctrina anterior) que la autonomía lectiva» (f.j. 3).
individual, o la decisión unilateral de la em-
Los posteriores cambios de criterio entron-
presa, no pueden proceder a la modificación
can con el hecho ya advertido de que en los di-
de las condiciones de trabajo establecidas en
ferentes supuestos enjuiciados las pretendi-
convenio «cuando ello, atendiendo a la tras-
das interferencias entre autonomía individual
cendencia, importancia y significado de las
y colectiva no se han planteado desde la pers-
condiciones laborales afectadas, eluda o sos-
pectiva de la colisión de sus funciones mutuas
laye la función negociadora de las organiza-
(mejora general de la regulación heterónoma
ciones sindicales o vacíe sustancialmente de
y fórmula de introducción de condiciones más
contenido efectivo al convenio» (ibíd.)
beneficiosas individualizadas, respectivamen-
te), sino al analizar la confrontación entre au-
2.3. Autonomía individual y autonomía tonomía individual y libertad sindical (en su
colectiva: sus diferentes esferas conexión con la negociación colectiva), que
de actuación actúan necesariamente en planos distintos.

Es difícil hacer una valoración global de la Admitiendo que el derecho de negociación


evolución de la doctrina del Tribunal Consti- sea necesario (como lo es el de huelga) para
tucional sobre los pactos en masa que, como la consecución de los fines fundamentales del
hemos dicho, viene muy condicionada por los sindicato (defensa de los intereses de los tra-
heterogéneos supuestos de hecho enjuiciados bajadores mediante el ejercicio de la auto-
en cada momento. Conviene, sin embargo, nomía colectiva), la vulneración de la liber-
recordar que, como precisara Alonso Olea en tad sindical por injerencia indebida de la
su crítica a la STC 105/1992, «las mejoras vo- voluntad individual en la esfera colectiva só-
luntarias ofrecidas por los empresarios y lo debe aceptarse conceptualmente cuando
aceptadas por los colectivos de trabajadores de la actuación empresarial que se impugne
son el pan nuestro de cada día del sistema
español de relaciones de trabajo», convivien-
vol. X, p. 389). Cfr. asimismo la crítica a esta sentencia
do «sin traba con los convenios colectivos»12. de EFRÉN BORRAJO DACRUZ («Articulación entre la auto-
nomia individual y colectiva y las normas estatales en la
regulación del trabajo: balance y nuevas perspectivas»,
12
Vid. su comentario a la STC 105/1992 («Jurispru- AL núm. 3/1993, p. 54-55).
dencia Constitucional sobre trabajo y Seguridad Social», 13
Íd., p. 388.

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se desprenda, objetiva y claramente, que tie- Por eso, cuando se trata de decidir si el
ne como finalidad atentar de modo frontal ofrecimiento de determinadas novaciones
contra la autonomía negocial, es decir, cuan- contractuales hecho con carácter plural por
do lo que se pretende es: un empresario colisiona, o no, con el derecho
de libertad sindical de los representantes co-
• anular el convenio en vigor, privándolo lectivos, hay que separar nítidamente dos es-
de virtualidad o eficacia; feras.

• impedir la negociación de uno nuevo, al Por un lado, la esfera de la libertad sindi-


