Sie sind auf Seite 1von 6

LA MÚSICA NO ES CUESTIÓN DE RAZA, SINO DE

CULTURA.
MARIA LINA PICCONI

Batuque
Cuando el mundo quede desnudo y tostado
Como la matriz calcinada por los grandes soles
Batuque
De oleajes y singultos
Batuque
De princesa negra en diadema de sol que
se derrite
AIMÉ CÈSAIRE

Para poder abordar la música en nuestro continente americano, debemos


hacerlo partiendo de un eje central que lo atraviesa verticalmente y que se refiere
exclusivamente a lo “social”, pero entrecruzado, a su vez, por las diversas corrientes
culturales que “confluyeron” en nuestra América con las de los pueblos originarios: la
de los conquistadores españoles, las de los esclavos africanos y, por último, las de
los inmigrantes europeos.
Una de estas corrientes, la que llegó a la isla La Española, con los esclavos
africanos, es, sin duda, una de la que más aportó en los ritmos americanos.
Hay opiniones, como la del músico cubano Eduardo Sánchez de Fuente,
quien dice “ la música africana sólo tenia ritmo y más que música era solo ruido”,
que fueron refutadas por el antropólogo Fernando Ortiz, también de ciudadanía
cubana, opinando sobre lo erróneo de la anterior afirmación, y confirmando sin
dudar, que “se equivocan quienes sostienen que la música africana es solo ritmo”. 1
“El negro, continúa Ortiz,…no canta porque lo escuchen, ni baila porque lo
vean, ni tañe porque lo paguen; sino porque toda su vitalidad tiende a plasmarse en
2
ritmo”
En Haití (Haïti en francés- o Ayiti en kreyòl), verdadero nombre de la Isla La
Española otorgado por sus primeros habitantes, en la actualidad el ritmo africano
perdura no solo en su música sino en el corazón y alma de su gente.

1
ORTIZ, Fernando. (1993). La africana de la música folklórica de Cuba. Editorial Letras Cubanas. La
Habana. Cuba. Pág. 185.
2
ORTIZ, Fernando. Ibíd. Pág. 186.

1
Uno de los antropólogos haitianos más conocidos que ha trabajado sobre la
música de su país fue Emmanuel Paul, quien hace una completa descripción de los
instrumentos folclóricos de Haití en su libro “Panorama du Folklore Haitien”.
“Los instrumentos que están presentes en nuestro folclore son poco
numerosos, dice Paul, pero suficientemente variados para ser repartidos en 4
categorías: idiófonos, membranófonos, cordófonos y aerófonos. 3
Entre los pertenecientes a la primera clasificación, los idiofónos, los nombra y
describe de la siguiente manera:
OGÁS: instrumento de acompañamiento de la música sacra similar al Agogo
Zeggus afro Cubano. Su función es similar a la de teclados en la música de jazz.
Comprende 2 variedades: a) dos primeras piezas de hierro que obtienen el sonido
por entrechoque cuando golpeas el uno contra el otro b) un pedazo de hierro de
forma triangular que está vinculada por una cadena de un palo del mismo metal.
Dentro de la música profana sólo se los ha encontrado en los cantos de trabajo. Su
uso responde a la necesidad de acentuar el ritmo elemento característico en la
música negra.
HOCHETS: instrumento equivalente a la maraca; en Haití, su nombre es una
onomatopeya basada en el sonido del propio instrumento: “tcha-tcha” y su presencia
en ese país ha sido reportado entre los aborígenes antes de la llegada de los
esclavos. Esa variedad de maraca aborigen es intra percusiva, mientras que otra
conocida con el nombre de “aco”, extra percusiva, es de origen afro, y también muy
utilizada en Haití. Una tercera variedad mas reciente, hecha de hierro blanco con un
mango, es llamada” tchaci”, de uso profano y cuyo nombre deriva de la
onomatopeya al sonar el material con que está confeccionado. Es usado en las
orquestas de carnaval. Otra variedad considerada idiófono mixto es la llamada “ju-
ku-ju”: intra/extra percusiva, formada por un conjunto de tres cascabeles, junto con
dos de madera en forma de cruz; en la base en una incisión vertical hay una
calabaza, produciendo de esta manera dos sonidos simultáneos.
El antropólogo Fernando Ortiz dice que este instrumento es específicamente
haitiano.

