el verde campo de golf se eleva una gigantesca columna de humo y ceniza fruto de las explosiones del volcan hawaiano Kilauea. Si no fuera tan dramatico, el espectaculo seria maravilloso. Asi parecen entenderlo la mayoria de los protagonistas de esta instantanea. Digo la mayoria, porque hay dos personas que lo unico que parece importarles es la direccion que toma la bola que ha sido golpeada por el hierro de este veterano jugador de golf. El fotografo estaria buscando una buena posicion para intentar captar esa manifestacion salvaje de la Naturaleza. Y en su camino se cruzo el jugador de golf ajeno, imperterrito, frio como el cubito de hielo. que se tomara en su copa, al fi nal de su recorrido, en la cafeteria del club social comentando lo mucho que ha mejorado el swing. Eso es lo que nos llama poderosamente nuestra atencion: que el jugador siga con la mirada la direccion de la bola, mientras, a su espalda, el mundo no se ha detenido. El esta ajeno. .Como se puede mantener la calma? .No tiene familiares, intereses en la isla por los que preocuparse? .Toda su vida es el golf? .No le inquieta nada? Esa noche .pudo dormir a pierna suelta? .Rememorara el gran golpe que le dio a la bola para bajar ese par que se le resiste durante muchos anos? Yo miraria hacia el otro lado. Y quizas… echaria a correr.