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Ponencia del Magistrado Dr.

DANILO ANTONIO MOJICA MONSALVO


En el juicio que por cobro de diferencia de prestaciones sociales e
indemnizaciones derivadas de infortunios laborales sigue el ciudadano EVERT
ENRIQUE CASTRO URDANETA, representado judicialmente por los abogados
José Eduardo Alburgues, Oscar González Adrianza y Yessica Carolina Vera
Delgado, contra la sociedad mercantil NESTLÉ VENEZUELA, S.A.,
representada judicialmente por los abogados María Inés Baralt de Rodríguez,
Francisco Rodríguez y Andrés Francisco Rodríguez Hernández; el Juzgado
Superior Cuarto del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, con
sede en Maracaibo, mediante sentencia de fecha 20 de mayo del año 2013,
declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto por la parte actora, con lugar
el recurso de apelación intentado por la parte demandada y sin lugar la demanda,
revocando así el fallo apelado el cual fue dictado por el Juzgado Octavo de
Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la misma Circunscripción Judicial, en
fecha 14 de marzo de 2013, que declaró parcialmente con lugar la demanda.
Contra la sentencia de alzada el abogado José Eduardo Alburgues y Oscar
González Adrianza, en su carácter de apoderados judiciales de la parte
demandante anunciaron recurso de casación, el cual fue admitido el 28 de mayo
de 2013. No hubo impugnación.
Recibido el expediente en esta Sala de Casación Social, se dio cuenta en fecha
2 de julio del año 2013, y fue designada ponente la Magistrada Dra. Carmen
Esther Gómez Cabrera.
Por cuanto el 29 de diciembre de 2014 tomaron posesión en sus cargos los
Magistrados Dra. Mónica Gioconda Misticchio Tortorella, Dr. Edgar Gavidia
Rodríguez, Dr. Danilo Antonio Mojica Monsalvo y Dra. Marjorie Calderón
Guerrero; designados el 28 de diciembre de 2014 por la Asamblea Nacional de
la República Bolivariana de Venezuela por un período constitucional de doce (12)
años, se reconstituyó la Sala de Casación Social, la cual quedó conformada de
la siguiente manera: Magistrada Dra. Carmen Elvigia Porras de Roa, Presidenta;
Magistrada Dra. Mónica Gioconda Misticchio Tortorella, Vicepresidenta; y los
Magistrados Dr. Edgar Gavidia Rodríguez, Dr. Danilo Antonio Mojica Monsalvo
y Dra. Marjorie Calderón Guerrero. La Presidenta de la Sala, conforme a lo
consagrado en el artículo 53 del Reglamento Interno del Tribunal Supremo de
Justicia, reasignó la ponencia al Magistrado Dr. Danilo Antonio Mojica Monsalvo.
El 11 de febrero de 2015, se realizó sesión de la Sala Plena de este máximo
Tribunal, con el objeto de elegir sus nuevas autoridades, designándose como
Presidenta de la Sala de Casación Social a la Magistrada Dra. Marjorie Calderón
Guerrero y como Vicepresidenta a la Magistrada Dra. Mónica Gioconda
Misticchio Tortorella.
De conformidad con la Resolución N° 2015-0010, de fecha 27 de mayo de 2015,
dictada por la Sala Plena de este Tribunal Supremo de Justicia, mediante la cual
se crearon las Salas Especiales de esta Sala de Casación Social y el acta de
instalación de dichas Salas, de fecha 21 de julio de 2015, se recibió el presente
expediente de la Sala Natural, en la Sala Especial Quinta, la cual quedó
integrada por el Presidente Ponente, Magistrado DANILO MOJICA MONSALVO,
la Magistrada Accidental MÓNICA CHÁVEZ PÉREZ y la Magistrada Accidental
BETTYS DEL VALLE LUNA AGUILERA.
De conformidad con la Resolución N° 2016-0011, de fecha 15 de junio de 2016,
que modifica la Resolución N° 2015-0010 de fecha 27 de mayo de 2015, se
reconstituye la Sala Especial Quinta, quedando integrada de la siguiente
manera: Presidente y Ponente; Magistrado Dr. DANILO ANTONIO MOJICA
MONSALVO, Magistrada Accidental, Dra. BETTYS DEL VALLE LUNA
AGUILERA y Magistrado Accidental, Dr. JUAN PABLO TORRES DELGADO.
En fecha 4 de noviembre de 2016, fue fijada para el día 5 de diciembre del mismo
año, a las 12:50 p. m, la realización de la audiencia pública y contradictoria, fecha
ésta en la cual comparecieron las partes y expusieron sus alegatos.
Concluida la sustanciación con el cumplimiento de las formalidades legales, pasa
esta Sala de Casación Social a reproducir la sentencia dictada en fecha 10 de
julio del año 2016, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la
suscribe, previa las siguientes consideraciones:
RECURSO DE CASACIÓN
II
Por razones metodológicas, pasa esta Sala a alterar el orden en que fueron
expuestas las denuncias presentadas en el escrito de formalización, procediendo
a revisar en primer término la fundamentada bajo el título Segundo, de la
siguiente manera:
La parte formalizante denuncia el vicio de inmotivación por contradicción, en los
siguientes términos:
DENUNCIA POR INCURRIR EN EL VICIO DE CONTRADICCIÓN EN EL FALLO
RECURRIDO, SEGUNDO SUPUESTO DEL NUMERAL 3° (sic) DEL ARTÍCULO
168 DE LOPT.
En el Título “CONCLUSIONES” la Honorable Jueza de Alzada afirma que mi
representado debe demostrar que la enfermedad que padece fue producto de
las labores desempeñadas en la entidad de trabajo NESTLÉ VENEZUELA, .S.A.,
y que no logró demostrarlo con las pruebas evacuadas en el presente
procedimiento; mientras que, en el título “Pruebas Promovidas y Evacuadas por
la Parte Demandante”, en lo que respecta a las Pruebas Documentales,
particularmente la constituida por la Certificación de Discapacidada Total y
Permanente y la constituida por el Expediente No. ZUL-47-IE-11-0056,
sustanciado por el Instituto Nacional de Protección, Salud y Seguridad Laborales
de la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia (INPSASEL); que
constituyen Documentos Públicos Administrativos, en las cuales se establece
que quedó demostrada la relación causal entre la lesión o daño sufrida por mi
representado y las condiciones en las que el mismo realizaba su labor al servicio
de la empresa demandada, que por ello la mencionada Autoridad Administrativa
que emite y expide dichos Documentos Públicos, que es el Órgano
Administrativo Competente para conocer, investigar y decidir sobre los hechos
dañosos en cuestión, que la misma realizó su investigaciones, procesó el asunto
y produjo su Providencia Administrativa, declarando la ocurrencia de la tales
lesiones, que los mismos sucedieron con ocasión del trabajo, es decir, derivados
de la actividad laboral de mi representado, que declaró su incapacidad laboral
total y permanente; y que sobre ambas documentales la Jueza de Alzada
estableció que son Documentos Públicos, que no fueron impugnados y les
concedió pleno valor probatorio.
En consecuencia, la Jueza de Alzada se contradice al otorgarle pleno valor
probatorio a dichas Documentales, como en efecto resulta indefectible que sea,
y luego en su Conclusión afirme que mi representado debía demostrar que la
enfermedad que padece fue producto de las labores desempeñadas para su
patrono y que no pudo demostrar eso con las Pruebas que promovió.
Así, de manera bien clara aparece incurriendo en contradicción la Jueza de
Alzada, por lo que de conformidad con lo establecido en el Segundo Supuesto
del Numeral 3° (sic) del Artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
(…).
Para decidir la Sala realiza las siguientes consideraciones:
Respecto a la denuncia formulada, lo primero que debe señalar la Sala, es la
manifiesta falta de técnica con la cual fue propuesta.
Es menester destacar, que partiendo de la base que el recurso de casación es
un medio impugnativo, la formalización del mismo, está limitada a motivos
