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Innovaciones legislativas en el Proceso

Penal Peruano: A propósito del Decreto


Legislativo N° 1206
Por Augusto Renzo Espinoza Bonifaz - 15 Octubre, 2015

INTRODUCCIÓN.-

Mediante el Decreto Legislativo N° 1206, publicado el 23 de setiembre de 2015, se han


introducido diversas modificaciones tanto al Código de Procedimientos Penales de 1940,
y al Decreto Legislativo N° 124 – Proceso Penal Sumario, y, por otro lado, se ha
adelantado la vigencia de artículos del Código Procesal Penal de 2004 en todo el territorio
peruano.

Todo ello con la finalidad de brindar a los operadores del Sistema de Justicia Penal,
mecanismos procesales que les permita una rápida y oportuna respuesta frente al delito,
dotando eficacia a los procesos penales ordinarios y sumarios, tramitados bajo el Código
de Procedimientos Penales de 1940 y Decreto Legislativo N° 124, respectivamente,
optimizando a la vez los recursos del Estado.
MODIFICACIONES AL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES DE 1940.-

Respecto a las modificaciones introducidas al Código de Procedimientos Penales de 1940,


la primera que encontramos es la referida a precisar las funciones del Juez Penal, así se
ha determinado que le corresponde al órgano jurisdiccional garantizar el cumplimiento
de los plazos legales de la investigación preliminar y la instrucción, generando su
inobservancia responsabilidad disciplinaria.

Resulta importante la precisión de esta función del Juez Penal, pues resulta evidente que
el cumplimiento de los plazos procesales durante la investigación preliminar y la
instrucción constituye un problema constante que aqueja al sistema de justicia penal,
generándose procesos penales que demoran excesivamente en resolverse, lo cual vulnera
la garantía procesal al plazo razonable que constituye un pilar fundamental dentro de un
proceso penal que apunte a respetar los derechos fundamentales de los sujetos procesales
involucrados en el mismo.

Por otro lado, respecto a las diligencias a ser actuadas durante la instrucción, la
modificación precisa que el Juez sólo ordenará aquellas que resulten pertinentes,
conducentes y útiles, dentro de los límites de la Ley. Además, se establece que las
diligencias actuadas en la etapa policial con la intervención del Ministerio Público y las
practicadas por el propio Fiscal Provincial Penal, con asistencia del defensor, no podrán
repetirse una vez emitido el auto de apertura de instrucción, salvo que su ampliación
resultare indispensable, debido a un grave defecto en su actuación o que ineludiblemente
deba completarse como consecuencia de la incorporación de nuevos elementos
probatorios.

Por otro lado, una importante innovación de la norma en comentario es la creación de la


audiencia de presentación de cargos. Así, emitida la formalización de la denuncia penal,
el Fiscal Provincial deberá notificar dicha resolución a las partes; y solicitará por escrito
al Juez Penal que fije fecha y hora para la audiencia de presentación de cargos, indicando
el delito imputado y los datos de identificación de las partes con fines de notificación.

Asimismo, se establece que la audiencia de presentación de cargos es inaplazable. La


misma se instalará con la presencia del Fiscal y el defensor del imputado, pudiendo
participar los defensores de las demás partes. El imputado que no contare con defensor
privado será asistido por un defensor público.

Respecto al plazo de fijación de la audiencia de presentación de cargos, el Juez deberá


hacerlo en un plazo no mayor a cinco (5) días hábiles de recibida la solicitud del Fiscal
Provincial Penal, sin embargo, en los casos en que el imputado se encontrare en detención
la audiencia se realizará dentro de las 48 horas.

La audiencia de presentación de cargos se llevara a cabo de la siguiente manera:

 Fase de sustentación y contradicción de cargos:

Instalada la audiencia, el Juez concederá el uso de la palabra al Fiscal Provincial Penal


con la finalidad de que sustente su formalización de denuncia, para ello deberá explicar
los hechos, la calificación legal y los actos de investigación actuados que justifiquen la
apertura de instrucción.
Luego, se escuchará al defensor del imputado quien podrá ejercer contradicción a lo
alegado por el Fiscal y solicitar auto de no ha lugar a apertura de instrucción.

Si está presente el defensor del agraviado, podrá solicitar su constitución en parte civil.
Si hubiera tercero civil se le concederá la pablara. Finalmente, se escuchará al imputado.

Durante el desarrollo el Juez podrá formular las preguntas o aclaraciones que estime
pertinentes a las partes.

 Fase decisoria:

Luego de escuchar a las partes el Juez resolverá oralmente en audiencia la procedencia


de la apertura de la instrucción, para ello, realizará un control de legalidad de la
imputación formulada y determinará la concurrencia de los requisitos de procesabilidad,
es decir, a) si existen indicios suficientes o elementos de juicio reveladores de la
existencia de un delito, b) que se haya individualizado a su presunto autor o partícipe, y
c) que la acción penal no haya prescrito o no concurra otra causa de extinción de la acción
penal.

 Fase de convenciones probatorias:

Si procede la emisión del auto de apertura de instrucción, acto seguido, el Juez instará a
los sujetos procesales a que: a) acuerden los hechos que aceptan y que dará por
acreditados, obviando su investigación, y b) propongan acuerdos acerca de los medios de
prueba que serán necesarios para que determinados hechos se estimen probados. Los
acuerdos de los sujetos procesales vincularán al Juez.

