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ANTOLuGIA 1)F1, CENTENARIO
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ANTOLOGI A
DEL
WIN MONROY
PRIMERA PARTE
(1800-1821)
VOLUMEN SEGUNDO
MEXICO
IMP. DE MANUEL LEON SANCHEZ
MISERICORDIA, NjM. 3.
1910 1JJZ 0r
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Biblioteca Rafael Garcia Granados H Ito. C' ' &
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418
Hernán Cortés. Este discurso llamO extraordinariameute la aten-
ciOn del escogido auditorio é hizo que el A y untamiento encomen-
dara a Mier el sermon A la Virgen de Guadalupe el dIa 12 de Di-
ciembre del mismo aflo. Con asistencia del Virrey, del Arzobispo,
de la Audiencia y de las personas de más valer de Ia Capital, se
verified Ia solemnidad, y fud inmensa la sensaci6n que produjo la
peroraciOn del Dr. Mier, quien recibid felicitaciones y galas de
gran parte del auditorio.rpero el Arzobispo, creyendo que negaba
la tradici6n encontrO censurables las atrevidas aseveraciones del
predicador j Y este fu6 el principio de una serie de persecuciones
de que fué victima este ilustrado var6n. Ordend el Arzobispo a
las Iglesias que el domingo infra-octava se predicase nominalmente
contra Mieijr haber afirmado que la imagen de Guadalupe es-
taba pintada en la capa de Santo Tomá.s y no en la del indio Juan
DiegojTerrible escándalo causd to ordenado por el prelado y so-
lamente la prudencia de Fr. Servando hizo que aste no fuera vIc-
tima de la indignacion popular.
Mandó el Obispo encerrarlo en su celda y formarle proceso. In-
tentd Mier defenderse, pero en vano; y, agobiado por las privacio-
nes a que Ia sujetaron, se viO obligado a retractarse, advirtjendo
que Ia hacia 14or no poder suf.-ir mds la rIsiOn. Se espe-
raba que la retraetaciOn calmarIa el furor de Su JIma. y que una
amonestacidn y una reclusiOn, por znds 6 menos tiernpo, en su con-
vento, pondrIan fin a este incidente. Mas no fud ast.
El dia de la EncarnaciOn se publicO inter missa rum solemn ía,
en todas las Iglesias de Mdxico, un edicto que el P. Mier calificó
de li6e/o infamatorjo contra su jSersona norninc,lmente, y al
siguiente dia un Notario le intimO Ia sentencia del Arzobispo que
lo condenaba a dies afios de destierro a la Peninsula, reclusiOn
que sufrirIa en el convento de las Celdas cercade Santander, per-
petua inhabilidad para tcda enseiianza pdblica en catedra, pOlpi-
to y confesionario, y supresidn del tItulo de Doctor.
El domingo de Ramos d las tres de la mafiana fuO sacado de su
prisiOn y conducido a Veracruz por un destacamento de soldados,
los cuales tenlan orden de no permitirle hablar con nadie. Dos
meses estuvo encert-adc, en la fortaleza de San Juan de Ulüa: se
enfermO de fiebre, y, convaleciente adn, lo embarcaron, bajo parti-
da de registro, en Ia fragata "La Nueva Empresa", Ilegando a
Cadiz en Noviembre de 1795 y siendo remitido luego al convento
de Las Caldas, en donde fud encerrado en una celda ilena de ra-
tas. Tan luego como pudo se escapO de su prisiOn, vagando en tie-
rra totalmente desconocida para dl. No tardd mucho tiempo en
ser reaprehendido y encerrado nuevatnente en la celda que aban-
donara, y de alli, para mayor seguridad, en el c
419
blo de Burgos. En él permanecid hasta fines de 1796 en que pidió
se le perinitiera pasar a Madrid para que se le Oyese en justicia
ante el Consejo de Indias.
Desde la formaci6n del proceso a este cdlebre mexicano, el Ar-
zobispo, por medio de sus agentes en la Corte, habla comprado al
covachuelo D. Francisco Antonio Ledn, hombre venal que te-
nIa el negociado de Indias. Foe un constante perseguidor de Fray
Servando. Recibió éste orden de pasara on convento de Salaman-
ca, y, como tomara camino distinto, fué preso nuevamente y ence-
rrado en el convento de franciscanos de Burgos, de donde Se esca-
p6, logrando atravesar la frontera y refugiarse en Bayona. Era el
viernes de Dolores de iSot. Al dia siguiente entró en una Sinago-
ga y disputó püblicamente con los Rabinos.
A los dos meses partid para Burdeosy de alli para Paris, en don.
de abriC una academia para Ia enselianza de la lengua espafiola,
en boga por esa dpoca en Francia. Publicó una disertación
para refutar los escritos de Volney sobre Jeds. Esta disertación
Ilegd a manos del Gran Vicario de Paris, quien le encomendó en-
tonces la parroquia de Santo Tornás, Iglesia de las Monjas Domi-
nicas, ubicada en el centro de la ciudad.
f!eseando secularizarse, partió para Roma en 1802. El dia 6de
Julio del siguiente aflo logró sus deseos y S. S. le concedid privi-
legios y graciasjObtuvo el honor de ser nombrado Teólogo de las
Congregaciones del Concilio de Trento é Inquisicion Universal, y
Protonotario Apostólico.
Con la idea constante de regresar A su patria, volvió a Espafia y
bC preso otra vez en Madrid. De aill, donde sufri6 horriblemente,
fud transportado C fines de Enero de 1804 C la casa de los Tori-
bios de Sevilla. Escapó de ella el 24 de Junio, y, aprehendido en
CCdiz, la volvid a habitar; le pusieron un par de grillos, y un gri-
ilete en una barra de hierro de tres 6 cuatro arrobas.
Logra escapar y pasa a Portugal, en donde permaneció tres alias.
El consul general de Espafla, Lugo, Jo nombró su Secretario.
Convirtió al catolicismo en 1807 C dos notables Rabinos y C sus fa-
milias, por Jo que el Sumo Pontifice Pic, VII lo promovió a ser su
prelado domdstico, nombramiento que recibió de manos del Nun-
cio Apostolico de Portugal.
Al estallar la guerra entre Espafia y Francia, Fr. Servando pa-
só, en 1809, C la Peninsula con el puesto de Cura Castrense y
capr.LlAn del Batallón de Voluntarios de Valencia,
Asistid a muchas sangrientas batallas cumpliendo con su minis-
terio. hasta que en Belchite cayó prisionero en poder de los Fran-
ceses. Logro escapar, presentandose al Gral. Black,7uien Ia reco-
mendó C la Junta de Sevilla C fin de que le premiaran sus buenos
-.'
420
4
coal pertenecla Fr. Servando por haber sido electo Diputado por
la provincia del Nuevo Reino de Ledn, su pats natal.
En Julio llegó a Mexico. Un mes antes habla sido coronado
Iturbide, v antes de presentarse al Congreso obtuvo del Empera-..
dor una audiencia en la que le manifestó sus opiniones republica- \
nas y lo conjuró a respetar el sistema representativo.
El 28 de Agosto se descubre una conspiracidn de los republica-
nos contra Iturbide, y creyendo éste que algunos diputados tenian
parte en ella los mandó aprehender: entre ellos estaba el Dr. Mier,
A quien Ilevaron al Convento de Santo Domingo. Aill permanecid
hasta el ii de Febrero de 5823, dIa en que las tropas de la guarni-
don de Mexico se pronunciaron per la Repdblica y lo pusieron
en libertad. Esta fué su dltima prisiOn.
Reelecto para el Congreso Constituyente, trabajO porque se
adoptara un gobierno que conviniera a la NaciOn, sin que fuera
on paso brusco de la mas absoluta monarquia a la libertad. El 13
de Diciembre de 5823 pronuncid su cdlebre discurso Ilamado de
las isrofcclas.
Debido a sus merecimientos, este ciudadano que consagró los
mejores años de su vida al serviclo de Ia patria fué alojado por
i 1, Re fiblica r Guadalu e Victoria nn p1 P1in
cretO.
A principios de Noviembre de 1827 se le exacerbO una antigua
dolencia, y comprendiendo que su fin estaba prdximo, el dia 55
de ese mismo mes personalmente invitO a sus amigos a que asis-
tieran al viático que se Ic ministrarla al dia siguiente, como en
efecto se verificO. El Presidente de la Repuiblicaexpensd parte de
los gastos de cerca de esa funciOn, contribuyendo grandemente a
su mayor esplendor. El Comandante general de la plaza dispuso
que las mflsicas de los cuerpos de la guarniciOn y una compañIa
del 0 de Infanterla acompaflaran al viático, que foe Ilevado de la
parroquia de la Santa Veracruz.
Una multitud compuesta de miembros del ejCrcito, comunidades
religiosas, colegios, y del pueblo, formaba solemn Isimaprocesión,
manifestando con esto, elocuentemente, la alta estimaciOn de que
disfrutaba el ilustre enfermo. El Exmo. Señor Ministro de Justi-
cia y Negocios Eclesiásticos don Miguel Ramos Arizpe ofició en
esta solemnidad religiosa, tecibiendo el paciente de sus manoseL
_paeucaristic peroantes de recibirio el doctor Mier, pronuncid
un discurso encaminado a vindicar su honor mancillado por la
maledicencia: "Sc dice que soy hereje: se asegura que soy mason
y se anuncia que soy centralista. Todo es, compatriotas carisimos,
422
BI BLIOGRAFIA:
Srrmdn sobre la Virgec de Guadalupe. pronunciado ci 12 de
Diciembre de 1794. Impreso por primera vez en la ColecciOn de
documenlos para Ia Ijisloria de la guerra de i,zdeeizdencia de
Mexico. de J . E. Hcrnández y Dávalos, tomo III, Mexico, 1879.
Proc/ama de los Vafrucianos del Ejércilo d€ C'ataluña d los
del Ejércilo de Valencia. Impreso en Valencia pot Monfort, 1811
(segdn Beristáin).
Carla d El Esañol [periddicoque publicaba en Londres Bian-
co White]. Esta carta se publicd en ci Semanarlo Pa/rid//co. y la
423
reimprimió Bustamante en el ntfm. 6 de los Dscumentos para la
Jfjsloria del Irnj'er:o Ifexicano.
Carta.s a! Dr. Juan Bautista Muñoz sobre la trad/clón d€
/sucstra Señora cle Guadalupe, escritas desth Burros, ago dl
1797. Mexico, imprenta de cEI Porvenir), 1875. [Reimpresas en
t (-lección de /)ocum€ntos de Hernandez y Dávalos, tomo ILL)
//jstoriu (1€ La /?ez'oiucidn de Nueva Espaila. Antiguamente
4njlua4 ó Verdadero origen y causas g
de ella con La relacjón
& sus progresOs has/a ci prescn.ee a o de z8z3.... Escribiala
D. José Guerra, Dor. de la L'nivcrsidad de Mexico. Londres,
en la imprenta de Guillermo Glindon, 1813. 2 vols.
111cmoria polltico-ins(rucIU'a. (fl7/adQ desde F/lade//it, en
Ago.cio de 1821, d losjçIe.t indeendientes del Andlivac llama-
do for los espafloles JVUC1'a Es/aña. Impresaen Filadelfia, por
Juan F. Hurtel, 182i.—Reimpresa en Mexico, por Mariano Ontive-
ros, 1S22. [Existen ambas ediciones en la Biblioteca Nacional, pa-
gina 387 del cata.logo de la Novena división.]
Discurso quc d dia 13 de Dicknthre dci presente a go de :823
pronunció ci Dr. D. Servando Teresa dc Afier, difulado t.or
jVuevo Leon, sobre ci art. J9 dcl Ada Cons/in/ma. Mexico, im-
prenta a cargo de Martin Rivera, 1823.
Discurso sobre la EncIcliai del P(r2Sa LeOi XII, tor 5cr van-
do Teresa (it if/er. Quinta ed/don, revisada y corre,q/da or
ci autor. Mexico, imprenta de la Federación, 1825. [No conoce-
moe las ediciones anteriores).
Apologia del Dr. if/er. Esta autobiograffa fué publicada por
ci Dr. José Eleuterio Gonzáles y ocupa la mayor parte del volu-
men que Ileva ci titulo de Biografia del Renemirito Mexicano
D. Servando Teresa de Mier iVoriegay Guerra. Monterrey, im-
prenta a cargo de José Sáenz, 1876.—Segunda edición: Monterrey.
tipografIa del Gobierno, en Palacio, a cargo de José Sáenz, 1897.
CONSULTAR: El Sol, n6meros 1633, 1640, 1650 y i661, No-
viembre y Diciembrede 1827; Carlos Maria de Bustamante, Cuadro
liistOr/co de la revoluc/On mexzcana, edición 1843-1845, tomo I,
pigs. V y i; tomo II, pigs. 188; tomb IV, Pi gs. 325. 356, 357, 364
Y 365; Lucas Alamán. I/is/or/a d.c Mexico, tomo III, page. 64 }
65: tOmb IV, page. 552, 568, 593 y 705 José Maria Luis Mora,
Obras sad/as, tomo II, necrologfa de Mier: C'olecciOn dc docu-
men/os de Hernández y Dávalos, tomo VI: Emilio del Castillo Xe-
grete. GalerIa de oradores de Mexico en ci S/gb A7X tomo I,
cop. I; Francisco Pimentel, Novelistas y oradores mexicanos,
cap. XI: José Eleuterio Gonzalez. Biogra [ía de Fr. Servando;
Aurelio Horta, .lfexicanos ilustres, artfculo ill/er; Francisco So-
sa, Las estaluas (it la Reforma, articulo Al/er; folleto del Dr.
424
Orellana, publicado anónimamente con el titulo de Apuntes blo-
,-dficos de los trece religiosos dominicos que en estado de 'no-
mias se /iallaron en ci osario de su Convento de Santo Domin-
go de esta capital, Mxico, 1861, articulo Jfier.
ICONOGRAFIA:
RELACION
de lo que sucedió en Europa al Dr. D. Servando Te-
resa de Mier después que fué trasladado allá por
resultas de lo actuado contra él en Mexico: desde
Julio de 1795 hasta Octubre de 1805.
CapItulo I.
43'
Padre QuiofleS; pero tenla éste por maxima no abrir
ninguna carta, y asi todo era imitil. Agregóse para
este atentado La malicia de León, que, pot si yo no es-
taba bien recoinendado del Arzobispo, 6 los frailes ex-
traflaban su sentencia como contraria a nuestros pri-
vilegios, arrancó de los autos el escandaloso edicto y
se lo mandó, para que aqueflos idiotas me tuviesen
pot un impfo y libertino, especialmente no habiendo
estado en America para poder comprender hasta donde
pueden llegar el anti—ameriCafliSfllO, el despotismo y la
persecuciófl de un Obispo. El Provincial tambidn ex-
cedIa sus facultades, pues tampoco tehIa sobre ml otra
autoridad que de mera policla, pot set un religioso fo-
rastero, que no iba alII pot autoridad de La orden; y
ni esta par nuestras constituciones tenIa facultad para
ponerme preso. Los frailes ignorantes del derecho ha-
cen tantas alcaldadas como los alcaldes de monterilla;
y el Provincial de Castilla era segundo tomo del de
Mexico.
No obstante todo esto, ml causa era tan disparatada
y tan nulo el poder del Arzobispo mexicano sobre ml,
que yo crela libertarme preso por medio de mis cartas
I Madrid, cuando, oyendo entre Jos frailes algunas de
las especies que yo vertia en mis cartas, averigud que
]as abrlan todas y se las enviaban a su Provincial. Es
cierto que segi'in nuestras constituciones el Prelado
puede abrir las cartas de sus si'ibditos, menos si son
maestros en Teologla; pero yo no era sábdito de las
Caldas, soy Doctor en Teologla, grado recibido en La
Provincia de Mexico por Las constituciones, y esta
constitución de ]as cartas está anticuada y no Se ob-
serva en ninguna parte del orden.
Entonces vi que no habla otro remedlo contra mi
persecución, que lo que Jesucristo aconsejó a sus dis-
cIpulos: curn persecuti fuerint yes in Izac civitati, fugue
in aliam. Las rejas de mi ventana asentaban sabre
plomo, y yo tenha inartillo y escoplo. Cortd el plomo,
432
quite una reja, y sail a la madrugada cargado con mi
•ropa, dejando una carta escrita en verso y rotulada
adfratres Id ereino, dando las razones justificadas de
mi fuga, Pondré aquI Ia primera décima para mues-
t ra:
i,.
I;:
434
cuya abadesa es de horca y cuchillo, tiene tratamien-
to de Ilma., usa báculo y pastoral, y con autoridad
cuasi episcopal da dimisorias para órdenes, licencias 4
de confesar y predicar, dispensa sobre matrimonios,
establece avunos, dIas festivos, etc. Y nun se atrevie-
ron sus prirneras Abadesas, infantas de Castilla, t
bendecir y confesar, corno consta en el Derecho Canó-
nico, donde se manda a los Obispos cohibeani super-
biarn reg-iafcemina'. Le están sujetos varios monasterios
de vIrgenes, que en otros tiempos salla a visitar, y
profesan en sus nianos, como del orden de Calatrava,
los Comendadores y Comendadoras del Rey que cui-
dan un rico hospital, Ilamado del Re)', é instituldo pa-
ra recibir los peregrinos que iban a Santiago.
Dos primas mias hablan sido alli Abadesas, y la
tercera at'in vivIa. Con esto los Comendadores comen-
zaron a visitarme, se esparció la voz de que yo era no-
ble y con tanta sorpresa mIa corno de las gentes del
pals, declan: córno es fraile si es noble? Tan baja es
la ralea de los reverendos de España. Son algunos
infelices que, corno ellos mismos dicen, van a hacer
harina en los conventos, aprenden aili a ponerse y
quitarse el trapo puerco de la Capilla, a dar gritos en
solfa, y algunos párrafos arabescos de Aristóteles.
Es cosa admirable que tienen por religiosidad no usar
de servilleta ni cubierto para corner. En Burgos lo ha-
bIa introducido el Prior actual Rubin, que, siendo de
una mediana farnilia de la Montana, tenla alguna edu-
cación, y por eso fué alil el ünico convento donde se
me trató con decencia. Toda la nobleza, 6, como ha-
man, los Primos de Burgos, que se creen La Primera
de Espafla, me visitó; los eclesiásticos franceses emi-
grados, de que estaba hiena ha ciudad, me dieron mu-
cho crédito de hiteratura; y como yo por divertirme
these lecciones de elocuencia a los jóvenes que venlan
de las Universidades a vacaciones, adquirI tanta fama,
que se me consultaba en todo asunto literario.
4;5
Pero mi salud, a los principios, con el rigor del in-
vierno (que ec cruel y tan largo en Burgos, que dicen
solo dura alli el verano de Santiago a Santa Ana) era
tan poca, que el Prior compadecido empe6 a una pe-
nitente suya, hermana del Ministro Llaguno, que iba
a la Corte, para que se me mudase a clima más análo-
go. Yo acompaiié un memorial, puesto (aunque con el
debido resoeto) con la vehemencia natural de ml esti-
Jo, y que debIa ser mayor en mi triste situación. El
Ministro mandó dar cuenta at Oficial León, el cual in-
formó que comla demasiada pimienta, conio si hallar-
me a dos mil leguas de mi patria, sin honor, sin bie-
nes, sin libertad y sin salud, hubiese de ser alg6n sor-
bete refrigerante. En esto parO todo.
Fué necesario aguardar a que se cumplieran los
dos ailos de la Real orden enviada a Cádiz, que yo
contaba desde el 12 de Diciembre de 1794, en que ha-
bIa predicado y comenzó mi persecución. Representé
entonces por medio del Prelado local, como Ia orden
rezaba, pidiendo pasar a Madrid para que se me oye-
se en justicia ante el Consejo de Indias. Se contestó
pidiendo informe reservado de mi conducta, y el Prior
to envió muy bueno, con gran sorpresa de Leon, que,
segiin la perversa idea que de ml le babIan hecho for-
mar el Arzobispo y sus agentes, creIa que se darIa tal
cual to habla menester para negar to pedido. No hallO
el hombre otro arhitrio que encerrarse en la Cartuja
ocho meses. Yo no cala en el gato que aqul babla en-
cerrado, porque no sabIa yo que los verdaderos reyes
de Espafla son los covachuelos, y los Ministros nada
saben sino to que ellos les dicen y quieren que sepan.
Yo le echaba la cut pa at Ministro Liaguno, cuya calda
entonces no me pesO; y no era 61 culpable sino el Ofi-
cial LeOn, hombre venailsimo, y comprado para ser
mi en€migo inexorable.
SucediO a Liaguno el clebre Jovellanos, quien te-
nla un amigo Intimo en Burgos, D. Francisco Corbera,
I
436
Comendador del mismo Orden de Calatrava que pro-
fesaba Jovellanos. Me recomendó a. 61 advirtiéndoe
cl ue no era Dominico, porque bajo este nombre en Cas-
tilla se entiende un hombre de instrucción tan grose-
ia como su trato; meros escolásticos ranciOS, sin nm-
guna tintura de bellas letras i otros conocimientos
amenos y substanciales. Es frase entre los literatos
de Catilla para expresar que alguna pieza está muy
tosca y macarrónica, decir que está muy dominica. Y
algunos dorninicanos eniigrados de Francia me decIan
que, habiendo salido de ella a. fines del siglo XVIII,
estaban atónitos de hallarse en Espafla a mediados
del siglo XIV. Solo habla en el Convento de San Pa-
blo de Burgos un literato tal cual, y era el Padre Mi-
nistro Martinez, que habla traducido la historia del
Antiguo y Nuevo Testamento, de Calmet; pero estaba
tan despreciado y perseguido de los frailes, que me
daba compasiOn. En una palabra, los Dominicos es-
pañoles han abandonado absolutamente el estudio de
las humanidades, que son el fundamento de escribir
bien. De aqul es que en doscientos años no han podi-
do dar a luz nada de provecho, sino algün panarra,
corno 7'heologia sacratiss. Rosarri. lY al infeliz que,
como yo, trae las bellas letras de su casa, y por con-
siguiente se luce, pegan como en un real de enemigos
hasta que lo encierran 6 destierran!
A la recomendación que de ml hizo Corvera a Jove-
ilanos, afladI un sueño poético, que voy a. poner aqul,
no porque tenga algán mnito particular, sino porqUe,
habiendo ilegado la noticia de la exaltaciOn de Jove-
ilanos un domingo a. las siete de la mañana, a las
once ya fu6 el poemita por el correo, y esta improvi-
sación me diO celebridad:
43
Yo sucumbIa a mi dolor activo.
Tal es el sueflc, si, tal es el sueo,
De un mIsero mortal desfallecido
A fuerza de Ilorar males inmensos
Y de regar con lágrimas sus grillos:
En un acceso de su desventura,
Que el alma, no hastando a resistirlo,
Se rinde, sin que hórridos fantasmas
Dejen adormecer el dolor mismo.
AsI dormIa yo, cuando un perfume
Emhalsamó mi olfato peregrino,
Y la ambrosia misma de los dioses
Me fingió luego el sueño en su delirio.
Un susurro de ahi a poco suave,
Como el zéliro de alas conmovido,
Cada vez entendidndose más claro
Enteramente despertó mi oIdo.
Revine un poco, y estregué mis ojos
De dolor y tristeza oscurecidos.
Una luz, cual aquella con que Venus
Usa anunciar el alba en el estlo,
Me deslumbró, y sorprendido exciamo:
!C6mo me dormI tanto? Ha amanecido.
Sonridse entonces la belleza alada
Que al punto divis; numen divino,
Empuña un cetro, Ileva una balanza,
Una diadema sobre el frente undo,
Desplegando dos labios más bermejos
Que rosas de verjel alejandrino,
Descubriendo dos órdenes de perlas
Encadenadas en coral suhido.
—Yo se que a. ti, me dice, en otro tiempo
Deleitaron de Apolo los sonidos:
Toma la lira, ensaya con tus dedos
Acordar Los acentos consahidos.
—Rota esta. de una vez la que tocaba,
Mis manos yertas han perdido el tino;
438
No concuerdan los ecos armonlosos
Con el tosco chillido de los grubs.
Nunca las gracias visitaron, nunca,
Un albergue tan sucio y tan sombrIo.
Las Musas no inspiraron ccrazones
Tan maltratad os y tan mal heridos.
En el Anáhuac, en mi amada patria
Era libre y canté; boy es distinto:
El nevado Arlarizóii, que me aprisiona,
El fuego mismo helara de Narciso.
Soy náufrago infeliz que una borrasca,
La más obscura que exbaló el abismo,
Arrojó hasta Las playas de la Hesperia,
Donde en vano el remedio solicito.
Crdeme, Diosa, 6 lo que eres, que mi canto
Solo deberá ser el de gemidos,
Para que vuelva la justicia al suelo;
La justicia no más, justicia pido.-
Entonces dijo, aizando su balanza:
—dEs posible no me hayas conocido,
Servando?—A no saber que al almo ciebo,
Huyendo de los hombres corrompidos,
Se volO, te hubiera por Astrea
Adorado ya yo desde el principio.-
--Yo soy de facto, que ahora bajo a Espaila
A estahiecer en ella mi dominio,
Sentándome con Carlos en el trono:
Para eso es Jovellanos su Ministro.
Sabio, virtuoso, incorruptible, justo,
Es de mis manos la obra que ha salido
Ms a mi gusto: le formd en la patria
De donde traes origen distinguido.
Recurre a dl con confianza, nada temas,
El te hará la justicia, yo le lb.-
Desaparece, y levantdme al punto
Dudando si despierto 6 aun dormido.
Era dIa claro, y yo les contd a todos
I
439
El sueñO que me habia acontecido.
Todos dijeron set verdad el caso;
Todos me confirmaron loh prodigiol
En is dotes que adornan eminentes
Al que los poetas cantan pot Jovino.
Lei ansiosO las obras con que habia
Su pluma a La nación enriquecido,
Y all1 le baud, con los colores propios
Que dijo Astrea, retratado al vivo.
Conforine, pues, la Diosa me dictara,
A dl dirijo los pobres versos mIos,
EperandO que un sueño se realice
Fundado en su virtud: asI conflo.
W- Capitulo IV.
445
dado parte de que yo era sospechoso. Yo me cort cre-
yendo alguna requisitOria mi temor y mis respuestas hi-
cierOn entrar al Juez en sospechas, se echo entre mis
papeleS1 encontrO la orden del Consejo para ir a Sala-
manca, Y' mientraS avisaba a la Corte, me enviO al
ConvefltO de San Francisco. Yo al salir para éste, le
di al mozo que me hahia traIdo de Madrid la ouza de
oro, y le due no se fuese, porque yo saidria de
San Francisco por la noche, y nos irIamos a Agreda.
El lo contO al alcalde, y éste me mandO poner preso
en una celda de dicho San Francisco. Como yo era tan
estirnado en Burgos, el escándalo fu6 inmenso.
Al dIa siguiente Un religioso se me brindO para sa-
carme tirándome por la ventana a un corredor de arri-
ba. Pero yo no lo admitI, porque, siempre cándido y
animal, no acababa de conocer a León, y creIa que se
contentarla con hacerme ilevar a Salamanca, habiendo
yo declarado ante el alcalde que sOlo habIa venido a
Burgos de paso, para recoger algün dinero con que
poner allá mi celda y proveerme de utensilios. Más el
fiero LeOn, que me volviO a ver entre sus garras, vol.
viO a su tema de hacerme cumplir a la letra la senten-
cia del Arzobispo, y mandO poner orden de lievarnie
a las Caldas, y sepultarme all1 en un calabozo los cua-
tro años que faltaban para cumplir aquella.
El covachuelo de la mesa confIO el secreto a D. Juan
Cornide mu amigo, y éste me diO la noticia por medio
de un comerciante de Burgos que me entregO la carta,
A pesar del guardian del convento, que me intercepta-
ba la correspondencia, porque los frailes no hacen es-
crilpulo sobre esta materia. Un golpe de rayo parali-
zO por cuatro horas mis potencias y sentidos. Pues va-
mos a perderlo todo, due yo en reviniendo, es necesa-
rio aventurarlo todo: y comencd a arbitrar los medios
de escapar. Mi primer pensamiento fud echarme a vol.
lar con el paraguas, cuyas puntas ilegud a atar, hasta
el fondo de un patio formado por un cuadro de tres or-
446
denes de celdas, donde se vela una puerta. Pero era
mucha la altura, deblan recibirine abajo unas pied ras
enormes, y podria tener ml vuelo el éxito de Simon
Mago. RecurrI al religioso que me habla ofrecido sa-
car al principio, y ya tuvo miedo, habiendo visto la
diligencia con que se me guardaba, sucedindose los
frailes de dIa y noche a hacer centinela. Pero me su-
ginO que podrIa descolgarme con el cordel que forma-
ba el catre de mi cama.
Con dl atado de la ventana comencd a descolgarme
en el punto de media noche, hora en que el fraile cen-
tinela se retiraba con ocasiOn de los maitines; y mien-
tras hubo ventanas en que estribar, bajd bien; pero
despuds con el peso del cuerpo las manos Se me raja-
ron, y, sin saber de ml, bajd más aprisa de lo que qui-
siera. Cuando por lo mismo pensd hatlarme hecho
tortilla en el suelo, me halld a horcajadas en la extre-
midad del cordel, que estaba doblado. Acabé mi vo-
laterIa todo averiado, y me entrd par una puerta que
daba a un corral cerrada, pero con una rajadura oor
la cual me cold con trabajo. Trasmontd el corral, y
corrI hasta un cuarto de legua de Burgos, donde está
el hospital de los comendadores del rey, los cuales
me ocultaron aquel dia.
Alll colgud los hábitos por necesidad, y con una
balsa de cazador, provista de un matalotaje y ocho.
duros, sall a las ocho de Ia noche con direcciOn a Ma-
drid, en el coche de San Francisco, como dicen. Se-
rIa largo contar los trabajos que pasd descansando de
dIa, camiriando de noche, echándome fuera del cami-
no a cada ruido que ola, debatidndome con los perros
que en batallones ocupan los pueblos, y temblando de
los ladrones que capitaneados por Chafaldln desola-
ban a Castilla la vieja. Este era ml primer ensayo de
caminar a pie, y mis pies y piernas se hincharon de
manera que, despuds de dos noches de camino, tardd
casi un dIa en andar una legua, hasta ilegar a un pue-
FF!w-vr--
447
blo tres leguas distante de Torquemada, donde me nu-
se a Ilorar. Compadecióse de ml un arriero que iba
para esta Vila, me puso sobre Un borneo y me llevó -
I alojar a casa de un buen hombre Su bienhechor.
Este por mi dinero me dió una mula COfl Un mucha-
cho que me condujese hasta Valladolid. En el camino
nos encortram os algunos que iban para Burgos, y di-
jeron 'ese es el Padre que estaba en San Francisco';
to que me hizo apresurar el paso, pues por ellos se p0-
dna saber mi derrotero en Burgos y alcanzarme una
requisitoria. En Valladolid me hospedaron dos estu-
dianteS, mis antiguos discIpulos de elocuencia en Bur-
gos, v tenIamos la precaución de que los dIas en que
Ilegaba el correo de aciuella ciudad yo me salla at cam-
p0, por si habla alguna novedad en la manaña, hasta
que ellos me iban a visitar para veriir a corner. Alil
supe que Leon hahla pedido a Burgos todos mis pa-
peles que el alcalde me tomara, y eran los principales
que Ilevaba conrnigo: los demás hablan quedado en
Madrid en mi hail. Este fué siempre un empeflo de
LeOn, quitarme mis papeles y docurnentos, para ata-
carme despus desprovisto, 6 hallar alguna materia
para acriminarme. Atli se tienen mis tItulos de Orde-
nes, de mis grados, mi defensa, etc., y no los puso
en la Secretarla, porque yo encargué después a D.
