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Carrera de Psicología
Psicología Juridica
Investigación
Autora:
Profesor(a):
Jerry Sánchez
Managua, Nicaragua
Diciembre , 2018
La conducción de interrogatorios es una labor consuetudinaria de los fiscales, de los jueces,
de los investigadores judiciales privados o del estado. Por lo tanto se esperaría que su
formación contemplara un importante nivel de capacitación al respecto, lo cual no es cierto.
Las autoras evidenciaron a través de entrevistas a expertos en la realización de
interrogatorios, que su formación ha carecido de entrenamiento práctico en habilidades
para conducir indagatorias y que los profesionales actúan únicamente con parámetros de
procedimiento penal, pero con escasas instrucciones sobre estrategias de persuasión, de
motivación o de comunicación.
Actualmente, este déficit de habilidades prácticas se suple con el uso del sentido común y
la experiencia, lo cual representa un avance si se considera que en la antigüedad era
frecuente el uso de coerción, de la tortura para lograr la confesión. O lo que es peor:
condenarlo primero, para luego hacerlo confesar (Escobar 1987).
Esta situación tuvo que evolucionar hasta que finalmente surgió un procedimiento penal
garantizador, respetuoso de los derechos humanos, lo cual exigió del entrevistador judicial
mayor versatilidad y desempeño comunicativo y cognoscitivo en las indagatorias para
buscar la verdad, para lo cual se puede asesorar de la psicología jurídica.
Dentro del derecho garantista también variaba la forma de conducir el interrogatorio, por
ejemplo en los sistemas penales inquisitivos el interrogatorio se caracterizaba por
ejecutarse privadamente y por escrito, es decir, mayor margen de preparación, de error y
menor de corrección, lo que implica ventajas operativas para el entrevistador. En los
sistemas penales que se desarrollan con la modalidad acusatoria, el interrogatorio esta
matizado por la publicidad y la oralidad. Es decir, mayor margen de exigencia, preparación
y agilidad para el entrevistador durante una indagatoria. Este sistema vigente en varios de
los países de América latina evidencia aún más la necesidad de sofisticación de las técnicas
para conducir interrogatorios.
El interrogador también se enfrenta a que los indagados que no desean colaborar, que no
requieren ayuda psicológica, sino que es el funcionario judicial quien la requiere, porque
desea conocer nuevos recursos para obtener información que voluntariamente no es
ofrecida por el sindicado, es decir, para persuadir o motivar al imputado a que exprese.
Dificultades del interrogatorio obtenidas por las autoras por medio de una encuesta a
entrevistadores judiciales expertos.
Dificultad Porcentaje
Evidentemente cuando se realiza una indagatoria se propende por obtener una confesión
o medio probatorio y para coadyuvar en la obtención de la información se señalan las
técnicas psicológicas que optimizan la ejecución del entrevistador, las cuales se encuentran
más adelante en la parte central de este documento. Entre las habilidades que juegan un
papel importante en la conducción exitosa de una entrevista judicial están las de
comunicación verbal y no verbal.
Las estrategias acá referenciadas pretenden que las personas encargadas de las entrevistas
judiciales, más allá del saber procedimental técnico, aumenten sus habilidades sociales
adopten estrategias aportadas por la psicología y las conviertan en habilidades
comunicativas, para poder llevar a buen término los interrogatorios judiciales
Este documento reúne la información esencial obtenida y aportada por las investigadoras,
puesto que compila los elementos teóricos básicos que aumentan la probabilidad de éxito
al momento de guiar el interrogatorio.
Antes del interrogatorio se deben tener en cuenta la preparación del espacio físico, tomar
Una de las preguntas que se puede hacer la persona que lea éste manual es ¿quiénes son
las personas idóneas para realizar y conducir interrogatorios judiciales?. Posiblemente, Ud.
Encuentre la respuesta en este apartado. Los elementos fundamentales se explican a
continuación. En cuanto a formación académica general, la persona que conduce
interrogatorios debe estar capacitada en derecho penal y especialmente en procedimiento
penal. Esta formación es indispensable, pero no suficiente, ya que el procedimiento judicial
previsto para conducir los interrogatorios, no incluye las estrategias de comunicación que
son las que principalmente facilitan el éxito en la obtención de mayor y mejor información.