 Fase de postulación de actos de investigación:

A continuación, el Juez solicitará al Fiscal Provincial Penal, así como al defensor del
imputado y del agraviado, postulen los actos de investigación que acrediten su pretensión,
debiendo indicar la necesidad de los mismos. Sólo se ordenarán los actos pertinentes,
conducentes y útiles conforme al objeto del proceso.

 Fijación de plazo y notificación de diligencias programadas:

Atendiendo a los actos de investigación ordenados en la instrucción, el Juez Penal fijará


el plazo de la misma, aplicando el principio de razonabilidad. En un plazo no mayor a
tres (3) días hábiles de realizada la audiencia, el Juez notificará a los sujetos procesales
inasistentes de las diligencias programadas.

En los casos que el Fiscal Provincial Penal requiera la prisión preventiva del imputado,
dicho requerimiento se discutirá en la misma audiencia, una vez fijados los actos de
investigación y el plazo de la instrucción. En los casos de investigaciones complejas el
Juez a fin de emitir la resolución, podrá suspender la audiencia hasta por 48 horas.

Otra de las modificaciones introducidas por la Decreto Legislativo en comentario, es


respecto al plazo de la Instrucción, se establece que esta etapa procesal podrá durar hasta
ciento veinte (120) días naturales; y que sólo por causas justificadas y motivadas, dictando
la resolución respectiva, el Juez podrá prorrogarla por única vez hasta por un máximo de
sesenta (60) días naturales, para tal efecto, el Juez debe contar con la aprobación de la
Sala Superior Penal, la cual inclusive puede fijar un plazo distinto de prórroga, siempre
dentro del plazo de sesenta (60) días naturales. Si la Sala Penal Superior desaprueba la
prórroga, ordenará al Juez Penal que ponga fin a la instrucción.

Por otro lado, si el proceso ha sido declarado complejo, el plazo de instrucción es de ocho
(8) meses, pudiendo ser prorrogada, por única vez, hasta por cuatro (4) meses más,
siempre y cuando la Sala Superior Penal la apruebe La complejidad podrá ser declarada
de oficio por el Juez penal en la audiencia de presentación de cargos de imputación o
mediante auto hasta antes de vencerse el plazo ordinario de la instrucción. La resolución
que declara complejo el proceso penal es susceptible de apelación, sin efecto suspensivo.
La Sala resolverá dentro del quinto día hábil de recibido el cuaderno respectivo.

Corresponde al juez emitir la resolución que declara complejo el proceso, cuando: a)


requiera de la actuación de una cantidad significativa de actos de investigación; b)
comprenda la investigación de numerosos delitos; c) involucra una cantidad importante
de imputados y agraviados; d) demandan la realización de pericias que comportan la
revisión de una nutrida documentación o de complicados análisis técnicos; e) necesita
realizar gestiones de carácter procesal fuera del país; f) involucra llevar a cabo diligencias
en varios distritos judiciales; g) revisa la gestión de personas jurídicas o entidades del
Estado.

INCORPORACIÓN DE NORMAS AL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS


PENALES.-

Mediante el Decreto Legislativo en mención se han introducido de manera expresa las


causales que autorizan la emisión del auto de no ha lugar a la apertura de instrucción,
así tenemos cuatro supuestos:

1. El hecho objeto de la causa no se realizó o no puede atribuírsele al imputado.


2. El hecho imputado no es típico o concurre una causa de justificación, de
inculpabilidad o de no punibilidad.
3. La acción penal se ha extinguido.
4. No existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la
investigación y no haya indicios mínimos que vinculen al imputado con el hecho
delictivo.

Asimismo, se establece que contra el auto de no ha lugar a la apertura de instrucción


procede el recurso de apelación del Fiscal Provincial Penal y del agraviado. Para ello, el
Juez deberá elevar en el día el cuaderno de apelación a la Sala Penal, la cual fijará
audiencia en cinco (5) días hábiles, bajo responsabilidad, la misma que se realizará con
quienes concurran. Escuchadas las partes la Sala resolverá en el plazo de 72 horas.

Otra innovación legislativa del Decreto Legislativo en análisis, es la obligación del Juez
Penal de instar a las partes a que arriben a un acuerdo de terminación anticipada, antes
de que se proceda a discutir el plazo de duración de la medida coercitiva de prisión
preventiva en la audiencia respectiva.
Si se arribará a dicho acuerdo, el imputado recibirá un beneficio de reducción de la pena
de un sexto. Este beneficio es adicional y se acumulará al que reciba por confesión, en
tanto ésta sea útil y anterior a la celebración del proceso especial.

Sin embargo, la acumulación no procederá cuando el imputado tenga la calidad de


reincidente o habitual, en cuyo caso sólo recibe el beneficio correspondiente a la
terminación anticipada. Asimismo, la reducción de la pena por terminación anticipada no
procede cuando al imputado se le atribuya la comisión del delito en condición de
integrante de una organización criminal, esté vinculado o actúe por encargo de ella.

Asimismo, el Decreto Legislativo establece reglas para la declaración de contumacia y


ausencia del imputado, así tenemos que se establece como obligación del Fiscal
Provincial Penal identificar el domicilio real del imputado durante la investigación
preliminar, pues el Juez sólo podrá abrir instrucción, cuando en la formalización de la
denuncia se haya cumplido con constatar el domicilio real del imputado.

