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PREHISTORIA (UCM)

ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMIA EN ESPAÑA

CERDEÑO, Mª LUISA 07-08


LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA: ESTADO DE LA CUESTIÓN 13

TRABAJOS DE PREHISTORIA
63, No 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 13-34, ISSN: 0082-5638

LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA:


ESTADO DE LA CUESTIÓN

STUDIES OF ARCHAEOASTRONOMY IN SPAIN: A REVIEW

M.a LUISA CERDEÑO (*)


GRACIA RODRÍGUEZ-CADEROT (**)
PEDRO R. MOYA (***)
ANA IBARRA (*)
SILVIA HERRERO (*)

RESUMEN Key words: Archaeoastronomy. Historiographical Review.


Spain and Europe.
Los estudios de Arqueoastronomía tienen una larga tra-
yectoria en algunos países europeos y, en menor medida, en
España. Mayoritariamente se llevan a cabo desde el campo I. INTRODUCCIÓN
de los astrónomos y todavía no han alcanzado un definiti-
vo reconocimiento en el ámbito arqueológico. En este tra- El tema de este artículo se decidió durante el
bajo se revisan las líneas de trabajo existentes en España, curso de Doctorado 2002/03 que con el título Ar-
con la inevitable referencia al marco europeo, y se analizan queología y Física: aplicaciones de la Astronomía
los principales problemas que tiene planteados esta disci- y la Geofísica a la Arqueología se viene impartien-
plina académica. do en la Universidad Complutense desde hacia va-
rios años (1). Este doctorado arranca de la disposi-
ción que muestran las profesoras que lo imparten
ABSTRACT en aplicar nuevas fórmulas de cooperación entre la
Arqueología y otras disciplinas científicas, interés
Studies of Arqueoastronomy have a long tradition in que ha propiciado la formación de un equipo de
Europe and, to a lesser extent, in Spain. This research is investigación centrado en la observación de posi-
mainly done by astronomers. The recognition of this studies bles orientaciones astronómicas en yacimientos de
is still lacking in archaeology. This paper reviews current la cultura celtibérica (2).
research projects in Spain and the main problems raised by Los estudios arqueastronómicos tienen una tra-
Archaeoastronomy. yectoria de hace más de un siglo en algunos países
de Europa donde la relación que las sociedades an-
Palabras clave: Arqueoastronomía. Historiografía. Espa- tiguas mantenían con el cosmos suscitó pronto el
ña y Europa. interés de eruditos e investigadores. Sin embargo,
su desarrollo como auténtica disciplina científica
**(*) Dpto. de Prehistoria. Facultad de Geografía e Historia. puede situarse a partir de 1930, cuando A. Thom co-
Universidad Complutense. Ciudad Universitaria. 28040-Madrid.
Correo electrónico: mluisac@ghis.ucm.es (1) Se imparte de manera conjunta entre las profesoras Mª L.
*(**) Sección Departamental de Astronomía y Geodesia. Cerdeño, de la Facultad de Geografía e Historia, G. Rodríguez
Facultad de CC Matemáticas. Universidad Complutense. Ciu- Caderot, de la Facultad de CC. Matemáticas y Mª C. Hernández,
dad Universitaria. 28040-Madrid. Correo electrónico: grc@mat. de la Facultad de CC. Físicas, de la UCM. El curso está incluido
ucm.es en el Programa de Doctorado del Dpto. de Prehistoria que obtuvo
(***) Becario de FPU de la Secretaría de Estado de Educa- la Mención de Calidad en 2002/2003.
ción y Universidades. Departamento de Prehistoria, Universidad (2) Dicha colaboración se inició con el Proyecto de Investiga-
Complutense de Madrid. 2004. ción Complutense PR78/02-10930 titulado “Un estudio multidis-
Recibido: 7-IX-05; aceptado: 23-II-06. ciplinar: ciencias aplicadas en dos yacimientos celtibéricos”.

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menzó a separar el “misticismo” de los yacimien- las para evitar que al hablar de “conocimiento”
tos emblemáticos, como Stonehenge, y los análisis pueda deslizarse de manera implícita nuestra pro-
estrictamente científicos (Thom 1954 y 1967). pia perspectiva moderna de conocimiento técnico
En el entorno arqueológico todavía se teme caer y de lógica científica que es resultado de una forma
en la mera especulación, al existir dificultades para determinada de pensamiento racional, olvidando
contrastar empíricamente algunas hipótesis y se que el pensamiento humano no siempre ha estado
piensa que quizás no se ha desarrollado una coope- estructurado de la misma manera. Por su parte, la
ración auténticamente pluridisciplina que garantice Historia de la Astronomía parte del concepto que
unos resultados satisfactorios. Hace diez años se hoy tenemos sobre esta ciencia aunque la mayoría
achacaban estas posturas al desorden metodológi- de los grupos del pasado tuvieron una relación muy
co y al caos conceptual (Iwaniszeski 1994: 5). diferente con los fenómenos naturales, sobre los
Para que se generalice definitivamente esta línea que tenían muy poco control. Por ello, la Arqueoa-
de investigación, creemos imprescindible la cola- stronomía sería la encargada de estudiar la mane-
boración entre investigadores de diferentes especia- ra en que las sociedades de épocas pasadas se rela-
lidades, básicamente arqueólogos y físicos, de cionaron con el cosmos, a partir de los datos
manera que los resultados no muestren carencias ni arqueológicos, etnográficos e históricos.
en la toma y manejo de los datos ni en la interpre- La relación de la Arqueología, encargada del
tación cultural que de ellos se haga. Es evidente que estudio de los grupos humanos del pasado a través
el conocimiento de la posición y movimientos de de los restos materiales de su cultura, con la Astro-
los astros requiere un sólido conocimiento de físi- nomía se justifica si esta última puede proporcionar
ca y matemáticas, mientras que la comprensión del respuestas a las incógnitas que la primera tiene
comportamiento humano en épocas pasadas es ta- planteadas. Puede ser interesante averiguar cuál fue
rea de arqueólogos y antropólogos. Como analiza- el papel que jugó el cielo en el conjunto de las ma-
mos más adelante, hasta hace poco tiempo han sido nifestaciones culturales de aquellas sociedades o de
escasos los equipos mixtos que han acometido es- qué manera incorporaron la visión de dicho espa-
tos estudios y su inclusión en proyectos arqueoló- cio celeste a su imaginario colectivo, recordando
gicos, así como su presencia en los planes de estu- que eran más globalizadoras y tanto su tecnología
dio universitarios es minoritaria. como su organización social o su ideología forma-
En cualquier caso el desarrollo de esta discipli- ban un todo difícil de independizar, muy diferente
na es ya amplio, los trabajos sobre la materia se han a nuestro mundo moderno, caracterizado por un
multiplicado en los últimos años en diferentes par- pensamiento tecnológico fragmentario y analítico
tes del mundo y en nuestro país también se está (Winter y Salazar 1997: 3).
detectando un creciente interés por ella. Por eso Las sociedades primitivas tienden a sacralizar
hemos querido revisar la actividad realizada en aquello que no controlan y les sobrepasa, confirien-
España, dentro del panorama general europeo y por do carácter sagrado a un amplio número de lugares,
ello nuestro análisis historiográfico se ha centrado de seres vivos y, como no, al cosmos o bóveda ce-
en estos dos entornos. leste que les envuelve y de la que proceden la ma-
yoría de los acontecimientos que regulan su vida.
En el cielo se producen la mayoría de los fenóme-
II. OBJETIVOS Y MÉTODOS DE LA nos decisivos para la supervivencia. De él viene la
ARQUEOASTRONOMÍA luz y la oscuridad, el frío y el calor, la lluvia o la au-
sencia de ella, etc., y por esta razón dichos fenóme-
Desde hace décadas se han propuesto diferentes nos han pasado a formar parte de la narrativa o mi-
definiciones de Arqueoastronomía y en trabajos tología de todas las culturas, muchas de las cuales
recientes de nuestro país se la considera como la ubican en el cielo el origen de todos los aconteci-
disciplina que trata de averiguar el grado de cono- mientos que superan el control humano, así como
cimientos astronómicos de las sociedades antiguas, la morada de los dioses o de otros seres sobre-na-
relacionados con su visión del cosmos (Belmonte turales.
2000: 14) o de estudiar el desarrollo de la astrono- La Arqueología hace tiempo que atiende a la
mía de las sociedades prehistóricas dentro de su importancia que para todas las sociedades tenía el
contexto cultural (Esteban 2003: 309). Estas defi- espacio en el que habitaban, a través de la Arqueo-
niciones, claras en apariencia, habría que matizar- logía Espacial, Territorial o del Paisaje. Pero no se

