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Documento de discusión para la Mesa de Educación Sexual 1

Elaborado por las Organizaciones:


Se.A.P (Servicio a la Acción Popular);
Católicas por el Derecho a Decidir, Córdoba;
Centro Pedagógico Florencia Fossatti, Manos y
Voces de Mujeres Libres y Fundación Egretta.
Año 2009.

1.- Posición de las ONG en relación al espacio de la mesa.


Las Organizaciones no Gubernamentales que participamos de la Mesa de diálogo con el Estado
nos proponemos dar continuidad a las acciones de monitoreo social de políticas públicas como
parte de las responsabilidades que asumimos como organizaciones y movimientos de la sociedad
civil para promover el pleno ejercicio de los Derechos Humanos. En este sentido nos interesa en
particular que se garanticen los derechos de las mujeres y niñas desde la discriminación positiva
que asegure la equidad de género y la igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones
en las políticas públicas. En este caso para el acceso a la Educación y la Salud y el pleno
ejercicio de los Derechos Sexuales y Reproductivos como parte de los Derechos Humanos
Universales.
La implementación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, fue una
conquista de los Movimientos de Mujeres y Feministas en Argentina en la lucha por el acceso y
la ampliación de los Derechos Sexuales y Reproductivos, en una nueva coyuntura político/social
e institucional garantizando el derecho de las mujeres a decidir sobre el propio cuerpo.
Como organizaciones de la sociedad civil, el seguimiento y control de las políticas públicas
específicas, nos permite incidir en la vida pública y por lo tanto en la vida de las personas
mejorando su calidad de vida y su bienestar, atendiendo al bien común, asegurando el acceso a
los bienes materiales y simbólicos con equidad y promoviendo el ejercicio de la ciudadanía. Si
bien las decisiones le corresponden a los funcionarios políticos del Estado, y deberán responder
por ellas a la ciudadanía, desde la sociedad civil pretendemos aportar con propuestas desde una
mirada particular y abarcativa de la diversidad, el género y la experiencia de lucha como
movimiento social; y desde la expertéz adquirida por las organizaciones de la sociedad civil
respecto del abordaje del problema de los derechos de las mujeres.
Monitorear supone realizar un seguimiento a una política pública, mirar su ejecución detenida y
críticamente desde un posicionamiento político-ideológico y de género, para contar con
elementos que contribuyan a proponer en diferentes espacios acciones para promover el
cumplimiento de derechos. Supone que la sociedad civil organizada ejerza su control ciudadano
respecto de las políticas públicas aportando, controlando la ejecución, acercando la propia
experiencia y su implementación. Recuperando en esa acción nuestra historia de luchas por
lograr determinadas políticas públicas, con iniciativa política como movimiento social que nos
permita exigir al Estado, entendiendo a éste como actor con obligaciones para garantizar el bien
común.
En el proceso de la Mesa de diálogo consideramos que la ley de Educación sexual integral
plantea un punto de partida para el trabajo que delimita con claridad objetivos y acciones que se
deben implementar hoy, más allá de cualquier disenso. Esta ley refleja acuerdos sobre luchas que
hace tiempo vienen planteando algunas ONG y en ese sentido es claro para nosotras que tenemos
1 La Mesa de Educación Sexual fue un espacio de diálogo en torno a la implementación de la ley de educación
sexual en la provincia de Córdoba, convocado por la Dirección de Maternidad e Infancia de la Provincia de
Córdoba (año 2007), dependiente del Ministerio de Salud y en el que participaban también autoridades del
Ministerio de Educación.
que jugar algún papel en la implementación y tenemos el derecho a exigir que el Estado la
garantice. En éste marco consideramos necesario un trabajo en orden a la construcción de
consensos que legitime la implementación de la ley, así como una lectura crítica de los procesos
que se desarrollen.

2.- Análisis del documento Lineamientos Curriculares para la educación sexual integral y
nuestra posición en relación al mismo.

