Año 106 // 3ª etapa

etap
tapa // 419// Viernes 26 de junio
jun de 2015
El Peruano
DIARIO OFICIAL

NICOLÁS LÓPEZ
NIC MINO MELE GASTRONOMÍA
G
“SOY UN ARTISTA TRIBUTO A S
SABORES Y
UN BATERO S
SABERES DE
CAMINANTE” A TIEMPO
La trayectoria
t y proyecciones de un joven COMPLETO CHACHAPOYAS
C
pintor sin domicilio fijo. Pág. 8
pint Pág. 6 Pág. 7

FOTO COMPOSICIÓN: LUIS SALINAS

JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

IDENTIDAD
Y RAZÓN
CINCUENTA AÑOS DE UN DEBATE HISTÓRICO
Págs. 2, 3, 4 y 5
2 REFLEXIONES
H
acia mediados
del siglo XX, en
el Perú, la litera-
tura se consa-
gró como forma
privilegiada de aprehender la
realidad y expresarla crítica-
mente. Para Cornejo Polar, la
poesía social tenía funciones
políticas, casi no había mitin
universitario o movilización
en la que no intervinieran los
poetas; los recitales termina-
ban en grandes manifestacio-
nes de mil o dos mil personas
por la Plaza de Armas y salían
en hombros Romualdo, Val-
cárcel, Rose.
Y es que a menudo se ha
conformado una vanguar-
dia cultural y estética que
ha marcado la pauta de los
procesos de cambio de las
estructuras y formaciones
sociales. Desde las ciencias
sociales, a lo largo del siglo
XX, hubo un cada vez más
marcado interés por encon-
trar en dicha vanguardia ele-
mentos que dieran continui-
dad a la conciencia, y en los
que la práctica y la asociación
conformaran sentidos de ex-
periencia para el individuo. El
intelectual comprometido de
Sartre o ‘La posición del na-
rrador en la novela contem-
poránea’ de Adorno –sobre
todo esta última– son algunas
apuestas en ese sentido.
PERUANIDAD
Los cientistas sociales, en el
caso peruano, no podían ser
ajenos a dicha tendencia, por
lo que alentaron el desarrollo
de un rico itinerario de even-
tos vinculados a la literatura
que se realizaron entre mayo
y junio de 1965. Allí tenemos
la Mesa Redonda sobre Litera-
tura Peruana y Sociología, del
26 de mayo, el Primer Encuen-
tro de Narradores Peruanos,
entre el 14 y el 17 de junio, y
la Mesa Redonda sobre Todas
las sangres, del 23 de junio.
Las mesas redondas fueron
organizadas en Lima por el
novísimo –se había creado en
1964– Instituto de Estudios
Peruanos (IEP), y el Encuentro
de Narradores tuvo lugar en la
Casa de la Cultura de la ciudad
de Arequipa.
Director fundador: Clemente Palma | Director (e): Félix Alberto Paz Quiroz | Editor: César Chaman Alarcón | Jefe de Edición Gráfica: Daniel Chang Llerena
Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Editor de Fotografía: Jack Ramón Morales | Teléfono: 315-0400, anexo 2182 Correos: variedades@editoraperu.com.pe cchaman@editoraperu.com.pe
Viernes 26 de junio de 2015. El Peruano Variedades
LA RAZÓN DE ocasión de la Mesa Redonda
sobre Literatura Peruana
y Sociología: “Intenta una
pintura global de la sociedad
peruana, especialmente lo-
ARGUEDAS Y LA
grada en lo que se reiere a las
colectividades campesinas
serranas, desdibujada en lo
que se reiere a otros grupos
sociales, y no suicientemente
construida y explicada en lo
PERUANIDAD que se relaciona con la forma
de organización global que
integra lo urbano rural, las
clases burguesas y las traba-
jadoras, los poderes nacio-
nales y los internacionales.