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debería olvidar que si el sitio sobre el que vivían era un sistema de referencia a partir de su orientación
importante, no cabe la menor duda de que la bóveda en redes geodésicas o por medio de las técnicas
celeste, suspendida permanentemente sobre sus GPS, radiación de la excavación, levantamientos
cabezas, tuvo que servir también de fundamental topográficos, mapeo de la zona, etc., además de
referente espacial y temporal. utilizar sistemas de almacenamiento de la informa-
Si somos capaces de demostrar la corresponden- ción que permitan una búsqueda rápida y fiable de
cia entre la forma y posición de determinados ves- datos y su reutilización siempre que se desee.
tigios arqueológicos y su posible orientación hacia Los trabajos de cálculos astronómicos requieren
elementos o eventos celestes, la nueva información una metodología sistemática y ordenada. En primer
ayudará a comprender mejor el comportamiento de lugar, hay que tener en cuenta la latitud del sitio
aquellos grupos antiguos y, sobre todo, su forma de estudiado puesto que de ello depende el aspecto del
pensar a través de símbolos que resulta difícil des- cielo. Por ejemplo, ciertas estrellas son circumpo-
cifrar. Esta nueva línea de investigación plantea la lares (no tienen ni orto ni ocaso) en unos lugares y
pregunta de hasta dónde es posible conocer las “res- en otros no. Igualmente, el movimiento del eje de
puestas” que se dieron en cada momento a los fenó- rotación de la Tierra alrededor del eje de la eclíptica
menos astronómicos o celestes y si podemos llegar (plano orbital de la Tierra), llamado precesión de
a saber el significado último de ubicaciones de ele- los equinoccios cambia la posición del Polo celes-
mentos, orientaciones repetitivas, etc. Incluso en el te. Como consecuencia, lo que ahora llamamos es-
caso de culturas estatales, con un mayor grado de trella polar, por estar próxima al Polo celeste, no
conocimiento y control del medio, se nos escapa la siempre ha tenido la misma posición. Es importante
finalidad real de sus supuestos observatorios astro- considerar la variación en la oblicuidad de la eclíp-
nómicos y el objetivo y uso que hacían de la infor- tica, es decir, el ángulo entre el plano del ecuador
mación que en ellos obtenían. celeste y la eclíptica, pues esto hace cambiar la
Como el objetivo principal de este trabajo es declinación del sol en los solsticios, según las épo-
hacer una revisión de la finalidad y enfoque de los cas. Este factor es importante cuando se trata de
trabajos de Arqueoastronomía, especialmente des- calcular la posición de los ortos y ocasos del sol en
de la perspectiva del estudio de la cultura, no se tra- el horizonte durante un cierto momento del pasado.
tan en profundidad las distintas metodologías em- Además, otros factores afectan la determinación
pleadas, aunque resumimos de manera breve los precisa de los acimutes de los ortos y ocaso de los
métodos y técnicas necesarios para llevar a cabo astros. Los más importantes son la depresión del
una observación rigurosa. horizonte, horizonte abrupto, paralaje solar y lunar
Desde el punto de vista técnico, es fundamental o la extinción y refracción atmosférica.
la toma de los datos de campo distinguiendo duran- El abanico de posibilidades es amplio en cuan-
te las excavaciones entre los trabajos meramente to a la instrumentación a utilizar. Solo los instru-
topográficos y los destinados a obtener cálculos mentos topográficos o geodésicos como teodolitos,
astronómicos. Los primeros permiten referenciar estaciones totales y/o receptores GPS proporcionan
los objetos y medir con precisión suficiente sus resultados precisos indiscutibles. Cuando el estado
orientaciones respecto al horizonte. Por ejemplo, de conservación de los restos arqueológicos no es
una medida habitual es el azimut o ángulo desde el óptimo y es plausible su desplazamiento o se en-
punto cardinal norte hasta la dirección considera- cuentren en muy mal estado, etc., una brújula y un
da, controlándose con mayor facilidad la orienta- clinómetro pueden ser adecuados para corregir los
ción de una construcción si es grande o tiene un eje. datos siempre que tengamos en cuenta la diferen-
Pero los hallazgos no siempre son modélicos y las cia entre el norte medido con la brújula y el norte
estructuras conservadas pueden tener forma irregu- verdadero.
lar, encontrarse fragmentadas o movidas, tratarse
de conjuntos pequeños, de tumbas sin señalización,
etc. Hay que adaptarse y solucionar los problemas III. LA ARQUEOASTRONOMÍA EN
planteados en cada caso pues sólo un buen trabajo EUROPA
de campo basará las hipótesis de orientaciones con
intencionalidad astronómica en observaciones fia- Antes de acometer la revisión española, nos pa-
bles. Enumeraremos algunos de los trabajos topo- recía necesario comprobar cual era el estado de la
gráficos a realizar en un yacimiento: definición de cuestión en Europa al ser el marco de referencia