Las organizaciones que participamos de la mesa rescatamos como sumamente importante el


marco normativo desde el cual se posiciona la enseñanza de la Educación Sexual, tal como
dicen en la página 3 de tal documento:
“La Ley N° 26.150 retoma principios y derechos incorporados a la Constitución Nacional, y
dispone líneas de acción tendientes a garantizar la educación sexual integral para todos los
alumnos y alumnas de los establecimientos educativos del país. Asimismo, responde a la
obligación del Estado de adecuar políticas y programas en torno a esta temática a las normas
internacionales adoptadas por el país.
La Constitución Nacional ha incorporado con la máxima jerarquía[1] tratados de derechos
humanos que establecen los principios que la Ley N° 26.150 ha recogido. Entre las normas
relacionadas se encuentran: la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención sobre los Derechos del Niño
(CDN), la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (CEDAW), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Estas normas se encuentran en la cúspide del sistema
normativo argentino y, desde su posicionamiento, inspiran la interpretación y alcance de todo el
ordenamiento jurídico.
También forman parte de la normativa internacional otras convenciones internacionales que
fueron suscriptas por la legislación argentina, como la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Ley Nº 24.632) y el Protocolo relativo a la
Venta de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la Pornografía (Ley Nº
25.763), que amplían el marco de interpretación de la Ley N° 26.150 basado en el respeto,
promoción y defensa de los derechos humanos.”
Este encuadre da cuenta del enfoque de derechos y de género adoptado a lo largo de todo el
documento. Se rescata como altamente positivo la inclusión del respeto a la diversidad de las
personas tanto en sus elecciones sexuales como en su cultura o creencias.
Este marco normativo asegura que la educación sexual tendrá en cuenta los derechos de niños,
niñas, adolescentes desde una perspectiva de género ya que la Convención sobre la eliminación
de todas las formas de discriminación de la mujer, y la Convención para eliminar toda forma de
violencia contra la mujer (Belem do Pará), parten de reconocer y reparar las situaciones de
subordinación y asimetría que viven las mujeres en el mundo y en ese marco, el objetivo general
de fortalecer las capacidades para poder asumir una vida sexual plena, en la cual se promueva el
bienestar, el placer, la salud, la no coerción y la prevención de riesgos de enfermedad, abuso y
embarazos no deseados. Otro punto que nos parece sumamente importante a destacar en el
documento es la eliminación de prejuicios y actitudes discriminatorias relacionadas con la
identidad sexual, en reconocimiento al Derecho a vivir la sexualidad en todas sus formas de
expresión poniendo el eje en los principios constitucionales de igualdad y no discriminación. Por
otro lado, la ley plantea la articulación con el Programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable (ley 25.673), que establece la responsabilidad del estado en pos de garantizar el
acceso a la información y la formación en los conocimientos científicamente fundados sobre la
salud sexual y la reproducción. La responsabilidad del Estado se reitera en lo que hace a la
protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, al incluir la educación sexual
dentro de la formación sistemática