La norma establece que, durante la instrucción, el Juez declara contumaz al imputado


cuando: a) de lo actuado se evidencie que, no obstante tener conocimiento de que es
requerido, no se presenta voluntariamente a las actuaciones procesales; b) fugue del
establecimiento o lugar en donde está detenido o preso; c) no obedezca, pese a tener
conocimiento de su emisión, una orden de detención o prisión; y, d) se ausente, sin
autorización, del lugar de su residencia o del asignado para residir.

De igual manera se establece que el Juez declara ausente al imputado cuando se ignora
su paradero y no aparezca de autos evidencia que estuviera conociendo del proceso.

El auto que declara la contumacia o ausencia ordenará la conducción compulsiva del


imputado y dispondrá se le nombre defensor público o al propuesto por un familiar suyo.
El abogado intervendrá en todas las diligencias y podrá hacer uso de todos los medios de
defensa que la Ley reconoce. Con la presentación del contumaz o ausente, cesa dicha
condición, debiendo dejarse sin efecto el mandato de conducción compulsiva, así como
todas las comunicaciones que se hubieran cursado con tal objeto.

La declaración de contumacia o ausencia no suspende la instrucción. Esta declaración no


altera el curso del proceso con respecto a los demás imputados.

Finalmente, el Decreto Legislativo en estudio, establece reglas para la lectura de


sentencia; así prescribe que la citación para la lectura de sentencia condenatoria deberá
consignar en forma expresa, clara y precisa que el acto es público e inaplazable y que se
llevará a cabo con los que concurran al mismo, así como el apercibimiento de designarse
defensor público en caso de inasistencia del abogado defensor elegido por el acusado. La
sentencia será leída ante quienes comparezcan.

Respecto a los procesos sumarios, la citación se realizará en el último domicilio procesal


señalado por las partes en el proceso. Asimismo, al acusado se le citará en su domicilio
real señalado en el proceso. Por otro lado, en los procesos ordinarios, la citación se
realizará a los sujetos procesales concurrentes a la última sesión de audiencia en que se
declaró cerrado el debate.
La condición jurídica del contumaz no impedirá la citación al acto de lectura de sentencia
condenatoria, siempre que el proceso se encuentre expedito para sentenciar.

En los procesos sumarios, la sentencia absolutoria solamente se notificará a las partes en


sus respectivos domicilios procesales, en el caso del imputado también se le notificará en
el domicilio real. En el caso de los procesos ordinarios la sentencia será leída en acto
público con quienes concurran.

MODIFICACIONES AL DECRETO LEGISLATIVO N° 124 – PROCESO PENAL


SUMARIO.-

Respecto al Proceso Penal Sumario se ha introducido una modificación respecto al plazo


de la instrucción, la cual será de noventa (90) días naturales, y solo podrá prorrogarse
por causas justificadas hasta por un máximo de sesenta (60) días naturales, a petición del
Fiscal Provincial o cuando el Juez lo dicte de oficio.

Asimismo, concluida la etapa de instrucción, el Fiscal Provincial Penal emitirá el


pronunciamiento de ley, sin ningún trámite previo, ahora dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes.

Con el pronunciamiento del Fiscal Provincial, los autos se pondrán de manifiesto en la


Secretaría del Juzgado ahora por el término de cinco (5) días hábiles, plazo para que los
abogados defensores presenten los informes escritos que correspondan. Vencido el plazo
señalado, el Juez, sin más trámite, deberá pronunciar la resolución que corresponda ahora
en el término de diez (10) días hábiles.

ADELANTAMIENTO DE VIGENCIA DE NORMAS DEL CÓDIGO PROCESAL


PENAL DE 2004 EN TODO EL TERRITORIO NACIONAL.-

El Decreto Legislativo en estudio también ha adelantado todas las normas relacionadas a


la Medida de Coerción Personal de Prisión Preventiva establecidas en el Código Procesal
Penal de 2004, siguiendo la línea de la Primera Disposición Complementaria Final de la
Ley N° 30076 publicada el 19 de agosto de 2015.

De esta manera, se ha puesto en vigencia lo relacionado a:

1. La duración, prolongación y computo de la prisión preventiva;


2. El trámite de la impugnación del auto de prisión preventiva;
3. El supuesto para el cambio de la comparecencia por prisión preventiva; y
4. La solicitud y trámite de la Cesación de la Prisión Preventiva.

También, se ha puesto en vigencia las normas relacionadas a la Medida de Coerción


Personal de Incomunicación: supuesto de imposición, plazo, límites, derechos y cese
de la medida.

Por otro lado, se ha adelantado la vigencia de normas referidas a la calificación de la


denuncia y a la investigación preliminar. De esta manera, se establece que el plazo de
las diligencias preliminares, es de sesenta (60) días, salvo que se produzca la detención
de una persona. No obstante ello, el fiscal podrá fijar un plazo distinto según las
características, complejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación.
Asimismo, se establece que quien se considere afectado por una excesiva duración de las
diligencias preliminares, solicitará al Fiscal Provincial Penal le dé término y dicte la
disposición que corresponda. Si el Fiscal Provincial Penal no acepta la solicitud del
afectado o fija un plazo irrazonable, este último podrá acudir al Juez Penal en el plazo de
cinco días instando su pronunciamiento. El Juez Penal resolverá previa audiencia, con la
participación del Fiscal Provincial Penal y del solicitante.

De esta forma, se instaura a nivel nacional la audiencia de control de plazo de la


investigación preliminar, la cual permitirá que la garantía procesal al plazo razonable
tenga eficacia práctica dentro del proceso penal peruano.