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obligado. Entre todos los países europeos creemos en 1954 (“The solar observatories of Megalithic
que es Inglaterra el mejor representante tanto por su Man” en Journal of the British Astronomical Asso-
larga tradición en estos estudios, como porque fue ciation) y en 1967 hizo la primera gran recopilación
allí donde se fundó en 1970 la revista Journal for científica en la que se incluían de más de 500 yaci-
the History of Astronomy y, más tarde, en 1979, mientos (“Megalithic sites in Britain”) (Ibidem: 17-
Archaeoastronomy como un suplemento especia- 18; Thom 1954 y 1967).
lizado de la misma (3). No obstante, el halo mítico que envuelve los
Este suplemento es el que hemos elegido como grandes monumentos pétreos de las antiguas cultu-
paradigma de esta línea de investigación y hemos ras lastra los contenidos de la disciplina. Por ejem-
analizado detalladamente todos las números publi- plo, de los 65 artículos que versan sobre Europa
cados (1979 a 2002, con un total de 27 volúmenes (prácticamente la mitad de los artículos publicados
y 129 artículos consultados) considerándolo una en Archaeoastrnomy) un 63% de ellos se refieren
muestra suficientemente representativa, tanto a a estudios realizados sobre yacimientos megalíticos
nivel europeo como español. Hemos manejado dos (Fig. 1), recurrencia que puede justificarse por las
niveles de análisis principales: un criterio de distin- ventajas que estos monumentos presentan al poder-
ción geográfica sistematizando la ubicación de los se medir muy bien su eje y la dirección hacia la que
yacimientos estudiados y un segundo criterio de se orienta.
diferenciar la etapa histórica a la que pertenecen los Hasta mediados de los años 80 los autores se-
lugares elegidos. guían reinterpretando los mismos monumentos que
Llama la atención el hecho de que apenas dos ya se habían estudiado en el siglo XVIII, princi-
años después de su fundación, los arqueoastróno- palmente los megalitos de las islas británicas y
mos ya se estaban autoanalizando (Heggie 1981) sobre todo los yacimientos excepcionales como
aunque reflexionar sobre los orígenes y evolución Stonehenge, Newgrange, Castle Rigg, Hanggstone
de la propia disciplina suele ser prueba de que una Moor, Callanish V, Brogar, Ballanaby, Dunskeig,
ciencia ha alcanzado su madurez tras una dilatada Mid Clyth, islas Órcadas, Shetlands, etc.
trayectoria. En este caso el motivo es que existía Del mismo modo, el porcentaje restante de artí-
una larga tradición anglosajona de interesarse por culos versa sobre yacimientos monumentales loca-
el significado de sus monumentos antiguos pues ya lizados en América (31%) y África (6,20%), inmer-
en el siglo XVIII el arquitecto J. Wood y el anticua- sos en el análisis de la simbología de las grandes
rio W. Stukeley sospechaban de la orientación in- pirámides mayas y egipcias (Fig. 1) y, en menor
tencionada de Stonehenge, Callanis, Castle Rigg o medida, sobre aquellos situados en el continente
del Sarsen Circle. Aún así, no fue hasta el siglo XIX asiático (3,87%), publicándose también algunos de
cuando otro anticuario, A. L. Lewis, hizo el primer contenido teórico o más general (8,52%).
compendio de yacimientos susceptibles de ser in- Tras la revisión de los trabajos publicados en la
terpretados desde el punto de vista astronómico. revista Archaeoastronomy, creemos que es posible
Aunque su trabajo no tuvo mucho éxito, fue poste- distinguir tres grandes fases de desarrollo fijándo-
riormente retomado por Somerville, un capitán de nos en los hitos más significativos de esta publica-
la marina británica, y por Sir Norman Lockyer ción. Como nuestro marco de estudio es más redu-
(Idem: 17). cido, dichas etapas no coinciden con las que
Esta tradición fue recogida en las primeras dé- estableció Iwaniszeski cuando revisó la evolución
cadas del pasado siglo por A. Thom, uno de los im- de esta disciplina desde una perspectiva mundial,
pulsores de la Arqueoastronomía moderna y ejem- incluyendo tanto la trayectoria europea como la
plo de la desvinculación de los grandes yacimientos amaericana (Iwaniszeski 1994: 6 y ss).
como Stonehenge –con un modesto papel en su
obra– y la realización de cálculos matemáticos más Primera etapa o fase de formación: Está repre-
precisos. Su primer trabajo en esta materia vio la luz sentada por la intensa actividad que, desde el perio-
do de entreguerras europeo y sobretodo desde la
(3) Journal for the History of Astronomy tiene una periodici- posguerra, encabezaron investigadores como el
dad cuatrianual, mientras que el suplemento Archaeoastronomy
es publicado de forma anual a excepción de los años 1984, 1985 escocés Thom. Se trataba de una generación de
y 1989 en los que se editaron dos volúmenes. Ambas están publi- científicos procedentes de la física o de la ingeniería
cadas por el Churcill College de Cambridge y auspiciadas por el
profesor M. Hoskin: www.shpltd.co.uk/jha.html (acceso 15-III- que, como el propio Thom en Gran Bretaña o Inne-
2005). La publicación se ha interrumpido en 2005. rebner en Italia, iniciaron sus mediciones sobre

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general que hicieran de un acto ideológico y simbó-


lico, como es la construcción de un megalito, una
interpretación matemática ajustable a cualquier
sociedad que alguna vez hubiera hecho construc-
ciones más o menos semejantes. No obstante, la
fundación de las revistas mencionadas a lo largo de
los años 70 reflejan que se planteó la necesidad de
nuevos cauces de comunicación dentro de una dis-
ciplina en plena evolución. Esta primera etapa cul-
minó con la edición en 1979 de Achaeoastronomy,
exponente de las nuevas aplicaciones de la Astro-
nomía a los yacimientos arqueológicos.

Segunda etapa o fase de transición: La década


de los años ochenta significó una verdadera revo-
lución en el campo de la Arqueoastronomía, mar-
cada por las investigaciones en otros ámbitos euro-
peos y por la participación de nuevos especialistas.
Prueba de ello es la presencia en Archaeoastro-
Fig. 1 . Comparativa entre los temas publicados en Archeo- nomy del primer autor no anglosajón que investiga-
astronomy, 1979-2002. ba en Europa (Rosenfeldt 1984).
Profesores como Ruggles, arqueólogo de la
yacimientos de forma casi autodidacta (Thom Universidad de Leicester y Hoskin, físico y miem-
1954; Innerebner 1959). bro de la Universidad y del Churchill College de
En aquellos momentos no manejaban la dimen- Cambridge, vieron la necesidad de consolidar nue-
sión histórica o cultural del yacimiento arqueológi- vos espacios de discusión en The Oxford Conferen-
co elegido al que consideraban como mero conte- ces on Archaeoastronomy (4), denominadas así por
nedor de datos interesantes, siempre referidos al la sede de la primera reunión en 1981 (Heggie
megalitismo británico. Poco a poco incorporaron 1982). Atendiendo a la trayectoria arqueológica de
nuevos métodos técnicos gracias a la creciente Hoskin, su primer organizador, se definió la disci-
importancia de las computadoras, pero los datos se plina arqueoastronómica como el estudio de las re-
cuantificaban arbitrariamente y, como sucede en acciones de las sociedades humanas ante los fenó-
algún trabajo de Alexander y Archie Thom (1980 menos astronómicos que se debían conocer a través
y 1983), todavía partían de variables aisladas del de la Antropología, Arqueología, Historia y Prehis-
yacimiento o monumento a estudiar, sin alusión al- toria.
guna a los rasgos de la sociedad que los generó. Los investigadores que participaban en Ar-
Los trabajos planteaban teóricamente los proble- chaeoastronomy advirtieron sobre el imprudente
mas de la disciplina, pero se enfocaban casi exclu- manejo de los datos arqueológicos y señalaron la
sivamente a la medición de las posibles orientacio- necesidad de investigaciones interdisciplinares,
nes. Las múltiples formulaciones sólo podían ser dándose cuenta de lo incompleto que resultaba la
interpretadas por otros expertos en Física y Astro- búsqueda de la “gráfica perfecta”, único objetivo de
nomía, se citaban sólo a sí mismos (Thom y Thom los astrónomos (Heggie 1981; Ruggles 1984 y
1980: 89) y, a su vez, mostraban evidentes carencias 1994; Rosenfeldt 1984; McCluskey 1989; Ruggles
en la interpretación cultural y social, hablando del y Martlew 1989; Martlew y Ruggles 1993; Hoskin
“hombre megalítico” como si éste fuera un ente et al. 1996; Hoskin y Zedda 1997).
homogéneo, atemporal y omniespacial (Idem, En algunos trabajos se apostaba directamente
1980b: 90). por la desmitificación de muchos “observatorios”
La ausencia de contextualización del objeto de
estudio se debía al desconocimiento o a la inexis- (4) www.lpl.arizona.edu/oca (acceso 15-III-2005). La prime-
tencia de datos. No importaba la cronología concre- ra conferencia fue la decana de los congresos sobre la materia,
pero su periodicidad trienal y el incumplimiento de la misma en
ta ni el grupo cultural al que se adscribía el monu- sus años iniciales la ha relegado detrás la SEAC, cuyas reuniones
mento, sólo interesaba crear leyes de aplicación son anuales y la publicación de las actas puntual.

