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Éxodo

Primera parte: Redención de Egipto (1.1—18.27)

I. La necesidad de redención de Egipto 1.1-22

A. La acelerada multiplicación de Israel 1.1-7


B. La aguda aflicción de Israel 1.8-14
C. La destrucción planificada de Israel 1.15-22

II. La preparación de los líderes de la redención 2.1—4.31

A. Moisés es salvado 2.1-10


B. Moisés vindica un desvarío 2.11-22
C. Israel le pide a Dios 2.23-25
D. Dios llama a Moisés 3.1—4.17
E. Moisés acepta el llamado 4.18-26
F. Israel acepta el llamado de Moisés como liberador 4.27-31

III. Dios redime a Israel de Egipto 5.1—15.21

A. Moisés confronta a faraón mediante la Palabra 5.1—6.9


B. Moisés confronta a faraón mediante milagros 6.10—7.13
C. Moisés confronta a faraón mediante las plagas 7.14—11.10

1. Primera plaga: sangre 7.14-25


2. Segunda plaga: ranas 8.1-15
3. Tercera plaga: piojos 8.16-19
4. Cuarta plaga: moscas 8.20-32
5. Quinta plaga: enfermedades en el ganado 9.1-7
6. Sexta plaga: úlceras 9.8-12
7. Séptima plaga: granizo 9.13-35
8. Octava plaga: langostas 10.1-20
9. Novena plaga: tinieblas 10.21-29
10. Décima plaga: anuncio de muerte 11.1-10

D. En la Pascua Israel es redimido mediante la sangre 12.1—13.16

E. Israel es redimido de Egipto mediante el poder de Dios 13.17—15.21

IV. La preservación de Israel en el desierto 15.22—18.27

A. Preservados de la sed 15.22-27


B. Preservados del hambre 16.1-36
C. Preservados nuevamente de la sed 17.1-7
D. Preservados de la derrota 17.8-16
E. Preservados del caos 18.1-27

Segunda parte: Revelación de Dios (19.1—40.38)

I. La revelación del Antiguo Pacto 19.1—31.18


A. La preparación del pueblo 19.1-25
B. La revelación del Pacto 20.1-26

1. Los Diez Mandamientos 20.1-17


2. La respuesta de Israel 20.18-21
3. Provisión para acercarse a Dios 20.22-26

C. Los juicios 21.1—23.33

1. Reglamentos sociales 21.1—22.15


2. Reglamentos morales 22.16—23.9
3. Reglamentos religiosos 23.10-19
4. Reglamentos para la conquista 23.20-33

D. La renovación formal del Pacto 24.1-11

1. El Pacto se renueva mediante la sangre 24.1-8


2. Se revela el Dios del Pacto 24.9-11

E. El tabernáculo 24.12—27.21

1. En el Monte Sinaí se da la revelación 24.12-18


2. La ofrenda para el tabernáculo 25.1-7
3. La revelación sobre el tabernáculo 25.8—27.21

F. Los sacerdotes 28.1—29.46

1. La vestimenta de los sacerdotes 28.1-43


2. La consagración de los sacerdotes 29.1-37
3. Las ofrendas continuas de los sacerdotes 29.38-46

G. Institución del Pacto 30.1—31.18

1. Instrucciones para usar el tabernáculo 30.1-38


2. Instrucciones para construir el tabernáculo 31.1-11
3. Señal del Pacto: El sábado 31.12-17
4. Se presentan las dos tablas 31.18

II. La respuesta de Israel al Pacto 32.1—40.38

A. Israel viola el Pacto voluntariamente 32.1-6


B. Moisés intercede por la salvación de Israel 32.7-33
C. Moisés convence a Dios para que no abandone a Israel 32.34—33.23
D. Dios renueva el Pacto con Israel 34.1-35
E. Israel obedece el pacto voluntariamente 35.1—40.33
F. Dios llena el tabernáculo con Su gloria 40.34-38
EL LIBRO DE ÉXODO DESCRIBE EL HECHO HISTÓRICO MÁS IMPORTANTE para los israelitas: su salvación de la
esclavitud de Egipto. Además de ser el Creador del universo entero y quien había hecho el pacto con la familia
de Abraham, Dios emerge en Éxodo como el Salvador de los israelitas. Los salvó de la esclavitud de Egipto y
en el proceso los moldeó como una nación, como le prometió a Abraham en Gn 12.1-3. Así como nace un
niño, Israel «nació» como nación en el éxodo, creció y se desarrolló en el desierto para llegar a la edad adulta
en la Tierra Prometida. El libro de Éxodo registra el origen de esta nación y se puede considerar el estatuto
fundacional para Israel.
Moisés, el personaje principal de este libro, participó en un drama épico que representó confrontaciones
inolvidables con un obstinado Faraón, una huida de último minuto y una dichosa celebración. A través de todo
el drama, Dios demostró su poder y santidad mediante señales y maravillas milagrosas. Finalmente, a través
de Moisés en el monte Sinaí, Dios enseñó a su pueblo como llegar a ser un reino de sacerdotes y una nación
santa dedicada a servirle y adorarle (19.6).
Éxodo tiene dos secciones principales. La primera sección, escrita como una historia en prosa épica (caps. 1-
18), representa a Dios como el Salvador y Sustentador de su pueblo. Dios primero salvó al bebé Moisés de
morir ahogado y luego le proveyó la mejor educación del mundo antiguo: la corte de Faraón. En esta corte
real y más tarde en el desierto de Madián, Dios preparó a Moisés como un instrumento para salvar a su pueblo,
los israelitas, de la esclavitud. Luego, en el tiempo señalado, Dios envió a Moisés y Aarón a confrontar a
Faraón, el opresor de los israelitas.
Las señales y plagas milagrosas en este encuentro dramático demostraron el poder de Dios por encima de los
supuestos dioses de Egipto, y especialmente de Faraón, quien declaraba ser una deidad encarnada. Puesto
que Faraón intentó destruir al primogénito de Dios (el pueblo de Israel; Éx 4.22, 23), Jehová, en la décima
plaga destruyó a los primogénitos de los egipcios. Pero Jehová pasó por alto, o salvó, a los primogénitos de
los israelitas porque ellos eran su pueblo y habían obedecido sus instrucciones respecto a la fiesta de la Pascua
(cap. 12). Con esta décima plaga, Jehová salvó a su pueblo de la esclavitud. En el Mar Rojo, Dios los salvó
nuevamente, esta vez del poder del ejército egipcio (12.31-42 y 13.17-15.21). ¡El pueblo esclavizado quedó
libre, Dios fue su Salvador!
Dios no sólo salvó a esos esclavos sino también proveyó para ellos. Cuando los israelitas dejaron Egipto, Dios
indicó a los egipcios que les dieran todo tipo de bienes (12.36). Luego, en el desierto, volvió dulces las aguas
amargas (15.22-27), les dio maná (alimento) del cielo (cap. 16) y les sacó agua de una roca (17.1-7). Y aun con
estas provisiones milagrosas, los israelitas murmuraron y reclamaron. Aún no terminaban de cantar las
alabanzas al Señor (15.1-21) cuando comenzaron a murmurar contra su bondad (15.24). ¿Cuándo confiarían
en Dios, su Sustentador?
La segunda sección del Libro de Éxodo es una serie de leyes e instrucciones detalladas (caps. 19-40). Pero estas
no son leyes ordinarias. Ellas revelan el verdadero carácter de Dios. Revelan a Dios como el Dador de la Ley y
el Santo. Esta sección registra las leyes benevolentes de Dios dadas en el contexto de un trato con los israelitas.
La palabra hebrea traducida ley siempre tiene un significado positivo: «Instrucción». La Ley es como un dedo
extendido que apunta en la dirección que una persona debería tomar en la vida. En los Diez Mandamientos
(20.1-17), Dios compasivamente le señaló su camino a su pueblo, el camino a la vida. Pero la instrucción
benevolente era sólo una parte del plan de Dios para los israelitas. Su plan mayor era establecer una relación
con ellos basada en un tratado formal (cap. 20).
Éxodo concluye con instrucciones sobre el tabernáculo: su construcción, amoblado y servicio. Muchas de estas
instrucciones apuntan a la persona y obra del Señor Jesucristo. Dichas instrucciones y el encuentro con Dios
en el Monte Sinaí enseñaron a los israelitas que Dios es perfecto y santo. Sólo es posible aproximarse a Él en
la forma que Él prescribe.
Al final de Éxodo, leemos cómo los israelitas completaron la construcción del tabernáculo (39.33) y que la
gloria de Jehová vino a llenarlo (40.34). Dios salvó a su pueblo, proveyó para ellos, hizo un tratado con ellos y
les enseñó cómo vivir. Finalmente, Él vivió con ellos (Éx 25.8; 29.45). Todo estaba listo, así parecía, para el
viaje a la Tierra de la Promesa.
Tradicionalmente, los eruditos judíos y cristianos concuerdan en que Moisés compiló y escribió Éxodo, junto
con los demás libros del Pentateuco (Génesis a Deuteronomio). Con excepción del resumen histórico del
primer capítulo y la sección genealógica del capítulo sexto, Moisés observó o participó en todos los eventos
que se describen en el libro. Además, a diferencia de Génesis, Éxodo menciona a Moisés como escritor (17.14;
24.4; 34.27). La educación de Moisés en la corte de Faraón (2.10; Hechos 7.22) debió prepararle
maravillosamente para la tarea de escribir. Sin embargo, Moisés puede no haber escrito cada palabra de
Éxodo. Por ejemplo, la sección genealógica de 6.14-27 parece ser una adición de los escribas. Aún así, es
razonable identificar a Moisés como el arquitecto y autor principal de Éxodo.
Algunos han hecho la observación de que sería desusado que un autor usara la tercera persona («él» o
«Moisés») más que la primera persona («yo») en una narración en que el autor está tan íntimamente
envuelto. Aun así, en culturas antiguas era habitual el empleo de la tercera persona por parte del narrador.
Moisés probablemente escribió sus memorias, las que se convirtieron en el Pentateuco, mientras vagaba por
el desierto con los israelitas. Sospechamos que escribió las primeras partes de Éxodo con la total certeza de
que él sería partícipe de la bendición de la Tierra Prometida para Israel. Sólo mucho más tarde (Nm 20.1-13)
Moisés perdió su oportunidad de entrar a la tierra.
Libro que los judíos llaman we elle shemot (y estos son los nombres) según sus primeras palabras, y que la
Septuaginta llama Exodos (salida), de acuerdo con el tema principal. Relata la historia del pueblo de Israel
desde su salida de Egipto, donde habían sido esclavos, hasta la construcción del tabernáculo al principio del
segundo año. La palabra inicial «y» (en el original) lo hacer ver como continuación del Génesis.

