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D.R. ActúaDF AC
CLUNI ACT1402120901T
Domicilio: Yacatas #508, Col. Narvarte Poniente, Delegación
Benito Juárez, C.P. 03020, Ciudad de México.
Teléfono: 62.86.09.93
http://www.actuadf.org/
Fotografía:
Mario Granados Villamil
Agradecimientos:
Agradecemos las aportaciones, asesorías y comentarios vertidos
durante el proceso de elaboración de este material:
Horacio F. Sivori
Adriana Leona Rosales Mendoza
Tania Esmeralda Rocha Sánchez
Carla Hernández Aguilar
Esta publicación fue elaborada con recursos del Consejo para Prevenir y
Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED).
En 1952 se publicó la 1ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Men-
tales (DSM) de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) con la intención de homologar
las distintas clasificaciones de enfermedades mentales existentes hasta ese momento. En
este documento, la APA incluyó a la Homosexualidad como una categoría de enfermedad
mental, presentando una vinculación entre la homosexualidad y algunas formas de desa-
juste psicológico, y la idea que ésta era necesariamente el síntoma de una enfermedad
mental (APA, 2002).
• 1973 la APA eliminó del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
a la homosexualidad como categoría diagnóstica de la sección de “Desviaciones
sexuales”, sin embargo se generó otra categoría para incluir las llamadas “al-
teraciones de la orientación sexual”.
Para que la ciudadanía y las y los tomadores de decisión implementen acciones, planes
y programas efectivos es necesario contar con evidencia que permita plantear opciones
que concuerden con la realidad y las necesidades sentidas por las y los integrantes del
movimiento de diversidad sexual LGBTI. Por tanto ActúaDF comprometida con el ejercicio
pleno de los derechos humanos y la participación de la población para generar insumos
que aporten al beneficio de la comunidad, se honra en presentar, en colaboración con la
Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y organizaciones aliadas como: Cuenta Conmigo
y la Federación Mexicana de Empresarios LGBT este documento que exhibe los resultados
de la encuesta “Conociendo Nuestra Diversidad, discriminación, sexualidad, derechos, sa-
lud, familia y homofobia”, como un aporte que pretende contribuir al conocimiento ac-
tual sobre la situación de dicha comunidad, además, de hacer un llamado a que todas
las acciones de gobierno deben ser en un marco de respeto a los derechos humanos y
potenciando de manera gradual el ejercicio pleno de éstos y exhortar a todas y todos los
ciudadanos a relacionarnos de manera respetuosa y sensible.
ActúaDF
Encuestadores/as:
Abraham de Jesús Andrade González
Esperanza Hernández Martínez
Karla Daniela Muñoz
Lourdes Adriana Betanzos Vilchis
Maira Lizbet Marcos Moreno
Miryam García Suárez
Yolanda Pérez Falcón
Beatríz Adriana de la Vega Briones
Cintia Karen Monroy Velázquez
Gloria Estefania Conde Guillermo
Paulina Gabriela Nieto Alba
Diana Mennoemi Romo Ramírez
Jessica Danae Parra Franco
Karen Gallardo Díaz
Leslie Lizeth Cardona Velázquez
Yancuitanesi Ruiz Flores
Odalis Abigail Ramírez Almaraz
Anayansi González Granada
Angela Xhidenhi Molotla Santoyo
Miriam Alejandra Toriz Luna
Rubén Velázquez Bustamante
Syanya Olivia López Lim
Ana María Ortega Mota
Berenice Anahi Miranda Martínez
Carlos Octavio Contreras de la Cruz
Leydi Magaly Perez Tovar
Sara Zenaida Hernandez Galicia
Elohim Ramírez
Lucia Mendez Hernández
María del Rocío Pérez Aldana
Jesus Ignacio Marrero Hernández
Mariana Berenice Hammeken Juárez
Jannette Martínez Galindo
Wendolyn Cortes Rojas
Gustavo Franco Córdova
Sayuri Estrada Romero
Alejandra Janet Cruz Cruz
Diana Afrodita Covarrubias Campos
García Lopez Areli
Abril Rocabert Monroy
Blanca Juárez Zaragoza
Erick Cruz Fuentes
Adriana Monserrat Miranda Mungía
Recordemos cómo ha sido esta historia. En 1997 por primera vez una mujer abiertamente
lesbiana, Patria Jiménez, rinde protesta como diputada de representación proporcional por
el Distrito Federal. Tres años más tarde, en el 2000, los derechos políticos de la comunidad
LGBTTTI se ratifican con la elección de Enoé Uranga -otra destacada lesbiana- como diputa-
da de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
En 1998 se realiza el Primer Foro sobre Diversidad Sexual y Derechos Humanos en la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, con lo que la comunidad LGBTTTI da pasos importantes para
garantizar que la definición de políticas públicas en su beneficio en la Ciudad de México se
Conociendo Nuestra Diversidad | 10
elabora desde un enfoque de derechos humanos. Paralelamente, se suprime a la homo-
sexualidad como una agravante en el delito de corrupción de menores.
Si bien la Marcha del Orgullo LGBTTTI ya llevaba 20 años realizándose, en 1999 toma por
derecho propio el Zócalo capitalino, con lo que el centro político del país se convierte en el
espacio de confluencia de la mayor manifestación anual de la diversidad sexual. Ese mismo
año, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal tipifica a la discriminación como delito en el
Artículo 281 Bis del Código Penal del Distrito Federal. Igualmente es el año en que se inaugura
la Clínica Condesa, la más grande en el país y de América latina dedicada al tratamiento
de personas con VIH y actualmente también especializada en la salud de personas LGBTTTI.
En el 2001, la Diputada Enoé Uranga presenta un primer proyecto de Ley de Sociedades de
Convivencia que debe esperar seis largos años de debate para ser aprobada en la Asamblea
Legislativa del DF. Así, el 16 de noviembre de 2006 se publica en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal para finalmente entrar en vigor el 17 de marzo de 2007. Si bien la Ley de Sociedades
de Convivencia tuvo como objetivo dar reconocimiento legal a los hogares formados por
personas sin parentesco consanguíneo, las parejas LGBTTTI fueron las que mejor la recibieron
como un primer paso hacia el reconocimiento de su derecho a formar una familia propia.
A partir de 2006 se producen grandes avances para sentar el piso sobre el que se han venido
construyendo políticas públicas y legislativas en aras de garantizar los derechos LGBTTTI. En
ese año se promulga la Ley para Prevenir y Erradicar la Discriminación del Distrito Federal, y
se reforma el artículo 206 del Código Penal para el Distrito Federal en el que se tipifica como
delito a la discriminación por orientación sexual. En 2007 el Gobierno del Distrito Federal
instaura el 17 de mayo como el Día de Lucha contra la Homofobia.
En 2010, el Palacio del Ayuntamiento de la Ciudad de México, sede del gobierno capitalino,
es el escenario para la celebración de los primeros matrimonios igualitarios, y es el año en
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratifica por mayoría la constitucionalidad de
la unión legal de parejas del mismo sexo.
Al año siguiente -2011- el Gobierno del Distrito Federal inaugura el Centro Comunitario de
Atención a la Diversidad Sexual en una zona emblemática para la comunidad LGBTTTI: la
Zona Rosa. Allí se les brindan servicios de prevención y detección de VIH, seguimiento a de-
nuncias ante el Ministerio Público o asesorías sobre matrimonio igualitario y adopción, entre
otros servicios.
A la par, se desarrollan diversos esfuerzos institucionales para evitar que las personas de la di-
versidad sexual sean víctimas de discriminación por los cuerpos de seguridad. En 2010 la Sub-
secretaría del Sistema Penitenciario inicia un mapeo de la población LGBTTTI en los 10 centros
penitenciarios, en tanto que la Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad
Pública del DF desarrolla sendos protocolos de actuación para la atención de las personas
LGBTTTI en aras de garantizar el respeto de sus derechos humanos.