determinados y concretos, que están tipificados en el artículo 168 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo.
Es reiterada la posición de esta Sala de Casación Social, en cuanto al deber del
recurrente en cumplir con la correcta técnica casacional al plantear sus
denuncias, así, cualquier delación que pudiera configurarse como genérica,
vaga, imprecisa o confusa daría lugar a que fuera desechada por su
indeterminación, al extremo que incluso pudiera acarrear conforme al artículo
171 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, el perecimiento del propio recurso.
Pero no sólo es una carga para el recurrente precisar con claridad la
especificidad de sus denuncias, sino que también está obligado a que su escrito
de formalización, considerado éste como un cuerpo sistemático de
argumentaciones jurídicas, esté constituido en cuanto a su construcción lógico-
jurídica, de un esquema lo suficientemente coherente para delimitar los motivos
o causales de casación.
Lo antes señalado tiene lugar en el asunto sometido a consideración, pues
observa la Sala que en la presente denuncia no existe esa delimitación requerida
por la técnica casacional.
Así pues, como se observa de la precedente transcripción, el formalizante no
cumplió con la debida técnica para formalizar un recurso de casación, pues si
bien encuadró la denuncia en el artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, la enmarca en el “SEGUNDO SUPUESTO NUMERAL 3°” lo cual
comprende dos vicios distintos. En tal sentido la citada norma establece los
siguientes supuestos: En el numeral primero: cuando en el proceso se hayan
quebrantado u omitido formas sustanciales de los actos que menoscaben el
derecho a la defensa (infracciones que deben haber sido determinantes del
dispositivo de la sentencia); en el numeral segundo: cuando se haya incurrido en
un error de interpretación acerca del contenido y alcance de una disposición
expresa de la ley o aplicado falsamente una norma jurídica, cuando se aplique
una norma que no esté vigente o se le niegue aplicación y vigencia a una que lo
esté o cuando se haya violado una máxima de experiencia; y, en el numeral
tercero: por falta, contradicción, error, falsedad o manifiesta ilogicidad de la
motivación. Asimismo, debe especificar qué normas jurídicas resultaron
infringidas en la sentencia recurrida; expresar las razones que demuestran la
existencia de la infracción.
Ahora bien, a pesar de las deficiencias técnicas evidenciadas en la formalización
del recurso interpuesto por la parte actora, esta Sala de Casación Social,
analizará la presente denuncia en aras de garantizar el derecho a la defensa y
al debido proceso previsto en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, relativo a procurar el no sacrificio de la
justicia por la omisión de formalidades no esenciales.
Alega la parte formalizante, que la sentencia objeto del presente recurso es
contradictoria y en consecuencia inmotivada, toda vez que al analizar el acervo
probatorio consignado por las partes, le otorgó pleno valor a la Certificación N°:
0579-2010, emanada de la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia
(DIRESAT-Zulia) del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales (INPSASEL), mediante la cual se dejó constancia, que el ciudadano
Evert Enrique Castro Urdaneta, padece una enfermedad ocupacional (agravada
por el trabajo) que le genera al trabajador una discapacidad total y permanente
para el trabajo habitual; sin embargo, posteriormente concluye la Juez de alzada,
que en el presente caso la parte actora no logró demostrar la relación de
causalidad entre la enfermedad sufrida por el actor y el trabajo desempeñado
por este, incurriendo de esta manera en el delatado juicio.
En relación con el vicio de inmotivación por contradicción, esta Sala de Casación
Social reiteradamente ha señalado, que el mismo se manifiesta cuando las
razones de la decisión se destruyen entre sí, quedando ésta desprovista de
fundamentación alguna, es decir, adolece de una exposición coherente de las
razones de hecho y de derecho que justifiquen el dispositivo, y en consecuencia,
de imposible control de su legalidad.
Ahora bien, para corroborar lo delatado por la parte formalizante, se hace
necesario transcribir lo señalado por la recurrida al respecto:
(…) PRUEBAS PROMOVIDAS Y EVACUADAS POR LA PARTE
DEMANDANTE:
1.- PRUEBA DOCUMENTAL:
(Omissis)
- Consignó certificación de discapacidad total y permanente para el trabajo
habitual, producto de una enfermedad ocupacional, otorgada por el Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, de fecha 07 de octubre
de 2010, al ciudadano EVERT ENRIQUE CASTRO URDANETA, que en original
riela en los folios (69) y (70) de la primera pieza del expediente. Estas
documentales no fueron atacadas por la parte demandada en la audiencia de
juicio, oral y pública celebrada, razón por la que se les otorga valor probatorio,
quedando en consecuencia, demostrada que la enfermedad que padece el actor;
sólo resta verificar con las pruebas aportadas al proceso si existe algún grado de
responsabilidad por parte de la empresa demandada. ASÍ SE DECIDE
(Omissis)
CONCLUSIONES:
(Omissis)
SEGUNDO: Del examen y valoración de las pruebas aportadas al proceso, se
evidencia que el demandante sufre de DISCOPATIA LUMBAR L4-L5 y L5-S1,
así como de HERNIA LUMBAR L4-L5 y L5-S1. Dicho padecimiento le ocasionan
una DISCAPACIDAD PARCIAL Y PERMANENTE, para el trabajo habitual. Sin
embargo, no quedó demostrado el nexo causal entre el trabajo realizado por el
demandante y la enfermedad que le aqueja; siendo además, que incluso, el
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, ha reconocido
que las hernias discales son un padecimiento que afecta de manera asintomática
a la población en general, con una incidencia de entre un 20% y un 40%, sin que
exista necesariamente una vinculación con el trabajo realizado por los afectados.
(…).
(Omissis)
Siendo así, y al no haber quedado establecido el nexo causal entre los servicios
prestados por el trabajador a la empresa accionada y la enfermedad padecida
por aquél, resulta improcedente el reclamo de las indemnizaciones derivadas de
enfermedad ocupacional. QUE QUEDE ASI ENTENDIDO.
Por lo tanto, se hace inoficioso, analizar si existen en el presente caso, las
llamadas responsabilidades objetivas y subjetivas, pues el actor no logró
demostrar la causalidad entre la lesión que padece y que ésta fue con ocasión
al trabajo. ASÍ SE DECIDE.
De la transcripción parcial de la recurrida observa la Sala, ciertamente como lo
indica la parte recurrente, la Juez de alzada en primer lugar valoró la documental
referida a la certificación de enfermedad ocupacional del trabajador, en virtud de
tratarse de un documento público administrativo que no fue impugnado por la
parte contra quien fue opuesta, evidenciando de la misma, que el trabajador sufre
de una enfermedad ocupacional agravada con ocasión del trabajo que le genera
una discapacidad total y permanente para el trabajo habitual; no obstante,
posteriormente concluye, que no quedó demostrado el nexo causal entre los
servicios prestados por el trabajador a la empresa accionada y la enfermedad
padecida por éste, para declarar que no proceden las indemnizaciones derivadas
de la enfermedad ocupacional, lo que a todas luces evidencia la contradicción
en la que incurrió la Juez ad quem. Ello así, resulta forzoso para esta Sala,