El diálogo entre las ciencias sociales y la literatura fecunda por […] Cualesquiera que sean
las laquezas de la visión, la
igual los terrenos del análisis y los de la creación. Hace 50 años, obra ofrece una pintura más
orgánica que la de muchos es-
tres encuentros del intelecto local trazaron una senda por la que tudios hechos ‘técnicamente’
y merece una crítica exhaus-
aún discurren la vocación integradora y la decisión de reconsti- tiva y fundada”.
tuir una matriz cultural andina y latinoamericana. A mediados de junio de
1965, en el curso del Primer
Encuentro de Narradores
ESCRIBE MARCO BARBOZA TELLO | Peruanista, abogado, investigador. Peruanos, mientras Argue-
das airmaba que su cuento
‘Warma kuyay’ salió como
sale un manantial de cerro,
en una forma absolutamente
espontánea y natural, y agre-
gaba: “Cuando yo leo y releo
este cuento, noto que no hay
nada de literatura, todo es
vida allí”; Salazar Bondy se-
ñalaba, en el curso del debate,
que la técnica novelística, la
técnica cientíica, la técnica
mecánica, eran universales,
y sentenciaba con rotundi-
dad: “Bienvenidas todas las
técnicas para el desarrollo”.
Pasado y futuro, tradición y
modernidad, alas y raíces, se
confrontaban en boca de dos
grandes escritores.
Arguedas escribió en su
novela Todas las sangres, a
través de uno de sus perso-
Íntimo. Para desarrollar una cosa hay que cambiarla, hay que hacerla caminar, sostenía Arguedas al argumentar su idea de evolución. najes: “Yo también, señor de
Peralta, ahora. República de
La talla intelectual de los Así también, Jorge Bravo Bre- Sociología, señalaba como ob- cómo el futuro de su creación indios en el sentido de no
participantes en estos casi sani, Henri Favre, Aníbal Qui- jetivo el estudio de la realidad sobrevive reforzado al aná- destruir lo que tenemos de
treinta días de experiencia jano, José Matos Mar y Enrique nacional y el planteamiento lisis riguroso” (*). Si hay un antiguo; no destruirlo; de-
de peruanidad desde la na- Solari Swayne participaron en de una prospectiva para una hilo conductor, una constante, sarrollarlo”. Y con ocasión de
rrativa es indiscutible. José las mesas redondas por el IEP. acción nacional, a partir de un puente articulador, en esa la Mesa Redonda sobre Todas
María Arguedas, Sebastián ¿Y qué buscaban estos un diálogo que permitiría búsqueda de nuevos sentidos las sangres conirmaba que
Salazar Bondy, Alberto Esco- intelectuales conjuntando “al sociólogo –y a los otros por parte de la técnica, ese es la comunidad antigua podía
bar y José Miguel Oviedo par- icción y realidad, intuición especialistas de las Ciencias Arguedas. servir de base para una co-
ticiparon de los tres eventos. y método, mundo de la vida Sociales– recoger el aporte de munidad moderna. El escep-
Mario Vargas Llosa estuvo en y técnica? Bravo Bresani, en los artistas [literatos] y a estos RAZÓN ARTESANAL ticismo de los sociólogos fue
la primera Mesa Redonda y en la Primera Mesa Redonda enriquecer su experiencia y su Acerca de Todas las sangres, generalizado en este punto,
el Encuentro de Narradores. sobre Literatura Peruana y conocimiento, al contemplar Bravo Bresani refería con utopismo, desfase histórico,
Variedades Viernes 26 de junio de 2015. El Peruano
REFLEXIONES 3