En 2014 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprueba importantes reformas a la Ley
para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal con la finalidad de que la bifobia,
la lesbofobia, la transfobia y la homofobia sean consideradas como conductas discrimina-
torias. También aprueba reformas al Código Civil y al Código de Procedimientos Civiles del
DF con la finalidad de reconocer la identidad de género mediante un simple procedimiento
administrativo ante el Registro Civil, dejando atrás los procedimientos costosos y tortuosos que
lastimaban la dignidad de las personas trans.
2015 es un año crucial para la construcción de una cultura del trato igualitario y sin discri-
minación hacia la comunidad LGBTTTI, pues la Suprema Corte avala la tesis jurisprudencial en
el sentido de que bajo ninguna circunstancia se puede negar o restringir a alguna persona el
acceso o goce a un derecho por su orientación sexual. Asimismo, declara la inconstituciona-
lidad de cualquier ley federativa donde se considere que la única finalidad del matrimonio es
la procreación y que éste se pueda celebrar únicamente entre un hombre y una mujer. Por su
parte, el COPRED emite la Opinión Consultiva 01/2015, donde considera como una farsa las
terapias de conversión o reparativas que ofrecen “curar” la homosexualidad.
En este mismo año, el Gobierno del Distrito Federal decreta el 13 de noviembre como el Día
de las Personas Trans y crea la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia Intrafamiliar
(UNAVI) especializada para la población LGBTTTI. Asimismo, el 23 de noviembre declara a la
Ciudad de México como Ciudad Amigable LGBTTTI, en cuyo marco monumentos emble-
máticos como el Ángel de la Independencia, el Monumento a la Revolución, la Glorieta de
La Palma y el Paseo de la Reforma se visten con el arcoíris de la diversidad sexual y la firma de
la declaratorio conlleva acciones a cumplir por parte del Gobierno de la Ciudad de México.
Este breve recorrido histórico por la construcción de la política pública y legislativa en la Ciu-
dad de México nos permite observar que los cimientos de la cultura del trato igualitario y sin
discriminación hacia la comunidad LGBTTTI están puestos y son una base sobre la cual posar
lo pies para dar el gran salto cultural que se requiere para vivir en una sociedad donde los
derechos de todas y todos sean una realidad cotidiana.
Así pues, desde el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México
damos la bienvenida a investigaciones tan completas y comprometidas como ésta, que
ofrezcan nuevas miradas para un mayor conocimiento y comprensión del amplio arcoíris que
es la diversidad sexual y de género.
1. Introducción 17
3. Definición de conceptos 29
Orientación sexo-afectiva (OSA)
Identidad sexo-genérica (ISEGEN)
Nivel socio-económico (NSE)
Heternorma/heteronormatividad
Homofobia
Homofobia Internalizada
Motivación a la parentalidad
Consumo de alcohol y otras drogas
Depresión
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)
Parentalidad
8. Discriminación y Violencia 70
Discriminación
Violencia
Referencias 123
Anexos 127
Introducción
En este documento presentamos los resul- calidad en materia de sexualidad y dere-
tados de la Encuesta “Conociendo Nuestra chos, muestra de lo anterior es el esfuerzo
Diversidad: discriminación, sexualidad, dere- realizado en la Ciudad de México, ya que
chos, salud, familia y homofobia”. Desarrolla- contribuye a la recuperación de las expe-
mos este proyecto desde la Universidad Pe- riencias de las comunidades LGBTTTI en
dagógica Nacional (UPN), en colaboración toda América Latina con la intención de
con la Asociación Civil ActúaDF. Además, comprenderlas.
colaboraron con nosotros en la difusión dos
organizaciones: Cuenta Conmigo, A.C. y la La publicación de “Política, derechos,
Federación Mexicana de Empresarios LGBT. violencia y sexualidad: Encuesta Marcha
En este proyecto de investigación retoma- del Orgullo y la Diversidad Sexual 2008”
mos aspectos importantes de “Política, representó un avance importantísimo en
derechos, violencia y sexualidad: Encuesta términos de investigación, pues en ese mo-
Marcha del Orgullo y la Diversidad Sexual mento no existía mucha información sobre
2008”, desarrollada por un grupo de investi- la situación de la comunidad LGBTTTI mexi-
gadores de la Universidad Nacional Autóno- cana. Además de lo anterior, se convirtió en
ma de México (UNAM) en conjunto con un elemento fundamental para el activismo
Letra S, a través de del Centro Latinoame- y la generación de políticas públicas, pues-
ricano en Sexualidad y Derechos Humanos to que proveyó de información sumamente
(CLAM). La intención del presente documento fue relevante en torno a la vivencia de discri-
dar seguimiento y continuidad a la “Política, minación, violencia, derechos y sexualidad
derechos, violencia y sexualidad: Encuesta de una de las comunidades históricamente
Marcha del Orgullo y la Diversidad Sexual más marginadas en nuestro país. El hecho
2008” y ampliar el conocimiento actual so- de que se realizara investigación a gran es-
bre la situación de la comunidad Lésbico, cala con las minorías sexuales, implicó cierta
Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Tra- apertura a hablar del tema.
vesti e Intersexual (LGBTTTI) mexicana, con
particular énfasis en población de la Ciudad En nuestra calidad de académicos interesa-
de México. Consideramos importante men- dos en el campo de la sexualidad y la dis-
cionar que el CLAM lleva cerca de 10 años criminación, nos pareció sumamente impor-
realizando un trabajo continuo y de alta tante generar un proyecto de investigación
Conociendo Nuestra Diversidad | 17
para contar con más información sobre la periencias y vivencias, nuestra intención es
comunidad LGBTTTI mexicana. Debido a generar conocimiento holístico e integral so-
que en los últimos siete años han ocurrido bre diferentes aspectos relevantes de la vida
cambios legales, políticos y sociales que LGBTTTI mexicana. El vínculo entre discrimi-
conciernen y afectan a las personas de la nación y los riesgos de adquirir ITS, ha sido
diversidad sexual y afectiva, buscamos in- abordado mayormente por académic@s
dagar qué ha ocurrido del 2008 a la fecha. anglo-sajon@s, sólo conocemos un estudio
Ejemplo de dichos cambios es lo ocurrido en similar hecho en México (Ortiz-Hernández,
2009 tras la modificación del código civil del 2005). Los hallazgos de dicho estudio sub-
D.F., pues a partir del año 2010 se permite rayan la necesidad de vincular ambas vari-
el matrimonio entre parejas del mismo sexo, ables, pero también de incluir a la violencia,
lo cual generó mucho movimiento social, la Homofobia Internalizada (HI), las prácticas
sobretodo de las alas más conservadoras sexuales de riesgo y la Conexión Comunitar-
del país. Consideramos que las reacciones ia (CC). Debido a lo anterior, añadimos a las
opositoras, más que detener los cambios le- categorías discriminación, violencia, sexuali-
gales y políticos orientados a la construcción dad y derechos -exploradas en el texto “Políti-
de la igualdad, trajeron como consecuen- ca, derechos, violencia y sexualidad: Encues-
cia la visibilización de la comunidad LGBTTTI, ta Marcha del Orgullo y la Diversidad
colocando el tema de la diversidad sexual y Sexual 2008”-: a) conexión comunitaria;
afectiva a nivel político y mediático, lo cual b) nivel socio-económico; c) homofobia in-
subrayó la necesidad de trato igualitario, ternalizada, d.) consumo de alcohol y dro-
respetuoso y justo a nivel nacional. Como gas; e.) depresión y; f) Motivación a la
una reacción en cadena, en los años sigui- Parentalidad. Creemos que la exploración
entes se otorgaron distintos amparos a pare- de estas variables amplía la visión y el cono-
jas del mismo sexo para tener acceso al ma- cimiento de la comunidad LGBTTTI.
