Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
I.- Introducción.
El proceso de ejecución previsto en la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N°
29497, en adelante NLPT, define la competencia en el conocimiento de dicho
proceso básicamente en razón a la cuantía, salvo el caso de la cobranza de los
aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, en cuyo caso la
competencia es exclusiva de los Juzgados de Paz Letrados, resultando
irrelevante el importe materia de cobranza.
La regulación prevista sobre el proceso de ejecución en la NLPT, requiere
establecer previamente qué debemos entender como proceso de ejecución y
qué como título ejecutivo, sobre aquello se tratará de definir su diferencia con el
proceso de conocimiento, su estructura y finalidad y en cuanto al
título ejecutivo, se tratará de verificar su contenido, es decir, la obligación que
este puede contener y la limitación de las defensas que contra el mismo, se
puede generar.
Se revisará qué títulos ejecutivos ha señalado expresamente la NLPT, pueden
ser tramitados mediante el proceso de ejecución, haciéndose énfasis en los
referidos a la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de
Pensiones, dado que los mismos constituyen aproximadamente el noventa por
ciento (90%) de los expedientes que conocen los Juzgados de Paz Letrados,
verificándose entonces en ellos las incidencias que surgen en la cobranza de
los referidos títulos ejecutivos.
Finalmente, serán materia de análisis los supuestos de suspensión
extraordinaria de la ejecución, la multa por contradicción temeraria, definiendo
para ello, lo que se debería entender por conducta temeraria y distinguirla de la
conducta procesal de mala fe, para luego ingresar a la revisión del
incumplimiento injustificado al mandato de ejecución, en el caso de las
obligaciones de hacer y no hacer y las consecuencias que se proponen
legislativamente y la forma de cálculo de los derechos accesorios.
En esa misma línea, ANACLETO GUERRERO señala que la finalidad del juicio
ejecutivo no consiste en lograr un pronunciamiento judicial que declare la
existencia o inexistencia de un derecho sustancial incierto, sino en obtener la
satisfacción de un crédito que la ley presume existente, en virtud de la peculiar
modalidad que reviste el documento que lo comprueba. Por ello, los dos
extremos principales que ha de reunir el título son suficiencia e integración; es
decir, debe bastarse a sí mismo, sin que pueda ser completado con prueba de
otra índole, porque el título mismo es una suerte de prueba.
Al respecto PRIORI POSADA señala que, el proceso de ejecución supone
partir de la certeza que genera el título ejecutivo, por lo que únicamente
corresponde ejecutar el derecho. Con ello, lo que se hace frente a una
demanda que cumple los requisitos es la emisión de un mandato de ejecución
que ordena al ejecutado cumplir con su obligación. Por ello, la defensa que
puede realizar un ejecutado es muy limitada: consiste únicamente en oponerse
al mandato de ejecución a través de una contradicción.
Por otro lado, para VINATEA y TOYAMA en los procesos de ejecución ya no se
discute la existencia del derecho contenido en el título ejecutivo, pues ya está
reconocido en el propio título, aunque naturalmente se concede al demandado,
llamado ejecutado, mecanismos de defensa destinados a cuestionar
únicamente la validez del título o la exigibilidad de la obligación, entre otros
motivos taxativamente contemplados. Señalan además los citados autores, que
dicho proceso tiene por fin último la materialización de las decisiones judiciales
o de los derechos reconocidos por las partes, o declarados por un tercero,
satisfaciéndose así los intereses respecto de los cuales se solicita tutela
jurisdiccional.
Por su parte, PAREDES INFANZON señala que el proceso de ejecución es uno
diferente al proceso de conocimiento, tanto por su contenido como por su
estructura y finalidad, ya que aquel no parte del conflicto de derechos, que es
atendido más bien por este último, el que lo resuelve en forma declarativa o
constitutiva a través de una sentencia. El proceso de ejecución no tiene por
finalidad resolver un conflicto, por lo que en su interior no existe debate
posicional, ni actuación probatoria ni expedición de una sentencia, sino por el
contrario se inicia con la acreditación de un derecho reconocido o declarado a
través de un Título que se encuentre pendiente de cumplimiento para luego de
calificarlo debidamente se expida un Mandato de ejecución que no permite la
discusión del origen del derecho, sino únicamente la argumentación sobre la
exigibilidad de la obligación que contiene el título, la misma que en caso no
tener fundamento adecuado, induce al Juez a emplear todos los medios
imperativos, forzosos, coactivos o coercitivos que la Ley franquea para lograr el
cumplimiento de la obligación de parte del deudor y ofensor. Ello determina que
sea un proceso breve, expeditivo y conminatorio que no admite mayor debate
entre las partes, prohibiéndose los artículos de nulidad y la concesión de
medios impugnatorios con efecto suspensivo, hasta que no se haya dado
cumplimiento a la obligación ejecutada.