En este orden de ideas, el derecho fundamental al plazo razonable tiene una finalidad
específica, precisa y clara: evitar que las personas sometidas a proceso penal sean
efectivamente perseguidas más allá de un plazo cierto. Esto quiere decir que todo el
proceso, como conjunto máximo de la actividad procesal, debe ser realizado dentro del
tiempo fijado como razonable. Dicho de otra manera, el plazo razonable es aquel período
únicamente dentro del cual puede ser llevado a cabo un proceso penal adecuado al Estado
de derecho. Ese lapso es determinado de acuerdo a la normativización de la medición del
tiempo que rige todos los aspectos de la vida cotidiana; así pues, normalmente, los plazos
son establecidos en horas, días, semanas, meses y años.

Nuestro Tribunal Constitucional, luego de algunos fallos en relación a la actuación de los


Fiscales del Ministerio Público, en relación al plazo razonable de la investigación
preliminar ha establecido en el Caso Gleiser Katz, los motivos por los cuales debe
efectuarse un control de constitucionalidad en este aspecto, los que considero son
apropiados según la doctrina constitucional. Así ha establecido, reiterando los
fundamentos del Caso Chávez Sibina, que la facultad discrecional otorgada al Ministerio
Público en el artículo 159 inciso 5 de la Constitución, no puede ser ejercida
irrazonablemente, con desconocimiento de los Principios y valores constitucionales y al
margen del respeto de los derechos fundamentales. También que el principio de la
interdicción de la arbitrariedad, es una garantía frente a la facultad discrecional que la ley
reconoce al Ministerio Público, al no disponer un plazo máximo de la investigación
preliminar; y que el contenido principal de la presunción de inocencia, comprende la
interdicción constitucional de la sospecha permanente.

En esta sentencia el Tribunal Constitucional estableció los criterios para determinar la


razonabilidad del plazo en la investigación fiscal: actuación del Fiscal, actuación del
investigado y naturaleza de los hechos objeto de investigación. Pautas que también se
recogen de la jurisprudencia internacional; y que ya habían sido aplicadas por el Tribunal
Constitucional en relación al procedimiento administrativo sancionador – con sus
peculiaridades propias-, y que pueden ser trasladadas a sede fiscal, pues en las
investigaciones deben observarse las garantías del debido proceso y las decisiones de los
Fiscales del Ministerio Público, también tienen la calidad de cosa decidida.

Por ello, a juicio del Supremo intérprete de la Constitución, los criterios a considerar para
determinar la razonabilidad del plazo de la investigación fiscal son de dos tipos: subjetivo
y objetivo. En el primero quedan comprendidos 1) la actuación del fiscal y 2) la actuación
del investigado; en el segundo, la naturaleza de los hechos objeto de investigación.
Los criterios subjetivos, como ya se adelantó, están referidos a la actuación tanto del
investigado como del fiscal a cargo de la investigación pre jurisdiccional.

En cuanto se refiere al investigado se debe tener en cuenta la actitud obstruccionista del


investigado, la cual puede manifestarse en: 1) La no concurrencia, injustificada, a las
citaciones que le realice el fiscal a cargo de la investigación, 2) El ocultamiento o
negativa, injustificada, a entregar información que sea relevante para el desarrollo de la
investigación, 3) La recurrencia, de mala fe, a determinados procesos constitucionales u
ordinarios con el fin de dilatar o paralizar la investigación pre jurisdiccional, y 4) En
general, todas aquellas conductas que realice con el fin de desviar o evitar que los actos
de investigación conduzcan a la formalización de la denuncia penal.

En cuanto a la actividad del fiscal, el primer criterio a considerar es la capacidad de


dirección de la investigación y la diligencia con la que ejerce las facultades especiales
que la Constitución le reconoce. En principio, se parte de la presunción de
constitucionalidad y legalidad de los actos de investigación del ministerio público. No
obstante, es una presunción iuris tantum, en la medida que ella puede ser desvirtuada.

Ahora bien, para la determinación de si en una investigación pre jurisdiccional hubo o no


diligencia por parte del fiscal a cargo de la investigación deberá considerarse, de un lado,
la realización o no de aquellos actos que sean conducentes o idóneos para la formalización
de la denuncia respectiva.

En ese sentido, habrá inactividad fiscal aún cuando se lleven a cabo actos de investigación
que no tengan relación directa o indirecta con el objeto de investigación. Más aún, la falta
de diligencia fiscal no puede ser soslayado por aseveraciones o infundios acerca de la
conducta del investigado o de terceros; por cuanto, de realizarse una conducta ilícita de
personas vinculadas al proceso, sólo cabe realizar una denuncia a fin de no incurrir en el
posible delito de omisión de denuncia, previsto en el artículo 407º del Código Penal.

Dentro del criterio objetivo, a juicio del Tribunal Constitucional, cabe comprender la
naturaleza de los hechos objeto de investigación; es decir, la complejidad del objeto a
investigar. Al respecto, es del caso señalar que la complejidad puede venir determinada
no sólo por los hechos mismos objeto de esclarecimiento, sino también por el número de
investigados más aún si se trata de organización criminales internacionales, la particular
dificultad de realizar determinadas pericias o exámenes especiales que se requieran, así
como los tipos de delitos que se imputan al investigado, como por ejemplo, los delitos de
lesa humanidad. También debe considerarse el grado de colaboración de las demás
entidades estatales cuando así lo requiera el Ministerio Público.