Asimismo habría que definir quienes tendrán a su cargo la capacitación de agentes para
desarrollar la ESI en los diferentes ámbitos en los que se aplicará, como lo establece la Ley nº
25.673 artíc. El Ministerio de Salud en coordinación con los Ministerios de Educación y de
Desarrollo Social y de Medio Ambiente tendrán a su cargo la capacitación de educadores,
trabajadores sociales y demás operadores comunitarios a fin de formar agentes aptos para:
a) Mejorar la satisfacción de la demanda por parte de los efectores y agentes de salud.
b) Contribuir a la capacitación, perfeccionamiento y actualización de conocimientos
básicos, vinculados a la salud sexual y a la procreación responsable en la comunidad
educativa.
c) Promover en la comunidad espacios de reflexión y acción para la aprehensión de
conocimientos básicos vinculados a este programa.
d) Detectar adecuadamente las conductas de riesgo y brindar contención a los grupos de
riesgo…
Consideramos que en el documento cabría avanzar sobre la estrategia a utilizar para el
monitoreo de la implementación de la ESI (el Estado deberá explicitar claramente quién,
cuando y cómo) en las distintas jurisdicciones, como lo plantea la ley 26.150 en su artículo 5º
“Las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal
garantizarán la realización obligatoria, a lo largo del ciclo lectivo, de acciones educativas
sistemáticas en los establecimientos escolares, para el cumplimiento del Programa Nacional de
Educación Sexual Integral. Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de
su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el
marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros.”
Rescatamos también en el documento la definición acerca lo que es la Educación Sexual
Integral, en el marco de la promoción de una salud Integral, que incluye el bienestar Físico,
Psíquico y Social y como un Derecho al que deben acceder todas las personas y durante toda la
vida. Por otro lado el abordaje complejo de la Educación Sexual, sin reduccionismos biológicos,
que apunte a promover cambios cognitivos, mediante información validada científicamente y
libre de prejuicios códigos morales o religiosos particulares. Esto desafía a los agentes
educativos, sociales, y de la salud, a un proceso de formación que les permita informar, trasmitir
y debatir contenidos y perspectivas diferentes, tomando distancia y sin imposiciones de su
posición moral sobre la temática (por ej. No se puede seguir afirmando que la AHE es abortiva,
cuando es un recurso para prevenir embarazos no deseados en situaciones concretas de
violación, o falla de otro método anticonceptivo) y adquiriendo conocimientos y aprendizajes
respecto del abordaje de éstas temáticas (gradualidad de contenidos, evitar prejuicios y juicios
valorativos, etc.
El desarrollo de competencias emocionales que permitan promover el debate, la reflexión, la
solidaridad y la empatía es otro eje que nos parece importante de promover en la escuela, junto al
saber hacer, que implica el derecho a promover la autonomía en procesos de decisión, ante
situaciones concretas de coerción y en el cuidado personal.
El documento nos remite también a la necesidad de abordar esta temática teniendo como
prioridad “el consenso y la atención a la diversidad, deben constituirse en ejes estratégicos para
promover la igualdad de oportunidades y la calidad educativa (Pág.145). Lo cual da cuenta de
que la sociedad tiene diferentes posiciones ante esta temática pero que es fundamental asegurar
una política pública que permita a todos los/as educandos acceder a información válida y segura
más allá de sus códigos morales y posicionamientos religiosos. Esto demanda asumir al docente
como un sujeto hacia el cual se deben prever acciones y gestar posibilidades en su formación.
Se destaca como muy valioso que se plantee la no exclusión entre la transversalidad y la
inclusión en nuevos espacios curriculares específicos para el desarrollo de la ESI, como por
ejemplo talleres, u otros espacios diferenciados de las clases tradicionales y que permitan la
implementación de proyectos escolares. Es fundamental que estos dos espacios (transversal y
específico) estén presentes en la formación. Esto implica un interés por hacer permeables estos
debates en las escuelas ya que requerirán diversos tipos de abordaje y articulaciones entre los/as
actores de la educación.
Proponemos que en el nivel primario y sobre todo en el segundo ciclo del mismo, que los
contenidos de educación sexual estén bien explícitos y definidos en relación a cada una de las
áreas de conocimiento que se abordan, y en el nivel medio, la necesidad de establecer un espacio
y tiempo curricular especifico para abordar este temática tanto en el CBU como en el Polimodal.
Es clave en las instancias de implementación de la ley considerar los marcos legislativos locales
y nacionales que permiten ampliar la perspectiva respecto de problemáticas cercanas y
colaterales a las propias de la SSR tal es el caso, por ej., de la ley Prov. de violencia familiar. Por
otro lado es importante considerar estas leyes nacionales que no están incluidas en el documento
y que pueden ser validas:
Ley Nacional 25808 Adolescentes embarazadas2
Año: 2003 Ley 25808. Ley sobre estudiantes embarazadas. Sancionada: Noviembre 5 de 2003.
Promulgada: Noviembre 27 de 2003. Publicada B.O. 28/11/03 Modifica el artículo 1º de la Ley
Nº 25.584, prohibiendo a los directivos o responsables de los establecimientos oficiales y
privados de educación pública de todo el país, en todos los niveles del sistema y de cualquier
modalidad, la adopción de acciones institucionales que impidan o perturben el inicio o
prosecución normal de sus estudios a las estudiantes en estado de gravidez o durante el período
de lactancia y a los estudiantes en su carácter de progenitores.
Ley Nacional 25584 Acciones contra alumnas embarazadas3
Año: 2002 Ley 25584. Ley Sobre Acciones Contra Alumnas Embarazadas. Sancionada Mayo
2002. Prohíbe toda acción institucional que impida el inicio o continuidad del ciclo escolar a
cualquier alumna embarazada o por cualquier otra circunstancia vinculada con lo anterior que
produzca efecto de marginación, estigmatización o humillación, en los establecimientos de
educación pública del país, de cualquier nivel, ciclo y modalidad. Designa al Ministerio de
Educación de la Nación como autoridad responsable de su cumplimiento, dando el curso
administrativo o judicial adecuado....
Por otro lado marcamos algunas cuestiones que no están explicitas en el documento y serian
valiosas a la hora de la implementación de la ley tales como:
• Si bien el enfoque adoptado por la Ley N° 26.150 en su espíritu tiene una postura superadora
y una mirada integral de la Educación Sexual, abordando aspectos multidimensionales que
dan cuenta de la sexualidad como una construcción social e histórica (que no debe
restringirse a aspectos biomédicos u otros reduccionismos), en los lineamientos propuestos
para el currículum escolar aparece también el enfoque de riesgo dirigido especialmente a la