ZenOn que los buscasen y no estaban en ella.
Despuds de haber descansado ocho 6 diez dias
en Valladolid, proseguI mi viaje siempre en cali-
dad de cidrigo frances emigrado, sobre un carro cata-
Ian, carruaje incomodIsimo que me estropeO el juicio.
En ilegando a Madrid me ful a casa de Don Juan Cor-
nide, que vivIa junto con Filorneno, hoy Fiscal de la
Habana, de donde es natural. Me avisaron que LeOn,
furioso de que hubiese escapado de sus garras la pre-
sa, habla mandado arrestar todo el convento de San
Francisco de Burgos; pexo el alcalde mayor habIa in-
formado que los religiosos le hicieron ver mis manos -
448
estampadas con sangre en la pared, lo que probaba
que mi fuga habIa sido sin su cooperación. Igualmen-
te halid que Leon habIa mandado poner requisitorias
contra ml por toda España. Se creerlan atentados
semejantes? No se juzgarIa, a vista de estos escn-
dabs, que yo era alg'in asesino, salteador de caminos,
ó reo de lesa—majestad? Como tal me acusó despus
LeOn, iThicamente fundado en que el Arzobispo infor-
mO que habla sido procesado por dos Virreyes, aunque
tenla Leon en su poder la carta en que el Conde de
Revillagigedo desmentla al Arzobispo. Ya se supone
que todo no era más que una maldad de este inicuo
covachuelo.
El de Ivléxico, D. Zenón, me enviO a avisar que de
propOsito habla dejado sin requisitoria la Cataluna,
para que por aill pudiera escapar a Francia: pero por
alll careceria y o absolutamente de arbitrios. La falta
de dinero era la que me ponla en los mayores peligros.
Mi buen hermano D. Froilán, que de Dios haya, no ce-
saba de escribir desde Monterrey que allâ. no se encon-
traban libranzas para Espana; pero que en ésta toma-
ra yo dinero, y librase contra éi a letra vista. Mucho
más difIcil es hallar quien dé dinero en Espalia para
recibirlo en America; y en tiempo de guerra, que hubo
casi siempre con Inglaterra desde que ful a la Penin-
sula, es casi imposible. Espafia vive de la America,
como Roma de las Bulas; y en cuanto se dificulta el
trasporte marltimo, no se encuentra allI sino bambre
y miseria. El Obispo de la Habana, Espiga, para ye-
fir entonces a su Obispado, para donde una orden, a
rajatablas, le hizo partir por Jansenista y amigo de Ur-
quijo, se habilitO tomando el dinero a doscientos por
ciento. iCOmo yo habla de hallar dinero!
Por el lado de Navarra tenla el arbitrio del clérigo
frances contrabandista, que estaha en Agreda. Este
tanibien era amigo de D. Juan Cornide, quien tenla
por alil relaciones, a causa de estar su hermano D.
- .
449
Gregorio de Provisor en Francia. Habló, pues, para
transPOrtarme con UnOS arrieros de Agreda, y él y Fi-
lomenO me sacaron por la puerta de Fuencarral en un
coche simon, haciendo algazara al pasar por ella, pa-
ra desvelar a. los guardias toda sospecha. A un cuar-
to de leua me entregaron a los arrieros, que va lieva-
ban mi b4'l, en calidad de clérigo frances emigrado;
v para suplir mis tItulos, etc., me dió Cornide los del
difunto Doctor Maniau, de quien fué albacea, v me
convenIan en todo por ser de mi edad y graduaciOn.
Montó en tin mulo el nuevo Maniau, y a la noche fui-
mos a posar en el mesOn de los arrieros extramuros de
Alcalá de Henares.
A las ocho de la noche me asustó un tropel, y eran
los mismos Cornide y Filomeno, que, habiendo obteni-
do una copia de la requisitoria, venIan a. mudarme de
seflas. En efecto me transformaron diabOlicamente,
hasta ponerme con piedra infernal un lunar sobre
la nariz y otro sobre el labio superior. No me habrIa
conocido Ia madre que me pariO. Y con todo, respec-
to de que LeOn decIa en la requisitoria que era bien
parecido, risueño y afable, me exhortaron a. ponerme
taciturno, triste y feo. Por eso yo, en divisando guar-
dias, torcIa los morros, me ponla bizco, v ejecutaba a
la letra el ültirno grito del ejercicio portuguCs, j5oner
las c aras feroces a los enem:os. S i n embargo, no nos
atrevimos a. entrar poi la puerta de Agreda, donde ha-
bla dos requisitorias, la del Gobierno, y otra del alcal-
de mayor de Burgos; y el arriero por un portillo me
llevO a su casa.
Era uno de los confidentes de mi clerigo contraban-
dista, y éste vino a verme. Le entregué mi baa!, que
aün tiene en su poder, y Cl me entregO a otro conti-
deiite suyo, para que me coridujese a. Pamplona, reco-
mendado a una casa de comercio francesa que yo tam-
biCn conocIa, para que me introdujera en Francia. Al
salir de AragOn para Navarra vi las extravagancias
450
despdticas y ruinosas de Espafla, pues se hace un re-
gistro más riguroso del dinero que uno ileva de reino
A reino que en las fronteras. Aunque todo mi equipa-
je se reducia a un saquillo de ropa, que derramaron
los guardias pot el suelo, y a ocho duros que llevaba
registrados, pasaron tambidn con una lezna el forro
de ml Breviario, por si llevaba allI algin oro.
Liegud a Pamplona cuatro dIas después de haber
Ilegado Urquijo preso a su ciudadela, v del meson me
ful a casa del comerciante frances. cNo vuelva vd. a
la posada, me dijo, porque acaban de prender a dos,
creyendo que son vd. y Cuesta el Arcediano de Avila,
fugitivo par la docta pastoral que puso, y publicO su
Obispo. Este era el tiempo critico de Ia persecuciOn
levantada par Godoy (ilamado en un Breve de Roma
par eso colii,nna de la ,-eligidn) contra los Janseriistas.
AsI se Haman en Europa todos los hombres sólida-
mente instruldos en la religiOn, y amigos de la anti-
gua y legititna disciplina de la Iglesia.
Inmediatarnente hizo Ilamar mi frances a un arriero
que habla lievado muchos clérigos a Francia por en-
cima de los Pirineos. Vino con su mula, y, siguiéndo-
hi, salimos el comerciante v vo, repartiendo ei a los
guardias algunas pesetas. Monte al caho del paseo de
la Taconera, y nos encargO que aquella noche nos in-
ternáramos todo lo posible en los Pirineos, como lo
hicimos, carninando hasta las dos de la mañana en
que liegamos a Hostiz, helados de frlo. Otro dIa atra-
vesainos el Valle de Bastan, y al tercero dormimos en
Cincovillas, desde donde se y e el mar, Bayona y to-
dos sus alrededores, blanqueando en el campo como
una vacada. No estuve muy contenta en la posada
porque allI estaban las guardias y tenIan la requisito-
na; pero el informe del arriero muY conocido, de ser
yo clérigo frances, lo que confirmaba mi fisonomla y
pelo, mis lunares y el acento mexicano (que ellos de-
clan ser de extranjero, y que en Andalucia hace pasar
)
Tb
• 45'
a los mexiCaflOS par portugueses 6 castellanos, y en
Castilla par andaluces) me pusieron en salvo.
A otro dIa pasarnos par Ordaz, i'iltimo lugarcito de
España par aquel ]ado, v mi afán era saber dónde era
La raya de Francia. c Esta es, me duo el arriero, se-
flalándome un arroyito muy pequeo y sornero. Lo
pasé, me apeé, y tendI de bruzas en el suelo.—Ou
hace vd.? me duo 61.—He pasado ci Rubicón, le res-
pondI, no soy emigrado sino mexicano, y no traigo si-
no este pasaporte (era el de Ianiau) de Mexico Para
Espana.—NO importa, d ijo, ]as gendarmes no entien-
den casteliano, y en viendolo tan grande, le quitarári
A vd. el sombrero coma a un gran personaje.— Y asI
fué.
Dormimos en Añoa, primer lugar de Francja, esto
es de ]as Vascos 6 \T izcaInos franceses, porque Vizca-
ya es parte de Espaia y parte de Francia, y de una
y otra vienen a America coma españoies, asI coma de
la Catalufia francesa y espaola. A otro dia Para en-
trar en Bayona, que es plaza murada, ci arriero me
hizo apear, y que fuera a entrar confundido con Ia
gente del paseo piThlico, donde par primera vez vi ]as
caches tirados par bueyes. Fué ini'jtil esta diligencia,
porque ci guardia me extraiIó a causa del vestuario, y
de ir con botas, y todo cubierto de poivo del camino.
Me llevó a Ia municipalidad, donde presenté ml pasa-
porte mexicano, y coma no lo entendieron, me dieron
mi carta 6 boieta de seguridad. Todo esto era muy
necesario en aquei tiempo par las turbulencias, aun
no bien apagadas, de la Repüblica. TodavIa lo era,
aunque gobernada par C6nsules, siendo Bonaparte ci
primero. Aquel dIa era viernes de Dolores del año de
i8ox.
Que hacer Para vivir, especialmente siendo yo muy
pundonoroso, contorme a mi nacimiento, C incapaz no
solo de pordiosear, sino de manifestar mi miseria? Su-
frIa tragos de muerte, y no ]as huhiera pasado si fue-
452
se libertino. Una casualidad me hizo erittar, sin saber-
lo, en la gran Sinagoga de los judfos del barrio de
Sancti-Spiritus. Se estaban cantando los Salmos en
castellano, y se predicó en castellano. Todos los ju-
dIos de Francia y casi toda Europa, excepto Alema.
nia, son espanoles de origen, y muchos de naturaleza;
porque yo los vela liegar a Bayona a circuncidarse;
todos hahian español, hombres v mujeres; en español
están sus J3iblias, en espaflol todos sus rezos, y tie-
nen sobre esto tal etiqueta, que, habiéndose casado en
Bayona un judlo alemán que no entendla espafloi, aun-
que ci coritrato matrimonial se le puso también en he-
breo para que lo entendiera, se le ieyó primero en cas-
tellano, y este fud el que fIrmó. Y aün conservan en
todo las costumbres españolas, como tambidn son los
que principalmente comercian con España, por la
cual todos han pasado. La ca usa de tanto empeño en
conservar todo lo espanol, es porque dicen que los que
vinieron a Espafla, enviados por ci Emperador Adria-
no, son de la trihu de Judá.
Entrd yo puntualmente é. la Sinagoga, a otro dIa de
haber Ilegado, y era puntual mente la pascua de los
ázimos y el cordero. El Rabino predicó probando, co-
mo siempre se hace en esa pascua, que ci MesIas aün
no habIa venido, porque lo detienen los pecados de
Israel. En saliendo de la Sinagoga todos me rodearon
para saber qué me habla parecido del sermon. "Ia me
habIan extrañado, porque yo ilevaba cueilo eclesiásti-
co, y porque me quite ci sombrero, cuando al contra-
rio todos ellos lo tienen puesto en la Sinagoga, v los
Rabinos que eran de oficio, un aimaizal ademas sobre
(a cabeza. El mayor respeto en ci Oriente es cubrirse
la cabeza. SOlo en ci cadI 6 conmemoracIOn de los di-
funtos, que entona siempre un huCrfano, se suelen
descubrir las cabezas en la Sinagoga. Y ci modo que
tienen para conocer si uno es judlo, es preguntarle en
hebreo cOmo te llamas? Yo deshice en un momento
Now
ft
454
obligaba a casarse, contrajeron matrimonio, les hahia
quitado el escrilpulo. En Bavona y todo el departa-
mento de los bajos Pirineos basta Dax las mujeres son
blancas v bonitas, especialmente ]as Vascas, pero nun-
ca sentI rnás el influjo del clima que en comenzando a
carninar para Paris, porque sensiblemente vi desde
Tvlontmarzan, a ocho 6 diez leguas de Bayona, hasta
Paris, hombres y mujeres morenos, y éstas feas. En
general ]as francesas lo son, y están formadas sobre
el tipo de las ranas. Malhechas, chatas, boconas v
con los ojos rasgados. Hacia el Norte de la Francia
ya son mejores.
Yo, para vivir en Bayo:ta, recurri a los clrigos cmi-
grados a España que habIa favorecido en su trasla-
ción de Burgos a la Coruña. A contemplación del Go-
bierno frances salió orden en 1797 mandando salir de
España para las islas Canarias y Baleares a los po-
bres sacerdoteA franceses, y los de Burgos la tuvieron
para este efecto de pasar a la Coruña. Yo dirigi a su
nombre una süplica circular al clero burgales, para
ayudarlos a fin de hacer su viaje. Gustó tanto que el
clero entusiasmado salió con bandejas por las calles a
hacer una colecta, y se juntó muy bastante para tras-
portar con decencia sesenta sacerdotes, que en obsequio
rnio vinieron a montar ante el convento de San Pablo
donde y o estaba. Los infelices me enviaron a Bayona
cuarenta francos, con que determine al cabo de dos
meses internarme en Francia. Lo que me fltaba era
pasaporte; pero los judIos me hicieron advertir que en
el que tenla de Mexico para Espaa, Csta estaba en
abreviatura, v se seguIa un blanquito al fin del ren-
glón. Alli puse cy Francia; y me embarqué en el rio
para Dax distante cuatro leguas.
Dc allI prosegul a pie para Burdeos distante mas de
treinta leguas, en compañia de dos soldados deserto-
res de Espafia, zapateros. Como todo el camino es un
arenal, padecI infinito, y al cabo no huhiera podido
4
Ilegar a Burdeos por lo mu y inflamado de mis pies,
si no me hubiese embarcado en otro rIo. Mis zapateros
comenzarofl inmediatamente a trabajar, y ganaban di-
nero como tierra, mientras que vo, Ileno de teologIa.
morIa de hambre y envidia. Entonces COflOCI cuán bieri
hicieran los padres en dar a sus hijos, aunque fuesen
nobilIsimos, algün oficio en su niñez, especialmerue
uno tan fácil y tan necesario en todo el mundo. Es.
to serIa proveerlos de pan en todos los accidentes de
Ia vida.
Yo habIa recibido uria caita del Embajador de Es-
pafia en Paris, D. Nicolás Azara, v otra del botánico
Zea, porgue en medio de todos mis trabajos v rnise-
rias nunca me faltó la atención y correspondencia de
los sabios de Ia Europa. En vista de estas cartas, el
Cónsul español, que necesitaba al Embajador para
que le aprobase sus cuentas, rnandó al Secretario que
me alojase. Este era un espanol que se empeñó en ha-
cerrne ateIsta con la obra de Freret, como si un italia-
no no hubiese reducido a polvo sus sofismas. He ob-
servado que se leen con gusto los libros impIos, por-
que favorecen las pasiones, y no sólo no se leen sus
impugnaciones, sino que se desprecian, porque el tono
fanfarrón absoluto y satisfecho de los autores incré-
dubs pasa al espIritu de sus lectores. Y la verdad es
que los tales fanfarrones son los ignorantes y los ini-
postores. Hablan con [a satisfaccióii que en su inte-
rior no tienen, para imponer; y si la tienen, es pot su
misma ignorancia. Qui resf'iciI ad .pazica defacili pro-
2! ii izijat.
En cuando dicho Secretario supo que yo tenIa dine-
to, fingió orden del Consul, y me hizo pagar vein-
te duros de alojarniento, que se embolsO. El dinero
que vo tenIa procedid de la generosidad de D. Jose
Sarea, Conde de GijOn, natural de Quito, que alli des-
embarcó, v traIa empleado todo su dinero en azilcar
de La Habana, en la cuab pensaba ganar mucho. Y en
456
efecto no la habIa entonces en Burdeos. Yo to alboro-
té para ir a dar un paseo a Paris antes de entrar en
Espafa, y me lIevó de intérprete. Tiraba el dinero co-
mo si estuviese en America, y y o, considerando que se
bahIa de ver en gran miseria en Europa, donde todos
se conjuran para despojar at americano recién venido,
le iha a la mano aun cuando querfa gastar en mi ob-
sequio. El se enfadó de esto, y me abandonó casi me-
go que Ilegamos a Paris. Bien se arrepintió despues,
porque le sobrevinieron los trabajos que ye le habIa
predicho. El comerciante de Burdeos de quien se ha-
bla valido, en lugar de vender la azücar luego, aguar-
do a que se lienara de ella la plaza, con Ia paz de
Amiens, y luego, vendidndola por nada, 6 fingiendo
venderla, se quedO con el dinero en pago de almace-
naje. ConociO at cabo el Conde mi hombrIa de bien y
no he tenido después mejor amigo.
No quiero omitir que un frances al servicio de Es-
paña, que se hizo mi amigo en Bavona, me recomendó
desde Burdeos con eficacia a su hermano, que ocupaba
una plaza de influjo en Paris, porqize, azinqzie sacerdole,
le decla de ml, es hombre de bien. Me ensefió esta cláu-
sula, y me dijo que era necesario porque todos ellos
eran unos libertinos. Después vi que era cláusula co-
rriente en la recomendaciOn de un sacerdote. Tanto
habIan declamado los incrédulos contra la religiOn y
sus ministros como unos impostores, que liegaron a
impresionar at pueblo, el cual salia a cazarlos en los
bosques, a donde hulan cuando la revolución, dicien-
do que iban a matar hestias negras.
Si el frances huhiera sabido que yo era religioso, n
me hubiera recomendado, porque el sobrenombre de
fraile me constituIa incapaz. Entre catOlicos é incré-
dubs es un oprobio, 6 por mejor decir, el compendio
de todos los oprobios, y con decirle a uno que to es,
creen haber agotado las injurias. Equivale a hombre
bajo, soez, maicriado, ocioso, pordiosero, ignorantlsi-
- _:-
457
mo, impostor, hipócrita, embustero, fanático, supers-
t'cioso, capaz de todas las vilezas é incapaz de honor
y hombria de bien. Parece increlbie, y es ciertIsirno.
Aun en los .huqueS de los católicos es menester no de-
cir unO que es fraile, porque si hay alguna borrasca
le echan al agua comO ha sucedido varias veces. Por
eso los franceseS en Espafia los mataban Sin remordi-
miento, dentro Y fuera de los conventos. Por eso ya
casi no existen en Europa. José Napoleon los habIa
extinguido en España, y allá iban las Cortes. Donde
existen, se les y e con el mayor vilipendio, y no Se les
da entrada cii ninguna casa decente. Me sucediO en
Madrid ir a visitar por paisana a la hija del mercader
Terán,, habiéndole pasado recado, me respondiO que
pusieSe memorial. Lo peor es que el frailazgo impri-
me carácter indeleble. Nada se avanza con seculari-
zarse, ser Obispo ni Papa. Siempre lo frailean desde-
ijosamente, y en Roma, para despreciar al Papa, 6
alguna providencia suya, dicen hombres y rnujeres:
Oh, è un frate.
CAPITULO \T
467
tajadita, se signa con ella, y se la come. Estas son
las eulogias que se usan en la Iglesia griega, en se-
fiat de caridad y fraternidad, y memoria de que anti-
guamente tpdos los uieles comulgaban. Tarnbitín Se
hace esto en España entre los Maragatos. Y ha y mu-
chos de los usos de la Iglesia de Francia en toda la
Corona de Aragdn que dominó la Francia. Responden
todos en la misa, se hacen oblaciones at ofertorio, y
los canónigos se visten de morado como los de Fran-
cia. En esta después de la misa canta Ia sexta el pue-
blo y se retira. Pero come temprano los domingos pa-
ra venir a las vIsperas a tres 6 cuatro de la tarde.
Cantan entonces Nona, VIsperas, Completas y el
Salut que liarnan, y es el Oficio del SantIsimo Sacra-
mento compendiano, como to tienen los dominicos en
sus Horitas, y está patente durante este Oficio. Aca-
bado se les da con él Ia bendición, como tambidn con
el copón en la ültima misa, que siempre es antes de
medio dIa, porque en tocando este, ya no se puede en
Francia decir misa, aunque en Madrid hay misa de
una, y ninguna devoción en ella. Despus del Saltit
sigue el sermon en los dIas que to hay y ya tengo di-
cho, con el cual se sale de la Iglesia a las ocho de la
noche. En semana santa, el pueblo asiste y canta en
todos los oficios y horas candnicas. En los dIas en que
la misa termina con Benedicarnus Domino, que es de-
cir, que no se despide at pueblo porque es dIa de orar,
vuelve el pueblo a la Iglesia a las cinco 6 seis de la
tarde para la oraciOn. El cura le expone el Evangelio,
y dice una porciOn de oraciones. Regularmente son
mujeres piadosas las que asisten a esto, y tienen pa-
.ra la Iglesia una especie de gorros negros que no solo
cubren la cabeza sino también una parte de la cara.
Pero la funciOn más grave y tierna de las Iglesias
de Francia es la de Ia primera comuniOn de los niflos
cuya instrucciOn en la religiOn no se f ía, como por
acá, a cualquiera, sino que se hace de ella la impor-
468
tancia que merece. A la septuagésima Jos padres y
madres presentan a la Iglesia sus niños v niñas con
uso de razón. Ella registra sus nombres, y ellos vie-
nen ó. tarde y mañana a la Iglesia a dar la leccion que
1
se les seüala en el catecismo, y oir su explicación. El
cura para dana, está revestido con sobrepelliz y esto-
la, d igualmente vestidos los sacerdotes, diácouos 6
clrigos menores que le ayudan si los niños son mu-
chos. Están repartidos por las capillas, aparte losni-
ños y aparte las niñas con sus catequistaS conforme a
La clase de su aprovechamientO y van subierido hasta
la capilla del cura que a nadie f ía jamás esta función.
La de cada dIa se termina con un hirnno mu)' armo-
nioso que cantan. El cura decide de su instrucción, y
eutonces se les enseña el rezo de las vísperas en la-
tin, de las horas y de la misa de su diócesi, porque
cada una en Francia tiene su Breviario, Misal, Ritual
y catecismo propios aprobados por su Obispo, aun-
que Bonaparte se empenó en uniformanlos en cuanto
al catecismO, en que se mandaba obedecerle como al
Cdsar del Evangelio.
Cuando ya están debidamente instruidos, el cura
seala el dIa de la primera coniunión, y los sigue ins-
truyendo en el modo de confesarse bien. El mismo los
conhesa a todos y la vIspera de la primera comunión
reciben la que Haman seca de hostias sin consagrar
para que estén diestros en recibir las consagradas. El
concurso es inmenso el dIa de la comuniión, y no fal-
tan los padres y las madres. Las niiias se presentan
todas vestidas de blanco, cubiertas las cabezas con
sus sombreritos y velos, y ocupan sus sillitas en or-
den, a un lado del coro, que está en el presbiterio, no
de cara al altar sino a la parte opuesta del coro. Los
niflos ocupan ésta en sus sillitas vestidas con modes-
tia, y con sus pelitos sueltos, teniendo unos y otros
en sus manos una vela de cera de a libra, con so gran
rosa de cinta. El cura hace una instruccidn sobre los
-
_• 469
votos y obligaciones de la profesión cristiana, y los
ifiOS con mucha devocióu renuevan los votos del bau-
tismc' Luego en el ofertorio de la misa, ellos presen-
.
tan el pan bendito )' Su vela, Y a su tiempo con belli-
simo orden van subiendo al altar & recibir la comu-
ni6n; )' como el altar tiene muchas gradas, las nif'ias
Ilevan unas caudas largas que quedan tendidas sabre
aquellas, y ellas bajan muy despacito, con ]as ojitos
bajos y las manitaS juntas ante el pecho; es un espec-
táculo devotIsimo. Al lie missa est, el cura volviéndo-
se al pueblo, dirige su exhortación & los padres y
madres, entregándoles, dice, sus hijos ya instruIdos
en la religion corno un depósito precioso que la Igle-
sia les confia, y de que Dios les pedirá. cuenta, Si n
procuran cultivar aquellas tiernas plantas de Jesucris-
to, conforme a la doctrina en que se les habIa instruI-
do, y no los traen a los oficios d instrucciones de la
Iglesia, etc.
A la tarde los nios y niflas colocados en el mismo
orden en la Iglesia, teniendo en media al SantIsimo
Sacramento en un altar, cantan las visperas, las coin-
pletas, el salul, con sus velas encendidas en las ma-
nos etc. Esto todo es una de ]as funciones m&s tier-
nas y patticas que he vista en mi vida, y que embe-
leza con razOn a todos los extranjeros, en cuyas igle-
sias se ye esto con tanto descuido 6 indiferencia.
Si el cura a la aurora de la razOn de los fieles de su
parroquia se encarga tanto de ellos, no es menos el
cuidado que tiene en su muerte. El cura administra
los Sacramentos a los enfermos, hacindoles una bre-
ve plática fervorosa, que nunca se omite antes de dar-
les el viático. Y desde entonces se encarga de dl hasta
que entrega su oveja en las nianos de su Criador que
tambidn a su pastor ha de pedir cuenta de ella. Ya en
muchas diOcesis se administra el Santo Oleo coma en
la antigua Iglesia antes de Ia EucaristIa coma debe
ser, pues dste es el más puro de los Sacramentos, y
47
el Santo Oleo que solo comenzO a ilamarse Extrema-
UriciOn, en el siglo XIV, tiene por su primario objeto
dar salud at cuerpo, para to cual no se debe aguardar
a que el alma esté entre los dientes. Eso es tentar a
Dios, y ha dado lugar a los sarcasmos biasfemos de
Calvino.
Aun muerto el parroqulano, el cura i otro sacerdo-
te revestido de sobrepelliz to vela toda la noche, en-
comendándolo a Dios, hasta que antes de ilevarlo a La
iglesia to ponen en un féretro a la puerta de su casa,
con un acetre de agua bendita, y todos los que pasan
se la echan y oran. No usan hábitos de mortaja,
como tampoco en Roma, sino una sábana blanca, co-
mo en la Iglesia primitiva. De ahI to ilevan a La Igle-
sia, yendo en el duelo los más prOximos parientes,
todos vestidos de negro, y con un manto de balleta,
que atan con una cinta at pecho. El clero Los recibe y
coloca en las sillas del presbiterio, ' él ocupa el re-
dedor del cuerpo en La Iglesia revestido de roquetes,
y con unos capelitos negrOS con su pequefla capilla.
Al ofertorio todas las dolientes Ilegan at altar a ofre-
cer dinero y también Ilegan los sacerdotes que están
at rededor del cuerpo, a ofrecer un sueldo que se les
da. No he querido ornitir estas noticias edificantes,
porque la Iglesia de Francia a fuerza de resistir a ]as
coritinuas inovaciones de Roma, ha logrado conservar
más de los devotos ritos y santas antiguedades de La
Iglesia primitiva.
Entre sus Breviarios el mejor es el de Paris; entre
Los Misales el de Sens. En aquel Breviario son del
célebre Santeuil todos los himnos, verdaderamente
poéticos, en lugar de los del Breviario romano, tan
bárbaros que apenas se pueden tolerar. Solo ha con-
servado éste los himnos de Santo Tomás en el oficio
de Corpus, y el hirnno de difuntos compuesto por el
Dominicano Zavarela, aunque sustituyendo at teste
David curn sivilla — Grucis es pandens vexilla—porq ue
r; =
-
47'
está demostrado que las profecIas de las Sibilas son
un cuento de Los cristianos primitivos.
En cuantO a los matrimonios nada hay de particular
sino el bouquet, esto es, el ramillete de fibres naturales
que los nOviOS lievan al pecho, y el novio es quien lo
regala a La novia. Los sacerdotes realistas daban el
Sacramento Sifl cuidarse de que el contrato se hubiese
antes verificado ante Ia municipalidad coriforme a las
leyes de la repiiblica, porque declan que el Papa aun
no lo habla reconocido; como si dependiese de dl La
existencia de las potestades seculares. En esto nunca
los imitd, y siempre exigI que precediese el contrato
en la municipalidad. El Concilio de Trento no está
admitido en Francia, y lo que se observaba de su dis-
ciplina era por las Cortes de Blois. Habiendo cesado
Las Ieyes reales, el contrato se debla hacer segi'in las
leyes civiles sin las cuales el matrimonio era nub, Co-
mo Jo ha sido siempre en Francia sin el consentimien-
to de los jefes de fainilia. El matrimonio, hablando
con propiedad, no es sacramento, es un contrato; aun-
que es cierto que hay un sacramento para bendecirlo
y santificarlo. Es necesario pues que preceda La mate-
na circa qziam, que es el contrato, sobre el cuab tiene
jurisdicción el estado, como la Iglesia en el sacramen-
to. Este se hace en la misa nupcial, cuando volvidn-
doseel sacerdotey extendiendo las manos haciabos con-
trayerites, ora para ebbs. Las oraciones son La forma,
la imoosicidn de rnanos la materia ex qua. Esta es la
doctrina más sólida y propia para responder a los ar-
gumentos de los protestantes. Se puede ver probada
con la debida extension en Agier, Presidente boy del
Tribunal de casaciOn de Paris, en su obra Du Maria-
,?-e. 2 torno 4 9. El cdlebre Padre Gazaniga 4tuyo curso
teolOgico es de la mayor aceptaciOn en Europa, como
sus demás obras, no dictO su tratado de los sacra-
mentos en las escuelas, sino que lo escribiO despuds
que habiendo venido a Bobonia Plo VI de Viena, y be-
472
sádole piiblicamente la frente, tuvo con él cuatro ho-
ras de conferencia, que se cree rodaron sobre lo que
habla ocasionado su viaje a Viena v eran las leyes del
Emperador Jose sol)re los matrimonios atribuyendo a
Ia potestad secular el establecimiento y la dispensa de
los impedimentos dirimentes, conforme a la doctrina
hoy corriente, que restaurd Launvi. AsI dicen en Ita-
lia que escribió ese tratado Gazatiiga ad men/ci,;
Pii sex/i: por lo cual en las ültimas ediciones de su
Teologla lo han suprirnido, y sustituIdo el de Anzualdo.
Por lo mismo habiendo Gazaniga, en su tratado de ha
predestinación, adoptado para responder al argumen-
to Ve tthi corazun ha doctrina de los Agustinianos
amalgamáridola con la de Santo Tomás, como habIa
hecho Mansolié, el General de Santo Domingo, Qui10-
nes he formó una pelotera, enviándole un dictámen
firmado por Roselli y otros teólogos de la Minerva de
que aquella no era ha doctrina de la orden. Gazaniga
la siguió ya enteratnente, cuando lIegó a tratar de la
gracia. Sobre esta los Jesuitas también le tacharon
más de cien proposiciones. El les respondió con un
opusculito Breves resf'onsio,zes ad serzqsula con/rarüe
secIe.