La mayoría de los interrogadores desarrollan estas habilidades comunicativas a lo largo de
su experiencia, según los resultados de las entrevistas, lo cual no excluye que el
interrogador reciba capacitación académica y entrenamiento en habilidades de
comunicación, motivación y persuasión y en las estrategias referenciadas acá por las
autoras.
Con base en lo anterior es importante decir que aprender con la experiencia demanda
demasiado tiempo y con frecuencia trae consigo un elevado costo de error, es decir,
mientras aprendieron erraron, y un error judicial tiene consecuencia per se. Por esta razón
es de suma importancia tener en cuenta que los seres humanos pueden aprender de
diversas formas, incluyendo las estrategias de capacitación y los cursos de entrenamiento.
Dentro de la capacitación se pueden encontrar mecanismos que brinda la psicología de la
conducta modelamiento, moldeamiento, etc.
Así mismo, debe poseer ciertas características personales, tales como autocontrol, firmeza,
seriedad, entre otras. Un aspecto muy importante que debe tener en cuenta el interrogador
es la personalidad del interrogado, para evaluar sus áreas vulnerables y así motivarlo a que
confiese.
Establecimiento de la empatía
1. Acentuar la cabeza hacia delante de forma leve y de ser posible acompañarla con
verbalizaciones como aha!, entiendo, veo, entre otros.
2. Tenga en cuenta los movimientos de sus manos, las cuales deben moverse de forma
tenue y apoyar lo que se está diciendo, en pocas palabras ser coherente.
Los agentes judiciales deben apelar a los motivos personales más profundos de los
interrogados, para obtener la información más relevante del suceso, ofreciendo
justificaciones morales a su mala conducta, brindando excusas psicológicas, atribuyéndolo
a factores externos o internos del interrogado. Por tal razón es importante tener en cuenta
que durante el interrogatorio no se debe atacar al indagado, pues esto tendría efectos
adversos durante la obtención de la información, el indagado no sentiría confianza y
administraría poca información p.ej. "Entiendo que Ud. violo esa mujer por demostrarle su
afecto" (Skolnick & Leo, 1992), o mejor aún, "ud. se acercó a ella porque la quería, no
porque quisiera o planeara lastimarla", es decir, que el manifestar comprensión hace que
la otra persona sienta confianza y tienda a comunicarse más. Sin embargo, esto no significa
que la comprensión expresada por el entrevistador justifique los actos del imputado.
La clave de esta estrategia es hacerle ver al interrogado que es comprendido, más no que
se justifican los hechos.
La responsabilidad no es suya
Suele ser útil hacer una crítica sobre la aparente responsabilidad de la víctima, como son su
imprudencia, provocación o negligencia, lo que vehiculiza que la responsabilidad jurídica
disminuya, y así se puede ahondar en el suceso, p.ej. "tal vez por lo que la mujer iba con
ropa muy ligera y provocativa Ud. No se pudo contener". Esta técnica es similar a la
justificación moral de la ofensa, se diferencia porque ésta hace referencia a la persona como
tal, desvía la culpa hacia otro, mientras que la justificación moral está dirigida a los hechos
(Clemente, 1987& Escuela de las Américas, 2001).
Juego de roles
En esta estrategia el interrogador se pone de acuerdo con el indagado y finge ser una
persona significativa para el interrogado, con el objeto de generar mayor confianza y así
conseguir que éste haga su confesión, por ejemplo piense que soy un buen amigo suyo. En
algunas ocasiones puede jugar el rol o tomar las características de un familiar (amigo,
hombre, mujer, esposa, hijo, madre, padre, etc), también el de ser un policía bueno o malo
(Skolnick & Leo, 1992). Se debe tener en cuenta que ésta intervención ha de realizarse con
instrucciones previas y funciona solo con ciertas personas (para las que demuestran interés
por sus familiares), no con todas.
En esta técnica es fundamental primero elevar el ego del entrevistado, mostrarse humilde
ante él y luego de enaltecerlo Esta técnica es efectiva también con personas que tienen
sentimientos básicos de inferioridad o inseguridad.. Una deficiencia real o imaginaria en el
carácter del sospechoso, su organización o nacionalidad puede proporcionar un punto de
partida para este tipo de acercamiento. El interrogador podrá mostrar cierto sarcasmo hacia
el sospechoso, su país, su organización terrorista o clandestina, haciéndolo parecer un
cobarde. Podrá ridiculizar los esfuerzos y objetivos ocultos del país del sospechoso para
hacer que éste se defienda o conteste de forma brusca como respuesta (Clemente, 1987&
Escuela de las Américas, 2001). Ejm: ¿"Ud. Posee autoridad sobre sus subordinados? R: SI
¿Todas sus órdenes siempre son cumplidas? R: Si. ¿Alguna vez uno de sus soldados ha
llevado a cabo alguna operación sin informarle? R: No nunca. Será posible que alguien haya
ignorado sus órdenes y faltado a las normas y a usted? R: No. Tal vez alguien se burla de
usted y lo hizo. R: Eso es imposible. Entonces fue usted quien cometió el atentado! R: Si!