que la empresa se niega, acudiendo al- cal que se pretende violada, cuyo plano, des-
ternativamente a la negociación indivi- de la perspectiva que nos ocupa, es necesa-
dualizada; riamente colectivo. En su conexión con el
derecho de negociación colectiva, la libertad
• sustituir, en suma, con caracteres de sindical (rectius, la autonomía colectiva) se
generalidad, el imperio de la voluntad concreta y satisface en la apertura de nego-
colectiva por la individual14. ciaciones con la contraparte, en la materiali-
zación del convenio y en el reconocimiento de
Pero, fuera de esos casos, que, en expre-
su eficacia (efecto automático), que impide a
sión acuñada en nuestra doctrina, podemos
los sujetos individuales actuar en contra de
calificar de «patológicos»15, en los que efecti-
sus disposiciones (inderogabilidad in peius)
vamente se produce la utilización del pacto
durante todo el tiempo de su vigencia.
individual como auténtico «mecanismo de fu-
ga» de la regulación acordada en el conve- Por otro, la esfera de la libertad de los su-
nio16, no parece razonable entender que la jetos de un contrato de trabajo, cuyo plano
autonomía individual se interfiere ilícita- es individual y que legalmente se subordina
mente en los dominios de la colectiva, cuando al ordenamiento estatal y al marco colecti-
cumple con la función que tiene encomenda- vo, en cuanto las partes que negocian las de-
da por la ley (establecimiento, en su caso, de nominadas condiciones más beneficiosas (o
condiciones más beneficiosas que las legal o el empresario que unilateralmente la otor-
convencionalmente establecidas). Función ga) deben necesariamente respetar las nor-
residual, como antes hemos dicho, que perte- mas imperativas que la ley o, en su caso, el
nece, además, al ámbito propio de la libertad propio convenio establezcan. Asegurado este
individual de las partes, que, según doctrina respeto, el acuerdo se sitúa, lícita y necesa-
constitucional, no puede verse vaciada de riamente, supra o praeter convenio17, sin
contenido por la voluntad colectiva. que por ello la autonomía individual suplan-
te a la colectiva, sino que se limita a comple-
mentarla en los términos legalmente previs-
14
No cabe, ciertamente, «una suma de acuerdos tos.
novatorios individuales que permita la modificación co-
lectiva de condiciones de trabajo, burlando los procedi-
mientos establecidos para ello» (cfr. FEDERICO DURÁN LÓ-
PEZ y CARMEN SÁEZ LARA, «Autonomía colectiva y 17
Vid. FAUSTINO CAVAS MARTÍNEZ, «Contratación indi-
autonomía individual en la fijación y modificación de las vidual masiva, antisindicalidad y eficacia del convenio
condiciones de trabajo», Relaciones Laborales, 1991, colectivo: Apuntes de doctrina constitucional sobre una
Tomo II, p. 392). vieja polémica recientemente reavivada en la aplicación
15
JUAN ANTONIO SAGARDOY BENGOECHEA, «La libertad de las fuentes de la relación laboral», Ministerio de Tra-
sindical y los pactos de la autonomía privada», Docu- bajo y Asuntos Sociales, 2003, p. 375. Como él mismo
mentación Laboral, núm. 24/1988, p. 29. apunta, «cuando contractualmente se mejoran –cuanti-
16
Vid. MARIA EMILIA CASAS BAAMONDE, «La individua- tativa y/o cualitativamente– los mínimos de convenio…
lización de las relaciones laborales», en RL, 1991, Tomo el propio convenio está siendo cumplido» (ibíd., p.
II, p. 418. 374).