A lo anteriormente expuesto por la doctrina citada, debo agregar que la única
excepción por la cual el proceso de ejecución no termina con la expedición de
un auto, sino con la emisión de una sentencia, será aquel referido a la
cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, como se
explicará más adelante, por lo demás, el proceso de ejecución como se ha
señalado, es aquel referido a una serie o sucesión de actos procesales,
mediante los cuales se pretende hacer cumplir forzosamente y
consecuentemente materializar en forma objetiva y efectiva, lo resuelto por una
autoridad judicial, autoridad administrativa, por los árbitros o lo acordado o
transado por las partes y finalmente, también el documento (liquidación)
emitido para la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de
Pensiones, en el entendido de que los mismos reflejan un derecho cierto y
auténtico; es decir, les otorga la Ley una presunción de certeza y autenticidad,
por ello las defensas son taxativamente enumeradas por el artículo 690-D del
Código Procesal Civil y en su caso, por el artículo 38 del Texto Único Ordenado
de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondo de Pensiones,
estableciendo en ellos plazos breves y perentorios.
Son aquellos acuerdos totales o parciales a los que arribaron las partes, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 30 de la NLPT, teniendo las mismas
la autoridad de cosa juzgada y que se ejecutan exclusivamente también ante el
juez que conoció la demanda y dentro del mismo expediente. De igual manera,
que en el caso anterior si la demanda se hubiese iniciado ante una Sala
Laboral, sería competente el Juez Especializado de Trabajo, en forma aleatoria
en la medida que ya no existe el turno, como forma de determinar la
competencia.
Son títulos ejecutivos en este caso las transacciones extrajudiciales, cuando las
mismas aborden asuntos laborales, no debe tratarse de aquellos casos en los
cuales ya existe un proceso judicial, sino previas al mismo y que contengan
concesiones recíprocas y no equivalentes.
En estos casos el Juez al calificar el título ejecutivo deberá observar especial
cuidado, es decir, verificar de lo expuesto en los documentos y en su caso
requerir a la parte, que señale si existe algún tercero que pueda afectarse con
lo acordado en la transacción extrajudicial, por cuanto, muchas veces mediante
estos documentos, se quiere generar supuestas obligaciones para otorgarles
un derecho preferencial y/o generar un derecho persecutorio y burlar de esa
forma el cobro de acreedores reales y no ficticios; así como, deberá apreciarse
al calificar el título ejecutivo, que el trabajador en la transacción no este
renunciando a derechos laborales.
La NLPT viene siendo implementada en nuestro país y no dudo que con éxito,
sin embargo, la misma fue diseñada bajo el criterio de especialidad y bajo el
modelo del Despacho Judicial Corporativo, conforme a la Resolución
Administrativa N° 127-2012-CE-PJ de fecha 4 de julio del año 2012, dicho
modelo requiere de al menos un Juzgado de Paz Letrado y un Juzgado
Especializado de Trabajo para su funcionamiento.