UN TODO UNITARIO
“
En esta indudable madurez teórica, política y
artística, en este proceso de ejemplar hones-
tidad y sencillez, nos parece que Arguedas –de
manera consciente– se empeñara en integrar las vías
de conocimiento racional e intuitivo con la experien-
cia subjetiva y la experiencia histórica, uniendo el
conjunto a la configuración creadora del sujeto y de
la historia global […] Arguedas superpuso, de manera
puntual, vida y obra; que disolvió fábula y realidad
en un todo unitario y concluyó con el mensaje y la
propia vida, combinando su lealtad a los viejos ideales
creativos y la renovada adhesión a los anhelos cívicos
y liberadores. La coherencia que revelan tanto el
decurso literario como el personal, desemboca en la
certeza de haber satisfecho una tarea: su tarea, que él
entendió como la de extender leal testimonio de una
época.” (Alberto Escobar. Relectura de Arguedas: dos
proposiciones. En: Patio de Letras 3. Lima, 1995)

existentes. Desde lo indio,

“Cualesquiera
que sean las
flaquezas de la
visión, la obra
ofrece una
pintura más
orgánica que
la de muchos
estudios.”
descripción estática del con-
texto, fueron algunas de las
opiniones surgidas en torno
a dicha aseveración de José
María. Pero este, al ser inter-
pelado, respondió: “Desarro-
llar es transformar. Porque
para desarrollar una cosa hay
que cambiarla, pues hay que
hacerla caminar. […] Cuan-
do yo hablo de ‘desarrollo’ yo
no estoy hablando de que las
mismas cosas […] evolucio-
nen sin cambiar, evolucionen
sin mezclarse, sin tomar ele-
mentos de fuera”.
Una razón entropada
de vínculos inmemoriales,
henchida de mundo antiguo
y pletóricamente andina, a
ratos jocosa o encarnada de
melancolía. Una razón pro-
ductora de sentidos que iden-
tiican, convocan y reúnen,
eso es José María Arguedas.
Por aquella razón, pudimos
conocer realidades ‘sorpren-
dentes’ –más que mágicas–
porque eran nuevas o porque
hasta ese momento habían
Legado integral. Gracias a Arguedas, sabemos que es posible una concepción de desarrollo a partir de nuestros productos culturales. sido producidas como no
indígena, andino, nos con-
venció cada vez más que ser
dinámico era situarse lo más
cerca posible de las tradicio-
nes, de las costumbres y de
las manifestaciones propias
y locales. Ahora sabemos,
gracias a Arguedas, que sí
es posible una concepción
de mundo y de desarrollo
radicalmente innovadora, a
partir de nuestros productos
culturales revalorados. En
ellos residen nuestras teorías
de retaguardia, nuestras sor-
presas intuitivas, nuestras
resiliencias creativas, nues-
tras conexiones espirituales
desde el futuro pasado.
GERMEN Y MATRIZ
La razón de Arguedas hoy es
nuestra compañera de ruta
en el rescate de las manifes-
taciones de cultura material,
ancestral, originaria. También
es nuestra guía al aportar re-
encuentros, resigniicaciones,
así como también, desarrollos
productivos alternativos, muy
necesarios en un mundo cada
vez más incierto, vulnerable
y virtualizado. Pero, sobre
todo, la razón de Arguedas
constituye el germen de una
ruta de integración de nuestra
propia experiencia histórica
y de la reconstitución de una
matriz cultural andina y lati-
noamericana.
•••
(*) Intervención de Jorge Bravo
Bresani en la Primera Mesa Redonda
sobre Literatura Peruana y Sociología.
En: Pinilla, Carmen María. Primera
mesa redonda sobre literatura peruana
y sociología del 26 de mayo de 1965.
Lima: IEP. 2003. p. 21ss.
4 CONTRAPUNTO Variedades El Peruan

E
n la Ciudad Blanca,
del 14 al 17 de junio
de 1965, se desarro-
lló en la Casa de la
Cultura de Arequi-
pa el Primer Encuentro de
Narradores Peruanos. Uno de
los temas en debate abordó el
sentido y el valor de las técni-
cas narrativas. En la dirección
de la mesa, tres intelectuales
notables: Aníbal Portocarrero,
Jorge Cornejo Polar y Pedro
Luis Gonzales. En el uso de
la palabra, sin necesidad de
mayor presentación, los es-
critores José María Arguedas
y Sebastián Salazar Bondy. A
continuación, parte del con-
trapunto sostenido en ese día
memorable.

JOSÉ MARÍA ARGUEDAS.

Bueno, el asunto es bien cla-
ro: yo ya había leído bastante,
efectivamente, cuando es-
cribí ese cuentecito ‘Warma
Kuyay’; yo me había referido a
inocencia únicamente cuando
he hablado de ese cuento. Hay
una gran diferencia entre ese
cuento y todo lo que he escri-
to después, porque ‘Warma
Kuyay’ lo escribí, aunque no
quieran creerme, en estado de
completa inocencia, inocencia
en este sentido: yo no escribí
ese cuento para que se publica-
ra, era un recuerdo biográico
sumamente intenso, quizás es
el relato en que haya menos
literatura de todas las páginas
que he escrito.
En los demás ha habido
una consciente selección de
temas, una consciente y cui-
dadosa revisión de lo escrito.
‘Warma kuyay’ salió como sale que lo era, Sebastián: en eso

¡POR ESO
un manantial de cerro, en una estamos completamente de
forma absolutamente espontá- acuerdo. Y en que en general
nea y natural. Cuando yo leo y no hay inocencia, también de
releo este cuento noto que no acuerdo, pero en la creación
hay nada de literatura, todo de ‘Warma kuyay’ hay una
es vida allí. En los demás hay total y absoluta inocencia. Si
elaboración. lo recuerdas te darás cuenta

Hay algo en lo que ha di-
cho Zavaleta que es verda-
deramente muy importante:
quizá si yo hubiese tenido la
conciencia y el conocimiento
de las técnicas antes de es-
cribir, yo hubiera tenido más
miedo que él y no hubiera es-
crito nada… Yo tenía una con-
ciencia de las técnicas, pero
una conciencia no especíica,
sino viva a través de cuanto
había leído hasta el momento
en que me puse a escribir. ¿Eso
era una técnica? Por supuesto
ES VIDA!
de que efectivamente el autor
no escribió para nadie, sino
para sí mismo. Bueno, esto es
ya una cuestión de fe: si no me
creen qué voy a hacer… [Risas,
aplausos].
Quería decir una palabri-
¿Pueden ‘literatura’ y ‘vida’ pugnar como categorías contrapuestas ta más. En Carlos, la inocen-
cia tiene una cierta ventaja,
en una argumentación sobre técnicas narrativas? En 1965, José la inocencia da mucho más
María Arguedas y Sebastián Salazar Bondy sostuvieron un inte- valor que el conocimiento de
la técnica, la inocencia no co-
resante debate sobre creación, inocencia, verbo y peripecia vital. noce el miedo. Quizás he dicho
un juego de palabras un poco
tonto, pero me reiero a que
no. Viernes 26 de junio de 2015 CONTRAPUNTO 5