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Fig. 2 . Instituciones académicas europeas que han publicado en Archaeoastronomy: 1979-2002. A) Her Majesty’s Trea-
sury , 1; B) Royal Greenwich Observatory, 1; C) Institute of Astronomy-Universidad de Cambridge, 1; D) Churchill Co-
llege de Cambridge, 6; E) Universidad de Cambridge , 2; F) Universidad de Leicester , 6; G) Universidad de Leeds, 2; H)
Thurso Technical College, 1; I) Universidad de Cagliari , 1; J) Universidad de Padua, 1; K) Universidad de Palermo, 1; L)
Observatorio de Palermo, 1; M) Centro de Estudios Mediterráneos de Nuoro, 1; N) Gymnasium Meindorf Hamburgo, 1; O)
Naturhistoriesche Gesellschaft Nürnberg, 1; P) Vilnius Pedagogical University; 1; Q) Institute of Theoretical Phisycs Li-
tuania, 1; R) Universidad de Atenas, 1; S) Museo Benaki de Atenas, 1; T) Ministerio de Cultura Aix-en-Provence; U) Uni-
versidad de Autonónoma de Barcelona, 1; V) Universidad de las Islas Baleares, 1; Ñ) UNED, 3; W) Universidad de La Laguna,
4; Y) Universidad de Sevilla, 1; Z) Universidad de Córdoba, 1; a) Universidad de Huelva, 1; b) Universidad de Salamanca,
1; c) Universidad de Santiago de Compostela, 1; d) Instituto de Astrofísica de Canarias, 6; e) Museo de la Ciencia y del Cosmos
de La Laguna, 2; f) Museo de Menorca, 1; g) Museu Cerdá, Puigcerdá, 1; h) Sección de Patrimonio de Urnieta (Guipúzcoa),
1; i) Sección de Patrimonio del Gobierno de las Islas Baleares, 1; j) Universidad de Lisboa, 2; k) Associaçao de Estudios do
Alto Tejo, 1; l) Centro de Ciência do Europarque. Sta. Mª da Feira, 1.

cuyo uso exacto no se podía demostrar con preci- nes empezó a ser cada vez más importante (Roma-
sión tras los análisis correspondientes (Ruggles no y Aveni 1986; Proverbio et al., 1987) y, en gran
1985; Proverbio et al. 1987). Trataron de aportar número de casos, estaba unida a la incipiente cola-
más información sobre los yacimientos estudiados, boración internacional en proyectos conjuntos,
incluyendo fotografías de los mismos y datos de di- entre otros, en el área meridional de la Península
versa naturaleza. Junto a esta desmitificación de las Ibérica (Hoskin y Sauch 1999; Gómez y Hoskin
teorías megalómanas y siempre generalizadoras de 2000), en los monumentos talayóticos (Hoskin et
algunos autores (Rosenfeldt 1984; Ruggles 1985), al. 1990; Hoskin y Morales 1991; García Roselló et
apareció en 1985 la primera publicación sobre con- al. 2000) o en los dólmenes sardos (Hoskin y Zed-
textos arqueológicos de fuera de Irlanda y de las da 1997) (Fig. 2).
Islas Británicas que, para nuestro interés, se ocupa- En esta segunda etapa se empieza a incluir la
ba de los monumentos talayóticos baleares (Hoskin temática arqueoastronómica en los programas uni-
1985). La presencia de especialistas no anglosajo- versitarios, siempre en función de la presencia en

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tales centros de investigadores interesados que, emplean datos cronológicos radiocarbónicos. En


coincidentemente, eran los que publicaban en Ar- 1989, Ruggles y Martlew apuestan por una inves-
chaeoastronomy. La Universidad de Leicester, a la tigación plural en su proyecto de la Isla de Mull,
que esta adscrito Ruggles, fue una de las pocas que combinando programas de excavación arqueológi-
ofertaba la asignatura de Arqueoastronomía para ca, análisis polínicos, estudios del horizonte y una
arqueólogos. Asimismo, el Churchill College de investigación estadística. También hay que desta-
Cambridge alcanzó su protagonismo tras la ads- car los ensayos que cimentan las interpretaciones
cripción de Hoskin al mismo. astronómicas de ciertos monumentos sobre las
fuentes antiguas. Unos, como Hoskin o Papatha-
Tercera etapa o fase de apertura: La tendencia nassiou (1991), usan la mitología mientras que
que se estaba gestando en la etapa anterior desem- otros profundizan en las raíces de los conocimien-
bocó, durante la última década del siglo XX, en la tos populares y tradicionales propios de cada re-
verdadera expansión cualitativa y cuantitativa de gión, como ya hicieran Straizys y Klimka (1997) en
la Astronomía aplicada al estudio del pasado de el Báltico. Recurrir a otras fuentes que no sean la
Europa. propia observación empírica del fenómeno astral es
La ya citada atención de Hoskin al mundo tala- una muestra más del intento de aperturismo de la
yótico anticipó una nueva fase en la que, junto a los disciplina arqueoastronómica, hablándose desde
habituales artículos referentes a Escocia, Gales o hace ya tiempo de la Etnoastronomía, más desarro-
Irlanda, la revista Archeoastronomy se enriquece al llada en el ámbito de la investigación americana
presentar cálculos e interpretaciones de monumen- (Baity 1973;Aveni 1988).
tos procedentes de Baleares, Córcega, Cerdeña – Por otra parte, se sigue observando la correla-
tombe dei giganti y nuraghe–, Sicilia, la penínsu- ción existente entre el aumento de las publicacio-
la Italiana, Creta e incluso de la costa báltica nes y la presencia de esta disciplina en los ámbitos
(Papathanassiou 1991; Hoskin y Morales 1991; académicos y educativos que la van incluyendo en
Hoskin et al. 1993; Straizys y Klimka 1997). Fru- sus planes de estudio universitarios. En la Univer-
to de ellas nacerán las primeras síntesis nacionales sidad de Leicester ya existe un módulo de Arqueoa-
de Arqueoastronomía (Romano 1992; Belmonte stronomía en su Diplomatura de Arqueología mien-
2000). tras que en otros países, como por ejemplo Portugal,
Gracias a la frenética actividad investigadora de de los nueve centros universitarios analizados (5)
Hoskin, la península Ibérica se erigió como prota- la Astronomía sólo está vinculada a los departa-
gonista de los artículos de Archaeoastronomy con mentos de Matemáticas Aplicadas o a los centros de
el emblemático yacimiento calcolítico de Los Mi- Astrofísica y tan sólo en la Sección de Astronomía,
llares (Almería), el Bronce Talayótico o las marcas Astrofísica y Astronáutica de la Asociación Acadé-
astronómicas de los guanches canarios (Hoskin et mica de la Universidad de Coimbra se han ofreci-
al. 1990; Hoskin y Morales 1991; Belmonte et al. do cursos no reglados en los que se relaciona el
1993). No deja de ser relevante que en 1993 Bel- cosmos con la egiptología tradicional. Sin duda es
monte, desde el Instituto Astrofísico de Canarias, la Universidad de Leicester la que mayor interés
iniciara una asidua participación en la revista ingle- muestra por estos estudios y, como anuncia su pá-
sa (Belmonte et al. 1995, 1995b, 1995c, 1996, gina web (6), para el curso 2006-07 se va a impar-
2000...). tir un Master titulado “Archaeoastronomy and
El cambio observado no sólo es cuantitativo sino Cultural Astronomy”, dentro de un Master general
también cualitativo pues los astrónomos comienzan sobre “Landscape Studies”.
a adentrarse en la bibliografía arqueológica, tratan- En definitiva, de los 129 artículos analizados en
do de contextualizar en el espacio y en el tiempo los Archaeoastronomy (1979-2002) podemos consta-
vestigios a estudiar. Es sintomático el interés de tar la aplicación de técnicas astronómicas hacia un
algunos arqueólogos por estos temas arqueoastro- tipo de yacimientos arqueológicos de cronologías
nómicos, siendo un ejemplo el libro sobre diversos
aspectos de Stonehenge dirigido por Cunliffe y (5) Universidad del Algarve, Universidad Técnica de Lisboa,
Universidad de Lisboa, Universidad de Oporto, Instituto Politéc-
Renfrew (1997). nico de Oporto, Universidad de Coimbra, Universidad Fernando
Los proyectos menorquinos y megalíticos de Pessoa de Oporto, Universidad de Beira Interior, Universidad del
Miño.
Hoskin (Hoskin 1989, 1995. López Plaza et al. (6) www.le.ac.uk/archaeology/rug/aa/pg/index.html (acceso
1997) están avalados por arqueólogos e incluso se Octubre 2005)

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20 M.a Luisa Cerdeño et al.