2 Fuente: www.conders.org.ar
3 Idem Nota 1.
prevención de algunas problemáticas tales como embarazos adolescentes, abuso sexual,
violencia de género, infecciones de transmisión sexual, etc. Alertamos sobre este punto ya
que muchos docentes abordan la educación sexual desde una perspectiva de la patología, y
no desde la mirada amplia de la ESI, que el documento define. A manera de ejemplo: se hace
clara mención de qué actitudes serían deseables ante la presión de los pares, la actitud de un
abusador, la negociación de conductas saludables, etc., lo cual es muy positivo, pero sería
esperable también que con el mismo énfasis los/as educadores pudieran aportar elementos
concretos referidos al ejercicio de una sexualidad placentera abriendo espacios de escucha
donde las/os jóvenes puedan plantear sus miedos, sus dudas y necesidades personales.
• Si bien la ley 25.673 por la cual se crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable establece que el mismo “está destinado a la población en general, sin
discriminación alguna” (artículo 3º) y además dice “garantizar a toda la población el
acceso a la información” Artículo 2º inc. f) en el documento se reconoce como
destinatarios de la ESI sólo a niños/as, adolescentes y jóvenes, reduciendo la necesidad de
educación sexual sólo a esta etapa de la vida. Por lo tanto resulta entonces imperioso
reconocer la necesidad de las poblaciones de más edad de acceder a este tipo de educación
aunque cada etapa requiera un tratamiento diferente. Por ejemplo es necesario reconocer
como destinatarios de la ESI a alumnos/as jóvenes y adultos/as que asisten a CENPAs y
CENMAs, ya que son poblaciones que manifiestan muchas necesidades y que fueron
excluidos en algún momento del sistema escolar.) El documento está dirigido a un “alumno/a
común” que transita sin interrupciones su trayectoria escolar, por lo que se hace necesario
ampliar este concepto. Creemos que también se debiera contemplar como destinatarios/as
de la ESI, a los/as jóvenes del nivel terciario y universitario, ya que en éste nivel no
puede reducirse la formación sólo a aspectos técnicos propios de la carrera sino que
habría que considerar una formación más holística del estudiantado, a través de
alternativas tales como seminarios, publicaciones de difusión gratuita y masiva, materias
obligatorias en el caso de los/as profesionales de la salud y de las Cs. Sociales, para ello sería
propicio generar espacios de articulación interministerios, universidades y ONGs.
Por último, deberían contemplarse también instancias de educación no formal que incluyan a
aquellas instituciones que no forman parte del sistema educativo o personas que fueron
excluidos en algún momento de la educación formal.

