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El IMPERIO ROMANO DE ORIENTE

El Imperio Romano de Oriente perduró durante toda la Edad Media. Su capital, Constantinopla, fue el centro político,
religioso, económico y cultural del imperio. Como el nombre antiguo de esta ciudad era Bizancio, se conoce también como
Imperio Bizantino.

A la cabeza del imperio estaba el emperador, quien


gobernaba apoyado en sus ministros, una red de
funcionarios y un ejército muy bien dotado. Se entendía
que su poder provenía de Dios y por eso su persona era
sagrada: era representado con una aureola y había que
arrodillarse frente a él. La religión oficial era el
Cristianismo y la Iglesia era dirigida por los patriarcas
(obispos de las principales ciudades del imperio,
Constantinopla, Antioquía, Alejandría y Jerusalén), siendo
el principal el de Constantinopla. El emperador intervenía
en los asuntos de la Iglesia, nombrando a los obispos y
resolviendo asuntos de doctrina.

Uno de los emperadores más


destacados fue Justiniano (En la
foto). Durante su extenso
gobierno (527 - 565) se empeñó
en restaurar la unidad y el poder
del Imperio Romano,
conquistando territorios de los
reinos vándalos, ostrogodos y
visigodos (ver mapa), y
dominando la navegación en el
Mediterráneo. Su obra más
duradera, sin embargo, fue en
el plano legislativo: para
facilitar el trabajo de los jueces,
ordenó recopilar las leyes del
Imperio Romano y organizarlas
en un código. Con estas
recopilaciones, el derecho
romano adquirió simplicidad y
orden y logró sobrevivir,
convirtiéndose, más tarde, en
la base del derecho de
Occidente.

Después de Justiniano, si bien hubo períodos de prosperidad, la tendencia general del imperio fue, por una parte, la pérdida
de territorios ante diferentes enemigos y, por otra parte, el debilitamiento de los lazos con Occidente. Por tradición, el
imperio siguió llamándose romano, pero en realidad fue un imperio griego, pues su reducido territorio solo comprendía
territorios griegos o helenizados como Grecia, Macedonia, Tracia y Asia Menor (ver mapa). El griego reemplazó al latín como
lengua oficial y el alejamiento religioso con Occidente se consumó en el año 1054 cuando la Iglesia Bizantina se separó de
Roma, formándose la Iglesia Ortodoxa (de la recta fe), que no reconocía la supremacía del Papa y afirmaba que el Espíritu
Santo solo provenía del Padre y no del Hijo.

Aun así, este imperio fue muy importante para el desarrollo posterior de Occidente. En sus universidades, centros de estudio
y bibliotecas, los sabios bizantinos resguardaron e incrementaron la cultura clásica, especialmente los conocimientos legados
por los griegos, que serían muy valorados más adelante por los reinos occidentales. La ciudad de Constantinopla, por su
parte, fue un importante centro comercial del Mediterráneo, a través del cual llegaban productos del Lejano Oriente, como
la seda y las especias, que luego se vendían a los grupos de mayor nivel económico en Europa.

Responda las siguientes preguntas

1. Refiérase a la ubicación geográfica, estructura política y estructura religiosa del antiguo Imperio Bizantino
2. ¿Por qué se considera a Justiniano como uno de los principales emperadores bizantinos?
3. ¿Cómo se manifestó el debilitamiento de los lazos entre el Imperio Bizantino y Occidente?
4. Observa la foto del emperador Justiniano y su corte y responde:
a) ¿Qué detalle de la imagen representa la idea del carácter sagrado del emperador?
b) ¿Quiénes ocupaban una posición de privilegio en la sociedad bizantina, además del emperador y
los funcionarios de gobierno que aparecen a la izquierda de la imagen más cercana a él?
5. ¿Qué elementos de la cultura grecorromana fueron resguardados por Bizancio?

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