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Los trabajos eran hombre por hombre. Conocíamos qué accesos teníamos que hacer
en la residencia mediante brechas en las paredes. Sabíamos que el MRTA había
colocado explosivos en todos los caminos, puertas y ventanas. Hacer un ingreso de
forma convencional por esos lugares hubiera sido catastrófico.
Eso dio lugar a que parte del entrenamiento se realizara en túneles, de los que
también se hicieron réplicas en condiciones similares a los construidos por debajo de
la residencia.
La clave fue el estricto secreto sobre la operación. El silencio absoluto era clave para
el éxito del plan. No se debía decir una sola palabra, ni siquiera mirándose al espejo,
relató el general Díaz:
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Las condiciones se dieron a las 3 y 32 de la tarde. Fue la hora exacta en la que se dio
la orden de ingresar y rescatar a los rehenes. Yo era jefe del equipo de apoyo dentro
de la operación, que tenía parte del equipo de médicos.
Sufrimos tres bajas causadas por los terroristas, además de 26 heridos. Hubo
incendios provocados por el lanzamiento de granadas de los terroristas y por la
explosión del arsenal de munición que ellos tenían. Los 14 terroristas contaban con
armas de largo alcance, tipo AKM, que son fusiles de guerra, y habían entrenado en
la región de Pichanaki, en Junín.
Salimos del túnel y nos colocamos en las columnas del frontis de la residencia,
volamos la puerta principal e ingresamos por esa brecha, dominamos las cuatro
primeras habitaciones, entre ellas la biblioteca que se encontraba cerca del pasadizo
principal. Cuando derrumbamos la puerta principal inmediatamente comenzaron a
dispararnos, pero teníamos que ingresar.
El capitán Segura cumplió rigurosamente cada detalle de la misión. Pudo sortear los
obstáculos y finalmente cumplir con el objetivo. Mientras avanzaba, por su cabeza
pasaba una película de su vida, con buenos y malos episodios. No quería pensar que
era una despedida. Así continuó su relato:
Detrás venía el equipo número cinco del Grupo Delta, que debía acudir directamente
al segundo piso. Nosotros teníamos que limpiar todo el acceso para que el grupo
cinco entrara sin dificultad. Yo era el segundo hombre en la brecha.
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Un terrorista entró en el pasadizo cercano donde me encontraba, levantó un fusil,
pero logré dispararle y dejarlo fuera de combate. Distinguí la silueta de un fusil AKM.
Nuevamente recuperé mi posición, y otro terrorista empezó a disparar desde la sala
principal hacia la puerta, donde estaban mis compañeros, que lograron abatirlo. En
el sector que estaba bajo nuestra responsabilidad murieron cuatro terroristas.
"Tuvimos bajas"
El día de la operación, cuando se dio la orden de ingresar, se hizo una cuenta
regresiva para la activación de explosivos. Eso significaba la voladura de un área
donde los terroristas habían estado practicando actividades deportivas.
Por el sector en que había ingresado, los terroristas tenían preparadas trampas
explosivas. De los 11 integrantes de mi equipo, cinco quedaron con heridas
ocasionadas por explosivos. El momento más difícil que me tocó enfrentar llegó
después de la operación, cuando supe que teníamos bajas dentro de la organización.
Me enteré de la muerte del coronel del Ejército Juan Valer Sandoval, con quien había
hecho muy buena amistad.
Soy explosivista. Mi función principal fue abrir, utilizando explosivos, dos vías de
acceso en una pared y en la puerta principal. También realicé el cálculo y el sistema
de activación de la carga explosiva que dio inicio a la operación.
Habíamos sido entrenados por las Fuerzas Especiales de Israel y Estados Unidos
antes de la toma de la residencia japonesa. Ya en la operación integré el tercer
grupo de asalto, que pertenecía al Grupo Alfa. También tuve la misión de tomar el
control de la parte baja de la residencia. Tuvimos que solucionar problemas que se
presentaron con explosivos en las habitaciones que nos tocó dominar. Felizmente,
todo se activó y voló de acuerdo con lo planeado.