trimonio en Sinaloa, Chihuahua, Oaxaca,
Yucatán, Estado de México, Colima y Jalis- Cuando la Federación Mexicana de Empre-
co. Finalmente, en el 2015, la Suprema Corte sarios LGBT se acercó con nosotros para co-
de Justicia emitió una sentencia estipulando laborar en el proyecto, se evidenció la falta
como anticonstitucional no permitir a pare- de información sobre las condiciones so-
jas del mismo sexo casarse y adoptar hij@s. cioeconómicas de la comunidad. El primer
Estamos convencidos de que estos cambios autor del presente escrito ha participado en
legales han contribuido a generar transfor- la discusión del concepto “gay” y “LGBT”,
maciones sociales y psicológicas que deben subrayando que se trata de categorías ur-
ser sistematizadas y reportadas. banas y clasemedieras. Pese a lo anterior,
dichas discusiones se sustentaron en poca
Desde la salud pública, se ha hablado so- evidencia (Gutiérrez, 2012; Vargas, 2014). La
bre los riesgos que enfrentan las identidades Federación Mexicana de Empresarios LGBT
LGBTTTI -principalmente personas gay y trans- se encuentra interesada en conocer las
a adquirir infecciones de transmisión sexual características sociodemográficas de la co-
(ITS), y a experimentar diferentes formas de munidad para generar y poner en marcha
violencia. Si bien la violencia y las ITS han acciones que activen la participación de
sido abordadas en estudios previos, el sim- gays, lesbianas, bisexuales y trans en el mer-
ple hecho de describirlas abona poco a la cado nacional e internacional. En este sen-
comprensión de cómo se vive con ellas. A tido, es imposible negar la existencia de un
nuestro juicio, aislar variables como si fueran mercado global en el que México participa
“inherentes” a la comunidad, ha coadyuvado como resultado de políticas neoliberales. La
a perpetuar la patologización de estas per- comunidad LGBTTTI tiene una participación
sonas. Si bien en este proyecto abordamos activa en el mercado como consecuencia
como variables cuantitativas a ciertas ex- de las condiciones macro estructurales rela-
Conociendo Nuestra Diversidad | 18
cionadas con el género, el patriarcado y la dez, 2005), los riesgos sanitarios a los que se
heteronormatividad. Por ejemplo, en México enfrentan individuos LGBTTTI, encuentran su
sigue existiendo una diferencia importante origen en las condiciones de vulnerabilidad
entre los ingresos de hombres y mujeres, a y estigma social. Dicho en otras palabras,
pesar de que desempeñen el mismo trabajo el hecho de que miembros de esta comu-
(Instituto Nacional de las Mujeres e Instituto nidad tengan prácticas sexuales de ries-
Nacional de Estadística y Geografía, 2014). go, mayores niveles de consumo alcohol y
Lo anterior, además de estar atravesado por otras drogas, así como niveles más elevados
las condiciones macro estructurales recién de depresión y ansiedad, no responde al
mencionadas, habla de la participación ac- hecho de asumirse homosexual, bisexual o
tiva de grupos minoritarios. Muchas parejas transexual, sino que estas características son
de hombres y de mujeres tienen dificultades sistemáticamente estigmatizadas.
para tener hij@s, por lo que recurren a pro-
cedimientos de reproducción asistida y/o Los esfuerzos desde la salud pública se han
a la adopción, lo cual genera inversiones orientado a que la comunidad use con más
económicas importantes. Consideramos frecuencia el condón, dando por hecho que
pertinente contar con datos cuantitativos el preservativo protege contra las ITS. Si bien
sobre las condiciones socioeconómicas de se trata del método de barrera más eficaz
la comunidad, por lo que nos apoyamos en para proteger contra éstas, la simple promo-
el cuestionario diseñado por la Asociación ción de su uso no ha sido suficiente para dis-
Mexicana de Inteligencia de Mercado y minuir los niveles de infecciones del Virus de
Opinión Pública (AMAI). Inmunodeficiencia Humana (VIH) en nuestro
país (Centro Nacional para Prevención y el
Respecto a la discriminación hacia la comuni- Control del VIH y el SIDA, 2011). A nuestro
dad LGBTTTI, en nuestro país se han realizado juicio, las políticas públicas en materia de
esfuerzos por cuantificarla. Algunas investiga- salud no consideran las experiencias vividas
ciones han intentado operacionalizar las ac- por estas minorías sexuales, estrechando la
titudes negativas hacia la homosexualidad comprensión y el alcance de las mismas. En
(Lozano & Díaz-Loving, 2009; Parrini y Brito, congruencia con lo anterior, se ha invisibiliza-
2012), otras se han enfocado en la cuanti- do la violencia que este colectivo enfrenta
ficación de los asesinatos de odio por ho- todos los días, así como sus malestares de sa-
mofobia (Del Collado 2006; Letra S, 2014), lud y emocionales: consideramos importante
y unas más han evaluado las diferentes for- explorarlos debido a su origen particular en
mas de discriminación (Consejo Nacional la homofobia. Tomando en cuenta que la
para Prevenir la Discriminación, 2011). Vistos estigmatización también invisibiliza a los gru-
en conjunto, sus hallazgos señalan que la pos como colectivos y sujetos políticos, nos
homofobia es una expresión que discrimina parece importante recuperar su experien-
a personas que transgreden los estereotipos cia en el ejercicio pleno de sus derechos.
de género y está muy vinculada a la mascu- Uno de los derechos principales de todo ser
linidad hegemónica; que cerca de la mitad humano es el derecho a la libertad de ex-
de las personas mexicanas no aceptarían a presión y de asociación. Desde finales de los
una persona homosexual para que viviera en setentas, la comunidad LGBTTTI mexicana los
su casa, y; que existen cientos de casos de ejerce mediante la organización de la mar-
asesinatos por homofobia que no han sido cha anual del Orgullo y la Diversidad Sexu-
resueltos por las instancias que procuran jus- al. Esta marcha se celebra el último sábado
ticia. Sin lugar a dudas, estos datos establecen de junio en el DF, recordando los violentos
la existencia de una forma particular de dis- hechos cometidos en contra de hombres
criminación y violencia: aquella motivada por gay, bisexuales, lesbianas y trans en Stone
la homofobia. De acuerdo con otras inves- Wall Inn en Nueva York en 1969.
tigaciones (Meyer, 1995, 2003; Ortiz-Hernán-
Conociendo Nuestra Diversidad | 19
La marcha en México ha tenido su propia la diversidad sexual mucho más amplia.
historia. De acuerdo con la investigación de
Laguarda (2009), el movimiento gay como Con los primeros casos de VIH en México,
movimiento social inició en la década del el Estado respondió de manera negligente
sesenta cuando un grupo de artistas e in- al declarar, inclusive, que el Síndrome de
telectuales mexicano@s se comenzó a reunir Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) era un
en espacios privados para hablar de sus ex- castigo divino contra los homosexuales. Esta
periencias erótico-afectivas y la necesidad indolencia fue la que permitió que colecti-
de encontrar espacios de libre expresión. vos homosexuales se organizaran para dar
Fue hasta 1978, en la marcha que conmemo- respuesta a lo largo de todo el territorio na-
raba los 10 años de la matanza de Tlatelolco, cional -aunque no fueron exclusivamente
que un colectivo abiertamente homosexual personas homosexuales- (ver García, 2009).