Sin embargo, resulta ser que aproximadamente el noventa por ciento (90%) de
los expedientes que conocen los Juzgados de Paz Letrados, están referidos a
la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones,
situación que se ha visto acentuada con lo acordado en el Segundo Pleno
Jurisdiccional Supremo en Materia Laboral, que en el Quinto Tema del mismo,
en relación a la competencia de los Juzgado de Paz Letrados, se precisó lo
siguiente: “5.1. ¿Son competentes los juzgados de paz letrados para conocer
pretensiones no cuantificables? El pleno acordó por unanimidad: Los juzgados
de paz letrados no son competentes para conocer pretensiones no
cuantificables, pues de conformidad con el artículo 1 de la Ley N° 29497,
Nueva Ley Procesal del Trabajo, sólo son competentes para conocer
pretensiones cuantificables originadas en demandas de obligación de dar
sumas de dinero y títulos ejecutivos, cuyas cuantías no sean superiores a
cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP). 5.2. ¿Son
competentes los juzgados de paz letrados para conocer pretensiones no
cuantificables acumuladas con una pretensión cuantificada que sí es de su
competencia por la cuantía? El pleno acordó por unanimidad: En la Nueva Ley
Procesal del Trabajo, los juzgados de paz letrados no son competentes para
conocer pretensiones no cuantificables acumuladas con una pretensión
cuantificada que si es de su competencia por la cuantía; pues éstos
únicamente pueden conocer las materias expresamente señaladas en el
artículo 1 de la Ley N° 29497”; en conclusión, los juzgados de paz letrados no
pueden conocer pretensiones no cuantificables, aún estas estén acumuladas
con pretensiones cuya cuantía no supere las cincuenta (50) Unidades de
Referencia Procesal, lo que casi convierte a los mismos en órganos
jurisdiccionales a exclusividad para conocer la cobranza de aportes
previsionales del Sistema Privado de Pensiones, significando que la mayoría
de las pretensiones sean conocidas por los Jueces de Trabajo, los que tienen
que afrontar una gran cantidad de procesos, atentando con ello el principio de
celeridad que inspira al nuevo proceso laboral, lo que hace necesario una
modificación legislativa al respecto, para que los Juzgados de Paz Letrados
asuman competencia frente a pretensiones no cuantificables acumulada a una
cuantificable no mayor a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal, dado
que son órganos jurisdiccionales que han sido creados bajo el criterio de
especialidad en dicha materia.
Si bien el inciso b) del artículo 38 del Texto Único Ordenado de la Ley del
Sistema Privado de Administración de Fondo de Pensiones, aprobado por
Decreto Supremo N° 054-97-EF, señala que a la contradicción se deberá
presentar acompañada de la prueba instrumental que acredite sus
fundamentos, salvo los casos a que se refiere el numeral 2 del citado artículo
(nulidad formal o falsedad de la liquidación para cobranza) y el inciso 3 del
artículo 446 del Código Procesal Civil (referido a la excepción de
representación defectuosa o insuficiente del demandante o del demandado),
suele suceder que la presentación de la documentación que acredita la
cancelación de la deuda, inexistencia del vínculo laboral o el error de hecho en
la determinación de monto consignado como deuda, se realiza no con la
contradicción, sino con la apelación, esto quedaría solucionado de raíz, si como
sucede con el Sistema de Planillas Electrónicas Web (PLAME), los Jueces
Laborales contaran con el Sistema AFP Net, sin embargo, ello no se encuentra
previsto, ni existe convenio alguno entre el Poder Judicial y la Superintendencia
de Banca, Seguros y AFP, pero que sin embargo, se hace necesario por
cuanto directamente se contaría con la verificación de haberse o no realizado el
pago de los importes materia de cobranza, es decir, se accedería no sólo a lo
declarado sino a lo efectivamente pagado y la oportunidad del mismo.
Mientras ello sucede, queda en manos del Juez de Trabajo, adopte alguna
alternativa de solución, la formal sería simplemente que al no haberse
acompañado las documentales con la contradicción y no encontrándose los
documentos presentados en alguno de los supuestos previstos en el artículo
374 del Código Procesal Civil, es decir, se trate de medios probatorios referidos
a la ocurrencia de hechos relevantes para el derecho o interés discutido, pero
acaecidos después de concluida la etapa de postulación del proceso o
documentos expedidos con fecha posterior al inicio del proceso o que
comprobadamente no se hayan podido conocer y obtener con anterioridad,
procederá a confirmar la sentencia apelada y ordenar se prosiga con la
ejecución.