Apelar al temor.
El juego con las creencias, inhibiciones, supersticiones y el temor del sospechoso es efectivo
cuando se emplea con habilidad. Avergonzarlo puede ser otro procedimiento de carácter
cognoscitivo para lograr una versión veraz; "supongamos que Ud. Es inocente o que es
culpable; si es inocente no pasará nada, pero si es culpable Ud. como se sentiría si fuera
condenado a 40 años de prisión y rodeado de compañero violentos? Es mejor que coopere
para evitar situaciones indeseables" (Clemente, 1987& Escuela de las Américas, 2001).
Odio y venganza.
Según Escobar, (1987), el interrogador puede utilizar sugerencias ingeniosas que hagan
referencia a una traición y confesión por un cómplice; lo cual facilita la maniobra de una
persona en contra de otra, p.ej. "¿Ud. que haría si supiera que uno de sus cómplices ayer
habló con nosotros y nos contó ciertas cosas?"
Acercamiento de futilidad
Para usar esta estrategia el interrogador no puede jugar el papel de adivinador, debe
basarse en hecho certeros e inicia el procedimiento con preguntas cuyas respuestas ya
conoce; cuando el entrevistado titubea o da respuestas falsas, el interrogador responde el
mismo en forma completa y exacta, mostrando una paciencia fingida, sarcasmo o ira, por
ejemplo: "se que cuando Ud. salió del aeropuerto, lo recogió su chofer, tan extraño que
diga que no hay más testigos o es que su chofer es ciego?" A través del uso cuidadoso de
un número limitado de detalles conocidos, un buen interrogador puede convencer a un
imputado de que toda la información que le concierne es bien conocida. Cuando el
sospechoso empieza a dar respuestas veraces, el interrogador introduce preguntas cuyas
respuestas no se conocen.
Apelar a la conciencia
Se le debe informar del interés del oficial en conocer los motivos del sospechoso y la
necesidad de saber toda la verdad sobre el asunto, se le debe explicar que el interrogador
no tiene deseos de engañar al interrogado para que admita algo que no hizo, algunas de las
afirmaciones que pueden ayudar al sujeto durante el interrogatorio son: "no es usted la
primera persona que se ha encontrado en dificultades; sin embargo, no hay razón para decir
mentiras", " la sociedad puede perdonar a una persona sus equivocaciones; pero no acepta
las mentiras, hipocresías o cobardías", "todos cometemos errores, pero lo menos que una
persona puede hacer es tratar de rectificarlos", "la verdad es lo único que deseamos y
entendemos, ¿por qué no descargar su conciencia sin tener sentimientos de culpa?".
Es inevitable concluir sin desaconsejar otras estrategias por contradecir la ley procesal y los
derechos humanos como el Cambiar la identidad, fabricar evidencia, usar promesas e
Una recomendación para esta investigación o una línea de la misma es que las técnicas
deben aplicarse para determinar su validez y en caso tal realizar las modificaciones que se
consideren necesarias para su mejora. De todas formas es importante mencionar que es
tarea de todos avanzar en la investigación del área jurídica para poder dar solución a los
vacíos científicos existentes y de esa forma aportar desde la psicología jurídica postulados
que pueden ir en pro del conocimiento y avance de la justicia.