3.- Propuestas en relación a la capacitación: contenidos y estrategias.


Rescatamos como sumamente importante el marco normativo adoptado también para la
capacitación de los/las involucrados/as en el hecho educativo desde el cual se posiciona la
enseñanza de la Educación Sexual. Este marco da cuenta del enfoque de derechos y de género
que orienta el documento. Se destaca como altamente positivo que se tenga en cuenta la
diversidad de formas que adopta la sexualidad humana para facilitar el cuestionamiento de los
discursos totalizadores y normativos que pretenden explicar las diferencias entre varones y
mujeres y entre distintas identidades sexuales. Este marco teórico y normativo permite mostrar
que la educación no es una práctica neutral, sino que produce subjetividades y formas de pensar
el género y la sexualidad. En los contenidos mínimos de la capacitación también debiera
contemplarse la construcción social de la masculinidad a fin de problematizar la noción de
sexualidad y masculinidad hegemónica que refuerza al patriarcado. Por otra parte deja sentado
que la capacitación debiera favorecer el desarrollo de la construcción del conocimiento a través
de la investigación de la propia práctica, el manejo sólido de conocimientos específicos y la
capacidad de promover proyectos destinados a la transmisión-creación de conocimientos y que
valoricen la participación, el trabajo conjunto, la autonomía, la imaginación y la creatividad.
En el documento se explicita que se espera un “trabajo dirigido a promover aprendizajes en tres
niveles: el pensamiento, los sentimientos y las prácticas concretas”, por lo que sería conveniente
que la capacitación promueva que cada educador/a haga una auténtica revisión de los
propios valores, creencias y sentimientos con respecto a la sexualidad y cómo esta tiñe o
influye en su práctica áulica cotidiana para clarificar para sí mismo/a en qué nivel de
involucramiento desea participar en los espacios curriculares específicos tales como los
proyectos escolares. Consideramos que desde la escuela es imprescindible abrir
posibilidades, mostrar diferentes perspectivas y puntos de vista, promover el debate y
ampliar el universo simbólico; sin imposición de códigos morales de determinada religión o
creencia.

En lo que respecta a la capacitación docente, el docente debería ser formado no meramente


“informado” recibiendo capacitación sobre estrategias didácticas innovadoras que permitan
la implementación efectiva de la ESI como se menciona en el apartado 5.1 de los lineamientos
curriculares (Estrategias posibles de formación docente continua). Previamente se debería
avanzar en la urgente definición de los contenidos específicos y necesarios de la
capacitación docente y a cargo de quiénes estará. También sería fundamental incluir talleres
participativo - vivenciales que permitan facilitar el autoconocimiento y el cuestionamiento de
prácticas normativas o discriminatorias basadas en condicionamientos religiosos o de cualquier
otra índole propiciando acciones centradas en las instituciones educativas.

En relación a la capacitación en servicio de educadores/as (docentes, formadores de


formadores de los IFD y profesorados universitarios, profesionales de la salud, trabajadores y
comunicadores sociales) que desarrollen la ESI en sus distintos espacios de trabajo, dicha
capacitación debería ser implementada mediante la conformación de equipos
interdisciplinarios de especialistas para desarrollar tareas de capacitación en tres niveles
diferentes:

a) FORMACIÓN DE FORMADORES EN SERVICIO: para que se puedan formar los


recursos humanos que permitan una paulatina y gradual implementación de la ESI en el
currículum de los IFD y en los profesorados.
b) EDUCADORES: Capacitación en servicio de equipos docentes y directivos.
c) AGENTES DE SALUD: Capacitación en servicio de equipos de salud (a fin de que se
pueda lograr una articulación interministerial (educación y salud) y a nivel micro, barrial).

En relación a la formación docente inicial en los Institutos de Formación Docente y


considerando inminente su transformación curricular, proponemos el abordaje de la ESI en
forma transversal y en espacios curriculares específicos tales como talleres y seminarios. Para
ello deberían definirse lineamientos curriculares en las diferentes áreas de formación
recuperando, a su vez, experiencias innovadoras que se hayan desarrollado en los distintos
niveles y se ajusten al marco normativo definido en este documento que analizamos.
Reconocemos también la necesidad de articular con universidades públicas para que estén
presentes estas necesarias reformas en la formación de grado de los profesorados universitarios,
introduciendo cambios sustanciales en los planes de estudio.

