Sie sind auf Seite 1von 144

Conociendo Nuestra Diversidad | 1

Conociendo Nuestra Diversidad | 2


Conociendo Nuestra Diversidad | 3
© Conociendo Nuestra Sexualidad

D.R. ActúaDF AC
CLUNI ACT1402120901T
Domicilio: Yacatas #508, Col. Narvarte Poniente, Delegación
Benito Juárez, C.P. 03020, Ciudad de México.
Teléfono: 62.86.09.93
http://www.actuadf.org/

Primera edición, 2016


ISBN 03-2016-081612004600-01

Desarrollo de Insumos Técnicos para el Contenido:


Ignacio Lozano Verduzco
Diseño Editorial:
Indra Islas

Fotografía:
Mario Granados Villamil

Agradecimientos:
Agradecemos las aportaciones, asesorías y comentarios vertidos
durante el proceso de elaboración de este material:
Horacio F. Sivori
Adriana Leona Rosales Mendoza
Tania Esmeralda Rocha Sánchez
Carla Hernández Aguilar

Esta publicación fue elaborada con recursos del Consejo para Prevenir y
Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED).

“Las opiniones vertidas son responsabilidad de las y los autores de la


presente publicación”.

Ciudad de México, 30 de Agosto del 2016

Conociendo Nuestra Diversidad | 4


PRÓLOGO

En 1952 se publicó la 1ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Men-
tales (DSM) de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) con la intención de homologar
las distintas clasificaciones de enfermedades mentales existentes hasta ese momento. En
este documento, la APA incluyó a la Homosexualidad como una categoría de enfermedad
mental, presentando una vinculación entre la homosexualidad y algunas formas de desa-
juste psicológico, y la idea que ésta era necesariamente el síntoma de una enfermedad
mental (APA, 2002).

En ediciones posteriores se hicieron varias modificaciones a este documento:

• 1973 la APA eliminó del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
a la homosexualidad como categoría diagnóstica de la sección de “Desviaciones
sexuales”, sin embargo se generó otra categoría para incluir las llamadas “al-
teraciones de la orientación sexual”.

• 1977, en la tercera edición del DSM se incorporó el concepto de homosexualidad


egodistónica.

• En 1986 desapareció de manera definitiva cualquier mención a la homosexualidad


como trastorno mental.

• A partir de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se apego a la iniciativa


de excluir la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades y
otros Problemas de Salud, Así, la décima versión de esta clasificación, eliminó definiti-
vamente a la homosexualidad de sus manuales.

Como podemos observar en este breve recuento, a lo largo de más de 38 años se ha


hecho referencia a la homosexualidad como una enfermedad mental o trastorno, los cam-
bios y actualizaciones en el concepto, ha sido producto del intenso y constante trabajo
que realizaron diversos grupos, colectivos y organizaciones a favor de los derechos de las
personas no heterosexuales. Dichas concepciones han permeado de manera contunden-
te la forma en la que son vistas y tratadas las personas que tienen alguna orientación sexual
distinta a la heterosexual.

Conociendo Nuestra Diversidad | 5


El prejuicio, la indiferencia, el odio y la discriminación tienen efectos negativos sobre la
salud, la educación, las habilidades de vinculación y desarrollo de lesbianas, gays, bi-
sexuales y trans, dichas conductas obstaculizan su acceso a los servicios de salud y al ejer-
cicio pleno de todos sus derechos.

En México, el proceso de construcción de una cultura homosexual tiene características pro-


pias de particular relevancia, las diversas categorías que engloban el movimiento donde
se expresa el sentido de identidad homosexual tienen un estrecho vínculo con la militancia
política que apunta cada vez más al reconocimiento pleno de una ciudadanía para las
personas con orientaciones distintas a las heterosexuales.

Para que la ciudadanía y las y los tomadores de decisión implementen acciones, planes
y programas efectivos es necesario contar con evidencia que permita plantear opciones
que concuerden con la realidad y las necesidades sentidas por las y los integrantes del
movimiento de diversidad sexual LGBTI. Por tanto ActúaDF comprometida con el ejercicio
pleno de los derechos humanos y la participación de la población para generar insumos
que aporten al beneficio de la comunidad, se honra en presentar, en colaboración con la
Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y organizaciones aliadas como: Cuenta Conmigo
y la Federación Mexicana de Empresarios LGBT este documento que exhibe los resultados
de la encuesta “Conociendo Nuestra Diversidad, discriminación, sexualidad, derechos, sa-
lud, familia y homofobia”, como un aporte que pretende contribuir al conocimiento ac-
tual sobre la situación de dicha comunidad, además, de hacer un llamado a que todas
las acciones de gobierno deben ser en un marco de respeto a los derechos humanos y
potenciando de manera gradual el ejercicio pleno de éstos y exhortar a todas y todos los
ciudadanos a relacionarnos de manera respetuosa y sensible.

ActúaDF

Conociendo Nuestra Diversidad | 6


Conociendo Nuestra Diversidad | 7
Creditos

Encuestadores/as:
Abraham de Jesús Andrade González
Esperanza Hernández Martínez
Karla Daniela Muñoz
Lourdes Adriana Betanzos Vilchis
Maira Lizbet Marcos Moreno
Miryam García Suárez
Yolanda Pérez Falcón
Beatríz Adriana de la Vega Briones
Cintia Karen Monroy Velázquez
Gloria Estefania Conde Guillermo
Paulina Gabriela Nieto Alba
Diana Mennoemi Romo Ramírez
Jessica Danae Parra Franco
Karen Gallardo Díaz
Leslie Lizeth Cardona Velázquez
Yancuitanesi Ruiz Flores
Odalis Abigail Ramírez Almaraz
Anayansi González Granada
Angela Xhidenhi Molotla Santoyo
Miriam Alejandra Toriz Luna
Rubén Velázquez Bustamante
Syanya Olivia López Lim
Ana María Ortega Mota
Berenice Anahi Miranda Martínez
Carlos Octavio Contreras de la Cruz
Leydi Magaly Perez Tovar
Sara Zenaida Hernandez Galicia
Elohim Ramírez
Lucia Mendez Hernández
María del Rocío Pérez Aldana
Jesus Ignacio Marrero Hernández
Mariana Berenice Hammeken Juárez
Jannette Martínez Galindo
Wendolyn Cortes Rojas
Gustavo Franco Córdova
Sayuri Estrada Romero
Alejandra Janet Cruz Cruz
Diana Afrodita Covarrubias Campos
García Lopez Areli
Abril Rocabert Monroy
Blanca Juárez Zaragoza
Erick Cruz Fuentes
Adriana Monserrat Miranda Mungía

Diseño Editorial: Indra Islas Morales


Fotografía: Mario G. Villamil
Conociendo Nuestra Diversidad | 8
Agradecimientos
Esta investigación no hubiera sido posible sin la confluencia de múltiples esfuerzos. En primer
lugar, merece un gran reconocimiento la organización civil ActúaDF quien desde el inicio
mostró interés por colaborar y desarrollar este proyecto. En específico, agradecemos al
Mtro. Héctor Hugo Villafranco y a la Lic. Corina Martínez por gestionar y apoyar la iniciativa.
También reconocemos el trabajo de Lic. Indra Islas por el diseño editorial. A Cristina Trujillo,
Alejandra Guerrero y Rosa María Durán, estudiantes de la licenciatura en psicología edu-
cativa de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) quienes realizaron un excelente y com-
prometido trabajo a través de su servicio social. Sin duda, este proyecto no hubiera sido
posible sin su arduo esfuerzo. También agradecemos el interés del Mtro. Cesar Casas Ferrer,
presidente de la Federación Mexicana de Empresarios LGBT quien se unió a la iniciativa y
colaboró en su difusión. Al Dr. Horacio Sívori, del Centro Latino Americano de Sexualidad y
Derechos Humanos, quien facilitó los instrumentos y documentos necesarios para el inicio del
proyecto y con quien intercambiamos y dialogamos ideas para la mejora del cuestionario. A
l@s 40 voluntari@s, que de manera entusiasta participaron en su capacitación y levantamiento
de datos. A la Dra. Adriana Leona Rosales Mendoza quien facilitó trámites administrativos
para la gestión del proyecto y colaboró en el trabajo de campo. A María Martínez Lechuga
y a Carla Eugenia Larralde Ortiz quienes ayudaron a coordinar el trabajo de campo. A
nuestro Cuerpo Académico de la UPN, “Educación y Desarrollo”. Al Consejo para Prevenir
y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México y a su presidenta Jaqueline L’Hoist por
su grandísimo interés en promover la no discriminación hacia la comunidad LGBTTTI de esta
ciudad. A todas nuestras amistades, familiares y organizaciones que ayudaron a difundir la
versión en línea de la encuesta. Finalmente, a todas las personas que se tomaron el tiempo
para contestar el cuestionario y dieron los datos necesarios para este trabajo.

Ignacio Lozano Verduzco y Fernando Salinas-Quiroz

Conociendo Nuestra Diversidad | 9


Presentación
La lucha por el ejercicio de los derecho de la comunidad lésbico, gay, bisexual, travesti, trans-
género, transexual e intersexual (LGBTTTI) ha sido histórica, pero su visibilización en el espacio
político de nuestro país ha sido más bien reciente (de finales de los años 70 a la fecha). En
este tiempo han podido alcanzarse grandes logros en el reconocimiento de sus derechos y
avances importantes en la construcción de una cultura igualitaria hacia este grupo pobla-
cional. Por desgracia tales adelantos no se han dado por igual en todo el país. La Ciudad de
México se ha significado como la capital de los derechos LGBTTTI, pues es en ella donde a
partir de los años 90 se han producido los mayores logros en el ámbito legislativo y de políticas
públicas para la existencia de la cultura igualitaria.

Recordemos cómo ha sido esta historia. En 1997 por primera vez una mujer abiertamente
lesbiana, Patria Jiménez, rinde protesta como diputada de representación proporcional por
el Distrito Federal. Tres años más tarde, en el 2000, los derechos políticos de la comunidad
LGBTTTI se ratifican con la elección de Enoé Uranga -otra destacada lesbiana- como diputa-
da de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

En 1998 se realiza el Primer Foro sobre Diversidad Sexual y Derechos Humanos en la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, con lo que la comunidad LGBTTTI da pasos importantes para
garantizar que la definición de políticas públicas en su beneficio en la Ciudad de México se
Conociendo Nuestra Diversidad | 10
elabora desde un enfoque de derechos humanos. Paralelamente, se suprime a la homo-
sexualidad como una agravante en el delito de corrupción de menores.

Si bien la Marcha del Orgullo LGBTTTI ya llevaba 20 años realizándose, en 1999 toma por
derecho propio el Zócalo capitalino, con lo que el centro político del país se convierte en el
espacio de confluencia de la mayor manifestación anual de la diversidad sexual. Ese mismo
año, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal tipifica a la discriminación como delito en el
Artículo 281 Bis del Código Penal del Distrito Federal. Igualmente es el año en que se inaugura
la Clínica Condesa, la más grande en el país y de América latina dedicada al tratamiento
de personas con VIH y actualmente también especializada en la salud de personas LGBTTTI.
En el 2001, la Diputada Enoé Uranga presenta un primer proyecto de Ley de Sociedades de
Convivencia que debe esperar seis largos años de debate para ser aprobada en la Asamblea
Legislativa del DF. Así, el 16 de noviembre de 2006 se publica en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal para finalmente entrar en vigor el 17 de marzo de 2007. Si bien la Ley de Sociedades
de Convivencia tuvo como objetivo dar reconocimiento legal a los hogares formados por
personas sin parentesco consanguíneo, las parejas LGBTTTI fueron las que mejor la recibieron
como un primer paso hacia el reconocimiento de su derecho a formar una familia propia.

A partir de 2006 se producen grandes avances para sentar el piso sobre el que se han venido
construyendo políticas públicas y legislativas en aras de garantizar los derechos LGBTTTI. En
ese año se promulga la Ley para Prevenir y Erradicar la Discriminación del Distrito Federal, y
se reforma el artículo 206 del Código Penal para el Distrito Federal en el que se tipifica como
delito a la discriminación por orientación sexual. En 2007 el Gobierno del Distrito Federal
instaura el 17 de mayo como el Día de Lucha contra la Homofobia.

2008 es el año que ve nacer la Red Interinstitucional de Atención a la Diversidad Sexual


(RIADS) y se crea el Decálogo por la Diversidad Sexual, a la par que la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal, conjuntamente con organizaciones civiles y colectivos, elabo-
ran el Diagnóstico sobre la Situación de la Diversidad Sexual en la Ciudad de México. Estos
esfuerzos permiten un acercamiento más puntual a las necesidades de atención más apre-
miantes que tenía la comunidad LGBTTTI.

Por ello, en 2009 se desarrollan importantes respuestas institucionales cristalizadas en la apro-


bación en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, siendo diputado Davis Razú, del ma-
trimonio igualitario entre personas del mismo sexo, así como la definición de la homofobia
como agravante de delito y su tipificación como crímenes de odio. Asimismo, se incluyen en
la Ley de Salud del Distrito Federal los tratamientos con hormonas y psicoterapia para el pro-
ceso de cambio de sexo de las personas travesti y transgénero.

En 2010, el Palacio del Ayuntamiento de la Ciudad de México, sede del gobierno capitalino,
es el escenario para la celebración de los primeros matrimonios igualitarios, y es el año en
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratifica por mayoría la constitucionalidad de
la unión legal de parejas del mismo sexo.

Al año siguiente -2011- el Gobierno del Distrito Federal inaugura el Centro Comunitario de
Atención a la Diversidad Sexual en una zona emblemática para la comunidad LGBTTTI: la
Zona Rosa. Allí se les brindan servicios de prevención y detección de VIH, seguimiento a de-
nuncias ante el Ministerio Público o asesorías sobre matrimonio igualitario y adopción, entre
otros servicios.

Conociendo Nuestra Diversidad | 11


2011 también es el año en que se abroga la Ley para Prevenir y Erradicar la Discriminación para
ser sustituida por la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal, donde se
nombra expresa y enunciativamente cada una de las poblaciones LGBTTTI. Además, la nue-
va ley da origen al Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México
(COPRED), el cual en 2013 elaboró la Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México
(EDIS-CdMx 2013), donde se buscó conocer la percepción de las personas encuestadas en
torno a cada grupo de la diversidad sexual (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales,
transgénero e intersexuales). Las conclusiones de la encuesta permitieron ver que existe un
gran desconocimiento en la población en general sobre las necesidades y problemáticas
que enfrentan las personas de la diversidad sexual, lo que favorece su estigmatización y
discriminación.

A la par, se desarrollan diversos esfuerzos institucionales para evitar que las personas de la di-
versidad sexual sean víctimas de discriminación por los cuerpos de seguridad. En 2010 la Sub-
secretaría del Sistema Penitenciario inicia un mapeo de la población LGBTTTI en los 10 centros
penitenciarios, en tanto que la Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad
Pública del DF desarrolla sendos protocolos de actuación para la atención de las personas
LGBTTTI en aras de garantizar el respeto de sus derechos humanos.

En 2014 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprueba importantes reformas a la Ley
para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal con la finalidad de que la bifobia,
la lesbofobia, la transfobia y la homofobia sean consideradas como conductas discrimina-
torias. También aprueba reformas al Código Civil y al Código de Procedimientos Civiles del
DF con la finalidad de reconocer la identidad de género mediante un simple procedimiento
administrativo ante el Registro Civil, dejando atrás los procedimientos costosos y tortuosos que
lastimaban la dignidad de las personas trans.

2015 es un año crucial para la construcción de una cultura del trato igualitario y sin discri-
minación hacia la comunidad LGBTTTI, pues la Suprema Corte avala la tesis jurisprudencial en
el sentido de que bajo ninguna circunstancia se puede negar o restringir a alguna persona el
acceso o goce a un derecho por su orientación sexual. Asimismo, declara la inconstituciona-
lidad de cualquier ley federativa donde se considere que la única finalidad del matrimonio es
la procreación y que éste se pueda celebrar únicamente entre un hombre y una mujer. Por su
parte, el COPRED emite la Opinión Consultiva 01/2015, donde considera como una farsa las
terapias de conversión o reparativas que ofrecen “curar” la homosexualidad.

En este mismo año, el Gobierno del Distrito Federal decreta el 13 de noviembre como el Día
de las Personas Trans y crea la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar
(UNAVI) especializada para la población LGBTTTI. Asimismo, el 23 de noviembre declara a la
Ciudad de México como Ciudad Amigable LGBTTTI, en cuyo marco monumentos emble-
máticos como el Ángel de la Independencia, el Monumento a la Revolución, la Glorieta de
La Palma y el Paseo de la Reforma se visten con el arcoíris de la diversidad sexual y la firma de
la declaratorio conlleva acciones a cumplir por parte del Gobierno de la Ciudad de México.
Este breve recorrido histórico por la construcción de la política pública y legislativa en la Ciu-
dad de México nos permite observar que los cimientos de la cultura del trato igualitario y sin
discriminación hacia la comunidad LGBTTTI están puestos y son una base sobre la cual posar
lo pies para dar el gran salto cultural que se requiere para vivir en una sociedad donde los
derechos de todas y todos sean una realidad cotidiana.

Conociendo Nuestra Diversidad | 12


Sin embargo, para alcanzar esta aspiración aún falta por hacer. Como lo reveló la Encuesta
sobre Discriminación en la Ciudad de México 2013 referida anteriormente, persiste el descono-
cimiento en la población en general sobre el amplio arcoíris que implica la diversidad sexual,
y el desconocimiento deviene en rechazo, en visiones estereotipadas y estigmatizadas sobre
lo que nos rodea.

Por ello cobra particular relevancia la realización de investigaciones y ejercicios estadísticos


como la Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México, efectuada por el COPRED
en 2013, y la encuesta que ahora nos ocupa Conociendo nuestra diversidad: discriminación,
sexualidad, derechos, salud, familia y homofobia, desarrollada por Ignacio Lozano-Verduzco
y Fernando Salinas-Quiroz, con el apoyo de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y de
la Asociación Civil ActúaDF.

La encuesta no es una muestra aleatoria y contiene información de primera mano, ya que


los cuestionarios fueron aplicados directamente a los protagonistas de la XXXVII Marcha del
Orgullo LGBTTTI (¿y dónde si no allí sería más factible encontrarles? se preguntaría una persona
que deba aplicar encuestas), a cuyo encuentro fue un pequeño regimiento de voluntarios /
as el pasado 27 de junio. La muestra se completó con cuestionarios que fueron respondidos
por personas interesadas en el tema (¿y quiénes más interesados podrían estarlo que las y los
propios integrantes de la comunidad LGBTTTI?).

Adicionalmente, la encuesta Conociendo nuestra diversidad: discriminación, sexualidad,


derechos, salud, familia y homofobia es sumamente enriquecedora al contener información
proporcionada por personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgénero, transexuales,
intersexuales y asexuales, en torno a temas de la mayor diversidad: discriminación hacia
prácticas e identidades no heterosexuales; vivencias y efectos de la violencia; conocimiento
y puesta en práctica de derechos civiles, particularmente el derecho a la no discriminación,
al matrimonio, a la familia y a la identidad; sexualidad y derecho a decidir sobre el propio cu-
erpo, así como edad de iniciación sexual y de identidad LGBTTTI; consumo de alcohol y otras
drogas; síntomas de depresión; conexión comunitaria, homofobia internalizada y motivación
a la parentalidad.

Así pues, desde el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México
damos la bienvenida a investigaciones tan completas y comprometidas como ésta, que
ofrezcan nuevas miradas para un mayor conocimiento y comprensión del amplio arcoíris que
es la diversidad sexual y de género.

Lic. Jacqueline L´Hoist Tapia, Presidenta del


Consejo para Prevenir y Eliminar la
Discriminación de la Ciudad de México.
Diciembre de 2015.

Conociendo Nuestra Diversidad | 13


Conociendo Nuestra Diversidad | 14
Indice

1. Introducción 17

2. Cómo se hizo, también llamado “Método” 22

3. Definición de conceptos 29
Orientación sexo-afectiva (OSA)
Identidad sexo-genérica (ISEGEN)
Nivel socio-económico (NSE)
Heternorma/heteronormatividad
Homofobia
Homofobia Internalizada
Motivación a la parentalidad
Consumo de alcohol y otras drogas
Depresión
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)
Parentalidad

4. Características de l@s participantes


Perfil Sociodemográfico 32
Sexo, identidad sexo-genérica y orientación sexo-afectiva
Nivel educativo y profesión
Nivel socio-económico (NSE) e ingresos mensuales

5. Manejo corporal y salud de personas trans 50

6. Convivencia, conyugalidad y familia 54


Situación de pareja
Parentalidad
Motivación a la parentalidad
“Asumirse”

7. Sociabilidad y uso de internet 64

8. Discriminación y Violencia 70
Discriminación
Violencia

9. Salud sexual, salud reproductiva y salud mental 96


Salud sexual y salud reproductiva de personas que fueron asignadas “mujeres” al nacer
Salud sexual y salud reproductiva de personas asignadas “hombres” al nacer.
Salud sexual y salud reproductiva en hombres, mujeres y personas trans
Salud mental: depresión, y consumo de alcohol y otras drogas