7. La entrevista puede ser de dos tipos fundamentales: Entrevista cerrada: las preguntas ya
están previstas, tienen un orden y una forma de ser planteadas que no pueden ser
modificadas por el entrevistador. Es en realidad un cuestionario. Entrevista abierta: el
entrevistador tiene amplia libertad para las preguntas o para las intervenciones
permitiendo toda la flexibilidad necesaria para cada caso particular. Hay una flexibilidad que
permite que el entrevistado configure el campo de la entrevista según su estructura
psicológica particular, o dicho de otra manera, que el campo de la entrevista se configure
al máximo posible por las variables que dependen de la personalidad del entrevistado. La
entrevista abierta posibilita una investigación más amplia y profunda de la personalidad del
entrevistado, mientras que la cerrada puede permitir una mejor comparación sistemática
de datos
Sabías que el 60% de la personas miente cada 10 minutos en una conversación? Así lo reveló
un estudiode la Universidad de Massachussetts que determinó que una persona puede
decir de dos a tres mentiras en promedio por día. Aunque claro hay casos de personas que
no dejan de mentir ni de lo comen, pero por suerte existen muchos métodos para detectar
a un mentiroso. El lenguaje corporal será nuestro aliado.
Es cierto que las mentiras tienen grados, no es lo mismo una mentira piadosa para evitar
herir a alguien que queremos, que mentir con propósito para lastimar a otro. Sea cual sea
la intención, una mentira es una mentira y si quieres evitar que te engañen, presta atención
a estas señales:
Si al hacerle una pregunta directa ves que la otra persona mueve rápidamente su cabeza,
podría estar mintiendo en su respuesta. Podría echarla hacia atrás, inclinarla al frente o
hacia un lado, a menudo justo antes de responder.
#2 Su respiración cambia
Cuando alguien te está mintiendo, podría comenzar a respirar con mayor pesadez. Es un
acto reflejo. Cuando la respiración cambia los hombros se levantan y la voz podría adoptar
un tono más bajo. En esencia, la respiración se modifica porque aumentan el ritmo cardiaco
y la circulación sanguínea. El cuerpo experimenta estos cambios cuando se siente tenso y
nervioso… cuando sabe, por ejemplo, que puede ser descubierto.
Es de dominio común que cuando una persona está nerviosa se pone inquieta. Pero, ¿qué
pasa con las personas que permanecen inmóviles? Tener una postura rígida puede ser una
señal de que alguien está nervioso y se prepara para un posible enfrentamiento. Cuando
sostienes una conversación normal, es natural que muevas tu cuerpo de una manera sutil y
relajada, con movimientos inconscientes. Así que, si percibes una postura rígida,
desprovista de movimiento, algo podría estar mal.
#4 Repite palabras o frases
Esto sucede porque te está tratando de convencer, a ti y a ella misma, de algo que está
diciendo. Busca validar la mentira en su mente. Por ejemplo, podría repetir “yo no…” una y
otra vez. Asimismo, la repetición es una manera de ganar tiempo en lo que intentar
recopilar sus pensamientos.
Una señal delatora es ponerse las manos sobre la boca. Esto sucede de forma automática,
cuando una persona no quiere enfrentar un problema o responder una pregunta. Cuando
alguien coloca sus manos sobre sus labios, significa que no quiere revelarlo todo, o que
simplemente no quiere decir la verdad. Está, literalmente, obstaculizando la comunicación.
Cuando están mintiendo, las personas suelen cubrir instintivamente partes vulnerables de
su cuerpo. Esto puede incluir áreas como el cuello, pecho, cabeza o abdomen. De acuerdo
con la experta, quien ha trabajado en investigaciones para el FBI, ésta es una actitud común
en los tribunales. “Siempre puedo saber cuándo el testimonio de alguien ha dado en el clavo
porque el acusado cubre su garganta con la mano”, explica.
Ésta es una de las primeras señales delatoras de una mentira. El mentiroso potencial se
siente incómodo y nervioso, por lo que mueve las piernas sin siquiera darse cuenta. Esto
muestra también que desea salirse de la situación, alejarse de ella. Los pies pueden decir
mucho de alguien: fíjate en ellos cuando estés en medio de una negociación importante.
#8 Da demasiada información
Cuando alguien habla y habla y proporciona demasiada información –con detalles que no
son requeridos– existe una posibilidad alta de que no esté diciendo la verdad. Con
frecuencia, los mentirosos hablan mucho porque esperan que, al mostrarse abiertos a
conversar, otros crean en ellos.
#9 Se le dificulta hablar
Cuando alguien miente es común que rompa el contacto visual. Sin embargo, el mentiroso
podría hacer un esfuerzo adicional por mantener el contacto visual en un intento de
controlar la conversación y manipular a su interlocutor.
La mayoría de los estafadores lanza miradas demasiado largas, y con frecuencia pestañean
poco. Por otro lado, cuando alguien dice la verdad, mueve sus ojos de vez en vez, e incluso
mira hacia otros lados.