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Desde este punto de vista, creo que se vio- ficiosas, para nada incide en la eficacia vin-
lenta la independencia de estos planos al culante del convenio, como tampoco se ve és-
afirmar que los acuerdos individuales sólo ta afectada por determinadas modificaciones
serían admisibles cuando se concreten sobre introducidas en su ámbito por sujetos, que,
materias que sean ajenas al contenido nor- aunque colectivos, son distintos de los que
mativo del convenio; o cuando se dice, de for- negociaron el primitivo acuerdo (descuelgues
ma más precisa, que no cabe pacto individual salariales decididos en el ámbito de la em-
alguno sobre temas nucleares del convenio presa o modificaciones ex artículo 41.2 ET de
(jornada o salarios, por ejemplo). Ello supone un convenio sectorial).
olvidar que las condiciones más beneficiosas
se concretan por lo común como mejoras de lo Se incide, de nuevo, en confusión de pla-
colectivamente convenido (son, normalmen- nos cuando se afirma que si las disposiciones
te, supra convenio) y que las mejoras para- nucleares de un convenio (en referencia a sa-
digmáticas se producen precisamente en ma- larios, jornada y horarios) no fueran «de obli-
teria de salarios o, con menor frecuencia, de gado cumplimiento para todos los integran-
jornada u horarios. tes del sector», se resentiría igualmente el
sistema de negociación. No parece que la
Creo que se violenta igualmente la inde- uniformidad o estandardización de condicio-
pendencia de planos aludida cuando al enjui- nes de trabajo que, ciertamente, introduce la
ciar determinadas ofertas empresariales, negociación colectiva, exijan la intangibilidad
planteadas con carácter voluntario y circuns- absoluta de lo acordado. Exigencia que, por lo
critas a determinados trabajadores, se afir- demás, sería incompatible con la esfera legal
ma que, de prevalecer la autonomía de la vo- de autonomía individual para el estableci-
luntad individual sobre la autonomía miento de condiciones más beneficiosas. Es,
colectiva plasmada en un convenio, «que- por ello, muy dudoso que los convenios colec-
braría el sistema de negociación colectiva tivos sean una vía apta para introducir reglas
configurado por el legislador, cuya virtuali- que no sean mejorables por el acuerdo indivi-
dad viene determinada por la fuerza vincu- dual18. Duda que afectando a todo tipo de
lante de los convenios constitucionalmente convenios, se hace más patente, si cabe,
prevista en el art. 37.1 CE»; o que, «se cuando el convenio no se limita a la empresa,
vendría abajo el sistema de la negociación co- sino que se extiende al sector.
lectiva que presupone, por esencia, y concep-
tualmente, la prevalencia de la autonomía Esa confusión de planos a que nos referi-
colectiva sobre la voluntad individual de los mos hace pensar que, como en alguna oca-
afectados por el convenio». Afirmaciones que, sión anterior hemos advertido19, cuando se
si no se matizan, parecen soslayar que en la analizan los límites entre autonomía colecti-
fijación de condiciones más beneficiosas es la va y autonomía individual en la fijación de
autonomía de la voluntad individual la que condiciones de trabajo, se olvida en más de
(con los límites antes expresados) debe legal- una ocasión que la autonomía colectiva (y los
mente prevalecer y que su predominio en el convenios en que se materializa), no es algo
marco que tiene encomendado para nada ha- dotado de vida propia e independiente, sino
ce retemblar los cimientos del entero sistema
de negociación, que se proyecta sobre un es-
cenario distinto. Es obvio, por lo demás, que
18
En sentido contrario, IGNACIO GARCÍA-PERROTE ES-
CARTÍN, «Autonomía individual en masa y antisindicali-
la modificación ad personam del contenido dad», RL, 1989 Tomo II, p….
del acuerdo colectivo (dentro de los límites 19
Cfr. JESÚS M. GALIANA MORENO, «La eficacia de los
del artículo 3.1.c) ET, insistimos), mediante convenios colectivos en el Derecho español del Trabajo»,
el establecimiento de condiciones más bene- Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2003, p. 69.