Sin embargo, también en justicia podría tomar la alternativa de admitirlo de
oficio los medios probatorios acompañados con el escrito de apelación, con
arreglo a lo dispuesto en el artículo 22 de la NLPT, en cuyo caso podría afectar
el derecho de contradicción de la contra parte, o teniendo en cuenta el primer
párrafo del artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil que indica
que: “El juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso es resolver
un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia
jurídica haciendo efectivos los derechos sustanciales, y que su finalidad
abstracta es lograr la paz social en justicia. (…)”. Para efectos de obtener un
fallo justo, y no soslayar los elementos fácticos que fluyen del proceso y
obtener una decisión mucho más analítica, exhaustiva e integral del caso y en
la medida que resulta imprescindible determinar con la mayor certeza, si la
parte ejecutada, en base a los documentos adjuntados a su recurso
impugnatorio, resulta ser la obligada para atender el monto devengado, ello a
fin de evitar un posible enriquecimiento indebido por parte de la ejecutante,
podría ordenar que el Juzgado de Paz Letrado evalúe bien los documentos
aportados por la ejecutada en su escrito de apelación y los que fueran
necesarios, en tanto que los primeros no se consideraron para la emisión de la
resolución materia de apelación; tanto más, si el Juez de Paz Letrado puede
acceder a otros tipos de instrumentos tales como: Sistema de Planillas
Electrónicas Web (para verificar la fecha de ingreso y cese de cada trabajador
afiliado) o solicitar a las partes información relevante respecto de lo
peticionado, concediéndole a la ejecutante el traslado respectivo para que
pueda exponer los argumentos que considere pertinentes a su derecho y a la
ejecutada para que se pronuncie sobre la situación de los aportes
previsionales, que pretende desvirtuar con la documentación acompañada con
el escrito de apelación, preservando con ello el derecho de contradicción de la
parte ejecutante, contra la documentación presentada; abonan a una solución
en justicia el hecho de que el sistema de pagos AFP Net, al efectuarse el
mismo, solicita el ingreso mediante el sistema de la planilla de pago, y el pago
se puede efectuar con un comprobante con el cual se hace efectivo
directamente en las oficinas bancarias o inclusive debitado directamente de las
cuentas de la empleadora, mientras que por su parte, la norma le exige la
planilla de pagos de aportes previsionales (la que es ingresada al sistema AFP
Net) debidamente cancelada, (lo que puede acreditarse con el comprobante de
pago o el estado de cuenta en la que figure el débito en la cuenta respectiva de
la ejecutada), sin perjuicio de indicarse que por lo menos desde el punto de
vista normativo, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo debería
permitir a todos los Jueces Laborales, el acceso a la información de las
planillas electrónicas.
XIII.- Conclusiones.
Debe realizarse una modificación legislativa, para que los Juzgados de Paz
Letrados asuman competencia frente a pretensiones no cuantificables
acumuladas a una cuantificable no mayor a cincuenta (50) Unidades de
Referencia Procesal, dado que son órganos jurisdiccionales creados bajo el
criterio de especialidad en materia laboral.
Dado que un porcentaje significativo (90% aproximadamente) de la carga que
afrontan, los Juzgados de Paz Letrado de Especialidad Laboral, está
constituido por procesos de cobranza de aportes previsionales del Sistema
Privado de Pensiones retenidos por el empleador, hace que sea necesario la
firma de un convenio institucional entre la Superintendencia de Banca, Seguros
y AFP y el Poder Judicial, que permita que los Jueces Laborales puedan
acceder al Sistema AFP net, con lo cual en forma directa, podrían verificar la
existencia o no de la obligación, su cumplimiento y la oportunidad del mismo,
siendo que ello contribuiría hacer efectivo el principio de celeridad y economía
procesal que inspiran al nuevo proceso laboral.
CAPÍTULO VI PROCESOS NO CONTENCIOSOS.
Artículo 67.- Autorización judicial para ingreso a centro laboral En los casos en
que las normas de inspección del trabajo exigen autorización judicial previa
para ingresar a un centro de trabajo, esta es tramitada por el inspector de
trabajo o funcionario que haga sus veces. Para tal efecto debe presentar, ante
el juzgado de paz letrado de su ámbito territorial de actuación, la respectiva
solicitud. Esta debe resolverse, bajo responsabilidad, en el término de
veinticuatro (24) horas, sin correr traslado.