Por otro lado, también se establece que si el denunciante o el agraviado no estuviese


conforme con la disposición de archivar las actuaciones o de reservar provisionalmente
la investigación, puede requerir al Fiscal Provincial Penal, en el plazo de cinco (5) días,
eleve las actuaciones al Fiscal Superior Penal, el cual se pronunciará dentro del quinto
día: a) ordenando al Fiscal Provincial Penal que formalice la denuncia, o b) confirmando
lo resuelto por el Fiscal Provincial Penal respecto al archivamiento de la denuncia.

DEROGACIÓN DE NORMAS DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS


PENALES DE 1940.-
Finalmente, respecto a la abolición de normas procesales, mediante el Decreto Legislativo
en análisis, se ha derogado las normas relacionadas a la expedición del Dictamen Final
de Fiscal Provincial Penal y al Informe Final de Juez Penal, los cuales eran emitidos
al culminarse la Etapa de Instrucción y antes de elevarse los actuados a la Sala Penal
Superior, esta derogatoria obedece a desterrar ritualismos procesales que restan celeridad
procesal a la justicia penal que por antonomasia debe ser expeditiva y razonable, todo ello
en aras de racionalizar los recursos de tiempo y esfuerzo de los operadores estatales del
sistema judicial penal.

Poder Judicial/Sala Penal Nacional/Competencia

Competencia:
1. Delitos de Terrorismo.
2. Delitos contra la Humanidad, y delitos que conforme a la
normativa nacional e internacional constituyen delitos de
violación de Derechos Humanos, siempre que generen
repercusión nacional y el proceso sea complejo, referidos a:
- Genocidio (art. 319° del Código Penal).
- Desaparición forzada (art. 320° Código Penal).
- Tortura cualificada (art. 321° segundo párrafo).
3. Delitos de Lavado de Activos y minería ilegal agravada,
siempre que se cometan por organizaciones delictivas y que
el proceso sea complejo.
4. Delitos de Tráfico Ilícito de Drogas, previstos en los incisos 6)
y 7) del artículo 297°, concordante con los artículos 296° del
Código Penal, siempre que sean cometidos por
organizaciones delictivas.
5. Delitos cometidos por organizaciones delictivas referidos a:
- Trata de personas (arts. 153° y 153°-Adel Código Penal).
- Pornografía infantil (art. 183°-A del Código Penal).
- Producción, tráfico ilegal de armas, municiones y explosivos
(art. 279°-A del Código Penal).
- Empleo, producción y transferencia de minas antipersonales
(art. 279°-D del Código Penal).
- Formas agravadas del tráfico ilícito de migrantes (art. 303°-
B del Código Penal).
6. Delitos contra la administración pública, siempre y cuando
generen repercusión nacional y el proceso sea complejo,
referidos a:
- Colusión agravada (art. 384° 2do párrafo del Código Penal),
y peculado doloso (art. 38° 2do y 3er párrafo del Código
Penal).
- Cohecho pasivo propio (art. 393° del Código Penal), soborno
internacional pasivo (art. 393°-A del Código Penal) y cohecho
pasivo impropio (art. 394° 2do párrafo del Código Penal).
- Cohecho pasivo específico (art. 395° del Código Penal),
cohecho activo transnacional (art. 397°-A del Código Penal), y
cohecho activo específico (art.398° 1er y 3er párrafo del
Código Penal).
- Negociación incompatible o aprovechamiento indebido de
cargo (art. 399° del Código Penal), tráfico de influencias (art.
400° del Código Penal), y enriquecimiento ilícito (art. 401° del
Código Penal).
7. Delitos perpetrados con motivo de una convulsión social en
un determinado ámbito geográfico declarado en estado de
emergencia y mientras dure la vigencia del Decreto Supremo
correspondiente.
8. Delitos perpetrados contra periodistas
en el ejercicio de sus funciones, referidos a:
- Homicidio (art. 106° del Código Penal)
- Asesinato (art. 108° del Código Penal)
- Lesiones graves (art. 121° del Código Penal)
- Secuestro (art. 152° del Código Penal)
- Extorsión (art. 200° del Código Penal)

¿Cuáles son las trece clasificaciones del


delito?
Por Eduardo Alejos Toribio - junio 13, 2016
Clasificación general del delito.
El investigador académico en ciencias penales, Eduardo Alejos Toribio, nos expone los
aspectos sustanciales de la clasificación del delito, cuestión que hasta el momento, por
cierto, ha sido descrita en forma escasa por la jurisprudencia, legislación y, así también,
por parte de la doctrina. En tal sentido, nos expone una esquematización didáctica
sobre esta temática que todo penalista debe tener en cuenta. Veámosla:

1. Por su gravedad

1.1. Tripartito (crímenes, delitos y contravenciones).

1.2. Bipartito (delitos y contravenciones).

 Crímenes: en el Código penal peruano no se establecen crímenes, solamente delitos y


faltas. No obstante, los primeros suelen ser ubicados, desde un enfoque coloquial, en
un ámbito más amplio de afectación a diferencia de los delitos y faltas. Un ejemplo de
esto sería los denominados crímenes de lesa humanidad[1] que se encuentran
estipulados en instrumentos supranacionales. Ej.: El estatuto de la Corte Penal
Internacional[2] (art. 7.1 y 7.2).
 Delitos: son las acciones u omisiones que configuran el injusto culpable (óptica
bipartita); las acciones u omisiones típicas, antijurídicas y culpables (perspectiva
tripartita) –que se utiliza, principalmente, para la enseñanza básica del dogma penal-;
o las acciones u omisiones típicas, antijurídicas, culpables y punibles (concepción
cuadripartita).
 Contravenciones: a diferencia del delito, éstas no producen un daño efectivo, ya que
abarcan peligros, simplemente. Así también, las contravenciones no se ubican en el
Código Penal, sino en normativas especiales –internas- que apuntan a la salvaguarda
de alguna actividad social. Ej.: tala de árboles; arrojo de basura; pesca artesanal, entre
otros.