Dos acontecimientos hubo en Paris en mi tiempo
dignos de contarse. El primero fué un Concilio Provin-
cial en Paris, que condenó como contraria a Ia Es-
critura y Santos Padres la opinion de aquellos que ha-
clan depender de la aceptaciOn del Papa la validez de
las potestades, y el segundo Concilio Nacional de Fran-
cia. El segundo acontecimiento fué ha restituciOn so-
lemne de la religiOn catOlica. Las actas del Concilio
Nacional están impresas, habiéndohas recogido un ta
quIgrafo, es decir, un hombre que escribe tan veloz
como se habla, arte conservado en Inglaterra, que an-
tiguamente usaron los romanos, y acabaha de perfec-
cionarse en Francia, donde aun se diversificó con notas
musicales y de otras maneras, como tambidn se co-
473
477
F' 481
todoS profesaban en Francia la religión católica. Pero
todavIa no pudo pasar en el Cuerpo legislativo. Enton-
ces Bonaparte dijo que de esa manera nunca se acaba-
rIa el Codigo, que, para acelerarlo, hubiese una comi-
sión de cada cuerpo, que confiriese con una de estado,
para que pudiesen convenirse mejor; y asi paso la ley
del divorciO. Salieron contra él varias obras muy curio-
sas, especialmente de M. Bonald. Y es de advertir
que antes de formar el proyecto de ley se comunicaba
A todos los Cuerpos letrados de la Francia, que remi-
tIan sus dictámenes Y observaciones. Es un COdigo
excelente.
No hablo de otros cuerpos, porque la ley lo ha mu-
dado todo dando a la Francia casi la misma Constitu-
ción de Inglaterra, con sus dos Cámaras de Pares y
ComuneS que son los diputados del pueblo. Parece
que también iba a restituir las Academias. En tiempo
de la repi'iblica se hablan refundido en un instituto
nacional dividido en varias clases, de ciencias fIsicas
y metafIsicas, de historia, etc. Optaban a sus plazas
por mucho honor los mayores sabios de la nación, y
como correspon sales los de todo el mundo. Yo he sido
el ünico americano que tuve el honor de ocupar en él
un lugar como corresponsal, en la tercera clase, que
era la de la historia.
En orden a modas, las más veces ridIculas, note una
cosaen mi tiempO que me pareció racionalisima, y era
que no habIa entonces moda determinada en Paris, y
cada mujer se vestia diferentemente, conforme conve-
nIa a su figura. El peluquero, como nadie usaba p01-
vos, era un hombre de gusto, que despuds de observar
atentamente el gesto de la persona, su fisonomIa, co-
lor y ojos, iba ordenando los adornos propios para ha-
cer sobresalir la hermosura; cabellos largos 6 cortos,
rubios 6 negros, turbante 6 fibres, tal color de vestido,
de arracadas, de gargantilia, etc. AsI en ci baile que
dió el Ministro del interior al Principe de Parma, que
482
paso a. tornar posesiOri del reino de Etruria, habIa
guinientas, y nadie emparejaba con otra. AsI entonces
tambin me parecieron las mujeres hermosas en Paris;
cuando en 1814 que volvI a. 61, me parecieron demo.
nios con la chinoasa 6 vestido y peinado a. lo chinesco.
A proporciOn de las mujeres variaban los hombres, es-
pecialmente el corte de pelo, y conocI claramente por
qu6 a. veces unamisma mujer que boy nos parece be-
ha, manana no tanto 6 tea. No conviene el traje a. su
flsonomIa.
Tambjén note entonces cuán ridIcuios son los monos.
Los españoles son el mono perpetuo, en sus vestidos
y costumbres, de los otros europeos, principalmente los
franceses, cuyas modas adoptan sin distinguir tiempos
ni ocasiones, y por eso son más ridIcuios. VI, en lie.
gando el invierno, a. las mujeres del pueblo con pali.
lbs. De allá nos vino la moda que durO por toda la
naciOn espaflola tan largos años; pero ni allá los ileva-
ban las señoras ni nadie sino en tiempo de invierno,
en que todas las cables de Paris son un lodazal, y de
aili le vino en latin el nombre de Lulelia, los espaflo-
les agarran la moda y la usan en todo tiempo. De
Francia vinieron ]as botas y medias botas, pero sOlo
se usan alli en tiempo de invierno por el lodo dicho; y
ni en ese tiempo se atreverIa nadie a presentarse con
elbas en una casa decente, ni se le admitirIa, y en In-
glaterra ni en un teatro real. Mi espanol se las encas-
queta para el verano también, y se presenta con ellas
en todas partes. En tiempo del sansculotismo y pobre-
teria se inventaron las levitas, que los italianos lla-
man cubre-miseria, pero en Francia es un deshabille',
esto es, un vestido sin ceremonia, de casa: nadie se
presentarl con él en tertulia. El espaol lo ha hecho
un vestido solemne y general.
Es cosa muy notable en Paris, porque es el lugar de
la concurrencia general, lo que se llama Pala is-royal,
formado en el antiguo jardIn del Palacio del Duque
de Orleans . Es un cuadro de galerIas, Con habitacio-
nes encima, de soberbia fachada, y en medio árboles,
formafldo un paseo y jardincitos de fibres; es tan
grande que para dare vuelta se necesita cerca de un
cuarto de hora, y tiene dos atravesaflos COfl tiendas de
moda a uno y otro lado. En sus columnas se ponen
todos los avisos de obras, novedades, etc., y en sus
tiendas, que están bajo ]as galerlas, se vende lo más
pulido en todo género aun de libros. No hay persona
en Paris que no se yea alguna vez pór alli, y están pa-
seando también comb por sus casas las más hermosas
y galantes cortesanas, que por eso pagan una contri-
bución especial al gobierno. Sin salir jamás del circui-
to de I'alais-royal, se puede tener todo lo necesario a
la vida, al lujo y a La diversión. HabIa allI once coci-
nas, catorce cafés, dos teatros grandes y tres peque-
ños, etc., y hasta secretas con su bureau 6 mesa de
cambio de monedas, y gente de peluca que ministra-
ban servilletas para limpiarse, y agua de lavande 6
alucema para salir con el trasero oloroso.
En los cafés hay todos los diarios de Paris, que son
muchos, fuera de la gaceta oficial que se llama Mo-
nitor. Y los diarios extranjeros tarnbién. Todo lo lee
uno de balde, y todo café es un refugio contra el frIo
para la gente pobre decente, porque aIlI no se siente,
con las estufas. Después de la guerra de Espaia mas
se toma chocolate que café, excepto después de corner.
Y hasta de las malas mujeres venden por allI a hurta-
dillas almanaques, ya en prosa, ya en verso, con sus
nombres, habitaciones, dotes y propiedades.
I-labia en el café Borel un ventrI/ocuo, ü hombre que
L hablaba del vientre, cosa que, si ya no fuese un arte,
se creerIa una hechicerIa. Et apenas abre La boca, y
pone La voz donde quiere, lejos, cerca, en las vigas,
en la pared, como se le antoja; y jurarIa uno con to-
dos sus sentidos y todas las veras de su alma que allI
está hablando alguno donde 61 pone la voz. La varIa
484.
en mll tonos, y es cosa para volver a uno loco. As!, el
que ilevaba, a uno at café Borel, avisaba en secreto at
ventrIlocuo del nombre y patria del nuevo, y, cuando
él iba A tomar su café, el ventrIloquo entraba pregun-
tando quiéri era fulano, y at momento ponIa la voz en
una ventana alta, y to Ilamaba por su nombre para re-
cibir una carta que le traIa de tal parte, su patria. El
Ilamado tornaba at instante la escalera, andaba todos
los corredores, v nada encontraba. Pero apenas volvIa
A su asiento, cuando le volvIan a ilamar por su nom-
bre, dicidndole: venga vd. que aquI estov. El otro
volvIa, y era una diversion para todo el café.
HabIa otros cafés de dos salas, v en una se daba
müsica con cántico de mujeres, mientras en la otra se
representaba alguna piececita 6 entremés, y estaban
alternando hasta las once de la noche. HabIa también
el espectáculo de La fantasmagorIa, 6 el arte de los
sacerdotes gentiles para hacer aparecer y obrar los
dioses y las sombras 6 manes de los muertos que ye-
nIan hasta a echárseie a uno encima. Estaba también
recién descubierto el galvanismo, 6 electricidad ani-
mal, cuyos nervios, en tocándolos a un tiempo con
dos metales hacen saltar a un animal muerto, y mover
con rapidez sus miembros. Un hombre muerto abre
los ojos, y to he visto mover los brazs v estar con
ellos sacándose las tripas, porque el cuerpo estaba
abierto. Nada dire del lujo de los teatros, que eran
treinta. El teatro mayor, 0 de las Artes, se pagaba
mu y caro, estaba siempre ileno; y con todo era nece-
sario que la Repi'iblica ayudase cada aio con un mi-
liOn de pesos. SOlo para el baile habIa mil jovencitas
y para las perspectivas y trajes de la sola ópera de
Los Misterios de Isis se gastaron setecientos mil fran-
cos, que equivalen a otras tantas columnarias. AsI
Haman en Espaha to que nosotros dos reales, porque
la peseta espailola vale un real de Espafla menos que
la nuestra. En España un peso, que Raman duro, tie.
I-
485
BIBLIOGRAFIA:
Eduardo de Hin°J°'
lIistola del Derec/jo Español, Rafael de
lJrena y smenjatid. La legislación got/co-/i /sjsana, Madrid,
(estUdio especial de la edición acaddmica del Fzicro, págs.
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55 ;1 esaño/, Madrid,
a'ercchOs, roma no, canOn/co y
di' los Ires Salvador del Viso, Lecciones elementa-
zSI. pags. 144. 152, 258: dc Espaa, Va-
y de derecizo merca Wil y penal
Jes di' /1storia
let3Cia, iS65. págs. 39S. 399' 448. Además: Juan Sempere y Gua-
rinOs, E,,savO di' una billioteca esj'aiioia di' los 7flejor€s
escri/Or'S
del re/na do de Carlos lIZ, Madrid, 5785, arti-
culo LardiZdt Beristáifl, Biblioteca Izispano-americana st^
lllexicanos
tentriozia!, articubo Lardizdbal.' Francisco Sosa,
/s%ingu:d05. artIculO Lardizdbl.' Manuel de Olaguibel, arti-
cub Lardizdb0 t' en Hombres i/us/ri's mexicafloS, Eduardo L.
Gallo, editor: Mariano Roca de .Togores, Marques de Molins,
Res,za his/Or/Ca de la Academia Esjañola, en el tomo I de
las J/'cmOriaS di' la Academia, pigs. 22, 26, 32, 45, 48, 60, 75.
ICONOGRAFIA:
(x) 4cSub hoc Rege Gothi legum statuta in scriptis habere coepe-
perunt, nam antea tantum moribus, et consuetudine tenebantur.
S. Isidor., Ifistor. Gol/zor. in Eurico.
493
de la falsedad de semejante
1as para convence e
asercióhl, basta ver que en Tácito (I) que Jos germa-
juntas y comicioS en que se trataba lo
nos tenlan SUS
A la paz y la guerra: nornbraban personas
onduCe Tte
con el nomb1e de prInCipeS para administrar justicia:
arreglaban Jos derechos de las sucesiofles, el estado
de Jos sieOS de Jos libertos: imponlan penas a Jos
delitOS. ZY a
quién podrá persuadirse que podlan ha.
cer todo esto sin el establecimiento de leyes verdade-
raS, aunqu e no fuesen escritas?
Es verdad que a continuación de lo que queda di-
cho de San Isidoro, afiade el mismo santo, que antes
de EuricO Jos godos sóIo se gobernaban por usos y
costumbre s , lo que sin duda ha dado motivo más prin-
cipalrneflt e a la equivOCación, creyendo que las pala-
bras ,norih1S et consieIudt#€ de que usa el Santo se
contraPofle n a todo gdnero de leyes, no contraponién-
dose verdaderamente Siflo a solas las escritas y a la
compilaCió fl de eUas, de que solo se trata alil, y lo
que .s cierto que no habla entonces entre Jos godos,
adeinâS de que la palabra mos significa tambin ley no
escrita, y este significado le dá el mismo san Isidoro
en dos lugares de SUS etimologias. (2)
Que las naciones bárbaras se gobernasen por leyes
no escritas antes de haber hecho sus compilaciones, se
ye claro en Warnefrido, el cual dice que Rotari, rey de
Jos longobardos, fué el primero que mandó poner por
escrito las leyes que sOlo conservaban de memoria '
por el uso (i) . Y el mismo Rotari en el epilogo de su
compilaciOn, a la cual di el nombre de edicto, dice
DE LAS CUALIDADES
y circunstancias que deben concurrir en las penas-
para ser i.Itiles y convenientes.
(') La ley 6, tit. r7, Part. 7, impone pena capital al tutor que casa-
re con su pupila, y destierro y confiscación de bienes si abusare de
ella sin casarse. La razón que da la misnia ley es porque, casán-
dose el tutor con la pupila. no podrá ésta pedirle cuentas en la ad-
ministracidn de la tutela. Esta ley, que prefiere los bienes al ho-
nor de la pupila, Ecuánto daflo pudiera causar a ]as buenas costum-
bres, Si estuviera en observancia?
(2) De festril des loix, lib. 12, cluyp. 4.
() Dc Leg., III. CAToxioe j'Oena tor esto, ut sno v/I/o quis-
que /'lectalu,-: v/s caite, avarzj2a mu/Ia, honor/s cuidiIas ig-
nominicz sancialar .
cen a cuatro clases: contra la religiOn, contra las cos-
tumbres, contra la tranquilidad ycontra la seguridad
pübica 6 privada. Los delitos contra la religion (no los
que turban-el uso 6 ejercicio de ella, porque estos, Se-
gOn sus circunstancias, pertenecerán a Ia tercera 6
cuarta clase, sino los que Son pUratneflte contra la re.
ligión y el respeio debido a ella, comojuramentos, bias-
fernias, etc.) deberfan castigarse, para que la pena se
derive de la naturaleza del delito, con la privaciOn de las
ventajas y beneficios que ofrece la misma religiOn a
Jos que la respetan y reverencian, como es Ia expulsiOn
de los templos, la privaciOn de la sociedad de Jos fie-
les, etc.
6 No faltan ejemplos de esto en nuestras mismas
leyes. La lei, 8, lii'. I, lib. I tie la Recopilacidn proh i be
que se hagan duelos y liantos por los difuntos, desfi-
gurando y rasgando las caras, mesando los cabellos 3,
haciendo otras cosas semejantes, Jorqzve es defendido,
dice la le y , por la Santa Escri/zira, y es COSci que no p/a-
ce d Dios; y si algunos lo hiciereri, se manda a los pre-
lados adviertan a los clérigos, cuando fueren con Ia
cruz a casa del difunto, y hallaren que están haciendo
alguna cosa de las dichas, que se lornen con la crziz, y
ho en/rev con el/a do esluviere €1 ti/c/to fi
na do; y d los que
lo tol ficieren, que no los acojan en las Iglesias fasta
un vies, vi di,-an las /zoras cuando entraren faciendo
los dichos ha n/os fasla qué liaR-an peni/encia dc/b. La
icy 32, Iii. 9, Port. I al que fuere excomulgado, y
pasado un ao se mantuviese en la excomunión, le im-
pone por pena que si oviere patronadR-o en a4runa Egle-
Sb, d O/r,r) derecho aigvito J5orque debiese rescehir del/a,
j5i/rdelo por todo aquel tiempo que finc a en descomzinidn.
7 1)el mismo modo los delitos contra las costum-
bres se deben castigar con la privaciOn de las yenta-
jas y beneflcios que ofrece Ia sociedad a los que con-
servan Ia pureza de ellas. La verguenza, el oprobio,
el desprecio, la expulsiOn del lugar serán penas corres-
6
498
pondientes: asi como lo serán para contener los deli-
tos que perturban la tranquilidad privar a los delin-
cuentes de la misma tranquilidad, ya quitándoles La
libertad, va expeliéndolos de la sociedad que pertur-
ban. Por La misma raz6n debe rehusarse la seguridad
al que perturba La de Los otros, castigándole con penas
corporales, pecuniarias 6 de infamia, segün que él per-
turbase la seguridad de la persona, de los bienes 6 de
La honra de sus conciudadanos.
8 Pero hay algunos delitos que correspondiendo
por su naturaleza a una clase, las circunstancias ha-
cen que pertenezan a otra. El juramento, por ejemplo,
que pot- su naturaleza es contra la religión, y pertene-
ce a la primera clase, si de él se siguiere perjuicio de
tercero, segün fuese este perjuicio, corresponderá a la
tercera 6 cuarta. El rapto, el estupro, que son contra
las costumbres, y pertenecen a La segunda por la vio-
lencia que causan y la seguridad que perturban, Co.
rresponden ya a la cuarta, y asI deberán castigarse
con las penas correspond ientes a ellas.
g Sucede también algunas veces que las penas que
se derivan de la naturaleza de los delitos, 6 no son
bastantes por si solas para escarmentar al delincuen-
te, 6 no se pueden imponer. Las penas religiosas, pot- -
ejemplo, podrán tal vez no ser bastantes para conte-
ner a los sacrIlegos; entonces es necesario usar de pe-
nas civiles. El que invade los bienes de otro sin per-
judicarle en su persona, deberIa ser castigado con pe-
nas pecuniarias; pero si no tiene bienes, como sucede
muchas veces, no debe quedar el delito impune. En to-
dos estos casos y otros sernejantes es necesario imponer
otras penas; pero procurando siempre apartarse lo me-
nos que sea posible de la analogIa que debe haber entre
la pena y el delito: regla que no se ha observado en al-
gunas de nuestras leyes. La Icy 6, tit. 6, lib. 6 del Orde-
namienlo Real manda que si algunas personas ocupa-
ren las rentas reales, que j aguen la die/ia tonza con las
1.
499
F eIe,zaS, y
,,, up ra
Si 7W Iuzi€r€ (Ie qiie lo pa8O ar CU
25or -, - -.
el/a. Lo mismo deterrnina la itv L tit
Par!. 2 acerca de los que ocultaren y se apropiaren
-I,
T
1k.
500
50i
Ia pefla capital, pOrque la seguridad personal consta
grados desde Ia perturbación de La tranqui-
de rnuchoS
lidad hasta la privación de La vida, los cuales nunca
deben con j undirse por las leyes; de otro modo una in-
juria persona l , uflOS golpes, una herida deberIan casti-
garSe Con la misma pena que el homicidlo.
For regla general las leyes penales deben ha-
14
cerse de modo que el que se determine a corneter un
delito tenga alg(in interés en no consumarle, en no co-
meterle con ciertas circunstancias que le hagan más
atroz y perfliCioSO en no pasar de una atrocidad a
otra. Esto solo puede conseguirse por medio de una
graduaciOn de penas proporcionadas a los progresos
que se hagan en La prOsecuciOn del delito, a las cir-
cunstancias más 6 menos graves, y a la mayor 6 me-
nor atrocidad. Las penas y los premios obran de una
misma inanera en su clase, y producen respectivamen-
te los mismoS efectos, aunque de Un modo inverso. Si
el mérito comün y ordinario se premia igualmente que
el extraordinario y singular, los hombres se contenta-
án con una medianla, y nunca aspirarán a cosas gran-
des, porque, alcanzando lo mismo con poco trabajo tra-
bajo que con mucho, les falta el estimulo d interés que
regularmente suele ser el principal mOvil de Ia mayor
parte de las acciones humanas. For la misma razOn,
si los delitos menores y menos cualificados se castigan
con igual pena que los mayores y más atroces, con f a-
cilidad se llegará a los extremos, porque en ellos sue-
le darse más desahogo A las pasiones; por otra parte
no hay más que temer, y por consiguiente no hay tam-
poco un interés que esti mule a contenerse en los me-
dios.
15. Otra contradicción no menos singular que cau-
sa la desproporciOn de las penas es hacer impunes y
mas frecuentes aquellos mismos delitos que con más
cuidado y esfuerzo pretende extirpar la ley. Tal es el
efecto que entre nosotros ha causado la pena capital
L.
502
>
- - -
[i] in Afelpom.
[2] Feriatur in foro, ommes videant .....ccclus est in convi-
jo daminare hominem. Sneca, IV Controv. 25. El Empera-
dor Maximiliano I aboiióel aflo de 1512 el famoso tribunal secreto
de Westfalia, en el cual Se condenaba a un acusado en secreto sin
formalidad ninguna, sin oirie ni convencerle. Algunos atribuyen su
creación a Carlo Magno, diciendo que lo hizo para domar la du-
reza de los Sajones. Pero nunca puede haber razdn para atrope-
liar el derecho de la naturaleza.
[3] En Inglaterra se publican las sentencias pronunciadas con-
tra los reos, se hace mencidn de ellas en los papeies pdblicos, y
hay un diario destinado para dar cuenta de los trials que salen
cada mes.
[.] P. Du-Hald. • Descr. de la Chin. • torn. 2.
0
5o6
brica del entendimiento humano, y puede con verdad
decirse que sobre las tiernas fibras del cerebro está
fundada La basa inalterable de los más firmes Tm-
perios. Mas para conservar en el enteridimiento La
union de las ideas, deben estas ser realmente insepa-
rabies en los objetos. Es, pues, necesario, que la pe-
na siga inmediatamente al delito. Es muy importante
que el delito se mire siempre como causa de la pena,
y la pena como efecto del delito. Si se quiere mante-
ner el orden püblico, es necesario observar con vigi-
lancia a los malos, perseguirlos sin intermisiOn Y cas-
tigarlos con prontitud.
23 Asi lo han creIdo también nuestros legislado-
res. Una ley de Partida (i) manda que ninguna causa
criminal pueda durar más de dos aflos. En el Auto
acordathi 21, Iii. II, lib. 8, se manda que todas las
causas que se fulminaren, asI de oficio como a quere-
ila particular en materia de hurtos, robos, latrocinios
cometidos en la Corte y cinco leguas de su rastro, se
hayan de sustanciar y determinar precisamente en el
término de treinta dIas. La misma razOn hay para
extender esta providencia a todos los lugares fuera de
la Corte, no siendo el hurto de muchos cOmplices, en
cuyo caso se deberá fijar un tiempo proporcionado; v
aunque no se prescriba el término preciso de treinta
dIas para ]as demás causas criminales, se deberlan
cortar muchas dilaciones, que, no siendo necesarias
para la justa defensa de los reos, les son a ellos mis-
mos sumamente perjudiciales, igualmente que a la
causa piblica, a la cual importa que los delitos se
castiguen con toda la brevedad posible.
24 Si la prontitud en el castigo hace la pena más
ütil, tambin la hace más justa. Cualquier re-o, mien-
tras no es convencido y condenado legItimamente, es
acreedor de justicia a todos los miramientos que dicta
516
cación el Juez, está tan lejos de contravenir a La ley,
que antes bien cumple debidamenie toda la voluntad
del legislador: porque el saber de las leyes, dice el Rey
don Alonso (x), non esid solamenle en aprender J de-
-orar las ic/ras ifellas, ,nas ci ;'cfrdadero en/c,: dim ic n/a
dc/las. Esto es, entender v penetrar el sentido de las
palabras, y con él la mente del legislador.
39 No creo, pues, que sea tan peligroso como pre-
tende el Marques de Beccaria (2), el axioma com(in,
gue propune por necesaria Lo::sullar clespirilu de la Icy.
Los inconvenientes contra que justamente declama,
de que tarnbién hemos hecho mención, no provienen
de consultar el espiritu de la ley, sino del arbitrio vo-
luntario y no regulado de los jueces, cuyas causas
hemos expuesto igualmente.
40 Cuando la ley es obscura, cuando, atendidas sus
palabras, se duda prudentemente si La intención del le-
gislador fué incluir en ella, 6 excluir, el caso particu-
lar de que se trata, y que no está expreso en las pala-
bras, entonces no debe ni puede el juez valerse de su
prudencia para determinar, aunque parezca justo, si-
no ocurrir al Principe para que declare su intención,
como se previene repetidas veces en nuestras leyes.
(3).
41 Si La ley es clara y terminante, si sus palabras
manifiestan que el ánimo del legislador fué incluir ó
excluir el caso particular, entonces, aunque sea 6 pa-
rezca dura y contra equidad, debe seguirse literalmen-
te, verificándose en este caso lo que jurisconsulto Ut-
piano dice de la disosición de una ley romana (4):
Esto es a la verdad sumamente duro; pero asi está es-
.i I
diferencia que ha y entre consultar el espIritu de la ley,
DEL TORMENTO
533
71,
534
La poca ilustración de un siglo hace también que pa-.
sen por buenas y verdaderas ciertas opiniones general-.
mente recibidas, aunque en realidad no lo sean. Para
que una ley no pueda [lamarse con verdad injusta,
basta que cuando re estableció Se hubiese creIdo ütil
y conveniente, segilin el tiempO y circunstancias en que
se hizo. Pero si después, 6 por la mudanza de costum-
bres, 6 por la mayor ilustración, 6 por otros motivos,
se conoce el error y los inconvenientes, el advertirlo
y manifestarlo no es combatir las leyes, como dice D.
Pedro de Castro, para hacer odioso a su coinpetidor,
no es tacharlas de injustas, ni es faltar al debido res-
peto a los legisladores. Desear que las Ieyes sean ttiás
perfectas no es ultrajarlas.
30 Además de que La tortura no esta tan autoriza-
da por nuestras leyes como vulgarmente se cree. Ni
el Fuero Viejo de Castilla, ni en el Fuero Real. ni en
el Ordenamiento de Alcalá se hace men ción alguna del
tormento, el cual se introdujo con las leves de las Par-
tidas, no siendo extraño que en estas se hubiese adop-
tado porque se tomaron del Derecho Romano, de las
Decretales, y de las opiniones de los Doctores que co-
rrIan en el siglo décimotercio, en que se formó dicha
colección, la cual es constante que no se promulgó con
autoridad püblica, y sus leyes no fueron reputadas
por tales, ni tuvieron fuerza ni autoridad alguna, has-
ta que el Rev (i) D. Alonso XI, en las Cortes que Ce-
lehró en Alcalá de Henares en la era de 1386 (ano de
1348), mandó en una le y del Ordenamiento de AIcalá
(2) que todas las causas civiles y criminales se deter-
(i) L. 24, I?. 21, Pa?-I. 2.-L. 61. tit. 4 . y 1. 13 121. 7. lib. 2.
Recof. v otras.
en los ciudadanos Rornanos (i) Luego el tormento no
es nfl medio necesario pal-a averiguar y castigar los
delitos, coma pretenden sus defensores.
/Qué necc'sidad Cs es/a Ian into/e ra/,l', dice el
doctO y piadoso Luis Vives (2), de una cosa que no
es ütil y que se puede quitar sin daflo de la repiibii-
ca? 1 O,ito z,/yen, 5m b, lal2iaS genies aunque lanidas por
hdr/'a,-as i/a los Griegos y Latinos, las cuales n,iran conzo
ui/a (0S Jiera / inhumana alormenlar a un hombre qua
no es/ti convcncjdo de un dc/i/o? Cómo viven, puedo yo
decir ahora con más razón que \ T ives, tantas gentes y
naciones no ya bárbaras, sino cultas v muy ilustra-
das, sin el tan decantado retnedio de la tortura?
40 Nunca fué admitida en Ingiaterra. Ha sido abo-
lida en ci Imperio de Rusia, en Suecia, en Prusia, en
Ginebra. Finaimente Luis XVI, Rev CristianIsimo de
Francia, convencido par las reflexiones y experiencia
de sus Magistrados, de que en la tortura hay más ri-
gor qtie proporción para descubrir Ia verdad, La aba-
ho en sus Es t, ados par una deciaraciOn de 24 de Agos-
to de 1780, registrada en el Parlamento en 5 de Sep-
tiembre del propio año. Aun antes de esta declaraciOn
no se usaba ci tormento en Fran cia entre los soldados.
LVucsiras ieyes mi/i/ares, dice Mr. Letrosne [s], no han
admit/do ci lo,-menlo. Es cosa singular qua unas leycs he.
chas j5ara hombres acos/umbrados a! , -i aor y aus/e,-idad
i/c la discip/ina mi/i/ar sean menos dim-as qua las que Sc
han hecho j5ara los cindadanos, y cuya ejecucidn es/a con-
—,Owl
542
nado con este nuevo acto de hurnanidad. Yo le dird
que es cierto que en donde se ama la falsa libertad, no
hay verdadera ciencia, no hay piedad, no hay amor al
Soberano; pero que serla una muv grande temeridad
el decir que en las naciones expresadas porque se ha
abolido el tormento se ama la falsa libertad, y no hay
por consiguiente en ellas ni ciencia, ni piedad, ni amor
a los Soberanos.
45 Diga Don Pedro de Castro queargüir que seue-
tie vivir sin ci uso del lormenlo, torque sin /1 han vivido
y viven muchas genies, es un argum en/a indigno de la sa-
bitiurla de Luis Vives, y que en es/a ocasión hahió con
los Bdrbaros. Yo lo dire con más barbaridad.....Pe-
ro se fastidia va el ánimo de tratar un asunto tan tris-
te y desagradahie, y para concluirle, y dar fin a. este
Discurso, quiero oponer a las máximas de un Sacerdo-
te severo, el humano y enérgico razonamiento de un
sabio y elocuente Magistrado de la Francia.
46 'Un espectáculo horrendo (dice Mr. Servant
'(i), Fiscal del Parlamento de Grenoble), se presenta
c de repente a. mi vista. Cansado ya el juez de pregun-
'tar con palabras, quiere preguntar con suplicios. Im-
cpaciente en sus aver iguaciones, é irritado acaso con
'su inutilidad, hace traer cordeles, cadenas, palancas
'y todos los fatales instrumentos inventados para ex-
'citar el dolor. Un verdugo infame viene a. mezclarse
'en las augustas funciones de la Magistratura, y acaba
cpor La violencia un interrogatorio que comenzó por La
c libertad. Dulce Filosofla, tü que solo buscas la ver-
'dad con la atencidn y con La paciencia, creerIas que
'en tu siglo se empleasen tales instrumentos para des-
'cubrirla? Es cierto que nuestras leyes aprueban este
'metodo, y que el uso le ha consagrado? Y despues
c de esto, podremos hechar en cara a. los Antiguos sus
544
c nos, que los pueblos más sabios proscriben sin reze-
lo la tortura, y la insultan entre nosotros, como en
su iiltimo asilo. Nuestros más grandes hombres,
'nuestros mayores ingenios la ban denunciado al tri
bunal de la razón, combatidndola y afeándola antici-
padamente en sus escnitos. Yo creo honrarrne mucho
en mezclar mi voz con las suyas, y en dar püblica-
mente un testimonio favorable al Gnero Humano:
si la supersticidn del uso me suscitare a1gin censor,
la humanidad, que me aplaude interiormente, me con-
solará entre las murmuraciones de la preocupacidn.
(Discurso sobre las penas, cap. V, VI.)
JOSE MIGUEL GURII)I ALCOCER
BIBLIOGRAFIA:
548
isa ve'lido en los n2ms. 13 y /4 del "Telégrafo America.no".
Cádiz. imprenta de D. Agapito Fernández, 1812. [Existe en la
Biblioteca Nacional, pág. 318, catálogo de la Novena división.]
RepresentaciOn de tsr Dz/'zstaciOn Americana d las Gorles de
Esaña. En i9 sic Agoslo de i8,,. Londres. en la imprenta de
Schuize y Dean, 13 Poland Street, Oxford Street. 1812. —Reim-
presa en Mexico, imprenta de Alejandro Valdés, 1820. [Biblioteca
Nacional, pag. 318, Novena division]. Reimpresa tambiCn por
Alamán, Ilisloria de Mexico, tomo III, documento nOm. 2 del
Ap6ndice.
ExorlaciO;; que para ci juramenlo de la Constituci6n Cfl 1(1
ICONOGRAFIA
APUNTES
de la vida de D. José Miguel Guridi Alcocer.
LEGAJO I.
APUNTE 8.