declarar la procedencia de la presente denuncia. Así se declara.
Dada la procedencia de la presente delación, resulta inoficioso el conocimiento
de las denuncias restantes formuladas en el escrito de formalización del recurso.
En consecuencia, se declara con lugar el recurso de casación anunciado por la
parte demandante y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 175 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, pasa esta Sala a decidir el fondo de la
controversia, en los siguientes términos:
SENTENCIA DE MÉRITO
Alega la parte actora, que comenzó a trabajar para la empresa NESTLÉ DE
VENEZUELA, S.A., el día 1° de septiembre del año 2008, como vendedor de
confites en el punto de venta denominado PCR ZONA NORTE, cumpliendo
funciones específicas como conducir un camión con capacidad de carga para
5.000 kilos, propiedad de la empresa; vender los confites producidos por la
accionada; despachar los referidos confites; cobrar las ventas de los productos;
depositar en el Banco de Venezuela los dineros cobrados de las ventas
realizadas; cargar todos esos productos empaquetados en bultos con un peso
aproximado de 700 a 1.500 kgs, diariamente, sin utilizar ningún implemento de
seguridad, cumpliendo una jornada diaria comprendida entre las 6:00 am, a 6:00
pm. Señala, que el desempeño de dicho cargo implicó siempre levantar, colocar,
empujar y halar cargas de peso, con movimientos de flexo-extensión del tronco,
bipedestación prolongada con marcha constante.
Posteriormente aduce que, realizó su rutina durante los siguientes 15 meses, y
que en el mes de octubre del año 2009, manifestó fuerte dolor en su espalda por
lo que fue necesario buscar asistencia médica. Que el día 17 de diciembre de
2009, luego de 3 meses de retraso, el patrono le pagó sus vacaciones anuales,
sin realizarle ningún tipo de examen médico, y el día 13 de enero de 2010 al
reintegrarse a sus labores habituales de trabajo luego de finalizar su período
vacacional, tampoco le fue realizado ningún examen médico; que ese mismo día
su patrono le comunicó, que se había dado una supuesta declaración firmada
por otro empleado de la empresa de nombre Nelson Oroño, en la cual afirmó que
el demandante, lo estaba invitando a robarse un bulto de Toronto, notificación
que se le hizo en presencia de la Gerente de Maracaibo, Belkis Moncada, su jefe
de recursos humanos Alí Fuenmayor, supervisor Cleidr Valbuena, y un
representante de seguridad traído de Caracas de apellido León. Que ante la
infundada imputación de su patrono, le manifestó su negativa y rechazo, y que
el ciudadano de apellido León, le ofreció un arreglo monetario para prescindir de
sus servicios, con la condición que presentara una carta de renuncia como
trabajador de la empresa, carta en la cual aparecen las firmas y cédulas de los
representantes de la empresa antes mencionados.
Que evidentemente la empresa demandada con el objeto de librarse de la carga
que debe asumir por su responsabilidad legal, por las lesiones sufridas a su
representado con ocasión del trabajo que cumple a su servicio, ha inventado la
declaración de un compañero de trabajo que nunca le fue mostrada, por ser
falsa.
Que el día 20 de enero de 2010, un médico al servicio de la empresa accionada
le diagnosticó la existencia de una hernia umbilical; que en el chequeo médico
se omitió toda referencia a la dolencia de su espalda, solo indicándole que la
misma se debía a exceso de peso y recomendándole una dieta para aliviar su
dolor, sin realizarle ningún tipo de examen para determinar a qué se debía la
dolencia en cuestión. Que unos días después, recibió una llamada de la señorita
Vanesa Blanco quien le dijo que obraba en representación de NESTLÉ DE
VENEZUELA, S.A., comunicándole que la empresa quería indemnizarlo por la
Hernia, que se dirigiera al INPSASEL y solicitara un informe que indicara que la
hernia umbilical referida era una enfermedad ocupacional. Que fue al referido
organismo, donde le indicaron que debido al dolor que presentaba decía acudir
a un especialista.
Que al comunicarle lo que le dijeron en el INPSASEL a la ciudadana Vanesa
Blanco, ésta le dijo que buscara un presupuesto para la operación de la hernia
umbilical en una clínica de su agrado, y al obtenerlo se lo hizo llegar vía correo
electrónico, el cual ascendía a la cantidad de Bs. 30.000,00 por laparoscopia.
Que el día 7 de julio de 2010, la empresa emitió un cheque por la cantidad de
Bs. 15.339,42 indicándosele que eso era lo que le iban a cancelar por dicha
enfermedad toda vez que consideraron que la cantidad de Bs. 30.000,00 era muy
alta; por lo que dada las dolencias que ha presentado en su espalda desde
octubre de 2009, en razón que el 22 de marzo de 2010, presentó crisis de su
dolencia en la espalda, acudió a la emergencia de la Clínica Sagrada Familia,
donde fue atendido por varios médicos suministrándoles medicamentos para
aliviar su dolor, realizándosele una placa con vista a la cual el Dr. Juan
Castellano le diagnosticó Compresión Radicular, y le recomendó ser visto de
urgencia por un traumatólogo, por lo que el 24 de marzo de 2010, fue atendido
por el Dr. José Rivas, quien lo envió a hacerse una RNM de Columna Lumbo-
Sacra; que el día 8 de abril de 2010 el Dr. José Rivas emitió informe médico
respectivo.
Que el día 27 de abril de 2010, por orden médica le fue realizado un nuevo
examen conocido como electromiografía, acudiendo con el Dr. Miguel González
el día 28 de abril de 2010, quien emitió informe diagnosticando: 1) Discopatía
Lumbar- Multisegmentaria; 2) Hernia Discal L4, L5 y L5-S1 ameritando cirugía
urgente.
Que el día 29 de abril de 2010, acudió al INPSASEL para consignar los recaudos
que le fueron requeridos a objeto de iniciar el proceso de investigación a la
empresa NESTLÉ DE VENEZUELA, S.A., por enfermedad ocupacional; que en
fecha 12-05-2010 fue atendido por el Dr. Raniero Silva quien realizó informes, y
debido a lo cual el representante de la empresa ofreció la cantidad de Bs.
200.000,00 para no ir a juicio.
Que la empresa, al conocer la enfermedad que padece el actor, la cual consiste
específicamente en Hernia Umbilical y en la enfermedad ocupacional agravada
por el Trabajo, conocida como Discopatía Lumbar L4, L5 y L5-S1 que le ha
causado una Discapacidad Total y Permanente para el Trabajo Habitual,
certificado así por el INPSASEL en fecha 07-10-2010, la empresa optó por
inducir a su representado a presentarle renuncia a su trabajo, pretendiendo de
esa manera librarse de su responsabilidad derivada de la enfermedad
ocupacional agravada por el trabajo, la cual le pone término a la vida laboral útil
de su representado. Que mediante comunicación escrita de fecha 28-03-2011 le
manifestó a su representado la infundada, temeraria y lesiva imputación criminal.
Que por las lesiones sufridas el trabajador ha presentado desde entonces, dolor
de fuerte intensidad en la espalda, trastorno de humor, baja autoestima,
irritabilidad y angustia, aunado a las necesidades económicas. Que el actor tiene
32 años de edad, cuya capacidad física se ha visto mermada y cuya vida laboral
útil ha acabado.
Que su salario básico mensual fue de Bs. 1.685,28, más comisiones de Bs.
1.815,98, lo que es igual al salario normal de Bs. 3.501,26 entre 30 días,
obteniéndose el salario normal diario de Bs. 116,70; y siendo su salario integral
de mensual de Bs. 4.930,91.
En este orden de ideas, demanda el pago de los siguientes conceptos:

· Antigüedad por la cantidad de Bs. 8.218,00.

· Vacaciones Vencidas por la cantidad de Bs. 2.450,70.

· Bono Vacacional por la cantidad de Bs. 3.150,90.

· Utilidades Fraccionadas por la cantidad de Bs. 10.503,72.

· Indemnización Sustitutiva de Preaviso por la cantidad de Bs.


4.930,00.

· Indemnización por despido por la cantidad de Bs. 4.930,00.


· Que por prestaciones sociales y otros conceptos laborales, del
período 13-01-2010 al 13-10-2010, se le adeuda la cantidad de Bs. 34.184,92.

· Que por Indemnización del Daño Patrimonial causado, del período


13-01-2010 al 31-07-2010 se le debe cancelar la cantidad de Bs. 65.818,80.

· Que por la Indemnización prevista en el artículo 130 de la


LOPCYMAT, le corresponde la cantidad de Bs. 359.948,40.

· Que por la responsabilidad civil extracontractual con ocasión al


daño material por lucro cesante, artículo 1.185 del Código Civil, le corresponde
la cantidad de Bs. 1.448.247,oo.

· Que por la responsabilidad objetiva y el daño moral, le corresponde


la cantidad de 152.910,76.

· Que con fundamento en las anteriores consideraciones, es por lo


que demanda a la sociedad mercantil NESTLÉ DE VENEZUELA, S.A., por los
conceptos señalados por la cantidad total de Bs. 2.061.109,88.
En relación con la contestación de la demanda de la entidad de trabajo accionada
observa la Sala, que la representación judicial de la misma consignó su escrito
de contestación en fecha 22 de junio del año 2012. En tal sentido, de la revisión
del expediente de la causa se pudo evidenciar, que al folio 273 de la primera
pieza del expediente, riela un cómputo de los días de despacho transcurridos
después de la culminación de la Audiencia Preliminar, realizado por la Secretaria
del Juzgado Décimo Quinto de Sustanciación, Mediación y Ejecución de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, el cual se encargó de la sustanciación
del presente caso, mediante el cual deja constancia de que el día 22 de junio de
2012, correspondió al sexto día de despacho. En este orden de ideas igualmente
se observa, que al folio 276 de la primera pieza del expediente consta un auto
emanado del juzgado Octavo de Primera Instancia de Juicio para el Nuevo
Régimen y Transitorio del Trabajo de la referida Circunscripción Judicial, según
el cual dicho juzgado da por recibido el expediente del caso sub iudice y deja
constancia de que la parte actora dio contestación a la demanda el sexto día
hábil, en la supra citada, sin que conste en autos, ningún tipo de recurso o
reclamación por parte de la accionada en contra del citado auto, lo que
demuestra su conformidad con el mismo.
En tal sentido el artículo el artículo 135 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
dispone un lapso de cinco (5) días de despacho siguientes a la celebración de la
Audiencia Preliminar, para que la parte demandada de contestación a la
demanda, y en caso de no hacerlo, se tendrán como admitidos los hechos
alegados por la parte actora, siempre y cuando su petición no sea contraria a la
ley.
Ello así, y de conformidad con los anteriores razonamientos se concluye, que en
el presente ha operado la admisión relativa de los hechos señalados por el actor
en su libelo de demanda, razón por la cual de seguidas pasa la Sala, a establecer
lo relativo a la carga de la prueba y la decisión del fondo. Así se declara.
DE LA CARGA DE LA PRUEBA
En virtud de la admisión relativa de los hechos por parte de la entidad de trabajo
demandada, corresponde verificar si la petición del demandante no es contraria
a derecho y si el demandado logró probar algo que lo favorezca para desvirtuar
los hechos alegados por el demandante. Así se declara.
DE LAS PRUEBAS DE LA PARTE ACTORA
De las Pruebas Documentales:
La parte actora promovió las siguientes documentales:

· Copia simpe de la constancia de trabajo de fecha 4 de febrero de


2010 expedida por la sociedad mercantil NESTLÉ DE VENEZUELA, S.A. La
presente documental se desecha del proceso por no formar parte de los hechos
controvertidos. Así se declara.

· Copia simple de los recibos de pago emitidos por la empresa


NESTLÉ DE VENEZUELA, S.A., correspondiente a los años 2008 y 2009, en
dieciséis (16) folios útiles, que rielen a los folios del 48 al 63, de la primera pieza
del expediente. A estas documentales se les otorga pleno valor probatorio de
conformidad con el artículo 78 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, por no
haber sido atacadas por la parte demandada, evidenciándose de las mismas, los
pagos recibidos por el actor durante la relación laboral. Así se declara.

· Copia simple de la constancia de trabajo emanada de la accionada


para el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). La presente
documental se desecha del proceso por no formar parte de los hechos
controvertidos. Así se declara.

· Copia del registro de asegurado efectuado por NESTLÉ DE


VENEZUELA, S.A., ante el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
La presente instrumental se desecha del proceso por no formar parte de los
hechos controvertidos. Así se declara.
· Copia simple de la participación de retiro del trabajador. La presente
documental se desecha del proceso por no formar parte de los hechos
controvertidos. Así se declara.

· Original de planilla de liquidación de prestaciones sociales de fecha


13 de enero de 2010. En relación con la presente documental se observa, que la
misma no fue impugnada por la contraparte, razón por la que se le otorga valor
probatorio de conformidad con el artículo 78 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, evidenciándose, que la parte demandada honró la cancelación de sus
obligaciones laborales para con el trabajador. Así se declara.

· Copia de la certificación de discapacidad total y permanente para


el trabajo habitual N° 579-2010, otorgada por la Dirección Estadal de Salud de
los Trabajadores Zulia (DIRESAT-Zulia), del Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), en fecha 7 de octubre de 2010, al
ciudadano EVERT ENRIQUE CASTRO URDANETA, que en original riela en los
folios 69 y 70 de la primera pieza del expediente. En relación con la presente
documental se observa, que la misma no fue impugnada por la parte
demandada, razón por la que se le otorga valor probatorio de conformidad con
el artículo 77 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, por tratarse de un
documento público administrativo, evidenciándose del mismo, la enfermedad
que padece el actor. Así se declara.

· Copia certificada expediente ZUL-47-IE-11-0856, instruido por el


Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales de la Dirección
Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia, con ocasión de la investigación de
origen de enfermedad del ciudadano EVERT ENRIQUE CASTRO URDANETA;
en copia certificada que riela en el expediente del folio 74 al 233 de la primera
pieza del expediente. Con respecto a esta documental al tratarse de documento
público que no fue impugnado, se le concede pleno valor probatorio, del cual se
evidencia la evaluación pre empleo, las notificaciones de riesgo, descripción de
cargos, que realizara la empresa cumpliendo con las normas de higiene y
seguridad laboral. Así se declara.
De la Prueba de Exhibición:
Solicitó la exhibición de los siguientes documentos:
· De los recibos de pago mensuales emitidos por la sociedad mercantil
NESTLÉ DE VENEZUELA, S.A., correspondientes a los años 2008 y 2009, y de
la planilla de liquidación de fecha 13 de febrero de 2010, suscrita por el
ciudadano demandante, y la demandada. En relación con la presente exhibición
se observa, que en la audiencia de juicio la parte demandada reconoció y
promovió estas documentales, razón por la cual se da por reproducida la
valoración otorgada a las mismas. Así se declara.
De la Prueba Testimonial:
La parte actora promovió la testimonial jurada de los ciudadanos:
· RICHARD JOSÉ ACACIO MORENO