10. Derechos y ciudadanía 108

11. Conexión comunitaria y homofobia internalizada 114

12. Conclusiones 118

Referencias 123

Anexos 127

Conociendo Nuestra Diversidad | 15


Conociendo Nuestra Diversidad | 16
1

Introducción
En este documento presentamos los resul- calidad en materia de sexualidad y dere-
tados de la Encuesta “Conociendo Nuestra chos, muestra de lo anterior es el esfuerzo
Diversidad: discriminación, sexualidad, dere- realizado en la Ciudad de México, ya que
chos, salud, familia y homofobia”. Desarrolla- contribuye a la recuperación de las expe-
mos este proyecto desde la Universidad Pe- riencias de las comunidades LGBTTTI en
dagógica Nacional (UPN), en colaboración toda América Latina con la intención de
con la Asociación Civil ActúaDF. Además, comprenderlas.
colaboraron con nosotros en la difusión dos
organizaciones: Cuenta Conmigo, A.C. y la La publicación de “Política, derechos,
Federación Mexicana de Empresarios LGBT. violencia y sexualidad: Encuesta Marcha
En este proyecto de investigación retoma- del Orgullo y la Diversidad Sexual 2008”
mos aspectos importantes de “Política, representó un avance importantísimo en
derechos, violencia y sexualidad: Encuesta términos de investigación, pues en ese mo-
Marcha del Orgullo y la Diversidad Sexual mento no existía mucha información sobre
2008”, desarrollada por un grupo de investi- la situación de la comunidad LGBTTTI mexi-
gadores de la Universidad Nacional Autóno- cana. Además de lo anterior, se convirtió en
ma de México (UNAM) en conjunto con un elemento fundamental para el activismo
Letra S, a través de del Centro Latinoame- y la generación de políticas públicas, pues-
ricano en Sexualidad y Derechos Humanos to que proveyó de información sumamente
(CLAM). La intención del presente documento fue relevante en torno a la vivencia de discri-
dar seguimiento y continuidad a la “Política, minación, violencia, derechos y sexualidad
derechos, violencia y sexualidad: Encuesta de una de las comunidades históricamente
Marcha del Orgullo y la Diversidad Sexual más marginadas en nuestro país. El hecho
2008” y ampliar el conocimiento actual so- de que se realizara investigación a gran es-
bre la situación de la comunidad Lésbico, cala con las minorías sexuales, implicó cierta
Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Tra- apertura a hablar del tema.
vesti e Intersexual (LGBTTTI) mexicana, con
particular énfasis en población de la Ciudad En nuestra calidad de académicos interesa-
de México. Consideramos importante men- dos en el campo de la sexualidad y la dis-
cionar que el CLAM lleva cerca de 10 años criminación, nos pareció sumamente impor-
realizando un trabajo continuo y de alta tante generar un proyecto de investigación
Conociendo Nuestra Diversidad | 17
para contar con más información sobre la periencias y vivencias, nuestra intención es
comunidad LGBTTTI mexicana. Debido a generar conocimiento holístico e integral so-
que en los últimos siete años han ocurrido bre diferentes aspectos relevantes de la vida
cambios legales, políticos y sociales que LGBTTTI mexicana. El vínculo entre discrimi-
conciernen y afectan a las personas de la nación y los riesgos de adquirir ITS, ha sido
diversidad sexual y afectiva, buscamos in- abordado mayormente por académic@s
dagar qué ha ocurrido del 2008 a la fecha. anglo-sajon@s, sólo conocemos un estudio
Ejemplo de dichos cambios es lo ocurrido en similar hecho en México (Ortiz-Hernández,
2009 tras la modificación del código civil del 2005). Los hallazgos de dicho estudio sub-
D.F., pues a partir del año 2010 se permite rayan la necesidad de vincular ambas vari-
el matrimonio entre parejas del mismo sexo, ables, pero también de incluir a la violencia,
lo cual generó mucho movimiento social, la Homofobia Internalizada (HI), las prácticas
sobretodo de las alas más conservadoras sexuales de riesgo y la Conexión Comunitar-
del país. Consideramos que las reacciones ia (CC). Debido a lo anterior, añadimos a las
opositoras, más que detener los cambios le- categorías discriminación, violencia, sexuali-
gales y políticos orientados a la construcción dad y derechos -exploradas en el texto “Políti-
de la igualdad, trajeron como consecuen- ca, derechos, violencia y sexualidad: Encues-
cia la visibilización de la comunidad LGBTTTI, ta Marcha del Orgullo y la Diversidad
colocando el tema de la diversidad sexual y Sexual 2008”-: a) conexión comunitaria;
afectiva a nivel político y mediático, lo cual b) nivel socio-económico; c) homofobia in-
subrayó la necesidad de trato igualitario, ternalizada, d.) consumo de alcohol y dro-
respetuoso y justo a nivel nacional. Como gas; e.) depresión y; f) Motivación a la
una reacción en cadena, en los años sigui- Parentalidad. Creemos que la exploración
entes se otorgaron distintos amparos a pare- de estas variables amplía la visión y el cono-
jas del mismo sexo para tener acceso al ma- cimiento de la comunidad LGBTTTI.
trimonio en Sinaloa, Chihuahua, Oaxaca,
Yucatán, Estado de México, Colima y Jalis- Cuando la Federación Mexicana de Empre-
co. Finalmente, en el 2015, la Suprema Corte sarios LGBT se acercó con nosotros para co-
de Justicia emitió una sentencia estipulando laborar en el proyecto, se evidenció la falta
como anticonstitucional no permitir a pare- de información sobre las condiciones so-
jas del mismo sexo casarse y adoptar hij@s. cioeconómicas de la comunidad. El primer
Estamos convencidos de que estos cambios autor del presente escrito ha participado en
legales han contribuido a generar transfor- la discusión del concepto “gay” y “LGBT”,
maciones sociales y psicológicas que deben subrayando que se trata de categorías ur-
ser sistematizadas y reportadas. banas y clasemedieras. Pese a lo anterior,
dichas discusiones se sustentaron en poca
Desde la salud pública, se ha hablado so- evidencia (Gutiérrez, 2012; Vargas, 2014). La
bre los riesgos que enfrentan las identidades Federación Mexicana de Empresarios LGBT
LGBTTTI -principalmente personas gay y trans- se encuentra interesada en conocer las
a adquirir infecciones de transmisión sexual características sociodemográficas de la co-
(ITS), y a experimentar diferentes formas de munidad para generar y poner en marcha
violencia. Si bien la violencia y las ITS han acciones que activen la participación de
sido abordadas en estudios previos, el sim- gays, lesbianas, bisexuales y trans en el mer-
ple hecho de describirlas abona poco a la cado nacional e internacional. En este sen-
comprensión de cómo se vive con ellas. A tido, es imposible negar la existencia de un
nuestro juicio, aislar variables como si fueran mercado global en el que México participa
“inherentes” a la comunidad, ha coadyuvado como resultado de políticas neoliberales. La
a perpetuar la patologización de estas per- comunidad LGBTTTI tiene una participación
sonas. Si bien en este proyecto abordamos activa en el mercado como consecuencia
como variables cuantitativas a ciertas ex- de las condiciones macro estructurales rela-
Conociendo Nuestra Diversidad | 18
cionadas con el género, el patriarcado y la dez, 2005), los riesgos sanitarios a los que se
heteronormatividad. Por ejemplo, en México enfrentan individuos LGBTTTI, encuentran su
sigue existiendo una diferencia importante origen en las condiciones de vulnerabilidad
entre los ingresos de hombres y mujeres, a y estigma social. Dicho en otras palabras,
pesar de que desempeñen el mismo trabajo el hecho de que miembros de esta comu-
(Instituto Nacional de las Mujeres e Instituto nidad tengan prácticas sexuales de ries-
Nacional de Estadística y Geografía, 2014). go, mayores niveles de consumo alcohol y
Lo anterior, además de estar atravesado por otras drogas, así como niveles más elevados
las condiciones macro estructurales recién de depresión y ansiedad, no responde al
mencionadas, habla de la participación ac- hecho de asumirse homosexual, bisexual o
tiva de grupos minoritarios. Muchas parejas transexual, sino que estas características son
de hombres y de mujeres tienen dificultades sistemáticamente estigmatizadas.
para tener hij@s, por lo que recurren a pro-
cedimientos de reproducción asistida y/o Los esfuerzos desde la salud pública se han
a la adopción, lo cual genera inversiones orientado a que la comunidad use con más
económicas importantes. Consideramos frecuencia el condón, dando por hecho que
pertinente contar con datos cuantitativos el preservativo protege contra las ITS. Si bien
sobre las condiciones socioeconómicas de se trata del método de barrera más eficaz
la comunidad, por lo que nos apoyamos en para proteger contra éstas, la simple promo-
el cuestionario diseñado por la Asociación ción de su uso no ha sido suficiente para dis-
Mexicana de Inteligencia de Mercado y minuir los niveles de infecciones del Virus de
Opinión Pública (AMAI). Inmunodeficiencia Humana (VIH) en nuestro
país (Centro Nacional para Prevención y el
Respecto a la discriminación hacia la comuni- Control del VIH y el SIDA, 2011). A nuestro
dad LGBTTTI, en nuestro país se han realizado juicio, las políticas públicas en materia de
esfuerzos por cuantificarla. Algunas investiga- salud no consideran las experiencias vividas
ciones han intentado operacionalizar las ac- por estas minorías sexuales, estrechando la
titudes negativas hacia la homosexualidad comprensión y el alcance de las mismas. En
(Lozano & Díaz-Loving, 2009; Parrini y Brito, congruencia con lo anterior, se ha invisibiliza-
2012), otras se han enfocado en la cuanti- do la violencia que este colectivo enfrenta
ficación de los asesinatos de odio por ho- todos los días, así como sus malestares de sa-
mofobia (Del Collado 2006; Letra S, 2014), lud y emocionales: consideramos importante
y unas más han evaluado las diferentes for- explorarlos debido a su origen particular en
mas de discriminación (Consejo Nacional la homofobia. Tomando en cuenta que la
para Prevenir la Discriminación, 2011). Vistos estigmatización también invisibiliza a los gru-
en conjunto, sus hallazgos señalan que la pos como colectivos y sujetos políticos, nos
homofobia es una expresión que discrimina parece importante recuperar su experien-
a personas que transgreden los estereotipos cia en el ejercicio pleno de sus derechos.
de género y está muy vinculada a la mascu- Uno de los derechos principales de todo ser
linidad hegemónica; que cerca de la mitad humano es el derecho a la libertad de ex-
de las personas mexicanas no aceptarían a presión y de asociación. Desde finales de los
una persona homosexual para que viviera en setentas, la comunidad LGBTTTI mexicana los
su casa, y; que existen cientos de casos de ejerce mediante la organización de la mar-
asesinatos por homofobia que no han sido cha anual del Orgullo y la Diversidad Sexu-
resueltos por las instancias que procuran jus- al. Esta marcha se celebra el último sábado
ticia. Sin lugar a dudas, estos datos establecen de junio en el DF, recordando los violentos
la existencia de una forma particular de dis- hechos cometidos en contra de hombres
criminación y violencia: aquella motivada por gay, bisexuales, lesbianas y trans en Stone
la homofobia. De acuerdo con otras inves- Wall Inn en Nueva York en 1969.
tigaciones (Meyer, 1995, 2003; Ortiz-Hernán-
Conociendo Nuestra Diversidad | 19
La marcha en México ha tenido su propia la diversidad sexual mucho más amplia.
historia. De acuerdo con la investigación de
Laguarda (2009), el movimiento gay como Con los primeros casos de VIH en México,
movimiento social inició en la década del el Estado respondió de manera negligente
sesenta cuando un grupo de artistas e in- al declarar, inclusive, que el Síndrome de
telectuales mexicano@s se comenzó a reunir Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) era un
en espacios privados para hablar de sus ex- castigo divino contra los homosexuales. Esta
periencias erótico-afectivas y la necesidad indolencia fue la que permitió que colecti-
de encontrar espacios de libre expresión. vos homosexuales se organizaran para dar
Fue hasta 1978, en la marcha que conmemo- respuesta a lo largo de todo el territorio na-
raba los 10 años de la matanza de Tlatelolco, cional -aunque no fueron exclusivamente
que un colectivo abiertamente homosexual personas homosexuales- (ver García, 2009).
se unió a la misma con demandas políticas Dicha organización se vio fortalecida por el
más concretas e identificando su orientación discurso de los Derechos Humanos, específi-
sexo-afectiva (OSA) abiertamente, lo cual camente los Derechos Sexuales y Reproduc-
marcó un cambio importantísimo en el tivos (Diez, 2010; García, 2009; Mogrovejo,
movimiento gay mexicano. En 1980 se llevó 2008; Núñez, 2005), a saber, los Derechos a la
a cabo la primer marcha del Orgullo Ho- libertad de expresión sexual, a la vinculación,
mosexual. Las marchas se desarrollaron con y a tratamientos efectivos y gratuitos, entre
ciertas dificultades, pues solían enfrentarse a otros. De acuerdo con García y sus colabora-
expresiones sociales y políticas de homofo- dores (2009), esta organización promovió el
bia. No obstante, estas marchas fueron el ini- acceso a tratamientos médicos y de salud
cio de una organización socio-política sobre para la comunidad LGBTTTI. Sin embargo, el

Conociendo Nuestra Diversidad | 20


acceso a derechos civiles continuó negán- Desde las primeras marchas del orgullo, otros
dose (acceso a matrimonio, adopción y fa- grupos como clubes nocturnos, cafés, em-
milia), convirtiéndose a la postre en la princi- presas digitales y organizaciones civiles, se
pal demanda del movimiento. han unido para manifestarse en dicho even-
to. Pese a lo anterior, existen personas LGBTTTI
En 2003, se promulgó la Ley Federal para que se rehúsan a participar en la marcha
Prevenir y Eliminar la Discriminación, lo que por diferentes razones, independientemente
resultó en la creación del Consejo Nacional de que identifiquen como LGBTTTI (Lozano,
para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). 2014). Partimos del supuesto de que las per-
Una de las primeras acciones del CONA- sonas que asisten a la marcha ejercen sus
PRED fue la creación y lanzamiento de una derechos, por lo que consideramos útil en-
Campaña Nacional Contra la Homofobia, cuestarlas. No obstante, desarrollar el tra-
que según Diez (2010), sentó las bases so- bajo de campo únicamente en este espa-
ciales y políticas para los cambios legales cio, sería cerrar la oportunidad de que otras
y jurídicos venideros. El primer cambio fue personas de la comunidad, que por alguna
la aprobación de la Ley de Sociedades razón decidieron no acudir a la marcha, par-
en Convivencia para el Distrito Federal del ticipen en la encuesta. Por todo lo anterior-
2007, pues significó el acceso a una figura le- mente mencionado, el objetivo del presente
gal para parejas del mismo sexo (aunque no documento es describir las experiencias de
con los mismos derechos que el matrimonio discriminación, violencia, sexualidad, dere-
o el concubinato). En Coahuila, en el mismo chos, HI, CC, depresión, consumo de sustan-
año se aprobó el Pacto de Solidaridad como cias y motivación a la parentalidad de la
figura jurídica para parejas del mismo sexo, comunidad LGBTTTI mexicana, en particular
lo que dio lugar a la modificación del Códi- de la Ciudad de México, así como reconocer
go Civil de la entidad dos años después y si existen relaciones entre dichas variables.
de la entrada en vigor del matrimonio entre
dos personas del mismo sexo en 2010. A par-
tir de entonces, diferentes jueces federales
han otorgado amparos bajo el argumento
de la vulnerabilidad del derecho a la no dis-
criminación (Bárcenas, 2015), por lo que se
han llevado a cabo matrimonios civiles para
parejas del mismo sexo en estados como
Sinaloa, Chihuahua, Oaxaca, Yucatán, Esta-
do de México, Colima y Jalisco. En 2013, el
estado de Colima aprobó la posibilidad de
enlaces conyugales (Bárcenas, 2015). Con-
sideramos que los cambios legales y jurídicos
de la última década se deben, en gran me-
dida, a la organización histórica del colectivo
LGBTTTI a nivel nacional, sobre todo en la Ciu-
dad de México. De hecho, desde diciembre
del 2009 en esta ciudad se permite la adop-
ción a parejas homosexuales, por lo que l@s
habitantes de la capital del país pueden
ejercer otro de sus derechos: el derecho a la
familia. Creemos que vale la pena explorar
la motivación a la parentalidad, ya que tener
un deseo homoerótico no tiene porque es-
tar disociado del deseo de tener hij@s.
Conociendo Nuestra Diversidad | 21
2 Cómo se hizo, también llamado
“Método”
Conociendo Nuestra Diversidad | 22
El esfuerzo realizado anteriormente por el CLAM nos pareció sumamente valioso, motivo por
el cual utilizamos el cuestionario original aplicado en la Ciudad de México en el 2008. Dicho
instrumento consta de 47 preguntas divididas en tres áreas: discriminación hacia prácticas,
expresiones e identidades no heterosexuales; los contextos, vivencias y efectos de diferentes
tipos de violencia, particularmente aquellas consideradas como delitos, y; el conocimiento
y puesta en práctica de derechos civiles, particularmente el derecho a la no discriminación,
al matrimonio, a la familia y a la identidad. Debido a los cambios jurídicos en la Ciudad de
México y otros estados de la República Mexicana, modificamos algunas preguntas. Por ejem-
plo, en la pregunta “¿Cuál crees que debe ser la demanda más importante de parte del
movimiento LGBT en México?”, quitamos la opción de “derecho al matrimonio”, pues actual-
mente ya es un derecho constitucional. También agregamos algunas preguntas referentes
a la sexualidad y al cuerpo, principalmente preguntas específicas para personas trans:
incluimos interrogantes sobre posibles procedimientos quirúrgicos, así cómo sobre el uso de
aceites (por las problemáticas a la salud que esto representa). En esta sección también pre-
guntamos a qué edad fue el primer encuentro sexual con una persona de otro sexo, con
una persona del mismo sexo y a qué edad asumieron una identidad LGBTTTI, pues son datos
importantes que no han sido reportados en otras investigaciones nacionales.

Una vez realizadas las modificaciones necesarias, acordamos las variables que considerába-
mos más importante incluir. Decidimos abordar el consumo de alcohol y otras drogas; sínto-
mas de depresión (por tratarse de síntomas vinculados a la discriminación hacia personas
LGBTTTI, Ortiz-Hernández, 2005); Conexión Comunitaria (CC, por tratarse de una forma de
construir comunidad y una identidad colectiva que disminuye el estigma y fortalece la sa-
lud, Frost & Meyer, 2012); la Homofobia Internalizada (HI, por tratarse de una variable que se
asume gracias a la heteronormatividad y que obstaculiza la participación ciudadana, el ejer-
cicio de derechos y empobrece el estado de salud, Ross y Rosser, 1996); y la Motivación a la
Parentalidad (MalaP, por tratarse de un tema novedoso en México a la luz de la posibilidad de
adoptar hij@s). Las escalas de consumo de alcohol y drogas, de depresión, y de homofobia
internalizada, ya habían sido validadas en población LGBTTTI mexicana por Ortiz-Hernández
(2005), mostrando confiabilidad alta y una estructura factorial y validez aceptable. Debido
a que las demás escalas no estaban ni confiabilizadas ni validadas, llevamos acabo un pro-
ceso de adaptación cultural y después los análisis estadísticos pertinentes para la confiabi-
lización y validación. Primero, una traducción doble de las dos escalas restantes (conexión
comunitaria y motivación a la parentalidad) que consistió en que uno de nosotros tradujera
cada reactivo del inglés al español y después el otro autor tradujera esos reactivos (ya tra-
ducidos) nuevamente al inglés. Comparamos las dos versiones en inglés para encontrar dis-
crepancias. En ningún caso encontramos diferencias, empero, analizamos las preguntas en
español para ver su pertinencia cultural al contexto mexicano y realizamos cambios menores
con el fin de que fueran más claras.

Llevamos a cabo un proceso de reclutamiento de voluntari@s a través de nuestros estudiantes


de la UPN, alumn@s de colegas de la misma y de otras universidades, y a través de redes so-
ciales. Acudieron a la capacitación un total de 40 voluntari@s de distintas universidades y
edades. En dicha capacitación, les dimos a conocer los objetivos del proyecto y la manera
en que pretendíamos cumplirlos. Est@s voluntari@s acudieron el 27 de junio del 2015 a la Mar-
cha del Orgullo y la Diversidad Sexual y, junto con ellos, aplicamos 793 cuestionarios ese día.
A partir de entonces, abrimos la encuesta en versión electrónica a través de la plataforma de
Survey Monkey. Cerramos la encuesta en línea el 7 de agosto del mismo año, contabilizando
3,087 personas que respondieron, por lo que el gran total fue de 3,880 participantes. De este
total, 556 se identificaron como personas heterosexuales y no contestaron la mayor parte del
Conociendo Nuestra Diversidad | 23
cuestionario. En este sentido, trabajamos con 3,324 casos válidos. Subsiguientemente, lleva-
mos a cabo los análisis estadísticos que presentaremos a continuación. En primer lugar, cal-
culamos las frecuencias de todas las preguntas sobre discriminación, violencia, ciudadanía
y derechos, caracterización sociodemográfica, consumo de alcohol y drogas, y depresión.
También realizamos cruces entre variables para conocer los valores agregados de las mismas.

Otro paso importante consistió en la confiabilización y validación de los instrumentos sobre


CC, HI y de MalaP. A pesar de que el instrumento para evaluar HI ya contaba con datos
de confiabilidad y validez, decidimos volver a correr los análisis pertinentes para conocer su
validez recurrente. Los pasos que seguimos para este proceso fueron: 1) conocer que todas
las opciones de respuesta hubieran sido usadas aunque fuera una vez (cinco para cada
instrumento), cosa que efectivamente sucedió, y; 2) calculamos el cuartil inferior y el superior
de cada reactivo para hacer pruebas t de Student y comparar los datos de cada reactivo
agrupado en el cuartil inferior y superior, pues nos interesaba conocer su poder de discrimi-
nación. Todas las t de Student fueron significativas al 0.01, excepto en tres casos del instrumento
de MalaP (“Me gustaría convertirme en madre/padre por qué hace que la relación con tu
pareja se complete”; “En realidad no me importa mucho tener un/a hij@”, y; “No me afecta
mucho el hecho de que quizá nunca tendré hij@s”). Esas tres preguntas fueron eliminadas
para análisis posteriores. Que las pruebas T de Student hayan sido significativas significa que
existen diferencias entre los grupos que puntuaron alto y bajo en cada pregunta y por tal,
que esos reactivos tienen poder de discriminación

Seguidamente, llevamos a cabo un análisis de fiabilidad a través del alfa de Cronbach para
cada uno de los instrumentos. En los tres instrumentos, los resultados arrojaron niveles de con-
fiabilidad buena o excelente, por lo que no fue necesario eliminar reactivos, ya que al hacer
esto, ninguno elevaba el alfa total. En las siguientes tablas, resumimos los datos de con-
fiabilidad (alfa de Cronbach) y de validez (peso factorial de cada reactivo, valor propio de
cada factor del instrumento, y la varianza explicada). En el caso de CC y de MalaP, el análisis
ortogonal inicial resultó con dos factores con un valor propio mayor a 1, empero, al analizar
los pesos factoriales de cada reactivo, observamos que los reactivos del segundo factor ob-
tenían un peso factorial más alto en el primer factor, por lo que optamos por constituir esas
dos escalas con un sólo factor. La escala de HI fue la única que obtuvo dos factores clara-
mente diferenciados. Aunado a lo anterior, encontramos que el primer reactivo resultó con
un peso factorial menor a 0.4, por lo que lo eliminamos de la escala.

Conociendo Nuestra Diversidad | 24


Conociendo Nuestra Diversidad | 25
Conociendo Nuestra Diversidad | 26
Conociendo Nuestra Diversidad | 27
Después de estas validaciones, realizamos análisis de frecuencias para conocer los porcen-
tajes en los que l@s participantes habían contestado las preguntas. También hicimos cruces
entre variables para saber cómo se comportaban algunos datos dependiendo del grupo al
que se pertenecía. Por ejemplo, saber el porcentaje de violencia vivido por gays, lesbianas,
transexuales, travestis, transgénero e intersexuales, hombres y mujeres. Este análisis es el que
sustenta los resultados aquí presentados. Una vez terminado esto, llevamos a cabo algunas
pruebas estadísticas inferenciales, centrándonos en las variables de consumo de alcohol y
otras drogas, depresión, HI, CC y MalaP, y su relación con la discriminación y la violencia.
Llevamos a cabo pruebas t de Student y Análisis de Varianzas (ANOVA) para conocer diferen-
cias entre grupos, así como una correlación de Pearson para saber cómo se relacionan las
variables. En la mayoría de los casos presentaremos los resultados por medio de gráficas,
aunque también nos apoyaremos de tablas.

Conociendo Nuestra Diversidad | 28


3
Definición de conceptos

Conociendo Nuestra Diversidad | 29


Orientación sexo-afectiva (OSA) hogar, las características de la vivienda, el
estilo de vida y la escolaridad.
Con este concepto nos referimos específica-
mente a las identidades disidentes sexuales:
gay, lesbiana, bisexual y asexual. Si bien Heternorma/heteronormatividad
reconocemos la discusión que se ha suscita-
do en México entre el uso de “orientación” y Concepto acuñado por Michael Warner
“preferencia”, optamos por utilizar el primer (1993), con antecedentes de Gayle Rubin
término, ya que consideramos que un aspec- (1986) y de Adrienne Rich (1980). Se trata
to sustancial de la OSA tiene que ver con el de la creencia social de que las personas
deseo erótico; un deseo que no es voluntario caemos en dos categorías sexuales (hom-
y que sostiene la construcción de la orien- bre y mujer) de manera complementaria
tación y la identidad sexual. Por otro lado, y que asumimos roles naturales a partir de
el concepto de “preferencia” indica una esa categorización; además de afirmar que
voluntariedad en la aceptación del deseo la heterosexualidad es la única OSA o nor-
homoerótico, cuestión que no sucede en to- ma aceptable y que desde ahí, se echan a
das las personas (Hinojosa y Díaz Betancourt, andar una serie de mecanismos sociopolíti-
2007). Además, nos gusta agregar la idea de cos para regular las expresiones sexuales y
“afecto”, porque consideramos que el con- genéricas de las personas.
cepto “orientación sexual” solo hace refe-
rencia a prácticas sexuales, invisibilizando la
integralidad de la sexualidad. Homofobia

Identidad sexo-genérica (ISEGEN) La homofobia se trata de un prejuicio social,


que toma la forma de actitudes negativas
Con este término, hacemos referencia a la hacia personas con una OSA diferente a la
manera en que cada persona asume y ex- heterosexual y una ISEGEN diferente al sexo
presa su identidad sexual a partir del binario asignado al nacer. Estas actitudes surgen
de género. En específico a las nociones de: cuando se considera que se transgreden es-
hombre, mujer, hombre trans, mujer trans, tereotipos de género, se trata de mecanis-
transexual, travesti, transgénero e intersexu- mos individuales, institucionales y sociocul-
al. En este sentido, es importante reconocer turales que castigan la expresión disidente
que a todas las personas se nos registra con o diferente a la heteronorma y que afecta
un “sexo” al nacer: sexo que se basa en la relaciones e identidades de manera negati-
apariencia de los genitales, mas no en la ex- va. De tal manera, que en este texto, usamos
periencia subjetiva de las personas. La iden- este concepto como uno paraguas, que in-
tidad se puede expresar de manera tempo- cluye a la lesbofobia, bifobia y transfobia, sin
ral o permanente, según los criterios sociales ánimos de invisibilizar las formas de discrimi-
y subjetivos. nación hacia cada identidad. Sin embargo,
consideramos que todos estos tipos de fobia
tienen su sustento en el binario de género
Nivel socio-económico (NSE) (masculino-femenino), por lo que los me-
canismos por los cuales se reproducen estas
Según la AMAI (2015), el índice de niveles fobias son similares y difieren en su expresión.
socioeconómicos permite agrupar a los ho-
gares mexicanos en siete niveles de acuerdo
a su capacidad para solventar necesidades Homofobia Internalizada
de vivienda, tecnología, salud, energía, pre-
vención y desarrollo intelectual. Se basa, so- Es la homofobia que se interioriza por perso-
bre todo, en los ingresos monetarios en cada nas con deseos homoeróticos a través de
Conociendo Nuestra Diversidad | 30
procesos de socialización y enculturación rales durante el contacto sexual. Este con-
en grupos primarios (familia y escuela) y tacto puede incluir partes del cuerpo como
secundarios (comunidad y medios). De la boca, el ano, la vagina o el pene; y los
tal manera, que se trata de una forma de fluidos que suelen cargar al virus o bacteria
violencia simbólica que afecta de manera son el líquido preseminal, el semen, el fluido
directa la vida psicológica de quienes la po- vaginal y la sangre.
seen.