muy concretas. Mientras el 7,7% del total estudia nomical Phenomenon) (9), cuya primera edición
contextos de la Edad del Bronce en la cuenca euro- tuvo lugar en 1994 en el lago Albano (Lazio, Italia).
mediterránea (5,4% corresponden al Talayótico Estas reuniones tienen carácter trienal y con sede
balear), el 6,2% analiza otros de época clásica, alternante, ya sea en el ámbito europeo (Malta,
mientras sólo el 2,3% de los trabajos se centra en Palermo, Oxford) o norteamericano. La proceden-
estructuras medievales; en iguales términos existe cia de algunos miembros de su comité científico es
un reducido 2,3% dedicado al período Prehispáni- el mejor exponente de sus objetivos: hay numero-
co de las islas Canarias. Por el contrario, el 31,8% sos astrónomos encabezados por G.V. Coine
de los artículos versan sobre monumentos megalí- (Steward Observatory de la Universidad de Arizo-
ticos, convirtiéndose en el tema esencial de esta na, EE.UU.) o D.W. Pankeiner (Departamento de
revista y, por ende, de la Arqueoastronomía actual Lenguaje y Literatura Moderna de la Universidad
(Fig. 2). de Lehigh, EE.UU.); relacionados con el Arte des-
Aparte de los trabajos publicados en Archaeoa- tacan V. Shrimplin (Universidad de las Artes de
stronomy, esta nueva etapa cuenta con la creación Londres) y G. N. Wells (Ithaca College, EE.UU.)
e inicio de las reuniones de la Société Européene y, finalmente, R.M. Sindair (Santa Fe Institute,
pour l’Astronomie dans la Culture (SEAC) (7). Fun- EE.UU.) ha trabajado en algunos aspectos de ar-
dada en Estrasburgo por Jaschek en 1992, tuvo su queología norteamericana.
conferencia inaugural en 1993 y desde entonces En definitiva, las conferencias INSAP versan
mantiene una periodicidad anual, siendo sus Actas acerca de la incidencia de las efemérides astronó-
un buen escaparate de las actuales líneas de inves- micas dentro de otras manifestaciones culturales,
tigación. como la literatura, la música o la pintura, cuestión
Una gran parte de sus miembros son astrofísicos esta que explica que los participantes sean escrito-
y en muchas publicaciones se observa que los plan- res, filósofos, artistas, etc. y que no se centren en
teamientos son más técnicos que arqueológicos al cuestiones estrictamente arqueoastronómicas.
abordar las mediciones de las ruinas antiguas. Al-
gunos de los participantes en sus congresos anua-
les, sobre todo desde el campo de las ciencias so- IV. LA ARQUEOASTRONOMÍA EN
ciales, están alertando sobre este problema. Es ESPAÑA
significativo un reciente trabajo de Iwaniszeski
(2003: 7 y ss) en el que, tras el revelador título “los El desarrollo de esta disciplina en España ofre-
erráticos caminos de la Astronomía Cultural”, plan- ce un cierto retraso respecto al de otros países eu-
tea los conflictos que pueden surgir entre las Cien- ropeos, hecho que ya recalcaba Iwaniszeski (1994)
cias Aplicadas y las Humanidades al tener diferen- en su mencionado trabajo al afirmar que esta cien-
tes paradigmas en su investigación y abogando por cia se hallaba en la Península todavía en un estadio
la necesidad de salvar esa dicotomía si se quiere al- inicial, apenas comenzando su despegue y, efecti-
canzar un punto de entendimiento útil. Durante la vamente, no citaba en su bibliografía ningún trabajo
13ª Conferencia de la SEAC (Cerdeña, junio 2005) de autores españoles. Pasados más de diez años,
hubo algunas voces en esta línea (8), subrayando esta situación ha cambiado algo, pero quizás no al
que no se ha avanzado mucho en los últimos años ritmo que cabría esperar.
a pesar de la proliferación de publicaciones y advir- En la Península Ibérica existe muy poca tradi-
tiendo que no deben reducirse estos estudios a la ción de estudio en este ámbito y, salvo algún intento
medición de todos los monumentos antiguos exis- pionero que luego comentaremos, España y Portu-
tentes, sino que hay que buscar nuevos espacios gal alcanzaron un cierto protagonismo en el cam-
teóricos y prácticos. po de la Arqueoastronomía debido al interés de al-
Finalmente, también cabe destacar el inicio de gunos investigadores que, como Hoskin, buscaban
las conferencias INSAP (The Inspiration of Astro- ampliar el número de yacimientos con posibilida-
des de ser analizados fuera del área británica.
(7) www.shpltd.co.uk/aacontents.html y www.iac.es/seac/ Para obtener una perspectiva general de esta
seac1.html (acceso 15-III-2005).
(8) La 13ª Conferencia de la SEAC se ha celebrado a finales actividad en nuestro país, orientamos la búsqueda
de Junio de 2005 en la isla de Cerdeña y en la línea que comenta-
mos fueron interesantes las intervenciones de A. Lebeuf, profesor
de Historia de la Religiones en la Universidad de Cracovia, y la (9) http://ethel.as.arizona.edu/~white/insap/insap.htm (acceso
de E. Paztor, del Museo Matrica de Hungría. 15-III-2005).

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LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA: ESTADO DE LA CUESTIÓN 21

2006.

Tab. 1. Artículos de Arqueoastronomía publicados en revistas de Arqueología-Prehistoria.

en dos direcciones: revisar la bibliografía académi- revistas especializadas (Tabla 1) . La mayoría de los
ca para identificar estos temas y a los autores e ins- trabajos arqueoastronómicos están publicados en
tituciones que están detrás, así como los yaci- los foros británicos ya comentados o en revistas y
mientos y épocas sobre los que han centrado su boletines de Astrofísica (11) que no llegan a los fon-
interés; en segundo lugar, en ver cual es la presen- dos de las bibliotecas de Humanidades y no suelen
cia de esta disciplina en los estudios universitarios ser consultados por los arqueólogos.
ya que ello puede ser un índice de sus posibilidades Todo ello refleja que realmente no se contempla
de crecimiento futuro. esta línea de actuación en los proyectos de investi-
gación arqueológica a pesar de que podría llegar a
ser, como decíamos al principio, una fuente de in-
IV.1. Publicaciones formación suplementaria para obtener datos sobre
aspectos ideológicos de las sociedades antiguas.
En España no existe una publicación equivalente Estudios especializados en temas del espacio y del
a la británica Archaeoastronomy y, teniendo en tiempo o en la relación que las sociedades primiti-
cuenta la propia definición de esta disciplina y la vas mantuvieron con su entorno no se hacen eco de
procedencia de la mayoría de los firmantes de este este tipo de propuestas (Arqueología Espacial (12);
artículo, nos parecía prioritario comprobar cual es Hernando 2002, etc.), incluso artículos que se ocu-
el interés y la repercusión real de los estudios ar- pan de posibles cultos lunisolares de grupos prerro-
queostronómicos en el campo de la Arqueología. manos, no atienden específicamente a los métodos
La percepción general es que la investigación ar- astronómicos (López et al. 1990).
queológica sigue mostrando un mayoritario desin- Tras la revisión de las publicaciones españolas,
terés por el tema porque quizás el enfoque y los podrían diferenciarse dos momentos sucesivos en
resultados obtenidos no se ajustan a sus objetivos la trayectoria seguida por la Arqueoastronomía en
de estudio. nuestro país, que es más corta que la que hemos
Para verificar dicha afirmación, hemos efectua- analizado en Inglaterra.
do una búsqueda bibliográfica en revistas especia- Primera etapa o fase inicial: El inicio de esta dis-
lizadas en Prehistoria y Arqueología fijándonos ciplina en España podría marcarse a mediados de los
tanto en las de mayor difusión, como en las de ca- años 80, cuando Hoskin comenzó a publicar en
rácter más local, para sondear todas las posibilida- Archaeoastronomy los monumentos talayóticos
des, mostrándose en el Anexo final la muestra con- ya reseñados en el apartado anterior (Tabla 2).
sultada. Puede comprobarse la entidad de estas Como el principal interés de este investigador se
publicaciones en la catalogación y valoración que centraba en el mundo megalítico, entró en contac-
hace unos años realizó el CINDOC sobre las Re- to con la única arqueóloga que, desde su universi-
vistas Españolas de Humanidades y Ciencias So-
ciales (10). (11) Por ejemplo: Anuario del Observatorio Astronómico del
I.G.N., Astrum, Noticias del Instituto Astrofísico de Canarias, Re-
El resultado obtenido es escaso puesto que hay vista de la A.A.T., Revista de la Sociedad Canaria de Ciencias,
muy pocos trabajos de Arqueoastronomía en estas Tribuna de Astronomía.
(12) Revista editada por el Seminario de Arqueología y Etno-
logía Turolense. De periodicidad anual, publicó el nº 1 en 1984 y
(10) http>&&www.cindoc.CSIC.es&info&inforev2.html el volumen 23-24 en 2004.