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secuestradores del MRTA. Los micrófonos fueron vitales para planificar el operativo.
Cada frase, cada palabra, cada expresión era estudiada minuciosamente. En este
aspecto, agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés)
intervinieron. El mayor Castro dijo:
Los gringos de la CIA estaban probando la tecnología que tenían en vitrina. Un Grupo
Especial de Inteligencia de la Dirección contra el Terrorismo se instaló con todos sus
equipos y analistas en la clínica Virgen del Carmen, ubicada estratégicamente frente
a la casa diplomática. En esos momentos se me ocurre que el padre jesuita estaba
realizando misa los domingos en la residencia y que para ello se necesitaba un
crucifijo y una imagen representativa.
Un personaje decía en voz baja: 'Mar de cielo, quiero saber si me copian por este
medio, cambio. Soy el almirante Luis Giampietri Rojas. Digo mar porque soy de la
Marina de Guerra del Perú y cielo porque hablo desde el segundo piso, cambio.
Espero que estén escuchando por este medio, porque ya estoy hablando con
ventiladores, baños químicos, colchonetas y la gente piensa que ya me estoy
volviendo loco. Si ustedes están escuchando, mañana denme un mensaje. Veo que
hay en lado norte un edificio celeste y que en la azotea está lleno de equipos de
prensa. Que alguien a las 12 en punto empiece a agitar un trapo blanco o un
pañuelo'.
"La cucaracha"
Hubo un momento crítico. Habían transcurrido varios días sin que se produjera la
liberación de los rehenes y Giampietri manifestó que todos estaban decepcionados.
Declaró el mayor Castro:
El almirante Giampietri trató de poner fin a las transmisiones. Estaba molesto porque
según él no veía alguna reacción de las autoridades por lograr la liberación de los
rehenes. 'Este es Mar del cielo, estoy bastante preocupado, así como mis demás
compañeros, ya tengo varias semanas informando pero veo que no le dan
importancia. Hagan algo.
Ese mismo día escuchábamos por los micrófonos que despertaban a Giampietri y le
decían: 'Lucho, ahí esta la música, nos están escuchando'.Luego se oía que reían y
lloraban los rehenes. Desde ese día el almirante Giampietri empezó a enviar
información de primera línea. Nos decía la cantidad de terroristas que había en la
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residencia, el tipo y número de armamentos que tenían, el tipo de defensa que
habían puesto en las puertas y las cargas explosivas.
Todo lo que había visto el almirante nos proporcionó a través de los micrófonos.
Fueron 45 micrófonos que fueron insertados en 25 termos, el cuadro del Señor de los
Milagros, 5 escobas, en el estuche de una guitarra, en las cajas de fruta y en una
Biblia.
Por los micrófonos los agentes de la Dircote se dieron cuenta de que los terroristas
se percataron de la construcción de los túneles. Fue durante un diálogo entre Néstor
Cerpa Cartolini y "El Árabe", uno de los cabecillas. Recordó el mayor Marcos Castro:
Sabíamos lo que hablaban, lo que pensaban, sus traumas, sus miedos, hasta su vida
sexual y sus planes de escapar de la residencia tras negociar con el gobierno. Una
tarde y a mediados del mes de febrero se escuchó a Néstor Cerpa Cartolini (jefe del
comando terrorista) hablarle a su gente. Así se enteró que detectaron la
construcción del túnel: '¡Muchachos! ¿Qué novedades tenemos para hoy?'. El Árabe
contestó: 'Comandante, ayer en la noche dos compañeros salieron al jardín e
inspeccionaron todo el área y se percató que en una parte que colinda con la ONG
alemana, lugar por donde ingresamos, había un gran agujero que está cubierto con
pasto, pero debajo conduce a un túnel que da a la calle'. Cerpa dijo: '¿Y cómo
lograron detectar ese túnel?'. El Árabe le contestó: 'Rampando como en la selva para
detectar minas'.