Parentalidad
Motivación a la parentalidad
Se trata de un proceso complejo que in-
Con este término hacemos referencia al volucra distintos tipos de relaciones entre
deseo que tienen las personas para tener hi- madres, padres e hij@s. Dichas relaciones
j@s, el cual suele asociarse con emociones se crean, modifican y negocian a partir de
como la felicidad y con efectos positivos en los arreglos y las prácticas de crianza, por
la familia/pareja. En congruencia con lo an- lo que la capacidad de construir vínculos
terior, este deseo se convierte en una fuente de apego y representarlos mentalmente a
de satisfacción personal que se asocia con manera de experiencias es fundamental.
la propia identidad, por último, puede rela- Utilizaremos este término para referirnos a las
cionarse con el deseo de continuidad tras la formas de convivencia que han desarrolla-
muerte y con ciertos mecanismos de control do personas LGBTTTI con sus hij@s
social, ya que obedece a normatividades
culturales.

Consumo de alcohol y otras drogas

Refiere a la frecuencia, cantidad y situa-


ciones en que las personas consumen bebi-
das alcohólicas y otras drogas ilegales como
marihuana, cocaína y estimulantes, entre
otras.

Depresión

Retomamos la definición de la Organización


Mundial de la Salud (2003) que señala que
la depresión se trata de un trastorno del es-
tado de ánimo que se caracteriza por la
pérdida de la capacidad del individuo para
interesarse y disfrutar de las cosas; alteración
que afecta significativamente la funcionali-
dad de las personas en diferentes áreas de
su vida.

Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)

Virus o bacteria que se transmite de un teji-


do a otro a través de algunos fluidos corpo-

Conociendo Nuestra Diversidad | 31


4
Características
de l@s participantes
Conociendo Nuestra Diversidad | 32
Con el fin de conocer la composición de la comunidad LGBTTTI, preguntamos acerca de su
sexo, OSA, ISEGEN, religión, nivel socio-económico, ocupación y escolaridad. En este sección,
describimos estas características.

Perfil Sociodemográfico
Sexo, identidad sexo-genérica y orientación sexo-afectiva

De 2987 personas que respondieron a esta pregunta, el 68.8% indicaron que se les asignó el
sexo “hombre” al nacer, mientras que al 31.1% se les asignó “mujer”.

De 3651 personas que dieron respuesta a


esta pregunta, con relación a su sexualidad,
el 38% se consideran gay, el 12.7% lesbiana,
el 13.3% homosexual, el 14.9% bisexual, el
1.2% asexual, el 15.2% heterosexual y el 4.2%
queer. En 2008 el 36.2% de las personas que
respondieron a la encuesta de la Marcha
del Orgullo y la Diversidad Sexual en la Ciu-
dad de México se identificaron como gay,
un porcentaje muy similar.

Conociendo Nuestra Diversidad | 33


Con relación a su cuerpo y género, de 2946 participantes encuesta@s, el 66.7% contestó
identificarse como hombre, el 28.1% como mujer, el 1.2% como hombre trans y el 0.9% como
mujer trans.

Conociendo Nuestra Diversidad | 34


1267 35 10 11 8

Los datos de arriba muestran la OSA, considerando su ISEGEN y resultando que: se consideran
gay 1267 hombres, 35 mujeres, 10 hombres trans, 11 travestis y 8 transexuales. Se consideran
lesbiana: 18 hombres, 408 mujeres, 8 mujeres trans y 6 hombres trans. Indicaron OSA homo-
sexual: 423 hombres y 31 mujeres. Respondieron ser bisexuales: 208 hombres, 283 mujeres, 5
mujeres trans y 5 travestis. Por último, se consideran asexuales 15 hombres, 19 mujeres y 7 hom-
bres trans.

Conociendo Nuestra Diversidad | 35


Las imágenes de arriba nos muestran claramente que la mayoría de las personas que
respondieron la encuesta se encuentran entre los 19 y 29 años (55.7%), le siguen las perso-
nas de 30 a 39 años (19.2%), enseguida l@s menores de 18 años, con un porcentaje de 13.8%;
personas de 40 a 49 años con el 7.1%; l@s de 50 a 59 años con el 2.7% y, por último, personas
de 60 años o más representaron el 1.5%.

Esta tabla muestra la distribución de edades agrupando a las personas conforme a su OSA.
Gays: 147 menores de 18 años, 584 de 19 a 29 años, 213 de 30 a 39 años, 78 de 40 a 49 años,
22 de 50 a 59 años y 12 de 60 años o más. Lesbianas: 35 menores de 18 años, 226 de 19 a 29
años, 75 de 30 a 39 años, 24 de 40 a 49 años, 6 de 50 a 59 años y 5 de 60 años o más. Ho-
mosexuales: 45 menores de 18 años, 218 de 19 a 29 años, 71 de 30 a 39 años, 19 de 40 a 49
años, 10 de 50 a 59 años y 6 de 60 años o más. Bisexuales: 98 menores de 18 años, 244 de 19
a 29 años, 64 de 30 a 39 años, 17 de 40 a 49 años, 8 de 50 a 59 años y 6 con 60 años o más.
Asexuales: 7 menores de 18 años, 20 de 19 a 29 años, 2 de 20 a 39 años, 2 de 40 a 49 años y
1 de 50 a 59 años. Heterosexuales: 55 menores de 18 años, 223 de 19 a 29 años, 88 de 30 a 39
años, 47 de 40 a 49 años, 24 de 50 a 59 años y 13 de 60 años o más. Queers: 2 menores de 18
años, 46 de 19 a 29 años, 34 de 30 a 39 años, 15 de 40 a 49 años, 5 de 50 a 59 años y 1 de 60
años o más.

Conociendo Nuestra Diversidad | 36


Llama la atención la falta de representatividad de personas trans, pues sólo el 3.3% de l@s
participantes se identificaron como hombres trans, el 0.84% como mujer trans y como travestis
el 0.6%. Por último, el 0.5% se identificaron como transexuales y 0.95% como transgénero.

Alrededor del 70% de l@s participantes viven en la Ciudad de México y su área metropoli-
tano. En un lejano segundo lugar, se encuentran quienes habitan en la ciudad de Guadala-
jara (3%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 37


La vasta mayoría de l@s encuestad@s fueron Es interesante comparar esta tabla con la
criad@s en el catolicismo, ya que represen- anterior, pues al preguntarles qué religión
tan el 83.9% de la muestra. Si bien el segun- practican en la actualidad, el 52.4% de las
do lugar lo ocupan aquellas personas ateas personas reportaron no practicar ninguna y
y agnósticas (6.9%), existe una diversidad las personas católicas se disminuyeron a un
de religiones mencionadas: 3.1% de evan- poco menos de la mitad (49.6%). Estudios
gélic@s, 1.3% de Testigos de Jehová, 0.9% de anteriores han encontrado que el practi-
mormon@s, 0.5% de judí@ y cristian@s, 0.2% car una religión (específicamente la religión
de musulman@s, politeístas y ortodox@s y católica) aumenta los niveles de homofobia
0.1% de personas que fueron criadas en el (Lozano y Díaz-Loving, 2009). Puede ser que
budismo y la cábala. l@s participantes dejaron de practicar la
religión católica debido a las prácticas ho-
mofóbicas que reproduce la Iglesia Católi-
ca como institución.

En esta gráfica mostramos la religión practicada actualmente por l@s encuestad@s según
su OSA. La religión mayormente practicada es la católica, seguido del ateísmo. En la gráfica
siguiente, según ISEGEN, los resultados se invierten, es decir, el ateísmo se convierte en la
primer opción de respuesta y le sigue el catolicismo.

Conociendo Nuestra Diversidad | 38


Nivel educativo y profesión

En cuanto al nivel educativo de l@s participantes, 22 tienen un nivel de educación básica


incompleta, 58 básica completa, 240 media incompleta, 407 media completa, 722 superior
incompleta, 1041 superior completa y 471 posgrado, por lo que se trata de personas con altos
niveles educativos.

Conociendo Nuestra Diversidad | 39


Poco menos de la mitad de l@s participantes
siguen estudiando, lo que probablemente
explica que mas de la mitad de las perso-
nas encuestadas no alcanzan el nivel supe-
rior completo. A continuación graficamos el
nivel de estudios de l@s participantes según
OSA e ISEGEN.

Los datos señalan que en todos los casos, la mayoría de las personas cuenta con educación
superior completa, seguida de educación superior incompleta y posgrado. Existe la misma
tendencia en cuanto a ISEGEN.

Conociendo Nuestra Diversidad | 40


El porcentaje de estudiantes es el mayor, pues representa el 40.4%; 28.8% de las personas en-
cuestadas son profesionistas, y; 21.1% emplead@s. El que sólo el 0.1% se identifique como NINI
contrasta con los alrededor de 4 millones de mexicanos entre 14 y 24 años que ni trabajan ni
estudian (Negrete y Leyva, 2013). Lo anterior puede servir como apoyo a la idea de que el
concepto y las categorías LGBTTTI pertenecen a grupos urbanos y clasemedieros.

Conociendo Nuestra Diversidad | 41


Nivel socio-económico (NSE) e ingresos mensuales

El promedio de los ingresos mensuales de l@s participantes es de 1,392.65 pesos mexicanos,


con una desviación estándar de 5,261.69. Esto indica que existe una gran varianza, pues por
un lado sabemos que muchas personas encuestadas no tienen ingresos propios, y por otro,
dentro de l@s participantes que sí generan ingresos, hay hasta quien gana $90,000 pesos
mensuales. Es posible que una gran proporción de encuestad@s dependa economicamente
de sus familias.

Casi la totalidad de l@s participantes ganan un salario mínimo o menos. Sin embargo, la pre-
gunta con la que se midió esta variable no toma en cuenta si dependen económicamente
de alguien más, lo cual puede explicar por qué la media de ingresos es tan baja. Esta
afirmación se ve respaldada por los datos mostrados en la siguiente gráfica:

Conociendo Nuestra Diversidad | 42


Debido a que más del 60% de las personas que contestaron el cuestionario no tienen ingresos
propios y dependen de sus padres, es plausible concluir que se dedican exclusivamente a
estudiar. Los datos recabados permitieron clasificar a l@s participantes en distintos niveles
socio-económicos, según los indicadores de AMAI. AB indica un nivel alto, con ingresos
elevados y un estilo de vida que permite expandir los gastos en servicios y productos que por
mucho rebasan la canasta básica, mientras que el nivel E hace referencia a un nivel bajo,
con pocos ingresos y la única posibilidad de ejercerlos en servicios básicos y productos de la
canasta básica.

Conociendo Nuestra Diversidad | 43


La mayor parte de las personas encuestadas pertenecen a una clase C+, seguido de C- y D+,
lo que significa que la mayoría de l@s participantes pertenecen a la clase media, por lo que
presumiblemente utilizan sus ingresos para productos y servicios básicos, pero también tienen
la posibilidad de gastar en entretenimiento y recreación. Solo un 3% de la muestra tiene los
ingresos suficientes para ser clasificad@s como AB, por lo que pueden gastar en productos y
servicios de lujo como, viajes, belleza, automóviles, comunicación y recreación.

Conociendo Nuestra Diversidad | 44


La gráfica de arriba muestra que el mayor número de participantes se ubica en el nivel C,
destacando las OSAs queer, gay y homosexual. La misma tendencia aplica para los NSE
más altos (AB y C+). Para los niveles C- a D, los números más altos corresponden a personas
bisexuales, homosexuales y lesbianas.

Llama nuestra atención que para los NSE altos (AB) y el más bajo (D) sólo aparecen hombres
y mujeres. Las personas trans (transgénero y transexuales) se encuentran al centro de la dis-
tribución y van desde un nivel C+ a un D+, por lo cual podemos inferir que existen recursos
económicos suficientes para invertir en el cambio de identidad y de cuerpo. Las siguientes
gráficas ayudan a poner los datos anteriores en perspectiva. Por ejemplo, vemos que la per-
sona que aporta el mayor ingreso al hogar donde viven las personas encuestadas tiene estu-
dios superiores concluidos, a diferencia del participante.

Conociendo Nuestra Diversidad | 45


Conociendo Nuestra Diversidad | 46
La gráfica anterior señala que la mayor parte de las viviendas de las personas encuesta-
das son relativamente amplias, pues cuentan con 3 y 5 habitaciones. Consideramos que
se trata de un privilegio en un país como el nuestro en el que millones de personas viven
hacinadas.

Pese a lo anterior, la gran mayoría de las viviendas cuentan con uno o dos baños con regade-
ra y WC. El 6% reportó que no tenían regadera funcionando en su hogar, lo cual representa
una cifra elevada para habitantes de la Ciudad de México.

Conociendo Nuestra Diversidad | 47


Poco menos de una tercera parte de las personas LGBTTTI no cuenta con automóvil
propio en el hogar donde vive y el 11% tiene más de dos, no obstante, casi una tercera
parte utiliza transporte público.

Finalmente, los datos muestran que más del 80% de los hogares de l@s participantes tienen
algún acabado en el piso. Los datos recabados sobre los ingresos y el nivel socio-económico
de la comunidad LGBTTTI de la Ciudad de México, muestra que la mayoría se ubica en un
nivel medio, específicamente C-, C y C+. Esto significa que priorizan gastos en educación,
entretenimiento, comunicación y ahorro, así como vestido y calzado, salud y cuidado de
su hogar. Cabe aclarar que cuando miramos los datos por individuo, vemos a personas con

Conociendo Nuestra Diversidad | 48


pocos ingresos, que estudian y que dependen económicamente de sus familias. No obstan-
te, al mirar los hogares donde viven estos individuos, observamos que viven en hogares que
pertenecen a un nivel medio, distinción que debe de tomarse en cuenta para generar líneas
de acción e intervención

Consideramos importante subrayar que las personas que se definen como “queer” suelen
tener mayores ingresos y, por lo tanto, pertenecer a un NSE alto (AB). Ocurre algo similar con
hombres gay (AB y C-), pero las mujeres lesbianas se clasifican de C para abajo. Las personas
bisexuales se ubican en niveles más bajos (entre C y D). Otro dato interesante es que las
personas trans no aparecen ni en el nivel AB ni en el D, de tal manera que no suelen formar
parte de las orillas. En términos generales, los datos indican que la comunidad LGBTTTI: goza
de ciertos privilegios monetarios; tiene altos niveles de educación, y; que no sólo cubren con
todas sus necesidades básicas (hogar, servicios y salud, por mencionar algunos), sino que
puede darse lujos en telecomunicaciones y distintas formas de entretenimiento (computado-
ras, celulares, bares, discotecas, restaurantes y cine).

Datos como estos sustentan una discusión vigente en la academia mexicana de qué tan
extenso puede ser el concepto “gay” o “LGBTTTI”. En general, estas polémicas no han sido
publicadas y sostienen que se trata de conceptos urbanos y clasemedieros (Lozano-Verduz-
co y Rocha en 2015; Vargas, 2014). Los debates han usado principalmente argumentos históri-
cos (Laguarda, 2009) y políticos (Vargas, 2014), pero carecen de referencias cuantitativas. En
esta muestra encontramos datos empíricos que pueden sustentar que en efecto lo LGBTTTI
aplica sobre todo para las clases medias urbanas. Por un lado, las clases altas, debido al
privilegio económico, social y posiblemente político, no requieren de nombrarse bajo alguna
identidad disidente, puesto que tienen la mayoría de sus necesidades cubiertas y este estatus
les protege de algún tipo de subordinación social por el ejercicio de su sexualidad. Recor-
demos que estos conceptos nacieron con la intención de dialogar con el Estado para re-
solver necesidades específicas a través de políticas públicas (De la Dehesa, 2010; Diez, 2010;
Mogrovejo, 2008). Por otro lado, podemos pensar que las clases más bajas no cuentan con el
acceso a espacios y contextos que les acerquen a estos conceptos y, por lo tanto, carecen
de cierto capital cultural que les permita comprender dichos conceptos y su aplicabilidad
para su vida personal. En este sentido, las clases más bajas tienen acceso a otros conceptos
que denotan una jerarquía en el orden sexual y dificultan la vida cotidiana. Ejemplos de lo an-
terior son las denominaciones “jota”, “marica”, “vestida”, “choto” y “mampo”, por mecionar
algunas (Núñez, 2009; Prieur, 2008).

Conociendo Nuestra Diversidad | 49


5
Manejo corporal y
salud de personas trans
Conociendo Nuestra Diversidad | 50
Nuestro contacto con activistas y
académic@s nos permiten especular que
las investigaciones, registros y visibilidad de
la comunidad trans ha ido en aumento en
los últimos años en nuestro país y ciudad. Po-
demos suponer que esto se debe a la fuerte
organización de parte de sus miembros,
pues han demandado que se echen a an-
dar políticas públicas para el reconocimien-
to de su identidad, transición y salud. Evi-
dencia de lo anterior, fue la modificación al
Código Civil del Distrito Federal realizada por
la Asamblea Legislativa del DF en el 2014. En
esta modificación, se simplifica el cambio de
identidad de género ya que no se requieren
pruebas periciales ni juicios para otorgarle
este derecho a las personas trans.

Pese a lo anterior, consideramos que algu-


nas problemáticas relevantes para la salud
física de personas trans no han sido aborda-
das. Por ejemplo, la inyección de siliconas
y aceites en distintas partes del cuerpo, así
como el acceso a procesos de hormoni-
zación y cirugías. Un centro pionero para
brindar tratamientos hormonales a personas
trans es la Clínica Condesa de la Secretaría
de Salud del DF, en donde, en teoría, las per-
sonas trans pueden acceder a los mismos
bajo supervisión médica. En este sentido,
nos interesó conocer diferentes aspectos del
manejo corporal y la salud de las personas
trans para comparar estos resultados con
los obtenidos en el 2012. Para ello, incluimos
más preguntas que en la encuesta previa. A
continuación, podrán ver los resultados.

Conociendo Nuestra Diversidad | 51


De las personas entrevistadas que se iden-
tificaron como trans, sólo el 32.2% habían
utilizado hormonas, mientras que la mayoría
(67.8 %), no las había utilizado. Al momento
de la encuesta, el 11.3% seguían usando hor-
monas. Estos porcentajes son mucho meno-
res que los reportados por Brito y sus co-
laboradores (2012), pues encontraron que
el 60% de las personas trans encuestadas
habían usado o usaban hormonas. Esta di-
ferencia se puede deber a varias razones.
La primera, que los cambios legales y jurídi-
cos han promovido movilizaciones sociales
que postulan mayor libertad para el cuer-
po y la identidad, es decir, poder vivir una
identidad con la que las personas se sien-
ten cómodas, sin tener que recurrir a cam-
bios en el cuerpo que sean “acordes” a la
identidad asumida. Podemos observar que
el 81.4% de las personas trans que utilizan o
utilizaron hormonas lo hicieron a través de
algún servicio profesional de salud; el 12.8%
nunca ha recibido orientación sobre el uso
de hormonas; el 1.9% las obtuvo de gru-
pos activistas u ONG’s; el 2.6% a través de
otra persona trans, y; el 0.8% indicó que las
adquirió a través de otra fuente. Es alenta-
dor saber que la mayoría de personas trans
accede a su proceso de hormonización a
través de un profesional de la salud, lo cual
permite suponer que no pone en riesgo su
estado de salud, empero, continúa llaman-
do la atención que existe porcentaje que
nunca ha recibido orientación sobre cómo
usar las hormonas. Este dato indica la impe-
rante necesidad de que el personal de los
sistemas públicos de salud esté capacitado
en los procesos de transición, así como en
las herramientos bio-médicas y tecnológicas
que pueden facilitar este proceso y, prin-
cipalmente, estar sensibilizados en cómo
afecta la transfobia en la vida cotidiana y
de salud de las personas trans.

Del total de entrevistad@s que se conside-


ran trans (115), el 98.3 % nunca han utilizado
silicona, reduciéndose a 0.9% (una persona)
que sí la ha utilizado; el 2.8% se ha someti-
do a una cirugía estética con fines de reas-
ignación sexo-genérica. Las dos personas
Conociendo Nuestra Diversidad | 52
que afirmaron operarse, reportaron mastec- importancia como antes. Podríamos pensar
tomía (extirpación de las glándulas mama- que el eje articulador de la identidad trans
rias), aumento de glúteos y vaginoplastia pasa a ser los significados atribuidos al sí-mis-
(construcción de una vagina). Estos núme- mo, haciendo a un lado la presentación del
ros son considerablemente menores que los cuerpo (sin que esto signifique que el cuer-
encontrados en la encuesta anterior, lo cual po deje de ser referente en la construcción
refuerza la hipótesis referida al cuerpo. Cabe identitaria). Nos parece que estos cambios
aclarar que en la encuesta del 2012, no se pueden atribuirse al trabajo público que ha-
preguntó sobre las cirugías. El 76.9% de las cen figuras trans que no necesariamente se
personas trans que decidieron hacerse una han sometido a intervenciones quirúrgicas.
cirugía para reasignación sexo-genérica En este sentido, podemos pensar en hom-
acudieron a una clínica u hospital privado bres trans con busto y vulva, y mujeres trans
en México, el 11.5% fueron operados en el sin senos y con pene, sin que estas carac-
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), terísticas corporales les minimice su vivencia
7.7% acudieron a grupos activistas u ONG’s identitaria.
y el 3.8% se le realizó la cirugía en la ciudad
de Nueva York en Estados Unidos.

En general, estos últimos datos señalan un


ingreso monetario suficiente para invertir en
la atención médica privada, lo cual podría
señalar que son personas trans con un nivel
socio-económico C+, o bien, personas que
se dedicaron a ahorrar lo suficiente.

De las personas entrevistadas, el 99.3% in-


dicó que no se ha inyectado aceite y el 0.7
% indica que sí lo hizo. El 80% se inyectó el
busto y el 20% no especificó en qué parte
lo hicieron. El 83.3% de las personas trans
encuestadas indicó que no tuvo complica-
ciones de salud por inyectarse aceite, pero
el 16.7% sí las tuvo. Es importante mencionar
que ésta práctica es muy peligrosa para la
salud y que cualquier sustancia que entre
en nuestro cuerpo puede causar diferentes
reacciones, incluso provocar la muerte. En
particular la silicona y los aceites suelen
adherirse al tejido muscular y pueden llegar
a provocar necrofilación en esos tejidos, al
grado de tener que realizar amputaciones.
Es necesario consultar a profesionales de la
salud antes de introducir cualquier sustan-
cia en nuestro cuerpo por muy inocua que
parezca.

Los datos permiten pensar que el concepto


“trans” a sufrido resignificaciones en los últi-
mos años, en donde la referencia básica del
cuerpo y cómo se presenta ya no toma tanta
Conociendo Nuestra Diversidad | 53
6
Convivencia,
conyugalidad y familia
Conociendo Nuestra Diversidad | 54
En este apartado reportamos los datos relevantes a la vida familiar y de pareja de las per-
sonas que contestaron el cuestionario. Esto implica saber con quienes viven, qué pasa con
su vida en pareja y en la relación con sus familias nucleares, así como las expectativas para
iniciar y formar su propia familia.

La mayoría de las personas entrevistadas (67.1%) viven solas; le siguen las que viven con su
madre (12.5%); con su padre (8.3%), con sus hermanos (5.3%), con su pareja (4.2%) y el resto
que alcanza menos del 1% viven con amigos, abuelos, tíos, primos y padrinos. Este resultado
es muy peculiar, ya que en la encuesta llevada a cabo por el CLAM (2012), la mayoría de los
entrevistados de la comunidad LGBTTTI, vivían con su familia.