ESTRUCTURA DEL LIBRO


Éxodo se divide simétricamente en dos partes principales: la salida de Egipto (1–19) y la revelación de Dios
(20–40). Comienza donde termina Génesis. Empieza hablando de cómo los descendientes de Jacob se habían
establecido en Egipto para escapar del hambre y las dificultades en su tierra. Durante muchos años los hebreos
prosperaron y se multiplicaron con la bendición del soberano egipcio. Pero entonces, según un versículo que
marca la transición (1.8), un faraón que no había sabido de José puso fin a la buena situación de los hebreos.
Rebajaron a los hebreos a la condición de esclavos y los pusieron a trabajar en las obras de construcción del
faraón (1.8–2.22).
El libro se divide en dos partes principales: la salida de Egipto (1–18) y la revelación de Dios en el Sinaí (19–
40).
La primera parte, pues, relata la opresión bajo el faraón Amenofis II (1.1–2.22). Dios ve el sufrimiento del
pueblo y prepara a Moisés para que sea el caudillo libertador (2.23–4.31).
En 6.3 se previene a Moisés de que Israel será testigo de las hazañas de Dios que demostrarán lo que significan
las palabras «yo soy Jehová», de una manera y con un alcance como no se les había revelado antes.
Cuando en nombre de Dios Moisés le presentó al faraón la petición de que dejara ir al pueblo, el gobernante
egipcio se endureció. Se hizo necesaria la intervención divina por medio de las diez plagas. Estas plagas (el
primer gran período de milagros bíblicos) obligan al faraón a permitir la salida del pueblo de Israel (7.8–13.16).
El relato de la salida, la renovada persecución del faraón, el paso del • Mar Rojo y la salvación ocurrida allá,
uno de los grandes temas del Antiguo Testamento, se describe no como un fenómeno natural, sino como un
acto especial del Señor en favor de su pueblo. El pueblo cruza el mar Rojo y comienza su peregrinación hasta
el monte Sinaí (13.17–19.25).
En Sinaí se produce la formulación del pacto de Dios con el pueblo (20.1–24.18). Estos pasajes centrales
contienen el Decálogo (20.1–17) y el Libro del Pacto (21–23). Este «libro» se atribuye expresamente a Moisés,
con lo cual se presupone como ya existente todo lo que está en cierta relación con esta conclusión del pacto,
la división de las semanas y la observancia del sábado, la primogenitura, la Fiesta de los Panes Ázimos (sin
levadura), etc.
En los capítulos restantes encontramos prescripciones respecto al tabernáculo, la institución del sacerdocio,
que se confiere a Aarón y su familia (24.18b–31.18) y la renovación del pacto después de la apostasía (32.1–
35.3). Termina el libro con las instrucciones precisas para la construcción del tabernáculo (35.4–40.34).

AUTOR Y FECHA
Éxodo es uno de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento: libros que tradicionalmente se dice que
escribió Moisés. (• Pentateuco.) Sin embargo, algunos eruditos afirman que Éxodo fue compilado por un
escritor o editor desconocido que extrajo los datos de muchos y diversos documentos históricos. Hay dos
buenas razones por las que Moisés puede aceptarse, sin cuestionar, como el autor divinamente inspirado del
libro.
En primer lugar, Éxodo mismo nos habla del trabajo de Moisés como escritor. En Éx 34.27, Dios le manda:
«Escribe tú estas palabras». Otro pasaje nos dice que «Moisés escribió todas las palabras de Jehová» en
obediencia a su mandato (24.4). Así que es razonable suponer que esos pasajes se refieran a los escritos de
Moisés que aparecen en el libro de Éxodo. Moisés estaba bien capacitado para escribir, pues lo educaron en
la casa del faraón durante los primeros años de su vida.
Puesto que Moisés escribió Éxodo, este podría fecharse algún tiempo antes de su muerte, alrededor de 1400
a.C. Israel pasó los cuarenta años anteriores a esta fecha vagando por el desierto debido a su infidelidad. Este
podría ser el mejor tiempo para escribir el libro.
MARCO HISTóRICO
Éxodo abarca un período trascendental en los albores de la historia de Israel como nación. La mayoría de los
eruditos conservadores sitúan los acontecimientos del Éxodo allá por el año 1445 a.C. Se basan para ello en 1
Reyes 6.1. Según este pasaje, entre el éxodo y el cuarto año (ca. 966 a.C.) del reinado de • Salomón mediaron
480 años. Interpretado literalmente, la fecha del éxodo sería ca. 1445. Esto pareciera confirmarse en Jueces
11.26 y Hechos 13.19, 20, y sugiere que a Moisés lo adoptó Hatsepsut, hija de Tutmosis I. Esto implica que,
muerta Hatsepsut y siendo perseguidos sus amigos por Tutmosis III, Moisés huyó a Madián. Tutmosis III sería
el faraón que persiguió a los israelitas y su hijo Amenhotep II el faraón durante el éxodo.
Por otro lado, mucho eruditos creen haber descubierto una razón muy fidedigna para no aceptar el significado
literal de la cifra 480 años de 1 Reyes 6.1, y ahora la interpretan como representación de 12 generaciones de
40 años cada una. Favorecen 1290 a. C. como la fecha del éxodo, por las siguientes razones entre otras:
1. La arqueología enseña que la destrucción de Laquis, Bet-el y Hazor ocurrió a mediados del siglo XIII a.C.
2. El cuadro de Edom y Moab, entre el éxodo y la conquista, no parece concordar con lo que la arqueología ha
descubierto respecto a la historia anterior a 1300 a.C.
3. La mención de la ciudad de Ramesés en Éxodo 1.11, construida por Ramesés II (1300–1233).
En síntesis, ninguna de las dos fechas carece de fundamento, pero las dos presentan problemas. Sin embargo,
mientras no se descubran datos adicionales, parece más razonable interpretar literalmente lo que la Biblia
afirma, por más insostenible que les parezca a algunos.
La ruta del éxodo de los israelitas, aceptada tradicionalmente, sigue la costa oriental del golfo de Suez hasta
entrar al desierto de Sin, y de allí al monte • Sinaí que se identifica con Musa o Serbal en el sur de la península.
Hay quienes opinan que los israelitas no habrían llegado hasta el sur de la península por temor a los egipcios
que guardaban las minas de Serabit, y se ha sugerido el monte Hellal como el monte de la Ley. No se ha podido
identificar con certeza los sitios mencionados en la historia del éxodo, pero la ruta tradicional parece más
aceptable a la luz de la historia bíblica.