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ESTUDIOS

que es una fórmula de reequilibrar el inexis- do indemne el convenio para los demás, com-
tente poder de negociación de los trabajado- porta para ellos una efectiva mejora de sus
res individualmente considerados. Estos son, condiciones de trabajo.
en todo caso, los destinatarios de las condi-
ciones acordadas y para ellos, como se sabe, Ese cuestionable desplazamiento subjeti-
vo de protección es el que parece planear so-
toda norma es heterónoma, tanto si emana
bre buena parte de la doctrina del Tribunal
del Estado como si se ha gestado en la mesa
Constitucional recaída en el tema que nos
de negociaciones del convenio20.
ocupa.
Por eso resulta difícil admitir que, al en-
De la síntesis de la misma que efectúa la
juiciar determinados supuestos de estos lla-
Sentencia 225/2001 y confirma la 238/2005,
mados pactos en masa, se ponga aparente-
se desprenden una serie de afirmaciones,
mente más énfasis en dilucidar si se ha
que, interpretadas sin los necesarios matices
vulnerado en abstracto el derecho de nego-
y cautelas, pudieran llevar a entender –con
ciación colectiva del sindicato21, que en de-
riesgo de generalización contra el que algun
terminar y precisar si en la oferta hecha por
autor ya ha advertido–23, que cualquier ofre-
el empresario a una pluralidad de sus traba-
cimiento de condiciones que ocasione objeti-
jadores22 subyace alguno de los aspectos pa-
vamente (aunque no sea éste el fin persegui-
tológicos a que antes hicimos referencia, que
do por el empresario) la alteración de «la
la haga incurrir en la pretendida violación configuración y los perfiles de la regulación
del derecho de libertad sindical que se de- convencional» o que dé lugar a «la sustitu-
nuncia; o, si por el contrario, es una oferta ción del régimen previsto en la norma colec-
legítimamente emitida y libremente acepta- tiva por otro cualitativamente distinto»,
da por los trabajadores afectados, que, dejan- sería ilícito por contrario al artículo 28.1 de
la Constitución, y que en esos casos «ni si-
quiera la pretendida mejora que pueda tra-
20
Como dice ELÍAS DÍAZ, desde el plano del indivi-
duo «todo derecho es heterónomo» ( «Sociología y filo-
tar de dar validez a tal conducta podrá neu-
sofía del Derecho», Taurus, 1977, p. 40). En el mismo tralizar la lesión que se produce con la
sentido, cabe interpretar a Spiros Simitis, cuando afir- modificación efectuada al margen de los su-
ma: «law and collective bargaining are no bridge to the jetos que concertaron el convenio suplanta-
self-determination of the employee, rather in pursuit of do...» (f.j. 5, con apoyo en las SSTC 105/1992
better protection of the employee they institutionalize
y 107/2000)24.
heteronomy» («The Rediscovery of the Individual in La-
bour Law», cit., p. 186).
21
Al «enjuiciamiento casi abstracto de la posibili-
dad de la negociación individual frente a la negociación 23
Cfr. el comentario de Francisco Pérez de los Co-
colectiva» alude críticamente el magistrado Vicente bos Orihuel a la STC 225/2001 (en MANUEL ALONSO
Conde Martín de Hijas en el voto particular que formu- OLEA y ALFREDO MONTOYA MELGAR, «Jurisprudencia Cons-
la a la STC 238/2005 (vid. el apdo. 3 del mismo). El en- titucional sobre Trabajo y Seguridad Social», Tomo XIX,
juiciamiento en abstracto de la indicada vulneración 2001). El autor, que califica de sólida la doctrina del TC
del derecho de libertad sindical (en conexión con el de sobre los pactos en masa, advierte que la extrapolación
negociación colectiva) ante pretendidas injerencias de inmatizada de la misma por los tribunales ordinarios,
la autonomía individual parece asimismo desprenderse podría «menoscabar el lícito juego de la autonomía in-
de las abstractas explicaciones que sobre el alcance de dividual, que el propio Tribunal constitucional ha avala-
los respectivos fallos contienen tanto la STC 107/2000 do en otras sentencias»(p. 400).
(f.j. 10) como la STC 225/2001 (f.j.7). 24
Ese cuestionable desplazamiento subjetivo de
22
No cabe perder de vista que, como se ha subra- protección se confirma en la STC 238/2005 (última de
yado entre nosotros, «lo plural participa de la naturale- las que, hasta ahora, se han pronunciado sobre el te-
za de lo individual, no de lo colectivo» (cfr. MANUEL ma). En el caso enjuiciado, la pretensión sindical de
RAMÓN ALARCÓN CARACUEL, «La aplicación del Derecho anulación de horarios pactados por determinados tra-
del Trabajo», cit., p. 251). bajadores fue instada en procedimiento de conflicto

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JESÚS Mª GALIANA MORENO

Si no se introducen esos necesarios mati- colaboración que deben existir entre auto-
ces, pienso, por todo lo dicho, que la doctri- nomía colectiva e individual en la regula-
na que viene acuñando el Tribunal Consti- ción de condiciones de trabajo, de conformi-
tucional sobre los denominados pactos en dad con las funciones que constitucional y
masa no es fórmula adecuada para plantear legalmente tienen, respectivamente, enco-
las necesarias relaciones de convivencia y mendadas.

colectivo, que los Tribunales ordinarios (Tribunal Supe-


rior de Justicia de Madrid y Tribunal Supremo) no con-
sideraron adecuado, por ser un tema que afecta a tra-
bajadores singulares, que deben ser oídos. El Tribunal
Constitucional, en clara decantación por el interés sin-
dical, otorga (con el voto discrepante del magistrado Vi-
cente Conde Martin de Hijas) amparo, ordenando al
Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictar nueva
sentencia en el procedimiento colectivo en su día inco-
ado, en el que se resuelva la pretensión del sindicato
demandante sobre vulneración de su derecho de liber-
tad sindical.