Situación de pareja

Sobre su vida en pareja, podemos observar que son muy pocos los que se encuentran casa-
dos, pues representan solo el 4.8%, mientras que l@s solter@s el 51%; l@s que están saliendo/
noviando el 28.16%; l@s juntad@s el 13.5%; las personas en sociedad de convivencia represen-
tan el 2.28%; en concubinato el 0.1%; con pareja abierta el 0.03% y viud@ el 0.03%. Debemos
recordar que se trata de una muestra relativamente joven (aproximadamente entre 18 y 35
años), lo que podría abonar a comprender la alta frecuencia de personas solteras. Si bien las
instituciones del matrimonio y de la pareja son importantes en nuestra sociedad (ejemplo de
ello la demanda por parte de la comunidad LGBTTTI por incluirse en ellas), los datos de esta
gráfica señalan una postergación para adquirir matrimonio (en términos cronológicos). Otra
explicación puede ser que debido a la reciente aprobación del matrimonio en la Ciudad
de México, que la comunidad LGBTTTI aún está en proceso de incorporar esta meta en su
proyecto de vida. Desde otra perspectiva, se puede especular, que esta comunidad cues-
tiona la institución matrimonial como una figura que reproduce la heteronormatividad, sobre
todo la idea de monogamia, fidelidad y permanencia de la pareja.

Conociendo Nuestra Diversidad | 55


*Los porcentajes suman más del 100% porque algunos/as participantes viven con más de una de las opciones proporcionadas en el cuestionario.

La situación de pareja más común para personas que se identifican como gay, homosexual,
bisexual y asexual, es la soltería; seguido de estar saliendo/noviando; de estar en pareja sin
estar casad@s o en sociedad de convivencia; l@s que están casad@s y, por último; l@s que se
encuentran en sociedad de convivencia. El que la última opción para vivirse en pareja sea la
sociedad en convivencia, puede deberse al desconocimiento de dicha figura jurídica, pues
el 55% de las personas entrevistadas la desconocen. Del grupo que se identifica como asexu-
al, sólo hay personas solter@s y saliendo/noviando. Las personas que se identifican como les-
bianas, en su mayoría están saliendo/noviando, después siguen las solteras, juntadas, casa-
das y en sociedad de convivencia. Llama la atención que las lesbianas prefieren sentirse en
pareja (aunque sea “saliendo”), en comparación con las demás OSAs. Esto se puede deber a
diferencias de género. En general, los estereotipos de la feminidad permiten que las mujeres
muestren sus afectos de manera continua a comparación de los hombres y que se sientan
más valiosas al estar en pareja. En cambio, las normas de la masculinidad dificultan que los
hombres expresen abiertamente una gama amplia de emociones e intimidad, además de
que promueven las relaciones sexuales con múltiples parejas, por lo que no se vuelve priori-
dad tener una pareja monógama en su plan de vida. En cuanto a las personas asexuales, la
poca investigación al respecto señala que existe un grupo de asexuales romántic@s y otro
de asexuales sexuales (Graham, 2007), lo que significa que hay personas asexuales que no
desean mantener actividades sexuales genitalizadas, pero sí vincularse románticamente con
otr@s. Cuando vemos la situación de pareja según la identidad sexo-genérica, encontramos
datos similares y congruentes con lo reportado con anterioridad.

Conociendo Nuestra Diversidad | 56


Conociendo Nuestra Diversidad | 57
Respecto al tiempo de duración de pareja, en el grupo de personas gay, la mayoría (34%)
tiene de 2 a 3 meses junto a su pareja; le sigue el 30% que tiene menos de 1 mes; 15% tiene
de 4 a 5 meses; 15% llevan de 6 a 10 meses juntos; 3.6% son los que tienen más de 20 meses;
y por último el 2.6% que tiene entre 11 y 20 meses en la relación de pareja. Cuarenta y nueve
porciento del grupo de lesbianas tienen menos de 1 mes en su relación; 5.9% tiene de 2 a 3
meses; 2.3% de 6 a 10 meses; y 1.3% de 4 a 5 meses de relación. Del grupo de homosexuales,
27.3% tiene menos de un mes en su relación de pareja; 9.1% de 2 a 3 meses; 7.8% de 6 a 10
meses; 6.5% de 4 a 5 meses; 4.5% tienen más de 20 meses; y solo el 2.7% tienen entre 11 y 20
meses de relación. Del grupo de bisexuales, el porcentaje de l@s que tienen menos de un
mes es de 39%; después 17.5% que tienen de 6 a 10 meses; le sigue 14.4% que tienen de 2 a 3
meses de relación; 11.2% que tienen de 4 a 5 meses; y por último 3.5% que tienen de 11 a 20
meses. De los 6 que se consideran asexuales, dos terceras partes tienen menos de 1 mes de
relación y el restante 6 a 10 meses. Los porcentajes descritos no suman 100 debido a que se
calcularon incluyendo a las personas solteras.

Parentalidad

El 98% de las personas entrevistadas respondió no tener hijo@s. Una primera explicación surge
al explorar la edad de l@s encuestados, pues el 55.7% tiene entre 19 y 29 años de edad, por
lo que se trata de personas jóvenes que pueden postergar la decisión de convertirse en p/
madres. A diferencia de las personas heterosexuales que tienen el “derecho natural”
de tener hijos/as, las personas con OSA/ISEGEN disidentes tienen que ganarse ese derecho
inclusive ante sí mism@s (Haces, 2006). Uno de los mayores obstáculos para que las personas
LGBTTTI se conviertan en madres o padres es la percepción social, pues deben de justificar ser
“buenos padres”. En la misma línea, podemos sugerir la influencia de la HI, es decir, el rechazo
sistemático de las propias personas homosexuales hacia su orientación sexual (Castañeda,
1999). Para muchas personas LGBTTTI la parentalidad no representa siquiera una opción de
vida (Lozano & Jiménez, 2010); podemos suponer que se trata de adultos con modelos alter-
nativos de vida.

Conociendo Nuestra Diversidad | 58


Casi 7 de cada 10 personas tuvieron hij@s
por medio de relaciones sexuales, por lo que
para las personas encuestadas en las que la
parentalidad se encontraba en su proyec-
to de vida, su OSA o ISEGEN no frustró sus
planes. Es decir, hay personas LGBTTTI que
independientemente de su OSA o ISEGEN
han tenido o tienen relaciones sexuales con
personas de otro sexo, cuestión que les per-
mite recurrir a esa opción para lograr tener
hij@s. El 12.8% de estas personas tienen una
pareja con hij@s que consideran suy@s y el
8.3% de las personas con hij@s respondieran
que adoptaron legalmente. Estos números
indican la posibilidad de que el deseo ho-
moerótico o las identidades sexuales y de
género diversas no tienen porque disociarse
automáticamente del deseo de convertirse
en m/padres.

La mayoría de las personas que indicaron


tener hijos/as son mujeres (55.2%). En el caso
de los varones, el 39% reportó tener hij@s: 36
gays y 11 homosexuales específicamente.
Este interesante dato nos habla de hombres
que flexibilizan y desestabilizan los roles de
género de la crianza, pues quiebran el mo-
delo heterosexual y patriarcal de la familia
(Laguna, 2013). Poco sabemos sobre la pa-
rentalidad trans, sin embargo, es muy signifi-
cativo que el 5.5% de personas con hij@s se
identifican como trans.

Conociendo Nuestra Diversidad | 59


*Para calcular estos porcentajes se comparó la misma categoría de OSA o ISEGEN. Es decir, se especifica el porcentaje de personas que tienen
hijos en comparación con las personas de esa categoría que no los tienen tienen.

Conociendo Nuestra Diversidad | 60


Motivación a la parentalidad

Una vez que finalizamos con la estadística descriptiva, procedimos a realizar compara-
ciones entre las personas que ya tienen hijo@s y aquellas que no en diferentes vari-
ables. Existen diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la aceptación
de la heterosexualidad entre personas con y sin hij@s (p=.001), pues las personas con
hij@s puntúan más alto en esta variable, lo que señala la posibilidad de que las per-
sonas LGBTTTI con hij@s se apeguen a un modelo heteronormativo que promueve la
formación de una familia y que se relaciona con la aceptación de la heterosexu-
alidad. De manera inversa, las personas sin hij@s tienen más temor al rechazo social
(p=.04) y han vivido mayores niveles de violencia (p=.01). Esto indica que aquellas per-
sonas LGBTTTI que crían infantes se apegan a la heteronorma y son vistas como menos
amenazantes ante la sociedad homofóbica. Es decir, el hecho de tener hij@s es una
forma de ser aceptad@ en una sociedad que tradicionalmente discrimina y margina a
aquellas OSAs e ISEGENs disidentes.

En segundo lugar, buscamos asociaciones entre la motivación a la parentalidad y


otras variables del estudio. Encontramos que correlaciona con aprobación de la
heterosexualidad y temor al rechazo social, lo cual va en la misma línea de lo que
argumentamos en el párrafo previo. Resulta interesante que existen asociaciones es-
tadísticamente significativas entre la motivación a la parentalidad y el puntaje global
de depresión, así como con la CC. Es posible que p/madres LGBTTTI además hayan en-
contrado la manera de construir comunidad entre ell@s, fortaleciendo así su sentido de
conexión comunitaria. En cuanto a la salud, esta correlación señala que las personas
con mayor motivación a la parentalidad, presentan menores niveles de depresión, indi-
cando que ante la posibilidad de cumplir una meta de vida como la de ser p/madres,
disminuyen estos malestares emocionales.

Realizamos un análisis de varianza (ANOVA) de un factor para comparar las respuestas


de l@s encuestad@s por su ISEGEN y su OSA. La variable dependiente fue la motivación
a la parentalidad. Sólo encontramos una diferencia estadísticamente significativa en-
tre lesbianas y personas asexuales (p=.03), lo cual indica que las lesbianas entrevista-
das están más motivadas a convertirse en madres que l@s asexuales. A lo largo de la
historia, las mujeres lesbianas que han deseado convertirse en madres, han accedido
a la maternidad principalmente por medio de relaciones sexuales con hombres, técni-
cas de reproducción asistida y adopción (Mamo, 2010). El hecho de que l@s bebés se
gesten en su cuerpo les brinda cierto control anatómico sobre el cómo, cuándo y con
quién convertirse en madres. Aunado a esto, la feminidad está íntimamente ligada
a la maternidad (Lagarde, 2003) de manera que el discurso heteronormativo puede
continuar presente y matizar las prácticas de las mujeres lesbianas. Dicho esto, hace
sentido pensar que las mujeres lesbianas estén más motivadas a tener hij@s que las
personas asexuales, en primer lugar, porque no sabemos si quienes se definieron como
tales pudieran ser hombres, lo cual complejizaría este cuadro y, en segundo y a manera
de hipótesis, el que la persona asexual no sienta atracción sexual y/o romántica resulta
mucho más transgresor de la heteronorma y puede tratarse de personas que no sólo
cuestionen y disidan de la supuesta normalidad del deseo y el romanticismo, sino tam-
bién la “naturalidad” de la parentalidad.

1 Preferimos alejarnos del concepto familia, pues remite a un grupo social que tiene su origen en el matrimonio monógamo formado por un hombre, una
mujer y sus infantes, en donde los miembros cuentan con ciertos derechos y prohibiciones sexuales y encontramos útil el concepto de parentalidad, pues
entendemos que la OSA y la ISEGEN no interfieren con el ejercicio de labores de crianza de las personas.

Conociendo Nuestra Diversidad | 61


“Asumirse”

Los porcentajes suman más del 100% porque algunos/as participantes han compartido su identidad LGBTTTI con más de una de las opciones del
cuestionario.

Conociendo Nuestra Diversidad | 62


Según los datos recabados, l@s participantes
se asumieron LGBTTTIa la edad promedio de
10.03 años con una desviación estándar
de 9.01 años. De l@s participantes, 47.08%
había sostenido relaciones sexuales con
personas de otro sexo y el 16.96% no había
tenido relaciones sexuales con alguien de su
mismo sexo. El promedio de edad del primer
encuentro sexual con alguien de otro sexo
fue de 18.11 años, con una desviación es-
tándar de 5.9 años. El promedio de edad del
primer encuentro sexual con una persona
del mismo sexo fue de 18.12 años con una
desviación estándar de 1.97 años. Esto indi-
ca que la OSA e ISEGEN no necesariamente
se construyen a partir de las prácticas sex-
uales con personas del mismo sexo, sino que
puede obedecer a un deseo erótico muy
íntimo que encuentra dificultades en expre-
sarse en prácticas (Lozano, 2014). Además,
vemos que primero suele ocurrir la relación
sexual con alguien de otro sexo y poco tiem-
po después, la relación sexual con alguien
del mismo sexo, lo cual puede asociarse con
la HI y con las dificultades que las personas
LGBTTTI tienen para asumirse.

Conociendo Nuestra Diversidad | 63


7
Sociabilidad y
uso de internet
Conociendo Nuestra Diversidad | 64
En este apartado reportamos los datos de preguntas sobre los lugares y espacios que fre-
cuenta la comunidad LGBTTTI, con particular énfasis en la forma que usan el internet.

En relación con los lugares que frecuentan


l@s participantes encuestados, predominan
“Bares y antros” ya que un 88.7% acude a
estos espacios, por lo que casi 9 de cada
10 participantes frecuenta o conoce antros
“de ambiente”. Sólo un 1.3% de las personas
encuestadas señalaron visitar “saunas/cuar-
tos obscuros”, lo cual contrasta con el 46.7%
de los varones reportados en la encuesta de
2008. En l@s encuestados existe una tenden-
cia a visitar lugares muy concurridos para
intercambiar y socializar.

De acuerdo con datos de la Asociación


Mexicana de Internet, menos del 50% de
la población total mexicana tiene acce-
so a internet. Encontramos que el 79.5% de
l@s participantes refieren entrar a sitios de
internet LGBTTTI, lo cual denota la enorme
penetración que tiene el internet en la co-
munidad LGBTTTI mexicana. El/la usuari@
promedio de internet es joven y pertenece
a un nivel socio-económico C/D+, carac-
terísticas coinciden con las de la muestra
que aquí reportamos.

Conociendo Nuestra Diversidad | 65


Entre l@s participantes encuestad@s que refieren visitar algún sitio de internet LGBTTTI, prácti-
camente 8 de cada 10 (79.9%) entran con el fin de encontrar con quien tener sexo. Lo anterior
es un fenómeno muy interesante que lo entendemos como una consecuencia del movi-
miento feminista y queer. La liberación sexual -desde hace ya varias décadas- permitió que
las mujeres se re-apropiaran de sus cuerpos, exploraran el erotismo y el placer, y se pronun-
ciaran por una sexualidad más permisiva y gozosa. Desligar a la vida sexual de la procreación
y de la heterosexualidad, ha permitido que las personas lleguen a nuevos arreglos donde no
es necesario involucrarse sentimentalmente (y/o comprometerse). Actualmente existe cierta
apertura a nivel social para buscar una o varias personas para tener sexo y la comunidad
LGBTTTI no ha tenido empacho en hacer uso de la tecnología y aprovechar las facilidades
que ofrece. Amistad e información representan el segundo y tercer lugar de respuesta. No
obstante, debido a que los hombres gay y bisexuales contestaron el cuestionario en mayor
proporción que las mujeres, este alto porcentaje de búsqueda de sexo se puede deber a
características de la masculinidad hegemónica que presentan los hombres que contestaron
el cuestionario. Si bien los movimientos feministas y queers cuestionan el orden de la heteronor-
matividad, una característica de la masculinidad hegemónica es la comprensión del cuerpo
como preparado para el ejercicio sexual constante. Los resultados de la enculturación bajo
estas normas masculinas pueden estarse reflejando en estos resultados.

Es importante comprender que desde la última vez que se aplicó la encuesta, ha aumen-
tado el uso de teléfonos inteligentes y sus diferentes “apps”, entre ellas aplicaciones cuyo
propósito es localizar a personas cercanas con quienes entrar en contacto. Es posible que
debido a este cambio tecnológico, las personas acudan en menor medida a baños y saunas
con el fin de encontrar sexo sexo, pues usan el internet para lograr este fin.

Conociendo Nuestra Diversidad | 66


Conociendo Nuestra Diversidad | 67
Cuando les solicitamos a las personas
encuestadas que indicaran qué si-
tios de internet frecuentan resultaron
38 dominios web. Pese a lo anterior,
dos son las respuestas que abarcan
un poco más de la mitad de respues-
tas: páginas de Facebook (33.8%) y
Soy Homosensual (21.1%). Un lejano
tercer y cuarto lugar lo ocupan Co-
munidad Gay (5.6%) y Manhunt (4.9%)
respectivamente. Si bien no tenemos
certeza sobre el contenido que l@s
entrevistad@s consultan, por lo menos
la última mención (sitio) está dirigida a
varones identificados como gay, ho-
mosexuales o bisexuales. Al hacer una
búsqueda del sitio “Comunidad Gay”
en internet, encontramos que tam-
bién se trata de un grupo en Face-
book.

Conociendo Nuestra Diversidad | 68


Con el propósito de obtener una visión más detallada del uso de internet entre l@s distint@s
integrantes de la comunidad LGBTTTI, realizamos un cruce por OSA e ISEGEN. La hipótesis que
planteamos anteriormente se fortalece, pues los varones reportan mayores porcentajes de
consumo de contenidos electrónicos con fines de encontrar sexo. Sobresale notoriamente
la búsqueda de sexo vía electrónica, pues el 78% de los hombres gays reportaron hacerlo,
así como el 67% de los hombres homosexuales y el 53.2% de hombres bisexuales. Este dato
contrasta con el 7.2% de mujeres lesbianas que utilizan a la tecnología para buscar sexo ca-
sual. La mayoría de las mujeres identificadas como lesbianas ingresan a la red para buscar
información (37.7%) y para conocer amig@s (34.8%). Entre 4 y 7 de cada 100 personas LGBTTTI
entran a sitios web para conocer personas para platicar (e.g. 2.8% de hombres gays y 7.2%
de mujeres lesbianas), por lo que más que la interacción cibernética, la tecnología se utiliza
para concretar citas cara a cara, sea para tener sexo o para formar una posible amistad. Se
trata de un dato interesante, pues derriba la idea de que los dispositivos electrónicos pueden
sustituir a las relaciones humanas. Más bien, la tecnología permite construir nuevas formas de
relacionarnos. Además, el alto porcentaje de buscar sexo casual por parte de varones, nos
permite pensar en su identidad (que es disidente por su OSA) como una que no se aleja por
completo de las normas de la masculinidad hegemónica y que priorizan los placeres sexuales
centrados en el cuerpo y los genitales, sobre otro tipo de interacción social.

Conociendo Nuestra Diversidad | 69


8
Discriminación y
violencia
Conociendo Nuestra Diversidad | 70
En este apartado documentamos las formas desfavorable o de desprecio inmerecido a
en que la comunidad LGBTTTI se ha sentido determinada persona o grupo, que aunque
discriminada o violentada directamente. Es- en ocasiones no percibimos, la causamos o
tos datos son relevantes debido a que dan recibimos.
luz sobre la manera en que esta comunidad
percibe y entiende los actos violentos y dis- Las preguntas están hechas de tal forma
criminatorios y ayuda a comprender sus ex- que se pueda observar el contexto donde
periencias. Este bloque del cuestionario fue se vivió la discriminación y la violencia, así
tomado del CLAM, pero agregamos dos pre- como quién la ejerció. También pregunta-
guntas más que retomamos de la encuesta mos si se hizo algo al respecto para detener
aplicada en Santiago de Chile. o denunciar estos actos, así como los resul-
tados de la queja si es que se llevó a cabo.
En la presente encuesta decidimos que Esto permite entender en qué ámbitos se vive
era pertinente ofrecer una definición de con mayor frecuencia la discriminación y la
discriminación para introducir a la sección. violencia, si la comunidad LGBTTTI acude a
Proveímos de la definición de discriminación alguna instancia para denunciar los hechos,
generada por el CONAPRED, ya que se y si éstas cumplen su meta final de detener
utiliza en las leyes federales y locales. De- y sancionar estos actos. Finalmente, com-
cidimos incluir esta definición porque en paramos los datos obtenidos en esta en-
investigaciones anteriores (Lozano, 2014) se cuesta, con los encontrados en la Encuesta
ha visto que le significado psicológico de aplicada en el 2008 (Brito y cols, 2012).
los conceptos “discriminación” y “violencia”
pueden variar mucho de manera subjetiva
(Lozano y Delgado 2010). De acuerdo con lo
estipulado por Meyer (2003), cuando se tra-
ta de investigar violencia y discriminación en
contra de alguna minoría, se vuelve nece-
sario usar mediciones objetivas, con defini-
ciones operacionales claras. Esto debido
a que la manera en que cada persona de
esa minoría entiende la violencia y discrimi-
nación puede verse afectada por su propio
estatus de subordinación, es decir, lo que
para las minorías se entiende como vi-
olencia difiere de lo que la percepción
mayoritaria estipula como tal, resultando
en una dificultad para denunciar y actuar
según la ley.

Entendemos como discriminación a “…toda


exclusión, restricción o distinción de trato que
se ejerce sobre las personas en función de
alguna característica, visible o supuesta, de
su personalidad o identidad que tenga por
efecto impedir o anular el reconocimiento
o el ejercicio de los derechos y la igualdad
de oportunidades de las personas” (Artículo
4 de la Ley Federal para Prevenir y Erradicar
la Discriminación). En otras palabras, aque-
llas prácticas que consisten en dar un rato
Conociendo Nuestra Diversidad | 71
Encontramos que el 83.6% de los/as parti- queers, asexuales, entre otr@s).
cipantes ha vivido alguna forma de discrimi-
nación y que el 83.8% ha sido víctima de al- Comenzamos preguntando si la persona en-
guna forma de violencia en algún momen- trevistada vivió situaciones discriminatorias
to de su vida y en alguno de los contextos debido a su orientación sexo-afectiva y/o su
más relevantes para el desarrollo personal. identidad sexo-genérica. Mencionamos 15
Estos porcentajes son mayores a los reporta- formas de discriminación: 1) no haber sido
dos por Brito y sus colaboradores (2012). Esa contratad@ o haber sido despedid@ de al-
encuesta reportó un 73% de discriminación gún trabajo; 2) te prohibieron la entrada o
y un 76.2% de violencia. Si bien el aumento permanencia en algún comercio o local de
no es grande, es relevante de considerarse entretenimiento; 3) haber sido mal atendid@
porque puede indicar varias cosas. La pri- en servicios de salud o por profesionales de
mera, que en efecto hay un aumento de la salud; 4) se te negó un servicio de salud;
discriminación y violencia hacia las personas haber sido discriminad@ en: 5) tu lugar de
LGBTTTI; o segundo, que el tema de discrimi- estudio; 6) por un grupo de amig@s; 7) por
nación y violencia por homofobia se ha me- vecinos; 8) haberte impedido donar san-
diatizado en los últimos años y las personas gre; haber sido excluid@ o marginad@ de;
que son blanco de alguna de estas formas 9) tu ambiente familiar; 10) de un ambiente
de agresión tiene más claro qué prácticas la religioso; haber sido maltratad@ verbal o
constituyen y les facilita más denunciarla a físicamente por: 11) policías judiciales; 12)
través de un cuestionario. En cualquier caso, guardias de seguridad; 13) haber sido mal-
los índices son sumamente altos y requieren tratad@ por policías o mal atendid@ en el
de atención e intervención para lograr que ministerio público; 14) haber sido discrimi-
disminuyan y las personas LGBTTTI puedan vi- nad@ por militares, y; 15) haber sido derivad@
vir libres de agresiones. o haber recibido atención psicológica.

La diferencia en los números puede indicar


que en efecto, la frecuencia de violencia y
discriminación en contra de la comunidad
LGBTTTI ha bajado significativamente de-
bido a los protocolos, recomendaciones,
manuales y capacitaciones que se imple-
mentan desde diferentes organismos tantos
gubernamentales como no gubernamen-
tales. Los cambios legales sobre derechos de
personas LGBTTTI pueden estar generando
cambios profundos, donde las expreisones
de homofobia se conciben como política-
mente incorrectas y en tanto.