ESPÍRITU Y EXPERIENCIA
WASHINGTON DELGADO

E
n el Encuentro de Narradores Peruanos de
Arequipa, Arguedas recuerda que cuando
estuvo en Europa hizo un viaje a lo largo del
Rhin con Alberto Escobar y que, entonces, le decía:
“Fíjate todo lo que el hombre ha hecho para quitarle
la cara de Dios que tiene este río y no lo ha consegui-
do; sigue teniendo la imagen de un dios, y eso que yo
no creo en Dios”. Estas palabras de Arguedas nos dan
cuenta de su religiosidad: no militaba en una iglesia
concreta, no tenía una fe religiosa íntima, ni siquiera
creía en Dios. Y, sin embargo, es un escritor religioso.
Hay escritores que son religiosos y escritores que
no lo son, independientemente de sus convicciones
personales. Garcilaso de la Vega, el toledano, fue un
buen católico y murió cristianamente; sin embargo,
en vano buscaremos resonancias religiosas en su
fascinante poesía. César Vallejo y José María Argue-
das se apartaron de la iglesia católica y no asumieron
ningún otro credo, pero ambos son religiosos. Kierke-
gaard ha dicho que más cerca de la salvación está el
salvaje que se inclina ante la efigie del dios cocodrilo
y se angustia en el fondo de su alma que el burgués
que va a misa los domingos, cumple con los ritos y
deja su óbolo sin ningún estremecimiento espiri-
tual. De la misma manera, podríamos decir que más
religioso que ese burgués dominical es el hombre
que se angustia por su destino, sufre por el prójimo y
compadece entrañablemente a los pobres y desvali-
dos. Vallejo ha escrito: “Yo no sufro este dolor como
católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro
solamente. Si no me llamase César Vallejo también
lo sufriría… Si no fue católico, ateo ni mahometa-
no también lo sufriría”. Así mismo escribió Vallejo:
“Amado sea aquel que tiene chinches, / el que lleva
un zapato rojo bajo la lluvia, / … el animal, el que pa-
rece un loro, / el que parece un hombre, el pobre rico,
/ el pobre pobre, el puro miserable”. Esa es la religio-
sidad de César Vallejo. Esa es también la religiosidad
de José María Arguedas. Puede ser una religiosidad
sin Dios, pero tiene un centro divino: la angustia ínti-
ma y el intenso amor al prójimo. (Del prólogo de Entre
las calandrias, de Gustavo Gutiérrez).

si hubiéramos tenido algunos
de nosotros, yo, por ejemplo,
algún conocimiento de técnica,
no me hubiera aventurado a
escribir. Eso es una cosa muy
clara: cuando me nombraron
profesor de castellano en el
Colegio Mateo Pumacahua
de Sicuani, fui al ministerio
a ver el programa que debía
enseñar y no sabía una palabra
de clasiicación de sustantivos
y adjetivos; sin embargo, era
colaborador de la página domi-
nical de La Prensa de Buenos
Aires y entonces la gramática
no me servía para eso y empe-
cé a enseñar a mis alumnos con
la lectura y no con la gramática
[Aplausos]. […]
SEBASTIÁN SALAZAR BON-
DY. Yo creo que la discusión se
está desviando. Los argumen-
tos de José María oponen, con-
traponen, hacen dicotomías
extrañas: dice que su cuento
‘Warma kuyay’ no es literatu-
ra, que es vida y no hay cuento
que sea vida. Es vida, pero a
través del verbo, vida a través
de la palabra, vida transmitida
por la palabra, pero literatura
y vida no se contraponen; es
decir, no hay cuento que sea
vida solamente, no puede ha-
ber un cuento que sea vida;
vida es la vida, es la peripecia
de la existencia, la peripecia
vital. Luego pones el ejemplo,
José María, de tu conocimiento
de gramática formal, que yo
tampoco tengo mucho porque
fui un pésimo profesor de gra-
mática formal, ¡pésimo! Pero
tú tienes conocimiento de gra-
“Cuando yo digo
que en ‘War-
ma Kuyay’ todo
es vida, quiero
decir que no hay
una sola palabra
que esté demás”.
mática práctica; es decir, por
ejemplo, no usas los tiempos
de los verbos equivocados y
sin embargo posiblemente no
sepas conjugar completamente
un verbo…
JMA. Ahora ya sé… [Risas]
SSB. Yo no lo sé, algunos
no los sé. Yo, por ejemplo, los
casos gramaticales los aprendí
mucho más tarde, al salir del
colegio, cuando aprendí la fun-
ción del sustantivo, y escapé
de la memorización a que me
sometieron, como a un cepo,
los padres agustinos [Risas].
Tú no conocías la gramática
formal, pero sabías la gramá-
tica, la gramática como medio,
como técnica para expresar
por intermedio de la palabra
una serie de cosas. Por último
dices que escribías solamente
para ti, pues eso requiere una
técnica…
JMA. Eso sí que no…
SSB. Aunque es discutible
que uno escriba solamente
para sí, solo que uno pueda
descomponerse en dos per-
sonalidades: la que escribe y
la que lee [Risas]. Pero yo creo
que lo que queda en pie, des-
pués de esta aclaración tuya, es
que la técnica es indispensable
y que la técnica existe previa,
lúcida, consciente, inconscien-
te, etcétera; que no hace daño
si es lúcida, ni hace daño si no
es lúcida…
JMA. Eso he dicho.
SSB. Claro, lo has dicho,
por eso yo estoy haciendo
la síntesis de lo que sale acá.
Lo que importa es que acla-
remos, ahora, qué técnicas se
han empleado en la literatura
peruana, qué técnicas nos falta
emplear, en qué casos se han
creado matices de técnicas
importadas, aunque en esto
no hay importación, porque
en realidad la técnica novelís-
tica, como la técnica cientíica,
como la técnica mecánica son
universales. Bienvenidas todas
las técnicas para el desarrollo.
Eso es lo que yo supongo tene-
mos que discutir acá.
JMA. Dos palabras sola-
mente, dos palabritas… [Ri-
sas]. Cuando yo digo que en
‘Warma kuyay’ todo es vida,
quiero decir que no hay una
sola palabra que esté demás.
Es una cosa vanidosa decirlo:
no hay una sola palabra que
esté demás…
SSB. Yo estoy de acuerdo
en que no hay una sola palabra
que esté demás: por eso es un
gran cuento…
JMA. ¡Por eso es vida!
SSB. ¡Por eso es cuento!
JMA. ¡Pura vida!
(Este debate aparece en: Comisión
Centenario del Natalicio de José María
Arguedas. José María Arguedas-Obra
Antropológica. Tomo 7. Lima: Ed.
Horizonte. 2012).
6 SONIDOS Viernes 26 de junio de 2015. El Peruano Variedades