Lea también: La feminización del derecho penal

2. Por la acción

2.1. Comisión: hacer lo que la normativa penal prohíbe. Ej.: los delitos convencionales
como el robo (art. 188 CP); lesiones leves (art. 122 CP); homicidio simple (art. 106
CP), entre otros.

Lea también: Las ventajas del latín para los hombres de derecho

2.2. Omisión: no acatar o hacer lo que la normativa penal establece. Esta clasificación
es denominada, por el sector mayoritario de la doctrina, como “omisión propia”; pues, a
través de este precepto se castiga o sanciona la simple infracción del mandato
normativo, ya que son de mera actividad. Ej.: omisión de auxilio o aviso a la autoridad
(art. 127 CP); omisión o retardo de actos de función (art. 377 CP); omisión de denuncia
(art. 407 CP).
2.2. Comisión por omisión: es hacer lo que prohíbe la normativa penal, absteniéndose
de ejecutar un deber que establece la ley penal. Conocida, mayormente, como “omisión
impropia” (art. 13 CP).

Lea también: Cómo ser abogado penalista, por Alberto Giordano

3. Por la ejecución

3.1. Instantáneo: la acción, de una u otra forma, coincide con la consumación del
mismo; esto es, basta la mera realización de la conducta.

3.2. Permanente: aquel que posterior a su consumación, ininterrumpidamente, continúa


vulnerando el bien jurídico protegido.

Lea también: ¿Pueden los jueces crear derecho? Respuesta de Eugenio Bulygin?

3.3. Continuado: se caracteriza por la pluralidad de acciones (actos ejecutivos);


pluralidad de vulneraciones de la misma ley u otra de similar naturaleza jurídica (ir en
contra de la ley penal, dos o más veces), realización de las acciones en diversos
momentos (los actos ejecutivos deben producirse de forma sucesiva o simultánea); y,
finalmente, que exista identidad de resolución criminal (las vulneraciones de la misma
ley conjuntamente con el factor subjetivo que se requiere para la configuración del
delito).

Lea también: Si en las salas de la Corte Suprema hay jurisprudencia contradictoria,


¿qué se les puede pedir a los jueces de inferior jerarquía?

3.4. Flagrante: cuando el agente es descubierto al instante o al acabar de cometer el


hecho punible. Asimismo, esta clasificación del delito va tener en cuenta el criterio de
temporalidad inmediatamente después o durante la perpetración del suceso, esto es, las
acciones u omisiones que se susciten dentro de las veinticuatro horas de la situación
delictiva (art. 59 NCPP).

3.5. Conexo o compuesto: cometidos en diferentes lugares y tiempos (criterio de


ubicuidad y temporalidad), a fin de que los resultados dependan, necesariamente, de
acciones específicas suscitadas ex ante a la comisión de los hecho delictivos. Ej.: la
rotura de un objeto (puerta de madera) para facilitar la adquisición de otros
(computadoras) o, en todo caso, la sustracción de un objeto (llavero) para llegar a otro
(automóvil).

Lea también: ¿Qué opina el profesor Atienza sobre las funciones de la


argumentación jurídica?

4. Por las consecuencias de la acción

4.1. Formal: son los llamados delitos de “mera actividad”, dado que en éstos no se
exige la consumación de los actos u omisiones, pues, lo que se sanciona es que se haya
cumplido con los hechos que conducen a los resultados o peligros. Ej.: violación de
domicilio (art. 159 CP).
4.2. Material: conocidos como delitos “de resultado”, éstos se caracterizan porque el
efecto que emite de encuentra separado de la conducta desplegada por tiempo y espacio,
su efecto –de resultado- configura la consumación del tipo penal. Ej.: hurto simple (art.
185 CP).

Vea también: García Amado destroza la ponderación en menos de veinte minutos.

5. Por la calidad del sujeto

5.1. Impropio: se le denomina así porque la realización la puede ejecutar cualquier


persona. Ej.: “el que”; “toda persona que”; “los que”.

5.2. Propio: la ejecución del delito se da por un sujeto que cuente con cualificación
especial, como cargo, profesión u oficio. Ej.: “el médico que”; “la madre que”; “el
perito que”; “el funcionario o servidor que”.

Lea también: ¿Por qué el «control judicial de las leyes» es una institución tan
atractiva?

6. Por la forma procesal

6.1. Acción privada: es cuando la afectación repercute a personas en situaciones


particulares. Existe un catálogo limitado sobre los delitos que acarrean afectación
privada y, por tanto, la respuesta de la parte ofendida, como es el caso del delito de
injuria (art. 130 CP); calumnia (art. 131 CP); difamación (art. 132 CP); violación a la
intimidad (art. 154 CP) o lesiones leves (art. 122 CP). En dichas situaciones la persona
afectada podrá presentar “querella” a fin de conseguir, ante el juez correspondiente, una
pena o, en todo caso, una reparación civil, según cada situación.