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Tab. 2. Principales yacimientos insulares estudiados arqueoastronómicamente.

Tab. 3. Principales yacimientos españoles en los que se han realizado estudios arqueoastronómicos.

dad de Salamanca, había realizado una investi- editados entre 1994 y 2001 en la revista Archaeo-
gación multidisciplinar pionera sobre las orienta- astronomy en colaboración con autores españo-
ciones astronómicas de quince dólmenes del occi- les (Hoskin et al. 1994, 1995, 1995b, 1998, 2001;
dente peninsular, en la que participaron con ella un Hoskin y Palomo 1998; López Plaza et al. 1997.
etnólogo y un astrónomo (López Plaza et al. 1991- Hoskin y Sauch 1999; Gómez Ruiz y Hoskin 2000)
92). (Tabla 3).
El autor británico se propuso medir las orien- Pero todos estos trabajos se hicieron mayorita-
taciones de todos los megalitos peninsulares, ac- riamente al margen las investigaciones arqueológi-
tividad que quedó reflejada en la serie de ocho cas y no tuvieron un reflejo directo en ellas, pues
artículos, “Studies in Iberian Archaeoastronomy”, comprobamos que durante esos y posteriores años

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LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA: ESTADO DE LA CUESTIÓN 23

se hicieron sólidos trabajos sobre el megalitismo Tiempo después, de nuevo la revista Complutum
peninsular sin atender estos aspectos astrales (Bue- acogió otro de los pocos estudios astronómicos,
no 1988, 1991; Criado y Villoch 1998; Bradley y planteados desde la Arqueología, realizado en la
Fábregas 1999; García Sanjuan 2005). Cabe citar la necrópolis prerromana de La Osera (Baquedano y
participación de Hoskin y la inclusión de la Ar- Martínez Escorza 1998). En él, se trataba de de-
queoastronomía en el Congreso sobre megalitismo mostrar la orientación astronómica intencionada de
atlántico celebrado en Santiago de Compostela a las señalizaciones funerarias, subrayando con ello
finales de los años 90 (Senna et al. 1997). el interés que puede tener la atención hacia estos as-
La mayor actividad en este campo se concentró pectos desde el punto de vista socio-cultural que, en
en la Universidad de Salamanca por la razón antes el caso de sociedades del ámbito celta, pueden te-
expuesta y durante algunos años se publicaron tra- ner apoyo en otras fuentes, como los testimonios es-
bajos de yacimientos españoles y portugueses. A critos de las últimas etapas.
ello hay que añadir la presencia en esta misma ciu- Pero, en general, desde las Humanidades no se
dad del profesor Jaschek, director del Observato- prestó mayoritaria atención a estos estudios y, aun-
rio de Estrasburgo y fundador de la SEAC (Jaschek que fue en 1991 cuando apareció en Archaeoastro-
1993) quien por razones familiares se trasladó a nomy el primer artículo de un español (Hoskin y
Salamanca cuando se jubiló, permaneciendo allí Morales, éste último del Museo de Menorca) fue
hasta su fallecimiento (1993-1999). Durante esos dos años después cuando apareció el primer equi-
años estimuló la celebración de reuniones periódi- po formado exclusivamente por españoles, especia-
cas sobre “Astronomía y Ciencias Sociales” en las listas en Astrofísica (Belmonte et al. 1993). A partir
que participaban profesores del área de Humanida- de este momento tanto algunos investigadores del
des y de Física (13), aunque no se llegó a crear una Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), situado
auténtica “escuela” de Arqueoastronomía ni se en Tenerife, como del Museo de la Ciencia y del
amplió el interés a nuevos arqueólogos. Sin embar- Cosmos, ubicado en La Laguna, comenzaron a
go, el Departamento de Prehistoria y Arqueología publicar frecuentes estudios en Inglaterra y puede
de Salamanca no ha abandonado de manera abso- decirse que son quienes se ocupan casi en solitario
luta estos estudios, que a veces comparte con pro- de esta línea de trabajo. Mantienen además una
fesores portugueses. Aquella actividad de los años estrecha vinculación con los colegas europeos, re-
noventa y la propia figura de Jaschek propiciaron flejada en su activa presencia en el seno de la SEAC
que en 1996 Salamanca fuera la sede de la reunión prácticamente desde su fundación y publicando una
anual de la SEAC en cuyas Actas se publicaron buena parte de sus trabajos en la Actas de las re-
numerosos trabajos peninsulares. uniones que esta Asociación realiza anualmente.
Al margen del centro salmantino, fueron los Sin duda, es el equipo liderado por Belmonte
profesores Almagro Gorbea y Gran-Aymerich desde el IAC quién reúne el grueso de la investiga-
quienes dirigieron el primer proyecto específica- ción en Arqueoastronomía actualmente realizada
mente arqueológico con un amplio estudio ar- en España y su actividad puede calificarse de impa-
queoastronómico, fue en Bibracte (Borgoña, Fran- rable si observamos el elevado número de sus escri-
cia) a lo largo de los años ochenta. A pesar de tos. Como sería difícil una exhaustiva enumeración,
tratarse de un yacimiento en territorio galo, el equi- remitimos a su página web para una consulta deta-
po multidisciplinar estuvo dirigido y coordinado llada (14) ya que, aunque han dedicado la mayor
por investigadores españoles y en la realización de parte de sus trabajos a yacimientos peninsulares e
los cálculos astronómicos intervino una de las fir- insulares, van ampliado su interés hacia las antiguas
mantes de este artículo (G.R.C.). Los amplios re- sociedades circunmediterráneas, llegando al Próxi-
sultados se publicaron en la revista Complutum, mo Oriente y Egipto (Aparicio et al. 1993; Barrios
editada por el Departamento de Prehistoria de la 1997; Cortes 1987; Jiménez 1994; Belmonte y
Universidad Complutense de Madrid (Almagro- Hoskin 2002). Por su parte otros autores, también
Gorbea y Gran-Aymerich 1991) y posteriormente procedentes del campo técnico, han centrado su
se volvieron a tratar en un nuevo trabajo (Armentia atención sobre las posibles astronomías de los gru-
et al. 1993). pos neolíticos (Rebullida 1988, 1990).

(13) La profesora Socorro López Plaza participó de manera (14) http://www.iac.es/project/arqueastronomia/ (acceso 15-
directa y le agradecemos la información que nos ha proporcionado. III-2005).