APORTE A LA TEOLOGíA
El libro de Éxodo ha ejercido una gran influencia en la fe de Israel y en la teología cristiana. El mensaje
fundamental bíblico de la salvación surge en muchos sentidos del pacto entre Dios y su pueblo que se describe
por primera vez en este libro.
Vemos varios principios entrelazados en la narración de Éxodo. Uno de ellos es el endurecimiento de Faraón.
Faraón se negó obstinadamente a obedecer la voz de Jehová. Esta maldad, que el Señor no causó, debía servir
para demostrar el poder de Dios en Faraón y para glorificar su nombre. El endurecimiento es el último paso
que lleva directamente a la condenación. No debemos olvidar que Faraón mismo endureció su corazón (8.15,
32) antes de que el texto afirmara que «Dios endureció a Faraón» (9.12; cf. 4.21; 7.13). Dios quería que Faraón
permitiese la salida de Israel. Por eso demostró a través de milagros la realidad de su palabra. Envió las plagas
para impresionar al rey e inducirlo a que diese el honor a Dios, y cesó estas plagas para conmover el corazón
del rey. En todo esto se pone de manifiesto la verdad de que Dios no se complace en la muerte del injusto (Ez
18.32). El Faraón se opuso, resistiendo continuamente la bondad divina y desbaratando a propósito toda
influencia bienhechora producida por las plagas. Dios endurece a los que se endurecen. Deja de ocuparse de
ellos, con lo cual quedan a merced de Satanás.
Varios temas de este libros los vemos claramente desarrollado en la vida y ministerio de Jesucristo. Por
ejemplo, Moisés recibió la Ley en el monte Sinaí; Cristo predicó el Sermón del Monte. Moisés levantó una
serpiente en el desierto para salvación del pueblo; Cristo fue levantado en una cruz para dar vida eterna a los
que confían en Él (Juan 3.14).
La • Pascua (Éx 12), que Dios instituyó al libertar a los hebreos de la esclavitud, pasó a ser fundamental en la
fe de Isrel. Sirvió también como la base sobre la que Jesús instituyó la Santa Cena como recordatorio a sus
seguidores. Si se entiende bien el Éxodo, el mensaje de la Biblia y el significado de la vida de Jesús se percibe
con mayor claridad entre los cristianos.
En resumen, el propósito del libro no solo es conservar el recuerdo de la partida de los israelitas de Egipto,
sino presentar a la consideración humana las aflicciones y triunfos del pueblo de Dios; hacer notar el cuidado
providencial que Dios ha tenido y los juicios infligidos sobre los enemigos. Claramente pone de manifiesto el
cumplimiento de las divinas promesas y profecías dadas a • Abraham afirmándole que su posteridad sería
numerosa y que serían afligidos en una tierra extraña, de la cual saldrían en la cuarta generación con grandes
riquezas. El Éxodo es un buen símil del principio, progreso y fin de la salvación del creyente y de la historia de
la Iglesia de Cristo en el desierto de este mundo hasta su llegada a la Canaán celestial.

OTROS PUNTOS IMPORTANTES


Supuestos «mosaicos»
De «posmosaicos» se tildan a menudo los pasajes del texto que al parecer se escribieron en tiempos
posteriores a Moisés. Como tal se cita la nota (11.3) de que «Moisés era tenido por gran varón en la tierra de
Egipto». Esta frase, que se justifica por el contexto, no debe entenderse como jactancia. Que Moisés no
escribe el libro para gloriarse, se ve por muchos otros pasajes. Por ejemplo: 4.10–15, 24; 6.12; cf.
Deuteronomio 1.37; 3.26.
Otro pasaje que, según se afirma, da prueba de su origen posmosaico es Éxodo 16.35: «Así comieron los hijos
de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los
límites de la tierra de Canaán». Pero de estas palabras no hay que deducir que las escribió otro autor. Indican,
más bien, que el libro tuvo su redacción final poco antes de la muerte de Moisés.
Está además 20.24: «En todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te
bendeciré». Este pasaje se interpreta preferentemente en sentido de que podía haber, de manera simultánea
y con aprobación divina, varios lugares de culto, lo que sería una clara contradicción a la exigencia de
Deuteronomio 12.14 de que los sacrificios solo se presentaran en el lugar que «escogiera Jehová». Se trataría
de una contradicción incomprensible, si realmente en Éxodo 20.24 se permitieran sacrificios en todo lugar,
mientras que según Dt 12.14 solo se debían presentar en el santuario principal, siendo ambos pasajes de un
mismo autor. Pero tal dificultad se disuelve si se toma en cuenta el cambio de situación determinado por la
inminente entrada a la tierra prometida que se prevé en la legislación del Deuteronomio. En el tiempo de la
peregrinación, a que se refiere sobre todo el Libro del Pacto, como también la mayor parte del Levítico, el
santuario central cambiaba constantemente de posición. Puede agregarse también la explicación de que
Éxodo 20.24 significa «en la región de todo el santuario», con lo que tendríamos aquí una referencia directa
al único santuario posterior, el de Jerusalén.
Las dificultades con respecto a las diferencias de posición del tabernáculo (según Éx 33.7, siempre fuera del
campamento; según Nm 2.2ss, siempre en medio del campamento) se resuelven al comprender que el
tabernáculo de Éx 33.7 no es el mismo que el de Nm 2.2ss, sino una tienda provisional que sirvió de
tabernáculo hasta que se pudo construir el definitivo, según las prescripciones señaladas en Éxodo 25–27. (•
Pentateuco.)
Éxodo

Éxodo

de Moisés

Los israelitas yéndose de Egipto, óleo de David Roberts, 1828. Museo de Arte,

Birmingham.1

Ambientada en Antiguo Egipto, mar de juncos, Refidim,


Elim, desierto de Sin y monte Sinaí

Idioma Hebreo

Título original ‫ׁשמות‬ (en hebreo)


Sh'mot (“Nombres”)

Texto en español Éxodo en Wikisource

Contenido

 Éxodo 10
 Éxodo 13
 Éxodo 14
 Éxodo 11
 Éxodo 12
 Éxodo 20
 Éxodo 2
 Éxodo 17
 Éxodo 19
 Éxodo 23
 Éxodo 24
 Éxodo 21
 Éxodo 22
 Éxodo 28
 Éxodo 31
 Éxodo 26
 Éxodo 27
 Éxodo 34
 Éxodo 35
 Éxodo 33
 Éxodo 32
 Éxodo 4
 Éxodo 40
 Éxodo 38
 Éxodo 39
 Éxodo 5
 Éxodo 8
 Exodus 1
 Éxodo 16
 Éxodo 18
 Éxodo 25
 Éxodo 29
 Éxodo 30
 Éxodo 36
 Éxodo 37
 Éxodo 7
 Éxodo 9
 Éxodo 6
 Éxodo 15
 Éxodo 3

Torá

Génesis Éxodo Levítico

El Éxodo es el segundo libro de la Biblia. Se trata de un texto tradicional que narra la esclavitud de
los hebreos en el antiguo Egipto y su liberación a través de Moisés, quien los condujo hacia la Tierra
prometida.
En el judaísmo, el libro del Éxodo forma parte del canon, encontrándose contenido en la Torá y
formando uno de los cinco libros del Pentateuco, que forman la primera parte de la Biblia hebrea.2
En el cristianismo, el libro del Éxodo también forma parte del canon y se encuentra en el Antiguo
Testamento.

Índice

 1Origen y empleo del término “Éxodo”


 2Naturaleza y propósito del libro
 3Contenidos del relato tradicional
 4Temática
 5Simbología
 6Autoría
 7Leyenda e historicidad
o 7.1Éxodo entendido como leyenda literaria
o 7.2Éxodo como hecho histórico
 8Datación y cronología
o 8.1Datos aportados por el relato bíblico
o 8.2Hipótesis basadas en la historia egipcia
o 8.3Cálculo de la fecha del comienzo del Éxodo
 9Ruta emprendida, según el relato bíblico
 10Sentido religioso
o 10.1Judaísmo
o 10.2Cristianismo
 11El libro del Éxodo en el imaginario colectivo
 12Véase también
 13Notas
 14Bibliografía
 15Enlaces externos
o 15.1Traducciones judías del Éxodo
o 15.2Traducciones cristianas del Éxodo
Origen y empleo del término “Éxodo”
Éxodo proviene del latín exŏdus, y éste del griego ἔξοδος, éxodos, que significa ‘salida’.3
En el judaísmo, el texto tradicional es conocido en hebreo como Shemot (‫)ׁשמות‬, término cuyo
significado literal es ‘nombres’.4
Es en la Septuaginta donde se lo titula Éxodos. Al realizarse la traducción al latín, se adoptó dicho
nombre, que fue entonces expresado como exŏdus.5 Las diferentes transformaciones en la grafía,
necesarias según cada idioma, dieron lugar al término “Éxodo”.