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iusnaturalistas).

6.2. Acción pública: se da, mayormente, en los delitos que se ubican dentro del
Derecho penal nuclear[3]. En estas circunstancias, cualquier persona puede solicitar la
denuncia o, también, el Ministerio Público de oficio.

6.3. Acción pública a instancia de parte: en esta clasificación prevalece el pedido de


parte ante el Ministerio Público. Ej.: abandono de mujer gestante y en situación crítica
(art. 149 CP); favorecimiento a la prostitución (art. 179 CP).

Lea también: ¿Qué opina Zaffaroni sobre la criminología mediática? (Diez puntos
al respecto)

7. Por el elemento subjetivo

7.1. Doloso: cuando existe “conocimiento y voluntad de la realización de todos los


elementos del tipo objetivo y es el núcleo de los hechos punibles dolosos”[4].
7.2. Culposo: se encuentra vinculado con “aquellas actividades riesgosas que
sobrepasen el marco de la prudencia que ellas exigen”[5].

8. Por la relación psíquica entre el sujeto y su acto

8.1. Preterintencional o ultraintencional: “Preter” proviene del latín “praeter” y


designa a algo que va más allá, en este caso la acción del agente produce consecuencias
no queridas por él.

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neoconstitucionalismo?

9. Por el número de personas

9.1. Individuales: los realiza una persona (criterio de singularidad).

9.2. Colectivos: los realiza más de una persona (criterio de pluralidad).

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integridad personal?

10. Por el bien jurídico vulnerado

10.1. Simple: en éstos se vulnera un solo bien jurídico tutelado. Ej.: el asesinato (art.
108 CP).

10.2. Complejo: se vulnera más de un bien jurídico tutelado. Ej.: el secuestro (art. 152
CP) seguido de violación de la libertad sexual (art. 170 CP).

10.3. Conexo: los hechos punibles están enlazados o relacionados con otros tantos, los
resultados de los primeros se encuentran condicionados a determinadas acciones y;
asimismo, los resultados de los segundos dependen de otras acciones en concreto.

11. Por la unidad del acto y la pluralidad del resultado

11.1. Concurso ideal: con una acción u omisión se vulneran varios bienes jurídicos
tutelados.

11.2. Concurso real: con varias acciones y omisiones se vulneran varios bienes
jurídicos tutelados.

12. Por su naturaleza intrínseca

12.1. Común: son aquellos que vulneran los bienes jurídicos tutelados de cualquier
persona.

12.2. Político: el radio de afectación de estos delitos se da hacia las organizaciones


políticas y sociales del Estado.
12.3. Social: los que afectan la dirección o el sistema social y económico.

12.4. Contra la humanidad: no deben ser confundidos con los crímenes de lesa
humanidad, pues, los crímenes no se establecen en el Código Penal, sino, simplemente
los delitos[6]. En ese panorama, los delitos contra la humanidad van a ser los que
vulneran los derechos más prescindibles o esenciales de los humanos. Ej.: genocidio
(art. 319 CP); tortura (art. 321 CP).

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que tengan procesos penales abiertos

13. Por el daño causado al objeto de la lesión

13.1. Lesión: en esta clasificación de requiere la producción de un daño hacia el bien


jurídico tutelado.

13.2. Peligro: entre tanto, estos no exigen la realización de daños a bienes jurídicos
tutelados, ya que basta que surja un riesgo general, común, genérico (peligro abstracto)
o, en todo caso, preciso, determinado, específico (peligro concreto).

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[1] El profesor Kai Ambos, señala que el uso del concepto de “crímenes de lesa
humanidad” podría remontarse a la declaración del 28 de mayo de 1915 dada por los
gobiernos de Francia, Gran Bretaña y Rusia, en la que se hizo alusión a las masacres de
la población armenia en Turquía. En esta declaración, las atrocidades cometidas fueron
descritas como “crímenes contra la humanidad” por los cuales todos los miembros del
Gobierno turco fueron declarados responsables junto a sus agentes implicados en las
masacres. AMBOS, Kai, “Crímenes de Lesa Humanidad y la Corte Penal
Internacional”. Revista General de Derecho Penal, tomo 17 (2012) pág. 2. En el mismo
sentido, la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos apunta, en
el caso “Almonacid Arellano y otros vs. Chile” (26-09-06), que “el desarrollo de la
noción de crimen de lesa humanidad se produjo en los inicios del siglo pasado, en el
preámbulo del Convenio de la Haya sobre las leyes y costumbres de la guerra terrestre
de 1907 (Convenio IV)” (fundamento 94).

[2] En la ciudad de Roma, el 17 de de julio 1998 se adoptó el Estatuto que creaba la


Corte Penal Internacional (conocido como el Estatuto de Roma), aquel órgano que se
encargaría de conocer los crímenes más graves del Derecho internacional como:
crímenes de guerra, el genocidio, crímenes de agresión y los crímenes de lesa
humanidad. El Perú firmó el Estatuto de Roma el 7 de diciembre de 2000 y el 10 de
noviembre del 2001 se produjo la ratificación de este instrumento jurídico
internacional. Con posterioridad, el 11 de abril de 2002 se produjo la sexagésima
ratificación, lo que implicaba que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional
entraría en vigencia el 1 de julio de 2002 (con 76 ratificaciones y 139 firmas). Así las
cosas, la Corte empezó su funcionamiento en febrero del año 2003.