UN BATERO “Leía a María

tor Piero Bustos, quien lo retó
a tocar valses y huainos.
Con el ‘fujishock’ se pro-
Rostworowski
dujo un estancamiento de la mientras re-
movida roquera entre 1992 gistraba con

ARGUEDIANO
y 1994, y Mele se buscó la
vida haciendo taxi, hasta que
Bustos lo invitó a formar Del
Pueblo Del Barrio, con el que
grabó tres álbumes. A la par,
con Rafo Ráez registró discos
emblemáticos; Ráez, Mele y el
Mino Mele se volvió peruanista después de hacer su propio bajista Pancho Müller se vol-
vieron un interesante triun-
viaje a la raíz. El baterista e investigador etnomusical falleció virato para la movida local.
la semana pasada. Dejó una obra intuitiva y autodidacta, Lo de Mino con Müller es
tema aparte. Sus nombres
plasmada en más de 100 álbumes. aparecen asociados, casi como
una versión musical y peruana
de Batman y Robin, en dece-
ESCRIBE JOSÉ VADILLO VILA nas de producciones, a ambas
orillas de la música popular,
entre el rock y el folclor.
Juntos formaron parte del
proyecto Kavilando, que lide-
ró el guitarrista ayacuchano
Manuelcha Prado. “Yo no sabía
nada de folclor ni quién era
Manuelcha”, me contó. Ma-
nuelcha quería demostrar que
la batería podía hacer justicia
a la música andina tradicional.
La cima es el álbum Saqra
(2000). Mele dio cátedra de
cómo se acompaña debida-
mente con la batería los géne-
ros de los Andes sin dejar de
sonar a tierra adentro.
–Los bordoneos de Ma-
nuelcha me sonaban a Led
Zepellin, a Iron Maiden, para
mí es la misma vaina. Nos en-
cerramos durante un año para
trabajar lo que sería Saqra.
Tuve que inventar patrones
para tratar de seguirle los
bordones porque el huaino
es desordenado, cambia de
compases a cada rato, esa es
su lógica y su riqueza. La mú-
sica andina, la amazónica, es
utilitaria, no está hecha por las
puras; entonces, si no cumple
su objetivo primario, que es
bailar, entonces no va–, nos
comentó años atrás para una
entrevista en Variedades.
A pulso. Mino se enfadaba cuando alguien decía que un baterista es un acompañante. Incursionó en todas las vertientes de la música.
RUTA ARGUEDIANA
la grabadora
melodías, ora-
ciones y ritmos
de los pueblos
olvidados.”
con el mundo occidental, son
concepciones.”
Otro hito de su carrera
es el álbum Coca Kintucha
(2006), que elaboró con su
exesposa, la tecladista Gisela
Pérez-Ruibal. Puso la voz del
escritor José María Arguedas
en medio de arreglos contem-
poráneos, de batería, guita-
rras eléctricas, sintetizadores
y bajo en armonía con quenas,
zampoñas y violín nativo. Para
él fue “un documento históri-
co”. Se demoró cuatro años en
elaborarlo.
“Arguedas signiica mucho
para mí, pero, cosa curiosa, lo
descubrí después de producir
el disco. Lo que realmente me
motivó fue la angustia de su
canto. Puedo decir que él vino
a mí y me guió.”
Ejercitaba su arguedia-
nismo. Las Fiestas Patrias de
2010 sonaron distinto: Mino
produjo, a pedido del desa-
parecido Indepa, el Himno
Nacional en cuatro idiomas
nativos: un alegre huainito en
quechua, un aguerrido sicuri
aimara, una coqueta awajún
y un canto asháninka moder-
nizado.
Hablaba de producir un
tema en lengua moche para
Tania Libertad; un álbum del
trío Los Campesinos; otro
con sonidos roqueros con
Alicia Maguiña. Recuerda
el periodista Carlos ‘Charly’
Huamán que el músico tra-
bajaba en lo que denominaba
“mi primer disco bora”; un ál-

