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DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD.

ESQUEMA DE ROLES
(Jaime G. Rojas-Bermúdez)

La Psicología Evolutiva, que estudia el desarrollo de la persona a lo largo de toda su vida (ciclo vital), ha
señalado la importancia de los primeros años de vida en la formación de la personalidad, del desarrollo de
habilidades (aptitudes) intelectuales, de equilibrio afectivo y capacidad de socialización. Estos primeros años
de vida van a formar la base fundamental de lo que somos, de cómo entendemos la vida y las relaciones
sociales, así como de qué manera nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.

La imagen que se presenta es una representación de la


persona en interacción con su medio social. Es la
representación de una persona adulta. Se va a ir explicando
cada aspecto que aparece en ella:

NÚCLEO DEL YO

¿Qué necesita el bebé para sobrevivir?

Durante los tres primeros años de vida, el bebé, para


sobrevivir, necesita una constante complementación con el
afuera (medio físico y social; cuidador/a que da de mamar al
bebé, por ejemplo), que ha de cubrir sus necesidades: de
alimentación, de caricias, de limpieza,…, que habitualmente son denominados cuidados maternos.

¿Cómo es la comunicación bebé-medio?

El bebé se relaciona con su medio a partir de la expresión de las emociones (llanto cuando tiene hambre, le
duele algo, etc.) y este tipo de comunicación (directa, biológica, básica, corporal) hace que el medio responda
(cuidador/a que le atiende, dándole de comer, limpiándolo, etc.). Poco a poco va a aprendiendo que el medio
responde en función de las cosas que hace (le dicen que “no se puede tocar eso”, para lo que sirven las cosas,
etc.) y esto hace que vaya entendiendo que hay un mundo más allá de sus necesidades y de su cuerpo.

¿Cómo se forma la base de la personalidad?

Las experiencias que resultan de esta complementación entre lo interno del bebé (sus necesidades) y los
aportes del medio que lo rodea, son registradas en el cerebro y son las que conforman la base de la personalidad
(núcleo del yo). Esta base de la personalidad le va a marcar una forma de ser, una forma de actuar sobre el
medio, que le acompañará el resto de su vida. Esto no significa que no vaya a aprender nada más o que no
pueda cambiar aspectos de su personalidad (que irá añadiendo a medida que crece y se relaciona) pero sí es
cierto que habrá determinadas cosas, muy básicas y fundamentales, que no podrán ser modificadas.

YO

¿Cuándo y cómo empezamos a ser conscientes de quiénes somos?

El control de esfínteres marca el inicio del control de los contenidos propios de manera voluntaria, y la
aparición del Yo, como un nuevo sistema que se acopla (integra) al núcleo del yo. El Yo modifica la relación del
niño/a consigo mismo y con los otros. Comienza la preocupación por la relación entre lo interno, su cuerpo, y los
otros; y trata de controlar, esconder o disfrazar los aspectos de sí mismo que no desea que sean vistos por los
demás. Esto se da tanto a nivel físico (control de la vejiga) como sicológico (mentiras). El Yo, que podemos decir
de manera muy simplificada, es básicamente conciencia de sí mismo y tiene como manifestación principal la
reflexión.
¿Qué conseguimos al ser conscientes de quiénes somos? ¿Para qué sirve el Yo?

Esta nueva función del cuerpo (Yo) va a ser la que va a permitir a la persona mantener una especie de
“diálogo” entre su mundo interno (fantasías, pensamientos, ideas, necesidades,…) y externo, de tal manera que
puede interferir en la comunicación natural (biológica, innata; como por ejemplo, necesidad de orinar o comer, o
deseos de agredir) para tomar nuevas decisiones (esperar al final de la clase para orinar; comer más tarde
porque “ahora no es el momento”; hablar con la persona en vez de agredirla).

¿Qué cosas puede hacer el Yo?

El Yo va a ser la identidad de cada persona, su inteligencia, sus sentimientos, su forma de ser,…, y todo lo que
vaya aprendiendo en relación consigo mismo y con el medio (físico y social). El Yo es el que va a reflexionar sobre
las cosas, el que va a tomar las decisiones y el que va a experimentar el resto de situaciones que ocurran en la
vida.

¿En qué contribuye el Yo a nuestra forma de ser, nuestra personalidad?

En relación a la personalidad, va a ser la parte más modificable de la persona. La personalidad será, pues, la
resultante de las experiencias vividas durante la formación del núcleo del yo (estructura rígida) junto con las
experiencias que se vivan en el contexto donde la persona se desenvuelva (“Yo soy yo y mi circunstancia” Ortega
y Gasset).

