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El examen de orina general, sirve para analizar el pH de la orina, pero también evalúa la
presencia de características, tanto macroscópicas como microscópicas, que pueden ser
indicadores de algunos problemas como:
Color de la orina
Antes de la recolección, se debe limpiar la región íntima, rechazar el primer chorro para
eliminar las impurezas de la uretra y sólo después recoger la muestra fe orina. Este
examen no debe realizarse durante ni después de la menstruación.
El examen de orina también se puede hacer en la clínica o en el hospital, donde el médico
o enfermero moja una cinta de papel especial en la orina y en algunos instantes puede
verificar el resultado a través de los cambios de color que presenta la tira.
Análisis de orina
Una simple muestra de orina puede ayudarnos, una vez analizada, a diagnosticar
enfermedades autoinmunes, del riñón, sistémicas como la diabetes o infecciones urinarias.
Aprende a descifrar sus resultad
El análisis de orina es una prueba diagnóstica que se utiliza con mucha frecuencia en la
medicina y que consiste en recoger una pequeña cantidad de orina para después analizarla
en el laboratorio. Gracias ella podemos obtener información que ayuda al diagnóstico de
patologías habituales o urgentes.
Se pueden dividir los tipos de análisis de orina según el método de recogida, aunque en
esencia consisten en el mismo tipo de estudio:
Dentro del análisis de orina se pueden realizar múltiples estudios: tira reactiva, sedimento
de orina, análisis fisicoquímico o análisis microbiológico. En el apartado de resultados
veremos en qué consisten y qué indican los datos que nos aportan.
El análisis de orina es una prueba que se utiliza muy frecuentemente en la medicina porque
no supone grandes molestias al realizarlo, es muy barata y puede aportar mucha
información útil. Por eso se pide de rutina para detectar muchas enfermedades en fases
precoces o controlar su tratamiento.
Las enfermedades en las que más se pide un análisis de orina son aquellas que afectan
al riñón (glomerulonefritis, cálculos urinarios, etcétera). Pero también se pide en
enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus o enfermedades autoinmunes (artritis
reumatoide, lupus…). Es útil, además, en la detección de infecciones de la orina, ya sean
infecciones leves o graves (cistitis o pielonefritis complicadas).