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ESTUDIOS

RESUMEN En una aproximación de carácter general, el tema de la confrontación entre los espacios
que la ley reserva a la autonomía colectiva y a la autonomía individual en la regulación de
las condiciones de trabajo no debía presentar especiales dificultades, porque la distribución
de funciones entre ellas resulta clara ateniéndose a los postulados básicos sobre los que se
fundamenta la génesis del Derecho del Trabajo. La autonomía colectiva surge histórica-
mente como alternativa a la regulación heterónoma de las condiciones laborales y sigue
cumpliendo, como función fundamental, aunque no única, la de mejorar los derechos de los
trabajadores que, con carácter de mínimos, establecen las normas estatales. La autonomía
individual, por su lado, posee un mero carácter residual entre las fuentes reguladoras de
las obligaciones laborales, como se desprende del artículo 1.3.c) del Estatuto de los Traba-
jadores, que sólo permite a las partes acordar en su contrato condiciones de trabajo que no
sean «menos favorables o contrarias» a las fijadas en la ley o en los convenios colectivos,
esto es, el establecimiento de las denominadas condiciones más beneficiosas.
Las relaciones entre autonomía colectiva e individual son objeto, sin embargo, de fricciones
especialmente intensas cuando esta fijación de condiciones de trabajo más beneficiosas
adquiere matices plurales, en la medida en que el empresario, mediante pactos individua-
les sucesivos u ofertas genéricas las extiende a un colectivo de trabajadores. Estos denomi-
nados «pactos en masa» han sido objeto de tratamiento en sucesivas ocasiones por la Juris-
prudencia Constitucional, que se ha pronunciado, al resolver los correspondientes recursos
de amparo, sobre si la actuación empresarial enjuiciada constituye, o no, una violación de
la libertad sindical, en su conexión con el derecho de negociación colectiva, o, más clara-
mente, si se produce, o no, una injerencia inadmisible de la autonomía individual en los
dominios de la autonomía colectiva.
La doctrina constitucional sobre este tema parte del reconocimiento inicial de la plena com-
patibilidad entre autonomía colectiva e individual en la regulación de condiciones de tra-
bajo (ATC 1074/1988) y ha ido oscilando en decisiones posteriores hacia una reducción cada
vez mayor del lícito juego de la autonomía individual en la fijación de las mismas. En dicha
doctrina se detecta una cierta falta de claridad en la delimitación de las diferentes esferas
en que se mueven la libertad sindical que se pretende violada (en su conexión con el dere-
cho de negociación), cuyo plano es, por ello, colectivo y, por otro, la esfera individual en que
se mueve la voluntad de los sujetos del contrato de trabajo al concertar (dentro de los lími-
tes legales) sus particulares condiciones más beneficiosas. De ahí que en la doctrina del
Tribunal Constitucional, cuya síntesis establecen las últimas decisiones recaídas (SSTC
225/2001 y 238/2005), se contengan una serie de afirmaciones, que interpretadas sin los
necesarios matices y cautelas, pudieran inducir a pensar, con riesgo de peligrosa generali-
zación contra el que algun autor ya ha advertido, que cualquier ofrecimiento plural de
modificación de las condiciones de trabajo colectivamente acordadas, incluso más benefi-
cioso para los correspondientes trabajadores sería ilícito por contrario al artículo 28.1 CE.
Sin tales matices, estaríamos, sin lugar a dudas, ante una fórmula inadecuada para plan-
tear las necesarias relaciones de convivencia y colaboración que deben existir entre auto-
nomía colectiva e individual en la regulación de condiciones de trabajo, de conformidad con
las funciones que constitucional y legalmente tienen, respectivamente, encomendadas.

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