ROLES SOCIALES

¿Qué es un rol social?

Con la aparición del Yo se empieza a tomar distancia de los objetos y personas que están en el medio, y
empiezan a ser considerados como algo diferente a uno mismo. Esta toma de distancia da lugar al inicio de la
elaboración de roles sociales.

Los roles incluyen, frecuentemente, conjuntos complejos de conductas, referentes a diferentes aspectos
sociales y relacionados con otros roles complementarios: por ejemplo, el rol de maestro implica varios roles
complementarios, algunos como rol principal (en relación a
los alumnos), pero tambíen en la relación con padres de
alumnos, director, etc. Así, quien lo aprende no sólo
aprende las características propias del rol sino también las
de la dinámica de la relación (relación en movimiento,
interacción). De este modo, cuando se desempeña un rol
social con su complementario, ya hay un conocimiento
previo de los posibles comportamientos que se desarrollan en el vínculo (resultado de la interacción entre el rol
y su complementario); por ejemplo, qué suele hacer un comprador y un vendedor.

Los roles sociales son representados como prolongaciones del yo, con diferentes grados de desarrollo,
queriendo significar con ello el mayor o menor grado de conocimiento y/o entrenamiento de los mismos. El
aprendizaje de estos roles va desde el conocimiento de sus contenidos, a un primer nivel potencial (roles
potenciales) y, en segundo término, a su aprendizaje social. Estos roles, de acuerdo con el grado de desarrollo
alcanzado por el aprendizaje y el entrenamiento son clasificados como: bien desarrollados, medianamente o
poco desarrollados.
¿Cuándo y cómo se aprenden los roles sociales?

El aprendizaje se inicia aproximadamente a los dos años, con la aparición del Yo, considerándose adulto al
individuo que es capaz de desempeñar con eficiencia los roles sociales propios de la cultura (estructura social) a
la que pertenece. El niño/a a través del juego empieza a adquirir, memorizar y repetir lo que va recibiendo del
mundo externo social y va incorporando los contenidos relacionados con los roles sociales a los que tiene acceso
(cómo es ser papá, cartero, enfermero, conductora de autobús, abogada,…).

A medida que el niño/a amplía sus posibilidades y las experiencias sociales se hacen más evidentes, descubre
la existencia de otras relaciones ajenas a su atención y control. Ahora no es él el único en el mundo (mío, mi, yo…
pasan a ser suyo, tuyo, él, ella,…). Percibe, así, que su padre y su madre tienen una relación entre ellos a la que él
no tiene acceso (sólo la puede conocer desde fuera, como observador y no como
parte de ese vínculo) y que hay muchas otras del mismo tipo. Con esta percepción el
niño/a ha descubierto la triangulación de las relaciones sociales y con ella la exclusión
que sufre en las relaciones de ese tipo (descubrimiento de los roles
complementarios y de la relación triangular).

La triangulación transforma a los diferentes tipos de relaciones que esa persona ejerce en roles sociales (“mi
papá” pasa a ser, además, marido, tío, vendedor, etc.). Estos registros de esa gran variedad de roles sociales que
lo rodean van a constituir los roles potenciales, aquellos que están presentes en su medio y que puede llegar a
ser a lo largo de su vida (descubrimiento de las relaciones interpersonales, de la red social, a través de los roles
y de los vínculos).

¿Para qué sirven los roles sociales?

Gracias a los roles sociales aprendemos cómo tenemos que comportarnos en el mundo social. Esto permite
que la interacción entre personas esté organizada y regulada, pues existen ciertas expectativas mutuas respecto
a la relación, la situación y la manera de comportarse (cómo tiene que ser el encuentro, qué tipo de cosas se
esperan de unos y de otros). Esto permite que la persona no tenga que comprometerse con toda su persona y,
de esta forma, disminuya la implicación emocional en la interacción con las personas. El compromiso se limita
al rol a desempeñar y no como compromiso personal (por ejemplo, si un actor está jugando un papel (rol) en el
que es ofendido por otro personaje y se ofende realmente, como persona, por las cosas que le está diciendo, el
nivel de la relación se ha modificado, pasando del compromiso referido al rol al compromiso personal).