T e 0 1 0 I a.
LEGAJO 2.
APUNTE I.
Jurisjirudencia.
APUNTE 2.
Dos lances raros.
APUNTE 4.
Desgrtzcias.
DD /
558
APUNTE 5.
Elccció,: de es/ado.), de protector.
Llevado de ml inclinación a la Iglesia, y desprendi
do ya de las amarras que me detenlan para entrar en
559
LEGAJO 3.
APUNTE 6.
El mayor Virrey de Méxio.
564
Semejante ardid para descubrir la verdad fué muy
celebrado, asi corno todas sus acciones y prendas, que
realzaba con la finura de su porte, y la urbanidad y
atención con que trataba a todo género de personas.
No es posible dar en breve justa idea de un hombre
que era admirable por cualquiera parte que se le mira.
Se: sordo a la adulación, insensible al favor, impene-
trable por los obsequios, térreo para el trabajo, de I ue-
go por el celo y actividad, de bronce para la constan-
cia, de cera para la conmiseración, de diamante por la
finura y de oro por los talentos.
No ten la que envidiar a los mayores Heroes de la
antiguedad, sino lo que Alejandro A Aquiles, esto es,
un sabio que aplaudiese dignamente sus hechos, como
éste tuvo a Homero y aquel a Quinto Curcio. Ha ha-
bido ya quien recite sus alabanzas en los honores pós-
tumos que se le han tributado en medio de los templos,
A la presencia de los altares, y aun se han dado a la
prensa; pero nadie todavIa ha igualado La celebridad
de su nombre. Yo hubiera ya emprendido su elogio, si
solo hubiese consultado mis deseos, sin tantear mis
fuerzas; pero al considerar lo débil de éstas, congratu-
Iándome de haberlo conocido, me contento con ser su
admirador, ya que no puedo aspirar a la gloria de su
panegirista.
LEGAJO 5.
APUNTE 2.
APUNTF 3.
I*
568
AiadIa a su belleza y alta esfera todas las gracias
encantaoras de la müsica, y un genio amable, des.
prendido del orgullo. Ni ]as dotes con que la regal&
Ia naturaleza, ni la opulencia de los bienes de fortuna
que posela su marido, ni ]as adoraciones 6 inciensos
que la trihutaban mil derretidos corazones, bastaron a
soplar en sus cascos Ia vanidad. Esta circunstancia
sobre las demás me prendó, y como hallé gracia en
sus ojos, sin detenerme en el examen de su carácter y
tlentos la amé luego.
No pienso lo extraflará sino quien, no pudiendo
formar nobles ideas de aquella inclinación, se lo repre-
senta solo entre las sombras del delito y del horror, 0
quien ignore el mecanismo moral de los afectos. Las
prendas son imán, y acero las voluntades. Un objeto
amable es preciso que arrastre tras si a cuantos co.
nozcan su mrito, y para que yo deje de amar a un
sujeto digno de ello, no basta sacarme el corazOn, es
necesario también quitarme el alma.
Un amigo me introdujo en casa de Nise, pero en
breve no necesité ya de su auxilio, porque ella misma
me permitiO el honor de frecuentarla, expresándome
podia ir por ml sOlo cuando gustase. Todo el tiempo
que duré en Mexico, la visité a menudo, hice hablar
A las Musas, enipleando en ella la pcesIa, tome los co-
loridos de ésta para hermosear la prosa de ]as con-
versaciones, y disfruté sazonados ratos oyCndola gor-
jear al compás del fuerte-piano que pulsaba dulce-
mente. Pero como todos los gustos de Ia vida termi-
nan en una amargura mayor que el deleite con que
brindan en los principios, comencé a sentir con satis-
facciOn el dolor de Ia despedida.
Antes de Ilegar, me preseute pidiendo certificaciOn
de los votos que habla ganado en la terna de la Ca-
nongla; pero se negO absolutamente en dármela el Ar-
zobispo. No lo sentI mucho, porque sOlo la querla pa-
ra mayor constancia, teniendo ya en mi poder la sufi-
569
ciente en un oflcio, que me habla dirigido el Secreta-
rio de Cabildo at
avisándome los votos. Tampoco culpé
de Ia negativa Principe, el Exmo. 6 limo. Sr. Dr.
D. Alonso Nt'iñez de 1-laro y Peralta.
Era de muy fina literatura y de bello gusto, espe-
cialmente en el pülpito, en que se hacIa admirar, tanto
por las piezaS como por el arte de decirlas, a que afia-
dIa gracia su hermosa figura. Lució en Italia siendo
Colegial mayor de San Clemente de Bolonja, y en Es-
pafia de Canónigo de Toledo, de donde ascendió at
ArzobiSPadO de Mexico, acumulando a esta dignidad
Ia Gran Cruz de Carlos III Y el Virreinato y Capitán
General de Nueva Espala. Era de sana intención y
corazdn nobilIsimo, pero el extremado amor a su pa-
tria to hacIa ver con desafecto el pals que gobernaba,.
y el demasiado concepto que tenla de algunos que to
rodeaban, y de que ellos solIan abusar, to hacIa em-
prender a veces to que no hubiera pensado obrando sin
sugestión.
Respeto su memoria, y amd su persona, aunque no
fuera sino porque recibI de su mano desde la Tonsura
hasta el Diaconado. No me quedó, pues, de S. E.
queja alguna, y converti todas las más contra el hado
y las estrellas, que me estrechaban ya a separarme de
una ciudad donde recibI tantos favores y en donde
dejaba a Nise, que en los ültimos lances no pareció
sino que intentaba hacerme más dolorosa la partida
aumentando sus finezas. La caminata, por quererlo
asI tres amigos que me acompafiaron por pasear, se
dirigio por Chalco, y yo mezcld con las aguas de su
laguna mis lágrimas, regando tambidn con ellas los
montes y Jos valles.
570
APUNTE 4.
Co ii / r a lie in j o.
572
Me enternecI con tan doloroso espectáculo, espe-
cialmente haciendo paralelo entre su actual situación
Y el resto anterior de su vida, en que levantaba en
peso un concurso, teniendo pendientes de sus lahios a
cuantos lo escuchaban. Dan ganas de moralizar en se-
mejantes casos, y yo ponderaba dentro de ml la, mise-
na humana, al ver sin voz a! Ma y or Orador de Am&
rica, y me pareció mirar muda é. la elocuencia mkma.
AsI sobrevivió todavIa cerca de dos aflos, si puede
ilamarse vida una muerte anticipada, a la que no fal-
taba para liamarse tal sino el polvo del sepulcro. Yo
lo vi como un cadaver que ain no se habla enterra-
do.
APUNTE 5.
Despedida del jueo.
Any de 179.
PROCLAMA.
BIBLIOGRAFIA:
ICONOGRAFIA:
LA PRIVACION INUTIL.
584
Tendran fin nuestras desgracias
y terminar;i el tormento;
y a la desecha borrasca
sigue siempre un dia sereno:
mas entre tauto, bien mb,
suframos, y procuremos
vencer la, adversa fortuna
con la paciencia y silenclo.
SONETO XXXI
CONTRICION POETICA.
ODAS ANACREONTICAS.
X.
ODAS PINDARICAS.
Iv
589
De las hermanas nueve
el coro yace sumergido en duelo,
se anega en ilanto, y mueve
a compasi6n la tierra y airno cielo;
y en la tiniebla obscura
oculta el numen delio su faz pura.
Decid, qué mano impIa,
sagradas hijas de la fiel memoria,
turbo la melodIa
de nuestros himoos, y os robó la gloria?
Maldad tat en quién cupo?
Y quién la tea fatal empufiar supo?
DélIco Dios, dormIas?
Faltábante las flechas venenosas?
de Dafne en pos corrias,
diciéndole tus cuitas amorosas?
iCOmo, dl, permitiste
incendio tat, ni el Pindo defendiste?
lAyl layl el más querido
de tus sacros atumrios to ha abrasado,
la guerra te ha movido,
la llama a tus tesoros aplicado,
sin olr tu humilde ruego
iMaldita llama, detestable fuegol
Casaus, Casaus, qué has hecho?
Qué infernal furia dirigió tu mano?
Quién agitO tu pecho?
Quién te infundiO designio tan insano?
Furia cruel, no vomites
llamas contra el lenguaje de los Dites.
!Dar at fuego tus versos,
que néctares hibleos muy más suaves,
aun más que cristal tersos,
más sonoros que el trino de las ayes,
las que de ti aprendIan
los cantos con que a Febo recibIan?
Los versos que escucharon
590
del Olimpo los sacros moradores,
absortos, y olvidaron
la ambrosia deliciosa y los amores,
y aun el canto sonoro
que Apolo principiaha en lira de oro?
Versos que adormecieran
al Cerbero, y al reino de la vida
segunda vez volvieran
del Cantor Tracio a la beldad querida,
que si en Tebas sonaran
segunda vez a Tebas fabricaran?
lVersos cuya dulzura
del Ibero las glorias formó un dIa,
que la raza futura
ilena de admiración repetirla,
en mármoles grabara
y en láminas de bronce conservara?
Versos iayl semejantes
triste pábulo son de llama ardiente
de fulgores vibrantes,
y en cenizas se tornan finalmente?
Cuando el fuego aplicaste
Casaus, vate divino, en qué pensaste?
iAh, liamal deja, deja
de proseguir la empresa que acometes;
oye el ruego y la queja
del humano linaje: que respetes
mi voz conseguir pueda
de ese tesoro sacro lo que aun queda.
59'
XIII
AL CUMPLEAOS DE SILVIA
592
ELEGIAS.
I.
Epitaflo.
Del hombre más virtuoso Ia ceniza
aqueste duro mármol cubre avaro,
y aquI de Paz el nombre siempre caro
el lianto de su patria inmortaliza.
Otro.
Siempre opuso at peligro pecho inerme;
jamás de la virtud dejó el sendero.
No sigas adelante, pasajero,
sin acatar at justo que aquI duerme.
598
ODAS RELIGIOSAS.
VIII.
ODAS FILOSOFICAS.
I.
603
y extátiCos te siguen por la inmensa
bóveda del santuario del Eterno,
do la oración intensa
del justo perseguido escucha tierno.
en vida congojosa,
nido revuelto del mortal cuidado,
ODAS HEROICAS
III
VI.
615
4
617
:ara? dónde
-- os tImida se esconde?
FRANCISCO ORTEGA
BIBLIOGRAFIA:
11/s/or/a antigua de J1 v/co. Eser i/a jsor ci Lie. Don .31a-
riano Veytia. La publica con var/as no/as ci C. F. Ortega.
rIéxico, imprenta a cargo de Juan Ojeda, 1836. 3 vols. [El apén-
dice de Ortega Ocupa las páginas 223 a 427 del tercer volumen.]
Poeslas. Mxico, imp. por Ojeda, 1839.
prosodia esarioia ax/rae/ada de las ieee/ones de Don Ma-
riano José Sic/i/a, con var/as modificaciones y adiciones, y
tiles/a en verso ara Ia Escuela Fzibiica de Tulancingo, Mdxi-
co, librerIa del Portal de Mercaderes nüm. 7, 1843.
M('mor,a sobre los mcdios de desterrar la cmbriaguez, 2Sre
sn/cida en 30 c/c Abril c/c :846, y jremiada en ci concurso
abieitO po p, con voccitoria del Atenco ilfcxicano c/c :6 c/a No-
vjem. bre c/c 1843 y 2sromozfido to;- ci sci7or Don Francisco Fa-
goagcl. Mexico, imprenta de I. Cumplido, 1847.
CONSULTAR: Marcos Arróniz, jlZanua c/c biografla Mcxi-
cana, articulo Ortega; Z)iccionario c/c izistoria ygeografici,
Mexico, 1853-1856, artIculo Ortega (excelente biografia por E.
jZ. O.—Eulalio M. Ortega—); Francisco Sosa, ilfexicanos c/is/in-
guidos, artIculos Francisco Ortega y An/edo Ortega; Francis-
co Pimentel, 11/s/or/a en//ca c/c la poesia en Alex/c,, cap. XII.
Ortega; Ricardo Ortega y Perez Gallardo, His/op-/a gencalógica
c/c lasfarni/zas mds an/iguas c/c Mexico, Mexico, 1908-10, tO-
mo II, Condado c/el Valle c/c Opioca: M. Mendndez y Pelayo.
prologo a la Anto/ogia de toe/as /zisanoamcr/canos, tomo I,
páginas XCVI a XCVIII: Guillermo Prieto, iWemorias c/c mis
tiempos, págs. 125 y 126.
ICONOGRAFIA:
En vida de Don Francisco Ortega, hacia I830, Se hizo Un ret rato
suyo, relieve en cera, que posee actualrnente su nieto el Lic. D.
José Ortega y Fonseca.
Al morir el poeta, se tomó su mascarilla, y sirviéndose de ella
se hicieron dos bustos conservados hoy por sus nietos Don José y
Don Francisco Ortega y Fonseca, y un óleo, pintado por Inchau-
i-ri; este óleo, que existe en poder de D. Ricardo Ortega y
Perez Gallardo, nieto también del poeta, fuè reproducido, en li-
tograffa, en la Ilistoria c/c iá toesia. en jlléxico de Pimentel,
edición de 1885.
P. H. U.
622
ODA IV.
ODA V.
y aligero lanzarse
hacia el dter inmenso,
y, de Newton a par, las luces be1las
medir del sol. la luna y las estrellas.
EL mar amenazante arrostraremos,
y con naves ligeras
correremos las costas extranjeraS,
y de frutos cargados tornaremos.
Veremos los lugares
do nace y muere el rutilante Apolo.
He aqul de vuestros padres Los hogares,
nos dirá el castellano:
podremos visitar el yerto polo,
y también abrazar al libre habano.
No temerá la vista
del anglo, ni del bátavo industrioso
el mexicano artista;
y su nombre, boy obscuro, y humildosor
al desdn 6 al olvido condenado
de La Europa altanera,
veráse respetado
y en prez tenido par La Europa entera.
lOb sin igual ventura
que nuestros padres nunca conocieron,-
nuestros esclavos padres que vivieroa
sumidos en La pena y La amargura!
627
se ye en el duke seno
de Ia felice patria recostado:
a la fatiga dura se compone,
ferviente anhela ya por ativiarla,
y prestarle su ayuda,
a sus cargas el hombro ya dispone:
no llegará jamás a abandonarla,
que impávido desde boy firme la escuda:
A ITURBIDE EN SU CORONACION.
629
en lazo liel te anuda:
atiende a sus consejos, que no daiian:
sólo ellos la desnuda
verdad te dicen; los demás te engafian.
LA MUSICA.
Soberana armonla,
precioso don del cielo,
A ti me acogeré, que en ti confla
alivio hallar mi triste desconsuelo:
a ti, que siempre fuiste de los males
que afligen a los mIseros mortales
bálsamo de salud y de consuslo.
Tus dulces impresiones
icuándo alivio no fueron
de sensibles liagados corazones?
cuando mis dIas fünebres corrieron
sin que tü compasiva no enjugaraS
mi tierno Ilanto, 6 sin que me anegaras
en mil placeres, ay, que ya me huyeron?
Huyeron. Pero al alma
tierna melancolia
62
sabe aplacer tambidn con dulce cairna
cual la aplace festiva la alegria.
Genio sombrIo, que de Young puisabas-
el laud negro, y tierno lo inspirabas,
A ti te invoco en la tristeza mIa.
Enojosos cuidados,
aqul no llegaráis: los regalados
acentos de la Ivlüsica sonora
de este recinto os lanzan: falso amigo,
ni td me turharás: solo contigo,
Müsica divinal, lloraté agora.
iVén, y en, cItara bella,
que en mis floridos ailos
eras duke solaz de mi querella,
y de amor en los plácidos engaños
me adormIas; que a Delia desdeñosa
tal vez tornaste a mi dolor piadosa,
ajeno yo de mis presentes daflos!
Te acuerdas cuán lestivos
jóvenes nos cercaban,
y, atentos a tus sones exprestvOS,
unas veces extáticos callaban,
otras del entusiasmo arrebatados
prorrumpIan en coros concertados
y con ml canto su cantar aizaban?
También muchas graciosas
ninfas se complacIan
al tafler yo tus cuerdas armoniosas
y su voz halaguefia unir sollan,
realzando tus gracias delicadas,
6, a bulliciosas danzas provocadas,
de su talle gentil alarde hacIan.
Celio, Arnesto, Fileno,
amables compañeros
de mi lozana edad ioh, cuán sereno
nos era aquel vivir! icuán placenteros
momentost icuántas dichas nos cercaban t
633
y icon qué suavidad Se deslizaban
dIas, meses... tarnbién al'ios enterosl
Dias de gozo y gloria,
inocentes y puros,
arrancaros jamás de mi memoria
podrán los hados rIgidos v duros.
Vuestro recuerdo dulce ' halagueiio
me adormirá con pácido belefio
en mis males presentes v futuros.
Del tiempo inexorable
pudo la rnano inipla
por siempre arrehataros: mas Ia amable,.
Ia encantadora másica que hacIa
vuestro reir más lisonjeL-o y b!ando,
fiel os está aqul mismo retratando,
y aun os puede gozar la fantasia.
Y os gozará mil veces.
Vn fácil a mis manos,
cItara, amiga flel de mis nifleces,
y repite los cantos soberanos
que los floridos aflos me inspiraban,
cuando en dorada copa me brindaban
el dulce nectar del placer divino.
Encantos inefables,
aun vivIs: será eterna
vuestra duke ilusión, y perdurables
vuestros recuerdos. Esta, esta es la tierna
canción que tflnto a Delia complacIa;
este el bimno en que loot grato rendla
la patria libre a la deidad superna.
Mientros mi pecho aliente,
oh mi'isica divina,
te rendiré mis cultos reverente,
cual numen tutelar que me destina
benigno el cielo en la tormenta horrible
que alzó el pesar amargo en mu sensible
corazón que despOtico domina.
634
Jamás, cItara mia,
podré ingrato dejarte.
Siempre de mi tristeza y alegria
depositaria fiel, tomabas parte
en mi ilorar y en mi reir; y ahora
cual siempre te busqué consoladora,
y ya logré consoladora hallarte.
No sin razón mentidos
trofeos te rindiera
la griega fantasia, y sus erguidos
muros la ilustre Tebas aizar viera
at resonar la lira de Dirceo,
y Pluto, conmovido, at triste Orfeo
A su per dida EurIdice volviera.
Deja, gran Macedonio,
que tu Anima briosa,
cual tierna for at plácido favonio,
se doblegue de cItara armoniosa
at tono encantador, y que tu gloria
iguale, at alcanzar de ti victoria,
de la armonIa la celeste diosa.
Hubo pecho tan frIo
que resistir osara
lob Misical a tu dulce poderlo?
Hubo algCin infeliz que no te hallara
ya compa1era fiel, ya tierna amiga,
si la opresión cruel, si La tatiga,
si mustia soledad to acongojara?
Perdido el caminante
por ásperos senderos,
y en el hinchado mar el navegante
cuando se entrega a Jos embates fieros
de Las olas inquietaS encrespadas,
el i-ecuerdo de plácidas tonadas
suele templar sus ayes lastimeros.
La sudorosa frente
.el segador tostado
635
636
que la poesla tu divina hermana 4
con sus hermosas fibres engalana,
sublimando a los Inclitos varones.
O bien de la sensible
Melpómene en la escena
te caizas el coturno: irresistible
entonces tu poder, de encantos Ilena,
lcuán blanda, cuán sagaz, cuán tierna sabes
a los efectos dulces
arrastrarnos con plácida cadena!
Los corazones todos
A tu albedrIo mandas;
los suhyugas y mueves de mil modos.
lCómo a los duros delicada ablandas,
y en ellos de piedad la llama pura
encendiendo, Jos lievas con dulzura
del amor a las aras adorandasi
Tus artes lisonjeras
tambiéri alil aquilatan
las virtudes rnágnánimas y austeras.
Ya la energIa r'gida retratan
de Catón; ya de Tito la clemencia;
ya del piadoso Eneas Ia prudencia,
que a. digna imitación nos arrebatan.
La festiva Talia
su mascara burlona
también te presta aill; también con fIa
en tu nsa maligna, y te abandona
la ruindad del avaro, la licencia
del ardoroso joven, la imprudencia
6 el descuido de cándida matrona.
Honor, honor eterno
A la Italia creadora,
patria feliz del melodrama tierno.
De armonla insólita y sonora
allI el raudal se desató en la escena:
637
all1 se desató tu rica vena,
to verla, oh Metastasio, encantadora.
Y tü, Rossini claro,
cuyo genio fecundo,
del corazón humano ensei'ioreado,
liena hoy todos los ámbitos del mundo,
podrá olvidarte ml sonante lira?
Mi opreso corazón por ti respira;
contigo siempre de placer me inundo;
Dueño eres de mi alma,
y td mi tierno ilanto
provocas 6 suspendes; t(i a la calma,
o é. la inquietud me ilevas. iCuárito, cuánto
me haces gemir por tu infeliz Otelol
icómo me aflige de Tancredo el duelol
lcOmo de Asur el torcedor quebrantol
El cielo me conceda
de este placer tan vivo
gozar contigo siempre; siempre pueda
liorar, gemir al sOn de to expresivo
canto, cuya duizura y eficacia
aun el ay del dolor y la desgracia
lanza con blando y plácido atractivo.
Para qué quiero el oro,
si t(i, Misica, eres
mi más precioso, mi ma yor tesoro?
Feliz yo, si de rIgidos deberes
libre algi'in dIa, puedo a ti entregarme,
y en tus delicias sOlo recrearme,
oh fuente perennal de mis placeres!
(1831)
638
CANTO I.
Ya el tiempo seflalado
A la gloriosa lucha se aproxima;
los almos campeones,
con ánimo concorde y humillado
a! Padre, de SiOn en la alta cima,
dirigen sus fervientes oraciones.
Tal suelen antes de la lid sangrienta
los guerreros vibrar la aguda lanza,
del caballo adestrarse en La carrera,
mientras la voz cruenta
oyen del general, que a la matanza
los llama, enarbolando la bandera.
El prIncipe infernal que asI los mira
arde en furiosa ira.
Su imperio destruldo,
sus astucias burladas,
y sus leyes tiránicas holladas
le hacen lanzar un hOrrido alarido:
mas su soherbia loca
a terrible venganza leprovoca.
640
Sus ojos centellantes
más susto imprimen que en oscuro cielo
cometas rutilantes,
nuncios infaustos de terror y duelo.
Agita su cabeza furibundo
de silbadoras viboras crinada,
que en roscas mil se encogen y repliegan,
y queda envuelto el anchuroso mundo
en una noche lügubre y nublada,
cuando sus negras alas se desplegan.
Tres pasos, vomitando viva lumbre,
da de Sión at Etna cavernoso,
y por la abierta cumbre
baja en torcido vuelo al reino umbroso;
y en su trono sentado,
con voz honditonante,
como el trueno del rayo fulminante,
manda juntar el infernal senado.
CANTO II.
•
4A -•- -=
ir ___
654
Las funestas pasiones
se podrán numerar que el hombre encierra?
Y una sola es bastante, oh campeones,
bien manejada, a fenecer La guerra.
Os hablo del dolor: solo su nombre
al mortal intimida:
sOlo él hacer temblar pudo al Dios hombre:
su penetrante herida
siente la raza inmunda;
veremos si a la muerte furibunda
sabe sobreponerse; si al deguel(o
por esa nueva ley of rece el cue1lo.
Dijo el fiero: de plagas mil fatales
vense luego acosados
los fieles de Jesus: ya soterrados
miranse en calabozos funerales;
de su virtud en precio
reciben va el tormento,
ya el azote sangriento,
ya el insulto, la burla y el desprecio.
Mas no por esto abjuran
de la adorada cruz. Sus penas crecen?
Se alientan más, se alegran, se enfervecen.
cVen el cáliz mortIfero? Lo apuran.
El Paráclito Santo
enmedio de ellos es; en sus temores
los conforta; mitiga sus dolores;
y enjuga aliviador su tierno lianto.
Con sus alas cobija a sus hijuelos:
como alla remontada en la alta esfera
el águila altanera
cuando saca a volar a sus polluelos.
Mas d6, Satan altivo,
lienos de confusiOn los torvos ojos,
te escondes fugitivo?
Huyes, porque burlados tus enojos,
te deslumbra la faz esplendorosa
655
de Esteban, que ascendido a. la gloriosa-
mansion a. do jamás volver esperas,
cual otro Redentor perdOn implora
de sus impIos verdugos? Th sus fieras
manos armaste: tü la feliz hora
al justo apresuraste;
t(i la obra comenzaste:
yen, complácete, mira
cOmo durmiendo en Dios tranquilo espira.
Mira ya cuál se rasga el firmamento,
y el Espiritu Santo
lo eleva sobre el viento,
y el Hijo Sacrosanto
A su padre lo ofrece, que propicio
acepta su glorioso sacrificio.
iEn cua.n honda tristeza, en luto cuánto
sumido yace el reino del quebranto!
Tus negros pahellones
abate ya, Querub vanaglorioso.
Mas !en Saulo animoso
el triunfo libras aun de tu g legiones?
!En él tu confianza?
Pues en él a. morir va tu esperanza.
APENDICE
-
"'o
'' . . -;-I!* I
4
MEXICAN OS
Historiador.
RAFAEL ABOGADO
Escritor religioso.
669
conVersaCión desde muy atrás, porque asI lo juzgo
convefliente a los fines que me propongo.
SEvEao.—Sea enhorabuena.
CLEMENTE.—VOY a referir unos sucesos que, aun-
que no los ignOras, por ser Ia persona principal de es-
ta historia, ni los habrás olvidado, la reriovacjón de
su memoria te puede ser muy provechosa. Ti'i naciste
en un pals católico, entraste al seno de la iglesia por
las puertas del bautismo, militaste bajo las banderas
del cristianismo; tu conducta era verdaderamente re-
ligiosa, tus costumbres arregladas, tus inclinaciones
eran siempre a la virtud, y, en fin, por una reunion
de circunstanciaS muy recomendables, eras ]as deli-
cias de tus padres: si, de aquelios padres virtuosos
que tanto me honraron con su amistad, v con la con-
fianza que hicieron de ml encomendándome tu direc-
dOn. Te acordarás que, en el momento que tu madre
terrninO la carrera de sus dIas, tu padre, afligido v
penetrado de dolor, prorrumpiO en estas expresiones:
lEsposa la más amable: tu pérdida va a ser para ml
un verdugo que en breve me privará de Ia existencia
y me conducirá a habitar contigo en el irnpenio som-
brlo de la muerte; pero con ci consuelo de que ml al-
ma se unirá con la tuya en una eternidad feliz! AsI fu,
en efecto; dentro de pocos dIas, tu amante padre I u
víctima de Ia melancolla y del abatimiento, se postrO
en el lecho del dolor y de la pena, y, acercándonos ti
y yo a recoger sus ilitirnos suspiros, y a limpiar de
su rostro los sudores que produclan las angustias del
postrer combate, dirigiO hacia ti una mirada en que
exhalO los restos de su amor y de su ternura y me di-
jo con voz dolorida y lastimera: 'Amado amigo Cle-
mente, vo y a terminar la escena triste de mi vida; ya
estos son los ilitimos momentos de mi peregrinaciOn
sobre la tierra. Estoy resignado en las disposiciones
adorables del Eterno, y conozco que es indispensable
entrar por las puertas de la niuerte a la vida biena-
670
venturada. No me athge el morir, pero la separaciôn
de mi querido hijo es un peso enorme que gravita so-
bre mi corazón atribulado.. .. Te suplico encarecida.
mente lo recibas por tu hijo, te encargues de los inte.
reses que yo le he adquirido con tantos afanes v de
que lo dejo por cinico heredero, y cuides de su educa-
ción politica y cristiana...
Yo entonces te alargué la mano para Levan-
tarte del abismo de la pena y del dolor en que te su-
mergió una prdida tan irreparable, y me esforcé en
darte todos los consuelos que estaban a mi alcance.
En lo sucesivo cuidé de tus intereses, de ti. de tu
educación y establecimiento. Td correspondlas a los
deseos de tu padre y a mi empeño y esmero. Tu apli-
cación a las letras y tu conducta oficiosa y cristiana
formaban el objeto de mi gozo, y cada dia te amaba
más como a hijo verdadero. Pero ya es tiempo de que
me permitas correr el telón en el teatro de tu vida,
para representar con dolor La escena de tus extravios
y de tus desgracias. A los dIas venturosos de la vir-
cud y del honor, se siguieron los del vicio y de la ig-
nominia.. .. Tuve la noticia infausta de que lelas con
tesón el decantado folleto de Las ruinas d€ Palm ira,
que es propiamente ruinas del honor, de las buenas
costumbres, de la fe, de la conciencia y de todo Jo
bueno y precioso que posee el hombre, pues lo arias-
tra a ser apóstata, irreligioso, libertino y vIctima de
las pasiones más criminales y vergonzosas; porque
inspira orgullo y altanerla, que es el origen de todos
los desórdenes, y persuade que no hay otra felici-
dad que La de la vida presente, con lo que el hombre
se entrega sin freno a la satisfacción de sus apetitos...
(Canrerrsacidn ri,nera.)
672
formación del mundo, nos vemos obligados a atribuii-.
Ia a. Dios h aqul las razones. Nosotros observamos
en la naturaleza, en sus efectos y producciones, hermo.
sura, orden, armonIa, uniformidad y constancia. Ve.
mos que unas cosas dicen relación a otras, y que to.
das estn ordenadas respectivamente cada una a. su
fin particular, y todas juntas a su fin general. Nos
convencemos de que en esto hay un designio y un in.
tento premeditado, y que este designio supone una in.
teligencia capaz de disponer, de combinar y de orde.
nar las cosas a sus fines; y de aquf inferimos justa.
mente que en la naturateza respiandecen las operacio-
nes de un artifice y sabio poderoso; pero quiero dare
mayor fuerza a este argumento. Supongamos por ahora
que el universo se fundó por el concurso casual de los
átomos; pues, aun en este caso, la razón y la pruden-
cia nos obligarian a creer que no habia sido obra de
la casualidad, sino de la sabidurla y del poder de at-
gun artifice. Figurémonos cotno posibte este caso: que
un hombre, tomando una porción de pinceles empapa-
dos en diversos colores, los arrojara, 6 todos juntos,
6 uno por uno, en un lienzo, v de este hecho casual se
formara una imagen perfecta de un hombre. Es claro
que este caso es imposible: cuánto mayor lo es el
que el universo, que es una obra mucho más perfecta
que la imagen más acabada, se has-a formado de la
concurrencia accidental y tumultuania de los áto-
mos?..
(Con rrsacidn cuaria.)
673
provinCia del Santo Evangelio, de su orden, Notario
Apostólico, examiriador sinodal del obispado de Pue-
bla, vicario de los monasterios de Santa Isabel y Santa
Clara, en M6xico, doctor y catedrático de doctrina de
Duns Escoto en la Universidad. Publicó, seg(in Be-
ristáin, un E/ogio del Beato Sebastian de Aparicio,
pronunciado en Puebla en las fiestas de Beatificación
(Mexico, 1790 V un Sermdn sobre la importancia del
Iristituto de Los Servitas (Mdxico, 1796).
CONSLLTAR: Beristáin.
677
No tan veloz el rayo se desprende
de la nube a Ia tierra con estruendo,
como los anchos mares espumosos
Paris iba surcando, aquel mancebo
que consigo ilevaba el exterminio
de la opulenta Troya; ni de Creso
el pecho las riquezas halagahan
tanto como a Paris su amado dueo.