S
uele suceder. Conoce-
mos a los frontman,
pero no nos alcanza
el tiempo para leer
en los créditos los
nombres en letra chiquita. El
baterista limeño Mino Mele
estuvo detrás de un centenar
de álbumes, muchos de ellos,
grabados a partir de la década
de 1990, ya son hitos en la his-
toria musical nacional.
Pocos sabían su verdadero
nombre: Cosimo Ángelo Mele
Palmisano. ‘Mino’ era una de
esas raras avis que la música
engendra cada cierto tiempo.
Un personaje de vida exagera-
da, casi bukowskiano, que de-
vino en aprendiz de chamán;
que se manejó a plenitud en la
multitud de culturas del país.
“Vivo entre cerros y serpien-
tes”, se deinió.
De rostro adusto, silencio-
so, observador, siempre tenía
un pucho entre los labios. En
su caso, la relexión sobre el
país, asumirse como perua-
nista y arguediano, vino a
posteriori, luego de conocer
ese otro Perú. Leía a María
Rost worowski mientras
registraba con la grabadora
cantos, melodías, oraciones
y ritmos de los pueblos ol-
vidados.
MIGRACIÓN SONORA
Mino primero fue roquero
purista. Rompió baquetas en
bandas como Sor Obscena, Hé-
roe Inocente y Los Músikos, en
este último conoció al cantau-
Bautizó su trabajo como ‘no-
voandino’, donde aportaban
a las milenarias sonoridades
andinas el jazz, blues y rock. Y
odiaba que se diga que un ba-
terista es un acompañante.
“En el huaino la percusión no
es un instrumento de acom-
pañamiento, el que toca la ta-
rola o el bombo interpreta lo
que escucha, esa la diferencia
bum de violín andino y metal
junto a ‘Chimango’ Lares; y
con el rapero Chispa Rap es-
taba por lanzar un segundo
CD de hip hop afroperuano
Mis Raíces. Quienes deseen
apoyar a su familia, pueden
contactarse con su viuda, la
señora Janet Mesia, al teléfo-
no 99968-1571. Buen viaje,
Mino. Dejaste obra.
Variedades Viernes 26 de junio de 2015. El Peruano
Valor local. En la región Amazonas, la gastronomía expresa mejor que otras dimensiones culturales los procesos de intercambio y asimilación sociohistórica.
A SABORES DE
manece en Cha-
chapoyas. Sobre
el territorio de la
región Amazo-
nas, la noche ha
dejado un rastro de frescura
y sosiego. A primera hora, los
puestos despliegan su para-
fernalia de mercado: costa-
les, balanzas, tubérculos,
cuchillos, verduras frescas,
toldos. Comerciantes y com-
pradores se preparan para el
ajetreo; sartenes y cacerolas
esperan turno para nuevos
aderezos. Aquí y allá, los fo-
gones marcan los compases
de la vida.
Luis Arista Montoya re-
corre las calles de su tierra
natal con la intención de
ampliar su conocimiento de
la cultura chachapoyana. Es-
pera desvelar los secretos
de su cocina y transmitir el
abecé de este ancestral arte.
Filósofo, comunicador y
un entusiasta cocinero, esta
nueva visita es gratiicante
para él. Se trata no solo del
cariño que cada uno guarda
por sus raíces; en su caso,
es también una búsqueda
exhaustiva para compren-
der y luego comunicar, en
un libro, las costumbres cu-
linarias de un lugar lleno de
bondades.
“Todavía recuerdo cuan-
do Johan Leuridan –decano
en la Universidad San Martín
CHACHAPOYAS
Historia, mestizaje, rituales agrarios, clima y relaciones comunales
componen la estructura que sostiene a las cocinas regionales y las
proyecta al futuro. Un estudio minucioso clarifica el entramado
social y cultural de la culinaria en Chachapoyas.
de Porres–, me sugirió que
yo, como chachapoyano,
tenía el deber de escribir
sobre la gastronomía de mi
tierra, que Amazonas poseía
tal riqueza que bien podría
revolucionar la manera que
tenemos de ver la cocina tra-
dicional en el Perú. Estuve
totalmente de acuerdo.”
ESCRIBE FRANCO RATTO
ESPACIO DE FUSIÓN
La gastronomía es un espacio
único para la fusión. Alimenta-
das por corrientes tributarias,
las cocinas peruanas mues-
tran una carta bien nutrida
que deja boquiabiertos, por
igual, a locales y foráneos. Sin
embargo, el proceso culinario
no comienza en los fogones,
quizá si se encumbra allí como
colofón de varios otros pasos