De esta forma, gracias a los roles sociales se regula la interacción entre los individuos facilitando la
comunicación y protegiendo al Yo al disminuir su implicación emocional. Pero además de estos vínculos que
interrelacionan a los individuos, y los mantienen como parte de la red social, hay otro tipo de relaciones: las que
se establecen por medio del sí mismo sicológico (SMS). En este tipo de relación el yo se compromete en su
totalidad, como persona (situaciones íntimas con un amigo/a, pareja, en terapia y otras).

¿De qué están “hechos” los roles sociales?

El aprendizaje de los roles sociales implica, por un lado, adquirir el contenido social y cultural de cada rol
(qué y cómo es ser médico, por ejemplo,en España). Hay que tener en cuenta que cada cultura vendrá definida
por unos roles y no otros (aunque habrá roles compartidos por la mayoría de las culturas, también es cierto que
no es lo mismo vivir en el Amazonas que en Wichita). Pero también implica, por otro, agregar las características
estructurales de la personalidad de cada individuo (núcleo del yo). Por lo tanto, cada persona (cada yo) va a
desempeñar los roles sociales siguiendo las pautas generales de cada rol y las de su personalidad.

La red social es la resultante de las múltiples y variadas complementariedades a que dan lugar llos roles
sociales bien desarrollados.
¿Qué NO se considera un rol?

Pero no cualquier actividad yoica implica un rol. Una persona a solas no está desempeñando un rol, sino que
está realizando una actividad a través de su Yo, aunque esta conducta pueda relizarse con la finalidad de
enriquecer un rol determinado (por ejemplo, un médico leyendo un artículo científico no está desempeñando un
rol en ese momento, aunque lo haga para enriquecer su rol profesional). El rol entra en actividad en la
interrelación, es un aspecto interrelacional de la conducta. Por eso, la misma actividad (cuidar a un niño, por
ejemplo) puede ser realizada a través de diferentes roles (padre, hermano, enfermera,…) que marcan diferencias
en la interacción y en la manera de realizar la conducta.

SÍ MISMO SICOLÓGICO (SMS)

¿Qué es el SMS?

De vez en cuando pueden producirse estados de alarma desencadenados por estímulos ambientales (un
bocinazo) que repercuten en el núcleo del yo y dan lugar a respuestas corporales (taquicardia, palidez),
quehacen que el Yo pierda el control de la situación.

El SMS está representado como una membrana que rodea al Yo y lo protege, y así, se dilata o retrae según el
estado de alarma o bienestar del yo (caminando por la calle puedo ir tranquilo, metido en mis pensamientos y,
de repente, escuchar un ruido. Mi cuerpo se prepara para cualquier posibilidad, SMS dilatado. Luego veo que ha
sido un gato y me vuelvo a relajar, SMS retraido).

¿Para qué sirve el SMS?

El SMS tiene la capacidad para informar al Yo sobre lo que ocurre en su entorno y especialmente sobre las
características de los estímulos y su mayor o menor proximidad y peligrosidad. Por otra parte, va a responder
igualmente a los estímulos generados en él (cambios internos). La tarea del Yo está destinada a localizar la
causa que las produce (ruido, sensaciones extrañas, pensamientos atemorizadores,…) y a elaborar los
respectivos comportamientos. La dilatación aguda del SMS puede ser controlada, a través de la experiencia, por
el Yo, hasta lograr incluso su retracción.

Las situaciones de alarma intensa (como el estado de pánico) que gráficamente se representa como
dilataciones del SMS, dificultan al máximo o impiden el desempeño de cualquier rol social. En general, un rol
social bien desarrollado puede ser desempeñado aun en condiciones de cierta alarma; por el contrario, un rol
social poco desarrollado solo puede desempeñarse más o menos eficazmente en una situación a través de la
cual se consiga la retracción del SMS (entrenamiento personal en situaciones controladas y en estado de
relajación, por ejemplo en talleres y en terapia).

Estas circunstancias ponen en envidencia la capacidad del Yo para resolverlas, su inteligencia, y la importancia
que adquieren las formas sociales aprendidas para aplicarlas
cuando nuevamente se presentan dichas situaciones. Estos
mecanismos yoicos de formas sociales aprendidas se convierten
en verdaderos filtros que protegen al núcleo del yo de un sinfín
de estímulos que pueden perturbar de su funcionamiento.
Gracias a un rol social bien desarrollado, una situación tensa e
incómoda, así como asustadiza, que puede ser que un paciente le
diga a un médico/psicólogo que se quiere suicidar, pueda ser
gestionada desde el rol (médico/psicólogo) y que no se sienta
como una situación desbordada.
EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

EMOCIONES

Las emociones son respuestas fisiológicas (funcionamiento del organismo) primitivas y universales que dan
respuesta a estímulos que provienen tanto del interior de nuestro cuerpo como del exterior (dolor de barriga, un
susto,…). Son tales como el miedo, la sorpresa, el asco, el enfado, la alegría y la tristeza.
En el modelo de Esquema de Roles, las emociones se viven a nivel de Núcleo del Yo, activadas tanto por el
núcleo (pensamientos, ideas, sensaciones internas…) como por el Sí Mismo Sicológico (situaciones de alarma).