No bien pierden de vista prontamenre
del grande Menelao el vasto imperio,
cuando toda la gloria y alegrIa
se trueca en confusion, espanto y miedo.
Una nube horrorosa, que sin duda
se asemejaba al tenebroso averno,
presentaba 6 sus ojos consternados
la oscuridad del Meris y Leteo;
los furiosos relámpagos no cesan,
y al medroso sonido de Jos truenos
se amilana el piloto, y el gran Jove
de su trono despide con denuedo
tanto temible rayo, que juzgaban
que era liegado el fin del universo.
Del poderoso Eolo al impulso
zozobraba la nao; ni los ruegos
de aquellos infelices a Neptuno
aplacaban la furia de los cielos;
todo es horror, angustias y temores.
Ya Ilenos de pavor oyen el eco
de una tremenda voz que, seg(in juzgo,
era la muy terrible de Nereo;
éste hahia asI: c ParIs desventurado,
vuelve, vuelve infeliz, al suelo griego,
deja la prenda que contigo lievas
I ser sOlo el estrago de tu reino.
Pero no puede ser. Los mismos dioses
lo han decretado asI: ti el instrumento
eres de su venganza; irrevocables
678
son sus decretos, si, ya no hay remedio.
Tü verás de tu patria el exterminlo;
el paladión robado; y en los templos
profanadas sus vIrgenes; de Priamo
abrasada la casa; y un incendio
consumir la ciudad terrihiemente
después de resistir un largo cerco.
Por fin, los dioses quieran que algün dia
más atdnito mire el pasajero
A la infelice Troya ya desierta,
de densos humos y de hollin cubierta.
Esto duo; y veloz y prontamente
se ocultó a. la infeliz y triste gente.
Almansa murió después de consumada la indepen-
dencia.
CONSULTAR: Beristáin; Alamán, His/aria de M/xieo,
I, 308; III, 130: Bustamante, Tres siglos de M/xico,
tomo IV, pág. 264.
DIEGO DE ALVAREZ
PolIgra.f 0.
I
-- mom
679
çso/ire las palabrassSemen est Verburn Dci; Diser-
r'ser
I-r,S_O'S..,.,
so/ire ^ ci arreglo tie las delicias del gusto, expli-
condo ,n/dicamen/e las ca/it/at/es tie los alimentos; Andli-
sis amor imp uro; ECOnOmIO tie las oeraciones del
y comentarios sobre los aforismos de Van-
dnimo,
wieten, la fisiologIa de Hailer y la obra de Woiflo so-
bre el movimiento animal. Sus escritos sobre teologla
y avisos para la vida eclesiástica son multitud. Sus
demás obras, de ]as que sólo fué publicada la P,-dcti-
a de la Teologla Jils/ica, son las siguientes, segün el
I-' pjccionario mexicano de 1853-56: Diddctica medico,- So-
bre las virtudes del puique; Del conocimiento del a/ma por
los 0/os; Dc la convcrsacidn liumana; Orczcidn so/ire la
admirable dignidad tie la /ocucidn, consul/as mis/icas; In-
jroduccidn al Ira/ado de la purezo del ammo; Ex/racto
dcl discurso tie la me/a ncoila; Explicación tie la ortzcjd,z:
Transilge; Resfwcs/a d una circular del limo. Bergosa,-
Disertacidn, por via de comentario, a) Conciiio sinodal
de Caracas de 1687; Ar/c de priidencza sublime; De la
human/dad; DicertacMn sobre la vida clerical, con una
oración sobre la gloria; Vir/udes tie un Jucz, sacadas de
los Libros Sapienciales; JfZlodo para aproz'cclzar en la
• vir/ud; A/cc/os del tIi:imo d observaciones so/ire ci interior
tie una persona; _lfortzñcaciCn; Jklanejo con ci nuevo con-
fesor; Legislacic5n para la z'ida clerical, Ilistoria tie las
juntas diocesanas tie curas, celebradas semanariarnente
en el palacio arzobispal, gobernando la mitra el limo.
Lizana: Disertación cS invecliva contra la it-a; So/it-c la
embriaguez; Diser/acitln so/ire la cones/a; Usa tie la me-
cdnica en la teologlo mistica; Carta a la juventud car-
melitana sobre puntos de metafIsica; So/ire dispensa pa-
ra casarse con su cuñada,- Resolution sobre un matrimo-
nio doble inculpable; Si son i/c/los los regalos en laspre-
tens/ones eclesids/zcas; Carla a Lelio sobre la amistad:
Mdxi,nas para un alcalde mayor; Dircctonio para el vi-
cario de la parroquia de San José; Imagen de tin buten
juez; Reglamento politico—cnistiano para el mismo; Apun-
68o
tes tie prudencia extractados de la obra graride sobre este
asunto; Duda sobre ci 15cligro tie ía gl'ria, Liber singii-
laris de aninwrum economia; .Direccidn es tirilual, .E o-
nomla de fuslMcación segün la doctrina del Doctor An-
gélico; Apndice de la San/,caciJn tie las ali,zns; di-
versas resoluciones ascéticas; Carla al prior de San
Joaquin remitiendo Ia carta a los carmelitas; y Diser-
lación sobre la voz humana.
Cita tambin el Diecionario, entre los escritos de
Alvarez, una colección de cartas sobre fisica, qul-
mica, mineralogIa y botánica; un opñsculo sobre el
canto ilano; otro de las excelencias del violin sobre
los demás instrumentos y varias observaciones y ré-
plicas dirigidas a los doctores Jove y Montaila defen-
diendo la doctrina de Boerhaave é impugnando la de
Brown. Escribió además, sobre diversos asuntos de
artes y ciencias, numerosos artIculos que forman un
grueso volumen en sus obras.
De su vida politica sólo se sabe que no fué moles-
tado bajo el gobierno virreinal, a pesar de lo cual se
dice que simpatizó con la independenoia y gozó de
prestigio bajo la Repitblica.
CONSULTAR: Diccionaria, Mxico, 1853-56, hiogra.
fIa firmada J. M. D.; Sosa, ilfexicanos dislinguidos.
IABLE
JOSE MARIA AM
Medico.
VICENTE ARNALDO
Orador sagrado.
Escritor religioso.
694
695
puesto estuvo hasta su muerte, ocurrida en Mexico el
i de Enero de 1831. Se le enterró dos dIas después
en la parroquia de Santa Fe, del lado del Evangelio, en
la capilla de Jesus.
Los datos biográficos sobre Azcárate publicados
basta ahora (en la Biblioleca de Beristáin, en las No-
.'icias, de Osores, en el Diccionario mexicano de
1853-1856, en el Manual de Arróniz y en Mexica-
izos disIinguidos de D. Francisco Sosa) son escasos.
Afortunadamente, aün puede reconstruirse su biogra-
Ha, pues muchos datos y documentos relativos a éi
han sido reunidos por su biznieto el Sr. D. Miguel de
Tavera y Azcárate, con cuyo eficaz auxilio hemos Jo-
grado acabalar la historia de Ia vida del famoso hom-
bre piblico.
Beristáin enumera las siguientes producciones de
Azcárate: Prospecto para las Ordenanzas del Hospicio
de Pobres (Mexico, imprenta de Ontiveros: apareció
tambien en el Diana de Mexico de 4 de Julio de 18o6);
Ordenanzas )arn ci gobierno del Has ]5icio tic Pobres (Me.
xico, Ontiveros, 18o6); Proyeclo de reforma de Esatutos
de la Real Academia de Jurisprudencia teórico-práetica
(Mexico, Ontiveros, 1812); poesIas (las hay en la co-
lección de tributos coleccionados por Quintana Roo
en recuerdo del militar yucateco Felipe Peon Maldo-
nado, en 18io, con el tItulo de Jusla mernonia, y en los
Cantos de las musas mexicanas sobre la estatua de Car-
los IV). Manuscritos: Ensayo paneginico C hisMrico en
elogio del merito de los principales sujetos, asI natu-
rales como europeos, que han sobresalido en el reino; v
Breves apunlamien/os para la hislonia de la lileratura
.de Nueva España. Estas dos obras suyas se han per-
dido; pero el señor Tavera conserva buena parte de
los escritos de carácter jurIdico y politico.
La actividad puramente literaria no era, sin duda,
1a principal de Azcárate; pero, por haber sido él uno
de los hombres más cultos de Mexico en su tiempo
I
6 g6
-
704
709
quién puede numerar los de lit rnalicia y el interés?
Frocurarán sus emisarios y adictos dividir la opinion
general, y ponerlo todo a sus pies, para cantar el triun-
fo sobre ]as ruinas de las rept'ibiicas americanas.
cEs necesario por lo mismo estar alerta para no
caer en ci lazo: desechar toda idea de divisiOn, rodear
al gobierno con la muralla impenetrable de Ia opiniOn
general para sostenerlo: asI será eterno, feliz, y lo Se-
rá la repüblica. Si tiene defectos, su sabia constitu-
ciOn seflalO la época en que deherán corregirse, des-
pués que la experiencia haya convencido la necesidad.
Si los agentes del poder salen de sus órbitas, las le-
yes señaian el modo de contenerlos; y los patriotas
ilustrados, por medio de Ia prensa, declamarán de un
modo decoroso y digno hasta extinguir los abusos.
cHaced Ioh mexicanosl lo que ejecutaron en su res-
pectivo caso los padres de la independencia. Afirma-
dos en su opiniOn, la publicaron y sostuvieron hasta
sellarla con su sangre. Vosotros estáis gozando ci fru-
to de aquel primer impulso, sin ci cual gemirIais aün
ahismados en la esclavitud. ICuán dignos son de vues-
tro agradecimiento los que os mostraron la senda de la
libertad! Imitadlos con más empeño ahora que poseéis
todos los elementos de Ia prosperidad que criaron, lie-
vando, en lo posible, a la mayor perfecciOn su proyec-
to, sacrificando su vida para conseguirlo.
c Un congreso, tan ilustrado como justo, Os dá leyes;
un presidente, patriota y ensayado en las adversidades,
desempena ci poder ejecutivo de un modo paternal; la
suprema corte de justicia da pruebas realzadas de ac-
tividad y entereza; los ministros cumplen con la mayor
exactitud las leyes; los congresos de los estados fede-
rales los hacen florecientes; las autoridades y emplea-
dos llenan sus deberes; el ejrcito, perfectamente equi-
pado y armado, lo componen generales expertos, ofi-
ciales pundonorosos y soldados valientes, que han ju-
rado sacrificar sus vidas por defender a la repiiblica;
710
EUSEBJO BALA.
Escritor religioso.
MARIANO BARAZABAL.
Poeta.
De El We/'ll y ci Guajolole:
Estábanse adiestrando
en canto y vuelo las indianas ayes;
no sd dOnde ni cuándo:
da, lector, por supuesto que lo sabes,
y que de entre las nubes encumbradas
bajO un neblI ligero en dos aladas.
—Jupiter me ha mandado
(les dijo cortesano) desde el cielo
A decir que su agrado
merece ya vuestro eminente vuelo
718
La fl/a y el alibe.
No muy lejos
de una pita
de agua dulce
cristatina
un aijibe
hondo habla
de agua turbia
liovediza.
A a fuente
todos iban,
y sus aguas
p ref erl an
por lo dulces,
por to lindas,
por to francas
que corrian.
Al aljibe
solo hacia
una cuba
compañIa,
-
719
de una soga
sostenida,
que pasaba
en carretilla.
A este pobre
dijo un dIa
nuestra fuente
susodicha:
cVecinito
no se admira
d€ lo rnucho
que me estiman?
f! No ye cuántos
A porf ía
me festejan
y visitan?
Y a usted.. . Jvaya
ni 10 milan:
por su genio
se retiran.
A todo esto
con sonrisa
el aijibe
respondía.
Corrió el tiempo;
llegó el dIa
que faltó
la cañerIa.
Mermó luego
A toda prisa,
y secóse
la tal pila.
Y los mismos
que aplaudían
sus cristales,
ni la miran.
El aijibe,
NO-
720
Rico: ho#thres
de la Villa,
que gustlis
.de mil visitas
lisonjeras,
comodinas,
Un OjitO
-con la pila,
y también
- '--
r77
721
una Orejita
at aljibe
que os predica.
(Diario, 3 de Mayo de 1807.)
Los dos ralones:
Escuchaba un ratón atentamente
de un mastIn el ladrido,
cuando notó que un gato diligente
huyó despavorido.
Y revolviendo en sí mil opiniones,
se fué a parlar con los demás ratones.
'iCaballerost (les dijo) se ha Ilegado
de nuestra gloria el dia.
Hoy ha de ser el gato castigado,
y hollada su osadIa,
y vindicadas, si, de los ratones
las sangrientas gatunas opresiones.
'Yo vi correr a un gato amedrentado
al ladrido de un perro,
por lo cual que ladremos he pensado:
hagámoslo; no yerro;
dejetnos los chillidos na/uralcs,
y seremos famosos animates.
Alto, pues, a ladrar....' AsI atizaba
cuando un ratón prudente
que de media cac/zete Jo miraba
le dijo: 'llmpertinentel
!No es nadal iQué proyecto! iMentecato!
ILadrar cual perro, y dominar al gato!
No adviertes, ignoránte, La distancia
que hay de ratdn a perro?
Te parece ligera circunstancia
para dictar un yerro,
y que, en vez de ladrar, nuestros chillidos
liamen al gato y seamos sorprendidos?
Propón hacer sus pasos perceptibles
20
722
Orador sagrado.
JOSE BELTRAN.
Escritor religioso.
M é d i c o.
SEBASTIAN DE BETANCOURT Y
LEON.
Orador sagrado.
737
nornbre del abogado de Iturrigaray, Lizarza. Esta de-
ferisa apareció con el tItulo de Discurso que j5uh/ica Don
Faiundo de Lizarza, vimlicando al Exce/cnflsj,,,o Señor
Don José Iturrigaray tie las falsas im utaciones tie U
cuaderno Iiz'uiado, par ironla, Verdad sa/'ida y buena je
gzeardada (Cádiz, oficina de D. Nicolás Gómez de Re-
quena, impresor del Gobierno por S. M., 1811). Es
un escrito contundente, en el cual se fustiga a Cance-
lada, no con tanto fuego como el que habIa de poner
Fr. Servando en atacarlo, pero si con mayor precision,
y se insinüan ideas interesantes sobre la situaciOn de
Mexico.
Cancelada cofrece probar (expresa el defensor del
ex—virrey) que las providencias del Sr. de Iturrigaray
son el origen de la insurrecciOn de la Nueva España.
Si entiende por causa ü origen todos los sucesos ante-
cedentes a la insurrecciOn, aunque sea un rasgo de lo-
cura, puede señalar tambidn por causa de la insurrec-
ciOn el pecado original, la venida de Tubal a Espafia,
el descubrimiento de la America por ColOn, la con-
quista de Nueva Espana por Cortes, el reinado de los
Reyes CatOlicos, etc.; pero si entiende que las pro-
videncias del Sr. Iturrigaray influyeron directamente
en la insurrecciOn, veremos que no Jo prueba, y, por
el opuesto, se vera que ellas eran, si no los ünicos
medios de precaverlas, si seguramente los mejores y
más proporcionados para mantener la tranquilidad.
c Por una falsa suposición concedemos que dicho
Exmo. Sefior era peor que Napoleon; y de este solo
principio nunca se podrá inferir que sus providencias
fueron causa de la presente revolución si no se prueba
el inmediato infiujo de aquellas con este detestable
efecto. VenenosIsimo es el áspid, pero eso no prueba
que engendre a las cantáridas, sin embargo de ser ye-
nenosas....
Sigue.... diciendo se supo que el Cabildo habIa
representado que respecto tie Ia/tar ci soberano, habla
21
738
reca (do (a soberanla en cifuieblo; que la NobilIsima Ciu-
dad to representaba, y asi, deblan quedar abolidas ]as
autoridades hasta no recibir nueva investidura del Ca-
bildo. Continua asegurando que esta noticia llamó la
atención de todos, y le faltó ai'iadir La palabra bofara-
Ic:, pues los que no to son conocieron alguna equivo-
cacidn en ese alegato, at mismo tienipo que una ver-
dad infalible. Esta es que, faltando el soherano, recae
la soheranIa en el pueblo, to cual no se negará ni en
los palses donde la ley fundamental sea el despotismo.
El equI- co consistc en asegurar que por falta de so-
berano recayera la soberania en solo el pueblo de Me-
xico, a. quien t'tnicamente representa su Ayuntamiento;
siendo as1 que recae en todo el pueblo de la monar-
qula.....
c . . . SOlo Cancelada puede fingir con tanta invero-
similitud que los pasquines sallan de palacio, cuando
los más eran contra el gobierno, y aun de aquel bar-
barismo, Mueras los gac/iuines, es más verosImil La
voz esparcida en Mexico de set nuestro autor quien,
siendo gacbupIn, to puso, con el objeto de meter más
fuego a la discordia. El Mayor de la Plaza, Noriega,
encargO a. los que nombran Ia Par/ida de Capa que ob-
servara a. Cancelada, porque se hizo sospechoso....
En cuanto a. la proposición que los euroj5eos jurciban,
etc., si se toma en el sentido de fidelidad at rey y per-
manecer unidos a. la metrOpoli entre tanto estuviese en
estado de seguir bajo su ohediencia, y no sujeta a. los
franceses, todos, tanto europeos como americanos de
todas clases, to tenlan jurado, con demostraciones de
un particular regocijo; pero si se entiende ese jurarnen-
to de unión a. la metrOpoli para el caso de quedar su-
jeta a la Francia o a un rey puesto por Napoleon, -'su
juramento era nub, temerario, y no debla cumplirbo,
pot ser injusto hasta el grado de infidelidad. Por ülti-
mo, es falso que los europeos juraban; cuando más,
serIan Los muy pocos que entraron en la conjuraciOn
contra el Virrey, y quienes, inclusos algunos criollos
739
no pasaban de trescientos. Compárese este nümero
con el de trece 6 catorce mll europeos avecindados en
Mexico, y con más de setenta mil en todo el reirio de
Nueva Espaia, y se vera cuán falsa es Ia proposicjón
Jos euroeos furaban. Estas voces fueron engendrando
y aumentando entre el vulgo una rivalidad tan jnjcua
e infundada, y eso ha sido ci origen de la detestable
v fatal insurrección del mismo reino....
Desgraciado el autor en probar la infdermcja (de
Iturrigaray). Debe confesar que, aun cuando hu-
biera probado é injustamente corivencido q ella era
la causa eficiente y total de Ia actual revolución, nada
adelantábamos; porque ese descubrimiento no propor-
ciona el remedio, y solo sirve de exasperar el mal.
Sin ejecución tres años ha los proyectos del Sr. Itu-
rrigaray, ni intenciOn de restahiecerlos, la insurrec-
ciOn ha aparecido y seguido, a. pesar de continuarse
por el Gobierno el cam mo opuesto. La odiosa y ridI•
cula discordia de gachupines y criollos, encendjda y
fomentada hasta aqul, ha causado lamentables desas-
tres, y ha lienado la Nueva España de sangre y de
Iágrimas, privándonos de los auxilios con que segu-
ramente deblamos contar. Descubrir el origen de es-
tos males, sin aplicar los remedios, no puede terier
otros fines, que, 6 injuriar a. ciertas personas, 6 adu-
lar a. otras, 6 renovar disputas odiosas y que encien-
den la discordia. dY Se sufren tantos y tamaños ma-
les por capricho de cuatro hombres empeflados en
sostener su desacierto contra la opiniOn de todo un
Reino, y contra la sentencia de los primeros Tribuna.
les de la NaciOri? Y se consiente que uno de estos
dIscolos, inepto, sin discreciOn, y atolondrado, active
el fuego con libelos lienos de falsedades?
<10h tiempos, oh costumbres! Destidrrense de nos-
otros esos hombres turbulentos y cismáticos; prescIn-
dase de partidos, extinganse, y en su lugar sustittlyase
la concordia y uniOn de todas las clases; respCtense las
Leyes y Autoridades de la NaciOn; castiguense a. los
740
749
lo que es sin Dios el hombre, y lo que puede
cuando el Señor se digna protegerlo:
75'
'c!Privado de la magia de Los gustos,
podrás vivir acaso satisfecho?
PEDRO CABEZAS.
Poeta.
CABRILLO.
Historiador.
757
mudo afectaba no escuchar el ruido
que me hahIa en otro tiempo desvelado-
Ia lira rota, el arco suspendido
A un duro tronco, pero bien hallado
en la torpe inacción de mi sosiego,
despreciaba de Apolo el sacro fuego.
PEDRO CALDERON.
Escritor religioso.
760
JUAN CASTAtIZA.
Orador sagrado.
766
entrá a esa ciudad el 16 de Diciembre de 1816. Lie.
vaba consigo a varios individuos del Colegio de Sal)
Ildefonso, con los que logr6 hacer revivir el seminarlo
conciliar de la diócesis: el teólogo y hurnanista D. Jose
M. Guzmán, el Dr. Mauriño, los licenciados Avila y
Barraza (x), Garcia Serralde, y los padres Zubiria
(que le sustituyó después en la sede) y Alva.—Tuv
alli el obispo Castafliza, por culpa, segiiri parece, de
su secretario el licenciado Avila, ciertas discusiones.
con el comandante general Bonavia, sobre el uso del
vicepati-onato regio, provisión de benefIcios eclesiás-
ticos, canorigIa lectoral y notninación del asistente
real. Bajo su obispado acaecid la toma de Durango
por el general del ejército trigarante D. Pedro Celes.
tino Negrete. Fu6 diputado por Durango al Congreso
Constituyente y, disuelte éste por Iturbide, presidió
la junta constituyente; disuelta ésta, volvió a su dió-
cesis. Murió en 28 de octubre de 1825. Parte de su
librerla quedó en la catedral de Durango, y parte ha-
bla quedado en San Ildefonso. En aquella Catedral
quedaron los pontificales, los vasos y aihajas de su
capilla. Dejó sus bienes a instituciones eclesiásticas.
Entre sus varias obras de beneficencia (por las cuales
parece haberse sefialado su familia toda), son nota-
bles: la extinción de las deudas del Colegio de San
Ildefonso, a que ya aludirnos; la reparación que hizo-
del edillcio del mismo, después de los temblores de
1786; las nuevas aulas que ahi construyó; et adorno
completo del aula general, y los chico altares nuevos
que puso en Ia capilia, entre los cuales menciona es-
pecialmente D. Felix Osores el de San Luis Gonzaga.
Contribuyó con su hermano a. la fundación del templo
de Loreto; proveyó fondos para las tandas de ejerci-
cios de San Felipe Neri. Dotó unacátedra de teologIa
y pensionó alumnos.
En Osores, en Beristáin y en la biografIa citada del
(i) V. su biografla en este mismo Indice.
767
Diccionarlo dc Ills/aria y Geografia, sólo se mencionan
como obras publicadas de Castafliza:
Una Oda sáfico—adónica premiada en el certamen de
la Universidad celebrado en honor de Carlos IV, en
1790: Raft/a Po//ico en que se basque/a ci regoc:jo de MF-
' j-o en la proc/arnaciön de su angus/a Monarca ci señor
D. Carlos I V. Fué publicada en el tomo de Obras de
Eloqilenclay Foesfa (Mexico, Imp. Ziiniga y Ontiveros,
1791) v la copiaremos Integra & continuación, siquie-
ra porque hace pensar, a ratos, en lo que serla, más
tarde, la Oda a la Agricuilura dc la Zona 7'drrida de
D. Andrés Bello, por algunas estrofas donde se enu-
rneran los productos de nuestro suelo v que son mdi-
cio, a la vez, de que el autor habla leldo la Rus/i-a/io-
mexicana del P. LandIvar:
El Floripondio, el Coatzontecoxdchitl,
el Joloxóchitl y la for del cuervo
respiran, luego que sus sienes tocan,
nuevos olores.
773
bien que a la predicación de los apóstoles y sus disci-
pubs, debe atribuirse tan singular y milagroso fenó-
meno & aquella paz y concordia que, uniendo estre-
chameflte a los fieles de los primitivos siglos, no for-
maba de todos ellos más que un solo corazOn y una
sola alma, como se expresa San Lucas en el libro san-
to de los hechos apostólicos. Fidei namque ex/entio at-
qile V(/Oria, son palabras del CrisOstomo, (r) plus de-
heliir discij' ulorum cons cnsioni qaa,n concioni.
Ni menos que estos elogios que hacen de la paz los
padres y doctores de la Iglesia maniflesta el alto apre-
cio que formaron de ella La vehemencia con que decla-
man contra la discordia, que la destierra y destruye.
Nada hay saludable, en sentir del ya citado Crisósto-
mo, nada firme donde se introduce la disensión. (2)
San Bernardo dice () que faltando Ia virtud de [a
concordia, y queriendo hacer cada uno su voluntad,
se suscitan pleitos, se encienden venganzas, se arman
pendencias: excesos igualmente incompatibles con Ja
paz que con la felicidad püblica. Con razón ci mismo
padre (ii.) no llama pueblo, no llama ciudad a la rnul-
titud de hombres que, aunque vivati juntos, no están
unidos con el lazo 6 vInculo de la paz; la llama, si,
confusiOn monstruosa, que, sin participar nada de la
hermosa Jerusaldn, es un vivo retrato de la horrible
Babibonia.
z Pero nunca acabáramos, ni tuviera fin nuestra car-
ta, si quisiéramos transcribir aquI cuanto han escrito
en encomio de La paz los padres de la Iglesia institui-
dos por los libros santos en ci conocimiento de la ver-
dad, y Los filOsofos guiados de la Luz sola de la razón.
No es empero de omitirse, porque la juzgarnos opor-
tunIsima para haceros conocer vuestra imponderable
dicha, la refieja del santo y sabio CrisOstomo hablari-
(x) D. Chrisost., in psalmum 46.
(2) D. Chrisost., Homilia ad Titurn.
(3) D. Bernard., Serm. 4, de inodo vivendi
() D4, Bernard., Serm. 5. de dedicat. Eec.
-Q4..."
774
Escritor re1iioso.
JOAQUIN CONDE.
Poeta,.
Veracruzario que escribió en el Diario de Mexico con
las firmas J. C., Jacön Deoqzdn, Don Quiizo Ce'.;a, Do-
net y El curioso. En un breve artIculo que publicó en el
Diane (24 de Septiembre de 7809) decIa contar enton-
ces treinta y siete años de edad, y ser sacerdote, aun-
que la igriorancia que alega de una práctica católica
hace suponer que no to fuera en realidad.
-- --i r
78 t
Escribió versos en elogio de Sartorio (Diana, 22
de Noviembre de 18o6). Publicó buen nimero de f a-
hulas (véase principairnente el Diana a principios de
1807) carentes de animación. La mejor muestra de su
producción es este soneto religioso (Diana, 27 de
Marzo de 1807):
783
para no ver sacrilegamente atropelladas ]as sagradas
personas de aquellos, y violada con la ma yor infamia
la integridad de éstas. Partámonos de aquI..
El subsecuente ataque a. Napoleón es interesante,
porque refleja las ideas que sobre el Emperador fran-
cés se tuvieron en Mexico antes de que aquel irtvadje-
ra a Espafla y razona el camhio del sentimjento de
admiración por el de odio:
"Pero ya hemos liegado, me diréis, al termino de
todos esos males. Dios ha tenido misericordja de la
Francia; ya se ha debilitado mucho el poder de los ja-
cobinos, y el gran Napoleon Bonaparte parece un hom-
bre enviado del cielo para restituir la paz a esa naciOr-i
infeliz, contener al pueblo dentro de sus justos Ilmites,
poner tCrmino a sus depravados intentos, y restable-
cer la tranquilidad püblica. E I, dotado por Ia natura-
leza de un ingenio superior y de un pecho de bronce,
instruIdo a. fondo en las ciencias rnilitares, fácil en in-
ventar recursos, y constante y esforzado I)ara ponerlos
en práctica, constituido ya en uiìo de los primeros
puestos de la Repüblica en justa recompensa de su
rnérito singular, rernediará sin duda todas esas cala-
midades, y hará que vuelva a erigirse la cruz del Re-
dentor sobre la total ruina del ateIsmo. Sus bandos y
proclamas, sus exhortacjones al ejército, y aun sus
conversaciones privadas, no tienen otro fin que hacer
se reconozca al verdadero Dios. Si alcariza una victo-
ria, manda Se tributen al Señor las más rendidas gra-
cias en lo-, templos. Si la naciOn le aclama su empera-
dor, el humilla su cabeza al Vicario de Jesucristo para
que lo corone segün los ritos de la iglesia. Si Se Ic ha-
ce presenteque, para determinar varios puntos de dis-
ciplina, necesita ocurrir hurnildemente a. la Silla Apos-
tólica, no se desdeña de suplicarla se haga un nuevo
concordato. Si conoce que la religiOn cristiana es la
verdadera, determina sea la preferente en la Francia.
Ultimarnente, si nuestros reyes catOlicos, renunciando
784
FRANCISCO ESTRADA.
Escritor politico.
Un gavilán forastero,
que huscaba una posada,
en la casa de esta vieja
creyó hallada acomodada.
Jurista.
MELCHOR FONCERRADA
Y TJLIBARRI.
Escritor politico.
799
I
decir al T odopoderoso porque ha Ilegado el dIa feliz
en quo has rue/to a La lierra do lus padres y to has scn/a
- do en ci irono do tzi rejno.
8o x
CONSULTAR: Beristáin y Osores, en la letra T; Ala-
man, ]listoria de ;lf/.i,eo, tomo III, Pig. 219 y apn-
dice, doc. 28; torno IV, pág. 178.
Fr. Diego Miguel Bringas Encinas (guardian enton-
ces del Convento de Santa Cruz, donde se hallaba
corifinado Gastafleta) convirtiéndoLa en si'iplica por
España contra Francia.
La cornposicjOn original, sencilla y expresiva, dice
asi:
25
802
Guadalupana, salve;
salve, Virgen excelsa,
que del Divino Verbo
sois madre verdadera.
Escuchad compasiva
sus ayes y sus quejas,
pues soiS su protectora
liberal, fiel, discreta.
Humildes os pedimos
que una paz duradera
selle gloriosamente
vuestra dulce clemencia.
Blasfemias, madiciones,
pen urios, ignominias y traiciones,
quintales de ignorancia,
de vanidad, de orgullo y de arrogancia;
mentiras, etnbriagueces,
sátiras, bufonadas y sandeces;
embustes, falsedades,
sofismas, chismes, infidelidades,
desverguenzas, dicterios,
bestialidades, raptos, adultenios,
con otras mil porciones
que agregaron de balde los mirones
como bravatas, riñas,
incestos, sacrilegios y rapiaS.
la capilla terciada
y un ala del sombrero levantada,
Su mujeril peinado,
pendiente uria balcarra en cada lado,
y Un zarcillo 6 arete,
era el adorno de este mozalvete.
De una gasa mu y fina,
6 tat vez de floreada muselina,
un rollo inmenso hacIa
en donde hasta la boca se inetIa.
Era escaso el chaleco,
porque tenha el prurito este muheco
en que el calzón subiera
casi hasta dondc acaba la chorrera:
si es que tenIa caizones,
que en esto hubo diversas opiniones,
Los prinieros que vieron
A este malvado bicho, presumieron
que los tendrIa pintados,
y ash to pareclan pot to ajustados.
A Ia corva se aplica
una charreterita, y esto indica
que sus caizones tiene;
porque, Si nó, la hebilla á qué fin viene?