se unió a la misma con demandas políticas Dicha organización se vio fortalecida por el
más concretas e identificando su orientación discurso de los Derechos Humanos, específi-
sexo-afectiva (OSA) abiertamente, lo cual camente los Derechos Sexuales y Reproduc-
marcó un cambio importantísimo en el tivos (Diez, 2010; García, 2009; Mogrovejo,
movimiento gay mexicano. En 1980 se llevó 2008; Núñez, 2005), a saber, los Derechos a la
a cabo la primer marcha del Orgullo Ho- libertad de expresión sexual, a la vinculación,
mosexual. Las marchas se desarrollaron con y a tratamientos efectivos y gratuitos, entre
ciertas dificultades, pues solían enfrentarse a otros. De acuerdo con García y sus colabora-
expresiones sociales y políticas de homofo- dores (2009), esta organización promovió el
bia. No obstante, estas marchas fueron el ini- acceso a tratamientos médicos y de salud
cio de una organización socio-política sobre para la comunidad LGBTTTI. Sin embargo, el
Una vez realizadas las modificaciones necesarias, acordamos las variables que considerába-
mos más importante incluir. Decidimos abordar el consumo de alcohol y otras drogas; sínto-
mas de depresión (por tratarse de síntomas vinculados a la discriminación hacia personas
LGBTTTI, Ortiz-Hernández, 2005); Conexión Comunitaria (CC, por tratarse de una forma de
construir comunidad y una identidad colectiva que disminuye el estigma y fortalece la sa-
lud, Frost & Meyer, 2012); la Homofobia Internalizada (HI, por tratarse de una variable que se
asume gracias a la heteronormatividad y que obstaculiza la participación ciudadana, el ejer-
cicio de derechos y empobrece el estado de salud, Ross y Rosser, 1996); y la Motivación a la
Parentalidad (MalaP, por tratarse de un tema novedoso en México a la luz de la posibilidad de
adoptar hij@s). Las escalas de consumo de alcohol y drogas, de depresión, y de homofobia
internalizada, ya habían sido validadas en población LGBTTTI mexicana por Ortiz-Hernández
(2005), mostrando confiabilidad alta y una estructura factorial y validez aceptable. Debido
a que las demás escalas no estaban ni confiabilizadas ni validadas, llevamos acabo un pro-
ceso de adaptación cultural y después los análisis estadísticos pertinentes para la confiabi-
lización y validación. Primero, una traducción doble de las dos escalas restantes (conexión
comunitaria y motivación a la parentalidad) que consistió en que uno de nosotros tradujera
cada reactivo del inglés al español y después el otro autor tradujera esos reactivos (ya tra-
ducidos) nuevamente al inglés. Comparamos las dos versiones en inglés para encontrar dis-
crepancias. En ningún caso encontramos diferencias, empero, analizamos las preguntas en
español para ver su pertinencia cultural al contexto mexicano y realizamos cambios menores
con el fin de que fueran más claras.
Seguidamente, llevamos a cabo un análisis de fiabilidad a través del alfa de Cronbach para
cada uno de los instrumentos. En los tres instrumentos, los resultados arrojaron niveles de con-
fiabilidad buena o excelente, por lo que no fue necesario eliminar reactivos, ya que al hacer
esto, ninguno elevaba el alfa total. En las siguientes tablas, resumimos los datos de con-
fiabilidad (alfa de Cronbach) y de validez (peso factorial de cada reactivo, valor propio de
cada factor del instrumento, y la varianza explicada). En el caso de CC y de MalaP, el análisis
ortogonal inicial resultó con dos factores con un valor propio mayor a 1, empero, al analizar
los pesos factoriales de cada reactivo, observamos que los reactivos del segundo factor ob-
tenían un peso factorial más alto en el primer factor, por lo que optamos por constituir esas
dos escalas con un sólo factor. La escala de HI fue la única que obtuvo dos factores clara-
mente diferenciados. Aunado a lo anterior, encontramos que el primer reactivo resultó con
un peso factorial menor a 0.4, por lo que lo eliminamos de la escala.
Parentalidad
Motivación a la parentalidad
Se trata de un proceso complejo que in-
Con este término hacemos referencia al volucra distintos tipos de relaciones entre
deseo que tienen las personas para tener hi- madres, padres e hij@s. Dichas relaciones
j@s, el cual suele asociarse con emociones se crean, modifican y negocian a partir de
como la felicidad y con efectos positivos en los arreglos y las prácticas de crianza, por
la familia/pareja. En congruencia con lo an- lo que la capacidad de construir vínculos
terior, este deseo se convierte en una fuente de apego y representarlos mentalmente a
de satisfacción personal que se asocia con manera de experiencias es fundamental.
la propia identidad, por último, puede rela- Utilizaremos este término para referirnos a las
cionarse con el deseo de continuidad tras la formas de convivencia que han desarrolla-
muerte y con ciertos mecanismos de control do personas LGBTTTI con sus hij@s
social, ya que obedece a normatividades
culturales.
Depresión
Perfil Sociodemográfico
Sexo, identidad sexo-genérica y orientación sexo-afectiva
De 2987 personas que respondieron a esta pregunta, el 68.8% indicaron que se les asignó el
sexo “hombre” al nacer, mientras que al 31.1% se les asignó “mujer”.
Los datos de arriba muestran la OSA, considerando su ISEGEN y resultando que: se consideran
gay 1267 hombres, 35 mujeres, 10 hombres trans, 11 travestis y 8 transexuales. Se consideran
lesbiana: 18 hombres, 408 mujeres, 8 mujeres trans y 6 hombres trans. Indicaron OSA homo-
sexual: 423 hombres y 31 mujeres. Respondieron ser bisexuales: 208 hombres, 283 mujeres, 5
mujeres trans y 5 travestis. Por último, se consideran asexuales 15 hombres, 19 mujeres y 7 hom-
bres trans.
Esta tabla muestra la distribución de edades agrupando a las personas conforme a su OSA.
Gays: 147 menores de 18 años, 584 de 19 a 29 años, 213 de 30 a 39 años, 78 de 40 a 49 años,
22 de 50 a 59 años y 12 de 60 años o más. Lesbianas: 35 menores de 18 años, 226 de 19 a 29
años, 75 de 30 a 39 años, 24 de 40 a 49 años, 6 de 50 a 59 años y 5 de 60 años o más. Ho-
mosexuales: 45 menores de 18 años, 218 de 19 a 29 años, 71 de 30 a 39 años, 19 de 40 a 49
años, 10 de 50 a 59 años y 6 de 60 años o más. Bisexuales: 98 menores de 18 años, 244 de 19
a 29 años, 64 de 30 a 39 años, 17 de 40 a 49 años, 8 de 50 a 59 años y 6 con 60 años o más.
Asexuales: 7 menores de 18 años, 20 de 19 a 29 años, 2 de 20 a 39 años, 2 de 40 a 49 años y
1 de 50 a 59 años. Heterosexuales: 55 menores de 18 años, 223 de 19 a 29 años, 88 de 30 a 39
años, 47 de 40 a 49 años, 24 de 50 a 59 años y 13 de 60 años o más. Queers: 2 menores de 18
años, 46 de 19 a 29 años, 34 de 30 a 39 años, 15 de 40 a 49 años, 5 de 50 a 59 años y 1 de 60
años o más.
Alrededor del 70% de l@s participantes viven en la Ciudad de México y su área metropoli-
tano. En un lejano segundo lugar, se encuentran quienes habitan en la ciudad de Guadala-
jara (3%).
En esta gráfica mostramos la religión practicada actualmente por l@s encuestad@s según
su OSA. La religión mayormente practicada es la católica, seguido del ateísmo. En la gráfica
siguiente, según ISEGEN, los resultados se invierten, es decir, el ateísmo se convierte en la
primer opción de respuesta y le sigue el catolicismo.
Los datos señalan que en todos los casos, la mayoría de las personas cuenta con educación
superior completa, seguida de educación superior incompleta y posgrado. Existe la misma
tendencia en cuanto a ISEGEN.