Si tenemos en consideración que la valoración que los jueces hacen del testimonio de los
testigos no depende sólo del contenido de su declaración, sino también del modo o forma
de la misma, es decir, de cómo se declara, podemos afirmar que el lenguaje no
verbal adquiere una importancia mayúscula a la hora de verificar la veracidad del testigo, o
lo que es lo mismo, de determinar si el testigo está mintiendo durante la declaración, lo
que nos ayudará a orientar el interrogatorio en un sentido más adecuado a la actitud de
éste.
Peritaje psicológico
Los jueces se enfrentan a diario a casos sobre temas que no dominan y es en este sentido
que necesitan el parte de un experto que estudie el caso y emitan un informe para que el
juez pueda entender lo mejor posible los hechos y las pruebas y pueda emitir un fallo.
Cuando el caso sobre el que debe emitir una decisión incluye temas de psicología, el juez
debe nombrar un perito, experto en este tema.
La labor del psicólogo no termina con la evaluación y la intervención del sujeto, sino
también toma gran importancia la correcta elaboración del informe psicológico. Esta es la
última fase del proceso psicológico y se debe saber estructurar y redactar la información de
cara a su presentación a la entidad que lo así lo requiera. Sin embargo, en la psicología
jurídica, criminológica o forense el proceso de evaluación termina con la comunicación de
los resultados ya sea de forma oral, escrita o ambas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el perito no puede hacer sugerencias sobre la
responsabilidad penas de quienes están siendo procesados. El perito psicólogo, mediante
el informe pericial psicológico, únicamente “asesora” al juez y en esta medida el informe se
convierte en un instrumento del juez ya que el objetivo del peritaje será entonces, evaluar
la integridad de las funciones psicológicas superiores de la persona para establecer si actuó
en pleno uso de sus facultades mentales.
Los peritajes psicológicos tienen una estructura implícita a seguir. Dependiendo del motivo
de la demanda por la cual se solicita el informe, el perito debe tener en cuenta los
antecedentes de la persona implicada. Por ejemplo, si es un caso familiar, se tomará la
custodia de los menores, las consecuencias psicológicas de los menores en caso de un
posible divorcio y los procesos de nulidad matrimonial, entre otros; si es un caso laboral, se
deben evaluar si hay acoso laboral, estrés psicológico o moral, si ya se han registrado
incapacidades psicológicas o posibles secuelas psicológicas producto de algún accidente
laboral y por último, si es un caso de ámbito penal, el perito debe detectar la validez del
testimonio en donde se tiene que evaluar la actitud del sujeto, la conciencia, la orientación
y el nivel de raciocinio y atención, entre otros.
Seguido a esto, el perito informará en la medida de los posible a las partes de la demanda
y una vez hecho esto, empiezan las sesiones de indagación en donde se harán entrevistas,
test psicológicos y otros recursos que pueden ser utilizados al libre albedrío del psicólogo,
según sea el caso. Una vez recopilada la información, se empieza a redactar el informe en
cual debe ser redactado de una forma clara para que sea entendible para el juez. Además,
debe incluir los hallazgos de las entrevistas y de las pruebas psicológicas aplicadas y se
incluirá una descripción detallada de los aspectos relevantes encontrados en el examen con
el respectivo análisis e interpretación de resultados y las conclusiones debidamente
sustentadas, finalmente, el perito dará respuesta a la pregunta planteada por quien solicitó
el peritaje y así mismo realizará las recomendaciones pertinentes que considere para el caso
en estudio. El perito debe estar presente en las audiencias jurídicas en donde rectificará su
análisis realizado en el informe.
Para finalizar esta parte teórica se sugiere que se mantenga presente que los evaluados
generalmente presentarán una distorsión motivacional y el forense debe estar entrenado
para ponderarla; también se sugiere que utilicen instrumentos de medición válidos,
confiables, conducentes y pertinentes; que se agreguen referencias y citas bibliográficas,
para acostumbrar a los peritos y a los jueces y fiscales que no es la opinión del psicólogo,
sino la postura de toda la comunidad científica.
Para finalizar, se debe tener presente que esta clase de informes puede generar
afectaciones motivacionales o morales a los evaluados. También se sugiere que, en el
momento de realizar el peritaje psicológico, se deben utilizar instrumentos de medición
válidos, pertinentes y confiables para soportar las conclusiones