8og
la escena imaginada, mas lo contrario es lo qie suce-
de, y la burla, indirectamente i se cons igue con la des-
cripción.
Afean el poema malas construcciones y versos du-
rOS:
Orador sagrado.
811
a. José de Bonaparte
reconozcamos por dueño,
cansâ.ndonos la atención
con el decantado acento
de que serlamos felices
y no perderIa momento
de que se verificasen
aquellos vastos proyectos
que tenla premeditados
y serIan nuestro remedio:
at punto,—vuelvo a. decir,-
que a. nuestras manos vinieroi
los citados papeluchos,
que sin duda alguna fueron
parto de un descahellado,
desconcertado talento,
cuando mis leates paisanos,
at instante que los vieron,
los que no hicieron pedazos
en el fuego cons umieron,
y también to mismo harlan
con los viles mensajeros,
castigando de este modo
tan crecido atrevimiento,
a. no ser porque en la America
hay tan generosos pechos,
que perdonan los agravios,
como Cristo Señor Nuestro
nos previene en el decálogo
de sus santos mandamientos....
S13
que es La mayor y más noble
parte que en el universo
cobija el celeste globo
y ye el sol desde su asiento....
Quién es, Monsieur, vuestro principe?
Mirad si le conocemos
en esta corta pintura
que relataros intento.....
Nacido de entre las heces
de lo más ruin de su pueblo;
un aborto del abismo;
un demonio del infierno;
caudillo de las langostas
hambrientas que del Averno
el Evangelista vió
'en enjambres ir saliendo
con coronas de oro f also..
Un tirano
devorador de su reino,
enemigo capital
de los estados ajenos,
el asolador del mundo,
el usurpador violento,
el pérfido más insigne,
el hombre más fraudulento,
el sanguinarlo más cruel,
que vive siempre sediento
de beber el coral rojo
.de nuestros humanos pechos....
814
En predicando, el Prior
va por Ja calle arropado;
aunque lo que ha predicado
no le cost6 su sudor.
r
819
humillaba ante dl; todo menos la virtuosa y constante
nación espanola. El emperador de las Rusias, 6 tran-
quilo en el conocimento de su poder 6 engaflada su
alma noble y candorosa con las aparentes ventajas de
la neutralidad, 6, lo que es más de creer, no bien in-
formado de los extraordinarios acaecirnientos de la
Peninsula, nada hacIa por la independencia general,
ni por su propia independencia amenazada. La Aus-
tria, forzada tal vez por Ia necesidad, acababa de for-
mar poco antes, con el bárbaro que la hahIa invadido
y dividido a su placer, esa alianza tan fatal para el g6-
nero humano, el cual le demandaha y le demanda con
más ardor, en la crisis presente, se apresure a coope-
rar a Ia obra de la libertad comün en que trabajan de
COflSUflO naciones poderosas, y a revestirse ella mis-
ma de su antigua grandeza y dignidad, rompiendo de
una vez los lazos que tan sin ventaja ni honor suyo
estrechaba cada dIa. La Suecia y la Prusia casi ni
aun muestras daban de existir politicamente; y en ge-
neral, el influjo maldfico del que domina a los france-
para su oprobio y su desgracia, ten ía aletargados a los
prIncipes de Europa, 6 en la servidumbre 6 en la más
ominosa iridolencia. El rev de Nápoles 37 Sicilia era,
como es boy, nuestro aliado y amigo; pero, despojado
de gran parte de sus pueblos y precisado a invertir to-
dos sus recursos en conservar la tranquilidad interior
y exterior de sus estados, no podia prestarnos auxilios
que dl rnismo necesitaba. Nuestro amigo el de Portugal,
envuelto en la misma lucha, veIa depender su suerte
de la nuestra; mas no se hallaba en posibilidad de aten-
der a otra cosa que a la defensa de su propio suelo.
La magnánima Inglaterra seguia en la eficaz y gene-
rosa cooperación que nos prestaba desde los principios
de la contienda; pero no bastó a impedir ni detener el
torrente que lo asoló todo hasta las puertas de Cádiz.
cY quidn será el que pueda descubrir sin indignación
sin Lágrimas La situación de la patria a fines del aflo
820
821
824
Segün Beristáin, public6 un sermón sobre La ma.
yor oioria y fe//cu/ad do C'antal',-ia bajo la protección
de la Virgen de Aranzath (Guadalajara, 1797) y cola-
boró en diversos periódicos.
CONSULTAR: Beristáin.
Escritor religioso.
0
Nacido en la Diócesis de Puebla; fué recogido y
educado por los jesuitas; se graduó de bachiller de teo-
logla; y después lo protegió el Obispo Fuero, y le dió
un curato; pasó a Mexico, donde murió en i8io. Se-
gi'ln Beristáin, dejó manuscritos y publicó una Voz'ena
A la Virgen de Guadalupe (Mexico, 1794); La l'dleza
en las piezas i/c esfritu (Z de esprit?), versión del fran-
cés (Mexico, 1802), un Devocionanio a la Virgen del
Pilar de Zaragoza (Mexico, 1809). Fu g prerniado por
la Universidad de Mexico, en 1790, un epigrarna sUyo,
Tatino, en elogio de Carlos IV; en los Cantos de las mu-
sas rnexicana.s (1804), en elogio, asi mismo, de Carlos-
IV, figura con una inscripción s' dos epigrarnas en La-
tin, y unas octavas castellanas.
CONSULTAR: Beristáin.
826
VICENTE HERRERA.
Poeta.
Poeta.
837
de su esposa rodeado y de sus hijos,
corre a ver sus praderas: !qué abundancia
le ofrecen los sembradosl lqué colores!
lob, qué alegre respira la fragancia!
Icon qué satisfacción su mies observa
pot la mano de Ceres sazonada,
ó recogida en la era ya segural
A aumentar su tesoro se prepara;
sus pequeños hijuelos se apre3uran
para saciarse en ]as crecidas ramas,
que, vencidas del peso de sus frutos,
A su dueño le ofrecen dulces parias.
Disfrutemos, Anarda, los placeres
que abundantes ofrece la mañana.
Y nuestra voz se eleve al numen santo
que en el otoño nos regala tanto.
El labrador humilde,
en perpetuo destierro,
de sot a sal trabaja
con incansable empeño.
tras el arado corvo,
la madre tierra abriendo,
con su sudor regando
el árido terreno...
para servir at rico
cortesano opulento....
839
Mi Dios, mi Dios, tu placentero rostro
a ml vuelve. Por qué de ml te has ido?
Lejos están (lo sé) de hacerme salvo
mis delincuentes voces y delitos.
Dos ratoncillos
que se encontraron....
El uno at otro
le dijo:—Hermano,
di: qué te has hecho?
édónde has andado
que no te he visto
tiempo tan largo?
El le responde:
- -Grandes pecados
A un monasterio
me retiraron.
En penitencias
duras he estado,
sin que el sot viera
par más de un año.
Exciama el otro:
—iLlévete el diablo!
TÜ, vida austera?
Td no estás filaco.
—Eso consiste
(responde el santo)
que dentro un queso
me la he pasado.
La fabuilla
habla con varios
que el mundo juzga
par arreglados;
p -'-i: =i•-c-
843
porque en su queso
muy sepultados
pasan la vida
laran lararo.
(Diarlo, 6 de Febrero de 1809.)
PABLO DE LA LLAVE.
Naturalista y politico.
I
845
4
sitador general del Petén; catedrático de prima de teo-
logIa; rector del colegio de San Pedro (desde Junio
de 1783); provisor, chantre y dignidad en la Catedral,
y finalmente arcediano, bajo el gobierno episcopal de
Fr. Luis de Piña y Mazo. El cual, a pesar de haberle,
como se ye, honrado grandemente, y escrito al Rev en
diversas ocasiones ponderando c la singular y extraordi-
naria literatura, conducta ejemplar, prudencia y celo-
del Padre Lara, le persiguió cruda v tenazmente a Ia
postre, sin que Se sepa bien por qué causa, quitándo-
le el rectorado, reduciCndolo a prisión V excornulgan-
do a toque general de campanas al alcalde Pastrana
por ser amigo y defensor del sacerdote caIdo en des-
gracia. Vino Cste a Mexico, donde predicó algunas
veces, siempre elocuentemente; y después de desagra-
viar püblicamente en la Catedral de Mérida al enojado
Obispo Piña v Mazo, profesó definitivamente en la Or-
den de San Agustin, cuyo háhito habIa vestido ya en el
noviciado de Chalma, el 3 de rnarzo de 1787. En sus
iltimos años se dedicó a la oratoria sagrada y desem-
peñó muchas comisiones honrosas. Murió el dIa 6 de
Enero de 18o8.
De sus sermones fueron célebres el que pronunció
en Mérida para desagraviar al obispo Piña y Mazo,
y el que compuso en honor de San Agustin, sobre el
cual improvisó un dominico estos vorsos:
Si el grande Agustin viviera
y ante éI Lara predicara,
dijera Agustin, de Lara,
lo que' Lara de él dijera.
Escribió, sègi'ln Beristáin, Alegaciones y Dejensas
jurIdicas, Devocionaric a San Agustin, (Mexico, 1789;
y reimpresoen x8ox); Elogio del Ads1oly Evangelista
San Juan, Pairono de los Escrilores de México (Méxi-
co, 1793); Devocionario a la Sangre de Jesucrisi'o (Me-
X1CO, 1794); y Las Rth5ricas del Misal Romano en z'erso
848
caslellano, y Ejerciclo fiat//ico en obsequio del San/Is irno
Noi,thre deJesz.s (ambas obras inéditas). El Dr. Sierra
afirma que los inanuscritos que, bajo el nombre de La..
ra, se pub! icaron en el Afuseo 1'zica/eco, más que suyos
parecen ser del Dr. Monreal.
CONSULTAR. Beristáin; Sosa; biografla por Justo
Sierra (padre) en el Diccionario mexicano de 1853-56;
Pi mentel, .iVoveljstas y aradores mexicanos, cap. VIII.
4
855
—Titiro, tñ a la sornbra recostado
de la extendida encina verde y fresca,
cantas alegre rtsticas canciones
de tu humildè zampoiia a la ca&ncia;
mas nosotros dejamos los confines
y amados campos de Ia patria nuestra:
nosotros de ella vamos desterrados;
ti, ocioso, TItiro. en la sombra fresca,
enseñas a )as selvas que resuenen
A tu hermosa Amarilis en cadencias.
--!Oh Melibeo! Sabrás que Dios me ha dado
esta quietud por su piedad suprema;
y por tan grande beneficio siempre
justo será. que por mi Dios lo tenga;
y que se vean sus aras muchas veces
de mis corderos con la sangre Ilenas.
Porque éI ha hecho (como estas mirando)
se apacienten seguras mis ovejas;
A et, finalmente, deho que a mi gusto
descanse y cante con mi agreste avena.
—No te envidio, por mas que me he admirado
al ver de turbación liena la tierra.
Si n6, mIrame a ml, que aun tan enfermo
lievo mis cabras, y ahora cargo apenas
ésta, que asi pariendo dos hijuelos
entre esos avellanos, me los deja
en una pefia sin abrigo ioh tristel
que del aumento Ia esperanza eran.
Pero este daflo, si el entendimiento
no fuera necio, conocer pudiera
viendo del rayo heridas las encinas,
y viendo lo predice la corneja
desde el cóncavo roble, muchas veces,
dando prenuncios con su voz funesta..
(Egloga I).
JOSE LEZAMA
Escritor religioso.
Nació en el Obispado de Puebla y estudió en los
Colegios de San Gregorio y San Ignacio. Obtuvo en
864
la Universidad de Mexico el grado. mayor de teolo.
•gia, y era hacia 1816. segün dice Beristáin, catedrá.-
tico y Rector del Colegio de Puebla.
Con motivo de la guerra de independencia escribió
Ex/,ortacidn a la Paz (Mexico, imprenta de Ontive-
ros, 1811).
FRANCISCO MANIAU Y
TORQUEMADA.
CrItico Iiterario.
875
des de Marzo de 1811 hasta su disolución. Ocupó
A principios de 1813 la presidencia de eulas, y terció
en diversas cuestiones: propuso se revocara la or-
den de libertad del cabotaje entre las colonias, v cen-
suró las escandalosas rcftrcsen/aciones del Consulado
de Mexico. En general, su conducta pareció ser más
de adhesión a Espafla que de defensa de America; pe-
ro, al suprimirse !as Cortes, en Mayo de 1814, con el
triunfo del abso/zitismo, fué uno de los diputados pre-
SOS por sospechas de que tuviese ideas liherales. Aun-
que, segün D. Joaquin Lorenzo Villanueva, no se le
pudo probar ningán acto subversivo, permaneció con-
finado hasta que Fernando VII, en 29 de Mayo de
1815, le indultó, si bien imponiéndole multa de mu
duros a beneficio del Hospital General.
Al regresar a I\léxico, segi'in Alamán, fue director
de la Renta del Tabaco, donde, como queda dicho,
habIa sido ya contador: rnurió, no sabemos cuándo,
en el desempeno de aquel puesto.
CONSIJLTAR: Beristáin; Alamán, His/or/a de Mixico,
tomo I, apéndice, doc. 15; III, Pi g s. 34, 8o, 96; IV,
140, 394; Humboldt, Ensayo politico sobre ci re/no de
la I%Tueva Espana, trad. de Gonzalez Arnao, Paris,
1822, tomo I, pág. 200; Joaquin Lorenzo Villanueva,
Vida ii/erariz, 1825, tomo II, 25, 103, 122, 140 a 142,
156, 159, 161, 173, 179.
MANUEL MAN SO
Poeta.
I
mo II, pigs. 69 y 70.
PEDRO DE MENDIZABAL.
Orador sarado.
LUIS MONTANA.
No ya el trueno
hiere el nervio en tremores....
Desnudos pechos
han puesto sus confianzas
en el nombre de Dios de ]as venganzas..
Zagales amigos
que me veis liorar
desde que la aurora
nos da claridad
hasta que la tierra
se empieza a enlutar
de mi Ilanto es causa
la for de Atoyac....
895
No en mi amorosa flauta
himnos dare a la gloria
del sabio a quien Minerva
ciñe inmortal corona;
ni menos al guerrero
que con ira safiosa
A su inocente hermano
la dulce vida acorta..
• . Y el mancebo Dalmiro,
que de sabroso puique
lievaba un cantarillo....
Segundamente mando
que, enterrado •mi cuerpo,.
896
plantes encima de él
un ?aguey verde y fresco..
Es que a mi tumba vengas
de pámpanos ornada
la sien, v rosas frescas;
y sobre ella derrames
anchas jIcaras Ilenas
de delicioso puique....
Y revolviendo vino
y mexicaflO nectar,
un lieno y ancho vaso
taimada me presenta..
La pulga a la abeja:
• . Suerte dura
es, amiga, corner el pan de ilanto
y en triste habitaci6n vivir reclusa.
Mas yo, viva, risueña, suelta, alegre
brinco y salto; su ruda faz adusta
jamás me muestra el Improho trabajo
899
mi alimento es la sangre dulce y pura
de las damas. ZQu6 más? Lope de Vega
tuvo aun mi misma muerte por fortuna.
De El coyote y la zorra:
Erase este coyote un gran monarca;
de todos los coyotes totonacos
el más astuto y hábil, el más diestro
en buscar el pan nuestro cotidiano.
No le arredraba ni con dos navajas
el niás valiente y presumido gallo,
ni el ilanto de las damas,—las ovejas,-
lo movIa a compasión por ningi'ln caso,
y no obstante sus barbas respetables
se engullIamuy aprisa a los chivatos.
Pues este gran señor, por consentir
A los ruegos de todos sus vasallos,
casarse resolvió, y a. este fin manda
a. dos coyotes pleriipotenciarios....
PABLO MORENO.
Pedagogo.
MANUEL OMAIA.
Escritor religioso.
IGNACIO ORILLA.
Orador sagrado.
MAGDALENO OSlO.
Poeta.
907
FRANCISCO PALACIOS.
Poeta.
FRANCISCO PATIO.
Orador sagrado.
914
nio de San Miguel, Obispo de Michoacán, pronuocia.
da en la Catedral de Valladolid—hoy Morelia—(I,6
X1CO, 1805).
CONSULTAR: Beristáin.
915
aquI v en su ciudad natal; regidor de ésta hasta alcan-
zar el decanato; alfërez de la provincia, y luego inten-
dente (nombramiento, éste filtimo, que no aceptó de
Hidalgo y Si de Calleja, en Noviernbre de i8xo). Con-
tjnuó en ese puesto, segün parece, hasta la consuma-
ción de la independencia. Después de 6sta, fué, en la
misma Guanajuato, jefe superior politico; y por fin,
bajo el imperiO de Iturbide, ministro del Supreme
Tribunal de Justicia. Se cree que haya muerto poco
despuéS.
l3eristáin lo inclu e entre los escritores pot ser au-
tor de Ia Vindzcación del Ayuntamiento de Guanajuato
sobre la toma de la Alhóndiga de Granaditas (Méxi-
co, imprenta de Ontiveros, 1811).
CONSULTAR: Beristáin (en la M); Osores; Alamán,
Historia de Mexico. I, 415; II, 64; Mier, Ills/aria de
hi rz'o/iicldn de iVzieva Estaña, 1, 335, 353; Busta-
mante, Cuadro hlstCrico, I, 47, 103 Coleccidn de docu-
mcntos para la historia de hi gucrra de indeficndencia, de
J . F. Hernández y Dávalos, tomo II, doc. 243.
Es la fuente cerrada
donde esti nuestra dicha vinculada....
919
Es el jardIn cerrado
abierto sóo para Dios su amado....
JOSE PICHARDO.
Orador sagrado.
Mavorte a Citerea
reduce a sus halagos, cuando Febo
su leve carro en la region nerea
habla sumergido....
Mas ipor qué inadvertido
me canso refiriendo
tus crimenes, tus fraudes y traiciones?
Me obligaste a traducir
estas obras con presteza;
mas su mérito ' helleza
me enseflaste a discernir?
Ayer en el paseo
se perdió un currutaco:
tiene el pelo a la Tito,
de almizcle perfumado;
el fleco disparejo,
hasta las cejas largo;
un sombrero chiquito,
muy bien encañonado,
que del sol no defiende
el rostro en el verano
ni del aire las sienes
en el invierno helado.
Desde éstas se prolonga,
del carrillo a lo largo,
Ia patilla poblada
que se avecina al labio.
Lieva un lienzo en el cuello,
relleno de mil trapos;
Ia camisa bordada,
y en el pecho un retrato,
al que a cada momento
ye con ojos livianos.
Mil cintas desde el hombro
le bajan al costado,
932
y desde all1 cotnienzan
los caizones, tan anchos
que el viento dentro de ellos
se pasea a su salvo.
Como no gasta bolsas,
trae pendientes de ganchos
dos campanas enormes
de acero pavonado.
Usa casaca corta
por el faldón, y en lo alto
un cojin, con que iinita
fielmente a un jorobado.
Tiene envueltas las piernas
en cueros encarnados,
coma azabache negros
de la espinilla abajo.
En el café asistia,
v por la noche at teatro;
solla jugar tresillo
6 hillar, de prestado.
Comia con sus amigos
6 ayunaba a traspaso;
dormia en una accesoria
de las de laza y plato.
Los domingos y fiestas,
en el Pcrddn parado,
at Padre de la misa
vela de cuando en cuando.
Chupa puro muy grueso,
habla un idioma extraño,
compuesto alli a su modo
de frances é italiano.
Baila bien con tradanza,
bolero afandangado,
y casi a todas horas
ejercita su canto.
933
Se suplica a cualquiera
que Ilegare a encontrarlo,
lo lleve a la coqueta,
quien le dará su /zallazgo.
I
935
Parlera golondrina
que con canto festivo
A los hombres anuncias
el astro matutino....
Un goloso muchacho,
metido en una huerta,
alegre discurrIa
mirando con viveza
de una tendida parra
los racimos que cuelgan.
Pero no, ya se inclina
de las doradas peras,
____
937
hacia el durazno corre,
ya se vuelve a la higuera
de aquesta el fruto corta,
pero apenas lo prueba.
Su gusto ain más provocan
encarnadas ciruelas,
los verdosos pepinos
y ]as moras sangrientas.
Su ambición todo abarca,
todo le lisonjea,
come luego otra cosa,
y al fin todo lo deja.
AsI yo entusiasmado
entre muchas bellezas,
quiero decir de todas
porque todas me alegran.
942
4.
47^7Wrr-_MMTj1 "77777
943
(aparece allI un grabado de la momia de Fr. Francisco
Rojas y Andrade).
1
r''r
945
Crisóstomo en el Predicador evangélico ese tejido de
virtudes para ser luz del mundo y sal de Ia tierra: en
Francisco éste es el principal distintivo. Escueja
del P. S. AgustIn a Secundino Maniqueo: que opine lo
que quiera de su conducta con tal de que la conciencia
no le acuse y confunda delante del Juez Eterno, esta
es la completa satisfacción de Francico a los ojos de
Dios y de los hombres: oj'erariu,n inconfusib,Ycm.
c Pudo con toda verdad asegurar, a los que escu-
charon sus discursos, lo que e1 Apóstol: ni de obra
buena, ni de ramo alguno de santidad me he deterini-
nado a trataros si antes no lo ha obrado en ml Jesu-
cristo.
CONSOLTAR: Pimentel, iVoz'elisi'as y oradores mexica-
.nos, cap. IX.
34
•1 -
946
.1
947
or Terreros (que es el nombre con que se ha conoci-
do en Francia a. este sahio modesto) ha preferido du-
rante inuchos aflos la instrucción que le proporcionaba
su permanencia en Paris a. una gran fortuna de que
solo podia gozar viviendo en Mexico mismo.'
D. Francisco de Fagoaga, en una carta a su tio el
CanOnigo D. Ciro de Villaurrutia, citada en el libro
Los Condes de Regla de D. Manuel Romero de Terre-
ros y Vinerit, dice que cel Marques de San CristObal
se matO a si mismo tomando arrobas de quina para
hacer experiencias.
CONSULTAR: Humboldt, Ensayo politico sobre Nueva
Espana, trad. Gonzalez Arnao, Paris, 1822, tomo I,
240; Romero de Terreros, Los Condes tie Re'gia, Méxi-
co, imprenta de M. LeOn Sanchez, igxo, pigs. 67, 79
y 80.
.1
S
9
F 949
No tenemos datos para con firmar ni negar la afirma-
don, hecha par Beristáin, de que el nombre de Ca-
niro lie Rueda y Beranefos sea anagrama. Si es de
advertir, en cambio, que las dos composiciones citadas
no fueron impresas aisladamente, como podrIa enten-
derSe par los datos de la Bj/,/jo/eca Jlzspano-amer:cana
septentrional, sino insertas en la Gaze/a de Aizate.
C0NSULTAR: Beristáin; Pimentel, His/oria de la poe-
ski en ilfIXiCO, cap. X,
ANTONIO SALGADO.
Poeta.
950
RAFAEL SANDOVAL.
Filologo.
FRANCISCO SEDANO
Historiador.
953
men económico del virreinato, ordenada por el segun-
do Virrey Conde de Revillagigedo v publicada en
1845 COfl el tItulo de Ills/aria 'encral i/c la Real Ha-
cienda.
CONSIJLTAR: Beristáin.
Escritor religioso.
FRAY MARIANO SO
Poleniista.
955
por sus versos, sino por sus polrnicas con El Pensa-
dor jlfexicana. En 1820, cuando el restablecimiento de
la libertad de impreota hizo aparecer en Mexico mul-
titud de foiletos, puede decirse que Fernández de Li-
zardi era el centro de atracción de todas las discusio-
nes: su niás activo contrincante, en ese aho, fué el P.
Soto. No hay, empero, gran cosa que señalar en los
escritos del fraile dominico: la forma es fácil y a ratos
tiene buen sabor castizo, pero la argumentación es
siempre desmañada y virulenta. Es de mencionarse
La Pa/mod/a de J. F. L., Pensador ilfexicano, Perio-
A/s/a El/c/rico (Mexico, oficina de Joaquin y Bernardo
de Miramón, 1820), folleto en el cual Fr. Mariano
ataca juntarnente a Jovellanos por su Pan y Toros,
reimpreso entonces aqul par Ontiveros, y a Lizardi
•corno patrocinador de La reirnpresión. En La Biblioteca
Nacional existen varios folletos pertenecientes a esta
.polémica (Novena division, Pigs. 421, 431 y 432).
CON SULTAR Apun/es /'ioKrdjicos de los Irece religiosos
ilominicos que cii es/ado tie mom/as se izaliaron en ci osa-
rio de SM conz'ento.... 1861 (contiene un grabado de la
mornia de Fr. Mariano Soto).
PELAYO SUAREZ
Poeta.
FRANCISCO URAGA.
Poeta.
Nacido en Valladolid de Micboacán (Morelia); doc-
tor en teologia; en el Seminario de su ciudad natal fué
alumno de oposición y después catedrático de latini-
dad, filosoffa y teologIa; me tamhién notario revisor
de la Inquisición, sacristán mayor de Marfil, cura pa-
rroco de Silao y de San Miguel el Grande. Escribia
versos, generalmente medianos, sabre los principales
sucesos politicos y eclesiástiCOs: Beristáin dice que
los hizo en ocasión de recihiniientO de obispo en Va-
lladolid, en las exequias del Obispo Rocha, de la mis-
ma diócesis, en las de Carlos ill, en las proclamacio-
nes de Carlos 1V y de Fernando Vii, en ]as exuias
de Plo VI, en las honras f(inebres de los inilitares
(sin duda los muertos en la guerra de independencia)
y sabre los sucesos de España y la iusurrección de
Mexico. De los versos que escribió sobre los iltimos
asuntos se encuentran algunos en el Diario dc Mexico,
firmados Dr. Aaur y Agaru. Como curiosidad pue-
den señalarse los que escribió en elogio de Iturbide,
jefe realista entonces, publicados el 25 de Junio de
963
1812. Escribia tarnbién en prosa, y Beristájn mencio-
na varios Disezirsos sabre he/las le/ras y morales.
El presbItero Dr. Agustin Rivera, en su iibro La
filosojfa en Nziez'a España, al hablar de las costumbres
escolares, cita un célebre veiarnen del Dr. Uraga. 'El
limo. Sr. Labastida, dignisimo arzohispo de Mxico,
—dice,--que, como es bien sabido, se formó en el Se-
miriario de Morelia, y que recogió las tradicjones de
dicha casa, me ha referido el vejamen que el Dr. D.
Francisco Uraga compuso con el tItulo' de La linterna
de DióKenes y pronunció en el mismo Seminario en
Agosto de 1803, en la conclusion de Sn enseñanza de
la filosofIa. En todos los seminarios de Ia Nueva Es-
pafia, todos los canOnigos, aun los muv ancianos,
venciendo sus achaques, siempre a los vejámenes acu-
dIan, para reIrse grandemeiite de lo que decIan de los
muchachos, que era Ia galanura de aquellos tiem-
pos .....
'Era dste (el Dr. Uraga) de huen talento y tan au-
daz cuando escribiO v pronunciO su vejamen, que en
su comparaciOn algunos periOdicos mexicanos de nues-
tra edad, y aun uno que otto de la prensa catOlica,
son unos tristes. EstrujO el honor v los derechos, no
solamente de sus discIpulos, sino tamhién de muchas
personas respetables por su posiciOn social. A sus dis-
cIpulos los mentO por su nombre y apellido, como era
costumbre; no asi a las demas personas, pero indicO
A cada una con aiguna circunstancia por Ia que era
generalmente conocida en la sociedad, con alusiones
y seflas tan marcadas, que el auditorio reconociO a Ca-
da una en aquella fotograffa. For ejemplo, si Un sa-
cerdote se apellidaha TJraga y se contaba de 0 que era
tan tcnto que una vez, a! decir Ia misa, se le habia
perdido la hostia después de consagrada, y el autor
del vejamen decla: Encon/ré a ml /ocayo y le preeiin/é
siya habla hal/ado la hds/ia quién no habla de decir
Es el Padre Urara y reirse a carcajadas? El Dr. Ura-
96.
ga se propuso buscar al (Ir l)iógene.s, V, no
habi€ndo10 encontrado entre sus discIpulos, di scurrjó
por todo el Serninario d hizo la caricatura de cada uflo
de los catedráticos. Despuds se salió del Seminario
con su linterna y entró en el Colegio de San Nicolás,
perpetuo rival del Seminario, y puso de perlas a caa
uno de los catedráticos. Despus se metió en la casa
del Intendente (D. Felipe Diaz de Ortega, que era
como boy el gohernador de un Estado), y dijo qUe ci
personaje que habitaba aquel paiacio tampoco era ci
hombre que buscaha Diogenes. Los canOnigos de Va-
lladolid (Morelia) se rieron de lo que el Dr. Tiraga
dijo de los estudiantes y aun de lo que duo de los Ca-
tedraticos, porque esto segundo, aunque no era ire-
cuente en los vejámenes, tampoco era descoriocido en
la historia de ellos, y aun de vez en cuando aiguna
fisga a personas de categorIa superior a la de los ca-
tedráticcis, porque la lengua no reconoce ml deterrni-
nado valladar; pero cuando oyeron que tocaba a! In-
tendente, comenzaron a teiner por si mismos; y no se
equivocaron, porque ci Dr. Uraga, metiéndose en la
Catedral, arremetiO a todos los canOnigos y a cada
uno lo ridiculizó; y, en fin, se rnetiO en ei obispado, v
hasta al Seflor Obispo, que era el limo. D. Fra y An-
tonio de San Miguel, le ehi*o el sueño y el desenlzce, co-
mo dice el adagio castellano. Ese dIa los canOnigos
de Valladolid salieron de la aula mayor con sus grail-
des solideos y coletas como toros banderilleados, v ci
Sefior Obispo, aitamente ofendido, prohibió para lo
de adeante los vejámenes en su seminario.
Siendo cura de San Miguel el Grande, en 1810,
cuando Hidalgo entrO en Ia villa, en Ia noche del 16
de Septiembre, Uraga, dice ci Dr. Rivera, huvd con
todo y 1interna. Sobrino suyo era ci General Jose
L'oez Uraga, hijo de Morelia.
En 1825, ci Dr. Uraga vivIa aiin 3' seguIa siendo
cuct y juez eclesiástico de San Miguel ci Grande.
965
CONSULTAR: Beristáin; Alamán, Ilic/oria de Mexico,
tomb III, apdndice, P ig. 5; Agustin Rivera, La Fib-
s/ía en X,ieva España, págs. 177 y Siguientes.
967
Qué indican esas suplicantes manos?
Los mansos ojos lijos en el suelo?
La planta expuesta, que al dragón amaga
hórrido vuelco?....
josE VALDES.
Poeta.
97'
figuras tan hermosas,
compuestas de claveles y de rosas,
que, atinque efla las pintaba,
de ver copia tan bella se admiraba;
pues alli la azucena
de cándidos ornatos toda Ilena,
pasaba por galante
I hacerle competencias at diamante.