Discriminación

En la presente sección documentamos las


formas y grados de discriminación vividas
por las personas LGBTTTI entrevistadas debi-
do a su orientación sexo-afectiva y/o a su
identidad sexo-genérica. Esta sección del
instrumento fue aplicada exclusivamente
a quienes declararon una identidad no
heterosexual (e.g. gays, lesbianas, trans,
Conociendo Nuestra Diversidad | 72
A diferencia de los porcentajes reportados en la página anterior, se calcularon comparando el total
de respuestas por cada pregunta (no la suma de respuestas de todas las preguntas), por lo que fue
posible calcular porcentajes de acuerdo a cada contexto de discriminación”. Destaca que donde
sufren de mayor discriminación las personas entrevistadas es en su vida personal: su entorno más inme-
diato. Un poco más de un tercio de las personas LGBTTTI fue derivada a recibir atención psicológica
(32.2%), al final de la sección puntualizaremos sobre cómo se abordó el tratamiento y si continuaron
con el mismo. En congruencia con los resultados de la encuesta realizada en 2008, la discriminación
se da sobretodo en los “ámbitos más primarios de socialización de las personas” (Brito et al., 2012,
p. 54). El 30.1% de los y las entrevistad@s sufrió de discriminación en su lugar de estudio; el 33.2% fue
discriminado por amig@s; el 30.8% fue discriminad@ en su ambiente religioso; el 26.9% por vecin@s, y;
el 23.6% por parte de su familia, por lo que entre un cuarto y un tercio de las personas LGBTTTI sufrieron
de discriminación primaria. Dentro de la esfera pública, alrededor de una cuarta parte de l@s entre-
vistado@s fueron impedidos para donar sangre (18.4%) y discriminad@s por judiciales (17.2%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 73


Los mayores porcentajes de discriminación
son para personas trans, pues van del 17.39%
al 22.8%. En una situación similar se encuen-
tran el 12% de las lesbianas entrevistas y el
8% de las personas gay. Seguidamente, 8.6%
homosexuales y 7.8% bisexuales sufrieron
de este mismo tipo de discriminación. Casi
el 8% de hombres y 8.8% de las mujeres en-
trevistadas no fueron contratadas o fueron
despedidas de su empleo, debido a su sexo.
Por último, el 8.3% de las personas queer y
asexuales reportaron no haber sido contra-
tadas o despedidas. Estas cifras nos hacen
pensar que todas aquellas manifestaciones
que salgan de la heteronorma permean el
ámbito laboral, sobretodo en términos de
contratación y despido, lo cual denota im-
portantes niveles de transfobia, bifobia, ho-
mofobia y lesbofobia dentro de las empre-
sas. Si las personas son contratadas por sus
competencias profesionales, el que se com-
porten de manera distinta a la expectativa
social o el hecho de que compartan con sus
compañeros/as su ISO y/o su ISEGEN genera
incomodidad dentro de su ambiente de tra-
bajo y termina, a la postre, en su exclusión.

Conociendo Nuestra Diversidad | 74


Si bien el orden de las frecuencias es muy
similar al de la gráfica anterior, en la inmen-
sa mayoría de los casos éstas aumentan,
lo cual subraya cómo la presión social por
mantener la supuesta “normalidad” en los
lugares públicos de recreación impera. Las
sexualidades periféricas y sus performa-
tividades incomodan al desafiar el orden
establecido, de manera que este tipo de
discriminación parece ser una prohibición
a que las identidades LGBTTTI ocupen espa-
cios públicos. En primer lugar, a las personas
que mayormente desafían el binomio mas-
culino-femenino se les ha negado el ingre-
so o la permanencia en espacios públicos:
al 20% de las personas transexuales y trans-
género; al 15.6% de los hombres trans; al
11.7% de las personas travestis, y; al 8.7% de
las mujeres trans. En segundo lugar, al 16.7%
de las personas queer; al 12% de las perso-
nas gay y homosexuales; al 11.3% de las les-
bianas; al 10.7% de l@s bisexuales, y; al 8.3%
de las personas asexuales no se les permitió
el ingreso o la permanencia en espacios de
comercio/entretenimiento.

Conociendo Nuestra Diversidad | 75


Las personas queer (30.5%), trans (transexuales, Las personas transgénero (42.8%) fueron las que
30%, hombres trans, 28.1%; transgénero, 22.8%, sufrieron mayor discriminación en su lugar de es-
mujeres trans, 17.4%), y; travestis, 11.8%, y tudio, seguidas de personas transexuales (35%).
las asexuales (22.2%) son las que más repor- En tercer lugar, hombres trans (34.4%), seguidos
tan haber sido mal atendidas por profesionales de hombres gay y homosexuales (entre el 31 y
de salud en lo particular, o por los servicios en el 32%) lesbianas, mujeres y bisexuales (entre el
lo general. En el caso de las mujeres (13.5%), el 25 y 26%) y mujeres trans, pansexuales, queer y
sistema patriarcal dominante dentro de las insti- asexuales (entre el 22 y 25%). Se trata de un
tuciones puede priorizar la atención a varones dato muy alarmante pues entre una de cada
(11.1%). Estas frecuencias indican una dificultad tres y una de cada cuatro personas de la comu-
de la comunidad a poder atender su salud. En nidad LGBTTTI han sido discriminadas en su lugar
congruencia con lo anterior, lesbianas (14.3%), de estudio. Estas cifras, nos hacen pensar sobre
personas bisexuales (13.3%) homosexuales la urgencia de generar intervenciones psicoedu-
(11.5%) y gay (11.3%) han sido discriminadas en cativas para promover la no discriminación.
instituciones de salubridad.

Conociendo Nuestra Diversidad | 76


Recordemos que un tercio de las personas
entrevistadas fue discriminada por su grupo
de amistades, lo que representa la respues-
ta mayormente elegida. Esto es un dato
muy importante, pues es uno de los ámbi-
tos más importantes de socialización donde
muchas personas LGBTTTI buscan refugio
tras el rechazo familiar (que suele ocurrir
posterior a que alguna persona LGBTTTI
sale del clóset, ver List [2005] y Lozano y
Díaz-Loving [2009]) y, paradójicamente,
pueden ser re-victimizadas. Este tipo de
discriminación suele ser velada o encubierta
utilizando recursos de violencia pasiva como
las burlas. No sorprende que los hombres
(33.7%) y las personas gay (32.8%) y homo-
sexuales (35.3%) sean las que reportan este
tipo de discriminación más frecuentemente.
“Puto”, “rajado”, “marica” y/o “joto” son ex-
presiones comunes de homofobia que escu-
chamos en el lenguaje cotidiano y su efecto
agresivo es neutralizado bajo el argumento
de tratarse de una broma. En esta misma
línea, ser “vieja” y todo lo relacionado con
lo femenino es también denostado (mujeres,
30.6%; lesbianas, 29.3%) (Castañeda, 1999;
Cruz, 2002).

Conociendo Nuestra Diversidad | 77


Casi una de cada dos personas trans ha sido dis- A más hombres (20.1%) que a mujeres (14%) se
criminada por vecin@s (50% transexuales, 46.9% les ha impedido donar sangre. Una de cada
hombres trans). Gays, lesbianas, mujeres y ho- cuatro personas transexuales y hombres trans no
mosexuales (27%), bisexuales, hombres, queer, han podido donar (25%). Entre el 22 y el 20% de
pansexuales y mujeres trans (25%) les siguen. Re- los hombres, mujeres trans, gays, homosexuales,
sulta importante hablar de la discriminación por transgénero y queers han sido impedidas para
parte de vecin@s, ya que tienen una incidencia donar sangre. En la gráfica relacionada con los
relevante en la vida privada de la comunidad servicios y el personal de salud, hablamos so-
LGBTTTI. bre los prejuicios con los que carga y suele ser
etiquetada la población LGBTTTI, por lo que su
supuesta promiscuidad y prácticas sexuales de
alto riesgo han sido utilizadas como argumen-
tos para que no “pongan en peligro a las y los
demás”. Trevestis y asexuales (11.1%) no están
exentos de la pérdida de este derecho.

Conociendo Nuestra Diversidad | 78


En esta gráfica es notorio el aumento en las
frecuencias de respuesta, lo que ilustra con
mayor especificidad de lo que se subrayó
en la gráfica inaugural de esta sección: la
familia continúa siendo uno de los centros
donde personas LGBTTTI sufren de mayor
discriminación. La elección identitaria de
las personas trans trastoca los cánones pre-
establecidos sobre los roles masculinos y fe-
meninos, lo cual suele generar reacciones
emocionales muy fuertes en sus familiares ya
que cuestiona visiblemente la congruencia
“esperada” entre sexo y género. Las cifras
son muy preocupantes, pues encabezan la
lista las mujeres trans (45.85) y entre el 33 y el
37% de las personas transgénero, asexuales
y queers. Estos altos índices concuerdan
con hallazgos anteriores, que señalan que el
espacio de mayor homofobia es la familia
(Lozano y Díaz-Loving, 2009).

Conociendo Nuestra Diversidad | 79


Las perspectivas religiosas judeo-cristia-
nas promueven una moral heterosexual,
excluyendo a aquellas prácticas e identi-
dades que la cuestionan (Bárcenas, 2015) .
Dicho esto, quisiéramos puntualizar que, de
acuerdo con los datos que recabamos, mu-
chas personas LGBTTTI viven su espiritualidad
de maneras distinta a la judeo-cristiana y en-
tienden a los postulados religiosos desde una
óptica diferente e inclusiva de la diversidad
sexual y de género. Dicho en otras palabras,
tener una ISEGEN u OSA disidente no implica
un alejamiento de la religión, pero si de una
resignificación de los valores judeo-cristianos
y el acercamiento a instituciones religiosos
inclusivas. Las instituciones religiosas y sus
portavoces son quienes suelen emitir juicios y
mensajes discriminatorios: quienes se adjudi-
can el derecho de aprobar y rechazar distintas
formas de vida. Las personas que reportaron
más frecuentemente haber sido margina-
das de ambientes religiosos nuevamente
son trans (45% transgénero y transexuales).
Alrededor de 30% de gays (30.2%), ho-
mosexuales (33.6%), bisexuales (28.9%) y
lesbianas (30.6%) sufrieron discriminación
religiosa, pues su orientación va en sentido
contrario a la procreación, reproducción y
heterosexualidad obligatoria.

Conociendo Nuestra Diversidad | 80


Las personas que más reportaron maltrato
por parte de guardias de seguridad fueron:
pansexuales (37.5%), transgénero (25.7%) y
travestis (22.2%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 81


Si bien las frecuencias son muy similares a las
reportados en la página previa –guardias de
seguridad-, consideramos que en este caso,
la discriminación es mucho más grave, pues
los policías judiciales son servidores públicos
que deben actuar conforme a derecho.
Pese a que la transfobia, lesbofobia, bifobia
y homofobia son considerados delitos en la
Ciudad de México y a que existen políticas
marco que buscan combatir y erradicar la
discriminación, en muchas ocasiones suelen
quedar en papel. El que una de cada cu-
atro personas transgénero (28.6%), mujeres
transexuales, pansexuales y queers (25%) y
23.5% de las personas travestis que respon-
dieron reporten haber sufrido discriminación
por parte de judiciales denota la importancia
de trabajar en la sensibilización con este y
otros sectores; la necesidad de “bajar” es-
tas políticas y realizar trabajo intersectorial
y multiarticulado, sobre todo al considerar que
las fuerzas policiacas existen para proteger a la
ciudadanía y no para discriminarla.

Conociendo Nuestra Diversidad | 82


Pansexuales (37.5%) y personas trans (trans-
género, 20%; travesti, 16.7% y; transexuales,
15%) son las que mayormente reportan
haber sido discriminad@s en Ministerios Públi-
cos. Sabemos por medio de otras encuestas
e indicadores que los índices de confianza
en las autoridades por parte de la población
mexicana son muy bajos (Consulta Mitofsky,
2014), de manera que son pocas las perso-
nas que denuncian y mucho menos las que
obtienen la correcta atención y seguimien-
to. El recibir un trato discriminatorio en los
ministerios públicos nos preocupa, puesto
que señala una forma de revictimizar a las
personas que ya fueron a denunciar algún
hecho previo de violencia/discriminación.

Conociendo Nuestra Diversidad | 83


Nuevamente pansexuales (25%) y personas
trans (transgénero, 22.8%; travestis, 11.1%, y;
transexuales, 10%) son las que más respond-
ieron esta ser discriminad@s por el ejército.

Conociendo Nuestra Diversidad | 84


Recordemos que el 32.2% de las personas
entrevistadas fueron derivadas para recibir
atención psicológica, lo cual es un arma de
dos filos, pues por un lado puede tratarse de
una recomendación bien intencionada que
busca que las personas asuman su ISEGEN y
su OSA libres de culpa -así como encontrar
recursos para fortalecerse y lidiar con la so-
ciedad-, pero por el otro, puede ser produc-
to de la estigmatización y patologización del
colectivo LGBTTTI al ser consideradas perso-
nas anormales que deben ser “curadas”.
Lo que resalta que es que casi una tercera
parte de las personas encuestadas fueron
“derivadas” a un proceso terapéutico, es
decir, se les recomendó, exhortó u obligó a
asistir a ese proceso. Esto indica una visión
que patologiza por parte de quien emitió
dicha recomendación.

Conociendo Nuestra Diversidad | 85


Para tratar de responder a la interrogante Resalta el hecho de que el 60.9% de las per-
que planteamos con anterioridad, pregun- sonas encuestadas no continuaron con el
tamos a l@s encuestad@s cómo había sido tratamiento, lo cual puede tener, entre otras
abordado el tratamiento psicoterapéutico: posibilidades, varias explicaciones: por un
resulta una excelente noticia que casi tres lado, el hecho de que el acompañamien-
cuartas partes (72.4%) de las terapias se ori- to emocional haya sido eficiente en poco
entaron a ayudar a asumir la OSA y la ISEGEN tiempo y que hayan considerado no necesi-
de las personas y sólo el 27.6% (n=252) se ori- tarlo más, o que continúen los prejuicios en
entó a reparar su condición, es decir a tratar las y los terapeutas, de manera que aunque
de orientarles a los supuestos heteronormati- discursivamente la terapia no debía de en-
vos. Más allá del acto político y que activis- caminarse en la “reparación”, de manera
tas gays ganaron la batalla contra la Asoci- inconsciente o no verbal, sí lo hizo. Quizá
ación Psiquiátrica Americana al remover en una homofobia implícita en las y los profe-
1973 a la homosexualidad egodistónica y en sionales puede causar la huída de los paci-
1983 la egosintónica del Manual Diagnósti- entes al sentirse poco cómodos en un espa-
co de Enfermedades Mentales y en 1990 de cio que está hecho para sentir justamente
la Clasificación Internacional de Enferme- lo contrario. También se pueden considerar
dades de la Organización Mundial de la Sa- otras razones, como que las personas no se
lud, parece que l@s profesionales de la salud sintieron del todo cómodas, que sintieron
están realizando un cambio paradigmático que resolvieron la problemática por la cual
que parte de una comprensión distinta de asistieron, que sus recursos económicos no
las subjetividades y de tratamientos más ad- les permitió continuar, entre otras.
hoc a la experiencia subjetiva de las identi-
dades LGBTTTI. No obstante, resalta que un
porcentaje importante de personas repor-
taron que la terapia se orientó a “reparar su
condición”, señalando que aún existe una
tendencia desde la mirada biomédica que
comprende lo LGBTTTI como enfermo.

Conociendo Nuestra Diversidad | 86


Violencia

Los datos señalan que 31% de las personas encuestadas han vivido algún tipo de violencia
debido a su OSA y/o su ISEGEN. Puede parecer un número “bajo”, sin embargo, el que casi
una tercera parte de una minoría viva estas experiencias es una de las razones por las cuales
sigue en un estatus minoritario. Los totales de cada columna suman más del 100% por que hay
personas que reportan haber vivido más de un tipo de violencia. Las formas más comunes
fueron “burlas”, en un 71%, seguido de “insultos/amenazas” en un 53% y “acoso sexual” en
un 34%.

Conociendo Nuestra Diversidad | 87


El grupo que reportó el nivel más alto de En cuanto a extorsiones y chantajes, nueva-
experiencia de violencia sexual como vícti- mente las personas transgénero llevan la
mas fueron las mujeres trans (26%). Le siguen delantera con un 27.3%, seguido de mu-
las personas transgénero (24%), asexuales jeres trans (21.7%), gays (17.3%), hombres
( 18. 7 % ) , h o m b r es tr a n s (1 6 .1 %), hom o- (16.6%), homosexuales (16.5%), asexuales
sexuales (13.9%), hombres (12.5%), gays (15.6%), bisexuales (13.9%), mujeres (10.11%),
(12.4%), queers (11.43%), mujeres (11.2%) y lesbianas (10.1%), y queer (8.6%).
por último lesbianas (10.61%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 88


Los porcentajes de acoso sexual son bastan-
te más altos en comparación con otras for-
mas de violencia y son las mujeres trans las
que llevan la delantera con un 50%; seguidas
de las personas transgénero, 48.5%; travestis
(44.4%), homosexuales (38.4%); asexuales
(37.%), hombres (36.6%), gays (35.8%),
hombres trans (32.2%), transexuales (31.6%),
queer (31.4%), lesbianas (30.7%) y mujeres
(30.6%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 89


En cuanto a agresiones físicas, nuevamente
las personas transgénero presentan las fre-
cuencias más altas (42.4%), seguidas de
mujeres trans (30.4%), transexuales (30%),
hombres trans (22.6%), travestis (22.2%), ho-
mosexuales (21.9%), queers (20%), gays
(19%), hombres (18.9%), bisexuales (14.1%),
lesbianas (13.1%), mujeres (11.57%), y
asexuales (9.4%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 90


Las burlas fueron la forma de violencia más
común entre las personas participantes. Las
mujeres trans reportaron la mayor frecuen-
cia (91.3%), seguidas de transexuales (85%),
travestis (83.3%), asexuales (78.1%), hombres
trans (77.4%), gays (76.4%), hombres (74.7%),
queers (74.3%), homosexuales (73.9%), trans-
géneros (72.7%), bisexuales (66.8%), lesbi-
anas (63.9%), y mujeres (63.1%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 91


Las personas transexuales fueron las que
reportaron haber sido blanco de insultos y
amenazas con mayor frecuencia (70%), se-
guidos de mujeres trans (65.2%), de personas
transgénero (60.6%), homosexuales (57.5%),
gays (57.5%), hombres (56.1%), hombres trans
(54.8%), queers (51.4%), lesbianas (49.7%),
asexuales (46.9%), bisexuales (46.8%), mu-
jeres (46.8%) y travestis (44.4%).

Conociendo Nuestra Diversidad | 92


En cuanto a ser agredid@s permite entender a ese cuerpo
por una pareja casual, ob- como uno disponible para la
servamos que las personas violencia física o la sexualidad.
transgénero reportan mayores Por otro lado, aquellos cuer-
niveles (12.1%), seguidas de pos que se leen como mujeres,
travestis (11.1%), homosexuales pero que transgreden las nor-
(10.5%), hombres trans (9.7%), mas de género, si son mirados
gays (9.5%), hombres (9.4%), como cuerpos que pueden
mujeres trans (9.1%), queers ser violentados de diferentes
(8.8%), bisexuales (7.7%), a- formas. Nos parece que esto
sexuales (6.2%), mujeres (5.4%), tiene que ver con las normas
transexuales (5.3%) y lesbianas de género, ya que en gene-
(5.2%). Por pareja casual en- ral, a las mujeres lesbianas se
tendemos a una pareja con les dirige menos homofobia
quien se haya salido o inclusive explícita en comparación con
sostenido relaciones sexuales, hombres gay (esto sin contar
pero que no existe una relación la homofobia que las invisibili-
afectiva o amistosa cercana, za como colectivo). Es posible
en otras palabras , se trata de que las lesbianas sean percibi-
una pareja a la que se conoce das como cuerpos que trans-
desde hace poco tiempo. greden a un espacio “mascu-
lino”, propio de los hombres.
Estos datos llaman la atención, Por otro lado, es posible que se
específicamente los porcen- perciba a los cuerpos hombres
tajes de mujeres y lesbianas, (gays y mujeres trans) como cu-
puesto que los datos nacio- erpos e identidades que trans-
nales recogidos por el Institu- greden a un espacio “femeni-
to Nacional de Estadística y no” y propio de las mujeres.
Geografía muestran que casi Habrá que añadirle a esta
la mitad de las mujeres de la transgresión la idea de poder
Ciudad de México han vivido que atraviesa las relaciones
algún tipo de violencia a lo lar- de género. En este sentido, se
go de su vida por parte de su puede percibir que las mujeres
pareja o en su ámbito comuni- lesbianas intentan “apropi-
tario (INEGI, 2014). En cambio, arse” de un poder patriarcal y
son las personas transexuales masculino (que al parecer, no
y las mujeres trans las que se merece algún tipo de castigo
acercan al porcejante de la o violencia), y que los hombres
entidad. Lo anterior ayuda a gay y hombres que transicio-
reflexionar sobre la condición nan a ser mujeres “renuncian”
de mujer y de lesbiana dentro a un poder masculino que se
de la comunidad LGBTTTI, pues les otorga por el simple hecho
podríamos pensar que la lec- de nacer con cierto tipo de cu-
tura que se hace del cuerpo erpo y que esta “renuncia” es
mujer-lesbiana es una que no merecedora de castigo social
a través de la violencia.

Conociendo Nuestra Diversidad | 93


Conociendo Nuestra Diversidad | 94
L@s participantes consideran las agresiones
físicas como las más graves, seguido de la vi-
olencia sexual, y en menor medida la violen-
cia verbal y psicológica (insultos, amenazas
y burlas). La violencia que vive la comuni-
dad LGBTTTI suele ocurrir principalmente en
lugares públicos y en sitios de estudio, lo cual
es de suma importancia, ya que las perso-
nas encuestadas encuentran difícil sentirse
segur@s en espacios fundamentales para la
vida cotidiana. Sorprende que en más del
65% de los casos, la violencia fue ejercida
por personas conocidas o amistades y, en
segundo lugar, por desconocid@s.

Más del 80% de las personas violentadas no


acudieron a ninguna institución para denun-
ciar los hechos violentos. Aquellas que efec-
tivamente optaron por denunciar, asistieron
a las comisiones construidas con el fin de pre-
venir y sancionar la discriminación y en se-
gundo lugar, decidieron platicarlo con per-
sonas de confianza. Debemos de recordar
que CONAPRED no tiene la facultad de san-
cionar, sino únicamente emite recomenda-
ciones, por lo que sus acción es valiosa, pero
limitada. Lo anterior puede explicar que en
casi el 100% de los casos denunciados, no
cesó la violencia.

Conociendo Nuestra Diversidad | 95


9
Salud sexual,
salud reproductiva y
salud mental
Conociendo Nuestra Diversidad | 96
En este apartado mostramos los análisis que El 46.6% reportó que tienen relaciones
hicimos con datos referentes a tres áreas de sexuales con mujeres. Estos datos pueden
la salud: la salud sexual, la salud reproducti- indicar una variedad de cosas. Primero, que
va y la salud mental. Para el área de salud la OSA e ISEGEN son independientes de las
sexual y la salud reproductiva, aplicamos prácticas sexuales que sostienen las per-
preguntas especificas para personas que sonas. Es decir, aunque las mujeres que se
fueron asignadas como mujeres al nacer y identifiquen como lesbianas o bisexuales,
otra serie de preguntas para personas asig- en algún momento han tenido relaciones
nadas como hombres al nacer, y otro grupo sexuales con varones, y además, mantienen
de preguntas para tod@s l@s participantes. relaciones sexuales con mujeres en menor
medida que con hombres. En segundo lu-
Salud sexual y salud reproductiva de personas que gar, quizá existen errores metodológicos, es-
fueron asignadas “mujeres” al nacer. pecíficamente en la manera de preguntar,
pues “relaciones sexuales” puede ser tan
amplio o preciso como lo interprete quien
contesta. No obstante, podemos especular
que en un marco heteronormativo y patriar-
cal, la sexualidad suele ser genital, falocén-
trica y con fines orgásmicos. De tal manera
que se puede llegar a pensar que las mujeres
no mantienen relaciones sexuales porque no
existe un pene que penetre (cuestión que
también abona a la invizibilización de las
Del total de encuestadas, 75.8% había teni- mujeres lesbianas y bisexuales). Estos datos
do relaciones sexuales con hombres. Esto también pueden señalar una especie de flu-
independientemente de su OSA como lesbi- idez y permisividad en las prácticas sexuales
anas o bisexuales. que no necesariamente se refleja en la OSA
ni en la identidad (Cañizo y Salinas, 2010).