Naturaleza y propósito del libro


El principal propósito del Éxodo es mantener vivo en la memoria del pueblo hebreo el relato
fundacional de dicho grupo como nación, a partir de la salida de Egipto, una vez libre y dirigiéndose
hacia la Tierra Prometida, el pueblo israelita adquirió por primera vez conciencia de su unidad étnica,
filosófica, religiosa y nacional, dado que el Libro del Éxodo se refiere a la esclavitud de los hebreos
en Egipto y la epopeya que condujo a liberarlos de tal condición, haciendo de ellos un grupo libre,
con identidad nacional propia y a su vez provisto de Ley.6 Significativas, en este contexto fue aquello
que Moisés dijo al pueblo israelita:
« Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues
Yahvé os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado. Vosotros salís hoy en
el mes de Abib.7 [...] Harás esta celebración en este mes. Siete días comerás pan sin leudar, y el
séptimo día será fiesta para Yahvé. Por los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se
verá contigo nada leudado, ni levadura [...]. Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace
esto con motivo de lo que Yahvé hizo conmigo cuando me sacó de Egipto. Y te será como una señal
sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Yahvé esté en tu boca;
por cuanto con mano fuerte te sacó Yahvé de Egipto. Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo
de año en año ». Éxodo 13:3-10.8
A partir del citado pasaje bíblico que el pueblo de Israel ha considerado —y aún considera— su
obligación el narrar el relato del Éxodo a lo largo de cada celebración pascual.9 Ello tiene lugar
cada Séder de Pésaj, cuando el pueblo de Israel lee y rememora los contenidos que se encuentran
expresados en la Hagadá pascual.
El Libro del Éxodo establece también las bases de la liturgia y del culto del pueblo Israel; el libro en
cuestión está a su vez dominado en toda su extensión por la figura del patriarca Moisés, quien se
desempeñó como líder, conductor y legislador del pueblo de Israel.
El Libro del Éxodo no es exclusivamente narrativo, sino que contiene
también leyes, himnos y oraciones.10

Contenidos del relato tradicional[editar]


"La historia comienza con un pueblo esclavizado en medio de la idolatría egipcia y termina con un
pueblo redimido morando en la presencia de Dios".11
1. Opresión en Egipto 1,1-11,10

 Esclavitud en Egipto 1,1-22


 Preparación del Libertador 2,1-4,31
 Lucha contra el opresor 5,1-11,10
2. Liberador de Egipto 12,1-14,31

 Redención por sangre 12,1-51


 Institución de la pascua 12,1-28
 La décima plaga, muerte de los primogénitos 12,29-51
 Redención mediante la poderosa ayuda divina 13,1-14,31
 Consagración de los primogénitos 13,1-16
 Cruce del mar Rojo 13,17- 14,31
3. Educación de los redimidos en el desierto 15,1-18,27

 Canto triunfal de los redimidos 15,1-21


 Los redimidos puestos a prueba 15,22-17,16
 Prueba amarga 15,22-27
 Hambre 16,1-36
 Sed 17,1-7
 El conflicto 17,8-16
 Gobierno de los redimidos 18,1-27
4. “Consagración de Los Redimidos en el Sinaí” 19,1-34-35

 Aceptación de la Ley 19,1-31,18


 Directivas dadas a Moisés 19,1-25
 Los mandamientos de carácter moral 20,1-26
 Las ordenadas de carácter social 21,1-24,11
 Reglamentos de carácter religioso 24,12-31-18
 Infracción de la Ley 32,1-14
 El becerro de oro 32,1-14
 Rompimiento de las tablas 32,15-35
 Restauración de la Ley 33,1-34,35
 Visión renovada 33,1-34,35
 Las segundas tablas 34,1-35
5. La adoración de los redimidos en el tabernáculo, sacerdocio y ritual 38,1-40,38

 Ofrendas y obreros para el tabernáculo 35,1-40,38


 Construcción del tabernáculo y nombramiento de quienes participaron 36,1-39,43
 Se erige el tabernáculo y desciende la gloria divina 40,1-38

Temática[editar]

Capítulo Temas

1-2 Esclavitud

14 Persecución

8-9-10-11 “Los juicios de Dios”

4- Fe

6-16-17-23(v20)-33-34“Promesas de Dios”

12-20 a 25-35 “Mandatos de Dios”

34(v27). “Comunión con Dios”


3(v5) y 36(v8) Lugar Santo

Simbología[editar]

CapítuloSímbolo

1(v14). Barro

14 Azul

9(v32). Trigo

30(v17)- Bronce

12(v7). Sangre

16(v13). Maná

34(v27). Oro

25(v10). Arca

26(v32). Madera de Acacia

36(v8). Tabernáculo

34(v1). Tablas de Piedra


Autoría[editar]

Moisés con las Tablas de la Ley, óleo barroco de José de Ribera, 1638. Museo Nazionale di San
Martino, Nápoles.

Arte asquenazí. Hagadá de los Pajaritos, Dayenú, manuscrito hebreo miniado, 1300.12 Museo de
Israel, Jerusalén.
Arte sefardí. Hagadá Rylands, Dayenú, manuscrito hebreo miniado, Cataluña o Valencia, 1350.13
Versificación, "Ilu... ve lo... dayenú". Canción pascual que podría traducirse como "Si [tal cosa
hubiese ocurrido] pero no [hubiera ocurrido tal otra], [aun así eso] nos habría bastado [para continuar
creyendo siempre en Dios] (Manchester, Biblioteca de la Universidad John Rylands, Ms. Hebreo 6,
fol. 29v).
Tradicionalmente, tanto judíos como cristianos atribuyen el libro del Éxodo, así como también todos
los demás libros del Pentateuco, a Moisés.14
Hipótesis documentaria. Según la así denominada hipótesis documentaria, los principales autores
de este trabajo habrían sido los grupos de la tradición yavista, elohísta, sacerdotal y deuteronomista.
La hipótesis documentaria estima que la poética Canción del mar y el Código del pacto (escrito en
prosa) son trabajos originalmente independientes de autores pero de algún modo asociados a los
grupos ya indicados. En esta hipótesis, los elohístas son identificados como únicos responsables del
episodio del becerro de oro, y la tradición sacerdotal es autora de las instrucciones para crear
el tabernáculo, las vestimentas y objetos rituales, así como de la descripción de la creación de los
mismos. Tres autores o equipos de escritores tradicionales son a su vez también autores de cada
una de las partes del código de la ley, la tradición elohísta, del Pacto; la sacerdotal, del decálogo
ético; y la yavista, del decálogo de rituales. La hipótesis documentaria sostiene que las demás partes
del libro del Éxodo emergieron a partir de versiones entremezcladas de la tradición yavista, elohísta
y sacerdotal. La reconstrucción de las historias en esas fuentes, aplicando esta hipótesis, tiende a
identificar diferencias y variaciones entre segmentos narrativos diversos. 15