Atendiendo a lo que establece la ley 26.150 en su art. 8º inc. (e) acerca de la gratuidad de la
capacitación en servicio, creemos que el Estado debe garantizar el acceso a una formación
sólida para todas las regiones, garantizando los recursos financieros necesarios para la efectiva
aplicación de los considerandos de la ley en lo que a ello se refiere.

Reconocemos como un hecho muy positivo que los lineamientos curriculares pongan de
manifiesto la voluntad de articular acciones interministeriales como lo plantea en su artículo
1º, la ley 26.150. Esto supone avanzar en pensar a la escuela no como una institución cerrada
(donde la capacitación esté planteada sólo para los/las docentes) sino abierta a la participación
de otros actores entre ellos padres, operadores comunitarios, etc. como lo sugiere la ley 25.673
en su artículo 5º.

Consideramos que la coordinación de la implementación de la ESI en los espacios curriculares


específicos de cada institución deberían estar a cargo de equipos docentes formados ad hoc y
conformados de forma voluntaria por los actores de cada comunidad educativa. Si bien la
participación en los proyectos debiera tener este carácter, la capacitación tendría que
alcanzar en forma obligatoria a todos los educadores para que puedan acompañar los
proyectos que lleven adelante los equipos responsables de la implementación de la ESI de cada
institución y en función de que se plantea la transversalidad de los contenidos.

Más allá de la capacitación, debería haber espacios de consejería para la contención de los/las
docentes, padres y alumnos/as ya que al abrir estos espacios de diálogo se generan vínculos de
confianza con los/as alumnos/as en las que se ponen de manifiesto situaciones que requieren de
atención o derivación profesional, (abuso sexual, violencia doméstica, de género, etc.)

Como resultado de las acciones emprendidas sería dable esperar que se explicitara un
cronograma concreto (cuándo), acciones específicas a desarrollar (qué, quienes y cómo),
equipos de capacitadores y con qué financiamiento se lograría todo esto.

4.- Estrategias de comunicación a la comunidad


Tal como señaláramos en el punto dos del presente documento, en diferentes partes del material
sobre los lineamientos curriculares para la ESI se alude a la necesidad de la construcción de
consensos que permitan ir dotando de legitimidad a la implementación de la ley 26.150. Subyace
a ello el reconocimiento de las tensiones y conflictos que pueden suscitarse en este proceso, tal
como se plantea al abordar la “complejidad del hecho educativo” y “las personas involucradas en
él con diferentes derechos puestos en juego4”. En ese marco, consideramos que es necesario
sostener, en el discurso y en las acciones, las responsabilidades diferenciadas, del Estado,
las Familias y la Escuela, en cuanto a la ESI. Desarrollando, además, en el ejercicio de los
diversos roles propuestas y protocolos de acción que permitan a los actores mencionados
tener claridad en los marcos y márgenes de su acción. En tal sentido, el documento delimita
con claridad estas responsabilidades enfatizando el enfoque de derechos humanos que constituye
el marco normativo de la ley de ESI.
En cuanto al ESTADO puntualiza su rol de garante de derechos de todas las personas
involucradas en el acto educativo respetando las consideraciones emanadas del marco normativo
nacional e internacional. Debe garantizar el derecho de los/las niños/as y adolescentes a la
educación en general y a la educación sexual, en particular y considerar sus opiniones,
necesidades e intereses. Debe respetar el derecho fundamental de las familias en lo que refiere a
la educación de sus hijos/as, en este punto aclara que este derecho rige siempre y cuando las