[3] En el ámbito doctrinario existe una clasificación tripartita: el Derecho penal nuclear
(delitos convencionales: dirigido a los ciudadanos comunes); el Derecho penal
simbólico (delitos a consecuencia de una sociedad de riesgo o de inseguridad: dirigido a
personas peligrosas) y; el Derecho penal del enemigo -aunque, valga verdad, no es
considerado como Derecho, propiamente dicho- (delitos que tienen como característica
principal a la sobrecriminalización, producto del exceso del poder punitivo estatal:
dirigido a los enemigos del Estado).

[4] VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. (2007). Derecho penal. Parte general.


Lima: editorial Grijley, pág. 354.

[5] VILLEGAS PAIVA, Elky. (2014). Los delitos culposos y el dolo eventual en la
jurisprudencia. Lima: diálogo con la jurisprudencia, pág. 23.

[6] Y faltas como se dijo líneas arriba.

Política Criminal del Estado en la lucha


contra el Lavado de Activos
Posted on 14 Diciembre, 2014 by asota

Notas periodísticas como las siguientes: “Lavado de activos mueve 10 mil millones de
dólares al año en Perú” (http://www.larepublica.pe/30-10-2013/lavado-de-activos-
mueve-10-mil-millones-de-dolares-al-ano-en-peru), “Investigarán a empleados
bancarios que no alertaron sobre millonarias transferencias de Montesinos”
(http://diario16.pe/noticia/49341-investigaran-empleados-bancarios-que-no-alertaron-
sobre-millonarias-transferencias-montesinos), “El 60% de casos de lavado de activos se
origina en Lima” (http://elcomercio.pe/politica/justicia/60-casos-lavado-activos-se-
origina-lima-noticia-1734658), “Gobierno destina S/.2 millones para crear fiscalías
contra lavado de activos” (http://elcomercio.pe/politica/gobierno/gobierno-destina2-
millones-crear-fiscalias-contra-lavado-activos-noticia-1638527), ponen de manifiesto
que el delito de Lavado de Activos se ha convertido en una de las principales
preocupaciones del Estado peruano, sumado a que en la actualidad es un delito cuya
comisión suele asociarse a organizaciones criminales.

Así mismo, la Comunidad Internacional, consciente de esta problemática social


globalizada, decidió adoptar medidas de lucha contra el crimen organizado y el
blanqueo de capitales.

Fue así que mediante Resolución 55/25 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, de fecha 15 de noviembre de 2000, se decidió adoptar la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. En dicha
Convención se estableció, entre otros, la obligación internacional de cada Estado parte
de adoptar medidas penales y de otra índole que resulten necesarias para tipificar como
delito al Lavado de Activos en sus diversas modalidades .

Tradicionalmente el Estado peruano busca combatir el blanqueo de capitales acudiendo


a la técnica de la tipificación penal de este fenómeno social, orientada hacia la
protección de nuevos intereses. En concreto, tenemos que en los últimos años la
respuesta del Estado peruano en la lucha contra el Lavado de Activos ha sido la
expedición de las siguientes normas: i) Decreto Legislativo N° 1106 “Decreto
Legislativo de lucha eficaz contra el Lavado de Activos y otros delitos relacionados a la
Minería Ilegal y el Crimen Organizado” y ii) Ley N° 30077 “Ley contra el Crimen
Organizado”.

Sin embargo, la sola tipificación penal de las conductas constitutivas de Lavado de


Activos es insuficiente, toda vez que un enfoque estratégico para combatir el Lavado de
Activos debe realizarse desde la Política Criminal, atendiendo a que los defectos en la
prevención y sanción de éste delito, constituyen un “plus” a favor de la
profesionalización o tecnificación de las organizaciones criminales que se valen del
sistema financiero para dar apariencia de legalidad a sus activos ilícitamente obtenidos.

En este sentido, resulta trascendente que el combate contra el Lavado de Activos en el


Perú se lleve a cabo siguiendo los lineamientos generales del Plan Nacional de lucha
contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Plan LA/FT) ,
aprobado mediante Decreto Supremo N° 057-2011-PCM, y que constituye el desarrollo
técnico de la Política de Estado 26° y 30° del Acuerdo Nacional.

La trascendencia del Plan LA/FT se deriva de sus propias características, las cuales son
las siguientes. Primera, que contó con un respaldo político de Alto Nivel. Segunda, que
para su elaboración participaron un amplio número de instituciones públicas y privadas
vinculadas a la lucha contra el Lavado de Activos, coordinadas bajo la supervisión de la
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP. Tercera, que resulta ser un Plan Nacional
complementario a otros esfuerzos políticos estratégicos. Cuarto, que contiene un plan de
acción que coadyuva a alcanzar cada uno de los objetivos estratégicos del Plan LA/FT.
Quinto, que constituye un Plan Nacional destinado a convertirse en una Política de
Estado, en el marco del Acuerdo Nacional. Sexto, que permitido la creación de una
Comisión Ejecutiva contra el LA/FT, que supervisará el desarrollo del Plan LA/FT.

Sin perjuicio de lo señalado, consideramos que el principal aporte del Plan LA/FT es
que permite la realización de una estrategia de Política Criminal basada en el análisis de
los riesgos y vulnerabilidades estructurales y funcionales del Sistema, en concreto, en
los ámbitos de prevención, de detección y de represión penal de las conductas
constitutivas de Lavado de Activos.

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