Leyenda e historicidad[editar]
El tradicional relato que presenta el libro del Éxodo es conocido por los judíos hasta hoy en términos
de leyenda pascual, durante la celebración de la pascua judía se lee la Hagadá (‫" הגדה‬relato")
de Pésaj. Para muchos es un hecho histórico que conmemoran.
Los investigadores y científicos prácticamente no disponen de evidencia para corroborar o sustentar
lo narrado, por eso, desde un punto de vista historiográfico crítico, el libro del Éxodo constituye antes
que nada una narración de carácter religioso y cultural, un legendario mito fundacional, en el que los
eventos relatados no deben ser interpretados como hechos reales, sino como una semblanza poética
y una epopeya nacional identitaria de considerable valor simbólico.
Aun así, la posible historicidad del evento ha dado lugar a diferentes teorías especulativas. Una de
ellas, por ejemplo, sostiene que los hebreos no habrían sido dejados en libertad sino que habrían
sido expulsados de Egipto. Según esta teoría, el tema en cuestión se encontraría ligado a la
expulsión de los hicsos, evento descrito en la literatura egipcia.16
La situación se complica además debido a que la tradición hebrea ha sido inicialmente y durante
varios siglos una tradición de corte oral, de la que por el momento sólo se conocen documentos
escritos que datan del siglo VIII antes de la Era Común.
Existe también la así denominada “hipótesis de los dos éxodos”. Ante la ausencia de pruebas
arqueológicas sobre el éxodo de los israelitas, algunos investigadores suponen que la tradición
hebrea podría estar basada en fragmentos o restos de hechos reales y plantean la posibilidad de
que haya ocurrido más de una salida de grupos semíticos desde Egipto en dirección a Canaán.17
Hay quienes a su vez suponen que el éxodo pudo haber tenido lugar en tiempos de Amenhotep IV,
a quien se conoce también como “Akenatón”. Entre ellos se destaca Sigmund Freud, quien expresa
tal convicción en su obra Moisés y el monoteísmo (1934-1939).18 Freud sostiene que la conexión
monoteísta entre Akenatón y Moisés es sugerente y bien podría constituir una solución para el
enigma que emana del libro del Éxodo.
Existen por otra parte otras tantas hipótesis acerca del tema, algunas contemplan olas migratorias
que pudieron haber dado lugar no solo a uno sino a varios éxodos. Sea como fuere, la “hipótesis de
los dos éxodos” acaso responda mejor que otras a lo ocurrido en términos históricos al sugerir
diferentes restos recogidos por la tradición oral hebrea que, con el paso del tiempo, fueron
entremezclándose y por último se fusionaron, dando lugar a la narración del libro del Éxodo.
Éxodo entendido como leyenda literaria[editar]
En La Biblia desenterrada, Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman plantean la inexistencia del
éxodo hebreo.19 En 2006, Finkelstein afirmó, «El éxodo no existió», sosteniendo que bajo la lupa de
las indagaciones arqueológicas no hay prueba ninguna del éxodo; que décadas de búsquedas
en Kadesh (Barnea) no arrojaron ningún resultado absoluto, a lo que se suma la completa
inexistencia de evidencias egipcias —quienes, según él, eran fabricadas por “excelentes cronistas”—
, y sobre todo —sostiene Finkelstein— porque la arqueología contradice sistemáticamente a
la Biblia en este tema, hay evidencias de que en Canaán, (la Tierra Prometida), existían ya
asentamientos protoisraelíes desde mucho antes que las posible fechas del Éxodo desde Egipto. En
otras palabras, Finkelstein propone que no existió ninguna conquista comandada por el guerrero
israelita Josué, sino que Canaán fue invadido pacíficamente varios siglos antes de Josué por parte
de nómadas extranjeros protohebreos cuando el declive de las ciudades-estado cananeas.19
Éxodo como hecho histórico[editar]
Se han planteado diferentes puntos de vista respecto a la historicidad del Éxodo considerándose la
falta de registros, evidencia arqueológica y otros tantos factores. Se originaron también distintas
críticas y teorías especulativas que difieren del relato bíblico original. Una de las teorías que se
plantearon tenía que ver con la tremenda presencia militar egipcia que seguía la ruta costera del
Mediterráneo hasta Canaán.20 Esta teoría quedó descartada debido a que no guardaba concordancia
a lo relatado en la Biblia, ya que en el texto se indica que los hebreos no siguieron la ruta del
Mediterráneo, no fuera que se echaran atrás cuando vieran el ejército (Éxodo 13,17-18).
Otra crítica que se suele hacer es la falta de registros egipcios sobre el hecho, aunque es posible
que los egipcios hayan tenido un documento escrito sobre ello, el egiptólogo británico Kenneth
Kitchen manifestó ante este hecho que los enormes archivos de papiro que estuvieron almacenados
en el antiguo Egipto se encuentran desaparecidos,
"En el fango del delta del Nilo, embebido de agua, no hay papiro que sobreviva (mencione o no a los
hebreos fugitivos)... En otras palabras, dado que los archivos oficiales del s. XIII a.C. procedentes
de ciudades situadas en la parte este del delta del Nilo se han perdido al cien por ciento, no podemos
esperar que contengan menciones de los hebreos o de cualquier otro pueblo."
Kenneth Kitchen, On the Reliability of the Old Testament
Datación y cronología[editar]
Datos aportados por el relato bíblico[editar]
Según el libro bíblico del Génesis la familia del patriarca Jacob salió desde el valle
de Beerseba en Canaán (Gen 46,5) y bajo el amparo de José, hijo del patriarca hebreo Jacob y
primer ministro en Egipto,21 los hebreos se establecieron en el valle de Gosén, en la región llamada
Ramesés (Gen 47,6), y allí se multiplicaron.22 José murió a la edad de ciento diez años (Gén,50,26),
la esclavitud de los hebreos en el Antiguo Egipto comenzó tiempo después, más en un período aún
indeterminado.
La ciudad egipcia de la cual salen los israelitas en el Éxodo también es llamada Ramesés, y según
la tradición bíblica, se trató de unos 600.000 varones (sin contar a las mujeres, niños y ancianos, ni
tampoco a las personas no hebreas que los acompañaron). Ramesés podría ser la actual Qantir en
el Bajo Egipto, en la tierra de Gosén, donde vino a morar la familia de Jacob bajo el amparo de José
y donde se multiplicaron los hebreos en aquellos tiempos (Gén, 47,1). Desde Sucot, los hebreos y
quienes les acompañaban salieron a Etam, a la entrada del desierto (Éxodo, 13,20) y fueron a
acampar a Pi-hahirot, "entre Migdol y el Mar de cañas (Yam Zuf, Mar Rojo) hacía Baal-Zefón".
En Génesis 15,13 aparece un relato en el que Dios le indica a Abraham que su descendencia morará
en tierra ajena, y que una nación extranjera les afligiría, esto por un período de 400 años. Según la
redacción de este pasaje tales 400 años pueden referirse tanto a la experiencia de ser forasteros
como al período de esclavitud que empezó mucho después de la muerte de José en Egipto. En
Éxodo 12,40 se indica que se cumplieron 430 años exactos de la "morada de los hijos de Israel en
Egipto" el mismo día en que se liberó al pueblo hebreo mediante Moisés.
En Gálatas 3,17 el autor de la epístola señala que la Ley llegó a existir 430 años después de que
Dios hiciera un pacto con Abraham y su descendencia, lo que parece dar a entender un punto de
vista en que los 430 años incluyen la morada de Abraham en Canan. Esta opinión existía en el siglo
I d.C, la Septuaginta tradujo este pasaje, “Pero la morada de los hijos de Israel que ellos (el códice
Alejandrino, s. V d.C, añade "y sus padres moraron") en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán
fue de cuatrocientos treinta años de duración”. El pentateuco samaritano también dice, “en la tierra
de Canaán y en la tierra de Egipto”. De igual manera, Josefo escribió en Antigüedades judías, Libro
II, capítulo 15, párr. 2, “Salieron de Egipto en el mes de xánticus (el mes macedonio que Josefo
equiparó al mes de Nisán),... cuatrocientos treinta años después de la llegada de nuestro antepasado
Abram a Canaán”. (Obras completas de Flavio Josefo, por L. Farré, 1961, tomo 1, p. 168.) Así, según
esta opinión presente en el siglo I los 430 años se cuentan desde el tiempo en que Abrahán cruzó el
Éufrates camino de Canaán hasta el tiempo en que los israelitas salieron de Egipto.
Posteriormente en la Biblia se explica que el Templo de Salomón se construyó alrededor de
480 años después de la salida de Egipto (1Reyes 6:1).
Hipótesis basadas en la historia egipcia[editar]
La datación de la composición cronológica del libro del Éxodo es dificultosa y, para alcanzar una
certeza razonable, es necesario relacionar los eventos en él narrados con la historia del Antiguo
Egipto.
Ha habido muchos intentos por ajustar las fechas de los eventos acontecidos en este libro para
precisarlos de acuerdo al calendario gregoriano. Estas tentativas raramente toman en cuenta las
siguientes consideraciones,

 la intrincadas relaciones cronológicas correspondientes para con el calendario hebreo, que es


luni-solar y posee sus propios criterios, que de hecho no son ni necesariamente coincidentes ni
fácilmente adaptables a aquellos solares que rigen tanto al egipcio como al gregoriano;
 el nombre o identidad del faraón de esa época, dado que en el Libro del Éxodo se lo denomina
meramente "faraón";
 las fechas de descripciones no bíblicas de los diferentes pueblos semitas que pudieron haber
abandonado Egipto;
 o la fecha que los arqueólogos e historiadores establecen para la destrucción de Jericó.
Pero, en general, se tiende a suponer que una correcta identificación del Faraón mencionado en el
Éxodo sería la clave para establecer la cronología apropiada para el Éxodo. Algunos, sin embargo,
cuestionan las evidencias arqueológicas que sostienen la fecha del Éxodo y la fecha de la conquista
de Canaán, pero los asentamientos conocidos más antiguos de israelitas no aparecen hasta
el 1230 a. C., mucho después que los muros de Jericó fueran destruidos, además de la falta de
evidencia de un Éxodo de tamaña magnitud, y la ausencia de evidencia de un asentamiento en el
desierto del Sinaí o Arabia. Tampoco hay evidencia de la conquista militar de Canaán.
Aun así han sido propuestos varios faraones y dinastías para el Éxodo, cubriendo tales posibilidades
hasta dos siglos de diferencia,