· VÍCTOR RAÚL GONZALEZ PEÑA

· SERGIO JOSÉ SOTO MARVAL


En relación con las testimoniales se observa, que los testigos citados no
comparecieron a la celebración de la Audiencia de Juicio, razón por la cual no
tiene la Sala, materia sobre la cual pronunciarse. Así se declara.
De la Prueba de Informes:
Se solicitaron los siguientes informes:
· Al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). En relación
con estos informes observa la Sala, que de la revisión efectuada de las actas del
expediente, no constan las resultas de los mismos, razón por la que no tiene la
Sala, materia sobre la cual pronunciarse. Así se declara.
· Al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales,
Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Zulia. En fecha 10 de agosto de
2012 fueron recibidas las resultas, donde se dejó constancia que el ciudadano
EVERT ENRIQUE CASTRO URDANETA, sufre de Discopatía Lumbar L4-L5 y
L5-S1 y Hernia Lumbar L4-L5 y L5-S1, sólo resta verificar, el nexo de causalidad
entre la enfermedad y el servicio prestado; cuestión que quedará dilucidada una
vez culmine con el análisis de las pruebas evacuadas en el presente
procedimiento, y establezca las conclusiones al respecto. Así se declara.
PRUEBAS DE LA PARTE DEMANDADA
De las Pruebas Documentales:
La sociedad mercantil demandada promovió las siguientes documetales:
· Copia simple de la carta de renuncia de fecha 13 de enero de 2010, suscrita
por el ciudadano EVERT ENRIQUE CASTRO URDANETA, la cual igualmente
riela en copia certificada al folio 240 de la primera pieza de pruebas. En este
orden de ideas se observa, que la presente instrumental fue reconocida por la
parte demandante en la audiencia de juicio, razón por la cual se le otorga valor
probatorio de conformidad con el artículo 78 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, evidenciándose de la misma, que la causa de la finalización de la
relación laboral entre las partes, fue por renuncia del trabajador. Así se declara.
· Original de la carta de autorización de descuento de Bs. 3.959,94, de
fecha 13 de enero de 2010, suscrita por el actor. La presente instrumental se
desecha del proceso por no formar parte de los hechos controvertidos. Así se
declara.
· Copia simple de la cédula de identidad del demandante. A la
presente documental no se le otorga valor probatorio en virtud de no aportar nada
a la resolución de la controversia.
· Original de la planilla de liquidación de prestaciones sociales de
fecha 13 de enero de 2010, emitida por la sociedad mercantil demandada, a favor
del actor. En relación con la presente documental se observa, que la misma ya
fue valorada con las pruebas de la parte demandante, razón por la cual se da
por reproducida la valoración otorgada entonces. Así se declara.
· Original del Acuerdo de Confidencialidad suscrito entre el actor y
la empresa accionada. A la presente documental no se le otorga valor probatorio
en virtud de no aportar nada a la resolución de la controversia.
· Original de la Notificación de Riesgos para el cargo de vendedores,
entregadas al demandante. Esta documental no fue atacada por la parte actora
en la audiencia de juicio, oral y pública celebrada, razón por la que se le otorga
valor probatorio de conformidad con el artículo 78 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, evidenciándose de la misma, que la empresa demandada cumple
con las normativas de seguridad e higiene laboral. Así se declara.
· Copia simple de la Notificación de Riesgos para el cargo de
vendedores, entregadas al ciudadano EVERT ENRIQUE CASTRO URDANETA.
En tal sentido se observa, que en la audiencia de juicio la parte actora
desconoció esta documental, es decir, desconoció haber firmado estas
notificaciones, por lo que la parte demandada a los fines de hacer valer el
documento consignó promovió la prueba de cotejo; arrojando como resultado
que a pesar de que la experta designada rindió el informe pericial respectivo, no
compareció a la celebración de la audiencia de juicio, oral y pública, para explicar
en forma oral los parámetros utilizados para la práctica de la prueba, razón por
la cual no se valora. Así se declara.
De la Prueba Testimonial:
La parte accionada promovió la testimonial jurada de los ciudadanos:
· VANESSA BLANCO, C.I: 15.820.279
· HENRY VÁSQUEZ, C.I: 12.306.340
· YUDEMY PRADA, C.I: 16.212.953
En relación con las testimoniales se observa, que los testigos citados no
comparecieron a la celebración de la Audiencia de Juicio, razón por la cual no
tiene la Sala, materia sobre la cual pronunciarse. Así se declara.
De la Prueba de Informes:
Se solicitaron los siguientes informes:
· A la sociedad mercantil SANITAS DE VENEZUELA, S.A.. En
relación con esta probanza observa la Sala, que en fecha 26 de julio de 2012,
fue recibida comunicación proveniente de la sociedad mercantil antes
mencionada, mediante la cual informan que el ciudadano EVERT ENRIQUE
CASTRO URDANETA, titular de la cédula de identidad Nro.13.008.275
(demandante), no se encuentra registrado en su base de datos, razón por la que
se desecha este medio de prueba por no aportar nada a la resolución de la
controversia. Así se declara.
DELIMITACIÓN DE LA CONTROVERSIA
En atención a las precedentes consideraciones, y en virtud de la admisión
relativa de los hechos concluye esta Sala de Casación Social, que en el caso de
marras el punto a determinar es, si consta en los autos que conforman el
expediente de la causa, alguna prueba que favorezca a la empresa demandada,
a los fines de desvirtuar los hechos que quedaron acreditados en los autos, y en
consecuencia, verificar la procedencia o no de los conceptos e indemnizaciones
especificadas y reclamadas por el actor en su escrito libelar. Así se declara.
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Pues bien, en relación con la naturaleza de la relación que unió a las partes, no
existe en los autos prueba capaz de desvirtuar el alegato de la parte demandante
según el cual, existió una relación de trabajo entre ésta y la sociedad mercantil
demandada, razón por la cual se tiene cierta la existencia de la relación de
trabajo a tiempo indeterminado. Así se declara.
En cuanto a la duración de la referida relación de trabajo se observa, que la parte
demandante afirmó que ingresó a prestar sus servicios en fecha 7 de octubre del
año 2008 y que finalizó el 7 de octubre de 2010; alegando que estuvo suspendido
médicamente desde el 13 de enero de 2010, hasta el 7 de octubre del mismo
año. En tal sentido, del acervo probatorio cursante a los autos del expediente, se
encuentra carta de renuncia de fecha 13 de enero del año 2010 (folio 240 de la
1° pieza del expediente), la cual fue reconocida por el accionante, razón por la
cual se tiene como fecha de culminación de la relación de trabajo esta última,
con un tiempo de servicio de 1 año, 2 meses y 6 días de servicio. Así se declara.
En cuanto al motivo de finalización de trabajo, el actor manifestó que fue
despedido injustificadamente; sin embargo, como ya se dejó constancia en el
párrafo anterior de la presente sentencia, al folio 240 de la primera pieza del
expediente de la causa se encuentra carta de renuncia reconocida por el actor,
de fecha 13 de enero de 2010, por lo que queda desvirtuado con prueba en
contrario el hecho que haya sido despedido, quedando plenamente probado que
el motivo de la terminación de la referida relación laboral, fue la renuncia del
trabajador. Así se declara.
Determinado lo anterior, de seguidas pasa la Sala, a determinar la procedencia
de los conceptos laborales y de las indemnizaciones reclamadas por el
accionante. En este orden de ideas se concluye, que en el caso sub examine le
corresponde al actor por concepto de antigüedad el equivalente a 55 días a razón
de Bs. 164,36, salario integral alegado por el trabajador y que quedará
comprobado con los recibos de pagos, el equivalente a Bs. 9.039,8. Al respecto
observa la Sala, que de la planilla de liquidación consignada por ambas partes
se evidencia, que el accionante recibió la cantidad de Bs. 9.756,75, por éste
concepto, razón por la cual la reclamación de este concepto resulta
improcedente. Así se declara.
El relación a las vacaciones vencidas relativas al período 2008-2009,
corresponde al actor, el equivalente a 21 días a razón de Bs.116,7 por día, éste
concepto, y 27 días de bono vacacional a razón de Bs.116,7, lo que suma un
total de Bs.5.601,6, de los cuales se evidencia de planilla de liquidación
consignada por ambas partes, que el accionante recibió por estos conceptos la
cantidad de Bs.2.324,44, por lo que existe una diferencia de Bs. 3.277,16. Es por
ello, que se condena la procedencia de la referida diferencia Así se declara.
En cuanto a las vacaciones fraccionadas y su respectivo bono, el actor yerra en
la forma de cálculo de las mismas, toda vez que dichos conceptos deben
calcularse con base al equivalente a 2 meses completos de servicio, y siendo