previos.
En Chachapoyas los luga-
reños conocen la importancia
de cuidar el terreno. “Siempre
fertilizan la zona después de
la cosecha, creen en un dicho
popular que los motiva a ha-
TRADICIONES 7
tenemos el frejol San Pedro,
el mejor según la opinión
del famoso cocinero Gastón
Acurio. Y este crece en tierras
chachapoyanas.”
Tratándose de un terri-
torio en ceja de selva, Cha-
chapoyas posee particula-
ridades favorables, como un
clima templado con lluvias
moderadas. Lo que germina
allí diícilmente crecerá en
otras regiones. A la vez, los
agricultores han sabido hacer
de una debilidad, una fortale-
za: la escasez de terreno pro-
ductivo impide la siembra a
gran escala, como sucede en
otras regiones. ¿Resultado?
El hombre de campo aguza
el ingenio y aprovecha las
zonas altas, construyendo
andenes y terrazas para el
cultivo inteligente de papas,
yucas y maíz. Herencia del
antiguo Perú.
SABORES, SABERES
El resultado de esta inmer-
sión de Arista Montoya está a
la vista. Chachapoyas, cocina
tradicional. Sabores, tushpas,
saberes es el libro editado por
la Universidad San Martín
de Porres (USMP) que lleva
hasta los lectores una com-
binación de historia, antro-
pología, recetas y etnograía
para comprender, en forma
cabal, el proceso de la cocina
chachapoyana.
En su exploración, el iló-
sofo encontró que la mujer es
símbolo imprescindible en la
cocina amazonense, aun cuan-
do en la actualidad es notorio
que el varón se posiciona a pie
irme en los terrenos de la gas-
tronomía. “En Chachapoyas
no hay cocina donde falte
una dama, aportando en la
PRESENTACIÓN preparación aunque sea con
pequeñas sugerencias. Son
L
as tradiciones viajan de una generación a otra como sacerdotisas de la co-
de la mano de recetas sostenidas por los in- cina”, asiente con expresión
gredientes y las formas de cocer de un lugar seria.
determinado. En Chachapoyas, los mitos y la his- Las cocinas tradiciona-
toria son también el relleno de un apetitoso juane, les y regionales son parte
el potaje preparado localmente con yuca y tiras de del patrimonio nacional, es
carne de res. Luis Arista relata todos los detalles nuestra obligación cuidarlas
de este reencuentro con su tierra en Chachapoyas, y presentarlas en forma ade-
cocina tradicional. Sabores, tushpas, saberes. La cuada. “La imagen de nuestra
presentación se hará el 1 de julio (19:00 horas) en el gastronomía está a la vista
auditorio de la Derrama Magisterial (Av. Gregorio del mundo”, acota el ilósofo,
Escobedo 598, Jesús María). lamentando que se jalonee el
nombre de la cocina peruana
cer descansar la tierra y no celentes condiciones. Luego, la para todo, incluso en la infor-
sobreexplotarla”. calidad de platos elaborados malidad. “Debemos mantener
“Una tierra rica y fértil con esos insumos será supe- nuestra gastronomía sin caer
dará frutos y cultivos en ex- rior –comenta–. Como ejemplo en la gastromanía.”
8 Viernes 26 de junio de 2015
Ocaso. Trabajo ganador del concurso Paisaje Peruano 2015 Su autor, Nicolás López, modificó sus percepciones respecto a la realidad a partir de sus lecturas de Arguedas.
E EL ARTE
l concepto de pai-
saje ha modiica-
do sus referencias
pictóricas desde
los t iempos del
maestro John Constable –en
la Inglaterra del siglo XIX– y
de los artistas de la Hudson
River School. Un poco más
cerca en el tiempo, a la casa
de la abuela uno llegaba los
sábados por la tarde para ver
Trampolín a la fama y se en-
contraba, en la pared princi-
pal de la sala, con un cuadro
que relejaba el gusto de la
familia y su visión de natura-
leza paradisíaca. Hasta hace
algunos quinquenios, paisaje
era un bosque, una pradera,
montañas nevadas, un río
de aguas limpias, animales
silvestres y una cabaña que
instalaba el elemento huma-
no en ese segmento de calma.
“Esa es una visión este-
reotipada de lo que es un pai-
saje”, opina Nicolás López, el
artista ganador del primer
premio en el 27° concurso de
acuarela ‘Paisaje Peruano’,