 Amosis I (1550-1525 a.C.), que cae en el siglo XVI a. C. y tiene el soporte de los semíticos en
tiempos de los hicsos coincidiendo con el período de la expulsión de los Hicsos, aunque esto
contradice algunos aspectos clave narrados en la Biblia. Este vínculo entre los israelitas y los
Hicsos ya fue propuesto por Flavio Josefo en el siglo I d.C.
 Tutmosis I (muerto sin descendencia masculina el año 1492 a. C.), Tutmosis III o Amenhotep
II de la Dinastía XVIII ―siglo XV a. C.. También se ha considerado ese siglo por parte de autores
como Hans Goedicke, egiptólogo de la Universidad Johns Hopkins, que cree que las plagas de
Egipto pudieron haber coincidido con la erupción de la isla de Tera (Santorini) en 1477 a.C.
 Ramsés II o Merenptah de la Dinastía XIX ―1279-1213 a.C.―. Hay quienes creen que esta
hipótesis concuerda con los recientes descubrimientos arqueológicos en Tell el-Daba y Jericó.
Esta hipótesis se sustenta principalmente en el nombre de la ciudad de almacenamiento que los
israelitas fueron obligados a construir, una de las cuales se denominó Ramsés, y junto a Pitom
son ubicables en los tiempos de Ramsés II. La ciudad o localidad en que vivían los israelitas en
el delta del Nilo es llamada también Ramesés, (Éxodo 12,37, “Partieron los hijos de Israel de
Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños...” Números 33,3,
“De Ramesés salieron en el mes primero, a los 15 días del mes primero...” Números 33,5,
“Salieron pues, los hijos de Israel de Ramesés y acamparon en Sucot”.
Si se acepta esta última hipótesis, el faraón opresor inicial habría sido Seti I, cuyo gobierno tuvo lugar
entre 1294 y 1279 a.C., y el Éxodo se habría desarrollado durante el reinado de Ramsés II (quien
gobernó Egipto entre 1279 y 1213 a.C), considerándose en términos de investigación el año 1250
a.C.23
Cálculo de la fecha del comienzo del Éxodo[editar]
La Biblia no menciona por su nombre al faraón del Éxodo, ni da fecha exacta al Éxodo. En 1Reyes
6:1 se lee que el rey Salomón comenzó a construir el templo de Jerusalén en el cuarto año de su
reinado, «480 años después que los hijos de Israel salieron de Egipto». La caída de Jerusalén ante
el rey babilonio Nabucodonosor II sucedió aproximadamente en el año 586 a. C. El período de los
reyes de Israel y Judá es difícil de determinar, pero a partir del relato paralelo del Primero y
el Segundo libro de los reyes transcurren aparentemente 390 años hasta la muerte del rey Salomón;
y otros 37 años adicionales abarcados por el gobierno de Salomón (incluyendo el cuarto año de su
gobierno), daría la fecha de 1013 a. C. para la edificación del primer Templo de Jerusalén, de lo que
puede deducirse que 480 años antes implicaría que la fecha del Éxodo habría sido en año 1493 a. C.
(o 1513 a. C., si se data la caída de Jerusalén en el año 607 a.C., tomando al pie de la letra la
duración de 70 años del exilio en Babilonia y la desolación del país mencionados en 2 Crónicas
36,21; Jeremías 25,11; 29,10; Zacarías 7,5 y Daniel 9,2).
Sin embargo, considerando la complicada cronología de los reyes de Judá e Israel, Enciclopedia
judaica castellana expresa que,
Para la fijación absoluta de las fechas se dispone del eclipse solar del epónimo Isid-Seti-Igbi, ocurrido
el 13 de junio del 809 a.C., o sea 91 años después de la batalla de Cancor, en vida de Ajab, y 78 años
después del envío, por Yehu, de tributos a Salmanasar III de Nínive. Las tablillas epónimas y la
crónica babilonia sitúan la caída de Samaria en enero del 721 a.C. Los dos eclipses del año 7 de
Cambises (523-522 a.C.) establecen la fecha del advenimiento de Nabucodonosor en mayo o junio
del 605 a.C., y la de la liberación de Joaquín por Evilmerodac, hijo de aquel, en el 25 o 27 de adar,
o sea el domingo 29 de febrero o el martes 2 de marzo del 561 a.C..24
De ello resulta que el cuarto año del reinado de Salomón debería haber sido el año 967 a. C. Por lo
tanto, la fecha de Éxodo fue el 1447 a. C. (967 + 480), cuando gobernaba Tutmosis III o Amenofis II,
si bien por el momento se desconoce cualquier tipo de documento o resto arqueológico que confirme
tal acontecimiento.25
Desde el plano de la creencia, el judaísmo ortodoxo, por su parte, ubica el inicio del Éxodo del pueblo
de Israel el 15 de Nisán de 2448, fecha que se corresponde en el calendario gregoriano con el año
1313 a.C.26
Dado que la Biblia indica que los hebreos partieron de la ciudad llamada Ramesés y a hacia Sucot,27
ciudades que son datadas en el siglo XIII a.C., durante el período en que Ramsés II gobernaba
Egipto, en el campo de la investigación se considera el año 1250 a.C.28 H.W.F. Saggs observa en
sus escritos académicos que,
La mención de la ciudad de Ramesés en Éxodo 1:11 en tanto que localidad de almacenaje,
construida en parte por los esclavos israelitas, ofrece de hecho un indicio cronológico, dado que [hoy]
es sabido que Ramsés II construyó una ciudad, Per-Ramsés [i.e., Pi-Ramsés], la cual se
corresponde con el nombre proporcionado por la Biblia. Ello tiende a posicionar la esclavitud [de los
hebreos] en Egipto y su salida de ese país en el siglo XIII a.C.29

Ruta emprendida, según el relato bíblico[editar]


En el relato bíblico se expone que, después de atravesar el Mar Rojo, los hebreos se adentraron en
el desierto de Shur o Etam, y tres días después llegaron a Mara. En este lugar, la unidad del pueblo
hebreo empezó a resentirse y hubo quienes murmuraron y, a pesar de los hechos que habían visto
de Dios, se opusieron a Moisés (Éxodo, 15,24).
Desde Mara se trasladaron a Elim, un oasis de doce fuentes de agua, desde este lugar se adentraron
el desierto de Sin en dirección al monte Sinaí orillando el mar Rojo; ya habían transcurrido dos meses
desde la partida de Egipto. Aquí se verifica el evento del manáproporcionado por Dios.
Ya en el desierto de Sin, la congregación se trasladó desde locaciones como Dofca y Alús. En
Refidim ―cerca del monte Horeb, en el desierto de Parán, un lugar sin agua― combatieron por
primera vez como pueblo contra los amalequitas, venciéndoles (Éxodo, 17,13). En este lugar, Moisés
golpeó una roca con su vara e hizo brotar agua potable.
Desde Refidim, el pueblo hebreo entró al desierto del Sinaí y acamparon en las postrimerías
del monte Sinaí o del monte Horeb a los 90 días de haber salido de Egipto. En este lugar, Moisés
pudo ver a Yahvé, quien le entregó los Diez Mandamientos. Además constituyó el sacerdocio
de Aarón (o sacerdocio levítico), las primeras leyes civiles y religiosas en el pueblo judío,
adicionalmente se construyó el primer Tabernáculo, el Arca de la Alianza. (Éxodo, 25,10). En este
lugar permanecieron dos años y dos meses. Al salir del Sinaí, el pueblo de Israel estaba regido en
todo aspecto legal, civil, moral y religioso (Éxodo, 10,11).
Desde el Sinaí partieron al desierto de Parán y habitaron en Kibrot-hataava (Éxodo, 11,35) para
trasladarse a Hazerot, en pleno desierto. Desde este lugar, Moisés asignó a doce espías para que
reconocieran la tierra de Canaán (Éxodo, 13) desde el monte Neguev (en el desierto del mismo
nombre). Mientras tanto, la congregación avanzó a Ritma y de allí a Rimón-Peres.
La tierra de Canaán reconocida estaba habitada por jebuseos,
anacitas, amalequitas, amorreos y cananeos.
La información conseguida en cuarenta días, fue mal recibida por la congregación, dado que diez de
los doce espías incitaron a murmuraciones en contra de sus líderes, lo que provocó una funesta
rebelión en el pueblo en contra de Yahvé debido a que pensaban que Dios los estaba llevando a la
muerte ante gente aparentemente más poderosa que los mismos israelitas (Números 14) y muchos
pugnaron por volver a Egipto.
Yahvé maldijo a los diez espías, quienes fallecieron de plaga (Números, 14,36) y además condenó
al pueblo de Israel a perderse durante cuarenta años en el desierto del Neguev. Solo Caleb y Josué
fueron autorizados a salir del desierto y adentrarse en Canaán (Números 14,30). Israel intenta
rebelarse ante la condena en el desierto pero son derrotados por los amorreos liderados por el rey
de Edom y los obligan a permanecer entre Cades, el desierto de Moab y el Neguev y allí permanecen
casi 40 años. Aarón fallece en el monte Hor (Números, 20,22-29).
Cuando se cumplieron los 40 años, y hubo fallecido toda la generación adulta, la generación
precedente pudo por fin entrar a Canaán teniendo como líder a Josué (Deuteronomio, 2,14 -24).
Yahvé no autorizó a Moisés a entrar a Canaán y solo le permitió observar la tierra de la herencia
desde el monte Pisga o Nebo (Deuteronomio, 3,27 y Deuteronomio, 32, 48-52) para fallecer en este
mismo lugar y ser enterrado en Moab.