que le correspondían 21 por vacaciones y 27 por bono vacacional por el periodo
completo, el periodo fraccionado resulta en la cantidad de 3,5 días por
vacaciones y 4,5 días por bono vacacional, a razón de Bs.116,7, lo que resulta
en la cantidad de Bs. 933,6. Ello así, se acuerda la procedencia de dicho
concepto. Así se declara.
En relación con la Indemnización Sustitutiva de Preaviso y por Despido alegadas
por el actor en virtud de que a su decir, fue despedido injustificadamente observa
la Sala, del acervo probatorio cursante a los autos del expediente, que el motivo
de la terminación de la relación de trabajo fue la renuncia, razón por la cual la
solicitud de ambas indemnizaciones resultan improcedentes. Así se declara.
Con respecto a la existencia de la enfermedad de origen ocupacional alegada
por el demandante, de los autos no se evidencia prueba alguna que haga
contraprueba de este hecho, por el contrario de los autos se evidencia
expediente administrativo (folios 74 al 233 de la 1° pieza del expediente) y
certificación de enfermedad de origen ocupacional (folios 68 al 70 de la 1° pieza
del expediente), donde se evidencia que la enfermedad que padece el
accionante, se trata de una Discopatía lumbar L4-L5 y L5-S1: Hernia discal L-4-
L-5 y L-5-S1, por lo que queda acreditado una enfermedad de origen
ocupacional. Así se declara.
En este sentido, es importante señalar que nuestro ordenamiento jurídico prevé
el régimen de indemnizaciones por accidentes de trabajo, básicamente en cuatro
textos normativos distintos: la Ley Orgánica del Trabajo, aplicable ratione
temporis, la Ley del Seguro Social, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones
y Medio Ambiente de Trabajo y el Código Civil.
Al respecto es importante indicar que, ha sido criterio reiterado que, es requisito
sine qua non para la procedencia de cualquier indemnización por daños
materiales o morales derivados de enfermedad profesional -tanto si se trata de
responsabilidad objetiva o subjetiva-, que la enfermedad o estado patológico
padecido por el trabajador haya sido contraído con ocasión del trabajo o por
exposición al medio ambiente de trabajo (de conformidad con las definiciones
consagradas en los artículos 562 de la Ley Orgánica del Trabajo, aplicable
ratione temporis y de conformidad con la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo), para lo cual será indispensable
establecer la relación de causalidad entre la prestación de servicios -
considerando las condiciones en que se realizaba- y la aparición de la
enfermedad.
En este orden de ideas, en cuanto al requisito de procedencia del nexo causal,
esta Sala de Casación Social dejó sentado en sentencia Nº 505 del 17 de mayo
de 2005 (caso: Álvaro Avella Camargo contra Sociedad Mercantil Costa Norte
Construcciones, C.A.) lo siguiente:
(…) La relación de causalidad, es pues una cuestión de orden físico material,
más que jurídico, se trata de saber si un daño es consecuencia de un hecho
anterior y para su estudio es necesario definir los conceptos de causa, concausa
y condición. En este orden de ideas, la causa, es el origen, antecedente o
fundamento de algo que ocurre, es el hecho que ocasiona algo, una cosa o
acontecimiento que puede producir uno o más efectos; la concausa, es aquello
que actuando conjuntamente con una determinada causa, contribuye a calificar
el efecto, es un estado o circunstancia independiente que actúa con la causa,
que puede ser preexistente, concomitante o sobreviviente.
Omissis
(…) para definir la relación de causalidad que debe existir entre la enfermedad y
el trabajo realizado, a efecto de que pueda ordenarse la indemnización
correspondiente, es menester considerar como causa sólo la que mayor
incidencia ha tenido en la génesis del daño (ésta sería la causa principal) y
considerar o llamar concausa a otras causas o condiciones que han influido en
la producción y la evolución del daño. Es así, que serían causa las condiciones
y medio ambiente del trabajo (si es que fueron el principal desencadenante de la
lesión) y concausa la predisposición del trabajador a contraer la enfermedad.
Omissis
En este sentido, se hace necesario tener en cuenta si la causa incriminada (las
condiciones de prestación del servicio) es capaz de provocar el daño denunciado
y en caso de producirse una complicación evolutiva, poder establecer si alguna
otra causa (concausa), alteró esa evolución, de esta manera el juez podrá decidir
si hubo o no vinculación causal o concausal con las tareas realizadas por un
trabajador; determinar dicha vinculación resulta indispensable, pues no resultará
indemnizable el daño sufrido por el trabajador ocasionado conjuntamente por la
tarea realizada y por la acción de una concausa preexistente, en la medida en
que esta última (concausa) haya incidido.
Omissis
A tal fin será preciso realizar un análisis de las circunstancias vinculadas con las
condiciones y medio ambiente del trabajo, es decir, realizar un análisis de las
tareas efectuadas por la víctima, en este sentido el trabajador deberá detallar en
su libelo la tarea que ejecuta o ejecutaba y no limitarse a la mención tan común
del oficio desempeñado; luego se analizarán los detalles y pruebas existentes en
autos sobre el ambiente laboral y los elementos que el trabajador consideró
pernicioso para su salud. Una vez realizada dicha determinación, corresponde
estudiar las circunstancias vinculadas con el trabajador, es decir, estudiar el
diagnóstico de la enfermedad padecida lo cual obviamente sólo será posible con
la ayuda del profesional médico; debe estudiarse además las condiciones
personales del trabajador, edad, sexo, constitución anatómica, predisposición y
otras enfermedades padecidas.
Conforme a lo expuesto por la jurisprudencia patria, para determinar la relación
de causalidad entre el trabajo prestado y la enfermedad profesional, es
indispensable examinar las condiciones del medio ambiente laboral y la
naturaleza de los servicios realizados.
Así las cosas, en el caso de autos, el actor solicita las indemnizaciones
contempladas en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo, y en virtud de ello debe probarse que la enfermedad sufrida por él
es producto del incumplimiento de normas de seguridad, prevención e higiene,
por parte de la empleadora. Así se declara.
En este sentido, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
de Trabajo, tiene como objeto, entre otros, garantizar la seguridad a los
trabajadores en su ambiente laboral -artículo 1°- y a tal fin dispone en su artículo
130, un conjunto de indemnizaciones patrimoniales para los casos en que el
accidente de trabajo o la enfermedad ocupacional se produzca como
consecuencia de la violación de la normativa legal en materia de seguridad y
salud en el trabajo por parte del empleador o de la empleadora. En este
supuesto, el empleador responde por haber actuado en forma culposa, con
negligencia, imprudencia o impericia, lo que inexorablemente debe ser
demostrado por el ex trabajador demandante.
Cabe señalar, que la reclamación por indemnización propuesta en el artículo 130
de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo,
está basada en la teoría de la responsabilidad subjetiva, esto es, el daño
material, por lo que la procedencia de tal indemnización –la cual implica una
reparación adicional a las indemnizaciones de orden material previstas en la
legislación del trabajo– tiene como presupuesto que el daño causado derive de
un hecho ilícito del patrono. En efecto, el hecho ilícito como fuente de la
obligación de indemnizar un daño injustamente causado, consagrado en el
artículo 1.185 del Código Civil, el cual exige que el daño se derive de una
conducta culposa o dolosa del agente, siendo necesario establecer la existencia
del daño, la falta del agente, y la relación causal entre el daño ocasionado y la
falta (sentencia Nro. 56 del 3 de febrero de 2014, caso José Gregorio Mosquera
Arguelles contra Centro de Asesoría Integral Empresarial Zamora, C.A. y Pepsi
Cola Venezuela, C.A.).
En consecuencia, para que procedan las indemnizaciones por responsabilidad
subjetiva a que alude el artículo 130 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, es imperativo que el actor pruebe la
relación de causalidad que hubo entre la conducta del patrono y el daño, es decir,
que el daño sea consecuencia directa de tal conducta.
Ahora bien, en el caso su examine, constata la Sala, que de la revisión del
expediente N°: ZUL-47-IE-10-0856, emanado de la Dirección Estadal de Salud
de los Trabajadores Zulia (DIRESAT-Zulia), del Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), contentivo a las actuaciones relativas
a la enfermedad ocupacional del demandante, según el cual, en el Informe de
Investigación del Origen de la Enfermedad (folios 26 al 37 de la 1° pieza del
expediente), se observa, que la demandada no le suministró al accionante, la
descripción de los cargos, con su respectiva advertencia de riesgos, sus efectos