Casi la totalidad de l@s participantes ganan un salario mínimo o menos. Sin embargo, la pre-
gunta con la que se midió esta variable no toma en cuenta si dependen económicamente
de alguien más, lo cual puede explicar por qué la media de ingresos es tan baja. Esta
afirmación se ve respaldada por los datos mostrados en la siguiente gráfica:
Llama nuestra atención que para los NSE altos (AB) y el más bajo (D) sólo aparecen hombres
y mujeres. Las personas trans (transgénero y transexuales) se encuentran al centro de la dis-
tribución y van desde un nivel C+ a un D+, por lo cual podemos inferir que existen recursos
económicos suficientes para invertir en el cambio de identidad y de cuerpo. Las siguientes
gráficas ayudan a poner los datos anteriores en perspectiva. Por ejemplo, vemos que la per-
sona que aporta el mayor ingreso al hogar donde viven las personas encuestadas tiene estu-
dios superiores concluidos, a diferencia del participante.
Pese a lo anterior, la gran mayoría de las viviendas cuentan con uno o dos baños con regade-
ra y WC. El 6% reportó que no tenían regadera funcionando en su hogar, lo cual representa
una cifra elevada para habitantes de la Ciudad de México.
Finalmente, los datos muestran que más del 80% de los hogares de l@s participantes tienen
algún acabado en el piso. Los datos recabados sobre los ingresos y el nivel socio-económico
de la comunidad LGBTTTI de la Ciudad de México, muestra que la mayoría se ubica en un
nivel medio, específicamente C-, C y C+. Esto significa que priorizan gastos en educación,
entretenimiento, comunicación y ahorro, así como vestido y calzado, salud y cuidado de
su hogar. Cabe aclarar que cuando miramos los datos por individuo, vemos a personas con
Consideramos importante subrayar que las personas que se definen como “queer” suelen
tener mayores ingresos y, por lo tanto, pertenecer a un NSE alto (AB). Ocurre algo similar con
hombres gay (AB y C-), pero las mujeres lesbianas se clasifican de C para abajo. Las personas
bisexuales se ubican en niveles más bajos (entre C y D). Otro dato interesante es que las
personas trans no aparecen ni en el nivel AB ni en el D, de tal manera que no suelen formar
parte de las orillas. En términos generales, los datos indican que la comunidad LGBTTTI: goza
de ciertos privilegios monetarios; tiene altos niveles de educación, y; que no sólo cubren con
todas sus necesidades básicas (hogar, servicios y salud, por mencionar algunos), sino que
puede darse lujos en telecomunicaciones y distintas formas de entretenimiento (computado-
ras, celulares, bares, discotecas, restaurantes y cine).
Datos como estos sustentan una discusión vigente en la academia mexicana de qué tan
extenso puede ser el concepto “gay” o “LGBTTTI”. En general, estas polémicas no han sido
publicadas y sostienen que se trata de conceptos urbanos y clasemedieros (Lozano-Verduz-
co y Rocha en 2015; Vargas, 2014). Los debates han usado principalmente argumentos históri-
cos (Laguarda, 2009) y políticos (Vargas, 2014), pero carecen de referencias cuantitativas. En
esta muestra encontramos datos empíricos que pueden sustentar que en efecto lo LGBTTTI
aplica sobre todo para las clases medias urbanas. Por un lado, las clases altas, debido al
privilegio económico, social y posiblemente político, no requieren de nombrarse bajo alguna
identidad disidente, puesto que tienen la mayoría de sus necesidades cubiertas y este estatus
les protege de algún tipo de subordinación social por el ejercicio de su sexualidad. Recor-
demos que estos conceptos nacieron con la intención de dialogar con el Estado para re-
solver necesidades específicas a través de políticas públicas (De la Dehesa, 2010; Diez, 2010;
Mogrovejo, 2008). Por otro lado, podemos pensar que las clases más bajas no cuentan con el
acceso a espacios y contextos que les acerquen a estos conceptos y, por lo tanto, carecen
de cierto capital cultural que les permita comprender dichos conceptos y su aplicabilidad
para su vida personal. En este sentido, las clases más bajas tienen acceso a otros conceptos
que denotan una jerarquía en el orden sexual y dificultan la vida cotidiana. Ejemplos de lo an-
terior son las denominaciones “jota”, “marica”, “vestida”, “choto” y “mampo”, por mecionar
algunas (Núñez, 2009; Prieur, 2008).
La mayoría de las personas entrevistadas (67.1%) viven solas; le siguen las que viven con su
madre (12.5%); con su padre (8.3%), con sus hermanos (5.3%), con su pareja (4.2%) y el resto
que alcanza menos del 1% viven con amigos, abuelos, tíos, primos y padrinos. Este resultado
es muy peculiar, ya que en la encuesta llevada a cabo por el CLAM (2012), la mayoría de los
entrevistados de la comunidad LGBTTTI, vivían con su familia.
Situación de pareja
Sobre su vida en pareja, podemos observar que son muy pocos los que se encuentran casa-
dos, pues representan solo el 4.8%, mientras que l@s solter@s el 51%; l@s que están saliendo/
noviando el 28.16%; l@s juntad@s el 13.5%; las personas en sociedad de convivencia represen-
tan el 2.28%; en concubinato el 0.1%; con pareja abierta el 0.03% y viud@ el 0.03%. Debemos
recordar que se trata de una muestra relativamente joven (aproximadamente entre 18 y 35
años), lo que podría abonar a comprender la alta frecuencia de personas solteras. Si bien las
instituciones del matrimonio y de la pareja son importantes en nuestra sociedad (ejemplo de
ello la demanda por parte de la comunidad LGBTTTI por incluirse en ellas), los datos de esta
gráfica señalan una postergación para adquirir matrimonio (en términos cronológicos). Otra
explicación puede ser que debido a la reciente aprobación del matrimonio en la Ciudad
de México, que la comunidad LGBTTTI aún está en proceso de incorporar esta meta en su
proyecto de vida. Desde otra perspectiva, se puede especular, que esta comunidad cues-
tiona la institución matrimonial como una figura que reproduce la heteronormatividad, sobre
todo la idea de monogamia, fidelidad y permanencia de la pareja.
La situación de pareja más común para personas que se identifican como gay, homosexual,
bisexual y asexual, es la soltería; seguido de estar saliendo/noviando; de estar en pareja sin
estar casad@s o en sociedad de convivencia; l@s que están casad@s y, por último; l@s que se
encuentran en sociedad de convivencia. El que la última opción para vivirse en pareja sea la
sociedad en convivencia, puede deberse al desconocimiento de dicha figura jurídica, pues
el 55% de las personas entrevistadas la desconocen. Del grupo que se identifica como asexu-
al, sólo hay personas solter@s y saliendo/noviando. Las personas que se identifican como les-
bianas, en su mayoría están saliendo/noviando, después siguen las solteras, juntadas, casa-
das y en sociedad de convivencia. Llama la atención que las lesbianas prefieren sentirse en
pareja (aunque sea “saliendo”), en comparación con las demás OSAs. Esto se puede deber a
diferencias de género. En general, los estereotipos de la feminidad permiten que las mujeres
muestren sus afectos de manera continua a comparación de los hombres y que se sientan
más valiosas al estar en pareja. En cambio, las normas de la masculinidad dificultan que los
hombres expresen abiertamente una gama amplia de emociones e intimidad, además de
que promueven las relaciones sexuales con múltiples parejas, por lo que no se vuelve priori-
dad tener una pareja monógama en su plan de vida. En cuanto a las personas asexuales, la
poca investigación al respecto señala que existe un grupo de asexuales romántic@s y otro
de asexuales sexuales (Graham, 2007), lo que significa que hay personas asexuales que no
desean mantener actividades sexuales genitalizadas, pero sí vincularse románticamente con
otr@s. Cuando vemos la situación de pareja según la identidad sexo-genérica, encontramos
datos similares y congruentes con lo reportado con anterioridad.