Poco más del cincuenta y un porciento de


las encuestadas reportó que al momento de Más de la mitad de las encuestadas repor-
contestar, seguían manteniendo relaciones taron acudir al ginecólogo por lo menos
sexuales con hombres. una vez al año, una práctica que ayuda a
procurar su salud sexual y reproductiva. La
revisión ginecológica resulta importante en
la prevención y tratamiento de diferentes
tipos de infecciones vaginales, en la super-
visión de los ciclos menstruales y, en la pre-
vención de enfermedades de mayor grave-
dad como algunos cánceres (de mama, de
ovario y cervico-uterino).

Conociendo Nuestra Diversidad | 97


virus se da en los cuerpos-mujer. Las mujeres
que tienen sexo con otras mujeres no están
excluidas, a pesar de que existen algunos
mitos en torno a la salud sexual de las mu-
jeres lesbianas y bisexuales (ILGA, 2012).

Más del 60% de las mujeres contestaron que


se hacen el autoexamen de senos periódica-
mente, esto con el fin de identificar bultos en
las mamas que pueden ser indicadores de
cáncer y de melanomas.

Menos del 40% de las mujeres encuestadas


reportaron usar un método de barrera en
su última relación sexual, lo cual es preocu-
pante si consideramos que una proporción
importante de ellas mantiene relaciones
sexuales con hombres. La literatura médica
Menos de la mitad de las mujeres encuesta- indica que son pocas las posibilidades de
das señalaron hacerse el papanicolau por adquirir alguna ITS entre dos mujeres; que se
lo menos una vez al año. Este examen es trata de algo sumamente complejo y prácti-
de suma importancia para la prevención y camente imposible. No obstante, esta visión
detección del virus del papiloma humano ha sido cuestionada como una perspectiva
(VPH). Los datos señalan que aún faltan mu- androcéntrica y patriarcal que nuevamente
jeres por apropiarse de algunas prácticas invisibiliza los malestares de las mujeres, in-
de salud, lo cual indica falta de información cluyendo la posibilidad de adquirir alguna
referente a sus cuerpos y al cuidado de los ITS durante prácticas sexuales entre mujeres
mismos, o de una dificultad en el acceso a (ILGA, 2012; Vergara, 2012). Pese a lo ante-
los servicios de salud. Los datos nacionales rior, nuestros resultados pueden hablar de
señalan que 16.3 y 11.3 de cada 100 mil mu- varias cosas: en primer lugar, reforzar el sa-
jeres fallecen al año por cáncer de mama ber hegemónico de que entre mujeres “no
o cáncer cervico-uterino, respectivamente hay riesgo” (o que son mínimos); en segundo
(INMUJERES, INEGI, 2014). De acuerdo con lugar, el reflejo de otro saber hegemónico,
Hernández-Girón y sus colaboradores (2005), esto es que los condones y otros anticon-
México tiene una de las tasas más altas de ceptivos de barrera disminuyen el placer y
mortalidad por cáncer cervical, ya que el las sensaciones físicas durante la práctica
VPH es una de las ITS más frecuentes y se sexual; en tercer lugar, consecuencia del
considera un agente causal del mismo. desconocimiento sobre el uso adecuado
y el acceso a estos métodos, y; en cuar-
En nuestro país las políticas de salud se han to lugar, dificultad en el acceso a dichos
enfocado en la prevención y tratamiento de métodos.
las mujeres, dejando a un lado el papel que
juegan los varones en esta infección. Sabe-
mos que sólo los hombres portan y transmit-
en algunas cepas del VPH sin que se expre-
sen en sus cuerpos, empero, la expresión del
Conociendo Nuestra Diversidad | 98
Salud sexual y salud reproductiva de personas asig- sentido, la práctica sexual no es nece-
nadas “hombres” al nacer. saria para identificar un deseo homoerótico
y construir una OSA a partir de ella.

En cuanto a los varones, menos del 40% re-


portaron haber tenido relaciones sexuales
con mujeres antes del momento actual,
mientras que poco más del 17% indicaron
seguir teniendo relaciones sexuales con mu-
jeres. Al comparar hombres con mujeres,
Son mucho menos los hombres que man-
tienen relaciones sexuales con personas de
otro sexo, en comparación con las mujeres
encuestadas.
Un porcentaje relativamente bajo de
varones se hace una revisión testicular
periódica. De acuerdo con Saavedra y
sus colaboradores (2009), el cáncer testi-
cular es el tipo de cáncer más frecuente en
hombres jóvenes de entre 20 y 35 años en
México. A pesar de que representa el 1% de
tumores malignos, se especula que su inci-
Estos datos pueden hablar desde el deseo dencia va en aumento. La revisión periódica
erótico casi exclusivo hacia otros varones, de los testículos puede ayudar a identificar
hasta las limitaciones sociales que establece formaciones poco comunes y a prevenir el
la cultura gay en la Ciudad de México que desarrollo de este tipo de cáncer. Un por-
castiga o prohíbe la posibilidad de encuen- centaje bajo como el que muestra la gráfi-
tros sexuales con mujeres (Lozano, 2014). ca tiene que ver con algunos mandatos de
la masculinidad hegemónica que estipulan
que como hombres, no tenemos porqué
sentirnos mal, que debemos aguantar cual-
quier tipo de dolor y no acudir al médico y
que nuestro cuerpo es invencible (de Keijzer,
2014).

Más del 80% de los encuestados reportaron


haber tenido relaciones sexuales con otro
hombre. Existe un porcentaje importante
de varones que no reportó tener relaciones
sexuales con otro hombre. Dichos hallazgos
señalan la posibilidad de construir una OSA
gay o bisexual sin la práctica sexual. En este
Conociendo Nuestra Diversidad | 99
Un poco más de 1 de cada 10 hombres se haberlo usado. El uso del condón entre hom-
ha hecho alguna vez el exámen de prósta- bres que tienen sexo con hombres (HSH) ha
ta. De acuerdo con Merayo-Chalico y sus sido ampliamente promovido por el sector
colaboradores (2009), se detectan 185 mil salud en México desde los años noventa
nuevos casos de cáncer de prostata al año (García, Andrade, Maldonado y Morales;
y entre el 4 y el 20% son incidentales, es decir 2009) debido principalmente a la epidemia
que se detectan circunstancialmente. Los del VIH/SIDA. Según la literatura en salud
autores también indican que este tipo de pública, es más probable la transmisión de
cáncer frecuentemente se diagnostica en este virus a través de la penetración anal,
personas asintomáticas y sin enfermedades por lo tanto, el método de barrera es el más
localizadas, lo cual subraya la necesidad de efectivo para su prevención. Los HSH siguen
que se realicen revisiones periódicas. La for- siendo la población que muestra mayores
ma más común, eficaz y eficiente de emitir tasas de infección por este virus, a pesar de
un diagnóstico es palpando la prostáta a los esfuerzos realizados para incorporar el
través del recto. Según Sáez y Carrascosa condón a la vida sexual de hombres gay,
(2011), el someterse a un examen como este por lo que sorprende que el porcentaje de
puede prevenir entre 10 y 15% de cánceres hombre que utilizaron condón en su última
en la población masculina a nivel mundial. relación sexual sea tan bajo. Consideramos
Si bien el examen vía anal es una podero- que las políticas se han centrado en hom-
sa herramienta, consideramos que el cu- bres gay y bisexuales y no en otras identi-
erpo masculino se construye como si fuera dades sexuales donde también se practica
impenetrable. En esta muestra en partícu- el sexo anal.
lar, donde podríamos especular que existen
prácticas de penetración anal, también se En los últimos años las comunidades de hom-
ve un porcentaje bajo de la práctica de bres que practican “sexo a pelo” (sexo sin
prevención del cáncer de próstata. Lo an- condón) han ganado popularidad: a esta
terior se puede deber no necesariamente a práctica se le ha denominado desde países
un temor a ser penetrado analmente, sino anglo-parlantes como “bareback”. De acuer-
por la idea de “hombre” como un cuerpo do con Aguilar (2010), el bareback no existia
que no vive afectaciones de salud. A pesar en México, ya que esta práctica involucra
de que las prácticas e identidades sexuales a hombres que se identifican como “gay”
de los hombres gay y bisexuales son diversas y que buscan propositivamente el sexo
a las normas masculinas, no existe aún una sin condón y según los análisis de esta au-
apropiación de prácticas de salud, lo cual tora, los hombres gay mexicanos no bus-
también puede ocasionarse por falta de in- caban construir comunidad a partir de esta
formación y de políticas preventivas en ma- práctica, como si sucede en países como
teria de salud. Estados Unidos. Pese a lo anterior, el con-
cepto “bareback” se ha incorporado a la
salud pública sin contextualizarlo de mane-
ra cultural (Cuadra-Hernández y cols. 2014).
De acuerdo con los hallazgos de Lozano
(2015a), existen hombres gay en México que
practican el sexo sin condón sin considerarse
“barebackeros” porque desconcen el térmi-
no (al ser importado de países anglo-parlan-
tes) o por que no buscan deliberadamente
el sexo sin condón, sino que la negociación
En cuanto al uso del condón u otro método del uso del mismo se ve interrumpida duran-
anticonceptivo de barrera, poco más del te la práctica sexual por diferentes razones.
60% de los hombres encuestados reportaron El mismo autor encuentra hombres gay se-
Conociendo Nuestra Diversidad | 100
ropositivos que sí buscan este tipo de sexo y así, teóricamente no habría virus que trans-
aún así no se nombran “barebackeros”. mitir, aunque se lleven a cabo prácticas
sexuales de riesgos. El acceso a las pruebas
Independientemente del concepto que se para detectar el virus puede representar
utilice (aunque sí resulta relevante para pla- una dificultad importante. En los institutos de
near intervenciones), resulta innegable el seguro social, es necesario acudir varias oca-
riesgo que implica la penetración anal sin siones para la prueba, y los costos de los ser-
condón, pues no sólo se trata de un proble- vicios privados son elevados.
ma de salud para la persona que lo practi-
ca, sino que implica un problema de salud
pública por los recursos que se deben mo-
vibilizar para atenderlo y la calidad de años
de vida que pierden las personas con VIH.
Ante este panorama, existen grupos minori-
tarios de hombres gay que cuestionan las
nuevas medidas de salud pública, especifi-
camente el uso del condón, con intenciones
de vindicación política, ya que buscan ex-
plorar formas de placer sexual fuera de la
normatividad y así derrumbar estigmas en
contra de las personas portadoras de VIH,
exigiendo al estado generar otras medidas
de tratamiento y prevención (Adam, 2010;
Califia, 2000; Krimp, 1989).

Salud sexual y salud reproductiva en hombres, mu-


jeres y personas trans.

Del total de la muestra, solo el 16.9% se ha-


cen la prueba de VIH periódicamente y por
lo general acuden al seguro social o algún
laboratorio privado. La visión de la salud
pública referente al VIH es que las personas
con prácticas sexuales de riesgo (específi-
camente que practican el sexo anal, ya sea
de manera protegida o no protegida) de-
ben de realizarse la prueba cada 3 meses.
En la Ciudad de México, el discurso de la
Clínica Condesa es que la prueba se realice
una vez al año (Lozano, 2014). La detección
oportuna del VIH permite el inicio del trata-
miento para mantener los niveles de virus en
indetectable. Si estos niveles se mantienen * Los porcentajes no suman 100% debido a que no se incluyó la opción
de “otro”.
Conociendo Nuestra Diversidad | 101
Salud mental: depresión, y consumo de alcohol y otras drogas.

De acuerdo con estudios previos, sobre todo llevados a cabo en países anglosajones (Omoto
y Kurtzman, 2006), y algunos mexicanos (Granados-Cosme y Delgado, 2008; Ortíz-Hernández,
2005), existe una asociación importante entre la HI y la salud mental, específicamente la de-
presión y el consumo de sustancias (alcohol y otras drogas). Sin embargo, de acuerdo con
nuestra búsqueda, sigue existiendo poca información sobre la relación entre estos dos con-
ceptos en México.

Conociendo Nuestra Diversidad | 102


Las gráficas anteriores proveen información de mucha valía, pues indican que entre el 7% y
el 20% de la muestra ha sentido al menos un síntoma de depresión en el último mes. Este es
un porcentaje bastante alto, debido a que de acuerdo con Berenzon, Lara, Robles y Medi-
na-Mora (2013), 4.8% de personas mexicanas sufrieron síntomas como estos en los últimos 12
meses. Esto resulta más preocupante considerando que la muestra en cuestión es relativa-
mente joven. A pesar de que el inicio de los cuadros depresivos suele ser en los primeros años
de vida (infancia o adolescencia, Berenzon y cols. 2013).

Aunque los datos encontrados son preocupantes, es importante mencionar que se trata de
síntomas aislados y no de un cuadro depresivo completo. En el caso específico de la comu-
nidad LGBTTTI, sabemos que entre más alto sea el nivel de homofobia internalizada, mayores
serán los niveles de depresión. Si bien las personas encuestadas pueden presentar síntomas
depresivos y ansiosos por cualquier razón, existe evidencia para pensar que debido a que
no aceptan su OSA y/o ISEGEN se deteriora su salud mental. Específicamente sabemos que
tener OSA e ISEGEN disidentes genera emociones como la culpa y el miedo (Grana-
dos-Cosme y Delgado-Sánchez, 2008; Lozano, 2015a, 2015b): emociones que juegan un
papel fundamental en trastornos depresivos.

Conociendo Nuestra Diversidad | 103


do para personas LGBTTTI específicamente
y que facilitaría el diseño e implementación
de políticas públicas, así como programas
y servicios de salud mental, pues sabemos
que dicha comunidad vive con estigmas
y son víctimas de la discriminación. Re-
cordemos que la depresión es un elemento
que deteriora la calidad de vida y afecta
la capacidad de los individuos (Berenzon y
cols, 2013), por lo cual se trata de un trastor-
no que puede llegar a ser incapacitante.

Nuestras cifras son más elevadas al com-


pararlas con las estadísticas nacionales, lo
que indica que existe una necesidad imper-
ante de atender los problemas afectivos re-
lacionados con el estigma y la discrimi-
nación entre población LGBTTTI. Queda por
explorar las razones que han llevado a las
personas de esta comunidad a intentar qui-
tarse la vida y a seguir pensando en hacerlo
(aunque no lo llevarían a cabo), dicho en
otras palabras, la sensación de desamparo
que algunas de las personas que respon-
dieron la encuesta han tenido.

En cuanto a la depresión, existen diferen-


cias significativas entre gays y bisexuales
(p=.000), en donde las personas bisexuales
puntúan ligeramente más alto; entre bi-
sexuales y queer (p=.000), en donde bi-
sexuales puntúan más alto; entre hombres
* Los porcentajes no suman 100% debido a que no se grafica la opción y personas transgénero (p=.003), donde
de “no contestó”. l@s puntúan más alto; mujeres y persnonas
Dentro de la sintomatología estipulada por el transgénero (p=.034), donde nuevamente,
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Tras- personas transgéneros puntúan más alto;
tornos Mentales (DSM-V) para la depresión también entre solter@s y juntad@s (p=.000),
resaltamos la ideación, planeación e intento donde las personas solteras puntúan más
suicida. Un dato sumamente alarmante es alto, y; entre solter@s y casad@s ((p=.000),
que cerca del 20% de las personas encuesta- donde solter@s puntúan más alto.
das han pensado seriamente en quitarse la
vida y que casi el 5% de l@s encuestad@s Estos datos indican, en términos generales,
han intentado quitarse la vida. De acuerdo que las personas bisexuales, transgénero y
con la Organización Mundial de la Salud (en solter@s reportan vivir mayores niveles de
Hernández-Bringas y Flores-Arenales, 2011), depresión. A pesar de que existe poca
en México existe una tasa de 4.3 suicidios por literatura al respecto, se ha señalado que las
cada 100 mi personas y es mucho más alto personas bisexuales sufren una doble discri-
entre jóvenes de 15 a 24 años (aproximada- minación, pues por un lado l@s discriminan
mente 10 suicidios por cada 100 mil perso- las personas heterosexuales y por el otro, de
nas). Este es un dato que no se ha reporta- la comunidad LGBTTI, por lo que quedan in-
Conociendo Nuestra Diversidad | 104
visibilizad@s de muchos espacios. Nuestros
datos corroboran lo anterior, pues las per-
sonas bisexuales tienen mayores índices de
malestar psicológico, específicamente de-
presión y ansiedad.

Respecto a la depresión en personas trans-


género, tiene sentido encontrar niveles al-
tos, justo porque son el subgrupo que más
suele padecer ataques violentos y de dis-
criminación. Como bien señala Meyer (1995,
2003), la transfobia es un mediador entre la
identidad y la salud. En otras palabras, la
homo, bi, lesbo y transfobia (en este caso
particular, la transfobia), son la raíz de las ex-
periencias de subordinación que conllevan
a la producción de emociones desagra-
dables como la culpa, el temor y la tristeza,
que forman parte de cuadros depresivos
(Lozano, 2015b).

Finalmente, en cuanto a los niveles de de-


presión de las personas solteras, podemos
especular que el vivir en pareja permite la
resolución de algunos malestares y el au-
mento de niveles en emociones como la
tranquilidad y la felicidad. Podemos afirmar
que en una sociedad heterosexista, donde
el proyecto en pareja es de suma valía, el no
vivirse en parejad@ puede llevar a episodios
de tristeza, malestar y depresión (Díaz-Loving
y Sánchez, 2002; Pozos, 2012). Es posible tam-
bién, que las personas queer, aunque estén
solteras, no vivan estos niveles de depresión
porque la propuesta queer conlleva a las
personas a incorporar actos contra-cultura-
les y contra-normativos en su vida cotidiana.
En este sentido, el vivirse solter@ sería una
decisión consciente y clara que cuestiona
las normas de la heterosexualidad y que no
conlleva a algún malestar.

Conociendo Nuestra Diversidad | 105


Conociendo Nuestra Diversidad | 106
Los datos señalan que cerca del 80% de l@s temor al rechazo social, es posible que estén
participantes han fumado marihuana, sin buscando formas de disipar ese temor y an-
embargo, no se especifica la frecuencia o gustia a través de alguna sustancia que per-
la cantidad y los síntomas de dependencia mite anestesiar esas emociones. Además, la
al respecto. Empero, una tercera parte de mayor parte de los lugares específicamente
la muestra reporta beber entre dos y cua- LGBTTTI en la Ciudad de México son espa-
tro veces por semana y 9% de ell@s reporta cios de consumo: en el apartado correspon-
beber cuatro o más veces por semana. En diente reportamos como antros, bares y dis-
cuanto a la forma de beber, encontramos cotecas son lugares altamente visitados,
que más de una tercera parte bebe 5 o 6 por lo que la conexión comunitaria suele
copas por ocasión y más del 20% bebe en- construirse en cercanía al consumo de al-
tre 7 y 9 copas. Entre las personas encuesta- cohol. Si nuestras hipótesis sin correctas, es
das, vemos que el consumo excesivo de posible que el alcohol forme parte de la
alcohol (más de 6 copas por ocasión) es identidad colectiva LGBTTTI.
bastante bajo. De manera similar, entre el
20 y 40% de las personas encuestas se siente De manera más especifica, los análisis de
preocupada por su forma de beber, ya sea varianza (ANOVA), señalan que existen di-
porque la preocupación es a partir de su ferencias significativas entre el nivel de con-
propia auto-observación, o por que alguien sumo de hombres y mujeres (p=.000), en
más se lo hace notar. El mismo porcentaje donde los hombres consumen más que las
de encuestad@s muestra otros síntomas de mujeres, dato que concuerda con el re-
dependencia al alcohol, como sentir remor- portado por Espolea e Insade (2015) y con
dimiento (aproximadamente el 35%) o be- tendencias a nivel nacional (ENA, 2011).
ber para quitarse la resaca (10%). Otra diferencia se encuentra entre gays y
lesbianas (p=.000) y bisexuales (p=.000); y
Comparando estos resultados con una en- entre bisexuales y homosexuales (p= .002),
cuesta aplicada a personas LGBTTTI en di- donde los gays y homosexuales consumen
ferentes partes del país, encontramos que más que lesbianas y bisexuales. Estas diferen-
los porcentajes de frecuencia de beber en cias se pueden deber a que los espacios de
nuestro estudio son mayores (Espolea y In- esparcimiento LGBTTTI (donde suele ofre-
sade, 2015). Además, los resultados en este cerse alcohol) son ocupados en su mayoría
proyecto muestran puntajes más altos que por hombres gay, en comparación con les-
los reportados por la Encuesta Nacional de bianas y bisexuales, y que en la categoría
Adicciones 2011. No obstante, debemos re- bisexuales entran hombres y mujeres, por lo
cordar que los datos aquí reportados no son que baja su promedio de consumo.
suficientes para clasificar en grupos de de-
pendencia, consumo alto, bajo, etc., pero
sí dan una idea más clara de la tendencia
de consumo de alcohol de la comunidad
LGBTTTI. Estos números se pueden explicar
por varias razones. Sin duda alguna, el estig-
ma y la discriminación directa son elemen-
tos fundamentales que se pueden expresar
en la HI, específicamente con el Temor al
Rechazo Social y que además se correla-
ciona significativamente con el consumo.
El consumir alcohol es considerada una ac-
tividad social en México y que se promueve
dentro de diferentes grupos. Si la comuni-
dad LGBTTTI muestra niveles importantes de
Conociendo Nuestra Diversidad | 107
10
Derechos y ciudadanía

Conociendo Nuestra Diversidad | 108


En este apartado reportamos datos refe-
rentes al conocimiento que las personas
encuestadas tienen sobre cambios legales
referentes a Derechos Humanos y Sexuales,
lo cual podría ayudar a entender de qué
manera los ejercen o no. Preguntamos acer-
ca del derecho al matrimonio y a la adop-
ción, entre otros.

L@s particiapntes dieron las siguientes res-


puestas como razones para acuduir. Cabe
mencionar, que solo le preguntamos esto a
l@s participantes a quienes les aplicamos la
encuesta de manera presencial.
Menos de la mitad de las personas que con-
testaron, han participado en alguna marcha
del orgullo y la diversidad sexual. Esto signifi-
ca que hay un porcentaje de personas que
contestaron la versión en línea que sí han
acudido a la marcha, pero un porcentaje
aun mayor que no lo ha hecho. Estudios an-
teriores señalan una especie de percepción
ambigua sobre la marcha. Lozano (2014) al
trabajar con hombres gay, encontró que
algunos de ellos no se sienten identificados
con la imagen de la marcha y por lo tan-
to optan por no participar. Por otro lado,
hay algún@s que independientemente del
espíritu festivo de la marcha, lo entienden
como un espacio de denuncia y de acción
política que les permite visibilizarse. Nuestros
datos pueden dar cuenta de dicha am-
bivalencia. Mil ochocientas setenta (48.7%)
encuestad@s han participado por lo menos
en un marcha. En promedio, han acudido 5
veces. Mil ciento cincuenta y seis personas
dijeron saber quienes organizan la marcha.
Sin embargo, solo 26 pudieron nombrar a
colectivos u organizaciones que participan
en esta organización anual.

Conociendo Nuestra Diversidad | 109


En cuanto a las razones por las que las per- nización Gente Jóven, agrupaciones estudi-
sonas acuden a la marcha, encontramos los antiles, grupos religiosos y juntas de vecinos.
resultados son similares a los encontrados en En menor medida, participan en organi-
la encuesta levantada en el 2008, el porcen- zaciones LGBTTTI, partidos políticos, organi-
taje más alto fue para que la comunidad zaciones no gubernamentales y sindicatos.
LGBTTTI tenga más derechos, con un 35.8%; En general, observamos un alto porcentaje
seguido de personas que van por diversión, de participación en colectivos sociales y ju-
con el 26%; con un 13.6% para asumirse pu- veniles.
blicamente como LGBTTTI; por curiosidad,
con un 12%; para conocer personas, con un
5.9%; 4.3% para acompañar a alguien; 1.6%
para apoyar a alguien; 0.09% por estar en
un programa de Gente Jóven; y 0.27% por
coincidencia.

Otra forma de participación ciudadana


y de ejercicio de derechos tiene que ver
con la inmersión en grupos y colectivos. De
tal manera, que vemos que las personas
que participaron en esta encuesta, tam-
bién participan en diferentes grupos: orga-
Conociendo Nuestra Diversidad | 110
La identificación de l@s participantes con partidos políticos es relevante debido a que son de
las pocas opciones existentes para buscar representaciones de la voz ciudadana en los dife-
rentes espacios gubernamentales. Resalta que casi el 70% no se identifica con ningún parti-
do. En segundo lugar, aparece MORENA, un partido distinguido por cierta tendencia hacia la
izquierda, y en tercer lugar el PAN, un partido con tendencia de derecha.