y la práctica de trabajo segura, por lo que el órgano administrativo de salud en el
trabajo determinó el incumplimiento de los artículos 53 numerales 1, 2 y 4; 56
numerales 3 y 4; y 62 numeral 3, de la Ley Orgánica de Previsión, Condiciones
y Medio Ambiente de Trabajo. En este orden de ideas, en relación con la
notificación de riesgos en el trabajo observa la Sala, que la misma fue promovida
como prueba documental por la parte accionada; sin embargo, se observa, que
dicha probanza quedó desechada del proceso, por lo que se tiene como que no
se le impartió al actor la referida notificación de riesgos.
En tal sentido, una vez realizado un exhaustivo análisis al acervo probatorio
consignado por las partes a los autos del expediente de la causa concluye esta
Sala de Casación Social, que en el presente caso no quedó demostrada la
existencia del hecho ilícito del patrono, toda vez que, el trabajador demandante
no demostró la existencia de los extremos que involucren la culpa, es decir, que
el empleador haya tenido una conducta omisiva, culposa, imprudente,
negligente, inobservante o imperita, ni violaciones que sean determinantes
directas de la enfermedad ocupacional padecida por éste; en consecuencia, aun
y cuando hubo un incumplimiento de algunas de las normas de seguridad e
higiene en el trabajo, tal incumplimiento no evidencia que la enfermedad
(Discopatía Lumbar L4-L5 y L5-S1: Hernia Discal Cervical L4-L5 y L5-S1 con
indicación de tratamiento quirúrgico), padecida por el actor, allá sido
consecuencia directa del incumplimiento de las condiciones de higiene y
seguridad en el trabajo, lo cual conlleva a la declaratoria de improcedencia de
la responsabilidad subjetiva del patrono establecida en el artículo 130 de la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. Así se
declara.
En cuanto al daño moral solicitado por el accionante conforme al criterio pacífico
y reiterado de la Sala de Casación Social, que en materia de infortunios del
trabajo (accidentes de trabajo o enfermedad ocupasional) se aplica la
responsabilidad objetiva del empleador o la teoría del riesgo profesional, prevista
en el artículo 560 de la Ley Orgánica del Trabajo, aplicable ratione temporis,
según el cual, el patrono debe responder e indemnizar al trabajador por los
accidentes de trabajo o por enfermedades profesionales, que provengan del
servicio mismo o con ocasión de él, aunque no haya imprudencia, negligencia,
impericia o inobservancia de los reglamentos por parte de la empresa o de los
trabajadores, en virtud que el daño constituye la materialización de un riesgo
introducido por el empresario en el tráfico jurídico mediante la explotación de una
actividad económica que le reporta un lucro.
A este respecto, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante decisión de fecha treinta (30) de Septiembre de 2004, caso: Carlos
Andrés Vitoria Granado contra taller Los Pinos, S.R.L (TALPIN, C.A), en cuanto
a la institución del Daño Moral, estableció:
(…) Es decir, en el presente caso, aun y cuando la parte demandada hubiere
comparecido a la audiencia, sin lograr la mediación, hubiere continuado en fase
de juicio y hubiere el Juez considerado que está demostrado el accidente o
enfermedad profesional, el mismo no puede ordenar el pago del daño moral
mecánicamente, a su entender, tomando en cuenta únicamente la estimación
que hiciere el demandante en su libelo.
No obstante, el juez debe analizar las condiciones de tiempo, modo y lugar, la
entidad del daño sufrido, el nivel de culpabilidad tanto del trabajador como el de
la empresa, para de esta forma proceder a la condenatoria del daño moral (…).
En consecuencia de lo anterior, se debe ir a la fuente de la teoría del riesgo
profesional, la cual se basó desde sus principios en la responsabilidad objetiva,
producto de las ideas jurídicas de Francia, influenciadas por la legislación
alemana por cuanto la doctrina de la responsabilidad civil cubría sólo la culpa del
patrono, y las acciones por indemnización de daños productos de accidentes o
enfermedades profesionales estaban destinadas al fracaso por la dificultad para
el trabajador de probar el hecho culposo del patrón.
La teoría de la responsabilidad objetiva precede la teoría del riesgo profesional,
basta con establecer que se ha producido un daño y buscar el vínculo de
causalidad entre el hecho del trabajo y ese hecho para reclamar, de modo
inmediato, la responsabilidad que incumbe al dueño de la cosa, en este caso de
la Empresa, por daños producidos. El propietario responde por el sólo hecho de
ser propietario de la cosa.
De lo anteriormente expuesto se evidencia que la teoría de la responsabilidad
objetiva nace del supuesto de que el daño causado por un objeto debe ser
reparado por su propietario, no porque el dueño haya incurrido en culpa, sino
porque su cosa, su maquinaria haya creado un riesgo, sobre el cual debe
responder, indemnizando al trabajador tanto por el daño material como por daño
moral, y pudiéndose librar el empleador de esta responsabilidad, estableciendo,
aplicando y fomentando lo mecanismos de seguridad necesarios para soslayar
el riesgo que se origina con ocasión del servicio a él prestado, quedando
demostrado en el caso de marras que la demandada incumplió con tal obligación.
De lo expuesto en el parágrafo anterior es conocido en nuestra doctrina como la
responsabilidad objetiva por guarda de cosas, estipulada en el artículo 1.193 del
vigente Código Civil, el cual dispone:
“Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene bajo su
guarda, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado por falta de la
víctima, por el hecho de un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor”.
De todo lo antes expuesto se constata que la responsabilidad objetiva por guarda
de cosas hace responder al Guardián, tanto por el daño material como por el
daño moral que la cosa ocasione, independientemente que medie la culpa o
negligencia del guardián.
Es decir, que la teoría del riesgo profesional, tuvo su origen en la conocida
responsabilidad objetiva por la guarda de la cosa, y por lo tanto, como bien lo ha
señalado la doctrina y la jurisprudencia, en virtud de dicha responsabilidad
objetiva se debe reparar tanto el daño material, de ser procedente, como el daño
moral.
Es por ello que la teoría del riesgo profesional, aplicable al patrón por los
accidentes o enfermedades profesionales que sufran sus empleados, lo hacen
responder objetivamente, es decir, independientemente de la culpa, tanto por el
daño material como por el daño moral, siempre que “el hecho causador
(accidente o enfermedad profesional) de daños materiales pueda ocasionar,
además, repercusiones psíquicas o de índole afectiva al ente moral de la víctima
(S. C. C. 23-03.92).
Ahora bien, para determinar el quantum a condenar por concepto de Daño Moral,
de seguidas pasas la Sala, a cumplir con la determinación del mismo. A tales
efectos, se estableció que al decidirse una reclamación por concepto de daño
moral, el sentenciador, necesariamente, ha de sujetarse al proceso lógico de
establecer los hechos, de calificarlos, y de llegar a través de ese examen a la
aplicación de la ley y la equidad, analizando para ello los aspectos establecidos
en sentencia Nº 144 del 07 de marzo de 2.002 (caso: José Francisco Tesorero
Yánez, contra Hilados Flexilón S.A.).
La importancia del daño, la misma queda demostrada con discapacidad total y
permanente para el trabajo habitual.
• En cuanto al grado de culpa del patrono, se tiene en este proceso que la
demandada demostró el incumplimiento de las normas establecidas en la Ley
Orgánica del Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.
• En lo referido a la conducta de la víctima, no se comprobó culpa de la víctima.
• En lo que se refiere al grado de instrucción y cultura de la víctima, no se
evidencian estudios especiales para el desempeño de su trabajo, pues la labor
ejecutada era de vendedor de confites.
• De la capacidad económica de la accionada, no se demostró en juicio la
capacidad económica de la demandada.
• De la capacidad económica del accionante, no se demostró en juicio la
capacidad económica de la accionante. Sin embargo es del dominio público que
la misma es una empresa de reconocida solvencia en la región, activa en el ramo
de alimentos.
• De las cargas familiares, no se demostró en juicio las cargas familiares.
• De los atenuantes a favor de la patronal, quedó demostrado que la afección no
se originó por el trabajo, sino que se agravó con ocasión a este, y que el
trabajador estaba inscrito en el seguro social obligatorio
• De la edad de la víctima del accidente, quien para el momento de la
discapacidad tenía la edad de 31 años de edad.
En este orden de ideas, y en atención a las anteriores consideraciones de
seguidas pasa la Sala a establecer el monto correspondiente por concepto de
responsabilidad objetiva del patrono, para lo cual se debe tener en cuenta, que