4Ver apartado “La Educación Sexual integral”, en donde se analizan los criterios en los que se asienta el enfoque
desde el cual se plantean los lineamientos curriculares. Pags. 9 y 10
familias efectivicen las obligaciones que de él se derivan. En este sentido, el documento plantea,
en la pág. 10: “…La consideración de que todo derecho de los adultos en relación a los menores
conlleva una obligación legal y que es obligación del Estado la implementación de acciones que
propendan a garantizar los derechos humanos, entre los que se encuentra el derecho a la
educación de todos los niños, niñas y adolescentes, debe ser el eje que oriente la progresiva
superación de las tensiones que pueden suscitarse a la hora de definir el modo en que éstos se
hagan efectivos”. En cuanto a los/as docentes señala que su reconocimiento como sujetos de
derecho debe expresarse en el reconocimiento de la identidad profesional y en la oferta de
espacios de formación para que puedan cumplir con los propósitos del ESI. Esto requiere ciertas
garantías para que pueda darse en el marco del sistema educativo que respalda a los/as docentes.

FAMILIAS: el documento señala, en la pág. 10 que “las familias de los alumnos y alumnas no
aparecen desde esta perspectiva como destinatarios secundarios de las acciones, sino como
interlocutores genuinos, portadores de derechos y responsabilidades, entre los cuales está la
educación de sus hijos” y, en la pág. 14 que “…si bien la Ley de Educación Nacional y la Ley N
° 26.150 establecen el derecho fundamental de las familias en lo que respecta a la educación de
sus hijos, conforme a sus propios valores y creencias, éste no puede vulnerar o soslayar el
cumplimiento de las normas vigentes que las mismas leyes citadas también establecen”. En este
sentido, la construcción de consensos y “sin eludir el abordaje de las tensiones” será necesario
encarar desde el rol que le compete a cada una. La escuela desde su función de asegurar la
transmisión de conocimientos científicamente validados, la formación ética y ciudadana en el
marco de respeto por los derechos humanos y la ampliación del universo simbólico. Las familias
desde su rol formador en las creencias y códigos morales que aspiran para sus hijos/as.

ESCUELA: respecto a las funciones de la Escuela retomamos lo planteado en la pág. 11 del


documento dado que precisa con claridad estas funciones. Consideramos que es fundamental
trabajar desde esta perspectiva, tanto en los escenarios institucionales como con las familias y
adultos de referencia. Dichas funciones son:
- Generar climas institucionales en los que primen la confianza y la comunicación necesarias
para hacer posible el diálogo entre adultos/as y niños/as, adultos/as y adolescentes sobre temas
relacionados con sus necesidades, temores y preocupaciones en relación a su crecimiento.
- Brindar conocimientos pertinentes y científicamente validados relacionados con el crecimiento,
desarrollo integral de la identidad y cuidado de la salud personal y colectiva, en forma gradual y
pertinente para cada momento evolutivo.
- Respetar el derecho de niños/as y jóvenes a recibir información precisa y actualizada.
- Generar oportunidades para la interacción entre compañeros, en torno al aprendizaje de
contenidos como así también a la resolución de conflictos, al intercambio de experiencias, a la
expresión de emociones y sentimientos, promoviendo la comprensión y el respeto por lo
derechos propios y ajenos.
- Favorecer la adquisición de habilidades para la vida que contribuyan a optimizar la toma
responsable de decisiones.
- Trabajar intersectorialmente para cumplir funciones de orientación, acompañamiento y
derivación a los organismos pertinentes a niños, niñas y adolescentes víctimas de maltrato
infantil o abuso sexual.
- Desarrollar estrategias de diálogo y búsqueda de consenso con las familias, no sólo en lo
referido a la ESI sino también en temas vinculados al lugar de los adultos/as en lo concerniente
al acompañamiento de niños, niñas y adolescentes en su crecimiento y desarrollo integral.
- Promover el análisis crítico entre los docentes y demás adultos de la institución escolar para
evitar la reproducción, legitimación o tolerancia de cualquier forma de discriminación o
estigmatización relacionada con la identidad sexual de las personas.
- Promover una formación integral que tenga en cuenta los derechos de las personas a hacer
elecciones libres, en el marco del respeto por sí mismos y por los demás.
- Propiciar intervenciones respetuosas de la intimidad y creencias de las personas, promoviendo
el diálogo y el análisis crítico.