Sentido religioso[editar]
Judaísmo[editar]
La salida de Egipto y la revelación del monte Sinaí son dos hechos fundacionales en la historia del
pueblo Israel. Significativamente, ambos son narrados en el libro bíblico del Éxodo. Según el
judaísmo, el milagro de la liberación del pueblo hebreo demuestra y confirma al pueblo de Israel
como el pueblo elegido por Yahveh y dicha liberación es a su vez determinante en el establecimiento
de la liturgia yahvista.
Cristianismo[editar]
Para los cristianos, la celebración de la primera Pascua prepara el camino para la resurrección
cristiana. La formación del Pueblo de Dios es el antecedente de la Iglesia como asamblea y reunión
de fieles a través de la liturgia.
El Nuevo Testamento reinterpreta muchos de los acontecimientos del Éxodo, Pablo de Tarso insiste
en esto de manera especial (1.ª Corintios, 10,2-4), y luego compara el pasaje del mar Rojo con el
bautismo y la eucaristía (1.ª corintios, 79,8). En el Evangelio de Juan se compara
al mesías Jesucristo con Moisés, y Cristo opone el maná al “pan de la vida”. En más de una ocasión
se ha hecho notar el paralelismo de la estructura del Éxodo con este evangelio, especialmente en
los primeros capítulos.
Por último, en la Epístola a los hebreos se concibe la muerte como el éxodo de la vida hacia la Tierra
Prometida del Cielo, el sacerdocio cristiano como el hebreo, el sacrificio de Cristo como el del Sinaí
y la antigua alianza como la nueva, es sacramentada con la sangre de Jesús.

El libro del Éxodo en el imaginario colectivo[editar]

Hebreos en esclavitud en Egipto. Hagadá Barcelona, arte sefardí, 1350, fol. 30v. Inscripción
en hebreo: "Esclavos fuimos de Faraón en Egipto."30

Moisés flotando sobre las aguas del Nilo. Ilustración de 1897

Signos sobre puertas de viviendas hebreas. Gouache de James Tissot, c. 1896-1902. Jewish
Museum, Nueva York

El paso del ángel de la muerte, con los hebreos celebrando Pésaj, la Pascua judía. Grabado, 1897

Pésaj. Hagadá Kauffmann, siglo XIV


Los hebreos comen hierba amarga. Hagadá de Sarajevo, siglo XIV

El Éxodo. Hagadá de los Pajaritos, arte asquenazí, c. 1300. Museo de Israel, Jerusalén

Éxodo hebreo. David Roberts, Los israelitas yéndose de Egipto, óleo sobre lienzo, 1828

Los hebreos pasan ante un asentamiento egipcio (con las puertas cerradas), posiblemente Baal
Tzafón. Hagadá Kauffmann, siglo XIV

Moisés abre las aguas del Mar Rojo, Hortus Deliciarum, c. 1118

El cruce del Mar Rojo. Óleo por Hans Jordaens III.

Miriam y las hebreas festejan haber cruzado el Mar Rojo. Hagadá de Sarajevo, Barcelona, siglo XIV

 Los hebreos recogiendo el maná en el desierto. Boceto de Tiépolo, 1740.31

Los hebreos recolectan el maná y reciben la Ley. Hagadáde los Pajaritos: Dayenú, arte
asquenazí, c. 1300. Museo de Israel, Jerusalén

La adoración del becerro de oro. Óleo de Poussin, 1634.32


Moisés con las Tablas de la Ley. Grabado de Doré, siglo XIX

Moisés recibe la Ley en Sinaí y la transmite a los hebreos. Biblia de Grandval, manuscrito carolingio,
c. 840 E.C. Museo Británico, Londres

El Decálogo o Ley Mosaica. Jekuthiel Sofer, 1768. Bibliotheca Rosenthaliana, Ámsterdam

Moisés enseña los preceptos éticos al pueblo de Israel. Ilustración de Hartwell James, 1905-16

Moisés, Aarón y la erección del Tabernáculo (Éxodo 40:17-19). Figures de la Bible, 1728

Véase también[editar]

 Hebreos
 Moisés
 Tabernáculo
 Pentateuco
 Pésaj
 Hagadá
 Hagadá Dorada
 Dayenú
 Biblia
 Antiguo Testamento
 El Éxodo descodificado

Notas[editar]