El clavel encarnado
de la rosa se via fatigado
siendo su carmesI
envidiado en el todo del rubI:
y en fin, las rosas bellas
haciendo competencia a las estrellas,
segün lucia cada una
eran estrellas, eran sol y luna;
y aun mi musa parece
que el conjunto de luces no encarece,
pues allI parecIa
ue habiendo el gran titan, rubI del dIa,
su carro a Faetón flado
segunda vez se via a despenado
no en el famoso rio
que monumento fu de su albedrIo,
sino entre la floresta
que panteón de sus rayos hizo Vesta,
porque allI las Eliadas
en estatuas se vieron transformadas,
•que en aquellos jardines
cornucopias tuvieron de jazmines,
sirvindole de adorno
at lucido contorno,
que era ya transformado en alta esfera,
de olorosas estrellas primavera
A este sitio en que Flora se recrea
de Venus catre y cielo de Amaltea,
donde las tierrias ayes
972 -
4
975
servaciones sabre hi Ilsica, his/aria natural y aries i1ii-
les.
xCuán vastos fueron sus conocimientos en estas
materias to califican la diversidad de especies que pro-
movió y disputó relativas a estos ramos, entre las
cuales se encuentra un crecido nimero de produccio-
nes originales, partos de su continua rneditación y re-
petidas observaciones, y otras mil, a más de peregri-
nas, 6 vertidas con novedad, 6 ilustradas con notas
oportunas. Y cuántas de éstas levó y estampó Paris,
más de una vez, con aprecio, celebrando ]as no vulga-
res luces de este digno socio corresponsal de aquella
célebre Academia? Si este papel ofreciera el campo
necesario, se harIa un exacto Indice de las materias
que trató con magisterio; pero, dehiéndome cellir a lo
que el tiempo proporciona, me contentaré con remitir
A Jos lectores a los expresados peniódicos y a los que
posteriormente puhlic6 ......
Tuvo nuestro Aizate sus defectos, como los tienen
todos los escritores; pero cotejado su nimero con el
de las hellas producciones de su fecundo ingenio,
desaparecen como a Ia vista de las luces del dia ]as
sombras de la noche. Termin6 su carrera; pero exige
el agradecimiento, v bien podré decir Ia justicia. que
asi como él tuvo presentes a otros literatos para tejer-
les en sus muertes los elogios correspond ientes a su
rnerito, asI nosotros procuremos hacer vivir su memo-
na. Satisfago de algiTh modo esta obligación con de-
cir brevemente que Alzate sirvió al orbe literario co-
mo buen filósofo, trabajó pot ser Atil. a la patria como
buen patricio, y observó siempre una conducta arre-
glada como buen sacerdote.
CONSULTAR: Benistáin; Pimentel, His/or/a (Ic la poe-
s/a en ilfe'xieo, cap. X; Luis Gonzalez Ohregón, lf/xi-
co v/do, cap. LVI, Los coches: Alarnán, IJis/orzz (Ic
Jféxico, I, 123; Joaquin Garcia Icazhalceta, artIculo
sobre T:toKrau/a mexicana; Diario (/C Mexico, 25 de
Febrero de 181.
976
0
IGNACIO VARGAS
Poeta.
CARLOS VARRON.
Poeta.
FRANCISCO VELASCO.
Escritor politico.
982
983
pues de Gerarda el labjo mereciste;
de su esplendor tu rosicler tefliste
en Ia respiración que le usurpaste.
Sumiller de coral, perlas embozas
cuando purpüreo rey a otros prefieres:
ámbar exhalas que robando gozas;
flQr te acreditas, pero mucho adquieres,
pues cuando ufano en su beldad reposas,
más que clavel, el labio suyo eres.
987
cCtiando será el felice
instante en que te yea
menos dura a mis Iloros.
y más blanda a mis quejas?
Escritor religioso.
EXTRANJ EROS
El n(lmero de hombres de letras y ciencia que, Si
bien nacidos fuera de Iéxico, aqul vivieron 6 estuvie-
ron algin tiempo, hacia principios del siglo XIX, se
acerca, aunque no lo iguala, at nümero de escritores
mexicanos por nacimiento en la rnisma época. IlabrIa
sido nuestro deseo conceder a cada uno de estos ex-
tranjeros igual espacio que a los nacidos en Mexico,
pues, sobre todo tratándose de españoles, cabe decir
que ellos integrahari, tanto cotno los naturales del
pais, el cuadro literario del perlodo de independencia.
Pero, si bien hablarnos emprendido sus biografIas, la
falta de espacio nos obliga a reducirlas a unas cuan-
tas indicaciones, que sdlo en casos especiales se exten-
derán a mis.
ESPAOLES.
99'
mista: publicó en 1812 fugue/es contra c/fugue/il/a par
una Censora americana. Estuvo en Mxico de i8io a
1812. V. Beristáin.
FRANCISCO MATEO AGUIRIANO.—Nacido en
Alesanco, Calahorra; doctor de la Universidad de M-
xico, donde estuvo de 1766 a 1772; obispo de Calaho-
rra y diputado a Las Cortes de Cádiz. V. J3eristáin y
la His/aria de los he/erodoxos españoles, de Menndez y
Pelayo (torno III, Pig. 179).
GUILLER?vIO AGUIRRE Y VIANA (t 1811). -
Nacido en Alava; doctor en leves por la Universidad
de Alcalá. Fud oidor de Ia Audiencia de Guadalajara
y luego oidor y regente de la de M6xico, donde rnurió.
Beristáin lo incluye entre los escritores por tin traba-
jo relativo a negocios de Ia Audiencia. V. Alamán,
His/aria tie i'Iéxfro, I, 50, 167 a 173, 21 3 a 217, 312,
344.
MANUEL ALCAIDE Y GIL.—Valenciano; doctor
en teologIa por la Universidad de Valencia; vino a
Mexico en i8io y estuvo aquI por lo menos hasta 1813.
Hizo imprimir dos de las oraciones que pronunció aquI.
V. Beristáin v la C'oleccidn de documentos para Ia his-
/aria tie /a guerra tie independencia, de Hernández y
Dávalos (tomo III, págs. 541 a 560).
PASCUAL IGNACIO APEZECHEA.--NaCido en
Goizueta (Navarra); hizo estudios de ingenierla; vine
joven a MCxico, donde tuvo el cargo de apartador
general del oro y la plata, y murió en 1813, dejando
escrito un Nuevo proyec/o del desãgüe general tie Mexico.
V. Beristáin.
FRANCISCO ARAMBARRI. - VizcaIno. Vivi6
mucho tiempo en Mexico, I ud empleado en La oficina
de la Administración de Arbitrios y redactó las ruido-
sas representaciones dirigidas por el Consulado de Me-
xico a las Cortes de Cádiz. Alamán, His/oria de Me-
xico, III, 76; Bustamante, Tres Siglos tie Jféxico, III,
336 a
992
FRANCISCO JAVIER BALMIS. — El ilusti
'lenciano propagador de La vacuna en America tiizo
•cuatro viajes al nuevo mundo, y, aparte de su labor
de propaganda, hzo estudios de botánica, describió
plantas y descuhrió propiedades curativas en algunas.
La expedición de la vacuna que él dirigió llegó a M-
xico en Septiembre de 1804; peru, antes de su lie-
gada, en Abril del misrno ai'io, el Vii rey Iturrigaray
habIa hecho traer vacuna de La Habana. V. Beris-
tam; Gacela tie J[éxico, 26 de Mayo y 27 de Octubre
de 1804; N icol as Leon, Biblioleca botibzico–mexicana.
MARTIN J. BARANDIARAN.—Nacido en Her-
nani (Guipüzcoa); militar; publicó en 1812 un Ensayo
sobre ci origen y remedio de nziestros ma/es (Imprenta
Arizpe). V. Beristáin.
MANUEL DE LA BARCENA—Nacido en Aso-
flos (Santander); niño pasó a America, y viviO en Mi-
. choacán; fué doctor en teologIa por la Universidad de
Mexico; sucesivamente canOnigo lectoral, tesorero,
niaestrescuelas y arcediano de la Catedral vallisoleta-
na: por ültimo, gohernador del obispado. PublicO tres
sermones, segün Beristáin, y redactO prociamas del
Cabildo eclesiástico de Valladolid de Michoacán. En
politica figurO como miembro de la Junta Suprema
Provisional Gubernativa, y como tal firmO el Acta de
Independencia; luego formO parte de la Regencia
(1822).
JOSE MARIA DEL BARRIO. Granadino; doctor
y maestro de la Universidad de Granada; racionero-
de la Catedral de Mexico. PuhlicO una Oracidn June.
bre, en latin, sobreel Arzobispo Ni'iiiez de Haro (j8oi).
V. Beristáin.
BASILIO BAYON.—Nacido en la Villa de Rueda
(en la AbadIa de Medina del Campo); militar; peleO
contra los franceses; siendo ya coronel, vino a Mexico
en i8io con el Virrey Venegas. Publicó un Epitome
del arte de La guerra (1811). V. Beristáin.
993
FR. josE BELDERRAIN .—Vasco; fraile agusti-
no; prior de la provincia del SantIsimo Nombre de Je.
süs en Mexico. Publicó en i8io una Exhoriacjdnco-
tra la guerra de independencia. V. Beristáin.
ANTONIO BERGOSA Y JORDAN._Nacjdo en
Jaca (Aragon); doctor en teologIa y cánones; pertene-
ció a la Inquisición en Mexico; fué obispo de Oaxaca,
desde 1800 hasta 1812, aio en que paso como arzo-
bispo a Mexico. En 1814, desaprobado por Fernando
VII su nombramiento para Ia arquidiOcesis, hecho por
la Regencia, volviO a su primitiva diOcesis de Oaxaca.
Bergosa estaba lejos de ser huen escritor, pero publi-
cO, aparte de sus edictos, pastorales y sermories, una
J 7ida de Saida Orosja (1803). Sus escritos contra la
insurrección son extraordjnarjarnente virulentos. V.,
junto con 13eristáin v El Episcoj,ado IViexicano, de don
Francisco Sosa, las obras históricas de Bustamante
y Alamán.
FELIX MARIA CALLEJA DEL REY.—E1 terri-
ble general de los ejércitos realistas y virrey de Mexi-
co (Eriero de 1813 a Septiembre de 1816) fué incluIdo
por Beristáin entre los escritores por sus jroclaiiias.
PEDRO CANEL Y ACEVEDO.—Nacjdo en Cas-
tropol (Asturias). Abogado y militar. Estuvo en MC-
xico hacia 1805. De regreso en Espaila, peleO contra
los franceses. Beristáin dice que escrihiO, aunque no
puhlicO, ulfemorias histJricas y poll/icas de JW'/xico. Es-
cribiO, además, sobre polItica y derecho, y tradujo en
verso las Heroldas de Ovidio.
FRAY DIONISIO CASADO .—Castellano; fraile
agustino; fuC en Mexico, por elecciOn de 1807, prior
del Convento grande de su Orden. PublicO aquI dos de
sus Sermones (18o6 a 18og). V. Beristáiri; Pimentel,
iVovelis/as y 0,-adores Maxicanos, cap. IX.
FRAY RAMON CASAUS Y TORRES.—Arago-
nCs, nacido en Jaca (1765); dominico; vino a America
en 1788; doctor en teologia; catedrático de doctrina de
37
994
Santo Tomás en La Universidad de Mexico; rector del
colegio de Portacceli v Arzobispo de Guatemala. Es-
cribió varios sermones v libros sobre asuntos religio-
SOS y fuC uno de los rnas terribles defensores de La
causa realista durante la guerra de independencia.
VICENTE CERVANTES (1755-1829).—Nacido
en Zafra (Extremadura). Se hizo notar por sus estu-
dios en ciencias naturales y en farmacia. Vino, a Me-
co en 1787 a desempear Ia cátedra de hotánica en Ia
Universidad, y La dió durante treinta v ocho años.
Dirigió el JardIn Botánico, y ayudó a La Expedición
cientifica exploradora dirigida por Sessé. Murió en
Mexico. Sus pi-incipales trabajos son clasificaciones y
descripciones de plantas: los niás extensos, sin embar-
go, la Arrosi'i-rr.zpi:ia mexicana y el Horlus mexicanus,
permanecen inCditos. V. Berstäin; José Garcia Ramos,
Eio8o io histdrico (reproducido en el Boletin de la Socie-
dad de GeografIa y Estadistica).
FRANCISCO CONE JARES.—Francisco de Paula
Alonso y Ruiz de Conejares nació en Navarra y se
doctoró en la Universidad de Mexico; despuds de la
Independencia fud Ahad de La Colegiata de Guadalu-
pe. En verso escribió sobre asuntos politicos y en honor
de generales realistas; en prosa publicó un Resumen
histórico–militar de los hechos de Juan Martin el Em-
pecinado (Mexico, Arizpe, z8xr). Tuvo fama de ser
uno de los mejores poetas españoles de su tiernpo, en
la Colonia, aunque sus versos no sobrepujan el nivel
comttn de entonces. V. Beristán; Pimeritel, !iislorii
de la )oesIa en AfIxico, cap. X.
SILVESTRE DIAZ DE LA VEGA (t 1812).-
Sevillano. Vino & Mexico en 1778, v murió aquI; fu
director general del Tabaco y reformador de La Renta
de este ramo. Puhlicó en Mexico, en 1786, un Discz,rso
sobre los dramas y su representación, y ReIas de o-
bierno sobre ci tea Ira en Mexico. Dejó otras obras ma-
nuscritas. V. Beristáin. -
995
FAUSTO DE ELHUYAR Y SUBISA (-
1833).—El insigne matemático y quImico, descubridor
del tunKs/eno y director del Tribunal de Minerla en
xico, nació en Logroio; viajó, estudiando, por casi
toda Europa; fué catedrático en el Seminario de Ver-
gara; descubrió en 1785 (segi'in Beritáin, en uniOn
de su hermano Juan de Elhuyar, que muriO siendo di-
rector de Minas en Nueva Granada) el /unfs/ciza; en
1788 ViflO a Mexico, como director del Tribunal de
Minerla, y trajo consigo peritos minet-os alemanes;
visitó muchas ininas del pals; trabajó por Ia fundacióri
del Colegio de Minerla ideado por Velasquez de León, y
logró verlo establecido en 1792; permanecióen Tvlexico
hasta 1821, fecha en que volvió a España: aill fué
nombrado, pocos aI'ios despues, director general de
Minas. Murió en Madrid. Escribió y publicó trabajos
de orden cientIfico y discursos para actos püblicos.
V. Beristáin; Djccjonario mexicano de 1853-56.
FRANCISCO FERNANDO FLORES.— .Toleda-
no; siendo nio vino a Mexico (1765). Alumno y lue-
go catedrático de griego y de fibosofia en el Seminario
Palafoxiano de Puebla; Bachiller en teologla por la
Universidad de Mexico. En Espai'ia se hizo doctor
por la Universidad de Avila; fué catedrático de griego
en Salamanca y Capellán de honor del Rev. PublicO
obras sobre asuntos religiosos y una vida del Arzobis-
po N?iez de Haro al I rente de Ia Colección de obras
de éste (Madrid, Ibarra, i8o6).
MANUEL DE FLORES.—Toledano. Doctor en
Cánones; en Mexico fué Secretario del Arzobispo Nil-
nez de Haro, de 1771 a i800, 6 Inquisidor fiscal. Pu-
blicó en Madrid (x8o6) un Resumen His/órico de Ia
vida de dicho Arzohispo. A nombre de éste inició pro-
ceso a Fray Servando de Mier por su sermon sobre la
Guadalupana. Se le atribuye, además, una parte de
los edictos y pastorales de Haro. V. Beristáin.
FABIAN FONSECA (t 1813).—Granadino. ViviO
996
muchos aiios en Mexico y murió aqul. Por encargo
del segundo Virrey Conde de Revillagigedo empren-
dió, ell de Carlos de Urrutia, y con José Igna-
cio Sierra v Joaquin Maniau como subalternos, (a vas-
ta obra de estudio del regimen econOmico colonial,
que vino a publicarse en 1845, con el tItulo de .iIis/o-
na general de la Real Hacienda. V. Beristáin.
PEDRO JOSÉ FONTE (1777-1839).---Aragones,
nacido en la villa de Linares y muerto en Madrid. Ar-
zobispo de Mexico desde 1815 hasta 1821. Al consu-
marse la independencia, saliO de Mexico y dejO vacan-
te la sede, sin querer renunciarla, hasta 1838, aflo en
que el Papa Gregorio XVI le obligO a &lo. Beristáin
lo cita entre los escritores por sus sermones, procla-
mas y pastorales. V. Sosa, El Epzscof'ado .dicxicano.
DIEGO GARCIA CONDE. — Catalán; Coronel del
Regimiento Provincial de Dragones de Puebla; derro-
tado y prisionero ell en 7 de Octubre de
1810 por la tropa de Luna: libertado en Aculeo. Fué
despuCs comandante de Arrnas de Zacatecas. Escribid
una relación de la hatalla de Aculco. Autor de versos
politicos y müsico. V. Beristáin; Alamán, His/oria tie
Me'xi'co, I, apdndice 18.
PEDRO GARCIA Y GARCIA.—Santanderiho; vi-
no a Mexico de corta edad; estudió en el Colegio de
San Ildefonso; Abogado. EscribiO tin folleto contra La
insurrecciOn intitulado Frosperidades de in union y de-
sasires del viclo opuesto (Mexico, Valdés, 18io). V.
0 sores.
FERNANDO GAVILA. - Actor, bibliotecario, y
kiego director del Coliseo Nuevo de Mexico. EscribiO
p 'esias y una que otra composiciOn dramática. V. Pi-
mentel, HzWoria de In i5 oesfa en Mexico, cap. X.
GASPAR GONZALEZ DE CANDAMO (t 1814).-
Asturiano; doctor teologo y catedrático de hebreo en la
Universidad de Salamanca; canOnigo de La Catedral de
Guadalajara y de la Metropolitana. PublicO tin Eloglo
r ,, - T •t r
997
f/nehre de Carlos III (Mexico, 1789) y otro del Arzo-
bispo Nónez de Haro (Mexi(-o, 18oi). V. I3eristáin.
CIRIACO GONZALEZ CARVAJAL.—Sevillano;
abogado; Oidor decano de la Audiencia de Manila;
1iemhro de los Supremos Consejos de EspaI'ia é In-
dias (x8oi) y de Justicia, v Ministro interino de Ui-
tramar (1812); en Mexico estuvo a principios del si-
glo pasado, hasta 1809, y fué, entre otras cosas, Di-
rector de la Academia de Jurisprudencia tedrico-
práctica. Publicó una Disertación sobre los principios
del derecho (1773) V muchos otros trahajos sobre cues-
tiones po)Iticas v financieras. V. Beristáin y Alamán.
FRAY BERNARDO GONZALEZ DfAZ.—Astu-
riano; fraile agustino; en Espaiia fue catedrático de la
Universidad de Valadolid; en Mexico, rector del Cole-
gio de San Pablo y calificador del Santo Oficio. Pu-
blicó aqul, segin Beristáin, tres sermones, de i8o8 a
1814.
josE GONZALEZ TORRES DE NAVARRA.-
Sevillano; hijo de Ia Casa de los Marqueses de Cam-
poverde; viajó por Europa y tuvo cargos en el Peru y
en Cuba. Autor del Canto a cart/s en Ulüa (Mexico,
Arizpe, 18o8), firmado con el seudóninio de G. de Agzii-
br, y de escritos politicos y pedagógicos. V. Beristáin.
FRAY MIGUEL HIDALGO.—Dos homónimos
tuvo el Libertador: uno mexicano, teologo, que flare-
66 hacia 1760; otro andaluz, dominico, maestro teóbo-
go en la provincia de Santiago, que publicó G/o,-ias
Dominicanas en su escbarecia'o / i/us/re mi/i/ar Tercer
Orden (Mexico, Jáuregui, 1795) y compendbo his//rico
Sacro-J'r ofano , /eo/dzco . dogmd/zco y Ji/os/fico-cristiano
(T'Iéxico, Ontiveros, 8oi). V. Beristáin.
VALENTfN HORTIGOZA.—Nacido en Arratia,
Málaga; doctor por la Universidad de Mexico. Segin
Beristáin, publicó una Ejis/o/a latina sobre Ia inmi-
nencia de un cisma (Cádiz, 1813).
JOSE IBARGOYEN.—Guipuzcoano. Publicó, se-
99
gmn Beristáin, una traducci
ftroximidad tie la mzierle, de J3ossuet 1V1êxiCO, 1o12);
y Reg/as de Or/ogra ha, extracto del tratado que en
Mdxico hizo imprimir Mateo Alemán (vIdxico, Jáure-
gui).
JUAN MARTf N DE JUANMARTIENA.—El
Lic. Juan Martin de Juanmartiñena, abogado español
que viviO largos aos en Mexico y fue ininistro honora-
rio de la Real Audiencia, publicó un virulento y mal es-
crito opi'tsculo intitulado Verdadero or4'en, cardcter,
causas, resor/es, fines y jrogresos tie hi revo/ucidn tie
Nueva Espana, y defensa tie los eurofi eos en general resi -
denies en el/a, y es j ecialmenie tie los au/ores tie la aprehen-
sión del Virrey D. José tie 1/urrigaray...... . (Mexico,
Arizpe, 1820). Hace larga referencia a este escritor
J3ustamante (Ti-es sig/os de México, III, 225: IV, 78;
Cuadro histdrico, IV, 144 a 148); Alamán le menciona
también (ilis/oria de Jféxico, I, 164, 191; III, 411;
IV, 107).
IGNACIO LERDO DE TEJADA.—Riojano; doc-
tor teologo y rector del Colegio de MinerIa de Mexico.
Publicó, seg(in Beristáin, un Discurso con motivo del
regreso de los jesuitas (Mexico, Jáuregui, i816) y co-
laboró en El amigo tie la patria.
FRANCISCO XAVIER DE LIZANA Y BEAU-
MONT 0750–i8ii).—Riojano, nacido en Arnedo, y
muerto en Mexico, siendo Arzobispo (des de 1803), Fue
virrey, entre Garibay y Venegas, de Julio de 1809 a
Septiembre de 18io. Beristáin le iricluye entre los es-
critores por sus sermones, proclamas y pastorales. V.
Sosa, El Episco/'ado Mexicano.
JOSE LONGINOS (t 1803).—Riojano (nacido en
Lograiio). Vino a. Mdxico en 1787 en la expedición
cientIfica de Sessé, de la cual fud miembro activo; mu-
rió en Campeche. V. Beristáin.
FRAY MANUEL LOPEZ BORRICON.—Nacido
en Hornillayuso (Burgos); franciscano; Lector de fib-
999
sofia, definidor y provincial (iSit). Publicó una ex-
hortación a sus hermanos de Orden (Mexico, Arizpe,
181 r). V. l3eristáin.
JUAN LOPEZ CANCELADA.—De este curioso
personaje, tipo en que se resumen los defectos que los
nativos de Mexico atribuIan al KachuJln, seria intere-
sante, aunque dificil, formar una biografIa. Como nos
fIta espacio para ello, nos lirnitaremos a unas cuan-
tas indicaciones rápidas. Cancelada, después de pre-
sentarse en Mexico coino cornerciante y con aficiones
de periodista, logró entrar corno redactor de la Gaze/a
do Al/s/ca, dirigida entonces por Valdés. En i8o8,
Iturrigaray le desterró de la Corte, y poco despues le
permitió volver, pero con prohibición de entrar a los
cafés. Después de la prisión de este Virre, Cancela-
da se creyó triunfante: pero su audacia llegó hasta
presentar una acusación calumniosa contrael respeta-
do D. Jacobo de Villaurrutia y además disgustó al ar-
zobisDo virrey Lizana con la constante censura que de
su poiltica hacIa en conversaciones: se le procesó y se
le envió a España hajo partida de registro. Alli, sin
embargo, quedó libre, y en Cádiz, donde se hallaban
entonces las Cortes, se lanzó a escrihir sobre asuntos
de America; publicó el periddico El 7'el/grafo Amen-
cano y dos folletos contra Iturrigaray, a los cuales se
con testó con el nombre de el ahogado de é-te, Lizarza,
en folletos escritos por et diputado de Mexico, Beye de
Cisneros. No sabemos qué suerte corrió después Can-
celada en Espafla. Aunque literariamente nada vale,
dehe recordársele, si no por sus escritos, por su acti-
vidad en reimprimir en Mexico producciories españo-
las; por éI se reprodujeron aqui, el año de x8o8, en
folletos, la Oda a Esj'aña, de Quintana, el Himno do
la Victoria, de Arriaza, El Dos do Mayo, de Gallego,
y otras muchas poesias patrióticas, asI como escritos
politicos. V. Alaman, His/or/a do Mexico, I, I 15, 123,
164, 177, 213, 253, 268, 310; III, 63, 64; Bustamante,
Tres siglas do Al/s ico, III, 215.
1 000
FRANCISCO MARRUGAT Y
Ian; doctor en teologla v caedrático de la Universidad
de Mexico. Defendió, en ado piiblico, los Lugaras teci-
lóKicos de Melchor Cano; escribió versos laudatorios
y formuló un plan de estudios del colegio de San ] nan
de Letrán, del cual fue Rector. V. Beristáin
josE MONTER Y ALARCON.—Empleado de
Hacienda y Comisario ordenador de los ejércitos es-
pañoles. Beristáin lo cita como autor de Ia Relación
de festejos por Fernando VII hechos en Zacatecas.
BENITO MARIA MOXO Y FRANCOLI.—Cata-
lan; benedictino de Tarragona; doctor y catedrático
de la Universidad de Cervera; obispo auxiliar de Mi-
choacán y Arzobispo del Plata. Puhlicd tin Comenta-
rio en defensa de los filósofos griegos tenidos por
ateos (Cervera, 1799) y varios sermones. Se di-
ce que escribía en varias lenguas, vivas y muertas.
V. Beristáin.
FRAY FRANCISCO Ni'JEZ.—Rondeflo;, francis-
cano; misionero y vicario del Colegio de p,-opa.qanda
fide en Querétaro. Publicó De la mds al/a per/idia los
mas gloriosos efectos, oración fünebre por los espaflo-
les muertos en la guerra contra Napoleon (Mexico,
Ontiveros, 1809). V. Beristáin.
FRAY JOSE JOAQUIN OYARZABAL.—(t 1815).
Guipuzcoano; fraile de San Francisco; provincial de
Mexico, donde muriO; publicd dos tomos de Ano/acio-
nes sobre la cuestidn de la inmunidad eclesiástica sus-
citada por la InsurrecciOn (Mexico, Arizpe, 1812).
V. l3eristáin.
FRAY CAYETANO PALLAS._( t 11 4) . Arago-
nes (nacido en Benavarre); dominico; presidente de
las misiones de California; regente primario del cole-
gio de Portacceli. Escribió, en prosa y en verso, so-
bre asuntos religiosos. V. Beristáin.
FLORENCIO PEREZ COMOTO.–Gaditano; me-
dico-cirujano en la Real Armada. PublicO discursos
F"'FP_'
1001
IIISPANO-A.111RICANOS
1007
jooS
—El que su vida pasa en distracciones,
como yo, Albano, la pasé en un dIa,
todas las puertas cierra a la alegrIa,
carnino solo da a las aflicciones.
En mar nwega de tribulaciories
sin piloto, sin hrjula, sin gula;
es caminante pot errada via
con riesgo de asesinos y ladrones.
Es cordero que, lejos del rebaño,
despedazari los lobos carniceros
cii pastor afligeendo con sit dano:
estos son, pues, los cuadros verdaderos
-en que veo sin pasión y sin engaflo
los afectos del hombre lisonjeros.
—Si, como fueron, a tornar volvieran
aquellos gratos apacibles dias,
que asi causaran las delicias mIas
como veloces no desparecieran,
los labios mIos de contino rieran
v en ellos fueran todas alegrIas;
Y ain tii, mi musa, con placer verIas
los versos dulces que a mi bien dijeran.
Mas ya a los ecos de ml voz doliente
tan sOlo endechas entonar es dado
mientras que Lisis permanezca ausente.
Me parece que triste miro el prado,
triste ci rio, y muy más triste la fuente
en do miré alegre al dueño amado.
1011
1-
timo aflo su segundo heneficio, y uno de los nimeros
del programa fué la representación del melodrama El
I\egro sensible, probahiemente de autor nacional, v cu-
va segunda parte escribió, más tarde, El Pensador
.Jfexicano.
El xo del mismo mes abrió el Diana de Mexico un
concurso de sainetes para premiar con veinticinco pe-
sos el mejor. Este deberIa arreglarse, en su dura-
ción, por los de D. Ramón de Ia Cruz, evitando ci
autor los chistes que pudieran "ofender la modestia y
el decoro". Los sainetes deberIan presentarse antes del
15 de Febrero del siguiente año, concedidndose quin-
ce dias más a los autores residentes fuera de Mexico.
Diez dias después de lanzada la convocatoria se pre-
sentó una compOsición que "tiene mdrito, pero no es
same/c, que es lo pedido, sino /onadi/la. 6 letra de to-
nadilh, y lo avisamos,—dice el Diario,—sin pérdida
de tieinpo porque el autor podrá aspirar al premio en
el que falta, y podrá servir de advertencia a otros
que hayan incurrido en la misma equivocación".
Una sola obra se recibió en el primer plazo, intitu-
lad a: .41 mayor li/icr/in ale ía firudcncia car/a ci ricio.
Los tres censores nombrados para calificar los same-
tes que se presentaran al concurso dieron el 19 de Mar-
zo su dictamen, escrito concienzudamente por don
Francisco Maniau y Torquemada, (i) y con el que se
conformaron los otros dos censores; esa sentencia fud
desfavorable al autor. Durante el segundo plazo se
recibieron El blanco ywr fuerza y Las quejas in fun-
dadas, obteniendo el primero ci premio ofrecido. Abier-
to el pliego que contenia el nombre del autor, resuitó
ser éste don Antonio Santa Ana, de ía Real Afedalla,
1018 I _____
Adie, y Ia ba/a/la tie Arcole, drama heroico, ''on-
ginal, compuesto por un ingenio de este Teatro"; en
Julio El blanco fiorfuerza y el drama Bonaparte en
Egiplo y Ionia del Cairo, representada tresnoches con-
secutivas; en Septiembre, La Shore, de auto descono-
cido, El Rdbula v La Mexicana en Ingla/erra, de auto.
res mexicanos; en Octubre, El error y ci honor, y
La szthordinacidn, drama trágico en tres actos; en
Diciembre, El Barbero de Sevilla, ópera de Paesie.
ho, la primera del teatro italiano que se vepresent6
•ei-i Mexico. Ya antes el Pbro. Manuel Zurnaya, maes-
tro de capilla de la Catedral Metropolitana, habia es-
crito una opera, La Par//nope, que fue representada
en el Teatro del palacio virreinal é impresa en xxi;
traducido al castellano y musicado varias Operas italia-
nas y escrito un drama, El Rodrigo, representado en
el Palacio Virreinal en 1708.
Escaso de :ioticias está el periOdico que consulta-
mos respecto al aflo de 1807, pues se reduce a anun-
ciar dos 0 tres funciones durante los primeros meses.
Un artIculo humorIstico de critica literaria de don Ra-
mOn Quintana, pubhicado en Agosto, nos informa que
se escribieron y representaron tres petipiezas, La
muerle deljo/lo y la ele Si, dueñO, La bier/a de los tarna-
li/os y Ayunar _Para corner, esta tiltima representada
en un teatro particular. SegOn Quintana, valIan bien
poca cosa estas tres obras.
El 12 de Diciembre se representó en Guadalajara el
coloquio religioso Las apariciones dc Nuestra Señora
de Guadalupe, escrito por el Br. D. José Beltrári
(Dial-io, 27 de Diciembre de 1807).
Dentro del tCrmino sefialado para que se presen-
taran comedias a disputar el premio de cien pesos,
solamente dos concurrieron al certarnen, La Afainola y
La Florinda, que no sabemos si se representaron.