Acciones necesarias
Talleres de sensibilización dirigidos a las familias y/o adultos de referencia, esta
recomendación, que se desprende del documento, nos parece fundamental a la hora de abordar
diversas temáticas que contribuyan a construir consensos que faciliten la implementación de la
ley. Así, se plantea en el documento en la pág. 14: “.Según lo dispuesto por la Ley N° 26.150, y
en vista de diversas experiencias que demuestran cómo el abordaje de la educación sexual y el
trabajo docente se facilita y enriquece con la participación de las familias, resulta pertinente la
recomendación de realizar talleres de sensibilización para adultos/as de la familia o de
referencia, para acompañar las acciones y propósitos establecidos por la Ley N° 26.150 en su
artículo 9°”. Estas acciones además podrán favorecer la lectura del estado de situación de los
niños/as jóvenes/as respecto a la temática y el grado y posibilidad de complementación con los
elementos con que cuentan las familias. Asimismo, desde la escuela es posible promover la
comunicación con niño/as y adolescentes sobre el desarrollo de su sexualidad, sus cambios,
opciones e inquietudes. Cabe señalar, además, que sin duda esto traerá posiblemente nuevas
demandas a abordar sobre el tema que tiene que contar con previsiones al respecto. En muchos
casos las familias demandan asesoramiento y apoyo para abordar problemáticas específicas o
simplemente afrontar los prejuicios y tabúes para ponerlos en cuestión ampliando el universo
simbólico y negociando significados.
Articulación de políticas interministeriales: esto se plantea como una necesidad y un aporte
para que las Escuelas, sin perder su especificad y función educativa, puedan derivar a las
instancias pertinentes al momento de detectar problemas vinculados a la salud sexual y
reproductiva de los alumnos; así como ciertas demandas que probablemente queden planteadas
en los procesos que se desarrollen. En este sentido, consideramos que facilitar el acceso
actualizado a una base de datos de recursos institucionales disponibles, (en los diversos ámbitos
del estado, sociedad civil, redes, etc.) así como también trabajar en la construcción de bancos de
datos respecto de materiales, propuestas didácticas, material de lectura para docentes, estrategias
y material didáctico, etc, sería un primer paso. Es fundamental articular y disponer los recursos
interministeriales necesarios para el asesoramiento y acompañamiento a las escuelas en la
denuncia y asistencia de casos de violación y abuso sexual, prostitución infantil y diferentes
formas de maltrato y abandono. Esto fue desarrollado también, en el apartado anterior, cuando
aludimos a la necesidad de la consejería para padres y docentes.
Comunicación Social: tal como se plantea en el documento, consideramos que es prioritario
diseñar una estrategia masiva de comunicación orientada a facilitar la información a la población
acerca de la implementación de la ley de ESI, por un lado y a promover el ejercicio de una
sexualidad placentera y responsable. Esto consideramos que es necesario a los fines de
legitimación y gestación de consensos en el plano de la sociedad respecto de la presencia de la
temática en la escuela., Así se expresa en el documento en la pág. 18: “Otra responsabilidad de
la agenda educativa debe pasar por la comunicación social. Así, las acciones educativas
encaradas desde la educación formal, en la medida en que sean adecuadas y responsablemente
socializadas, contribuirán también a generar la visibilización, el debate y la concientización
necesarios para fortalecer la construcción de representaciones sociales acordes con los
derechos humanos promovidos en toda la legislación referida a la educación sexual integral.
Una eficaz estrategia de comunicación puede motivar conductas grupales e individuales atentas,
responsables y cuidadosas en el plano de la sexualidad, especialmente en los jóvenes, en tanto
llegue de manera sistemática y continua a un número elevado de integrantes de la sociedad” y
en el artículo 8º inc. a) de la ley nº 26.150 que establece la difusión del Programa entre quienes
lo van a implementar: “cada jurisdicción implementará el programa a través de la difusión de
los objetivos de la presente ley en los distintos iveles del sistema educativo…”

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