1. Volver arriba↑ El título original de la obra de Roberts fue concebido en inglés: The Israelites
leaving Egypt. En la lengua anglosajona, to leave significa ‘irse’ (Arturo Cuyás, Nuevo
Diccionario Cuyás de Appleton, Englewood Cliffs: Prentice-Hall, 1972, p. 333, III: leave).
2. Volver arriba↑ Dentro del marco del judaísmo, a la versión hebrea de la Biblia se la conoce
como Tanaj.
3. Volver arriba↑ «Éxodo», Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición),
Real Academia Española, 2001.
4. Volver arriba↑ Los israelitas conocen además al libro en función de dos palabras hebreas:
‫( ׁשמות ואלה‬we-'eleh shemoth—“y-estos [son los] nombres”).
5. Volver arriba↑ Éxodo
6. Volver arriba↑ Para un debate acerca de estos aspectos, explórense las numerosísimas
explicaciones y exégesis, tanto judías como cristianas, que fueron desarrolladas a partir del
relato bíblico. Para un debate acerca del tema, consúltese el artículo titulado "People of
Israel" ('pueblo de Israel', entendido como sinónimo tanto de 'israelita' como de 'pueblo
judío'), considérese no obstante que se trata de un texto no editado de 1906, por lo que el
mismo presenta ciertas inexactitudes incluyendo aquellas propias de la época en que fue
redactado; en particular: « "Israel" is the national name of the people who are known racially
as "Hebrews." », donde "racialmente" responde a una noción decimonónica totalmente
especulativa y propia de esos tiempos. Considerando el contexto en que la citada oración
se manifiesta, queda claro que su sentido se refiere a la idea de que '"Israel" es el nombre
nacional de quienes [ya desde antes] son conocidos como los "hebreos"'. Es decir, el Am
Israel (‫—ישראל עם‬Pueblo de Israel), término que para el judaísmo designa a los israelitas,
entendiéndose por ellos a todos los descendientes de Jacob, ya sean del tiempo de antaño
o de cualquiera de los tiempos subsiguientes, de modo tal de llegar a comprender también
a todo el pueblo judío actual (‫)חי ישראל עם‬.
7. Volver arriba↑ "Mes de Abib" se refiere al tiempo de la primavera (en hebreo 'Aviv'—‫)אביב‬
que en el calendario hebreo corresponde al mes de Nisán. Es decir, la liberación del pueblo
de Israel tiene lugar en Nisán y tiene así su simbolismo correspondiente en la primavera,
que no es otra cosa que un período de fertilidad y regeneración. Es típico de los
hispanohablantes el pronunciar los dos sonidos de la letra hebrea "bet" (‫ )ב‬como si fuesen
idénticos; de ahí el "Abib" que figura en la versión bíblica Reina Valera.
8. Volver arriba↑ Éxodo 13: Consagración de los primogénitos (versión Reina Valera, 1960;
accedida 6 de junio de 2014).
9. Volver arriba↑ "Haggadah shel Pesah", Jewish Encyclopedia, 1901-6 (accedido 6 de junio
de 2014).
10. Volver arriba↑ Luego del capítulo 20, donde Yahvé establece y otorga los Diez
Mandamientos, varios capítulos son dedicados a leyes e instrucciones acerca de la vida
diaria y la liturgia; célebres son los cánticos de Moisés y Miriam en el capítulo 15; la
composición también incluye alabanzas a Jehová por la victoria sobre el faraón (Ana
Fermin, "Éxodo", About.com, accedido 3 de junio de 2014).
11. Volver arriba↑ Luis E. Llanez, "Libro del Éxodo", Estudios en el Pentateuco, 3 de mayo de
2009; accedido 3 de junio de 2014.
12. Volver arriba↑ En este manuscrito, las figuras con cabeza de ave también bendicen el vino,
se lavan las manos antes de comer vegetales y recitan poemas litúrgicos llamados en
hebreo paytanim (Elie Kedourie, Le monde du judaïsme, Londres y París: Thames &
Hudson, 2003, pp. 117-118, 259). Para una posible interpretación de la relación entre texto
e imagen en este manuscrito, véase Marc Michael Epstein, The Medieval Haggadah: Art,
Narrative & Religious Imagination, New Haven and London: Yale University Press, 2011; y
Richard McBee, "Bird’s Head Haggadah Revealed", The Jewish Press, 29 de marzo de 2012
(consultado 21 de noviembre de 2014).
13. Volver arriba↑ Este manuscrito hebreo es conocido entre los anglosajones como Hagadá
Rylands; imágenes digitales del manuscrito (enlace rotodisponible en Internet Archive;
véase el historial y la última versión)..
14. Volver arriba↑ Ana Fermin, "Éxodo", About.com Cristianos; "Libro de
Éxodo", GotQuestions?com; Llanes, "Libro del Éxodo", Estudios en el Pentateuco, 2009;
accedidos 3 de junio de 2014.
15. Volver arriba↑ De haberse dado el Éxodo en términos de dos acontecimientos que pudieron
haber sucedido en épocas distintas pero posteriormente resultaros fundirse en uno solo,
una primera narración podría ser yavista y presentar correspondencias con la expulsión de
los hicsos por Amosis I, mientras que el episodio del paso del mar Rojo podría tener su
precedente literario en el Papiro Westcar, documento escrito en tiempos de los hicsos
(1650-1540 antes de la Era Común) en el que un mago egipcio “separaba” las aguas de un
lago (Josep Padró, Historia del Egipto faraónico, p. 226).
16. Volver arriba↑ Según esta teoría, el tema en cuestión se encontraría ligado a la expulsión
de los hicsos, evento descrito en la literatura egipcia. Pero ya sea egipcia o hebrea, la
literatura no es más que eso: literatura y no necesariamente una evidencia históricamente
contundente.
17. Volver arriba↑ Se remiten a la expulsión de los hicsos, pero esta hipótesis no alcanza por sí
misma para explicar una posible conexión religiosa entre el politeísmo de (los hicsos) y el
monoteísmo de los hebreos.
18. Volver arriba↑ Similares son los puntos de vista de escritores latinoamericanos, tales como
el boliviano Ariel Villazón (en ¿Dioses o impostores?) y el argentino Patricio Colombo Murúa
(en Tras las huellas de Moisés).
19. ↑ Saltar a:a b Luisa Corradini, «“El Éxodo no existió”, afirma el arqueólogo Israel
Finkelstein», La Nación, Buenos Aires, 25 de enero de 2006.
20. Volver arriba↑ Kitchen, "On the Reliability of the Old Testament", 467.
21. Volver arriba↑ En Egipto, José ocupó un cargo de mayor importancia, siendo el suyo sólo
superado por la autoridad del faraón; fue una especie de vice-faraón. A veces dicho cargo
puede ser referido como el equivalente al de un visir, si bien José se desempeñó como
primer ministro del faraón egipcio.
22. Volver arriba↑ Anteriormente, estas tierras estaban habitadas por los hicsos hasta
el 1500 a. C. y eran destinadas al pastoreo.
23. Volver arriba↑ Gabrielle Sed-Rajna, Abecedaire du Judaïsme, París: Flammarion, 2000, p.
116. En el plano de la creencia religiosa, el judaísmo ultraortodoxo considera el inicio del
Éxodo en el año 2448 del calendario hebreo, fecha que se corresponde con el año 1313 a.C.
en el calendario gregoriano (Jabad.com; Yehuda Ribco, "Éxodo", SerJudío.com, Uruguay,
2003; consultados 25 de julio de 2014).
24. Volver arriba↑ Eduardo Weinfeld y otros, Enciclopedia Judaica Castellana, México:
Enciclopedia Judaica, 1950, vol. III, p. 242: “Cronología”.
25. Volver arriba↑ En Egipto de haber existido referencia cualquiera al respecto por razones
obvias pudo haber sido censurada y subsecuentemente destruida. Pero el que no se haya
encontrado tal material o incluso el que nunca llegue a descubrirse no necesariamente es
prueba contundente alguna de que el Éxodo no haya tenido lugar. Por convención, suele
además considerarse que el Libro del Éxodo fue escrito por Moisés entre aproximadamente
los años 1440 y 1400 antes de Cristo (About.com y GotQuestions?com; accedidos 25 de
julio de 2014).
26. Volver arriba↑ Jabad.com, El Éxodo: "Al filo de la medianoche del 15 de Nisan del año 2448
desde la creación (1313 A.C), 210 años después de Jacob [y los suyos] se establecieron en
Egipto y después de 430 años del "Pacto Entre las Partes", [...] 600.000 hombres adultos,
además de las mujeres y los niños, y una gran multitud mixta de no judíos que se unió a
ellos, salieron [todos] de Egipto"; también Yehuda Ribco, "Éxodo",SerJudío.com, Uruguay,
2003 (consultados 25 de julio de 2014).
27. Volver arriba↑ Éxodo 12:37: "Partieron los hijos de Israel de Ramesés hacia Sucot. Eran
unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños."
28. Volver arriba↑ Simón Dubnow, Manual de la Historia Judía, Buenos Aires: Sigal, 1977, pp.
34 y 673; Gabrielle Sed-Rajna, Abecedaire du Judaïsme, París: Flammarion, 2000, p. 116;
Philip Wilkinson, Religiões (Religions, 2008), Río de Janeiro: Zahar, 2011, p. 62.
29. Volver arriba↑ H.W.F. Saggs, "Le monde juif avant l'Exil", en: Le monde du Judaïsme (The
Jewish World, 1979), ed. Elie Kedourie, Londres y París: Thames & Hudson, 2003, p. 42.
Análoga es la posición de Kenneth A. Kitchen (Rehabilitación del Antiguo Testamento,
Michigan: William B. Eerdmans, 2003). El texto bíblico narra que "los hijos de Israel [...]
edificaron para el faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés" (Éxodo 1:6, 11).
30. Volver arriba↑ « ... ‫» במצרים לפרעה היינו עבדים‬. La inscripción hebrea da también lugar a ser
traducida como "Esclavos fuimos del faraón en Egipto". Tradicionalmente se considera la
posibilidad de que Ramsés II sea "Faraón" (Pharaoh, Jewish Encyclopedia, 1906, §3), el
poderoso monarca egipcio mencionado en la Biblia en relación al Éxodo hebreo. Ello tiene
su base en el bíblico Libro del Éxodo y la tradicional Hagadádel pueblo judío. La Torá (Biblia
hebrea) contiene además once referencias en relación a los faraones, mas ninguna de ellas
los denomina de modo específico sino que se remite a emplear solo el título "Faraón",
término que el contexto bíblico tiene el sentido de "rey egipcio". Fuera de las escrituras
sagradas para el judaísmo y su exégesis en el marco del monoteísmo hebreo, no se conoce
evidencia arqueológica u otro documento que corrobore el que "Faraón" haya sido
necesariamente Ramsés II. La Hagadá Barcelona es un manuscrito miniado hebreo-
catalán, presevado y exhibido en la British Library de Londres (BL Add MS 14761).
31. Volver arriba↑ Éxodo 16. Trabajo preservado y exhibido en el Museo Nacional de Bellas
Artes, Buenos Aires.
32. Volver arriba↑ Parte considerable del pueblo israelita celebra el quadrúpedo ídolo, mientras
a la distancia, Moisés desciende del monte con las Tablas de la Ley. Pintura preservada y
exhibida en la National Gallery de Londres: The Adoration of the Golden Calf.

Bibliografía[editar]

 Dubnow, Simón. Manual de la Historia Judía, Buenos Aires, Sigal, 1977


 Sed-Rajna, Gabrielle. Abecedaire du Judaïsme, París, Flammarion, 2000
 Wilkinson, Philip. Religiões (Religions, 2008), Río de Janeiro, Zahar, 2011
 Colin J. Humphreys, The Miracles of Exodus, A Scientist’s Discovery of the Extraordinary Natural
Causes of the Biblical Stories 2003, HarperSanFrancisco
 W. F. Albright From the Stone Age to Christianity (segunda edición) Doubleday/Anchor
 W. F. Albright Archaeology and the Religion of Israel (5th edition) 1969, Doubleday/Anchor
 Encyclopedia Judaica, Keter Publishing, entrada en Population, volumen 13, columna 866.
 Fuster, S., El Éxodo bíblico en los textos egipcios, En Revista de Egiptología-Isis N 10 pp.55-62,
Málaga, 2002.
 Y. Shiloh, The Population of Iron Age Palestine in the Light of a Sample Analysis of Urban Plans,
Areas and Population Density. Bulletin of the American Schools of Oriental Research (BASOR),
1980, 239,25-35
 Exploring Exodus, The Origins of Biblical Israel (1986), Nahum Sarna, Shocken Books, 1996
(edición reimpresa), capítulo 5, Six hundred thousand men on foot.
 Those Amazing Biblical Numbers, Taking Stock of the Armies of Ancient Israel William Sierichs,
Jr.
 The Rise of Ancient Israel , Symposium at the Smithsonian Institution October 26, 1991 by
Hershel Shanks, William G. Dever, Baruch Halpern and P. Kyle McCarter, Biblical Archaeological
Society, 1992.
 The Biblical Exodus in the Light of Recent Research, Is There Any Archaeological or Extra-
Biblical Evidence?, Hershel Shanks, Editor, Biblical Archaeological Society, 1997

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