El 18 de Julio se puso en escena el sainete de .Esco-
lano y Ohre,-1 ón premiado en el segundo concurso.
1019
I
1021
1027
1029
N. R.
LAS IMTRI\Tk.
1800-1821.
MEXICO.
Al terminar el segundo tercio del siglo XV III, con-
taba la capital de Nueva Espana con seis imprentas,
una de ellas, la de Eguiara, enriquecida con caracte-
res griegos, hebreos y otros raros. Sin duda que, da-
do lo costosos que resultaban las impresiones, hubie-
ron de clausurarse algunas de las tipografIas; no que-
dahan, at cornenzar el siglo XIX, sino dos: la de doña
Maria Fernández de Jáuregui, y Ia de don Mariano
José de Zi'iñiga v Ontiveros.
IMPRENTA DE jAUREGUI.—En 1766 estable-
do ci Lic. D. Joseph de Jáuregui. en Ia calie de San
Bernardo, una imprenta que dirigiO hasta su muerte
(1777). Los herederos siguieron con ella en la misma
calle hasta 1793 en que la trasladaron a la de Santo
Domingo y esquina de Tacuba. Al año siguiente apa-
rece bajo el nombre del Br. Joseph Fernández de Jáu-
regui, y en x8or, bajo el de doña Maria. Parece ser
que este establecimiento fué vendido 6 arrendado hacia
1815, pues las ültimas impresiones que conocemos con
el nombre de Jáuregui son de ese año.
IMPRENTA DR ONTIVEROS.—Al hablar de
este establecimiento el Sr. D. Joaquin Garcia Icazbal-
irT
1031
PU EB LA.
OAXACA.
GUADALAJARA.
VERACRIJZ.
SU LTEPEC.
NUEV() LEON.
YUCATAN
JAUJILLA.
La Junta subalterna que el Congreso de Apatzin-
gán instaló, temiendo ser disuelto, durante su dilata-
da marcha a Tehuacán de ]as Granadas, quedó esta-
blecida cerca de la laguna de Tzacapu, den tro de un
fuerte levantado por los insurgentes. Contaha la jun-
ta con el valioso elemento de la imprenta, dirigida
ésta por el impresor Teodosio López de Lara, el cual
cobraba siete pesos por cuarterón, y además el valor
del papel para las impresiones. El primer impreso que
salió de esas prensas fud la Gaze/a del Gohierno Pro-
visional Mexicano de las Provincias del Poniente, perió-
dico redactado por el Dr. don José San Martin, canó-
nigo lectoral de la catedral de Antequera (Oaxaca).
(x) Don Francisco Sosa, al ocuparse de la sociedad de San-
)uaizzslas en la biografla del Pbro. Manuel Jimdnez Soils ( Manual
de biografla Yucateca, 1866), dice: cEn esta sociedad fué donde
se paipd la absoluta necesidad de traer, aunque fuee a gran cos-
to, como se hizo, la primera imprenta a Yucatan, para hacer más
populares las nuevas ideas. Esto pasaba en 1813.2'
(2) José Toribio Medina. La Imprenla en Mirida cz'e Ynca-
tdn [1794-1821]. Santiago de Chile, Imprenta Eizeviriana, 104
1044
Las tropas del gobierno sitiaron el fuerte (Diciem -
bre de 1817), y a los ocho dias, estrechado el sitio, lo-
gró salir parte de la junta, a fin de que la nación no
quedara acéfala de gobierno. Curuplido y San Martin,
miembros de dicha junta, lograron evadirse a las dos
de la mañana, en una canoa, llevándose consigo la
imprenta. (i) No se sabe el fin que tendria ésta.
IMPRENTA DEL EJERCITO DE LAS TRES
GARANTIAS. -Las noticias niás completas de esta
mprenta y de las de Tulancingo y Tepozotlán, se en-
cuentran en un párrafo de la sexta carta, tomo V del
Cuadro his/dr /ce, de Bustamante, que dice:
"En fines de Febrero (1821) se presentó en aquella
ciudad (Puebla) el capitán Magán, con el objeto de
solicitar letra y prensa, ilevando firma en blanco de
D. Miguel Cavaleri, para pagar sus costos sin dete-
nerse en cantidades, habiendo sido inütiles los esfuer-
zos que en razón de esto hahIa hecho en Mexico. Ten
tóie la ropa al impresor Pedro ile la Rosa, esperando
en su amistad antigua con Cl, pero inütilmente; mas Ic
ofreció allanar la dificultad D. Ignacio Alconedo, her-
mano del cClebre D. Luis Alconedo, de quien otra vez
hemos hecho honrosa memoria por sus importantes
servicios a la patria v fin trágico. Llevólo al padre
prepósito de Ia Concordia de Puebla, D. Joaquin
Furlong, el cual confió el secreto a D. Mariano
Monroy, oficial de su imprenta, quien con él mismo
imprirnió el plan de Iguala y la proclama con que
se publicó, comprometiCudose Cste a marchar con
la letra que le proporcionó dicho eclesiástico. Ma-
án y Monroy partieron juntos, y al llegar a Cho-
lula, el primero comunicó el asunto que tenIa en-
re manos, al Licenciado D. José Manuel de He-
rrera, cura interino que era de San Pedro. Decidióse
tiego a seguirlos, y los tres emprendieron su viaje
(r) Bustarnante. Cuadro his/Orico, torno IV, pigs. 234, 235
3• 507.
FF7
1045
hasta Iguala; bien que Herrera Se separó tomando por
el rurnbo de Chilapa. La letra sacada de Puebla y sus
conductores estuvieron a punto de ser descubiertos por
el furibundo espaol U/icr. Afortunadamente en el ejér-
cito de Iturhide se encontró a Victoriano Ortega, sar-
gento de milicias de Mexico, el cual hizo las cajas, re-
g las y cuanto se necesitó Para hahilitar las prensas, y
otros herreros de la misma tropa, trabajaron los demas
artefactos necesarios. Salieron imperfectos, pero sur-
tieron su efecto, y con ellos, bajo la dirección de dicho
Herrera, se trabajó el periódico intitulado El Jfe-
x:cano indejendien/e, en que puede decirse que está con-
signada la mayor parte de la his toria de la indepen den-
cia ......
"Posteriormente se publicó, por medio de otra im-
prenta en Tulancingo, El mosquhlo, y ai'in en Tepozo-
tlán se puso otra, en que no tuvo poca parte el difunto
Pensador i1'fexicano."
Esta áltima pertenecIa a los hermanos Miramón,
establecidos en Mexico con iniprenta desde antes de
1820. En ella se imprimió el Diario j'ai/ico-mi/i/ar me-
xicano. Pocos dIas estuvo en Tepozotlán; paso de allI
a San Bartolomd Neucalpan, después a Tacubaya y
finalmente a esta ciudad. Otra imprenta fue estableci-
da en Tepozotlan en 1821, denominada Ji,ijren/a por-
id/il del cjirci/o. En ella se imprimió el periOdico
EjIrcilo Imperial mexicano di' las ires gara n/las; Bus-
capie's a los espa no/es y americanos que aun sos/iencn Ic-
merariamen/e en .Mxico ci eómico gobierno del Sr. No-
vella; A los espa no/es quc viz/i/an en el ejércz/o imperial
i/c 1113 garan/fas, ci L. F. AI. G, y Breve no/icia di' lo
ocurrido con la division del Sr. Concha y i/c los SeñOres
Qziintanar y Bus/amanie. Estos impresos se encuentran
en la Biblioteca Nacional, Novena divisiOn, Pig. 383.
N. R.
FOLLETOS Y PERIODICOSI
Diario de Iëxico.
wht
F-
1053
americanos, y afiade el 10 de Agosto que 'los mexi-
canos, Ilenos ya del espIritu y entusiasmo español,
cómo no hemos de regocijarnos .... Y todo esto se
publicaba bajo el tItulo Lea/tad mexicana.
Los Avuntamientos, los Colegios, y hasta las agru-
paciones comerciales participaron de la excitación Ii-
teraria, v asi los sombrereros dedicaron a Fernando y
A la patria esta cuarteta:
1054
I
pafia. La ciudad engiO monumentos improvlsaaos,
con ornamentación y versos: estos se publicaron en el
folleto Golección de los adornos po/licos distrihuidos ci: ios
Ires labia dos quo la noble ci,idad tie Mixicu eriKió j en
que solemnizt5 la proclamaczón y Jura tie nuestro amado
sobera:w ..... . (Mexico, imprenta de Arizpe).
En fin, la noche del 28, estando la Señora Virreina
en el teatro y hahiendo recibido alli carta en que se
declaraban los triunfos españoles, como todos los ojos
La mirasen con inquietud, echo La carta a la luneta,
saltó uno con ella al proscenlo, y la levó en voz alta
el primer galán en medio de aclamaciones y vivas.
De las muchas poesIas que entonces sonaron en bo-
ca de la gente, se coleccionaron las que parecieron
mejor y se publicaron pot entregas con el titulo Colec-
cidn tie poeslas quo se han pod/do jun/ar escogiendo - las
que han parecido mds digiins de darse d la prensa, de la
cual liegaron a salir treinta y nueve nümeros, impre-
sos en la oficina de Doña Maria Fernández de Jáure-
gui (Biblioteca Nacional, Octava division, pi g . 259).
Entre estas composiciones figuran varias anónimas y
otras flrmadas con iniciales; Las hay, tambien, del P. Fr.
Francisco Antelo, Mariano Barazábal, Juan Bermüdez
Castro,el Br. Leandro Cabezas (cura de Zimapán), Car-
los Calderón de la Barca, José Agustin de Castro, el Con-
de de Colombirii, el Dr. Francisco de Paula Aloriso y
Ruiz de Conej ares, Francisco Escolano y ObregOn, Ma-
riano Esparza, José WI Fernández de Herrera, Manuel
Gonzalez, Maria Josefa GonzálezdeCosIo, JoaquIn Fer-
nández de Lizardi, José Maria de Madariaga, Dr. Luis
Montana, José Antonio Palacios, Manuel PinzOn (es-
cribano del Consulado), José Mariano Rodriguez del
Castillo, José Cesáreo Rodriguez Tometloso, José
Maria Terrero, Br. Bernardo ValdCs, Br. José Valdés,
José Maria Villaseflor y Cervantes, Rafael Xiineno y
ci Doctor Pdn/zlo de Zarandajas, primer poe/a con hono-
res tie tablita y asiento en ci Portal de las Flores tie Mi-
F_ ^
1.rç 1 I , 17
1055
I 057
La insurrecciOn.
io6o
Los anteriores folletos y los que en seguida enu-
meramos, en gran parte anónimos, pertenecen al ül-
timo trimestre del aflo de to (los anuncia el Diana):
Car/as patridlicas de Un padre a szI hijo, sabre la con-
iliieta que debe observar contra los seduc/ores insu,entcs.
Discurso sabre los males que puede catisar la desuniJn en-
/re espaflolec ul/ramarinos y americanos (de Diaz Cal-
villo); Wemoria cristlano-f'oiltica sabre Ia nizicha que la
Nueva España debe temer de su desunidn en par/idos, de
don Agustin Pomposo Fernández de San Salvador;
Car/a familiar le la Santa Escuela de lix Santa Vera-
Cruz; Carta i/c tin conca/ega d don Miguel ILL/a/go, de
Bias Abadiano; Elogio a la per/cia mi/i/ar, repulaciJn
y buen nombre i/c los señores don Torcuato Trujilloy don
helix Mom-la Calleja, por don Anastasio José Rodriguez
de Leon; ilf/xico viziien/e; Cardcter politico y marc/al
i/c los ins urgentes, Prevención conzenientc el los religisos
i/c Santo Domingo por ci provincial de die/mo convento,
Fr. Domingo Barreda; Mues/ra i/c agradecimiento d
Maria San/Isima de los Remedios, de Fernández de San
Salvador; Desengaño a los md/os, haci/ndoles ver /0 que
de/'en a los espanoies, Didiogo en/re un drag/n, unit tar-
ti//era, y su mnam-ida Pascual; Jfanitiesto ñlan/rdpico so-
bre las circunstancias i/el dIa, por don Manuel del Cam-
0 y Rivas; Proc/ama i/c imna americana ii SUS comj5a-
tm-la/as; Carrera i/el ctira Judo/go: am-ic/es,- El iVapoledu
de Am/rica; Apun/es i/c algunas cLrcunstancias notables
de lit rez'oiucidiz actual, de Martinez de los Rios; La
An/rjca en ci tm-otto cspañoi, excla,naciJn de Fernández
de San Salvador.
PeriOdicos Insurgentes
I o6 r
vro Maldonado, colaborando con éste ci Dr. don Jo-
s4 Angel de la Sierra. Cornenzó a publicarse el 20
de Diciembre de 18io y trminó el 17 de Enero del si-
guiente año. Solamente siete nimeros aparecieron,
y fueron impresos en Ia oficina de José Fruto Romero,
inica que habIa por entonces en el interior del virrei-
nato. Este fué el primer periódico de los irisurgentes.
ILUSTRADOR NAcI0NAL.--Fundado v redactado en
Sultepec por el Dr. don José Maria Cos é impteso con
los caracteres de madera que él mismo construvó.
Seis ni'imeros se publicarori, de ix de Abril A 16 de Ma-
yo de 1812.
ILIJSTRADOR AMERICANO. —Continuación del ante-
rior periódico, impreso con los tipos adquiridos por
los Guada/upes y en el que se publicaron brillantes ar-
tIculos en pro de la independencia, v además, ci Plan
i/c paz y Kuerra, partes militares, ploclamas, manifles-
tos v poesIas. Con el Dr. Cos colaboraron los Lics.
Rayon y Quintana Roo y el Dr. Velasco. De este pe-
riOdico se publicaron treinta y seis niimeros ordina-
rios y tree extraordinarios.
SEMANARIO PATRTóTICO AMERTCAN0 .—Don Andrés
Quintana Roo fundó este semanario en Julio de 1812,
y fueron sus colaboradores Cos, RayOn y Velasco. Se
imprimiO en la misma imprenta del Ilusirador.
GACETA DEL GOBIERNO AMERICANO EN EL DEPARTA-
MENTO DEL N0aTE.—Fundado por don José Maria
Licéaga, miembro de la Suprema Junta Nacional In-
surgente, durante su visita a las provincias del Norte.
Se publicaron tres ni'imeros uno de ellos, ci prirnero.,
extraordinario. Están impresos en la Imprenfa /Ta..
cional dcl ATorte, establecida en la Isla Licéaga, isla
que se levantaba en Ia laguna de Yuririapt'indaro (Gua-
najuato). Este periódico estaba consagrado a publicar
exciusivamente noticias y partes militares. El nimero
extraordinario está fechado el 7 de Agosto de 1812, y
los dos restantes ci 23 y 3o de Septiembre del mismo
ano.
1062
EL DESPERTADOR DE MTcII0ACAN.—Perj6djc
que hay pocas noticias, no obstante que Se publicaron
cincuenta ntImeros.
SuD.—ContinuaciOn del anterior, del que se cono-
cen dos ni'tmeros, el 51 y el 53, existentes en la Biblio-
teca Nacional.
CORREO AMERICANO DEL SUR.—Fundado por orden
de Morelos, en Oaxaca, bajo la direoción del Lic. don
José Manuel de Herrera, y rnás tarde dirigido por
Bustamante. De este periódico Se publicaron treinta
y nueve nümeros ordinarios (de 25 de Febrero a 25 de
Noviembre de 1813) v cinco extraordinarios, publica-
dos en los meses de Marzo, Julio, Agosto, Septiem-
bre y Diciembre de este año. Fué impreso en Ia
oficiiia del Br. don José Maria Idiáquez. liamada des-
de eiitonces Im j5ren i'a 4Vacional del Stir. Contiene
esta publicación artIculos patrióticos, partes milita-
i-es, poesIas y reproducciones de artIculos del I/us-
•1
Irador Arnericano.
Al terminar el Co,-reo Americano del Stir, el 18
de Diciembre de 1813, parece que los insurgentes de-
jaron de publicar periódicos; y solo siguieron impri-
rniendo, corno antes, proclamas, manifiestos, decretos,
catecismos politicos, v hasta un Calendario para 1815.
La prensa insurgente reaparece en 1817, con la Ga- [I:-
:1'
1063
1811-12
I o68
nández de Lizardi publicó tres periódicos: Alaci'na de
Fi-/oleras (I mpren ta J áuregui, 1815), Ra/os ei,f,7teni-
dos 6 iiis-elanea it/il y cur:osa, camp itesla de arIers Pie-
zas ya :mpresas (Imprenta de Valdés, 1819), v El Co,z-
disc/or El/c/rico, primero de la res/auracic5n de la cons-
tii,,cii,, (1820).
JUGuETILLOS. Con este nombre puhlicó el Lic. Car-
los Maria de Bustamante, en 1812, un periódico del
que solamente seis ntImeros vieron la luz piiblica. Apro-
vechó Ja libertad de imprenta, concedida entonces, para
exteruar sus ideas progresistas, siguiendo el estilo
irónico del Pensador Afexicano, aunque en lenguaje
más castizo; pero no pudo contener su exaltacióii, y,
no queriendo correr la misma suerte de Fernandez de
Lizardi, abrazó sin ambajes Ia causa insurgente.
i\ruv interesante es este peri6dico v poco conoci-
do; puede juzgarse de 651 por los sigtuentes párrafos
del primer inimero:
Con que podemos hablar?.. .. iRs/amos se1j,-os7
pregunt6 Doi'ia Rodriguez a D. Quijote, en aquella
visita nocturna, que tan cara le salió por el capricho
de la duquesa, y en que temió el buen Hidalgo que
peligrase su virginidad, preservada en la yenta
merced de la vigilancia del arriero sobre Maritornes
Pues a ello, Dios me guIe y la pefia de Francia,
y la trinidad de Gaeta, y beso mi péloIa, como las
indias el primer medio de las peras que venden.
Ha Ilegado a mis manos el adjunto papel, que su-
pongo será de alguno de los bedeles de esta Univer-
sidad, y que debidamente presento en una tira '2/jl
para que no Se me crea sobre ml palabra de honor,
pues no soy militar, ni jamás he ceñido tizona; el cual,
escrito con letras grandes de molde, dice: cCito a U.
sub pana j5rces/iii para el juramento de la Constitución
que será el viernes 9 alas ocho en la capilla de la Real y
Pontificia Universidad. Y Se suplican cortinas, é ilu-
minación en las casas de los Sres. Dres., ese dIa y flc-
io6g
the, por no poderse hacer en dicha universidad por las
actuales circunstanciaS..
DirIjome ahora a cierto Pensad'r iJ'.vicano, que se
nos ha presentado hoy de patitas en Mexico.... Bue-
nos dias, cara hermosa, saludamos a usted con el
Angel. De cuándo acá le ha venido en gana pensar
sobrc divcrsczs i,iater/as y pensar bien? Cuidado, por-
que ci que mziclzo habia.. .. etc. Somos unos pobretes,
limitados, y apenas podemos acertar en una cosa; los
mnzse's corno Leibuiz son a yes raras en el mundo....
\r enga ahora el Elogiador del Sr. mariscal Calleja
Quién será este pobrecito hombre? lAhi Sin duda que
es el primer elogio que forma en su vida.. ..Pero quéi
Es elogio, ómerece el nombre de tal, el que ha publi-
cado? En 61 no ha y economla ni decencia oratoria; su
lenguaje es de taberna; sus relaciones, si no son falsas,
son exageradas;su aplicacidn de textos de la Escritu-
ra, chabacana é inoportuna; pensamientos, hellezas,
flores, idioma, ni lo conoce nee si siritiis sane/us exau-
dn'inius: pésame haberlo comprado lay de mis dos
reales que me faltan para pan! ....
En el num. 2 contincia la felpa al elogiador y por
ende al elogiado. El tercer Jubo uetiiio se ocupa en de-
fender el fuero eclesiástico contra la opinion del Lic.
Francisco Estrada. Después de lamentarse de los ma-
les que afligen a la Nueva España desde Septiembre
de i8o8 y declarar que aun los 11am ados a ilustrar al
pueblo cometen c errores de magnitud, termina su
.exordio diciendo: oYo jarnás me revestirC ni hard pa-
sar por no pedagogo de este gran pueblo; mas, como
individuo de dl, no dejard de indicarle lo que me pa-
rezca ajustado a la razOn y justicia v que deba saber,
dejando a salvo la reoutación y honor literario de nues-
tros escritores, a quienes debo respeto y comedimieri-
to, como a sabios que pudieron errar, como a ciu-
.dadanos, y a algunos como amigos mIos.
Entra en materia para sostener que los sacerdotes
^I _' ^
1070
1813 a 1819.
1820-1821
A
cender más los rencores entre g-achziines y americanos.
veces se descubre, entre ci fárrago abrumador de
hojas volantes y entre folletos de nombi-es ridiculos, y
de tItulos como Un bocadilo salado al au/or ,,zds preo-
c,ipado y Revoiz'zJo y pzilque pat-a ci revoilzo dcl P.
Solo, tat cual artIculo serio que delata los malos
manejos que del dinero de los conventos hacian los
frailes (Ldgi-imas que z'ierlen d los pies de su limo. Pre-
lado las relig-losas de la So/c, ,/ad, Saz Jerónimo, etc., tie
Puebla) 6 que sefiala vicios de la sociedad novo—his-
pana en los primeros aos del siglo XIX.
Es cosa curiosa de ver cómo at anónimo autor de
cualquier folleto contestaba algin amigo del injuriado
6 bien este 6 aquel individuo de ideas opuestas; y de
esta manera se suscitaban controversias larguIsirnas
que siempre redundaban en perjuicio del buen nornbre.
de ambos contrincantes.
1075
Además de los folletos, hubo en 1820 y 21 varias
publicaciones en forma periódica: hechas en la impren-
ta de Valdés, El .Diario Gons/itucional (satIt-ico), El
Religioso Cons/j/ui-jona/, El Americana, la Mlsce/dnea tie
comcrcio, ar/es y li/era fura; en la imprenta de Arizpe,
La leva forzosa, La canoa; en Ia imprenta de Onti-
veros, El Conductor El/c/rico (de Fernández de Lizar-
di), Ia Gace/a ex/rar'aan/e tie Ctyo Pu/a.
\T E R A CR UZ
PUEBLA.
1077
azares impidieron la publicación inmediata de esta ho-
ja, y la retardaron hasta después de consumada Ia in-
dependencia, por Ia cual no toca ocuparnos aquf de
ella. En la Biblioteca Nacional (catálogo del 2 Su-
plemento, pág. igg) se encuentran este prospecto y
el nümero 67 del Caduc.-o, correspondiente a! 8 de Mar-
zo de 1825.
AsI, el primer periódico de aquella ciudad es, vet-
daderamente, La Al'eja Pob/ana que fundó en No-
viembre de 1820 don Juan Nepomuceno Troncoso,
pues aunque don Luis Gonzalez Obregón cita como
anterior El Redactor jioi'lano (que no hemos logrado
conocer), aiiade tamhin que 'por sus dimensiones
y materias, apenas puede dársele el nombre de perió-
dico.
El prospecto de La Abeia salió el 9 de Noviembre
de 1820, y el 30 del mismo mes el primer nümero:
cuatro páginas en folio, a dos columnas, Imprenta Li-
beral de Troncoso Hermanos (que más adelante aparece
de Moreno Hermanos). En lo alto de la página se ye
la indicación del tomo; debajo, el nilmero del ejem-
plar y una abeja encerrada en una corona de laurel es-
tilo primer Imperio La Alieja Pob/ana, x Primer perió-
dico que se publica en esta Ciudad de la Puebla de los
Angeles en uso de los derechos que ha declarado Ia
Constitución politica de nuestra monarquIa espafiola
jurada en 3 de Junio de I820. Después se lee el si-
guiente epIgrafe: Un periddico es un cenlincla qzic sin
cesar vela sobre los inlereses dc/pueblo. El Doctor Je/'b.
Este epIgrafe Se mantiene hasta el nümero 28, que co-
rrespoiide a! 3 de juniode 1821. En elnümero 41, de 6
de Septiembre, 1821, aparece este anónimo:
YUCATAN.
Adiciones v Correcciones.
ESTUDIO PRELIMINAR.
1.
1084
2. La indicación que figura en Ia pág. 163, al calce
del articujo tornado de El Te/4rzfo tie Guada/i,t,-a y
qu dice c El Despertador Arncrica,,o, N 9 x, debe ir
en la pág. 157, al calce de Ia Diser/acitin d /c 'dos los ha-
/'ii'a,z/es tie Am/rica.
COS.—i. El Dr. Cos nació en 1 774 y rnurió el 16
de Noviembre de 1819. V. El No//close General, 10 de
Enero de 1820.
2. No fué el 1)r. Cos quien redactó el JIanzjies/o
que Izacen al /'zitblo inexicano los reJ'rescn/a n/es tie las
rovznczas di' la A rn/rica Sep/en/rional, sin o Quintana
Roo. V. la Gace/a del Gobierno tie Mexico, 19 de Oc-
tubre de 1815. El Z)ecrc/o consli/ucional ara la li/icr-
/ad di' la America mexicana, comunmente Ilamado
Gons/i/ucàln tie Apa/zindn, debió ser redactado por
Bustamante, Quintana Roo y José Manuel de Herre-
ra, segün aparece de una declaración de Morelos (V.
Co/eccidn dedocz,men/os... . de Hernández v l)ávalos,
tomo VI, doc. 44); pero lo que expresa el propio Bus-
taniante en su C'uadro his//rico (torno III, pig. 189)
sobre ausencia y enfermedad de cinco diputados (él
mismo, Quintana Roo, Ignacio Lopez Rayon, Manuel
Sabino Crespo y Antonio de Sesma) y la circunstan-
cia de que no se atribuya a si mismo ni a Quintana
mayor ingerencia que a los otros tres en la redacciOn
del decreto, hacen pensar en que éste huho de ser re-
dactado principalmente por Herrera; y, puesto que,
entre los restantes diputados presentes, Cos era ci rnás
conspicuo en capacidad intelectual, no creernos aven-
turado suponer que él haya auxiliado a redactar la
prirnera ConstituciOri mexicana.
3. En el edicto de la Inquisici6n de Mexico fechado
en 8 de Julio de 1815 y publicado en la Gacela del Go-
bierno di' Mexico del dIa xi, se prohibe c un sermOn
predicado por el rebelde Dr. José Maria Cos en el
pueblo de Santa Ana de los Lobos, que comienza La
cons/ruccitjn di' tin edzficzo, en que abusando crimi-
1085
naimente de las palabras del Evangeiio port infer:
non prevaiebi,n/ adverszis cam, supone Ia Igiesia en
los revolucionarios, y fuera de ella al gobierno espa-
fbi y cuantos deftenden su causa.... Bien sahe este
soberhio ignorante que al Santo Oficio no le coge de
nuevo su modo de pensar desde que le prohibio, mu-
chos afos hace, cierto sermon que predicO en Zacate-
cas.. .
JUAN WENCESLAO BARQUERA.—x. Barque-
ra enviudO en 1813 (vdase el Diana de Mexico, 10 y 6
de Septiembre de 1813). Su esposa se liamaba Igna-
cia (en anagrama, Ganicia). En Febrero de 1814—sejs
meses despuds de haber enviudado—casd en segundas
nupcias con Doña Maria Concepción Villar y Coronel:
asI consta en documentos que posee ci Lic. D. Gena-
ro Garcia y que son parte de un legajo de papeles re-
lativos a l3arquera.
2. En la Biblioteca Nacional (Novena división,
pág. 349) existe la Jfaianza de As/rca, jrcvenciones fto-
liticas que /1(1CC d sus compa trio/as ci reprcsentan/c tie
Querétaro en la Excma. DzutaciJn Provincial tic iJië-
xico (Mexico, imprenta de Arizpe, 1820).
3. Entre los documentos que posee ci Sr. Garcia
relativos a Barquera existen varias reproducciones de
retratos de éste.
Inclice 1)iográfico.
1087
E FR ATA5
M 20 en ella en él
XII 29 frgiles, ruidos frágiles ruidos
XIV 28 Miguel Manuel
XXIX 26 chavacano chabacano
XXXVIII 20 objetos mi objetos mi
LVIII 26 Antonio Francisco
LXII 4 mexicana mexicanas
LXIII 1 1790 i6go
LXXI 21 infame Corso infame Corsi)
CXXXI 27 chavacaneria chabacanerfa
CXXXIII 21 ageno ajeno
CXXXIX 15 literaria; literaria:
CXLIV 22 una un
CLV 21 agena ajenO
CLX 7 del Ve'ro .Vegro
CLXV 9 Panagirista Panegirista
CLXXI 21 complacido, en complacido en
CLXXXIII 28 poll//ca zns/ruc/n'a 0111icOiflS11I1C1il'((
CXC VII nota Descartes Locke Descarter, Locke
CXC VII nota jniciada por iniciado por
CCXXXV 13 ternura tersura
CCLII 41 tres cuatro
CCLV io Marroquf Marroqui
99 14 y 20 canongia canonjIa
101 32 1892 1792
103 22 Rosa Rosa,
128 17 conquista reconquista
225 19 ejemplar castigo ejemplar severo
254 19 presentO presento
417 23 en Doctor de Doctor
421 30 cerca cera
465 12 y 13 sobrelliz sohrepelliz
466 28 Bolimbroc Bolingbroke
546 17 canongIas canonjIas
547 7
578 36 1859 1856
580 12 Ribera Rivera
1090
P4(GINA LIXEA DICE DEBE DECIR
662 28
68, Miguel Manuel
20y2i yque y se dice que 1
68, 29
68 el el en el
14 haciendas hacienda
691 I
715 persuacion persuasion
722 ilitsirex Ilusi res f'adrcs
21 arte artes
728 26
729 bull/eras busileras
35 1.
789 30
8o r contra- lox
827 canongi a canonj ía
852 Ultinla Apatzingan Apatzingán
10 pentámetros exámetros
856 32
864 Jncida .Enc Ida
865 1805 x8o6
88, 1814 1841
I encargos cargos
890
897 Crugiran crujirán
15 Grecjas G racias
914
967 COit los coro pasajes de los
25 Rodriguez, de Rodriguez de
969 10 MurgIa M urguIa
97! 22 via a
985 vfa
20 Arizoe Arizpe
992 16 y 1 7 Asoflos
1007 A zonos
7 SUS sus
1011
1011
IL
ristec, escritOs
25 ella ellos
IN DICE:.
Pigs.
N;
Odas religiosas:
VIII A San Vicente de Pall . 598
Odas filosóficas:
I A la Luna en tiempo de discordias civiles .... ..... 602
Odas heroicas:
III A la salida de Morelos de Cuautla ........... .... 607
VI A la derrota del Ejército espaol que invadid el
territorio mexicano ..................... ......... ôio
FRANCISCO ORTEGA ............................. 619
Los ojos de Delia [IV-V] ........................... 622
En la instalacidn tie la Diputack5n Provincial ........ 024
A Iturbide en su coronación ....................... 628
Lamdsica ....................................... 631
La Venida del Espiritu Santo....................... 63S
APENDICE
Indice biográfico de laépoca ............ ........... 661
Mexicanos ...................................... 666
Extranjeros 990
........ ........... .
El teatro ....... .... 2015
Las irnprentas ........... .............. ........ 103('
foHetos y periddicos ... .................... ..... I)46
Adiciones y rectificaciones ............. ............. ioSo
Erratas ............................ 1 O9
1
FR
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V2
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