En esta pregunta, agregamos más opciones de respuesta que las contenidas en la versión
aplicada en la Ciudad de México en 2008. Según los análisis realizados por el primer autor de
este texto en investigaciones previas, un aspecto que ha quedado invisibilizado por el mo-
vimiento del orgullo y la diversidad sexual mexicana es la lucha contra las diferentes formas
de la homofobia, que muchas veces son sutiles y simbólicas: debido a esto, decidimos agre-
garla como opción de respuesta. Curiosamente, fue la que obtuvo mayor porcentaje (31%),
seguido de la igualdad de derechos (30%), educación sin discriminación (23%), y mayor inte-
gración social (12%). Llama la atención que un porcentaje importante de l@s participantes
consideren que la principal exigencia de la comunidad debe ser igualdad derechos, debido
a que los derechos más peleados y solicitados por la comunidad (matrimonio y familia), ya
han sido aprobados para esta minoría en algunas ciudades y estados. Es posible que esta
exigencia también implique la igualdad de derechos en la práctica y ejercicio y no solo en
las leyes.

Conociendo Nuestra Diversidad | 111


En cuanto a los conocimentos sobre los
derechos y los cambios legales solicitados
por la comunidad LGBTTTI, encontramos
que la mayoría desconoce la Ley de Socie-
dad en Convivencia para el DF, que entró
en rigor desde el 2007 y funciona como una
figura jurídica similar al matrimonio. El 55%
no sabe si está en acuerdo o desacuerdo
con esa ley, debido a que la desconoce.
El 69% de las personas que contestaron, no
conocen la ley que permite la re-asignación
sexo-genérica. En cambio, el 65% está al
tanto del cambio al código civil que permite
el matrimonio entre personas del mismo sexo
y el 73% está de acuerdo con ese cambio.
Llama la atención que el 20% no está de ac-
uerdo con la posiblidad de que parejas del
mismo sexo contraiga matrimonio y el 3% no
está de acuerdo con la Ley de Sociedades
en Convivencia. Subrayamos que más del
80% de las personas encuestadas están de
acuerdo con que parejas del mismo sexo
puedan adoptar hij@s.

Conociendo Nuestra Diversidad | 112


Otra cuestión relevante al ejercicio de los derechos y de ciudadanía es el conocimento sobre
organizaciones LGBTTTI. Más del 40% no conoce ninguna organización en defensa de la co-
munidad. Sin embargo, en menor medida se nombraron instituciones, consejos y comisiones
estatales para la defensa de los Derechos Humanos como la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, el CONPARED y el Instituto Mexicano de la Juventud. También aparecen organi-
zaciones como Diversex y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana.

Conociendo Nuestra Diversidad | 113


11
Conexión comunitaria
y homofobia
internalizada
Conociendo Nuestra Diversidad | 114
Los datos muestran que el promedio en el puntaje de CC es de 26.98 (de un total de 40 pun-
tos) con una desviación estándar de 6.47. Esto significa que la muestra puntúa por encima
de la media teórica (20), lo cual nos lleva a pensar que existe un nivel un poco alto en esta
variable, y que los puntajes varían poco, lo que habla de una tendencia hacia la media. Lo
anterior señala que la comunidad LGBTTTI de la Ciudad de México, no se siente completa-
mente conectada entre sí, ni que los asuntos que afectan de manera global a esta comuni-
dad afecta a los individuos que la conforman. Nuestros hallazgos son similar a lo reportado
por Lozano (2014) entre varones gay, pues si bien estos hombres se identificaban con gay,
se sentían incómodos con las manifestaciones políticas y públicas de la comunidad LGBTTTI,
cuestión que los alejaba por completo de participar activamente con la comunidad.

En esta variable, vemos que existen diferencias estadísticamente significativas entre dife-
rentes grupos. Por ejemplo, vemos que hay diferencias importantes entre gays y lesbianas
(p=.000) y entre gays y queers (p=.000). Las lesbianas puntúan más alto en esta variables y l@s
gays más alto que l@s queer. Esto señala que las lesbianas se sienten parte de la comunidad
LGBTTTI, participan más activamente en ella y se sienten más orgullosas de su identidad en
comparación con las personas que se definen como gay. Esto mismo sucede entre las per-
sonas gay y las personas queer, lo cual se puede deber a que justamente el principio queer
es el rompimiento crítico con las identidades impuestas por los sisemtas sexuales y de género
actuales (que incluyen la producción de las identidades LGBTTTI), de tal manera que son
personas que no se sienten ni parte, ni orgullos@s de esta comunidad. Podría problematizarse
que a pesar de este nivel “bajo” en la variable de CC, son personas que acuden a la Marcha
anual del orgullo y la diversidad sexual. En este sentido, debemos de reconocer el poder y el
peso de las palabras y conceptos; hablar de “diversidad sexual” puede representar un cam-
bio paradigmático si se compara con el concepto “comunidad LGBTTTI”, pues este último
hace referencia únicamente a personas identificadas como lesbianas, gay, bisexuales, trans-
género, transexuales, travesti e intersexuales. Estas identidades son normadas por sistemas de
sexo/género heteropatriarcales que pueden llegar a limitar la expresión de las personas que
se identifican así. En cambio, el concepto de “Diversidad sexual” apunta hacia la centrali-
dad de lo diverso en el ejercicio de la sexualidad, del género y del cuerpo. No obstante, de
acuerdo con Núñez (2005) y Mogrovejo (2008), a pesar de que esta era la intención inicial
de dicho concepto, éste ha quedad coptado por el mismo sistema y se limita nuevamente
a señalar a lo LGBTTTI como lo “diverso”. Puede ser que las personas que se identifican queer
y que contestaron la encuesta estén participando de una modificación epistemológica de
este concepto para hacerlo nuevamente más inclusivo.

Los resultados también muestras que las lesbianas puntúan significativamente más alto que
l@ homosexuales (p=.000) y que l@s queer (p=.000). Nuevamente se puede interpretar que
son las lesbianas quienes se consideran más participes de la comunidad LGBTTTI que las per-
sonas homosexuales y las queer. El término homosexual es generalmente usado para identi-
ficar a hombres (aunque por supuesto, también hay mujeres que usan este concepto para
identificarse). Estos datos tienen sentido al comprender que “homosexual” no es una identi-
dad considerada dentro de la comunidad LGBTTTI, a pesar de que hay personas que así se
definen. Esta exclusión puede dar sentido a las diferencias en estos puntajes. Consideramos
que es curioso encontrar que hay diferencias significativas entre los puntajes reportados por
personas homosexuales y personas queer, donde las personas queer puntúan más alto que
las homosexuales. Lo describimos como algo peculiar, porque, tal y como lo expusimos
anteriormente lo queer pretende criticar y romper con las identidades y normas impuestas.
Es posible que la manera en que se ha entendido el concepto queer a nivel identitario en
México no sea acorde con los supuestos teóricos producidos desde la academia y que más
Conociendo Nuestra Diversidad | 115
bien el concepto de “homosexual” es el que resulta más disidente, o en todo caso, menos
dispuesto a participar en la comunidad LGBTTTI. También es posible que las personas queer
hayan construido una sensación de comunidad entre ell@s y que esta comunidad apoya la
petición de derechos igualitarios.

Otra diferencia significativa se encuentra entre los puntajes de personas bisexuales y perso-
nas queer (p=.000), donde las personas bisexuales puntúan más alto (casi tan alto como las
lesbianas). Esto se puede deber a una lucha mas o menos larga y silenciosa de parte de las
personas bisexuales por inclusive ser consideradas parte de la comunidad LGBTTTI. Algunos
testimonios de personas bisexuales refieren a una sensación de discriminación tanto de parte
de la comunidad heterosexual como de la comunidad lésbico-gay. Esta especie de discrimi-
nación puede resultar en una sensación más fuerte de pertenencia a través de lo que Unger
(2000) nombra “marginalidad positiva”, ya que la marginación que vivió la comunidad bi-
sexual permitió su re-organización y el fortalecimiento de la identidad colectiva (Tajfer y Tur-
ner, 1979, citado en Jetten, Pstmes y Haslam, 2009) para luchar y convencer de que forman
parte de la comunidad LGBTTTI.

También observamos que hay diferencias estadísticamente significativas en esta variable en-
tre personas que se identifican como hombres y las que se identifican como mujeres (p=.000)
y entre hombres y transgénero (p=.002), donde las mujeres puntúan más alto que los hombres
y las personas transgénero más alto que hombres y que mujeres. El hecho de encontrar ma-
yores niveles de CC entre lesbianas y mujeres puede apuntar hacia una cuestión de género,
específicamente referido a la feminidad. Desde la psicología, se ha visto que existen una
serie de rasgos asociados a la feminidad tradicional mexicana como el afecto, el bienestar
común, la interacción social y la ternura. Si comprendemos que las mujeres suelen ser so-
cializadas para presentar características como estas, es mucho más probable que se sientan
involucradas en problemas que no nada más les atañen a ellas, sino a otras personas en situ-
aciones similares. Los puntajes de las personas transgénero, son los puntajes más altos, segui-
dos de los de hombres trans, travestis y transexuales. Estos puntajes señalan una integración
importante de las personas trans dentro de la comunidad LGBTTTI. Esto se puede deber a que
son las personas más discriminadas y violentadas y que el formar parte de esta comunidad
les permite denunciar estas subordinaciones y encontrar una plataforma donde actuar para
mejorar sus condiciones de vida.

Finalmente, encontramos diferencias significativas en esta variable entre personas solteras


y personas casadas (p=.041), en donde las segundas puntúan más alto que las primeras. Si
comprendemos a la pareja (y sobre todo la pareja institucionalizada a través del matrimonio)
como una pequeña comunidad, estos datos tienen toda la relevancia. Es decir, cuando dos
personas que se asumen homoeróticas contraen matrimonio entre sí, entran a formar parte
de un lazo que socialmente se entiende como una de las instituciones fundamentales de
la sociedad moderna, como una institución que genera y forma parte de la comunidad. El
hecho de que sean dos personas del mismo sexo o pertenecientes de alguna forma a la co-
munidad LGBTTTI, fortalece el sentido de comunidad con estas identidades, puesto que entre
ell@s están construyendo una comunidad.

En cuanto a la HI, encontramos que el promedio en el factor de Aceptación de la Hetero-


sexualidad es de 12.62 (de un total de 45 puntos) con una desviación estándar de 6.30 y
una media de 7.84 (de un total de 20 puntos) en el factor Temor al Rechazo Social, con una
desviación estándar de 4.02. Estos números señalan que las media muestrales están por de-
bajo de las medias teóricas, lo que indica que la muestra, en general, tiende a puntuar bajo
Conociendo Nuestra Diversidad | 116
en HI. Dicho en otras palabras, la comunidad LGBTTTI no muestra niveles importantes ni de
aceptación de la heterosexualidad, ni de temor al rechazo social. Lo anterior se puede deber
a varias razones. La principal tiene que ver con que parte de la muestra se obtuvo el día de
la marcha y que si las personas LGBTTTI están dispuestas a visibilizarse públicamente en un día
tan emblemático como la marcha del orgullo y la diversidad sexual, es muy probable que no
tengan problemas en visibilizarse en otros contextos, espacios y días. Hablando de la mues-
tra en su totalidad, se puede pensar que el hecho de hacer un llamado a personas que se
identifican como LGBTTTI ya implica una proceso de aceptación que aleja de la homofobia.
Es decir, una persona que se nombre a sí misma L, G, B, T, T, T o I, ya pasó por un proceso que
le permite colocarse esa etiqueta para identificarse; un proceso que le permite disminuir sus
niveles de homofobia. También indica que la muestra se siente relativamente cómoda con
su deseo homoerótico y/o ISEGEN disidente. Vale la pena considerar que estas dos variables
(HI y CC) están relacionadas entre sí.

Los datos muestran correlaciones significativas, aunque bajas y negativas entre CC y uno de
los factores de HI (ver Anexo 4). Estos datos señalan que a mayor nivel de CC, menor niveles
de HI. En efecto, entendemos que debido a que la comunidad LGBTTTI se siente hasta cierto
punto conectada entre sí, los asuntos sociopolíticos que afectan a alguna parte de la co-
munidad le afectan a esa persona, lo que permite disminuir niveles de rechazo hacia un@
mism@. La CC también implica el compartir aspectos personales con otras personas que se
identifican de la misma manera y que comparten un estatus de subordinación, lo cual disipa
sentimientos “negativos” (Lozano, 2014). Se trata de algo importante, debido a que entre
más se organiza la comunidad, entre más comparten sus miembros, discuten y ocupan espa-
cios públicos de diferente índole, mayor comodidad existe en su propia sexualidad y cuerpo,
pese a los niveles de homofobia externos a ell@s.

Respecto a las diferencias entre las categorías en la HI, encontramos que existen discre-
pancias en la Aceptación de la Heterosexualidad entre personas que se identifican como
hombres y aquellas que se identifican como mujeres trans (p=.019), y; entre personas que se
identifican como “mujer” y como “mujer trans” (p=.044). Como lo señalamos en su momento,
las personas trans suelen vivir con mayor frecuencia episodios de discriminación y violencia.
En este caso, la mujeres trans se enfrentan a un doble estigma: el vivirse mujer y renunciar a un
supuesto poder patriarcal que se otorga a todos los hombres (Amorós, 1992), así como trans-
gredir las normas del género. Inclusive, si no vivieran la discriminación y violencia de manera
tan frecuente como otros subgrupos, este doble estigma se vive todos los días, lo cual podría
explicar los niveles altos de HI.

Los datos también muestran que existen diferencias significativas entre personas solteras y
juntadas (p=.000) y personas “noviando” (p=.000) en cuanto a la Aceptación de la Hetero-
sexualidad. Respecto al temor al rechazo social, existen diferencias entre personas solteras
y juntadas (p=.000), solteras y casadas (p=.002) y solteras y en sociedad de convivencia
(p=.011). En todos los casos, las personas solteras reportan mayores niveles de HI en compara-
ción con las demás situaciones de pareja.

En cuanto a las diferencias por OSA, existen diferencias significativas en la Aceptación de


la heterosexualidad entre gays y personas queer (p=.000), entre lesbianas y queer (p=.000),
entre homosexuales y queer (p=.000); entre bisexuales y gays (p=.000), lesbianas (p=.000), y
homosexuales (p=.000). Nuevamente, observamos un promedio más alto en lo que reportan
las personas bisexuales, lo que consideramos que se relaciona con los diferentes tipos de mar-
ginación que viven (explicado arriba).
Conociendo Nuestra Diversidad | 117
12
Conclusiones

Conociendo Nuestra Diversidad | 118


En este trabajo recopilamos una gran cantidad de información sobre la comunidad LGBTTTI
de la Ciudad de México. Aunque hubo participaciones de diferentes estados y ciudades
del país, el grueso de l@s participantes (casi el 70%) vive en la Ciudad de México. Nuestro
principal interés fue dar cuenta de la violencia, discriminación y sus posibles efectos en la sa-
lud, producto de los cambios legales y sociopolíticos suscitados desde la primera vez que se
aplicó esta encuesta en el 2008. A pesar de que el grueso de participantes se identificó como
LGBTTTI u homosexual, también encontramos a personas que se definen de otras formas,
como “queer”, “jota”, “tortillera”, entre otras. Esto señala una amplia gama de posibilidades
de nombrarse y que si bien podrían tener la intención de discriminar y subordinar a identi-
dades y prácticas diversas, son adoptadas por las personas para nombrarse.

Recordemos que más de 500 personas que respondieron la encuesta se identificaron como
heterosexuales, un dato que nos llama mucho la atención. Nos gustaría pensar que se trata
de heterosexuales que se consideran aliad@s de la comunidad LGBTTTI (ya que la instrucción
para contestar la encuesta indicaba que debían tener tal afinidad). Esto se puede deber a
la visibilización de la comunidad, resultado de cambios jurídicos y sociopolíticos en años re-
cientes. Otra explicación es el sesgo metodológico inherente a buscar participantes a través
de redes sociales, pues el que una persona heterosexual exprese a través de redes sociales
que apoya a la comunidad LGBTTTI, puede deberse a la deseabilidad social, es decir, “ganas
de quedar bien” ante el público que le lee. Desde una interpretación menos optimista, es
posible pensar que estas personas contestan con cierta finalidad de ejercer poder y controlar
las acciones organizadas de la disidencia sexual (de manera no consciente o poco clara). Es
decir, el simple hecho de contestar la encuesta, puede en realidad ser un ejercicio de poder
que se hace desde la heteronorma debido a que pueden sentir amenazada su identidad y
su OSA.

Trabajamos con una muestra no probabilística intencional, sin embargo, realizamos un gran
esfuerzo para acceder a personas que se definen como LGBTTTI que no necesariamente acu-
den a la marcha anual. Si bien no podemos generalizar los resultados, se trata de una mues-
tra bastante grande y diversa. Además, para poder acceder a una muestra representativa,
se necesita contar con un censo general de las personas LGBTTTI. Debido a que la comuni-
dad ha sido históricamente invisibilizada, dicho censo no existe, por lo que los esfuerzos inves-
tigativos con muestras tan grandes como la nuestra, permiten comprender de mejor forma
la manera en que vive la comunidad. Además, a pesar de los cambios importantes en años
recientes, la homofobia cultural aún afecta a muchas familias y personas, por lo que el “salir
del clóset”, puede aún ser complicado. El acceso a través de internet a nuestro cuestionario,
pudo haber facilitado el contacto con personas en esta situación.

Un hallazgo que consideramos de lo más relevante tiene que ver con el NSE en el que se
sitúan l@s participantes. Nuestros hallazgos sirven como evidencia empírica para considerar
a las categorías “gay” y “LGBTTTI” como conceptos clasemedieros y urbanos, puesto que el
grueso de las personas que contestaron la encuesta se ubican entre el nivel C+ y D, señalan-
do ingresos y estilos de vida de la clase media. Esto tiene implicaciones importantes debido
a que estos conceptos invisibilizan a aquellas identidades y prácticas que involucran a perso-
nas del mismo sexo y/o que cuestionan el binario del género, pero que no se inscriben en esta
categoría (ya sea porque no viven en zonas urbanas y/o pertenecen a la clase media). Por
lo tanto, las personas con prácticas homoeróticas que no se definen LGBTTTI quedan fuera de
las posibilidades y alcances de las políticas públicas y del Estado, así como de la visibilidad
de la sociedad.

Conociendo Nuestra Diversidad | 119


Es fundamental comprender que la comunidad LGBTTTI sigue siendo blanco de diferentes
formas de discriminación y violencia. En particular, resalta la violencia en espacios primarios,
como la familia y las escuelas, en donde principalmente se hace presente la violencia ver-
bal (a través de burlas e insultos). Esto nos da información sobre formas de intervenir. Resulta
menester pensar en maneras de reducir la violencia y la discriminación homofóbica en el
espacio familiar y escolar desde edades muy tempranas. En estos espacios se construyen dis-
cursos que forman parte de procesos de enculturación y socialización donde se reproduce
el binario del género y de la sexualidad y se interiorizan en identidades y cuerpos individuales.
Estos procesos psicosociales permiten entonces la expresión de la homofobia (ya que esta
se considera un ejercicio de poder vinculado al modelo hegemónico de masculinidad). Sin
caer en explicaciones lineales y deterministas, es posible que la intervención adecuada en
estos espacios con el fin de construir nuevas formas de género y disminuir la discriminación y
la violencia, permita que las personas LGBTTTI aprendan otra forma de comprender y vivir su
sexualidad (Lozano-Verduzco y Rosales, en prensa).

También es relevante considerar que las personas trans son las que más viven la violencia ho-
mofóbica, inclusive a niveles mayores que las mujeres del Distrito Federal. Este hallazgo resulta
importante porque en décadas pasadas, han sido las feministas las que han hecho un traba-
jo por denunciar la opresión que viven y que la violencia de género les afecta directamente
a ellas. No obstante, nuestros resultados sugieren que la violencia de género también se di-
rige (y con mayor frecuencia) a personas trans, específicamente mujeres trans; mujeres que
no han sido consideradas dentro de las estadísticas nacionales y regionales y, por lo tanto, las
intervenciones para disminuir la violencia contra ellas son incipientes.

Si bien los estudios gay y lésbicos cobraron relevancia académica y política en parte por la
epidemia del VIH, lo cual permitió una reorganización sociopolítica de la misma comunidad,
hay otros aspectos sanitarios que merecen atención. El uso del condón entre hombres sigue
siendo menor al deseado, sin embargo, es importante reconocer que se pueden propone
otras formas de protección contra ITS, sin que esto signifique dejar de intervenir a nivel social y
psicológico en la comunidad con el fin de mejorar sus condiciones de salud. También es rele-
vante el bajo uso de métodos de barrera entre mujeres lesbianas y bisexuales, lo que puede
ser resultado de una serie de mitos en torno a su sexualidad. La Asociación Internacional de
Gays y Lesbianas (ILGA por sus siglas en inglés, 2012) recomienda acudir regularmente al
ginecólogo debido a que estas mujeres tienen mayores probabilidades de desarrollar cán-
cer mamario, cervico-uterino o de ovario, así como usar métodos de barrera para evitar la
transmisión de ITS, particularmente el VPH que es causante de algunos de estos cánceres. Si
además tomamos en cuenta que estas mujeres han tenido y tienen relaciones sexuales con
hombres que son quienes transmiten este virus, el método de barrera resulta una estrategia
de cuidado de mucha utilidad.

En cuanto a la salud mental, resaltan las altas frecuencias de síntomas ligados a la depresión
y el consumo de alcohol, pues estos son más altos que en la población general mexicana. Es-
tamos convencidos de que se requiere de más investigación en este campo, sobre todo para
entender la manera en que la propia comunidad comprende su estado de salud mental, las
razones que ell@s mism@s dan sobre esta sintomatología y, sobre todo, para comprender
el papel del estigma en relación a la salud mental. De entrada, nuestros datos señalan una
relación significativa entre la salud mental y la HI. Lo que encontramos es que por lo general,
l@s participantes tienen niveles bajos de HI, aunque ésta sigue estando presente. Si existe HI
es porque existen mandatos culturales que predominan en los procesos de enculturación y
socialización, a través de formas de crianza en la familia, del curriculum explícito e implícito
Conociendo Nuestra Diversidad | 120
en las escuelas y en los medios de comunicación. El papel de la HI requiere de mayor in-
dagación para poder generar políticas públicas que promuevan de manera significativa y
culturalmente adecuada el cuidado de la salud, esto implica la producción de campañas
y el acercamiento de servicios de salud que sean sensibles a las identidades y experiencias
LGBTTTI: libres de estigma, con perspectiva de género y apertura a la diversidad sexual. En
México existen algunas organizaciones que trabajan en el área de salud mental de esta for-
ma, sin embargo, su alcance es limitado debido a los recursos a los que tienen acceso.

Otro tema importante es el ejercicio y conocimiento de los derechos civiles de la comunidad


LGBTTTI. Nos llama la atención que es bajo el porcentaje de personas que acuden a la marcha
del orgullo y la diversidad sexual debido a que es de los únicos espacios organizados donde
se manifiesta el derecho a la igualdad para la diversidad sexual y otros derechos derivados
de este precepto. No obstante, pudimos ver que las personas que sí acuden lo hacen con
cierta regularidad, ya que han ido a aproximadamente cinco marchas. Esto podría indicar
un compromiso fuerte de las personas que acuden. Por otro lado, es importante que el propio
movimiento gay considere las fracturas y divisiones que existen dentro del mismo, con miras
a poder incorporar a más personas en las manifestaciones públicas. Probablemente, esta
división tenga efectos en los conocimientos que las personas encuestadas tienen sobre sus
derechos. Por ejemplo, muy poca gente conoce de la Ley de Sociedades en Convivencia
que se aprobó antes del matrimonio igualitario y representa otra figura jurídica donde se
comparten derechos y obligaciones. Además, es una forma que se separa del matrimonio y
puede representar una forma de desestabilizar (aunque sea mínimamente) la mímesis de la
heteronorma.