organizado por la Asociación
Cultural Peruano Británica.
Su cuadro El zorro de arriba
y el zorro de abajo traslada al
lienzo, con notable solvencia,
volúmenes, diagonales, tex-
turas, sombras y profundida-
des resaltadas por la luz de
una tarde cualquiera sobre
SEGÚN
NICOLÁS
Abstractos o figurativos, los artistas tienen la obli-
gación de generar tensión y crítica. Nicolás López,
ganador del 27° concurso de acuarelas ‘Paisaje
Peruano’, asume la tarea en todo sentido.
ESCRIBE CÉSAR CHAMAN
los nichos en un pabellón
del Cementerio General de
N
Huancayo. Las formas aso-
ciadas a la muerte también
arman paisaje.
“Soy paisajista de naci-
miento –asegura Nicolás–;
pero desde hace tres años
he cambiado algunas de mis
percepciones a partir de lec-
turas de autores peruanos. El
arte tiene la tarea de generar
tensión, porque los artistas
también somos comunicado-
res, en nuestro caso, comu-
nicadores visuales.”
“¿Qué representa el Perú
en la mirada de Arguedas?
–se pregunta Nicolás–. José
María supo mantener sus
posiciones respecto a las
cuestiones étnicas y cultu-
rales, problema crucial y no
resuelto en nuestro país. Y
en sus textos inales, aborda
la muerte con tanta natura-
lidad que se le asume como
un paso más en la historia de
cada ser humano. Por eso, la
muerte forma parte de nues-
tro paisaje vivencial: para
unos es el inal; para otros,
solo el comienzo.”
CAMINO AL ANDAR
Nicolás tiene 31 años y lleva
dos trenzas macizas que le
dan un aspecto rasta. Por lo
general, va vestido de negro,
con una mochila mediana
MÚLTIPLES FACETAS donde guarda sus pinceles,
sus óleos, sus acuarelas,
icolás López es artista en varios sentidos. uno que otro certiicado y
En Ayacucho, mientras estudiaba en la algunos recortes sobre su
Escuela de Bellas Artes, integró un grupo trabajo y sus premios. “Esta
de teatro con el que abordó temáticas sociales. es mi casa, aquí es mi taller”,
A la par, toca guitarra y canta cuando la ocasión sonríe, para explicar que
lo amerita. En Europa, tiene en mente organizar hace varios años no tiene
una muestra pictórica –individual o colectiva– domicilio ijo. Vivió ocho
con ocasión de las bodas de oro del Consulado años en Ayacucho, mientras
del Perú en Bélgica. En España, entre julio y estudiaba en la Escuela de
setiembre, participará en alrededor de ochenta Bellas Artes, y otros cinco
encuentros de pintores. en Arequipa, la tierra que
El Peruano
“Quizá más
adelante
se anime a
establecerse en
Huancayo, con
casa y taller
propios, como
los artistas
que sientan
cabeza.”
cobija a los más importantes
acuarelistas de nuestro pa-
tria. “Si me preguntan dónde
es mi casa, diría que es en
Huancayo, donde viven mis
padres.”
“Tampoco tengo taller,
soy una especie de artista
caminante”, añade Nicolás,
a quien puede vérsele, de
cuando en cuando, pintando
en el jirón de la Unión. “A ve-
ces estoy trabajando y detrás
de mí se arman tertulias; un
transeúnte cree que algu-
no de los elementos de mi
cuadro no encaja con el con-
junto y se lo dice a otro, ellos
conversan, a veces discuten.
Yo solo intervengo cuando
hay que aclarar un concepto
artístico. Por ejemplo, si al-
guien me dice ‘¡Qué bonito tu
dibujo!’ cuando en realidad
yo estoy pintando, explico
que la diferencia entre dibujo
y pintura es el uso del color”.
Después de ganar el
premio John Constable del
Centro Cultural Británico,
Nicolás comenzó a preparar
su mochila para volar hacia
Europa. Allá espera repetir
las actuaciones que alcanzó
este mismo año en Chile y
Argentina, donde ganó ocho
concursos de pintura rápida:
cuadros que se comienzan
en la mañana y deben estar
irmados al atardecer.
Esta vez se va a España,
Francia, Italia y Bélgica,
donde espera darse algún
tiempo para leer a Ciro Ale-
gría, Mariátegui y Vallejo,
y para seguir remando por
los torrentes del arte. Quizá
más adelante se anime a es-
tablecerse en Huancayo, con
casa y taller propios, como
los artistas que sientan ca-
beza. “Por ahora, no vivo en
ningún lado.”