Cerpa replicó: 'Entonces, nos están haciendo túneles, por ese motivo ponen música a
todo volumen. Saquen todos los tapizones y muevan los muebles para detectar los
túneles. Vamos a desenmascarar a Fujimori cuando regrese de su periplo por
Centroamérica'. En ese momento pensábamos que Cerpa iba a tomar alguna
decisión para ejecutar a los rehenes, a consecuencia de los túneles, pero no hubo tal
reacción. Toda esa información fue proporcionada por el almirante Giampietri, quien
había recomendado que la operación debería ejecutarse a las 3 de la tarde debido a
que los terroristas estaban completamente desarmados y eran vulnerables para el
ataque. Fue Giampietri el que dio la clave para entrar. Cuando dijo: 'Mary está
enferma' se inició el operativo. Así fue, como lo cuento.
"En el caso de uno de los imputados, el coronel EP (r) Jesús Zamudio Aliaga, que era
el jefe de uno de los grupos de inteligencia, la Corte Suprema solicitó que se expidan
las copias para iniciar una investigación en su contra", señaló.
"Es así que la Segunda Fiscalía Anticorrupción solicitó a la Tercera Sala Penal
Liquidadora variar la acusación contra Zamudio: ya no se le imputaba ser autor
mediato, sino del delito de comisión por omisión.
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La Sala no se lo permitió. Por esta razón el juicio estaba destinado al fracaso. Si ya la
Corte Suprema había dicho que no había autoridad mediata y la acusación era por
autoría mediata, lo lógico era que lo absolvieran", indicó Cano.
"El caso está en manos de la Corte Suprema. Si se decide sellar esta situación con
impunidad garantizada a Jesús Zamudio, se comunicará a la Corte Interamericana de
DDHH para que decida si el Estado peruano nuevamente ha violado el derecho que
tiene la familia de Eduardo Cruz", afirmó.
"Todos sabemos que Eduardo Cruz fue reingresado con vida al interior de la
residencia del embajador de Japón, todos sabemos que Jesús Zamudio dio la orden, y
todos sabemos que él tenía deber de garantía con respecto a la vida de Cruz. Si la
Corte sella este capítulo con impunidad, pasará a la historia como eso".
En cifras
- 490 rehenes fueron al principio de la toma de la residencia japonesa.
Tras la irrupción del MRTA, a pedido de la Cruz Roja, los terroristas liberaron a los
rehenes que no tenían peso político, a todas las mujeres y a Javier Diez Canseco
(hoy fallecido) y Alejandro Toledo, ambos políticos de izquierda.
¿Qué pedían?
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– La liberación de 465 miembros del MRTA presos en todo el país, incluyendo a Lori
Berenson, hoy libre, y a la esposa de Néstor Cerpa Cartolini.
Mientras se preparaba la operación, se dijo que los túneles eran similares a los
templos construidos por la cultura preincaica peruana Chavín de Huántar,
construidos bajo tierra con varios pasadizos.
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de intervención” del gobierno y afirmaron que habría involucramiento de fuerzas
militares estadounidenses.
Este titular fue publicado luego de que los miembros del MRTA habían afirmado
escuchar ruidos fuertes bajo la residencia y tras declaraciones de Cerpa Cartolini
unos días antes sobre la existencia de los túneles. Luego de esto, los terroristas
habían decidido suspender las negociaciones con el gobierno.
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logró informar a los rehenes que utilizaran ropa clara, para diferenciarlos de sus
captores.
La operación
El 22 de abril de 1997, a las 15:23, inició la operación, con 140 comandos peruanos.
Lograron ingresar a la residencia luego de tres explosiones.
La popularidad de Fujimori