Características:
 Son internas al individuo y aparecen de repente, y en respuesta, a una situación concreta.
 Suelen ser de gran intensidad y de corta duración. Se viven como incontroladas.
 Son universales, innatas y primitivas. Por lo tanto, no dependen de la cultura. Se vaya a donde se vaya, se
va a encontrar el mismo número de emociones y la misma forma de expresaras (facialmente). Lo que se
aprende y es, por lo tanto, cultural, es la forma de llevarlas; es decir, la conducta que se desarrolla
después (en unas casas, la tristeza se expresará conductualmente de una manera mientras que en otras
casas será de otra; en una se permite su expresión y en otra no, por ejemplo).

 No son buenas o mala, positivas o negativas. Pueden sentirse como agradables o desagradables pero
todas, en mayor o menor medida, son útiles y necesarias para la supervivencia.

SENTIMIENTOS

Si seguimos el modelo de Esquema de Roles, los sentimientos son vivenciados a nivel de Yo. Es la parte más
consciente de la persona la que vive esas sensaciones (físicas y mentales/psicológicas) que responden a
situaciones (estímulos) tanto internos como externos. Son el resultado de la relación, las vivencias, las
experiencias y la reflexión que la persona tiene, en contacto con su medio físico y social. Son tales como el
orgullo, la culpa, el amor, la envidia, la lealtad, el altruismo, etc.

Características:
 También son internas al individuo pero aparecen al tiempo, en respuesta a un conjunto de
situaciones/experiencias.
 Suelen ser de menor intensidad que las emociones y perduran más en el tiempo.

 Aunque tienen una base universal (emocional) son más culturales que las emociones. Dependen
mucho del aprendizaje y del contexto en donde se aprendan.

FUNCIONES DE LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

Las emociones y sentimientos son una forma que tiene el organismo para que un comportamiento tenga más
probabilidad de que se vuelva a repetir (o no); por ejemplo, qué relaciones sociales mantener, qué tipo de
trabajo realizar, cómo debemos comportarnos ante determinadas situaciones,… Guían la conducta, intervienen
en las decisiones, nos indican lo que es importante para nosotros/as, actúan como señales en la comunicación y
nos protegen del peligro.

Ambas cumplen, a nivel general, tres funciones básicas:


 Función adaptativa: preparar a la persona para la acción, para el despliegue de una serie de
conductas apropiadas para la ocasión.
 Función social: sirven para comunicarnos con los demás, para poder expresar nuestro estado de
ánimo, facilitando las relaciones sociales.
 Función motivacional: nos permiten dirigir la conducta hacia una meta en particular.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Según Daniel Goleman, que estudió e hizo popular el término de inteligencia emocional (1995), la define
como la capacidad de manejarnos en el entorno social y comprende las destrezas, actitudes, habilidades y
competencias que determinan nuestra forma de comportarnos respecto a nosotros mismos y a en relación a
los demás. De esta forma, tener inteligencia emocional nos permite conocer y manejar nuestras propias
emociones y sentimientos, así como interpretar y gestionar los de los demás.

En términos generales, la inteligencia emocional se puede dividir en dos dimensiones:

 Inteligencia intrapersonal: es el conocimiento de los aspectos internos de la persona y determina cómo


nos relacionamos con nosotros mismos. Se trata de un autoconomimiento en relación a las emociones y
sentimientos que experimentamos en distintos momentos, así como de su gestión y control.
 Inteligencia interpersonal: también llamada inteligencia social, determina cómo nos relacionamos con
los demás y cómo creamos relaciones interpersonales satisfactorias.