Parentalidad
El 98% de las personas entrevistadas respondió no tener hijo@s. Una primera explicación surge
al explorar la edad de l@s encuestados, pues el 55.7% tiene entre 19 y 29 años de edad, por
lo que se trata de personas jóvenes que pueden postergar la decisión de convertirse en p/
madres. A diferencia de las personas heterosexuales que tienen el “derecho natural”
de tener hijos/as, las personas con OSA/ISEGEN disidentes tienen que ganarse ese derecho
inclusive ante sí mism@s (Haces, 2006). Uno de los mayores obstáculos para que las personas
LGBTTTI se conviertan en madres o padres es la percepción social, pues deben de justificar ser
“buenos padres”. En la misma línea, podemos sugerir la influencia de la HI, es decir, el rechazo
sistemático de las propias personas homosexuales hacia su orientación sexual (Castañeda,
1999). Para muchas personas LGBTTTI la parentalidad no representa siquiera una opción de
vida (Lozano & Jiménez, 2010); podemos suponer que se trata de adultos con modelos alter-
nativos de vida.
Una vez que finalizamos con la estadística descriptiva, procedimos a realizar compara-
ciones entre las personas que ya tienen hijo@s y aquellas que no en diferentes vari-
ables. Existen diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la aceptación
de la heterosexualidad entre personas con y sin hij@s (p=.001), pues las personas con
hij@s puntúan más alto en esta variable, lo que señala la posibilidad de que las per-
sonas LGBTTTI con hij@s se apeguen a un modelo heteronormativo que promueve la
formación de una familia y que se relaciona con la aceptación de la heterosexu-
alidad. De manera inversa, las personas sin hij@s tienen más temor al rechazo social
(p=.04) y han vivido mayores niveles de violencia (p=.01). Esto indica que aquellas per-
sonas LGBTTTI que crían infantes se apegan a la heteronorma y son vistas como menos
amenazantes ante la sociedad homofóbica. Es decir, el hecho de tener hij@s es una
forma de ser aceptad@ en una sociedad que tradicionalmente discrimina y margina a
aquellas OSAs e ISEGENs disidentes.
1 Preferimos alejarnos del concepto familia, pues remite a un grupo social que tiene su origen en el matrimonio monógamo formado por un hombre, una
mujer y sus infantes, en donde los miembros cuentan con ciertos derechos y prohibiciones sexuales y encontramos útil el concepto de parentalidad, pues
entendemos que la OSA y la ISEGEN no interfieren con el ejercicio de labores de crianza de las personas.
Los porcentajes suman más del 100% porque algunos/as participantes han compartido su identidad LGBTTTI con más de una de las opciones del
cuestionario.
Es importante comprender que desde la última vez que se aplicó la encuesta, ha aumen-
tado el uso de teléfonos inteligentes y sus diferentes “apps”, entre ellas aplicaciones cuyo
propósito es localizar a personas cercanas con quienes entrar en contacto. Es posible que
debido a este cambio tecnológico, las personas acudan en menor medida a baños y saunas
con el fin de encontrar sexo sexo, pues usan el internet para lograr este fin.
Discriminación
Los datos señalan que 31% de las personas encuestadas han vivido algún tipo de violencia
debido a su OSA y/o su ISEGEN. Puede parecer un número “bajo”, sin embargo, el que casi
una tercera parte de una minoría viva estas experiencias es una de las razones por las cuales
sigue en un estatus minoritario. Los totales de cada columna suman más del 100% por que hay
personas que reportan haber vivido más de un tipo de violencia. Las formas más comunes
fueron “burlas”, en un 71%, seguido de “insultos/amenazas” en un 53% y “acoso sexual” en
un 34%.
De acuerdo con estudios previos, sobre todo llevados a cabo en países anglosajones (Omoto
y Kurtzman, 2006), y algunos mexicanos (Granados-Cosme y Delgado, 2008; Ortíz-Hernández,
2005), existe una asociación importante entre la HI y la salud mental, específicamente la de-
presión y el consumo de sustancias (alcohol y otras drogas). Sin embargo, de acuerdo con
nuestra búsqueda, sigue existiendo poca información sobre la relación entre estos dos con-
ceptos en México.
Aunque los datos encontrados son preocupantes, es importante mencionar que se trata de
síntomas aislados y no de un cuadro depresivo completo. En el caso específico de la comu-
nidad LGBTTTI, sabemos que entre más alto sea el nivel de homofobia internalizada, mayores
serán los niveles de depresión. Si bien las personas encuestadas pueden presentar síntomas
depresivos y ansiosos por cualquier razón, existe evidencia para pensar que debido a que
no aceptan su OSA y/o ISEGEN se deteriora su salud mental. Específicamente sabemos que
tener OSA e ISEGEN disidentes genera emociones como la culpa y el miedo (Grana-
dos-Cosme y Delgado-Sánchez, 2008; Lozano, 2015a, 2015b): emociones que juegan un
papel fundamental en trastornos depresivos.
En esta pregunta, agregamos más opciones de respuesta que las contenidas en la versión
aplicada en la Ciudad de México en 2008. Según los análisis realizados por el primer autor de
este texto en investigaciones previas, un aspecto que ha quedado invisibilizado por el mo-
vimiento del orgullo y la diversidad sexual mexicana es la lucha contra las diferentes formas
de la homofobia, que muchas veces son sutiles y simbólicas: debido a esto, decidimos agre-
garla como opción de respuesta. Curiosamente, fue la que obtuvo mayor porcentaje (31%),
seguido de la igualdad de derechos (30%), educación sin discriminación (23%), y mayor inte-
gración social (12%). Llama la atención que un porcentaje importante de l@s participantes
consideren que la principal exigencia de la comunidad debe ser igualdad derechos, debido
a que los derechos más peleados y solicitados por la comunidad (matrimonio y familia), ya
han sido aprobados para esta minoría en algunas ciudades y estados. Es posible que esta
exigencia también implique la igualdad de derechos en la práctica y ejercicio y no solo en
las leyes.
En esta variable, vemos que existen diferencias estadísticamente significativas entre dife-
rentes grupos. Por ejemplo, vemos que hay diferencias importantes entre gays y lesbianas
(p=.000) y entre gays y queers (p=.000). Las lesbianas puntúan más alto en esta variables y l@s
gays más alto que l@s queer. Esto señala que las lesbianas se sienten parte de la comunidad
LGBTTTI, participan más activamente en ella y se sienten más orgullosas de su identidad en
comparación con las personas que se definen como gay. Esto mismo sucede entre las per-
sonas gay y las personas queer, lo cual se puede deber a que justamente el principio queer
es el rompimiento crítico con las identidades impuestas por los sisemtas sexuales y de género
actuales (que incluyen la producción de las identidades LGBTTTI), de tal manera que son
personas que no se sienten ni parte, ni orgullos@s de esta comunidad. Podría problematizarse
que a pesar de este nivel “bajo” en la variable de CC, son personas que acuden a la Marcha
anual del orgullo y la diversidad sexual. En este sentido, debemos de reconocer el poder y el
peso de las palabras y conceptos; hablar de “diversidad sexual” puede representar un cam-
bio paradigmático si se compara con el concepto “comunidad LGBTTTI”, pues este último
hace referencia únicamente a personas identificadas como lesbianas, gay, bisexuales, trans-
género, transexuales, travesti e intersexuales. Estas identidades son normadas por sistemas de
sexo/género heteropatriarcales que pueden llegar a limitar la expresión de las personas que
se identifican así. En cambio, el concepto de “Diversidad sexual” apunta hacia la centrali-
dad de lo diverso en el ejercicio de la sexualidad, del género y del cuerpo. No obstante, de
acuerdo con Núñez (2005) y Mogrovejo (2008), a pesar de que esta era la intención inicial
de dicho concepto, éste ha quedad coptado por el mismo sistema y se limita nuevamente
a señalar a lo LGBTTTI como lo “diverso”. Puede ser que las personas que se identifican queer
y que contestaron la encuesta estén participando de una modificación epistemológica de
este concepto para hacerlo nuevamente más inclusivo.
