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Pontificia Universidad Católica Creación – TBD018-1

Facultad de Teología Juan Pablo Sepúlveda Hernaiz


Bachillerato En Teología Marzo–Junio 2012

Prólogo

Mi interés se centra en la cuestión siguiente: cómo se ve a sí mismo el hombre en el antiguo


testamento. He intentado aprovechar los textos representativos y no dejar de lado ninguna de las
ideas fundamentales... una antropología sistemática se puede ampliar, promover y profundizar
también a base de la investigación exclusiva del antiguo testamento.

I. El ser del hombre – Terminología antropológica

Advertencias

Objeto de la investigación son aquí las denominaciones hebreas de los órganos del hombre, de los
miembros de su cuerpo y su exterior en general. Distintas partes del cuerpo, con su función
esencial, determinan al hombre de que se habla.

Se trata del pensamiento sintético que se fija en la función de la parte del cuerpo mencionada; el
hebreo habla de «pies», pero piensa en el acercarse apresurado. El hebreo puede y tiene que
expresar una gran riqueza de detalles con un vocabulario relativamente reducido mediante el que
designa las cosas y también precisamente las partes del cuerpo humano.

nä́p̄ äs̆, el hombre necesitado


 Garganta: el asiento donde se localizaban las necesidades elementales de la vida.
 Cuello: lo presenta como un necesitado de ayuda, oprimido y amenazado.
 Anhelo: designa al hombre con un ardiente anhelo que responde al suspiro de quien se
muere de sed.
 Alma: un pequeño paso lleva del nä́p̄ äs̆ como órgano específico y como acto del anhelo a la
significación amplia según la cual es sede y acto de otras impresiones y situaciones
anímicas.
 Vida: si designa el órgano de necesidades vitales sin cuya satisfacción no puede vivir el
hombre, para el modo de pensar sintético es claro sin más que nä́p̄ äs̆ significa ante todo la
vida misma.
 Persona: solo la respiración causada por el creador lo hace nä́p̄ äs̆ viva, o sea, un ser vivo,
una persona viva, un individuo vivo.
 Pronombre: puede muy bien ocurrir que no haga sino el papel de un pronombre personal o
reflexivo.

bāśār, el hombre efímero


Tratándose de Dios no se emplea bāśār ni una sola vez; por el contrario, se habla de la bāśār de los
animales con muchísima más frecuencia que de su nä́p̄ äs̆. Se ve con claridad que indica algo que el
hombre tiene de común con el animal.
 Carne: de bueyes y ovejas sacrificadas; puede indicar una parte del cuerpo humano;
infidelidad e impureza.
 Cuerpo: puesto que indica ante todo la parte visible del cuerpo, puede designar a todo el
cuerpo humano. En Gn 2,24 una sola bāśār, un cuerpo común, una comunidad.
 Parentesco: como carne en el sentido de aquello que une a los hombres mutuamente y lo que
precisamente puede hacerse término legal de «parentesco».
 Debilidad: caracteriza además la vida humana en general como débil y caduca en sí misma.

rūaḥ, el hombre fortalecido


Se distingue de las anteriores por dos razones: primero, designa principalmente una fuerza natural y,
segundo, se atribuye más a Dios que a hombres, animales e ídolos. Con razón se lo designa como
concepto teo-antropológico.
 Viento: indica casi siempre un fenómeno poderoso que depende de la disposición de Yahvé.
 Aliento: el «viento» (rūaḥ) del hombre es ante todo su aliento.
 Fuerza vital: en cuanto aliento no puede separarse del rūaḥ de Yahvé, que en su totalidad
significa fuerza vital creadora. El hombre facultado para algo es incomprensible sin la
energía de rūaḥ de Dios.
 Espíritu(s): como ser independiente de Yahvé, aunque a su total disposición. Éxtasis como
consecuencia del rūaḥ.
 Ánimo: no se puede separar suficientemente entre el «aliento» y el «espíritu». Hay que
considerar el cambio de ánimo.
 Fuerza de voluntad: es apropiado no sólo para representar movimientos anímicos, sino
incluso para ser vehículo de acciones enérgicas de la voluntad.

lēb (āb), el hombre razonante


El término más importante del vocabulario antropológico del AT.
 Corazón: como órgano central que hace posible la movilidad de los miembros. A lo exterior
se contrapone el corazón. Las actividades esenciales son de índole espiritual-psíquica.
 Sentimiento: sensibilidad y emocionalidad, sentimiento y afecto, los estratos irracionales del
hombre.
 Deseo: se puede decir que desea y ansía.
 Razón: se le atribuyen al corazón funciones intelectuales y racionales.
 Decisión: algunos textos hablan de que juzga y orienta.

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El libro:

WOLF, H., Anthropologie des alten Testaments. Traducido por S. TAVALERO (Sígueme,
Salamanca 1975), 25-86.

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