3
PAUL, Emmanuel. (1962) “Panorama del Folclore Haitiano”. Les Editions Fardin. Port au
Prince. Haití. Pág. 81.

2
CRÉCELLE: instrumento también llamado “rara”, es de origen español y fue
difundido en Haití durante los periodos de Semana Santa, cumpliendo la función que
hasta ese momento hacía la campana. Está hecho de madera o metal y en
Argentina se lo llama “matraca”.
GRAGE: instrumento de frotación de metal similar al güiro; en Venezuela se lo
llama “charrasca”. El sonido es obtenido frotando con un clavo, cuchara, una piedra
o un trozo de hierro sobre la rugosidad de la superficie. En Haití forma parte de la
orquesta de carnaval junto con los tcha-tcha como instrumentos de
acompañamiento.
Cuando hace referencia a los membranófonos, explica como los tambores en
Haití son algo más que instrumentos de música, son al igual que en África, un medio
de comunicación. Sus toques han sido transmitidos de generación en generación, y
a veces por sociedades secretas, utilizándolos para el envío de mensajes secretos.

Sin embargo, hace falta recordar lo que escribió el científico cubano


Fernando Ortiz en el No.2 de Archivos Venezolanos de Folklore cuando habla de la

3
transculturación blanca de los tambores negros donde hizo resaltar que “en África, el
tambor es el símbolo de la autoridad y tiene el valor de un ídolo público”. 4
Como instrumentos de culto participan en los momentos sagrados de éxtasis,
considerándolos como el “espíritu del tambor”: este es el legado más vivo de África,
manteniendo su primordial posición dentro del campo religioso, tanto en el afro-
haitiano, como en el afro-cubano y en el afro-brasilero.

Los instrumentos cordófonos no son numerosos en Haití; el MARIGOI—PIGA-


ZOBI es un monocorde provisto de una caja de resonancia que nos recuerda el Sezé
africano con la diferencia que el marigoi haitiano es un instrumento mixto,
cordófono y membranófono.
La caja de resonancia es una olla recubierta con tela encerada sobre la cual
está la cuerda; el sonido se logra con dos personas: una que pellizca la cuerda y
otra que golpea la caja de resonancia.
Este instrumento tiene la reputación de ser el de los zômbis (muertos vivos)
debido a la nasalidad de su sonido. También le da su nombre a un baile erótico

4
PAUL, Emmanuel. Ibíd. Pág. 89

4
relacionado con el bâda y a los grupos que lo ejecutan durante el carnaval, a cambio
de un pago.
VIOLÍN MORNE: o violín de la sierra, está hecho sobre el modelo de violín
europeo, pero generalmente monocorde, aunque a veces se lo encuentra bicorde.
Se lo puede escuchar en las orquestas de contradanza y polka.
BÂZA: este instrumento en Haití toma el nombre de Bania o de Banja entre
los negros de Guyana, de dos o tres cuerdas, y recuerda más bien por su estructura
la Mandolina que el Laúd de África Occidental según Schaefner, quien también
opina sobre su origen diciendo que es africano contrariamente a los que piensan
otros autores que sería prestado por los colonos españoles
Por ultimo, lo aerófonos, encontramos la TROMPE DE BAMBOU: es el
instrumento aerofóno que más identifica a Haití. Se cree que es de creación local.
Sin embargo, podría tener su origen en una flauta de bambú o madera conocida en
África. Su sonido varía de acuerdo al tamaño y al soplo. Se pueden usar también en
conjuntos de 2 ó 3 tubos de distintos tamaños: pequeño, mediano y grande. A veces
se lo utiliza como instrumento de percusión golpeándolo con un palo de madera.
FLÛTE: otro instrumento aerófono típico de Haití; es una flauta hecha de metal
que se utiliza en las bandas de contradanza, baile de origen europeo.
CON QUE: es el instrumento aerófono mas antiguo de Haití y en este momento
se encuentra en proceso de desaparición; parece haber sido utilizado por los
aborígenes locales: los tainos. Es usado por los pescadores para llamar el viento y
en ceremonias religiosas.
A comienzos del siglo pasado exactamente en la década del `20, Sánchez de
Fuentes se preguntaba si... ¿podía llamarse música a esos aportes de los negros
esclavos?
No tuvo en cuenta, ni se percató de ello, que los sincretismos originados por
los enmarañamientos genéticos y étnicos, debían se abordados en relación con el
5
ambiente y las presiones sociales en que aquellos se produjeron. Cada situación
social tiene su propia música, sus danzas, sus cantos y sus particulares
instrumentos musicales. “La música no es cuestión de raza, sino de cultura. Cada
cultura tiene su música.” 6 Este es el caso de Haití.

5
ORTIZ, Fernando. Ibíd. Pág. 92.
6
ORTIZ, Fernando. Ibíd. Pág. 118.

5
6

Das könnte Ihnen auch gefallen