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Como hemos visto, la mayor parte de los intere-


sados en la materia son físicos y en sus trabajos se
observa una gran perfección en las observaciones
y en la toma de datos así como una búsqueda cons-
tante de la metodología adecuada, pero todas esas
mediciones y orientaciones siguen estando desco-
nectadas del punto de vista arqueológico cuyo ob-
jetivo es averiguar las formas de actuación y de
pensamiento de aquellas sociedades.
Segunda etapa o fase de despegue: Si nos fija-
mos en los trabajos publicados y en los autores de
los mismos, no se observan diferencias demasiado
acusadas con la etapa anterior, aunque podría ele-
girse el simbólico año 2000 como fecha que marca
una cierta diferencia cualitativa, al ser el momento Fig. 3. Concentración de los estudios arqueoastronómicos
en que ya se imparten cursos de Arqueoastronomía en la Península Ibérica.
en los programas de doctorado universitario, como
detallaremos más adelante. gallego ubicado en el interior de un abrigo rocoso
Los miembros del equipo canario intensificaron orensano (García Quintela y Santos 2004: 51). Los
sus trabajos y los ampliaron hacia yacimientos de autores realizan un detallado repaso de la ideología
diferentes épocas (Esteban 2001 y 2002; Esteban y religiosa celta sobre bases arqueológicas y textua-
Aura 2001), publicándose algún resultado en revis- les, pero falla el soporte técnico al no haberse rea-
tas especializadas de Prehistoria (Idem, 2002). La lizado cálculos ni mediciones astronómicas que
novedad es que el interés no se centró solo en los avalen las hipótesis propuestas.
megalitos o en el mundo insular sino que también Por nuestra parte, hemos intentado descubrir las
se atendió a sociedades prerromanas, concretamen- posibles orientaciones de ciertos elementos de la
te a las del ámbito cultural ibérico cuyos santuarios cultura celtibérica a raíz de la interesante informa-
se observaron bajo una nueva perspectiva, no aten- ción proporcionada por la necrópolis de Herrería
dida en el momento de su primera publicación (Cerdeño et al. 2001-2002, 2004, 2006). Tanto la
(Broncano 1989). posición de las numerosas sepulturas de la necró-
En esta fecha se reeditó el libro coordinado por polis, como las señalizaciones de algunas de ellas
Belmonte (2000) sobre Arqueoastronomía Hispa- se prestaban a una observación de tipo astronómi-
na, al que puede considerarse un reflejo de la línea co que, una vez realizada, permite apuntar la hipó-
de trabajo seguida y del creciente interés por estos tesis de una orientación intencionada de las mis-
temas, aunque en las colaboraciones no participó mas. De momento sólo se han realizado estudios en
ningún arqueólogo. La introducción resume bien este yacimiento, pero el objetivo de los próximos
los objetivos y posibilidades de la disciplina y los trabajos será analizar más ejemplos del mismo
estudios restantes son exponentes de los períodos ámbito cultural para poder contrastar estos prime-
más atendidos por estos investigadores. Siguen ros resultados.
ocupando el primer puesto los megalitos y los mo- Tras la revisión efectuada en las revistas españo-
numentos insulares, pero también se incorporan las, se puede observar que la intensidad de la inves-
nuevas hipótesis sobre el significado del arte paleo- tigación desarrollada en nuestro país es menor que
lítico, destacando la interpretación de la sala de los la de otras zonas europeas, que está bastante desvin-
bisontes policromos de Altamira como una repre- culada de la línea arqueológica y que, además, está
sentación fidedigna de las constelaciones de la Vía muy descompensada tanto en relación con la ubi-
Láctea (Antequera 2000: 67). cación de los yacimientos, como con la época a la
Desde el campo arqueológico se han realizado que pertenecen (Figs. 3 y 4).
nuevos estudio sobre la Edad del Hierro céltica, Respecto al primer punto, se observan zonas
época poco tratada en nuestro país desde esta nue- mucho mejor estudiadas que otras, en general coin-
va perspectiva pero que puede ofrecer un campo de cidentes con la ubicación de los equipos de trabajo,
estudio interesante. Un reciente trabajo plantea la de lo que es un buen ejemplo el caso de los archipié-
posible orientación intencionada de un petroglifo lagos balear y canario. Respecto a la época elegida

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LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA: ESTADO DE LA CUESTIÓN 25

Fig. 4. Yacimientos estudiados según criterio geográfico y cronológico.

ha sido mayoritaria la polarización sobre los mega- arqueológicos se enumeran, a lo sumo, como téc-
litos, suponemos que por las mismas razones que nicas cargadas de cierto subjetivismo y de aprecia-
comentamos en Europa, eligiéndose casos práctica- ciones relativas.
mente por todo el territorio peninsular, aunque exis- Es posible que este panorama vaya cambiando
te una mayor concentración en las regiones occiden- si aumenta la comunicación entre los especialistas
tales. Son claramente minoritarios los trabajos sobre de ambas secciones. Poco a poco se observa que la
yacimientos de otras épocas, caso de la Edad del Arqueoastronomía va incorporándose a los planes
Hierro, del arte paleolítico o del arte esquemático. de estudios de algunas universidades españolas,
El panorama general refleja que se investiga poco principalmente en aquellas en las que sus profeso-
desde la perspectiva arqueoastronómica y, sobre res participan en proyectos interdisciplinares.
todo, que dicha investigación se concentra en pocos Fue pionero el curso de especialización que im-
autores, la mayoría de ellos especialistas en Astro- partió Belmonte en 1998 en la Universidad Inter-
física, que firman casi el 80% de los estudios que se nacional Menéndez Pelayo de Tenerife, titulado
hacen en España. “Seminario de Astronomía y cultura: arqueoastro-
nomía y etnoastronomía” pero, como enseñanza re-
glada, fue la Facultad de Ciencias Físicas de la Uni-
IV.2. Docencia universitaria versidad de la Laguna la primera que propuso en el
plan de estudios de la licenciatura una asignatura
El segundo aspecto que nos parecía necesario denominada Astronomía Clásica, en la que se in-
indagar era el docente, puesto que la inclusión de cluía un apartado de Arqueoastronomía.
esta disciplina en los planes de estudio puede supo- En los estudios de Tercer Ciclo es donde esta
ner un impulso importante para su definitiva acep- disciplina tiene mayor presencia. Desde el bienio
tación. Para esta búsqueda hemos utilizado princi- 2001-2003, La Laguna tiene un programa de Doc-
palmente la información que las universidades torado, que obtuvo la Mención de Calidad en el
proporcionan en sus páginas web. bienio 2003-2005, titulado Física del Cosmos den-
Por el momento son escasas los centros que pres- tro del cual se oferta un curso opcional de Historia
tan atención a esta materia tanto desde la perspec- de la Astronomía y Arqueoastronomía, impartido
tiva de la Física, como de la Arqueología. En el por Belmonte y Spraje. No obstante, en él se otor-
primer caso, la preocupación por el contexto histó- ga prioridad a la matriculación de alumnos de Ma-
rico en las asignaturas de Físicas y Matemáticas se temáticas, Física e Ingeniería lo que aísla de nuevo
reduce a una breve introducción al grueso de la dis- a los futuros arqueólogos de los métodos emplea-
ciplina, de la misma manera que en las facultades dos por la Arqueoastronomía, que se practica des-
de Historia las posibilidades del uso de herramien- de una perspectiva meramente técnica.
tas astronómicas en la interpretación de conjuntos Por su parte, en la Universidad Complutense de

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26 M.a Luisa Cerdeño et al.