COMPONENTES

Las habilidades de la inteligencia emocional se organizan en cinco componentes, cada uno de los cuales está
formado por un conjunto de competencias:

 Autoconocimiento: es la capacidad de conocer nuestras propias emociones y sentimientos, saber qué


nos pasa, cuándo nos pasa y por qué nos pasa; conocer nuestras cualidades, debilidades y limitaciones.
Es, así mismo, saber diferenciar entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.
 Autocontrol: es la capacidad de gestionar la manifestación de las emociones y sentimientos. Retrasar,
regular o modificar su expresión, reflexionando sobre cómo se quiere dar salida a dicha emoción o
sentimiento. Implica pensar antes que actuar, controlar la forma de expresar nuestras emociones, ser
responsables de nuestros actos, tolerar la frustración, retrasar la satisfacción, eliminar las conductas
disruptivas y disminuir los conflictos. Regular las emociones no implica reprimirlas sino expresarlas de
forma más adecuada para nosotros mismos y para los demás.
 Automotivación: es saber gestionar nuestras propias metas y las de los demás, implica la búsqueda de la
consecución de objetivos, hacer frente a los problemas y encontrar soluciones. Es tener una actitud
positiva hacia las personas y las circunstancias.
 Empatía: consiste en comprender cómo se sienten los demás, así como saber qué necesitan en ese
momento (reconocimiento y manejo de las emociones de los demás). Es un “ponerse en el lugar del
otro” sin que ello signifique contaminarse con sus emociones; es entender que puede haber otro punto
de vista y situarse en él para ver las cosas desde la misma perspectiva.
 Habilidades sociales: es el manejo adecuado de las relaciones con los demás para poder tomar
decisiones acertadas, influir en los demás y mantener una red social sana. Sirven para tener éxito social
tanto a nivel personal como profesional.

INTELIGENCIA EMOCIONAL DEL TAPSD

Se ha de tener en cuenta que al trabajar en contacto directo con personas, se pone en juego nuestro aspecto
más humano: nuestras cualidades, nuestro carácter, nuestros pensamientos y nuestras creencias. Entrenar
nuestras habilidades de inteligencia emocional va a permitir crear un clima de confianza, seguridad y afecto que
posibilitará a los usuarios el sentirse aceptados y comprendidos y que, por tanto, puedan expresar y gestionar de
forma saludable sus emociones.
Para favorecer una intervención adecuada podremos especial cuidado en lo siguiente:

 Crear un clima de seguridad, aceptación, escucha y comprensión (ambiente de seguridad emocional).


 Cuidar la expresión corporal y gestual (actitud corporal) para favorecer una adecuada comunicación.
A veces, es más importante cómo decimos las cosas más que el qué decimos: el tono de la voz, la
expresión facial, el contacto ocular,…, son aspectos que trasmiten más que las palabras.
 Practicar la escucha activa; esto es, estar realmente atentos a lo que nos dicen y que sientan que
estamos interesados en ellos, en lo que dicen, en cómo se sienten, etc.
 Facilitar la interacción social entre usuarios, creando un clima adecuado para la interacción y
cohesión grupal, mediando en los conflictos y ayudando a aquellos que estén aislados, sean tímidos o
agresivos.
 Coordinarse con la familia para intercambiar información y promover su participación e implicación.
 Conformar un vínculo especial con los usuarios, teniendo en cuenta que se puede llegar a ser alguien
muy importante para sus vidas y para la de sus familias.

LA COMUNICACIÓN

EL PROCESO DE COMUNICACIÓN

COMUNICACIÓN VERBAL

COMUNICACIÓN NO VERBAL

BARRERAS EN LA COMUNICACIÓN

ESTILOS DE COMUNICACIÓN
La interacción con los demás pueden darse en tres niveles: social, a través de la vinculación entre un rol social
con su complementario; psicológico, a través de roles poco desarrollados, por intermedio del sí mismo
psicológico o del yo, con gran compromiso emocional; y fisiológico.

A grandes rasgos, ésta es la Teoría de la Personalidad de Rojas-Bermúdez, una estructura compuesta por
el núcleo del yo, el yo, el sí mismo psicológico y el esquema de roles. Su correspondencia neural grosso
modo es la siguiente: el núcleo del yo con el sistema límbico, el yo con el neocórtex, el sí mismo psicológico con
el sistema neurovegetativo y los roles con el sistema sensomotor.

En resumen, las respuestas de la persona, en cuanto al esquema de roles, se consideran a tres niveles: social,
sicológico y fisiológico. Las primeras son las que se efectúan con la participación de los roles sociales; las
segundas las que comprometen al individuo en su totalidad y se efectúan por intermedio del SMS o del Yo; y, por
último, las fisiológicas, las que se producen por intermedio de alguna de las funciones fisiológicas sobre las que
se han estructurado los roles sicosomáticos (por ejemplo, pérdida del control esfinteriano).

HABILIDADES SOCIALES

Definición, tipos,…

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