la labor ejecutada por el accionante para la empresa demandada no requiere de
conocimientos especiales, así como la joven edad del actor, y de la posibilidad
de poderse adiestrar y ejecutar otras labores productivas diferentes a las
ejecutadas habitualmente, aunado al hecho que la lesión sufrida no fue originada
por el trabajo pues se trata de una afección degenerativa que se empeoró con
ocasión del trabajo, es decir, las actividades realizadas por el actor constituyeron
una concausa, razón por la cual esta Sala de Casación Social, estima una
indemnización por concepto de daño moral por la cantidad de Veinte Cinco Mil
Bolívares (Bs. 25.000,oo). Así se declara.
En cuanto al lucro cesante de conformidad con lo establecido en el artículo 1.185
del Código Civil. El trabajador solicita el pago de 32 años de trabajo remunerado,
pues a su decir va a dejar de percibir todos los salarios correspondientes esos
años, lo que implica el pago completo de los salarios hasta la edad de 72 años.
En este orden de ideas, esta Sala, en sentencia N° 608 del 27 de marzo de 2007,
señaló que:
(…) Del análisis efectuado por la Alzada, se encuentra que la Sentenciadora, al
fundamentar la cuantificación del daño moral, estima como referencia pecuniaria
para tasar tal indemnización, el tiempo de vida útil para el trabajo, estableciendo
que en el caso del hombre se extiende hasta los sesenta (60) años de edad,
aspecto en el cual, considera esta Sala, yerra la Juzgadora, al no deber
determinarse como referencia para el caso de autos, el tiempo de vida útil para
el trabajo sino la expectativa de vida, toda vez que con ocasión de la lamentable
e irreparable muerte del trabajador, producto del accidente de trabajo, se le
cercenó la posibilidad de continuar con su proyecto de vida, la cual hoy día, en
virtud de los avances de la ciencia médica, así como la alimentación, los
aspectos físicos y sociales, entre otros, se estima para el hombre
aproximadamente hasta los setenta (70) y/o setenta y cinco (75) años de edad
(…).
En el caso en concreto no se frustró la expectativa de vida del trabajador pues el
no murió como en el caso señalado en la citada jurisprudencia, por lo que no
sería justa esta sentencia si acordara el salario señalado durante los años de
vida que le restan, porque su esperanza de vida no resultó frustrada por la
enfermedad sino que se ve disminuida su capacidad económica por la
discapacidad total y permanente para el trabajado habitual, por lo que se tomara
en referencia a la vida útil para el trabajo que son los 60 años de edad, y también
tomando en consideración el grado en la culpa que tiene la patronal, pues ésta
no ocasionó la enfermedad ocupacional, puesto que esta es de origen
degenerativo y fue empeorada por el trabajo por lo que constituye una concausa.
En este orden de ideas, en el caso sub examine el demandado no probó además
su imposibilidad física o intelectual de obtener trabajo remunerado, pues sus
capacidades físicas e intelectuales no quedaron neutralizadas totalmente solo
para el trabajo que habitualmente ejecutaba para la demandada, ni que el
empleador haya tenido una conducta omisiva, culposa, imprudente, negligente,
inobservante o imperita, ni violaciones que sean determinantes directas de la
enfermedad ocupacional padecida por éste, razón por la cual resulta
improcedente lo relativo al lucro cesante. Así se declara.
Pues bien, en virtud de la procedencia de los conceptos anteriormente señalados
concluye esta Sala de Casación Social, que la sociedad mercantil demandada
debe pagar al trabajador demandante la cantidad de veintinueve mil doscientos
diez Bolívares con setenta y seis céntimos (Bs. 29.210,76). Así se declara.
En cuanto al pago de indexación o intereses de mora por concepto de daño
moral, se considera oportuno hacer algunas consideraciones:
En tal sentido cabe señalar, que el pago que se dispone como reparación del
daño moral, no tiende a compensar el perjuicio extra patrimonial sufrido, sino que
éste sirve para acordar una satisfacción al damnificado, es por ello que el Juez
debe otorgar una suma de dinero en la que el juzgador tome en consideración el
desasosiego, sufrimiento, molestias, entre otros aspectos, pero no como una
compensación al dolor físico o psíquico, sino como una retribución satisfactoria
de los mencionados quebrantos, por lo que en consecuencia, el daño moral no
es de carácter patrimonial por cuanto no deriva de una obligación dineraria.
Ahora bien, indexar es la acción encaminada a actualizar el valor del daño sufrido
al momento de ordenar su liquidación, corrigiendo así, la pérdida del poder
adquisitivo de la moneda por su envilecimiento como efecto de los fenómenos
inflacionarios, es decir, adecuar el monto reclamado al costo de la vida al tiempo
en que efectivamente es liquidado, por ello, algunos lo denominan corrección
monetaria, pues implica actualizar el monto requerido según determinados
índices, básicamente índices inflacionarios.
En suma, las reglas de indexación recaen sobre obligaciones dinerarias, es decir,
de naturaleza patrimonial muy distintas al daño moral que son de carácter
extramatrimoniales, donde el sentenciador bajo criterios subjetivos percibe cual
es la importancia del daño sufrido y atendiendo a la escala de sufrimiento estima
una cantidad razonable y equitativa para retribuir el daño sufrido por el
trabajador; en cambio la indexación constituye un fenómeno autónomo que
obedece a circunstancias objetivas respecto de las obligaciones económicas,
totalmente distinto a las características expuestas sobre daño moral.
En consecuencia de lo anteriormente expuesto, la indexación laboral o
corrección monetaria no resulta procedente en la responsabilidad objetiva donde
se condene el daño moral, como es el presente caso. En tal sentido, esta Sala
debe dejar asentado, en atención a lo preceptuado en el artículo 185 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, que una vez entrado en mora el deudor de una
obligación dineraria, ésta se convierte en una deuda de valor, por lo tanto, al
proferirse la sentencia condenatoria del daño moral, el deudor debe dar
cumplimiento voluntario a la misma, caso contrario se debe aplicar el método
indexatorio por haber entrado el deudor en mora, ello con sujeción a las reglas
generales de la responsabilidad civil por incumplimiento de sus obligaciones.
En virtud de lo anteriormente expuesto, de no haber cumplimiento voluntario la
condena por daños moral se calculará desde la fecha de publicación de la
sentencia hasta la ejecución, excluyendo de dicho cálculo los lapsos sobre los
cuales la causa haya estado paralizada por acuerdo entre las partes, por hechos
fortuitos o de fuerza mayor y por vacaciones judiciales, como así lo estableció
esta Sala de Casación –Social, en sentencia N° 161 de fecha 2 de marzo de
2009, caso: Rosario Vicenzo Pisciotta Figueroa contra Minería M.S., C.A.,
refiriéndose a los parámetros y criterios indexatorios contemplados en la
sentencia N° 1.841 de fecha 11 de noviembre de 2008.
Como consecuencia de las razones expuestas se declara parcialmente con lugar
la demanda incoada. Así se declara.
DECISIÓN
En mérito de las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala de Casación Social, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, hace los siguientes
pronunciamientos: PRIMERO: Declara CON LUGAR el recurso de casación
intentado por la parte demandante, contra el fallo dictado por el Juzgado Superior
Cuarto del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo, en fecha 20 de mayo del año 2013; SEGUNDO: ANULA la sentencia
recurrida; TERCERO: Se declara PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda
interpuesta por el ciudadano Evert Enrique Castro Urdaneta, contra la sociedad
mercantil Nestlé de Venezuela, S.A. Todos previamente identificados.
No hay condenatoria en costas debido a la naturaleza de la decisión.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de Recepción y
Distribución de Documentos (URDD) de la Circunscripción Judicial del Estado
Zulia, con sede en Maracaibo.
Particípese de la presente remisión al Juzgado Superior de origen, en
cumplimiento de lo establecido en el artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo.
Dada, firmada y sellada en la Sala Especial Quinta de Casación Social del
Tribunal Supremo de Justicia en Caracas, a los diecisiete (17) días del mes de
enero del año 2017. Años 206° de la Independencia y 157° de la Federación.

El Presidente de la Sala y Ponente,


_______________________________
DANILO A. MOJICA MONSALVO

La-

Magistrada Accidental, El Magistrado Accidental,

_____________________________ ____________________________
BETTYS DEL VALLE LUNA AGUILERA JUAN PABLO TORRES DELGADO

El Secretario,
_____________________________
MARCOS ENRIQUE PAREDES

R.C. AA60-S-2013-000890 El Secretario


Nota: Publicado en su fecha

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