Madrid existe el curso de Doctorado interdisciplinar departamentales con proyectos integrados por in-
ya mencionado al principio de este artículo, en el que vestigadores de distintas universidades y especia-
participan dos de las autoras firmantes, profesoras lidades, caso de la colaboración de la profesora
de los Departamentos de Prehistoria y de Física de Ortiz (Escuela Politécnica Superior de la Universi-
la Tierra I respectivamente. El origen del actual cur- dad San Pablo-CEU) con la Universidad de Cáce-
so fue el que en 1999 ofertaron desde la Facultad de res y con la Escuela de Ingenieros de Caminos de
CC. Físicas las profesoras Hernández y Rodríguez, la Universidad Politécnica de Madrid, para desarro-
titulado Geofísica y Astronomía aplicadas a la Ar- llar un proyecto arqueoastronómico, así como su
queología aunque pronto observaron las carencias vinculación con la Universidad Nacional de Córdo-
que implicaba la ausencia de una visión especializa- ba (Argentina) para otro proyecto sobre la Arqueas-
da desde el ámbito de las ciencias sociales, convir- tronomía andina precolombina (16).
tiéndolo posteriormente en auténticamente multi- Un buen reflejo del escaso desarrollo de esta lí-
disciplinar. Desde el curso 2002-2003, se oferta nea de investigación entre los arqueólogos e histo-
también en el Departamento de Prehistoria, desde el riadores españoles es el hecho de que no exista en
que participa la profesora Cerdeño, con el título las instituciones correspondientes una línea propia
Arqueología y Física: aplicaciones de la Geofísica de investigación arqueoastronómica, reduciéndo-
y la Astronomía dentro de su Programa “Estrategias se la colaboración a contactos más o menos espo-
de investigación en Prehistoria” que obtuvo la Men- rádicos. Por ejemplo, con el IAC han colaborado
ción de Calidad en 2002, renovada desde enton- los profesores Tejera (Dpto. de Historia, Universi-
ces (15). dad de la Laguna), Pérez Ballester y Aura (Facul-
Desde la vertiente de las Humanidades, también tad de Historia, Universidad de Valencia), Poveda
la Universidad de Sevilla oferta un Seminario de (Dpto. de Prehistoria de la Universidad de Alican-
Arqueoastronomía en la Facultad de Geografía e te), Aramburu-Zabala (Consejería de Educación,
Historia para las Licenciaturas de Historia, Histo- Gobierno Balear), Cortell (Museo Arqueológico de
ria del Arte y Antropología Social y Cultural, im- Alcoy, Alicante) o Jiménez (Museo Arqueológico
partido por el profesor Escacena. La Universidad de de Santa Cruz de Tenereife), etc. (17).
Salamanca no tiene un Doctorado específico sobre
la materia, pero el curso de la profesora López Pla-
za, titulado “Megalitismo, territorio y comunida- V. CONSIDERACIONES FINALES
des”, dedica una parte del programa a las posibili-
dades de calcular las orientaciones astronómicas de Tras esta revisión general de la trayectoria que
los monumentos y al interés de su interpretación; la Arqueoastronomía ha seguido en España y en su
durante el pasado curso académico ha intervenido entorno más inmediato, podemos subrayar algunos
en algunas clases, en calidad de profesor Visitan- aspectos significativos ya valorados con detalle en
te, J. Galindo (Universidad de Méjico), especialista los apartados correspondientes.
en Arqueoastronomía. Hasta mediados de los años 80, se observa en las
En otros lugares, la Arqueoastronomía trascien- publicaciones europeas la ausencia de una perspec-
de el campo meramente docente y está integrada en tiva cultural pues los proyectos de investigación no
la propia estructura de los departamentos e institu- se realizaban bajo el común diseño de arqueólogos
tos, como el caso de la Universidad de Alicante. Su y astrónomos. Algo semejante ocurría en nuestro
vinculación al Observatorio Astronómico de la país donde, a pesar de que su incorporación fue más
Universidad de Valencia permite que desde la Uni- tardía a esta línea de trabajo, siguió básicamente las
dad de Arqueometría se oferten los cálculos ar- pautas establecidas por los autores británicos.
queoastronómicos como una técnica o un análisis El cientificismo de los primeros autores, siem-
más a desarrollar. Igual sucede en el archipiélago pre astrofísicos, era totalmente excluyente aunque
canario donde, como hemos visto, cada vez es más ese problema se va reduciendo con un lenguaje más
frecuente la colaboración del IAC con miembros de accesible que permite un acercamiento más fácil a
centros universitarios insulares y peninsulares. Con los datos técnicos. En algunos trabajos todavía se
mayor frecuencia se van estableciendo redes supra-
(16) Datos obtenidos en la página web E. Ortiz: http://
(15) En el recién estrenado Master en Arqueología, la asigna- pollux.ft.uam.es/elena/ (acceso 15-III-2005).
tura Arqueometría I, impartida por la profesora Cerdeño, incluye (17) http://www.iac.es/project/arqueoastronomia/ (acceso 15-
temas de Arqueoastronomía. III-2005).

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LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA: ESTADO DE LA CUESTIÓN 27

percibe hoy cierto enfoque monumentalista, apli- imbricadas en los proyectos planteados desde la
cándose los cálculos astronómicos a grandes estruc- perspectiva de las ciencias sociales.
turas pétreas que, por lo general, siguen envueltas Hay que intentar descubrir qué observaciones
en un cierto misticismo popular; es lo que sucede celestes hacían las diversas sociedades pretéritas
con el caso de los recurrentes megalitos, aunque no pero, sobre todo, averiguar porqué las hacían, en
se estudiaron solo por esta razón sino porque ofre- qué fenómenos se fijaban, para qué las utilizaban y
cían posibilidades de efectuar mediciones y orien- qué importancia les concedieron, en definitiva, cual
taciones, en principio, más fáciles de comprobar. fue la relación que mantuvieron con el cosmos. Si
Del mismo modo, existen muchos trabajos que se pierde esta perspectiva, la Arqueoastronomía
versan sobre las construcciones de las primeras puede desembocar en un callejón sin salida, en el
sociedades estatales, ganando abrumadoramente que la argumentación sea circular si la propia toma
las pirámides de cualquiera de los continentes. de datos y la medición de las posibles orientaciones
Al principio eran comunes las generalizaciones se convierte en un objetivo en sí mismo y no en un
culturales y, por ejemplo, se trataba a los grupos método para avanzar un poco más en la compren-
megalíticos como meros constructores de observa- sión de las culturas del pasado.
torios, aunque incluso este extremo tampoco podía La presencia de esta materia en los planes de
confirmarse mediante los cálculos realizados ya estudio de la Universidad nos parece un paso im-
que uno de los errores cometidos por los pioneros portante hacia su aceptación definitiva, siempre que
de la Arqueoastronomía fue pretender ofrecer unos se realice desde una perspectiva común porque, de
resultados positivos, que revelasen orientaciones lo contrario, los astrónomos seguirán haciendo
intencionadas previamente supuestas. Este panora- complejos cálculos y los arqueólogos seguirán ha-
ma ha ido cambiando y son más frecuentes los es- blando de los conceptos de tiempo y espacio, sin
tudios sobre yacimientos menos espectaculares y ninguna conexión entre ambos.
de otras épocas, atendiéndose a las tumbas de una Aunque parece estar en vías de cambio, todavía
necrópolis, la orientación de las puertas de los cas- persiste el distanciamiento inicial entre los diferen-
tros, la ubicación de los pequeños espacios sagra- tes especialistas, con perspectivas dispares a la hora
dos, etc., indicadores de que esta línea de investi- de acercarse a la misma evidencia material. El pro-
gación puede aplicarse a un amplio espectro de blema de fondo reside, como decíamos al principio,
yacimientos y puede proporcionar nueva informa- en la existencia de dos epistemologías en conflicto,
ción sobre cualquier grupo social en estudio. en que la investigación de los fenómenos sociales
Para los arqueólogos sería un gran avance con- tiene un carácter diferente al del estudio de los fe-
tar con nuevas técnicas que permitan una aproxima- nómenos físicos de la naturaleza (Iwaniszeski
ción al pensamiento de las sociedades antiguas y 2003). Pero la Arqueoastronomía, por propia etimo-
habría que preguntarse si es ésta la finalidad última logía, es una materia necesariamente interdiscipli-
de todas esas mediciones realizadas por los técni- nar que debe buscar un espacio común de encuen-
cos. Se han llevado a cabo multitud de ellas en nu- tro si verdaderamente quiere resultar eficaz y no
merosos yacimientos, la mayoría de ellas impeca- convertirse en una disciplina marginal que no pue-
bles desde el punto de vista metodológico, pero en da cumplir los objetivos que por definición se ha
la mayoría de los casos estas aplicaciones no están propuesto.

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ANEXO

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