Los resultados también muestras que las lesbianas puntúan significativamente más alto que
l@ homosexuales (p=.000) y que l@s queer (p=.000). Nuevamente se puede interpretar que
son las lesbianas quienes se consideran más participes de la comunidad LGBTTTI que las per-
sonas homosexuales y las queer. El término homosexual es generalmente usado para identi-
ficar a hombres (aunque por supuesto, también hay mujeres que usan este concepto para
identificarse). Estos datos tienen sentido al comprender que “homosexual” no es una identi-
dad considerada dentro de la comunidad LGBTTTI, a pesar de que hay personas que así se
definen. Esta exclusión puede dar sentido a las diferencias en estos puntajes. Consideramos
que es curioso encontrar que hay diferencias significativas entre los puntajes reportados por
personas homosexuales y personas queer, donde las personas queer puntúan más alto que
las homosexuales. Lo describimos como algo peculiar, porque, tal y como lo expusimos
anteriormente lo queer pretende criticar y romper con las identidades y normas impuestas.
Es posible que la manera en que se ha entendido el concepto queer a nivel identitario en
México no sea acorde con los supuestos teóricos producidos desde la academia y que más
Conociendo Nuestra Diversidad | 115
bien el concepto de “homosexual” es el que resulta más disidente, o en todo caso, menos
dispuesto a participar en la comunidad LGBTTTI. También es posible que las personas queer
hayan construido una sensación de comunidad entre ell@s y que esta comunidad apoya la
petición de derechos igualitarios.
Otra diferencia significativa se encuentra entre los puntajes de personas bisexuales y perso-
nas queer (p=.000), donde las personas bisexuales puntúan más alto (casi tan alto como las
lesbianas). Esto se puede deber a una lucha mas o menos larga y silenciosa de parte de las
personas bisexuales por inclusive ser consideradas parte de la comunidad LGBTTTI. Algunos
testimonios de personas bisexuales refieren a una sensación de discriminación tanto de parte
de la comunidad heterosexual como de la comunidad lésbico-gay. Esta especie de discrimi-
nación puede resultar en una sensación más fuerte de pertenencia a través de lo que Unger
(2000) nombra “marginalidad positiva”, ya que la marginación que vivió la comunidad bi-
sexual permitió su re-organización y el fortalecimiento de la identidad colectiva (Tajfer y Tur-
ner, 1979, citado en Jetten, Pstmes y Haslam, 2009) para luchar y convencer de que forman
parte de la comunidad LGBTTTI.
También observamos que hay diferencias estadísticamente significativas en esta variable en-
tre personas que se identifican como hombres y las que se identifican como mujeres (p=.000)
y entre hombres y transgénero (p=.002), donde las mujeres puntúan más alto que los hombres
y las personas transgénero más alto que hombres y que mujeres. El hecho de encontrar ma-
yores niveles de CC entre lesbianas y mujeres puede apuntar hacia una cuestión de género,
específicamente referido a la feminidad. Desde la psicología, se ha visto que existen una
serie de rasgos asociados a la feminidad tradicional mexicana como el afecto, el bienestar
común, la interacción social y la ternura. Si comprendemos que las mujeres suelen ser so-
cializadas para presentar características como estas, es mucho más probable que se sientan
involucradas en problemas que no nada más les atañen a ellas, sino a otras personas en situ-
aciones similares. Los puntajes de las personas transgénero, son los puntajes más altos, segui-
dos de los de hombres trans, travestis y transexuales. Estos puntajes señalan una integración
importante de las personas trans dentro de la comunidad LGBTTTI. Esto se puede deber a que
son las personas más discriminadas y violentadas y que el formar parte de esta comunidad
les permite denunciar estas subordinaciones y encontrar una plataforma donde actuar para
mejorar sus condiciones de vida.
Los datos muestran correlaciones significativas, aunque bajas y negativas entre CC y uno de
los factores de HI (ver Anexo 4). Estos datos señalan que a mayor nivel de CC, menor niveles
de HI. En efecto, entendemos que debido a que la comunidad LGBTTTI se siente hasta cierto
punto conectada entre sí, los asuntos sociopolíticos que afectan a alguna parte de la co-
munidad le afectan a esa persona, lo que permite disminuir niveles de rechazo hacia un@
mism@. La CC también implica el compartir aspectos personales con otras personas que se
identifican de la misma manera y que comparten un estatus de subordinación, lo cual disipa
sentimientos “negativos” (Lozano, 2014). Se trata de algo importante, debido a que entre
más se organiza la comunidad, entre más comparten sus miembros, discuten y ocupan espa-
cios públicos de diferente índole, mayor comodidad existe en su propia sexualidad y cuerpo,
pese a los niveles de homofobia externos a ell@s.
Respecto a las diferencias entre las categorías en la HI, encontramos que existen discre-
pancias en la Aceptación de la Heterosexualidad entre personas que se identifican como
hombres y aquellas que se identifican como mujeres trans (p=.019), y; entre personas que se
identifican como “mujer” y como “mujer trans” (p=.044). Como lo señalamos en su momento,
las personas trans suelen vivir con mayor frecuencia episodios de discriminación y violencia.
En este caso, la mujeres trans se enfrentan a un doble estigma: el vivirse mujer y renunciar a un
supuesto poder patriarcal que se otorga a todos los hombres (Amorós, 1992), así como trans-
gredir las normas del género. Inclusive, si no vivieran la discriminación y violencia de manera
tan frecuente como otros subgrupos, este doble estigma se vive todos los días, lo cual podría
explicar los niveles altos de HI.
Los datos también muestran que existen diferencias significativas entre personas solteras y
juntadas (p=.000) y personas “noviando” (p=.000) en cuanto a la Aceptación de la Hetero-
sexualidad. Respecto al temor al rechazo social, existen diferencias entre personas solteras
y juntadas (p=.000), solteras y casadas (p=.002) y solteras y en sociedad de convivencia
(p=.011). En todos los casos, las personas solteras reportan mayores niveles de HI en compara-
ción con las demás situaciones de pareja.
Recordemos que más de 500 personas que respondieron la encuesta se identificaron como
heterosexuales, un dato que nos llama mucho la atención. Nos gustaría pensar que se trata
de heterosexuales que se consideran aliad@s de la comunidad LGBTTTI (ya que la instrucción
para contestar la encuesta indicaba que debían tener tal afinidad). Esto se puede deber a
la visibilización de la comunidad, resultado de cambios jurídicos y sociopolíticos en años re-
cientes. Otra explicación es el sesgo metodológico inherente a buscar participantes a través
de redes sociales, pues el que una persona heterosexual exprese a través de redes sociales
que apoya a la comunidad LGBTTTI, puede deberse a la deseabilidad social, es decir, “ganas
de quedar bien” ante el público que le lee. Desde una interpretación menos optimista, es
posible pensar que estas personas contestan con cierta finalidad de ejercer poder y controlar
las acciones organizadas de la disidencia sexual (de manera no consciente o poco clara). Es
decir, el simple hecho de contestar la encuesta, puede en realidad ser un ejercicio de poder
que se hace desde la heteronorma debido a que pueden sentir amenazada su identidad y
su OSA.
Trabajamos con una muestra no probabilística intencional, sin embargo, realizamos un gran
esfuerzo para acceder a personas que se definen como LGBTTTI que no necesariamente acu-
den a la marcha anual. Si bien no podemos generalizar los resultados, se trata de una mues-
tra bastante grande y diversa. Además, para poder acceder a una muestra representativa,
se necesita contar con un censo general de las personas LGBTTTI. Debido a que la comuni-
dad ha sido históricamente invisibilizada, dicho censo no existe, por lo que los esfuerzos inves-
tigativos con muestras tan grandes como la nuestra, permiten comprender de mejor forma
la manera en que vive la comunidad. Además, a pesar de los cambios importantes en años
recientes, la homofobia cultural aún afecta a muchas familias y personas, por lo que el “salir
del clóset”, puede aún ser complicado. El acceso a través de internet a nuestro cuestionario,
pudo haber facilitado el contacto con personas en esta situación.