Encontramos cierta relación entre el ejercicio de la sexualidad y de la sociabilidad. En ge-


neral, prácticamente toda la muestra acude a espacios gay, específicamente bares y an-
tros. Esto tiene que ver con la limitada oferta de espacios destinados a personas LGBTTTI y a la
falta de aceptación de estas identidades en otros espacios públicos. También resalta el uso
constante del internet como medio de socialización en donde los hombres suelen ingresar a
páginas destinadas a la búsqueda de otros hombres con el fin de encontrar con quien tener
sexo. No obstante, no es el único fin que tanto hombres gay como mujeres y trans le otorgan
al internet, se usa también para conocer a amistades, tener información y platicar. El internet
se ha convertido en un medio muy utilizado por la comunidad y permite el contacto rápido
y fácil con otras personas que comparten su condición de OSA o ISEGEN y que apoya a la
construcción de identidad y comunidad, no solo de manera virtual, pero también analógica.

La CC es un tema que no ha sido explorado entre la comunidad LGBTTTI mexicana y que


nuestros datos señalan como fundamental de comprender en la vida cotidiana de esta co-
munidad, debido a la relación que guarda con la sociablidad, la HI, la salud y la paren-
talidad. Queda claro que el tener hij@s y/o pareja reconocida legalmente son elementos
que alimentan la sensación de comunidad. Vemos que una sensación de mayor conexión
comunitaria permite la construcción de una identidad subjetiva, a partir de un espacio sim-
bólico particular (como lo es lo LGBTTTI) y que de acuerdo con otras investigaciones, minimiza
los malestares ocasionados por el declararse abiertamente disidente y por tal, aumenta el
bienestar en la salud (Frost y Meyer, 2012; Granados-Cosme y Delgado, 2008; Lozano, 2015b)

Los datos reportados sobre familia, conyugalidad, parentalidad y motivación a la parentali-


dad, muestran la necesidad de construir categorías que nos ayuden a comprender los arre-
glos parentales y de crianza actuales para no continuar utilizando conceptos y teorías que no
adicionan a la comprensión de estas configuraciones sociales. En este sentido, la mayoría de
Conociendo Nuestra Diversidad | 121
los conceptos y teorías disponibles, son resultado de una perspectiva heteropatriarcal, que
como hemos argumentado, invisibiliza formas y convenios que han construido las personas
que se definen LGBTTTI en nuestro país. Además, estas perspectivas permitieron que las leyes y
el Estado mexicano fueran negligentes a la inclusión de arreglos parentales y conyugales de
la comunidad al ejercicio pleno de su ciudadanía. No debemos olvidar que antes del 2009,
cualquier persona (soltera o casada) podía adoptar a un@ hij@, independientemente de
su OSA. Como resultado de estas omisiones estatales, es posible que las parejas que hayan
adoptado legalmente hayan puesto en práctica acciones disidentes al sistema, como que
una de las dos personas llevara el trámite y vivir la parentalidad compartida con su pareja
posterior a la adopción.

Estamos convencidos de que los datos recabados no solo tienen fines investigativos y de
utilidad para organizaciones alrededor de lo LGBTTTI, sino que proveen insumos para echar
a andar acciones y políticas que reduzcan la violencia simbólica y subordinación de una
minoría importante en nuestra ciudad y país. Reconocemos los esfuerzos ya realizados que
han llevado a que vivamos en mayor equidad actualmente. No obstante, consideramos que
el camino por recorrer aún es largo y textos como este pueden contribuir a la reflexión, para
así generar nuevas formas de organización para disminuir la homofobia hacia la comunidad
LGBTTTI.

Conociendo Nuestra Diversidad | 122


Referencias
Adam, B.D. (2010). Masculine Sexuality, Risk, and HIV Vulnerability.En. Rivas, E. (comp.).Memorias
del IV Congreso de la Academia Mexicana de Estudios de Género de los Hombres. AMEGH.

Aguilar Flores, A. (2010). Varones que practican barebacking: discursos sobre “masculinidad”es en
comunidades virtuales. Tesis de maestría no publicada en antropología social. Escuela Nacional de
Antropología e Historia

Asociación Mexicana de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública (2015). Página web http://www.
amai.org/ consultada el 2 de octubre del 2015.

Asociación Mexicana de Internet (2014). Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México
2014. AMIPCI. Consultado en https://www.amipci.org.mx/estudios/habitos_de_internet/Estudio_Habi-
tos_del_Internauta_Mexicano_2014_V_MD.pdf el 2 de octubre del 2015.

Bárcenas Barajas, K.B. (2012). Las familias mexicanas: de la institución al movimiento. Trayectorias,
significados e imaginarios en la configuración de la diversidad familiar. Sociedad e Cultura., 15-2, 263-
274.

Bárcena, K. (2015). De los homosexuales también es el reino de los cielos: Las Iglesias y grupos espiri-
tuales para la diversidad sexual y de género en el campo religioso de Guadalajara. Tesis de doctorado no
publicada. Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social.

Bárcenas, K. (2015). Homoparentaldades: la familia como espacio de reconocimiento. Parte Aguas.


5(34). 46-52.

Berenzon, S., Lara, M.A., Robles, R., Medina-Mora, M.E. (2013). Depresión: estado del conocimiento y
la necesidad de políticas públicas y planes de acción en México. Salud Pública de México. 55 (1). 74-80
Brito, A., Jiménez de Sandi, A., Sívori, H., Lacerda, P., Glockner, N., de la Garza, L.A. (2012). Política,
derechos, violencia y sexualidad: Encuesta marcha del orgullo y la diversidad sexual Ciudad de México
2008. México DF. CLAM-IMS

Cadoret, A. (2003). Padres como los demás: Homosexualidad y parentesco. Barcelona: Gedisa.

Califia, P. (2000). Public sex: The culture of radical sex. San Francisco. Cleis Publishers.

Cañizo Gómez, E., & Salinas Quiroz, F. (2010). Conductas sexuales alternas y permisividad en jóvenes
universitarios. Revista de Enseñanza e Investigación Psicológica, 15-2, 285-310.

Castañeda, M. (1999). La Experiencia Homosexual: para Comprender la Homosexualidad desde dentro


y desde fuera. México: Paidós.

Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (2011). El VIH/SIDA en México 2011.
Numeralia Epidemiológica. CENSIDA. Secretaría de Salud.

Cruz, S. (2002). Masculinidad y homofobia. El cotidiano. 18 (113). 8-14.

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (2011). Encuesta Nacional de Discriminación 2010.
México DF. México DF. CONAPRED.

Consulta Mitofsky (2014). México: Confianza en Instituciones. Consultado en file:///Users/ignacio/

Conociendo Nuestra Diversidad | 123


Downloads/20140211_NA_CONFIANZA%20EN%20INSTITUCIONES.pdf el 2 de octubre del 2015.

Cuadra-Hernández, S.M., Baruch-Domínguez, R., Infante, C., Granados-Cosme, J.A. (2015). “Dame
una pastilla”: los significados del VIH/sida en la práctica del bareback en la ciudad de México e impli-
caciones para la prevención. Salud Pública de México. 57 (2). 113-118.

de la Dehesa, R. (2010). Queering the public sphere in Mexico and Brazil: Sexual rights movements in
emerging democracies. London. Duke University Press.

Del Collado, F. (2006). Homofobia: Odio, crimen y justicia. 1995-2005. México. Tuquets Editores.

De Keijzer, B. (2014). La salud de los hombres: muchos problemas, pocas políticas. En Rocha, T.E,
Lozano, I. (comps.). Debates y reflexiones en torno a las masculinidades: analizando los caminos hacia
la igualdad de género. México DF. Facultad de Psicología, UNAM.

Diario Oficial de la Federación (2003). Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.

Díaz-Loving, R., Sánchez Aragón, R. (2002). Psicología del amor: una visión integral de la relación de
pareja. México. Facultad de Psicología y Miguel Ángel Porrúa.

Diez, J. (2010). The importance of policy frames in contentious politics: Mexico’s National Homopho-
bia Campaign. Latin American Research Review.45 (1). 33-54.

Espolea, INSADE (2015). Encuesta sobre uso de drogas en población LGBT en México.

Frost, D.M., Meyer, I.H. (2012). Measuring Community Connectedness among Diverse Sexual Minori-
ty Populations. Journal of Sex Research. 49 (1). 36-49.

García, M., Andrade, M., Maldonado, R., Morales, C. (2009). Memoria de la lucha contra el VIH en
México: los primeros años. México. México DF. CONAPRED.

Granados-Cosme, J. y. Delgado-Sánchez, G. (2008). Identidad y riesgo para la salud mental de jóvenes


gays en México: recreando la experiencia homosexual. Saúde Pública , 24 (5): 1042-1050.

Gutiérrez, J.P. (2012). Profile of gay men in Mexico City: results of a survey of meeting sites. Tropical
Medicine and International Health. 17 (3). 353-360.

Haces Velasco, M.A. (2006). Significado y ejercicio de los roles parentales entre varones homosexuales.
Revista de Estudios de Género La Ventana. 23, 127-165.

Hernández-Girón, C., Smith, J., Lorincs, A., Arreola, E., Lazcano, E., Hernández-Ávila, M., Salmerón,
J. (2005). Prevalencia de infección por virus de papiloma humano (VPH) de alto riesgo y factores aso-
ciados en embarazadas derechohabientes del IMSS en el estado de Morelos. Salud Pública de México.
47 (6). 423-429.

Hernández-Bringas, H.H., Flores-Arenales, R. (2011). El suicidio en México. Papeles de población. 17


(68). 69-101.

Hinojosa, C., Díaz Betancourt, A. (2007). En la cultura de la igualdad todos/as somos diversos/as. Prev-
erencias sexuales y discriminación. México. CONAPRED

Instiutto Nacional de Estadística y Geografía (2014). Panorama de violencia contra las mujeres en el

Conociendo Nuestra Diversidad | 124


Distrito Federal. México. INEGI.

Instituto Nacional de las Mueres, Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2014). Mujeres y Hom-
bres en México 2014. México DF. INMUJERES-INEGI.

Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; Instituto Nacional de Salud Pública;
Secretaría de Salud. Encuesta Nacional de Adicciones 2011: Reporte de Alcohol . Medina-Mora ME,
Villatoro-Velázquez JA, Fleiz-Bautista C, Téllez-Rojo MM, Mendoza-Alvarado LR, Romero-Martínez
M, Gutiérrez-Reyes JP, Castro-Tinoco M, Hernández-Ávila M, Tena-Tamayo C, Alvear-Sevilla C y
Guisa-Cruz V. México DF, México: INPRFM; 2012.

ILGA (2012). Salud de las lesbianas: mitos y realidades. International Lesbian-Gay Assocation.
Jetten, J., Postmes, T., Haslam, C. (2009). Social Identity, Health and Wellbeing: an Emerging Agenda
for Applied Psychology. Applied Psyhology, an International Review.58 (1).1-23.
Krimp, D. (1989). Mourning and Militancy. October. 51. 3-18

Laguarda, R. (2009). Ser gay en la ciudad de México: Lucha de representaciones y apropiación de una
identidad, 1968-1982.México: CIESAS-Instituto Mora.

Laguna Maqueda, O.E. (2013). Vivir a contracorriente. Arreglos parentales de varones gay en la Ciudad
de México. Librero de la Administración Pública.

Letra S (2014). Infografía Crímenes de Odio 1995-2014.


List, M. (2005). Jóvenes corazones gay de la Ciudad de México. Puebla, BUAP.

Lozano, I., Díaz-Loving, R. (2009). Factores Asociados a la expresión de homofobia en la Ciudad de


México. Archivos Hispanoamericanos de Sexología. XV(2).45-66.

Lozano Verduzco, L., & Jiménez Solórzano, A. (2010). La homoparentalidad desde gays y lesbianas en
la Ciudad de México. Revista Digital Universitaria, 11 (8).

Lozano, I. (2014). “Nunca fue fácil…”: Identidad/es y experiencias emocionales de hombre gay de la
Ciudad de México. Tesis de doctorado en Psicología no publicada. Universidad Nacional Autónoma de
México.

Lozano-Verduzco, I. (2015ª). Barriers to Sexual Expression and Safe-Sex amgon Mexican Gay men: A
qualitative approach. American Journal of Men’s Health.

Lozano-Verduzco, I. (2015b). Desire, emotions and identity of gay men of Mexico City. Psychology of
Men & Masculinity. 16 (4). 448-458.

Lozano, I., Delgado, G. (2010). Significado psicológica de la violencia familiar en el Distrito Federal en
el marco de los Derechos Humanos. En Primera Visitaduría General de la CNDH. Género, masculinidad
y derechos humanos. 201-217. México DF. CNDH.

Lozano-Verduzco, I., Rocha, T.E. (2015). Analysis of the category “Gay Identity”: Situated knowledge
in Mexico. Psychology of Sexuality Review—Special Issue on LGBTI Psychology: International Per-
spectives. Vol.1

Marayo-Chalico, C.E., Sánchez-Turati, G.J., Santana-Ríos, Z. Pérez-Becerra, R., Saavedra-Briones,


D.V., Morales-Montor, J.G., Pacheco-Gabler, C., Calderón-Ferro, F. (2009). Prevalencia del cáncer de
prostata incidental en el Hospital General Dr. Manuel Gea González; 20 años de revision. Revista Mex-
icana de Urología. 69 (4). 147-152.

Conociendo Nuestra Diversidad | 125


Meyer, I.H. (1995). Minority Stress and Mental Health in Gay Men. Journal of Health and Social Be-
havior. 36. 38-56.

Meyer, I.H. (2003). Prejudice, Social Stress, and Mental Health in Lesbian, Gay, and Bisexual Popula-
tions: Conceptual Issues and Research Evidence. Psychological Bulletin.129 (5).674-697.
Mogrovejo, N. (2008). Diversidad sexual, un concepto problemático. Revista trabajo social. No. 18.
62.72

Negrete Prieto, R., & Leyva Parra, G. (2013). Los NiNis en México: una aproximación crítica a su
medición. Realidad, datos y espacio. Revista Internacional de Estadística y Geografía. 1. 90-121. Recu-
perado dehttp://www.inegi.org.mx/RDE/RDE_08/Doctos/RDE_08_opt.pdfNúñez Noriega, G. (2005).
Diversidad sexual y afectiva, un nuevo concepto para una nueva democracia. México. MIMEO.
Núñez, G. (2009). Vida vulnerables: hombres indígenas, diversidad sexual y VIH-SIDA. México.
Edamex/CIAD.

Omoto, A., Kurtzman, H.S. (2006). Orientación sexual y salud mental. México. Manual Moderno.

Organización Mundial de la Salud. (2003). Clasificación multiaxial de los trastornos psiquiátricos en


niños y adolescentes.España: Médica-Panamericana.

Ortiz-Hernandez, L. (2005). Influencia de la opresión internalizada sobre la salud mental de bisexuales,


lesbianas y homosexuales de la ciudad de México . Salud Mental, Vol. 28(4). 49-65.
Parrini, R., Brito, A., (2012). Crímenes de odio por homofobia: Un concepto en construcción. México.
Letra S. Pozos Gutiérrez, J.L. (2012). Etnopsicología de la felicidad en la pareja. Tesis de doctorado no
publicada. México. UNAM.

Prieur, A. (2008). La casa de la Mema, travestis, locas y machos. México. PUEG-UNAM.

Rich, A. (1980). Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existance. Signs. 5(4). 631-660

Ross, M.W., Rosser, B.R. (1996). Measurement and correlates of internalized homophobia: a factor an-
alytic study. Journal of Clinical Psychology. 52(1). 15-21.

Rubin, G. (1986). El tráfico de mujeres: Notas sobre la economía política del sexo. Revista Nueva An-
tropología. VIII. 95-145.

Saavedra, J.A., Ramírez, C.R., Peña, G.A., Stoopen, M., Barois, V., Kimura, Y. (2009). Cáncer de testí-
culo. Anales de Radiología México. 1. 47-59.

Sáez, J., Carrascosa, S. (2011). Por el culo: políticas anales. Madrid. Egales.

Unger, R.K. (2000). Outsiders Inside: Positive Marginality and Social Change. Journal of Social Is-
sues. 56 (1). 163-179

van Balen, F., & Trimbos-Kemper, T.C. (1995). Involuntarily childless couples: their desire to have chil-
dren and their motives. Journal of Psychosomativ Obstetric Gynaecology. 16. 137-144.

Vargas, S. (2014). Saliendo del closet en México: ¿queer, gay o maricón?. In R. Parrini& A. Brito (co-
ords.). La memoria y el deseo: Estudios gay y Queer en México. (151-176). México DF. PUEG.

Vergara, P.K. (2012). Replanteando la atención ginecológica a las mujeres lesbianas. Consultado en
http://www.mujeresnet.info/2012/04/atencion-ginecologica-lesbianas.html el 30 de septiembre del 2015.
Warner. M. (1993). Introduction. En Warner, Michael. Fear of a Queer Planer: Queer Politics and Social
Theory. Minneapolis. University of Minnesota Press.

Conociendo Nuestra Diversidad | 126


Anexo 1

ENCUESTA MARCHA POR EL ORGULLO Y LA DIVERSIDAD SEXUAL


MÉXICO 2015

Estamos realizando una encuesta a personas LGBTTTI de México y personas que


simpatizan con esta comunidad para conocer mejor sus características, necesidades
y opiniones. Te pedimos responder a una serie de preguntas, de manera anónima y
confidencial. Esto significa que no tienes que dar ningún dato personal como tu
nombre o lugar de residencia. Contestar el cuestionario te tomará entre 20 y 30 minu-
tos.
La encuesta es coordinada por un grupo de
investigadores de la Universidad Pedagógica Nacional, de ACTÚA, A. C., Cuenta
Conmigo, A. C. y Ampara, A. C. Por favor, lee con atención cada pregunta y contesta
de la manera más honesta posible.

Conociendo Nuestra Diversidad | 127


La discriminación es una práctica que consiste en dar un trato desfavor-
able o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibi-
mos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido.

Conociendo Nuestra Diversidad | 128


Debido a tu sexualidad y/o tu identidad de género, alguna vez te ocurrió alguna de
estas cosas:

Debido a tu orientación sexual y/o identidad de género ¿sufriste alguna de las agre-
siones que se mencionan a continuación?

Conociendo Nuestra Diversidad | 129


[Sólo para personas trans]

Conociendo Nuestra Diversidad | 130


(Solo
respondan personas que fueron asignadas como mujeres al nacer, lee cada opción y
para cada opción marca la respuesta; cuando termines de responder todas, pasa a
la pregunta 8)

(Para quienes fueron asignados como hombres al nacer, lee cada opción y para
cada opción marca la respuesta)

Conociendo Nuestra Diversidad | 131


(Para todos los participantes)

Conociendo Nuestra Diversidad | 132


Conociendo Nuestra Diversidad | 133
Las siguientes preguntas se refieren al consumo de bebidas alcohólicas
Piensa en todas las clases diferentes de bebidas alcohólicas mez-
cladas, es decir, cualquier combinación de latas, botellas o vasos de cerveza, vino o
bebidas que contienen alcohol de cualquier clase. Marca con una X el número de la
opción que te corresponda.

1. ¿Con que frecuencia consumiste bebidas que contienen alcohol?

(0) Nunca pasa a la pregunta 9


(1) Una vez al mes o menos
(2) De 2 a 4 veces al mes
(3) 2 ó 3 veces a la semana
(4) Cuatro ó más veces por semana

Conociendo Nuestra Diversidad | 134


2. Por lo regular, ¿Cuántas bebidas que contienen alcohol (copas) te tomaste?

(0) 1 ó 2
(1) 3 ó 4
(2) 5 ó 6
(3) 7 ó 9
(4) 10 ó más

3. En los últimos 3 meses, ¿Con qué frecuencia tomaste 6 ó más copas en la misma
ocasión?

(0) Nunca
(1) Menos de una vez al mes
(2) Mensualmente
(3) Semanalmente
(4) Diario o casi diario

4. ¿Alguna vez has tenido la sensación de que deberías beber menos?

(0) No
(1) Sí

5. ¿Alguna vez te ha molestado alguien al decirte que deberías dejar de beber o be-
ber menos?

(0) No
(1) Sí

6. ¿Alguna vez te has sentido mal, culpable o con remordimientos por tu costumbre
de beber?

(0) No
(1) Sí

7. ¿Alguna vez lo primero que has hecho por la mañana ha sido beber para calmar los
nervios o “curarte la cruda”?

(0) No
(1) Sí

8.¿Con qué frecuencia tomaste alguna bebida alcohólica antes de tener o durante
las relaciones sexuales con hombres?

(0) No tuviste relaciones sexuales con hombres

Conociendo Nuestra Diversidad | 135


Tuviste relaciones sexuales con hombres y la frecuencia con la que tomaste una bebi-
da fue:

(1) Nunca
(2) Casi nunca
(3) Poco menos de la mitad de las veces
(4) La mitad de las veces
(5) Poco más de la mitad de las veces
(6) La mayoría de las veces
(7) Siempre

9. En los últimos 3 meses, ¿Consumiste alguna o algunas de las siguientes drogas? Mar-
ca las opciones necesarias

(0) No consumiste ninguna droga


(1) Marihuana, mota, churro
(2) Poppers o nitritos
(3) Anfetaminas, metanfetaminas: Benzadrina, Aktedrón, Esbelcaps
(4) Cocaína, polvo, pasta básica, pasta de coca, perico, nieve, grapa
(5) Heroína, opio, arpón, ficción, la H
(6) Éxtasis o tacha
(7) Cloruro de etilo
(8) Crack
(9) Pasta base
10) Otra(s), especifica: ______________________________________________

10. ¿Con qué frecuencia consumiste esa o esas drogas antes de tener o durante las
relaciones sexuales?

(0) No tuviste relaciones sexuales

Tuviste relaciones sexuales y la frecuencia con la que consumiste una droga fue:

(1) Nunca
(2) Casi nunca
(3) Poco menos de la mitad de las veces
(4) La mitad de las veces
(5) Poco más de la mitad de las veces
(6) La mayoría de las veces
(7) Siempre

Conociendo Nuestra Diversidad | 136


Estas preguntas se refieren a cómo te has sentido durante el último mes. Por cada
pregunta por favor marca la respuesta que más se acerque a la manera como te has
sentido. Durante el último mes…

1 Nunca
2 Casi nunca
3 A veces
4 Casi siempre
5 Siempre

Conociendo Nuestra Diversidad | 137


En la siguiente tabla encontrarás una serie de afirmaciones sobre cómo te puedes lle-
gar a sentir respecto a la comunidad LGBTTTI de México. Por favor lee cuidadosamente
cada afirmación y marca una de las 5 opciones de respuesta. Escoge la opción que
mejor aplique para ti. Recuerda que tus respuestas son anónimas y confidenciales, por
lo que te pedimos seas lo más sincer@ posible.

1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo

1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo

Conociendo Nuestra Diversidad | 138


Me gustaría convertirme en madre/padre por qué….

1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo

Conociendo Nuestra Diversidad | 139


1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo

Toda la información que proporcionaste será tratada con fines de investigación y con
principios éticos estrictos. Estamos segur@s de que tu participación es fundamental
para conocer a la comunidad LGBTTTI de México y datos que ayuden a erradicar la
discriminación.

Conociendo Nuestra Diversidad | 140


Anexo 2

Tabla de T de Student

Diferencias entre personas con hijos/as y sin hijos/as en consumo, salud, conexión comuni-
taria, aceptación de la heterosexualidad, temor al rechazo social, motivación a la parentali-
dad, discriminación y violencia.

Conociendo Nuestra Diversidad | 141


Anexo 3

Tabla de Análisis de Varianza (ANOVA)

Diferencias entre diferentes condiciones identitarias (Identidad sexo-genérica, orientación


sexo-afectiva, clase social y situación de pareja en Conexión Comunitaria (CC), Homofobia
Internalizada (HI, dividido en sus dos factores), Consumo de alcohol y otras drogas, Violencia,
Discriminación, Motivación a la Parentalidad y Depresión y Ansiedad.

30.33

13.96

9.88

14.03

9.97

28.99

17.54

*Presentamos únicamente las variables en donde las diferencias fueron significativas


Conociendo Nuestra Diversidad | 142
Anexo 4

Correlación de Pearson

Relación entre consumo, salud, CC, HI, motivación a la parentalidad, discriminación


y violencia.

M 13.77 30.24 26.26 12 8.04 45.2 26.17

D.E. 5.17 3.8 6.51 5.97 4.07 17.14 81.65

N 1852 2136 2039 1951 1988 1770 2491

*. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral)

Conociendo Nuestra Diversidad | 143

Das könnte Ihnen auch gefallen