Un hallazgo que consideramos de lo más relevante tiene que ver con el NSE en el que se
sitúan l@s participantes. Nuestros hallazgos sirven como evidencia empírica para considerar
a las categorías “gay” y “LGBTTTI” como conceptos clasemedieros y urbanos, puesto que el
grueso de las personas que contestaron la encuesta se ubican entre el nivel C+ y D, señalan-
do ingresos y estilos de vida de la clase media. Esto tiene implicaciones importantes debido
a que estos conceptos invisibilizan a aquellas identidades y prácticas que involucran a perso-
nas del mismo sexo y/o que cuestionan el binario del género, pero que no se inscriben en esta
categoría (ya sea porque no viven en zonas urbanas y/o pertenecen a la clase media). Por
lo tanto, las personas con prácticas homoeróticas que no se definen LGBTTTI quedan fuera de
las posibilidades y alcances de las políticas públicas y del Estado, así como de la visibilidad
de la sociedad.
También es relevante considerar que las personas trans son las que más viven la violencia ho-
mofóbica, inclusive a niveles mayores que las mujeres del Distrito Federal. Este hallazgo resulta
importante porque en décadas pasadas, han sido las feministas las que han hecho un traba-
jo por denunciar la opresión que viven y que la violencia de género les afecta directamente
a ellas. No obstante, nuestros resultados sugieren que la violencia de género también se di-
rige (y con mayor frecuencia) a personas trans, específicamente mujeres trans; mujeres que
no han sido consideradas dentro de las estadísticas nacionales y regionales y, por lo tanto, las
intervenciones para disminuir la violencia contra ellas son incipientes.
Si bien los estudios gay y lésbicos cobraron relevancia académica y política en parte por la
epidemia del VIH, lo cual permitió una reorganización sociopolítica de la misma comunidad,
hay otros aspectos sanitarios que merecen atención. El uso del condón entre hombres sigue
siendo menor al deseado, sin embargo, es importante reconocer que se pueden propone
otras formas de protección contra ITS, sin que esto signifique dejar de intervenir a nivel social y
psicológico en la comunidad con el fin de mejorar sus condiciones de salud. También es rele-
vante el bajo uso de métodos de barrera entre mujeres lesbianas y bisexuales, lo que puede
ser resultado de una serie de mitos en torno a su sexualidad. La Asociación Internacional de
Gays y Lesbianas (ILGA por sus siglas en inglés, 2012) recomienda acudir regularmente al
ginecólogo debido a que estas mujeres tienen mayores probabilidades de desarrollar cán-
cer mamario, cervico-uterino o de ovario, así como usar métodos de barrera para evitar la
transmisión de ITS, particularmente el VPH que es causante de algunos de estos cánceres. Si
además tomamos en cuenta que estas mujeres han tenido y tienen relaciones sexuales con
hombres que son quienes transmiten este virus, el método de barrera resulta una estrategia
de cuidado de mucha utilidad.
En cuanto a la salud mental, resaltan las altas frecuencias de síntomas ligados a la depresión
y el consumo de alcohol, pues estos son más altos que en la población general mexicana. Es-
tamos convencidos de que se requiere de más investigación en este campo, sobre todo para
entender la manera en que la propia comunidad comprende su estado de salud mental, las
razones que ell@s mism@s dan sobre esta sintomatología y, sobre todo, para comprender
el papel del estigma en relación a la salud mental. De entrada, nuestros datos señalan una
relación significativa entre la salud mental y la HI. Lo que encontramos es que por lo general,
l@s participantes tienen niveles bajos de HI, aunque ésta sigue estando presente. Si existe HI
es porque existen mandatos culturales que predominan en los procesos de enculturación y
socialización, a través de formas de crianza en la familia, del curriculum explícito e implícito
Conociendo Nuestra Diversidad | 120
en las escuelas y en los medios de comunicación. El papel de la HI requiere de mayor in-
dagación para poder generar políticas públicas que promuevan de manera significativa y
culturalmente adecuada el cuidado de la salud, esto implica la producción de campañas
y el acercamiento de servicios de salud que sean sensibles a las identidades y experiencias
LGBTTTI: libres de estigma, con perspectiva de género y apertura a la diversidad sexual. En
México existen algunas organizaciones que trabajan en el área de salud mental de esta for-
ma, sin embargo, su alcance es limitado debido a los recursos a los que tienen acceso.
Estamos convencidos de que los datos recabados no solo tienen fines investigativos y de
utilidad para organizaciones alrededor de lo LGBTTTI, sino que proveen insumos para echar
a andar acciones y políticas que reduzcan la violencia simbólica y subordinación de una
minoría importante en nuestra ciudad y país. Reconocemos los esfuerzos ya realizados que
han llevado a que vivamos en mayor equidad actualmente. No obstante, consideramos que
el camino por recorrer aún es largo y textos como este pueden contribuir a la reflexión, para
así generar nuevas formas de organización para disminuir la homofobia hacia la comunidad
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Debido a tu orientación sexual y/o identidad de género ¿sufriste alguna de las agre-
siones que se mencionan a continuación?
(Para quienes fueron asignados como hombres al nacer, lee cada opción y para
cada opción marca la respuesta)
(0) 1 ó 2
(1) 3 ó 4
(2) 5 ó 6
(3) 7 ó 9
(4) 10 ó más
3. En los últimos 3 meses, ¿Con qué frecuencia tomaste 6 ó más copas en la misma
ocasión?
(0) Nunca
(1) Menos de una vez al mes
(2) Mensualmente
(3) Semanalmente
(4) Diario o casi diario
(0) No
(1) Sí
5. ¿Alguna vez te ha molestado alguien al decirte que deberías dejar de beber o be-
ber menos?
(0) No
(1) Sí
6. ¿Alguna vez te has sentido mal, culpable o con remordimientos por tu costumbre
de beber?
(0) No
(1) Sí
7. ¿Alguna vez lo primero que has hecho por la mañana ha sido beber para calmar los
nervios o “curarte la cruda”?
(0) No
(1) Sí
8.¿Con qué frecuencia tomaste alguna bebida alcohólica antes de tener o durante
las relaciones sexuales con hombres?
(1) Nunca
(2) Casi nunca
(3) Poco menos de la mitad de las veces
(4) La mitad de las veces
(5) Poco más de la mitad de las veces
(6) La mayoría de las veces
(7) Siempre
9. En los últimos 3 meses, ¿Consumiste alguna o algunas de las siguientes drogas? Mar-
ca las opciones necesarias
10. ¿Con qué frecuencia consumiste esa o esas drogas antes de tener o durante las
relaciones sexuales?
Tuviste relaciones sexuales y la frecuencia con la que consumiste una droga fue:
(1) Nunca
(2) Casi nunca
(3) Poco menos de la mitad de las veces
(4) La mitad de las veces
(5) Poco más de la mitad de las veces
(6) La mayoría de las veces
(7) Siempre
1 Nunca
2 Casi nunca
3 A veces
4 Casi siempre
5 Siempre
1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo
1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo
1 Totalmente en desacuerdo
2 En desacuerdo
3 Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4 De acuerdo
5 Totalmente de acuerdo
Toda la información que proporcionaste será tratada con fines de investigación y con
principios éticos estrictos. Estamos segur@s de que tu participación es fundamental
para conocer a la comunidad LGBTTTI de México y datos que ayuden a erradicar la
discriminación.
Tabla de T de Student
Diferencias entre personas con hijos/as y sin hijos/as en consumo, salud, conexión comuni-
taria, aceptación de la heterosexualidad, temor al rechazo social, motivación a la parentali-
dad, discriminación y violencia.
30.33
13.96
9.88
14.03
9.97
28.99
17.54
Correlación de Pearson
*. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral)