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Beatriz Patiño Millán

Riqueza, pobreza y diferenciación social

en Ia Provincia de Antioquia
durante el siglo xvlll

Alcaidi* r-ie Mede{lin

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:rtütrJi--c¿ irúirhca p¡loto

Clío
Edltorial Universidad de Antioquia@
 \

Colecciín Clía
@ Beat¡iz Patiño Millán
@ Editorial Universidad de Antioquia@
ÍSBN: 978-958-7 1 4-483-3

Primera edición: agosto de 201 I

Imagen de anbierta: Enric¡re hice, [hn aelga ar Angostura dc tn Cnnd¿tnrin- río
Guonn@tc fProüncia de Medellín], 1852, acuarela sobre pape1, 14,4 x 24,9 ol,
Biblioteca Nacional de Colombia, Colección Co¡rusión Corog áfica
DiseÍro de cubierta y diagramación: Luisa Femanda Benal Bemai. hnprenta
Universidad de Antioquia
Co¡rección de texto e ürdización: Juan Fem.ando Saldarriaga Restrepo Contenido
Coordinación editorial: Larissa Molano Osorio
Impresión y terminación: Imprenra Universidad de Antioquia

Impreso y hecho en Colornbia / Printed and made ili Coiombia

P¡ohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier
propósito, sin autorización escrita de la Editorial Universidad de Anrioqura@

Editorial Unive¡sidad de Ar.rtioquia@

Téléfono: (574) 2lS 50 10. Telefax: (5?4) 2tg 50 t2
Correo electrónico: editorial@udea.edu.co
Página web : http://editorral.udea.edu.co Prólogo lx
Apartado 1226. Medellín. Colorubia
Introducción xiii
Irnprentz Un:versidad de Altioguia
Téléfono: (5J4) 219 53 30 Telefax: (574) 219 50 13
Correo elecrónico : imprenta@quimbaya.udea.edu.co
Primera parte. La tenencia de la tierra en la Provincia
de Antioquia durante la segunda mitad del siglo xvrtl .... I
El contenido de la obra corresponde ai derecho de expresión de la autora ¡' ¡6
compromete el pensamiento insdtucionai de la Universidad de Antioquia ni l. Lajurisdiccién de la ciudad de Antioquia- 12
desata su responsabilidad frenre a terceros. La autora asuln€ Ia responsabiüdad Las grandes propiedades: patrimonios familiares
por los derecho-\ de autor I'conexos contenidos en ia obra, así como por la
y prcstigio social........-..... 16
e¡'entual información sensible publicada el ella.
Censos y capellanías: de mano en mano 35
Mano de obra: Ias transacciones de esclavos 43
Aspectos generales....... 55
Pamo Millán. Beatriz Amalia
Las medianas propiedades: mestizos y mulatos acceden
Riqueza. pobreza 1' diferenciación social en la Provincia de
Artioquia durante el siglo X\¡III / Beariz Pa¡iro Millán. - Medellín :
a la tierra....... 57
Editorial Universidad de Andoquia, 20 I L Las pequeñas propiedades: producción para el
304 p. : r1.. mapas ; 24 cm. - (Clío)
Incluve bibliografía e índice
autoconsumo. 67
l. Pob¡eza - Antioquia (Colombia) - Siglo X\/III 2. Clases sociales - Los resguardos indígenas: conciencia de grupo
Antioquia (Colombia) - Siglo XVIII 3. Uso de ia tierra ruml - Andoquia y resistencia.. J4
(Colombia)- Siglo XVIII 4. Resguardos indígenas - Arrioquia (Colombia) -
Sigio X\/III 5. Minería - Annoquia (Colombia) - Siglo XVIII 6. Antioquia
I Las jurisdicciones de Rionegro y Marinilla 95
(Colombia) ' Condiciones económicas - Siglo XVIII L Tíl II. Serie.
330.9861 033 cd 22 ed. Las glandes propiedades: red de parentelas. 98
Al 303855 La mano de obra: surge el trabalo libre.... 1r0
La producción: hatos ganadetrcs 111
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
 \

vlll

Las medianas propiedades: participación de rnuiatos

y mestizos...... 114
Las pequeñas propiedades: insuficienres para
el autoconsumo.................... r17
Los pobladores sin tierra: buscando medios de subsistencra. I19
Los res guardos indígenas: terrritorios apetecidos...... -...... 126

3. La jurisdicción de la Villa de Medetrlín.. iJJ

Las grandes propiedades: diversifi cación económic¿r........ ).3 I
Los censos: a favor de obras pías...-.. 148 Prólogo
La rnano de obra: unidades familiares 151
La producción: explotación palcial ........... t57
Las mediauas propiedades: dispersas )' variadas 162
Las pequeñas propiedades: predominanres en la región... 165
Los pobladores sin tierra: sobr¿ndo gente y faitando úerra.. 169
Los resguardos indÍgenas: rnuchas tierras pat'a pocos ...... r/3

4. Las jurisdicciones de Cáceres y Zaragaza.... 178

Segunda parte. La minería del oro en Antioquia
durante el siglo xvtrr ......-........
5. Lajurisdicción de la ciudad de Antioquia.
Los mineros de cuadriiia: capoteandc' ia bzga rentabilidad
Los mazamorreros: polrladores pobres qrie "trabajaban
para manl enerse"................
6. Las jurisdicciones de Rionegro y Marinilla....
Los mineros de cuadrilla: buscando nuel¡os )'acimienios
Los mazamorreros: juntos y organizados.
7. La jurisdicción de la Villa de Medellín..
Los mineros de cuadrilla: las grandes inverslones
Los mazatnorreros: negros 1, mestizos tratando
de subsistir
jurisdicciones de Cáceres,y Zaragoza .......
8. Las
Bibliografra...
Lista de tablas y figuras...........
indice analítico ....................
D
F,l Centro de hrvestigacioues Sociales y Humanas y el Grupo de
Investigación en Historia Social, ambos de la Facultad de Ciencias
i89 Sociales y Humanas de ia Universidad de Antioquia, en.asocio con la
Editorial Universidad de Antioquia, entregan al lector este iibro de
195
Beatriz Patifro Millán, en reconocimiellto a su destacada labor durante
195
ios 33 aíros de vinculación como docetlte e investigadora al programa
..
de Historia de Ia Uuiversidad de Antioquia.
203
De común acuerdo escogimos el texto Riqwza, pobreza 1 difercn-
cinci.ón social en la Prouincia de Antioqtrin durante el siglo xvttt, escrito
217
entre 1984 y 1985, el cual cu¡iosamellte permanecía ürédito, a pesar
.. 217
de haber sido citado desde entonces una y otm vez en publicaciones
226
especiaiizadas de importa:rtes autores nacionales v extraqjeros sobre
la historia colonial de la regrón aritioqueña y del virreirlato del h-uevo
238
Rei:ro de Granada.
238
La obra es una continuación de las investigaciones sobre la Provin-
cia de Antioquia durante el siglo xuu, emprendidas por ]a historiadora
25r
estadounideuse Amr Thiuam hacia la década del setenta del siglo xx,
,v sobre otros
lugares de ia Hispanoamérica colonial por autores como
255
Germán Coimenares )' David Brading.
269 Dado el incipiente estado de ia historiografia anrioqueíra a comienzos
de los años ochenta, una parte sustartiva de la información del libro que
273 nos ocupa proviene de fuentes de primera rnano: datos del padrón
(iista o nórnina que se hacía en las ciudades, villas y iugares con los
275 nombres de los denominados "vecinos") y de los censos (iista de
 :
:
personas en las que se tasaban sus heredades o fundos), realizados
entre 1777 y 1808, así como de mortuorias, testamentos, cartas de
compraventas, cartas de libertad y aseguros de censo. La profesora
Patiño consultó la mencionada docurnentación en los siguientes luga-
res: en Bogotá, en el Archlvo General de la Nación; en Medellín, en
el A¡chivo Histórico de Anrioquia, el Archivo del Cabildo de Mede-
llíu (hoy consenado en el Archivo de Medellín) y ei ArchivoJudicial
de Medellín (conservado en la Universidad Nacional de Colombia,
sede Medeliín); en Rionegro, en el Archivo de la Casa de la Conven-
ción, y en Santa Fe de Antioquia, en elArchivo Norarial de Antioquia.
En las evaluaciones que en su lnomento rnereció el informe final
de Ia investigación en la que se basa el texto, estudio auspiciado por
Colciencias, se afirma: "Un mérito indiscutible de este trabajo
[...] es el
de plantear preguntas nuevas e intentar nuevas respuestas". Se resalta
que la autora, en vez de alilnentar los mitos sobre uno de los grupos
más estudiados en el país, los antioqueños, haya optado por buscar ,,un
principio de expiicación rnás cornplejo por la riqueza múltiple de los
aspectos considerados".
Efectivalnente, la obra que nos ocupa fue una de las primeras en exa-
minar de lnanera sisternática series de información, como la contenida
en los protocoios de escribanos, hoy denominados protocolos d,e notaría,
un tipo de trabajo poco desarrollado en el país en aquel entonces, cuan-
do no se contaba con el recurso de prograrnas de bases de datos para
computadores. Gracias a la elaboración de matrices que ie pennitieron
reunir y sistematizar grandes series de datos, la autora pudo establecer
tendencias, porcenrajes,v proporciones de un conjunto de variabies.
Beatriz Patiño se propuso en este texto caracterizar la estluctura
de la tenencia de la derra y la minería. Dentro de ios posrulados de
la historia socioeconómjca en boga durante las décadas del setenta
,v
dei ochenta del siglo xx, la investigación se centró en averiguar por el
acceso a la tierra y los recursos mineros que tuvieron los distintos gru-
pos sociorraciales @lancos, libres, esclavos e indígenas) que habitaban
en ia Plovincia de Antioquia y determinar córno usaron los medios de
producción.
El lector encontrará un panorama general de la explotación ag:ícola
y minera de ias distintas jurisdicciones poiítico-administrativas de ia
Provincia de Antioquia: la3urisdicción de la ciudad de Antioquia, ia de
la \¡illa de Medellín, la de la ciudad de Rronegro y la \¡iiia de Marinilla,
y las de las ciudades de Cáceres ,v Zaragoza. La única jurisdicción, de
las existentes en ese entonces, que no cubre el presente estudio es la
correspondiente a la ciudad de Remedios, integrada en forma tardía
a la tTo\¡Incra. en I /5 /.
Adernás, el texto trae información detailada sobre propiedades,
nírmero de esciavos, personas que vivían agregadas en tierras ajenas.
edad, sexo, ohcios y actividades, contenida en el padrón y en el censo
realizados entre 1786 y 1787 por orden del oidor visitadorJuan An-
tonio Mon y Velarde. Así mismo, pone de tnanifiesto el potencial de
ios datos existentes en las filentes ya citadas. que ia profesora Patiño
usó para esnrdiar el caso de lajurisdicción de la ciudad de Antroquia,
zona para la cual no se contaba con datos el censo referido. El con-
traste de estos datos con ios provenientes de fuentes cualitativas, corno
los inlormes de las visitas y ios pleitos por la tierra, revela hasta qué
punto ios contetnporáneos eran conscientes de algunos fenómenos,
corno la pobreza de gran parte de Ia población o las iimitaciones de
la pequeña propiedad. Mediante técnicas de la historia demográfica
,v cuantitativa,
en auge en el decenio del ochenta, ella pudo estable-
cer la rnagnitud, los prornedios y la tendencia de algunas variables,
colno el crecimiento poblacional, la cantidad de población libre, la
evolución de la rnanunisión de esclavos y la proporción de población
que carecía de tierras.
Para la presente edición, Beatriz introdujo algunos cambios al
Lexto original, en lo que resPecta a la tenencia de la tierra en laJuris-
dicción de ia ciudad de Antioquia. Incluyó datos sobre la población
esclava, tomados de los censos generales de población de la Provincia
de Antioquia de 1771 , I 784, I 788, l 797 y I 798, que trae el libro de
llerrnes Tovar con otros autores, Conaocatoria al poder del núnwro. Censos
t estadísticas d,e kt, Nt¿eta Gran.ada (1750-1830) (Bogotá, Archivo General
de 1a Nación, 1994). También il)corPora aigunos datos sobre el origen
del pueblo de indios de San Pedro de Sabanalarga, con base en Ia
rnonografía de grado "Historia de la pobiación Nutabe enAntioquia",
de Marcela Duque e Iván Darío Espinosa (Medellín, Universidad de
Antioquia, Departamento de Antropología, I 994).
Cuando la prolesora Patiño escribió el texto fue pionera en la con-
sulta de series documentaies que requiercn enorlrle paciencia r rigor
rnetodológico, cotno son los censos y el material del Archivo Notarial
de Santa Fe de Antioquia, estos últimos escasamente consuitados
desde entonces. Los hallazgos de su investigaciótl continúan vigentes,
toda vez que los estudios ernprendidos por nuevos investigadores no
han revah¡ado ninguno de los aspectos expuestos acá. Las nuelas
corrientes de ia historia en los últimos veinte años, más pendientes
de los asuntos cuiturales, las mentalidades, los imaginarios y las repre-
sentaciones, han desatendido asuntos primordiales, como ia forma de
ganarse la r,ida, jos mecanismos de generación de riqueza y pobreza.
t, los niveles de movilidad social sobre los que este libr"o arroja nuevas
xii

iuces. Mediante el uso sisremático e inteligente de fuenres originales,

ia autora ayuda a cornprender mejor la sociedad antioqueña en las
postrimerías de la era colonial.

Patnca I-nndoño Vega

D. Phil. eu Historia Modcrna

Introducción

T
I ,a historiografía académica sobrc Antioquia ha difundido el mito ,

según el cual la sociedad antioquefra colonlal se caracterizaba por

ser democrática e igualitaria. Así, el historiador Estanisiao Cómez
Barrientos, citando a Mariano Ospina Rodríguez, decía:

Esta sencilla r paüiarcal aristocracia, más hourada. nrásjusta t iaboriosa

que la que dio nacinrien¡o al patriarcado Romauo, no vir'ía conro aquelia,
de ia guerra, la rapiña y la opresión: labraba el campo o se intemaba eu
las selvas para descubrir y trabajar los aluviones auríferos; arrstera ,v parca,
iba descalza ,v sencillamente vesdda y manejaba con destreza el hacha v
la azada, la barra y el aluiocafre [..'] El esclavo trabajando a la par cort su
seño! llo se sentía humillado y consideraba su suerte ilevadera. El niero
del conqurstador que había venido a ser pobre, no repuguaba trabajar a
jornai, li se consideraba por ello inferior al rico que le pagaba el salarir¡'
De aquí ese sentitniento de altivez que caracteriza la población antioqueña
de todas las clases.l

A la idea de que no existían cotlflictos entre los grupos sociaies se

sumó el intento de qtterer hacer invisible ei aporte lndio v negro en
la conformacrón étnica del antioqueño. Autores ccimo GabrielA'ango
Mejía, para poder afirtnar que el poblador antiooueño es racralmente
blanco, lomaban el siguiente argtlmento deljesuíta Gumilla: -
't I

. ', : i
i ',' -. i I

l. Estatrislao Góruez Barrieutos, "Espanoles eD3¡tioquia', en: Eipuebloantioqueiío

Arcirl'o l'e¡¿ical, Bibiioteca Univenidad de Antioquia, íolietc I' p 8

L De Europeo e India... sale la Mestiza. Dos cuartos de cada parte.
II. De Europeoy Mestiza... sale la Cuarterona. Cuarta parte de indio.
III. De Europeo y Cuarterona... sale la Ochavona. Octava parte de india.
lV De Europeo y Ochavona... sale pUCHUELA. Enreramente bianca.
1...1 Lo mismo ocurre con el matrimonio con NEGRA: sólo que los hijos
de la pare¡a de europeo y ésra se denomina "Mulata", pero a la cuarra
generación sale PUCHLIEL,{ blanca enreranrente.2
La produccrón histórica reciente, aunque ha tratado de cuestionar
algunas de las leyendas anteriores, se ha centrado fundamentalmente en
el estudio de ias élites económicas y sociales. Este hecho ha permitido
a\anzar en el conocimiento de las condiciones de vida que durante la
Colonia tuvo el grupo blanco, per.o deja de iado el acercamiento a los
pobladores mestizos 1 mulatos, que eran la mayor parte de ios irabiranres
de la provincia. Así, ia hisroriadora esradounidense A¡n Twinam, en
su tlabajo sobre las raÍces del espít.itu empresadai de los antioqueños,
torra como objeto de su estudio a un grupo de "emigrantes españoles
y sus descendientes, colocado.s en una tierra que les ofrecía una vida
segura y posibilidades para el futuro, per.o que al mismo tiempo exciuía
ciertas alternativas".3
El análisis de esm tl'adición historiogr.áfica nos ller,ó a plantear que
si queríamos tener una visión más completa v coherente de la sociedad
antioqueña colonial, eLa necesario tratar de establecer la forma como
ell su interior se relacionaba el origen étnico de las personas con su
pertenencia a determinada clase social..{sí, emprendimos la talea de
estudiar la situación económica y social de los distintos grupos érnicos
existentes en Ia hrcvincia de Anrioquia duranre el srgio xvnl. para ha-
cerlo, hemos buscado determinar la posición de los blancos, mesüzos,
mulatos, rndios y negros esclavos firnte a la propredad de los medios de
producción fundamentaies, esh.¡diar cómo cada uno de ellos partrcipaba
en la estructura de producción vigente, analizar las ocupaciones r los
oficios pr opios de cada $upo, escudriítar los factores que determinaban
el "estatus social" de las personas l caprar su parricipacrón e influencia
en el poder polítrco.
2 Gabriel Arango Mejía, "Algo sobre orígenes de los antioqueúos". R¿r¿dorio Hutó-
rico, vol. xr,, núms. 149-152, Medellín, lmprenta Deparramenr.al. enero de 1942,
pp. 297-304.
Ann fwinarn, Mineros, comercwntu l labrolora. Ia raíces de! upit"itu emptzsarial en
An.tíoquia. 1763-l8lA, trad. Cecilia Inés Restrepo, Medellír, IAES. 1985. p. 83.
Sobre Ia pobiación mesrüa altioqueha colonial, la histor-iadcra Luz Eugema pr
lnienta elaboró una resis titulada "Mestizaje v sociedad en Altioquia. I 77?-l
Medellín. Departamento de Historia, Unive¡sidad de Antioqura, l985.
g"'
Un segundo encuenlro con las fuentes secundarias nos llevó a
descubrir que un lugar colnún en todas ellas era la ahrtnación segirn
la cuai, para los antioqueíios del siglo xvlll, la propiedad de la tierra
no tenía el "valor señorial subietivo" que tuvo en otras partes del
virreinato.a Vimos que era necesario precisar \a certeza de esta afirma-
qún, así qomo Ia d" gtra sqgúq la cual los habiqnt,e=s-de p p1ov11¡qa
consideraban las actividades agrícolas menos rentabies que las labores
lnineras )'colnerciales. Por ello, el estudio de la situación de los dife-
rentes gnrpos ractales frente a la tenencia de la tierra se convirtió en
r; uno de los objetivos celltrales de nuestra investigación. En el presente
il trab{o se hace un análisis pormenorizado de los diferentes tipos de
! ,' '
explotaciones agrícolas existentes, la forma coüio funcionaba cada uno
l! l
: de ellos, la irnportancia económica, social ,v política de cada uno, y las
:l:i I
i
condiciones de vida de los habitantes que carecían de tierra.
.t),
Corno resuitado de nuestra investigación, podemos asegurar que
9l ¡asgo distintivo de la región antioquefia en el siglg xvIII fue l9I !,llla
¡ociedad de pequeúos propietarios mestizos y mulatos, en la cual fe-
nómenos como el rápido crecimiento demográfico, la monopolización
le.gal de las tierras de frontera Por unos pocos grandes proPietarios
y la pauiatina manumisión de la mano de obra esclava habían dado
cada vez mayor cantidad de poblador-es siir tierra. La
-o¡igen a una
existencia de esta población excedentaria generó hechos como la
aparición de agregados o arrendatarios adscritos a las grandes y las
medianas propiedades, i' el surgimiento de síntomas de descotnposi-
ción sociai. como la vagancia.
!a irnportancia de la acción del oidorJuan Antonio Mon y Veiar-
de como visitador de Antioquia, entre I785 y 1788, reside en hatrer
tratado de controlar social y Políticatnente esta población, a través de
un proceso dirigido de colonización de la frontera Y de una reforlna
dei apa¡ato fiscal. Su intento puso de preseltte que las disputas Po¡
ia posesión de los recursos territoriales eran uno de los factores que
Sg¡g{4b3! fu,ertes conflictos sociales. La historia del siglo xvlll antio-
queño muestra lo violentas que fueron las coutradicciones entre los
latifundistas y los colonos pobres por las tierras de frontera, el agudo
enfrentarniento existente entre la pobiación indígena y los vecinos
Iibres que se introducían en las tierras de sus resguardos 1' 16, enfren-
tarnientos constantes entre pequeños y medianos ProPietarios por los
linderos y la extensión de sus propiedades'
8 I 0", Fenrardo Guilléri Ma¡tínez, El poder político cn Colomba Bogota, Punta de Larrza,
1979, p. 183.
 Sólo el esrudio derallado de la esrrucrura a¡paria en la Antioquia
colonial nos permitirá sacar conclusiones válldas sobre el significado
de la propiedad de la rierra para los diferentes grupos sociorraciales.
P.or ahora nos perrnitimos afirrnar que para gran porcentaje de la
, población blanca, mestiza, mulara y negra libre, Ia posesión de una
pqqueña parceia de tierra fue lo que ie posibilitó la rndependencia
e_conómica, le abrió el camino para trarar de mejorar sus condiciones
de -vida y posición social, y le
¡rerrnitió pensar en buqcar fo¡uta¡ -de
e¡prg..sión política. La comprensrón de este proceso nos posibilitará
explicar fenómenos corno la pariicipación de los antioquefios en la
Independencia y algunas de las ref onnas iegislarrr.as oue propusieron.
asÍ como la forrna en que llevaron a cabc la colonización del occiriente
colornbiano durante el siglo xlx.
La definiclón de la Provincia de Antioquia cotno "tierra de oro,,, en
ia que "Este precioso y codiciado rnetal es el único conocido, porque se
' afanan y trabajan generalmeute por roda la extensión de la provincia',,5
nos llevó a pensar que era necesario invesrigar en profundidad la
forrna corno los diferentes grupos étnicos estaban vinculados a las
labores mineras. Procedimos a estudiar quiénes eran los propietarios i
de los yacirnientos auríferos, ]as formas de trabajo utiiizádas en su
explotación, y la significación económica y social de cada una de ellas.
Cort respecto a la minería de cuadrilla, se ha tratado de detenni-
nar el número de esclavos vinculados a esta iabor la rnanera corro
estaba organizado su trabajo v la rentabilidad de estas ernpresas.
Nuestro sondeo de fuentes primarias v secundarias nos ha llevado a
determinar que ios problemas récnicos de la rnineria de canalón, la
necesidad de invertir grandes capitales para poner a producir estas
minas, el rápido agotarniento de los vacimien¡os ubicados en sitios
fáciies de abastece¡ más que las ciificuirades para aprovisionarse de
mano de obra esclala, parecrn haber sido las causas que impidieron
a ios mineros de cuadrilla antioqueños aumen.rar su producción antes
de 1780. Otro lactor que iimiró el rendimienro de esra minería fire su
carácter estacional, puesro que ios depósitos solo podían ser rrabaja-
dos en las épocas de lluvias, ¡nientras que ias cuadrilias de esclavos
tenían que ser rnantenidas ¡cdo ei año. Esas consideraciones nos
llevan a aceptar la vaiidez de la ¡esis sostenida por algunos autores
según la cuai la producción rie oro obtenida por ios rnazamorreros o
trabajadores libres fire la que perrnitió la recuperacion de la mineria
antioqueña hacia rnediados ciej siglc xvrlr.
5 lrancisco Sllvestre, Descripctór tie. reina d.¿ Santc Fc dc Bogotá. Bogotá. Bibiroteca
Pouular de Cuirura Colombirn¿ lf)5ú p. i?ii.
estudiosos de Ia historia rqgional antio-
-{gnque la tnayor parte de los
queq¿ ha hecho hincapié en la irnportancia del papel de los ln¿zamorlre-
ros para la economía de la época, el que !o sq cuente con documentos
que nos permitan caicular con exactitud su número para las diferentes
épocas y zonas mineras, aunado a la dificultad de definir con Precisión
zu siruación econórnica y social, hacen que, como grupo, haya sido poco
estudíado. Ei anáiisis deallado de las condiciones de vida de aigunos',
individuos matriculados colno mazamorreros nos posibiiita asegurar
que un porcentaje apreciable de estos trabajadores iibres desarrollaba, '
de manera cornpiementaria. actividades agl-ícoias y lnineras, lo cual le
pennitió acumular un caudal líquido superior al de ia mayor parte de la
potrlación de Ia provincia. La explotación de yacimientos auríferos por
ií sola garantizó la independencia econótnica de estos pobladores,
no
pues aquellos que carecían de tierras se vieron obligados a agegarse
t"rr"rro, aienos. Este fenómeno es Particularmente ertidente en el
"n
caso de los mulatos y los negros iibertos, quienes al tener dificultades
económicas para adquirir tierras se vieron precisados a establecer re-
laciones de dependencia con los propietarios territoriales'
La difundida imagen del pequeño minero independiente para quieu-
la propiedad de la ti-erra no era indispensable, que se había abierto ca-
. rnino hacia la autonomía evitando verse obiigado a sen'i como mano
de obra adscrita en las grandes propiedades, no Parece correspondet '
"
uemplq a l? rqalidad. Por este morivo consideramos, con el historiador
estadourude.nse -iatnes Lockhart, que es hora de que los estudiosos de-
.
jen de presumir "que la porción de ia realidad con que trabajan era la
iealidad total'1, de acuerdo con esto ha(yan) hecho generalizaciones"'o
I.a sociedad antioqueña del siglo xr/III se caracterizó por el agudo-
,
contrast€ entre la riqueza de ia élite económica, social y política, con-
{-!+"ada fundamentalment€ por grandes colnerciantes } mineros, )'la
psb&aa de.graLp-arte.de la poblaciÓn. Entre estas dos caras de una
,
misma moneda, ios historiadores casi siempre han escogido una para
hacer énfasis en ella. Nuestro liarnado es a que se entlenda que son coln-
plementarias,v colltradictorias, y que, sin que dejen de tener del todo la
razón quienes afinnan que ios habitantes de la Provincia de Antioquia
se encontraban en la tniseria al f,rnalizar e1 período colonlal, también
están acertados quieties postulan que había un grupo con muchas
posibiiidades económicas y existían ciertas acti'r'idades especialmente
lucrativas. Esto hacía que en la región no hubiera una sociedad cerrada
6 James Lockhart, "l¡ historia social de Hispaloamérica colonial: evolución I
posibilidad'.trad.G.Colmenares,I¿tinAnqican.ResearclXeriear,voi vrt'uúm l,
1972, np. 6-45.
 xvlil

y rígrda, sino ciertas profesiones, como el comercio, que permidan el

enriquecimiento econólnico y el ascenso social. La gran cantidad de
confiontaciones sociales existentes en la Prorinrcia dp Sftlqg¡¡fa,e¡_la
Provrncla d€ Añl¡oquro
segunda mit¿d del siglo xvlrr es, colno lo ha expresado el historiador ---
¡ cáp¡t¡l d3 Jurisdiccron 1

JaimeJaramillo Uribe, refle;o de que los conflictos enrre los que "siendo 02040 I
diferentEs están sin ernbargo próxirnos, son más intensos".T
l
Muchas de las afirmaciones que se han elaborado sobre la Provincia !
)
de Antioquia a fines de la Colonia parten de la suposición de que esta
'era una unidad homogénea. rr \.
$_g dglS_ojlq,cS"q¡j qq-g pa¡a el siglo xvur la
gobernación estaba conformada por subregiones, que se diferenciaban
:.1:'-)9';(
'en la estructura económica,
la composición étnica de sus habitantes, las {

formas de participación rocial y política, y la identidad culrural. De allí

rn"reo,o. \.-,./
que para estudiar la situación de los difercntes gnrpos raciales frente a
!a tenqfi_clq d_e la tierra y la propiedad de las minas, hayamos tomado las
s_UlfegiOn_es del occidente, conformada por lajurisdicción de la ciudad
\ Can¡ sgor d¡s
de Antioquia; del Valle de Aburrá, perteneciente a lajurisdrcción de
Medellín; del oriente, compuesta por ias3urisdicciones de Rionegro y
Marinilla, y del Bajo Cauca, a la que correspondían lasjurisdicciones de \
QaqqCS,t'_Z,a¡agoza (véase figura 0.1). Abordar de esta manera la histo-
ria regional nos permite distinguir las condiciones párticulares de una
locaiidad y las características generzles válidas para toda la provrncia.
Solo por este camino comprenderernos los elementos que identifican i f
el proceso antioqueño y aquello que lo diferencia de otros desarrollos. i
. Témporalmente, el trabajo abarca el período 1700-1808, I
pero
í
enfatiza en el estudio de los años 1775 a 1808. Este hecho se debe a
guq los censos de población, que son la fuente documental que per-
mite obtener datos sobre el lugar de dornicilio, la etnia, la esrructura !
farniliar, el patrimonio económico y 1as ocupaciones para todos los I
luaaquir:
habitantes de un sitio, únicamente se empezaron a hacer en la Pro-
vincia_d-e Antioquia en 1777. Para la época anterior solo en forma
excepcional es posible disponer de datos sobre la situación económica I
lsocial de mestizos y mulatos, Io que hace muy dificil el análisis com-
I
parativo de las condrciones de vida de los diferentes grupos raciales.
La investigación no trasciende el año de i808, por considerar- qu€ el
proceso de Independencia introduce algunas transformaciones que Figura 0.1 Provincia de Antioqu¡a

hacen imposible realizar el tipo de estudio que nos hemos propuesto. Fuente: DavidJ.Bobinsonen:FranciscoS¡lvestre,Belacióndelaprovinc¡adeAntioqua,Medellín,
Uno de los factores deterrninantes es que, en adelante, Ia distinción Secreiaría de Educac¡ón y Cultura de Ant¡oquia, 1988' p 38.

entre ios pobladores se hará con base en su condición de ciudadano

7 Jaime Jararnillo llribe, "Mestizaje v diferenciacióu social en el Nuevo Reilo de
Grarnda en ia segurda nlitad del sigio xrarr', el: Erca,¡os sobre I¿ hxtoria socinl
colombiana. Bogota, Biblioteca Unive¡sitaria de Cultura Coiombiana, 1968.
o no ciudadano y, por Io tanto, desaparece la información sobre la
etnia de las personas.
Aunque el período de tiempo estudiado es bastante amplio, lo
trabajamos a travé-s de diferentes tipos de fuentes' Enpezanos reco-
 XX

'pilando
docurnentos que contienen información general. como las
visiras, las reales cédulas y las reales provisiones. Luego procesamos los
datos incluidos en fuentes de carácter masivo y sistemático, corno
los libros de Real Hacienda, Ios censos de población, los protocolos
notariales, las morruorias, los pleiros civiles y los juicios criminales.
Con el tratamiento simuiráneo y conrrasrivo de diferentes piglg¡*d_e
docuu¡entos se quiso evitar caer en ias limitaciones que irnpone el aná_
iisis de un solo qlpo de fuente. Con base en la informaciJn qbtg¡-uda
se construyó ia biografía de pobladores pertenecientes a ios diferentes
La ayuda financiera de Colciencias me permitió el desplazatniento
hacia los archivos ubicados fi.iera de Medellín y el apoyo institucional
de la Universidad de Antioquia a esta investigación me posibiiitó
poder dedicar gran parte de mi tiempo de trabajo a esta labor. A los
prolesores \¡íctor Avarez y Rosalba Durán, quienes fueron jefes del
Centro de lnvestigaciones de Ciencias Humanas du¡ante el desarrollo
de este estudio, ies reconozco el empeño que pusieron en solucionar
los obstáculos que se presentaban.

-g.r¡pof étrúcos. La rnuestra elaborada da una imagen de las condiciones

de vida de estos individuos, de las relaciones entre los distintos grupos
y de sus posibilidades económicas y sociales. Hay que reconocer que es
mucho más fácil obtener datos sobre las carreras de personas pertene_
cientes a la éiite que sobre los pobladores pobres; adernás, existe rnás
información sobre los indivlduos que vivían en centros urbanos que
sobre quienes estaban dispersos en los campos.
No quiero terrninar esta nota introductoria sin dar mi reconoci-
miento a las personas que participaron en el desarrolio del traba.;o.
Especial gratitud gualdo para con los ernpleados delArchivo Histórico
Nacional de Colombia, deiA¡chivo Histórico deAntioquia, delArchivo
del Consejo Municipal de Medellín, del Archivo Notarial de Santa Fe
de Antioquia y del Archivo de la Casa de la Convención de Rione-
gro, quienes siempre estuvieron drspuestos a colaborarme.s
euedaré
eternamente agradecida con los profesores Roberto Luis
Jaramillo y
I-uis Javier \¡illegas, de la Universidad Nacional de Colombia. sede
Medellín, quienes me permitieron utilizar el índice analítico de los
Protocolos Notariales de Santa Fe de Antioquia que para el perío_
do 1700-1740 han esrado elaborando. Igual reconocimiento hago al
profesor \¡íctor Átarez, de Ia Universidad áe Antioquia, quien me piesró
los datos sobre compraventas de esclavos realizadas en Medeilín en los
años comprendidos entre I 700 y I 730. A la historiadora Luz Eugenia
Pimienta hago público reconocimiento por ia a¡.rda que me brindó
en el procesamiento de Ia información del Censo de 1786-17g7 la
,v
eiaboración de las tabjas correspondienres. Támbién dol,las gracras a
ia señorita Pauicia Fernández. quien llevó a cabo la labor de secretaria.

8 Es necesario aclarar que cuando se realizó la in'estigación existía el Ar-chivo

Histó¡ico Nacional de colombia que fuiicionaba en el edificio de ia Bibiioteca
Nacional en Bogotí. Con posterioridad, sus fondos pasaron a formar parte del
Archir,o Geneml de la Nación. En las noras a pie de página se actualizó el uom_
bre del a¡chivo. Algo parecido sucedió con el A¡chivo del Concejo Muuicipal de
Medellín, que hoy es parte del Archrvo Histórico de Medellín.
i:.8
s
t*i
j
:-. ii
t,
I

i
I

Primera parte I

La tenencia de la tierra
en Ia Provincia de Antioquia durante
la segunda mitad del siglo xvIII
{'
\

Lo, "rtudios
históricos sobre ia la región ha merecido poca atención I

estructura agraria en el \./irreinato de de los investigadores. El inlc¡¡il porla

Nueva Granada durante e} sigio xrrn ius¡ellle¡a,Uglada-a-que'sedejede 1

han girado básicamente en torno al iado el análi*s!¡dp_lalacgudades de au-

proceso de formación y desarrollo tolggllim-o*tg3Jl?das en medianas y t

de Ia hacienda en regiones corno el pgilElaq- p rspje4ade s .

"fuaulalsl-,o
\hlie del Cauca, la Costa Atlántica y p9r4{rep_d-4!4nqlggeggos. (

la Sabana de Bogotá. Corno la gran Los oocos trabaios oue hacenl,,,,

-=_.-=--.--=-_l .,
propiedad vinculada a la producción referencia a Ia tenencia de Ia tierrá/
de excedentes para un rnercado no en ia P¡pvincia de Andoquiajgralrei. ¡.
parece haber sido la característica €Ig:pglo39-!g_bqn le$rado en lasli' ", ,

fundamental del sector rural antio- sgbiess!"'-ds[4!sCs-&"ori4.sr='] q' "rl'

queño de entonces, la vida agraria de ..n"o ..u lu rnltu ¿. lul.d.lli"5G u 'lt
t

i-'1 1¡,pir ¡¡ l.t';i Lr.' ! .r'i i. "3

-1rcr {

1 James Parsots, I-a donirución antioqucña m cI Occid¿nte de CoLombia, Bogotá, Carlos Valeucia
Editores, 1979;AnnTivinam,Minro4comucinntaylabtadora.lnraícadelapírituem!rcsarial
enAntioquia., 1763-1810. trad. Cecilia Inés Restrepo, Medellín, FAES, i985.
 \

2 I Riquu-. pobreu 1 trifnencinción sociar en. rn pmuincia dc Antiogrin. d.urante

er sigro xntt La tmencin. de la tiena en In Proúncia d,e Antioquia... f 3

oriente,-Eo.¡¡eje en Rionegro.r pocos la tnayor Darfe de Inc n-^^i^,.

esrudios r. ..ñ...,r,l^ r.'; ¿.ir.- ;""T'.:;if i,li l:'J.:':;::[.j minera permiuó a mestizos, mulatos gobernador Francisco de Monto,va
.rds¡tq,.¡urisdicción de Ia ciudad de y ne-qros iibres acceder a e1ia. Debrdo y Salazaq se proce_dió a insqpr gna
Anrioquia 3 Las caracrerÍsricas "",* iozi y Ázi;;,"";i;;il.r"
que a"r üig.ra de Aguinaga. lro renían al crecimiento demográfico de la misión de reiigiosos fianciscanos en ia
plesentan las dos primeras áreas . población libre en Ia segunda mitad zona, Para mantener y conseñ'ar en
han hecho exrensivas a ia.totalirtad
se títuro legitirno. En lnucrros casos, los del siglo xvrrr, algunas zonas, como el paz a los narurales. Muchos criúcaron
de la región, ocuitando así grandes ;;;;l;1"r",
habían vendido tierras \hlle de.A.burrá y el área circ-r¡ndante la labor de estos rnisioneros, pues con-
diversidades en cuanro a las foinas
;;ii;;;'" realengas, defraudando a
la ciudad de Antioquia, poblaron sideraban que, como recién llegados
aprcpiación y hmaño de. las
de U n"li uu.,"rr¿u. -a se

densamente y la tierra allí disponible de España, desconocían el carácter de

propie- Lo, u".ir,o, de la ciudad de An_ ias tribus de la zona y no hrdaron en
dades, modo de explotación, se agotó. Paradírjicamenre, lo pobla-
ir*i a. ¿.
obra urilizada y productos cuitivados.
,irq;;, ;, cle la recién erigida \¡illa
ir¿.¿.lrin opraron por hacer una
do apenas cort-espondía a ia docear,a hacerse realidad los temores de un
La distribución de ra propiedad parte del territ.orio de la provincia, aizarniento de los indios reducidos.6
de
la tierra en ia provinciu o" antioq*i
."*fári.ior grobal de ras tierras de cornpuesta por una diiatada exten- Fn 1684. aigunos caciques v su
r*¡ínroicci.r¡es. a rravés de un pro-
duranre el siglo xvrr tue el sión montañosa.5 gente se rebelaron y dieron muerte a
fi,uro ae #;;;;;;;";ffiffi;;;,;:", Durante el siglc, xvtll, los antio- los rnisioneros, el teniente de justicra
cornpteio. que se originó
:: lln."ro
en las rnercedes de der
fin. En
"1
;"r" ;;';;'ffi;:"; queños incorptrraron nuevas tierras mayory otras personas. Para socorrer
p or er c ab' do . il"*"":Tf ?;: Llf ,;,rnH; a las labores agrícolas y mineras. La a los españoles, gente libre y negros de
"
gobernadores duranre X*,:"iH1,1.",.Ji ampliacion dc la frontera por el oc- cuadrilla que se hallaban sitiados en el
ét ,iglá
primeras décadas del xr'. nrto,".',
y tilñ a h cri.i, de la rninería y el
cidente dependió de ia reducción de palenque de Chocó, el gobernador de
prí_ a.rpiuru_i"r,to de gran parte .e los Antioquia, Diego Radillo de Arce, or--
rnirivos larifundios se d ios indígenas de Chocó, que a io largo
a ravés de ra repartic;T':"',flTT de los siglos x\¡I )'\at habían resistido ganizó una cornpañía compuesta por
rnerosos helcderos de un patrimonio
l:'fijil:'J.¿,]l1ilT:l,.:,
J;J; la penetración de otros grupos a su 40 soldados pagados, 8 aventureros
familiar o por rnedio de ia venta
po..r* .o.r..pto fuera de 150 pesos que se alistaron sin sueido, I 7 car-
territorio. Las entradas a esta región
una parte o la totalidad_ de la
de ;;.;;.;;.".gó a Francisco de Saida_
desde Antioquia cot¡enzaron en la gueros yjeques de Sopetrán, 9 indios
pro_ rriaga para gue recibiera los dine¡os anaconas, 8 jeques nuevos, 8 indios
pie*ad, Et seguimiento dc las láeas década del setenta de1 siglo xvu. Fn
) #;;;g-"ra en la Caja Reat. para 1674, ei bachillerAnionio de Guzmán de Buriticá;, 6 indios de Sabanalarga.
que í'¿"a'iii"'
'"*p"'iJ"" ,5 i.#o;'
ü
f,T:ilT::: [";X';, "t"*ar ; Cespedes. presLritero tlisionero. Entre las recomendaciones para ia
propiedad,. .o,,,"*á",i1,.T'J:1 decía que él y s¡ ¡".*uno, el tesorero pacificación estaban Ia de que no se
seno de un grupo fam'ian siendo
::"XT:T:r:::";,n:T ili#Tfi ; lgnacio de Guztnán, habí¿in descubier- abandonara la provincia l sus mitie-
Io g.un .rJ*..o de hatos de ganado
y rales, pues esto significaba retroceder
común la división de ella en
pedazos Jr,url.iur.i io y paciñcado esa provincia, donde
cada vez rnás pequeños. funda¡on cinco pueblos. en cuvas en la apertura de una irnportante fron-
En un principlo, la disponibiiidad
C,uando la reat cédula de 1674 igiesias los indígenas estaban siendo tera, y la de que por todos los medios
dis_ d" ;r*i:;;T;,,^,::L":i"l:11
J.1os útulos de rrr"rr" J.rii|,TfiI:trftt doctrinados. Según su informe, más se impidiera la cornunicaqión de los
ll:'olu.o,r,pori.io,
uerras otorgados hasta ese #*:
momerto, continuada ¿J U rro*..u cie 80 personas habían entrado a las caciques y capitanes de estos indios
minas descubiertas en los airededores con ios cunacunas,.urabáes y dernás
^,t;;;;
del sitio de Urrao. donde su familia gnrpos de la costa del Darién. así como
tenía más de 40 esclavos trabajando con los piratas que ordinariamente
Hermes To'ar Pinzón' "probremas
del srgio xrnrr". pone'cia presentad
de la estmctura rural arrdoqueira
en la seg.nda mitad por esa época. Bajo la dlrección del asistían a ese lugar.?
acrualu)od.. "o, "l
sl^p^J'rl,Ji'rii"ií rr*, *rombianc, su evorución
1 Medellrn. fÁ¡S, lsul.
Ár arez Morares. "La fo¡rracitil¡
de ra estn¡crura agraria en
'rcror -furtioquia (r 54?-l 7g0;.., Frarrcisco Silvestre, l)escri2ciór¿ del rcino de Sattta Fe de Bogota, Bogorá, Biblioteca Popula:' de
en el III congresa ¿, ni'i)i"áluiii)*,' v.aaui,u,,.".,ia"i"á. 5
llL*ru;lhda Cuimra Colombiana, 1950. p. 173.
H. Tor.ar Pinzón, ,,p¡oblernas de
la estructura rural andoquena...,,, 6 Archii'o l{istórico de Antioquia (AHA), lndios. tomo 24, docun¡ento 719, fols. lr I'r.
Op. cir., pp. l-3_ úf-!t in¡iios. ¡or¡ro 25, documelxo 751. fols. Ir-6r:
 4 f Ríg,re-, pobrcu y üferncinción socinl en. ln Prouincia de Antioquirr durante el sigln
l,a pacificación de estas tribus dura-
ría unas décadas rnás. En el ano 1 7 I 1 ,
el gobernador JoséLópez de Cana,¡al
. entró personahnente al sitio de Murrí,
donde redujo y pobló, a orillas del río
de ese nombre, rnás de I40 indios,
a quienes les hizo levanrar iglesia y
ies puso cura doctrinero. Tres años
lnás tarde, estos volvieron a su anti_
guo reriro. Para l72Z había, en esre
paraje, algunos vecinos de Antroquia
traba.;ando con sus cuadrillas en
las
quebradas y amagamientos. lo que
dio
origen a eue el .qobernador Facundo
Guerra Calderón nombrara. cn
1725,
a An.tqniq \l¿-¡91a qapitán a
guerra dei
sitio de M-u¡rí, Este redujó v fundó
dos pueblos de indios, San Nicolás
de
Fuernia y San
José de Chaquenoda,
qrre lueron abandonados varias veces.s
La precariedad de estos asenu-
lnientos se mantuvo hasta 17g5, cuan_
do se hizo la fundación del pueblo
de indios de Cañasgordas, que com_
prendia unas 60 aimas.r Sin ernbargo.
esta sección de la provincia
cond;uó
siendo poco habirada, ya que en I g0g
soio residían allt I 30 blancos, lnesrizos
lmularos, 158 indígenas reducidos y
algunos prófugos. r 2l esclavos ne_
gros. Era el sitio de rnás baja población
de la ;urisdicción de la crudad de
.{ntioquia.lo
La ampliacion de la ñronrera ha_
cia el valle de San
José de Urrao se
aceleró a partir de 17g0, cuando
im_
8 A¡chivo General de la Nación (AGN),
Caciquu e indios, totno 6, fols. 3 l 6r-419.
9 AIJL Indios, tomc 26, documerto 793, fols.
lr_5n
10 AIJA, Censos. tomo 343, docunenro
6538. fol. 4lv
t1
t2 1ll. l"-r, de Antioqun, romo 8, fols. t-186, l8?-212, ?18_229, y romo 9, fols. 109,j34
-AILA. Cp¡sos. ro¡¡ro 343. docur¡re¡rlo 653g. fols. S1r_S2r.
xvrtt
portantes colnerciantes y propietanos
de la ciudad de Antioquia,oli.iru.on
y obtuvieron mercedes de tierras a
orillas del río penderisco. En 1793,
Manuel Ladrón de Guevara,
José
Bernardo del Campillo y otroi pi_
dieron que se les hiciera rnerced de
unas monhñas reaiengas. En 1g05,
José María Alzate pidió una merced
de unas rierras baldías y ese mismo
añoJosé Pardo, Juan Esteban Martí_
nez, José María C)rtiz y otros socios
hicieron otra petición en ese sentldo.
Esta expansión tuvo como relón de
fondo el pleito queJuan Fablo pérez
de Rublas y los vecinos de Urrao
siguieron desde fines del siglo con el
presbíteroJuanJosé de Guzrnán por
tierras en dicha pobiación.ti
Fara 1808, el sitio de Urrao con_
taba con 600 habitanres, de los cua_
Ies I7 eran blancos, 365 mestizos,
200 mulatos y l8 negros esclavos.
Dentro de sujurisdicción se había esta_
blecido. a orillas dei río de Ocavdo. una
farniiia de libres y rnás de SCI'O indios
"racionales e inclinados a la
ag-iculnr_
rayaiapesca".12
Hacia el occidente no solo existía
el peligro de los indios. En t?02 co_
rrió el rurnor de que piratas ingleses
r¡archaban por tierra hacia las saba_
nas de Urrao. con el ánino de invadir
y saquear la ciudad de Antioquia.
Para combatirlos, se formó unu .oro_
pañía de 94 hornbres, en los cuales
La. tenencia de ln tiena en ln Prouincia d,e Antioquia... I 5
se incluyerou lg indígenas de Saba- la Vega de Supía, no hubiera otra
nalarga y 9 indígenas de Sopetrán.r3 población que la citada, !ler'ó a.l oldor
La ampliación de la frontera mi- visitadorJuan Antonio Mon y lbiarde
nera y agrícola hacia el norte de ia (1 785-1788) a cuestionarse la orden de
provincia (Valle de los Osos) fue muy extinguir esa antigua ciudad.15 Aún en
rápida, colno lo detnuestra el que 1808 había 605 personas libres ,v 44
entre 1763 y 1789, esclavos avecindados en este sitio.16
se haya pagado,
La ampliación de lajurisdicción de
la suma de i.284 pesos de oro Por
concepto de cotnposiciones de tierras Rionegro se hizo también a costa de
Ios intereses del Cabildo de la ciudad
en esta área.la
de Antioquia. Desde rnayo de I786,
Otra zona en expansión fue la de
las jurisdicciones de Rionegro y Ma; este cuerpo colegiado intentó que se
desalojara a varios vecinos de Rione-
¡pilla, Lg dinámica de esfe proceso
gro de un territorio que el gobernador
llevó a que ia primera fuera erigida
ciudad por real céduia de 1785, tras- deAntioquia, Gaspar de Rodas, señaló
ladándosele las preeminencias que por ejidos y propios de esa ciridad
en 1601. Según Io expuesto por el
tenía la antigua ciudad de A¡ma. Esta
apoderado de dicha ciudad desde ese
diligencia se huzo con base en informa-
entonces, el Cabildo usó librernente de
ciones que exageraron io tnalsano del
clima de ese sitio y pusieron a sus ha- esas tierras, arrendándolas y cobrando
bitantes en el "rnás infame'tilipendio". pastaje a las personas que tenían ailí
El resuitado del traslado fue poner en ganado. En marzo de 1 7i5 fue otorga-
manos de los grandes propietarios de da, por el gobernadorJosé de Yarsa,
una rnerced de una porción de estas
Rionegro un terreno fértil y fecundo,
tierras aJosé y Cristóbal Ruiz y Ar-an-
obligando a una población pobre a
go, sin plevia citación del Cabildo, no
abandonar sus hogares. Aunque en
ia real cédula de erección se mandaba obstante ser ejidos, como constaba en
arrasar Ia antigua población, en abril el título expedido. En I 730, Ignacio
de 1788 residían allí 332 personas, GarcíaJararnillo solicitó y obtuvo que
el Cabildo de Antioquia }e vendiera un
aplicadas al cultivo de la tierra. que
se resistían a abandonar el lugar. El pedazo de estas tierras, pese a carecer
hecho de que en el camino a PoPayán, este organisrno de facultades para
enajenarlas.lT
desde el sitio de Santa Bárbara hasta
t3 AGN, Cnciques ( indios, tomo 73, fols. 487-522.
14 Hernres Tova¡ Pinz6tt. Grand.es empcsas ag'ícolu 1 gam.d,eru: su d.qanollo m el siglo xvttt,
Bogouí, Cooperativa de Profeso¡es de la Universidad Nacional de Colombia, Ediciones
CIEC, 1980, p. 19.
15 Emilio Robledo. Bosquejo biográfco del seízor oidu Juan Antmio Mon y Velatde. I/rsitada de
Antioguia, 1785-1788, Bogotá, Banco de la Repúbiica. 1954, tomo 2, pp. 308-31 I.
t6 AffA. Cercos. tomo 343, dommento 6538, fol l2n
77 La infonación sobre este pleito fue sacada de A.llA- Tien'ü' tomo 163. dorumento 4263'
 b I Riqut*, pobreru y difermci.ación socütl
Entre los vecinos de Riouegro in-
volucrados en el pieito con el Cabildo
de la ciudad deAntioquia se conraban,
según el censo de 1787, el alguacil rna-
yor Francisco Carnpuzano, el regidor
José Antonio Ruiz y Cristóbai
Ruiz
Castrilión. Los testigos presenrados
por ellos d¡rclararon que los anriguos
poseedores de esas tierras las adqui-
rieron por cornposición hecha con
losjueces privativos de tierras. prece-
diendo ias formaiidades precisas. De
estos terrenos se habían hecho ventas
y ia rnayor parte de ellos se hallat¡an
vinculados como aseguros de cape,
llanías, dotes y tutelas de menores.
Exponían que si los terrenos se adju-
dicaban al Cabildo, Ios inreresados se
arruinarían. Un argumento de más
peso fue el afirmar que el gobernador
Gaspar de Rodas no estaba facultado
para señalar en este lugar los propios
de la ciudad de Anrioquia, va que el
territorio en litigio correspondía a la
jurisdicción de la antigua ciudad de
.Ar:ma, que perteneció a la Provincia
de Popayán hasta 1756.16
Es importanre anotar que los
dueños de estos terrenos ios había¡
otorgado a lnerced a individuos sin
tierra. Así, Francisco Campuzano
tenía allí a una farnilia viviendo a
lnerced. José Antonio Ruiz a orra y
Crisióbal Ruiz Castrillón a cuar.ro.
Contra lo afinnado por los lesrigos.
eran vecinos acaudalados los que
t8 AIIA- Otd,enes superiorcs, tonto 16. docuruento 524.
l9 AHA Cnsos, tomo 341, documenro 65:1, fols.3ir-I22v.
20 Ibíd.. tomo 343, documellto 6538, fol. lBr.
2i AGN,Tierru de Anttoqtún, tomo 5. fols. i?9-133. 134-138, 139-153 v 162-167
22 Ibíd., tomo 6, fols. 188-2I? y 218-220.
m ln Prouinca. de Anüoquin durante el siglo
acaparaban estas tierras, beneficián-
dose con los establecimientos que los
pobres hacían en ellas.re
En abril de 1791, ia Audiencia
determinó que la propiedad de las
tierras pertenecía a los vecinos de
Rionegro. ya que por ser tan distantes
de la ciudad de Antioquia, no podían
destinarse para ejidos, puesto que,
conforme a la ley, estos debían se-
ñaiarse en las inrnediaciones de las
ciudades. Los propierarios las habían
¡enido con justo título, buena fe
había pasado dempo suficiente para
que, por prescripción, ellos ruvieran
el verdadero dominio.
Los vecinos de Marinilla, por su
parte, consiguieron separarse de la
ciudad de Remedios, a ia que esru-
vieron unidos, y obtuvieron el títuio
de vilia dependiente de ia ciudad de
Antioquia en 1 786.20 Tárnbién dentro
de la jurisdicción de Remedios hubo
expansión, pues desde 1739 ia Au-
drencia otorgó allí varias mercedes
de tierra.2r
La apertura de frontera en los
términos de ia \¡illa de Medellín se
hizo hacia Amagá, lugar en donde
José Antonio Isaza Pérez pidió una
concesión en 1766, vJosé Paiacios
otra. en i;69.:: Otros propierarios
de Ia villa solicitaron terrenos en el
sitio de Guadaiupe y el \,'alle de Osos.
Estos hechos muestran que hasta
la década del ochenta fueron "los ve-
x,rn Itt tenencia de ln tima en la Prouinci,a d,e Antioquia... I 7
cinos acomodados y de algún caudal" Nicolás Valencia y Pedro Martínez
los que obtuvieron gran part€ de las por 787 pesos 4 tornines, a Félix
Vallejo por 500 pesos, a Nicoiás de
derras realengas, pues de acuerdo con
Henao por 250 pesos, aJosé lgnacio
la real cédula de I 754, era necesario
hacel diligencias de reconocimiento. Mejía por 562 pesos 4 tomines. a
medidas, avalúos y pregones, y lama- Facundo Cardona;' Miguel Naranjo
yor parte del vecindario no contaba por 500 pesos, a Feliciano Bedoya por
con recursos para ello. Así, Ignacio 200 pesos y a Bernardo Jiménez y
Meichor Gallegos por 400 pesos.
Castañeda (i760), Sancho Londoño
Zapata (1 7 62), Felipe Viliegas Córdo- Como puede verse, un amparo de
ba (1765) y el doctor23Juan Esteban tierras podía producir grandes ga-
Leonil de Estrada (1768), vecinos de nancias a su dueño.e5
;, Rionegro, solicitaron y obtuvteron Debido a esta situación, el fiscal
grandes mercedes de tierras en la de la Real Hacienda, doctor Francisco
jurisdicción de la ciudad de Arma.2a Moreno y Escandón, consuitado por
Muchos de los que se hicieron a eslas el virrey Manuel Guirior en 1778,
concesiones, después de pagar una conceptuó que, en lo sucesivo. se
corta cantidad a beneficio de ia Real debían conceder gratis las tierras
Hacienda, revendieron partes de ellas \¡acantesy realengas a quienes las
por cantidades lnayores. denunciare. con la condición de cies-
Así, por ejernplo, Felipe Villegas montarias, sembrarias y cuirivarlas,
Córdoba, en 1763, pagó 125 pe- pues de no hacerlo perderían el dere-
sos 5 reales al fisco por las tierras cho adquirido y se podrían adjudicar
comprendidas entre los ríos Buey a otro. Para lograr este fin, solo se
1'
Anna, desde sus cabeceras hasta que debía conceder a un individuo la can-
se juntan. En i784, cuando falleció tidad de tierra que según su caudai
Manueia Londoño y Piedrahíta, su pudiera Iabrar adecuadamente. Con
esposa, estas derras fueron ar,aluadas el objeto de evitar dudas y pleitos, se
en la mortuoria por 1.500 pesos de pondrían linderos fijos y esrables que
oro. Otra r¡erced que obtuvo en 1768 no pudieran mudarse fácilmente.26
en el sitio de La Miei, la verrdió por Opinaba que esto se debía hacer
partes a Bernardo Franco e hijos sür inquietar a los propierarios que
por I.125 pesos de oro en polvo, a estuvieran gozando tierras cornpra-
Los títulos de maesro, ücenciado, bachiller,v doctor erm tín¡los académicos. l: persona
había realizado esrudios fomrales y se había ¡gaduado. Los esmdios uuiversitarios supe-
rio¡es conducían al grado de doctor. Este grado sólo se ¡ecibía en dos carreras: teologÍa
o derecho. l: ca¡rera de medicina en el siglo xvul sólo funcionó de forma irregular y se
graduaron muy pocos.
24 Ibíd.. tor¡o 5, fois. 934-944: tomo 8, fols.492-635. 800-827 v 828-847.
9ñ Archivo de Ia Casa de Ia Convención de Rionegro (ACCR), Morlumiu, tomo 40, fols. I ¡-97r'.
26 La irrformación sob¡e la real cédula del 2 de agosto de 1780 fue tomada delAnuaria Co'
lombinno de Hstoria Social 1 de La Cuhura, Bogotá, I 982. núrr. I 0. pp. 23I-2a4.
 8 I R;q"t-, pobrem y d.iferenciación sociaL en In. Proz.tincin de Antioquia tlurante el sigln xvtrt Ia tenencia d¿ la ti.ena en ln Prouincia de AntioEria... fI

das o compuestas con el rey, porque
introducir lnodificaciones sería dar
pie a incontables litigios. Los dueños
de grandes extensiones de tierras
debían explotarlas y si no contaban
con recursos para hacerlo, estaban en
la obligación de perrnitir que orros lo
hicieran, ya fuera vendiendo parte
del terreno o arrendándolo por una
cantidad no exorbitante.
La real cédula del 2 de agosto de
I 780 acogió parciahnenre el anterior
dictamen del fiscal. Esta fue la norma
iegal invocada por el oidor visitador
Mon y Velarde, al pedir aurorización
para distribuir tiemas realengas a los
pobladores del nuevo sitio de Urrao
y a los vecinos que quisieran fundar
poblaciones en los lugares más
propósito para fornentar el cornercio.
I-a Real Audiencia del 26 de ocru-
bre de I 786 delegó en el visitador las
facultades necesarias pal"a que tanto
a los pobladores como a ios venteros
les pudiera señalar, medi¡ demarcar,v
amojonar ias tierras que concep¡uase
necesarias. Para [rarnitar los títulos,
ias diligencias debían ser rernitidas a
laAudiencia, con lo que, en concepro
de Mon y Velarde, poco o nada se
rebajaban los costos. Aquellos indivi-
duos que solicitaban mayor porción
de tierras debían hacer los trárnites
conforme alareal cédula de 1780.
Durante los años 1787 y 1788 se
hicieron diligencias para ia fundaclón
de nuevas colonias, siendo la prime-
27 E. Robledo, Bosquejo biográfco d.el
pp.327-329.
28 AGN, fr¿ryru d.eAntioquia, tomo g. fols.270-441.
ra de ellas la situada en el monte
nombrado De la Vieja, autes Nueva
Victoria, que se denominó San Carlos
de hiego, en reconocirniento al sobe-
rano. Pc¡sterionnente se establecieron
las pobiaciones de San I-uis de Gor-
gona, llamada antes lhrumal; de San
Altonio del Infante, esrablecida en
Mocorongo; de Carolirn del Príncipe,
antes la Herradurita, y se adelantó
mucho la de Amagá, nombrada San
Fernando de Borbón.27
La contradicción existente en ia
Iegislación, entre la pretensión de que
no se inguietara a los antiguos po-
seedores de mercedes y la aspiración
a distribuir la tierra a ios individuos
que carecían de ella o no tuvieren
a suficientes para su laboreo, dio origen
a agudos pleitos entre los colonos de
las nuevas pobiaciones ),los anterio-
res dueños de aquellos terrenos. La
Audiencia pareció ignorar que desde
I 750 se había adjudicado títulos, que
al ser otorgados sin ieconocimiento
del suelo ni medición pr-ecisa, pusie-
ron en manos de unos pocos indivi-
duos inmensos territorios. Desde el
punto de vista de la titulación, no
había un pedazo de tierra vacío en la
parte central de la provincia t a este
hecho se debieron enfientar los nue-
vos pobladorcs. La ambigüedad de la
norma se hizo palpable en el pleiro
segurdo por Joaquin Barrienros y
Plácido Misas contra los pobladores
de San Luis de Góngora (Yaruinal).?8
señor oiúorJuan Antonio Mon n, lblarde, óp. cit., tomo
Tárnbién fueron objeto de la pre-
sión de los pobladores las tierras
ejidales. En el caso de la ciudad de
Antioquia, esta contaba, en calidad de
ejido. con un terreno inmediato llama-
do LlanoArriba. El Cabildo arrendaba
estas tierras a 2 tomines el ahnud de
sembradura, si el zuelo era estéril, y a 4
tomines cuando era fértil.2p Los arren-
datarios del lugar habían formado
estancias, con inversiones de carácter
perrnanente, que podían vender a ofra
persona con ia condición de que esta
se hiciera cargo de pagar el alquiler al
ramo de propios de la ciudad.
Así, entre 1775y 1799, se hicieron
6 escrituras de cornpraventa de estas
estancias. Una de ellas fue vendida
en 1798 por Francisco de Aguirre,
como albacea de su hermano Manuel
.A,ntonio Aguirre, a Tiburcio del Río,
vecino de Ia ciudad de -A.nt-ioquia. por
200 pesos de oro. La posesión tenía
casa de vivienda pajíza, casa de tra-
piche con trapiche de moler, horno y
caballo, )'tres cuartilios de cañaduzal.
Fue vendida a censo redimible con un
interés del \Vc anual.so
Las inversiones hechas en estos
terrenos entraban a formar par-
te del patrirnonio familiar y eran
repartidas entre los herederos del
dueño. Los descendientes de Juana
María de Borja, vecina de la ciudad
de Antioquia que murió en 1788, se
29 AÍL4,- Tienas, tomo 163, documelto 4263, fols. 365v-367v.
30 A¡chivo Notarial de Santa Fe de Antioquia (ANA). tonro 1798-1799,
:tl Aff4 Mortuorias. tomo 20I, documento 4920.
2, 32 lbíd., torno 250, domlnentos 5477 a 5180.
33 ,AJIA. Cmsos. tomo 340. documento 6503, fols. 227r-240t'.
34 AllA- I4silas. tomo 76, documento 2112. fol. 17.
repartieron una casa de embarrado
cubierta de iraca, con cocina, y una
"plantica" de árboies de cacaoy matas
de guineo que ella tenía en los ejidos.
Estos bienes fueron avaluados en
40 pesos de oro.3r
No solo los vecinos pobres usu-
frucruaban estas tierras, sino que
también las arrendaban algunos
comercianles acaudalados, colno
Francisco Liul, asentista del estanco
de ag¡uardiente, quien en 1771 tenía
establecida la fábrica de aguardien-
te y una plantación de caña en los
ejidos. La inversión hecha en casas,
trapiche, fondos y cultivos era de
452 pesos de oro.32
Asinismo, las tierras de los ejidos
de }a lilla de Medellín eran arrenda-
das por el Cabildo. De acuerdo con el
censo de 1786,4 familias blancas y 38
familias rnestizas y muiatas, residentes
en el barrio de Guanteros, contaban
con posesiones en los ejidos.33 Varios
vecinos denunciaron. durante la visita
realizada en 1808 por el gobernador
de la provincia, Francisco de Ayala,
que algunos grandes propietarios
usufructuaban un buen porcentaje
de aquellos. Según los testimonios,
gmn parte de este terreno había sido
arrendada aJoaquín Tirado y Antoruo
Uribe, r'egidores del Cabildo.sa
Aunque más adeiante se trata
detalladarnente este terna. no se
legajo 1798, fol. 52r
 ETT-
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?

7A I Riquem, pobrem y difrmciación socinl en In Prouinci.a. de Antioquia. d,urante el sigln xvtrt k; tenencia de la trena en ln, Prouincia d'e Antioguia. f 11

puede dejar de mencionar aquí los
continuos pieitos generados por la
presión ejercida por los vecinos libres
sobre las tierras de los resguardos in-
dígenas. Desde que el oidor Francisco
de Herrera y Carnpuzano adjudicó
en 1616 los resguardos de SanJuan
del Pie de la Cuesta, Nuesrra Señora
de Sopetrán, SanAntonio de Buriricá
y San Lorenzo de Aburrá a los indíge-
nas sobrevivientes de Ia jurisdicción
de ia ciudad de AnLioquia, esros
fueron invadidos por ios ganados y
las sementeras de blancos, mestizos
y mulatos. Durante la visita realizada
en 1 670 por el gobernador Francisco
de Montoya a los pueblos de indios de
ia provincia, el protector de natura-
ies, José \¡ásquez Rornero, inforrnó
que dentro del pueblo de indios de
San Pedro de Sabanalarga vivían José
Lozano, Nicolás de Montes, Juan
Fernández, Francisco Osorio, los
h¡os de Diego Durango, los mularos
Andrés, Juan y Rafael tlolguÍn, y el
zambo Ventura de Táborda, quienes
causaban perjuicios a los indígenas.
trdéntica situación se presentaba en
los otros poblados indígenas.35
Un siglo rnás tarde, en 1769, en una
representactón hecha ante el gober-
nadorJosé Barón de Chaves. se decía
que pasaban de 250 las cabezas de
familia no indígenas que se hallaban
estabiecidas con estancias, platanares,
cañaduzales, rocerías y huertas en rnrentar desposeerlos y convertirlos les "algún reconocitniento para que
los resgr.rardos de Sopetrán. Entre foposamente en sus feudatarios. Así, sepan que son de é1".3s
todos sumaban unas 1.200 personas. en 1797,-Juan Pablo Pérez de Rubias, Teniendo en cuenta est€ marco de
Su producción agrícola y ganadera uno de los diez grandes cotnerciantes referencia, a continuación se describe
sen'ía para aprovisionar no solo la de ia provincia. declaró en su testa- Ia estructura de tenencia de la tierra
ciudad, sino también a los minerales mento que la Real Audiencia le había en ia Provincia de Antioquia riuranie
de Ias tierras aitas del Valle de Osos.36 hecho gracia de tres estancias de Ia segunda mitad del siglo xvln, De
La tierra de los indígenas era ape- rierra situadas en SanJosé de Urrao manera particular se aborda el terna
tecida tanto por ios vecinos pobres enrre la quebrada de llonda ;' el río para la 3urisdicción de la ciuda<j de
como por los acaudalados, como el de la Encarnación, desde la orilia Antioquia, \a zona del \hlie de A'r¡u-
colnercianie Cabriel de Rivero, quien del río Penderisco hasta ia curnbl-e' rrá, cuyo epicentro era la Vilia de
en I 789 poseía una estancia en el res- Él había dacio permiso a algunos Medellín. el oriente de ia provrncra,
guardo de Sopetrán. Allí tenía casa de pobres para que hicieran sus rocerías cornpuesto por los téruninos de Rio-
vivienda, casa de trapiche con trapi- sin pagar nada por esPacio de cinco negro y Marinilla. y la zona minera
che y horno, 3 airnudes de cañaduzai, anos; pasados estos, marrdaba pedir- de Cáceres y Zaragoza.
7: ahnud de platanar, 25 cabezas de
ganadovacunoy l7 esclavos. Este su-
jeto contaba con dos posesiones más,
localizadas una en río Cauca arriba y
otra entre la quebrada de Noque y la
delArenal.3? De ailí se colige que para
algunos no era enterarnente cierto
que no rulieran 'tierras propias ni
esperan tenerlas a excepción de las
que tienen dichos indios".38
En conciusión, durante el si-
glo xvnt avanzó rápidamente ia apro-
piación iegal de las tierras de fronrera
por pane de estancieros, mineros v
comerciantes de aleún caudal, lo cual
no significó que fueran efectivamen-
re explotadas. Muchos parecieron
ignorar ia extensión de sus títulos ¡'
dejaron que algunos vecinos pobres
se establecieran allí, para después

35 lbíd., tomo 75, documento 9091. fols. 23r y v.

36 ,ñl}, Ini.ios, torlro 26, docurnenro 783, fols. 19¡-21v. Mürerales era uu rérrnirro usado en
ia época colonial para referirse a las minas. En esre caso. a las mrnas de oro de aluvión
localizadas en el \talie de los Osos.
37 Ali,A, Morluorias. torno 284, door¡renro 578?. fols. 1r-90r
3E AIfA Indios. tomo 26, documento 7E3. fols. l9r-llr. 39 é-\i.A tonro 1804-1805, iesajo I805, fols.23r-42r.

I sitio, porque
La.lurisdicción
de la ciudad de Antioquia
T ,o, ulr.d.dores de la ciudad de
Artioquia l' el ál€a aledaña a los ríos
Cauca v Tonusco fuelou ocupados por
los espaúoles desde el mornento de la
Conquista, a lnediados del siglo xi'r.
Durarrte el siglo n'n. los mineros r'
]os colnerciantes de Ia zona consuru-
yeron haciendas agrícolas y ganaderas
a partir de los iatifundios que, por
rnercedes de tierras, cornpraventa o
herencia habían adquilido. Un gran
propietario de ese ent<inces, como lo
era el capitán Agustín Fimienta \ale-
ros, natural de la \''ilia de Ahnodóvar;
en España. sol¡a conlar con varias pr o-
Ivonrre Suá¡ez, Oro t sociedad colonial en Antioquia 1575-1700, Medellín, Secretaría de Edu
cación l Crrl¡u¡a de Andoquia, Colección Especiai, 1993, tabla ?.
piedades y ocupaciones. Así, en I 67 l,
este sujeto tenía, en el sitio de Juan
García, un hato con 300 cabezas de
ganadovacuno, y en el sitio de San Lo-
renzo, una hacienda de tlapiche con
cañaduzal. Su labol' como agncultor y
ganadero era un cornplemento de sus
acuvidades como minero, en una lnina
que poseía en el cerro de Buriticá,1'
cornerciante. La producción de sus
haciendas ie perrnitía rrantener una
cuadrilla de 52 esclavos dedicados
parte al trabajo agrícola y parte al
minero, proporcionándole, además,
un excedente para comelcializar.r
La crisis minera del siglo xvrr
llevó a muchos vecinos de ia ciudad
de Antioquia a instalar haciendas
y iratos en el Valle de Aburrá, a tal
punto que en 1668 el Cabildo de la
cludad de Antioquia, en un memorial
a la Audiencia, se deciaraba en contra
de la fundación de una villa en ese
[.-.] es mavol-el número de vecinos de
la ciudad que asisten en dicho valle
que los que residen en ella, cou que
hacléndose villa se quedaran avecin-
dados en ella y no se podrán servir
las cofradías ni los denás cargos de
lepúbiica.'?
Les prcocupaba fu ndamentalmen-
te el abasto de carne de la ciudad, por
considerar que los dueños de los hatos
de ganado del valle se resistir'ían a
venderles. Parece que era exagerada
esta representación, porque, según
un testigo, a principios del siglo n'rrr
había en los contornos de ia ciudad de
Antioquia, así como en los alededoles
del r-ío Cauca 1' en lo aito del Tonusco,
19 hatos de más de 200 reses, fuera
de los hatillos cortos, de los que había
8 en el Barrio de Buga, 3 en el de los
Figueroa, 2 en el de Santa Lucía y 4 en
el llano del Paso Real. De acuerdo
con ia declaración, a rnediados de Ia
centuda el númerrc de ganado se había
Ieducido a una tercera parte, puesto
que la mayoría de los vecinos estaba
Alberto Bemal Nicholls,lpaztaciones soht Los orígenes de Med.elLín, Medellín, Editorial
versidad de Antioquia, 1976, pp. 31-32.
Archi¡,o His¡órico de Antioquia (AIa\), Ind,ios, tomo 26. rloomento 783, fois. 4r-9r
4 Archivo Notarial de Santa Fe de Artioquia (AN.A), ProtocoLos notqriales, 1706-1730.
La juisdicción d.e Ia ciudad de Antioquia I 13
dedicando sus tierras al cultivo de la
caña. Este hecho había llevado a que
el precio de una arroba de carne fiesca
hubiera pasado de 4 tomines a 1 peso
de oro, escaseando algunas veces.3
La aparente contradicción entre las
dos posiciones presentadas se expiica
si tenemos en cuenta que son facetas
distintas de una cornple¡a situación.
La crisis minera llevó a que rnuchos de
los grandes mineros y hacendados se
vieran obligados a pagar las deudas
contraídas, con los elernentos que
componían su patrimonio, sobre todo
con tierras v esclavos. Así, entr€ 1706
y 1730 fueron protocolizadas 91 es-
crituras, en las que se traspasaba la
propiedad de I 37 esciavos para pagar
deudas, mientras que en el mismo
período se realizaron 78 operaciones
de compraventa, que invoiucraron
103 esclavos (véanse tablas 1.1 y 1.2).a
La rnanera corno Ia cnsis minera
afectaba los patrimonios se puede
ilustrar con el caso de Jerónirna de
Guetaria, viuda y albacea del capitán
Feiipe de Herrera, uno de los mineros
más importantes del siglo >,r,rr. Al morir
estepropietario en I 704, dejó estancias
en varios lugares de lajurisdicción de
Antioquia y en la de Medellín; rninas
en Osos, Riochiquito, Anzá, Río Gua-
dalupe y Hojas Anchas; 83 esclavos;
628 cabezas de ganado vacuno, 3 I mr¡-
las y 22 caballos. El avaiúo de sus bienes
fue de 26.751 pesos de oro, 1o que lo
Uni
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14 / Riqueu, bobrem 1t tlif¿vn r¡o¿ón soci.al er, ln Proúncin d,e Antioquia durante el siglo xvtn t La jzuüdi.cción d¿ tn ciudad de AntioEria I 7 5
á
I
Tabla 1.1 Esclavos dados en pago de deudas. Ciudad de Aniioquia, 1706_1730 :1
3
ii Tabla't.2 Compraventa de esclavos. C¡udad de Aniioquia, 1706-1 730

Año Númerode Número de esclavos Ualortotal Valor promedio

3
Año Número de Número de esclavos Valor total Valor promed¡o
transacciones transados (pesas de oro) (pesos de oro) :: (pesos de oro) (pesos de oro)
{! transacc¡anes tnnsados
1 706 1.943 176,63
86,40 1 706 6 11

1747 1747
1708 4 1708 t 16 2.767 172,93
2.340 180
1 709 1 1709 J ú ¿oo r oo,Jó
1 80 80
1710 J 1710 6 7 1.03s 147,85
4 537 1U,25
1711 e 1711 7 7 1 .188 169,71
5 743 148,60
1712 7 I 1.642 182,44

t/ tó ¿ 2 244 122,40
¡ / tú '1
2 150 AE
tt t4 7 2.216. 174,46
1714 5 27 202,77
1a 1E
t/ lc 4 4 649 162,25
5 5 865 173
1716 J 311 103,66
r / tb 4 4 745 186,25 183,00
2 2 JOO
l/tt 5 E
913 182,60 1718 2 404 202,O0
1 718 2 240 120 1719 2 298 149,00
171 I b 7 1.066 152,28 224 224,00
1720 1 1

':72A t 6 9( ??
162,50 1721 ó 256
',721 f0 I ?RO 1722 2 I 151 ,00
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7 12 1723 Á R 158,60
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5 R
524 1724 6 71
104,80
1724 10 17tE 2 2 264 130,00
10 1.147 114,70
5 1726
5 o¿l 124,20
':726 2
1727
106
1728 500 r 66,66
1727
1729
1728
387 96,75
1 730
i729 550 183,33
Totales 78 103 to-DtJ
1730
' En una lransacción se incluye el precio de ganado y 2 solares.
Totales ol lJ/ ¿t,ltó "" Uno de los datos está incompleto.
Fuente:Archivo Notariar de sania Fe de Antioquia, protocoros -." No figura el precio de un esclavo.
notar¡ates,17o6-.f730. Esta tabra fue
base en daros cedidos por tos profesores Roberro Luis Jaramiflo
:i?:,.*::l y Luis Javier Viilegas, de Fuentej Arch¡vo Notariai de Sania Fe de Antioquia, Protocolos notar¡ales,1706- 1 730. Esta tabla fue elaborada
la Liniversidad Nacional de Colombia, sede Medellín
con base en datos cedidos por ios profesores Roberto Luis Jaramíllo y Luis Javier Villegas, de la Universidad
Nacional de Colombia. sede Medellín.
 1 6 I R;q"t-, pobren y diferenciación social en b, Prouincza. de Antioquia d"urante el. siglo
convertía en uno de los hombres rnás
ricos de la provincia en esa época.5
En 1708, su viuda ororgó una es-
critura por medio de la mal pagó con
I I esclavos una deuda de 2.010 pesos
de oro de¡ada por él; dos afios más
tarde canceló con 2 esclavos, a Gerardo
Novoa y Maldonado, 350 pesos que le
debía, y finairnenre, en 1714, cubrió
9.442 pesos de oro de que era deudora,
con la mi¡a de San Miguel, 23 esclavos,
tierras en San-|erónimo y 200 teses de
ganado vacuno. En el primero y último
casos no figura el nombre de lapersona
a quien traspasó ia propiedad.o
De estos hechos se usufiuchraron
algunos comerciantes, como el español
juan Bernardo Ferraro. qrrien entre
17 16 y 1720 recibió 4 esciavos en pago
de 873 pesos de oro.t
Otra lnanera de solucionar ia crisis
fue mediante la manumisión de escla-
vos. Según las cartas de libertad oror-
gadas enAntioquia entre I 706 v i 730,
en este período 94 esclavos fueron
dejados iibres. De ellos, 7l obruvieron
la libertad sin pagar nada, aunque en
3i casos se pusieron condiciones para
poderla disfrutar. I-a rnayor parte de
los manumisos eran personas aduitas
en capacidad de trabajal que se con-
virtieron en pequeños propietarios o
agregados, y dependientes de sus an-
tiguos amos.6El resuitado del proceso
de fragmenración de aigunas hacien-
das fue ia formación de medianas y
5 L Suárez, Oro 1 sociedal coloninl en Antioquin
6 ANA
1omo1705-1708,legajoi708,fol.6Ov:tomo1709-17t2,leg4iol7l0,fol.
1716. legajo 1714. fol.8r.
7 1713-1716, legajo 1716, fol.38v;
111.ry
jo 1719, fol.
88r': legajo 1720, fol. 34n
8 Al\14 Pro¿ocolos nonriales,1706-I730.
xvtl
pequeñas propiedades. Iguahnente,
se constituyeron nuevas o reconstru-
yeron antiguas haciendas, a t.ravés de
ia adquisición de derechos por heren-
cia. donación o colnpra. Es necesal.io
anotar que por rnedio de ios enlaces
rnatrimoniales, la diversificación de
actividades, el crédito obtenido con
censos y capellanías, las cornpraven-
tas, etc., ios descendientes de algunos
lnirreros y comerciantes del siglo xvrr
Iograron consen'ar en su poder las
haciendas famiiiares, v niediante el
lnecanisrno del proindiviso. pudieron
impedir su descomposición.
Ei efecto de la aguda crisis econó-
rnica que a principios del siglo suÍiió la
jurisdicción de la ciudad de Antioquia
no fue la desintegración y el desplorne
total de la estructura agraria existente.
sino ia conformación de un régitnen
en que, al lado de ias haciendas de tra-
piche y hatos ganaderos, proliferaton
las pequeñas unidades, que producían
básicamente para el autoconsumo,
aunque con productos corno la caña,
el tabaco y el cacao buscaron obtener
excedentes comercializables.
Las grandes propiedades:
patrimonios fandliares
y prestigio social
No se quiere en este punto hacer re-
ferencia a los propietarios de grandes
latifundios de froltera casi siempre
l5Zj-1200, óp, cit., tabla 7 .
lr; tomolTi3_
tolio I7t7-172I,legajo t7t?, fol.99r:
lega_
inexpiorados. sino ver quiénes fueron
los ernpresarios agrícolas y ganaderos
que buscaron. aunque no sietnpre
pudieron lograrlo, producir un ex-
cedente para el comercio. EI hecho
de que en la Provincia de Antioquia,
durante el siglo xun, Ia hacienda no
ruviera la importancia v ias magni-
tudes que tuvo en otras regiones de
Nueva Granada y América, ha hecho
creer que no existió y que las élites an-
tioqueñas, etnpeñadas en mantener
su posicrón por rnedio de inversiones
en la minería 1 el cotnercio. no en-
contral-,an ventajoso destinar parte
de sus ganancias en tierras, pues
esto les traía rnínimos rendirnientos
econólnrcos.r' Por ello es necesario
analizar las características dei grupo
de grandes propietarios.
En prirner lugar, hay que señalar
que algunas propiedades importan-
tes perrlanecieron hasta finaies del
srglo xuil explotadas por los miem-
bros de un rnismo grupo familiar. Un
ejernplo de esta situación es el hato de
Juan Garcí4 que esnlvo en rnanos de los
descendientes de Agustín Pirnienta
Vaieros, ,va mencionado, hasta fina-
les de la centuria. Este comerciante
adquirió esta estancia después de
su matrimonio, celebrado en 1651,
pues no figura en la carta de dote que
otorgó en esa fecha a su esposa Lau-
reana de Espinosa, ni entre los bienes
entregados por los padres de ella ni
como parte del capital que él poseía.
Al morir en 1671, las 300 reses que
:
I Ann Tvirrarrr, Mineros, comercinntes 1, labradues. Las raices del
176) 1810. rad. Cecilia Inés Resrepo, Medellín, E{IS.
:
10 .\H\ Motluoriu, tomo 274, documeuto 5707, fols. 7¡-i ir', 54r-5ijr
La. jtmsd.icciór, dt ln ciudad de Anti.oqui.a I 77
allí pastaban fueron avaluadas en 900
pesos de oto.lo
Parte de estas úerras fueron dadas
en dote, en 1731, a Laura María de
Osa Pilnienta, hija del sargento 1na-
yor Agustín de Osa Zapata ), de Lucía
Pimienta \aiero. cuando contrajo rna-
trimonio con el sargento lnayor espa-
ñol Francisco de Otero Cossio (véase
figura 1.1). Ei monto de esta dote fue
de 5.066 pesos 4 tomines, representa-
dos en tierras en ia quebrada deJuan
García. tierras en el sitio del Tablazo
en Medellín, 9 esciavos, 66 cabezas
de ganado vacuno y 27 cabezas de
ganado caballar; joyas, ropa )¡ rnuebles.
De estos bienes, 1.730 pesos fireron
otorgados por el padre de la contra-
yente, 2.523 pesos eran donación de
su tía Laura Fimienta \hieros, quien
no tuvo hljos, y 813 pesos ios recibió
del doctor Fedro Zapata Gómez de
Múnera, su tío. De esta forma, en una
sola persona se congregaron los bienes
pertenecientes a i'arios miembros de
una farnilia. El caudal de Otero y Cos-
sio era de 1.267 pesos. consisteute en
1 3 cargas de cacao, I 5 rnulas, 36 reses.
ropa v bienes personales.
Catorce años más tarde, cuando
falieció este minero, en el pedazo de
tierras deJuan Carcía. cuvo precro era
de 500 pesos, tenía144 reses, que\¡a-
iían 678 pesos, y 39 cabezas de ganado
cabaliar. En este sitio había l8 escla-
vos, de ios cuales 1 I eran pár-vulos v
3 c<¡ntaban con más de 50 afios, lo que
muestra que casi el B0% de los escla-
apírin emprcsariai en Antioquia
l7i-185, 235-2'¿i.
1985, pp.
 :'{

i
18 I Rl.g"t-, pobren y d.iferenciación soaal m In Prouincia d,e Anüoquin durante eI siglo xvtn Ia jutktiicción de l"a ciud,ad de Antioqui.a I 19

a vos de esta cuadrilla era poco útil en quien tarnbién era minero. Según su
Iabores productivas, constituyéndose mortuoria, trarnitada en 1797, te¡ía
más bien en una reserva, por el alto 933 pesos en las tierras deJuan Gar-
!
o numel'o de infantes.ll cía, avaluadas en 1.400 pesos. Esto
N
O
Uno de los hijos de don Francisco, muestra que, en 50 años, el precio de
-9
I
o AlejoAntonio de Otero Cossio, heredó esta posesión se triplicó. De acueldo
N :.
9i
O
o parte de las tierras de Juan García y con la l¡quidación de mortuoria sobre
o
o compró un pedazo de tierra en el sitio Ias tierras.de Juan García, reconocía
I o
ce de1 Dique, otro en el sitio de Furina, y un censo de 487 pesos 4 tomines. per-
@
ó! o
E
en 1774, la hacienda de Güinta¡ que tenecienre a una capellania fundada
fiü c;
E
o a fue de losjesuitas. Las minas de oro que por el doctor Nicolás de Pino.
7 6¡
xP Entre sus bienes se contaba igual-
E
P o poseía en Santa Bárbara, Anzá y en e1
É
i!
pS
z
P 6t
sitio de Algarrobo a orillas del Cauca, mente una estancia de trapiche. donde
o en el resguardo de los indios de Saba- tenía 5 aimudes cle caña y % de airnud
6 nalarga, Ie permitieron acumuiar exce- de piatanar. Hay que aclarar que por
,EE c
o dentes que invirtió en la adquislción de estar el maíz casi siernpre destinado al
I E
.!
c r66 estas tieüas. En sus propiedades cotn- autoconsumo, no se inventariaban ni
o
o binó ia producción agr-ícola de caña y valoraban estas rozas. El hecho refleja
o o
B
6 plátano con ia ganadería, puesto que tambien que la inversión necesaria
o c
: E
o tenía 200 reses, 8 yeguas, 4 caballos, 2 para cuitivar productos como la caña
o 5 muias y 1 buro. Es de anotar que soio y el plátano era rnás grande. En tres
2 de los 18 esciavos con que contaba derechos de tier¡as, inciuidas las de
o !o
=
! o estaban adscritos a la hacienda de juan GarcÍa. este propietario lnante-
O Giiintar No obstante estar Ia mavoría nía 99 reses, valoradas en 618 pesos
o
o o N
de ellos vinculada a las rni¡ras, se debízm 2 tornines, 102 cabezas de ganado
qt
trasiadar a las labores agrícolas según la caballar. 25 chivos ¡ 9 ovejas.
I *ñ
e C)
conveniencia y ia ternporada.r! Al mo- Más de la mitad de los 50 esclavos
.9
O rir este propietan o en 17 7 6, debía g'ran que posera eran hornbres 1 rnujeres en-
.e
E o
3 I parte de la hacienda de Güintar razón tre los I 5 1' 50 años, es rieci¡ aptos para
!c .a
o
o <( por cual su hermano y albacea, José
1a uzbaJar aunque hay que señalar que
!
!z ¡o Joaquín de Otero y Cossio, la vendió l3 miembros de esu cuadrilla estaba¡
q
c .s
O)
ent777 a.l maesuo Anronio de Lora.r3 enfermos, 2 locos 1'u¡a era considera-
t : 36 o
a
o
El heredero de ia mayor pafie de da "haragana''. circunsancias estas que
tr
'Ea
o d o los bienes de este patrimonio familiar reb4jaban el número de trabajadores.la
c
d! .E fue el ya mencionadoJoséJoaquín de Esta mano de obra constituyó, pam é1,
o
ii Otero Cossio, hijo de don Francisco, una resen'a, pues don .iosé Joaquín
o
o 0
c
c 6
J
6
¡ñ ll Ibíd., touo 268, docurlrento 5646.
(! o
12 ANA, torno li75-1i71, legajo i776, fols. 138¡-146r'.
o
13 lbid.. legajo l*?1. fol i5i
tt)
l! I 14 lúl,,\ Mortuu'iu. Lomo 268. cic¡currelto 5045.

20 I R¿q"t-, pobreu 1 difqmcnción socinl
vendió l2 esciavos aptos para trab{ar
entre 1775 y 1799.15
Un porcentaje apreciable de este
patrimonio provenía de la actividad
lnercantil, puesto que la esposa de
don José Joaquín, Juana María Balas,
recibió 3.466 pesos de dote de su pa-
dre Gabriel Jose Balas. cornercianre
español. Farte de esta dote era ja
estancia de tierras de Juan García y
64 reses que, en 1780, fue vendida
al alférez real Bernardo Martínez_16
Este ejemplo muestra que pese a
estar sujetas, por las leyes de la heren-
cia, las propiedades territoriaies a ser
repartidas entre varios herederos, el
hecho de que uno de ellos concentrara
parte de los derechos impedía su des-
integración. Aunque el fundador de
este grupo fámilia¡ el capiránAgusrín
Pimienta Valeros. fue comerciante, sus
descendientes no siguieron con esta
actividad y se dedicaron a la rninería
y a ia explotación de sus propiedades
territoriales. Si bien ei númerc
cabezas de ganado \¡acuno de este
hato descendió de 300 en el siglo r-r.rr
a 99 a fines del siglo xvrn, se nora
que estos propietarios aumentaron el
área cultir,ada con productos agrícolas
comerciales, como la caña de azucary
el plátano, y hubo un incrernento en
ganado caballar.
Un caso diferente al anterior es el
del sargento mayor Manuel García de
la Fuente y sus herederos. Este espa-
15 ANA, tomo 17 t-8-1779,2." leeajo I778, fol. 2r,; romo l77g-l180,legaio 17g0, fols. 17ry
ll5v; tomo 1782-1785. Iegajo 1785, fols. 78rv 7gr; rono 1790, 1.. legajo l?90, fol.4r.
I6 AN,\ tomo l7i9-178}. legajo 1780, fol.1lbv.
At'r*-A, tomo 1734-173i,legajo 1737, fol. ti0.
17
en. Ia Prouincin de Antioqu,ia, durante el siglo xvrl
ño1 llegó a la ciudad de Antioquia en la
prirnera mitad del siglo xvru y a rravés
de la actividad colnercial iogró acu-
mular un caudal que al rnori¡ en l7b7
era de 42.678 pesos 7 tornines, tal vez
el más grande de la jurisdicción para
esa época. Según ia carta de dote que
en 11 37 otorgó a favor de su esposa,
Agustina Zapata del Pino, esra recibió
825 pesos y donaciones consistentes
en 2 esclavos, ropa.joyas y lnuebles.rT
Su fo¡tuna, por tanto, no se derivó de
haber heredado un gran patrimonio
del siglo xvrr.
Durante sus años corno comerctan-
te adquirió, por compra o donación
en pago, las siguientes propiedades:
un derecho de tierras de pan y ca-
ballería en el sitio de Caimán y del
Contador, donde tenía 4l reses: una
estancia de trapiche en la Cuchara,
donde había una casa de trapiche, con
2 trapiches y 5 fondos, allÍ cultivaba
caia y plátanos (esta propiedad fue
de arnpliada con la cornpra de 6 almudes
adicionales, donde había otra casa de
trapiche con trapiche 1'un piatanar);
ia Loma de Ochaii, de tierras de pan
y caballería, ubicada en el Vhlle
San Andrés; un pedazo de tierras en
el sitio de Ia Tüerta, río Cauca arriba,
donde había I2 aimudes de platanal,
y unastierras en Noque, donde lnan-
tenía 1 09 reses y 29 bestias caballares.
Como se ve, aigunas tierras se dedi-
caron a las actividades ganaderas y
.;
otras a las agrícolas. Tiabajaba estas
propiedades, además de 2 salados y
una rnina de oro corrido, con una
cuadriila de 43 esclavos, de los cuales
23 eran aplos para trabajar.
En estas propiedades, el valor de
la tierra no era lnuy aito, comparado
con el precio de los trapiches, los
cuitivos, los esciavos 1' el ganado. Así,
por ejernplo, el rnarco de tierras de la
estancia de la Cuchara valía 310 pe-
sos, mientras que uno de los trapiches
fue avaluado en 548 pesos, debido
al costo de los londos de metal. Con
respecto a los cultivos para esa época,
el ahnud de caña se aprtció en 15
pesos y el de plátano en 10. No hay
que olr,idar que ia caña estaba desti-
nada para Ia producción de mieles,
fundarnentahnente para el mercado,
v el plátano, para la alimentación de
los esclavos y el consurno doméstico.
En relación con los hatos ganaderos,
la situación era sernejante. Así, las
tierras de Noque fireron avaluadas
en 400 pesos, mientras que el ganado
vacuno que allí pastaba valía 634 pe-
sos 4 tor¡ines, y el caballa¡ 347 pesos.
de Un detalle que es importante ano-
tar es que el caudal del comerciante
García de la Fuente no estaba gravado
por censos o deudas.r8
Aunque estas propiedades se con-
srir.','aron en proindii'iso, fueron des-
integrándose al ser repartidas entre
t herederos. En la mortuoria de su
hijo José Gabriel García, tratnitada
en 1763, puede apreciarse lo que le
18 AflA> Mortuorias, tomo 222, documerto 5194
19 Ibíd.. documento 5185.
20 Ibíd., tolno 223, documento 5195.
bt jurisd.icción d.¿ ln ciudad d.e Antioqui.a I 2I
correspondió a uno de los sucesores
(véase figura i-2). fi heredó un de-
recho en la estancia de la Cr¡chara,
que se había desrnejorado desde ia
muerte del padre, adernás de parte de
las tierras del Contadot de Noque,
de Ochali y de Guasabra. En estos
terrenos tenía 32 reses, l2 bestias ca-
ballares i 3 cerdos. Támbién le tocaron
8 esclavos. con los que trabajaba sus
derechos. Don José Gabriel estaba
dedicado a las actividades comerciales
y tenía a su cargo parte de las hijuelas
de sus herrnanos. Al liquidarse su pa-
trirnonio, se destinaron 4.722 pesos
3 torlines para firndar una capellanía
y 2.361 pesos I tornin se repartielon
entre sus hermanos.le
En 1767 faileció Cristóbal García
Zapata, otro de los herederos, quien
había vendido sus derechos en la es-
tancia de la Cuchara por 132 pesos
4 tomines, y se había quedado con
una parte en las tierras del Contador,
Noque, la Tüerta y Loma de Ochaii.
El ganado vacuno se había reducido
drásticamente, pues solo poseía 8 re-
ses y 20 bestias cabailares. Adernás,
contaba con 12 esclavos. Su caudal
líquido fue de 3.130 pesos 7 tornines,
que heredó su hljaJuana María Gar-
cía y Castilia, de un año y dos meses,
fruto de su rratrimonio con Francisca
Castilla.:o
La parte del patrimonio que Ie
correspondió a Salvador García, otro
h¡o de Garcia de Ia Fuente. se incre-
mentó por la donación que el doctor
 'd

22 I nl.g"t-, pobrczn.l, r)iia'mciacim social cn La Prouir¿ci.a de Antzoquia durantc el siglo xvnt Lo jurisdicción d.a l"o ciudad de Anüoqun I 23

Toro, tío de su esposa Micaeia Villa Este caso rnuestra que las fortunas
y Toro, le hizo a esta y a su h!ja, de de algunos individuos exitosos solían
la lnitad de una estancia y 7 esclavos. disolverse con rapidez, debido a las
Además, don Salvador compró a sus leyes sobtre herencias que obligaban
herrnanos derechos en ias tierras a partir los bienes 1 a circunstancias
de Caimán y otro derecho en Táta- fornritas. En el caso de los herederos
ma. Aunque conuba con tierra, la de García de la Fuente, ei sucesor,
cantidad de ganado que poseía era nornbrado administrador de los
.9R mínirna, pues en 1775, en ias tierras bienes, así como tutor y curador de
de Noque, solo tenía 5 vacas, 5 ye- lo que correspondió a sus hermanos
G guas, I caballo, I rracho de carga 1' menores, falleció muy joven, dejando
1 potranca- Los herederos de estos la rnavor parte de su patrimonio para
bienes fi.reron sus hüos Ana María y la filndación de una capelianía de mi-
José Gabriel Garcia.2l sas por su aima y la de sus padres. En
Pedro Antonio García y Zapata, esta familia. la muerte sucesiva de los
otro heredero, decía en su testamen- herederos llevó a que las propiedades
to de 1778 que conservaba parte decayeran, debido a los costos de las
de la estancia de la Cuchara )' otros conlinuas causas mortuorias y a que
derechos que heredó de sus padres. su administración anduvo a la deriva.
El ganado que tenía eran l0 reses, Colno Io ha anotado el historiador
4 caballos y l0 yeguas. Estos bienes y sueco Magnus Mórne¡ el farnoso
los 3 esclavos que poseía los dejó a los refrán de "Padre cornerciante. hijo
¿ hijos de Francisco Antonio de Otero caballero, nieto pordiosero" tenía algo
cf y Cossio, su cuñado.:1 de verdad.2a
a
Para tenninar Ia hisroria patrimo- Mención especial merecen las ha-
!
@
nial de esta familia se debe señalar ciendas que los jesuitas conformaron
N
que José Gabriel García \¡illa, hijo en la jurisdicción de la ciudad de
* de Salvador García. al rnorir en 1795 Antioquia después de su llegada a la
a
*
O
sólo conservaba unos derechos en las provincia en 1726. En ei momento
.s
J
b tierras del Contador y Caimán, pues de su expulsión en I 767 tenían las
o .a
o
c había vendido parte al doctor José haciendas de El Teja¡ Güintar y
o
f
Lr ¡
o .{ntonio Gómez. Su caudal estaba Abe-juco, las dos últimas en el partido
(Í .! conformado, además, por unas pocas de Cauca arriba. Estas propiedades,
o B)
! o
s reses, l0 esciavos de los que debía a difelcncia de las pertenecientes a ios
o 6 o
o o parte de su valor y un derecho en el paniculares. no estaban sujeLas a
g (l
d
salado de Sopetrán.:3 particiones y cambios en su adminis-
(! 'd
o s
1;3 c
.J o
Esu b
c
do!
6 2I AN.A, tomo 1775-Ii7i,legajo ).7i5, fois. 23r-96r.
ñ9+ 22 ANA, tomo 1778-1799,1." iegajo 1778, fols.43r-45r.
o¿ o ,J A}{A toruo 179-b-1796, 2.' iegajo 1 795, fols. 47r-5 Ir.
ñ o
9Á Magnus Mórner, Estratificaciut social hispanoamericatta durante el períod,o colmial, Estocolmo,
o :
o
Research Paper Series, 1980, ve¡sión mecanografiada, p. 41.
IL IT

24 I Rlq"r-, pobren y diferenciación social
tración, lo que ies permitió rener una
renrabilidad sui generis.
Empecemos la descripción de
por la enumeración
estas haciendas
de los elementos que conformaban la
hacienda de Abejuco, la rnás impor-
tante de ias tres. Esra propiedad fue
comprada por los jesuiras, en 172g,
al sargento rnayor Gregorio de Bor-
ja, con dinero provenienre de las
donaclones que hicieron los vecinos
de la ciudad de Antioquia y la \ziila de
Medeliín, para la instalación de la
comunidad.e5 De acuerdo con los
inventarios hechos después de ia
expulsión de la Compañía deJesús,
las construcciones con que contaba
eran ia casa de vivienda cubierta de
iraca; la capilia de teja de barro, que
estaba maltrecha, con sus imágenes
y ornamentos: la casa de trapiche
cubierta de iraca, con un trapiche de
caballo aperado; 2 casitas que servían
de despensa para guardar el maí2, y
10 bohíos, en que vi.r'ían los esclavos.
Los cultivos de Ia hacienda eran
alrnudes de maí2,3 ahnudes de caña,
6 ahnudes de platanar, % cuartillo de
yucal, 1 ahnud de arroz y 900 árboles
de cacao. En una estancia adjunta (al
otro lado del río Cauca) había 8 almu-
des de piátano, 50 árboles de cacao,
16 almudes de maí2, I yucal y varios
árboles frutales.
corno se ve, esta explotación no
seg-ría el modelo de la hacienda tra-
25 Arl\Tentpotalündrs, tomo 122, dommenro 3szs, fol. l. para la fundación del coiegio, don
José Bla'co, veci¡o de Antioquia, nat.ral de Honda, entregó 40 uril pesos. y, los vecinos de
Medellín, 34.526. Francisco Duque Beunrul, i/*tuiadeld.epartam.ento deAntioquia, Medellín.
Imprerrta Deparramental, 1967, p. 341.
* i1i:i:ir!::i:::d,"
en. ln Prouincia d.e Antioquia. dtnante el sigla
dicional de la zona, en la cual la pro-
ducción agrícola básica era el maíz,Ia
caña y el pláLano. Los esrimulos del
rnercado habían llevado a incorporar
productos como el cacao, rnientras
que los cultivos de lr,rca, arroz y fru-
tales debían estar destinados para
el consutno interno. Parece ser que
los jesuitas fiieron los que iniciaron
la Iabranza del cacao en la región, la
cual adquirió importancia a finales
del siglo y principios del siguiente.
Si tenernos en cuenta que las tie-
rras de ia hacienda eran rnuy extensas,
pues iban de la quebrada de Obarya a
Ia quebrada de Pucuna, el árca efec-
tivamente explotada con cultivos era
poca. Otra parte de Ia tierra había
sido adecuada para labores ganaderas,
puesto que ailí pasraban 358 reses
(96 en el hato de Pabón) y 53 bestias
caballares. Adernás, poseía 35
nos y 49 aves.
En las tierras de esta propiedad
habia 2 o3os de sal en Ios que renían
3 una casita con 3 fondos de rnetal y
2 canoas de palo desúnadas a la coc-
ción de la sal.
La fuetza laboral con que contaba
esta propiedad estaba conformada
por 59 esclavos, de los cuales 13 eran
mayores de 50 años, p:iryrilos. Los
y' 20,
esclavos estaban repartidos de manera
que 53 se dedicaban a las iabores de la
hacienda, 2 asistían en el salado,2 es-
taban encargados de la estancia de la
4\'.'
+
'7
xvtl
ora banda del río Cauca y 2 tenían a su
cargo el ganado del hato de Pabón.26 l¿
mayor parte de estos esclavos provenía
de cornpras que losjesuitas hicieron al
real asiento de Cartagena. En i 73 1, el
padre FernandoVergara, superior de Ia
orden en Antioquia, tranitó ante
la Real Hacienda la introducción de
12 negros, 8 hernbras y 4 varones, que
para ias haciendas de la Cornpañía en
1a provincia había comprado en Carta-
gena ei padreJaime López, rector del
colegio en ese puerto.et
La hacienda de Güintar estaba
dedicada fundamentalmente a ia ga-
nadería y allí residían dos farnilias de
negros esclavos, encargados de asistir
el hatillo. En una dilatada extensión,
colnprendida entre las quebradas de
Puria 1' la de Niverengo, Ios jesuitas
tenían pastando 214 reses. La huerta.
lnarra- que consistía en 8 eras de cebollas,
un pequeño platanar, unas tna|as de
coies y un ahnud de maíz, debía estar
dirigrda ai autoconsulno. En este caso
podernos ver que labores de ganadería
exigían poca mano de obra y herra-
mientas. ya que todos los instmmentos
con que se contaba en esta proPiedad
e¡-an 2 machetes calabozos, 1 machete
de cinta, 3 hachas, I recantón, I barra
azadas2s
)'2
I-a rercera propiedad, liamada
El Te3a¡ dedicada a la producción
de iadrilios y tejas, contaba con Ia
del horno cubierta de iraca y el
casa
26 AflA- Temp or alitiada, toruo I I 8, domnlento 3293
21 Ibíd.. tomo I15. documento 324i, fol. 2r.
28 Ibíd., tomo 118, docuurento 3293.
29 Ibíd.. documelto 3284.
kt jurisd,icción de b. ciulad de AniioEúa f 25
horno de alrcos de adobes. Aderrás,
poseía cultivos de caña r un trapi-
che de caballo bien aperado. De los
22 esclavos que allí vivían, I tenían
más de 50 años y 5 eran páwulos, lo
que hacía que fuera una cuadrilla con
gran númerc de gente poco útil para
el trabalo. Cada una de las 7 falnilias
esclavas tenía su bohío y'unas cortas
matas de platano.:s
Según un informe entregado por
el gobernador José Barón de Chaves
sobre los bienes confiscados a los je-
suitas después de su expuisión, los
pr-oductos de Ia hacienda de Abejuco
y sus anexos de Pabón y Güintar, entre
el 6 de agosto de 17 67 y el 30 de abril
de 1768, fueron 94 anegas de maí2,
61 cargas de plátano, 55% cuartillos
de miel, 3 anegas y 2 almudes de fri-
1ol,2Yz arrobas de arroz, 25% Iibras
de cebo, 73 iibras de jabón sacadas
del cebo, 46 arrobas de carne salada.
3 miilares de cacao y 172 arrobas de
sal que tuvieron un'r'alor de 549 pesos
1 tomín. En esra cuenta no se inciuYe-
ron las raciones de rnaíz y plátano que
se gastaron para lnantener la cuadrilla
de esclavos de Abejuco ni el ganado
que se gastó o vendió. Los gastos de
esta propiedad en herrarnientas, diez-
mos ¡ sal fueron de 103 pesos.
De ias pr-opiedades embargadas,
esta fire la úmca que produjo benefi-
cios, pues El Téjar dio solo I 14 pesos,
)'a que estuvo prácucarnente inactivo.
 26 I Rtq"u*, pobreu 1'difercncia.cim social en la proaincin d,e Antioyúa dztrante el sigla xt,trt La juristiicción d.e la ciudaC, d,e Anüttyúa I 27

Los esclavos que había allí se dedica- del sigio xvrrr, Ias grandes propieda- Tabla 1.3 Compraventa de hac¡endas y tierra en la ciudad de Antioquia, 1n5-1799
ron a cercar con vallado de piedra la des se trasmitieron básicaurelrle por
tierra, por ei perjuicio que recibía del vía de Ia herencia. Fueron rnuy pocas Valor Número de Porcentaje Vaior tota! Valor promedio

ganado vacuno y cabailar gue se metía (pesos de oro) transacciones (n (pesosde ora) (pesos de oro)
las operaciones de compraveuta de
en la propiedad. La rnina de La MieL estancias con una extensión de tierrá 1- 49 JÓ 24,8 1.144 30,10
que contaLla con 30 esclavos de barra considerable. Duranre el período 59,74
50-99 43 28.1 2.569
v 16 esclar¡os vie.¡os y niños, tuvo un conrprendido entre 1775 :, 17g9,
100-249 50 32.6 7.388 147,76
gasto de 497 pesos, lo que obligó a solo se realizaron 5 transacciones de
gastar el) ella los productos de Abejuco compraventa de tierlas por un valor 250-499 11 3.420 310,90
y a suplir, además, 137 pesos 2 tomi- rnayor a los rnil pesos de oro, en las e to2
500-999 638,60
nes.:ri' Esto muestra que una hacienda cuales se incluía, fuera de la tiel-ra,
+ 1.000 5 J,' ó.11¿ 1.654,40
podía ayudar a subsidiar las pérdidas las construccicines, el ganado y los
ocasionadas en las Iabores mirleras. esclavos (r'éase tabla 1.3). La poca Sin precio I 0,6
La Real Hacienda administró la rnovilidad de las propiedades agra- Totales 153 25.986
lracienda de Giiintar- hasta 1i74, rias de esta región hizo qtre la tierra,
cuando se t"elnataron sus tierras, g es- por sí misrna, hubiera incrernentado Fue¡rter Archivo Notar¡al de Santa Fe de Antioqula, Protocolos notaiales, 1775'1799

clavos, el gauado vacuno que había en lnuy poco su \¡alor, a dife¡encia de lo

ella y 6 muias a don Nejo Antonio de sucedido en otras regiones del país,
Otero Cossio, por el precio de 1.47b quinto de sus bienes. De este patri- y 43 de cabezas de ganado caballar-
como Ia P¡oviucia de Popayán.i3
pesos, que se colnpronietió a pagat. monio, mil pesos eran reconocidos a Estos bienes los dejó por mitades a
Los sacerdotes figuraron enüe los
en siete años" dando cada año 300 pe- compt'ador es de grandes extensjones censo por diferenres individuos f otros sus sobrinos.
sosv los réditos correspondientes.rr mil estaban cargados en una esancia La cuadrilia de 30 esclavos que
terrítoriales como la hacienda de
En I780 se relnató la hacieuda de que él había heredado de sus padres. trabajaba en estas tierras, se distribu-
Giiintar. que, cotno ya hemos dicho,
Abe3uco a don Francisco de Aguirre Esta hacienda de trapiche tenía se- yó después de su rnuerte de ia forma
fue comprada en 1777 por el rnaes-
por 4.235 pesos 7 tomines, a censo mentera de caña, cacao ,v platanar. siguiente: a su sobrino Lorenzo le
tro .Antorrio de Lora a la sucesión de
redimible. Para asegurar e] censo, hi- En sus testamentos de 1796 1' 1803, tocaron 7 Llombres aduitos con sus
Ale3o de Ote¡o Cossio. Las derras de
la dejó a su sobrino Lorenzo de Lora, respectivas herramientas de trabalo,
potecó Ia hacienda y dio por fiadores la posesión, 40 leses de ganado vacu-
con la condición de que asegurara los 1 mujer adulta v 2 pánulos; aMaría
a Fl'ancisco Escobar, Ignacio Díaz, En- no v 3 esclavos ftieron vendidos por
mil pesos del patnmonio. Francisca le correspondió I honibre
rique de \¡ilia,Juan Anronio de Ossa, 1.275 pesos que el presbítero pagó
Además de esta propiedad, poseía aperado con herrarnientas. su mujer
Francisco Antonio Cossio, Miguel de de contado.sa
\árgas, Pedro Fernández, Manuel unas tierras en la otra banda del ¡ío ,v 2 hijos, y a doña María Luisa se le
Con esta adquisición, el cura Lora
Cauca, que adquirió de ]os bienes de asignaron 4 hombres. De los ¡estantes
cie Aguirrr, vecinos de _&rtioqura, y acrecentó sus propiedades. pues se
José Muriel. La estancia dedicada 1l esciavos, 4 fueron de;ados iibres
Nicolás Díaz, vecino de Medellín.3i había crdenado a título de un pa- al cultivo de p}átano ia donó a sus por disposición del cura, 3 murieron
En ia.¡urisdicción de la crudad de trimonio de 2 mil pesos de oro que sobrinos Lorenzo y María Francisca y 4 fueron donados por él a los hijos
Altioquia, duranre la segunda mitad iurpusieron sns padres a su favor del de sus sirvientes Corneiio y Dionicia.
Lora. La hacienda de Giiintar siguió
bajo su administración dedicada a la Es de notar que ei esciavo Timoteo
ganadería, aunque es posible apreciar fue deiado iibre con ia condición de
30 Archivo Gerreral de la Nació' (AGN). ,Negrosl e scroaos d,e AntioqtLra, rorlo 7, fols. 979v-gg5r. una disminución del número de reses continuar en ia hacienda de Güintar
.t1 All,ar Tbnporahdad¿s, romo 122, documento lS g6, fols. 36v-40r
que allí pastaba en relación con el que cuidando el ganado v que en esta
".q Ibíd., romo I I7, documento 3273, fois. 2lr v v.
33 Gennárr colrrrenares, Histotta ecotLomrca s;ocial dt Colo¡nbto. Bogotá, La careta, lg7g. tuvieron losjesuitas. En 1805, allí propiedad estaban abrigados en cali-
1
tomo 2, Popayán una soci eda.rJ escLaui sta I 6 I A- I I 0(), op. I 9 l - I g2. había 112 cabezas de ganado tacuno dad de agregacios el liberto Cornelio
,4.NA. tomo 1775-1777,leg.ajo i77i, fol. ]5?r.
 28 I Rlq"t-, pobreu y diferencinción
y sus hijos. Esto muestra cómo los
esclavos lnanumitrdos generahnente
quedaban adscritos en calidad de tra-
bajadores dependienres a Ia posesión
en que antes laboraban.35
El análisis del patrimonio de esre
sacerdote, que fue mayordomo del
Hospital, juez coiector de diezmos y
rnayordorno de ia Cofiadía del San-
to Cristo de la Hurnildad, muestra
que en la Provincia de Antioquia los
clérigos se encontraban entre ias per-
sonas "más acomodadas". A través
del mecanisr¡o de los patrimonios y
las capelianías, podían usufructuar
buena parte de los bienes que por
generaciones habían acumulado sus
flamiliares. Desde el siglo xru, los su-
cesivos propietarios habían fundado,
poniendo como garantía haciendas,
rninas y esclavos, capellanías desti-
nadas a la ordenación de parienres.
misas por su alma o alguna obra pía.
A quien solían beneficiar estas rentas
era a los capellanes de las capellanías
que, por deseo expreso de los funda-
dores, soiían ser descendientes su,vos.
Los bienes pertenecientes a sacerdotes
del clero secular no pasaban a ser pa-
trimonio de Ia trglesia, pues al morir
eran distribuidos enrre sus famillares,
usuahnenre enfre sus sobrinos.
C)tro sacerdore que ñguró como
participante en la compraventa de
un predio por valor rnavor a tnil pe-
sos fue el presbítero Juan Salvador
35 ATfA¡ Mortuoriu, tomo 294, documento 5466. La carta de liberud de Cornelio le fue
otorgada el l7 de enero de 1775..{ttil, tomo L775-1771, legajo 1775, fols. l3r y v.
JO AN-A, tomo 1786-1788, I..'legajo 1786. fol. 2tv.
Ibíd., legajo 178?, fol. i80\'; romo 1790. 3.- legajo 1790, fol. 42r: romo lTgt-1794, Iega-
jo 1793, fol. 12r
socinl m ln Prorinna de Anhogria d.trante eL sigra xrtttt
de Lastra y Biedma, hijo del español
Pedro Lastra;'de María de Biedma,
vecinos de Antioquia. Este sacerdote
se ordenó a úrulo de una capellanía
de I.100 pesos impuesra por Javier
Ruiz Cerceño, que estaba ñncada en
una estancia de cañaduzal con casa de
vivienda, casa de trapiche y 1 5 esdavos
negros. Esta propiedad la vendió el
cura Lastra, en 1786, a Nicolás Díaz,
por 3.5I2 pesos de oro en polvo, con
Ia condición de asegurar la capella-
nía.36 De su herencia solo conservó un
derecho proindiviso en las tierras del
Táblazo, que tenía arrendado a Luis
de Espinosa.
Durante los años 1787, 1790 y
1793, el presbítero Lasrra compró
3 derechos de tierras en el para.;e
llarnado Loma Herrnosa, en la ju-
risdicción de San Jerónimo, por la
cantidad de 390 pesos.3? A partir de
allí conformó un hato ganadero cu)'as
tierras. en I 807, fecha en que se inició
sujuicio de sucesión. fueron avaluadas
en 1.600 pesos. Las 200 reses, I 1 bu-
rros, 14 lnulas, 5 rnachos,4 caballos,
5 potros y 13 yeguas que allÍ pasraban
estaban ba3o Ia responsabilidad del
rnulato Venancio, quien después de
haber obtenido ia libertad cóntinuó
a cargo de esta actividad. La cuadrilia
del cura Lastra estaba compuesta por
I 3 esciavos. de los cuales 4 estaba¡ en-
fermos, 1o que constituye un porcen-
taje muy aito de esclavos inurilizados.
En un testamento otorgado en
1798, nornbraba colno heredera a su
hennana lsabel de t astra, pero habien-
do fallecido esta en 1799, otorgó un
codicilo por el cital mandaba que sus
bienes se destinaran a la construcción
de la iglesia. Segun la liquidación de
la mortuona hecha en 1826, para esta
obra quedaron 6.070 pesos I tomíu.38
Hai qtre anotar que en ausencia
de herederos forzosos era colnún
que los sacerdotes y algunos laicos
nornbraran como heredera a su aima,
dejaran sus bienes a una obra benéfi-
ca o dispusieran libremente de ellos,
otorgando libertad a los esclavos y
haciendo donaciones.
Entre los cotnpradores de propie-
dades avaluadas en tnás de mii pesos
se encuentran grandes colnerciantes.
como el a\férez real Bernardo Martí-
nez o Nicolas Díaz del Mazo. quienes
inrirtieron parle de sus g¿nancias en
adquirir tierras en diversos lugares de
la jurisdicción de la ciudad de Antio-
quia. A pesar de la baja rentabilidad
que la propiedad rural tenía fiente a las
actividades mercantiles, la adquisición
de grandes propiedades se justifrcaba,
porque daba a su dueño presugio e posesiones represenlaban, solo es-
influencia social. Además, como 1o he-
mos visto, la tierra se podía constiruir
en elemento de especr-rlación.
Un ejemplo de lo anterior es el de
Nicolás Díaz del Mazo, hijo del español
Francisco Diaz del Mazo. quien se re-
sidenció en Medellín a comienzos del
siglo xrIr, y deJosefa Guerra Peláez,
descendiente de una familia radicada
38 ,4,F-\. Mortuot'iu. tomo 243. documetlto 5414
La jurisd,icción d¿ In ciudnÁ de AntioEtia I 29
en Ia provincia desde el siglo anterior.
Según sus libros de cuentas, el área
de las actividades de este colnercianle
tenía como epicentros a la Vilia de
Medellín, en el valle de Aburrá, Y al
Jerónimo, en ia juris-
sirio de San
dicción de la ciudad de Antioquia.
Las labo¡es mercanliles y ias reiaciones
familiares 1o llevaron a instalarse en
SanJerónimo, donde residía ai rnorir
en 1798. \o obstante, siemPre fue
considerado como vecitto de Medellín.
De acuerdo con los datos de los rc-
grstros notariales v su causa lnortuoria.
a pafiir de 1786 adquirió prcpiedades
territoriales por vaior de 3.808 pesos
en los alrededores de San.|erónitno.
Estas fueron: una posesión en la loma
del Padre Luis; un derccho de tierras
en el salado de San Antonio; las tie-
rras de Lambedero y Pantanillo, que
habiendo sido parte del resguardo
de San Juan de Fie de la Cuesta, fue-
ron rematadas a Manuel de Corcés,
cuñado de Díaz, cuando este pueblo
de indios desapareció: unas tierras en
Quimbavo v otros derechos pequeños
cornprados a diversos individuos. A
pesar de la gran intersion que estas
taban parcialmente exPlotadas con
cultivos de plátano 1' caña, además de
una corta cantidad de ganado.
La adquisición de estos bienes se
hizo mediante el reconocimiento de
censos por valor de 3.440 pesos, lo
que muestra que la cotnpra de pro-
piedades gra'r,adas con estas obliga-
ciones podía ser utiiizada como una
 30 I F¡q"t-, pobreu t diferenciación. socini. m. la Prouincin. de Antioquirt durante el siglo xvrn
In jurisd.i.cci.ón d,e to, ciulal. d.e Annoquia I 31

manera de obiener crédito, pues de
otra forma era mu), difícil de lograr
)' más cosroso. Haciéndose cargo
de un censo fue que don Nicolás
colnpró. en 1786, la ya mencionada
estancia con 15 esclavos del maestro
Salvador de Lastra. El valor de la
propiedad era de 3.5 I 2 pesos, de ios
cuales entregó 400 pesos de contado,
1.200 pesos ios reconoció a censo en
unas capellanías del padre Lasrra y
tiel doctor Juan lgnacio Rodríguez,
y 1.912 pesos ios debía enrregar al
finaiizar el airo. Un rnes más tarde
traspasó ia estancia al padre Miguel
Ma¡ía de Sarrazola, quien se obiigó a
reconocer los censos. Corno podetnos
apreciar, esta lorma de obtener crédi-
to ies permitía a aigunos individuos
cotlerciar con tierras.3s
Otro mercader que acumuló gran-
des extensiones de tierra fue el sargen-
to mayorJuzrn Pablo Pérez de Rubias,
español, r'inculado a la famiiia del
comerciante galiego Bernardo Ma¡-
Irnez /véase figura 'l.3r. Esre sujero.
¿ raves de Ia lnerced de 3 esranclas
de trerra oue le otorgó la Audiencla
,'la compra de cierechcs a Bernardo
Grnvález,Timoteo Urrego r orros,
adecuarlo para las labores agrícolas y
ganaderas. En el sitio de Go,vas había
arrendado al Cabildo unas úerras en
ias cuales pastaban 40 reses 1' l2 yeguzu
que tenía en conjunto con Narciso
Marín. En ese rnismo lugar había com-
prado unas tierras a censo redirnible,
en las cuales pastaban 50 o 00 reses que
le cuidaban el citado Marín y Nicolás
Ochoa. Támbién poseía un pedazo
de tierras que estaba a cargo de Lrno
Oquendo.
Al tener sus posesiones dedicadas a
Ia garndeía, requeÍa de poca rnano de
obra. A través de converuos con sujeros
"libres" obtenía quién se las adminis-
trara y cuidara, sin tener que comprar
grandes cantidades de esclavos. Parece
haber adquirido estas propiedades to-
mando en cuenta más las posibilldades
fi-ruras de su explotación que buscando
obtener ganancias irunediatas.ao
Debemos aclarar que no todos ios
cornerciantes que tuvieron activida-
Ces en ia jurisdicción de ia ciudad de
Antioqgia invirtieron en la compra
de tierras, pero los que no Io hicieron
eran españoles soiteros o con farnilia
en oros iugares, ¡' sus nexos con la
1o- protincia fueron casi exclusival¡ellte
el prestigio sociai y la consolidación de
los patrimonios familiares.
Thmbién es importante anotar que
algunos rndividuos que adquirieron
lortuna con actividades rnercantiles
invirtieron su dinero en la compra de
propiedades territoriales, convirtién-
dose en hacendados. y abandonaron
su ocupación inicial. Un ejempio
es el de Manuel de la Riba Ladrón
de Guevara, español que llegó a la
ciudad de Antioquia a rnediados del
siglo y se casó conJosefa Ferraro, hija
de Juan Bernardo Ferralo, también
comerciante español. Este individuo
compró de contado, en 1780, a An-
tonio José de la Fuente y su esposa
Manuela de Osay Zapata,la mitad de
la hacienda de Llanogr-ande, que es-
taba pr-oindivisa con Ambrosio Garro,
61 cabezas de ganado vacuno, 16 cer-
dos, 1 8 chivos ;' un negro esclavo por
la cantidad de 1 . i 00 castellanos.ar En
el momento de su rnuerte en 1798,
solo las trerras v ias edificaciones
fue¡on avaluadas en I.337 pesos, lo
que indica que la propiedad se había
valorizado considerablernente. Este
precio se Ie adjudicó teniendo en
cuenta que esas lierras tenían "Las
lo cercano a la ciudad y a la rnediana
de cinco igiesias".
El precio del ganado vacuno, por
el contrario, había disminuido, pues-
to que en 1780 se le adjudicó a cada
una de ias 6 1 reses un valor de 6 pesos
6 tomines, mientras que en 1798 se
apreciaron en 6 pesos cada una. Los
cerdos y los chivos habían desapare-
cido para dar lugar a 27 bestias caba-
llares y 6 ovejas. Estaba encargada del
trabajo de la hacienda una cuadrilla
de 9 esclavos, de ios cuales 3 eran
mayores de 50 años, 4 estaban entre
1os l5 y los 50 años y 2 eran pár-vrilos.
El núrnero total de esclavos que este
propietario tenía en 1798 era de 16.
Parece que comerciaba con esclavos,
pues entre 1787 y 1796 vendió 5 es-
clavos por un valor de 665 pesos.a:
Los datos sobre los bienes de los
comerciantes de fines del siglo xvru
muestran que no poseían grandes
cuaddüas de esciavos. Es posible que
no consideraran rentabie mantener
un número lnayor gue el requerido
para poner a producr sus posesiones.
Por otra pafie, no ha,v que olvidar que
]os esciavos eran una mercarrcía y que
muchos cornerciantes se dedicaban a su

si'ó hacerse dueiro de las )i partes del económicos. Los que desviaron parie comodidades necesarias que deman- compraventa. Así, el mercader Pedro
\alle de Urrao. Allí rnan¡enía 80 reses. de su caudal hacia la adquisición de da una hacienda de carnpo como Ruiz, españoI, enve 1777 )' 1786 com-
8 yeguas, 4 poros y 13 ovejas a cargo propiedades rurales no hicieron un rnai son fmta, pastos, lnaderas, bejucos, pró l1 piezas de esclavos por 1.415 pe-
rie su esclavoJuanJosé. l,a rnayor parre negocro. pues es(as inversiones no re iarnbederos y aguas, reflexionando sos y vendió i 0 por 1 .5 75 pesos.a3
de la derra la había dado a agregados pueden rnedir solo por el rendimiento
¡robres parz gue ia traba¡aran graruita- econólnico inmediato, sino que hay
rnente duranre clnco años. siendo ellos que tener en cuenta la función que ia 41 A}iAi torro 1779-178A, legaio 1780, fol. I06r.
los encargados de nrmbar el monte y posesión de tierra tenía en relaclón con 42 .\lfA, Mo¡'tuonas, tomo 242, dorumento 5407.
45 AN'A tomo 1775-l77i,legajo1771, fol. l49r; tomo 1778-1779. foi.7r', tomo 1778-1i79.
legjo 1779, fols. 11r,v 135r'; touro 1779-1780. legajo 1780, fol. l0r: tomo 1786-1788,2."
legajo 1786, fols. 34v y Eh'; tomo 1782-1785, legajo 1786, fol. i57v. y l87v; tomo 1786-
39 Ibíi.. romo 2l I. docurrelto 5048. 1788. legaio 1787. fols.2t¡'-v64r; tomo 1786-1788, legajo 1788. fol. 102r'; ¡omo 1788-1789,
10 ANA. ¡oiro l8tf4-i8C5, legaio 1805, fois. l?,r-42r 2.o leg4jo 1789, fol.46r'; tomo 1788-1789, 1.'' tegajo 1789. fol. ]9r.
 32 I Rlq"t*, pobrzu y úferenciación socnl
Un mecanismo a través dei cual
los comerciantes lograron adquirir
tierras y esclavos fueron las cartas de
obiigación y las escrituras de censos
que, colno garantía del pago de der¡-
das contraídas con ellos, Ies otorga-
ban sus clientes. Por ejernplo, a favor
del alférez real Bernardo Martínez,
español, entre 1777 v i788 fueron
otorgadas 9 escriruras de obligación
por un valor de 17.995 pesos 1, 2 to-
mines, y reconoctmientos de censos
por 949 pesos (véase figura 1.3).José
Ruiz Delgado, r'ecino de Antioquia
con posesiones en el partido de Sa-
caojal, reconoció en I 787 que debía
a Martinez la cantidad de 7.477 c,as-
tellanos 5 tomines de oro en polvo,
provenientes de la venm de géneros
comerciales que había tenido a su
cargo desde 1763 a esa fecha y de
otras cuentas particulares. Por medio
de una escritura se obligaba a pagar
300 pesos en 1as fesrividades de San
Juan de 1787 y I50 pesos cada seis
meses hasta cubrir la deuda. Daba
corno garantía de pago la posesión
de tierras de Los Llanitos, con casa
y trapiche. un pedazo de rierras en
ia quebrada del Ra_vo y de Antón, un
derecho de tierras de pan 1' caballería
en la Cueta. un pedazo de rierras en
Ia Quebrada Seca, una tienda y tras-
tienda en Antioquia. Además, deudas
a fai'or por más de 4 mil pesos, l3 es-
clavos, 250 reses de ganado vacuno,
50 yeguas, I burro hechor, 2 caballos,
8 potros, i5 muletos J, 2 burras.aa
44 A\-1" tomo 1786-1788. fols. l02v-105r,.
45 Alrjl, tomo 1790, 2." iegajo 1790, fol. 49r.
46 AlrlA tomo 1782-1785, legajo 1785. fols. i2¡-T3r
en ln Proúrrcia de Antioquia d,urante el siglo xvtrt
A] morir Ruiz, todos los bienes
inventariados a él y a su rnujer les
fueron entregados a los herederos
de Martínez, quienes procedieron
a venderlos. En I 790 vendieron la
estancia de caña dulce y platanar de
Los Llanitos, 3 negros y 110 reses
a Ignacio de Vargas, vecino de An-
tioquia, por 1.313 pesos de oro en
polvo, con piazo de dos años para
pagarios.a5 Es importante anotar que
\hrgas, maestro de carpintería, es el
único propietar"io no blanco que apa-
rece colnprando tierras por un valor
rnayor a los mil pesos. La propiedad
no duró rnucho en su pode¡ pues rnás
adelante la traspasó a.fosé Pardo.
Otra modaiidad de pago fue re-
conocer ia deuda a censo redimible,
como lo hizo María Teresa Leal, viuda
de Pablo Miguel de Vargas. qrrien se
constituyó deudora del aiferez Martí-
nez por 605 pesos 7 lornines. a censo
redimible. Puso como garantía de
esta cantidad la posesión de tierras
con casa y cercas en que vivía en la
otra banda del río Cauca, 4 lnulas,
I 5 reses v 6 esclavos.a6 Bajo esra rno-
dalidad, las propiedades quedaban
gravadas con el pago de un interés
del 5% anual, pero el dueño podía
redimir el gravamen cuando quisiera.
El comerciante obtenía una renta que,
aunque era muy baja, estaba de acuer-
do con el ritino de la economía de
ese momento, en que la recuperación
del capital se daba solo a rnediano o
largo plazo.
In jurisd.icción de ln ciul.ad" de Antioquia I 33
La recuperación del dinero pro- doctor José Pardo, estimulado por
ducto de las ventas a crédito de las Ia gran demalrda de cacao existente
en ia provincia, inició una hacrenda
mercancías podía ser muy dernorada,
como lo demuestran las causas tnor- cacaotera en Los Llanitos, posesión
tuorias de los comerciantes. Muchas que, como ya se dijo, compró a lgna-
veces tenían que aceptar bienes corno cio deVargas. Esie derecho, avaluado
ganado o esclavos en pago. Aí, ios en 2.089 pesos, fue ampliado con
herederos de Martínez. entl.e 1788 cclnpras adicionales. Adquirió unas
y 1797 vendie¡on, por 2.547 pesos, tierras de ia cofradía de Nuestro
22 esclavos que ies fueron entregados Arno Sacramentado de Chiquinquira
en pago de deudas.a' por el precio de 300 pesos, a censo
Dada la heterogeneidad de los redirnible. A -fuan Bautista Leiva le
bienes con que se pagaban ias deudas, compró derras en la quebrada de Los
algunos miembros de familias de co- Gonzá\e2, por 80 pesos. A Salvador
rnerciantes no los conservaban. Para y Juana María Bennúdez les com-
evitarse trabajos, procedían a vender- pró tierras en la lorna de Pahto, por
los y el dinero obtenido lo prestaban 50 pesos. En las vertientes de Noar-
a interés, con lo cual se convertían en que adquirió tierras de María Luisa
l'entistas. Por ejempio, los oficiaies Muriel, José Miguel Cañola y María
r-eales de la Provincia de Antioquia, Cafiola por 20 pesos. En el mismo pa-
Andrés Pardo y Francisco José Visa- raje compró tierras a Francisca Leiva
dias. otorgaron en I 794 escrituras por' y otros, por 30 pesosl a Bruno Mon-
las cuales deciaraban haber recibido 8 toya v otros. por 50 pesos, r' a Juan
mil pesos de plata (4 rnii pesos de oro) Basilio de Guzmán, por 35 pesos.
penenecientes a doña Bárbara, doña Támbién compró tierras en Usenguia
MaríaJesús, doña Téresa y doñaJosefa a Vicente y Salvador de Lirrego.
Martínez. herederas de don Bernar- Como puede verse, ia hacienda de
do.48 Este dinero debía serpagado con Los Llanitos no se derir'ó de un lati-
el producto de la renta de tabaco v las fundio, sino que fue el resultado de
cajas reales lo tomaban con un interés una agregación de derechos disper-
del 47a an:ual. sos. La plantación de 3.824 árboles
A cornienzos del siglo xu algr.rnos de cacao, a¡'aluados en 10.898 pesos
cornerciantes montaron empresas fuertes, era Ia inversión central de
agrícoias que requirieron de gran la propiedad, complernentada con
inversión de capital. EI comerciante sembrados de caña y árboles fi-utales
AN4, toruo I 786- I 788. legajo I 788, fols. I 08r y I 56r; tomo I 778-l 789. L" Iegajo 1 789, fol.
23v; 3."'iegajo 1789, fols. 16r'. 100r, 109r. 123r, 145r; tomo 1790, 2.'lega¡o 1790. fol.52v:
3.'' legajo 1790, fol.30r; tomo 1791-1793,2.'legajo 1792, foi. l?r: toruo 1792-1794. l.-
legajo I 794, fol. 1 I4r; tomo I 795-l 796. fols. i 37¡ l, l4lr: torno 1796-1797 , l." iegajo i 796,
fbi. 94v: l.'lega.¡o I 7C7. fol. 3r
48 ANA ¡onro 1792-1794, l." legajo 1794, fols. 82i'-9lr

34 I Rtqueza, pobreu 2 difermctación sociaL en la Prorincia de Antioqui,a durante eI siglo xvttt
y un hato de 103 reses y 10 cabezas
de ganado caballar. Incluida la casa
pdncipal de balcón, la casa de criados
y ia casa de trapiche con trapiche
aperado, esta posesión fue avaiuada
en 19.441 pesos fuertes.
El sisterna de rabajo uriiizado en
esta propiedad cornbinaba ei ernpleo
de esclavos con la contratación de
peones libres a jornal, cosa que se
hizo frecuente en ias postrimerías de
la época colonial.
La inversión hecha en la siernbra
de cacao solo era rentable a mediano
piazo, pues los árboles Érdaban en
dar fruto. Dado que el cacao era el
p¡oducto de mayor comerciaiización
en la provincia, los rendimientos
a largo plazo podían ser ahos. De
acuerdo con ia cuenta presentada por
Pablo Pardo entre el I7 de diciernbre
de 1820 y el 18 de enero de 1823,
lecha en la que se entregó la posesión
a los herederos, los cacaotales de Ia
posesión de Los Llaniros produleron
2.494 patacones. 3r,: reales.
Aparte de esra propiedad, el doc-
tor Pardo había adquirido, rnedianre
la cornpra de los derechos de diversas
personas. la posesión de Quaco, en
ia gue mantelrÍa un poco de ganado.
Esta posesión, incluyendo g esclavos,
fue avaluada en 1.540 pesos.
La confot-lnaclón de este patnmo-
ruo esn.rvo ligada a la fortuna del alférez
real Bernardo Martínez, puesto que la
primera esposa de Pa¡do fue una hija
de este comerciante (véase figura 1.3).
49 AH)+ Mortuuias, tomo 270, dommenro 5657 y 5659_
50 Mark A. Burkholder i Dewitr s. Chmdler, De la impotencia a la o.utoridad ln cot.ona. espaftoia
t las qudimcias en América, I €,6? -j 8C8, México. Fondo de Culrura Econónica. 1 984. p. i 3 l.
I-a dote queJosefa Martínez recibió al
casarse fue de 16.729 pesos de
presentados en 1.000 pesos en las cajas
reales; 2.690 pesos en dependencias,
3.352 pesos en mercaderías, 5.824 pe-
sos en oro en polvo, 1.750 pesos en
la mitad de una casa de balcón, 200
pesos en dos esclavos, 67 pesos en I0
reses y J.846 pesos en bienes cobrados
a diferentes personas. El caudal de
Pardo, cuando contrajo matrimonio,
era de I5 mil pesos aproximadamente,
que se incretnentaron notablernente,
puesto que al morir en I 8 19 se calculó
en 56.854 pesos.ae
A pesar de estar prohibido por la
le¡ algunos altos funcionarios del go-
bierno español se casaron con criollas
y adquirieron grandes propiedades
territoriales en el lugar donde ejer-
cieronun cargo. Esta prohibición, que
existía desde el sigio xrry, se reiteró
constantemente en la seguilda rnitad
dei siglo xvrrr, ya que se consideraba
que no se podía gobemar libremenre si
se tenían r'úrrulos estrechos con miem-
bros de 12 l6czlidad.50 Un funcionario
que no acató esta orden fue Cayetano
Buelta Lorenzana, espaioi. nacido en
la hovincia de León, quien estuvo al
frente de la gobemación de Antioquia
desde 1776 hasta 1784. A comierrzo
de la década dei setenta contrajo, en la
ciudad de Anrioquia, segundas nupcias
con María Ignacia Ferreiro y Pérez,
hija del familiar del Santo Oficio de la
Inquisición Antonio Ferreiro y Cen'rno
y de Rita Pérez (véase figura 1.3).
l
Otra orden que desobedeció fue
olo, re - la de no comprar propiedades en la
provincia. En el año de 1779 adquirió
del presbítero doctor Ignacio Gutié-
rrez un pedazo de tierras en el sitio
del Arado, por valor de 260 pesos, a
censo redilnible, debido a "que Ia ley
prohibía a los gobernadores comprar
tierras donde estaban gobernando".
Esta propiedad fue ampliada en
i780 con Ia adquisición, ai mistno
sacerdote, de un pedazo adicional y
una casa de pa¡a por 90 pesos. Un año
después le cotnpró a Fermín Garro,
vecino de Antioquia, un derecho en
el mismo luga¡ que contaba con casa
y cocina de embarrado y techo
paja, casa de trapiche cie embarrado
y trapiche de caballo por 200 pesos,
de los cuales I45 fueron de contado,
reconociendo el resto a censo redi-
mible a fávor del doctor Francisco
Saldarriaga, r,ecino de Medeliín.51
El pago de algunas deudas que
dejó en España, así como el haber
tenido que sufragar costas y conde-
naciones en el juicio de residencia
que se le siguió ai término de su
mandato, lo obligar-on a endeudar-
se ,v cargar censos sobre sus bienes.
Esto le impidió seguir ampliando sus
propiedades. Al morir en 1793, Ia
hacienda del Arado estaba dedicada
a la cría de ganado lanar, contando
con 90 ovejas, 6 cabras, 3 caballos y
I rnacho. El trabajo de esa posesión
estaba a cargo de 5 esclavos.52
51 .lJ'.r'A tomo 1i79-178A.2.'legajo 1779,fo|.59rl legqo 1780. ioi. !i8r; Iega.¡o i781, fol. ?97r
52 .LIJÚ" lVtortuoriu, ¡omo 319. documento 6130.
53 I-{ermes Tór'a' Plro ón, Hacienlt coloninl r fomwiór socia{ Barcel:na. Sen-.ial i ít88, pp. 1 } 6-l 17
In jwisdicción de ln. ciul,ad de Antioquia I 35
De los datos anteriores se deduce
que en ia jurisdicción de ia ciudad de
Antioquia, durante el siglo xurr, ra-
rios propietarius tuvieron posesiones
de tierra importantes que pueden
ser consideradas como haciendas.
Sin embargo. srrs dimensiones son
pequeñas si se las cornpara con ias
que en ia CostaAtlántica tenían pro-
pietarios como el rnaestre de carnpo
J osé Fernando Mler
r Guen'a. vecino
de Mompox. Esie irrdividuo. que
llegó a poseer 100 rnii hectáreas de
tierra en diferentes posesiones, tenía
sólo en ias sabanas de Tolú 10 mii
cabezas de ganado. cifra que era
de mayor que todo el ganado existente
en ia subregión de la ciudad de Anr
tioquia.53 Dentro de esta escala, los
empresarios agr-ícolas v ganaderos
de .A.ntioqura eran relatilarnente
modestos.
Censos y capei,Ianías: de meno
en mümú
En la jurisdicción de Ia ciudad de
Antioquia, a fines del srglo xvrri. la
utilización del credito prolerriente
del dinero puesto en circulación por
los censos y las capelianías no fue
patrimonio exciusivo de un grupo de
grandes terratementes. Si se anaii-
zan los censos fincados sobre tierras
durarrte el período 1775 a 1786, se
enflrentra que el 8690 d,e ellos tetÍa un
valor menoi'de 500 pesos, )'la ma,vor
36 I R;qut-, pobren y difumciación socinl en ln Pmaincia de Anhoquda. d.urante el siglo xvtu La jurisdicción de In nu.dnl dc Antioquia I 37

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38 I nlq"ta, pobren 1' diferenciación
parte de ellos estaba entre los 100 y
250 pesos. En términos generales,
reconocer un censo fue una forma
de adquirir lnedianas propiedades,
siendo cornún que una propiedad pa-
sara en corto tiemPo de unas rnanos
a otras. Ei hecho de que el valor dei
ceuso muchas veces igualara el pre-
cio de la propiedad debía ser uno de
los rnotivos que permitía un rápido
traspaso, aunque a la larga contribuía
a hacerla poco rcntable.
Un ejern¡rlo de la lorrna colno
una propiedad gravada por censos se
pasaba de un propierario a otro es el
siguiente. En I 76 l, Matías Navas y sus
hijos Miguel v Salvador reconocieron
urr raino de capellanía por
-fundada
Alonso Ortiz Caballerc- de 200 pesos
de oro gue aseguraron en unas derras
en el sitio de los Táfetanes. A esre
gra\:amen agregaron otros 100 pescs,
de la misrna capeilanía, que fincaron
solrre oürc pedazo cie tierra de pan
I' catrallería lindante con ias anres
anotadas. No pudiendo don Matías
proseguir reconociendo esta obliga-
ción por su avanzada edad, contl^ató
traspasar estas propiedades con su
gravamen en José Miguel de Mon-
tot:a, 5u,uudor de Agudeio ;' su hljo
Miguel Navas, vecinos de Antioquia,
quienes en julio de 1777 ororgaron
escrituras en que decían que habían
rccibido ios 300 pesos en el vaior de
Ias refendas tierras. Para diciembre
de ese mismo airo, JuanJosé.|iménez
54 ANA, tomo 177 5-1777, legajo 1777, fols. 62r-66r y t 78v-18?r
55 ANAtonrolTTS-l777.legajo177i.lols.9lr-95rr
fcls. 46¡-48r.
r'
social en ln Proríncia. de Antioquia t)urantr e\. sigla xt,ttt
y su hljo Diego, vecinos de Anrioquia y
residentes en el sitio de SanJerónirno,
protocoiizaron una escritura de reco-
nocimiento Ce censo ¡ror la cual decían
tener recibidas de Montova, Agudelo
y Navas parte de las tierras referidas y
se obligaban a cargar sobre sus bienes
el censo de 200 pesos.5a
Sólo excepcionalmente, una per-
sona se hizo cargo de un censo de
valor aito, En Ii7l, el comercianre
Bernardo Marrínez se hizo cargo
de 2 lnil pesos pl-ovenientes de una
capellanía que fi.rnció Juana María
del Pino a favor de Mateo Zapata,
clérrgo de órdenes rnenores, y de
500 pesos de otra capellanía que la
rnisma propietaria fundó a favor del
cuito del gior"ioso mártir San Juan
Nepomuceno. Esta cantidad la reci-
bió en las tierras de Manciinga, las
tierras de Quirimara y la salina de
lnsuro. con ics fondos que poseía.
Cinco años lnás larde. estas pro-
piedades se relrataron en subasta
púbiica a Juan de Escobar, vecino
de Antioquia,v alcalde ordinario del
segundo \¡oto. qulen se consti¡uyó en
deudor de 2.615 pesos, que aseguró
en las rnismas tierras de que proce-
día la obiigación.55
Como puede apreciarse, el que
las propiedades estuvieran g:-avadas
con censos posibiliró la circulación
de bienes. No obstante, estos no eian
consen'ados pc,r rnucho riempo por
un propietario, io que puede deber--
i03r,i$5r,tcnol7g2-i785,legajoi7g2,
se a que los intereses del gpavarnen
sobrepasaban el rendimiento de ia
propiedad.
Si se compara el valor de las tran-
sacciones de cornpraventa de tierra
realizadas enrre I775 y I786, que fue
de 12.806 pesos (véase tabla i.4), con
el de .las escrituras de reconocitniento
de censos que pusieron cotno g-arantía
propiedades territoriales otorgadas
en el misrno período, que fue de
?1.277 pesos (véase tabla L5), vernos
que el capital otorgado a censo fue
casi ei doble del invertido en adqui-
rir propiedades mediante cornpra.
Es necesario aclarar que en 8 de las
62 operaciones de compraventa efec-
tuadas durante ese lapso se utilizó el
censo redimible como lorma de pago
total o parcial.
Se debe tener en cuenta que el flujo
de dinero de los censos y ias capella-
nías no era conslante, pues dependía
de factores no econórnicos, como Ia
muert€ de ur] propietario. el que una
persona se fuera a hacer estudios sa-
cerdotales, etc. Sin embargo. el hecho
de que de forrna permanente hubiera
capitales para colocar a interés del 57o
anuai 1' personas dispuestas a cargarlos
sobre sus bienes, indica que la falta de
crédlto no era uno de los problemas
de esta economía.
El efecto de ]os censos en lajuris-
dicción de ia ciudad de Antioquia fue
canalizar un dinero disponible hacia
actividades del secror agrario. va que
Ios medianos propietarios de tierras
que los recibieron se dedicaban fun-
dalnentairnente a esta actividad. Las
propiedades dadas conio garantía
eran fundamentalmente bienes ra!
La jurisd.icción de Ia ciul.ad de Antioquia I 39
ces. Así, de un total de I 02 escrituras
de reconocimiento de censos, otorga-
das entre 1775 y 1786, en 69 casos
(67 ,7%) el principal fue cargado
sobre tierras, en 29 casos (28,47o)la
garantía estuvo constituida por casas
y solares, y sólo en 4 ocasiones (3,9%)
se aceptaroll como prendas bienes
muebles, cotno esclavos y ganados.
EI hecho de que la propiedad inmue-
ble se privilegiara como hipoteca de
estos créditos llevó a que personas
dedicadas a actividades comer-ciales y
mineras buscaran adquirir propieda-
des territoriales para poder obtener
dinero, como lo ejernplihca el caso
va visto del colnerciante Nicolás Díaz
del Mazo.
Aunque la mayor parte de las cape-
llanías impuestas a fines del sigio xvrn
estaban destinadas a asegur"ar ordena-
ciones sacerdotales de un pariente del
fundador. rambrén se constituyeron
capellanías a favor de las cofi'adías y de
obras pías de interés general, como la
construcción de iglesias o el hospital.
Si en la primera forrna ei patrono de
ia capellanía, casi siempre familiar
de la persona que la había impuesto.
determinaba quién podía hacerse
cargo de su vaio¡ en el segundo caso,
los síndicos y los mayordomos de las
coÍiadías rnanejaban ia otorgación del
crédito. La función de dispensadores
de crédito perrnitió que algunas per-
sonas tuvreran gran infiuencia en la
sociedad. A menudo ios rnayordornos
y los síndicos eran grandes propie-
tarios, que accedían a realizar esta
iabo¡ ya que les permitía aumentar
su prestigro social. Por ejernplo, Juan
Pablo Pérez de Rublas fue tnayordomo
 \
í'

40 I niq"t-, pobreu 2 di.ferenciación social ln Prouincia de Antioqura d.utante el siglo xvtrr

I 4l
en.
Lt jurisdi,cción de In ciudad d¿ Antioquia

Tabla 1.4 Compraventa de tierras. Ciudad de Antioquia, 1775-1795

Tabla 1.5 Escrituras de censos fincadas sobre tierras. Ciudad de Antioquia, 1775-1786
Año Número de Valor total Valor promedio
transacc¡ones
Año Número de transacciones Valor total Valor promedio
(pesos de oro) (pesos de oro) (pesos de oro) (pesos de oro)
t / ta 4 148 37,00 732 183,00
1775 4
lt/6 ó Jt/ 105,66
I I /ó I 1.897 237,12
1777 7 1.92A- 274,28
1777 tt 4.923 l^-7 4A
265 53,00
1770 1778 2 250 125,00
6 805 134,1 6
1780 11
1779 I 1.487 165,22
3.125. 284,O9
1781 1 780 5 ¿.4UO 481,20
6 ttbU 110,00
1782 I 1781 D I .UJJ 172,'t6
1.162 145,25
r/oJ 1782 11 4.4bb 406,00

1784 1785 1.503 300,60

1785 4 584 146,00 1 786 I 2.580 322,50

1 786 8 4.180" 21.277
Totales 69
I I OI o
909 101 ,00 Fuente: Atchivo Notar¡al de Santa Fe de Antioquia, Ptotocolos notar¡ales,1775-1789.
1 788 65 32,50
1 789 11 1"110 1 00,90*
1790 I 2.008. 223,11 de fábrica de la iglesia parroquial, de cargados de decir las misas. Estos no
1ao1 solo percibieron los intereses de ios
14 1.589 113,50 la Cofradía de la Gloriosa Santa Lucía
1792 E y de la limosna de los Lugares Santos capitales sujetos a censos. sino gu€.
64,20
deJenrsalén. Ei presbítero Antonio de a su \¡ez, fueron los principales fun-
1 793 6 63,50 I-ora fue mayordomo del Santo Cristo dadores de capellanías.57 Si tomamos
1794 9 1.216 de la F{umildad y el doctorJosé Fardo los testamentos otorgados en ia ciu-
1 35,11
I /v5 fue síndico de la Orden Tércera y ieso- dad de Antioquia entre i775 v 1799,
217,50
rcro de la construcción de la iglesia.so encontramos que varios sacerdotes
1796 '10
1.6'15 161 ,50
Las capellanías, corno lo ha dich<.¡ fundaron capellanías: en 1779, el
1797 8 1.858 232,25 el historiador Germán Coltnenares, padre José de Mena mandó fundar
1798 4 1.003 fueron una renta del suelo que fa\iore- una capellanía para que con ella se or-
250,75
ció de manera directa a los capellanes cienara su sobrinoJuanJosé de Mena.
1799 2 3't0 155.00
saiidos de las famiiias de las personas El padre.|osé de San Martín y \hlera
Totales I to
2s.986 que las instituían. que eran los en- dispuso lo mismo en 178I, para
. En esie valor s€ incluye ef precio de estancias en que se transaron
conjuntamente tierras, esclavos,
ganado sin desglosar.
-' Falta el precio de una transacc¡ón.
56 AN.A, tomo 1804-1805, iegajo 1805, fols. ?3¡-42r: ATIA- Mot'tu.orías, tomo 249, documen-
Fuen¡er Archivo Notarial de Santa Fe de Antioquia, protocotos
notar¡ales. 1775_17gg. to 5466: Mortuotiu, toDro 270, docuruento 5657.
5l Germfur Colmenares, Cali. Tsnatenientes, mhuros 1comercíattfes. siglo n'nt, Cali, Universidad
delValle, 1975, p.122.
 \
i

42 I Riqueu, pobreu l d.ifrmciación social en In Prouincia de Antioquit durante el sigh, xvrtt Lt, jurisdicción d¿ ln ci.udad de Anti.oquia I 43

ordenar con ello a Francisco García, seguro de sus capellanías y patrirno- Mano de obra: las transacciones Es de anoar que los propieranos
hijo de Fermín García. Ese rnismo nios, cuanto por su natural economía de esclazsos de esclavos lograron, a través de ia
año, ei padre Francisco Manuel Díaz y aplicación a conservary guarda¡ en sola reproducción vegetatrva, abastecer
del Mazo, cura de San Jerónimo, que hay pocas excepciones".5e En ia.jurisdicción de ia ciudad de un rnercado que debido a la crisis era
mandó fundar orra de 1.700 pesos Algunos grandes propietarios, Antioquia, durante el siglo xvttt, las muy estrecho. Así, durante ese lapso
de oro para que, cou su rédito, uno como el minero José Ignacio Mon- grandes propiedades agrarias fueron de tiempo que coincidió con el asien¡o
de sus sobrinos adquiriera ias órdenes toya, alcalde provincial de Antioquia, trabajadas fundamentalmente con francés (1 707- l 7I 3) y eI asiento rrglés
sagradas. En 1783, el padre Miguel al carecer de herederos forzosos, esciavos. En menor medida se utili- (la South Sea Cornpant/ operó entre
Fl'ancisco de Forras dispuso imponer deciararon heredera a su alma y la zaron peones, jornaleros, agregados, 1713 y 1736), solo se vendieron 21
3 capellanías, una de 500 pesos de de sus padres, disponiendo la fun- es decir, formas de trabajo libre. Al esclavos bozales en la ciudad de Ando-
oro para los curas de Antioquia y 2 dación de una capellanía de misas tenninar el siglo, ia mano de obra quia. De ellos, 5, r'endidos enne 17]I
para que se ordenaran familiares. Por que en este caso alcanzó un valor de iibre había aumentado y el número y 1712, eran parte de un gnrpo de 6
su parte, en 1785, el padre Francisco 2.373 pesos.60 En el caso de propie- de esciavos empezaba a disminuir. esclavos que se había fugado de la facto-
.]aramillo estatuyó una capellanía tarios con descendientes legítirnos no Para analizar este fenómeno en toda úa y fueron capturados en Zaragoza.63
del remanente del quinto de sus fue común que se dispusiera de una su dimensión se debe ver ia evoiución Es posible que el núrnero de es-
bienes y el presbíteroJuan Saivador parte sustancial de su capital para la de ia utilización de la fuerza de trabajo Antioqriia
clavos bozales que entró en
de Lastra y Biedrna ordenó en su fundación de capellanías y obras pÍas. esclava a lo largo de esa centuria. durante este período fuera mayor,
testamento de 1798, fundar una ca- Fue excepcional el caso del sargento A fines del siglo xrar v principios del ya que hay evidencias docurnentaies
pelianía de 400 pesos de oro para el tnayor juan Pablo Pérez de Rublas, x\/In, ia crisis minera obiigó a muchos de que por Tolú fue introducido por
cuito de Nuestro Señor del Huerto regrdor decano de Antioquia. quien propietarios de Ia región a trasiadar contrabando un buen núrnero de
en la iglesia de Santa Bárbara, una invirtió Ia quinta parte de sus bienes parte de su cuadriiia de esclavos de las ellos. En una causa crirninal seguida
de 200 pesos de oro para el Flospiral, en la conclustón de la iglesia de Santa minas hacia las haciendas, buscando, en I 707 por el gobernadorJosé López
una de 100 pesos de oro para Nues- Bárbara y dispuso la fundación de mediante la diversificación de acti- de Can,ajal, un esclavo de nornbre
tra Señora de Chiquinquirá y otra una capellanía de 500 pesos de oro a vidades, sortear las dificultades del Ignacio y nación Congo, deciaró que
del mismo valor para San José, de la favor de Nr¡estra Señora de los Do- momento. Los dueños de grandes había llegado en una emba¡cación
iglesia de Chinquiquirá.56 Es preciso lores, otra por el rnisrno valor para cuadrillas, como los he¡ederos de francesa y después de ser deser¡bar-
anotar que de esta manera parece alumbrar ia lámpara del Sanrísimo Feiipe de Herrera, quien en I704 cadojunto con 4 negros y 2 negras en
haberse fornentado, en desmedro de en Santa tsárbara y otra de mil pesos tenía 83 esclavos, o Juan GarcÍa hijo, Tolú, fue conducido a SanJosé de ias
otras actividades más productir,as, ias si un hijo se ordenase. Se trataba de que en 1724 contaba con 00 esclavos, Sabanas de Toiú, donde Io vendieron.
vocaciones sacerdotales, puesto que, un individuo que podía destinar una para evitar el costo de mantener un El gobernadory los oñciales reales de-
cotno anotó el gobernador Francisco surna considerabie de dinero líquido número elevado de esclavos proce- cornisaron ei negro! \¡a que en la escri-
Siivestre en 1776: "Por lo común son a esta clase de obras sin afectar el dieron a venderlos, manumitirlos o rura de venta constaba estar marcaclo
los más acomodados, tanto por lo patrirnonio familiar.6r pagar deudas con ellos.6! Como se dijo con Ia marca dei real asiento. pero el
anteriormente, en el período I706 negro no la tenía..Arg.rmentaban que
a 1730 fueron dados como pago de "es cosa fácil aplicar a Ia bosaliciad de
deudas 137 esclavos y vendidos otr-os negros I: su torpeza nombres I'edacies
ANA, tomo 1778-1779, lega¡o 1779, fols.49r-56r,; tomo 1782-I785, legajo 1781, fols. jg¡- 103 (véanse tablas 1.1 y 1.2). siendo de una rnisrna nación".G
25r; tomo 1779-1780, legajo 1781, fols. l49v-I59r; tomo 1782-1285, fols. l28r-t3l¡;AIIA
tomo 279, documento 5735; tomo 243, documenio b4I4.
Francisco silvestre, D^oiprión tiel. reina de santa Fe dc Bogotá. Bogotá, Biblioteca poprüar de
Culrura Colombiana, 1950, pp. 200-201.
62 L Suá¡ez, Ora t soci edad coloui al. en Anti oquia 1 5 75 - 1 7 00, Óp. ci'.".'ai,la 7.
60 AJIA. Morturias. tomo 258, documento 5571 .
65 AlriA rouc, i?09-1712. lega¡o 171I, fol.38; Iega¡o 17i1, fols. ilr-35r'.
6l A\i.A" tomo I804-1805, legalo 1805, fols.23r-42r.
64 Alily Criminai. cajaE-7I. legajo 1660-1710. I779-1788, d¡¡m¡rreriro rE
 44 I Rlq"t-, pobreza y diferenciación sociaL en Ia
En 1710 se siguió orra causa pa-
recida, en la cual se acusó a José de
Mendoza, comerciante, de introducir
fraudulentamente varios esciavos a Ia
provincia, medianre la falsificación de
un documento en que constaba ha-
berle comprado en i 709, a Raimundo
\álleyle, factor del asienro de Carta-
gena, 33 esclavos por 9.638 pesos. En
realidad, los esclavos llegaron en una
embarcación ingiesa que los desembar-
có en Tolú, después fueron llevados a
un hato junto al río Cauca, donde los
cornpró Mendoza. Quien jurtro con
Juan Antonio de Aizuela los marcó.
De estos esclavos fueron vendidos 2
en Támalameque, 16 en Rernedios y
9 en Medellín. Por ol-den del fracor
del asiento, Andrés Dubal, fueron
decornisados y vendidos en remare
en Medellín 6 hombres adui¡os y un
rnuleque casta rnina, y un hornbre
adulto y un negrillo casta loango, por
I .813 pesos 6 tomines.65
La depresión del rnercado de
esciavos en la ciudad de Antioquia
duranie ias tres primeras décadas
del siglo xrrn ia podemos medir si
tenemos en cuenta que entre 1715 y
I 727 fueron vendidos solo 3 2 esclavos
(véase tabla 1.2), mientras que en Po-
pa'¡'án, centro gue se encontraba en
pleno auge debido a la exploración
de los ,vacirnientos auríferos del Pa-
cífico, se transaron durante e] lnisrno
período 368 esclavos.66
65 AIIA" Esclawl tomo 28, documento 911-
66 G.. Colmerra¡es. .F1&totia económica 1 social d.e Colombia, Óp. cit., p. 56.
67 ANA, tomo 1705-1708, legajo 1708, fol.74r.
68 Ibíd., legajo I706, fol.2; tomo 1709-17l2,iegajo 1711, fols.9¡r 52v; iegajo 1711, fol.35v
69 &1-& Moúuotias. rorno 290, documento 5846.
hoúncia de Antioquia durante el siglo xvrn
Otro indicativo que es interesante
analizar es el patrón de ias opera-
ciones de compraventa, va que en el
95% de los casos se negoció un solo
esclavo, io que muestra que rnuchos
de ellos se debían dedicar al sen,icio
doméstico o que muy ientarnente
iban agregando a una propiedad terri-
iorial. Durante ia época que estamos
considerando, solo se realizóuna tran-
sacción grande de esclavos mediante
la cual el gobernadorJosé López de
Cawajal, como apoderado de Lorenzo
de Arce y Estrada, vendió al capitán
Juan de Londoño v Trasmiera, vecino
de Medellín, l1 esclavos por un valor
de 2.010 pesos de oro, que se compro-
metió a pagal" en un año.67
Támpoco fue frecuente que un úni-
co propietario hictera varias compras.
Sólo el capitán Francisco Ruiz Caro,
comerciante español, entre 1706 y
I 7 I 2 adquirió 4 esciavos por un valor
de 681 pesos, que pagó de contado.6s
Estos esclavos no parecen haber sido
dedlcados a labores agrícolas, ya que
Ruiz Caro tenía una mina en iajuris-
dicción de Cáceres. En un pedazo de
[ierras que poseía en el sitio de ]a Cu-
chara había en 1716, cuando murió,
apenas 3 esclavos.6-o No debernos des-
cartar la negociación de esclavos corno
parte de sus acti\¡idades mercantiles.
El proceso de manumisión de es-
clavos fue uno de ios facto¡es que dio
lugar a la fonnación de una población
de pardos, rmriatos y negros libres, que
a finales del siglo x1{II era numerosa
en la jurisdicción de ia ciudad de An-
tioquia. Para entender este proceso se
deben considerar algunos aspectos de
las rnanumisiones otorgadas en esta
se zona entre 1706 y 1729. En primer
lugar, las rnanurnisiones "graciosas" o
esponráneas, en las que no rnediaba un
pago por parte del esclavo. constiruve-
ron el 7 5.26% del total (véase tabia 1 .6),
estando un poco menos de la rnitad su-
peditadas a la muerte del dueño. Aun-
que pocas veces se precisaba Ia edad
del esclavo, es posible establecer que
en 23 (32,857o) de 70 casos se trataba
de pánr-rlos y en l0 (14,28%) ocasiones
eran vrejos y enfennos. El que cerca de
ia mitad de los manumitidos de esta
manera fi.reran esclavos no "útiles",
muestra que esta fue una forma utili-
zada por los arnos para deshacerse de
los esclavos insen'ibles.
Por cornpra, obtuvieron Q rranu-
misión sobre todo esciavos aptos para
trabaiar, puesto que de 23 personas
que adquirieron la libertad de esta ma-
nera, solo 2 eran niños y 3 ancianos.
En segundo luga¡ llarna la aten-
ción que el número de hombres lna-
nurnitidos (45), fuera casi igual al de
mujeres (44¡ (hav 4 casos en que no
se especifica el sexo), lo que muestra
que las posibilidades de obtener una
manumisión pagada o espontánea
era casi exacta para los dos sexos.
Por último, se debe anotar que el
90t/a de los propietarios no otorgó
70 ANA, tomo 1722-1724, iegajo 1722, f<¡i. 112; legajo 1724, fols. 39v, 40v, 44r y 45r
tomo 1,725-1729. lega.¡o 1728, fols.4r1 7;'52.
Lt jurisdrcción d¿ t¿ ciudad de Antioquia I 45
carta de libertad a un número rnayor
de 2 esciavos, io que muestra que la
mánurnisión era selectiva. La persona
que más lnanumisiones concedió fire
el doctor Luis Francisco Javier del
Pino Jaramillo, quien entre 1722 y
1728 dio libertad pagada a 3 escla-
vos, rnanurnitió espontáneameltte a
3 en remuneración de los seryicios
prestados y libertó a 2 por recotnen-
dación expresa de su tío, el doctor
Nicolás Antonio del Pino, de quien
ios había heredado.T0 Fue una cons-
tante en la región que las personas
que rnanurnitían "graciosamente"
más de 5 esclavos fueran eclesiásticos
o personas solteras que no tenían
herederos fonosos.
El tipo de trabajo que los esclavos
desarrollaban en las haciendas y los
hatos ganaderos pennitió su repro-
ducción vegetátiva. Las cr.radrillas
exist.entes en la jurisdicciór, de la
ciudad de Antioquia, a med: . '-s del
siglo xun, en ningún caso teir,..r más
de 50 esclavos, de ios cuales gr-an por-
centaje eran párvulos. Al estudiar ia
cornposición de tres de las cuadrillas
más grandes, la del capitán Agustín
de Ossa Pirnienta (33 esclavos en
1737), Ia del sargento mayor Fran-
cisco de Otero Cossio (39 esclavos en
17 45)t la del sargento mavor Manuel
García de la Fuente (43 esciavos en
1757), encontralnos que estaban
conformadas por esclavos criollos, de
los cuales, en el primer caso,lS (45%)
eran lnenores de 1 5 años, 1 8 en el se-
46 I nlqurra, pobreza y üferenciación social en ln Prouincin de Anhoquia durente eL siglo xt,nt la juri.sdicción d.e la, chda^d de Antioquia I 47

Tabla 1,6 Cartas de libertad. Ciudad de Antioqu¡a, 1706-1730

gundo (46%) y 19 en el r.ercero (447o). vos, siendo la cuadrilla más grande la
Año Número de Número de Pagadas Sin pagar, Sin pagar, con Los propietarios parecen haber pasa- de Enrique de \zilia, con 32 esclavos.
esclavos Iibertad obligaciones do de la etapa del "cornprar" a la de De 217 cabezas de farnilia mestizas,
otorgadas manumitidos inmediata "criar" y esto les permitía disponer de 17 tenían esclavos, y de 70 cabezas de
1 706 una resen.a de mano de obra. famiiia mulatas y negras, solo 4 conta-
Estas cuadrilias estaban confor- ban con este reflrrso. El mestizoJuan
1707
madas por unidades farniliares, lo José Velásquez era el rnayor de estos
708 2 4 4
1
que les daba estabiiidad y perrnitía propietarios, contando con 7 esclavos.?2
17A9 5 6 3 un equilibrio entre el número de La forma corno paulatinarnente la
1710 2 2 1
hombres y ¡nujeres. Así, la cuadrilia fuerza de trabajo esclava se convertía
de Otero Cossio, que se conformó en libre se aprecia al analizar el censo
1711 2 2
con esciavos obtenidos por la vía de del sitio de San Jerónimo de 1177.
i712 4 4 2 1 herencia y legados, estaba integrada La mayor cuadrilla del luga¡ la del
2 2 1 I
por 20 hombres r' I9 rnujeres. mien- cura párroco Francisco Manuel Díaz
tras qlre la de García de la Fuente, que del Mazo, estaba constituida por 47
171 4 1 1 1
era de rnás reciente formación, tenía esclavos y 6 agregados, a los que se
t/ t5 5 1
23 hombres y l9 rnujeres. Que los es- les especificaba su condición de mu-
1716 2 1 1 clavos de esta última cuadrilia habían Iato o negro libre. Se hacía constar
1717 ( o sido adquirid<¡s recientemente, io que Manuel Sánchez, mulato libre,
3 4
evidencia el hecho de que no hubiera traba.¡aba corno agregado. rnientras
'171 I 6 7
esclavos vie3os y que solo 3 tuvieran que su esposa Sirrona y sus 6 hifos
1719 4 4 a alguna lesión o afección.?] eran esclavos de este propietario; así
1720 2 o En esta epoca ningun mestizo o mismo" se decía que Micaei¿ negra
i7)1
mulato era propietario de más de libre, tenía 2 hijos párvulos esclavos.
J 4
10 esclavos, situación que cambió un Una situación parecida se presentaba
1722 2 2 poco a finales del siglo, cuando algu- en el caso de FacundoArbeláez, quien
1723 2 nos se contaron entre los principales poseía 9 esciavos y tenía a su cargo I
compradores de esclavos. agregados. En este caso se aclaraba
tt¿4 10 io
Para ilustrar Ia procedencia racial que Magdalena Sánchez, muiata librc,
i725 4 5 de los dueños de esclavos se toma colrro era ia esposa del esclai'oJosé Manuel y
lt!ó ejernplo los datos del censo del pobla- se encontraba agregadajunto con sus

1727
do de Nuestra Señora de Sopetrán
de 1779. Según la inlor¡nacjón con-
ltló
tenida en este padrón, de 68 cabezas
1729 de familia biancas allÍ residentes, 33
4 hijos libres. Corno podemos apreciar.
en una lamilia algunos de sus lniem-
bros podían ser libres y otros esciavos.
Es posible que los libres fueran libertos

1730 eran propietarios de esclavos. En este que continuaban teniendo nexos de

gn-rpo solo 9 poseían rnás de 10 escla- dependencia con sus antiglros amos.73
Totales

Fuente: Afchivo Notanal de Santa Fe de Antioquia, Prctocotos r)otar¡ales, 1706-173A. Esta tabia iue
elaborada con base en datos cedidos por los profesores Rcberto Luis Jaramlllo y Luis Javier V¡llegas de 71 AH,\ Morfuoriqs, tomo 265, documento 5627; tomo 268, dorumento 5646; romo 222,
la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.
docurnento 5194,
72 AHA- Cercos. tomo 345, dommento 6550.
73 lbíd., tomo 334, doonento 6547.
48 I Ritlu¿n, pobreru y diferencinción socinl m la Prouincia d.e Anti.oquin durn .
, glo xvut kt jmisdi.cción de la cit¿tlaÁ de Anüoquia I 49

En el período 1775-1799, el pa- los llevaban a vender a iviedellín, Rio- Tabla f.7 Compraventa de esclavos. Ciudad de Antioquia, 1775-1799
trón predominante en las compra- negro y ofios lugares de la provincia, Año Número de Número de esclavos Valor total Valor promedio
ventas de esclavos siguió siendo la así como a Chocó, Mompox y Santa transacciones transados (pesos de oro) (pesas de oro)
negociación de piezas aisladas; sin Marta. LJn mercader que se especializó
2 2 260 130,00
embargo, en el 10Va de las rransaccio- en esta actividad fueJuan de ia Rosa
nes se incorpora a \¡arios mielnbros Galrán. 'r'ecino de Mompox. quien 1776 6 b 920
de una misma farnilia. Entre 1777 y entre 1786 y l79l corapró I2 esclavos 1777 26. 3.005 r t¡,5/
1799 fueron vendidas 15 madres con con el objeto de llevarlos a su posesión
1778 11 11 1.610 r4b,Jb
sus hijos, 9 pargas de marido y muje4 en Mompox. Esta modalidad encon-
il 40 1.568 120,61
y 9 grupos famiiiales de padre, rnadre 1779
tró resistencia entre ios esclavos, pues
e lrijos. Este fenomeno. que se incre- ellos aceptaban a regañadientes que 1780 11 12- 1.755 146,25
lnentó a partir de 1789, parece estar los lievaran a vivir fuera de la provin- 1781 7 7 1000 142,85
relacionado con ia expediclón de la cia. For ejernplo, la esclava Lorenza, a
real cédula oei 3l de rnayo de i789, quien Galván cornpró en un remate de
1782 I 11 1.700 154.54

en la cual se establecían nuevas nor- bienes de Bernardo González, pidió 1783

mas sobre trato y educación de ios servendida aAgustín Lescano, con el 1784
esclavos en los terrirorios de Indias propósito de evitar ser separada de
1 785 15 17 2.486 146,23
e Xslas Filipinas. A partir de ailí, los su famiiia.T6
esclavos podían oponerse, a través del El que, en la década del ochenta 1 786 16 2.610 74,57
defensor general de menoles que los del siglo xr.rrt, los propietarios hubie- 1787 19 ¿o 128,73
representaba, a las ventas que sepa- ran vendido un buen núuero esclavos
1788 17 21 2.285 108,80
raban los rniembros de una farnilia.Ta se debió no solo a razones de olden
La rnayor transacción de esclavos 1 789 4b 5.042* 109,60
econórnico, sino tarnbién a conside-
realizada durante esta época estuvo raciones de tipo político, entre las 1790 tq 30. 3.416 11 3.86
ligada a la venta de una hacienda. cuaies sobresale la fir¡strada rebeiión 1791 16 10 ¿.54¿ t¿ó, t a
En I786, el maesroJuan Sali'ador' que los escla'r'os de esa jurisdicción
de Lastra le vendió 15 esclavos al 1792 I I 960 120,00
organizaron a principios de i782.
cornerciante Nicoiás Díaz. entre los En el levantalniento estuvieron in- 1753 19 ¿o ó-¿J/ 124,50
cuales había 4 grupos farniliares. volucrados los esclavos de grandes 1794 tb 19 2257 118,78
Posteriorrnente, Díaz vendió 4 de propietarios como los presbíteros I 70R lt 1.918 112,82
estos esclavos.T5 ,{ntonio de Lora, Juan Salvador de
La venta de esclavos parece haber- Lastra y Francisco Manr¡el Díaz del 1796 16 21 2.880 137,14

se incrementado entre 1785 y 1794, Maso, así col¡o los del minero José 1797 12 15 1.546 103,06
cuando se comerciaron 247 esclavos Ignacio de Montoya. El inrento de 1798 I 14 '1
.180 84,28
(r'éase tabla 1.7). Una buena parte rebelión mostró la inconveniencia -I i^^
t].1/
799 10 12 86,00
fue adquirida por comercianles. que de tener una aita concentración de 1

Total 414 48.366

. Estan contabilizados esclavos que por ser transados con tierra y ganado no tienen desg¡ozado su valor
74 JairneJaramillo Uribe. "Esclavos y seirores en la sociedad colorubialra del siglo xvlu" ell Por ello no se incluye su precio en el valor total
Ensayos solsrc historia social colombian.a, Bogotá, Biblioteca Universitaria de Culnrra Colom
" Un esclavo fue cambiado por cacao.
biana, 1968, p.33.
75 ANA, tomo 178G1788. legajo 1786, fol. 2ll Fuenter Archivo Notar¡al de Santa Fe de Antioquia, Protocolos notar¡ales, 177í1799.

76 AHA, tomo 32, documento 1046.

 fli:
::F..

.1

50 I Rlq*ta, pobren y üferenci,ación. social en ln Proatrcin de Antioquia durante el siglo xvtn La junsdicción d.e ln cíu"dad de Antiofúa I 51

esclavos en la zona (3.164 según el que, corno lo ha señalado el historia- Tabla 1.8 Carlas de libertad. Ciudad de Antioquia, 1775-1799
censo de I 788) y ias pocas fi.rerzas de- dor sueco Magnus Mórne¡ fue una Sin pagaí
Año Número Número de Pagadas Sin pagar, con
fensivas con que contaban los amos.7? vía de ascenso social para individuos de carfas esclavos inmediatas obligaciones
Entre los vendedores de esclavos de origen racial negro que lograron otorgadas manumitidos
sobresalen los miembros de Ia famiiia reunir cierta lortuna.Te A
8
Otero Cossio. José Joaquín de Otero En la última década del siglo xvrl
Cossio era el mal'or propietario de Lambien se produ.¡o un incremento 1n6 4 4 1 2

esciavos de iajurisdicción (50 esclavos) notable en el número de rnanurnisio- 1777 4 7 2 5

y figura en la lista de personas que nes (véase tabla 1.8). Si en el perÍodo
1778 4 4
contribuyeron a pagar los gastos para 177 5 a 17 89, el prornedio de cartas de
contener Ia insurrección escla.i,a.78 Este libertad por año fue de cerca de 5, 1779 2 2
individuovendió 9 esclavos de1777 a de I791 a 1794 aumentó a 12 y en eJ o
1780 8
1 791 y su hermano Francisco Antonio quinquenio siguiente pasó a 17. Entre
vendió 6. Otros dueños de cuadrillas 1795 y 1799 aumentaron las manurni- 1781 1 1

nurnerosas, como Enrique de Villa, se
enflrentran entre ios rnayores expen-
dedores de esclavos.
La cornpraventa de esclavos pet-
mitió un incremento en el núrnero
de propietarios, ya que I 69 personas
cornpraron I esciavo y 30 adquirie-
siones obtenidas mediante pago para 1782 6
el cual, cosa llueva, se les otorgaba
1 783
aIgún plazo. En esa época, los arnos
permitían a los esclavos cuitivar rozas 1784
de maíz v plátano, tener una o dos 1 785 3
cabezas de ganado, colrtratarse colno
jornalero o realizar oficios artesanales 1 786 4 1

ron 2. Entre los sujetos que obtuvieron los días festivos, lo que les posibiirtó J 1

esclavos sobrcsalen mestizos y mula- formar su propiopecztlhr.nt, que ordi-

1 788 2 5 2
tos como Fennín de Sarrazola, Juan nariamente invertían en cornprar su
Bernardo de \¡illa, Ignacio de \¡ar- libel'tad o Ia de algún parienre. I 7aO J 1 2

gas, Fedro José Mendoza, Gregorio El proceso de manurnisión en 17SO 6 b 4 1 1

Garcés, Francisco Sarrazola, Joaquín este período parece haber favorecido

1791 If, 29 b 18
\¡elásquez y María Teresa Segura, ligeramente a las mujeres (55,0útc
que cornpraron 3 esclavos, Josefa contra 44,37a de los hornbres), tal vez 1792 11 t5 5 4 4
Rodúguez que adquirió 4, Anronio porque al estar r,incuiadas al sen'icio
1 793 I 10 E 5
\¡alenzueia que negoció 5 y Salr.ador dornéstico podían obtener con lnal/or
Sarrazola que se hizo dueño de 7. Es facilidad la libertad como recompensa 1794 6 4

de señalar que 5 de esros srrjeros per- de sus sen'icios. La tercera parte de 't795 7 8 5
tenecían a la compañía de pardos de estas manurnisiones favorecieron a
1796 b b 6
la ciudad de Antioquia, organización rnenores, que fueron adquiridos casi
I /V/ 9 J o

1798 17 JI IJ 4 14
71 Departamento de Historia, tlniversidad de Altioquia. Dommntos pata la ltütorin d.e la iu¡u-
ryección contutma nla Prot,incia d.e Antioquia, J765-1785, MedellÍn, Departamento de Histo¡ia, 1 799 14 12 1 I
198?, pp. 44I-588; Gem¡áu Colrnenares, Relncimes e infu.mes de los gobanantes d¿ la Nuez'a
Totales 156 212 81
Caawla. Bogotá. Biblioteca Banco Popular. 1989, torlo I. oadro B.
78 AIJ.A, Con.uneros, tomo 332. documento 6323. Fuente: Archivo Notarial de Santa Fe de Antioquia, Protocolos notañales, 1775-1799
79 M. Mónre¡, Estratificaciótt social luispattoamericarLa durante eI leñodo coloniaL, ()p. clt.. p. 10.

52 I n¡q"em, pabrcn y difermcincihn social en ln Prcttincia de Anüoquh d'urante el siglo xvtrt
siempre por sus padres, que de esta
lnanera los conseguian Por un Precio
ba3o. Así, por ejemplo, Juana María,
esclava de María Ignacia de Vargas,
l79l la iibertad de su
adquirió en
hijo, el rnulatillo Simón, por 33 pesos
de oro; en 1793 compró la de Mateo,
que a la sazón contaba con 2 años,
40 pesos de oro, y en 1799 dio 30 pe-
sos de oro por la de Bernardito.Bo Al
hacer estos negocros. ios propietarios
se liberaban de tener que mantener un
esciavito durante varios años y los es-
ciavos buscaban que su descendencia
fuera libre. El que ias leyes hubieran
prohibido el dar liberrad a ancianos,
enferrnos e inválidos, como una for-
rna de evitar que ios amos evadieran
su responsabilidad, tal vez explique
que en los 24 años que van de 1775
a 1799 solo se hubiera manumitido
4 esclavos viejos.
Dentro del grupo de manulni-
siones sobresalen las otorgadas por
Jerónirna de lbarra. soltera. quien
otorgó carta de libertad a 25 esciavos
entre 1785 y i791. Solo 2, la mulata
Piácida e Fiipólito, pagaron por su
libertad, mientras que a los demás
se les concedió con la condición de
que le sin'ieran hasu que muriera,
pagaran su entierro y mandaran a de-
cir rnisas por su airrra. En un codicilo
dispuso dar libertad a otros 3 esciavos
y ratificó las que había otorgado ante-
riormente. Denro de los agraciados
80 ANA tomo 1790, iegajo 1791, fols. 142v-I43r'; tomo 1791-1792,
6r'; tono 1798-1799, Iegajo 1799, fol. 69v.
81 ANA. ¡omo 1782-1785, legajo 1782, fols. 152v-i53v: tono 1788-1789,2o legajo 1798.
fols. 45r-46v.r 103r-105; tomo 1791-1793, 1.'' legajo 1791, fols. 6r-8¡ 9r'10¡ l5Ir-152r,
I 53r-1 54r, 54:-l 55r', 155v-l 57r v 157¡-158r.
1
con ias libertades se encontraban
2 esclavas casadas con iibres y sus
hijos, así como una esclava casada
con esciavo ajeno y su descendencia.
Buena parte de estos esciavos eran
pánmlos, lo que evidencia que algu-
nos rnedianos Propietarios lograron
por aumentar el núrnero de sus esclavos a
rravés de la reproducción vegetativa.
El que los esclavos tuvieran tasa de
crecimiento demográfi co positiva se
debió a factores como la estabilidad
de los gnrpos familiares, el que las
jornadas de trabajo en las estancias
y el servicio doméstico no fueran
desgastadoras. y el que no estuviel-an
deficientelnente alirnentados. Un de-
talie para señalar es que Ia rnayor par-
te de las manutnisiones espontáneas
fueron hechas por mujeres soiteras,
tal vez porque al carecer de herede-
ros forzosos renían posibilidad de
tolnar esta decisión de manera libre.
Estas mujeres sentían afecto por sus
esciavos y agradecían 1a dedicación
y la lealtad con que estos les servían,
dándoles la libertad.Br
Para analizar en su verdadera di-
rnensión el proceso de manumisión,
debernos lener en cuenta que. me-
diante cIáusula teslarnental, muchos
propietarios dieron iibertad a sus es-
clavos. De esta forma, 87 esclavos fue-
ron rnanurniudos en ia jurisdicción de
la ciudad de Antioquia entre 1775 Y
1799. Entre los que rnanumicieron
l "legajo 1793,
iF'
.:
un rnayor grupo de esclavos de esta
manera, se encuentran Bárbara de
Enrique y Chavarría, que dio iibertad
a 5 en 1775; José de Muriei, resi-
dente en ei paraje de Peñas Blancas,
quien manumitió a 10 en 1786, o el
padre Antonio de Lora, que en I 803
dejó libres a 7 . En algunas de estas
clausulas se ponían tantos requisitos
para otorgar la libertaC que daban
origen a interminables pleitos entre
los herederos del testadory el esclavo-
Así, María Manuela Rodríguez otorgó
libertad a sus esclavos Rita, Manuel
,Antonio y Lorenza, con la condición
de que sirvieran a los hermanos de
ella hasta que murieran, aigo que
podía no ocurrir durante la vida de
estos. Colno se ve, la generosidad
de estas disposiciones era algo muy
discutible.s:
Los datos de los censos de po-
blación que se empezaron a reaiizar
en 1777 sin'en para determinar el
tamaño de Ia pobiación esclava exis-
tente en la.;urisdicción de la ciudad
de Antioquia a finales del período co-
]onia.l. Estas cifras presentan algunas
inconsistencias. derivadas de la forrna
en que se hacÍan ios censos: por lo tan-
to, deben ser tomadas corno núrneros
tentativos y no exactos. Según el censo
de1777, enlajurisdicción de la ciudad de
Antioquia residían 8.121 (61,45T0)
de los 13.214 esclavos existentes en la
provincia. El número de esclavos de
este censo es exagerado si se lo com-
fols.5r-
82 ANA, tono I798-1799, legajo I798. íols. l48r-151r
83 Hermes TovarPir¿ónetá]... Cmt,ocataia al poda'deLntinuro. Cauu y atuilílicas d¿ la Nuary Grmads
(175A-1830) Bogoa, Archirr GenemJ de la Nacrón 1994, pp. lM-l05, 1]1-i12,
84 AH.A* Cmos, tomo 343, docrmento 6538.
ln jurisd,icción d,e ln ciul.ad d,e Antiog'ui.a I 53
para con ios datos posteriores. Once
años más tarde (1788), en la provincia
había 9.466 esclavos y en la zona de
Antioquia vivían 3. i 64 (33,42Vo). E sta
cifra, bastante más baja, parece ser
más confiable, ya que corresponde a
los datos del censo que se hizo bajo Ia
supen'isión del oidor visitador Juan
Antonio Mon y !'elarde. En 1797, ia
población esclava en la gobernación
de Antioquia e¡a de 9.565 y en Ia
subregión de la ciudad de Antioquia
había 4.008 (41,90Vo).83
El aumento en el número de
esclavos se puede deber a la reacti-
vación de la rninería, en especial ia
del \hlle de los Osos, que forrnaba
parte de estajurisdicción. En 1808,
en un informe hecho para el virrel',
se dice que ia pobiación esclava de
esta subregión era de 4.401 . De ellos.
el 837o (3.663 esclavos) estaba en ia
ciudad de Antioquia y sus alrededo-
res.8a No sabernos qué lugares abarcaba
esta cifra, que es bastante elevada si se
ia cornpara con la del censo de 1806.
según la cual en Ia ciudad de ,{n-
doquia había 1.016 esclavos. De las
cifias anteriores se puede inferir que
el núrnero de esclavos de la jurisdic-
ción entre 1777 y 1808 debió ser de
cerca de 4 rnil.
El censo de la ciudad de Antioquia
de 1 806 pennite ver dos fenólnenos:
por un lado, parece haberse acabado
las cuadrillas numerosas, como 1o
e''idencia el que ningun propietarro
I7. lIel
54 I R;q"t-, pobrezn l difetznaación social en
tuviera más de 25 esclavos. Por otro,
el número de propietarios de esciavos
es bastante grande, como lo indica el
que 102 cabezas de f amilia rnestizas y
lnulatas (casi21Vo del total de famiiias
de estos dos grupos) mtieran enrre
1 y 3 esclavos (véase tabla 1.9).
Si a esto agregamos que 6 mestizos
y muiatos poseían entre li y 24 es-
cjavos, y uno, Francisco Sarrazola,
contaba con 27, es posible afirmar
que el patrón de propiedad de escla-
vos había cambiado en relación con
Ia primera mitad del siglo xuu. En
ese enlonces. los propietarios eran
blancos. mienLras que a comienzos
del siglo xx son numerosos ios rniem-
b¡os de ias "castas" que los tenían
dentro de su patrimonio. Ello se debe
a que muchos mestizos y rnulatos
consiguieron el caudal que les per-
rnitía comprar uno o dos esclavos, y a
trar'és de su reproduccion vegeraLiva
aurnentaron su número.
No se cuenta con documentación
que permita ver con precisión las re-
laciones gue los grandes propietarios
de Lierras establecieron con los traba-
jadores libres, ya fueran agreeados,
arrendatarios o peones. Tárnpoco es
posible establecer las condiciones de
remuneración, ei grado de libertad
de que gozaba el trabajador o el
tiempo que laboraba. Con respecto
a los agregados, se puede constatar
que una parte de ellos eran antiguos
esclavos, a quienes se les daba la li-
bertad corr la corrdición de conrinuar
85 !J!A-. Mortuorias. toruo 249. docuruento 5466.
86 Ar-{ tomo 177E-1719.leg4¡o 1778, fols. 18¡-20r
La Prouincia d,e Anüoyrin durante el
trabajando con quien había sido su
alno o en una propiedad deterrnina-
da. Así, en una memorla testarnental
otorgada en i803, el presbítero An-
tonio de Lora dio libertad a ia negra
Anica, con Ia condición de continuar
asistiendo en el maneio de Ia estancia;
a Tirnoteo, bajo el encargo de seguir
cuidando el ganado en Ia hacienda
de Güintar, y a Micaeia, con el requi-
sito de permanecer en esta última
propiedad. Así rnisrno, aclaraba que
Cornelio, a quien había dado carta de
libertad en \775, su uiujer Dionicia
e hljos se debían lnantener obiigados
en la hacienda, "Para la crianza de los
animales de ellos y labranza sin tener
más derechos que el de agregados".85
El proceso de agregación de Ia
mano de obra iibre a las propieda-
des territoriales también pudo estar
Iigado al pago de deudas. Así, en un
extraño doculnento otorgado en la
ciudad de Antioquia en 1778, Isidrc
Berrios, preso en la cárcel por de-
manda puesta contra él por Miguel
Narrarro y Guerra, cornerciante de
Antioquia, a quien le debía 59 pesos
7 tornrnes de oro, dice que por no
tener ese dinero "por su conocida po-
breza". se obligaba a devengarlos con
su trabajo a voluntad de su acreedor
y qr¡€ no trabaiaría con otra persona
durante ese concierto.86
Sea cuai ftiere la lorrna como ia
rnano de obra libre se adscribió a las
hacienCas. Io cierto es gue a principios
del siglo xtx se incrernentó su uso.
siglo xvut
Tabla'!.9 Propieiarios cie esclavos. Ciudad de Antioquia, 1806
Número de Número de Porcentaje
esclavos propietanos
blancos
DO 7)
22
u,59
4-1 0
11-24 25,67
Total propietarios
Fuentei AHA. Censos, tomo 333, documento 6360. fols. 503r-513r
Lo habitual que era para esa época
el ernpleo de lnano de obra libre se
puede corroborar con el hecho de
que los antioqueños lia,van sido los
primeros en Nueva Granada en pro-
poner Ia manumisión general de los
esclav<.rs recién nacidos o libeúad de
z¡ientres. Durante la Independencia,
el 20 de abrii de 1814, Ia iegislatura
aniioqueña promuigó la "Le,r' sobre la
rnanurnisión de ia posteridad de los
esciavos aíiicanos I' sobre los medios
de redimir sucesivamente a sus pa-
dres". En esa lel' 5¿ determinaba que:
.A,rtículo 1.'. Los hijos de los esclavos
que nazcan desde el día de Ia sanción
de esta lel', serán libres v como mles se
inscribirán sus nombres en los regis-
tros cívicos de ias municipaliciades.sT
Tal como venía ocurriendo, la
manumisión no significaba perder Ia
mano de obra, sino cambiar el tipo
de relación que se establecÍa con elia.
87 Roi¡erro M. Tisnes Jiménez. DmJuan del Cottal.
Banco Populan i980, p. ?71.
l-a yrkdicción d¿ ln ciuda.d de Antioqui.a I 55
Número de Porcentaje
propietanos (%)
mest¡zos y mulatos
102
68,91
?o ta ?Á
7 4.72
Aspectos generdles
Las grandes propiedades territoria-
les de la jurisdicción de la ciudad de
.Antioquia durante el siglo n.rr fueron
estancias mixtas de ganado y cañ4 en
las cuales los anltivos de maí2, plátano,
fuca y oros productos eran compie-
mentarios y estaban destinados casi
siempre al consumo dor¡éstico. Ei valor
de estas propiedades se derivaba de las
consüucciones con que contaban, los
cultivos. el trapiche. Ias herramjentas.
el ganado y el núrnero de esclavos que
en elia iaboraban. La rentabüdad de
estas empl€sas solo se puede medir a
mediano;' Iargo plazos, pero el merca-
do de ios distritos rnineros, así como el
abasto de carne a la ciudad, hicleron
que no produjeran resultados deficin-
rios; antes, corno se vio, subsidiaron en
al.Ernos casos ias actividades mi¡ei-as.
A lo largo del siglo es posible ver
un aurnento del área dedicada a ios
u\ibetta.d.qr de los esclaros, Bogotá, Biblioteca
 3

56 I Riquen, pobrem g diferenci.ación social en ht Proui.nua d.e Antioquia. dura,nte el siglo xvtrt La jurisdicci.ón de la ciudad. de Antioquia I 57

cultivos, que siempre fue una peque-
ña parte de la extensión total de las
l
haciendas cacaoteras, que requirieron manos de comerciantes españoles
I .¡urisdrcción. En los resrimonios pre-
gran inversión de capital, el cual fue enriquecidos, algunas veces a través de sentados en 1 765, cuando se adjudicó
:

propiedades. El núrnero de cabezas propor-cionado por las actividades los enlaces matrimoniales. Para estos en arriendo ei estanco de tabaco de Ia
de ganado vacuno tatavez fue rnayor rnercantiles. Los cultivos de cacao individuos, la inversión en tierras fue provincia a un cornerciante de Honda
de 200, lo que irnplica que hubo una prosperaron en esta zona en la pri- una actividad cotnplementaria de sus y se ordenó destruir las sementeras
drástica disrninución del tamaño de lnera rnitad del siglo xn, hasta que en actividades comerciales o mineras. El existentes en la zona, se decía con
ios hatos con respecto al siglo xvn, i 852 la lnancha de cacao los acabó.s0 grupo de los grandes propierarios es- respecto a 1a antigtiedad y la extensióri
cuando había propietarios corno Juan Cabe señalar que los dueños de taba formado fundarnentallnente por de este cultivo lo siguiente:
de Piedrahíta 1, Saavedra que tenía 962 haciendas Íüeron casi siernpre pro¡ie- eclesiásricos, comerciantes o rnineros
reses, 7l yeguas, 34 mulas y un burro.88 talios de varias posesiones, que aunque gue pertenecían al grupo de los blan- Y que en cual)to al tiempo en que ha
Al comparar este dato con el núrnero estaban ubicadas en diferenres srLit-rs, cos, aunque las actividades melrantiles que se coruenzó a cosecha¡ dicho taba-
de cabezas de ganado existente en ha- tenían producciones complementarias. co lo hallo así desde que abrió los ojos
abrieron a los mestizos y ios rnuiatos
.i.t d¿5'l potreros de otras rcgones del Muchas veces estas estancias fue¡on a la raz6n [...] que es una cosecha al
posibili dades de adquirir propiedades
país durante el siglo xvrrr, encuentra año 1' que la estación del sembrado la
se rnantenidas ba3o la forma de proindi- territoriales, ganado y esclavos.
ignora, y que en cuarrto a los par-a,1es,
que el tamaño de los hatos de la juris- viso por los herederos de los dueños,
sabe que son eu lajurisdicción de esra
dicción de la ciudad de Antioquia fue lo que perrnirió qrre penuarecreran sin X-as rnedianas ¡eropiedades : ciudad a orillas del río Cauca de ulra
bastante tnodesto. Así, por ejempio, desintegrarse durante rnuclio tiernpo. rnestizos y mulatos acceden banda y otra.er
en la I'l-ovincia de Cartagena, el hato Otro elemento importante de ano- a la tierra
de Mojarras, propiedad del rnarqués tar es que ningr-rno de los poseedores Es presunrible que los restigos exa-
de Santa Coa, hacia 1770 contaba con de grandes extensiones de tielras tenía En la jurisdicción de la ciudad de geraran la antigüedad de ja costumbre
1 .704 cabezas de ganado vacuno I¡ I 5 1 propiedades localizadas fuera de laju- Antiociuia, duranfe el siglo xwn hubo de cuitival'est€ producto, puesto que
cabezas de ganado caballar. Su valor risdicción de la ciudad de,{ntioquia, }o un número aprcciable de medianas intrrrducir- tabaco desde Honda fue uno
era de 9.409 pesos. En t 767, el Colegro que rnuestra que la élite de esre lugar propiedades. que luvieron origen en de ios ramos más impoltantes para los
Máximo de los Jesuitas de Sanra Fe había perdido la capacidad de invenir la división de ias haciendas. al ser re- comerciantes desde el sigio xvlr v solo a
ooseía, en la hacienda de Fute, 1.315 en otros sitios de ia provincia, que sí partidas entre varios herederos: en la mediados del siglo xvrn parecen habet.
reses. I53 cabalios, 95 mulas y rnuletos, tuvo en el siglo nrr. cuando sus vecinos posibilidad de adquirir propiedades adquirido importancia las siembras
493 -veguas v potrancos, I 31 hechores y contaban con hatos 'l' estancias en el por mestizos y mulatos dedicados a loca-les.
pollinos r' 2.938 ovejas y carneros. Esta \hlle de Aburrá y la región del orienre. ias actividades uiercan[t]es v mineras: Según los datos proporcionados
propiedad fue avaluada en ?6.835 pe- En la zona no logró conformarse en }a apropiación ilegal de pobiado- por los an'endadores del ranlo de
sos. En el \hlle del Cauca, la hacienda un sector de terratenientes con claros res blancos y mestizos de los terrenos diezmos en 1765, se dedicaban a ia
.&naime en I749 tenía 1.200 reses, 165 intereses, debido a que las haciendas de los resguardos indígenas, o en la siembra de tabaco, en el partido de
yeguas, 35 caballos, erc.8e no fueron patrirnonio exclusivo de un adjudicación a particulares rnedianre Sanjerónimo, 4 blancos v 9 mestizos
A ñnales del siglo, los estírnulos del pequeño empo cerrado de familias. arriendo o titulación de las tierras y mulatos: en el partido de Antioquia,
r¡ercado lievaron a ia fcrrrnación de Muchas propiedades terminaron en de los ejidos v propios de ia ciudad. I blanco y 35 libres; en el deTonus-
En el desarrollo de este tipo de co. l0mestizos v ntulatos: en el de
propiedades tuvo un papel impor- Obregón, 2 blancos v 47 libres, y en
88 L Suárez, Oro ¡ sociedad colonial en Antioquia 1,575-1700, óp. cit., tabla 7. tante el cuitivo de fabaco, el cual se el partido de Ouebrada Seca, 6 bian-
89 Hernres'Ibvar Pinzón, Crand.u emltrau agrícolas l ganadetas: su desattolla en el sigla xwn, expandió durante ia primera mitad cos y 127 mestizos 1'muiatos, de los
Bogotá, Cooperariva de Profesores de la Universidad Nacional de Colombia, Ediciones del siglo por las tierras cáiidas de la cuales 27 eran mu.ieres.e!
CIEC, 1980, pp. l2i, 163 y 20t; G. Cohrrelares, Ca.li. Ten'atenientes, mineros l comercxantes,
sigLo xnn. Op. cir., p. 85.
90 Jarnes Parsons, lz colontrución. antioqu.eña en el Occid.cnte d¿ Col.ombia, Bogotá. Carlos Vaiencia 91 AlJ.,\ Comunsos. tomo 332. dommento 6315, fol. 17r
Edrrores, 1979, p. l2l. 92 Ibíd., torno 332. docurnento 6315. fols. 34r-38r
58 I Riquem, pobreu ,t üferenciación, socinl en ln Protincut de
A difbrencia de otros productos
el frijoi y el
corno el :liraiz., la caña,
plátano, que se sernbraban en lnuchas
partes de la provincia, el tabaco sólo
se cultivaba en Ia jurisdicción de Ia
ciudad de An¡ioquia. Los cosecheros
se opusieron a la instaiación del es-
tancoJ por considerar que se les pri-
vaba de cultivar el único producto que
¡rodían comercializar fácihnente y les
reportaba algún beneficio. El hecho
de que la siernbra de tabaco requi-
riera de at.ención continua, pues sus
ho¡as se dañan con las inclelnencias
climáticas, los insectos o el maltrato,
hizo que fuera una planta propia de
tnedianas y pequeñas propiedades,
en las cuales el área cultivada con esta
planta no era mu,v grande.
F¿ra tener una idea de córno era
una rnediana propiedad dedicada a
esta acti\/ldad. usemos como ejernplo
la posesión que .A.le3andro Velásquez
tenía en i767 en e] sitio del Llano de
MlranCa. err Lierras perteneciente
Ios naturales de Sopetrán. Los cuitivos
de esta estancia consistían en ¡' alnud
medio de caña avaluado en 20 pesos
de c¡ro, ahnud I' l,i de plátano, 3 árbo-
ies de cacao y unos árboles de agua-
cate apr eciados en 1 0 pesos. así como
l/r almud de tabacr.¡, cuyo valor era de
20 pesos. Como podemos observa! el
precio de la roza de tabaco em supe-
nor a la de los olros productos, a pesar
de ser ia más pequeña. La propiedad
contaba con una casa de trapiche, un
trapiche de caballo. una casa de iraca
con un horno, 10 latas, 4 pozueias, 5
93 AILI,. Mmtuuw. tomo 3i I, docunlento
94 ¡^tl4 Canunero:. tomo 332, documento
Antioqtth d'urante el siglo xvrtt
botijas, I botijuela i' 3 pailas, elernen-
avaluaron en l 07 pesos
tos estos que se
4 tomrnes de oro. El ganado se reducía
a 4 muias y 3 caballos, y ia mano de
obra utilizada estaba fortnada por
6 esclavos, de ios cuales 2 eran viejos
y 3 pánulos.e3
En octubre de I 7 7 9, el gobemador
Cayetano Buelta Lorenzana, al pedir
el asentista de la renta de tabaco de
trola que se impidiese Ia siembra
del pr-oducto en la provincia, decía
que pasaban de 600 las personas de
ambos sexos que se dedicaban a esta
actividad. Según Felipe Agustín de
Qastaie da Zapata, síndico p rocurador
de Antioquia, este producto era:
[...] el único de los que produce la tie-
rTa, coü que mantietre algúu comercio
con los demás de la provincia (por no
haber sido costumbre en sus deurás
villas y ciudades de cosecharlo), si
se le c¡uita este auxilio será Io rlismo
que privarlcs de el con que rrrantienen
a mestizos v rnulatos obtuvieron un cau-
la vida humana ;, por consen'arla se
verán reducidas tanta copia de gentes
que en ello por no tel)er ocro arbitrio
se ejerctan a desenar de su patria y
quedario poco trrenos que desierta,
como por el contrario si se les perniite
sr¡ continuación no adnlite duda. que
le será a todos en efectivo fomento.er
No obstante las peticiones del
Cabildo y el gobernado4 las siembras
fueron prohibidas en la zona, manda-
to este que no fue cumplido por los
cosecheros, pues en 1781, en algunos
parajes de la parroquia de Sacaojal
6063
6318, fol. ?0n
y del pueblo de Sopetrán, se estaba
cr¡ltivando tabaco en contravención
de ias órdenes superiores. La perse-
cución a los defoaudadores dio origen
al amotinamiento de más de 800
vecinos de Sacaojal y otros lugares de
la jurisdicción, quienes annados de
ianzas, chuzos de palo, sables, espadas,
calabozos, rnachetes, navajas y azadas
se apoderaron del paso del río Cauca
en septiernbre de I781. Este rnotín fue
dirigido por pequeños cosecheros po-
bres, básicamente mestizos y muiatos,
puesJuan Bar-rtista Herrera fue el úlni-
co bla¡co que pafiicipó. El incidente
se inscribe dentro de las repercusiones
del lnovimiento cornunero de 1781 en
la Provincia de Antioquia.s5
Después de esta fecha, ias siern-
bras de tabaco desaparecieron de la
zona, corno lo confirrna el hecho de
que entre ios defraudadores de la ren-
ta de tabaco no figuraran cosecheros.
Otra vía mediante la cual algunos
dal que invirtieron en la compra de
medianas propiedades territoriales
fueron las actividades comerciales.
En la mortuoria de Ignacio Deigado,
ramitada en 1767 , consta que, según
sus libros de cuentas y los vales finna-
dos a su favor, diversas personas le
debían 1.660 pesos 6 tomines de oro
por mercaderías que les había ven-
dido. Sus propiedades consisrían en
una estancia en tierras de los natura-
95 Ibíd., docurnento 6328, fols. 23r-28r. Sobre el rnovimie'to couunero en Antioquia, véase:
\¡íctor Alarez Morales, "La insurrección comunera en la Provincia de Antioquü", en: ,,t4"-
motüs III congreso dc Historia de colombia, Meóelln, Deparramenro de Historia, ur¡iverslriad
de Antioquia. 19E3. pp. 93-12a.
,4JJA. Motlu.orias. ¡omo 208. dommento 5012.
In jurisdicción de Ia. ciuÁad d,e Antioquia I 59
les de Sopetrán, compuesra de matas
de plátano y unos árboles de cacao,
junto con un trapiche de caballo.
Tenía l6 reses chicas y gr"andes, una
mula y un macho. De rrabajar estas
tierras se encargaban 4 esclavos, de
ios cuales 2 eran viejos.so
Al analizar las transacciones de
colnpraventa de tierras del .período
1775 a 1779, en la ciudad de Anrio-
guia encontramos que solo en I6 de
las 153 operaciones efectuadas, se
vendieron propiedades ci¡vo valor
oscilaba entre 250 y 1.000 pesos (véa-
se tabla 1.3). En la mayor parte de
estos negocios, además de la rierra,
se incluyó casa de vivienda, cuitivos y
trapiche.,Asirnisrno, algr.rnas personas
cornpraron varios pedazos de tierra,
lo que les permirió consriluirse en
medianos propietarios.
Entre estos cornpradores se des-
tacan mestizos y mulatos como José
Ruiz, quien fuera comanda:rf.e generai
de Ia ciudad de Antioquia. Esre sujero
aciquirió, en enero de I 776, de los he-
rederos deJuan Holguín y Margarita
de Aguirre, ia mitad de las tierras de
una posesión en Noque. Esta es¡ancia,
con la casa de trapiche, el tr-apiche
de caballo con todos sus aperos, un
cabalio molinero. I aimud de caña y
2 almudes de platana¡ fue negociada
por 227 pesos de oro en poivo a cerrso
reciimible. Un año después compró a
José de Agudelo 7 almudes de rierras
60 I n;q"t-, pobreu y d,i,ferenciación social en ln Prouincia. dt Antioquia dttrante el sigLo xvttr
de pan en el sitio de Sacaojal, los
cuales incluían una casa y cocina de
paja. Esta transacción se hizo por
200 pesos que Ruiz pagó de conhdo.
En junio de 1780 iogró aumentar sus
propiedades con la adquisición de un
pedazo de tierra de pan Y caballería en
la quebrada de Noarque, que compró
a Nicolás Martínez por 225 pesos de
orn en polvo, de contado. I-as inver-
siones hechas por Ruiz se completa-
ron al compra! a Francisco Hoiguín,
residente en el sitio de Sacaojai, un
rnulato Tiburcio. de 25 años, por
200 pesos de oro a censo redimible, a
favor de las monjas del convento de
Santa Clara de Santafé.et El hacerse
cargo de ceusos redimibles era una
forma de obtener crédito. utilizada
por pobiadores libres con capacidad
de endeudamiento. Hay que tener en
cuenta que Ruiz e Ignacio MoDtova.
vecinos de Sacaolal. fueron quienes con
"mayor empeño y eficacia" procuraron
apaciguar a los cosecheros de tabaco
cuando se sublevaron en 1781. Corno
propietario acotnodado se negó a de-
fenderlos, por considerar que él era
"vasallo del Rey y no podía, ni debía
protegerlos en sernejantes atentados''.e6
En algunos cle los casos estudia-
dos, un comprador adquiría varios
derechos de una herencia y iograba
reconstruir una propiedad. Así, Igna-
cio Palacio. vecino de -{ntioquia. com-
pró de contado, en enero de 1775,
ANA, tomo 1775-1777, legajo 1776, fol.2r; Iegajo l77J,fol. l8v; tomo l7?9-1780,
jo I780, fol. 58\'; tomo 1782-1785, Iega¡o 1782, fol. 140v
98 AH,!+ Catnune¡ns,tono 332, docuurento 6328, fols. 4r y v.
99 ANl" tomo 1715-1717, legajo 1775. fols. l5r r 20r; leg4jo 1776, fol. 95v: legajo 1777.
foi.76ri tomo 1778-1779; I." legajo 1778, fol.23; tomo 1782-1785. Iegajo 1782, fol. 140v
a Salvador Holguín, un derecho en
las tierras de Pan de Azúcar en el río
Cauca arriba, por 40 pesos de oro en
poivo. Otra heredera de esa posesión,
María Luisa Flolguín yAguirre, leven-
dió su derecho en febrero de ese año
por igual cantidad. AJ año siguiente,
Nicolás Nanclares y su tnujer María
Teresa Holguín y Aguirre, Para pagar
una deudaaJuan Bemardo González,
Ie vendieron a Palacio su derecho. En
agosto de 1777 logró completar la
posesión, al adquirir el derecho de
Rosa Holguín, por 40 pesos de oro.
Además de comprar tierras, este pro-
pietario negoció un esclavo con José
Girón, por 150 pesos de contado, y
una negra, que era de Tomasa de Saia-
za¡ viuda de Timoteo \hrela, por 200
pesos de oro en polvo, que se obligó
a pagar con un plazo de tres años al
alférez Bernardo Martinez. a quien
la vendedora le debía esa cantidad.
Palacio, para obtener este crédito, hi-
potecó ia casa en que i'ivía, iocalizada
enfi'ente de la igiesia de Chiquinquirá,
la negra que cornpró y otros dos ne-
gros, liarnadosJosé y Enrique.se
En ciertas ocasiones, varios indivi-
duos se reunían y formaban una com-
paria. con el fin de adquirir una propie-
dad de valor superior a los 250 pesos.
Es el caso de los hermanos José Ig-
nacio, Fruto y \tcente \hrela. quienes
en 1782 compraron a Pedro Ruiz,
comerciante residente en Antioquia,
Iega-
una estancia de cañaduzal y platanar
con casa de trapiche, trapiche, horno,
6 olias, pozuelo y batea; una casa de
vivienda y su cocina cubiertas de iraca;
2 caballos rnolineros 1'otro acar¡eador
de leña, por la sutna de 550 pesos de
oro en poh'o. De esta cantidad, 200
pesos debían ser asegurados a censo
redirnible a favor de una capellanía que
gozaba el bachiller Pedro Zapata García
y los 350 pesos restantes los pagarían
a plazo, dando 50 pesos cada 6 meses.
Los compradores debían hacerse cargo
de pagar el arriendo del terreno, por
ser ejidos de la ciudad.ro0 En juuio
de 1786, estos rnismos individuos y su
hermano Francisco recibieron a censo
redirnible una estancia err el sitro de la
Boisa, con casa de vivienda y de trapi-
che, trapiche con pozuelo, una batea
duicera, horno. un fondo de metal
con peso de 70 libras, 2 ahnudes de
platanar, 1 alrnuC de caña v unos pali
tos de cacao inútiles, 2 caballo-. r'iejos )
un rmrlatico, Ale-¡andro. de 6 años. por
500 pesos de oro en poivo. Este censo,
qu€ era de una capellanía fundada
por.|uan de Mora e lsabel de Bolíva¡
lo asegrraron en diri¡a estancia. en
unos derechos de tierras de pan t' ca-
ballería eu el sitio del Bngo. ) en unos
derechos hndantes con la estancia que
recibían.r0r Este es un ejemplo más de
cómo utilizando el crédito otorgado a
través de los censos se loEpaba adqurrir
propiedades.
Inforrunada¡nente, faitan datos que
indiquen la capacrdad real de estos in-
100 ANA touo l7B?-1785, iega¡o 1?82, fol. 9!r.
101 ANA. tomo 1786-1788, leea,io 1786, fols. IIr-l5r
Lc jurisdicciórL de la ciudad.d¿ Antioquia I 61
dividuos para pagar los intereses de los
censos que reconocían y si ia produc-
ción de estas estancias eramayor que io
que se debía suÍiagar anualmente por
este concepto. Cabe suponer que dado
lo ba3o de los intereses, que eran del
Sdto anuaJ, un propietado podía pagar
de manera indefinida ]os réditos, sin
que Ia rentabilidad de la propiedad se
viera afectada.
Para hacernos una idea de cómo
Ic,s diferentes grupos étnicos partici-
paban en la estructura de tenencia de
ia tierra, se analizaron los datos del
censo del Puebio de Nuestra Señora
cie Sopetrán de 1779. Aunque la rna-
yor part€ de estas tierras pertenecían
al resguardo indígena creado en I 6 t 6
por el visitador Francisco de Herre¡a
y Carrpuzano, a fines del siglo xvrrr se
habían apoderado de ellas propieLa-
rios blancos, mestizos y mulatos. De
acuerdo con los testimonios de esa
época, los pobladores de este lugar
estaban:
[...] acostumbrados al cultivo de las
tierras, cosechalrdo en el inten¡edio
de un año por lo que son maíces t¡es
que se cogen I'se lonrbran por el lres
de mavo, uraíz temprano. por el mes de
septiembre lnaíz de grande cosecha y
por el enero, maíz de atraviesa, siendo
continuo los proveedores piátanos
domésúcos" guineos, vucas, mafafas,
niquíos, batatas, auyarnas, calabazas,
victonas. arracachas. papas ñanre corr
1'
repollos, lechugas, ajos y cebollas,
con arroz de castilla, legurnbres y
62 I n¡q"tra, pobreu y üferetzciación social, en ltt Proui'ncia d'e Antioquia' dttrante el sigLo xvttt In nrisdicción d,¿ kt ciudal. d,e Antioquia f 63

minestras: Todas superabundantes v
de provisión eu el ai-ro. Támblérl son
aplicados a estaucias de cañadulce
con que se iugresa la colstrucción de
azúcares ¡' panela; a la fábnca de sales,
siembra de cacao [...].ro:
En el censo mencionado, de 32 ca-
bezas de farnilia blancas residentes
allí, 6 (t B,7\tto) aparecían colno
ciueñas de estancias de trapiche ci me-
dianas propiedades. D€ 37 cabezas de
famiiia que pertenecían al grupo que
el censor denotninó "los que diceu
que son blancos de don", II (25,7%)
poseíar) estancias de trapiche o de
platanar.I03
[Jn ejempio de este gl'ripo de me-
dianos propietarios es Gabriel Rivero,
quien, según su causa tnol'tuoria fecha-
da en 1789, contaba con el sigriiente
patrimonio: una casa de il'aca, ubicada
en tien-as de ios indios de Sopetrán,
con una huel'ta de platanar avaiuada
en 160 pesos. La estancia, localizada
también en terrenos del resguardo.
con una casita de iraca, casa de rra-
piche con su horno ,v en éi 5 olias,
un trapiche de caballo con pozueio
guarapeirc ¡'batea de enfriar dulce,
3 almudes de cañaduzal ,v % ahnud
cie piatanar'. Esta posesién se avaluó en
1I3 pesos de oro. AIIí maltenía 25 ca-
bezas de ganado y 23 cabezas de
sanado caballar. Se encalgaban del
trabaJo de la es¡ancia I 7 esciavos, de
los cuales 1a mitad eran párrmlos. Las
herramientas con que contaban eran
5 machetes calabozos, 3 machetes de
cinta, un hacha, una barra, uu recan-
tón y una azada. Fuera de estos bienes,
poseía un derecho de tierras en el río
Cauca arriba, J'otro entre la quebrada
de Noque v la del Arenal. Es necesalio
aciarar que la rnayor parte del caudal
de este rndividuo estaba formado por
la mercancía de su tienda'r' las deudas
a su fávor consignadas en vales y en
sus iibros de caja. Ej núrnero total de
esclavos con que contaba este propie-
tario era de 23. lo que lratrcamente
excedía las necesidades de mano de
obra; esto se explica pot'ser) en [Tan
parte, niños y ettfermos.loa Sus herede-
ros hicieron uso de la reserva de mano
de obra y procedieron a vender escla-
vos.jóvenes para cubrir los gastos de
la testamentarla. En c¡ctubre en I789
vendiel-on a Pedro Pel'iañez. r'ecino
de Antioquia, e) muiatico, \4anuel
Antonio, de 13 años, por i00 Pesos
de oro en polvo. Enjunio de 1790, el
padre Miguel de Sarrazola les compró
un mulatillo, Roso. por 150
Pesos,
que pagaría con plazo de dos años.
Ese mismo año, a Salvador Puelta,
i,ecino de San Pedro. le vendieron un
rnulato criollo. Facundo, de 20 años. y
en mayo de l792Maria de Rivero, hija
de don Gabriel. compró un muiatilio,
llanrado Lolenzo. por 60 pesos.r05
Si tomamos ei glupo de los mestizos
enconramos que de 217 cabezas de
familia alií establecidas, 26 (J
figuraban conro propietanas de eshn-
cias o posesiones. Para iiustrar la fonna
como algunos mesdzos adquiriercn
medianas propiedades, seuiiliza el caso
de Josefa Rodríguez, r'ir¡da de Juan
José \,'elásquez, ouien en i779 poseía
una estancia de cañaduice ¡ piatanar
en nerras de ios rndios, con casa de
vi,'renda v cocilra. casa de rrapiche 1'
ho¡no. en donde tenía un trapiche cie
cabailo cori todos sus al'eros. En esta
propiedad pastaLran 30 reses, 6 caba-
licx 1, 4 rlr1ur. Estaban encargados del
rabajo de la posesión l0 esclavos, de
los cuales la rnitad eran menores de
l5 afios.106 A partir de 1790, esta pro-
pietaria se deciicó a adquinr derechos
de tierras; así. en lnatzo consigr.rió,
dt Mana Mana Montes t sus clnco
hermanos. un derecllo de tienas gue
l;abian recibido de lrerencia marerna
por 25 pesos de oro en polvo. Para
no¡,ierrrbre dei inismo año obtuvo,
por rguai cantidad, un derecho que el
inaesurc juan José de Guzmán había
recibido en la quebrada La Clara. por
dorración de Liberau Montes. Al año
si compró, de,&rtoruo Montes,
g¡.rient e
por 25 pesos de oro. un derecho que
ej citado había recibido r¡or muerte de
I
.t
su rradre, Pedro Montes, en el sirio de
i,
i. : Quebrada Seca. Finalmente, en el año
de i79E adquirió, deJosé.|avier de la
,.i:
Feia. urr derecho de tierras en la Que-
':
'? -'
i.9%) brada Seca. que este obtuvo por muerte
de su esposa, Florencia Montes, en ia
cantidad de 60 pesos de oro.roT
Esta mestiza sobresale también
como compradom de esclavos. En I789
adquiúó la negra Biasa, por 50 pesos
de oro en poh'o: en junio de i794.
el mulato Fatricio, de 25 años. por
210 pesos; en.iuiio del rnisrno año
cornpró a} negroJosé María, por 97
pesos, -v en I796, a la negra Berrita,
por 105 pesos 3 tomines.rt)6 Liarna la
atención que tanto las tie¡ras como
los esciavos y un derecho en el sala-
do de San Antonio de Sopetrán los
hubiera pagado de contado, lo que
indica que algunos iibres disponían
de cierto capital líquido. Estos bienes
no parecen haber sido comprados con
dinero proveniente de una herencia.
pues cuando se casó, lo que llevó a1
rnatrir¡onio fueron 5 reses, 2 yeguas,
2 potros, i caballo, 30 pesos de oro
Iabrado y orros objetos. !-elásquez, por
su parte, en ei rnornento de casarse
tenía 16 reses, 4 caballos, 3 i'eguas,
2 clerechos de rierras que se vendieron
despuéspor 70 pesos r' la esancia en
ten€nos de los indios. Estos bienes
fueron avaiuados en 270 pesos de oro.
Es lnteresante anotar que a sus hfas
les dio de dote, cuando se casaron,
ganado, tierras,joyas y ropa.
Por último, tenelnos el grupo de
los cabezas de familia mulatos 1, ¡¡s-

t06 tomo 1790. 2." legajo 1790, fol. l9v: 3..'legajo 1790, fbl. l07r; tomo I791-1793, l.*
.4,N.4-
I02 AIL\ Cmror. tomo 343, dommento 6538, fols. 45v-46r. lega;o J791, fr¡I. i27: tomo 1798-1799, legajo 1798, foi.145v.
,,'P ,:'
]03 Ibíd., tomo 345, dommelto 6550. 107 ANA tomo 1790,2.'legajo 1790. fol. l9v; 3..'iegajo I790, fol. l07r; torno 1791-1793, 1.-
104 AIl,\ Motuo¡"iu. ¡ouro 284. docuurento 5787. ¡: .'
legajo 1791. fol.327v; tomo I796-1799, lega.jc 1798. foi. l45r'.
105 ANAtomolTS8-1789. l."legajol?89,íols.64r:tomo1790, l."iega,.1c1790.fol ]0r: 2" .t: I {}8 "¿J'.A torro l78E-1789, l.'' legalo 1789. ibi.23v: Lomo 1792-i794, l...legajo 1794. fol.66n

iegajo i790. fol.55r'r touro l79i-1793. l.'' legajo 1791, fol. !r4r 2.o iega,rc )794. fci. ?r': tonro i'/9e'-179?. t." iegajo 1796. fol. 70v.

:*::.::::.,
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1€:.:::t,:
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64 I Riq"t-, pobreu 1 diferenciación social e¡t lo Prot¡incia
gros libres, en el cual de 70 cabezas
de familia solo 3 t4.27o\ eran propie-
tarios de estancias. El porcentaje de
rnedianos propietarios era mucho
lnenor entre los rnulatos que entre
los biancos o mestizos, hecho este que
debía tener ongen en oue bastantes
de estos individuos eran esciavos lna-
numitidos o descendientes de ellos ¡'
caiecían de recursos-
l-a estructura de tenencia de la
[ierra en e] si¡io de Pontesuela (hoy
Santa Rosa). iocallzado en los mine-
raies del \hile de los Osos, jurisdic-
crón de la ciudad de Antioquia. era
parecida a ia de Sopetrán. En esa
región se habían otorgado grandes
rnercedes de tierras que estaban sin
desmontar. Sus dr¡eiros perrnitían a
algrrnos pardos pobres cultivar allí,
con el fin <ie que las adecuar-an y se
firera aumentando el valor del terre-
no. Los habitantes de esta región no
parecen haber sido inciinados a las
labores agrícolas, pues según testi-
rnonios, "pocos de los habitantes de
esos \/alles tiene rosas, motivo de las
caiamrdades que se exper.imenlan \'
que cese el laborío de las minas".r0e
Según ei censo de 1779. 7 (24%)
cie las 29 cabezas de farnilia blancas
residen¡es en Pontesuela tenían pro-
piedades terntol iales: de los mesrizos.
a gZVt;) cabezas de familia de las l2 ra-
dlcadas en el lugar poseían tierras,
l de 57 cabezas de farnilia tnulatas y
negilas iibres ubicadas en el sitio, solo
2 (.3,ídtbl eran propietarias.lro
]09 ,{-FLA, I,isi¿a, tor})o 76. docurnerrro 2104,
110 AH-A" tomo 337, documento 6491, Iols. 13r-24r
I1 M Mórner, Estratificación sociai his¡tanoameticano dut'ante eI btíoda colonial. Op' cit .
d.e Antioquia durante eL
A pesar de lo que refle;an los datos
anteriores, es pertinente señalar que
la posibilidad de ascender en la escala
social ,rr adquirir bienes territoriales
no estaba cerrada del todo para la
población de origen negro. Si bien
los descendientes de este grupo difí-
cihnente se liberaban de los estigmas
de esclavitud e ilegitimidad, al final
del período colonial la Corona per-
rnitió exenciones irnportantes como
fue la de dar ia posibilidad a algunos
pardos que habían reunldo fortuna
y estatus de cornprar las llamadas
"cedulas de gracias al sacar", que los
volvía legahnente blancos. rr r
Para ilustrar este proceso de tno-
vilidad social ascendenLe tomarernos
como ejempio a los pardos Julián Y
J osé.A.ntonio \zalenzuela, hljos de José
Valenzuela y Rosa Sarrazola, natura-
les v vecinos de Anrioquia. quienes
lograron reunir una apreciable fortu-
na como comerciantes. Aunque por el
rnonto de su patrirnonio estos sujetos
pueden figurar entre los rnás acauda-
lados de la ciudad de Anrioquia. no
poseían grandes extensiones de tierra
v deben ser ubicados en el grupo de
los lnedianos propietarios.
Estos dos hennanos formaron una
compañia colnercial l las inversiones
que hicieron en tierras )'esclavos
eran conjuntas; solo después de la
rnuerle de José Antonio, en 1813, se
procedió a liquidar dicha sociedad.
Durante los años de 1787 a l'794 ad-
quirieron derechos de tien-as de pan y
fols. 3r-8r y 20v-3lv.
'E'
sigLo xvtrt Itt jmisdicción de la ciut)ad de Anüoqui.a I 65
caballería en ei sitio de Obregón, por pañía de pardos de la ciudad de
valor de 225 pesos de oro, sobre los Antioquia, cargo que desempañaba
cuales conforrnaron una posesión que cuando el levantamiento de los cose-
para l8l4contaba con casa. coclna. cheros de tabaco de Sacaojal en I 78 1 .
platanar v ganado vacuno y lanar. En esta ocasión se distinguió por ser
Una estancia de cana y platanar, con uno de los que mayor ernpeño lnos-
casa de vivienda. trapiche y rejar. que tró en contener el motín, a tal punto
formaban parte de esta propiedad, que según el gobernador Cayetano
la vendieron en 1790 a Antonio V'a- Bueita Lotenzana: "el alférez de ellos
lenzuela. vecino de Antioquia, por José Antonio Valenzuela que me ha
200 pesos.r12 Tálnbién poseían estos parecido se ha portado con honor )/
individuos r¡na estancia en El Espinal, amor a la causa del Rey'.115
en donde tenían casa de vivienda, Los favores de los \¡alenzuela a la
casa de trapiche, traprche con sus Corona no pararon allí, puesto que en
aperos de horno y pozuelos, y habían abril de 1796 ie prestaron a las cajas
plantado 213 árboles de cacao. reales 4.550 pesos de oro para a¡rdar
El ganado y las tierras de Obregón a cubrir los gastos de la guerra que
estaban ba.1o el cuidado del liberto España seguía en Europa. Este drnero
Cnrz Valenzuela y la estancia del Es- se cargó a los rarnos de Real Hacienda
pinal era responsabilidad del esclavo y Tábaco a censo redirnible, con un
Narciso. Es preciso anotar que los premio de| 1% al año. En junio del
\hlenzuela eran dueños de 19 escla- mismo año, José Antonio presró mil
vos, de los cr¡ales I0 eran párvrrlos y pesos más y en diciembre de 1?98 los
3 estaban enferrnos, Io que reducía ol¡ciales reales se hicieron cargo de
notablernente ]a mano de obra dis- otros 2.500 pesos.r¡6
ponible.t13 Parte de estos esclavos ios En recornpensa de estos sen'icios. y
habían obtenido corno pago de deu- por ser hornbre acaudalado, Julián \¡a-
das, como fue el caso de dos esclavitas, lenzuela obtu'r'o, el 5 de julio de 1796,
Isabel y Micaela, de 9;' 10 años, que una real cédula que lo dispensaba de
Manuel Pajón le dio a José Antonio la calidad de pardo, puesro que:
en 1799, en pago de una deuda.rra
Ei que fueran pardos acaudalados [...] sr,r color blanco, sus nlodales,
llevó a que José Antonio \¡alenzuela educación y buenas costumbres a que
fuera nombrado alférez de la corn- debe el trato v atención de las genres
112 ANA, tonro 1786-1788, legajo 178?. fol. 25r: romo 1790, 3..'legajo 1790. fol.42r,:
tomo 1792-l 794, 2." lega.lo I 794, fols. 28r y 56v.
I lJ AHA, Mortuoriu, tomo 307, documento 6022.
1t4 Al\iA tonro 1798-1799, legajo 1799, fol.126l
115 AHA" Conruneros, tomo 332, documento 6328, fol. 25r
116 ANA totrio 1796-1797, i." legajo I 796, fols. 34v-36v -r 49r-50v: tomo 1798-1799. lega-
p l0 jo 1798. fols. 214r-215v.
 .!:

In jwisr)tcciórt de ln ciudad d.e Antioquia I 67

66ln¡qur-.pobreu1'difercnciaciónsocialenlnProtinciatleAntioquiod'urankeisigloxvrrt

Una porción considerable dei área comprado estancias de tamaño lne- risdicción de esta ciudad sor rodos tan
del primer ordell de aquella ciudad,
pudier-a rurtl' bien quitalle este bo- de estas estancias se empieaba en la diano, lo que demuestra que en esa pobres y viven tan infelizmente que solo

r.ón que le aflige en extrerno, suPii-
caudo gue el) remuneración de
servrcios que tiene hechos etl la pron-
dtud v geuelicsidad con que ha con-
¡ribuido eu los douativos ejecutados
pol ios vecrtros de aquella provincia en
las urgencias de ias glerras últinlas. y
se;- [ambién uno de los contribuyeutes
uada desprecrables, pues pasatr Ios in-
tereses que da altualmentc cott giru a
nu Rcal Flactcndz cle quitliettios ¡resos
de plata ai aíto rne digne dispensarle
ia caiidad de pardo, solo para que trc-r
se le tenga por tal.rii
Fara I 806, tanto Julián Valerrzuela
corlroJosé AJrtollio, que se había casa-
do con labianca María Ignacia Puerta'
figuraban en el censo de población de
la ciudad de Andoquia dentro de la
categoúa de "blancos del esacio llano"
v recibían el apeiativo cle "don" que se
ies daba a las personas que pertene-
cían a este gruPo racial.rrr
Fara conclnrr. se ciebe seíialar que.
en las medianas ProPiedades, el área
cuitivada era PI^oPorcionaimenl€ ma-
qLre en ias grandes Propiedades.
"or
Despnés de que ftier-a prohibiCa la
srellrbr¿ de rahaco en la zona, estuvie-
ron dedicadas firndamentaimente al
cirlti.'o <iel maíu, la caíIa, el P}átano,
v a fines del sigio, dei cacao. Buena
parte d€ esta Pioducción estaba diri-
gida a1 autoconsllmo.
cría de ganado. De acuerdo con aigu-
los
nos testimonios, entre 1775 Y 1799,
en Ia zona de la cludad de Antioquia,
había i8 mestizos Y muiatos que te-
nían más de 20 cabezas de ganado
vacuno. Esta cifia es apreciable si
tenellos en ülenta que Para el año
de 1 786, en elpartido de Copacabana,
perteneciente a lajurisdicción de Me-
dellín. solo había 3 propietarios libres
gue poseían más de 20 reses, ,v en ia
ciudad de Arrna de Rionegro, Parala
misma fecha, únicamente 4 mestizos y
2 mulatos esürban en esta condiclón'rre
I-a lnano de obra utilizada en estas
propiedades fi:e fundamentalmente
la esclava, aunque casi siernpre el nú-
rnero de esciavos menores de I5 años
era una proporción rnuy aita del total
peneneciente a cada propietario'
Esro permite asegural^ que buena
parte de ellos habían sido obtenidos
por reproducción vegetativa dentro
de la unidad Productiva. El crecl-
rniento de esta población ller'ó a que
rnuchos dueños tuvieran rnás esclavos
de los que necesitaban para trabajar
sus es[ancias, dando lugar a que se
Ios dedicara a las iabores del sen'icio
doméstico )¡ otras acrividades'
'lal vez ei fenómeno rnás imPor-
tante de señaiar sea el hecho de que
algunos mestizos -v mulatos hubieran
sociedad era posible que individuos
con llabilidades para los negocios o
algún arte adquirieran cierta fortuna.
Era una sociedad en donde había
cierta movilidad y en la cual se permi-
tía a los rnienlbros de las "castas" que
lograban conseguir dinero ascender
sociahnente. Es irnportante anotar
que el grupo de mestizos y mulatos
con caudal se constituyó, a través de
relaciones de dependencia y cllentela,
en aliado dr los grandes propierarios
y los funcionarios del gobierno. Corno
miembros de ias lniiicias de mestizos
y pardos, desempeúaron un papel
irnporrante en la neutraiizaciíny la
contención de los conflictos sociales.
I-as pequeúas propiedades:
producción para el autoconsumo
En los inforrnes sobre la población de
la.¡unsdiccrón de la ctudad de Antio-
t
quia que hlcieron los gobernadores
( de la Provincia en el siglo xvrri, se
habla de rlanera rerterada acerca de
ia pobreza de ios agricultores de la
ii
I zona. Según el gobernador Cayeano
3,
Buelta Lorenzana:
,':i . :.
:i ,.
[.-.] cada cual sierubra ruaí2. caíra dulce
'i,i :':'
i'aigunos frisoies que uecesita (que es
.',i ' I
. a lo que se reducen las cosechas) v si a
: ::i .::
aigún mercadervenden alglno de estos
fiutos no es silro a ca¡nbio de cacao. de
lienzo u otras cosas de esta clase ,v sobre
son comparables col los ennitaílos de
la Tebayda y por su desaliño. desaseo v
barbarie en que viven con ios nloros ar-
gelilos porque no se encot)traría en$e
nrillares de ellos honlbres r nrujeres tur
par-de zapatos, o siquiera un plato de
loza o estaíro en que comel" v a este te-
nor es todo su pasa! usos y costumbres
ni en su abstinencia habrán excedido
aquellos grandes penitenres porque
viven como ellos eu el destierro de sus
desier-tos en una chozas pobr'ísimas,
no comen más que algún maíz con la
salsa de algúu poco de ají o pirnienta y
su vestir es cuando lnás una chantarra
de algodón bastísimo o utros calzones
de lo misno.r20
Estas descripciones y otros indica-
tivos permiten señalar que el gnreso
de los habitantes de la zona eran pe-
queños agricultores que, medlanre ia
utilización de la mano de obra fami-
iiar, producían para su autoconsuno,
LIna parte importante de estos
labradores se apropió de tierras de
ios resguardos indígenas. como el de
Sopetrán. donde en 1769 se hallaban
establecidas 250 cabezas de familia
de iibres. Entre las personas pobres
que se habían aprrcpiado de terrenos
pertenecient.es a este resguardo se
encuentran individuos como HipóLro
Oquendo. oficral de plarero. quien
en I 745 ienta ul)a casa con cocina. un
pedacilo de platanar y oro cañaduzal
en ese sitio, oJosé Francisco de Ama-

. !i:ll
los carísulos precios a que corren, los do¡ quien en 1752 poseía una casa
LI? RodulfocortésSantos..Elrlgjmend.c"krg'acíasasacatt'etLl/enezueladut'qnteelperíod'ohkpano, r:ilr r,.
iabradores principalruente los de laju- vieja con 2 cociuas, I raza de maí2,
Caracas, Biblioteca de IaAiademia Nai-ional de ia Hisroria.
1978, romo 2, Fuentes bam la '.6: .; :
,;.
hktoria colonia! delietrczueLa' pp. il3-I14'
-r '

II 8 A,i{,Á' C¿ruo¡. tor:ro 35i,. docturento 6360. fol Tr'

6S9l fois 30r-122r 120 AHA. Comuueros, tomo 332. documento 6326. íols. 38r r,r
l l9 Ibid., ¡omo 336. doatmento 64?6. fols lr-47r: tomo 341' dommento : r Fjii.:,ii::
l.*ll,':]:.t
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 \

68 I R;que-, pobren y diferenci,ación sociaL en la Prouincia de AntioEria. durante el sigLo xrttt

In jurisd.icción de la citulad de Antioqura. I 69

"donde y como mejor le acomode", de de paja y I roza e1r tierras del alcalde agricultilra y de los lnuchos fir.rtos que
30 reses, 1 rnula y 3 caballos en dichas
tierras.lzr acuerdo con el lugar donde esruvieran Juan de Escobar. Támbién poseía se darían si se empezaran a cultivar.

Una idea más clara sobre la can-
ddad de gente pobre establecida en
ese resguardo la tenetnos al anaiizar
los datos del censo de 1779. En este
padrón, 9 (287o) de las 32 cabezas de
fainiiia blancas allí residentes figuran
como pobres, al igual que l8 (48,6%)
de las 37 cabezas de famiiia pertene-
cientes al grupo de blancos de segun-
da. Con respecto a las 21 7 cabezas de
farnilia mestizas, consta que 26 (l 1,9%)
poseían aigún ganado vacuno o caba-
llar; 79(36,47o) eran propietarias de
instrumentos de trabajo y aa Q0,2%)
eran pobres. Por otro lado, de las
70 cabezas de familia rnulatas )' negras
Iibres, 23 (38,3%) teuían reses o bestias
caballares: 25 (41,6%) contaban con
instrumentos de trabajo 1' l8 (30%) ca-
rccían de bienes. Es importante an()tar
que del total de cabezas de farnilia que
figuran como pobres, 58 (65,1%) eran
rnujeres solteras o viudas.rz!
Es de resahar que los pequeños
pr-opietarios de la jurisdicción de la
ciudad de -{ntioquia vir,ían en más
de 300 caseríos que existían en sus
alrededores, que muchas \/eces per-
tenecían a las haciendas y se miraban
dentro de ellas. En los infonnes de los
gobernadores se hace hincapié en el
carácter disperso de ia población, pues
cada fámilia había fi.¡ado su residencia
sus labranzas o sus labores de mina.r:3
lndudablemente, algo que per-
rnitió el desarrollo de las pequeñas
propiedades de ia zona fruerou las
siernbras de tabaco que proiiferaron
mediados del siglo. Si se analiza el
a
embargo de bienes hecho a los cose-
cheros de tabaco de Sacaojal, Táhami,
-fab|azo, Miranda, SoPetrán, Que-
brada Seca, San Jerónimo Y Cauca
arriba, que fueron puestos Pl€sos p<ll'
haber parricipado en el motimiento
cofirunero de I 78 I, se encuentra que
la mayor parte de ellos eran Peque-
iros propietarios. Existía un r-educidcr
grrrpo de personas que vivía en tierras
ajenas, en caiidad de agregados, que
se dedicaba a esta aciividad.
De los pt ccesados, ei qrre más alto
caudal tenía era Miguei Cardeña,
residente en el sitio de Montañita y
Socavones, pertenecienle al par"tido
de San Jerónirno, quien Poseía una
casa con cocina, rffraraza de tnaíz en
Juan Martín, i/: almud de Platana¡
12 fanegas de maí2. 16 reses. 2 Ye-
guas. 1 caballo, I hacha, 1 calabozo,
I silla de montar y algunos inuebles.
Estos bienes fueron avah¡ados para su
r€mate en 172 pesos de oro.
Como ejemplo de los que vir'ían en
tierras ajenas puede sen'ir el liberto
Juan de I-astra, quien tenía 2 ranchos
3 vacas, 1 yegua rucia, I lrrarrana con
2 rnarranitos 1' la mrtad de un br¡rro.12'
Este sujeto, al igral que su mujer Do-
r()tea y sLr hljo Juan lgnacio, habían
sido esclavos del maestro Salr'ador de
Lastra. Su caso rnuestra que los escla-
vos rnanumiLidos, al no tener lierras,
debian agregarse a un propierario. a
quien pagaban con trabajo o mediante
el pago de un arriendo.l'o
De los l4 cosecheros involucrados
en este sumario solamente 2 eran
blancos,.Juan Bautista Herrero, pia-
tero, y Manuel López, residentes en
el sitio de Miranda del partido
Sopetrán. En concepto de las autori-
dades provinciales, ej motín que estos
labradores organizaron, ante ia orden
de suprirnir las siembras de tabaco
en ia zona, se debió a que este ''era
el fruto más vendible que tenían. era
por consiguiente cuando se les per-
mitía venderlo con lo que se vestían
y lormaban para elios el único ramo
de comercio".126
La prohibición del cultivar rabaco
llevó a que ia mayor parte de estos
pequeños propietarios sembraran casi
exclr¡sivamente maí2, cuya cosecha
cogían a los 4 meses de sembrado. En
muchos doomentos de la época se
habla de la necesidad de fomentar ia
Se ponía ei ejemplo dei arroz que,
cuando no se cosechaba, va]ía I arroba
6 patacones. ,v habiéndose empezado
a sembra¡ su precio había reba.lado a
3 patacones en I 782. Ouos producros,
cuvo cuitivo se trataba de prornover
para evitar su escasez y ail-o costo, eran
ei cacao r el algoclón.
Según una descripción de la jri-
risdicción de la ciudad de Antioquia
hecha en 1808 porJuan del Cot'ral
i' el doctor José Antonio Gómez,
otro obstáculo que enfrentaban los
iabradores era que los r.alles aptos
de para ia agriculrura estaban en su gr-an
mayoría dedicados a la ganadería.
Los pequeños propietarios producían
para el autoconsumo y muchas veces
sus rendimientos eran tan pocos que
''no ies alcarrza a comer carne r vjten
de un poco maíz v frljoles cocidos". r:t
Una situación parecida vir'ían los
moradores de las tierras aitas del \hlle
de los Osos, región rninera inregrada
a lajurisdicción de la ciudad de.Anrio-
quia. En esta zona fría solo se producía
una cosecha de maíz al año y se cnaba
ganado lacuno. cerdos J'bestias caba-
llares. l,os vecinos de este iugar eran en
su rna\¡or parte mazatnon€fcs pobres,
pues la gente de algún caudal que re-
sidÍa allí eran mineros dueños de cua-

124 AJ{A. Documentos, torlro 5El. documeuto 9256.

Matuorias, tomol9i, 125 AHé, áscla¡¡os, tomo 3?. documenro 10i}9.

121 AHA Criminal,cajaB-?7, legajol740-1750.doomento4.fols.4r.5r
l?6 AHA, Comuneros, tomo 332. documento 6328, fol. 981
dorumento 4836.
127 A este respecto véase la carta esc¡ita en i782 por los oficiaies
reales de Altioquia Andrés
122 AIIA" C¿nsos, tomo 345, documento 65150.
Pardo y Francisco.josé Vrsadias al virrev. AGN, Antioquia. tomo 2, fols. 426-445.
T4siúas de
I23 Ibíd.,torrro343,documento6538,fol.2r;EurilioRobledo.BosquejobiogrrifcodeLseñoroidor
Tárubién la ilrfornación para ei Superior Gobienlo sobre las ciudades r,las poblaciorres
Bogotá. Banco de la República,
JtnrLAntonio Mon¡l/elard.e. I4sitalot de Antioqúa. 1785-178E, de la Provincia de Antioquia hecha en l80E. Ail-A, Cr?6oj. toüo 343, docurnenro 6538.
1954, tomo 2, p.302.
70 I Rlquen. pobreny diferenciación social. en Ia Prouincin de Anüoyna d'urante el siglo xvttt
drilia, vecinos de la\¡illa de Medellín o
Rionegro.r28 El patrirnonio de un ma-
zarnorrero se puede conocer tomando
como ejemplo la mortuoria de Ramón
de Mon¡aña, pardo habitante de Rio-
grande, en el sitio de San Antonio de
Osos. AI rnorir en I 760, este individuo
poseía 8 reses, 2 caballos, 7 cerdos y sus
instrurnentos de traba¡o, conformados
por una sierra, una asuela gurbia, una
hacha, un recantón, un calabozo, un
tasiso, una azaday un peso de pesar
oro, bienes estos que fueron avaluados
en 168 pesos y 6 tomines de oro. De
ellos sóio quedó líquido 38 pesos 2
tornines, para ser repartidos entre su
viuda -v dos hijos.r:e
Un segundo caso sería el de
Jose Antonio Arango. blanco. quien
et 1773, cuando murió, era vecrno
del Valle de los Osos. El patrimonio
de este indn'iduo consistÍa en un pe-
dazo de tierra de pan y caballeúa que
tenía en compañía de un herrnano
en Chachafruto, \alie de Rionegro.
En los Osos contaba con una casita
en tlerras ajenas, I caballo, I r,aca,
I novillona ]' sus herrarnientas de
raba3o, que consistían en 3 bateas,
3 recaic¡nes. 2 almocafres, I barra,
I rnachete y 1 asuela llana, lo que-fire
apreciado en 1 37 pesos. Para repartir
enüe sus herederos solo quedaron 24
pesos de oro.I3o
La pobreza de los habitantes de la
zona se constata al estudiar los datos
128 AIIA Cer¿sos, toulo 337, docunlento 6491.
i29 AHA" Mortaotiu, tomo 225, documento 554?
t30 Ibíd., tomo 198. documen¡o 4860.
131 AliA,. Ce,ro¡. tolr¡o 317. docuurelrto 640I.
l¡32 ,\lLA- Mortuoriar. tomo 20i. documenro 4920
del censo de 1779 del sitio de Ponte-
sueia (Santa Rosa). De las 29 cabezás
de famiiia blancas allí residentes,
13 (44,8Vo) figuran corno pobres y
2 (6.8Vo¡ dijeron vivrr en tierras aje-
nas. Con rcspecto a los mestizos, de
12 cabezas de familia, 5 (.4l,6dia) con-
taban únicamente con su trabajo para
lnantenerse. En el caso de los mulatos
y los negros libres, de Ias 57 cabezas
de farnilla empadronadas, i9 (33,370)
eran trabajadores pobres. r3r
Otro sitio en el cual vir,ía gran can-
tidad de pequeños propietanor era en
los ejidos de la ciudad de Antioquia,
en donde estaban obligados a pagar
un arrendamiento al ratno de propios.
Un caso típico de los moradores cie
eslas tierras es el de Juana María de
Borya, viuda de Manuel Mina, quien
tenía en los ejidos rina casa de em-
barrado cubierta de iraca con cocina
v una plantica de árboles de cacao y
matas de grrineo. Sus herramientas de
trabajo eran un machete y un hierro de
arar. En el sitio del Dormido, ai otro
iado del río Cauca, poseÍa 17 reses
de ganado mayor y 3 matnones. Este
parimonio fi¡e avaluado, en 1788, en
422 pesos I tomín.)3:
Otro ejernplo de estos labradores
es el de Andrés de Vargas ,v Restrepo.
quien en 1 789 tenía una casa de vj-
vienda en el paraje La Mesera, 1'err
los ejidos. un pedazo de estancia oe
cañai'plátano, que cedró a su hijo ig-
nacio, quren se encargaba de paqar el
arrendamiento. En es¡e lugar su hijo
construyó casa de vivienda ,r, cocina,
así cotno casa de trapiche 1'horno.133
Algunos pequenos propietari<'s
tenían en arriendo tierras de particu-
lares a los que pagaban una cantidad
anual por este concepto. Así, María
Francisca Legarda Y .Santamaría,
quien era propietaria de un derecho
de tierra e¡ ia iisa \r otro en Baraona.
[omó en arr-iencio unas lie]:ras er.i ei
paraie del Piirón, río Cauca arriba,
pertenecientes a Nicolás de ()ctrc¡a,
vecino de MedellÍn. Por corrce¡rto
de arriendo pagaba l2 pesos ai aíro.
Poseía esta propietaria I3 vacas, 2 tc>
ros, 6 terneros, I yeg.ra 1 pa:-te de un
burro herhor '{ as lrerramlenlas con
que contaba par a traba.jar las tierras
eran 2 tnachetes calabozos. t hacha 1'
1 machete.rs
Se debe anotar que los arrendata-
rio: eran dueños de las rnejoras que
eféctuaran en ia ¡rropieciad l que en
esta clase de c'¡i.;rato no se ies exi-
gían contraorest.¿iciones en rraba-jo
personal o en especie. Los dueños
de ¡pandes extensiones de iierra se
beneficiaban con estos arreglos, pues
obtenían una rent-a v la adecuación de
terrenos que rlc u¡ihzaban.
Otro indjcador de la irnportar,-
cia de la pequeña propiedaci es el
gran núrne;-r de corrrpravenlas de
pequeños dereclros de tierra que se
realizaron en }a segunda rritad del
si5¡lo xran. Un poco rnás de la uritad
AN'A tonio 1788..i789,3.'' legajo I789, fols.92r"96r
t34 ANA. toruo I 798-l :i'9, iegalo )?99, fois. 145¡-i48r.
i .i5 ANA rorrrc i78:-1"86, it'ga_ro l?8t, fol.
Itt jurixiicciórt ck la ciudad de Antioquia I 7I
de las transacciones rcgistradas entlc
i 775 v I ?99 fueron negociaciones de
pedazos de tierra con un valor inferior
a los 100 pesos de oro (véase tabla I .3).
En la mayor parte de estos contratos
se vendió solamente un pedazo de
tierra, sin incluir cul¡ivos, constr-Llc-
ciones o ganadc. Es necesario explicar
que el pr-ecro no siempre rlrdicaba la
exrcrrsión cie la propiedad. va que en
zonas aie-¡acias v de fuontera, urra su-
perficie g-ancie podía r:aler mur pc)co,
mientras que en iugar-es aledaños a
ios centros urbanos un derecho corto
adquiria a veces gran valor.
El oltgcn de nrr¡chas pequeñas
propiedades estuvo indudablemen-
te en las colrtinuas particiones que
de una estancia o posesión se hacía
entre los sucesilos herederos. Luis
Puigarín, vecino <iel sitio de Sacao3al ,v
residente <ie Antioquia, por ejernpio.
heredo de su padre. conjunurnenre
con FelipeJaiamrllo.2 alrnudes de
tierra de pan que vendieron a Do-
mingo Nieto. r'ecino del sitio de San
Jerónimo. por 20 pesos de contado
en 1786. Esta venta debió hacerse
poroue el terreno era rnut pequeño
para repartirlo.r3¡'
Para ei'ltar la desintegración de
una propiedad. lnuchas veces los here-
deros ia rnannlvieron proindivisa por
un largo período, haciéndose cada vez
más grande el núrnero de personas
que tenían dereclios en ella. De esta
forma, se llegaba a un punto en que
ia única fortna cie dar a cada quien
137r.

72 I R;q"tra, pobreu y diferenciación. social,
lo que le pertenecía era vender. Esto
sucedió con un derecho de tierras de
pan y cabaliería localizado en el río
Cauca arriba, entre las quebradas de
Noquerol y Pitarya. Una ¡rarte de esre
terreno pertenecía en proindii'iso a
Miguel I-escano, Martina González.
José de León, MaríaAgudeio, Petrona
Biedma, Ignacia Cardeña, -|osé.Jara-
lnilloy Luisa\,hldés, herederos de Rita
González. Ellos vendiercn, en 1790,
sus delcchos a Antonio Flolguín, por
30 pesos de oro. La otra parle pertene-
cía a Ignacia Candeña, José Jaramillo
y Luisa \áldés, corno herederos de su
abuelo Leonardo -]aramilio. Elios la
negociaron con el mismo colnprador
por 20 pesos de oro. Corno puecie
apreciarse, a cada una de estas per-
sonas ie correspondía una parte lnuy
pequeña de la propiedad.rso
En algunas ocasiones, Ios brenes
de¡ados por ¡requeños propierarios
debían ser vendidos por sus suceso-
res, para pagar deudas ,u- los costos
del entiert-o. José Gómez, vecino de
Anzá, heredó de su padre Hilario Gó-
rnez y de su hermana Ma.ría Gómez
tres derechos de iierras de pan en el
paraje de Puria. Él se r,io oblisado a
venderlos a Dionicio González, por
50 pesos de oro, para pagar al cura
de Anzá los entierros.l3?
Infortunadamente, lto se cuel)ta
con datos que permitan conocer,
para cada uno de 1os sitios de la ¡u-
risdicción de la ciudad de .Anrioquia,
el porcentaje de cabezas de farnilia
que carecían de rierra. Las fuentes
136 Al\*A torno 1790, 2.'legajo 1790, fol. 8r.
137 ANA, tomo 1793-17!¡4. 3..'legajo I793. fol.
en ln Proaincia r)e Anüoquia d,tuante el. siglo xvtrt
primarias utilizadas para estudiar la
estructura de la tenencia de la tlerra
en la zona (testarnentos, compraventa
de tierras y reconocirniento de cen-
sos) suministran mucha información
acerca de los grandes v ios medianos
propietarios, pero en ellas son escasas
Ias noticias sobre el vecindario pobre,
que constituía Ia rna,rror parte de la
población. En los 127 testamentos
otorgados en Ia ciudad de Antioquia
entre 1775 y I 799 ñguran 25 blancos
que no poseían tierras, de los nlales I3
eran hombres y 12 mujeres. La rnayor
parte de ellos residía en el área urbana
y no eran necesariarnente pobres, pues
contaban con trn palrirnonio consrirrri-
do ¡ror casa de vivienda. ganado y es-
clavos. En este grupo estaban incluidas
6 personas dedicadas a las actividades
lnercantiles y 3 curas. Con respecto a
los mestizos 1, los rnulatos que al testar
no dijeron poseer tierras. ia situación
era la misma, siendo significativo que
en il de ios 16 casos se ttatara de
rm¡eres, en su inayor parte solteras
o viudas.
Corno se ha puesto de presente al
estudiar la rnano de obra esclala, los
Iibertos confo¡maron un grupo de
trabajadores que al carccer de tierra
estableció reiaciones de dependencia
con sus antig.los amos u otros pro-
pietarios de tierras. lr\o obstante, ia
legislación españoia permitió a los
esclavos adquirir alg'unos bienes y
explotarlos por su cuenia. De allí que
sea posible encontrar refbrencias a
esclavos que eran dueños de posesio-
109r
nes, como Lorenzo Ncaraz, esclavo
de Manrrel AntonioAguirre. quien si-
guió un pleito por su iibertad con los
albaceas de este, argumentando que
en pago de elia le había entregado
a Agr-rirre una estancia situada en el
sitio de la Torre, que había adquirido
con su propio trabqjo.I38 La contro-
versra sobre a quién pertenecían
los bienes de un esclavo la definió
en 1777 el doctor ignacio Uribe,
quien actuaba como asesor jurídico
en la provincia, cuando sostuvo:
1...1 para que perder inútiirlente el
tiernpo en alegar doctriuas que con-
venzan poder los siervos adquirir para
sí, cuando por costunrbre inmemorial
de esta provincia se halla decidido el
punto, pues han sido iutnemorables
los esclavos que se han rescatado de
la sen'idunrbre con el dittero de su
propia industria han adquirido.lse
En algunos casos, los esclavos
manumitidos recibieron donaciones
de sus antiguos amos, lo que los con-
vertía en pequeños propietarios. De
manera excepcional, José de Muriel,
habitante del paraje de Peíras Blan-
cas, otorgó libertad a sus I0 esclavos
y los declar'ó herederos de sus bienes,
consjstentes en su casa de vivienda y
las tierras que rab4jaban, las cuales
había complado por 200 pesos.rao
El aceierado crecirniento de la po-
blación que se dio a fines de la época
colonial fi¡e otra de ias causas dei
138 AHA Esclnaos, to::rro 32, documento 1053,
t39 lbíd., documento 1050, fols.27r-28r.
140 A\..4" torno 1782-I785, legajo 1786, fols. 123r-I26t:
141 AIIA, Cmsos, Lon\o 334, documeuto 6404.
\
In jtrisdicción de Ia ciudol de Atztiotluia I 7 3
aulnento del núlnero de pobladores
sin tierras. En la primera década del
siglo xrx son corrientes las alusiones
a la holgazanería y poca aplicación
a1 trabajo de estas gentes y a "el des-
orden y la desdicha" que allí se ori-
ginaban. En un inforrne presentado
en 1807 a ia Junta de Agricuitur-a de
ia Provincia, por eljuez pedáneo del
sitio de Anzá (Cauca arriba), se decía
que de 128 labradores existentes en
este sitio, 28 (21,87%) estaban agre-
gados, arrendaban o trabajaban en
tierras ajenas. Uno de ellos era blan-
co, y los otros 27, rnestizos y mulatos.
En esta lista consta, por ejemplo, que
Lorenzo Lora, vecino de Antioquia,
heredero del maestro Antonio de
Lora. tenia agregados en sus tierras
a Timoteo, que fue esclavo de su tío,
y a su rnujer María Gertn¡dis; a An-
drés Jaramillo. con su mujer Josefa
Lora e hijos; a Francisco Acevedo,
casado con hijos, y a Manuel García,
también casado con hijos, todos los
cuales disponían de herramientas. lar
En peor sitilación se encontrabair
los pobladores del sitio de La Pava,
priesto que, de acuerdo con el informe
de 1 807, de 12 blancos 1' 75 rnestizos v
mulatos dedicados al oficio de labra-
dores. I 1 (91 .66Val de los primeros 1'
66 (88%) de los segundos eran arren-
da¡arios, ag'r-egados o trabajadores,
por carecer de terreno propio. En este
caso, un solo propietario, Bernardino
Ái't'arez, vecino de Medellín, tenía
fols.89rvv.
 74 I n¡quen. pobrezay diferenciación socini
agregados en sus tierras 8 blancos y
3l mestizos y mulatos, los cuaies ie
pagaban anuaimente rnás de 50 pe-
sos por concepto de arrendarniento.
Entr€ estos agregados figuraba José
Antonio Correa, blanco, ma1'ordomo
de la propiedad de Ávarez. quien
cultivaba en esas tierras 36 almucies
de rozas. Sus bienes eran l0 calle-
zas de ganado vacuno y 4i cabezas
de ganado caballa¡ además de sus
herramientas, consistentes en 5 ha-
chas, 5 machetes calabozos v 4 tasisos.
De los arrendatarios libres se pueCe
tolnar como ejernplo a José Hovcrs.
quien labraba 4 ahnudes de roza, cu)/o
único patrimonio eran 4 nrachetes
un hacha.142
calabozo y
De esta infonnación se puede
deducir que ios agregados renían
derecho a culrivar una pequeña par-
cela v a mantener unas pocas cabezas
Ce ganado. rraba¡aban la rierra cc,n
herrarnientas propias y pagabarr
anuah¡enre un arrendarnierrto ;:rc-
porcional al tamaño del terreno gue
ocupaban. Algunos de estos indir,i-
duos se debían desplazar cie un lugar
a otro, puesto que en este documento
consta que 4 de elios estaban recién
llegados al lugar.
En los informes de las autoridades
coloniales se señala Que gran número
de biancos, tnestizos v mulatos pobres
vir'ía disperso en el r,asto terntono de la
junsdicción de ia ciudad de -Anrioqura.
del cual solo una cuarta parte estaba
142 Ibíd., tomo 335. documenro 6r.2L
143 Ibíd., tomo 343, documento 6ii;8. fói.
]44 "Real cédula de ¡ierras de ] 7U0'. en: Aruario Coiombianc d.¿ Hütoria Soaa! t'
Bogorá. 1982, rrúm. i0. ¡,. 240.
!'.:;
en in houir¿,a rfu Antioqui^c d.rrante
efecúr,ar¡iente ocplotado para iabores
agrícolas l la quinta parte desdnado a
la ganadería.ra3
La rnonopolización de las der¡as
útiles cercanas a los pobiados, por
parte cie algunos propierarios, obligó
amuchos de los pobladores pobres de
apenura gradual de la
esta regrón a la
frontera hacia Cañasgordas o Urrao.
En 1786, el visitador Mon y Velarde
decía que se esraba fornentando ia
población del sltio de Urrao. que ei a
la en¡rada para la Frovincia de Cho-
có. pues gente sin tierra: "muchos
voluntariamente y otros foruados por
ser perjudiciales en otras partes se van
establecierrdo en aquellas tierras". je
Los resguandos indígenas:
co¡¡cie¡¡cia de grtrpo
y ¡'esistencia
Una visión sobre ia esu-Llctura de te-
nencia de Ia tlerra en la lurisdicción
de la ciudad de Antioquia quedaría
incoinpleta sin referirse a la si¡uacrón
de la población indígena v sus res-
guardos. Hay que lecordar que fue el
oidor visiudol' Francisco de l{errera y
Campuzano quren entr e I 61 4 1' I 61 6
coiocó a los indios sobrevivienres de
la provincia en resgualdos, ad.¡udi-
cárrdoles la tierra en común, aunque
aqueilos que pertenecían a alguna
encomierrCa quedabau sujetos al
beneficlario de elia. En ios tér'minos
que correspondían a la clud.ad de An-
2v.
ailia ie M¡r,jall j ri
el. sigla xtl Ia jurisd.zcción de tn ci.ul.ad. d.e Antiogria I 7 5
tioquia en ese entonces, se crearon las resguardo el contadorAlonso Díaz de
reseñ'as de San Antonio Buriticá, San Balbin. quien tenía allí una estancia
de ganado mayor; Bernardo de Seran-
Juan del Pie de la Cuesta, Sopetrán y
San Lorenzc' de .{burrá.rai tes y Hoyos, quien fue acusado de im-
Para ver la evoiución de estos res- pedir que ios naturales cultivaran sus
grrardos durante el siglo xvnl se toma, terrenos; el alferezJuan de Céspedes,
en prirner luga¡ el caso del resglardo poseedor de una cañaduzal y un trap!
de Nuestra Señora de Sopetrán, cr-ryas che en el lugar:Juan Mejía de Tovary
tien'as, al esar situadas en las proxi- sus yelnos: Alonso Gómez de Miran-
midades de la ciudad de Antioquia, da; Pedro de Morales, quien ocupaba
fueron objero de continuas invasiones ei resguardo con su ganado vacuno;
por blancos, lnestizos y mula- Faustina Renjifo, viuda de Sebastián
'ecinos
tos. En 1670, cuando el gobernador Pérez, cuyos hijos eran considerados
Francisco de Montoya y Salazar rea- perjudiciales a ios indios; el rnulato
lizó una visita a los pueblos de indios Francisco Góez, quien les ocupaba
de la provincia, los indígenas de este parte del terreno con un cañaduzal, ¡t
poblado se quejaron de los perjuicios Antonio de la Rúa. Fueron declarados
que ocasionaban a sus cultivos el ga- Iibres del cargo el contador Díaz de
nado ,v los esclavos de las personas Balbin, Mejía de Tovar y Gómez
iibres que estaban viviendo denffo de de Miranda, por tener títulos de sus
Ios terrenos señaiados al resguardo. estancias l no estar ubicadas en tierras
Según su testimonio, quienes mayor de los indios, y fue absuelto Anto-
daño les causaban eran los que explo- nio de la Rúa, por haber fallecido v
taban las salinas ubicadas dentro de ser pobrc. Los demás aansados fueron
su territorio, pues les arruinaban los encontrados cuipables v condenados
sernbrados por coger leña. Si los in- a pagar una muita a la Real Cámara.
dígenas intentaban defenderse eran así corno las costas v ios salarios de la
maitratados de palabra por los negros causa. A Faustina Renjifo y sus hijos
escla'r'os encargados de la extracción se les mandó salir del poblado de
de la sal. Sopetrán en el ténnino de ocho días.
De acuerdo con los cargos Presen- Del cargo de estar explotando
tados por el protector de naturales, ilegalmente las saiinas ubicadas den-
aludante José \¡ásquez Romero, ocu- tro del resguardo Í1¡eron absueltos
paban tierras pertenecientes a este Pedro García Pirnentel,.f osé Deigado
145 J. Parsoris, Ia colonirución antioqueña en el Occtdente de Colonbm, Op. cit., p. 73; F. Duque
Betalorr, Historia del departamento de Antioquza. Op. cit., pp. 259-262. La Corotla optó por
reducil los indígenas en pueblos, por considerar que era el mejor medio para incorporar
a los nari¡'os de estas rierras dentro del u¡banisluo tradicional espaírol. La idea em que los
iDdios i'ivieran sepandos de los otros gn:pos (blarrcos, n¡esfizos' mulatos y rregros) y por ello
las leyes prohibieron de fo¡ma reiterada que estas personas residieran en ios resgtrardos.
d.e La Cul¡ura, fbra conocer las ideas de ias autoridades sobre este purro r'éase MagrrusMórner, ln CorcrLa
apañala t los foróneos en los puebios d,e inÁios de Amé¡ica, Esrocointo, Aimqvisl & Wiksell, 1 970.

7 6 I n;q"t-, pobteza 1 diferencíación soczal. en Ia Prouincia. de Antioguia
,vManuela, r¡iuda de Sebastián de Es-
pinosa. Se consideró que cualquiera
podía beneficiarlas, por ser realengas
y haberlo hecho otras personas por
r¡rás de setenta años. Los irnplicados
fi.reron condenados a pagar una mul-
ta, costas ,v salarios de la causa, por
la sindicación de enviar sus esclavos a
destruir las taianqueras de los cuitivos
de los indios para quelnarlas corno
leña en las salinas.
En ese tnornento, los indígenas
tributarios de Sopetrán estaban repar-
tidos en cinco encomiendas, dos de ias
cuales esaban en poder de la Corona.
Según ias declaráciones de los testigos,
los encomenderos no habían defendi-
do a los indios y no habían asistido a
ese poblado. Algrnos encornenderos
fueron acusados de utilizal para su
sen,icio personal, parte de los indios
a su cargo, como ocurrió en el caso
del contador Nicolás de Guzmán,
a Además, ia participación de los
quien se le itnprrtó tener en sus tierras
de Quirirnara a cuatro o cinco natu-
raies. El sindicado declaró que había
llevado indios a trabajar en sus üerras.
va que una real ordenanza permitía a
los vecinos alquilar indios para que el
cultivo de sus rozas.
En esta visita, los indígenas
se
quejaron de que los libres los con-
trataban para hacer trabajos y iuego
de efectuado este no les pagaban lo
convenido.lao
En I687. el fiscal de ia Audiencia
reiteró la prohibición a mularos y
negros de vivir en las tierras de los
indios de Sopetrán. En esra ocasión,
146 AH-d l,isila, tonro 75. doculento 209I.
r4l LGN. Cacíqua e ind.ios, tomo 59, fols. 1003-1023
_\
dlrantc el. siglo xt,¡t
In juisd'icción d.e ln ciudad de Antioquia I 7 7
el capitán Pedro de la Serna Palacio,
Fernández de Heredia que no podían cuadrillas de esclavos. quienes apro-
vecino de Antioquia y encornendero
pagar sus tributos. Este gobernante los vecharon que estaban desmontadas
de los indios de Sopetrán, pidió que se
relevó del pago de un telcio para que para introducir ganado.rao
irnpidiera la permanencia en el pobla-
se pusieran al día. Esta concesión no Los problemas que generaba ia
do de ios naturales exentos de pagar
soluclonó el problema, pues en 1706 introducción de personas libres en
tributo, ya que estos, con el pretexto
el corregidor de indios, Antonio de los resguardos ocasionaban muchos
de serjeques, entraban al iugar con
Legarda y Milla, rnanifestó que ios enfrentamientos personales, los cua-
alrnas a inquietar a los demás indios.
indios de los pueblos de lajurisdicción les terminaban a veces en hechos de
Para evitar estos excesos, solicitó que
de la ciudad de Antioqr.ria no habían sangre. Un ejernplo de lo conflictiva
los gobernadores no exoneraran del
pagado las dernoras en los írltimos que podía ser esta situación es la causa
pago de tributo a los indios que par-
cinco años.1a8 seguida en 1717 contra Miguel del
ticipaban en ias entradas a reducir los
Corno consecuencia de la disminu- Pino, lnuiató con el oficio de "labrar
indígenas de Chocó, pues para hacer-
ción del número de indígenas a finales Ios campos", por las heridas que
se lnerecedores a este privilegio debía
del siglo xvu, la usurpación de las tie- prcpinó a Manuel Rodríguez, indio
constar haber hecho alguna "acción
rras del resguardo de Sopetrán por los forastero residente en Sopetrán. La
de valor". Esta petición no fue tenida
vecinos de Antioquia se acentúo. Para disprrta entre eiios rirvo origen en
en cuenta, porque la exoneración del
rernediar esta situación, a comienzos que unos marranos de Malcos Gañan
pago de tributos había sido ofrecida
del siglo xvur el gobernador Francisco dañaron una roza del indígena. A
por el gobernadol de la provincia
Fernández de Heredia dispuso, en raíz de este hecho. los cont-r'incanres
a los indigenas que participaran en
cumpiimiento de las ordenanzas que quedaron enernistados. El sargento
ia pacificación de Chocó y bajo esta
mandaban a los españoles no vivir en mayor Barrolomé de Boqa, juez de Ia
prolnesa arriesgaron sus vidas. rat
puebios de indios, que saliera de ese causa. condenó a Del Fino a ¡ragar ias
poblado el capitán Baltazar de Suazo, medicinas necesarias para Ia curación
tributarios de los pueblos de Sope-
español, quien tenía allíun hato de ga- del herido y a cubrir las costas del
trán, San Jerónimo, San Antonio de
nado, así como sus esciavos y los libres proceso.lso
Buriticá y San Pedro de Sabanalarga
en las entradas a Chocó. así como en
Detenninó iguaimente
a éi agregados. De acuerdo con la matrícula
que Juan de Morales, tarnbién espa- efectuada en 1719, en el poblado de
el enfrcntamiento contra los ingleses
ñol, abandonase el lugar. Suazo opuso Sopetrán había 6 indios tributarios,
que entraron a 1a Provincia de Chocó
resistencia a esta orden ,v años más anaconas ¡' de ia Real Col-ona, de los
por ei río Darién, les había ocasio-
tarde, en 1707. acusó al gobernador cuales 2 estaban exentos del pago por
nado la pérdida de sus cukivos y los
de haber decidido expulsarlo de estas ocupar los cargos de gobernador y fis-
obligó a abandonar sus labores en
tierras por enernistad con él y expuso cal. Había un indiojubilado por tener
las pia,vas del río Cauca, en donde
que a consecuencia de elia se afectó su más de 60 años y otro que no tenía
sacaban oro para pagar sus demoras.
labor de lninero en el sitio de Petacas, I 7 años, requisito requerido para ser
Como consecuencia de ello, en 1704
por no tener córno rnantener su cua- tributario. Fuera de los anohdos, ha-
ios indios de la Real Corona. Ilarnados
drilla. Estos hechos muestran que las bia 3 indios tributarios pertenecientes
anaconas, así como ios que no estaban
tierras de Sopetrán fileron inr,adidas a una encomienda vacante que había
encomendados y pagaban tributo
al rey, manifestaron al gobernador por vecinos blancos, poseedores de sido de Francisco de ü11a. Según ia
148 AI{.4 Esclauos, tomo 28, documerrto 904.
I49 AHA Criminal, calaB-49, legajo l6?8-1730, docurueuto 4
150 Ibíd., cajaB-42, iegajo 1800-1E10, doornento L
 1
!

7 8 I n¿qrt-, pobrezn 1 difmmcinción social. m. ln Protincia d,e Antioquia d.urante eI siglo xvrn La jurisdzcción de in cntr)aC ae Antioqu.ia f 7 9

docurnentación, cada tributario debía
pagar auualmente 4 pesos de oro de
20 quilates, que debía cubrir en dos
cuotas o tercios pagaderos uno en San
Juan y otro en Navidad. Esta tasa ia
había fijado en 1713 el gobernador
José de Yarsa, quien los declaró libres
de pagar el estipendio del cura doc-
trinero. Tál vez este fue el momento
en el cual la población indígena en Ia
.;urisdicción de ia ciudad de Antioquia
alcanzó su punro más bajo ) como
consecuencia de ello se extinguió la
encomienda en la zona.l5r
La disminución gradual de la po-
blación indígena llevó a que, en i 755,
el protector de naturales de la pro-
vincia de Antioquia, en un infonne
pedido por el gobernado¡ afirrnara
con respecto al pueblo de Soperrán:
"en algún tiempo fue el mayor de la
Provincia )' apenas tiene en este mo-
mento veinte indios de nlacana".15!
De acuerdo con su representa-
ción, una de las causas del atraso de
ese resguardo era el crecido número
de gente libre que Ie rodeaba, con
quienes se rnezciaban los indígenas
rnatrirnoniaiment.e. Por esta razón,
proponía que se agregasen los indios
de Sopetrán al Pueblo de Buriricá,
donde no había vecindario de libres,
se contaba con buenas tierras y había
abundantes lninas de oro. Las tierras
de Sopetrán. por estar imnediatas a Ia
-LÍIl" Inliu. tomo 25, doormento 774, fois. 2r-3n No
18 de lrovienrbre de 1718, se incorporarc¡l a la Cororra Ias encomierrdas vacas o que vacaran
(quedaral racantes) por la muene de quien fuera rirular en el moruetrto de la expedición del
decreto.\/éaseLuisOspinaVásqrrez, Ind.ustrialprotecciót¿mColomhialSlA-1930,
FAES, 1979, p.30.
AIIA. hclo¡,os, rono 29, dool¡tento 947.
ciudad de An¡ioquia, podían ser f;ácil-
lnente rernatadas por la Real Hacien-
da a particulares. De ser trasladados
a Buriticá, ios naturales debían llevar
consigo la imagen de su patrona, la
Virgen de Sopetrál, y se les debía exo-
nerar del pago de rributo por un año.
para que pudieran hacer sus casas y
sembrar sus cuitivos en el nuevo lugar.
Esta idea contaba con el apoyo de
los oficiales reales deAntioquia. quie-
nes la creían benéfica para la Reai Ha-
cienda, pues los uibutos que pagaban
los indios de los pueblos de Sopetrán
,v Buriticá no alcanzaban para cubrir
los salarios de los dos curas.
Las contradicciones entre indíge-
nas y libres se incrementaron a me-
diados del siglo, corno lo muestra una
causa seguida a principios de 1756
contra el gobernador indígena de So-
petrán, Diego Sisquiarco. por el cura
del poblado, el licenciado José Javier
Pérc2, quien lo acusaba de sublevar
a los indios e inducirlos a no pagar
tributos y no concurrir a la doctrina.
En el juicio, el cura defendió los li-
bres que vir'ían en el resguardo, pues
gracias a ellos era que se rnantenía la
igiesia. Acusaba a Sisquiarco de que-
rer expulsar a todos ios agregados en
las tierras de los indios y de ahrrnar
que ia mina de la iglesia le irnportaba
poco. El protector de los naturales
de Ia provincia argumentó a favor de
ha,v que olvidar que por Decreto del
Medellín,
Sisquiarco, que todos los testigos
presentados por el licenciado Pérez
eran personas a ias que se les había
mandado abandonar el resguardo i',
por lo tanto, enemigos de los indíge-
nas. a quienes pretendían despojar de
sus tierras.r53
Pal'a dar solución a esos conflic-
tos, el virre)'ordenó ese año de 1756
que los naturales de Sopetrán fueran
agregados al pueblo de Bu¡iticá. Se
ies concedían un plazo de un año
para hacer sus casas y rocerías en el
nuevo sitio. A finales de agosto, los
rndígenas pidieron, por intermedio
de su protector, una ampiiación del
plazo, pues Ia madera para fabricar
las viviendas no se encontraba en los
alrededores de Buriticá )' el nútnero
de tributarios aptos para hacer el
trabajo era escaso. r¡'a
Para tener una idea sobre lo que
significaba ei traslado para los indios,
se debe poner de presente que algunos
tenían estancias de caña y platanar
en dichas uerras. No era facil dejar
abandonadas estas siembras y co-
meftzar a adecuar un nuevo terreno.
Un ejemplo del caudal de un ind!
gena puede ser Ia iista de los bienes
pertenecientes al gobernador Diego
Sisquiarco. Este individuo contaba con
una casa de paredes de embarrado
cubierta de iraca, ia cr¡al se componía
de 2 aposentos. una sala l una cocina
maitratada. Tenía sembrado 7: almud
de caña y % aimud de platanar. Para
153 All4. Criminal, caja B-55, legajo 1700-1740, docurrreu¡o
154 AIL{ Ind;os, totno 26, dommerto 779.
155 .A}tA., Criminal, cajaB-67.legajo 1750-1760. dcatmen¡c
i56 Ai14. Ind.ios, totno 26, documellto 780.
benehciar la caíra, poseía i casa de
trapiche con traprclre de c;rballo 1' po-
zuelo, I rancho con su horno, 1 paiia
vaciada, secadora y 3 ollas para cocer
guarapo. Complementaba su parrirno-
nio con I caballo rnolinero, I yegt¡a,
I pou'anquillo,2vacasy I ternera. Sus
insrumentos de trabajo eran I hacha
y 1 rnachete calabozo bueno.r5¡ Es
posible que la posición eco¡rómica de
este indígena fuera rrejor que Ia del
resto del gr-,ipo, pero si;ve comc indi-
cativo del tipo ie estanclas que habían
constnrido con ios años.
La resistencia de los naturaies
a efectuar el traslado lle.vó a que la
orden fuera derogada pcr el virre¡
quien mandó en un Superior Despa-
cho del i 1 de febrero de 1758 que se
hiciera una nueva asignación de ¡ie-
rras a los irrdígenas de Sopetrán. Para
ello. se nlvieron presentes los ilnderos
del resguardo qr.ie en 1 61 5 les asignó
ei visitador Francisco de Flerrera I
Campuzano, y que de acuerdo con las
manjcr¡las efectuadas en 1754 y i 756,
existían 30 indios "de macana". La
nueva dlsfribución tur,o en cuenta qile
se les debían dar tierras tanto para la
labranza como para cría de ganado.i56
Las ¡ierras que sobraron después
de reaiizado el nuevo reparto fiieron
vendidas por orden ciel virrel'Soiís.
Sus coinpradores fueron los padres
jesuitas, quienes adquirieron un pe-
dazo por 25 pesos de oro en polvc;
.]osé Rodríguez Luiano, quien obtuvo
25
2.

8A I R¿q"u-. pobreu y difnmciación social en.la Protincia
una porción en 80 pesos de ol-o en
polvo, y Gabriel de Rivero. Por des-
pacho del virrey se entregó al maestro
Dorningo Leal la lorna de Usenguia
que formaba parte de esos resguar-
dos.t5? Como se puede apreciar, la
tierra sobrante no se repartió en be-
nef,rcio de los pobladores pobres, sino
que fue monopolizada por grandes y
rnedianos propietarios.
La idea de agregar los pueblos
de rndios de la jurisdicción de la
ciudad de Antioquia en uno solo no
fue abandonada por el gobernador
y los oñciales reales de la Provincla.
En 1763, el gobernadorJosé Barón
de Chaves, en una consuita hecha al
Tiibunal y Real Audiencia de Cuenras
de Santa Fe, decía que de acueldo con
el dictamen del cura, el protector de
naturales, el corregidor y los oficiales
reales, no era prudente expulsar ias
450 familias de libres que habitaban
en el marco de Sopetrán. En
concepto, la única forrna de evirar
ei aniquilamiento de los indios era
incorporar los pueblos de Sopetrán y
Buriticá al de San Pedro de Sabana-
Iarga. Esta medida evltaría a la Real
F{acienda pagar 250 pesos de oro
al año por cada uno de los 3 curas,
pues bastaría con tener uno solo; el
sobrante de los tributos recaudados
quedaría al re1'. Adernás, reducténdo-
ios a un solo pueblo sería fácil hallar
un corregidor que los defendiera y
rnantuviera en paz, pues era difícil
encontrar quién se encargara de esa
tarea para los pueblos pequeños. Por
157 Ibíd-, dommenro 784, fol. 25r
:
d.e Antioquin d.urante el siglo xt,tn
úitirno, anotaba que el Real Erario
podía percibir más de 5 mil pesos
de oro con Ia venta de las tierras que
quedaran desocupadas.
Estos argumentos Íl¡eron reirera-
dos por los oficiales reales de ,Anrio-
quia en I 769, al certificar que según
la matrícula efectuada en 1765 en
Sopetrán, había 32 indios tributarios,
de los cuales estaban exentos del pago
del tributo un gobernador, 2 alcaldes
y un ñscal de la doctrina. Como cada
tributario (losvarones de l7 a 55 afros)
pagaba 5 pesos de oro al año, se re-
caudaban 140 pesos anuales, siendo
necesario que Ia Real Hacienda cu-
briera I 13 pesos 1 tomín de oro para
pagar el estipendio del cura.
Por su parte, el protector de natu-
rales de ia provincia,.|uan Andrés de
Zabala, no consideraba convenienre
el agregar ios pueblos de Sopetrán y
Bunticá al de Sabanalarga, por estar
su este sinrado en el camrno real al pueno
de Espíritu Santo, el cual era fiecrien-
tado por los comerciantes de la ciudad
de.Antioquia, quienes cargaban a los
indros como bestias. Aducía. además,
que Sabanalarga estaba ubicado entre
dos parroquias libres. Su criterio era
que los tres pobiados fueran trasla-
dadc,s a 1as tierras de Cañasgordas,
situadas a tres días de camino de la
ciudad de Antioquia. Arzurnentaba
que estas tierras eran fertiles, pues
daban tres cosechas de maíz al año y
tenían buenos pastos para el ganado.
En el rio Cañasgordas r sus vertienres
había minas de oro, labor a la que es-
taban dedicados algunos indios, ade-
más de ojos de sal. Señalaba que era
conveniente localizarlos allí, ya gue su
presencia atraería a los indios saivajes
de Chocó, a quien no pudieron reunir
en dichas tierras losjesuitas.156
Los intentos de congregar en un
solo pueblo los indígenas de la ju-
risdicción de la ciudad de Antioquia
coinciden con un nuevo incremento
de los enfientarnientos entre los iibres
y los naturales de Sopetrán por ias tie-
rras del resguardo. En una represen-
tación hecha a principios de I769 por
los indios al protector de natu¡ales,
insistían en los daños que recibían de
los pobladores iibres que habitaban en
esepoblado, pues estos se habían apo-
derado de las tierras, impidiéndoles
hacer la roza de cada uno, que era de
3 almudes de estaca y 3 de regado por
cosecha, así como la roza de la comu-
nidad. Por otra parte, señaiaban que
si lograban hacer sus siernbras, se las
cotnía ei ganado de los libres. En res-
puesta a esta petición, el gobernador
Barón de Chaves mandó que los libres
rctiraran el ganado varuno, cabailar y
porcino que tenían en ese lugar.
Los vecinos opusieron resistell-
cia a esta orden. En un rnernorial
presentado por 14 r,ecinos blancos y
3 libres, que decían tener posesiones
en los resg'uardos de Sopetrán, se
afinnaba que si sacaban su ganado
a los parajes que rodeaban Ia ciudad
de Antioquia, este se volvería a ia
querencia de los resgr.rardos, y si los
I58 Ibíd-. documento 784
159 Ibíd., documento 783
t60 Ibícl.. documento 787
kt jurisdicción de l¡r ciu^dad d,e AnüoEtia I Bl
trasladaban a un iugar distante no
tendrían a quien vender la leche y
la carne. Las 250 cabezas de familia
iibres allí establecidas tenían estancias
de caña y plátano, con cuyos produc-
tos se aprovisionaba no solo la ciudad
deAntioquia, sino tambiénlas minas de
oro localizadas en ias tierras altas del
\hlle de los Osos. Otro argnnento
esgrimido fue que los libres eran los
que mantenían la igiesia del pueblo, que
era viceparroquia anexa al curato de
Antioquia.r5e
Esta conflictiva situación no pa-
rece haber variado notablemente,
pues en 1777 los alcaldes o¡dinarios
del resguardo de Nuestra Señora de
Sopetrán, Juan Guingue y Juan Es-
teban Guingue, se presentaron ante
el gobernador para denunciar los
daños y los perjuicios que recibían
del ganado de Francisco Aguirre.
Este sujeto fue condenado a sacar sll
ganado de Ia tierra de los indios, so
pena de muka de 100 pesos de oro.160
F,n 1779, el Tiibunal de Cuentas
de Santa Fe, en un informe al regente
visitador general, decía que había
55 tributarios útiles en el pueblo de
Sopetrán, percibiéndose por concepto
de tributos 275 pesos de oro al año, los
cuales eran cobrados por el cura para
cubrir su salario. Consideraban que
este estipendio era exagerado, pues en
otros pueblos de indios de la provincia
se pagaba a los sacerdotes solo 91 cas-
tellanos 6 tornines, de acuerdo con lo
prevenido por la lev. L,a asignación ai

82 I R;q"trn. pobreu y difsmci¡tción socnl en
cura de Sopetrán se fundaba en una
ordenanza de 1615, otorgada por el
oidor Francisco de Herrera y Carnpu-
zano. Los curas de Buriticá, Sopetrán
1'Sabanaiarga se opusieron a que se les
cambiara el salario, aduciendo que por
ser tierra de oro, los precios de los vír,e-
res y ias mercaderías eran tnás altos.t6l
Corno resuhado de esta investiga-
ción, el tribunal de cuenras dispuso
que ios indígenas de esos tres lugares
pagaran sus tributos directamente en
las cajas reaies. F{asta ese momeltto,
ios indígenas de Sopetrán habían
acostumbrado pagar sus tributos en
frutos como maí2, cabuya, duice, ja-
bón, cerdos, alpargatas, hiio y orros
productos de su trabajo. A partir de
allí se les cobró de tributo 4 castelia-
nos cie oro en efectivo al año. rebaján-
doseles 1 peso por el menoscabo que
sufiían al vender sus productos para
c¡btener el dinero. En 1785 se mandó
cobrar los 5 pesos, por considerarse
que IzL Real Hacienda estaba siendo
nerjudicada con ia rebaja. El pro-
tector de naturales de la prolincia.
Pedro Félix Pastor, pidió que no se
los obligara a pagar en dinero. sino
que se les admiriese los fmtos de su
cosecha de acuerdo con Ia ley y que
:ro fi¡eran molestados por el reintegro
a que se los quería obligar.t6:
Es preciso señalar que debido a
numerosos factores, entre ios cuales
participación de los indios
se cuenta Ia
de Tünja en el movirniento comune-
161 Ibíd., docurnento 791.
i i62 Ibíd., docuniento 792.
]€3 Gemán Colmenares, Historia ecmónnco 1 soual
del i/a.lle. I973.
La Proaincio. t)e Antiogu.ia, d.ura,nie el
ro de I 781, en ia década del ochenta
Ias autoridades centrales del \ñrreina-
to de Nueva Granada abandonaron ia
política de congregar r,arios pueblos
de indios en uno. Esto no significó
que a ios inciios se les restitu,vera ple-
nalnenie sus tlerras. pues se admitló la
presencia de pobiación libre dentro de
elias. en contra de Ia idea tradrcional
de rnantener a los inCígenas separados
'dei
resto de la población.163
De acuerdo con un infonne pre-
sentado por ei gobernador Francisco
Silvestre en 1785, en el pueblo de So-
petrán había 305 irrdios de todas las
sd¿f,s.r y sexos. Este gobernante decía
que aunque había procurado inducir
a los naturaies para que hicieserr rozas
de comunidad, hasta ese lnornento
no habían entregado cantidad algi¡-
na Por ese concePto, \'a que era muy
dificii moverlos para que trabajasen
sus derras. Tárnblén había mandado
que a los vecinos iibres ocupantes de
las tierras del r-esguardo se les cobrara
2 tomin.-s de arriendo por cada al-
lnud de sembradura. Este dinero se
debía recaudar para la dotación de la
escuela de ia comunidad.
El gobernador Silves$e consideraba
que hatrrendo en 1a provincia 7 pueblos
de indios con 2.581 habitantes, de los
cuales scii<¡ 400 eran tributarios. se les
ciebía declarar libres del pago de tribu-
to v oiorgarle a cada cabeza de fainilia
un pedazo de tierra par? su labrarua.
Hacía esta propuesta teniendo en cuen-
dt Coiom.bia, l5)7-l7lg, Cali, Unlversidad
Ff
sigla xvrtt
ta que estos indros eran todos "ladinos"
(hablaban espafiol) 1'por su aspecto no
era posibie distinguirlos dei resto de la
población.1&
.A,l año siguiente. r'arios vecinos
libres de Soperrán presentaron una
petición, oponiéndose a un mandato
del corregrdor Juan de Escoba¡ que
ies había ordenado sacar en ocho
días el ganado que tenían dentro de
los resguardos, porque este dañaba
las sementeras de los naturales. Ar-
gurnentaban que esta providencia ies
efa gravosa, pues pagaban 2 t.ornines
de terraje por cada ahnud que ocu-
paban. Según ellos, ios indígenas,
por desidia, no hacían cercas para
defender sus fiutos de los anirnales;
prueba de ello era que los libres no
se quejaban de daños ocasionados
por el ganado, debido a que sus
cuitivos estaban protegidos. En una
certificación del corregidor se decía
que de los 23 su.;etos que firmaban
ese memorial, 8 habían pagado el
arriendo de ias tierras correspondien-
¡e al año de I785, rnientras que 7 no
habían curnplido con esta obiigación,
aunque se les ordenó hacerlo. De ios
firmantes restantes, 4 no tenían casa
ni labranza en ese sitio, pese a que sus
animales pastaban en é1, y 4 contaban
allí con casa de vivienda y animaies de
cría, pero no se les había concedido ei
arrendamiento de tie¡ras. El oidorvi-
sitadorJuan Francisco Mon y Veiarde
falló esta causa en contra de los libres
por considerar que el documento
I64 AHA, Ind.ios, tomo ?6, tioomento 793.
I65 NlA, Criminal, caja B-81, Iegajo 1780-1790, documento 14.
i66 AflA. Ind.ios, tomo 26, doamento 794.
In. juri.sdicción d.e l¿ cíudad, de An¿i.oquia I 83
presentado era faiso y calurnnioso,
ya que Miguel Méndez y olros sL¡etos
habían suplantando firmas y decían
cosas que no eran ciertas, como que
habían pagado el terraje.165
Durante Ia visita que realizó a
ia provincia el oidor Mon y Velarde
(1785-1788), los indígenas de Sope-
trán se presentaron varias veces para
protestar por los agravios que les
hacían los libres que se hallaban vi-
viendo en su pueblo. Este funcionario
decía que esta situación tenía origen
en el hecho de que los naturaies, por
su holgazanería, habían cedido ias
tierras a los libres. Tildaba las solicitu-
des de ios indígenas de "inoportunas
y necias", pues
[-..] hasta ahora han disfrutado y
gozado todos los ñreros r preen¡ineu-
cias que su majestad les concede, uo
obstante sr¡ poca exactitud en pagar
los tributos y oras punibles demos-
traciones contra Ia debida ñdelidad
como acaeció en el año de 81.166
En su opinión. los indígenas eran
"builiciosos y partidarios", como Io
demostró su participación en el mo-
vimiento que los cosecheros de tabaco
de Ia zona adelanta¡cn en I 78 1 . Con-
sideraba que no era recomendable
que Ios iibr es ¡ los indígenas vitieran
en un rnisrno luga¡ por la oposición
que existía entre ellos. pero era im-
posible expulsar a los vecinos de las
tierras de ese resguar"do, pol pasar
de 150 familias. Buscando una salida
 84 I n;q"t-. pobreza y diferencinción social en ln. Prouincia de AntioErin
a la situación, tnandó dar tierras a
los indios que no las tenían, sin in-
colnodar a ios libres, quienes debían
desocuparias a la mayor brevedad.
Para tener una idea del verdadero
estado de la población indígena de
Sopetrán. se cuenta con los dat.os
de la matrícula de 1787, Según esre
doculnento, el núrnero de naturales
era de 375, siendo un poco mayor la
cantidad de rnujeres (21 l), que la de
hombres (164). Si queretnos esrabie-
cer el núrnero de tributa¡ios, debemos
tener en cuenta que de I 28 cabezas de
famiiia inscritas, l1 eran jubilados o
enfermos, y 72 eran lnlúeres viudas,
solteras o casadas con lib¡es, lo que re-
duce el núnlero de indios de rnacana a
45, de los que se deben descontar los
que ejercíau los cargos de gobierno.
El acelerado proceso de mesdzaje
de esta población se aprecia al cons-
tatar que un poco mettos de la tercera
parte de los cabezas de farnilia esta-
ban casados con libres (14 hombrcs y
23 rm¡eres). Daros sobre pauilnonio
solo se anotaron a 21 individuos v se
caliece de información par-a detenni-
nar si los restantes tenían bienes o no.
Los registros existentes permiten decir
que ningún indígena poseía un área
de tierra rnayor de 5 cuadras. lo que
pennite calificarlos corno pequeños
productorcs. Los productos que culti-
vaban eran matz. cain. plátano e it'aca.
contando 5 de ellos con trapiche.
El indígena con [ra)/or cantidad
de bienes eraJuan Silvestre Guingue,
167 Ibíd., docurlento 794, fols. Tr-14r
168 ,$,i.\ tomo 1792,1794. 1."' iega.lo 1794, fol. 80r
dlrantc el
quien poseía casa de vivienda en el
puebio, 5 aimudes de plárano y caña,
y un trapiche de caballo, con su en-
ramada.16T Este sujeto entregó esta
posesión a los herederos del alférez
real Bernardo Martínez, para cubrir
una deuda de mayor cuantía que ha-
bia adqrrirido con esre comercianre.
En 1794, la esposa de Guingue, María
Luisa \hrela, compró a los Martínez
la estancia por 310 pesos de oro, que
se comprometió a pagar en tres años
v dos meses, reconociendo un inte¡és
del 5do anual. Para garantizar esle
pago hipotecó la finca referida y un
esclavo.l68
A finales del siglo, los conflictos
entrevecinos Iibres e indígenas seguían
siendo intensos. Esto lo demuestra la
causa seguida en I 797 por Francisco de
Escobar, alcalde de la San¡a Hennan-
dad, vecino de Antioquia y morador
de Sopetrán, contra el indioJerónimo
Barbarán ,v otros por irrespeto a su
autoridad i' haber hecho un tum¡lto el
día de la festividad de San Pedro. Se-
gún Escoba¡ las repetidas sublevacio-
nes de los nanrrales tenían como causa
ia falta de castigo, pues su corregidor
estaba anciano y acobardado, ya que
ellos le habían incendiado la casa, así
como anteriomente habían quernado
la vivienda del cura doctrinero José
Javier Pérez. Los naturaies implicados
respondieron alegando que el origen
de Ia disputa había estado en la ac-
titud de dicho juez, quien rompió su
bastón en lacabeza de Barbarán, por
sigln xvrp
lo cual se indignaron ios otros indios-
En el proceso, los indígenas respon-
dieron al cargo de haragaues que con-
tinuamente les hacían las autoridades,
irnpurando de lo misr¡ro a los vecinos
libres, dado que
vecindano es tan tr abajado4 estan-
Si el
do lo nlas de nuestro tencno ocupado
cou vecinos agregados (o por nrejor
decir) enemigos nuestros por que el
diezmo de este curato es tan desprecia-
ble?... pues una de dos o el vecindario
es haragán como los indios o el teneno
es estéril.r6e
En esta representación se decía
que la mayor parte de los vecinos
libres radicados en Sopetrán eran po-
bres v que el pueblo antes de la llega-
da del úitimo cura estaba arruinado.
Este mejoró la iglesia con aportes de
los indios y los pobres. Afirmaban que
tenían a su cargo el rnantenimiento
de la igiesia, como lo constataba el
hecho de que de1 alumbrado de la
iámpara de Santísimo Sacramento
se encargaran algunos indios, un
negro libertino y un esclavo, cuando
en otras ciudades esta era una tarea
que hacían los vecinos principales.
Los indígenas terminaban su me-
morial diciendo que los pobres v los
plebey'os no ]es ocasionaban moles-
tias, sino los vecinos blancos, que
injustamente los agrar,iaban.
El protector de naturales de la pro-
vincia, Pedro Félix Pastor, en su defen-
sa, hacía hincapié en la leahad de los
169 AH-A, A'iminaL caja b-76, legajo 179?-1800. documento
170 AllA, Esclnilos. tonro 33, documerrto 1067.
La jurisd.icción de ln ciutla"d d¿ Antioquia I 85
indígenas hacia el re):i ya que muchos
no habían participado en la subleva-
clón de los cosecheros de tabaco de
la otra banda del Cauca en I 78 t, de la
cual fueron capitanes algunos iibres
residentes en Sopetrán. Así, en prernio
a la iealtad de los indios Gregorio
Machado y.|osé Manuel Ramírez, ei
arzobispo virrey había dispuesto que
uno fuese gobernadory el on o alcalde
del pueblo perpetuamente.
La pobreza generalizada de los
indios de Sopetrán los llevó a solicital
ulla retasa del tributo en 1795. Esta
se quiso derogar en 1796 por los
oficiales reales, quienes arg'urnenta-
ban que no había sido oficialmente
establecida, pero el gobernador de Ia
provincia, Víctor Salcedo, accedió a
que continuara vigente, para evitar ios
inconr,enientes que el abolirla podía
suscitar.lTo
En I799, las autoridades indíge-
nas de Sopetrán solicitaron que se les
entregara el dinero recolectado por
concepto de los arriendos de tieras
del resguardo, para la constmcción
de una capilla en la iglesia par-roquial.
Desde 1785, por orden del goberna-
dor Francisco Silvestre, los oficiales
reales cobraban a los vecinos libres
que vivían en terrenos de los indios
un arriendo de 2 tornines aI año por
cada ahnud de tierra que ocupaban.
Hasta ese lnornento se habían lccau-
dado 371 pesos de oro, dinero que
estaba depositado en las cajas reales,
sin que se hubiera utiiizado en pro-
2
 86 I Riquen, ¡tobreu j rJifnenciación social en Lt Ptoúr¿cia de AntioEtia dln'ante el sigla xvttt
\¡echo de los naturales. La petición
fue denegada por considerarse que
Ia cons¡rucción de ia capilla no era
una necesidad de los indios.rTr
La medida de cobrar arriendo
las personas que vir'ían dentric de las
tierras de resguardo É.ie tomada por el
gobiemo r:irreinal de Nueva Granada
en ]a segunda rnitad del siglo xrau.
Aunque se dispuso que este dinero se
destinara a necesidades de los ind!
qenas, ei beneficiario fue el hsco y no
las c<¡rnunrdades iridígenas. El diner.o
percibido por el arrendalniento se
corlstitu\/ó en renta real, mientras
ios naturales perdían la posesión de
sus tiertas.lT?
A principios del siglo xlx se irrcre-
rnentó el núrnelo de vecinos iibres
de distintas castas establecidas en el
resgrrardo de Sopetrán y los indios
continuaror) siendo despojados de sus
rien'as. lo que ller'ó a que el gobemador
rndígena. José María Rarnírez, afinna-
::a que; "son ios afhgidos sin ernbargo
de tanus leyes en su favor".r73
La acritud de los libres con respec-
to a los naturales se puede percibir.
en ias palabras del corregidor Luis
Antonio de \¡iila, quien en 1805 decía
que estos se conducían con "odio y
rnaia voluntad" \. esnban molestan-
do diariarnenre en el juzgado con
" siniestras peticiones".
En un informe prcsentado al Su-
perior Gobierno en I 808 se decía que
i71 AI{A, lndtos. tomo 26, docrunento 801.
i 72 Margarita Gorzález, El t.esguatdo en el Nueuo Reino de cranada.
Ltda., 1979, pp. 103-t14.
173 -AGN, Caciqucs c ilLdios, tor\ro 60. fols. 770-812.
lt4 ,/:-i{4, C.nror, ton}o 343, doonemo 6538. fols. 44¡-45r,.
en los términos del poblado de Nues-
tra Señora de Sopetrán rcsidían 2.159
personas, de 1as cuales 260 (12,0470)
eran blancas, 449 (20,79dto) mesrizos,
a 750 (34,737o) rnulatos y negros librcs,
510 (23,62/o) indios y 190 (8,80%)
rnulatos )¡ negros esclavos. Existían
450 casas de habitación dispersas por
todo el territol-io. A pesar de ser un
pueblo de indios, tres cuartas parres
de los vecinos eran libres, gobernados
por un juez partidario cuya jurisdic-
ción comprendía tarnbién el lugar
de El Salado, donde había bastantes
pobladorrs y era viceparroquia. La
persona que hizo el informe ahr-maba
que los reputados por indios lo eran
por su origen y no por su aspecto,
debido al rnestiza3e que había habido.
Los habitantes del lugar se dedicaban
fundarnentaimente al cultivo de la
tierra. haciendo rozas (ontiguas y
saiteadas que custodiaban con cercas;
en el terreno libre para el ganado
podrían caber unas 4 rnil cabezas.iia
La situación económica de
población indígena en esta época se
puede ilustrar a partir del irrventario
de bienes de Salvadora Castillo, esposa
del gobernador indígenaJosé Manuel
Ramírez. ¡'ealizado a su rnuerte, ocurri-
da en 1808. Es preciso aclarar que las
posesiorres de esta natural debían ser
rnás que las de ia rnavoría de los indios,
como lo acredita el hecho de que se
hubiera seguido causa rnortuoria. Las
Bogotá, La carreta Ilréditos
pertenencias que se le relacionaron
consistían en una casa de habitación,
con cocina, ubicada en una estancia
sembrada con 8 puchas de piatanaq
I almud de rnaíz y 180 palos de cacao,
cuyo avalúo total fue de i37 pesos de
oro. Tenía pastando en esas tierras
2 marranos, 22 reses y 2 ovejas. Las
herramientas de trabalo eran 3 azadas,
2 rnachetes calabozos,v un machete de
cinta. Complementaba sus haberes con
una parte en una casa en el pueblo.rTs
Par¿ concluir esta reseira del res-
guardo de Sopetrán, se puede afirmar
que a lo largo del siglo xrrrr se incre-
mentaron los conflictos entre indígenas
y Iibres por las tierras de ese resguardo,
sinración que rataron de solucionar ias
ar¡toridades con el traslado del pueblo
a Buriticá y luego a Sabanalarga. Sin
embargo, en la Provincia deAntioqui4
la política de agr-egación de pueblos
indígenas, puesta en práctica en oros
lugares de \rrreinato de Nueva Gra-
nada como la Provincia de Tünja no
Ia tuvo éxito y los resguardos de lajuris-
dicción de la ciudad de Antioquia, con
excepción del de SanJerórumo, gue se
extinguió, existieron hasta ñnaies de la
época colonial. Seía a principios de
la República cuando se desintegraúa
el resgr:ardo de Sopetrán, con la apli
cación de una ley del I I de octubre
de 1821 que dispuso el reparto de los
rcsguardos entre los indígenas. En esa
misma ley se eiiminó e) pago del tri-
\75 AÉIA. Mortuqiu, ¡omo 205, documeilto 4969.
176 Jrran Friede, El indio eu lucha por la Tiena. Bogoá, Punta de l,anza, 1976, p. I 03.
r77 Marcela Duque e hár Darío Espuros4 "Historia de la pobiaciór Nutabe en.Anuoquia". tesi: de
grado, Medellíra Urrversidad de .A¡uoquü, Deprurnento de Ann-o¡mlogía. ) 994. ap i 16- I il 3
La jurisdicción d.e la ciul,al d.e Antioquia I 87
buto. aunque por un decreto del ] í de
octubre de i828 se restituyó como
"contribución personal". 176
hra tener una visión rnás giobal
sobre el desarrollo de los resguardos
indígenas de iajurisdicción de la ciu-
dad deAntioquia durante e] siElo i,1'rir,
a continuación se hace uD breve bos-
quejo sobre Io ocurrido en el caso dei
poblado de San Pedro de Sabanalarga,
un resguardo fonnado con indígenas
que a comienzos del siglo xvn habita-
ban en iajurisdicción de la ciudad de
Cáceres, lindante por el norte con la
de la ciudad de Antioquia.
Se debe comenzar por señalar
que en 16]5, el visitador Francisco
de Herrera y Catnpuzano redujo los
indígenas nutabes de iajurisdicción de
la ciudad de Cáceres en dos pueblos de
indios: Sanriago de Arate, localizado
en la desembocadura del río Espi:itu
Santo en el río Cauca, )'San Sebastián
de Ormaná, ubicado en la iorna de
Barrancas, ce¡ca del \hlle de Sa¡ An-
drés. En ese mornento encontró l.l30
indios, de los cuales 341 eran tributa-
rios repartidos en 18 enco¡niendas.
Estos pueblos duraron rnuy poco. va
que los indios. por iniciatita propra,
se trasiadaron al sitio de Sabar:iala,'ga.
El gobernador Francisco Berrío oficia-
lizó este trasiado en I622, quedando
eI pueblo de indios de San Pedro de
Sabanalarga adscrito a la ju::isdicción
de la ciudad de Antioquia.rTT
.
88 I n¿q"eza, pobreza 1 difermcinción socinl en la Proainci.a
De acuerdo con los datos de la visita
realizada en 1670 por el gobernador
Francisco Montoya, a los indígenas de
ese pobiado no se les habían señalado
tierras de resguardo. El protector de
indios de la provincia, José \/ásquez
Romero. informaba gue en ese siLio
vir'ían 9 famiiias de libres, entre ellos
una de mulatos y otra de zambos,
de los cuales ios naturales recibían
perjuicios. Vistos esros carsos a Die-
go Durango e hijos, .|osé Lozano,
Ventura Táborda, zarnbo, y Francisco
Osorio, se les condenó a pagar una
inuita a la Real Cámara, las costas y
el salario de Ia causa, v se les orde-
nó salir del poblado en tres días. El
encomendero de estos indios, Anto-
nio Zapata Gólnez de Múnera, fue
sentenciado a pagar una multa por
no haber defendido a los narurales
y no haber asistido a ese poblado,
por haberse llevado dos muchachos
huérfanos al \hlle de Aburrá contra
lo dispuesto y por lto dar recibo de
las demoras que se ie pagaban. Del
cargo de haber cobrado de demora a
los indios 5 pesos de oro en lugar de
4% pesos de oro, como mandaba Ia
le1', fue absueito. por haberjusrificado
su acción,
Los indígenas, por su parte, de-
clararon haber pagado sus demoras
)/ tributos en oro, porque no sabían
que en las ordenanzas se mandaba que
lo hicieran en productos agrícoias.178
Para hacer estos pagos sacaban el
oro de las playas del río Cauca, en
178 AHA, lisitu, tomo 75, dommento 2091.
179 AGn\, Caciques e ¿zdior, rotro 5?. fols. 335-348.
180 AI{¡! Criminal, caja B-82. }egajo 1690-1700, dorumento 23.
d.e Antioquia d.urante el
los veranos de San Juan y Navidad.
En 1663, los oficiales reales habían
dispuesto que se les cobrara el quinto
del oro que extrajeran, sin que se les
pennitiera argurnentar la falta de
costulnbre para no hacerlo. Támbién
determinaron que ei encomendero
pag^ra el quinto dei oro en polvo que
recibiera de ios indios, por cuenta de
sus demoras.lTs
A finales del siglo eran frecuentes
las disputas entre los naturales ;' lo-.
libres que residían en el pobiado,
como lo muestra la causa seguida
contra Juan Andres Durarrgo. lnesl izo.
por haber maltratado a Faula María,
india de Sabanalarga. El origen de la
disputa estuvo en el acoso sexual de
que era objeto la irdígena por parte
de Durango, quien era pariente de
ella. De acuerdo con las disposi-
ciones legales, el gobernador de la
provincia, Francisco Fernández
Heredia, determinó que el sindicado
abandonara el poblado, disposición
que, consta, este desobedeció.r8('
Estos indígenas también sufrían
atropeilos de las autoridades, como
lo denunció en i716 el aiférezjeró-
nimo de Lescano Urnieta, protector
general de los indios de ia provin-
cia. De acuerdo con su teslilnonio,
Ignacio de Legarda, recogedor de
tributos nombrado por el goberrra-
dor José López de Can'ajal, ocultó
a los indígenas una real cédula que
disponía que los naturales pagaran
sus ¡ributos en moneda, fi'utos de la
siglo xrttu
tiera o anirnales, según su arbitrio.
Esta Cédula solo encontró al morir
se
Legarda. El protector también acusó
a FranciscoJosé de Vilia, corregidor
de Buriticá y Sabanalarga, de poner
en prisión a los indios, con ceposr
esposas y grilios, y azotarlos para
obligarlos a pagar los tributos. Era
tal el rigor de estos castigos, que el indio
Julián de David, a quielr no le admitió
el pago del tributo en frutos de la
tierra corno estaba rnandado, se lue
a la provincia de MurrÍ a consegurr
el oro v al regreso se ahogó.
Estas acusaciones fueron comple-
mentadas con la demrncia del protec-
tor de naturales del reino, licenciado
Antonio Lalana y Gueisa, quien acusó
al orra de Sabanalarga, doctor Fran-
cisco Solano de Salazar, de no asistir
a ]os indios, pr.res resrdía en la ciudad
de Antioquia e iba al pueblo sólo a
de cobrar sus prirnicias;' otros derechos
parroquiales. Este sacerdote abusaba
de los indios de tal tnanera que los
obligaba a pagar 7 cofradías que había
fundado de 5 pesos de oro cada una.
Como resultado de estas denuncias,
las autoridades centrales ordenaron
relno\¡er al corregidor de su empleo.
Tálnbién ratif,icaron que no se debía
obligar a estos indios a satisfacer
sus demoras en oro, pues no tenían
minas de donde extraerlo ,v eran su-
mariente pobres.lBl
A pesar de esa disposición, el
alférez FranciscoJosé de \¡illa sigrrió
ejerciendo el cargo de corregidor.
I81 AGN, Cacrques e indios, romo 52, fols. 398-410.
Af1A, Criminal, caja B-85, legajo I 770-1 790, doornelto
183 AIfA. Ind.tos, tomo 25, documeuto 774.
Ia -iurisdicciun de ciu"dad. de Antioquia I $Q
.la
Su conducra no debió r'ariar. ya que
a hnales de 1716 los indígenas de
Sabanalarga se rebelaron contra él
y se negaron a pagar los tributos co-
rrespondientes ai tercio de SanJuan
de ese año v otros tercios afasados.
\¡illa dimitió de su cargo por conside-
rar que su tida corrÍa peiigro, puesto
que los indios estuvieron a punto de
maLarlo. por haber puesro en prisión
algLrnos que no querían pagar sus
tributos. El gobernador José Yarsa
admitió ia renuncia del oficio para
obviar rnal,ores inconvenienles ) se
le pidió dar cuenta ala Caja Real de
la ciildad de Antioquia de los tributos
por él recaudados.r82
De acuerdo con ia matrícula efec-
tuada en i719. en Sabanalarga había
35 indios de la Real Corona, que per-
tenecieron a la encomienda del capitán
Francisco de \4lla; de ellos, 2 eranjubi
lados, 3 oorpaban cargos de gobierno
)' 30 eran tributarios. Tárnbién había
8 indios anaconas, uno de los cuales
ejercía el puesto de fiscal. Ei triburo
que debían pagar cada uno de los
naturales era de 8 pesos al año, lo
que daba un total anual de 367 pesos
2 tomines. Gorno se puede apreciar,
estos indígenas pagaban de tributo 3
pesos más que los de Sopetrán, hecho
este que debía rernontarse a disposi-
ciones tomadas en el siglo anterior.rss
A rnediados del siglo, según cons-
ta en una nórnina de los naturales que
contribuyeron para la construcción
de la iglesia, había en Sabanalarga
I

9A I Rzquezn, pobreza y üfnencinción
06 tributarios. En el misr¡o docu-
inento aparecen 86 Iibres pagando Ia
limosna para la obra, los que debían
vivir en Ia zona. Estas cifras reveian
que, en ese momento, Ia población
libre resjdente en el resg-uardo era
apreciabie, corno acontecía en buena
pa;:te de ios pueblos de indios de
l{ueva Granada. Es interesante que
i¿ ccnstmcclón del rempio fuer-a una
larca elnprendida conjunramenie por
jos dos grupos, pues rara vez Lenían
iliereses comurres. I8a
Los infcnnes de los oficiaies rea-
l:s oe AnLrc-'guia per-miren vel que ia
pcbiación indígena tie Sabanalalga
pet'lnaneció estable, siendo, de los
Lies pueblos de tndios existentes el ia
jurisdicción de la ciudad del"ntioquia,
:1 que con':aba con ltla)¡or núrnelt' de
naiuraies. En ia rrracrícula en 1704
consta que existíar, 67 tribuiarios, de
lcs cuales estaban exentos de pagar
¡ribu¡os 2 alcaldes, un capitári cobra-
dor I r"ecogedor de fugirii'os, un hscai
de 1a docrrna, un sacristán y 2 can¡o-
res. De los 60 indios resranies, 23 eran
ane,conas I 35 indios de la Corona,
lo que significa q'r¡e ya no quedaban
indios de encornienda y que el tributc
iba directalnente a la Real liacienda.
La cantidad que debían pagar ios
indios tributarios continuaba siendo
más aita que Ia de los otros pueblos
de Ia provincia, pues era de 6 pesos rie
oro. De los pueblos de indios de la
.Jurisdicción era el único que lograba
üi4 Ibíd.. tomo 26, documento 778.
185 ibíd.. riocumenro 784.
i 86 ,AilA Crinnnl, cajaB-74. iegajo 1760-1780. d¡,culenr¡
18? Ibíd.. caja b-38. legajo 1770-1780, domure¡rtc 6.
sociaL en ln Proaincn. d,e Aniioquza Curantc el siglo
cubrir, con lo recaudado, el salario
del cura, no ocasionando pérdidas ai
hsco por este concepto. Estas razones
influi'eron para que el gobernador de
ia proi,incia, José Barón de Cliaves,
propusiera que se trasladaran a este
lugar ios indios cle pueblos de Sope-
trán Y Buriticá.r¿¡
Según el cura doctrinero,JoséJa,
vier Leal,, ia prcsencia de libres en el
resguarCo ocasionaba gran desoicierr,
paracularmenie en lo relativo a ia asis-
Lenr:iaa la docinna por parte cie ios
niuchachr.¡s. El illdio fisca] no los lla-
rnaba ni se encalgaba de repasaria.186
I-a situación económica, cie lcs
indígenas de Sabanalarga se pueci:
conocer iomando como ejernplo la
l-elación de los bienes deJuana Il4a;'ía
Clransi, incia ¡'iuda, quien en 1777 r,e-
nía rna casa pzrj:za ndeva con co:ilra.
4 far'egas de ¡n¿iíz rczado dentro de
La rnlsina casa. i platanarcjto, 6 reses,
2 )'eguas. I caballo viejc, 2 lecirolas,
4 galih,as l' I gailo.r8t Ccmo ccurría
en es'Le casc, ]a 1na\¡or parle de ios
;:rdí[enas debía ser pegueños pro-
pietarios pobr"es. que a \/eces se veían
eil drf;cultaries paia iecaudar lo que
det,ían pagar de t¡ibuto, razón por
la cuel cralr cornentes las peticiones
de exención de pago aduciendo
enferr¡redades e impedimentos. Así,
e¡¡ 177E. soiicitaron al gobernador
Ca,vetano Bueita Lorenzana que ios
exoneralra de pagar ios tributos, Pablo
Santamaría, quien estaba enfenno de
ir
,*F.::'
xvui
"rengo", y Antonio Oqu.'ndo, quien
tenía abierta la ingle. Este mandó que
no se los oblig"ara a pagar hasta tanto no
sanaran de sus dolencias.r8s
Para esa época, el núrnero de
tributarios seguía estable. ),a que en
un informe dei Tribunal de Cuentas
de Santa Fe de 1779, se dice que en
Sabanalarga existían 7l indios útiles,
recaudándose 426 pesos de tributos,
los cuales estaban asigrrados al pago
del estipendro del cura.rse
En 1782. el protectorde naturales
de la provincia pidió, a solicitud de
los indígenas de Sabanalarga, que
se les rebajara el rnonto dei tributo,
consistente en 6 castellanos al año,
por no poder pagarlo muchos indios.
Los naturaies se quejaban de no tener
tierras útiies para cuitivar, pues, aun-
que ia extensión de sus resguardos era
graude, no eran lerrenos apropiados
para rocerías y estancias, por ser Ia
mayor parte cuestas o lornas. Para
conseguir con qué pagar el tributo,
ios natura.les se ausentaban a tierras
Iejanas para buscar oro y pasaban
años sin acudir a su pueblo. Según
un apunte del cura doctrinero, había
44 indios y 7 indias ausentes. muchos
de eilos con su farnilia. El gobernador
Buelta Lorenzana no autorizó la re-
taza pedida, por no tener facult.ades
para hacerlo.)eo
Durante la visita reaiizada en 1788
a Sabanalarga porJosé Bernardo del
Campillo, en cumplimiento de una
orden del oidor Mon y !'eiarde, los
188 AffA, E¡clatos. tomo 31, doomeutos 998 y 1000
t89 AI]A Indios, torno 26, documelio 79I.
190 AIIA" Esclarcs, torro 31, documento 1016.
kt jurisdicción de ln chrdal de Anüoryia I 9l
indígenas interrogados como resrigos
dijeron que ia mayor parre laboraban
en tierras realengas y de offos due-
ños, porque las de su resguardo eran
inútiles. Los fnitos que sembraban
eran el maí2, el plátano, que era el
producto de rnás abundante cosecha,
el frfoi, la cafia, que soio utilizaban
para sacar guarapo, por no saber
beneficiar el dulce, y otros géneros
de huerta. Estas siernbras eran esca-
sas, porque el ganado las destruía.
De acuerdo con la información de
la visita, los indígenas continuaban
pagando 6 pesos de oro al año de
tributo, y era esta la causa de muchos
de los aprietos que pasaban.
La pobiación indígena dei lugar
había aumentado, pues en ese mo-
mento había 672 indios en total.
Los tributarios, es decir, los hombres
entre ios 17 y los 53 años de edad,
eran I05. Estaban exentos de pagar
tributo 9, por ejercer los empleos del
pueblo, 3 por edad, 9 por enfenne-
dad, 24 por estar ausentes y 3 por
estar lib¡es de este gravarnen. El total
de cabezas de familia era de 217, de
las cuales 85 (39.1 TVat eran lnujeres
viudas, soiteras o casadas con iibres.
Un indicativo de que esta pobiación
se estaba mestizando aceleradamen-
te es el hecho de que 26 hombres y
22 rnujeres indígenas estaban casados
con libres. Los funcionarios encarga-
dos de hacer los recuentos señalaban
continuarnente que era dificil encon-
trar indios puros.
 92 I Riquen, Pobrem y diferenctación social ert ln Prouinna
Según los datos de la visita, ia si-
ruación económica de los indígenas
de ese pobiado era cada vez peor.
Para el oidor visitador Mon y Velarde,
la causa de su pobreza y miseria era
que tenían qr¡e pagar los tributos en
oro Y no en frutos de la tierra.rer
Al año sigurente, el protecror de
naturales de Antioquia, Pedro Féiix
Pastor. reiLeraba los problernas ocasio-
nados por el hecho de que los indios
salieran fuem de su tierra a buscar
oro para poder pagar ]os tributos. En
su concepto, se vioiaban ios derechos
de los indígenas al exigirles, aigunos
sacerdotes de ctiratos de gente iibrc.
el pago de derechos por enterrar
los nanrraies que morían lejos de su
pob1ado.1e2
Aunque la esterilidad de las tierras
del resguardo de Sabanalarga hacia
que fueran menos apetecidas por los
iibres que las de los otros poblados
indígenas de la provincia, a finales del
siglo xr,'ir eran comunes los conflictos
en¡re los indÍgenas y los vecrnos no
indios que se habían radicado en el
iugar. En una causa seguida en 1793
a Antonio Durango, libre. casado con
una india de aquel pueblo, este decía
que las autoridades indígenas, ileva-
das de "la pasión que manrienen con
ios libres'', cometían atropellos conü'a
eilos. El gobernadorJuan Pablo Pérez
de Rubias deterrninó que así como los
libres casados con naturales eozaban
191 AIIA, I,isita, torrro 76, documerrto ?106.
192 ,¿'ild l¡dios, tomo 26, docuutenro 789.
193 AH,A! Atm.iml ca3a B-51, lega;o 1790-1800, documento
194 AII¡" Indios, to:m'o 26, docurr¡ento 807.
d.e Anüoqum. d.ut glo xvti
de ios fueros y las tier;-u." de aquellos,
estaban obligados a sujetarse a los
jueces de los indios. A los rnandones
indígenas les pidió ser prudenres con
ios reos y no proceder con pasión,
como se advertía en ese proceso.rss
La pauperización de ia población
indígena de Sabanalarga Ia podernos
rnedir al analizar el patrimonio del
indioJavier del Poso. En 1801, este
sujeto poseía la mitad de un derecho de
una casa cubierta de pa,¡a con paredes
de estantillo Io calizada en Sabanalarga,
la mitad de otro derecho en una casa
pajiza maitratada situada en elJunco,
4 bestias y algunos tnuebles. El valor
a de estas propiedades era de i I I pesos
4 tornines de oro.lsa
Al principio del siglo xu, según
ulr informe presentado al Superior
Gobierno, el núrnero de habitantes
del pobiado de San Pedro de Saba-
nalarga era de 1.20I personas. de las
cuales 820 eran indios y 381 libres.
Estos datos indican que los indígenas
constituían cerca de las tres cuartas
partes de la población, lo que repre-
senta un núme¡o apreciable para el
rnomento. Las casas que habitaban
los naturales eran de techulnbre de
paja ,v sus paredes eran de maderas
grllesas, de altura proporcionada. que
eran cubiertas con barro embutido,
el cual seco daba la irnpresión de ser
una pared de tapia. Los moradores
del lugar se dedicaban a sembrar
4 195 AiiA.
plátano "como pennanente, próvido
y de poca fatiga en su cultivo".re5
La cría de ganado vacuno estaba
poco extendida, pues en toda la ju-
risdicción habría unas 150 cabezas.
La actividad fundamental de los
indígenas ;' Iibres era la rninería del
oro, que realizaban en las márgenes
del río Cauca, en los veranos de San
Juan y Navidad.
Según ias descripciones del si-
glo xvut de los resguardos de Sope-
trán y Sabanalarga, ia mayoría de
los indigenas elan pequeños pl'o-
pietarios. Los inventarios de bienes
perrniten ver que los residentes en
Sopetrán tenían mejor situación eco-
nómica, lo que se refleja en el hecho
de que poseyeran trapiches y mayor
cantldad de ganado. Por la calidad de
la tierra v su cercanía a ia ciudad
de Antioquia, el resguardo de Sope-
trán sufrió desde mu¡' tetnprano ia
presión de la población libre, lo que
dio a numerosos conflictos a io largo
del siglo xi¡irr. I-a poca fertiiidad de
ias tierras dei r-esgrrardo de Sabana-
larga ias hizo menos apetecibles, lo
que perrnitió gue la mavor parte de la
población lesidente denno cie él fuera
ir:dígena.
Por lo que respecta al desarlrcllo
demográñco de la pobiación indí-
gena de la jurisdicción de la ciudad
de ,Antioquia, se encuentra que esta
iogró cierto crecirniento. Después de
llegar a su punto rnás bajo a fines del
sigio xvtr -v pr-iricipios del siglo xvlrr,
C¿z6os, tomo 343, doomento 6538, fols. 40r-4ft.
]96 H. Tor,ar Pinzól et á1., Cont,ocatorza al pode, drl nume,r, Op. crt., pp. 103 y 113
La jtu'isdicción de ln. chulad d.e Antioquia I g3 I
empezó a recuperarse a partlr de
1750 y se mantuvo estable hasra f.er-
minar la centuria. De acuerdo con
los datos del censo de l'/77,los indi
genas residentes en los pueblos de la
jurisdicción de Ia ciudad de Antioquia
(Sopetrán, Sabanalarga y Buriticá)
eran 1.279. En el aíro de 1788 se
contaron en esta zona 1.597 natrrra-
les. denrro de los crrales deben esrar
incluidos los indios clrocoes. recien-
temente reducidos al pueblo de Ca-
ñasgordas. En ella vir'ía el 45.65V0 de
los indios exlsrenres en la pioi'incia.
cuvo tota] era de 3.498 personas.r!'6
l-¿l vez el aspecto más irnporrante
para resaitar sea la conclencia de gm-
po que los indígenas dernostraron en
ias drsputas con otros sectores de la
población que presionaban sobre
la tierra de sus resgpardos. En el caso
del pobiado de Sopetrán fue particu-
larmente visible córno. a medida que
se incrementaban los conflictos, era
más ciara ia reii'indicación que hacía¡
de su derecho a las tier-ras del resguar-
do, de las necesidade,c de su grupo
y demostraban la forma falaz como
muchos libres querían apropiarse de
sus terrelros. Támbién es notorio cómo
los enfienta¡nientos, que iniciahnente
el?n con todo aquei que residía dentro
de su territorio. se concentraron ell
contra de ios r,ecinos rnás acomodados,
que en su malro¡ Ot-r. eran biancos.
En cuanto a las auforidades de la
provirrcia, es evidente que tendieron
a fa¡'orecer los rntereses de los veci-
 t

94 I n¡tlueza, pobreza 1 d,lferenciacíón soczal en La Proúncia d,e Antioquia durante el si,gla wrn

nos libres, dentro de los marcos que
las leyes de protección al indígena
lo permitían. El intento frustrado
de agregar los pueblos de indios de
Iajurisdicción creó, entre los gober-
nantes españoles, la convicción de
que Ia única solución al conflicto
presentado entre los indios y el resto
de la población por tierras era la des-
integración de ios resguardos, con el
consiguienre reparro de estas tierras
en posesiones de propiedad privada.

jurisdiccrones
Las
de Rionegro v Marinilla

Co-o Io *otábamos ante¡ionnente, Osos. Una muestra de este proceso es

en 1601, ias ¡'eg'as situadas a lo largo
del Río Negro habían sido otorgadas
por el gobernador Gaspar de Rodas
como propios y ejidos de ia ciudad
de Antioquia.l
De acuerdo con los datos de ias
causas mortuorias y de los protocolos
notariales, a mediados de ese siglo
algunos mineros de ia ciudad de An-
tioquia consüuyerrcn, en esta zona,
expiotaciones ganaderas iigadas ai
abasto de las minas de oro descubier-
tas en esa región y en el \hlie de los
el caso de Cristóbal Ruiz de Ia Parra,
quien para 1668 tenía allí ubicados
un hato de ganado mayor eu La Ceja;
otro hato en Cantarranas, en la otra
banda de Rionegro, ;,una estancia.
ranchería y mina de oro en Guame.
Complemelrtaba este patrimonio corr
otra estancia y tierras ubicadas en la
región de los Osos, en donde poseía
otras minas. En estas propiedades
mantenía 546 cabezas de ganado
vacuno, 123 yeguas y 30 caballos,
y utilizaba 60 esclavos como mano

Segúr ei dmio, los linderos de estos ejidos iban desde La Ceja de A¡cabuco de A¡ma hasta
llegar a Rionegro 1, desde esre para la cirdad de Antioqur4 Io que había vacío. Archivo
Histó¡ico de Antioquia (!JL\), Tienu, tomo 163, doa¡mento 4263.
 \

96 I R/q"n-. pobrem y diferenciación socinl en La Proztincia d,e Antioquia dlrantc el. sigla xrtu Ins.iurisdlcaones d,e Rionegro y Marinitk I 97

de obra en las labores agrícoias
ganaderas.2
Como resultado de esta ocupa-
ción, para 1663 Rionegro renía su
curato propio y a cornienzos del
siglo sigr-rrente sus vecinos estaban
dernandando alcalde.3 En 1677, el
gobernador Miguel de Agrinaga co-
lnisionó a su teniente Toribio de Villa
,v Posada como medidor de las tierras
del oriente y el Cabildo de la ciudad
de Antioquia nombró a Antonio
Arango y Valdés para que defendiera
el derecho a las tierras que allí se le
lrabían otorgado. Este sujero. que era
español, no curnplió con su cornetido
y en lugar de hacer valer los títulos
del Cabildo, prccedió a hacerse oror-
gar clarrdestinamente una merced de
tierras en ese si[io. Con base en este
título construyó, en el Valle de San
Nicolás, una gran hacienda, "Los
Rastrojos", que en 1725 iba desde la
quebrada de Piedras Blancas trasta los
lírnites rnismos del sirio de Rionegro.a
Segrin el gobernador inrerino
Francisco Sil'r'estre, para 1776 en
Rionegro había un vecindario de i 2 a
14 almas de comunión y era un curato
que correspondía a la jurisdicción
de ia ciudad de Antioquia. En este
dilatado territorio residía un capirán
a guerra, quien tenía a su cargo la
y administración de la Real Hacienda.
Desde 1730 se nombraba un alcalde
con jurisdicción ordinaria, fuera de
dos alcaldes pedáneos para los par-
tidos de La Mosca y Concepción. En
su criterio, en ese vecindario había:
"mayor número de gente distinguida
y de caudal que en esta capital".¡
De acuerdo con una representa-
ción hecha en 1785, que acreditó la
roul ruina de la antigua ciudad de
Arma. sus pocos tecinos v su noloria
pobreza, lo que les impedía asumir
Ios oficios de la república, se deter-
rninó que el título de aquella ciudad
fuese traspasado al sitio de Rionegro,
parzfe en el que habitaban más de
9 rnil personas y en el que había casi
30 prnpietarios de lnediano caudal.
El encargado de efectuar ese traslado
fue el gobernador Silvestre. quien
tenía encolnendado hacer que los ve-
cinos de la nuer,a ciudad cornpraran
las tierras inmediatas a ella, para que
sirviesen de ejidos, pastos cornunes
l/ rrontes para leña; adernás, debían
fabricar casa de cabildo 1' cárcel a su
costa. El fiscal de la audiencia dispuso
iguahnente que en esta ciudad hubie-
ra cada sernana un día de mercado,
para lo cual se señaiaron los sábados,
pues era un día en que podía con-
currir el crecido número de vecinos
dispersos en el campo.6 Dentro de
la jurisdicción de la nueva ciudad
de Santiago de Arma de Rionegro
quedaron incluidos los pueblos de
indios de Peñol, Pereira y Zabaletas,
así como los sitios de iibres de Santa
Bárbara, San fosé de Arma Vrejo,
Concepción )' Satl \/icente.7
Después de un largo proceso
que se inició en 1786, el fiscal de ia
Audiencia declaró, en 1791, que ias
tierras que el Cabildo de Antioquia
había pretendido por razón de ejidos
pertenecían a los r,ecinos de Rio-
negrr, hecho este que contribuyó a
consolidar lajurisdicción de la nueva
ciudad.s
Por Io que respecta a la Vilia de
Marinilla, se debe precisar que perte-
neció originalmente a lajurisdicción
de Mariquita. Aunque este iugar fue
er-igido corno viceparroquia eclesiás-
tica de Rionegro en 1720, solo en
1756 fue incorporado su territorio a
la Provincia de -{ntioquia como sitio
perteneciente a ia jurisdicción de
Rernedios.e
La apropiación de los terrenos
de esta zona por particuiares se
consolidó a mediados del siglo xi,lrt
cuando algunos vecinos de este lugar
solicitaron a ia Audiencia grandes
mercedes de tierra. Así, en 1748,
Nicolás de fuvero pidro tierras cer-
ca al nacimiento de la guebrada de
Marinilla; en 1751, Pedro Ocarnpo
solicitó un terreno ubicado en el pa-
raje de esajurisdicción, que llarnaban
"Montañita"; en l766, José de Oroz-
co y Ventura ,Arbeláez pidieron una
merced cerca de los nacimientos de
las quebradas de Marinilla y AJdana,
y en 1 771 Isidro Pineda ;'José García
Marín solicitaron un nuevo remate de
tierras realengas en ese sitio.ro
Para 17 7 6, el curato de Marinilla
tenía de 700 a 800 vecinos, perte-
neciendo muchos de ellos a familias
que se trasladarcn desde Medellín,
y en opinión del gobernador Silves-
tre, era "gente apiicada al trabajo,
aungue rnuchos al ejercicio poco pe-
noso de rescaLantes en los minerales,
cuando importaría más que fuese al
de labrarios".rr
El acelerado crecirniento de su
población, así corno la ampliación
de su frontera, ller'ó a que en 1786
se erigiera como villa independiente.
Dentro de su jurisdicción quedaron
incluidos los sitios de El Sanruario, La
Ceja de Guatapé y El Carrnen, v ia po-
blación total de este territorio era de
4.462 habitantes aprrcxirnadamente. t:

6 AIIA, I,'aiias, tomo 76, docuuento 2115.

\/íctor Ah'arez Morales, "I¿ formación de la estmctura agraria en Antioquia (l541-l7g0)'', 7 Emiiio Robledo, Bosryejo biográf co del señot' oíd"or Juan Antonio Mm 1 Velat'd,e. Vsitador de
porrencia preselrada elr el /I/ Congrao d.e Historia Cal.ombiana, Medellín, Uuiversidad de Antioquia, 1785-1788, Bogotá, Banco de Ia República, 1954, tomo 2, pp.307-311.
Antioquia. 198I, tabla 2. 8 AIIA Ti¿)ras, tonto 163, documento 4263, fol. 171v.
James Parsons, la coloniución antioqueñ.a en el Occidente d.e Colotnbia, Bogotá, Carlos Valencia 9 J. Parsons, La colonización anti.oquna en e! Occidentu d.e CoLontbia.,Óp. cit., p. 92.
Editores. 1979, p. 92. I 0 A¡chivo General de Ia Nación (AGN), Tien as dc Antioquia, tomo l, fois. 563-607 y 613-625:
\l Alvarez Morales. "La fonnación de la estrucfura agraria e[Altioquru...", Óp. cir.. p. 37. tomo 4. fols. 543-5631 tomo 6, fols. 705-7I3.
Francisco Silvesre, Descrtpaón de.I reina d.e Santa Fe de Bogotá. Bogotá, Biblioteca Popular de Ii f. Sih,estre. Descrzpcióu. d.el reino d.e Sauta Fc d.c Bogotti, Óp. cit., p. 1 86.
Cultura Color¡rbiana, 1950, p. i85. l2 AÍ1l' Cmos. tomo 338, documerto 6496, fols. 247v-248r.

98 I Rlq"en, pobreru 1' dtfermciación sociaL
El anterior recuento muest.ra
que solo en la década del ochenta
del sigio xvrrl Ia zona que hoy se
conoce como el oriente antioqueño
se consolidó desde el punro d€ vista
político-adminisrrativo en dos gran-
des jurisdicciones: la de Rionegro y
la de Marinilla.
A parttr de este rnarco jurídico
político, a continuación se esrudia ia
estllrctura de tenencia de Ia tierra de
esta subregión, tomando como base
los datos del censo de patrirnonios
realizado entr-e 1786 y 1787 por or-
den del visitador Mon y Velarde.
Las grandes propiedades: red
de parentelas
Buena parte de las glandes propie-
dades existentes en 1as jurisdicciones
de Rionegro y Marinilla duranre la
épc,ca coloniai ru.r'ieron su origen en
los títulos )' las mel-cedes de tierras
obrenidos por aigunos propieLalios
irlancos a irnes del srglo xirr r prin-
crpios del xvnr. Conlo dijimos anre-
riolmente. esta ocupación inicial se
consolidó a partir de Ia expedición
de la real cédula de I 754 sobre der.ras
realengas. \:a que con base en elia
algrnos vecinos de la zona solicital'on
)' obtuvieron de la Audiencia
R"eal
títulos de grandes extensiones de
tierra que les permitieron expandir
sus propiedades. Hay que anotar que
un porcentaje apreciable de estos
l3 Gabrrel Arango Me1ía, Genealogíu de Antioquia 1' Caldas 2." ed., Medellil, Imprenta Depar-
iarnentai. 1942, p. 511.
l4 [J].A- Motluotias. tomo 246, dommenie 5443.
en ln Prouincia d.e Antioquin d,urante el siglo
terrenos continuaron en poder del
misrno grupo farniliar por un iargo
período, a pesar de los repartos entre
herederos.
Para ilustrar córno se confonnaron
las grandes haciendas y los hatos
ganaderos de la regrón, tomelnos el
ejemplo de la familia Londoño, de
la cual fue fundador.]uan Londoño
y Ti'asmiera. español. quien se esta-
bleció a mediados del sigio xru en el
\hlie de -Aburrá. donde contrajo rna-
trimonio el 16 de septiembre de 1658
con Bárbara Gertrudis Zapata, hya de
rnineros v encomender-os importarr-
tes (véase figura 2.1).13 De acuerdo
con la causa mortuoria seguida en
I 7 I l. este individuo. que era vecino
de Medellín, poseía en Ia región del
oriente un hato ganadero localizado
en el sitio de La Ceja, en el cual pas-
taban 328 reses de ganado vacuno y
108 cabezas de ganado caballar. El
avalúo de esra propiedad, inciuidos la
casa de ernbarrado 1' el ganado. era de
3.070 pesos de oro. En la rnisma zona
poseía. en el sitio de \állejuelo, una
estancia de más de 4 legras en cuadro
(400 cr-radras apr-oimadamenre), que
fueron apreciadas en 30 pesos de oro
por decirse que no eran de utihdad.
Cornplemenraba esre patrirnonio
con ia mina cie SanJuan, ubicada en
el \/alle de los Osos, en donde tenía
ranchería ), 23 escla1os. bienes que
fueronjuspreciados en 2.535 pesos de
oro.la Ha1' que aclal'ar que a su rnuer-
FE:
xvtt
te este propretario debía I tr esclavos,
que cornpró en ]708 a Lorenzo de
Arce 1' fs¡.r¿a, vecino de Santa Fe,
en 2.010 pesos de oro.r5
Estos bienes fueron repartidos en-
tre sus 6 h¡os, quienes se radicaron en
el \hlle de Rionegro, donde aigunos
incrernentaron el patrirnonio que les
hre ad.ludicado corno herencia. con
los bienes que recibierou como dote
de las esposas al contraer matrirnonio
l con la st-riicitud de nuevas pelrciones
de nrercedes de tie¡ra..Así, una de las
herederas, .]aviera Londoño Zapata,
quien ccintrajo matritnonio con lgna-
cio de Castañeda 1' Aterhortúa, rico
minero de la zona, en ul) testalnento
otorgado en 1766 enumeraba como
bienes sul'os ia hacienda del Llano
dei Hato, la de La Ceja, heredada de
su padre, ,v la de Salaza! con sus ga-
nados y yeguas. Es irnportante anotar
que parte de esLas tierras ie habían
sido concedidas a don ignacio por
una rnerced otorgada en 1760. En¡re
sus pr-opiedades tarrrbién se contaba
la rnina de El Guano, localizada en
ei partido de La Miel y 140 esclavos
grandes y pequeños.
Esta propietaria se convirtió en un
personaje de }a historia regional, por
haber otorgado 29 carns de libertad
en 1767, en ias cuaies rnanumitió
122 esclavos, y disponer que para
su inanutención se les señaiara en
la mina de El Guarzo la parte que
se considerara conveniente. Esta li-
15 A¡chivo No¡arial de Sana Fe de Antioquia (AllA), tomo 1705-1708, legajo 1708. fol. 74r
l6 AGN..\'rgro:¡, esclauos tle Anlioauá. tomo I, fols.804-860; toruo 3, fols. 624-839.
\7 .{GN, }lcras d,e AtÍiogttit, romo 8, fo}s. 800-627.
Lo; jurisd.icciones d.e Rionegra 1 Marinilln I 99
bertad la concedió con ia condición
de que cada uno de los agr-aciados
mandara decir todos los años ulra
misa y sobre el resto de sus bienes
impuso rina capellanía a favor de su
alma y la de su esposo.le EsÉs cartas
de libertad 1 lo dispuesro en taric,s
testamentos y podet-es que otorgó en
coryunto con su marido o sola, dieron
origen aun dilatado proceso oue dejó
ver claramente cuál era la posición de
Ios diferentes sectores económicos
de ia región con respecto a la ulanu-
rnisión de esclavos. AJ igrral qu€ en
Ios casos estudiados para ia ciudad
de Antioquia, el que esta propieiaria
pudiera disponer libremente de sus
bienes se debió al hectro de no tener
herederos f<irzosos.
Otro de los sucesores de Londoño v
Tiasmiera, su hijo Sancho Londoño
Zapata. logró acumular una impor-
tarrte fortuna a través de sus actrli-
dades como minero y hacendado,
habiendo ampliado las propiedades
territoriaies que recibió corno heren-
cia con una tnerced de tierras que le
fue otorgada en ei sitio de Vallejuelo
en 7767 .t¡ Es posible que pane de su
caudai Io hubiera recibido por vía de
dote, pues se casó con MaríaJaviera
de Piedrahíta, viuda de Antonio
Casanoba, quien era hija del capitán
Juan de Piedrahíta y Saavedra, uno
de los más importantes lnineros cie ja
ciudad de Antioquia en el siglo xvli.
Según la rnortuoria, los bienes de
700 I n¡qu¿-, pobreza y difermcfución social en La. Prouincia de AntioErin, d,uranLc el siglo xvrn Ins jurisdicciones de Rionegro y Marinilk I 101

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 102 I Riqueza, pobreza I diferenciación sociai
Piedrahíta Saavedra consistían en un
hato con potreros, aposenros )' capilla
en el Valle de Aburrá, tierras en el si-
tio de Comunidad, en iajurisdicción
de Antioquia, y una estancia de ga-
nado mayor. Poseía también L I72 ca-
bezas de ganado vacuno, 12 yeguas,
34 muias, I I yuntas de bueyes
I burro. En el \hlle de los Osos era
dueño de una mina de oro i' fire uno
de ios mavores propietarios de escla-
vcs de la provincia, pues tenía 92.18
l¡rforrunadamenle, no contarnos con
un inventario de los bienes de Sancho
Lorrdoño Zapata, pero sabernos de
una posesión en Llanogrande, una en
La Ceja, heredada de su padre, ,v otra
en Valle.¡uelo. fuera de las minas en
la quebrada de La Mosca (Guarne),
v en SanJacinto de Osos, en las que
para i755 trabaiaban 77 esclavos.re
El monto de su forruna lo podemos
rnedir si anotarnos que cada una de
sus cuatro hijas recibió de legítima
paierna y materna 15.383 pesos 2 to-
mines de orc, y que su hijo, el docror
Sancho Londoño Piedrahíra recibió,
fuera de esto, un tercio de los bienes
cie su madre, como legado especial,
con la obligación de rerornarlos al pa-
trimonio farniliar cuando muriera.:0
De acuerdo con estos datos. al morir
en 1 765. Londoño Zapara. a guien
ilamaban El Corregidor, por haber
desempeñado este cargo durante
rnucho tiempo, tenía un caudal de
aproximadamente 75 mil pesos de oro,
\{ A}r'arez Momles, "La forruaciól de ia esrrucrura agraria en Antioquia...", óp. cit., tabla }.
]9 A[IA- Mims, ¡on¡o 362, docur¡ento 675S.
20 Archivo de Ia Casa de ia Con¡,ención de fuonegro (ACCL). Mortuotiru, ¡ornos 40-41.
m l¿ Prouncin de Anhoquia dmante el siglo xwtt
1o que lo hacía la persona más rica de
la provincia en esa época.
Algunos miembros de la siguiente
generación también ampliaron las
posesiones territoriales que habían
heredado, corno fue el caso de Ma-
nuela Londoño y Piedrahíta, vecina
y de Rionegro, quien se casó en 1744
con Felipe Villegas y Córdoba, espa-
ñol. Al morir en 1784, los bienes de
esta propietaria consistían en una po-
sesión de casa ) tieffas en Llanogran-
de, avaiuada en 598 pesos 6 tomines,
la cual heredó de sus padres. Tenía
una estancia en La Ceja, donde pas-
taban 336 cabezas de ganado vacuno
y 74 cabezas de ganado cabaliar y en
la que mantenía 20 esciavos. Esta pro-
piedad, apreciada en 12.396 pesos
de oro, era parte de su dote. Poseía
tarnbién un pedazo de tierras en La
Cuchilla de ia Honda, donde había
una mina de oro corrido y un ojo
de sal. Adelnás, se le inverrtar¡aron
Ias tierras encerradas entre los ríos
Buey y Arma, desde sus cabeceras
hasta que sejuntan. cu¡o precio era
de 1.500 pesos. Este últirno derecho
le había sido otorgado a su lnarido
por una merced de tierras concedida
en el ano de I 765 y correspondía al
territorio donde hoy en día es¡án los
rnunicipios de Sonsón v Abejorral. A
estas propiedades debemos agrrgar-
Ies varios derechos de minas, enLre
los que sobresale Ia mina de Las
!'eguas, avaluada con sus 33 esclavos
La^s
en 4.645 pesos de oro. El monto total
de sus bienes fue de 26.980 pesos de
oro, de ios cuales, al deducir el capital
que aportó su esposo al tnatrirnonio y
algunos legados y deudas, quedaron
líquidos 3.571 pesos de oro, para
cada uno de sus 6 hijos.:
Pero no todos ios Londoio Piedra-
híta tuvieron éxito en las etnpresas
en que se comPrometieron, como io
demuest¡a el ejernplo de Joaquina
Londoño Piedrahira. quien conrajo
matrimonio con el espaírolJuan Mar-
tín Bernal. Esta propietaria, en el cen-
so de 1787, contaba con una posesión
de un cuarto de legua (25 cuadras) en
Llanogrande, y otra de media legua
(50 cuadras) de tierras de pan y ca-
ballería en La Ceja. Poseía 150 vacas
y 35 caballos, y cultivaba legurnbres
de tierra fría. En sus tierras y en un
derecho en Ia rnina de Ia Candelaria
(quebrada de La Mosca) tenía traba-
jando 53 esclavos. Esta mano de obra
era cornplernentada, en ei caso de las
posesiones territoriaies. por un mesti-
zo y 4 mulatos libres, que traba1aban
en ellas en calidad de mercenarios o
agregados.:: Todos estos bienes eran
parte de su herencia, pues de acuel do
con su testarnento, otorgado en1797,
oando mudó su marido, el caudal
que dejó apenas alcanzó para cubrir
Ia dote de ella y no hubo para pagar
las deudas. A pesar de esto, su cau-
dal, calculado en el año de 1787 en
21 Ibíd., tomo 40. fols. 1¡-9?v.
22 AHJ:, Ceuo¡ tomo 341, documento 6521.
?3 ACCR, Is¿¡irara, tomo 1789, fols. 73v-75r'
24 AIIA. Ceruos, romc 341, documento 652I.
jurisdicciones d.e Rionegr l Mañnilla I 7A3
12.330 pesos de oro. se contaba entre
los diez más aitos de la jurisdicción
de Rionegro y fue distribuido a su
rnuerte entre I hi-jos.23
Por lo que respecta a la cuarta
generación, muchos consen'aron las
propiedades que heredaron. Es¡e frre
el caso del rnaestro José Antonio de
\¡illegas, hijo de Manueia Londoño,
quien según el censo de 1787 tenía
15 fanegas de tierra en La Ceja y
48 cuadras de tierra i una mina con
sus labores en el sitio de Las Yeguas.
En estas propiedades poseía 80 cabe-
zas de ganado vacuno, 51 cabezas de
ganado cabaliarl'55 cabezas de gana-
do cabruno. La rnano de obm utilizada
estaba representada por 3l esclavos y
2 libres, que vivían agregados en sus
tierras. Este patrimonio se comple-
mentaba con un derecho en las úen-as
del Buey', 1as que se haliaban sin partir
con sus hennanos I' cuñados. Es im-
portante anotar que este indi¡'iduo, a
nombre de los hercderos de su padre,
negoció este terreno con los colonos
de Sonsón a fines del siglo xvrrr. En
4.187 pesos fue cajculado el caudal
líquido de este propietario.2a
Estos datos rrruestran córno las
tierras de La Ceja v Lianogrande
estuvieron en poder dei rnismo gru-
po fainiiiar a lo iargo dei sigio xvrir,
aunque se vieron afectados por ias
participaciones cntre ios sucesivos
heredados. Como indicativo que
 704 I nlqueza, pobreza y difcrmciación socinl m. ln Protincia d,e Anüoquia dzrante eI siglo xvut Ins jttrisdrccimes de Rionegro t Marinilln I lt)b
a

pennite medir la g-an dimensión de clavos rnamrmitidos que continuaron s

los títulos prirlitivos, de acuerdo con trabajando con slls antig-uos alnos. s
0r o':
@O(OOÉl'-c)O
F@O(Do(ol)(o
los datos del censo de 1787, entre los Otro pnnto necesario de resaitar onooñooñ
o
2l propietarios blancos qlle contaban es qlle dtrran¡e cuatro generacio- o.
con más de I00 cuadras de tierra en la nes. los individt¡os pertenecientes
jurisdicción de Rionegro, 6 (28,5770) a este grupo farniliar utilizaron ia *
R"
NS
eran miembros de esta famiiia y con- producción de sus haciendas para
taba¡ con derechos en las propiedades rnantener la cuadriila de esclavos que ?: n@NórN
¡'-ONNN
rnencionadas (r'éase tabla 2.1). se dedicaban a laborar en sus minas.
o*
Por lo que respecta a los esclavos, Posiblemente esta mano de obra era oñ
E
la cuadrilla que conforrnó Sancho desplazada de ias labores agrícolas
z
Londoño Zapata a mediados del a las mineras, de acuerdo con los
siglo xvnr dio origen a algunas de las requerimientos, sin que se pueda de- o
b- O6N.ü'ONN$
rnás grandes cuadrillas de Ia Provincia cir que un tipo de trabajo ftiera más oñ (l)-c0-,1 \o-\0-,:
de Antioquia, como ftleron la de slr
9- oo+6N*rO
rO
rentable que otro, pues se trataba de
0_
hijo el doctor Sancho l-ondoño Pie- actividades complementarias.
drahíta quien, segun el censo de San El prestigio alcanzado por los !o
Jacinto de Osos en 1779, tenía 230 es- rniembros de este gn-_ po familiar se 3p
N:!
clavos. y ia de su hijaJosefa Londoño, o.f
derivó de su condición de grandes
ns! $e)o oo@N\f, ¡r
casada con el españolJuan Prudencio propietarios de tierras y de rninas, o- Nd N N
Marulanda, que poseía 119 esclavos, pues solo excepcionalmente algunos
segirn su causa mortuoria seguida en o:
de ellos se desernpeñaron collto co- Fs

I B I 5.:5 Aunque estos propietarios tnerciantes. EI poder que les daba el ¿

compraron algunos esclavos, la rnayor control que tenían sobre buena parte o ts
parte de ellos ftie obtenida por repr-o- de los recursos territoriales y mine- cap\"
I
NT+NNS6OO
LON\fNFO(i)T R€
ducción \¡egetativa de los que here-
daron de su padre. Hay que anotar
ros de ia región les permitió ejercer
los cargos de alcalde, corregido¡ @
F^
o
0-
-cjñcle:ñ¡-+ rN !.
+o?
sN
cómo, a hnes del siglo, aigunos de ios
rniembros de la falnilia, comoJosefa
alférez real. Ios que urilizaron para d
o
I
q 9;P ¿
arnpliar sus propiedades ,v defender c GO
Nft
--f.9
Londoño Piedrahíta, ernpezaron a sns intereses. Esto se evidenció de .9 oo
ct q.'l:_-ii
utilizar en sus haciendas forrnas de rnalrera clara a lo largo del pleito 1f
o üü \t(1r) @óo
rNNN <ño I
U\ ;- ó c
trabajo libre, como las de agr"egados seguido por el alférez real Felipe
(Ú

E +dó E
oft
y mercenarios, 1o que lnLlestra el pau- Villegas v sus herederos contra los
d
¿-:";F
ssSn
latino debilitaruiento de ias relaciones colonos de Sonsón.e6 ¿ !ñc_
o: q:
esclavistas. Es presurnible que buena Otra forma utilizada por los ha-
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s 3:o ó
parte de estos agregados ftieran es- cendados de ia región del oriente o
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0_ (! N .QoN <
25
26
Ibid., tomo 336, dorumelto 6453lACCR, Moñuo¡'ias, tomo 4I, domllenro 6.
AJ respecto, r'éase: Rodrigo Camprzano, "Fundaciones de Yarumal. San Carlos, Amagá v N o
a9
(!: ¡o OAF
E-:
I
<
l9 : l!. ..
'c O ñQY'a
Sousón", tesis de grado, Medellíu. Departarnerrto de Historia, Universidad de Antioquia.
s a
E oNnFO- ñ .:¿E¡
ñ ,ñ -=!
í)S'ó-Nú+A -a
Fo
d@g lr3
1985, p. 352. F ul--

106 I Rlquem, pobrem. y difrmciación sociai
Para aulnentar sus ProPiedades fue
ia intasión de derras perrenecientes
a los resguardos indígenas de ia zona.
Así, por ejernplo, contra el regidor
Juan Ignacio Mejía Gutiérrez, aicalde
provincial de Rionegro, se siguió una
causa en I78l por haber usurpado
tierras a los naturaies del pueblo de
San Antonio de Pereira, en el paraie
Potrerito, de] sitio de El Retiro. El
gobernador Cayetano Bueita Lo-
renzana lo condenó a que a su costa
construyera una talanquera que los
indios habían puesro y él manrió
derribar por sus esclavos. Este era
un medio para ampliar la posesión
de un cuarto de legua (25 cuadras) de
extensión que tenía en El Retiro.
Según los datos del censo de 1787,
allí pastaban 400 r'acas, 40 caballos y
50 cabros, de ios que recibían rnucho
daño los indígenas. Ello llevó a que
Francisco Moyano, corregidor de los
puebios del Peñol, Pereira y Sabaleras,
dijera que Mejía había reducido las
tierras de los indios a "dehesa de su
yeguerizo, causandoles el perjuicio de
qrre las rierras gue son propiarnenre
de pan se las aniquiian".??
FIa,v que destacar que este indi-
viduo era el mayor propietario de
ganado de Ia región del orienre. con-
:ando con 630 cabezas de ganado va-
ctrno, I 00 cabezas de ganado cabailar,
50 de ganado cabruno y 1 5 de ganado
lanar. Sus propiedades, represenradas
por tierras, minas de oro, salados,
ganado y esclavos fueron avaluadas
2? !¡fLLVsitu. torno 75. documelro ?101.
:8 AJJ"\ Censos, tomo 3¿^I, doamento 652i; ACCR, Fs¡ituru. tomc 1787, fots. 69r-63v
¿n ln Prouincin. de Anüoquin. d.urante el
en 18.700 pesos de oro, lo que cons-
tituía aproximadamente la tercera
parte de su caudai, puesto que, según
un codicilo otorgado en 1787, tenía
16.156 pesos de oro en doblones y
barras rnarcadas, y 1l o 12 mil pesos
de oro prestados avarios sujetos. Esta
considerable suma de dinero parece
haber estado dedicada a la financia-
ción de actividades mercantiles, dado
que en el censo refe¡ido se le anotó
enre los comerciantes. Este parimo-
nio lo hacía ei hombre más rico de la
jurisdicción a finales del sig1o.28
(,omo se anotaba anteriormente,
algunas grandes propiedades locali-
zadas en lajurisdicción de Rionegro
tuvieron su origen en mercedes de
trerras otorgadas en terrenos que
habían sido señalados como propios
de ia ciudad de -{ntioquia. Durante
las primeras décadas del siglo xvur,
estas tierras fueron compuestas con
losjueces privativos de tierras por los
vecinos dei Vaiie de Rionegro, corno
Miguel Guriérrez de Lara, José Re-
billa, Cristóba.l Echevarri y José Ruiz
y Arango. En 1786, el Cabildo de la
ciudad de Antioquia intentó que se ie
reintegraran esas tierras en calidad de
ejidos, para lo cual pidió que se des-
pojara a. los que ocupaban Ias tie¡ras
de Táblazo, Tábiacito, El Retiro y EI
Cuarzo. Entre quienes disputaron con
el CabilCo estos terrenos, se enconlra-
bar grandes propietarios como José
Antonio Ruiz, regidor de Rionegro,
r Fi-ancisco Campuzano. comercianie
siglo xvtl
espanol, quien ocupaba e} cargo de a1-
guacil niayor de la ciudad. De acuerdo
con los datos del censo de 1787, este
fiitirno individrio, por ejemplo, tenía
en el Táblacito un hato ganadero con
I B0 reses chicas y gr andes. recono-
ciendo sobre las tierras un censo redi-
mible de 2 rnil pesos de oro. La Real
Audiencia sentenció este pleito, en
abril de I 79I. a favor de los vecinos de
Rionegro. por considerar que habían
tenrdo las tierras conjusto tírulo,v por
tiempo suficiente para transferiries el
verdadero dorninio.ee
Algrrnos de Ios grandes comercian-
tes de Rionegro se contaban entre ios
propietarios de hatos ganaderos, como
era el caso de Francisco -|avier Mon-
t,oi a. quien según su causa rnortuoria.
seguida en 1813, tenía una posesión
de tien-as en la jurisdicción de Mari-
nilla. en donde mantenía 135 reses,
9 cabailos. 2 machos y 12 marranos.
Fuera de esta propiedad, contaba con
4 más pequeñas, dedicadas al arltivo
de maíz 1' de las hortalizas, en donde
pastaban unas cuantas reses. EI tra-
baio de estas posesiones ]o realizaban
I9 esclavos. de los cuales un buen
;'orcenraje eran rnenores de edad.
Dado que no expiotaba una parte
apreciable de estos terrenos, Ios había
entregado a oras personas para que
]o hicieran. Así. un pequeño pedazo
de tierra que poseía en La Mosca se lo
había dado a Joaquina Jiménez para
que viviera en é1; infortunadamente,
29 .\!llv Tierns, torro ]63, documenro 4263: Ceetor, torDo 341. domnlento
3tl ACCR. Mortuoriu, tomo 47.
31 AI1A. Cgr$os, toilo 338, domr¡ento 6498.
\
Las jurisdicciones d.e Rionegro 1' Mannilk I 107
se descolroce anáies eran ias lelacrones
que se establecían en¡re un propieta-
rio de estos y las personas iibres que
lir'ían y trabajaban en sus tierras.
aunque suponemos que existía algún
tipo de contraprestación. Este frle un
medio utilizado a frnes del siglo n lr y
principios del xrx por ]os hacendados
para aprovisionarse de mano de obra
Iibre, ante ia crisis de las reiaciones
esclavistas.3o
En esta zona, como en la ju-
risdicción de la ciudad de Antio-
quia, Ios eciesiásticos se contaban
entre ios grandes propietarios de
tierras, puesto que a través de los
patrimonios y las capellanías funda-
das a su favor. lograban apropiarse
de buena parte de las fortunas farni-
liares. Es el caso del doctor Vicente
Aristizábal. cura de Marinilla, quien
poseía 12 fanegas (i44 cuadras) de
tierras de cría y rocería en el sitio de
El Carrnen. Esta propiedad estaba
dedicada a la ganadería, habiendo en
ella ]40 cabezas de ganado vacuno,
10 de ganado caballar )' I 1 de gana-
do lanar. Para la labor 1' cuidado de
esta posesión tenía 8 esclavos. Fuera
de esta estancia contaba con una
manga en la quebrada de Mariniila,
de 4 almudes (4 ruadras aproxima-
darnente).3r
Es importante señalar que en la re-
grón del oriente antroqueño era en ia
\¡illa de Marinilla donde había rnayor
porcentaje de vecinos que contaban
6521
 108 I n¿q"*, pohrem y diferencittción socinl en la Proxincia de Anüoyrin d,urante eL siglo xvr¡ Las jwisdicciones rle Rionegro ¡ Matin¿lln. I l}g

con grandes extensiones de iierra. biancos, siendo relativamente pocos o

De acuerdo con los datos del censo los mestizos que se contaban en este s ¡.-oo CDC')$
de 1786, allí residían 86 individuos gupo )r aún más excepcional el caso o-(D-q n- (n^ o-
a--
o
(')NF-
NV
o
con propiedades de rnás de 100 cua- de lnuiatos. Al respecto, en ia ciu- tr
dras, de los cuales 67 (77,90Vo) eran dad de Arma de Rionegro, de 24 pro-
o-
-bo.N(^
blancos y 19 (22.Q9qol eran mesrizos pietarios con más de 100 cuadras, q= qi
^
cuartelones (véase tabla 2-2). No obs- 21 (87,57a) eran blancos, 2 (8,33/o) F$$S @- NOCtr

tante. la fiiavo¡ p¿r1" de esras tlerras

eran iatifundios casi inexplotados,
eran mestizos y 1 (4,16%) era mu- i3*e
lato. Un ejernplo de los l¡esrizos
colno lo ilustra el ejemplo de Ignacio 0
.s-
que tenían extensas posesiones es
t-s
o_q +ooooo
Martínez, quien con una posesión de Nicolás Monsalve Cardona, quien 0o\
ÓNOOTN
(o
N
ooiñotoñ
rN
tierras de caballería en el paraje El contaba con 100 cuadras de tierra o
a-
Mayo de 20 fanegas (240 cuadras) de caballería en el sitio de La Mosca,
y una de montaña en el paraje San donde pastaban 40 vacas, 5 ovejas,
Eusebio de 60 fanegas (720 cuadras), 20 cerdos, 5 mulas y l2 caballos. rO6OO¡'-O
FOO+
poseía por todo ganado 3 besrias ca- En el sitio de Pahnar contaba con
ballares. Sus 8 esclavos los dedicaba ot¡as I 00 cuadras de tierra de pan, ss$r
tanto al cuitivo del maíz (del cual, por donde mantenía 25 vacas y 8 cerdos
ser tierra fría, se tenía una cosecha al y cultivaba rnaí2. Adernás, poseía E
e
año), como a la siernbra de hortalizas. 18 cuadras de tierra en Golondrina rto
(o. @.
roÉ@oNo
N- '-: \ ó_ o- o.
Qo* os $o)c!st'..@
Su caudal, represenrado básicamente y 10 cuadras de Abejuco. La mayor o
por el terreno, se calculó en 2.200 pe- parte de estas propiedades estaban 0-

sos, lo que tnuestra que no contaba gravadas con censos, lo que permite
o
con mucho dinero líquido para hacer inferir que el reconocimiento de este *SF€
óeSS
ts
inversiones.3z tipo de gravárnenes fi¡e una forma a ro t-
dñap ¡.- NOJ(oN@
t @o
Tál vez la escasez de recursos de través de la cual individuos con capa- @P
Ios vecinos de Marinilla limitó las cidades de endeudamiento pudieron :8$€ -;ó
=
x.
posibiiidades de exploración de sus ^o
adquirir propredades. Los bienes de
propiedades, corno lo demuestra el este sujeto, entre los que se contaban @
o
hecho de que en ese lugar solo exis- 3 esclavos, valían 5 mil pesos de oro,
@
N
.t!
Oo"
orf,@
ó_ @- c!-
ot-@NN
\@-o-o---
S{€*
roooNn
¡ieran I 2 vecinos que tuvieran entre de los que debía mil. *c o O :R3;
3 y 25 esclavos. el que no se hallasen Por lo que respecta a los mulatos,
6
0-
s;30
rnuchos hatos ganaderos en ia zona aunque poseveran una arnplia ex- ,;I;É
)¡ que no hubiera inversiones de tipo tensión de rierra, Íara \ez contaban
d
o
pe3 ÉF3;
!NC-_
peimanente como traprches. con recursos para explotarla. Así, F aR* l.- C\,lOF\}o o ú¿vo
:<*E
@
G o ñ{
tr00 ÍrNro n
Tánto en la jurisdicción de Ma- el mulato Cristóbal Sánchez renía o
E ii*t.e
;!!É
riniila como en la de Rionegro, los l0 fanegas de tierra (120 cuadras) !(ú
!
-"$ F..,i";
propierarios de grandes exlensiones o
en el sitio de La Mosca, en donde 'a
a
de Lierra en su mayoría eralr vecinos 6 i;od
producía legumbres de tierra fría f! o
'b c
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o- Qoru(
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114 I Rlqruza. pobreza tt difaencución social. en ln Pmuincia.
)' mantenía 25 r'acas, 15 caballos
I 0 cerdos. Esre propierario no cou-
iaba con mano de obra esclava, por
lo que explotaba este terreno con su
r"rabajo y el de sus hijos. Es posible
que sr¡ ocupación como rescatante
en las minas Ie hubrera posibiiirado
conseguir esta tie¡ra.33 Po¡ el nÍ¡mel o
de cabezas de ganado que poseían,
pcir el tipo de cultivos que reaiizaban
v por 1a mano de ob¡a utilizada,
estos individuosJ a pesar de poseer
grandes extensiones. se asimilan a
ios meciianos prcpier.arios.
La mano de obra: surge
el trabajo libre
Fara finales del siglo xvrn, la mayor
parte de los terratenientes de la zona
del oriente antioqueno utiiizaba en
sus estancias nrano de obra esclava.
auiroue ¡Saduaimente fueroli inrro-
duciendo formas de trabajo libre.
Har que anoiar que en esta jurisdic-
ción. soio algur.ros vecinos de la ciu-
dad de -Arma cie Rionegro contaban
coli cuadriilas de más de 25 esclavos,
sierido excepcionales las de más de
50 mlembros. Es importante aclarar
que ei número de esciavos aptos para
r!^aba,iar era mucho menor. puesto
que gran porcentaje de las cuadrilias
estaba constituido por niños, ancia-
i¡os -,¡ enferulos. Así, r'emos que la
o.radriila más grande de la zona, la de
Juan de Marulanda, esposo deJosefa
Londoiro, en i787 tenía 140 escla-
Ibíd.. tomo 34I. doormenro 6521
Ihíd.
d,c Antioouia du¡anztt el siglo
y vos, de los cuales 75 (53,57Vo) eran
rnenores de 15 años t I (5,71Vo), de
rnás de 50 años. El hecho de que
73 (52,14Vo) esclavos fueran hornbres
v 67 (47,857o) mujeres, muestra que
existía un equiiibrio ent-re los sexos,
que se manifestaba en una alta tasa
de nataiidad, ia cual proveía al pro-
pietario de mano de obra para el
firturo.3a El tarnaño de esra cuadrilia
disminul'ó mut' Ievetnente en el
trascurso de los siguientes 30 años,
puesto que par-a I815 quedaban I 19
esclavos, de los cuales 50 (42,017o)
eran hc'rnbres y 69 (57,98%) muje-
res. No se debe perder de vista que
buena parte de esta lnano de obra
estaba dedicada al trabajo minero.
Es posible que, de acuerdo con las
necesidades, los esclavos de ias minas
fueran desplazados a las estancias y
viceversa, pues el modelo de funcio-
namiento implementado por estos
propietarios hizo que fueran activi-
dades complernentarias.
I¿ reducción en el número de escla-
vos de esta cuadrilla puede deberse al
acelerado proceso de r¡ranumisión que
se dio a fines del siglo xrrrr l principio
del xn. En la causa morn¡oria deJosefa
l,ondoño se explicaba que 3 de estos
esclavos debían parte de su iiberrad,
a I se le manumitió "graciosamente",
según disposición de Ia propieraria.
v a 14 se ies concedió la iiberrad de
acuerdo con uria ley ¿. 1u república
expedida en abril de 1 8 i 4, en la que se
determinaba que todo testador debía
"::
S't::'
jjl::,;:
..] . .:
ntl
manutnitir uno de cada i0 esclavos
que tuviere.s5
A través de este ejemplo se puede
ver que en las haciendas se introdu-
jeron las forrnas de trabajo iibre. De
acuerdo con los datos del censo de
1787, Juan de Maruianda albergaba
en sus tierras a 2 mestizos y I mulato.
Así, el rnulato Agustín de Ospina de-
cía que vivía a lnerced en Ia posesión
que Marulanda tenía en el sitio de
La Cela, donde había constluido un
rancho de paja.36
En ocasiones, Ios grandes propieta-
rios utilizaron rnano de obra libre para
explotar posesiones que quedaban
un poco retiradas, pues al entregar
parte de estas tierras a agregados o
mercenarios, ponían a producir unos
bienes prácticalriente abandonados.
Un ejemplo de esta situación sería el
de J uan Bautisra \állejo, quien apar-
te de una posesión de 48 cuadras de
tierra de caballería en Malpaso y una
estancia de 15 fanegas de tierra de
pan en el sitio de Las Piedras, poseía
unas tierras de clirna cálido en el sitio
del Biscocho, en Ia cuai solo mantenía
20 mulas. 30 caballos v 60 vacas que
tenía a cargo de varios sujetos iibres,
quienes se aprovechaban de Ia leche.3t
Es importante señalar que los
grandes propietarios blancos eran
quienes monopolizaban en esta
región la mano de obra esclava. Si
analizarnos los datos del censo de la
ciudad de Arma de Rionegro para
ir5 .\CCR.. Mortuoríu, torro 4I, dommento 6
36 !rÍl-A, Cercos, tomo 341, documento 6521.
3i Ibíd.
Im ftrisdicnones de Rzonegro l Mannilk I 171
i787, se tiene que, de 121 cabezas
de farniiia blancas que existían.
80 (66, 1 I %) poseían escla'r'os, mien-
tras que de 12'7 mestizas empadro-
nadas, I I (8,6%) contaban con este
recurso; y de 298 cabezas de famiiia
mulatos y neg¡os ]ibres residentes
en el luga¡ solo 5 (l,67%) tenían es-
clavos (véase tabla 2.3). En toda esta
jurisdiccion eran excepcionales los
propietarios no blancos con más de
3 esclavos y ninguno de ellos poseía
más de 25. Este hecho rnuestra que
los mestizos y los niulatos no conta-
ban con recursos monelarios para
hacer esta clase de inversión.
La producción: hatos g&naderos
Los grandes propietarios de la zona
del oriente dedicabau sus tierras a
la cría de ganado l¡acunoi habien-
do constituido importantes hatos
ganaderos. Por razones de clima.
en esta región no existieron ias ha-
ciendas mixtas de ganado y car\^, o
las haciendas cacaoterasJ que hubo
en la jurisdicción de la ciudad de
A:rtioquia. La producción agrícola
de estas estancias. que era de maíz
y legumbres, estaba dingida fu¡'rda-
mentalmente al autoconsumo y por
tratarse de pioductos de pan coger
no fireroll incluidos sus sembrados
en los avalúos. ,va que no requerían
grandes inversiones de capital. Para
hacerse a una idea sobre Ia fertilidad
 ll2 I Rlquen, pobreza 1 diferenciación social en la Prouincia d,e AntioErn d.urante el sigLo xt,tn
¡'-6@
l¡)FN
OO
o- o-
ñ ,j<o0 oo
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Tabla 2,3 Propietarios de esclavos. Arma de Rionegro, 1787
mo
(oN- a-
Número de Número de Porcentaje Número de Porcentaje Número de Porcentaje o- o oc)
esclavos prop¡etarios
¿
(%) propietarios propietar¡os
cOOF Nt.()
o_ o-
blancos mestizos mulatos F--
(')o(o lo0c)
c{ t.
t..J óJ, /5 100
c)(o
11 100
0r l.-oJ-
4-1 0 24 q- $-€O ¿
30,00 ¿ $@
o OO
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11-24 16 20,00 s(D NN
|o- o_ ctd
IJ 16,25
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a o- N(o
Total de 11 @no
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propietarios tr)o(o
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Fuente: AHA, Censos, tomo 341 , documento 6521. tois. SOr -1ZZv.
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y la productividad de esr.as rierras, ¿

de mediauos propietarios (véanse ta- 6\i
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se tiene el caso de Francisco Javier blas 2.4 y 2.5). En ctrairto al precio del o NÑ o
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Montova, regidor fiei ejecuror de Rio- galrado vacuno, este fue aumeutando q NÓ
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negro, quien elt 1 786 decía que en su de manera lenta a lo largo del sigio, p a\ oo
posesión de Marinilla cada airnud de
6
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puesto que en l7l1 cada cabeza era ¿ o O c!N n !;
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selnbradura daba de fruto 2 fanegas avaluada en 4 pesos de o¡o, en I784
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0- q n<
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(24 almudes) de maí2. La cosecha que oo6La .g
o
n<
6i
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se le ad.¡udicó ult precio de 5 pesos oNco6 o o
al año obtenía era de I20 fanegas de dto'j'j L L
4 tomines de oro y er-r 1813 se jusrr- ro$ oi' i
u O A
maíz aproximadan)ente, lo que era preciaba a 7 pesos de oro.3e O l.-()rF
0-
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() NN d c
suficiente para manteDer a su familia La vocación ganadera de esta zona
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su cuadrilla,3E (oo o N_ S_ O- co
)'a aparece confinnada en un infonne al A- N$C'
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Pol lo que respecta a la cría de dat
@(9
I &
Superior Gobierno, hecho en 1808, X@ 6ó
ganado, solo entre los vecinos blancos 6.,
de Anna de Rionegro y de Marinilla
donde se dice: ¡..
¡'. (5
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Nr )-
2¿
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apal'ecen propietarios con rnás de 100
I-a mayor parte del terreno de esu o- ooo (o- (o- F.- >6i
C (9- cO_ l'-. do F¡.{-
cabezas de ganado vaanno. Igual sitlra- crudad. (Rionegro) se halla destinado,
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ción presentaba cou el ganado caba-
se a crías de ganados y a sementeras. oa
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(ú onl¡) o)
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llan pues únicamente algunos grandes estando siempre ocupado coll esros a ¿ o O¡- ¡.- .. E ., E
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propietarios blancos contaban coll dos objetos: La de cria es de sabanas o 3 (o(9
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más de 20 bestias. Es de anotar que en abiertas. capaces de rnantener ve¡rrle ro@(o 9ñ
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ñnio; 6;o $r)
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es¡a zona era muy pequeño el número y cinco mil reses: y el de siembra en lo O) O<lr (r';o vo
genelal se halla ocupado, con huer"tas oo .o N
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de ganado porcino existente, y su cría o a o @
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y rosas salteadas.{o 'C -gq;E
estaba fulrdamentalmente en manos E3 * a .Io
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39 /,Jl,Au Martuoriu, toruo 246, docunlento 5443: ACCR, Moúuotias, tonlo 40. tomo 47 6 !! oo-9
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40 AIf,A; Cercos, ¡omo 343, documenro 6538. fol. I1r 6
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1l 4 I Riqwza, pobreza 1 difnenciación social m. ln Proaincia
En resumen, en esta región los
Lerraten.ientes lograron constituirse
como ult núcleo con intereses espe-
cíficos y alcanzaron un alto prestigio
social. Estos propietarios utilizaron
los cargos públicos que ejercierot.)
para defender sus intereses, como io
podemos apreciar en el pleito segui-
do de 1762 a 1764 enrre el alférez
Esteban de Arango y Felipe Villegas
por unas tierras comprendidas entre
Ios ríos Buey y Arrna, que el primero
alegaba que eran suyas. Durante
este proceso, Villegas se valió de los
servicios de sus cuñados Juan Pru-
dencio de Marulanda y Juan Marrín
Bernai, quienes ejercielou el cargo
de alcalde de Arma, para presentar
testimonios que lo favorecían.ar En
1786, al conformarse el Cabildo de Ia
nueva ciudad de Arma de Rionegto,
9 de los 13 cargos Íireron ocupados
por individuos que poseían grar.rdes
propiedades terriroriales, siendo 6
de ellos también rnineros. De ]os I3.
solo 5 participaban en acrividades
comerciales, 1o que muestra un cia-
ro predominio de los inrereses de
terratenientes-mineros en el grupo.a?
Aunque aigunos de estos terra-
tenientes eran españoles llegados a
la proi,incia a mediados del siglo. Ia
mayor parte de sus bienes ia habían
obtemdo por medio de enlaces mari-
moniales contraídos con hijas de gran-
des propietarios criollos. No se puede
4l R. Cmpuzano, "Fundaciones de Yrulal. San Ca¡los, Arnaga y Sonsón", óp. cit., pp. 156-17l.
42 lJaA- Cercos. tonio 341, domr¡ento 652I.
43 J. Parsons, La coloniucifur antíoquefra et¡ el Occidcnte d.e Colombia, óp. cit-. p. g2. b población
de la \¡illa de Marürilla en 1787 era de 2.3 I 0 habitarrtes, ia de Guarne de I.290 v la de S¿rl
\iiceute. de 2.335..4H-4n Cs,bor. rorDo 337, domnen¿o 6492; torno 3.38. docurnenro 64g8;
tomo 343, documento 6536.
de Antioquin. durante eI
habiar en este caso solo de un gr"upo
de emigrantes españoles y sus descen-
dientes. sino que es necesario tener en
cuenta que lnuchos de ellos fueron los
herederos de fortunas y actitudes que
se formaron en el siglo xvn.
Las mediar¡as propiedades:
participación de ¡mulatos
y mesfizos
Una característica impofiante de la
estructula de tenencia de la tier¡a
en la zona del oriente antioqueño
dulante el siglo xvrrr fue ia aparición
y el desarlollo de medianos propie-
tarios. Aunque un porrentaje signifi-
cativo de los dueños de este tipo de
propiedades eran blancos, hay que
anotar que el e.¡ercicio de activida-
des como la minería. el comerr:io y
las labolcs artesanales posibilitaron
la adquisición de bienes a algunos
mestizos v mulatos.
Parz analizar este fenómeno 1' la
lorma como los diferentes grupos
raciales participalon en é1, se toman
los datos de los censos de propiedades
de la Villa de Marinilla 1' el sitio de
Guane. r'eaiizados en 1786. Esto se
hace teniendo en cuenta que los habi-
tantes de ia\llla de Marinilla estaban
dedicados fundamentalmente a la
agriarltura, mientras que Gualne era
uno de los prinopales centros mineros
de Ia tegión.43
szglo xvrn
De acuerdo con el censo anorado
en la \¡illa de Marinilla, cuya pobia-
ción era predominanternente bianca
I mestiza. de 129 propretarios que
tenían entre 2l y
100 cuadras de
tierra, 55 (42,6370) eran blancos,
13 \10,07V0) eran blancos de segrncia,
57 g4,18Vo) eran mestizos y 4 g,lACa)
eran nrularos ¡'éase rabla 2.21.
Entre los blancos, un e¡errplo
de mediano propietario es Ignacio
Montoya de Hoyos, labrado¡ quien
vivía en el sitio del Cannen de ias
Cilnarronas. Este indivlduo poseía
2i¡: fanegas (30 cuadras) de trerras
de caballería y una montaña
4 fanegas (48 cuadras) en la cual por
cada ahnud de sernbradura obrenía
4 fanegas de maíz de fir¡to. En esras
propiedades mantenía 50 cabezas de
ganado \¡acuno, 25 de ganado caba-
llar ¡, 4 de ganado porcino. Sus dos
esclavos eran niños. lo que perrn;le
cieducir que debía urilizar rnano de
obra familiar y rrabajadores libres.
Buena parte de las medianas
propiedades en poder de cabezas de
far¡ilia blancas debía rener origen en
la partición entre varios herederos de
una gran propiedad, corno es el caso
de Joaquín Duque, Manuel Duque i'
Salvador Duque, quienes en compa-
ñía de su madre Petronila de Orozco
poseían una propiedad de 6 fanegas
02 anadra, en el parale de L rsula r'
una posesión de tlerras de caballei-ía
de I 0 fanegas (1 20 cuadras) localizada
en Pereira.
Para hablar de los rnestizos, ha,v
que tener en cuenta que un poreenuie
44 All4- torno 338, docullentc, ó,¿,!i6
\
Las jtLmdíccíones de P'i.onegra ¡ Manntlln I 115
apreciabie de los individuos caraioga-
dos corno blancos de segunda eran en
realidad cuarterones. Io que aumenta
la significación de ios mesrizos dentro
de este grupo de propietarios. Como
mueslra de rnestizos dueños de me-
dianas propiedades estaba Silves¡re
Herrera. Iabrador que vivía a orillas de
la quebrada Cirnarrones. quien poseía
3 fanegas (36 cuadras) de rierras de
caballería en Ciinarrones,v 3 fane.ras
de trerras de pan en Cocorná, en
donde. por ser cirma cáiido, había ior
mado una estancia de caña I'platanar.
En esas propiedades tenía 10 vacas,
de 4 cerdos y 6 caballos, y fueron avalua-
das en 402 pesos de oro.a4
La forrna como las actividades
mineras posibilitaron qur mestrzos t
mulatos adquirieran bienes se puede
estudiar en el caso de los vecinos del
sitio de Guarne. En esfa población.
predominanternenre mulara, había
36 propietarios que tenían enrre ?I
f i00 cuadras de tierra, de los cuales
4 t.II,l\Va) eran biancos, 13 (36, i 1%)
eran rnesrizos 1, 19 (52,77%) eran lru-
latos rvéase tabla 2.6r. Como e3ernpio
de mestizos medranos propietarios
está Alejo Rincón, mazamorrero.
con 8 fanegas de cierra (96 cuadras)
de pan ,v caballería en el sirio del
\blombal. En elias producía maÍz;' le-
gumbre. que ie eran suficienres para
manlener a su farnilla de 1C miem-
bros I mantenía I0 cabezas de ga-
nado vacuno, 2 de ganado cabaliary
4 cabezas de ganado porcino. Entre
los r¡uiatos estaba Francisco .|a.r,ier
García, lTrazamorrero. quien poseía
 1 1 6 I Riquen, pobreza l difnmciacihn social en
12 fanegas (144 cuadras) de rierra,
en las cuales sembraba maíz y le-
gumbres. gue le eran suficientes para
rnarltener una farniiia de 5 rniem-
bros. En esta propiedad pastaban
16 r,acas, 29 caballos y 5 mulas. Sus
bienes, entre los que se contaba una
mina de oro corrido en Ia quebrada
del Salado, fireron avaluados en mil
pesos de oro.45
La participación en el comercio
fire otro mecanismo que permitió a
los vecinos libres enriquecerse, corno
lo rnuestra el ejernplo de Esteban
Jararnillo, mulato que vivía en La
Mosca. Sus actividades como tratante
le posibilitaron adquirirunas tierras de
caballería en las que producía legum-
bres y caña, y mantenía 40 cabezas de
ganado vacuno, 60 de ganado lanar v
33 de ganado caballar. Las corrsruccio-
nes de esta posesión eran una casa de
paja, con su capilla adornada, l'casa de
trapiche. Complementaba estos bier¡es
con orras 8 cuadras de tien-a localizadx
en Brisuela, en donde sembraba le-
gumbres i'rnaí2. Para rrabajar en esras
propiedades tenía I I esclavos, de los
araies 4 eran pánulos 1'un mercenario.
e] mulato Pedro García. Su parrirnonio
fue avaluado en 2 inil pesos de oro, el
r¡ás alto del sitio de Guarne.ae
Es irnportante señalar que algunos
artesanos calificados lograron hacer
un caudal que les perrnitió adquirir
bienes, como fue el caso del mesrizo
José de Alzate, platero, r'ecino del
sitio de San \¡icente. Este individr¡o
45 AI{A, Ceruos, tomo 337, documento 6492
46 rbíd.
4t Ibíd., tomo 343. documento 6536.
La Prouincia. d,e Antioguia durante
contaba con 24 cuadras de tierra en
el sitio de Chaparral y 3 cuadras en el
sitio del Coral, en las cuales mante-
nía solo 2 vacas, i mula, 4 caballos y
15 cerdos. Según sus declaraciones,
las tierras eran poco útiles y no las
rabajaba por no tener necesidad de
hacerlo. El hecho de que rampoco
expiotara 3 derechos de minas de oro
corrido que poseía muestra que estos
bienes eran tnás una inversión que
para ponerlos a producir plenarren-
te, pues su actif idad le demandaba
¡odo el tiempo.aT
Un buen porcentaje de las media-
nas propiedades pertenecientes a los
vecinos blancos estaba gravado con
censos. Aunque el reconocirniento de
este tipo de obligaciones podía ser un
medio para obtener crédito
inversiones, tarnbién podía afectar el
rendirnient.o de Ia propiedad hipote-
cada. El hecho de que la rnavor parte
de ios mestizos y los rnulatos de la
zona del oriente antioqueño tuviera
escasos bienes lilnitó su posibilidad
de endeudarniento. razón por la cual
son rnuy pocos los que tenían censos
-v capellanías a su cargo.
Al analizar los datos de los padro-
nes se encontró que los medianos
propietarios de las jurisdicciones de
Marinilla y Rionegro solían contar
con varias posesiones ubicadas en di-
versos iugares. La variedad ciimática
v las diferencias de fertiiidad de los
terrenos hacían que la producción
de las distintas estancias fi¡era com-
el sigb xvn t
plementaria, como en el caso deJosé
Nicolás \hllejo, vecino de San Vicente,
quien tenía. en e1 sitio de la Porquera,
5 cuadras de tierras que eran útiles
solo para cnar ganado, v en el sitio de
La Miel, 50 a;adras aptas para cultivar
maí2, frijoles y demás legurnbres de
tierra fiía.aB
La inayor parte de estas medianas
propiedades estaba dedicada de rna-
nera simultánea a las labores agr-íco-
ias y ganaderas, )' su producción era
básicarrrente para el autoconsumo.
Es factible que en algunos renglo-
nes: como la cría de reses o cerdos,
hayan podido comerciaiizar algunos
excedentes, pero estos no debían ser
cuantitativarnente significativos. La
afirmación anterior la corroboran los
1' hacer datos de los censos del sitio de Guar-
ne de 1786 y del sitio de San Vicente
de 1787, pues de acuerdo con ellos
eran excepcionales los propietarios
que renían más de 20 cabezas de
ganado vacuno. caballar o porcino
rr'éanse rablas 2.4 1 2.5:r.
Respecto a Ias fonnas de trabajo,
se puede asegurar que la rnayoría de
las medianas propiedades de esta
región eran empresas de tipo fami-
liar. en ias cuales laboraba el dueño
con sus hijos y vernos, y solo algunas
pocas incorporaban mano de obra
esclava. Inforrunadamente, la impre-
cisión de los datos unpide medir Ia
cantidad de individuos que estaban
agregados en tierras ajenas, pero de-
bía ser apreciable. Un ejemplo de esta
48 Ibíd.
49 Ibíd., toruo 338, docuruenro 6498
50 Ibíd.
Ins jurisdicciones de Rionegrn 1 Marinilk I 117
situación es Ralnón Martínez, blanco
de segunda categoría, quien poseía
4 fanegas de tierra (48 cuadras) de
caballería en el para-je del \¡iboral
v 6 fanegas de tierra (72 cuadras)
de montafia en el paraje de Úrsula.
En estas propiedades trabajaban los
mulatos Luis Buitrago yJosé Duque,
pero no se conoce la clase de contrato
que había hecho con elios. Es posible
que de esta forma algunos dueños de
tierra buscaran poner a producir pro-
piedades que no necesitaban para su
mantenimiento.ae Thrnbién es factible
que. en ocasiones. estos propietarios
contrataranjornaleros o peones libres,
puesto que, según el censo de Marini-
lla de I786, había 4 cabezas de farni-
lia blancas, 5 mestizas y 1l rnuiatas
residentes en ese lugar. que tenían el
oficio dejornaleros.50
En resumen, para finales del si-
glo xvrrr un porcentaje apreciable de
la población mestiza y mulata de ias
jurisdicciones de Marinilia y Rione-
gr-o había logrado adquirir medianas
propiedades, pero sus posibilidades
de invertir en lnano de obra esclava.
ganado o constmcciones eran todavía
restringidas,
1o que limitaba el rendi-
miento de sus propiedades.
Las pequeñas propiedades:
insuficientes
para el atütoconsu¡no
Los datos de los censos y de los in-
formes de visrtadores y gobernadores

718 I R¿qutz¿, pobren y diferenctación socínl en ln Prouincia.
coinciden en que, a finaies de1 pe-
ríodo colonial, una parte susta¡rcial
del vecindario de ias .¡urisdicciones
de Rionegro y Marinilia esraba cons-
tiLuida por pequeños propierarios.
que vir,ían dispersos unos de otros,
dedicados a ias labores agrícoias y
rnineras. En una descripción de Ia
ciudad de Rionegro hecha en I 808
se reitera de manera especiai el ca-
rácter disperso de este poblamiento,
al decir: "se halian Lodos estos anexos
terrenos ocupados de gariado. labran-
zas v huertos, con muchas casas dis-
persas de gran3as, ias más de rnadera
)'paja y algunas de teja".ór
Aunque un porcentaje apreciable
de estos pobladores pobres estaba
constituido por rnestizos, mulatos y
negros libres, es importante señalar
Ia presencia de vecinos blancos en
este grupo. Las cifras dei censo de
la ciudad de Arrna de Rionegro,
pan 17 87 , rruestran que de un totai
de 546 cabezas de familia alií residen-
tes,304 ¡55.67%.¡ renÍan rierras cu¡a
extensión era menor de 20 cuadras.
De estos propierarios, 32 (10,52Vo)
eran biancos, E! (?6.61d1c) eran rnes-
rizos 1' 1 91 (.62,82dta) eran mularos. lo
que permite l¡er que la pobiación de
origen racial negro se enconrraba en
condiciones econórrricas desvenrajo-
sas con respecro a los otros grupos
étnicos (r'éase tabla 2.i).
Para la mayor parle de estos po-
bladores, la tierra e;-a el unico recurso
51 AliA, Croo¡, touro 343, doflrlletrro 6538. fols. l lv-12r.
q9
Ibíd., tomo 34i, ricmmento 6521.
33 IbÍd.
€j€f=
d,e Antioquie úuante eI siglo xvzt
con que contabany de su rendimiento
dependía el sustento del gmpo farni-
Iiar- Exrstían casos como el del rnestizo
\/icente Hincapié, que poseía i4 o¡a-
dras de tierra de pan en La Honda, a
quien una cosecha anual de I 5 fanegas
de rnaíz y legurnbres, complemenhda
con ios productos de 13 vacas, 7 ca-
ballos l' 12 cerdos, le eran suficientes
para mantener una farniiia de 6 rniem-
bros. Una posrción económica distinta
era la del mulato Francisco Nzate. a
quien una propiedaC de 2 almudes
(2 cuadras aproximadamente) en el
sitio de Abreo ie producía "poco fru-
to", y no le alcanzaba para sustentar
una familia de 3 miembros.s2
Muchos individuos que esraban
en esta úitima situación se veían
obirgados a complemenrar su ingreso
mediante su labor como agregados
o trabajando en la roza de las tierras
de otros propietarios. Así, ei rnuiato
Benito Betar¡cur, quien poseía 2 cua-
dras de tierra de caballería en el sitio
de La Mosca, para poder mantenerse
debía rozar en las tie¡ras de Nicolás
Mejía, en El Guarzo. Otro caso es el
del muiato \icente \¡alencra, que tenía
2 cuadras de tierra de caballería en
La Mosca, y quien se veía precisado a
trabajar dejornalero, con un salario
de 2 tomines drarios.¡3
La condicrón econórnica de los
pequeños propietarios residentes en
centros mineros col¡o Guarne no
difería sustancialrnente de 1o aquí
Las jurüdicciones de Rzonegro 1
descrito. Según el censo de 1786,
en ese poblado, de 229 cabezas de
familia residentes, 139 (60,69%)
poseían menos de 20 cuadras de tie-
rra. De estos vecinos, 7 (5,A3Vo) eran
biancos. 29 t20.86Ía¡ eran mestizos
v lA3 Q4,I}Vo) eran rnulatos (véase
tabla 2.6). En este caso, la insuñcien-
cia de la producción obtenida en la
labor agrícola era compensada con
el producto de la actividad minera
corno rnazamorreros. Un ejernplo de
esta situación es la del mulato Paulino
Galeano, quien tenía en el sitio del
Cllusca] I I cuadras de rierras. en
las que sembraba iegumbres y rrtaí2,
pero su cosecha no le alcanzaba para
sostener una familia de 8 miernbros.
Completaba sus ingresos trabajando
una minita de oro corrido en el sitio
del Palmar, de Ia cual sacaba 40 pesos
de oro al año.5a
El reaiizar trabajos artesanales
también pennitía a aigunos peque-
ños propietarios complernentar sus
entradas, como en el caso del tnulato
Joaguín Morales, vecino de Guarne,
a quien una posesión de 20 cuadras
no le daba para mantener su farniiia,
y debía sostenerla con su oficio de
herrel o.55
Las pequeñas propiedades de la
zona del oriente antioqueño estaban
dedicadas fundamentalmente al
cuitivo del rnaíz y de las iegumbres.
Parte de su extensión era utilizada en
la cría de ganado vacuno, caballar o
porcino, aunque Ia rnayoría de estos
iabradores no tenía más de 5 anima-
14 Ibid., torro 337, docuruento 6492
55 Ibíd.
Mannilk. I 119
les (véanse tablas 2.4 y 2.5). En estas
estancias se utiiizaba mano de obra
far¡ilia¡ y su producción estaba diri-
gida al autoconsulno, aunque muchas
veces era deficitaria con respecto a las
necesidades de la familia.
Los pobladores si¡l tierra:
buscando medios
de subsistencia
La monopoiización de las mejores
tierras del oriente a¡ttioqueño por
algunos vecinos blancos, el rápido
crecimiento de la población mestiza
y mulata libre durante la segunda
mrtad del siglo xvlt y el acelerado
proceso de manumisión de esciavos,
entre otras causas, dieron origen al
surgrmiento de un núcleo apreciable
de pobladores sin tierra. Para sub-
sistir, los miembros de este grupo
se Yieron crbligados a convertlrse en
agregados. mercenarios, trabajado-
res o ar¡elldatarios de ios grandes o
medianos propietarios. La política
de tierras de la Corona, ai exigir
l')umerosos y costosos trámttes lega-
les para ia adjudicación de rítulos,
impedía a esta población pobre tener
acceso a las extensas tierras realengas
existentes en la provincia, viéndose
precisados a continuar viviendo en
precarias condiciones dentro de ios
términos de ios centros de pobla-
miento tradicionales.
Para anal\zar esta situación, tome-
mos el caso de los vecinos del partido
de La Miel (El Retiro), en donde para
120 I n¡qtu-, pobreu 1 diferenciación m ln Prouincia
social de Antioquia durante eI sigla xvrl Ins junsdrcciones de Rionegro t Mannilk I 121

1786, de 180 cabezas de farnilia ailí zas de farnilia lnulatos y negros iibres
o
b- residefites, 79 (44,448a) vivían agre- que, de acuerdo con lo que hemos
@rt@
6S -€)O- (9-
'a +- .f- ñ{ gadas en tierras alenas. De estas,
ññRno ':
o- o" podido constatar, eran parte de los
P!
o
Nr
0- 4 (.5Vo) eran blancos. 35 (45Vo) eran esclavos manulnitidos por Jar.iera
mestizos v 40 (50Va) eran mulatos y Londoño en 1767. Como se dijo an-
negros libres, lo que muestra que las tes, al ser dejados en liberrad, estos
ftq
ÑG posibiiidades de adqrririr tierra eran esclavos recibieron, corno donación
€* menores para las "castas" que Para de su antigua dueña, parte de la mina
s^ V@(')\tosN(9
(r)ooo (o la población blanca (véase tabla2.7). El Guarzo, en cuya posesión fueron
AF
oc Al esnrdiar este ejelnplo, no po- amparados por la Real Audiencia
dernos perder de vista que las tierras luego de un largo pleito con el doctor
de EI Retiro habían sido otorsadas Fabián Jirnénez, cura de Marinilla.
a tl'avés de r¡ercedes de tierra a los uno de los albaceas de doñaJaviera.
o
(ooro princlpales vecinos de Rionegro du- El hecho de gue esros negros carecie-
oñ oooóno co_ rt- rant.e ia prirnera rnitad del siglo xul. ran de otros bienes llevó a que, con
@o'j-:io¡
FNNr
Fü)
o Así, parte de ellas fueron cedidas a el transcl¡rso del tiempo, algunos de
0-
Fedro de Torres Bjandón en 1704,y ellos o sus descendientes se hubieran
conrpuestas en l7l5 por el sargen- visto precisados a vivir como agrega-
Nií to Migrrel Gutiérrez de Lara en 20 dos en tierras ajenas. Un eJetnplo de
e:S
!!o
atr pesos de oro. Este terreno, con una este proceso sería el del esclavo Félix,
0- or$c\tNcobro ()
b.s ro extensión de 2 leguas (200 cuadras), quien figura en 1773, junto con su
afr fue heredado por los descendientes mujer Lorenza y sus hijosJosé lgna-
':o de Grtiérrez de Lara, entre los que cio de 8 años, PedroJuan de 6 años
¿! o
N se contaba Ignacio Mejía Gutiérrez, 1'Francisco Ramón de 3 meses, en un
@o a quien le tocó una posesión de un inventario de los negros pertenecien-
g
¡=@Nó@ .u o -. cuarto de legua (25 cuadras). Por tes a la mortuoria deJar,iera Londo-
9c\ otsooo
Gto-dñú; esta razón, cerca de la mitad de los ño y su esposo Igr.racio Castañeda.
Ne)Nr
6rO
^o habitantes de la zona i'ir'ía, en I786, Para i786, esre liberro. quien tornó
fo
ó s.9-. sin suelo propio para establecerse, el apellido Castaileda de su anriguo
f-. Sg;H
A)
túq viéndose en la necesidad de someter- amo, tenía una familia compuesra por
o ü3 :R3; se a las condiciones que los duenos de su esposa Lorenza 1' sus hijos Pedro
É
:ñ ÑB S;PE las tierras, como los Mejía Gutiérrez, Juan, de 26 años. Ralnón de I 5 años,
*o $$rN ('
E 3¡ ü€ quisieran imponerles.s6 Pascual de 13 aíios,JuanJosé de 10,
.9 o¡! E*tts Los datos del censo de I 786 para \¡ivlana de 6, Petrona de 4 y María
ñ .Es ú2uo
o l<fE este parlido permiten ver cómo los Jerónima de 6 meses. Por su pobreza
(ú
It
ó,,iPR
a e- esciavos manulnrtidos se contirtie- se había visto precisado a vivir en El
o
c 3o
F!üE ron en dependientes de sus antiguos Cuarzo. ag'egado en tierras ajenas,
o - ñ tr-P amos o de otros propietarios de tie- donde contaba con una roza que ie
L
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bo oP N QoN< rras. En este patrón frguran 27 cabe- producía lnaíz y legumbres, Todos sus
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It:s jumdicciones d,e Rionegra t Mannilln I I23
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¡b) Nr o
bienes se rcducían a una casa de paja de la ciudad de .Arrna de Rioneg.'o.
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ó@NO(o, @ Y uno que otro traste, los que fueron De acuerdo con el censo de 1786, en
OFo+ n
O
avaluados en I0 pesos de oro.57 ese resguardo vivían I familia bianca
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o@<-c!oro
u)_ @- 6. !f,- ó_ N
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c Por la información contenida en y 19 farnilias mestizas y mulatas, Ias
o (o¡.-drcOO
o?
ñ o
tl) ¡..
ios padrones, es muy difícil defirur el cuales. por carecer de rierras propias.
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¡o r'ínculo esnblecido entre estos agre- cuitivaban \¡ tenían pastando sus ani-
oo
ñ NN6O6i gados y el dueño de la tierra. pero males en tierras de los nanrrales.60
(¡ ti- N I
: NNnF..!t\
rNo)
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@ oN
'áo parece que este debía consislir en el Flay que precisar que de acuerdo
,o O
E.9 pago en dinero, especie o trabajo de con ios datos de] padrón citado, de
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-OD6@<tl^
N+O!¡J
r o aiguna cantldad, El grado de depen- 103 cabezas de farniiia residenl.es en
<É
t-5
.- dencia de este tipo de contrato no ej sitio de Santa Bárbara. ?9 (76,69To\
o c)(oF-ooo
$f.-O¡.-'iO 6 bÉ
o
t o-
ñdatdño N NO parece haber sido muy fuerte, puesto vilian c, traba-iaban en tierras a,]enas
rNr0
o:- que según un documento reiacionado (r'éase tabia 2.7). Esta cifra 1o con-
>2
s Fnd)ON@ con Ia fundación de Yarumal, fechado vertía en uno de los lugares de la go-
b) NCOTNN (o 5-
o N
,o
l.L
a ! ON
oo en I790, ios agregados "no tienen fi- bernación de Antioquia donde había
O
ñ@ más pobladores pobres, hecho este
O¡..CDSN(D .ieza alguna pues unas veces están con
O
N N unos. otras con otros propiamente que fire confirmado por el visitador
o :o
f.- ;r_
<. .-@
g;
debe llamárseles jornaleros ".5s Mon y Velarde cuando en 1788 decía
@
@
t. cc
Algunos de los pobladores sin tie- ai referirse a ese sitio:
N
ro)i- N
d oo rra del parrido de La Miel invadieron
o c0 c6 ias tierras del resguardo indígena de [...] es sumamente férril y fecundo
c ., o de tcdo género de fi'utos, pero su
.9 San Antonio de Pereira, buscando,
cr o, q1 tiisr¡a fertilidad 1' Ia larga disrancia
o
'o
de esta maneral ob¡ener medios para
f que !rat' a las poblaclones ma-¡,ores,
c N
f- m¡ $ subsistir. Este es el caso del mulato
'6 $ oo hace desidiosos y abandonados a sus
.9 oñ Bernar-do Londoño, quien con una coloros, de modo que no hal ouos
6o
a o FN O o@ fámilia de 8 miembros \¡ivía en tierras
: ¡o o /\
6;
- dei resguardo, donde tenía una casa
más miserables y pobres en toda la
provincia.6l
@ v ró
üE
c s /\ J de pala y una roza que le producía
o
¿
,3N¡) o
\t ó9.
ou legurnbres y maí2.5s Corno la mayor part.e de este ¡,e-
(E
o rn c0;
Igual situación se presentaba con cirrdario carecÍa de tierras propias.
.9 rdE
.- o
el resguardo indígena de Sabaletas, sus habrran{es cultivaban en terre-
c (o¡'O¡ (?
¿ n '= rt cLrvas tierras habían sido usurpadas iros pert.enecientes ai cor¡ún de ios
}N
o
c N s O(O$-FL t..) D@
c
pcr los vecinos pobres del sirio de Santa vecinos. A¡í, de 6 cabezas de familia
.9 .N f.- óO
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Bárbara perteneciente a lajurisdicción blancas alií resrdenres. 3 (5070) te-
o ¡.-
o <áH
*E ¡ o
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srt 6o_--
o; O
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x o c 57 34I, doomento
0)
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N. ¡-' g do
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ts AIJ-A" Cenos, tomo 6516 r' 65 i ?. "{GNl.l{eglo: 1 escioaos d* Antioquia. tomo L,
q -E fois.84lr-843r.
o
N a N' o< é
58 R. Campuzmo, "Fundaciones de lánrmal. S:rn Ca¡los. Amagá ¡, Sonsón", Óp. cit., p. 147.
0 -a 59 AI{A- Caa'os, tomo 34I, documentos 6516 r 651 7.
€9 r3
c) Oc po PP < 60 Ibíd.. tomo 343, documento 6532. fois. ir-7r
\
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5)
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.E .P.e. a 61 E. Robiedo. 6osga ejo btográf co tiz! seftor otÁ,u juarL /tnturir-' Mmt t Lbbrrjt. Op. ci',. romo 1. p. 309.

.E o > c * !{ dG -g c <g E
.9 k : u 5 (nú
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124 I R¡q"t-, pobreza 1 diferencinción soczal en ln Protincia d,e Antioqui.a durante eI szglo xvtrt Las jurisdicciones fu Ri.onegro 1 Malinilk I I25

nían siernbras en ias tieras comunales, Dentro del gmpo de pobladores puesto que, según se puede deducir
1' de 97 cabezas de familia meslizas y que vir'ía en trerras ajenas, es posible estos pobladores no siempre residían
rnulatas avecindadas, 53 (54,63%\ ver diferencias relacionadas con su en el rnismo lugar (véase tabla 2.7'¡.ú
trabajaban alií. Algunos de los pobla- origen racial y socioeconómico. De Por la información recopilada, no
dores que residían en el resguardo de acuerdo con el censo de San \/icente es posibie decir con certeza cuál era
Sabaletas poseían tarnbién cultivos en anres anotado, las 7 cabezas de famiiia el convenio que se establecía entre
tierras del cornún, como era el caso blancas que residían en tierras alenas los propietarios de tierras y los pobla-
de José Corrales, quien vivía en una lo hacían en rerrenos pertenecientes a dores que vir,ían "a merced" en ellas;
casa de paja en tierras del resguardo, farniliares, lo que significaba que había pero de acuerdo con las palabras de
donde había una roza de rnaí2, que le la posibilidad de heredar y convertrse Felipe de Villegas, vecino de Rionegro
producía 8 fanegas por cosecha y cul- en dueños de una porción de ellos. y terrateniente de la zona, los merce-
ti¡'aba plátano y caña. En los terrenos Era el caso deJuanJosé Osorio, quren narios eran gente pobre, que hacían
cornunales sembraba caña, plátano, r,ivía en tierras de su padre, localiza- sus cuitivos en tierras ajenas contando
algodón y "sernentera de r'íveres". das en la quebrada de San Antonio, con e1 permiso de ios dueños, quienes
Cornplernentaba su patrirnonio con donde tenía una casa de pa3a. Por sus Ies proporcionaban, además, las he-
diferencias en cuanto a las condicio-
nes de trabajo y las relaciones con el
dueño de la tierra, son muy dificiies
de definir, dada Ia rrnprecisión de la
documentación consultada. De acuer-
do con los datos estudiados, estos
individuos tenían derecho a cultivar
una pequeña parcela, a tener unas
cuantas cahezas de ganado vacuno,
caballar o porcino, y eventuahnente
a hacer rnejoras, corno una casa de vi-
vienda. Aunque a hnaies del siglo x'rl
el gr-ado de dependencia con respecto
al propietario del terlcno no parece
haber sido muy fuerte, es posibie que l

8 cabezas de ganado porcino y una datos farnilialcs podernos deducir que, rramientas.of' Desconocemos el tipo con el transcurso del tiempo hubiera
casa en laplaza de ese sitio.62 Aunque como sujeto joven recién casado, no de contraprestaciones a que estaban evolucionado hacia formas de servi-
enestadocurnentaciónnoseespecifr- había alcanzado independencia eco. obiigados estos sujetos, pero debía durnbre que impidieran la rnoviiidad
ca, ha,v que precisar que, en casi todos nómica. lo que Io hacía dependiente irnplicar un pago en sewicios, dinero de esta mano de obra.
los lugares, los vecinos que residÍan del rrúcleo famiiiar. En io que respecra o trabajo. Para mosrar la situación La existencia en la región del
en tierras pertenecientes a los ejidos al sector de población lnestiza, de econórnica de estos mercenarios, to- oriente antioqueño de un número
o propios de las ciudades, pagaban un 46 cabezas de familia que vir,ían en memos el ejemplo he Miguel Melchor apreciable de individuos si¡ ¡ierra dio I

alquiler por ellas, lo que los con\¡erría tierras aienas, 26 estaban iocaiizadas \¡alera, vecino de Santa Bárbara, quien sociales.oroil"¡or,
paso a fenórnenos
en arrendatarios. en propiedades farniliares y 20 ¡esi- vivía a rnerced en las tierras que Felipe con expresión en Ia vagancia u oros i

Ei arrendatario de tierras de par- dían en rerrenos de parriculares. En de Villegas tenía en La Miel. En estos tipos de eústencia marginal. Con la
ticuiares no era rnuy común, como cuanto al grupo de mulatos v negros terrenos cultivaba plátano, caña v una intención de dar salida a la conflic- l

Io demuestran los datos del censo libres, apreciarnos que las l7 cabezas rozademaí2, queleproducía29fane- tividad de esta situación, ei oidor
del sitio de San Vicente de 1786, de familia que estaban en esra situa- gas de fruto al año; poseía tarnbién 43 visitador Mon y Velarde propuso en
l

en donde de 74 cabezas de farnilia ción vir'ían en rierras de particulares, cabezasdeganadovacuno, l2cerdos, 1787 la fundación de la colonia de
dependientes en tierras ajenas, solo donde laboraban para mantenerse. 4 mulas y 2 cabalios. Todos sr¡s bienes, San Carlos del Priego en la jurisdic-
4 (5,4V0) vir'ían en tierras arrendadas Como la lna\¡or parte de ellas tenía incluida una casa en el sitio, estaban ción de Marinilla. De acuerdo con la
(véase tabla 2.7). Es el caso de María lnul' pocos o ningún bien, parece ser avaiuados en 360 pesos de oro.66 documentación reiacionada, con el l

Magdalena Marín, mulata, soltera, que su relación con los dueíros de ia En general, los pobladores sin establecimiento de este poblado, en
quien vivía en casa y tierras arrenda- tierraera casi la de simples trabajado- fierra se habían convertido en agre- Iazonahabía
das. donde tenía una huerta de vÍveres. res, sin que podamos precisar aráles gados, rnercerrarios, airendatarios '
Todo su caudal consisla en una yeQlla eran sus condiciones laborales. El o trabajadores, : los grandes y me- [...] nruchas gentes de uno y orro sexo l

y' 8 cerdos valorados en 20 pesos Ce grado de dependencia no parece ser dianos propie' .: ")s, términos estos que car€cet) de rndustria y ocupación
oro.63 rnuy fi.rerte en esta clase de contrato, que si bien dr expresar algunas por haber crecido excesivamente su
1

64 Ibíd., docuurr,,rc 6536.

69 AJIA. C¿nsos, torno 343, documenro 6532. fol. 3r' 65 R. Carnpuzarir,. 'Fundaciones de Yarumal, San Carlos, Amagá )'Sonsón", Óp. cit.. p. 163.
63 lbíd., romo 343, docuneuto 6536. 66 AIf,A, Censos. tomo 343, documento 6532.

Jirti¡cleca !úDiríj¿ tiiitii

 L26 I Riqueru, pobreza y difermcinciún social en la
nírmero v no haber en estas inmedia-
ciones tierras suficientes. cotlfomie al
incremento que han renido las fami-
lias, celara eljuez actual ), sus suceso-
t'es en procul'al'su destino. haciendo
se establezcan donde ha;' terreno férril
v abundante para que busquen su ma-
nutencióu y sustel¡o, reminendo a los
que les parezca oportuno a la nueva
población de San Carlos del Priego.ot
tr-os resguardos indígenas:
tenr¡"itor-ios apetecidos
Los resguardos indígenas de la zona
del oriente alltioqueño ruf ieron su
origen cuando a principios del si-
g1o xvu se establecieron los pueblos
de indios de SanAntonio de Fereira y
Nuestra Señora de Ia Purificación de
Sabaletas, en lajurisdicción de Arma,
,i. el de San Antonio del Peñol, en la
jurisdicción de Remedios. a Ia cual
pertenecía Marinilia.6E
Para I 7 I 9 consta que ei de Pereira
tenía matriculados g indios. de los
cuales 4 estaban exentos de pagci de
ributo por haber participado en ias
entradas a Ia Provincia de Chocó,
,v 3, por ser mavores de 60 añcs 1
estarjubilados.oe De acuerdo con esla
información, parece que esu resen'a
se formó con indígenas provenienies
de otros lugares de la gobernacrón
o de fuera de ella.
Los datos sobre Ia evolución de
este poblado durante la pnnrera mitad
del siglo son escasos, io que imptde
hablar sobre la asignación del rerreno
67 R. Campuzano. "Fun<{acloles de Yarumal, San Carlos,.Amagá r,Sonsón", Crp cil.. p. 350.
68 .J. Parsons. La coloniuaon snttoqueña er: e¡ Occui,ente ric Colo¡nbia, Op. cir., p. "3.
69 ,lü-!¿ ltuiios. ¡omo 25, Cocuu¡euro 774, fois. l0l-l1r.
Ptntitria de Antiot¡tdc d,urante el sigln
de sus resguardos) el desairollo de su
pobiación. En 1759, según un informe
de los oficiales reaies de Antioquia, los
indios tributanos de Pereira eran 25,
lo que rnuestra que el crecirniento de
su pobiación había sjdo rnuy lenro.
Esra pudo ser una de las razones
por las que el gobernador Barón de
Chaves, en I755, pidió a Cristóbal
lriicolás Ruiz de Casrillón, corregidor
cie San furtonio de Fereira. un infor-
l¡re sobrc la convemencia de agregar
los naturales de este pueblo ai de
I-a Estrella. Según el corregido¡ el
traslado a esta región o al Peñol sería
conveniente, porque agre gados estos
indios a un iugar de gente laboriosa
abandonarían su "ociosidad" ,v la
Corona se beneficiaría con la venta
de las tierras del resguardo. En su
concepto, el traslado al Peñol era más
recomendabie, por estar etnparenta-
dos los indígenas de esos dos pueblos
y haber en ese lugar abundantes
tierras fértiles. Se quejaba de que los
irrdios de Fereira vivían sin habitación
firme. huyendo continuamenre y no
pagaban sus tributos. De acuerdo
con las declaraciones de ios vecinos
cie Llanogrande. interesados en las
¡ierras de este resguardo, los indí-
genas de ese pueblo no rrabajaban
sus terrenos por ser "haraganes" y
las lndias se rnantenían pidiendo ii-
lncsna cie puerta en puerta. Para que
pagaran los tributos, eljuez los ciebía
alquilar a personas con iabranzas, y
los naturaies, por evitarlo, huían y se
xrrn
dispersaban. Dados estos hechos en
leb¡ero de I756, el gobernador Ba-
rón de Chaves decretó el trasiado de
ios irrdic-rs de Pereira al Peñol, dándo-
les piazo de un año para recoger sus
cosechas y hacer las nuevas. La iglesia
del pueblo se conservaría y se pediría
su converslón en viceparroquia de
San Nicolás el Magno de Rionegro,
por haber muchos habitantes libres
en sus imnediaciones.T0 Esta orden no
parece haberse cumplido, puesto que
en un informe del Tiibunal de Cuen-
tas de Santa Fe, dirigido ai regente
visitador general, fechado en 1779,
se decía que el pueblo de Pereira te-
nía 35 tributarios, y no contaba con
cura propio, por estar agregado al de
Rionegro.?l
Que el pueblo de Pereira no se
extinguió lo corrobora el que en i 778
el gobernador indÍgena del lugar se
quejara del maitrato proferido por
el corregidor Ignacio Mejía al indio
alcalde Nicolás \¡iilar, por haber sa-
lido este en defensa de los naturales
en una rnedición. Los naturales pro-
testaban por los agravios de Mejía,
quien había dispuesto Ia pena de cien
azotes para el indio que habiara sobre
medidas, lo que era contrario a las or-
denanzas expedidas por el oidcir He-
rrera )¡ Campuzano en 1615, donde
se rnandaba que ni los encomenderos
ni los administradores podían azotar
a los indios.T:
70 Juan cie Gargalta, "Antioquia bajo los tres prineros Borbones (1701-1759)", Boletin del
instituto Marco Fid.eLSuarez. Medellín, vol. I, niim.2, 1951, pp. 146,v i54-I56.
JI }J!4 lnriios, tomo 26, documento 791. fois. 2¡-5v,
72 ñ1/" hciavos, tono 3I, documeuto 999, fols. 3¡-ri
Itts jurisdicciones de Rionegro 1 Mañnitk I 127
Parece que la actuación del co-
rregrdor eshba motivada en razones
personaies, dado que durante la visita
efectuada por el gobernador- Cayetano
Buelta Lorenzana, en I 781, Francisco
Moyano, corregidor de los pueblos
del Peñol, Pereira y Sabaletas, decía
que Ignacio Mejía Gutiérrez ies había
quitado a los indígenas de Pereira un
pedazo de tierras en El Guarzo. demo-
liéndoles las talanqueras y arrqándo-
las río abajo. Tárnbién se quejaban los
naturales de que parte de su resguardo
estaba en poder de Nicoiás Mejía
Montoya yJosé Antonio Botero, y del
daño que recibían por haberles abierro
valios vecinos un camino en sus tielras
del Chuscai. Después de oídas las
declaraciones de varios testigos, el go-
bernador Bueita Lorenzana condenó
a Ignacio Mejía Gutiérrez a poner a
su costa la talanquera donde ]a tenían
los indios. a pagar los perjuicios que
hubiese ocasionado a las labranzas de
estos v a cubrir ]as costas de la causa.
En 1o referente al camilo, dispuso que
se averigr.rara si los que transitaban
por él para las labranzas de La Mlel
podían ir por otro lugar y, de ser así,
los indios podían cerrar el camino.
En el auto de visita se mandaba que
estos naturales fuemn reducldos a r,ivir
en el pueblo. ya que por pergranecer
la mayor parre del año dispersos en
los ranchos de ias montañas dorrde
estaban sus labranzas, no asislían a la
 728 I nq"n*, pobrcu y üfnenciacim
enseñanza de la doctrina y era diñcil el
cobro de los tributos. Además, se orde-
nó que los indígenas hicieran en cada
cosecha una roza de comunidad, para
rnantener con sus productos a los na-
turale-q queJ por avanzada edad o por
enfennedad, no pudieran rrabajar.?3
De esta información se deduce
que las tierras de este resguardo eran
rnradtdas por los grandes propiera-
nos recinos de Rionegro. qulenes
con la intención de quedarse con
ellas no desaprovechaban ocasión
para habiar de ia "ociosidad" de los
nan-rrales e irnputarles robos de ganado
y otros frutos. La intensificación de
los enfrentamientos entre los ndíge-
nas. por un lado, y el corregidor v los
principales vecinos de Rionegro, por
otro. lier'ó a que en julio de 1783 se
sublevaran los indios y algunos libres
casados con indias quienes, armados
con tnachetes, cuchillos, palos v
piedras. se resistieron a las órdenes
del corregidor;' las autoridades de
Rionegro que habían ido a hacer ave-
rigr.raciones sobre el robo de ganado
y a mandarles que asisrieran a misa.
Como consecuencia de este hecho,
el gobernador Francisco Silvesrre
conceptuó que para reducirlos "al
buen orden-v civilidad y que manren-
gan pueblo formal y eilos se man-
tengan rnas arreglados", se debía
¡rasladar su población al centro de
sus resguardos y nombrárseles cura
propio que los adoctrinara.
73 !JL\, I.isitas, tonro 75, documelro 2010. fols . lr a l9rr
74 AGN, Caciqra ¿ indios, rotr\o 46, fols. 1 a 32.
75 AH,\ lndios, torro 26, donrmenro 793. fols. lr-5r.
social en I¿ Prouincia tle Antioquia, dlu-ante el
El indio gobernador Fernando
Tángarife decía, por su parte, que la
principal causa para no Lracer sus casas
en el paraje donde estaba situada la
iglesia 1, no asistir a misa a Riorregro,
era que las derras de sus resguardos
se hallaban a medio día de carnino de]
pueblo. Opinaba que se les debía per-
rnitir fundarse en el sitio del Ciruscai,
que estaba dentro de sus resguardos,
y era donde la rnayor parte de ellos
tenía sus casas y rocerías.
De acuerdo con la matrícula
reaiizada ese año. en Pereira había
56 indios tributarios, aparte de los
2 alcaldes y el fiscal, los que al pagar
cadauno l 2 tornines de oro al año po-
dían mantener cura propio. Dentro
del nuevo curato quedarían incluidos
I30 vecinos libres del partido de La
Miel, qr.rienes también podrían con-
tribuir al sostenimiento de la iglesia.
El arzobispo virrey dispuso, en
febrero de I 785, el trasiado de ]os
indios del pueblo de San Antonio de
Pereira al sitio del Chuscal y mandó
que se pasara al obispo de Popayán
Ia perición de cura propio. a quien se
le debía pagar los 50 mii maravedíes
que rnandaba la iey municipal.)a En
ese lnornento, el númerc de naturales
de ese puebio era de 293 y al igual
que ios indios de otros pueblos de la
provincia, hablaban la lengua caste-
llana, distinguiéndose del resto de la
población solo por' algunas circuns-
tancias inseparables de su caracter".75
sigla xrt¡
La reducción de los indígenas de
población en el sitio del
Per"eira a una
Chuscal no se llevó a efecto, puesto
que su corregidor José Antonio Ruiz
decía en 1787 que los indígenas no
habían adelantado el pueblo en el
nuevo sitio y que Para recorrer el res-
guardo era necesario gastar dos días,
por lo retirado que vivían los indios.
En su opinión. mientras no sejuntaran
en un solo pueblo, el trabajo para el
cura, el corregidor y demásjueces era
doble.76
Los enfrentatnientos entre los in-
dígenas de Pereira y sris corregidores
coniinuaron. y se agrrdizaron nueva-
mente en I799, cuando el corregidor
Francisco Féiix \hllejo, alférez real
de Rionegro. puso pre)os a varios
indígenas y libres, por haber conti-
nuado un baile rnás allá de ias horas
lljadas para ello. Según el corregido¡
se debía separar a los índios de los
libres. pues su continua colnunica-
ción era ia causa de los hurtos que
se presentaban así, como de juegos,
bailes y embriaguez. Solicitaba que
estos naturales fueran trasladados
a otro pueblo, dejando las tierras
del resguardo a beneficio de la Real
Hacienda. Si esto no era posible, se
los debía reducir al sitio del Chuscal,
lo que no habían hecho por no haber
dado el obispo de Popaván permiso
para construir la iglesia. El teniente
asesor del gobernado¡ Francisco
76 AJf.A, Esila¡¡os, tomo 3 1, documento 999, fols. 3¡¡'.
7i AIIA, Gimina( caja B -37. legajo 780- I 899, docurtento
1 1
78 IJJ-L Ind,ios, tomo 26. doormeuro 8i5.
7q Ibíd.. documento 818. fois. 1r-2r
80 Allg Ccwos, ¡omo 343. documento 6538, fols. I 5r- 16r.
kts jurisdicciones d"e Rionegro ¡ MattniLln I 129
\/iana, por su parte, conceptuó que
se debía curnplir ia orden de traslado
de estos indios al Chuscai, puesto que
en una visita que había hecho a San
Antonio de Pereira, encontró que allí
solo existían ia iglesia,v 4 casr:chas.77
Para esa ép rca, la población indígena
de este poblado parece haber disrni-
nuido, pues entre I 797 y I 798 exis-
tían 38 indios tributarios, que pagaba
cada uno una tasa de 4 pesos al año.78
El proceso de rnestiza,le de esn
población parece haberse dinami-
zado a principios del sigio xIX, -ra
que, para 1803, I I libres, r,ecinos de
Arma de Rionegro, declaraban estar
casados con naturales y hallarse vi-
viendo en tierras de los resguardos.Te
De acuerdo con una inforrnación al
Superior Gobierno de 1808, en San
Antonio de Pereira vir,ían 53 farni-
Iias, compuestas por 519 personas,
dedicados sus moradores a cosechar
maíz v f rrjoles. ) a tralspoltar lercios
desde el puerto de Juntas. Para ese
molnento todar,ía no se había con-
gregado la población en un solo sitio,
pues en el lugar solo había una iglesia
de tapias y teja, ¡' l4 casas de madera
y paja, las otras estaban dispersas en
las labranzas de los indios.so
En este caso, como en el de Sope-
trán, no ruvo éxito la poiítica de t¡asla-
do y agregación de pueblos de indios
irnpulsada por los funcionarios d¡:
la Corona en e'l Virreinato de Nueva
7
 j 3A I R¡q"tn
. pobreza 1 diferenciación sociaL en ln Prouinci^a
Granada durante la segunda rnitad
del siglo xr.rn. Las razones de este
pr oceso son bastante complejas, con-
cándose entre ellas la lucha continua
de los indígenas del resguardo de
Pereira para impedir que los sacai-an
del iugar donde tenían sus casas y
selrtenl.eras, así colno su resis[encia
convivir con otro grupo que si bien
estaba iigado a ellos por relaciones
de parentesco, como era el caso del
resguardo del Peñol, se dedicaba a
una actividad económica distinta.
Para completar esta visión de ios
poblados indígenas de las jurisdic-
ciones de Rionegro y Marinilla nos
rcferimos brevemente al resguardo
de SanAntonio del Peñoi, que era el
más antiguo de la zona y el de mayor
número de habitantes. En i706. de
acuerdo con una matrícula hecha
por orden del gobernador Fernández
de Heredia, había en ese poblado
i 37 indígenas. Aunque Ia mayor par-
te de est.crs narurales eran onginarios
de la zona, perteneciente en ese en-
tonces a lajurisdicción de la ciudad
de Remedios, r'ir'ían allí rambién al-
g,rnos indios procedentes de Buriticá
o de otros lugar.es. Una porción de
los tribu¡arios de este pueblo estaban
sujeto. a la Real Corona. mienLras que
otros pertenecían a las encorniendas
de Barioloiné de Bo¡a, Alejo Rodrí-
g.;ez, etc.8r Trece años más tarde, en
1719, el número de tributarios era de
?9, de los cuales 26 eran indios de Ia
81 J. de Gargma,'Antioquia bajo los tres primeros Borbones...", óp. cir.. p. l2l
82 !JA\. Indios. touro 25. docurlenro 774, fols. ?v-l0r
E3 AJL\, Ctimínal, ca,¡a B-92, legajo 1740-1770, documerrto 4.
d,e Antioqui.a dwante el siglo xvat
Corona y 3 pertenecían a la encomien-
da vacante de Bartolomé de Borja. La
tasa que debían pagar estos naturales
era de l0 tomines de oro en polvo
por cada uno de los tercios del año, y
estaban exentos de pagar esta demora
un gobernador y 2 alcaldes. Hay que
a anotar que a partir de ese rnornento
se extingió la encolnienda enlazona,
pues con posterioridad los tributos
van a ser pagados directamente en la
Caja Real.Br
La maitor Parte de los enfrenta-
mientos entre los indígenas del Peñol
y los libres que invadían ]as tierras
del resguardo tuvo origen en pieitos
por la posesión de minas. Así, por
ejernplo, en 1756 el protecror de na-
turales de la provincia, Juan Andrés
deZabala, decía que los naturaies de
ese pueblo se quejaban de que Isidro
Pinela, vecino de Marinilla, se había
introducido con varias personas a
trabajar las minas del Cerro Azul, en
las cuales estaban amparados los in-
dígenas. De acuerdo con una petición
presentada por Francrsco Parnplona,
natural de San Antonio del Peñol,
el laboreo de estas minas era lo que
permitía a los indios de esre poblado
pagar el tributo 1' mantenerse. Por
esta razón, el gobernadorJosé Barón
de Chaves falló ei pleito a favor de ios
indígenas, confirmándoles el ¡ítllo
de estas minas.83
Los conflict.os entre los naturales y
los libres llevaron a enfrentarnienios
Las
personales, como lo deja ver la causa
seguida en 1765 contra Cristóbai
Echeverri, r,ecino del Valle de San Ni-
colás de Rionegro, por haber herido
a José Ignacio Colorado, indio del
Peñol. Según el protector de natura-
Ies de ia provincia, a Echeverri se le
debía dar el castigo correspondiente,
Para que en adelante lto sean estos
naturales tart malrarados co¡no son de
los libres qrre esrán conriguos a sus tie-
rras que es de donde provienen todas
estas inquietudes pues no contentos
con haberlos despojado de sus tien-as
dejandolos srn tener a donde u-abajar'
los quieren nraltratar 1' rnaltratan.sa
Según un inforrne del gobernador
interino Francisco Sil'r,estre. en 1776,
en el pueblo ciel Peñol. había 124 in-
dios de macana, el mayor número de
tributarios de la provincia. Este hecho
muestra que el número de habirantes
de este poblado creció sostenidamen-
te durante }a primera mitad del siglo
xvltt, ]o que les permitió consolidarse
colrlo grupo. En opinión de este fun-
cionario, estos eran los indlos ''más
aplicados y laboriosos". dedicados a
trabajar mü'ras de oro corrido. Su tasa
era de 4 casiellanos de oro al año y
de su recaudaclón estaba encargado
Ignacio Mejía Gutiérrez. corregidor
de los pueblos dei Peírol, Pereira y
Sabaietas.85
Duranie la visira reaiizada por
el gobernador Francisco Silvestre
84 Ibid.. cala B-79, ieeajo 1740-1780, docrrmentc
f Sil'esrre. l)et.:nLnor, dei rc¿no d¿ Sunta Fe d, Eagota Op. ci.. o
86 ARA- lisí¡a¡. ronro 76. doculrrento 2102. fois. ?2r-24v.
j 31
junsd.icaonu de Rionegra 1 Mannilla I
en 17 84, los indios mandones de es¡e
poblado deciararon que aunque el nú-
mero de habitantes de ese pueblo era
crecido (749 ahnas en 1785), renían
bastantes t.errenos para sus labranzas,
pueslo que las tierras de sus resguar-
dos contaban con una extensión de
más de 2 leguas. Según sus palabras,
no había libres en su poblado, pero
las sementeras de aizunos naturales
eran dañadas por el ganado que pro-
pietarios como Ignacro Echeverri 1'
hermanos rnantenian en sus estancias
contiguas al resguardo. Los indígenas
estaban dedicados a ia siembra de
plátano, caña, yuca, arracacha, papas
y otras especies, a iavar oro en el río
Samaná durante el verano _v a sacar
tercios al puerto de Junras. En el
auto de visita, el gobernador mandó
que Irnacio y Cristóbal Echeverri se
hicieran cargo de los daños ocasiona-
dos por su ganado en ias iabranzas de
los indios. Ordenó gue los narurales
acabaran de hacer sus casas en el
pueblo, corno prevenía la leit y que
en todas sus cosechas hlcieran una
roza de cornunidad: adeinás. debían
cornponer el camino real, conslru-
yendo dos puentes ''de a cabalio" en
la carreLera a Marinilla. ei uno en el
paraje el Relrrolino r el otro en Ia que-
brada del Pueblo -\¡rejo. Por ú)timo,
dispuso que no se debÍa pcnnitir que
los indígenas se dedicaran a cargar
tercios a.juntas, pues esta acri¡'id.ad
les estaba prohibida por la le-i.86
10.

I32 I nlq"t-, pobteu l diferenciación social. en ln Proúncia de Antioquia durank eL sigla xvrtt
El crecimiento de la población de
este resguardo no fue rnuy significa-
tivo durante la segunda rnitad del si-
glo xvlil, puesto que para 1808 había
en este sitio 822 habitantes, la mayor
parte de ellos indígenas. Para ese
lnomento, la actividad fundanlentai
de estos naturales continuaba siendo
el laboreo de minas de ofo corrido,
las cr.rales se hallaban a tres o más
días de camino, puesto que las que
había en su mismo territorio no las
trabalaban, por ser de otros dueños.
Se ernpleaban, aderrás, en el cultivo
de la tierra, donde sernbraban maí2,
lrijoles y caña. A pesar de las con-
tinuas prohibiciones, se dedicaban
al trabajo de llevar cargas desde su
pueblo a las bodegas de Juntas y
de dicho puerto sacaban el tabaco
¡ el anrs para las adlninisrraciones
de rabaco y aguardrente.st En este
pueblo, el proceso de mestizaje de
los indígenas no f-ue tan acelerado
como en otros, aunque en los infor-
rnes oficiales se habla de la existencia
de "algunos mixtos". El hecho de
contar con tierras suficientes para
cult jlar. le permitieron constitulrse,
87 AFl{ C¿nsos, toluo 343, dooruento 6538.
\
a fines de la época c<¡loniai, en el
pueblo de indios con lrrayor nílrnero
de habitantes dentr o de ia Provincia de
Antioquia.
A pesar de la política de traslado v
agregación de ios pueblos de indios.
impulsada por los funcionarios de
la Corona, del deseo de los grandes
propietarios de apoderarse de la-s tie-
c)
rras y las rninas pertenecientes a los
resguardos y de la presión que sobrc
3
ellos ejercía la población rnesliza \'
rnulata pobre, los resguardos indíge-
nas del Peñol, Pereira y Sabaletas no
jurisdicción
La
se habían desintegrado a ñnes de ia
época colonial. El pobiado de San An-
de la Villa de Medellín
tonio del Peñol era, por el tarnaño de
su población y la si¡uación econórrica
de sus habitantel, que combinaban
las labores agrícolas con las rnineras,
el más importante de los tres. Por los
testirnonios de Ia época podernos ver
que las condiciones de vida de los in-
ID
dígenas de los resgr.rardos de Perelra l',1 pro.".o de ocupación perma- de grandes hatos ganaderos y de ex-
l Sabaletas eran bastante precarias. y' nente del \/alle de Aburrá por los plotaciones ágrícolas centradas en el
la lucha por defender sus tierras fue espafioles tuvo lugar a finales del si- cultivo del maí2, la caña, el plátano
el elemento de cohesión que unpidió glo xvr 1'principios del xi'll, cuando el ,v el fríjol.l
que desaparecieran en la segunda gobernador Gaspar de Rodas otorgó En 1616, el oidor visitador He-
rnitad del siglo xr,ru. a algunos de los principales vecinos rrera y Campuzano ordenó hacer
de la ciudad de Antioquia títulos de una población en la otra banda del
tierras localizadas en ese lugar. Así, río de Aburrá, en la cual se debíar.r
en I 598, concedió en dicho sitio una reducir los indios de 'Aburra, la-
merced de tierras a su hijo Ajonso de mecies, Peques, Bejicos", de los que
Rodas, ia cual fue seguida de otras era encolnendero el capirán Alonso
dadas a Ped¡o Barbarán, Juan Ro- de Rodas; los indios "norisco", que
drÍguez Angulo, etc. A partir de este fueron de la encolnienda del difunto
momento se inició la construcción Alonso de Rodas El Mozo, v los indios
\'íctorA-lvarezMorales.'LaformacióndelaestrucuraagrariaenAutioquia(1542-1790)",
ponencia presentada en el III Congreso dc Hislotta Coionrbzana, Medellín. Liniversidad de
Antioquia, l 981, pp. I 6 1' 22.

134 I n;q"t*, pobtyn 1 diferenci.ación social en ln htuincia.
"r¡anies y yalnecies", de los que era
encomendero el capitán Juan de
León del Castillo. Para 80 indios t¡i-
butarios y sus familias señaló tierras
de labranza, de cría de ganado. así
colno para propios y baldíos. Los
linderos de este resguardo, llamado
San Lorenzo de Aburrá, se f,rjaron te-
nierrdo en cuenta ei crecimiento qrre
podía tener la pobiación indígena.e
Las Ieyes de segregación que im-
pedían ia permanencia de vecinos
libres dentro de las tierras de los
resguardos indígenas dieron lugar a
Ia creación del sitio de Aná, dentr<r
de los linites de Ia actual Medellín,
donde se erigió una igiesia, que en
1659 fue consagrada como parroquia
por el obispo de Popayán.3
A lo iargo del siglo xvu. ios más
grandes propietarios de minas
esclavos de la provincia, corno el
gobernadorJuan Gómez de Salazar,
el regidor Juan Jaramillo, el tesc¡re-
roJuan Mejía de Tova¡ el contador
Fernando de Toro Zapata, Juan
García de Ordaz y Figueroa, Diego
Nrarez del Pino, Juan de Piedrahíta
v Saavedra, el comisario del Santo
Oficio Facundo Ramírez de Herrera.
Anronio Zapata Górnez de Múnera
l, el alcalde Mateo Ávarez del Fino,
entre otrlcs, construveron hatos gana-
cieros en el \¡alle . Esta paiece haber
sido Ia forrna de sortear los efec¡os de
la crisis minera y aseg'urar su posicrón
Archivo Histó¡ico deAutioquia (|tF-\),Vuiírc, torlo 72, documento 2091, fols. 79r,a 82r.
James Parsons, fu. colmimciún antioqu.eña en el Occzd.entc de Colombia, Bogotá, Carlos \hiencia
Editores, 1979, pp. 89-90.
\1Ár'arez Morales, "l: iormación de ia estrucmra:rgraria enArrtioquia...", Óp. cii.. pp. 2:-:5.
f,1'
d.¿ Antioquia dtrantt eI siglo xrttt
como propietarios. La importancia
de la actividad ganadera en la zona
ia podernos medir a través del estudio
del patrunonio del gobernadorJuan
Gómez de Salazar y su esposa Ana
de Castrillón. En 1669, al morir e}
prrmero, sus posesiones en el valle
de -{burrá conslstían en 2 hatos, en
los cuales pastaban 3.639 cabezas
de ganado vacuno y 569 cabezas de
ganado cabailar; adernás, [enían ca-
iaduzal y trapiche, así como cuitivos
de rnaíz y plátano. De los i 69 esclavos
que poseía, 73 estaban dedicados a
estas labores agropecuarias, lo que
rnuestra cómo, en la conformación
de estas haciendas, la utilización de
fuerza de trabajo esclava cumpiió un
papel fundamental.a
Algunas de estas propiedades se
y constitu\7eron en las tierras Pertelle-
cientes al pueblo de indios de San
Lor-enzo, corno io demuestran las
deciaraciones hechas por los indíge-
nas durante la visita efectuada por
el gobernador F¡ancisco Montol'a y
Salazar en I669. En esos autos cons-
ta que el gobernador Juan Vélez de
Guevara había concedido una rnerced
de 2 estancias de ganado mayor y 2 de
pan en las rierras del citado resguardo
al capitán Fernando de Toro Zapata,
vecino de ,{ntioquia I' encomendero
en Aburrá. Este ríulo fue otorgado
con el consentimiento del maestro
Jrian Gómez de Ureña, cura doctrine-
La jtnkd.icción de l"a T,i.lk. de Medell;n I I35
ro de San Lorenzo y del cacique del Lorenzo 24; en el Guavabal, 62: e¡i la
poblado, pues consideraron que eran Culata 18 ¡' en Itagüí" i 0.6
derras que sobraban,v se les había de-
jado a ios naturales ias indispensables
En respuesta a las peticiones de
para sus selnentaras y ganado. Otros los habitantes del \hlle de Aburrá,
la Reina Madre, por real cédula del
terratenielltes, corno el contador An-
i 7 de mayo de I666, mandó fundar
ronio de Atehortúa y.el encornendero
uno o más pueblos con los mulatos y
Anronio Zapata G6mez de Múnera,
los rnestizos que no hacían vecindad
habían recibido izualmente mercedes
en Ia ciudad de Antioquia. El Cabildo
de tierra de ese lugar. El que los indi
de esta ciudad envió en 1668 un me-
genas no necesitaran de estos terrenos
morial a laAudiencia, en el cual se de-
se debía al drástico decrecimiento de
claraba en contra de dicha fundación,
esta población, pues de B0 indios tri-
alegando que ios vecinos del Vaile
butarios que existían cuando se creó
de Aburrá eran los de Anrioquia que
el resguardo, 50 años rnás tarde, en
iban pol algún tiempo a las haciendas
1669, solo quedaban 3.5
y hatos que tenían en ese luga¡ sin
,4.1 paso que la población indígena
necesitar corlgregarse en población.
se extinguía, el núrnero de habitantes
Consideraban qrie si se erigía una
libres residentes en el Valle de Aburrá
villa, decaería esa ciudad. pues no ha-
creció acele¡adamente. Así, en 1675,
brían personas para ejercer los cargos
de acuerdo con un censo ordenado
del Cabildo ni parz selvir las cofra-
por el gobernador Miguel de Agrri-
días.t No obstante esta oposición. el
naga. vivían en ia zona 280 cabezas
gobernador Montoya 1, Salazar, por
de familia, quienesjunto con sus rnu-
auto de gobierno del 20 de narzo
jeres, hi.ios y sen'ídumbre sumaban
de 1671, dispuso que la furrdación se
más o rnenos 3 ¡nil habitantes. Esta
hiciera en el sitio de Ana, por residir
pobl ación. constituida fu ndamental-
en él más de 30 familias de españoles
menle por indios. negros y mesrizos.
y otras tantas de nestizos y muiatos,
vir'ía dispersa, de tal tnanera que:
poseer iglesia y cura) tel-ler su planta
Desde el sitio de Ana hasta Barbosa, frazada en lorrna de pueblo, contar
cornprcndido Hatoviejo, el sitro de ia con artesanos en todos los oficios
Tásajera y Hatosrande había disemi- necesarios. ser "pingue de ganado
uadas 68 farnilias: en el propio sitio y abundante de manrenimientos". r'
de Ana, 85: en ei poblado de San tener una rica actividad comercial.
5 AlfA. Visitqs, romo 75. docuurento 2091.
6 Luis lato¡¡e Mendoza. Histqria e histor'ns d,e Medellín. Siglos )JtII-XI/III-XI{, Medellín. Se-
creta¡ía de Educación y Cultura de Antioquia, Ediciones "Tomás Carrasquilla", 1.a época,
1972, vol. t, p. 15.
Albe¡to Benral Ntcbolls,.Apuntaciones sobre los otigenes de MedeIIín, Medellir, Eciirorial Uni-
versidad de A¡nioouia, 1976, pp. 3l-32.
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136 I nlq"tra pobrez.a 1 dtferenciación. social en la Prouincia d,e An,tíoqtúa du.rante el siglo xvrrt La jurisdzcción de ta Itittn de Medettín I 137

Uno de los rnotivos para ordenar el
establecimiento de esta población era
la existencia, en el Valle, de rnás de
rril rnestizos y mulatos pobres que
vir'ían retirados en las rnontañas, sin
domicilio Qo, lo que daba origen a
rnuchos delitos que no se podían cas-
rigar por estar sus vi¡'iendas distantes
unas de otras.s Los cabildantes de ia
\¡iila de Medellín respondieron en
1672 a las oposiciones de los vecinos
de Antioquia, diciendo que la rnayor
parte de los pobladores del \hlie de
Aburrá no contaba con casa ni vecin-
dad en la ciudad de -A.nrioquia. por'
no haber en este lugar tierras dispo-
nibles. Otro argurnento esgrirnido a
favor de la fundación de la Villa era
que el carnino entre este sitio y Antio-
¡¡asqueroso
quia era y malo", teniendo
que cruzarse un río caudaloso cotno el
Cauca. lo que dificultaba la cornunica-
ción de ios dos iugares.e A pesar de la
oposición de las autoridades de la ciu-
dad deAntioquia, el 2 de noi'iernbre de
1675 fue fundada formalmente ia \rilla
de Nuestra Señora de Ia Candelaria de
Medellín, en virtud de una segunda
Céduia Reai expedida el año anterior.
Inicialmente su.iurisdicción incluía el
valle de cumbre a cumbre, constituido
por una banda estl echa bordeada por
arnbos lados de iierras pertenecientes
a la ciudad de Antioquia.lo
I Ibíd., pp.40-a1.
9 lbíd., pp.47-48.
10 J.Parsons, IncoloninciúnantioqueruenelOccil.ent¿deColonbn. Óp.cit..p.90.
11 AHA* Censos. tomo 339, documenro 6502, fol. 155v.
1: Jorge Orlando Melo, "La mirrería antioqueúa en el siglo xvrrt. Interpretaciones y pers-
pectilas". ponencia preseutada et el Simposio sobtz el mundo nu'al coiombiano, su noluctórt y
actuaii¿ui., Medellín, FAES, l9El. p. 20.
Las condiclones estables que
reinaron dilrante el siglo x\¡IIt Per-
rnitieron que la población de esta
jurisdicción aumentara con rapidez.
Así, un sigio después de su funda-
ción, en 1778, en lajurisdicción de
Medellín residían I 4.507 personas. I l
A partir de los datos de los censos
de I 778, 1787 y 1808. ei histonador
Jorge Orlando Melo ha calculado que
entre 1778 y 1808 la población de
Medellín aumentó a tasas cercanas al
2,2d/a anuallo que indica un acelera-
do crecirnlento. r: lnfortunadarnente,
faltan datos que pernitan calcuiar ia
incidencia que pudieroD tener, en el
aumento del número de habitantes
jurisdicción en la
de esta
rnitad del sigio xvrn, factores como la
irnportación de negros esclavos y
la llegada de inmigrantes españoles.
Sobre estos aspectos han liamado la
atención aigrnos investigadores, pero
mientras no dispongarnos de datos
al respecto, debetnos considerar que
se ffató de un creciiniento natural y
resultado solo de factores endógenos.
De la población total de la juris-
dicción de Medel}ín solo una lninoría
livia en el núcleo urbano propiamen-
te dicho, ya que una de las caracte-
rísticas de los asentarnientos en la
Antioquia colonial era su dispersión,
lo que llevó a fr.lncionarios españoles
como Mon y Velarde a decir: "viven
sepultados en los tnontes. sin juez l
sin párroco".13
Gran porcentaje de la pobiación
del Valle de Aburrá vivía en las tie-
rras que laboraba. fi-¡era o no propie-
raria de ellas. A modo de ejemplo,
podemos citar la forma en que estaba
asentada en 1786 la población del
partido de Otrabanda, que inciuía
las tierras comprendidas entre la
quebrada de Guayabal y la de Ia
Iguaná: 134 familias vivían en las
inmediaciones de Aitavista. inciui-
dos los lugares de Belén, El Rincón
y Altavista arriba; 30 residían cerca
a la quebrada de la Iguaná; l6 en el
segunda salado de Correa; l5junto o detrás
del Morro (hoy en día el Cerro Nuti-
bara) y l0 cerca al río.ia
De acuerdo con los datos de los
jueces partidarios de 1788, solo
247 (13,87Vo) de las 1.780 cabezas de
familia residentes en la.lurisdicción
vi'r'ían en el rnarco de la \/illa.ls
De los informes oficiales se infiere
que la mayor parte de estos pobia-
dores vi'r'ía dedicada a la ag:-icuitura,
Pueslo que:
l,os indios del pueblo de la Estr-ella,
siembran, aullque su principal ocu-
pación es conducir por el Rio Force
leirasl maderas. para construcción, a
los den¡ás lugares circurn'esilros. Los
Mc¡radores de San Christoval; crían
ganados y siembran en los montes ,v
13 Ernilio Robledo, Bosqueja biog'áfico del señu odorJuan Antonio Mon 1, Iielardc. lruitador
tioquia, 1785-1788, Bogotá. Bmco de ia Repírblica, 1954, tomo 2. p. 307.
l4 AHA, Cercos, tomo 340, documento 6503, fols. 340r-367r'.
15 A. Bernal Nicholls, Apuntaciones sobrc los orígencs d.e Medell¿n. Óp. cir.. pp. I I -32.
I6 Al{A C¿ruos. tomo 34.3. documento 6538, fol. 8v.
vertientes del Car¡ca. En ia parroquia
esteril de Atovrejo, hay más ganados
que fiutos. En Copacabana, sucede Io
misrno, a exepción de las fertiles vegas
de Atogrande. Barbosa cría, cultiva y
travaja rninas de oro, pero donde resi-
den el nrayor número de cul¡ivadores
v algunos ganaderos es en los curatos
de Medellín y de Embigado: Aquí,
en el corto espacio de sinco leguas
quadradas de tierra, la mavor parte
plana y de vega, se mantienen 18.000
habitantes despedasando de continuo
el ceno feróx de la tierra.ro
Teniendo en cuenta este contexto,
a continuación se analiza la estmctura
de tenencia de Ia tierra existente en el
\hlle de Aburrá durante el siglo xvrrr,
tomando como base los datos del cen-
so efecruado enrre 1786 y 1787 por
orden del visitador Mon v Velarde.
Las grandes propiedades:
diversificación econó¡nica
Parte de los hatos ganaderos y de las
haciendas constituidas en la jurisdic-
ción de Medellín durante el siglo xvri
se desintegrarorr en la siguienre cenru-
ria, cono fiuto de la repartición de las
propiedades éntre varios herederos,
de la necesidad de rematarlas total
o parciaimente para pagar deudas
contraídas por efecto de la aguda
crrsis rninera del siglo xvrr r prime-
ras décadas del xvur. No obstanre.
de Au-

138 I n quen, pohreu y diferenciación social. en kt Prouincin de Antioyria d'urante el si'glo xvtrt
la diversificación de activrdades
económicas pennitió que algunos
núcleos fainiliares sortearan con éxiro
la crisis e iniciaran, a partir de 1740,
corno 1o ha dernostrado el estudio de
ia historiadora estadounidense .Ann
Tv'inam, un nuevo ciclo aurífero. que
va a dar lugar a una reactivación de
las exploiaciones agrícoias y ganade-
ras dirigiclas a abastecer los distritos
lrii'rercrs r la población. en continuo
crecimiento, de ios núcleos urbanos.rT
Para ilustrar los iazos de continui-
dad existenies entre algunos de los
terratenientes del Valle de Aburrá de
hnes de la época colonial y ios gran-
des comerciantes, mine¡os o hacen-
dados del sigio xvIr, tolnemos corrro
e.lernplo a lcrs Ávarez del Pino. El
fundador de este núcleo familiar fue
I)iego Ar,arez del Pino (véase ñgura
3.i), nacido en la antigua ciudad de
,{rrna, quien se instaló en la ciudad
de .{ltioquia. donde contrajo matn-
rnonio con Beat¡iz de Tabares en 1673.
Durante ia segr.rnda rnitad del siglo xri
pasó a residir en el Valle de Aburrá,
Conde murió en 1661.18 De acuerdo
con eJ inventario de sus bienes, este
propietario tenía. al morir, un hato
en ei \hile de Aburrá, avaluado en
3.i00 pesos de oro en polvo, y tie-
rias Ce rnontaña en la Cuiatilla y el
Picacho, donde pasraban 24 cabezas
I7 Arn Twinarrt, "Coruercio 1'comerciarrtes de Arrioqtia" . er Memoria d"el Simposio Los estud.ios
regiomla, cn Colombta. El cuo d.e Anlioquia, Medellín, Fondo Rorarivo de Publicaciones, FAES,
1982, pp. 121-122.
i 8 Gabriel Arango Mejía. Genealogíu dz Antioquin 1 Caila. ?.' ed., Medellit, lmprenta Depar-
tamental, i941, p. 21.
l9 \i Árarez Morales, "La fon¡ración d€
20 rbíd.
de ganadovacunoy l2 cabezas de ga-
nado cabailar. Además, poseía minas
en el \hlie ¡ie los Osos y en Guarne,
donde trab4;aban 22 esclavos.re
LIno de los herederos de don Die-
go, el capitán MareoÁvarez del Pino,
logró aurnentar considerablemente
ei patrimoirio farniliar. Cuando
casó con Isabel de Lezcano su capital
propio ascendía a 800 pesos de oro
v recibió de dote otros 800 pesos de
oro. A partir de este rnornento hizo
inversiones que le pennitieron con-
formar. en ia otra banda del río Me-
deilín, un hato ganadero, en donde
rrantenía, según su testamento otor-
gado en I 668, 1.300 reses, 70 bestias
caballares. 2 bestias muiares y 7 Wn-
tas de bueyes. Esta posesión contaba,
además, con casa de vi¡,ienda, arados
y sembrados, rapiche con 2 fondos y
Ia herramienta necesaria. El traba3o
de esta propiedad, así como el de otra
estancia de caña dulce que tenía en
el Salado de Correa, estaba a cargo
de rnano de obra esclava.?o
AJgunos de los miernbros de la
tercera generación de esta familia
consigr-rieron presen'ar el patrimonio
que les tocó como herencia y acre-
centarlo. Así, por ejemplo, Mateo
Álarez del Pino, quien fue muchos
años tesorero de Medel]ín, tenía,
cuando conraio mat¡imonio en 1701
Ia estructura agraria en.A.rrrioquia...'. Op. cir..
s"-
.:
con Andrea Ángel de la Guerra, un
caudal propio de 500 pesos de oro y
recibió una dote de 1.400 pesas.2r En
los años cornprendidos entre 1731
y 1739, fecha en que murió, realizó
transacciones de compraventa de
tierras por valor de 473 pesos 4 to-
se mines, Ias que pagó con géneros de
su tienda.22 Sus actividades colno co-
merciante le permitieron hacer estas
inversiones. destinadas a ampliar la
posesión de tierras con que contaba
en el sitio de Altavisra, iocalizado en
la otra banda del río Medellín. Un
caso parecido es el de su herrnano,
el capitán Carlos Avarez del Pino,
alcalde provincial de Medellín, el
cual al casarse con Tornasa Perpetua
García de 1a Sierra recibió una con-
siderable dore de 3 mil pesos. consis-
tente en tierras, ganado.¡o1'as, plata
labrada, vestuario y 6 esclavos.:3 Sus
labores como ganadero y mercader
le permitieron adquirir 8 pedazos
de tierras, entre I723 ,t, 1749, por el
precro de 1.345 pesos de oro. de los
cuales 605 pesos los pagó con r,acas
;' mulas, 65 pesos los dio en efecros
colnerciales. de 625 pesos se hizo
cargo a censo redirnible y 50 pesos
ios pagó de contado. Estos datcis
permiten asegllrar que la actividad
central de este sujero era ia de ha-
2l ,\\lA, Esribano:, caja 9, Iegajo 1739, fol.48.
2? Ibíd., caja 7, iega-jo I 73I. fol. t 19v; caja g. legajo 17Zi. foI. I 3lvr ca,¡a g. iega,lo I i30. fol. 6l;
caja 9. legajo 1 741, fol. 69r
:J Ibíd., ca,¡a 7, legajo 1728. fot,.45.
24 Ibíd., caja 6. lega.jo 1723. fol. 84v: caja 8, legaSo 1736. fol. 35v; caja 10, legajo j742, fol 4..:
caja ii, legajo 1746, fols. glrr'94v; caja ii, legajo 1748, fol.9?r: caja li, Iegajo l?49,
nbla 1. fol. 44v r' 931
?5 lbíd-, caja 13, legajo 1775. foi. t6
.!
,l
In jurisdicción de l"a l¡illn de MedeUl.n I 139
cendado 1'que el poseer propiedades
te¡ritoriales, esciavos y reses le daba
cierta capacidad de endeudarniento,
gue urilizó para adguirir a censo re-
dimible tierras, casas )¡ tiendas en la
plaza de ia \¡ilia.2a
Estos dos patr.imonios se unreron
en ia segunda mitad del siglo xvrrr,
cuando Mateo y Carlos José Áluar.z
del Pino, hfos de don Mareo, con-
trajeron matrimonio con sus prirnas
Ana María y María Anronia, hiias
de don Carlos Ávarez del Pino. Así,
en 1755, el primero de los citados
decía que, al casarse, su capital era
de 13.371 pesos de or-o y la dote que
recibió fue de 1.760 pesos de oro.:5
En los 30 años que van de 1741 a
1777, este sujeto se dedicó a ampliar
sus propiedades, habiendo efectua do
7 transacciones de cornpraventa de
tierras por un valor de 5.730 pesos
de oro. Errrre estas negociaciones
sobresale una efectuada en 176i, a
trar'és de la cual adquirió, del docror
Esteban A¡tonio de Fosada. cura de
Medellín, una posesión de casas v
tierras en el sitio de Orrabanda y
otra estancia en el lugar del R.incón
tOtrabanda r por 4 mil pesos cie orrr.
que pagó de contado. De 1770 a
1777 este propietario vendió, a su
vez, derras localizadas en los sirios
 \

140 I nlq"t-, pobrtz.a 1 di.ferenctación social en ln Prctincia de Antioquia durante eL sigLo xrrtt bt jmisdicción de la l4lln de Medellín I 141

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I42 I n¡q"t-,,pobtcza y difermcia,ción. social en ln Protñncin de Antioquia dnra,nte el siglo xvttt
de ltaguí, Quebrada Arriba y Guaca 140 reses de ganado vacuno, 90 Ye-
en la jurisdicción de Antioquia por guas, 1 burro, 9 rnulas de acarreto,
valor de 1.250 pesos de oro, de los 5 caballos de sen'icio y 3 yr¡ntas de
cuales 850 le fueron pagados de con- bueves. y le producían 200 fanegas
tado.26 Parece ser que este individuo de maíz al año. Por últllno, en lás
se dedicó, entre offas actividades, a Ia salinas de Guaca contaba con un ojo
comercialización de tierras, pues en de sal, con tres londos que le produ-
1747, -iuntocon su hermano Carios cía más de 28 arrobas al mes. Este
]osé, compró ai maestro Miguel Ber- patrirnonio fue avaluado en 35 mil
nardo Mejía unas tierras en Itagiií, pesos de oro. constituyéndose enuna
por 400 pesos de oro, que le pagaron de ias marores fortunas existentes
ell efectos comerciales, 1' para 1777, en la lurisdicción de Medellín para
don Mateo vendió a José Antouio esa ép<rca.:t Cotno este tnatrilnonio
.Agudelo un pedazo de estas tierras solo tuvo dos hijos (doña Magdalena,
por 150 pesos, que Ie fue pagado de rnonjzi. y don Joaquín, que murió
contado.2T En el censo de 1778, don soltero), don Mateo, en un testamen-
Mateo deciaró lener 36 esclavos. to otorgado en diciembre de 1773,
Después de su rnuerte, en I786, su declaró a su esposa como única he-
viuda dijo poseer una casa de teja redera. En rnayo de 1 782, doña A¡ra
con un solar grande en una de las María, ya viuda, hrizo una donación
esquinas de la plaza de la \¡ilia y una de bienes avaluados en 20 mil pesos de
posesión de 40 fanegas de tierra (480 oro, para que sin'ieran de fondo -r'
cuadras) en Ia otra banda, compues- renta hja para fundar un coil¡ento
ta de lomas, montesitos y arrabaies de carr¡eiitas descalzas en Ia \/illa de
vertientes de ia quebrada del Guaya- Medellin. Otorgó esta escritura por
bal, en la que tenía una casa de teja |rallarse "acomodada de bienes de
donde vir,ía y trapiche bien aperado. lortuna que la rnajestad divina ha
Poseía, además, dos derechos de querido dispensartne".2e
den:as, uno en el lugar de la Mata 1' Después de fundar el citado con-
otro de rastrojos y montes útiies en lento, doña Ana Maía ingresó a é1 v
Guaca, jurisdicción de Santa Fe de rnurió allí en el año de i 802, habien-
Andoquia. En estas tierras rnantenía do dqado a la cornunidad religosa
n
i
r4
I f.¡e¡.¡n avaluadas en 600 pesos, por
1
.14
ca¡a 11. iegajo t?49, fol 68v; caja 14, legajo 1761,
rJ
Ibíd., caja 1i, lega¡o 1i47,fol.82v; a¡
fol.30v; caja 15, legajo 1764, fol. i06r': cala t?, iegajo It'70, Estibana Zea. fols.2{h'i'96¡
.f
caja 19. Ieg'a¡o 1774; Esribana Frcuo 1 Lincc. fois. 7ir r 97v, caja 19, legajo 1775; fol. 3.
caja 20, Iegajo 1776;fo|.69, caja 21, legajo 1777: fol. i5r. t
;é
27 A}{\ Esribanos, caja I 1, legajo li 4i , fo|.82v: ca¡a 3 1, legajo i777 . F:ctibana Funo 1 Lince' '#
,'a
fol. 15v. :i,
38 !Í14 Cnsos, tomc 339, documento 6502; trrno 340, doomento 6503. fols. ?44r tt {.
?.9 !fI!- Esc¡ibanos, caja I 8, lerajo 1773: knibano Frecic 3'Ltnce. fol. i18r', ca,¡a 26, lega.lo i 728: * :.1
Es sr ib anc ./ uar' J os i Lotera, foIs. EZr -f t 5t'. € 3:
,€:
,€r
.r*
en posesión de aigunas de las rnás
vailosas propieciades existentes en el
Valle de Aburrá.
Por io que respecta a Carlos
José Álvarez del Fino, de 1741 a
1754 adquirió tieiras por valor de
i.i 25 pesos de oro, de los cuales pagó
530 pesos en mercaderías y reconoció
a censo redlniible 545 pesos. Poi su
parre. este pi^opietario habia vendido
a su tío, el capitán Carlos Ávarez del
hno, entt-e i7 46 1t l] 46. cios pedazos
de ¡ierras en 1a Loma Hennosa. de los
cuales uno era parte de su herencia,
por 400 pesos que le fueron pag¡ados
en mulas y ganado vacuno.3o Segúrr el
censo de I 778, en sus propiedades tra-
b4laban l4 esclavos y mantenía agre-
gados 10 mulatos y negros libres. De
acuerdo con ]os datos suÍrirustrados
por su viuda en i786. las posesiones
territoriales de esta farniiia consistían
en una estancia localizada en dtayis-
ta, cu,vas tie¡ras. avaluadas eri 2.800
pesos. producían lnás de i00 fanegas
de rnaíz por año, caña y horalizas; alf
pastaban 95 cabezas de ganado vacu-
no r'43 cabezas de ganado cabailar. En
el sitio de Matasano tenían parte de
un saiado y trerras "mui' despobladas
I montuosas". Poseían, además, tie-
n-as en la loma del Serral, ias cuales,
aunque eran "inconmensurab]es",
ser rastro-jos.3r
AIf,\ Fs¡iba¡¿os. ca¡a f. iegao 1 ?4I. fol.
fol.94v; ara 11, Ieg4io 1141,íoI.82v: c4ja tI, legajo 1748, fol.92v; c4ia ll, iegáo 1i50,
iol. l22v; a;a i2. legajo 1?52. íol. 16; aja 12, legajo I754. foi.40.
All4u Ceruo¡, ¡cmo 339. ciommento 63021 tomo 340, documento 6503, fols 340¡-367.
IbíC., ro¡no 340. docr:lnenrc, 6503. íols. 340r-367v.
-
La jurwizcción de lal/illn r)e Meaellín I 143
En resumen, pese a que la rierra
gue en el siglo xvl poseía Mareo .t.!-
varez del Pinc en ia otra banda del río
fue reparrida entre varios sucesoresr a
lo largo de la centuria siguienre algu-
nos de ]os inte-q-rantes de este grupo
farniliar consen'aban gran parte de
este terreno. Estos propierarios urili-
zaron los bienes recibidos corno dote
de sus esposas y la cornpraven¡a de
tierras para adquirir t.errenos adicio-
nales en ese sirio I'constiruir grandes
haciendas. Así, en el censo del par-
tido de Otrabanda de I786, 4 de los
miembros de esta familia f,rguraban
con caudales mayores de l0 rnii pesos
de oro y 3 de ellos eran propierarios
en aquel lugar de extensiones de tie-
rra de rnás de i00 cuadras.s2
AI ver la evoiución de esras pro-
piedades se consrata que la cantidad
de ganado vacuno poseída por estos
hacendados disminuyó notablemenre
a lo largo del siglo xvrir, lo que pudo
irnpiicar un aurnento del área cuki-
vada o el acapararniento de gr-andes
extensiones que solo parcialmente se
explotaban. Algunas de ias posesio-
nes iocalizadas por fuera del \¡alle de
Aburrá para ser puestas en produc-
ción eran cedldas a pobladores sin
tierra que las trabajaban en calidad
de rnercenarios. Así, en el censo del
sitio de San Cristóbal en 1788, figu-
ran 3 libres que vi.r'ían a merced err las
1 14; c4ja 10, Ieg.4io I 745, fol. 6v; qja I 1, leg4io i ?46,
 \

I44 I n que-, pobrcza 1 difetenciación soct"al en ln Proaincia fu Antioquia d.urant( al siglo xytl In jttnsdicción d"e ln l,illn d¿ Medellín I I45

tierras que Ana María Áva¡ez poseía
en Rivienta Arritranca.33
,{unque la mayor parte de estas es-
tancias eran trabajadas con mano de
obra esclava, al ñnalizar el siglo xvrl
encontramos que paulatinatn('nt e se
fueron incorporando lraba.jadores
libres. La aparición de relactones
rnatrirnoniales entre esciavos v li-
bres, toleradas en el interior de las
haciendas, trajo consigo la existencia
de indir,iduos que sin ser esclavos
acornpañaban a estos en las labores
cotidianas. A este grupo se unían los
esclavos manumitidos que seguían
rrabajando en caiidad de agregados.
Según el censo de Medellín de 1778,
MateoÁvarez de1 Fino, por e-iemplo,
poseía 36 esclavos, de los cuales 25
eran rnayores y 1l menores, _v tenía
coino agregados 9 mr¡lat.os T negros
libres, de los cuales 3 eran pár-vulos.3a
Si bien algunos de los miernbros
de esta falnilia inren'inleron en acti-
vidades comerciales, fue su carácrer
de grandes propietarios territoriales
lo que les permitró ocupar cargosl
co¡no el de tesorero, que fue desem-
peñado por Mateo Ávarez del Pino y
Lezcano y su hifo Mateo Ávarez del
Pino y Ángel de la Guerra. Támbién
ejercieron aigr-rnos de los oficios del
cabildo, como el de alcalde provincial
de la Santa Hennandad y regrdor.
Los datos del censo de 1786
mu€stran que casi la mitad de los
grandes propietarios de ñnes del si-
glo xvlrr eran cornerclantes, pero la
rnayor parte de ellos no se dedicaba
exclusivamente a esta actividad, sino
que tenía inversiones en la mlnería
1' glandes propiedades de Lierra en
explotación. La diversificación de
actividades fue un rasgo de esta clase
dorninante y a trar'és de ella lograron
consolidar gran poder econórrico y
político.
Para ejemplificar el caso de un
comerciante que tarnbién era un gl-an
lerrateniente tolnemos a Miguel Je-
rónirno de Posada, cluien durante los
años de 1769 a 1787 introdujo mer-
cancías por valor de 75.239 pesos de
orc, figurarrdo entre los doce comer-
ciantes rnás grandes de la provincia
en ese tiernpo.35 Los t¡ienes de este
rnercader estaban constituidos por
3 casas de teja y una de pa¡a. con sus
respecti\¡os solares, en la \¡illa. En el
río arriba, en el lugar que llarnaban
E1 Presidente, poseía 30 fanegas
(360 cuadras), en las cuales tenía
casa de paja y trapiche de teja bien
aperado, que trabajaba con parte de
sus 36 esclavos. Allí cosechaba al año
100 fanegas de maí2. fuera de caña,
plátanos, frijoles ,v hortalizas. En el
sitio de Comunidad, jurisdicción de
Santa Fe de Antioquia, contaba con
otra posesión que, según sus palabras,
era "rnás que todo el \/a11e de esta \¡i-
lla", en la que producía 15() fanegas
de maíz y mantenía 50 reses vacunas,
50;'eguas y I burro hechot utilizando
para explotaria rnano de obra esclava
;' jornaleros. Ténía, adel¡ás, otras
dos posesiones y su caudal iíquido
ascendía a 30 mil pesos. Por los da-
tos de producción que da, es posible
ver que gran parte de las tierras que
acaparaba no eran explotadas.36
Uno de los rnecanismos utilizados
por los mercaderes para adquirir
propiedades fue la compra a crédito,
como es el caso de.]uanAntonio de la
Madrid, comerciante, alguacil mavor
de Medellín, quien en I768 hizo una
¡ransacción con la cual adquirió, de
María Tiinidad de Cárdenas, herede-
ra de FranciscoJosé de Arismendi, la
hacienda del Hatillo por 5.330 pesos
de oro. En este precio estaba incluido
el valor de las tierras, 5 esclavos, 1 14
yeguas,5 reses. 2 caballos, I trapiche,
2 fondos, así colno herramientas de la
hacienda )' carpintería. La fonna de
pago acordada le daba al comprador
un plazo de 2 años para cancelar el
valor total.3t
La petición de mercedes de tierra
fue otr-o medio usado por los colner-
ciantes r,ecinos de la jurisdicción
de tr4edellín para obtener exrensas
propiedades terrÍtoriales. Como
lnuestra de este fenómeno. tr4anuel
Santamaría, español, en 1773 remaró
unas [terras locaiizadas en el sitio de
Guadalupe, y aunque en 1786 decía
que todavía no le había sido otorgado
títuio de propiedad de ellas, tenía allí
algún ganado vacuno.38
Enrre los grandes propietarios te-
rritoriales de lajurisdicción del \¡alle
de Aburrá se encuentran algr-rnos de
los mineros que durante el siglo xvlrr
hicieron las rnayores introduccjones
de oro en ia Casa de Fundición. Tál
es el caso de Gabliei Muñoz. vecino
del sitio del Río Abajo. quien enrre
1os años de i7B9 a 1802 fundió
13.016 pesos de oro, lo que lo con-
vierte en uno de ios principales rnine-
ros de la provincia.:e Esre propietarro
deciaró, en I 786, tener una posesión
de tierras de pan y caballería de una
legua (100 cuadras) nombrada Bar-
bosa, parte de ella inhabitable por ser
espesas montañas. En esta estancia
mantenía 300 reses, l6 ovejas, I 16 ye-
guas _v 20 potros )i caballos. Contaba,
además, con un derecho proindiviso
en el sitio de Cancán. ar,aluado en
125 pesos de oro. Fara ese momento
se encontraba entablando con esclavos
propios una rnina en la quebrada de
Ove¡as, que corría por su posesión. La
mano de obra utilizada en su esrancia
1'rnina estaba constituida por 35 escla-
vos I' l0 libres agregados.ao
Un caso parrecido era el de joaquín
Barrientos, residente en el sitio de
Hatoviejo, ei cual enrre 178a y l7A7
fundió 1 1.201 pesos. contándose en-
tre los 12 mineros rnás importantes

36 AILA- Ccrcos, tomo 340, documenro 6503, fols. 278r ¡' v.

33 Archivo del Cabildo de Medellín (ACM), toruo 38, docunento 2, fois. lr-25r: ñL\, Fsc¡'ibanos. caja 16. legajo I786, fol. 143v.
54 Alf.A- Censos. tomo 339. documenro 6501. 38 AllA, Ccruos, tono 340. docunenro 6503. fols. 298-303 ¡' 369-374
35 Ann Twinanr, Minnos. comerciantes 1 Labrad,ores. In raícu del espúitu empresartal en Antioquáa. 39
l7ó3-l8iA. rad. Cecilia hés Restrepo. Medellín. FAES, 1985. abla 18.
l
A. Tivinam, Minet"os. came¡'ciantes Lak'adorcs. Óp. cit., tabla 6.
40 AH-A.. C¿ruo¡, tomo 340, documer)ro 6503. fols. ?52r-273r,.
 .F

i
i
j

146 I R;q"tz", pobrezn y difercndación social en. La Prorincia de Antroquia durante el siglo xwtt |-a lurildiccién de k IiIt¿ d,e MadeIIín I 147

de la gobernación.ar En I 786, este su- ias iabores de minero y hacendado y capilla de teja, dotada de ias alhajas ver cómo la educación era condición
jeto tenía una estancia de de ie g'ua
l/+ eran complementarias. necesarias y estaba erigida en vicepa- del acceso de los indlviduos a los
(25 cuadras) en las que producía 50 Muchos de Ios grandes pro¡-'ieta- rroquia dedicada a SanJuan de Dios y bienes económicos y a una detertni-
fanegas de maíz y pastaban I50 reses rios de ia jurisdicción de la \¡illa de Nuestra Señora de los Dolores. Estas nada posición social y polírica.a6 Fara
v 13 yegras. La propiedad estaba Medellín eran sacerdotes, 1o que llevó ¡ierras las explotaba utiiizando lnano apreciar ia situación econórnica de
valorada en 4.1 96 pesos de oro. Con- al gobernador Francisco Silvestre, de obra esclava y iibre. Est€ sacerdote los individuos que habían cursado
taba, además, con otros 5 derechos de en 1776, a declarar: "El lnás crecido era tarnbién propietario de tierras en estudios superiores, torremos como
tierras, ubicados en Hatol'ie.¡o, Itagüí, (núrnero) en orden a clérigos suel- Aguas Frías, posesión compuesta de e.¡emplo al doctor Ignacio Uribe,
Rionegro r Valle de Osos. cuyo precio tos es el de esta capital y la villa de lomas peladas y montes, en donde ha- abogado de ia Real AuCiencia, ase-
se calculó en 705 pesos de oro. En Medellín. Por lo comíin son ios más bía varios trabajadores libres agrega- sor jurídico dei gobierno provincial,
este último iugar poseía 5 derechos acomodados".44 dos. Por su calidad, este terreno soio quien ai morir en l8l2 contaba con
de minas que trabajaba con parte de lriformnadarnente, en el censo de servía para hacer unas cuantas rozas grandes prooiedades territoriales,
sus 3 ] esciavos )' libres.a: No debemos patrirnonio de 1786 no estan incluidos y mantener allí algunos anirnales. corno Ia estancia del P,ermejal, valo-
olvidar que las tierras del Valle de los ios caudales de los sacerdotes que re- Poseía, adernás, en compañía de sus rada en 2.500 pesos de oro, ia cual
Osos hacían parte de una extensa sidían en el tnarco de la \4lla, debido hermanos, un derecho de tierra de estaba dedicada ai culrivo de caña y Ia
merced de tierras que en el año de a que se realizó un padrón aparte de una legua (100 cuadras) Iocaiizado en ganadería, contando con i02 cabezas
1780 había solicitado don Joaquín, ios miembrbs del cuerpo eclesiástico. las Ovejas deJulio. Complementaba de ganado vacuno y 44 cabezas de
en compañía de Piácido Misas, a la Hasta el mornento no se ha encontra- estas propiedades con un globo de ganado caballar. En Arnagá tenía una
Audiencia. Como lo habíamos ano- do este documento, que permitiría ver montes y tierras quebradas, situado posesión valorada en 3.1 i 2 pesos de
tado. esta propiedad fue objeio de el monto de las fornrnas que estaban en Riochico, jurisdicción de Antio- oro, en la cual había casas de vi¡'ienda
pleito con los colonos de Yárurnal, en manos de religrosos. qura, en donde cuitivaba 1 00 fanegas v trapiche aperado. Era propierario.
quienes sustentaban que la Corona A modo de ejernpio, veamos el de maíz y 2 o 3 de fríjoles. En esros adernás, de terrenos en San Pedro. El
recibiría mayor beneficio al dis¡ribuir patrimonio del tnaestro Cristóbal territorios mantenía 100 reses vacu- Chorrillo, Foüero Grande, El Cabu_vo
este terreno entre pobladores pobres Pérez, quien en su estancia de Alta- nas, 30 yeguas. 6 potros, 3 caballos, y Cuarcitos, por valor de 1.5 15 pesos
mazamorreros que al otorgarlo a mi- vista. de 3 fanegas (36 cuadras) de l0 mulas, 12 ovejas y 4 cabras. El de oro. El rraba..¡o en esLas posesiones
¡leros de cr-radrilla, que lo rnantenían tierras útiles, tenía cuitivos de maíz caudal líquido de esre propierario. estaba a cargo de 25 esciavos, de los
casi inexplotado.a3 que le producían de 50 a 60 fane- deducidos 2.835 pesos de oro que cuales l6 eran rnujeres y g hornbres.
Estos ejemplos muestran que los gas al año; de fríjoles, que daban % reconocía a censo y 1.000 pesos que En curnplirniento de una orden del
rnineros contaban con propiedades fanega anuahnenle. v de caña. cuyo debía a particulares, se calculó en gobierno provincial, en el desarrollo
agrarias que les permitían abaslecer producto no le alcanzaba para su 7.823 pesos.a5 de la causa morruoria fueron cief ados
su cuadrilia, con la posibilidad de gasto. Sembraba, además, plátanos, La educación hispanoarnericalta iibres 5 de estos esclavos.at
translerir capital en foma de mano gr anos) hortaiizas, y contaba con una en el siglo xlrn ruvo un carácter Para anallzar cónio las grandes
de obra esclava enre los dos sectores. rnanga con pasto para el ganado. En marcadamente elitista y exclusivista, propiedades es¡aban disrribuidas
Más que actividades contrapuestas, esta hacienda poseía casa de vivienda dirigda esenciahnente a ia fonnación entre los diferenres grupos raciales,
de sacerdotes y jurisconsultos. es tomemos los datos del censo de 1780
decir, a pro\/eer al Estado de buenos para los parridos de Orrabanda 1'
sen'idores. En este contexto podernos Aguacatal. En ei primero de los ca-
4l A.Twum, Mittoos, comerciantes ¡ lab¡udotcs. Op. cit., tabla 6.
42 A-l{d Ceruos, torno 340, docurlen¡o 650ii, fois. 1i}9r-138v.
43 Rodrigo Campuzano, "Fundaciones de Yarumai, San Carlos, Amagá y Sonsón", tesis de grado, 45 .\f{.A" Cereos, romo 340, documeuro 6503, fols. 340r-36i.
Medellín. Departaurento de Historia. Universidad de Ardoquia, 1985, pp. 104 y 116-i I9. 46 Magnus Móme¡ la corcna apañola ,r los foráneos en lo-s puehlos ¡le idios tle Anáricc. Estocol¿lo.
+4 Irancisco Silvestre , Dacrzpciótt dcl reino d¿ Sania Fe de Bogotti, Bogotá, Biblioreca Popular de Aimqvist & ü¡ikseli, 1 970. pp. 61,62.
Cui¡ura Colombiana, 1950, p.200. 41 !xlf,A, Mortuorw, romo 327, ciorumenro 6215.
 l4B I R;q"tra, pobreu y difermaación social en ln Prorincia de AntioEria r)urantt el siglo xttr In jurisdicción. d.e ln Vi.lln de Medellín I 149

sos, solo 8 (6,837o) de los 117 pro- fundamentalmente de actividades Tabla 3.1 Propiedad de la tierra. Otrabanda, 1786
pietarios blancos v 2 (1,10%) de los como ia arriería y el comercio.as Tamaño de Número de cabezas Porcentaje Número de Porcentaje
181 propietarios rnestizos y mulatos En ciertas ocasiones, la posesión cuadras de famiha blancas (%) cabezas de lamilia (%)
poseían más de I00 cuadras de tierra. de grandes extensiones de tierras mest¡zas y mulatas
En el segundo, solo I (1,23%) de los pennitió el ascenso social de lnestizos Sin t¡erras tt 9,40 ot 33,70
81 propietarios blancos 1, | (0,497o) v mulatos. Así, por ejernplo, Juan ig- Y2-5 26.49 90 49,72
de los 204 propierarios rnesrizos nacio Osorno, vecino del sitio de Co- 6-1 0 17 14,52 I 4,41
y rnulatos estaba en esta situación pacabana, en el censo de Medellín de '10
11-20 8,54 11 6,07
(véanse tablas 3.1 y 3.2). A1 respecto 1778 figuraba colno mestizo y en el
¿ l-Jv 24 20,51 5 2,76
es necesario aclarar que la mayor padrón de 1 786 aparece como blan-
parte de los individuos con rnás de co. Este hecho se puede deber a que 51 -1 00 4 J.a I 1 0,s5
20 hectáreas poseían varios derechos contrajo matrimonio con una blanca, +1 00 o 6,83 ¿ 1,10
de ¡ierras y no inforrrraron en el cen- Juana María Piedrahíta, y a qr¡e era Sin información 12 IU.Z3 r ,b)
so sobre la extensión de algunos de dueño de una posesión de una legua tamaño
ellos, datos que sin lugar a dudas ha- de extensión localizada en el partido Total cabezas de tlt 181
rían aumentar el núlnero de grandes del Río Abajo, donde sembraba maíz familia
propietarios. y rnantenía I 02 vacas, 30 yeguas, Equivalenc¡as: 1 fanega:12 cuadras. AHA, Notarial. cala 175, fol.28v.
La mayor parte del reducido 7 potros, 4 mulas, 3 muletos y 16 ca- 1 legua: 100 cuadras, AHA,, Notaial, caia 173, fols. 12v-13r.
1 fanega.12 almudes. AHA, Censas, tomo 338, documento 6498, fol. 173r.
grupo de t.erratenientes residentes bras. En Hatcviejo y Copacabana
Fuente: AHA. Censos, tomo 340, documento 6503, fols. 340-367.
en el \hile de Aburrá eran blancos, y poseía otros pequeños derechos de
eran excepcionaies los casos como el tierras v para explotar esras propie-
del rnestizo Juan Hernánde z Zapata, dades utilizaba como rnano de obra
vecino de Copacabana, quien tenía I8 esclavos y tenía como agregados
un voluminoso patrirnonio. Este Tabla 3.2 Propiedad de la tierra. Aguacatal. 1786
5 rabajadorcs libres.ae
estaba formado por una casa de teja Tamaño de Númera de cabezas Porcentaje Número de Porcentaje
y una casa de pa,¡a, cada una con su cuadras de familia blancas (%) cabezas de familia (%)
Los censos: a faaor de obras pías mest¡zas y mulatas
solar correspondiente en el marco de
Copacabana, y 8 derechos de tierras. Como dijimos anteriormente, una Sin trerras 5 6.17 vb 47,05
de Ios cuales había cedido uno a sus parte o el total de los bienes de un ,i-5 t5 16,04 67 32,84
herrnanos para ql¡e manlur-reran sus propietario podía estar gravado con 6-1 0 14 17,28 7 3,43
bestias y otro a personas pobres que censos, forma de crédito que se corres- ?, no ,oL
26 6
vir'ían allí como agregados. Poseía, pondía con el ritmo lento de Ia eco-
21 -50 IJ 16.04 '1
0,49
adernás, 22 esclavos chicos y grandes, nomía cololrial. Los censos impuestos
51 -1 00 2 2.46
75 cabezas de ganado vacuno y 90 ca- en lajurisdicción del Valle de Aburrá
bezas de ganado caballa¡ su caudal se originaron en su firayor parte en + 100 1 | .¿ó 1 0,49
fire avaluado en 9.100 pesos de oro. capellanías v
se fincaban sobre las Sin información 7 8,64 12.74
Esta fo¡tuna parece haber procedido tierras 1' las casas fundamentalmente. tamaño

Totai cabezas de 204

familia
Equiva¡encias: 1 lanega: 12 cuadras. AHA. Notar¡a!. cEa 175, fol. 28v.
1 legua: 100 cuadras, AHA, Notar¡al, cqa 173, fols. 12v-13r.
48 A.FIA C¿nsos, rorno 340. docunrenro 6503. fól h' 1faneoa: 12 almudes. AHA, Censos, tomo 338, documénto 6498 fol. 173r.
49 Ibíd., lols. 252r-273r'. Fuente: AHA. Censos. tomo 340. documenio 6503. fols. 2r-30r.
150 I R;q"t^, polnznl'üferenciación
El dinero obtenido al hacerse cargo
de eilos muchas veces fue dedicado
a hacer mejoras a ias propiedades;
en otros casos, pertnitió adquirir
propiedades sin contar con todo el
drnero que valían.so
El intrincado engranaje de patro-
nos 1, capeilanes que inter-venía en e]
rnanejo de los censos. hizo que en
buena parte se adjudicaran ai núcleo
de población bianca. aunque muchas
veces el vaior total de una capelianía
era dividido en varios censos peque-
ños que se distribuían entre blancos
pobres y mestizos.
Para ilustrar cómo se distribuía
desde el punto de vista racial el ¡eco-
nocimiento de ios censos, se cuenta
con los datos del censo del partido de
Agrracatal. AIií, en 1786,50 (61,72Vo)
de las 81 cabezas de familia blancas de
la zona tenían a su cargo censos cuyo
r,alor osciiaba entre 30 y 2.825 pesos
de oro, y, 10 (4.9%) de las 204 cabezas
de farniiia mestizas )' mulatas residen-
tes reconocían censos con valores entre
20 y 350 pesos de oro.
Rara vez estos censos igualaban
el valor de las propiedades. En
caso citado, solo Ignacio de Ochoa
tenía un censo de 2.825 pesos, que
afecraba el valor total de sus bienes,
consiituidos por un pedazo de loma,
rnontes y mstrojos, en el que había una
50 Genn:ín Coimenares, Calí. Tbryatenientu, mincrcs 1 cornerciantes. siglo xvtt, Cali, Uni¡'ersidad
dei VaUe, i975, p. i 13.
51 .4JL\. Cewos. ¡omo 340, documen¡o 6503. foi. 5v.
5: Ibíd.. fol. 2r.
55 E Robledo, Bosguejo biográñco del señor aüo' fuan Antonic Mon 1 lblard,e, Óp. c;1.. rcmo 2.
p. r J:.
socml en Ia Proúncia d.e Anl.ioqtda durante el sigLo xvtrt
casa de paja, 52 cabezas de ganacio
caballar, 4 cabezas de ganado porcino,
7 esclavos y 4 fondos de rnetai.5r En
Ia rnavoría de los casos, el censo solo
afectaba una parte del valor de lás
propiedades de un individuo. Como
ejernplo tenemos a Miguel de Gaviria,
quien cargaba sobre sus bienes, que
valían más de i 0 rnil pesos, un censo
de I .81 7 pesos. El patrirnonio gravado
estaba constituido por una estancia de
3 fanegas de tierra (36 cuadras) con
casa de teja, otra posesión de ioma y
lnontes con casa de paja, % parte de
un saiado de sal atnarga en Piedras
Blancas, l6[] cabezas de ganado vacr-r-
no, 62 cabezas de ganado caballar y 7
cabezas de ganado porcino, 20 escia-
vos, I fondo y alha3as yjoyas por valor
de mii pesos.5?
Para tener una idea del dinero
que se rnanejaba en forma de censos
)'capellanías, y de la importancia de
estas instituciones en la Provincia
de -A,núoquia, \Teamos lo que Mon y
\ielarde decía en I788:
Son estos ya tan considerables a favor
dei estado eclesiásrico ,v obras pías,
eI
que apenas pueden soportarse, pues
sin remeridad se puede calcular que
ascienden los pnncipales que se reco-
llccen a favor del estado eclesiástico
r obr-as pras. más de doscien¡os r cin-
cueuta rnil castellanos.5s
Lq mano d.e obra: unidndes
familiares
Una tesls sostenida por muchos ar¡to-
res ha sido la de que el trabalo esclavo
en la Provincia de Antiosuia solo
utihzó en la minería 1' que a hnes
del siglo xvur eslaba ¡rrácticamente
extinp¡uicio.5a A nuestro entender, esta
airnnación carece de bases reales
tenemo-c en cuenta que casi tcdos los
propietarios de ios partidos cie Agua-
catal y-. Otrabanda con rnás de 20 cua-
dr¿rs de tierra lrtilizabari esciavos para
expiotar sus posesiones y en aigunos
casos se declarabarecurrir a la mano
de obra libre como complemento.
La cantidad de esciavos emplea-
dos en el rrabajo de las esLancias
era rnuy variable. Srn embargo. rara
r,ez excedía los 20 esclavos, pues no
debemos oli'idar que buena parte
de elias se declicaba a ia ganadería,
acdvidad esta que requería mu)'poca
rnano de obra. Para ilustrar este pun-
to sin'e ia posesión ql)e en el sitio de
Gua¡'abal tenía Casimiro de Villa y
I{olina, r'ecino del partido del Agua-
catal. La extensión de su hacienda
era de i.3 fanegas (156 cuadras) y
estaba trabajada por una cuadrilla
de i5 esclavos, de los cuales 8 eran
adul¡os y 7 pán.ulos. Con esra mano
de obra obtenía una producción de
100 a 150 fanesas de maíz por año y
i4 Roger Brer', E! d.esarrolla ecottótnico de Antioquia desd.e la
Barrco de ia República, 1977. p. 38.
55 .lJtrA- Ccrcos. romo 340, dommento 6503. fol. 8r.
56 lbíd.., torno 336, domrnenro 6453. fois. 1r-6r.
ln jurisdicción de ]n lill¿ dr Medellín I I51
criaba I55 cabezas de garradovacuno
y 39 de ganado caballar.:5
Dado que del censo de 1 780 re-
ferido a ia 3urisdicción de Medellín
solo se consen'an algunas partes. para
se esrudiar los propiet-arios cic esclalos es
necesario recun:ir al censo de i778,
aunque a nuestro parecer tiene algunas
deficiencias (véase tabla 3.3). La rnayor
si de elias es que solo figurarr ios esciavos
que tenía el dueño en la;urisdicción
de Medeliín, lo que iimita su núrnero a
ios que trabajaban en las pnrpiedades
territoriales iocalizadas dentro de ella
y a los dedicados al setwicio doméstrco.
La cantidad de esclavos que poseían
algunos vecinos de Medellín aumenta
si se incluyen los que poseían en los
distritos lnineros. Así, por ejemplo, el
doctor Sancho Londoño hguraba con
43 esclavos en el censo de Medellín
de 1778, lnientras que en el censo
del partido de los Osos de 1779, en el
minerai de San Jacinto, aparecía con
188 esclavos, sumando ias dos cifias da
un total de 231 esciavos, que io hacía
el dueño de Ia cuadrilla más numerosa
de la provincia.so
Si velnos la rabla 3.3 de propie-
tarios de esilavos a la hrz de lo an¡e-
rionnente expuesto, encontralnos que
solo i6 propierarios blancos tenían
más de 25 esclavos, ,v el dueiro de la
cuadrilla rnás numerosa era el doctor
Diego de Castrillón, con 55 esclavos.
Ind.epazdencía hasta )920, Bogorí,
 \
4
¡
€

152 I n En-, pobreza 2 difercnciación socinl en la Pt'oailnin de Antioquia d,ur-ante el si,glo xvnt I-n jurisdicc!ón de la ttltn cle MedeIIín I lbl

Tabla 3.3 Prop¡etanos de esclavos. Medellín, 1 778

de
Número Número de Porcentaje Número de propietarios Porcentaje
esclavos propietar¡os blancos (%) mesüzos y mulatos (%) 85a89

t-J 156 41,71 JO 70,37 80a84

1C 75 a79
4-10 148 39,57 22.22
70 a74
11-24 54 14,43 4 7,40 i
65a69 i

+25 16 ltA
60a64
Total 54
Propietarios l
o 50ag
!ñ
Fuente: AHA, Censos, tomo 339, documento 6502, fols, 133v-155r !
a 45a49
!o
o 40a44
o
distribuidos en 39 mayores (27 hom- ductivos, situación esta que afectaba C
6 35a39
tr
bres y 12 muJeres) y 16 párvulos la rentabilidad de la utiiización de 30a34
(6 hombres y 10 uruieres).5? esta mano de obra. No sabemos si la
25 a29
Con base en los datos del censo de promulgación de la real cédula del
20 a24
1778 es posible afirmar que a fines 3 de mayo de 1789, que prohibió
del siglo xvlr¡ existía equiiibrio entre que se diera libertad a los ancianos. 15 a 19

ia población esclava masculina (1.392 enfermos, inv:ilidos y niños, irlpidió 10a14

habitantes) y la femenina (i.410 en lajurisdicción de Medellín que ios 5a9
habitantes), io que permitió un cre- amos se deshicieran de los esclavos
Oa4
cimiento vegetati,r'o favorable de esta inútiles a través de la manumisión.5e
pobiación.58 Este hecho se confirma Una caracrerística de las cuadri- 25201510sosilo15?o 25

al analizar la pirámide de edades de Porcentajes

ilas antioqueíras durante la segunda
la población esciava del partido de mirad del siglo xvltr ñre estar consti-
r Hombre I Mujer

Itagüí, en 1786 (r'éanse figuras 3.2, tuidas por unidades familiares. Así,
3-3 l' 3.4), pues enconrramos que el para 1786 hemos encontrado que Figura 3.2 Edades de ltagüí por grupos étnicos. Población b¡anca, 1786

45% aproximadamente era menor de en 1 88 cuadrillas esnrdiadas, exisrían Fuente: AHA, Censos, tomo 337, documenio 6496, fols. 2r43r. ReelaboraciÓn: Dairo Correa
15 aúos. Si a ]o anterior agresamos 226 matrimonios, de los cuales 176
que el 5% de los esclavos existenles en erau entre miembros de ulra misma
dicho sitio eran mayores de 50 años, cuadrilla, 12 entre esclavos pertene-
vemos que era muy ampho el número cientes a distintos duerios y 38 entre el cónyuge iibre siempre aParece surgir de esta situación. Era corriente
de su.¡etos económicamenre impro- esclavos y libres.60 En este úitimo caso, como agregado del dueño dei escla- en estos casos que uno de los dueños
vo, lo que muestra que esta era una procediera a vender al otro el esciavo
57 Ibíd., tomo 339, documelto 6502, fols. 133v-155n
forma utilizada por los propierarios en cuestión.
58 Ibíd., fol- 155r. para obtener un trabajador adicionai. En estas condiciones, la estabilidad
bg JaimeJaramillo Uribe, "Esclavos f señorcs en ia sociedad colombiana del siglo xviu'' en: Los matrimonios entre esclavos de de la familia esciava parece haber sido
Ensalos sobre histotia social colonbiatza, EogotÁ, Biblioteca Universi¡aria de Cuitura Colom- distintos dueíros no eran muy comu- ma,vor de 1o que tradicionalmente se
biana, 1968. p. 33.
60 ,íf1,\ Cercos. tomo 340. documento 6503, fols. l8r-30v, 228r-?97v y 369r-3?4r; tomo .337, nes, Puesto que los amos trataban ha creído. Aunque ei proceso de com-
documento 6496, fois. 290¡-317rr de evitarse las molestias que podían praventa Ia afectaba, eran comunes las
 r:

i
'I

I51 i R¿s"t-. pobrez,t r dit'etenciaa.ón soci,aL m ln Provincin de AntioEia dtrantu el. sigla xvtrt La jwisdicciórt de ln l,illn d¿ Med.ellín I 155

85a89 85a89
I
80a84 80a84
I
75 a79 75 a79
I
70 a74 70 a74
T
65a69 t 65a69
60ail
60a64 ¡E
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!d 50e54 iEli !
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3Ca34
25 a29
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ffi
6

25 a29

20 a24
15a19 15a19
14a14 14a14
5a9
0a4

Porcentajes Porcenta.ies

r Hombre ¡ Mujer
t Hombre I Muier

Figura 3.3 Edades de ltagüi por grupos étnicos. Población mest¡za y mulaia, 1786 Figura 3.4 Edades de ltagüí por grupos étnicos. Pob¡ac¡ón negra esclava, 1786

Fuenle: AHA, Censos, tomo 337, dócumento 6496, fols. 2tr43r. Reelaboración: Dairo Correa. FuenIe: AHA, Censos, tomo 337, documento tr96, fols. 2r43r. Feelaboraoón: Dairo Correa.

transacciolres que ini'oiucraban vanos
miembros de una familia.6r
Es difícil calcular el promedio
de los hijos por familia de esta po-
blación, debido a que rara \¡ez se
surninistra esta inforr¡iaoón. A partir
de una pequeña muestra tornada del
censo del partido de Copacabana de
i 786, podemos ver que esie <iebía ser
61 Archivo Notarial de Santa Fe deArtioquia (ANA). tomo 1788-1789, 3." legajo 1783 Esot
l,ano llrguel dt Palactos, foi. ,'6t,.
-r-u-¿" úei;..or. rorno 136. do:umenro 6416, fols. 1t-4jr.
airededor de 2,5 hgos por familia,
cifia que implica que esta población
tenía una tasa de natalidad un poco
menor que la de los grupos blanco,
mestizo y mulato.6?
Para anahzar la distribución por
edades de una cuadriila se toma
como ejernplo la de José de Osa,
vecino del Barrio de la trglesia, quien
la tenía dedicada a labores agrícoias
y mineras. De un total de 77 escla-
vos. 2l hombres v 18 rnujeres eran
mavores de 15 aíros, 12 hombres y
17 rnr.¡eres estaban entre los 15 y los
55 años, y 6 hombres v 3 mujeres
registraban más de 55 años, Io que
indica que solo ei 38% eran indivi-
duos económicamente productivos.
En este caso habia i2 ma¡rimonios
63 lbíd., torno 340, docurnento 6503, fols.
en los cuales ios dos cór-r-"uges eran
esclavos de la misma cuadrilla y 4
en que uno de ellos era libre, incc,r-
porado en calidad de agregado. No
podemos establecer el promedio de
hijos por faniilia, porque ia poblaciórr
soitera Do se halla discriminada por
unidades famiiiares,63
El que la quinta parte de Ia pobla-
ción de la junsdicción de Medellín
283r-283r,.

156 I nlq"tn, pobreza 1 difnenciaciórL social en. la Prouincia de Antioquin dtrante eL siglo xt'ttt
firera esclava, hizo que los grandes
propietarios que allí r¡ivían mani-
festaran siempre el ternor de estar
indefensos alrte una posible rcbelión.
No es de extrañar entonces que fuera
el doctor Sancho Londoño, r'ecino de
Medellín v dueño de la cuadl"illa rnás
numerosa de la región, quien diel-a
ia voz de alerta al gobernador Buelta
Lorenzana sobre la sublevación que
los esclavos de la provincia intentarorr
hacel- en enero de i 782. En su concep-
to, no se podía despreciar la noticia,
"porque de una chispa se arlna una
hoguera qlle no se puede apagar".6a
Esta situación se repitió en di-
ciembre de 1798, cuando en Medellín
nue\¡amente corrieron voces de que
[...] el considerable número de esclavos
mal impresionados aspir-an a libertarse
violentamente del lugo legírimo de
sen'iduutbre que por su condición
sufren, instigados del falso prir-rcrpio
de que hai' orden superior que los
anpara suponiendo que losjueces de
esta \¡illa Ia han ocultado por hacerlos
serwit en perpetlra esclavitud a los
blallcos... bautizando a su revolución
y pensamiento con el norlbre de la
candanga.65
Esta conflictividad era el reflejo de
la crisis de las relaciones esclavistas,
que trató de ser mitigada por los
firncionarios españoles, pero que solo
encontró su desenvoh,imiento con el
proceso de independencra.
64 .LÍIA, Conunqos, tomo 332, docurnen¡o 6323, fol. 1r.
65 Ibíd.. fols. 1r-3r:
66 AjiL Censos, tomo 340, docurueuro 6503. fols. 340r r' ¡
67 Ibíd.. fol. 342r
F::l
l.i
'.
:
I
1:
Más difíciles de estudiar son las
relaciones existentes entre los hacen-
dados y la mano de obra iibre, pues
no hay datos que permitan cLrantificar
adecuadamente esta clase de trabaja-
dores 1' en la mayor parte de los casos
encontrados no se clarifica cr¡áles son
las condiciones de estos contratos.
Algunos terratenientes tenían
viviendo en sus tierras un grupo de
personas pobres "a lnerced". Las
relaciones que esta ciase de convenio
implicaba no están muy claras, perc
parece ser que esta era una lnal)era de
explotar los derechos de tierras ubica-
dos en regiones apartadas o en otras
jurisdicciones.
Era de esta forma como.José Ig-
nacio Á\,arez dei Pino utilizaba unos
derechos en los sitios de Boquerón y
Nudillal, de los que "se aprovechan
rnuchos pobres a quienes les da para
que siernbren".66
Distinto parece ser el caso de Ger-
trudis Górnez, quien decía que explota-
ba una posesión de tierras de 3 fanegas
(36 cuadras) que tenía en el salado de
Correa, utihzando sus esclavos, peones
jornaleros libres.67 Aquí la rnano de
v ridos se decía que en la Surisdicción
obra parece haber sido usada corno
complernento y es presurnibie que se
les pagara un saiario.
Sobre ia base de los ejernplos an-
teriores es posible asegurar que una
gran proporción de ias cabezas de
familia que deciararon vi'r'ir a lnerced
o como agregados, tenía relaciones de
dependencia con los grandes propie-
tarios (véase tabla 3.4). Esto se corn-
prueba en ei censo de 1778, donde
73 propietarios de esclavos infonna-
ticn tener agregadas mulatos o negros
libres, lo que muestra que muchos de
elios colnbinaban ia utilización de la
mano de obra esclava,v la iibre.66 Así,
por ejemplo, el alguacil rnayor Juan
An¡onio de la Madrid, en su hacienda
del Hatillo tenía 39 esclavos )'lnante-
nía 8 trabajadorcs libres agregados.oe
La producción: explotación
parcial
La rnayor parte de estos latifundios
se caracterizó por ser expiotada solo
en una mínima parte. tal \¡ez por
carecer los dueños de capital líquido
para invertir en ellos. Este era el caso
partido cle
de Marcos Pérez, r'ecrno del
O¡rabanda, quien teuía vanos dere-
chos de tierras que sumaban algo más
de I00 cuadras. Según los datos del
censo, únicamente explotaba n-¡ás o
menos en forma intensi\:a una pose-
sión en el para3e de A}ta'r'ista, donde
producía 100 fanegas de maíz al año.
calltldad que se obtenía de unos I0 o
12 ahnudes de sembradura, según los
datos de productividad que dan otros
propretarios de fierras locaiizadas en
el mismo sitio. Las tierras restantes.
ubicadas alguuas en la¡urisdicción de
68 Ibíd.. tomo 339, dommento 6502, fok. 73v-133v.
69 Ibíd., torlo 3í10, docuDrento 6503. fols. 252r-2i3v.
70 Ibíd.. fol. 345v.
7l Ibíd., tono 337. documento 6496. fols. l7r-l7v; tomo 336, documento 6476, fol.53r:
tomo 340, documerrto 6503, fol. iu9r
\
l"a jmisdicción de In lnlln d.e Aledeltín I 757
Arma de Rionegro, las exploraba rne-
diante el cultivo de un poco de maíz
v fríjol, ,v la ma,vor parte de elias se
dedicaba a Ia ganadería exlensiva. r'a
que en rrás de I00 cuadras rnantenía
50 cabezas de ganado vacuno \' 39
de ganado caballar.70 En las rnisr¡as
circunstancias encontrarnos a otros
terrat.enientes, cotno lo ilustran ias
cifras de producción que dan en los
padrones.
Para hablar de la producción agrí-
coia obtenida en las grandes haciendas
solo containos con una información
complera en lo relativo al maí2. Colno
este grano era la base de ia alirnenta-
ción de esa sociedad, los ñlncionarios
coloniales lo tomaron como índice
para calcular la producción v la pro-
ducrividad de cadauru de las unidades
agrarias, información que les sen'ía de
base para el cobro del impuesto del
diezmo. Por esta razón, son escasos
los datos sobre la producción de otros
productos, colno el fi-ijol. la caña ,v el
plátano, aunque ello no significa que
no se cLrldvaran. Aí, en los ürformes
de los i,isitadores l alcaldes de par-
de h{edellín se cultivaba tnaí2, caña,
Fíjol, plátano, )¡ucas, papas. arracacha,
cacao, hortalizas y árboles frutaies.tr
Para ilustrar cómo en las grandes
posesiones se distribuía el cultivo de
ios diferenres productos, r'earnos los
datos de ploduccrón de maí2, fr$ol y
158 I n;q"era, pobreu y diferenciación social. ¿n l¡t Prouinaa d.t Antioquia d.urantc eI siglo xvrrr
ltrs.jurisdicciones d.e Cáceres y Zaragout I i59

cD\t(9ooNc{loc' pj
o OO(oOl'-rF-loN oñ caña que dan algrrnos propietarios. En Esto hacía que la rnayor parre de los
corooñoioñdi óqr el partido de Otrabarrda. por ejern- gr-andes propietarios poseyeran un
s'oóNv$
6ó plo, el propietario de una estancia de buen número de cabailos, yeguas v
O6 !tc!66()(!f¡-c) o @N
ot=t-Nc0o)6!-f.- 0 .¿t
Et
NO
o!
ñ$
NrrN q
<N
más de 100 cuadras. Rafaei Áva¡ez muias, que utiiizaban para transpor-
¡oa !ñ del Pino, informaba que producía tar el producto de sus haciendas y las
anualmente 100 fanegas de tnaí2, mercancías en g'eneral a las zonas de
@OcOOF$C\,Or) f.-. oa
ñ'-1 O-C)OrbSN(o r) co
OF
rnrentras que solo cosechaba 3 o 4 minas de oro o saiinas, y para sacar
,o tL
FO oP fanegas de frijol, k.., que perrnite de- el producto de estas. Parte de ia cría
Ef
ducir que mientras se cuitivaba 10 o de ganadr,' caballar era vendida a los
o O(DOOFe)c{o(>
o)-CD_(),O,ó-(f)_1c)-b- c-i 12 almudes de sembradura con maí2, pequeños propietarios, y un caballo
s(,()6¡-oo@N d:
6N('
¡o soio se plantaba uno colt frijol.T: El alcanzabaa valer entre t 0 y i 2 pesos,
o^'ti FOoNN6¡.-OCo área dedicada al cultivo de la caña suma considerable para Ia época.7a
Oc)c)@Nr(¡ o .. c
tco o <t <tQ
era también lnenor que la destinada En este riempo, el ganado porcino
FO
ÉU NS
ca o- d6 al maí2, pues de un ahnud sembrado
se obtenía entre 30 y 60 arrobas de
no tenía ia irnportancia que adquirió
..
Jó para ios antioqueños en el proceso
ó
>Q *F\t6@l--(otr)O {. dulce al año, y ningrno de los grandes de colonización durante el siglo xrx y
oo
,O tr-
bó propietarios deciaró f.ener una pro- su cría estaba fundarnentahnente en
CF ducción anual mavor de 200 arrobas.T3 manos de los pequeiros propietarios.
qo
!
q
¡..rON
to oL_
oo Los grandes terratenientes eln- Otras clases de ganado, cor¡lo el la-
b a
{ v, tO
óN pleaban un elevado po¡centaje de sus nar v el caprino, eran prácdcarnente
co
t.- propiedades en la explotación gana- inexislentes.
N (.) d@
Fo
.E -l dera, teniendo a su cargo ei abasto La hacienda mixta de ganado,
o f- de carne de la ciudad y de las zonas
É ,N caña y maíz parece haber prcdorni-
o o N
6E mineras (véanse tablas 3.5 _v 3.6). La nado en la jurisdicción del Valle de
l\
ó oo)F.(D.t O
=
tabla de propietarios de ganado del Aburrá, con una producción desti-
J
c
o s F$ @
o"- partido de Otrabanda muestra que nada parte al autoconsumo y parte al
'a
l¡N
6
¡0 co
6E
el ganado \racuno era conrrolado mercado de ios dtsrriros rnineros del
.o
(09 por los blancos. puesto qLre lnenos \;alle de los Osos. El equilibrio exis-
FN¡NÉrON O ór
riss r-
.9- f,;
c J ú)
de la quinta parte de las cabezas de tente en esta distribución se rornpía
o
ú
o
(9F familia mesrizas y rnulatas poseían cuando había una crisis de p¡oduc-
q
€a 9a algunas reses.
.9 ción como efecto de las plagas que
!
C
o J g)$N0 6ór.- N
(ó
teü;
ü)loo El ganado caballar tenía en esa periódicamente asolaban ios cuitivos
o s <ó.9E sociedad una significación que hol ha v del agorarnienro de unas tierras que
o 3 ro(Dro(D (o perdido, pues era de rnucha utilidad habían sido cultiradas por siglos. En
E.

e9tj- en ias labores agrícolas I'un nedio estos casos. el Cabildo de Medel]ín
o
:c P> @'ü
oS
!6 .s¿ ü trI de transporte de personas )' lne¡-can- se veía precisado a regrlar el prccio
a
G o@ ^ cías del que no se podía prescindir.
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Ee del rnaiz. traralrdo de ei,irar que un
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(l ¡! -q = ,r_ 72 AfL\ Ceuos, tomo 340, docunento 0503. foi. 34?¡
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O (,o r I qc.is
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F 0_ u) ,o ' 3 lDlO.. IOls. J+Ur-J: /\'.
J4 Ibíci.. iois. i2rr-l3Er.
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o- ro_ q s- La jwisdicción de h \4lln de Medellín I 161
tra OI.*N
6ó ca
a)N
9iY
Q1
o o
a. 0- aulnento deslnesurado de él incidiera conforrnación de un grrrpo de ferra-
o VO o N' desfavorablemen[e en la actividad tenientes filel'te. AJ respecro es plrciso
o (r c0
minera, pues los rnineros señalaban señalar que aunque más del 80% de
.E lon' .e. que la rentabiiidad de su labor de- los miernbros del Cabiido de Medellín
$ o- @_ (or c)-
NN (o(9 pendía de que el maíz se vendiera a durante la segunda miad del siglo
FP CDF 0d' @(l)

2 tolnines la fanega.?5 xrrr fueron (otnelctantes l mineros.

\
o
ñ En resumen, un rasgo partiorlar un porcentaje apreciable de ellos eran,
¿ 0r
O(!
N
0.
ús dei grupo de terratenjenles vecinos a su vez, hacendados.Ts Si tomamos
o de Medellín fue que buena parte de como base el Cabildo de 1778, en-
0 @ON
sus posesiones estaba localizada en los contramos que de los I0 miernbros
E 6- O, o términos de ciudades deAntioquia
"-
ñ @O ]as que lo componían. 6, a sabe¡Joaquín
oo\ (oot
Q! Ql0\ @o )'Ar-ma de Rionegro.T6 Por esta razón, de Isaza, alcalde ordinario de primer
o
0- su radio de influencia económica iba voto: Antonio Quintana, alfér-ez real;
0-
0- r)N(o rnás allá de los límites de la.¡urisdic- Juan Arrtonio de la Madrid. aiguacil
a o NN 0_
o
c0 (¡ o ción de la Villa 1 es corrienre encon- mayor; Juan José de Onega, deposita-
c c
(oN 5 trar que intervenían abiertatnente en lio
a)
slnó- =
ñ 0 o
d
general; JuanJosé Calle¡as, regidor
O@
o
ss
9d- Or
; .S
b-
ñR ; los asuntos econórnicos y políticos de
las ciudades donde estaban localiza-
decano, )' el doctor Ignacio de Uribe ,
procurador general, eran gt-andes
o b- e b-
a- C
'6 o .g
a) 0 das sus propiedades. Esto lo ilus¡ra
$ 0- propietarios territoriales.?s
L
o $ &
o
¿ muv bien el hecho de que, en 1786, El que este grupo conrrolara el
\ O
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(or
o-
0--

\ O
('oN
roc)
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algunos de los grandes plopielarios poder político llevó al gobernador
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0) @óF-n
!
6
¿ ¡ñ
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de Medellín fi¡eran nombrados me- Francisco Silvestre a declarar:
G N-\ñl': .E oooo diadores en el pleiro exisrenle enrre
oocoN
So\ oo OohLo ú Nada he encontLado a mi enrender
6
'd 'd el Cabildo de Antioquia _v algunos
o QL r¡ráslamentable gue la adtninisracióu
o- I o
0.
o vecilros de Rionegro. Couio lo hernos
oó o anotado, Ia disputa era por la propie- de justicra. Los alcaldes ordinarios
O NNNN
@
o a o Otr) ON O o son de los acornodados ,v principales
a OóbF
dad de una gran extensión de tierras
t'.
.E ooo¡
^-
:-ñ
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6
c(ú
o
u; que los primeros alegaban que había
vecinos por lo regular... por lo mismo
!
6 (! ooo oo q)
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a la justicia la dirige el r-espeto, el
c ñ.r{
nv ié !< sido señalada corno propios y ejidos
¡6
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o! tr.(Ú
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de su ciudad.T?
sentirniento prir,ado o el pareutesco

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o-u
O $ü
o
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ob
), l)o la recfa imparcralidad.80
o -!o 0- Los datos con que se cuenta per-
E 4ñ rc
o ¿ Or ¡o miten ase€jrrar que la diversificación Por úlrinlo. har que reirerar que
! N ¿aro ¿ rO >@
E(B ¿ =cE
>E ñ
\ o
.. o
¿c de acti'r'idades fue una característica de existen lazos de continuidad entre al-
I o- los grandes propretarios de la zona gulros de los propietarios del Valle de
o
S> 2l
! 0 oooo -o
0 c)oo¡ oo del Valle de Aburrá, lo que impidió ia
<"-- ul_ (). v- Aburrá de fines de ia época coionial
6
c s- o@c{o b- o_ o- o- o
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75 A.Twtr:a¡t, Minet'os, conercxantes ) labradotcs, Óp. cit., pp. 168-17?.
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a FCDc\i G9 6 a N !q 76 AllA C¿ruos. tomo 340, documelto 6503, fols. 2r-l6v v 340r-36?v.
0
'á o :co o 6C
o :o i7 ANA" tomo 1782-1785, legajo 1786, fols. l34r-136r'-
0- u< tL o
'Oo q :,< 78 A. Tiqilram, Min¿ros. comettiantes 1 labrodores, Op. crr.. pp. 192-194.
q o ,ti4 o
s '= 'tr 79 AIIA, Cercos, tomo 339, docurnerrto 6502. fols. 1v'5r
.t\ @
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s ¡o$ oóo
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o E+ G
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80 F. Silvestre, Descripciht. d.el refuro de Sailta Fe de Bogotó, Óp. cit., p. 21 I
6
o Ed O
F Fd 0qF x6N+ mU
"t82 I Riqueu. pobrcm diferatciación Antioquia durantt el sigla xvttt La jurisdicción de
1 social en La Proaincia d.e ln f;zlk de Medellín I 163

1'los grandes comerciantes mlneros y de Copacabana del año de 1786. Tabla 3.7 Propiedad de la t¡erra. Copacabana, 1786
o lerratenientes que se asentaron en El prirner caso, escogido por hacer Tamaño de Número de cabezas Porcentaje Número de Porcentaje
esta zona en el siglo x\/ir. Mediante parte del Valle de Aburrá. contaba cuadras de familia blancas (%) cabezas de familia (%)
rnecanismos colno la compraventa con mayor pciblación blanca. Allí, las mest¡zas y mulatas
de tierras, el con¡raer matrimonio 1 17 cabezas de familia blancas resi-
Sin i¡erras 10,00 20 tt.o¿
entre familiares y la trasferencia de dentes, 28 (23,92E() poseÍan estancias
1/"-E 12 40,00 114 oo,¿t
derechos herenciales, r'arias familias cuya extensión era de 2l a 100 cua-
logrart,n conservar su patr)lnonio a dras, y de ias I81 cabezas de farnilia 6-1 0 10,00 10 5,81

¡ravés de más de r.ln siglo. Por otra
parte, muchos de los españoles que
lleqaron a Medeliín en el siglo xun
se casaron con crioiias, ic que indica
su determinación <ie asenrarse en el
iugar de forma perrrranenie 1' expii-
ca su rápida incorporación a la élite
económica ;' política.B1
Las media¡las propiedades:
dispersas y variadas
l.a desintegr¿rción de algunas ha-
ciendas al ser reparridas enrre tarios
herederos en el caso.de los vecinos
blancos, así como las posibilidades
de enriquecimiento que actividades
como la rninería, el comercio o las
labores artesanales brindarolt a ia
población mestiza y mulata, fueron el
origen de la mavoría de las medianas
propredades enstentes en la jut isdic-
ción de Medellín. Hal que arrotar que
numéricamente esta clase de explo-
tación agrícola no era significativa y
que la mavor parte de ellas estaba en
rna:ros de ¡os propietarios blancos.
Para esmdiar este tipo de posesio-
nes tomamos como base los datos de
los censos de los sirios de Otrabanda
rnestizas y muiatas, solo 6 (3,31%)
poseían propiedades de ese ramaño.
Con respecto a Copacabana, culos
Lrabitantes eran predominantelnente
lnestizos y mulatos. de las 30 cabezas
de familia blancas vecinas del sit¡o,
7 (23.33Va\ tenian posesiones como
las anotadas y de las i72 cabezas de
familia mestizas y tnulatas, única-
mente l0 (5,87o) se contaban entre
esta ciase de propietarios (véanse
tablas 3.1 y 3.7).
Como ejernplo de las cabezas de
familiablancas, usamos el caso deJosé
Anronio López de la Sierra. vecino
de Copacabana, miernbro de una de
las fainilias de Ia élite de Medellín,
quien figura enire las personas que
rnavor número de transacciones de
tierras y casas hicieron durante la
segunda rnitad del siglo xrrtI.s: Este
sujeto, que debió adquirir parte de su
paüimonio porr'ía de herencia, tenía
2 fanegas de tierra (24 cuadras), don-
de producía rnaí2, fiijol, caín,yacay
otros fi:utos. Contaba. ade¡nás. con un
potrero de 3 cuadras y 3 derechos de
Ioma pequeños (9 cuadras aproxrma-
damente), que mantenía dedicados a
ia cría de potros, muletos y ganado.
11-20 10,00 I 4,65
ó
21-50 10,00 6 3,48
51 -100 4 4 ,2t
+ 100 1 4
Sin inlormación 3,33 b
1 3.48
tarñaño
Total cabezas de 172
familia
Equivalenc¡as: 1 fanega: 12 cuadras. AHA, Notaial, caja 175, tol.28v.
1 legua; 100 cuadras, AHA, Notañial caja 173, fols. 12v.13r.
1 fanega: 1 2 almudes. AHA, Censos, tomo 338, documento 6498, Íol. 1 73r.
Fuente: AHA, Censos, tomo 336, documento 6476, fols. 1 tr47r.
Poseía 60 cabezas de ganado vacuno de un pedazo de ¡ien'a de montaña de
y 139 de ganado caballar, los cuales 3 cuadras, que había destinado a la cría
eran cuidados por dos marrimonios de potros y caballos. Poseía 25 r'acas.
de esclavos. 50 mulas, 6 ,veguas, 8 caballos.s3 La
Como modeio de los rnedranos pro cantidad de ganado cabaliar" poseída
pietarios nresrizos v mulatos escogen)os nluestra que este patrilnonio debía ser
a Gregorio Moreno, resident-e en el producto de ias iabores de la arriería
misrno sitio. quren era propietario de a las que se dedicaba la rnayor par.re
nn derecho de media cuadra en el que de la población libre de Copacabana.
sembraba hortalizas. plátanos y lucas; Este hecho apa:cce corroborado por el
de r-rn pedazo de tierra de loma de 5 visitador Mon y Velade, quien en i 788
cuadras; de una posesión de tierras decía a] respecto:
de pan y caballería de 12 cuadras de
El sitio de Copacabana. conocido co-
entensión ubicada en lajurisdicción del
rnúnneute por el nonibre de Tásajera
\álie Abajo, la cual estaba dedicada al desde su anrigiiedad, es uno de Ios
cuitivo del maíz,plátano. \¡ncas, etc.. ¡¡ meiores v más numerosos de toda la

8l A. Twir¡ani. ]vfir¿eros. cama'ciantes j labrolores, Óp. cit., p. 192

8: Ibid.. tabla 24. 83 ltHL Cemos, romo 336. doometfo 6476, fols. Ir-47r

164 I n;quera. pobreu 1 difnenciación socinl. ett ln Prouincia
proviucia... hay algunos sujetos de
caudal. r se hace basLanie corrrel'cio,
pero el princrpal rráfico a que se
dedican es de la arriería para sacar
cargas desde el Puerto de Narc. así
para S(u) M(a..¡estad) como para los
particulares.si
Gran porcentaje de los nedianos
propretar-ios poseía varias propieda-
des dispersas, cuya producción era
complementaria, por estar dedica-
das unas a la agricultura y otras a la
ganadería. Si comparamos el rendi-
niento obtenido en algunas de estas
estancias con el alcanzado en grandes
latifundios, \¡enros que en el presente
caso los propietarios utilizaban más
intensivamente sus recursos. Así,
por ejemplo, Antonio Echavarría,
residente en el sltio de.AJtavisLa. per-
teneciente al partido de la Otrabanda
del río, poseía 4 fanegas (48 cuadras)
en las que por ser tierras muy íttiles
cosechaba 70 u 80 fanegas de maíz al
año, 2 o 3 fanegas de fríjol, plátanos,
caña y todo género de hortaiizas. La
propiedad tenía trapiche de pa3a y
2 mangas dedicadas al pasto para
animales.85
Aunque buena parte de la pro-
ducción agricola de estas posesiones
estaba dirigida al autoconsumo, los
excedentes de cultivos como el maíz,
la caña y el plátano eran lievados a las
zonas mineras de Rionegro y el \zaiie
de los Osos para su comercialización.
84 E. Robledo, doga ejo biográfrco det seiw oid.a
85 AHA Cnsos, torno 340, doomenro 6503, fois. 340r-367v.
86 IbÍd., tomo 343. docume¡to 6538. fol. 9v.
d"e AntioEria durante el sigLo xt,'ttt
LIn obsen'ador perspicaz de la so-
ciedad colonial antioqueña, ei docto¡
José Manuel Restrepo, al refer-irse a
la agricultura del Valle de Aburrá en
t 808, decía que esta consistía en:.
[...] senrbrar maíz cuva vase de
alimen¡os, en terrenos arados y en
l'osas salteadas, la caña antigua de
azúca¡ 1' hahora la de hotayte de la
que sacan panela, 1' cultivar platanos.
extrahe¡ muchos de estos frutos a
Rronegro. Salrta Rosa r otros nrine-
rales: He aqui qual ha sido siempre
la agricultura l las cosechas de los
havitaltes del\hlle de Medellín: Estos
frutos solal¡ente cultivaron nuestro
lnayores, poc<.r ilustrados: Y estos solo
cultivaran las generaciones venideras,
si no havandonan nr¡esllas rancias
ocupasciones.s6
Con rcspecto a la mano de obra
es posible afll'rnar que la esclava fue
utiiizada casi exciusivamente por los
propietarios blancos, pues al revisar
los datos del censo de i 778 encontl-a-
llros que solo 54 mestizos y mulatos
poseían esclavos. La mitad de estos
plopietarios tenía únicamente
2 esclavos, hecho que se explica por
no contar esta población Jibre con los
recursos necesarios para hacer una
mavor" inversión (r,éase tabla 3.3).
Por esta razón ela excepcional
lrn caso corno el del urestizo Antr¡lro
Agudelo. vecino de Iragüí, quien con-
taba con 15 esclavos que empleaba en
Jwn Atúmio Mm 1 Velardz, Óp. cit.. tomo 1. p. 308.
t
una posesión de 8 cuadras en Enviga-
do. otra de 3 fanegas (36 cuadras) en
Itagüí, un derecho de loma y montes
en el sitio El Tigre, jurisdicción de
itagüí, y un derccho en las montañas
de Amagá.87
sus
Para hacernos una idea sobre la
mano de obra empleada por los pro-
pietanos lnestizos y mulatos, tomemos
el ejemplo del partido de Otrabanda.
En este sitio, el 777o utllízaba, para
cultivar su tierra, la rnano de obra
farniliar; el22t/o combinaba su trabajo
¡rersonal con el uso de peones iibres;
el 6% trabajaba conjornaleros libres,r'
solo el 5% empleaba esclavos.ss
En resumen, ias lilnitaciones de la
agr-icultura del Valle de Aburrá a fines
de la época coloniai. originadas en la
faita de diversificación en los cultivos,
el atraso en las técnicas de cuitivo 1,
ias periódicas crisis de producción de-
bido a plagas o fenómenos naturales,
así corno Ia escasez de rninas de oro
en la jurisdicción, hicieron que ias
posibilidades de enriquecimiento de
la población libre de \a zona esruvje -
i o ran rerrutidas fiindamentahnente al
ejer-cicio de actividades comerciaies
v de la arriería. Ajgunos mesiizos.
conloA¡tonio Murioz, Mateo Molina
y Francisco González, figuran entre
Ios grandes comerciantes de la zona.8!
Estos indi¡,iduosj aunque adquir-ieron
poder econórnico, tulieron limita-
ciones para ascender socialmente,
87 Ibíd., torno 337, docurnento 6496. fol. 2E4r.
88 IbÍd., tonio 340, docuulenro 11503. fols. 340r-367r:
89 A. Trqinam. Mínet'os, comerciautq t labrad.ores. Óp. cit,. p. 195
90 Ibíd.. torno 343, docurnento 0538. fol.9r.
\
In jurisdrcción d.e In. Villa de Medellín. I 765
debido a su sangre rnezclada y a su
carácter de hijos ilegítimos.
Las pequeñ.as propiedades:
predo¡nin4ptes en la región
t
La característica fundamental de la
estralctura de tenencla de la tierra del
\hlle de Aburrá duranre el siglo xvllr
fue el predominio de la pequeira
propiedad. Este hecho aparece clara-
mente seúalado por festimonios de la
época como el sizuiente:
No obstante la fecundidad del retre-
no, ya ios moradoles son ruuchos para
tan corto espacio. Apenas se handa
una cuadra. ciell varas. sin que se en-
quentre con algrna casa, de rnodo que
las estancia¡ son mu)'estrechas; poca
hay que passen de veinte quadlas del
Area: y ias rnas no llegal a Ia lnitad:
,Assi ¡odo el campo esta crusado de
calles. ¡r seutejante a una gran ciudad:
esra sil duda es la causa por que ha1,
tanta pobreza elt estos lugares.e0
l
La sihración descrita aparece cla-
ramente reflejada en el piano de la
r.ilia de N,Iedellín de 1791, a¡ribuido
al lnaestrrc pintor José María Giral-
do, que se consen¡a en el A-"chilo
General de la Nación. Al1í ei parddo
de la Otrabanda, idenrificado con las
leiras A 1' B, se pintó con una serie de
casas dispersas que dan cuenta de la
forma en que estaba pobiado. Cada
 166 I n q"tn pobtcnt difermrciación. social en ln Ptouir¿cia dt Antioquza dwantu el sigLo xnrr La -iurisdicción. d"e la lLlia de Medeltín I 767

casa correspondería a la vivienda de rnos conciuir que lnás de la rnitad de

las peqr.reñas estancias que estaban ia población bianca no pertenecía a la
esparcidas por toda el área mral (véase clase dorninante, conforrnada por
figura 3.5). los grarrdes comerciantes. rnineros
Para ver la significación mrrnérica y terratenientes, 1o que Ios llevaba a
:$i;i,=É
de este tipo de posesiones tomemos
colno ejemplo los datos del censo del
pariido de Agracatal de 1786 y del
no tener peso político v a depender
socialmente de sus relacrones como
parientes, illtermediarios. clientes c
ffi';,;
fü-,,.:..o- '
¡
:
O
G

sitio de San Cristóbal de 1787, luga- trabajadores de los dueños del dinero s
ñ
I"es colr una población dominante- o del poder. €
rneDte mestiza y mulata. Al respecto A parrir de ia tabla de propietarir,s {- a
g
o
encontramos, en el primer caso, que de tierra del partido de Aguacatal o
de 8l cabezas de familia blancas allí podernos ver que la tercera parte de a
:p
residentes, 53 (65,43Vo) tenían pro- los mestizos y los rnulaios que residían .9
E
piedades de menos de 20 cuadras de en ese iugar tenían menos de 3 hectá- o
O
extensión, y de 204 cabezas de famiiia reas (véase tabla 3.2). La producción .E
o
rnestizas y rnulatas 80 (39,217o) po- obtenida en esas posesiones fluctuaba !a
seian estancias de esas dimelsiones. entre 3 y l0 fanegas de maíz al año, o
!
En el segundo caso, de 8 cabezas de cantidad que muchas veces no alcan- c
'd
farnilia blancas. i 1l2,5fr) esraban zaba para sustentar una familia. De c
O
O
en esta situación, 1 de 170 mestizas allí que la mirad de ellos declarara
y rnuiatas, 47 (27.64Vo) pertenecían tener como oñcio el de jornalero o @
N
a este tipo de propietarios. Hay que el de trabajador, lo que muestra que ñ
a
aclarar que para esre úidrno caso et'a debían iaborar por un salario para =
rnuy grande el por-centaie de indivi- poder cornpletar sus entradas. Para I6
duos para ei qile no se contaba con tener una idea sobre los ingresos de '-o
infonnación (r'éanse tablas 3.2 y 3.8). este grupo, considérese que eijornal sñ
6
Como un típico caso de los blancos en esa época era aproximadarnellte c
pequeños propietarios tomelnos a d
de 2 tomines al día, pero estos indir.i-
Miguel de Posada, r'ecino de Agua- duos debían traba.¡ar por telnporadas, ¿
catal, quien tenía solo 3 cuaciras de porque r)o podían descuidar sils cul- -a
.:<
6'j
tierra, en las que rnanrenía 3 veguas tilos. La siruación de estos peqrlelios ñN

I 3 potros. La producción obrenida propietarios no difería rnucho cie la

e€
con eslos recursos era clararnent.e de los individuos sin tierra. como se
insuficiente para alirnentar una fa- comprueba con el ejempio de Juan 5.s
rnilia de 8 mielnbros como la su1'a, Restrepo, vecino de Aguacatal, quien o> .o
razón por ia cual deciaró tener colno poseía 3 cuadras de tierra que le pro-
il
t"*,'.- lf,

profesión ia de matar ganado.erA ducían al año 3 fanegas de maízi'algo f- t,+ €I

'',,.¡i r !-
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partir de ejeinplos coino este pode- de caña, con lo que ciebían aiirnenrar- po
-Jl ¡, b.: -
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91 Ibíd., tono 340. documenro 65(i3. fois. 2r-30r EDq
ii u-
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168 I ntqut-. pobren 1 diferenciación social en La Proti,ncia de Anti.oquia úna.nte siglo xnu kr juisdicción
eL
i d,e la l4lla de Med.ellín I 169
) i
il
¡
Tabla 3,8 Propiedad de ia tierra- San Cristóbal. 1787 {
{ dos a establecer relaciones de depen- crita por el visitador Mo¡
1'
Vgjarde con
4
Tamaño de Número de cabezas Porcentaje Númera de cabezas Porcentaje : dencia colno agregados. mercenarros respecto al partido de Santa Gertrudis
cuadras de fam¡lta blancas (%) de fam¡l¡a mestizas f/,) 1i
o trabajadores de propietarios de tie- de Envigado, con las siguientes pala-
li
y mulatas rra. Este era ei caso de Hilario Cano, bras: "Su terreno fértiJ y abundante en
i libre, vecino de San Cristóbal, quien todo género de fir-rtos y así se ve más
Sin tierras J 37,5 49 28,82 I
1/.-\
j: poseía solo % de almud de tierra (me- cuitivado qqe ninguna otra parte de la
1 | ¿,J 40 ¿ó,J¿ I dia cuadra aproxirnadarnente), con lo provincia, sobrando genre ,v faitando
6-1 0 2 1,17 gue Ie era irnposible alilnentar una tierras para trabaja¡".er
11-20 )aa familia de l0 rniernbros como la suya. La mayor parte de los individuos
5
Por esta razón se hallaba viviendo a que carecían de tiet-ra se encontraban
21-50 7,64 merced en una propiedad de José agregados, r'ir'ían a rnerced o eran
51 -100 tb q¿t Nicolás de Ochoa. gran propietario trabajadores en terrenos ajenos. ,{sí,
de ia zona.ea para el partido de Aguacaral en I 786,
+ 100 12,5 7,M
En resumen, estas propiedades es- de l() l cabezas de larnilia sin rierra,
Sin información a1 E 18.82 taban dedicadas fundamen'"almente 9l (90,09%) estaban en relacióu de
tamaño a la agricultura, pues solo un escaso dependencia con respecto a algún
Total cabezas 170 porceniaje de estas cabezas de fami- propietario. Iguai fenómeno ocurría
de familia lia poseían ganado. La característica en el partido de San Cristóba! para
Equivalencias: 1 lanega: 12 cuadras" AHA, Notar¡al, caja 175, fol. 2Bv.
central de esre ripo de posesiones i787, pues de 52 cabezas de famiiia
1 legua: 100 cuadras, AHA, Notarlal, caja 173, fols. tZv-19r.
era la de ser explotaciones famiiiat'es que car-ecían de bienes, 47 (90,387a)
1 ianega: 12 almudes, AHA, Censos, tomo 338, documento 6498, fol. 1731 producción estaba dirigida al
crr1,a estaban en psas condiciones (véanse
Fuen¡ei ACM, tomo 38. riocumetno 42, tols. 1 tr25v. autoabastecirniento, puesto que muy tablas 3.2, 3.a ,v 3.8).
raras veces producían excedentes Por esta razón, no cornpartimos la
para comercializar. afirmac¡ón segúrl la cual los lnesrizos
se 8 personas. Su caudal líquido era contaba con esclavos y laborabair sus y los mularot libres de la Provincia de
de 200 pesos de oro, suma que llo tier¡as utilizando fundamentalmente I-os poblado¡'es sin tierra: Antioquia escaparon de las relaciones
superaba ninguno de estos cabezas su trabajo personal y el de sus hljos. sobrando gente y faltando tierra de dependencia con respecto a los
de familia.s: Una explotación lamiliar típica era ia dueños de la tierra, debido a que
El 20Vc de la población nestiza y deJuan de ia Rosa García, quien ienía La esrechez del \¡aile de Aburrá, que las fronteras ofiecían una exisrellcia
r.nulata libre del partido crtado eran una fanega de tierra (12 cuadras) en tlene ullas i5 leguas (1.500 cuadras) de indeperrdiente a quien se animara a
propietarios que poseían enrre 3 y ia que producía 20 fanegas de maíz extensión, el hecho de que buena parte abrirlas.so Lo ciel-to es que la décima
20 hectáreas. El rendimienro pro- al año 1' criaba 10 reses y 2 cabailos. de estas tierras estur,ieran monopoli- parte de las cabezas de familia blan-
medio de estas posesiones era de Conestosreclrrsos sealimentabauna zadas por unos pocos propietarios,v el cas de la jurisdicción de Medellín
14 fanesas de maíz al año, cifia mul familia de l0 personas.e3 acelerado crecimiento de la población eran agregados o trabajadores en
ba3a que indica que los terrenos de Las limitaciones productivas que mestiza v mulata durante la segunda trerras ajenas y en la misrna situación
este sitio no estaban entre los más la tecnología de la época imponía al mrtad del siglo xvllr dieron origen a la se encontrat¡a un poco más de la ter-
productivos. Es importante altorar minifundio hicieron que muchos de existencia de gran cantidad de pobla- cera parte de las cabezas de familia
que ninguno de estos individuos estos propietarios se r,ierau precisa- dores snr tierra. Esta situación fue des- mestizas o rnulatas (véase tabla 3.4).

94 ACM, tomo 3E, fols. 1r-251

S2 Ibíd.. fol.9r. 95 E. Robledo, BosgreTb biográfn dzl señ.or oid.orJ wt.Antotzio Mon t Velat"d¿, Óp. cit.. tono 2. p. 307
93 IbÍd.. fois. 15rv¡, 96 A. Truinam, Mineros, comerciantes ¡ labradom, Óp. cit-, p, 159.
i7 0 i Rlquora, pobrcu y difnenciaciót: sociai.
Si tomalnos el caso del partido
rie I-Ialograrrde. podernos apreciar
cómo la concentración de Ia tierra
en manos de un reducido grupo de
hacendados dio lugar a que gran
cantidad de pobladores desposeídcs
se viera precrsada a agregarse en
estas propiedades. En este ejemplo
encontramos que 4 miembros de la
famiiia ls¿,za Pérez eran dueños en
ia.lurisdicción del Río "{ba3o &o,v Gi-
rardota) de posesiones con más d€ 4
ieguas de extensión i400 cuadras). en
ias que se hallaban agregados o t'ir,ían
i cabeza de familia blanca y 43 rnes¡i-
zas y mulatas. De estos trabajadores,
9 estaban vincuiados a ios derechos
¡rertenecientes a don José Antonio,
13 a los de don Manuel Joaquín, 6 a
Ios de don Francisco, 5 a los del doc-
i-or Lorenzo y 1 I ocupaban ter¡enos
((,rnunes de los citados proprerarios.
{Jorno e3ernpio le estc}s pobladores
se tler)€ a ignacio del Río, libre, de
ocupaclón jornaiero, quien vir'ía
agr.egado en las tierras que Joaquín
de Isaza telría en Graciano. Ei único
'5ien que
poseía est€ sujeto era una
c¿sa paiiLa.el
Con respecto a la categoría de
''agrtgados". ha1'gue aclarar que esta
paiabra se usa en los censos bajo dos
areÉc¡one:. En unos casos se consi-
ieraba como arregado de un cabeza
iie lámilia todas aqueilas personas
que rro slendo sus hijos residían en
su casa. En el segundo significado,
quer es al que aquí se hace referencia,
L.ji lE \ C¿nso:. tcxno 340. docu¡nento 8503,
95 i¡id.. romo 336. documen¡o 6476. foi.
!13 ibío' t<'n¡o 339. doonerro 6502 íols. 73i'-133r'.
tr n hnuirLcia d'¿ Antioquia d'urante ei sigkt xvttt
seliamaba así a una persona que tra-
ba,¡aba para otro yno irnpiicaba c¡ue
compartieran la vivienda.
El tipo de trabajo desarrollado
por los agregados se puede ver en el
caso de Ignacro Jiménez, vecino de
Copacabana, quien declaró que vir'ía:
"agregado en tierras de Don Diego
Átarez en donde traba¡aba con sus
hilos par-a mantenerse".et
Esta ciefiliición )'ei que algunos de
ellcs deciararan tener como oficio el
dejornaiercs, muestra que se trataba
rie traba3adores que mantenían cierta
libertad dc movimientos.
I-a formación de estos agregados
parece estar iigada a la crisis de ia
esclavitud a fines del siglo xrnIt. Re-
suim evidente que la mayoría de los
esciavos manutnitidos continuó sir-
viendo a sus antignos amos en caiidad
de agregados, quienes por su parte
podízrr colltar con una rnano de obra
adistrada sin necesidad de tener que
alimentarla, vestirla o curdarla cuando
enfermaba. La rntensidad de este pro-
ceso la podemos medir si vemos que
en el censo de Medellín para 1778,
de 428 propietarios de esclavos exis-
rentes, 73 rnanifeslaron tener corno
agregados mulatos v negros libres,
especif¡cándose en 21 de estos casos
que se trataba de libertos. ExisríaD
personas colno Catalina \/elásquez,
guien poseía 22 esciavos, y 25 rnulatos
y negros libres agregados. Es claro que
de esta manera se buscaba abaratar el
aprovisionamiento de mano de obra.ee
fols. 352r-273v
3ln
5,
rt Otro gr-upo bastante numeroso
estaba forrnado por las personas
sin tierras que declararon "vivir en
derras ajenas", uo especificando la
clase cie contratos que tenían con el
propiearic de estas. Muchos de eilos
debían ser agregados, como lo deja
ver ei hecho cle que inientras en ei
cerrso Cel partido de F{aiograncle de
J 786, figuraban 49 sujeics que vir'ían
en iierfas aJeras y 45 que estaban
aS,egzrcios en iiei:ias ie otros, en una
iis'La de ics cabez¿is ¿le farnilia rcsiCen-
tes en i788 eii ese iuga¡ 89 rle eilos
apai€cen como a,grega<ios. I oi'
A partir cie las ciir-as del censo ciel
si:io ciel Aguacaial de i786 sobi-e ia
pi-odr-rc:iórl de maíz (3 a i5 fanegas
Ce iiiaí¡ poi afio), que para sLl .onsu-
:l¡ pel-sonal obi.eníar ios 4 i poL"riado-
:'es .il¡es de ese iugar qrie ieciar-ai-ou
r,,vil'eir tierras ajenas, poCe;¡os <iecir-
qi,? irl se les o:o-3':, pa:z i,a:e:'sus
cultivos rirá,s cre 3 cuadras, lc que Ia
ma)¡oría de ias veces er-a iilsuficienre
para i¡ar-ltenei- rriia familia. La ruiiad
cie esias caitezas ce farniiia no poseía
rie;i alg.nc ¡ casi todos dijerrcn ie-
ilei- como oficro ei de jornalero o el
cie rabajacior, lo oile muestl"a que se
trataba de personas que venciían su
ñjerza de rabajo.ror
Pcrr otra parte. existra rrn conjunto
de desposeídos que deciaró "'r,i'r'ir a
merced en tierras ajenas", es lnu,v
difícil est.ablecer si esta situación irn-
I 00 lbíd., tomo 340. doruneuto 6503. fols. 25?-173v: ACM. tomo 41. doau¡eu¡o 34. fols. 55r r
101 AI{é, Croos, romo 340, documento 6503,%ls. 2r-16y.
102 ACM, tomo 38, doanmenro 2.", fols. 1r-25v.
I03 Ibíd.
104 ibrd.. fois. 9¡-14: r 10,'15¡
La jtrisdiccitn d.e 1¿ I'illn de MedeIIín I 77 7
piicaba una relación de sen'idumbre
con respecto al dueño del terreno.
Farece ser que en algunos casos se
$ataba de individuos que pagaban
un arrendarniento al propierario oei
suelo, como se puede ver en declara-
ciones como ia de josé lgnacio Cano,
iibre, vecino de San Cristóbai, quier,
decía se¡^: "me¡cenai-io ,Ce lgnacio
Guerra por arrendarn¡enio de S
cuadr"as de .uiei¡a con pensión de dos
pesos, 4 toinines al aito':.io:
Los indii'iduos que esÉbarr en esa
si¡uación apar"enteinel-]re gozabal rie
cierta iiber¡aci, pties alg.;rros ccino
\4ceirte Gai-cía, iibre. vecino de San
Cristóbai, iníormarcn ser: "mercella-
, ic uitas 'r:ccs ol lrna riras cre ot;c
illlen,.-r ale ;l-^1.l'2 - "-
Ccn 'sase el lcs da¡os Ce] ceilso
3: los ¡.aiLiccs de Feci;':ga, 1 Cu:.,:a-
st.a de , se conclu'¡e que aigr-urcs
esciavos inan';lnrridos eniraliari a
".787
.:-aL;;¿.:' a ' m:¡::ec" eti Lell'ejros (¡e
sus aildg"rics arnos o coit otl-os d,je-
iios. ésí, por e3emplc. l{icoiás Iidai'a,
;;beno, cle 22 anos, era lnercena:'io
del padrc Manuei Ma.ra. La lamiha de
este antig-uo esclavo esiaba formada
por 5 iniembros l todo su parirnonio
eran 3 reses, I vegua,v 3 caballos.'oa
En ia mayor pane de los casos, la
parcela que se les daba a los "merce-
narios" para que hicieran sus culti¡'os
era mu,v pequeña; es el caso de lgna-
cio Martínez, libre vecino ciel parrido
ss.
 I72 I nlg"tra, pobreu 1 difermciación social m la Prouincia
de Agr.racatal, quien debía alilnenrar
una falnilia de 8 miernb¡os con 6 fa-
negas de maíz ai año.ro5
Aigunas de las cabezas de fainilia
qrre declararon no poseer [ierras
vi\,ían con sus padres o suegros, ex-
plotando una posesión familiar, lo que
lnuestra qrie se trataba de indivlduos
que no tenían caudai para indepen-
dizarse económicamente. Esta era la
siruación de personas corno Francisco
Gonzále2, blanco, resident.e en el sirio
de Otrabanda, quien vivía en Altavista
en tier"ras de su rnadre, y su único bien
era una casa de paja. Hay que aclarar
que. en estos casos, la propiedad que
explotaban en algún momento iba a
ser total o parciaimente de ellos.106
Por últirno, habiaremos del núcleo
de irabitantes que exploraba tierras
arrendadas. La mayoría de ellos tenía
sus posesiones en tierras de los ejidos
,v pagaba al rat¡o de propios de ia ciu-
dad una dererminada cantidad al año,
dependiendo de ia extensión cuhivada.
Támbién arrendaban tierras los
particulares, aunque esto no era muy
común. Tal vez de todos los casos es-
rudiados. esras personas eran quienes
estaban en rnejor posición económica,
pues contabalt con mayor Iibertad
de acción, lo que les pennitía hacer
inversiones de carácter permanente,
que podían vender a otra persona
con la condición de que esta se hiciera
cargo de pagar el arrendamiento. En
esta situación estaba buena parte de
i05 AHA, C¿?bor, toruo 340, docuurento 6503. fols. t0v-l 1r
106 Ibíd., fols. 340-367.
107 lbíd., fol 23ir
108 AHA l,-dil6, roDro 76, documer¡ro
de AntioEtia durznte el
los habitantes del barrio de Guanteros
(véase tabia 3.4), comoJuanJosé Gó-
tnez, libre, quien tenía en los ejidos una
posesión en la que había construido
una casa de pa.1a, instaiado un trapiche
conun fondo de martilloy olltivabaun
allnud de maíz 1'otro de caña. Anual-
rnente pagaba 6 tomines de arrenda-
lniento y las mejoras que había hecho
estaban valoradas en 100 pesos.ro7
Los r¡esdzos v los mulatos despo-
seídos no eran los únicos interesados
en las tierras de los ejidos,
rnuchos de los gralldes propiet.arios
acaparaban buen porcentaje de ellas,
quitándoles esta posibilidad. Esto lo
denunciaron varios vecinos de Me-
dellín durante la visita que realizó
en 1808 el gobemador Francisco de
,A1ala. De acuerdo con su iestimonio.
gran parte de los ejidos habían sido
arrendados a regidores como Joaquín
Tirado )' Antonio Uribe.ri'l
Como se puede ver, un hecho
fundamental en ia segrinda rnitad del
sigio x,ru en la Provincia de Antioquia
fue el surgimiento de un núcleo cada
vez rnás irnponante de pobiación libre
sin tierm, que se'r'io obligado a inte-
grarse a las haciendas o estancias como
dependientes. Este fenómeno debe ser
más estudiado, pues es esencial para
cornprender el origen y el desarrollo
del campesinado antioqueño.
Otro efecto de la existencia de una
gran capa de pobiadores que carecía
de los medios necesarios para subsistil
21t2, fol. I7.
sigla xrttt
fue la presencia de síntomas de des-
cornposición social como ia vagancia y
ia rnendicidad. AJ ernpezar el siglo xu,
en 1808 la sin¡acrón de Medellín había
ilegado atales límites que el goberna-
dor Francisco de Avaia rnandó que:
1...1 soio los verdade¡os pobres...
sean los que pidan lirnosna los días
viernes que cou Io que recogen ese
día a ejernplo de otros lugares cultos
l de policía, tienen, para pasar toda
la semar.a a excepción de un caso de
pr.res n ecesidad extraordinaria.
roe
En un documento de la misma
época se decía que, en Medellín y
Envigado, había rnás de 500 vagos,
cuva ocupación era la de "robat'ios
frrrtos a-fenos y fomentar todos los r¡i-
cir¡s". Como medio para resolver este
problema se proponía dedicarlos a la
eiabo¡¿ción de manufactul-as bastas de
algodónf ianas, o destinarlos a alguna
nuer-a población, donde se les diesen
hellamienas ,ir tieri-as fértiies.rr0 No
debemos oli'ida:- que de Itagüí y En-
vigpdo saldrían los colonos deAmagá,
quienes en el fanscurso del siglo xrx
colonizarían el suroeste antioqueño y
palte del coiolnbiano.
Los nesguanclos indígenas :
¡muchas tie¡:ras para pocos
Como lo anolamos anteriorurerrle,
en 1016 el oidor visitador Herrera
109 Ibíd.. fols. 34r y v.
1l0 A-FL\ C¿nror, tomo 343, dommento 6538, foi. 9r.
111 AFIA l,;r,iar, ton)o 75. dorumento 2091, fois. 79v-82r, 9l¡ I i'.; A. Bernal Nicholls.l¡an-
taciones sobrc los uígenes d.e Medellín,
La jtrisdicción d.e la Vrlln d( Me(iel¿in I 77 3
y Campuzano creó el resguardo de
San Lorenzo de Aburrá, en ei cual
reunió los indios existentes en el Valle
de Aburrá. J,sta población indígena
descendió.' io largo del siglo xvrr,
puesto qut ie 80 indios tribural-ios
que recibió en 161 el cura docrrine-
ro de este pueblo, solo existían 3 en
1669. La drástrca disminución obligó
a que se trasladara la rglesia al sitio de
Aná, pues eran los vecinos libres de
ese lugar quienes sost.enían el cuh.o.irl
En las declar-aciones hechas du-
rante la visita que errtre 1670 y i671
realizó el gobernador Francisco de
Monto,va a los puebios de indios de
la provincia, fuercn acusados de estar
ocupando con ganados o sementeras
las tierras del resguardo de San Loren-
zo. Antonio Zapata Gómez de Múnera.
encomendero de dicho r,alle: María de
Ordaz,v Figueroa, r'ir¡da de Fernando
de Toro Zapata; el contador Antonio
de Atehor¡úa. Aionso Gólnez de Mi-
randa, el alférezJuan de Céspedes 1'
Manueia Lobaio. Por sentencia del
gobernador fuerou absueitos de ese
cargo los tres primelos, por tener útu-
los de }as tierras que oanpaban. Eri el
caso de Górnez de Miranda se le rnan-
dó reducrr su ganado donde no hiciera
daño a ias seÍlenteras de los naturales.
AI aiférez.|uan de Céspedes se leorde-
nó desocupar las tierras del resguardo
en el ténriino de quince días l se ie
condenó a pagar 5{)0 maravedíes
Óp. cit., p. 20.
77 4 I Rlq"en, pobreza 1 diferenciación social en.ln Prouincia de AnthEtia d,urante el si,glo xvtrt La jurisd,icción d.e la Iilt¿ tj.e Muieltin i 17 5
j

para la Real Hacienda v 25 pesos para
cubrir las costas del proceso. Mamrela
Lobato, por su parte, fue condenada
a paga una lnulta a la Real cámara
por los daños que su ganado hacía a
los cuitivos de los indígenas y fue ab-
suelta del cargo de ocupar }as saiinas
incluidas en ios resguardos, debido a
que eran realengas. Las personas que
Estrella, fonnada en 1719, soio figu-
ran 8 indios tributarios y I jubilado.
Los ernpleos de este pueblo estaban
desempeñados por un gobernador,
un alcaide y un fiscal. quienes estabán
exonerados dei pago del tributo.r15
El protector de naturales de la
provincra, Juan Andrés de Zabala,
informaba en 1767 que los naturales
¡¡
::
en el uso indebido que de ellos y de
3
i{ las propiedades de la comr¡nidad hi-
cieron algunos de los gobernador-es
indígenas. Ln 1778, por ejemplo,
Marcelo Tarnayo, indio, file depuesto
de su cargo de gober-nador por haber
sido acusado de cobl'ar % rolnín ¡nás
de tributo sin tener la cot-r-espondien-
te orden del gobierno, de haberse
sas,v edificios. en esa oportunidacl se
or-denó, bajo pena de azct.es v cál.cel.
que los indígenas no cortaran estos
árboles para tracer ieña.
Hallándose las aurol-idades infor"-
madas de las necesidades de aigunos
indios, quienes por su avanzada edad.
enlelmedades o iutpedilrrer rros t ro po-
dían trabajar;
se esrableció qlre litcieran

irabían invadido este pueblo rnanifes- del resguardo de La Estrella pagaban aprovechado de1 rnaíz de la roza de una roza de colnr¡nrdad que ruvier-an
taron que los terrenos eran muchos sus tributos con el dinero que obte- cornunidad y de haber cogrdo para 2 cuartilios de semeniera por c:rda
para los pocos indios existentes. Con nían de cortar rnaderas v otros lnate- él Ia lnadera que les sobró de la corn- indio tributario, cuvo pr<'ducro sería
este argulnento, los gobernadores de riales en los mc¡ntes de sus tierras. Err posrción de la iglesia y del cabildo.rrs distribuido entre los necesitados.
la provincia otorgaron vaúas mercedes estas actividades eran estorbados por En ia visita efectuada al resgrrar- En el leferido doci¡rnetrro se in-
de uerra pertenecientes al resguardo algunos vecinos a sus terrenos, lo que do de La Estrella por ei gobernador fonnaba que este resgiardo era, con
a algunos grandes propietarios de la dio origen a fuertes disputas, como la Cayetario Buelta Lorcnzana en I 781, respecto al nírrnero de natr.¡rales. el
zona.'t2 seguida por Marcelo Támayo, natural algunos indígenas se quejaron del tnás exterrso de t,,da la pr-ovincia r'
Después de fundada la \¡illa de Me- y alcalde de La Estrelia, contra José mal rcparto de tierras y montes hecllo que Ia canrrdad de casas elisrenres en
deilín (1676), esta población indígena Vélez, por haber rnaitratado al refe- por sus mandones y de otras anoma- el pueblo era lnurr pequeíra, debido
fue trasladada al pueblo de Nuestra rido indio y herido a otro.rro lías. Para corregir esta situación, en el a que la mayor parte de los naturales
Señora de La Estrelia. en donde se le Según la matrícuia realizada por arrro de r.lsiu
se determinó grre ]urrgulro i'ii'ía dispersa en los lriontes, dedi-
otorgó un nuevo resgrardo.tls Corno el gobernador Francisco Silvestre en de ios gobernadores indígenas tenía cada a sus iabranzas. Trarando <ie
algunos indígenas tenían sus casas en 1776, en La Esrrella había 40 indios facultad para hacel r epaliirrrienros evitar el daito que se ciei-i¡'aba de vii'l¡
Iaplaza de Medellín, a fines del siglo tributarios, cada uno de los cuales pa- de tierras. esrancio autorizados so- "car:eciendo del pasto espirrtiral". se
xi,ll el Cabiido dispuso que estas fue- gaba 4 castellanos de tributo al año. larriente para sefialarles el soiar para determinó que los indios fabricaran
sen compradas por súbditos espanoles De acuerdo corr el concepto de este la casa r, huerta. En lo que respecta a casa en el pueblo i que los domingos
firncionario, estos indios eran: "muy las rierras de iabranza. se rnandó que y fiestas concurrieran a misa.lie
i'los naturales fi¡esen a vivir al barrio
de Guanteros, en donde se les daría arreglados y aplicados al trabajo".rt; cada narural Luliera derecho a aqrie- De acuerdo con la mairícula for-
t.err€nos para sus edificaciones.r ra Durante los últirnos 25 años del llas que hubjera abierto a su cosLa,v a mada en 1 786 por e) cor iegrdorJosé
Son mu\ pocos los datos que existen siglo xvnr fi.ieron comunes los enfoen- los potreros que ilrbiera desrnontado López de Mesa. en ese año había
sobre el desarrollo de esta población tamientos enüc los naftirales de este ,v r-educido a pasto. El terreno restan- 47 indios tributarios" I prófugo l
durante Ia primera mitad del si- pueblo y sus mandones 1' corregrdores. ie del resgrrar"do debía ser común a I dedicado a ia real ñbrica por deliro.
glo xvtu, pero de elios podemos de- Como se puede ver más adelante, todos ios indios dei pueblo, decla- El cabildo indígerra esraba fc¡rmacio
ducir que era un grupo mu¡- reducido. rnuchos de estos confllctos tulieron r'ándc,se por nulos los lepartirnienr.os por el gobernador un alcalde i'u¡r
Así, en una lnatrÍcula dei pueblo de I-a origen en el cobro de los tributos y irechos anterioru¡entc. regidor.r20
Conio dentro dei r^esguar-do había Los testinionios existerrtes pei-
lnontes en donde se dalra madera miten asegurar qi.re para llnes ciei
gruesij al,rz par a ia Íab|rcaciólr de óa- siglo xrrrr r ¡,rrncipicrs dr:1 x:x. j.a rna'or
Il? AILA. V ites, tomo 75, documento ?09i, fols. 58r-l 54r
Il3 J.Parsons, In.coloniruciónantiogueñaenelOccid.entedeColombia. Óp.cit.,p.73.
li4 L. I¿to¡reMendoza,Histotia¿historimdeMedellín.SigtwWII-XllII-XIX,Óp.cit.,pp.37-38
I 5 AHA" Indios, tor\\o 25, documelto 774, fols. I 1r v t
1
I I 8 AI1¡, Indios. romo 16. documelro 786, fols. I 2r I r:
116 All¡, Ctimit¿al, B-41, iegajo 1740-1710, doornento 10. ii9 Ai{\ Iá¿ks, touo 75. docurrren¡o 2101. iois. 40v-44¡
i17 F silvesre' Desotitción *' Óp cit" p )el' 130 All-{ Caioi. romo 337, cioamenro 6479r. fols. lr-3r.
.',"i;:.!,'rt:x':,f ,!:,:?f""'
:rai,i¡il:ere púritica p¡lcic
l7 6 I R;.q"t*, pobrcn 1 diferenci'ación sociaL en.ln Prottincia de
parte de esta población se dedicaba
al cuitivo de sus sementeras y a conar
madelas. Como ]as maderas de los
lnontes de sus resguardos eran las
únicas que existían en Iajurisdicción
de Medellín, ellos proveían de este
rnaterial a todas Ias construcciones
que se realizaban en los alrededores.
Debido a ello, estaba establecido que
pagaran sus tributos en esta especie.rrr
Para ilacernos una idea sobre
la rnagnitud del patrimonio de un
indígena del resguardo de La Estre-
lla. tomemos corno ejernplo el del
indio Mateo Sánchez, trabajador de
rocerías y cortador de madera. Este
natural decía tener una posesión con
casa devivienda, trapiche de caballos,
rancherías. plantas de plátano l caña.
bienes estos que estaban avaluados en
200 pesos de oro.r22
De 1796 a 1799, ios indios tribu-
tarios de este puebio se negaron a
pagar sus dernoras al corregidorJosé
Nicolás de Ochoa, y era irnposible
para los lnandones obligarlos a ello,
puesto que se habrían sublevado, lo
que hubiera tenido consecuencias fa-
tales. Según ios miembros del cabildo
indígena, aunque los corregidores
pusieran todo su empeño era ilnposi-
ble cobrar íntegrarnente los tributos,
porque: "este pueblo, ha tenidoindios
pobres. otros vagando, otros moro-
sos, otros inválidos, otros prófugos
12l Arclrvo General de la Nación (AGN), Caci,ques e indios. tol\rc 46. fols. 33r'35t
122 AHA Críminal, B-9?, legajo 1790-1810, don¡mento 2, fols. 8v-9r.
123 AIIA,/ndio¡, toruo 26, docunrento 815, fols. 7r-10 v.
I24 Ibíd., door¡ren¡o 808. fois. 10¡-l0v l 3Ir-33v.
I25 AGN, Caciques e tn¿ios, tomo 3, fols.472r-473.
AnüoEia d'trante el sigl'a
de forma que nunca se consigue el
coDro.'-
Colno los indígenas residían en
las montañas de \¡itigua, localizadas
a cinco leguas del pueblo, era casi im-
posible para el corregidor localizarlos
para que pagasen el tributo; Por esta
razón, había encargado al goberna-
dor y a los tnandones esa actividad.
La cárcel del pueblo vir,ía llena de
naturales apresados por la morosrdad
en ei pago de sus demoras, los cr¡ales,
ai quedar libres, se iban monte aden-
tro y por andar prófugos muchos
habían enlertnado.
Dadas las dificultades que se presen-
taban a los tributarios de La Estrella
para poder pagar sus tributos, alguuos
de ellos pedían licencia para ir a los
rninerales obtener 1o ¡6'6s5¿¡in para
a citado individuo de su oficio.r:6
cubrirlos. Así, por ejemplo, el indio
Juan de Ia Cmz Molina, con licencia
del corregidor, en I 801 se hallaba tra-
bajando como peón jornalero en una
rnina locaiizada en Anorí, Ia cual era
propiedad de Pastora Suarez. r'ecitra
del sitio de San Luis de Góngora.r:a
En esta época fueron fiecuentes
los juicios criminales en los que los
indígenas se querellaban contra
corregidor, aorsándolo de explotarlos
con el negocio de la madera y de ha-
berles nombrado como gobernador ai
rnulato Cristóbal Maldonado, perso-
na que se plegaba a stls intereses.i2¡
xnn
El protector de naturaies de La
Estrella, Antonio Uribe, en I802 acu-
saba al citado indio gobernador de no
haber dado recibo a varios indígenas
de los tributos que le pagaron y de
haber gastado la plata en cosas de su
udlidad. Segun é1, toda la comunidad
se luilaba indispuesta con ei citado na-
mrai, siendo este ia causa principal de
todas las perturbaciones que había en
el pueblo. f)urante once años que lie-
vaba gobernando, se había apoderado
del pr-oducto de las rozas de comuni-
se dad, consumiéndolo a su voluntad, de
tal rnanera que, en las épocas de crisis,
los indrgenas no podían consegr:ir ni
un allnud de rnaí2, rnientras que él lo
vendía a los iibres y a sus deudos. Por
estas razones, pedía se removiese aI
El conflicto entre el corregidor t'
)os indígenas continuaba en 1803,
puesto que varios de ellos Io acusa-
rcn de estarles cobrando el tl-ibuto
corlespondiente a un tercio que va
habÍan pagado..iosé Nicolás de Ochoa
imprrtaba a los indios de tener "mrmrl-
tilosa condición" y de ser "propensos
sieurpre a cuestlorles". Conslderaba
su corno cabecillas del rnotín a los naru-
rales Pablo y Miguel Rojas, a Mateo
Sarrchez r Pedro \elez. quienes se
hailaban prófugos de Ia .¡rrstrcia. r' a
Sebastiár YéIez.t21
126 AH"t Ind¡ls,Lot\\o 26. documento 816, fols.30r1 3lv.
127 Ibíd-, docnmento 81?, fols. 2¡-3n
I28 AH-{, touro 343. docuntento 6538. foi. 7r.
129 AlfA" Csruor. tomo 337. documerrto 6479, fols.
I30 Ibíd.. docrrnento 6496, fois. l7r y r'.
[t jurisdtcrion de la ]iLh d.c Medeilit, I 177
Según un inforn¡e presentado al
Superror Gobierno en 1808, en el
pueblo de La Esrrella había 620 in-
dios y 8 escla.r'os. La rnayor parte de
su resguardo estaba cubierto de mon-
tes. que consLituían su riqueza.
l<-.'s
puesto qiie por el Río Porce los indios
proveían a Medeilín 1' Iugares adya-
centes de maderas para construcción
v leñas para los rrapiches.r:o
El proceso de urestizaje de esta
poblaciorr se intensifico a pr-incipios
del siglo xlx, hasta tal punro que! para
I 820, según los datos del censo de ese
año, existían en ese sitio 15 matrilno-
nios en que los dos cónyuges eran na-
turilles, 23 nlatr-ir¡ronios mixlos entre
nalulales r libr-es. y 2 matr-imouios
entre iibres.r2e
En resurnen, aunque aigunos librcs
tenían arendadas tierras del rcsgrardo
de La Esrella, estas no fueron tan ape-
tecidas colno las de Sopetrán o Percira.
Las autorida,Jes, como eljuez pedáneo
del partido t1e Itagüí, decían que por
ser estas las únicas tiel-ras rcalengas que
existían en lajurisdicción, parre de elias
debían ser r"epartidas enuc los pobla-
dores sin tierra, pues eran muchas parz
los pocos indios existentes.r30 A pesar
de la opinión de ios funcionarios de la
Colona, este resguardo solo se dlsolvió
en el sigio xrx, dando paso a la pobla-
ción mestiza que hor,existe.
l5r-t6r

A
+ hecha en mayo de 1699, encargó al
jurisdicciones
Las
de Cáceres y Zaragoza
Lu ciudad de Cáceres fue ftrndada
por el gobernador Gaspar de Rodas,
en compañía de Pedro Pinto V'ello-
rino, en el año de 1576. Habiendo
sido rnudada a otros dos sitios, fue
reedificada por Francisco Redondo
en I588.
j
La exploración de los y'acimien-
tos de oro de la zona contribur'ó
a qne la producción de oro de ia
Fiovincia de Antioquia aurnentara
considerablemente a partir de I580,
superando la de los antiguos distritos
José Rodríguez Henao, Raumen de los canhto: politicos qut han sufüo los nuniczpios deL de-
parlamenta de Antioquia, tersión mecano¡pafiacla, s. f-. p. I9. en: AHd s. d.
Ge¡mán Colmenares, Hislotia ecmómice l socta! d.c Ctiombi¿. ::;7-1719. Cal| Universiciad
dei\¡alle, 1973, p. 229.
gr'.-
de Sanra Fe, Popal'án -v Cartago. La
rápicia extinción de la mano de obra
inciÍgena obligó a que ia explotación
de esros alu'r'iones se hiciera con
esclavos negros, Ios cuales, debido a
ia du¡-eza <iel trabajo, perecían rápi-
danrente. haciendo necesarias nuevas
introciucciones. Tal vez esta frue una
d,e ias razones que hizo que el auge
cie esta reg:ón durar-a pocas décadas,
pues iracia 1630 la lninerí¿r de ia zona
er¡ró en una crisis que se prolongó
hasta fines dei período colouial.:
La decadencia de la Provincia de
Antioqui4 resultado de la caída de ia
producción minera, Ilevó a los fun-
cionarios reajes de fines del sigio n'n
a preocuparse por el estado de ias
diferentes ciudades de su jurisdic-
ción. Así, el gobernador Francisco
Fernández de Heredia, en respuesra
a una petición del Cabiido de Cáceres
capltán Bahazar de Tárna'¡o y Tovar.
vecino de Cáceres. para que hiciera
una visita a ese sttio. En este docu-
rrento se dice que ia ciudad se hallaba
"acabaday deteriorada en los vecinos
y cuadrilias de esclavos", siendo tanta
la pobreza de sus rnoradores que la
iglesia no contaba con medios para
mantenerse y alumbrar la lárnpara
dei Santísimo Sacramento. Para so-
lucionar esta situación, ei r,isiador
dispuso que todos los vecinos Iibres
españoles, mulalos, negros, zarnbos
e indios debÍan conrribuir con una
lirnosna de 2 tomines de oro al año
y cada barqueta que llegara al iugar
tendría que pagar I tomín por cada
boga que tuviera. Co¡no en esrajuris-
dicclón residían indios que estaban
encomendados en la ciudad de Antio-
quia o en otras partes, se rnandó que
ñreran reintegrados a sus poblados y
en adelante no se cc,nsintrera que se
asentaran allí.3
La siruacrón de esta ciudad no
parece haber mejorado durante los
primeros años del siglo xvrn, puesto
.1 A¡chi¡,o Histó¡ico de Ar¡ioouia {AFIA.), Iáilas. tomo 75, docuruenro 2091.
Ibíd., donrmento 2tt96, fois. 4r-6r,
^
5 Ped¡o Salcedo dei f illa¡ Apuniociones históticas d.e Mompox. Cartagena, Tipografía Demo-
cracia, i938, pp. 62-65.
Ias jurtsdi'caones de Cáceres 1 Z"ragota I 17 9
que durante la visita efectuada en
octubre de 1723 por el capitán José
Andrés de Aguilera, tenienre resorero
de la Real Hacienda de Zaragoza, se
decía que no había en el trugar quién
ejerciera los of,rcios púbiicos, lo que
llevó al gobernador de la proi'incia en
I 714 a extinguir el cabildo y nombrar
un capitán a guerra. Posterionnente
se volvieron a nolnbrar alcaides.a
A lo largo de Ia centuria, Cáceres
se ¡,inculó econórnicamente a Ia lilla
de Mompox, hecho que se reforzó
cuando se la puso a depender de
la Caja Real de esta locaiidad. Al
respecto no debelnos olvidar que du-
rante ia segunda rnitad del siglo xvrn,
Mornpox Íire ia tercera pobiación
del virreinato en cuanto a número
de habitantes ¡' la segunda plaza co-
mercial. La riqueza de muchos de sus
vecinos les permitió constn¡ir hatos
ganaderos de rnás de 5 mil cabezas
y nulnerosas haclendas de cacao v
de caña.5
Uno de ios principales vecinos de
Mompox, el segundo rnarqués de San-
ta Coa, Julián de Ti'espalacios Mie¡
comerciante, hacendado 1 rninero.
poseyó en la jurisdicción de Cáceres
ias mrnas de San Antonio de Puqui
y de Las Pied¡as. Para atender las
necesidades de las cuadrillas que
trabaiaban en estos reales de rninas,
cons?ituyó en sus cercanías las hacien-
das de San Pantaleón y del Ravo. De
acuerdo con el avalúo de los bienes

I80 I n¿q"en, pobren.l d.iferenciaci.ón social en ln Prouincia de Antioquia durante
del Marqués, hecho después de
rnuerte ocurrida en 1765, la primera
de estas posesiones estaba dedicada
al cultivo de platanales, habiendo
sido valorados ias construcciones. los
esclavos y las herrarnientas que había
en ella en 2.091 pesos. Por su parte,
la hacienda del Rayo tenía cultivos
de cacao avaiuados en 7.499 pesos
y platanales apreciados en 60 pesos.
Ei precio total de esta importante ha-
cienda fue calculado en I 1 .155 pesos,
de los cuales casi el 707a correspon-
día al valor de ios árboles de cacao.6
Es de anotar que, para esta época
(1769-1770), no existía en las otras
jurisdicciones de la provincia una
propiedad en la cual se hubiera hecho
una inversión de capital como esta.
Para i784, fecha en que José
López de Mesa, por comisión del go-
bernador Francisco Silvesü'e, r'isitó la
locaiidad, 1os testigos declararon que
la ciudad de Cáceres tenía 3 cuadras
de extensión y sus habitantes eran
negros y zambos iibres, a excepción
de Manuei de Solas, que ejercía el
cargo de capitán de girerra; el doctor
ignacio Francisco Arias. cura inleri-
no; Gabriel More, que habitaba en su
mina de las Cruces, y Bernardo de los
Santos, que vir'ía en su hacienda de
Mahan. Como esta población estaba
dispersa en los mont.es, de donde se
seguía. según las autoridades, ''daño
de la adrninistración espiritual", el
gobernador mandó, en el auto de
r,isita, que se obligara a ]os habitan-
Hermes Tovar Pinzón, Grandu emln'esu agrícolas I ganad,eras: su dqan'olLo m el siglo xvnt,
Bogotá, Cooperatir.a de P¡ofesores de la Universidad Nacional de Colombn, Ediciones
CiEC, 1980, pp. 120, 200 r, 20L
el sigla xt'rtt
su tes a construir sus casas en pueblo,
pues así podrían concurrir a misa los
domingos v las fiestas. Para un mejc,r
gobierno se dispuso que fuera del ca-
pitán a guerra se nolnbrase un aicalde
pedáneo que administrase jus[icia en
los casos de rnenor cuantía, pues por
la falta de control habían intentado
levantarse algunas cuadrillas de es-
clavos de las rninas.
Según los infonnantes, los veci-
nos de Cáceres se dedicaban poco a
la agricuitura y ala cría de ganado,
razón por la cual las tierras no tenían
un precio elevado. Dentro de lajuris-
dicción de la ciudad se había fundado
un sitio de gente libre. cuyos vecinos
se ejercitaban unos como mazalnorre-
ros, otros corno agricultores y otros
como bogadores. En los terrenos de
esteluga¡ llarnado SanJosé de NechÍ,
se prodricía cacao, caña de azúcar,
piátanos. maíz,yuca. En sus términos
tarnblén estaba incluido.un pueblo de
indios antiguo, iocalizado en ia que-
brada de'farazá, los cuales pagaban
tributo al capitán a guerra. Aunque
rnuchos naturales de Cañasgordas y
de Chocó salían a Cáceres a proveerse
de tabaco y otras mercancías, siempre
regresaban a sus pueblos.
Con base en esta infonnación, ei
gobernador Silvestre conceptuó que
el único medio para fomentar
población y convertiria en un puerto
importante para el comercio entre Ia
Provincia de Antioquia y la \4lla de
Mompox y la ciudad de Cartagena,
era abrir tres caminos. El primero
cornunicaría a Cáceres con Santa Rosa
de Osos,v se estaba abriendo su ffocha:
otro era por tierra ñrme, hasta el Vaile
de Salr.{ndres de Cauca. pertenecien-
te a la jurisdicción de Antioquia, 1' el
tercero Ia uniría con Ia ciudad de Zara-
goza, pues en ese momento existía uno
que transitaban a pie los cargueros.
Para abrir estos caminos, los vecinos
debían concurrir de acuerdo con sus
facultades.T
En el censo de Cáceres de 1796 se
decía que en esta jurisdicción había
32 haciendas de cacao, naízy cain,
I hato de ganado vacuno y 92 pla-
tanares sueltos, que era con ios que
se rnantenían sus habitantes. Todos
los pobladores de las laderas tenían
sus crias de cerdos. gallinas ) olros
animales domésticos.8 De acuerdo
con estos datos, la lna¡ro¡ Ourt-. O"
los 2 cabezas de familia blancos 1,
de los 107 cabezas de familia pardos
,v mulatos residentes en el lugar po-
seía labores agrícolas, Io que parece
contradecir la afirmación antérior de
qrie estos vecinos se dedicaban poco
a esle tipo de actividades.
Algo diferentes son las conclu-
siones que se sacan al analizar las
ocupaciones qr.re declararon tener los
habitantes de Cáceres en el censo de
esta 1803, pues de 196 pardos y mulatos
que manifestaron tener alguna pro-
fesión, solo 44 (22,44/a) dijeron ser
7 .4H.{ [4silas. tomo 76, documento 2105.
8 AH¿, C¿ruos, tomo 336, documeuto 6462, fol. ?4v
9 Ibíd., fols. lr-14r'.
10 AHy',I4sitas. tomo 76, documenro 2111.
-t
j
Las junsdiccrones rle üceres 1 Zaragon I 78
labradores. Es posible que algunos
de los individuos que afirmaron ser
jornaieros. lnazalnorreros o cargueros
reaiizaran ccrmo actividad comple-
mentaria iabóres aerícolas.e
A pnncipios del siglo xx, en 1804,
el capitán a l3ierra de la ciudad de
Cáceres, Tomás Doval y Gartía, du-
rante Ia visita que realizó por corni-
sión del sobernador Víctor Salcedo,
decía que esta población estaba "to-
tahnente deteriorada de vecindario
pues apenas hay cuarenta bohíos de
pairnas que son ias casas que compo-
nen esta ciudad [...]".'o
Algunos de los vecinos de la lo-
calidad consideraban que la principal
causa de esta decadencia era que la
nravor parle de sus habitanres pel-
manecían vagándo sin oficio, robando
en los pocos platanales J¡ setnenteras
existentes. La gente forastera que
allí residía se ocupaba solarnente en
sacar oro en calidad dejomaleros y se
mantenía empeñada con sus patlones.
Aunque las tiérras de la jurisdicción
eran fértiles I'producían con abun-
dancia plátanos, maí2, arroz, cacao y
caña. el escaso lecindario existente no
se ernpleaba en este ripo de actividad,
por ser "mul inorosos v algrnos muy
flojos''. La tna¡'6¡ parte de los habi-
tantes se contentaba con labrar minas
y hacer siembras de maíz r,'plátanos
pary sustentarse. Corno solución a
esta situaclon. se proporría que se ra-
I

182 I n¿queta, pobrcru y difnmcinción socinl en.ln Prouincia
Cicaran allí familias que se dedicaran
a hacer selnenteras y criar ganado.
Estos hechos hacían que fuera
necesario introducir víveres y géneros
desde la ciudad de Mompox. Estos
artículos eran conducidos por el río
Cauca y en un año no pasaban de 25
ias embarcaciones que llegaban a ese
puerto. Como consecuencia de ello,
los mercaderes vendían los víveres al
precio que querían y no lnantenían
las pesas )' Ias lnedidas con el an'eglo
correspondiente; además, los jueces
de la localidad protegían los intere-
ses de los cornerciantes, dejándolos
vender géneros corruptos.
Por estas razones, el vecindario
de Cáceres era sulnalnente pobre, a
excepción del pardo Pedro Noriega,
minero y mercader, y de algunos co-
lnerciantes transeúntes. Corno medio
de dinamizar esta localidad, Doval y
García proponía poner transitable
un camino de rnulas que el visitador
Mon v Velarde mandó construir en-
rre esa ciudad y el sitio de San Luis
de Góngora. La apertura de esra r'ía
permitiría el comercio entre Cáceres
,v otros sitios de la pror,incia, lo que
evitaría que se dependiera únicamen-
te de las embarcaciones que }legaban
de Mornpox.
En un inlorme al superior gobier-
no de I807 se decía que en el sitio <ie
SanJosé de Nechí, perteneciente a la
capitanía a guerra de Cáceres, había
499 personas libres y 3 esclavos. de
ias cuaies la rnitad'r'ir'ía dispersa en las
laderas de las inrnediaciones. Ese
I I AllA, Cznsos, toruo 343, doonento 6538. fols. 49r.50v
d'e Anti'oELia d'utante eI siglo xt'ttt
Iugar solo tenía dos leguas de tierra,
por lo que vecinos, para hacer sus
sus
Iabores. debían arrendar terrenos a1e-
nos ubicados en distintajurisdicción.
Una parte de las dos leguas se hallaba
cubierta con bohíos 1' sembrados, y la
otra estaba dedicada a la cría de reses
y cerdos. Los pobladores eran incli-
nados a ia agricultura, obteniendo
abundantes cosechas de maiz, arroz,
plátanos, vucas, ñames f caña duice.rr
De lo anterior podernos conciuir
que si bien algunos mineros de cua-
drilla, casi todos vecinos de Mompox,
constitrryeron en la zona, durante la
segunda rnitad del siglo xvnr, hacien-
das plataneras y cacaoteras, cuya pro-
ducción se destinaba a ia manutención
de los esclavos y la comercialización,
existió en iajurisdicción de Cáceres
en esta época un desequilibrio entre
las actir,idades mineras,v ]as agr'ícolas.
Gran porcentaje de ia población par-
da y mulata del lugar estaba dedicada
al rnazarnorreo o labores relacionadas
con la rninería, razón por la cual se
lirnitaba a tener pequeños cultivos
de rnaíz y plátano para el autocon-
surno. De esta situaclón se derivaba
Ia necesidad de introducir abasteci-
mient.os. colno carne y otros r'íveres
de Ia ciudad de Mornpox, dejando
el vecindario sujeio al arbitrio de los
comerciantes v las fluctuaciones del
rneltado.
La ciudad de "Nuestra Señora de ia
Concepción de la Pairnas de la Nuela
Zaragoza de Indias Piña de Oro" fue
fundada por el gobernador Gaspar
de Rodas en 158i, en el \hlle de \¡i-
nre, a orillas del río Nechí.r: Las no-
ricias sobre la riqueza de los aluviones
i!: de la zona hicieron que los dueños de
,s
esclavos de Tenerife y otros iugares
.:g
.5 del río Magdalena se trasladaran a la
.{ nueva locaiidad. La rápida extinción
É
de los naturales de la zona obligó a la
.€
.{
introducción de tnanc de obra escla-
ta. habiendo liegado a existrr en esta
ciudad, a fines del siglo xvr, de 3 mil
a 4 mil negros escla¡'os de cuadrilla.13
Fray Fedro Silnón se rehere a este
proceso con las siguientes paiabras:
Toda la labo¡ de mir-ras de esta ciudad
ha sido con negros esclavos que luego
fuerou metiendo allí por ine luego, a
los prineros pasos de su fundación,
descubriendo grandísimas grosedades
de oro, mayores gue las gue aun ell sus
principios tuvo \ieragua pues ller.acios
de esta fama )¡ rua)/ot- cociicia, mu-
chos de losVeragua trasladaron aquí sus
cuadrilias de negros con hal¡er de una
a otra más de doscientas ieguas [...1.r'
La irnportancia económica de Za-
ragoza duran¡¡ l¿,s primeras décadas
del siglo xvtt fue tantal que algunos
gobernadores de ia Provincia estable-
cieron ailí su residencia. No obstante
la riqueza aurífera excepcional del
río Nechí r sus afluentes. a panir
de I630 la mirrería de la regrón entró
I2 J. Rodrígrrez l{ettao. Resun¿en r)e Los canbios palílicos
mento dr Antioquia, Óp. cn. p. 1i?.
IJ
James Parsorrs, lz coiantmcion antioqueña en
Editores, I979. pp. 68-69.
14 \/íctor Alvarcz Morales. ' La prcseucia uegra eu el mundo colonial de la ¡eriól arrrioqueira".
ponencra preserrada al ll Conp.re.ro de Hutoria dt CoLorubia, Medellí1. i0.r-9 :. g
15 j. Parsons, Ip coiot¿rza.ción ar¡.tiooucf¿a en ei Occtdente
16 .4Il\ T,lsifcs. torro 75, documentos 2093 1 2094.
\
Ins jurcd,i.cctones de Cáceres ¡ Zeragnu ,l l,E3
en crisis, habiendo caído la ciudad en
el olvido.15
En I 7i 3, la situación de decaden-
cia de esta región era tal que, según
algunos de los testigos que declararon
en la visita que se hizo, no había:
[...] en toda esta.jurisdicción una cua-
drilla de negros que trabaje en mura.
sierrdo esta una de las tierras rnás ncas
de esta prorancia y gobierno de An-
tioquia y se hallan sus murerales Ce
donde un abundante ric¡ueza de o¡o
se ha sacado desiertos. por no iraber
quien los trabaje [...].'6
En esta época, la población de
Zaragoza estaba compuesta de mo-
l'enos iibres, no habrendo sino dos
vecinos españoles, causa pol la cual
los oficios de la República ios ejei'cían
mercaderes vecinos de \{ompox. De
acuerdo con los infori:res. muchos
géneros comestibles eran in-t¡ociucl-
dos a ia ciudad pot'el río, lo que daba
oligen a continüas defraudaciones al
frsco leal. Ti'atando de elital' que ios
comelciantes vendieran srn habel de-
clal'ado la-c melcancías, se ¡nandó a ios
"rnorenos criollos" de la jurisdiccrón
que no compraran ]os géneros en s'-rs
eslancias )'I-ancherías cercanas a1 i'íc.
La crisis de la minel'ía eit la zoira
la podemos medir al c.rristai.at" que
mieutl'as el promedio de prc'd:ccion
que lnrr sufrtd.o los nrur'¡c)bio: r)ei clcparta-
eL Occidente d,e CoLombit, Bog<ttá. Carics \¡aieucla
de ColomL¡a. Op cr. i-r r.

184 I nlq"r-, pobrcza 1 d.ifermciación sociaL en La Ptouincia
anual de oro antes de 1615 fue mayor
de 215 mil pesos, en el año de 1712
el producto de la Real Hacienda
de Zaragoza fue de solo 268 pesos
3 tomines.
La rnala administración de.¡usticia
por los alcaldes ordinarios o de la
herrnandad, contribuía a ensombre-
cer aún más ei panorama de esu lo-
calidad. Como resultado de la visita,
la mayor parte de los jueces de los
años de l71l 1, 1712 fue condenada
por no haber recorrido lajurisdicción
y no haber desterrado las personas
perjudiciales t escandalosas.
Con el propósito de encontrar so-
luciones al estado r-uinoso de la zona,
el gobierno de la provincia efectuó
visitas a Zaragoza en los años de 1723
y 1725. En la úitirna de ellas. Miguel
Francisco de Mena Felices. juez tisi-
tadot decía que ia población de
ciudad, constituida por "tnoi-enos li-
bres", era escasa, careciendo Ia lnayor
parte de los tecinos de casa propia.
Por esta raz6n, el citado funcionario
rnandó a ios vecirios libres cabezas de
familia que vivían en la "¡urisdicción
de la cir¡dad que hicieran casa y repa-
raran las arminadas. La miseria del
sitio también se podía rnedir por el
hecho de que no hubiera escribano,
y no existiera sitio para guardar el
archivo.
Una de las causas de esta sirua-
ción era que la falta de agricultura
en la zona obligaba a transpor[ar los
géneros y los cornestibles desde la
17 lbid., docuurento 2097.
I8 Magnus Mórne¡ I a corcna españoln
.{mqrrst r'\A'iksell. J970. p. ó.
_
aii'1.1'
E.
:i
t
.?
::
d.e Anti.oquia durantc el sigla xntt
Las jurcdicciones d.e Cricetes y Zaragou. f I85
Cen'ino mandó que el ganado de iibrarse de ios estigmas de esclavitud
jurisdicción de Mornpox o de la \iilla
cerda que andaba por las calles fuera eilegitimidad.
de Avapel. Cuando los ríos Cauca Y
puesto en chiqueros por la noche, Al igual que en caso de la ciudad
Nechí crecían, se suspendía el apro-
debido al dano que le causaba a la de Cáceres, algunos rnercaderes de
visionamiento, experimeutando el I'e-
ciudad.le Mompox se dedicaron a explotar
cindario mt¡cha necesidad. Segin trn
En la ¡eiación que el goberna- minas denro de los términos de ia
testigo, otra razón de ia decadencia se
dor i¡terino Francisco Silvestre hizo ciudad de Laragoza y consriruyeron
encontraba en el carácter de ios habi-
en 1776 al gobernador Caverano Buel- estancias para aprovisionar su cua-
tantes, puesto que los pobres del sitio
"no salen de stts casas sin qrre primero ta Lorenzana se decía que Zaragoza drilia. Corno ejemplo de esre proceso
dependía de la Caja Real de Mom- tomemos ai cornerciante Juan Anto-
se les pague, aun sin haber hecho el
pox I'que de este lugar procedían nio Ladrón de Guevara, natural de
trabajo para que los buscan".rT
las barcas que llegaban con víveres y Mompox, vecino de Zaragoza en 17 7 8,
Tárnbién en esta ocasión se Pre-
otros efectos al puerto que tenía el río quien poseía dentro de los tér-minos de
sentaron cargos (ontra las pcrsonas
Nechí. Los vecinos blancos del lugar Zaragoza el real de minas de Machu-
que habían ejercido lc¡s oficros de
no pasaban de 8 o i0, aumentándose ca. en el cual tenía constnlida casa de
alcaides, por no haber administrado
con algunos de los traficantes que vivrenda, ranchos para 22 esclavos
correctamente jr.rsticia. Si a ello se
intl-oducían víveres, aguardienie de que allí rnantenía, ia herramienta de
ag-ega la queja del cura maestlo Ma-
cafia v otros efectos de Castilla, siendo trabajo necesaria y I 3 cabezas de ga-
mrel Fuerte sobre la poca asistencia de
estos de ordinario quienes ejercían ios nado vacuno. Frente a la mina había
los habitantes del lugar a los <¡ficios
oñcios de ia República. El resro de la una estancia con rnás de mil árboles
religiosos, entendemos Por qué el
población era: de cacao, que ernpezaban a dar fru¡o,
gobierno provincial trataba de poner a
un platanai y una roza de rnaíz para
Ia funcionar algunos correctivos. No de-
[...] negros, zambos y <.rtras ruezclas. ei manteniiniento de los esclavos.ri
bernos ol¡'idar qu€ para ias autorida- de las más pen'ertidas, por col)-
i' EI hecho de que Zaragoza rr¡viera
des españolas, la finalidad del "buen porrerse de foragidos l licrosos. que
vínculos econórnicos más estrechos
gobierno" debía ser el "bien común", huvendo de las travesuras o deli¡os
con la zona de Mompox qrie con el
el cual se consegría si Ia gente vir'ía de cometidos en otras parles, enorentuan
en los retiros v concentrados mine- in¡erior de la Provincia de Antioquia,
rnanera arreglada. De allí el hincapié
rales de aquellos adustos montes el lievo a que en el año de 177i se pro-
en nonnatizar asPectos cotno la forma
nrejor asilo para su seguridad -¡, la de pusiera agregarla a Moinpox.
de poblamiento, la asistencia a oñcios
una vida libre.ea Durante la visira reaiizada en 1784
religosos y la persecución a conductas
por el capitán de rnilicias José López
como el concubinato, los juegos de
Estas palabra.s leflejan la política de Mesa, visirador ordinario nom-
azar y \a vagancia.rs
discrinrinaioria de los funcionarios brado por el sobernador Francisco
A pesar de ias disposiciones de ias
españoles hacia los eienlentos de Silvestrc, Ios testigos declararon que
aut oridades, en 17 44 gran porcentaje
origen negro, quienes no podían las tierras de esa jurisdicción eran
de los vecinos seguía careciendo de
vivienda, razón por la cual se reiteró
la orden antenor. En esta oporruni-
dad, eljuez visitadorAntonio Fen-eiro
l9 AILA. T¡ril¿s, tomo 75, docurnenro 2099. fols. 6r-8r.
20 Francisco sili'estre, Descripcimt. del reino dt santa Fc de Bogotá, Bogotá, Biblioteca popular <ie
Cultura Colombiana, 1950. p. 195.
2l .A¡chi.o General de la Nación (AGN). Negi-os 1 es clat,os de Antioquia. tomo 3, fols. 362r-363r
1' los foráneos en los pueblos de indio: tie -4néricc. F-stocolno
389¡,-40Er.

iB6 I R¡qu.rta, lobr¿m ) diferenciación social en ln Prcui'nci¿ de Antioqu,ia d,urante el sigLc xrttt
baldías. Los vecinos "pobres" se ocu-
paban de hacer sus labranzas en las
veq"asdel río. sicndo esras pegtreñas.
puesto que la fenilidad del terreno
les perrnitía obtener los frutos que
necesitaban para mantenerse con
poco trabajo. En el verano dejaban
solas sus estancias, por entregarse a
la-r labores nrineras. Debido a que los
tiabitantes de ia rcgrón se dedicaban
rnás al mazamorrero que a la agricul-
rL¡ra. no se les cobraba terraie. sino
que se procur-aba inducirlos a cultivar
la tierra gratis. Por esta razón, ninguna
persona cornpraba o arrendaba tie-
rras, ni aun en el recinto de la ciudad,
puesto que cada vecino ponía su casa
donde quería. El gobernador Silvestre,
teniendo en cuenta io anterior. mandó
en su auto de visita que el cabildo de
ia ciudad señalara terreno para los eji-
dos y ias dehesas de ganado. Támbién
dispuso que a los vagos de la locaiidad
se los impulsara hacia Ia agricultura,
especiahnente de aquelios productos
gue se podían comercializar, como
ei algodón, el cacao, el añil y otros
selneiantes.
Con el fin de col¡unicar esta ciu-
dad con el resto de la Provincia, se
ordenó componer el camino que iba
a Remedios, el que siguiendo por el.
Trgui iba para los minerales de Gua-
lnocó y ia Tiocha que los indios de
Sabanalarga habían hecho desde las
lninas del río Nechí hasta Santa Rosa
de Osos. Así mismo, se mandó que se
pusieran en buen estado los caminos
22 .4"!l{ lisitc, torno ?6. doromento
:3 Ibíd., ooomento 2107.
que cada indi'r,iduo de ese,'ecindario
tenia para ir a sus minas t eslan('tas.
pues estos "más nlerecían la denomi-
nación de huellas pr<ipias de silvest¡es
habitadores de las tnontaíras que el de
caminos de racionales domesticados 1'
arreglados a civil sociedad".lr
Para 1788. err ia visita realízada
por el visttadoi- general de 1a Provin-
cia de Altiot¡uia. -Juan.Antonio Mon
y Veiarde, se decía que todos ]os co-
lnestibles errti-aban por el río, 1o que
ocasionaba que a veces abunciaran las
cosas )'otras escasearan, debido a que
los rnás ricos acaparaban los r'ír'eres y
luego ios revendían. I-a causa de esta
situación estaba en el hecho de que
los habitantes del iugar soio cosecha-
ban maí2, l/uca -v algo de cacao. Por
esÉ razórr. en el aulo definitivo
rnandaba que cada uno de los vecinos
cultivara úna roza cie 3 ailnudes con
uraí2, plárarro, \tlca l' cacao, ias que
debían hacer en ias inmeciiaciones
para desrnont.ar las tierras cercanas
a ia crudad.:3
Ei esrado de la localidad no pa-
rece haber variado en el resto del
período cc']onial, Pues en un infor-
me al Superior Gobierno. fechado
en i807. se indicaba que la población
de Zaragoza era cie L240 personas
libres y 512 esciavos, ios cuales vivÍan
dispersos en ios mrneraies de la Llana,
Guinea, Rancberías del río Nechí,
Macancara, Berberia, .{rnara, Ban-
gue¡al, Gailinaso, Bage, Sairillo, Cana
Sabale';i, juan Bara, Guar,abal, Tenche,
2103
Nechí de Arriba v Cruces. La mavor
parte de este territorio estaba cubieno
de maleza, pues con excepción de un
poco de plátano, *,ncay maíz que seln-
braban algunos mrneros en sus rnina^. o
rancherías, la tierra estaba sin cultivar.
No había ten'enos dedicados a pasros
por no haber ganado en esa ciudad.
Corno lo que se sernbraba no era su-
ficiente para abastecer el vecindario,
gzn porceiluje de los uveres qu€ se
consumían era llevado de fuera. razón
por la nral habiraban ronLinuanrente
alll rolnercianies lorastel¡s que iirtro-
ducían ropas, caldos y víveres.2a
I-os datos anteriores muestran
que en la jurisdicción de Zaragoza
exisiió desequilibrio entre la actividad
agrícoia v la minera, lo que obligó a
se sus pobladores a aprovisionaise de
ñ;era, 1o que afectó el rendimiento
de la labor en las lninas. En esie caso,
como en el de Cáceres. fueron los
24 -A.I{A" Ceasos, ¡omo 3{3. docun.¡entc 6538. fols.
\
I"as jurisücciones d.e Cácues 1t Zaragom I 787
comerciantes de Mompox Ios que
construyeron estancias dedicadas al
cukivo de cacao, lo que demandaba
cierta inversión de capitai. La ganade-
ría de la zona parece haberse reducido
a Ia cría de cerdos, puesto que rodos
los testiinonios añrman que no existía
ganado vacuno ni caballar.
Al igual gue ho1: las zonas mineras
del norte de la Provincia deAntioquia,
ricas en yacimientos de rnetales pre-
ciosos, se caracterizaban por la pobre-
za de sus ilabitantes, acostulnbrados a
hacer el mínimo esfuerzo pai'a obtener
los rccursos que necesitaban para sub-
sistir. La tituiación de la tierra en estas
julisdrcciones era nluv precaria. pues
ios habitantes se contentaban con ro,
turar las tierras que necesitaban para
hacer sus pequeñas sementeras. Por
esfa razón, aquí no fi:eron comunes
los pleitos por tierras. tan abundantes
en otros lugares.
52r,-56r

Segunda parte
La min eúadel oro .tniotioquia
durante el siglo x\nrr
T\
IJe acuerdo con los estudios hisró-
ricos realizados hasta el momenro, la
minería del oro en Antioquia durante
el siglo xvllr se caracterízó por la au-
sencia de la minería de veta, el pre-
dominio en ia producción total del
oro extraído pol los lnazarnorreros
y la crisis de la rninería de cuadrilia,
que vio restringido se rendimiento.r
El hecho de que esta fasé de la
minería antioqueña hubiera tenido
como centro de actividad fundamen-
tal los aluviones de las tierras altas del
Valle de ios Osos y el Oriente, ha de-
terrninado que en Ia rnayor parte de
Ann Tisinam, Mlneros, comercianta I lalnad'u'a. lns raíces del espíritu empresarial en Antioquia,
1763-181A, traducción de Cecilia Inés Restrepo, Medellir, FAES, I98b, p, 65.
i
{
.¡a
fr
estos trabajos no se haga mención
de la producción aurífela de Ia zona
conespondiente a las julisdicciones
de Zaragoza y Cáceres. La falta de
referencias a estas dos localidades se
debe a que, en la segunda rnitad del
siglo xvrrr, dependieron de la Caja
Real de Moinpox, cuyos datos no se
conservan en el país, siendo necesario
l'evisarlos en las cuentas generaies
que existen en el A¡rchivo Generai de
Indias localizado en Sevilla (España).
$unque la mayor parte de los
investigadorcs de la historia regio-
nal antioqueña ha hecho hincapié
190 I nlq"t-. pobrezn 1 diferenczación. social. en.ln Pro,Lincia rJe Anti.oquia dtnante el siglo xwn In minería. deL oro en Anhoquia durante el sigLo xw¡ I lgl

en la iürportancia dei papel de los
lnazamorreros dentro de ia econornía
de la época, el que no se cuente con
documentos que permitan calcular
con exactitud su núrnero para las
diferentes épocas \ zonas milreras.
aunado a la dificultad de definir con
precisión sus condiciones económicas
,v sociales, hacerr que como grupo
hayan sido poco estudiados.2 Para
identiflcar las diferentes categorías
de individuos vinculados a} raba-
jo rninero en el desarrollo de este
capítulo, t.omamos cor¡o base las
def,inicrones de la legislación minera
antioqueña. En consonancia, conside-
ramos cotno nrineros a todos aquellos
que utilizaban en sus labores más de
cinco esclavos o trabajadores iibres, y
corrra wtui.nlor eros a quienes traba¡a-
ban con tnenos de cinco personas o
se dedicaban independientemente a
la extracción de oro.3
La distinción entre estas
rnodalidades de sujetos iigados a la
produccióu minera no puede hacerse
sobre la base de afinnar que mientras
los mlneros poseían títulos de
rninas, los maza¡norreros carecÍan de
elios. Los datos del censo de I 786 del
sitio de Guarne. uno de los principa-
les cenros mineros de la región del
oriente, lnuestra que solo una de ias
19 personas, que según el alcalde del
partido eran mazamorreros, no apa-
rece como proPietaria de un derecho
de rnina, También era corriente qtre
aigunos propietarios de tninas decla-
raran no trabajarias, por lo cual las
autoridades no ios consideraron colno
individuos vinculados a actividades
mineras.
La forrna como se tramitaban las
adjudicaciones de minas perrnitía
que un solo individuo pidiera arn-
paro de un río o quebrada de varias
ieg'uas de extensión, rnonopolizando
un recurso que é1 era incapaz de ex-
piotar totalmente. De esta siruación se
seguían graves perjuicios al pírblico,
porque se le impedía trabajar y lavar
el oro de estos yacimientos. Así, un
rninero como Antonio Quintana. ve-
cino de Medellín, tenía títulos sobre
cinco ríos que incluían un nitmero
signiñcativo de arro¡'e5; o Andrés
Salgado, capitán a guerra del Valle
de San Andrés del Cauca, poseía tal
dos cantidad de derechos de minas que
gastaba siete días para recorrerlos de
un extremo al otro. En el concepio
de los oficiales reales Andrés Pardo y
ias Fl-ancisco José \/isadias, esta era una
de las causas del arraso de la labor mi-
nera en la provincia y proponían colno
rnedio de evitar estos incontenientes
que los gobernadores por sí solos no
otorgaran estos títulos-4
Algrrnos de ios propietarios de
rninas daban perrniso a pobladores
Iibres para trabajar en ellas, situación
de la cual se derivaban continuos 1'
dilatados plertos. Es el caso ia rnina de
SanJacinto de Osos, que fue parte
de los bienes de un gran minero, el
doctor Sancho l-ondoño Piedrahíra.
En I7 en el transcurso de la causa
87 ,
mortuoria de este sacerdote, el mine-
ro Antonio Londoño se que.¡aba de
gue larios vecinos del Cenizo. a quie-
nes el albacea había dado permiso de
explotar la mina, estaban formando
problemas con los esclavos de la
mortuoria, sin perrnitirles trabajar.s
Otro de ios problemas de la r¡ine-
ría antioqueña del siglo xvnr, hasra la
llegada del visitador Mon y Velarde,
fue el que Ia regiarnentación de la
explotación de las minas se reducía
a las ordenanzas que en 1587 había
elaborado el gobernador Gaspar de
Rodas. De aLlí que los oficiales reales
de la ciudad de ,Anrioquia propusie-
ran, en 1782, que se procediera a
hacer nuevas ordenanzas, teniendo
en cuenta las leyes existentes, las or-
denanzas vigentes en oras provincias
)' ias circunstancia,q territoriales.c Con
base en estas consideraciones fue que
el relerido gobernador y visitador
general formó unas ordenanzas para
]a rninería de la prolincia. que
basaban en una obsen'ación detalia-
da de las caracteústicas de la minería
de aluvión y en las anotaciones de
hombres experimentados en eila.?
Inforfunadarnente, estas ordenanzas
no entraron en vigencia y su texto
se perdió del Archivo Histórico de
Antioquia por lo menos desde el
sigio xrx.
La crisis de ia minería antioquena
del siglo x\¡Ir parece haber llegado a
su punto crítico hacia 1670, cuando
las persecuciones de los indios choco-
es, cunacunas y carautas obligaron a
los vecinos de la ciudad de Antioquia
a ir de3ando de trabajar las minas de
veta del cerlo de Buriticá. A partir
de esle nlolnento, los mineros ern-
pezaron a trasiadar masivamente sus
cuadrillas al Valle de ios Osos, hecho
este que se constitul'ó en uno de los
factores que impulsaron la fundación
de la \¡illa de Medeliín en el \¡álle de
Aburrá.8
En el año de I 705 se at andonaron
definitivamen¡e ]as rninas de Buriticá,
habrendo caídc en el olvido Ia técnica
de explotación de las minas de vera.
Hacia 1756 se volvieron a explotar
estos vacimienr-os por mineros como
el maestre de campoAntonio Ferreiro
Cen'ino o los padres de Ia Cornpañía
de Jesús, quienes no tuvieroh éxito
se en su erlpresa al no haber adoptado
métodos nuevos, colno el uso de la
póivora deba3o de 1a rierra, la uriiiza-

A.Tw,tnatn, Mincros, comercianta ¡ lnbradues, Óp. cit-,1985. p. 53: ArchívoJudicial de Mede.

Este vacío historiográfico ha intentado ser llenado por la monografía de la historiadora
Lucellv \¡illegas, "Mürería 1' traba3o indepertdierrte en Anrioquia colonial. Los mazarno-
rreros 1770-i8?0". tesis de grado, Medellín, Departamento de Historia, Universidad de
Antioquia.1984.
A. Jwinarn. Minros, cor¿ercianies t, la,bradot a, Óp. cit., p. 49.
4 Archivo General de ia Nación (.A.GN), Iái¿a de Antioot¿ia, tomo 2, fols. 442-445.
llin (AJM). Sucesión del doctor Sancho Lolldoiro, Departanento de Historia, Universidad
Nacional de Colombia, sede Medellín, cuaderno 2. fols. 1 1 4r 1 v.
6 .AGN, l4sifas dc AntzoEtia, tomo 2, fols. 442-445.
7 Enrilio Robledo. .B osquejo biográfrco del srñor oilm.luan AntorLio Mon 1 ltí,larde. Iruitador d¿ Antio-
quia. 1785-i788, Bogoá, Bancc de ia Repúbhca. 1954. iomo 1. p. 333.
AGt.\. ,/Vegr-os l csclauos d.e Anttoquia. tomo 7, fc¡ls 90lr.90tr

192 I n;q"r*, pobrezn 1 d.ifermci.ación sociaL en la Pnttir¿cía de Antioquia durante el sigla xvttt
ción de los ingenios para ia trinrración
y la demolición del material, y el ern-
pleo del azogue para extraer el oro.
Ngunos funcionarios locales, corno
el gobernadorJosé Barón de Chaves,
en 1767 trataron de motivar a los an-
tioqrreños para gue trabajaran estas
lninas, pues consideraban que ellas
producían más que las de aluvión,
era posibie explotarlas durante todo
al año y adoptando nuevas técnicas
se haría necesarla menor cantidad de
lnano de obra.!' Las mismas preocupa-
ciones expresaba en 1 776 el goberna-
dor interino Francisco Silvestre quien.
al aíro siguiente, formó una compañía
con Francisco Ángel de ia Calle, Pedro
Robledo, Manuel Santarnaría, .]uan
José Callejas, Miguel de Carrasqui-
lla, Francisco Quijano, Nicolás Díaz,
Juan Bautista Barreneche, José de
Zulaycay el doctor Sancho Londoño,
comerciantes y rnineros vecinos de
Medeiiín, para trabajar las minas
de Buriticá. Cada uno de los socios
se cornprometía a contribuir con
los gastos, entre los que se incluía la
compra de la rnina aAntonio Ferreiro
y Cerlino, a poner 4 esclavos útiles y
a atender la mina por tres meses.r!
El optimisrno de estos empresanos
pronto se desvaneció, pues el minero
que contrataron resulto ser ignorante
e irresponsable, las antiguas obras de-
bieron ser reernplazadas, los túneles
eran peligrosos y el mal estado del
camino a Ia mina hacía difícil llevar
I Ibíd., fols.965-979r
10 AJ{A, Notatial. caja 21, legajo 1777; htibanos Lotcra. fol.57t.
l1 A. Twi¡am, Mn¿qos. comqciantes y labradores, Óp. cit-. p. 66.
E
s
;
las provisiones necesarias. Para 1784,
Silvestre tnanifestaba que el intento
había sido un fracaso y personailnente
había perdido 3 rnil pesos.rr
Las cifras de la fundación de la
Caia Real de Antioquia muestran que
los rendin'rientos de la producción del
oro se rnantuvieron bajos hasta 1750,
lo que pudo ser ocasionado por los
problemas que se presentaban en la
Iabor de las tninas de aluvión del \¡alle
de ios Osos y la región del oriente.r!
Según un informe presentado en
1755 por el doctor Carlos de Molina
y \¡illa y Jerónimo López de An'ela)',
en ei sitio de San Nicolás de Rionegro
se encontraban trabajando las oradri-
llas de 35 mineros, compuestas por
425 esclavos útiles. Entre las dificul-
Lades surgidas para estos mineros :e
contaba la de que ia mayor parte de
los yacirnientos estur,iera'l'a labrada,
excepción hecha de las labor-es de la
quebrada de La Mosca, la quebrada
de Ovejas, la quebrada de Pantanillo
y parcialmente el río Nusito. Además,
tnuchas lninas eran cañadas secas o
con poca ag'ua, lo que dificultaba su
explotación. La mayor parte de los
mineros manifestaba querer aulnen-
tar sus cuadrillas de esclavos, si bien
no tenían dinero para hacer Ia inver-
sión correspondiente. No obstante,
algunos se rnostraban dudosos de que
el sirnple aumento de rnano de obra
esclava resolviera la crisis, pues "si
no se hacen nuevos descubrirnieútos
In
t minería
aun las pocas prezas que hay seran
ociosas".l3
En el caso del Real de Minas de
Nuestra Seírora del Rosario de Peta-
cas (hoy Belmira) ubicado ell el Vaile
de los Osos, el doctorJuan Salvador de
Viilay Castañeda deciaraba, en i 755,
que las minas que se estaban labrando
en el cañón de Riochico eran I2 v los
esclavos negros que se utilizaban para
traba-jarlas 225, siendo necesarios 293
esclavos más para poder explotarlas
pienamenre. Existían l5 rninas que
no se estaban laborando, porque sus
dueños no las habían puesto en con-
diciones de ser trabajadas, pues no
tenían gente con quien explotarlas,
dado que el valor de una esclavo era
muy alto en la provincia, y el plazo
par-a pagarlo, corto. A esta sifuación
se agregaba la necesidad de emplear
parte de la mano de obra disponible
en actividades agrícolas destinadas a
abastecer ia cuadrilla. ra
-{unque la producción rninera
antioqueña se dobló entre 1750 y
177 0. para 17 67 el gobernador José
Barón de Chaves enulneraba como
desventaja de la rniirería de aluvión,
en ios aventadores de las tierras altas,
los costos que eran indispensables
hacer para lnantener la iabor provi-s-
ra de agua, debido a lo pendiente y
guebi"ado de la tierra. En los ríos r'las
quebradas se gasaba rnucho dinero,
pues era necesario contener las aguas
12 Ibid., tabla 1-
13 ALf,-\ Minas. tomo 362. documento 6758. fols. 7r-8r y 28r-29v
14 lbíd.. fols.20r-2ln
15 AGN, Nepas r, esclat,os de Antiaquia, tomo 7 , fols. 962v-9d!r
16 E. Robledo, Buquejo üográfco dcl seña udorJuan Antonio Mon 1Velailz, Óp. cit.. tomo 2. p. 365
_I
del. oro en Antioquia d,urantu eI sigto xvtn I lg\
con represas para dejar Ia madre del
río én seco, puesro que allí era donde
regrlarmente se euc<¡ntraba la rnayo¡
cantidad de oro. A los cosfos de esros
trabajos habla que agregar el vaior
de la cuelga y los canalones. Muchas
veces, al liegar la época de lluvias,
se perdían las obras hechas, como
ocurría en la mina de Petacas (\hlle
de los Osos) en donde las aguas cada
año se lievaban la cuelga.
Según esre fi-rncionano. orro incon-
veniente de esta clase de expiotaciones
era que los esciavos se quedaban con
parte del oro que se lavaba, por ia im-
posibilidad de conrolarlos. Además,
cuando se agotaba la mina et'a nece-
sario ir a buscar otra, con pérdida de
las obras que se hubieran hecho para
adecuarla.ri'
Pese a que a partir de 1775 las
cifras del o¡o introducido a la fundi-
ción aumentaron considerabiemente,
el visitacior Mon y Velarde decía, en
1788, que para el manejo de las ag.ras
indispensables para beneficiar las
minas de oro corrido se isnoraban
los principios de la hidráulica, nece-
sarios para niveiar las aguas y darles
el descenso adecuado. Por este des-
conocirniento se dejaban de expiotar
algunos yacimientos o se emprendían
obras costosas e innecesarias.l6
Parece ser que los problernas téc-
nicos de la rninería de canalón en las
derras altas, más que la dificuitad para
194 I R¿q"e-, pobreu 1 difnenciaci,ón social en ln Proaincia fu ArLtior¡rn d,urante el sigla xt,trt

apro\¡isionarse de mano de obra escla- de oro, lo que pudo deberse, más

\¡a, ñre Io que impidió a ios mineros
antioqueños aulnentar su producciór)
antes de 1780. Otro factor que lirnita-
ba el rendilniento de esta minería era
su carácler estacional, puesto qúe los
depósitos solo podían ser trabajados
en las épocas de lir¡r'ias. nrientras qrre
las cuadrillas tenian que ser lrrallteni-
das todo el año.
que a un aumento del tamaño de las
cuadrillas, a que los vínculos entre
la agricultura y la minería se estabi-
iizaron, permitiendo un adecuado
aprovisionamrento, ,v a que después
de muchos intentos e inversiones de
capital estas minas pudieron ser ex-
plotadas pienametri e. r?
Con base en estas obsenaciones, Y^

Estas consideraciones muestran a continuaciÓn pasarnos a analizar la J

que debieron ser los mazamorreros
los que lideraron la recuperación de
la minería antioqueña hacia media-
dos del siglo xvur, tesis que ha sido
sostenida por diversos autores. A par-
ti¡ de 1780, las cifras de la fundición
indican que ios mineros aumentaron
sü participación en la producción
situación econólnica v social de los
diferentes g:lpos i'inculados al traba-
jo minero en la pr-ovincia durante el jurisdicción
La
siglo xvrrt. Para hacer este estudio di-
vidimos la gobernación en las mismas
de la ciudad de Antioquia
cuatro sirbregiones que tratamos al
referirnos al problernas de la tenencia
de la ¡ierra.

Los mineros de cuadrilla: de ios,vacimientos de ot¡ de la zona,

capotea-ndo la baja rentabilidad
^
-d,t,nqu. el \álle de ios Osos hizo
parte de la.¡urisdicción de la ciudad
de,Antioquia duranre el sigio xvui, ios
vecinos de esu localidad tui'ieron cada
\)ez rrrenos in3et'encia en la actividad
minera de la Pror.rncia. Para explicar
esm si¡uación no debelnos oh'idar que
la crrsrs de f,illaies del sigloxl
ocaslo-
nó el despiazarnienro de los principa-
les mineros del )ugar hacia el \hiie de
,{burrá o la regrón del oriente. Según
consia en los docul¡entos, el último
¡!z.n caudal ligado a la explotación
particularmente mina de Buriricá,
a la
fue el dei doctor Francisco Miguel
de Prno y Guzmán. Una le;'enda que
circulaba en la proi'incia decía que
los ingleses que tlataron de entrar a
la gobernación por el río Atrato en el
ano de i 702 venían an'aídos por la farna
del cerro de Buriticá y de la fortuna
de esle indit iduo. l,o cierto del caso es
que él ñgura entl'e las pel'sonas que
pardciparon en la Junta de Guerra
qu€ en esa ocasión citó el gober.nador.
Francisco Fernández de Hel-edia I'
conü'ibuyó a cubri¡'los gastos de esta
empresa.r Recordemos que con el

Francisco )Viiguei del P¡'c, r' Guzná¡ era hiic de Antonio del prno \lllapadierira, gobernador
i7 A,Twiriam, Muteros. comerciantes ¡ Labrad.ot'a, Óp. cit.. pp. ;:, 79. 54 . 55 ie.Atiioquia, qurer: fue ciueño <ie ias mi'as rie Buriricá. Segrn dice Vicente Restrepo, esre
196 I n q"tu. pobreru 1 d.i.ferenczaci.én social en ln Prot¡incia de AntioEüa d,trante el síglo xvtrr La jurisdicción de la ciuda"d de Anüoquia. I 797

propósito de sortear Ia crisis, lnuchos otra mirta en San Jacinto, apr-eciada la mina del Páralno se consen'ó en po- se gastaron en el rnantenimiento de
de estos mineros procedieron a vender cn j 00 pesos de oro )/ un hoyo de der de su familia, puesto que, en 1790, los negros; 8 pesos 6 tomines, valor
sus esclal¡os, a pagar con ellos deudas lnina de veta en el cerro de Buriticá, FranciscoJosé de Osa Zapata, uno de de 7 arrobas de carne que rur'ieron
o a manumitirlos. Así, ullo de los avaluado en 50 pesos de oro. Estas los hijos de don Agustín, enumeraba igual destinación: 13 pesos 4 tornines,
herederos de Dei Pino 1' Guzmán, el lnirias las explotaba utilizando parte entre sus bienes esta propiedad. aun- precio del transporte para conducir
doctor Luis FranciscoJavier dei Pino de su cuadrilla, colnpuesta por 33 es- que especiñcaba que ¡a había sido estas provisiones a la rnina: I I pesos
]aramillo, rnanulnitió entre 1722 ), clavos, de los orales l5
eran lnenores rnuv trab ada.q que se emplearon en la compra de
I 728 a 8 esciavos que había heredado.: de 15 años y 5 rnayores cie 50, lo que En segrndo lugar anaiizarnos el 4 libras de acero y el pago del he-
Los bajos rendirnientos de la rnine- reducía notabletnente el número de caso del sargento mayor Francisco de rrero encargado de cornponer las
lja de cuadrilla durante la plirncra mi- esclavos útiles. Orera Cossio. español quien. como herramientas, y 20 pesos 3 tornines,
ud del srglo xr ltt los podem( )s al,recrar De acuerdo con una relación recordaremos, se vinculó a tra¡'és del correspondientes al sala¡io del admi-
al estr-rdiar los datos correspondrentes presentada por el albacea de esta nratr,irnonio a la farniiia del capitán nistrador. El producto líquido fue de
a tres de l<,s ¡r'incipales propietalros sucesión, en el período comprendido Agustín Fimienta Vaieros (véase figu- 107 pesos de oro, mul, bajo si consi-
de ia zona en ese período. entre el 5 de noviernbrc de I738 y el ra 1.1). El caudal que este individuo deramos que ei rendirniento diario de
El primer ejemplo seleccionado es 27 de noviembre de 1741, 3 esclavos tenía al casarse en 1731 se componía cada esclavo, para ser rentable, debía
el del caprtán.A.gustín de Ossa Pimien- estuvieron trabajando en la mina del básicamente de muias de carga v sel'de 2 romines diarios.
ta, descendiente de Agustín Pimienta Párarno. de donde extrajeron 70 pe- cargas de cacao, lo que lnuestra que La exploración de estas rninas
Vaieros, uno de los rnás acaudaiados sos de oro en poivo. En el tnismo debía emplearse en acti\¡idades mer- se hacía mediante el uso intensivo
l¡i¡reros antioqueños del siglo xr,Ir. lapso de tiernpo, 4 esclavos laboraron cantiles. Ftrabiendo recibido una dofe de ia rnano,de obra, dado que los
Cuando este sujeto murió en 1737, en la mina de SanJacinto, habiendo consisrenle en esciavos. tien'as r reses instmmentoi de trabajo, avaluados
poseía, adernás de tierras en Juan obtenido 72 pesos de oro en polvo. valo¡ados en 5.056 pesos, parece ha- .en 55 pesos. consistían solamente en
Clarcía, la Sr¡cia, el Valle de San An- Con base en estos datos. vetnos que el ber abandonado el coniercio para de- i0 recatones, 10 barretones, 4 almo-
drés y la Loma de Ochali, una mina rendimiento protnedio de cada escia- dicarse a la agricultura y la minería. cafuesy 3 hachas.
en el \Ialle de los Osos llarnada El vo fue mu)'baio, pues no llegaba a los En ei rnornento de su fallecimiento El valor de esta rnina no se inclur'ó
Párarno. Esta propiedad le había sido 7 pesos anuales. Según el ajustamiento en lJ45, era pr-opretario de la mina en el alalúo total de los bienes de este
rematada por 500 pesos de oro de de cuentas de esu catrsa mortuorra. de SanJacinto, en el Valle de los Osos, minero, debido a que había un pleiro
los bienes pertenecientes a su padre, realizado en I743,la mayor parte del la cuai fue apreciada en 6 mil pesos. sobre su propiedad con el alfél-ez
el sargento mal'or Agrstín de Ossa, caudal de este minero, que fire valo- Para hacernos una idea sobre la pro- real Juan Salvador de Casrañeda, el
a cuenta de ios cuales se hizo cargo rado en 4. 1 93 pesos de oro, se destir)ó dutr ión obtelrida en esie taclmiento. maestre de campo Javier Zapata y
de una capellanía irnpuesta por el a cubrir deudas ¡' obligaciones. lo que tomemos colno base la cuenta pre- otros indir,idüos. El adminisrrador de
gobernadorJuan Górnez de Salazar. corrobora que su actividad minera no sentada por el adtninisrrador.José de la propiedad sosrenía que el sargento
A parte de este ,vacimiento, tenía debió ser muy rentabie. No obstante, Cosgava, del per'íodo cornprendido mavor Oterc Cossio la había adquirido
entr€ el l5 de septiembre ,v el 22 de porun arnparc que le fue otorgado por
diciembre de 1745. En esros 99 días. el señor gobernadorjuan Alonso de
propierario en ul solo ano pagó 300 libras de oro por el derecho de quhrto. De acuerdo la cuadrilla. compuesta de l2 es- Manzaneda y durante cerca de g años
con los registrcs de fundición, en 1679 Pino 1' Guzmán fundió 265 pesos, 933 Pesos en clavos adultos y 3 rnuchachos, iar'ó estuvo adecuándola. habiendo con-
1685, 90 pesos en 1690 r 246 en 1699. de io od se deduce que ]-a Para esta época la
204 pesos de oro. tr)e este producto traído muchas deudas para realizar
producción de Buriticá había bajado notablemente. Archivo General de Ia Naciót (AGN),
Negros 1 esclaz,os de Anttoquia, tomo 7, fol. 961; AGN, Caciquu e tndios, tomo 73. fol. 497v:
se dedujeron. como gasros, 42 pesos estos trabajos. Esto explica por qué
licente Restrepo . Estud.io sobrc las minu d.e otn t plata en Colombia, Medellit, Fottdo Rotatorio 4 ¡omines, de l7 fanegas de rnaíz que ia mavol parre de esre pair.irnonio.
de Publicaciones, FAES. 1979, p.24.
A¡chrvo Noarial de Santa Fe deAntioquia (.{\iA). tomo 1722-1124.legajo 1722, fol. }12: a
torno 1722-1724. iegajo 1724, fols.391 40t',44rt 45r; torno 1725-1729. legajo 1?28, fols.
4r,. 7 ¡ 52. ,\IL\ Mortuorias, rorno ?65 documento 5627: .A.N-d touo 1790, 3.., leg:¡o. fols. I I lr.l j 8r.
198 I F¿q"r^, pobreza 1 di.t'nenciación social en la Prouincia de Anüoquia d'urante el. si,gla xvttt
apreciacio en 9.528 pesos, se invirtió
en Pagos hechos por concepto de
dote, entierro, capellanía ), deudas,
habiendo quedado solo una pequeña
cantidad para ser repartida entre sus
herederos. A pesar de que las pro-
piedades agrícolas de esre individuo
debían suplir parte de los abasteci-
rnientos de los esclavos que dedicaba
al traba¡o minero. Ias inversiorres que
había que hacer para superar los pro-
blemas técnicos de estas expl()taciones
auríferas lirnitaban su rentabiiidad.a
En contraste con ia arrterior situa-
ciírn, r'ernos que de un gr:an caudal
como el del comerciante sargento
rnayor Manuel García de ia Fuente,
apreciado en 17 57 en42.679 pesos de
oro. solo una mínima parte se había
invertido en acti\¡idades rnineras. Ei
citado individuo poseía una mina de
oro corrido en ia quebrada de Perico,
\¡ertiente al río Chico, avaluada en
400 pesos de oro, la cual trabajaba con
parte de sus 42 esclavos. Parece que
)a poca renrabilidad del vacimlenro
desalentó a este empresario. puesto
que 6 años más tarde se decía que
la mina era de rnuy poca utiiidad y
nadie la cornpraba.s La gran iiquidez
de esta fortuna. ligada a ransacciones
mercantiles, no se comprometió con
esie tipo de iabores que no auguraban
buenos resuitados.
Por o[ra parte, es importante
anotar que, durante este período, la
rnayoría de ios vecinos de Anttoquia
4 ñf-A- Mortu.oriu. tomo 268. documento 5646.
5 Ibíd., tomo 922, riocumento 5194; docun¡euto 5185
6 IbÍd.. tomo 290, docr¡ento 5846.
tuvo minas de oro localizadas denfo
de la junsdiccíón de la ciudad. Un
caso que constituye una excepción fire
el del comerciante español capitán
Francisco Ruiz Caro Hertera. quien
a prrncipios del siglo adquirió una
lnina en la jurisdicción de
llarnada Nuestra Señora de la Cande-
larla de Neri. Esta propiedad, junto
con los negros que trabajaban en ella,
]a cedió Ruiz Caro en 17 14 a su nieto
Juan Bernardo Ferraro, igualmente
comerciante español.6
La historia de este Real de Minas
fue bastante agitada, pues fueron
largos los pleitos por su propiedad
entre Francisca Ferraro, herrnana
de Juan Bernardo Ferraro. y la viu-
da de este, Juana Maía de Herrera.
Según alegaba esta úitima, parte la
quebrada de Puqui, en ia cual había
hecho un nuevo registro de minas,
no estaba cornprendida en el título
original dado a Ruiz Cano, que era
en la quebrada de Oco. Al finaiizar
la cennrria, en 1796, en el censo de la
ciudad de Cáceres figuraba la lnor-
tuoria de doña Juana María cc¡rno
propietaria de la mina de Candeva,
ubicada en Ia quebrada de Oco o Pu-
qui. En este rnomento administraban
la explotación de este yacimiento dos
rnayordomos, José Cruz Robledo y
Juan Bautista [,ópez, vecinos deAntio-
quia, quienes dirigían el rabajo de 3 I
esciavos. Para 1803, esta rnina estaba
nuevamente en disputa, lo que pudo
ocasionar desmedros en ella, como se
puede corroborar al ver que el núrnero
de esclavos se había reducido a 25.?
Estos parecen haber sicio los úni-
cos propietarios vecinos de ia ciudad
de Antioquia con inversiones en la
Cáceres, minería en las.jurisdicciones de Cá-
ceres y Zaragoza.
Un capítulo especial de la minería
antioqueña a mediados del siglo xvrn
lo constituteron las empresas mi-
neras de los jesuitas, que estaban
compuestas por una mina de aiuvión
llalnada La Miei, Iocalizada en el río
de Petacas en el Valle de los Osos, y
otra de veta, en ei cerro de Buriticá.
En el primer lugar construyeron un
Real de Minas, que contaba con una
capilla dedicada a San Ignacio, casa
de vivienda de ernbarrado cubierta de
paja, una casa de despensa, y 14 ran-
chos de paja para los negros esclavos.
Estas edifi caciones fueron avaluadas
en 572 pesos de oro. en 1786, por
Ia Junta de Ternporaiidades, que se
hizo cargo de los bienes de losjesuitas
iuego de ser expulsados por orden
de Carlos III en 1767. El casco de la
mina, con sus "iabores altas y bajas,
cnaderos, aventaderos, sabanas, so-
brcsabanas, peladeros, abrevaderos,
pantanos y amagamientos" se aprcció
en 60 pesos de oro. En esre y acirnien-
to había 48 esclavos, de los cuales 20
eran menores y 1 rnuy viejo, lo que
rebaja a casi la rnitad el núr¡ero de
esclaros ritiles. La herramienLa ern-
pieada en la labor minera estaba com-
AIfA, Cercos, tomo 336, documemo 6462, fols. Ir-24v: Moñuu.ias,
5848 v 5850.
In juri:diccitn de h ciuda.d de Antioguia I 799
puesta por l5 barras, 14 ahnocaf¡es,
1 7 recatones, 6 hachas, 7 machetes de
cinta, 3 azuelas, 2azadas,2 machetes
calabozos y otros instrumentos de
hierro y acero. Al contrario de lo que
ocurría con otras cuadrillas, en esu
cada esclavo úti] contaba con sus he-
rramientas de trabajo. Cerca de este
real de minas tenían un poffero, en
el que pastaban 22 cabezas de ganado
vacuno y 25 de ganado caballar.
Según Ia cuenta de productos y
gastos presentada por el rnineroJuan
de Dios Montes a las Temporalidades,
en 9 meses, transcurridos entre 1767
y 1768, en 3 sacas ia mina produjo
209 pesos 6 tomines de oro. En el
mismo período. los gastos de la rnina
estuvieron represen[ados por el pago
de 70 fanegas de maí2,6 arrobas de
carne, 13Vz arrobas de sal para el ga-
nado, Ios de¡echos de quinros y cobos,
9% libras de acero para componer
las herramientas, el estipendio del
cura, Ios viajes para llevar el maiz a
la rnina, lo gastado en curación de
los esciavos enfennos, ,v los saiarios v
la rnanutención del rninero. En total,
el gasto de la mina fue de 497 pesos
3 granos, buena parte del cual fue
suplido con productos de la hacien-
da de Abejuco. En este caso, en iugar
de obtener ganancias. fue necesario
invertir 137 pesos adicionales en el
mantenimiento de ia cuadrilla y otros
gastos. Debido a esta si¡uación, ia
RealAudiencia detenninó que "de no
esperarse utilidad alguna del trabajo
tolo 190, docunrenros
200 I n;quera, pobreml diferenciación socinl en la Prouincin
de la rnina de la miei, la abandone
sacando de ella los esciavos para que
se ocupen en ei adelantamiento de ias
demás posesiones ocupadas".s
Esta experiencia en la rnina de La
Miel llevó al eobernador Barón de
Chaves a decir que ningún minero
de ¡ninas de ah¡r'ión tenía para rnan-
tener su cuadrilla.
A mediados del siglo era visible Ia
disrninución de la participación de
vecinos de Antioquia en la minería
de la zona del \hile de los Osos. Entre
las personas que en 1755 figuraban
corno propietarios de minas en el
Real de Nuestra Señora del Rosario
de Petacas (Riochico), muy pocos eran
habitantes de ia citada ciudad. De
ellos, el que lnayor y más continua
inversión hizo en este sector fue eI
alcalde ordinario de Antioquia, José
Ignacio Monto1,a. Para la fecha anora-
da, era dueño de la mitad de la rnrna
de Santa Rita, en la que laboraban
6 esclavos útiles. En el año de 1779,
en el censo del partido de Páramo,
Petacas y SanJacinto, este sujeto figu-
raba corno propietario de una rnina r'
24 esclavos.e Al lnorir este minero en
1784, era dueño de dos peCazos de
rnina en el Páramo. en donde conta-
ba con casa de vivienda, ranchería,
herramientas de lnina, etc. Támbién
tenía derechos de ¡ninas en Petacas y
Cornunidad, aunque eran considera-
dos inútiles. La parte sustancial de su
caudal estaba constituida por 19 es-
AGN, Negos 1 aclaros de Antioquia,
1033r'.
9 AJf,l+ Minas, tomo 362, doomento 6758: Cmos. tomo 336, documento 6453, fols. lr-6r:
10 lJfA" Moiuotias. ton¡o 258, docu¡¡rentos 5511v 5573.
rJe Antioquia dtrantu el
clavos, de los cuales 4 eran rnenores
de i5 años, l 2, mayo¡es de 50 años.
Según una relacrón presentada por el
doctorJuan Ignacio Rodríguez y Mo-
lina, albacea de esta causa mortuoria,
de las rninas de Páramo. Cornunidad
v la Cornpañía se sacaron 783 pesos
6 granos de oro en el período corn-
prendido entre el 10 de mayo de 1784
y el 29 de marzo de 1789. Durante el
lapso de tiempo que va de mavo de
1784 a abril de 1786,la explotación
de la mina estuvo a cargo de Francisco
An¡onio Montoya como minero, y de
esta últüna fecha a marzo de 1789 se
encargó de eila el esclavo Santiago,
capitán de la cuadrilla. El promedio
de producción de 160 pesos anuales
fue bastante bajo, aunque esto podría
ser efecto del prolongado juicio de
sucesión. Si analizamos la liquidación
final de cuentas de esta rnortuoria,
vernos que para pagos de censos,
tutelas, réditos y deudas se destinó
cerca de ia rnitad del caudal total.
avaluado en 5.004 pesos de oro, lo
que deja ver que el ejercicio del oficio
de minero pudo obligarlo a gravar sus
propiedades. Adernás, el hecho de
que Montol'a debiera varios años
de interes de los créditos que tenía a
su cargo muestra que no debía tener
liquidez rnonetaria. ro
Para estudiar la baja rentabilidad
del trabajo esclavo dedicado a la
minería, utiiizamos los datos de una
cuenta presentada por Alejo,{ntonio
tomo ?, fols. 964r, 994v-995r, 1002¡-1003v y 1025v-
siglo xvrrt
de Otero y Cossio, de 3 esclavos,
pertenecientes al rar¡o de Témpo-
ralidades, que tuvo a su cargo desde
el 23 dejulio de 1771 hasta el 29 de
noviernbre de I774. De acuerdo con
su testalnento, otorgado en diciembre
de 1776, este propietario tenía una
mina en Santa Bárbara, otra en Anzá,
con aguas corrientes, y otra en el sitio
de Algarrobo, iocalizado en el resg-rar-
do de Sao-analal'ga. Estos racilnien-
tos eran trabajados por 1 4 de sus
esclavos, quienes empleaban como
hel'ramientas 6 barras, 6 recatones
r' 4 alrnocafres.ll Según este rninero,
al año se dejaban de trabajar I 9 días
de fiestas religiosas y 52 domingos, 1o
que rcducía los días iaborales a tnás
o rnenos 294 días.
I-as enfermedades de los esclavos
reducían notablernente los días labo-
rados, como Io demuestra el hecho
de que ei mulato Miguel hubiera
estado enfermo I73 días; \hleria, su
mujer, 180 días, v la negra Micaela,
186 días. En el caso de ias mujeres, Ia
mayor parte de sus incapacidades se
originaba en ei embarazo y el parto.
Esta alta tasa de enfermedades parece
que era corriente en la explotación
de minas de aluvión, pues
[...] con el continuo trabaio dentro del
agua. entraudo en el por las rnallanas,
en alunas rnieutras se le dispone con
que ahnonar es uruy corriente el so-
breveniries a semejantes esclavos ,va
el dolo¡ de estómago o el de cabeza,
algún resfrio grande y tal vez algunas
1I ANA ¡omo 1775-177i. fois. 138¡-14€ir:
12 ,ü14 Esdan¡os, tomo 30. documento 983
La jurisdicción d¿ Ia citui.ad d.e .4nüoquia I 207
t
er'acuaciones que no t¡avendo estos
accldentes mavo¡ malicia, solo les
iurpide el rrabajar mientras los pasa,
sin necesidad de mavor curaciól. ni
costos cie rnedicina de botica, bas-
tando solo colno la experrencla lo ha
errseilado. al gunas rnedicinas c aseras
v expedmentadas.re
Una causa de las enferrnedades
podía estar en la alimentación de los
esclavos. puei Ia ración d¡aria se com-
ponía básicamente de maíz; la carne
y las gallinas emn utilizadas solo en
algr,rnas ocasiones.
Estas cifras muestran que los días
efectir,alnente trabajados eran pocos,
io que afectaba la productividad de
las explotaciones mineras.
Si analizamos la composición de
edades de las cuadrillas dedicadas ai
trabajo minero durante la segunda
mitad del siglo xrrrt. encontramos
que un alto por-centaje de elias eran
menores. Para estudiar esta siruación.
tomemos como ejernplo ia cuadrilia
de Joaquin Orero Cossio. quien po-
seía una miria en el sitio del Páramo
fihlle de ]os Osos), avaluada en 1797
en 850 pesos de oro. En este caso, de
un total de 50 esclavos.lT (34%,) eran
menores de l5 años. Io que pernrire
deducir que ia reproducción natural
permiiió un continuo apror isiona-
miento de rnano de obra. Es precrso
rccordar que buena parte de esta cua-
drilla estaba dedicada a actividades
agrícoias y no debemos olvidar que
la permanencia,v las condiciones de
 202 I n;q"rn, pobreu 1 difnencmción socml m ln Prouircia d.e Antioquio d.urante el siglo xntt Lc junsdrcción de b c¿uÁnl ri¿ Anüoquia i 203

\¡ida en las haciendas y las esnncias o por la reproducción vegeativa d€ Parala década del ochenta, cuan- desarumaron las posibles inversiones
fueron uno de los factores que expii- estos- do aurnenta Ia participación de los en este sector e hicieron que se enca-
caba el creciltienro de la población Según los informes de ia época, mineros de cuadrilla en la producción minaran ai comercio y ia agricuitura.
esclava.l3 ia rnayor parte de ios mineros había de oro de la provincia, los ¡.'ecinos R.ecordemcls que, en esta época,
Al revisar ios datos de las cor¡- obtenido el Lítulo.de sus lacilnierrros acaudalados de la ciudad de An- comerciantes ran importantes como
praventas de esclavos realizadas de rnediante la petición de amparos de tioquia rnanifestaron relativamenre Juan Pablo Pérez de Rublas concen-
1775 a 1799 en la ciudad de Antio- minas o por herencia. EsLe hecho poco interes por pz'rricipar en este traron su a';ención en la obtención de
quia, vemos que los rnineros no se tal vez puede explicar el escaso ripo de aciividades. En una iista mercedes de tierra en el sitio de L]rrao
distinguen colno cotnpradores. Un número de transacciones de corn- elaborada en 1794 de ias personas 1 dedicaron su esfuepo a la aperrura
rninero irnportante como el doctor praventa de minas que se realizó en que tenían rninas 1, cuadrillas en el de un carnino gue los cornunrcara con
Ignacio Gutiérrez. quien entre 1779 la ciudad de Antioquia desde 1775 a \hlie de ios Osos, no hernos podido la Provincia de Chocó.
y 1803 tundió I2.470 pesos de oro, I799. En estos 25 anos solo se rregc-rcra- identificar a ningún vecino de Ia
en el año de 1785 solamenre adquirió ron 9 derechos, de los cuales 5 estatran ciudad de Antioquia.16 No obstant.e, I-os mazarnotrrer'os: pohladores
a la negra Toribia, por 225 pesos, )¡ a locaiizados en el Valle de los Osos, 2 en en un docurnento fechado en I 799, pobres que "fraba.labavl
Bautista, de 15 años, por 80 pesos.14 el cerro de tsuriticá y 2 en los Titiri- algunos comercianies ¡ f;;ncionanos para mantenerse'o
Por el contrario, propietarios de bíes. El precio de estas propiedades lcales de la ciudad de Antioquia de-
tninas como Nicolás Zapata García, osciló entre los 25 ,v 400 pesos de oro, clararon tener esclavos y agregados El estudio de ias condici<¡nes económi-
dueño de yacirnientos en Riochico, y la mayor parte se pagó de contado.t6 Iibr.es trabajando en ei mineral de la cas y sociales de ios mazamorreros se
vendieron esclavos. Así, en 1776, Estos datos muestran que la fi-on- Quebradona del Páramo. Nicolás Za- dificulta por el hecho de que hasta
esle sujero adquirió de orro minero. tera rninera de Antioquia estaba ex- pata. por ejemplo, poseía i 5 esciavos la expedición por part.e del regente
Fablo Jiménez Fajardo, r'ecino de pandiéndose a finales del siglo xvrrr útiles y ernpleaba 6 agregados iibres: visitador Gutiérrez de Piñeres de Ia
Rionegro, un pedazo de rnina en el hacia ei suroeste, teniendo como eje por su parte. ei cioctor José Antonio reglamentación del l.o de febrero
citado iugar, por 200 pesos de oro, y }a regrón de Amagá y Trti¡ibí. Un Gómez, quien fuera adrninistrador de 1780, no se llevó un registro del
al rnismo dempo vendía, por igual ejemplo de este proceso es el de Ma- de Ia renta de aguardiente, ccntaba número de persorras dedicadas a esta
cantidad, una mulata, María ,{nto- nuel Antonio de Aguirre, ¡'ecirro de con 14 esclavos úiiJes r'4 pobladores actividad.
nia, de 24 aítos, al cornercrante José Antioquia, comerciallte,v hacendado, libres. rnienc!'as qile Juan Esteban Dentro de la.jurisdicción de Artio-
Rodríguez de Paula.15 quien en 1787 era dueño de minas Martínez. cornerciante, tenía laboran- quia fue, en los miner¿les de las tierras
Esta información perrnite afirmar en los Tltuibís v una mira de vera en do allí 18 esclalos y 2 libertos. Estos altas del \álle de los Osos, donde se
que casi la totalidad de los esclavos de la quebrada de Amagá. Estos 1,¿¡j- datos perrniten apreciar córno los estableció el mayor número de estos
los vecinos de Antioquia que se dedi-' rnientos los explotaba con parte'de propietarios rni neros paulatrnamenLe trabaladores. En esn zona desde me-
caba a actividades mineras habían sido sus 20 esclavos, de los ruales 14 eran iban reempiazanclo los esclavos por diados del sigio xi'ur aumenta¡on las
adquiricios por ia vía de la herencia aduitos y 6 níños.17 traba,.¡adores libres, ta] r'ez buscando referencias a pobladores libres pobres
al¡inorar los costos de rnant.erutr,ren- que derii'aban su sustento del laboreo
to de ia manc de obra.re de minas en caiidad de rnazamon-e-
Las dificuitades técnicas, la crisis ros. Este era ei caso. por e-jemplo, de
13 ATJA" Mortumu, tomo 268, documenro 5645. Ramón Vélez, pardo libre, vecino del
de ias relaciones esciavistas ), la baja
14 Arrn Truram, Minros, comercintes labra^dor":.
l Iu raíca fut upítifu empr*atü! ert Antioquia,
\ialle de ]os Osos, quien de acuerdo
1763-181 A, trad. Cecilia lnés Resuepo. Medellín. EAES. 1985. rabla 6: AN4. toiuo I i82-l 785, rentabilidad de k rnineria de cuadi-
ieg4¡o I 785, fols. 2v y 27v Ila en jas décadas precedentes tal vez con su causa monuoria, segr-rida en
i5 AN.\ tomo 1775-1777. legaio 1776, fols. 4v v l4v.
I6 Ibíd.. legajo \i75, fol.36v: legajo 1776, fol. I4v; legajo 177i. fol.44v¡ tonro l7?9-1780.
lega3o 1781, fol. 69r; legajo 1780, foi. 250; romo 1790. 2.. legq;o i290. fcls. 3?r l04v; I
tono l?92-1794, t." legajo 1794, fol.69r:2.,,legajo 1794, fol.6r. 18 }.Jj-4., lulinu. tam¡ !,i't. docume;rto 665C. fcls. ]r-9r
ti ¡.l\A ¡omo 1786-i788. legajo 1787, fols. t54v-160r'- 1S ljJi\ Cemzpor, ¡lrro ?1, Cocu¡nen¡o 1999, Íols. 6¡-v.
 204 I R¡q"nn, ¡,obreza r diferenciación socíal, en ln Proúncia de Antzoquía dluante el. siglo xvnt
1763, era dueño de un derecho de
rnina, avaiuado en 112 F)esos 4 rolni-
nes de oro. Fuera de esta propiedad,
poseía una casa de paia, 30 cabezas
de ganado vaúrno, 3 cabezas de ga-
nado caballar y 7 cabezas de ganado
porcino. Del valor toral de sus bienes,
apreciados en 407 pesos 4 romirres,
se dedujeron 309 presos 4 tornines de
gastos de etitierro, deudas, etc.. lo que
rmplica que el caudal iíquido para
repartir entre los herederos fue rnuy
pequeño.!0 Fosiblemente la situación
económica de la mayor parte de los
rnazamorreros de la zona era parecida
a la anterionnente anotada.
Para tener una idea del porcentaje
de la población de ia región consagrada
al mazatnorreo, usamos el censo de los
rninerales de Páramo, Petacas v San
Jacinto de 1779. Allí aparecen corno
pequeños propietarios de minas o
corro trabajadores en rninas ajenas.
I (16,66%) rie 6 cabezas de fami-
lia blancas alií residentes, 1 (257o)
de 4 cabezas de lalnilia mesrizas )
I (.3,22%) de 31 cabezas de familia
lnulatas libres. I-a canridad de pobla-
dores que eran mazamorrercs debía
ser mayor, pues parte de los 12 rno-
renos iibres que figuraban como
aptos para trabaJar v ios I 1 que no
contaban con bienes debían dedicarse
a esta acti\:idad. Esta suposición apa-
rece corroborada por ei hecho de que
algunas de estas personas figuraran
en ias marículas de lnazamorreros
20 ,\Íllv Mmtuorim. touro 312, docunlento 6074.
.)1
AI'I4 Cs¡so¡. tomo 336. dorumento 6453. fols lr-6r; Minu, tomo 354. dommento 6654,
fols. Ir-13r. r documen¡o 6051, fols. 1r-S,.
99 AlI4, Crrrro¡, rono 337, docul¡enro 649i. fols I 3v-24¡.
efectuadas con posteridad. Los datos
de este padrón muestran que estos
trabajadores no poseían esclavos y
solo algunos tenían un poco de ga-
lrado, lo que ¡rerrnite deducir que la
lna]/oría era pobi-e, y se mantenían
en el límire de la autosubsistencia.2r
Esta ahrmación se puede consta-
tar si velnos que en el censo de 1779,
del sitio de Pontesuela (hoy Sanra
Rosa de Osos), 13 (44,82%) de 29 ca-
bezas de familia blancas, 5 (41,66Va\
de l2cabezas de fanriiia mestizas v
19 (.33,337o) de 57 cabezas de farnilia
rnulatas y negros libres allí residentes
aparecen como pobladores pobres
que "trabajan para mantenerse".::
tr-as cifras anterlores muestran
que ios mulatos y los negros libres
constituían el mayor porcentaje de
la población de estos lugares. gran
parie de ellos vinculados a la minería.
La relación entre los habitanres de
origen racial negro ) es[e tipo de tra-
ba3o se explica por haber estado una
porción considerabie de los esclavos
negros destinados a laborar en los
vacirnientos auríferos. Una vez que
ellos o sus descenciiente-s adquirían
la iibertad. continuaron ejercitándose
en este trabajo, que les pennitía ob-
tener medios para subsistir.
Las di{icultades de los vecinos li-
b; es del Valie de los Osos para acceder
propiedad de la tierra la podernos
a la
medir por las declaraciones dadas
porJavier de Urrego, residente en el
sldo de Santa Rosa, durante la I'isita
efectuada a estos lugares, en I 78 1, por
ei gobernador Cavetano Buelta Lo-
renzana. Este sujeto denunciaba que
Manuel y Nicoiás Jaramillo, mineros,
vecinos de Medellín, como dueños de
tieiras en ese lugar exigían, a todos los
indlviduos qrre querían consrruil casa
en ese sirio. el pago de 5 pesos anuales
de terraje. La consecuencia de esta
sitr¡ación era que los vecinos no tenían
constnlida casa en el pueblo. como
reiteradamente se les mandaba. En el
auto de ¡'isita, el gobernador pedía a
los agraviados hacer su reprcsentación
en eljuzgado, para proceder a hacer
la indagación perrinente.
En est.a ocasión se mandó que
Ios caminos públicos se man¡utreran
transitables para facilitar el rransporre
de Ja ropa- basrirnentos. herrarnientas
1' dernás géneros necesarios para la
subsistencia de las cuadrillas y de los
veclnos iibres. Se consideraba que, de
esta forma, se aumentaría la produc-
ción minera y se posibiliiaba el des-
cubritniento de nuevos yacimientos.:¡
Durante la lisira reaiizada a 1as
cinco pedanías del Valle de los Osos
en 1 785 por Fedro Rodríguez de Zea,
por mandato del gobernador Francis-
co Silvestre. se anotaba el carácter dis-
perso de esta población v se rnandaba
que los vecinos del sitio de San Pedro
construl,esen casas ürmediatas al sitio
donde estalra rrbirada la pairoquia.
:3 AliA. Ilsrlas, tomo 75, documenro 2101. fols.49r-54r.
24 Ibíd., torno 76, docrunenro ?104, fois.20r.31r,.
25 AGtr", Nrglo-.1' csclnuos dc Anttoquia, rorrro 7, fol. 965; Francisco Silvesre. Dcscri¡tción del. trino
d"e Santa Fe de Bogotá. P'ogotá, Bibiioteca Popular de Cuirura Colonrbiana, ig50. p. 176.
26 AFIA. I¡rl¡as, tomo 76, documento 2104, fols.3r-8r
juüdicción dt ln
La cit¿dnd de Anüoquia I 205
pues ello permitiría una rnejor adrni-
nistracrón de la justicia y garantizaría
la asistencia a ios oficios rcligiosos.
Con esta medida, los furrcionarios
de la Corona buscaban que ia gente
viviera en "policia", de manera arre-
glada, lo que explica que también se
dispusiera que a los rnulatos y negros
Iibres, por ser "mucha parte de gente
ociosa, vaga /v mal entretenida" se
les concertara con personas que los
hiciese trabajar.la
Fenómenos como la dispersión v
ia vagancia se explican por el hecho
de que en la minería de aluvión era
necesario desplazarse de un lugar a
otro en la medida que se agotaban
los 1'acimrentos. siendo forzoso intel--
narse en los rnontes en busca de otros.
-{dernás, pafie de la lninería de esta
zona tenía carácter estacional, pues
solo se podía trabajar cuando llo.r'ía,
dado que era preciso recoget agua en
estanques.25
Esta sinración lievó a que losjuegos
de azar. como ]os narpes l el boliche,
estulieran muy difundidos en esta
regrón, lo que impiicaba que muchos
trabajadorts libres y esclavos abando-
naran la iabor de las rninas, las labran-
zas y sus fatniiias. Por esta razón, enla
tisita de 1785
se mandó que ninguna
persona se decidiera a estos Juegos.
bajo pena de 6 pesos, r,a los que salíarr
al monte a jugar se les dupLcana la
pena 1' seríau desten-ados.26
2{16 I n¿q"t-. g'obreza. t tiiferenciación
Para esia época se denunciaba que
algunos mineros rctenian mirras sin
explota! por lo que se consideraba
pertinenr-e que soio se les otorgara ias
que podían labo¡ar. Otras veces los
grandes propietarios enlorpecían el
'-raba¡o de los mazamorreros, aun sin
tener iítuios legales. Así, por ejemplo,
Antonio Quintana, vecino cle Mede-
llín, irnpidió a varios pobres trab4jar
ccmo mazalnorreros en el río aba3o de
Guadaiupe, aunque éi no poseía escri-
¡,rra de esra rnina. A pesar de que este
cierecho flre avaluado por lgnacio de
U¡ibe en 6{10 pesos, Quintana vendró
la sexta parte a los pobres en más de
ufl pesos, quienes ia compraron por
necesidad. Esta transacción se hizo sin
que el vendedor hubiera obtenido el
tiruJo l sus herederos no la pudieron
iegalizary tampoco tenían para devol-
ver ei dinero recibido.lt
La pobreza de ia mayor parte de
ios mazarnorreos de esta región en
ese momento fue explicada corno
producto del desequiiibrio enürc las
actl,'rdades agrícolas v ias mineras.
Según las autoridades, muy pocos de
los habitantes del Valle de los Osos te-
nían sembrados, siendo este el inotn'o
de l¿,s drficultades que se experirnen-
'"aban. Para subsanar este problema,
se rnandó qu€ cada vecino hiciera
por io menos una roza de 4 almudes
q4 cuadras aproximadamente), bajo
pena de pagar una rnulta de 6 pesos.
Ei visitador ordrnario decía gue
el carácier disperso de la población
2? lbíd 20r'-30r.
:8 rbíd.
soctal cn La Proutnci¿ de Anüoqrio d,urante el siglo
hacía muy diñcil cobrar el derecho de
2 pesos que debíanpagar los mazamo-
rreros al real erario. Para faciliiar esta
labor se mandó hacer una matrícula
de mazamorreros, en que consura la
calidad de la mina que trabajaban.
De acuerdo con su declaración, antes
de i785, la Real Hacienda solo había
recaudado, en el Valle de los Osos,
200 pesos de oro. Ese año. <o¡no
producto de una mayor eficacia en el
cob¡o del derecho de mazamorras, se
recolectaron l.l 50 pesos.
Tal vez el resultado más imponan-
te de la visita de 1785 fi:e la propuesta
de que se fi¡ndasen cuatro pobla-
ciones en las montañas de los Osos,
erigiendo en cada una de elias ur¡a
viceparroquia. Se proponían como
lugares para establecerias Tenche, las
imnediaciones de las minas de Plácido
Misas y de Manuel Santamaría, un iu-
gar interrnedio entre el río del Rosario
y el sitio de Santa Ros4 y las cercanías
del río del Rosaric. Se planreaba que
dacio que un porcentaJe apreciable del
vecindario de la junsdicción de Me-
dellín careciera de derras suficientes
para mantenerse, se podía lievar ai Va-
ile de los Osos "Toda Ia gente de color
pardo de Medellín l de la prolincia.
para que poblacen esa rnontaña y se
ies adjudicasen tierras".28
De acuerdo con esta propuesta,
estos pobladores se dedicarían aI
laboreo de las tierras y de ios mi-
neraies de oro corrido, los cuales se
encontraban sin explota4
xwt In jztrisdzcción de Ia ciu.dal d.e Anüoquia I 207
[...] pues a excepcióu de las minas que Según un padrón realzado en
ienía Don Manuel Sanrarr¡ana t scrios. marzo de I787, durante los rrámites
Don Plácido Misas en consorrio de Dol de fundación de lhrumal, de ias
Joaquin Barrientos, la de losJaramillos, 50 famihas censadas en ese sirio,
la de los herederos de Don Antonio
28 no tenían caudal, 15 eran pro-
Quintana y la del fuo del Rosario a la
que suelen entrar los del Valle de San
pietarios de un patrimonlo avaluado
' Andrrs en e] r'erano, las demás se en- en menos de 200 pesos, 2 conraban
cuentran desieltas debido a lo costoso con un capital de 300 a 500 pesos y
que es el conducir los fi-utos para su 4 personas poseían bienes aprreciados
uranutención.2s en más de 500 pesos. Estos poblado-
res argumentaban qr¡e su pobreza los
En opinión del visitador Rodríguez había obiigado a irse a esos montes,
de Zea. al otorgar las trerras gratuita- pues no solo carecían de rninas f iie-
ment.e se poblarían estas rnontaíras de rra, sino también de herramientas.sr
mazalnorreros, lo que haría aurrentar Tanto la inlrrrrnación cuanrl(arila
las entradas del Real Erario. Hasta corno la cr¡alitativa lnuestran que los
ese lnolrento solo los propieLarios colonos que participaron en este pro-
ricos habíau conseguido que se ies ceso de ordenamiento poblacional
concedrera mercedes de tierras. pues eran, en su rnayor parte, personas
había que invertir mucho dinero en pobres, a quienes se buscó agn¡par
las diligencias de medidas, avalúos y en poblados para controlarlas 1'po-
pregones. Las personas que acapara- sibiiitar un mejor funcionamlento del
ban las tierras se valían de pobladores régrmen fiscal.
pobres, que tenían en calidad de agre- Una buena descripción de la
gados, para desmontarlas y aumeniar fonna en que estaban localizados los
su valor. mazamorrelos del \¡alle de los Osos la
Como consecuencia de esla pro- hizo el oidor r,isitador Mon y Velarde
posición, el oidor visltador Mon y en la sucinta relación de la situación
Velarde ordenó, en el airo de I 788. la de Ia Provincia de Antioquia que
fundación de las poblaciones de San l^edactó en i78&. En esre documenro
Luis de Góngora (ho1'\hrurnal). San afirmaba que en el Real de Minas de
.furtonio del lnfante (hoy Don Matías) San Pedro no había grandes cLradrillas
y Carolina del Príncipe, en 1a región de esclavos. estando la producción de
de los Osos.3o olo en manos de ios mazarnorreros
29 ibíd.
30 Enrilio Robledo, Bosquejo biográfco del señor oidor Juan Antonio Mqn 1 lblañe. lruitador de
Anti.or1uia. 1785-1786, Bogotá, Banco de ia República, 1954, tono 2, p.329. AJ respecro no
que olvidar que Pedro Rodríguez de Zea fire el juez pobiador de tárumal (San Luis de
ha¡-.
Gongora) y que en ejercicio de su cargo pleiteó en nonrbre de los colonos conrra Plácido
Misas yJoaqufur Ba¡rientos las tierras en que se ubicó esta localidad.
31 Rodrigo Campuzano, "Fundaciones de Ymmal, San Carlos, Amagá 1' Sonsón", resis de
grado, Medellírr, DepartattrentodeHistoria, Urrive¡sidaddeAntioquia. 1985,pp. 115-i16.
 \

208 I n;q"t-. pobren 1 diferenciación. social en ln Prcuincia de Antioqtúa dtuank el sigla xtLrt
Ln juisdicción d,e la citdaC dt Antioquia I 209

que concurrían al lugar. Lo rnismo lnadalnente entre I 792 y I 8l 9 se ano- Como anotarnos anteriormente, encuentra gue solo 2 eralr lnestizos
sucedía en ei Real de Minas de Petacas, taron 38 mazalrroncros en el partido para Ia Real Hacienda era maza- y mulatos libres. Asumierrdo que los
en tanto que en el de SanJacinto había de Riochico. 49 en el de San Ped¡.c, 60 morrera toda aquella persona que denominados iabradores o lavadores
2 cuadrillas grandes yvados lnazalno- en el de las Claras. 65 en el de Caroiina explotara un yacirnieirto aurífero de minas eran mazamorrel-os, las
rreros. En cuanto al sitio de Santa Rosa del Príncipe, 44 en el de Río Grande, utilizando menos de 5 esclavos o cifras aliteriores muestran que eran
de Osos, decía que era el principal 67 en el de Petacas. 33 en el de San Luis peones libres. De acuerdo con lo muy pocos los que contaban con los
lugar del \hlle de Osos y dentro del Góngora, 4l en el de Tierra Adentro, estatuido, cada mazamorrero debía recursos necesarios para cornprar es-
inmenso terreno de su jurisdicción 1()3 en el de Santa Rosa y 52 en el de pagar 2 pesos por cada trabajador ciavos. Por lo tanto. la rnayoría de los
vivía gran número de mazamorreros. San Antonio del Infante.3: que utiiizara. Para hacernos una idea mazalnorreros debían utiiizar rnano
Para este funcionario, los obstáculos Al analizar estas matrículas se en- sobre la cantidad de rnano de obra de obra famiiiar, puesro que tatnpoco
a los que se enfrentaba la rninería de cuentra que un porcentaje apreciable empleada por estos indil,iduos, pode- contaban con los recllrsos necesarios
esta zona eran el carácter estacional de esros trabajadores llo eran vecllros mos estudiar los datos de ia matrícula para pag'ar.jornaleros iibres.37
de esta acti\,idad, que obiiga a ios de los lugares en donde se maLricu- dei partido de Carolina del Príncipe Infortunadamente, en estas ma-
trabajadores a mantenerse ociosos ert laban, lo que permite deducir que se de la década del noventa. De acuer- trículas no se discrirninaron ra-
el verano, gastando 1o que ganaban trataba de personas que solo residían do con ella, de 65 mazamorreros cialmente los pobladores inscritos.
en el invierno; la falta de agricuitura allí durante ia estación de llu¡'ias en inscritos, 54 (83.07%) sólo pagaron pero por ia utilización del título de
y los malos carninos. Por ello, ordenó que se desarrollaba la actividad mi- el derecho correspondiente a ellos "Don", podemos af,rnnar que de los
que los vecinos arrcglaran los maios nera. Así, por e3emplo, de los 60 rna- misnros, 7 OA,76qo) sufiagaron lo de 5l 8 rlazarnorreros registrados, solo
caminos, en tanto estos encarecían el zamorreros inscritos en ei partido de 2 traba3adores y únicamente 4 (6, 15) 6 ) Q L77rn\ el an blancos. La rnavoria
transporte de las provisiones traídas Ias Claras, 38 (63,33Va) ñguran como satisficieron lo tocante a 3 de ellos.36 de los pobladores blancos anotados en
de fuera, y sembraran huertas, pues no pobladores.sa Parece, sin etnbargo, Para cornplementar estos datos estas listas no eran vecinos del \hlle de
ello permitiría un abaratarniento de que estas personas acostumbraban es posible ver la inforrnación sobre los Os<-ts. como lo podernos apreciar
los comestibles, lo que tendría inci- registrarse en el rnisrno luga¡ pues- población esclata que suministra en el caso del partido de ias Claras, en
dencia en la disrninución de los gastos to que para el partido de San Pedro el censo de población de Carolina donde se ma[rianlaron ] 8 individuos
de la producción de oro.3! existen tres rnatrículas realizadas en de 1801. Segun este docurrento, en blancos, y se dijó constancia que 1 2 de
La creación en 1788 de ios pobla- la década del noventa del siglo xvlrr este partido residían 25 dueños de ellos no eran pobiadores de ese sitio.36
dos anotados irnpulsó la migración y de los 49 individuos que figuran esclavos, de los cuales a 10 se les puso Los datos de Ia matrícula de Pe-
hacia esta zona de habitantes de otros en ellas, 2l (.12,85%) aparecen en ias
corno oficio el de minero. a 7 el de tacas i, SanJacinto penniten deducir
lugares de la provincia, lo que se re- res listas, l8 (36,737o) se encuentran labrador o la¡'ador de lninas. a 3 el que gran parte de los mazarnorl-eros
flejó en un aumento del número de en dos listas y de los 10 restantes 2 de labrador y a 5 no se les especificó eran pardos. mulatos 1, negros libres.
rnazamorreros. En unas rnatrículas tienen una nota en la cual se aciara oficio. De estos propietarios, I0 tenían En las tres lisras que exisren para
de mazamorreros elaboradas aproxi- que fallecieron.35 menos de 5 esclavos útiles, 10 entre 5 ese luq-arfiguran 16 pobladores de
y I 0 esclavos útiles, y 4 tenían rnás de apellido Londoño que, segirn he-
l0 esclavos útiles. De un propierario mos podrdo constatar, son iibertos
32 ,AiJl. Minu, tomo 354, documento 6649, fols. I ¡- 1 3r doomento 665I. fois- 1r-9v. Es pre-
ciso decir que 34 mazamorreros anotados en ia matrícuia del partido de las Claras figuran
no se sabe cuántos esclavos útiles tenía. que pertenecieron a la cuadrilia de
nurbiér eri la correspondiente al partido de Caroiila del Prítrcipe. Hai'que anoar que En cuanto a la procedencia racial, se esclavos que en ia rnina de San Ja-
Petacas y San Jacinto son nombres que se le dan a un mismo río, el ctral es más conocido
como río Chico.
33 AH,\ Minas, tor¡o 354, docurnento 6651, fols. 1r-2r. Euilio Robledo, I osquejo biogrdfco del
36 AILL Erección de ntratos. romo 440, docuütenro 8337. fols. 18v-20t.
seiior oiÁuJwn Autottio Mou 1Velaruic. Vsitador de Antioquia, 17 85-17 86, Bogota, Publicaciones
31 AfL\ Mhtas, ¡omo 354, dommenro 6651, fols. lr-lr.
del Banco de la República, 1954. tomo 2, pp.304-306.
38 Ibíd.. documenro 6649, fols. lr-lr': domrnenro 6651, fots. 3¡'-4r'v 7r-8r; ArchrvoJudicral
34 Ibíd., dorulento 6649, fols. I lr-1h'. docun¡ento 6651, fols. 2r,-3r,v 9r-9v.
de MedellÍn (AJM), Juzgados de Medellín. Sucesróri del Presbíte¡o Sancho Londoño P
35 Ibíd.. ¡omo 354, docmento 6649, fols. 5r-6n
ruaderno 2, fols. 5v-9r,r 48n
 I

210 I R q"t-. pobren 1 tiiferencíación soci¿l en la Prouincia de Anl.ioqttia duranLc eI síglo ntn I¿ iurütiicción de in ciu¿nr)
g rje Andoquia I 27 7
:,!

cinto tuvo el doctor Sancho Londoño
Piedrahíta. vecino de Medellín. En el
año de 1767, este propietario otorgó
carta de manumisión "graciosa" a los
esclavos Manuel Domingo v Félix. sus
lnujeres e hiios. Estas libertades fue-
lrln ratificadas en 1785, después de la
rnuerte del pr-esbítero, por el alcalde
ordinario de Medejlín, Miguel Vasco
Alvarado. De los negros rnanumitidos
en esa ocasión. 6 hguran como maza-
rnorreros en ia década del noventa.ss
Por otra parte, debemos recordar
que de acuerdo con la infonnación
del doctorJosé Antonio Martínez de
Ceiis, presbítero, albacea del doctor
Londoño, en I 785 los esciavos de esta
mortuoria intentaron ser libres.
negándose a Ia sujeción de esfera sin
docur.uento con que apovar su inrer¡ro.
resultando un general desorden de
este cuerpo, cono así el mzLl eSerr-
plar que ofiecen a las mas cuadrillas
que comprenden los milerales esra
provincia.lú
Aunque se determinó proceder con
rigor contra los prornotores de este
intento, posible que en el trámite de
es
este tipo de peticiones se les crearan
a ios esclavos expectatr\.as delibertad,
que iuego buscaran hacer reaiidad. No
del,rernos oiviciar que ios integrantes
de esta cr-¡adriila estaban relacionados
por iazos de famiiia con los esclavos de
.]aviera Londoño, que, como recorda-
rernos, siguielon un largo pleito por
su iiberrad después de I767.
Las ciÍias de los registros de la Real
Hacienda lnuestran que, en la región
del \hlle de Osos, esta percibía rnás
por lo recaudado a ios rnazarnorre-
ros, que por concePl.o de los qrrintos
pagados por los rnineros. ,{sí, el afio
de 1793, en la caja de Santa Rosa. se
percibieron 504 patacones 4 reales
(282 pesos de oro) por quinros de
mineros, 1, 1.) 29 patacones 1t/t rea'
les (565 pesos de orc) por dereclio
de nlazarnorras. De acuerdo con la
cuenra presentada en el partido de
Petacas se pagó. por parte de estos
trabajadores, 09 pesos 3 tomines de
oro; en el Riogrande, 33 pesos 6 to-
rnines: en el de Caroiina del Príncipe,
54 pesos 4 tourines; en ei de Riochico,
45 pesos de oro; en el de Yan¡tnal,
51 pesos 4 tomines; en el partido de
San Pedro, 69 pesos de oro: en el
de Tierra.Adentro, 48 pesos; en el de
Sanm Rosa, 67 pesos de oro; en el sitio
Tiinidad, 27 pesos 2 totnines de oro;
en el partido de Angostura, 3l pesos
2 tornines de oro, -v en el partido de
la Cortada, 53 pesos 3 totnines de
oro. Si cada mazannorrero pagaba
2 pesos de oro de derecho, estos
datos impiicall que un total de 282
pobiadores laboraban en calidad de
rnazamorrercs, lnienras que en i 794
se inscribieron ccl¡o mineros en esa
zona, 60 personas.ar
.n¡
A finales del siglo \1/rri y principios
del xx, la población de la zona del
é
:1
\alle de los Osos aurnentó considera-
-Í
blemente,;'en 1808 era de 10.699 ha-
bitantes aproxirnadamente.a2 Según
Ios testimonios de la época, los ve-
cinos del partido de San Pedro. por
e.lerrrplo, eran "aplicados, unos a la
rcsería y sementera de maíz y horta-
iiza; otros a la labor de rninas que hay
varias en este t.erreno".a3
Parece que la actividad agr-ícoia
estaba supeditada a la producción
rninera. ya que se especificaba que
ios cultivos los hacían cada aíro en
rin lugar distinto de acuerdo con el
desplazamiento por los yacirrrienros
ailrífenos. La dispersión seguía siendo
iina caracterísúca de la pobiación,
pue-s de acuerdo colt el testimonio de
juan juez pedáneo, 1,
Posada, alcalde
cieJosé Ignacio Pérez, cura del luga¡
en San Pedro había solo 75 casas en
la jocalidad, mientras que exisrían
i45 esparcidas por todo ej curato.
El vecindario de este sitio estaba
compuesto fundarnentalnente por
mestizos, mulatos y negros libres,
quienes surnaban 2.487 (85,96rrc)
almas. mientras que los blancos eran
28!] (.8,7zc/c) personas y los esclavos
eran s<;lo 176 (5,31%). Estas cifras
muestt-an un crecimiento constant.e
cie la población iibre, en ranto que
el número de esclavos era escaso. 1o
que debió refiejarse en un aumer)-
ro de la producción rninera de jos
mazarlorreros. va que la minería cie
cuadrilia parecía no tener posibilida-
des. Es preciso aclarar gue algunos
de es¡os pobladores libres debían
traba-jar como peones o.iornaleros en
los t'acimjenros de ios rnineros, ob-
ienlendo de esra lnanrra un ingreso
ccrnplernentario.
Otro si¡io de ia _iurisdiccrórr cle
Artioquia en doncie sus habiranres se
dedicab,an al mazamorr--o era e] \hlie
de San,4ndrés de Cauca. Amedrados de
siglo se decía que ios vecin<¡s de esre
iugar i,ir'ían '' desordenadamente a su
|olLrntad. por t¡o rener juez ni quien
los gobierne".{a
F,n 1777 el capitán a gr_rerra An,
drés Fernández Salgado declaraba
que los pobladores del referido valle
ieníar.¡ como oficios ei de arrieros
'i' carg-ueras a] Fuerto <iel Espíritu
Sanio. r, el de mazamorreros en ios
montes donde habltaban ia mavor
parte del año. De las 572 personas
que para ese momento vir,ían aiiÍ,
4Si (85,13Vo) eran mular.as, zambas
'r'negras libres; 68 (11.88%) eran
Inestizas ociralonas, cuarteronas o
terceronas. y I (0, I 7Vo) era blanco.a¡
Según los datos del censo de j 77g,
Ce los 23 cabezas de far:liiia rnesdzos
allí resrde ntes, 1 I (47,82%) eran
mazamorreros; de los 83 cabezas de

eran: Santa Rosa, 3.123 habuanresi Sm Pedro, 1.E4? habicantes: Dcn Madas. t.+S¡thabl-
59 AILA, Escla¡,os. tomo 31. doomento 1023. fols. ir-2r. tantes; Caroiina o Claras. i.572 habiranres, r'laru¡nal, L7i2 irabiran¿es.
40 /JL\ Libros. tomo 507, dommer¡to 8419; lv[mas, tomo 3514, documento 6650. 42 AIjA. Ceuos, tomo 343. documerrto 653E. fok. 36¡'-37v.
1l Manuel Restrepo, "Ensavos ob¡e la geografía, produccióu, ürdustria l,pobiación de ia Pro- 43 AGN, Caciques e ind.?os. romo 3, fols. i3r r r.
vmcia de Anrioquia en el Nuevo Reino cle GranaCa'', Semtnano riel Nuera Reinc' r)c Gtqnad.a. 44 AllA. C¿ruos, rono 335. documelro 6,108. iois. I nr r r,.
Bogorá. BPCC, 1 942. romo I, p. 22i . Los datos de poblaciirn de las diferentes loaliaries 45 Ibid.. documerrro 64i I
 \

212 I niqutu, pobreza 1, diferencíación social. en l¿ Proxincia de Antioouia dtnant¿ el. siglo xttt La juri:di.ccion fu la ci.udaÁ de Antioqu¿a I 2I3

familia mulatos y negr-os libres que
habitaban en el lugar 40 (48.1
tenían ocupación, y de 2 cabezas
es{.a
de famiiia indígenas radicados en el
sitio, 1 (507o) se contaba entre ellos.
Corno podemos aprecia¡ en esta zona
la población consagrada a esta aclivi-
dad era mayoritariamente de origen
racial negro, lo que con-obora que
los descendierrtes de los esclavos, al
no tener un fácil acceso a la tierra. se
dedicaron a las labores tnirteras para
garantizar su subsistencia.
La situación econórnica de los rna-
zamorreros se puede medir si vemos
que en el citado padrón , 37 (7 |,l\Vo)
de ellos figuran como personas sin
bienes; 13 (25%) tenían unas pocas
reses y mulas, y solo 2 (3,84%) eran
propietarios de tierras. Estos últimos
eran mestizos, entre quienes se conta-
ba Valentín Pérez. rnestizo tercerón.
quien poseía una estancia de platanar
y caña. Algunos de estos individuos
combinaban el ejercicio de Ia lninería
con otros oficios, corno los de rozacior,
arriero o saslre. Esta información
lnuestra que los mazarnorreros no
disfrutaban de posibilidades de acl-
rnulación, siendo la rna\/or parte de
eilos pobladores pobres.a6 El visitador
Mon 1'Velarde afirrnaba, en 1788, que
en este sitio existía un desequilibrio
entre las labores agrÍcolas t lnineras.
pues a pesar de que el terreno era
apio para cosechas. sus vecinos casi
46 E. Robledo, Bosqurjo biográfca d¿l señot oüor Juan Antonio Mon 1 Lblordc. Op. cit.. rorno 1,
pp. 303 i 304.
4J [Jf,\ Líbros. tomo 503, documento 84]5. No debemos olvidar que cada mazamorrero
debía pagar anuaimente 2 pesos de oro )'qu€ cada peso de o¡o ela igral a 9 de piata.
48 AllA I¡r¿¿a, tomo 75. dorunento 2091, fols. l2r-r'-r'43v-44n
no se dedicaban a esta actividad,
.qE() por estar empleados en la iabor de
rninas. En inmediaciones del ]u-
1as
¡¡ar estaban localizadas las minas del
Rosario, a la que debían conducir á
cuestas los r,íveres, por lo malo ciel
camino, lo que hacía muv caros los
rnantenimientos.a 7
En el año de i792, por ejemplo,
en el partido del \'alle de San Andrés
se cob¡aron írnicarnenle 34 pesos de
plata por derechos de lnazamorras. lo
que podía deberse a que el nfilrero
de mazalnorreros nlatriculados era
rnu,v bajo, a la dispersión de ia po-
blación, que hacía difícil el cobro de
este impuesto, o al carácter estacional
de la minería, que solo se realizal¡a
en el verano.
Támbién en el partido de los Trti-
ribís, perteneciente a la jurisdrcción
de Antioquia, había rnazamorreros.
Ailí. en ]a fecha antes citada, se pa-
garon 29 pesos 5% reales de plata
por esle (on(epto. lo que sirve para
corroborar que Ia apertura de la fron-
tera rninera a ñnales del siglo xvrlr se
dirigía a ese sitio.aE
En resurnen, en los rninerales del
Valle de 1os Osos y de San Andrés
del Cauca ia rna-vor parte de la po-
blación dedicada al traba3o minero
era muiata y negra libre. De acuerdo
con la información de la época. los
lnazamorreros eran vecinos pobres,
que vir.ían dispersos por los montes
buscando minas para laborar. Esta
circunstancia, unida al carácter esta-
cional de la minería <ie la zona y al
hecho de que una porción conside-
rabie de estos trabajadores no fueran
vecinos cie eila, ciiñcuhó el cobro del
derecho de mazamorra. No obstan-
te, las cifras de io recaudado por ia
RezrMacienda muestran que en esta
''egion Ia produccrón minera estuvo
básicalnente en sus manos.
Para tener una visión giobal de }a
población dedicaCa al trabajo mine-
¡c en Ia jurisdrcción de ia ciudad de
.dntioquia, ciebernos referirnos a ios
preblcs de irrdios pertenecientes a
elia en que se desarrollaba este tipo
de actividad. f)e acuerdo con la infor-
inación de la vlsita realizada en 1670
por ei gobernador Francisco X.{ontoya
\ Salazar a los pueblos de indios de la
provincia, los naturales dei pueblo de
Buriticá habían sido asignados a ia
labor de las minas de esa localidad,
no pudiendo ser empleados en otros
oficios. En esta época, ei protector de
los naturales, ei avudante -Iosé Vás-
qLrez Rornero, infcrrnaba que algr-rnos
blancos, con sus cuadriilas de esciavos.
así cor¡o zambos ¡' rnestizos, se habían
introducido en los rninerales com-
prendidos den¡ro de este resgual-do.
Así lnismo, se denunciaba qr.re algrnos
pobladores librcs se hallaban vii'iendo
en las tierras ciel resgr.rardo y se les
mandó a sahl Ce ellas.a!
En una r¡ratrícuia de los indígenas
de Buriticá hecha en 1699 por el go-
49 /JL\ Esclnros, torno 28. documerrto 907. fols. 7r-11r.
bernador de la provincia Francisco
Fernández de Heredia, consta que ia
encomienda que había sido de.]uan
de Usquiano, que en ese momento
se haliaba vacanre, tenía 101 indí-
genas, de los cuales 20 eran indios
tribr¡tarios (4 ausentes), 5 ejercían
los cargos de rnandones dei pueblo, 2
estaban exentos de pagar <iernora por
estarjubilados o enferrnos, y el resto
eran "indias, chinas y muchachos".
A la encornienda del capitán Alejo
Rodríguez pertenecían na{t¡rales. I2
y de ellos. 7 erzn triburarios. en-
contrándose ausentes 3 de estos. La
encomienda de ,Ana iie Toro Zapata
estaba conformada por 16 indios,
siendo 5 de ellos indios de rnacana.
For su parte,. la encornienda del al-
férez r.eal Feciro de ia Serna contaba
con I 3 indígenas, de ics cuales soic
I era tributario y la encornienda dei
sargenlo rnayor Bartolorné de tsorja
incluía 15 naturaies. estando 2 de
ellos obligados a pagar dernora. I-as
cilras anteriores muestran que la
población de este resgrrardo era bas-
tante grande si la comparamos con la
de otros pueblos de indios.
Fara esa época, estos rndígenas
hicieron una repfesentación, en la
cual argumentaban que no habían
podi<io pagar sus tributos porque se
habían visto obligados a dejar sus
iabcres en las minas, para acudir a
los sitios de Urrao y Cañasgordas
arepeler al enernigo inglés que había
en¡rado a la Prcr'incia de Chocó por"
214 I nl'q"u-, pobteu 1, d,ifercnciación. social en ia Prouin.cit
el río Darién, proponiéndos€ invadir
ia gobernación de Antioquia.5o
En i718, el cura doctrinero de
Buritlcá, Francisco Solano de Saiazar
tselque, pidió al gobernador de An-
tioquia la derogación de una orden,
argumentando que los naturales de
este Iugar habían sido destinados a
trabajar en el Real de Minas de ese
pueblo. no sujetos a concienos'r' ser-
vidumbre. El querer obligarlos a qiie
prestaran esa clase de servicios había
sido la causa para que muchos de eik¡s
se ausentaran del pueblo, dejando de
pagar los tributos.¡'] Durante esa época
fueron frecuentes los pleitos entre los
indígenas y los mineros de cuadrilla
y pobladores iibres que pretendían
int¡oducirse en su resguardo. Así, en
I 7 I 8, el procurador de naturales se di-
rigía a laAudiencia pidiendo que a ios
indios de San Antonio de Buriticá se
Ies devoh'ieran sus tierras. Decía que
e1 sargento rnayor Francisco Miguei
dei Pino; Guzmán, dueño de lmnas
)'esclavos, v su hijo Nicolás del Pino 1'
Guzl¡án, argumentando tener dere-
chos en ia quebrada de Burtticá hasra
el aito de Pingano, se introdujeron
en el resguardo y se apropiaron de las
tierras úúles, las que tenían ocuparlas
con ganado \¡acuno y mular.
Las arnenazas de estos propiera-
rios obligaron a los indios a relira;se
"a ias quatro quebradas ,v al sitio cie
Cañasgordas, distantes del pueliio
50 Juari de Garganta, ",Altioquia bajo ios tres primeros Borboues (1701-1759)", Boletin del
lrcütuto Mmca Fid.el Suarcz, h4e<ieliÍn..,o1. r, núrn 2, i95i, p I48.
5i ibíd., pp. ]49-151.
!,2 ,\IL,\ Escln¡,os, ¡omo 29. doc¡nlelrc 137.
& ÁntioEtia d.u;an¡e ei sigLa xnt¡
dos o [res días cie calnino, caresier]do
del pasrc espiritual y Doctrina".i':
Según Francisco MigLrel del Pino,
su padre, ei gobernador Antonio del
Pino \¡iliapadierna. había hecho una
gran inversión para poner a pr-oducir
ese mineral, sin valerse de los indios
pzra trabajar ias vetas, Dor no exFle-
rirnental su rebeldía, dadc que estos
no estaban sujetcs a nadre.
En oro pieito, en 1719.Julián de
Rueda argutnenhba en contra cie ]o-.
irrdígenas. riicierrdo que estos no se de -
Cicabari a hacer sementeras por est.ar
ocupados sacando oro en las playas del
río Cauca. La faka de interés de los
indígenas por la agricuitura, así corno
ia disminución de su pobiación,,va que
en novielnbre de 171 9 se rnatricuiaron
sc,lo I E rributarios. se esgrirnrcron
como razones Para sustentar que los
inciios no necesitaban todos ios terre-
nos de su resguardo.
Los pleitos entre los naturales de
Buriricá '' Ios rnineros continuaron.
puesto que en I 748 estos se quejaban
de que el doctor FranciscoJavier de
\;illa los había despo¡ado de una mina
en Ia quebrada de Rernango. Según
ia declaración dei presbírero Fran-
cisco Antonio Correa. el indio Juan
Eusebic' Tüberquia, en compafría de
juan Vaientín Manco. Félix iisuga
otros indios iracía más de 12 años
r-.
lrabalaban este vacimiento, pagando
sus ¡ributos con el oro que sacaban.
Con base en esta información. el go-
bernador de la provincia, Francisco
Antonio Osorio de \,'elasco, confirmó
a los indios la propiedad de ia mina
y mandó que saiieran de elia las per-
sonas que se habían introducido.5¡
Tárnbién fueron frecuentes los
confiictos entre indígenas por la pro-
predad de minas. .4sÍ, por ejernplo,
en 1 738, Juan Pablo Graciano, nanrral
de ese pueblo. decía que había sido
amparado en 1734 por el gobernador
José -|oaquín de la Rocha y Labarces
en una veta en el sitio de Buenavista
dei cerro de Buriticá, v después de
haberia puesto en jabor se apodera-
rcn de ella los indios Féix Úsuga y
Valentín Rodríguez. El alcaide de la
Santa Hennandad, Ignacio Francisco
Tova¡ confinnó el títuio de Graciano
y condenó a los intrusos a pagar las
costas del pleito.s{
Años más tarde. en 1770, Juan
Eusebio Tüberquia, indio de Buriticá,
se quejaba de gue Francisco David,
natural del mismo pueblo, le impedía
trabajar una iabor de mina en la que-
brada de Remango, pues le quitaba
el agua. de-¡ándole el rraba3o en seco.
En este caso, el gobernador Juan
Jerónimo de Enciso determinó que
Tüberquia había demosu'ado su dere-
cho a poseer Ia mina. así cor¡o haber
constmido la aceguia para conducir el
ast¡a, por lo que condenó a David.55
53 Ibíd.. docunenro 925.
54 Ibíd., tomo 30. doounento 973.
55 F Silvestre, Descri¡,ciórL d.el rezno dc Santa Fc de Bogotá,
56 ,\ÍLL Indios, ror¡o 96, docurrrento I I I, fois. ?\!8r; roü)o 332; Conunuos, documento 6323,
fols. 97¡ v r. Dcwora es uno de los nombrcs que recibía ei tributo indígena.
l)/ AIlls Ticna:. tomo I 7?. docunenro 4544, fol.20.
58 ,4JL\ Indros. tomo 26, domrnento 805. fol. 1¡.
La jurisdicción d¿ ln. ciudui de Anüoqu¿a I 2I5
De acuerdo con la rnatrícula rea-
iizada en 1776, el núrnero de rribu-
tarios de Buriticá había aumentado
a cerca de 50, cadauno de los cuales
estaba obiigado a pagar por d,etrtora
4 castellanos al año.56 Buena parte
de la producción minera de los indios
era canahzada hacia el pago de los tri
butos, razón por la cual los naturales
muchas veces se negaban a cubrirlos.
Esta pudo haber sido una de las
carrsas del levantamiento de los indios
de ese pueblo, ocurrido en i781, en
el cr¡al fueron quemadas todas las
casas del poblado. Para sofocar el
movirniento, el gobernador Cayetano
Buelta Lorenzana envió a Ignacio
Palacio, ayudante de la cornpañía de
pardos,junto con 20 soidados.5?
Otro motivo pudo ser Ia presencia
de vecinos libres en ei terleno de est.e
resguardo, pues en diciembre de
1779, el citado gobernador había
expulsado a 22 invasores. Las perso-
nas que se habían introducido alega-
ban que los indÍgenas eran muy pocos
para las tierras con que contaban.58
A partir de la orden expedida
en i780 por el regente visirador
Gutlérrez de Piñeres, los indígenas
dedicados al u"aba3o minero debieron
pagar el derecho de mazalnorra. -4.
una represenración hecha en i800
por Pedro Félix Pasto¡ protector de
naturaies de la pi-ovincia, a nombre
.
Óp. cit., p, 182.
 216 I n;qutta, pobreza y diferenciaci.ón. social en ln Prouincia de AntíoEría durante el sigla xvttt
de Locadio Guisado, indio del pue-
blo de Cañasgordas. los oficiales reales
de Antioquia res¡rorrdieron que todo
aguel que no siendo nlirrero tuviera
como actividad lavar oro debía. según
la-s instnrcci()l)es, pagar este derecho.
Esto también pudo l.raber inotivado
la anotada sublelaciírn.
Para hacernos una idea de la si-
tuación econótrrica de estos naturales,
debernos tener en cuenta que en Ia vi-
sita realizada ai puebio de Buriticá. en
1802. ios rnandone-\ de él informaron:
¡ [ . ] qre trabajan los campos v hacen
sus rozas l
muchos tietren sus plantas
de caíradulce y platallar \r algunos se
dedican a1 iaboreo de llinas, de fonna
que muy raro o ninguno de estos na-
turales padece de suma indigencia.s!
En el mismo documento se con-
ceptua que siendo el terreno de sus
resguardos de 15 leguas, era sufi-
ciente para el númelo de indígenas
existentes. Se mandaba que los indios
hiciel'an semenlera de comunidad.
sembl'ando 4 almudes de maíz en el
para3e de Tábalcon y ottos 4 en el dei
Naran¡al. El producto de estas rozas
era para mantener a los indígenas que
no pudieran trabajar
La población indígena de este pue-
blo parece haberse mantenido estable
59 A}{,\ Censos. tomo 343, documento 6538,
durante ia segr-rnda mitad del sigio
xvrlr, a pesar de la presencia. dentro de
é1,de vecinos iibres. Así, en 1805, se
decía que el nilmerc de narurales era
de 729 personas. ei de iitrres de 43,0 1'
el de esclavos de 25. Para esta época se
informaba que los indios eran inclina-
dos a la agricultrrra l algrnos pocos a la
lniner-ía del oro. Esta últirna la ejercían
en el Cerro de Hug'tttne, que enceraba
innurnerables vetas. aunque difi cuitosas
6
para su laboreo, por ios despeñaderos
de que estat-ra lleno el terreno. Támbién
sacaban oro de las orillas del río Cauca
jurisCicciones
Las
en época de verano.
La illformaciórr anlelior pennite
de Rionegro y Marinilla
afirmar que ia condición económica de
los indígenas de este pueblo pudo ha-
ber sido rnejor que la de otros pueblos
de indios, gracias a lo obtenido en el
laboreo de las minas. A esta sin¡ación
pudo hatrer contribuido el hecho de
que, a finales de Ia cenruri4 el desequr-
librio olistente inicialmente entrc las
Los ¡nineros de cr¡adrinld: rnina en Gtarne en |650; María \¡i-
labores agrícolas I' las tnineras parece t¡uscando n¡revos yacimientos vanco aparecía como propietaria de
haberse resuelto. De todos lnodos. es
T\ minas en La Mosca en 1665 1', más
irnportante señalar que ia dedicación LJr,,'r,,te la sesunda mitad del sl- tarde. en 1698, Cristóbal Ruiz de la
de este pueblo de indios a la minería gio xvu, las subregiones de Rionegro Parra era r¡encion:lo colno dueño
parece haber tenido origen en la obli- y Marinilla lueron incorporadas a de una mina en Guarne. Esta acti-
gación de pagar los tributos en este la lida etc,núnlica de Ia provincia vidad mineia estuvo acompañada
producto, lo que estur,o detenninado de Antioquia. Para este mornen[o, de la instalaclón de haciendas que
por ser ulla regón rica en l acirnientos algunos de !os principales vecinos le serr'ían de sopor-te, lo que dio
auríferos. de la ciudad de Antioquia instalaron origen. a principios del siglo xr,rir,
explotaciones mineras en la zona de a un rápido crecimiento del vecrn-
ia quebrada de tr-a Mosca. donde se dario, habiéndose desplazado hacia
conlormó el Real de Mi¡ras de Guar- estos lugares algrinos vecirros de la
ne. Así, el conhdor Fernando de Toro ciudad de .A.ntioquia 1' de la \¡illa de
Zapata figuraba como dueño de una N{edellín.r
\¡íctor A.ivalcz Morales. "La formación de la estructura agrarra en Artroquia (1542-1790)".
ponencia presentada eri el 111 Congresc de Hkto¡tc CalomL,íara. Ivfedellí¡, Li¡ivs¡,¡¿.¿ ¿.
fols. 43r-44r .Antioqnra. 198I, tablas 1 -v 2.

2I B I R;q"u-, ltobreza y diferenciación
Según un informe presentado en
1755, en los minerales de la región
de San Nicoiás de Rionegro traba-
Jaban las cuadrillas de 35 mineros,
conforlnadas por 400 esclavos; fuera
de ellos. había I I propietarios que
no podían ser considerados como
mineros, porque tenían rnenos de 5
negros útiles. De acuerdo con estos
datos, los dueños de rninas que conta-
ban con mayor cantidad de mano de
obra eran Sancho Londoño Zapata,
quien poseía 34 esclavos útiles en sus
iabores de ia mina cie Nuestra Señora
de la Candelaria, en la quebrada de
La Mosca; el doctor Carlos de Molina
y Villa, quren mantenía 33 esclavos
útiles en ia mina de Nuestra Señora
del Carmen, en ia quebrada de La
Mosca; Ignacio GarcíaJaramillo, que
en ese mismo lugar ponía a laborar
27 esclavos; el doctorJosé Miguel de
Ossa, quien en Ia mina de ia Cande-
laria, en Ia quebrada de La Mosca,
disponía de 26 esciavos útiies; Ignacio
Castaieda, que en la quebrada de El
Guarzo tenía laborando 25 escla¡'os
útiies, y el padre Fermín de Salda-
rriaga, ei doctor Diego Casrrillón,
Lorenzo Castrilión y ,{ndrés Vallejo,
quienes contaban en la quebrada de
Ovejas con 57 esciavos útiles.
Como se puede aprecia¡ ias rninas
más importanies estaban localizadas
en Ia quebrada de La Mosca, cuyas
labores eran consideradas por los
contemporáneos collo "sanas", aun-
que de poca productividad. Fuera de
este sitio, en el cual se encontraban
2 A}flg Mtnas. tonlo 362, docurrrento 6758. fols, ?r-8r r' 28r-29r'
f'-
.¡
:t
J
t
,
ii
¡
social. m In Ptouincia. d.e Antioquia. durante eI siglo xvttt
J
concentradas varias cuadrillas gran-
des, los esclavos de ios lnineros vivían
dispersos en los airededores de los
ríos y quebradas de la zona.
De las personas que en esta época
figuran como propietarias de negros
de minas, solo 5 eran pobiadores
libres, mestizos o mulatos. De ellos,
quien rnás esclavos poseía era José
Montoya, quien en el río Concepción
tenía trabajando 4 esclavos, -v en el
Palenque, otros 3.
Debemos al)otar que algunos
vecinos de Medellín, como el doctor
Diego de Castrillón, ei padre Fer-
rnín de Saldarriaga, el doctor José
Ignacio de Ossa y el doctor Carlos
de Molina tenían minas en esta zona
del oriente antioqueño, que para ese
lnolnento pertenecía a ia lurisdic-
ción de la ciudad de Antioquia. El
que la rnayor parte de ellos fueran
sacerdotes lnuestra córno, desde esta
época, los religiosos se contaban
entre lo. rnás irnportantes rnineros
antioqueños, debido a que a trar,és
de instituciones como ias capellanías
y los patrirnonios concentraban gran
parte de las propiedades famiiiares,
sobre todo los esciavos.2
En esa época el principal proble-
ma de la minería de esta zona era ei
agotamiento de ios yacirnientos hasta
entonces trabajados, lo que hacía
necesario hacer nuevos descubri-
rnientos mediante la ampliación de
la fronl-era. Al respecto es imporlante
señalar que los vecinos de Rionegro
no tuvieron una presencia signiñca-
Ins jurxd,icaones de Rionegro
uva en el montaje de ias ernpresas
mineras del \¡alle de los Osos. A
pesar de esto, para el afio de 1775
Ia cuadrilla más grande exisrenre en
esta última zo\a era la que el capirán
Sancho Londoño, vecino de Rione-
gro, tenía en su rnina de San.]acinto,
cornpuesta por 43 esclavos útiles. No
sabelnos con certeza la fonna como
este propietario adquirió este yaci-
miento. pues esta irnportante rnina
había sido avaluada en 1745 como
parte de los bienes del sargento ma-
yor Francrsco de Otero Cossio. vecino
de la ciudad de Antioquia.s
En la segunda rnitad del sigio xrru,
los mineros de Puonegro cornenzaron
a instalar sus minas hacia el sur en
los alrededores de los ríos Pantanillo
y La Miel, por estar ya agotados los
yacimientos más cercanos. Para este
momento, algunos de los grandes
mineros de la zona soiicitaron y ob-
t-uvie::on grandes concesiones de ¡ie-
rras en estos parajes, argurnentando
que les eran necesarias para poder
abastecer sus rninas y cuadrillas. Así,
Ignacio Castañeda pidió, en i760,
una merced de tierras en fuonegro;
Sancho Londoño Zapata solicitó, en
1762, otra de cuatro leguas de tierras
baidías en La Miel, que lindaba con
sus terrenos cie La Ceja y Vaiiejuelo,
y Feiipe \¡illegas y Córdoba obtuvo,
en 1765, ias iierras de la famosa
concesión \¡illegas, que eran las que
Ibíd., fols. i2r-14r, 20r-2Ir, 23r-v y 33r-34r. Mo¡tuotins. torlo 368, docuuiento 5646.
4 A¡chivoGereraldelat.\ación(AGN\,Tim'asd.eAntioq¡¿ja tor¡o5,fols.934-9+4: iomo6.fois.
Á.92-635,800-82? r, 828-847: Archivo de la Casa de la Converción Ce Rronegro 1-ACCR),
Motfuctias, ¡oruo 40, lols. 1r-97v.
1 Mann¿ila I 2\tJ
"se encuentran entie los dos ríos
dei
Buey .v de Arrna desde sus cabeceras
hasta donde se junran''.!
Es preciso recordar que estcs ires
propierarios eran uriembros cie una
misma familia (r'éase figura 2.ii, la
cual controló durant.e esie perícrdo
buena parte de los recursos milreros
de la zona. La fornia como ia labcr
minera se integ::aba a la agrícoia la
podemos apreciar con el caso de lg-
nacio Casañeda y su esposa Jal'iera
Londoño, quienes según un tesra-
mento otorgado en I766, fuera de la
mina de El Guar¿o, tenían haciendas
en el Llano dej llato, en ei de I-a Ceja
y en el de Saiazar. Los 140 esclavos
con que contaban estaban destinados
unos a las labores mineras. otros a los
hatos y'otros al sen'iclo de la casa. De
elios, gran porcenraje esraba forrnado
por rnenores de edad, que no eran
econórnicamerite productivos. En
un controvertido testa.mento fechado
en 1766, Javiera Londoño ororgó ia
libertad a gran parte de esios escla-
vos, y para que pudieran lnanlener-
se, mandó que se les asisnara en la
citada mina de El Gu¿Lrzo Ia parre
más conveniente. Esta disposición
dio origen a rrn dilatado pleiro entre
el doctor Fabián Sebastrán Jnnénez
Ia,¡ardo, cura del \¡alle de San José de
Marinilla, uno de ios albaceas, por un
lado, -v los esclavos de la t.estarnenta-
ria,v el doctor Sancho Londoño. otro
220 I Rtqrn-. pobreut y tlifermcinción socnl m. ln Prounnia d.e Antioqum durante eI sigLo xrtrt Las junsdtcciones de Rionego
l Mariniltn I 221

albacea, corno oponentes. En 1771,
el pritnerro de estos albaceas vendió
la rnina a lgnacio y Francisco Javier
Mejía, ricos propietarios de Rione-
gro, dando origen a una disputa de
varios años por su posesión. Parece
que cada una de las part.es obtuvo
un pedazo de la mina, pues en 1787
don lgnacro hgura corno propierario
de un vacimiento en El Guarzo y los
descendientes de los esclavos de doña
Jarriera aparecen como lnazamorreros
en esa zona.5
El aurnento de la producción au-
rífera antioqueña entre 17'cA y 1770
no parece haber sido fruto de un
incremento substancial en los rendi-
tnientos de Ia minería de cuadrilla.
Para esa época, algunos indicativos,
corno el caso anteriot muestran que
las relaciones escla'r'istas habían en-
trado en crisis. Según un informe dei
gobernadorjosé Barón de Chaves, en
enero de I 768 se firgaron 3 esclavos
de la crradrilia que el minero Antonio
de,Arango Vélez. vecino de Medejlín,
tenía en la mina de La Chimera, en
R"ione¡po, habiendo argumentado
como causa el que el re)¡ había librado
una real cédula en que declaraba libre
a los esclavos de ia provincia. AI ser
aprehendidos, los esciavos Gregorio,
Lorenzo y Antonio declararon que
el origen de su deserción estaba en
que su dueño no les daba la ración
cabal, ni ropa de vestir y que nunca
ffeyeron la novedad de ia r-eal cédula.
Los funciorrarios reales manifestaron
Preocupación por los efectos que
un mmor como este podía tener en
las cuadrillas y mandaron se averi-
guara de dónde había provenido.6
Como vemos. algunos mineros se
enfrentaban al hecho de no obtener
los rendimienios I)ecesarros para
sufragar los gastos que demandaba
el sostenimient.o de la cuadrilla, ra-
zón por la cual se deterioraban las
condiciones de vida de los esclavos,
lo que daba orisen al surgimiento de
conflictos con la población negra. Por
otra pane. la referencia continua en
ios rnovimientos de los esclavos del
virreinato durante ei siglo xt'IrI a ia
existencia de la citada real céduia,
hace pensar, como lo ha expresado
el historiadorJaime Jaramillo l-lribe.
que la crisis de las relaciones esclavis-
tas era un fenómeno generalizado.T
Según los datos del censo de i 787,
la mavcrr parre de los mineros que
trabajaba los lacilnientos existentes
en Ia zona clel Oriente eran
'ecinos
de Rionegro, algunos de eilos des-
cendienies de los propietarios de
minas de la prirnera mitad del siglo.
En Marinilla, de acuerdo con ]as de-
claraciones de una visita efectuada
en i784, no hat,ía ningún rninero
dueño de cuadrilla, lo que aparece
corroborado por las cifias del cen-
so de 1786.8 La misma situación se
presentaba en los otros lugares de la
rcgrón, corno Guarne, Concepción, El
Retiro, lnieutras que en San \¡icente
solo el capitán Lorenzo de Castrillón
puede ser considcrado como minero.
ya que trabajaba un derecho de minas
que tenía en Las Ovejas, con 12 es-
clavos propios.e En io que respecta a
la ciudad de Rionegro, se encuentra
que de las 121 cabezas de familia
blancas residentes allí, 24 (19,83%)
explotaban minas de aluvión con
una cuadrilla de lnás de 5 esclavos,
¡ rro exrstía rur solo vecino mestizo
o mr¡lato que llenara esre lequisito
(véase tabla 6.1).ro
FIa,v que anorar que casi todos
estos mineros eran propretarios de
grandes extensiones de tierra, razón
por la cual distribuían sus esclavos
entre el traba3o agrícola i'el rnine-
ro. Uu e3emplo de esta situación
es el del español Juan Prudencio
de Manrlanda \i su esposa -|osefa
Londoño. De acuerdo con la causa
mortuoria de esta últirna, seguida
en 1815, conraban con una mina en
El Guarzo, avah¡ada en 200 pesos
de oro, a la cual estaba adscrita una
cuadrilia de 33 esdavos. Er¿n dueiros
rarnbién de tres cuartas partes de la
mina del Guineo, localizada en las
vertientes del río Negro, la que fue
apreciada en 300 pesos de oro. A
eila estaban vinculados 3l esclavos.
Poseía, adernás, una mina valorada
en 500 pesos de oro en Guarne, en las
vertientes dela quebrada de La Mos-
ca, la que Jósefa había heredado de
Sancho Londoño Zapara, su padre.
En esta propiedad habia 7 esclavos.
Por otro lado. en las esrancras que po-
seían en el Llanogrande;'en La Ce.la
tenían 37 esclavos. Las necesidades
de la producción debían dererminar
el traspaso de mano de obra de una
prcpiedad a otra, lo que era facilitado
por el carácter estacional ¡anto de ia
actividad minera como de la agrícola.
El rnane-jo de los esclavos asigna-
dos a cada una de las minas estaba
a cargo del lninero encargado de
su administ¡ación. Estos ernpieados
eran casi siérnpre vecinos blancos
gue permanecían en la mina 1 se
ocupaban de dirigir su producción
)' de contrrttr. los gastos en abasteci-
mientos, herrarnientas, etc. Por esta
labor detentaba el derecho al 1 0% del
producto obtenido. El trabajo de los
escla,'os de la cuadnlla era organiza-
do por el capitán, que era uno de ]os
esciavos, quien los distribuía según las
necesidades de 1a producción y vigila-
ba el curnplimiento de las tareas.Juan
de Mamlanda, por e;emplo, tenía en
Ja rnina de Guarne desenpeñando el
oñcio de rninero a Carlos Londoño v
corno capitári de la cuadrilla actuaba
el negro Eugenio.

AGN, Antioqui:a. torro l, fols. 804-868 v to¡rto 3, fols. 624-839; AÍl-A"

ñ'agr-os 1' esclauos dc
C¿ruor. tomo 341. documelto 6521, fbls. 3ir-122v: dc¡cumento 6517, fols. lr-221
Críminal, B-35, legajo 1750-1770, documento 4. 8 AHA, I4sila¡. rorlo 76. documenro 2101. fols. 20r-22r; AH-A. C¿??ror. romo 33E, documenro
? JarmeJaramillo Uribe, "Esciavos ) sefrores en la sociedad colcmbial¿ del srglo xt'il" err: 6498. fols.173r-35Er
Etualos sobre historia social colombntu, Rogoá, Biblioteca Unile¡sia¡ia de Culrura Colon- 9 tomo 343. docunenro 6536, fols. 1r-56n
biana" I 96fi, pp. 59-6{i. l0 lbíd-. tomo 341, docunento 6521. fols. 3lr-1?9v.
222 I nlq"t-, pobren 1, difnmcincíón social. en i¿ Prouincia d,t .Anti.oquic C"urante el siglo xvttt lns jttnsdicciones d,e Rionegro y Mar¡nitta. I 222

.E El núcleo inicial de esra cuadrilla declaración, la producción anual

s
ór(oNN fueron los esclavos que dolia Josefa era de 2 mil pesos de oro de 2IVz
o@@óo
Q1
o
ñorinñ FN i€cibió de su padre por la r'ía de dote quilates, utiiizaudo para obteneria
0- y herencia. Debido a unas condicio- 15 esclavos. En esre sirio aJaramillo
@ nes de \¡ida favorables, esta población le había sido otorgada una merced
)o o
e.s @N¡..
@
a tu\¡o una tasa de naaiidad bastante de tierras avaluada en 200 pesos, en
on(.oo$
NF
C
o alra. lo que permidó a sus propiera- Ia que mantenían algunos bueves y
E
:< ) rios rnantenerse abastecidos de mano bestias de acar¡eo. Este plopierario
vc de obra esclava sin necesidad de te-
ú poseía otro derecho de mina en el
q nerla que colnprar. Esto lo corrobora río Nare, en compañía de Blas de
0r c
o!
'b< a
o el que en I 787. de ios 1 40 escla\¡os de Tejada. Por otro lado, tenernos que
o\ coloN -. la cuadrilla, 75 (53.57Vo) eran meno- en el citado Real de Minas,JavierJa-
a:
t<
N N s@
res de 15 años. rarnillo, vecino de Yoiombó, tenía en
¿ Otro hecho que explica est.e desa- la quebrada Los Voicanes una rnina
6
@
o d i-rollo demográfico es la estabilidad que había adquirido por 1.450 pesos,
g-
O6OÓ o Lrue en esta época había adquirido de Ios cuales 850 pesos los reconocÍa
6R óboN
@
o-
@

Q! orC$ @ o la lalnilia esclava. Así, la cuadrilla a censo a favor de las rentas eclesiás-
o
0-
-
estudiada esraba integ: ada por 26 uni- ticas del beneficio de Yoiombó. EI
N
qó dades familiares, confonnadas por ¡endimiento que obtenía al año tra-
¿^ o-
C* matrimorúos enüre lniembros de ella.rr ba3ándola con 9 esclavos era de 700
t.'so6 Todar'ía en este momento, los
.:!a-
\n¡.-$
N
d9 a 1.000 pesos de oro de 20 quilares.
,o yacimientos de un apreciable por- En Ia quebrada Quebradona conta-
f...
@
F. -o centaje de los mineros de la zona ba con otra tnina, que compró por
N 9@
(o estaban localizados en la quebrada 706 pesos, la cual estaba iocalizada en
O
¡.-
o-
F*
zó de La Mosca. siguiéndole en irnpor-- una propiedad su,va de 3 a 5 leguas
\fq roNtcoLl
(9
d ¿g tancia el Real de Minas de Nusito, de extensión. Allí pasraban l4 reses
o
c .!ñ cu\:a jur'sd cción era disputada y l0 bestias, y producía 100 fanegas
.9 o 6o entr'e Rionegro y Yolornbó. Debido
cc ft SÓ de naí2,8 o 10 fanegas de frljoles,
o o0{rrto ó
q .t! ó a esta circuns¡ancia, allí les habían
E
g 9p\ c0- ': \. st- además de plátano, )'Llca y horralizas.
CD r-' O
)9
O
o
o -c) !r sido otorgados ampalos de minas a Para el laboreo de la rnina v el de las
.9 ios lecinos de los dos lugares. ,{sí, el
'u
=o
sementeras utilizaba tanto negros
'tr !-9 .a regidor decano de Rionegro, Alonso esclavos como trabdadores libres.
f v¡
a ÑG F6óON
NOTNN
so .- o
60 Elías Jararnillo, en compañía de sus Como se puede apreciar, el ren-
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.g hijos Alonso Isidoro, Salvador y Ni- dimiento de estas minas parece estar
E
o colás. trabajaban una mina localizada por encima del obrenido ell otros lu-
! Qa
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to- {9Sr
en Nusito arriba. en ios encuentros gares, a lo que se sumaba el hecho de
(ú
¿ü N entre la quebrada de Las Animas existir ia posibiiidad de constiruir allí
o
'á
o üo y Ia del Guadual. Según su propia estancias que perrnitían abastecerlas
0_ 9i a:
o 96^- !;f
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(o 3.9o.i+ !-
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s * o>c; 9
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fa'Jr.J
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.. f, 1 1 ACCR, Mortuoriar, tor.C 41. docurnento 6, fois. 1r- 13 !v; ¿¡1,tr C¿ruo¡, roruo 34I, docur¡en.
to 6521, fols. 3lr-i22v;
t
924 I R¡q"t-, pobrcn ¡ d.tferenctación social en ln Proaincia de Anüoqui.a dtcante el siglo xntr
adecuadamente. En este sentido,
el alcalde de dicho partido, Alonso
Isidro Jararnillo, decía que lnuchos
sitios de su -jurrsdicción se hallaban
despoblados, pudiéndose acomodar
allí mas de rnil vecinos con sus estan-
cias, rocerías y minas. Para estirnular
la apertura de esta frontera, proponía
que se fiindara una población en el
srtio del Riachón del Socorro. y era
necesario para su establecinriento qrre
se nombrara un párroco, pues esta
había sido una de las causas de que
estos parajes continuaran "incultos y
remotos" . ir
Para esta época, algunos de los
vecinos de Medellín establecieron
sociedades para explotar los aluvio-
nes de la región del oriente. Así, en
el si¡io donde se encuentra el río de
la Concepción con el río Negro, el
doctor Diego Castriilón y José María
Jaramillo, vecinos de Medellín, en
colnpañía deJavier de Bados, vecino
de Marinilia, estaban poniendo en
labor una mina. Cada uno de ellos
contribuÍa con dinero y esclavos a
la sociedad, de tal rnanera que el
doctor Castrillón participaba con
l0 esclavos, don Javier con 5 y don
José María con 3; en esta proporción
era después repartido el producto.r3
Por otro lado, en este momento
varios vecinos de Rionegro tenían
instaladas sus labores rnineras en Ia
zona del Valle de los Osos. Desde el
año de i778, Antonio Palacio yJosé
Dorningo de Isaza, vecinos de Rione-
12 AHA Ca¿sos, tonro 343. documento 6534. fdls..7i-16!:l
l3 lbíd., romo 336. riocumento É4t'edd;.$i,gi;l,,ra ;dct"
gro, mñados, poseían una cuadrilla
de 8 esclavos cada uno, trabajando en
el sitio de Hojas Anchas. En el censo
de 1787, arnbos declararon contar
con rninas y esciavos en ese luga¡ y
en 1794 fueroll inscritos colno tnine-
ros, con,rtacirnientos en ei partido de
Carolina del Príncipe, por Francisco
Miguel Támayo, teniente oficial real,
juez subalterno de comisos de la Ca1a
de Santa Rosa de Osos. Es importante
anotar que durante ia década del llo-
venta, ,{ntonio Palacio se constitrJyó
en el minero más irnportante de la
Pror,incia de Antioquia, puesto que
entre los años de I 79 1 y 1 807 declaró
en la fundición 45.747 pesos, suma
que los otl-os mineros de la región
estuvieron rnuv lejos de alcanzar.
Este caso excepcional puede tener
varias explicaciones. Por utra parte,
algunos datos certiñcan que don
Antonio fundió en un año (1806)
1.500 pesos de oro extraídos de su
lrrina de Hojas Anchas, lo que impiica
que el rendimiento obtenido en ella
para ese período fue rnuy alto. Para
analizar este hecho se debe conside-
rar que la cuadrilla de este propieLa-
rio, según el padrón del partido de
Caroiina del Príncipe de I 801 , estaba
compuesta por i5 esclarios adultos y
2 pán'ulos, io que implicaría que cada
esclavo económicarnente activo labró
100 pesos al año. Como esta minería
era estacional, es improbable que con
este escaso núrnero de traba¡adores
obtu'r'iera en uncls cuantos meses este
Las junsdi.cciones de Rionegro y Manniila I 22b
producto, lo que lleva a considerar oriente durante el siglo xvrrr depen-
que debía contratarjornaleros libl"es. dieron en parte de la posibilidad de
Tlmbién es factible que en ia cantidad hallar nuevos yacimientos, por esur
rnanifestada en la Cala Real estuviera ya muy trabajados los sitios tradicio-
incluido oro producrdo por otros nales. Los costos que impiicaba Ia
mineros o mazamorreros, recogido instalación de la mina, Ia diñcultad
por Palacio a través de la práctica del para abastecerla debido a la faka de
oficio de rescatante. Sea cual fuere la caminos, rnás que Ia carencia de es-
razón, estas cifras parecen confinnar clavos, parecen haber sido las causas
la tesis de la historiadora estadouni- de la lenta ampliación de la frontera
dense.{nn Twinarn. de que a pardr mrnera oe ta zona. Lnlre I /J5 y I /6 /.
de 1780 la tninería de canalón en Ia el núlnero de mineros parece haberse
zona del \¡alle de los Osos comenzó reducido, 1o que refleja que no de-
a producir ganancias. ]a bía ser una actividad especialmente
En 1781, los vecinos de Rionegro lucrativa. Solo los miembros de ias
que trarnitalrn el traslado del título farnilias tradicionalmente vincuiadas
de "ciudad" de Ia antigua ciudad de al trabajo rninero, como los Londo-
Anna a Rionegro, declararon que a ño, Jaramillo o R.uiz, continuaban
pesar de existir en Iajurrsdicción del ejercierrdo esta labor; pero podemos
prirner lugar minas de oro corrido, asegurar que los productos obtenidos
soio Feiipe \tillegas, vecino de Rione- en sus estancias y haciendas eran los
gro, tenía cuadrilla en este sitio. En que les permitían seguir iaborando
esta mina. localizada en el encuentro las minas.
de la quebrada de las Yeguas con el Otro elemento que contribuía a la
río Buel', en 1784 había 33 escla'os. decadencia de la lninería de cuadrilla
Según estos datos, la apertura de de la zona era ia crisrs de ias relacio-
frontera hacia el sur marchaba muy nes esclavistas. A fines de 1781, los
lentalnente. pues a pesar de que hacía esclaros de la provincla inreniaron
más de 20 años que se le había otorga- proclamar su libertad, argumentando
do a este individuo una gran merced nuevalnente la existencia de una real
de tierras en esa rregión. eslas conri- cédula que se las otorgaba. Según el
mraban prácticamente inexplotadas. r 5 expediente segrido contra los iídercs
En generai, los rendimrentos de la del rnolirniento, los esclavos deJuan
minel"ía de cuadrilia en la región del de Marulanda, los de ]os Echeverri,
I4 All\ Censos. torlo 337, docullreuro 6488: torrro 341, domurento 6521, fols. 3Ir-I22v. Minat.
torrlo 354. Coomento 6650, fols. Ir-9r: Libros, torno 470, documerrro 8382. legajo 627.
fol. 15; hección de curatos, ¡omo 440, documenro 6337, fol. 20r.; Ann Túinam, Mineros, co-
maciantes 1 labradores. La raíces del esltít'itu enprcsarinl en Antioquia, 1 7 63-1 8J 0, trad. Ceciha
lnés Restrepo. Medellín, FI{IS. 1985, tabia 6.
15 AIIA.. I4sz¿as. tomo 75, documento 2100, fols. 43t-44v. ltCCP', Mortuorias. romo 40.
fois. l¡-9h'.
t

226 I n¡q"tn. pobreza 1 diferenciación socinl en ln Prorincia fu Antioguia durante el síglo xvtrt
lcs del doctorJosé.Antonio Ruiz y los
de Manuel Jaramillo, propietarios de
ininas en Guarne, estaban contacta-
dos para participar en la rebelión. De
ios anteriores, solo Ruiz y Jararnilio
contribu-veron a pagar los gastos
que se hicieron para contener Ia in-
surrección. Lc¡s dueños de esclavos
consideraban que este era "el lance
rnás temible y de mayor perjuicio de
cuantos han ocurrido".ro
Tod<¡s estos lactores han podrdo
contribuir para que en el año de
I 808, durante la visita reaiizada por
el gobernador Francisco de Ayala a
Rionegro, se anotara que ia rninería
de esta zona enfrentaba dificultades
1, para resolverlas se proponía hacer
trabajos en el río Negro qrre permi-
tleran su explotación.1?
I-os nazarn orreros : juntos
y organizados
En los movimientos sociales ocu-
rridos en la Provincia de Antioquia
durante el siglo xrttt fue fundamental
el papel desempeñado por los ma-
zamorreros avecindados en ias juris-
dicciones de Rionegro ,v Marinilia.
Como manifestación colectiva de sus
inrereses revistg s5ps.irl importancia
ei movimiento comunero de Guarne
de 1781. surgido como respuesta a Ia
irnplantación de las reforrnas f,iscales
I6 ?Jf.Iy Contuneros, tomo 332, domr¡rento 6323, fols. 76v-89r y I I 7r.
lJ AIl,\ I4s¿la. tor¡ro 76, docuneuto 2114, fols. 18r-19r.
i8 NJJtn Comutrcros, tonlo 332, docunento 6326. A este rcsPecto véase
les, "La insur¡ección comunera en la Provi¡rcia de
Hi¡tor:p dc Calombi¿, Medeliir, Deparamento
PP. lri ) ss.
promulgadas por el visitador Gutié-
rrez de Piñeres. Así, el domingo l7 de
junio se amotinaron. en el referido si-
tio, rnás de l00vecinos libres en con-
tra de la instalación de pulperías. de
la exigencia de pagar^la contribución
de rnazamorreros, de1 aumento del
precio del tabaco y del aguardiente,
de las facultades absolutas otorgadas
a los grrardas de las ¡entas reales,v del
lnal tratamiento que experimentaban
de losjueces forasteros. Sin embargo,
en la visión de 1as autoridades ioca-
les, estos hechos "no provienen de
otra cosa que de las novedades que
ellos perciben mal entendidas de los
aslrntos de los socorreños".i8
Lo cierto del caso es que en
desarrollo de ios aconrecilnientos se
puede ver claramente que sus obje-
tivos eran consegriir la libre corner-
cialización de vír'eres, por 10 que se
oponían al régirnen de pulperías, e
irnpedir que se impusieran iimitacio-
nes al trabajo de los mazamorreros,
por ello rcsistieron a la orden dada a
estos d€ matriclllarse. De acuerdo con
ia declaración de José Bmno Giral,
vecino de Guame, uno de los líderes
del movimiento, su intento era el que
se quitase la pulpería que se había
puesto en ese Real de Minas, en con-
sideración a que el pulpero no podía
darles los bastilnentos necesarios para
irse a los montes a trabajar las minas
\¡íc¡or Avarez Mora-
Antioquia", en. Menoriu IIl Congreso tic
de Historia, Universidad de A¡tioguia. i 9E3,
y tampoco consentia que otros se los
vendieran. Se oponían al pago del
derecho que se pretendía cobrar a los
mazamorreros, porque ia mayoría no
tenía rnina propia y trabajaba en aigu-
nos pedazos de rninas que les daban
los dueños de cuadrillas.
Este ievantarniento duró desde el
día I 7 dejunio hasra el 16 de julio, en
. En el prirnero de los citadc,s
que 300 honlbres armados con espa-
das, sables, rnachetes, escopetas, chu-
zos. etc.. entrL-()n a Rionegro a exigir
el cumpiirnielio de sus demandas.
Con respecro a eslas peticiones.
el virrey Manuel Anronio Fló¡ez
determinó, el 10 de septiembre, que
el establecimiento de pulperías, de
el acuerdo con ias reales cédulas, no se
debía hacer en los reales de minas,
-por
lo que se debía suspender su
instaiación en Guarne. En cuanto al
derecho de rnazamorra, rnandó for-
mar un expediente para detenninar
si debía cobrarse, recomendando
proceder con cautela para que ios
mazarnorreros no abandonaran el
traba.lo en las minas. Aclaraba taln-
bién que la disposicrón según ia cual
los mazamorreros podían sacar oro
en los parajes imnediatos a las minas,
con tal que no esiuviesen comprendi-
dos en las cuadras que las ordenanzas
daban a los lnineros, estaba referiCa
solalnente a las minas de ls¡¿. p6¡
lo tanto, mandaba mantener a los
dueños de mtnas de aluvi(¡n en la
posesión del rerreno señalado a cada
uno en srrs regisrrus. sin permiLir que
perscrna algunatrabajara dentro de ia
delnarcaclon de su taciniien¡o.
¿
j en tie¡ras ajenas. Est.e hecl¡o muestra
:;,:
t.
l
La situación econólnica de ]os
.]ir..|:.
rÉ ::
mazatlo;-Ieros gue ]rac.¡an eslas ce-
.1.:a1
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Í:
':*:
j-Ei.
\
Itrs jurkdicciones de Rionegro
1, Marn¡t¡n i ?2 t'
mandas la podemos ve¡ si analizamos
ios datos del censo de 1786-1T87
para algunos sitios de Ia3urisdrcción
de Rionegro, como Guarne, San \.r-
cente, La Miel, Concepción el Real
1,
de Minas de Nusito. donde esraban
radicados Ia mayor parte de }os rna-
zamorreros de la región del oiien¡e.
iugares, de l3 cabezas de fárnilia
blancas allí residentes, 4 (3(j.71rti)
detentaban de¡echos de rnirra de or¡;
de 55 cabezas de farnilia mesdzas, 6
(l0.90Vot eran dueños de r-acinlie¡rtcs
auríferos, y de 161 cabezas de farnilla
muiatas y negras libres, 22 (lZ.56Vo)
enulneraron entre sus bienes rninas.
De estos 32 propietarios mineros, l9
(.59,3770) pagaban derecho corno
ma-
zamorreros y 4 (l2,5Vo) <iecían que no
ias trabajaban. Es importante anoar
que de las personas que f,re.r-iraban
colno mazamorreros, sólo una no
tenía lnina propia, lo que conradice
ia afirmacrón de los líderes del rro-
vimiento de l78l al respecto. De los
individuos que declaraban explotar
sus yacimientos, I2 manifesr.aron ira-
bajar ellos solos sus minas i' 3 ]racerlo
coryuntarnenre con sus hijos. _t uesar
de que 3 de esros propiera;-ios len:an
esclavos, ninguno especificó ernpiear-
los en el trabalo minero: tarnpoco se
hizo referencia a que alsuno de eilos
utillzara peones ojornaleros lib¡es en
estas labores.
Entre est os propierarics ::rinercs.
solo 2 no poseían rielras p:-opras.
'r'iéndose obligados a vi¡-ir a mer¿ed
que la labor minera poi sÍ si,ia rro
brindaba indepen derrcia ecc;rór:., i_a,
228 I nlq"t*, pobrem 1 di,ferertciación socnl en ln Prouincia de AntioEria durante eL sigla xt'trt La: junxlicciones de Rionegro l Mari.niil¡, I 229

dado que la falta de terreno para cleo familiar y sacaban anualment.e

de 20 a 100 pesos de oro de aluvión. o
criitivar llevaba a est-as personas a G'
adquirir lazos de dependencia con Así, por ejernplo, \hlentín de Alzate, o;\ NONNb
Q! RL o_ co- @- N-
respecto a algún dueño de la tierra, mulato, vecino de Guarne, tenía rtna o (oro(oo
0_
FnN
para obtener, de esta lnanera, los propiedad de 30 cuad¡as en Chapa-
alimentos básicos para subsistir. rral, donde había una casa de Pa¡a.
Gb
Si comparamos las propiedades En esta estancia cultir,aba iegumbres ÑG
oX
de estos mazamorreros con las del y maíz suficiente para una farnilia de )!:
total de la población, velnos que 6 miernbros colno la suva \ rnanlenta o-
b*
(OOOTN
NO$ O
G
rnientras e1 607o de los vecinos de 10 vacas, 3 caballos \, 4 cerdos. Era OG
Guarne tenían propiedades territo- dueño de una-lnina de oro corrldo
riales de menos de 20 cuadras (véase en Chumtnbelo, la cual traba¡aba
tabla 2.6), de los 32 dueños de minas solo sacando 100 pesos de oro al año.
o
anoLados. el 53% poseia extensiones Pagaba a ia Real Caja el derecho de b-
rnazalnorra ), su caudal líqurdo era rü ;\ ('oo¡
(o(ooó
de tierra de más de 20 cuadras. Puede
o rtdtd*
ser que la iabor rninera les hubiera de 500 pesos al año. Como podetnos 0- $ro
facilitado adquirir lnas tielra o que apreciar, el desarroilo simuitáneo de
el hecho de contar con una mediana estas dos iabores daba a aigunos trp
propiedad les pertnitiela, como la de estc¡s individuos posibiiidades de iiN
rnayoría lo declara, obtener lo su- acumular cierto capical. que les per- !5o
oc NÉ@
ficiente para \a rnanutención de sr¡ rnitía dernandar aigunos artículos )' r.Q c{N

farniiia, posibiiitándoles de este rnodo hacer inversiones qrie aumentaban

cierto grado de acumulación del oro su patrirnonio. :ü
que sacaban. Sea como fuere, lo cierto Las propiedades tnineras de estos
es que las tres cuartas partes de estos rnazalnorreros estaban localizadas en o
individuos contaban con un capital diversos iugares, contando algutios s
o
líquido de 100 a 500 pesos de oro, de elios con yacirnientos en el \hlle ,i-

el que estaba muy por encima del de de los Osos. en T'itiribí r oiros sitit.rs o-
io
la mavor parte de los habitantes del fuera de lajurisdicción de Rionegro.
lugar (véase tabla 6.2). La dispersión de estos trabajadores, ¡o ñ
o
@
(o G(,
De 1o anterior se deduce que las por parajes algunas \/eces remotos, @ ÑG
oo Ic
¡.-
actividades agrÍcolas t mineras no se impedía un registro exacto de ellos, FS
u-O
o
E
o' @N (D f,
contr-aponían, sino que eran comple- por 1o que se puede suponer que a c o*
6 !o
mentarias, 1o que era factible dado el esta actividad debían estar dedica- (,= üc
os ñ
carácter estacronai de ellas. Mediante das más personas de ias anotadas en o
p o
ia utiiización de la mano de obra la matrícula.te Sobre eslo debemos : ¿ E
o

familiar se obtenía una producción anotar que, enjunio de I 78i, Pedro

c !t
t o

de maíz y legurnbres que alcauzaba Butirro Pérez. teniente de oficiai Real l Ito o
6 (l
o
para cubrir las necesidades del nú- de fuonegro, decía que en esa juris- C) :a ó N <
c! +'b 0)
(o =
¡s !8
.d9
)YÉ6^9 O6 a
c
o
l9 AH-\ Ceruos, tomo 337. dommen¡o 6492, fols. 1r-lh'
* U¡3 vfF'6r+ ES u
,

230 I R;q"t*, pobrcu t dzferenaación soc¿al en ln Proair¿cia dc Antit,r¡uic
dicción habían matriculado rnenos
se
de 1 00 mazar¡loi-r eros. siendo los uiás
rebeldes a hacerio los que trabajaban
en la quebrada de La Mosca -v en Ia de
Palenque, pues serún su afirmación,
allí laboraban más de i 00 individuos
\ no se habían registrado ni 10. Los
dat.os sumlnrstrados por este fun-
cic.¡nario reai parecen exagerados,
puesto que en I 786, en Guarne, solo
hguran lnatricr.riados I 9 rnazamorre-
ios 1 la diferencia entre el número
¡-ea] r, ei de ics regisrados no puede
ser tan granCe conlo éi la exponía.:('
Durante la visita realizada a la
ciridad de Sairtiago de .Arma de
Rionegro en 1784, el gobernador
Francisco Silvestre hacía alusión al ca-
rácter disperso de este pciblamiento,
considerando que este era el origen
de la ociosidad de muchos habitan-
tes. Por esta razón, proponía que }os
vecinos radicadc,s en el campo fue-
ran haciendo sus casas en el recinto
señalaCo para marco de la ciudad.
Igualmente rnandaba trasladar a él
todas ias tiendas c venterías que se
hailaban dispersas en Ia jurisdicción,
pües eran la causa de la vagancia
de muchos individuos que por ello
abandonaban sr.rs iabores agrícolas y
rnineras. Uno de los restigos presen-
tados en esta ocasión manifestó que
la maloría de la gente residente en
el caripo podía considerarse como
"mal entretenida", pues "solo les
ocupaba este trabajo (la agricultura)
unos cJatrc lieses en el año. colno no
:ti !,'j-L-, Conturteros. tomo 332. documento 6326.
?1 ,{:Lq., i'lr¿;ff. t(ruo 76. docunento 2101. fo}s. 6¡. I5¡-20;
irranir ei siglt,
saben oro cul¡ivo qrie esi.e i' el de las
rninas a grre puCre:-an dedrcarse' .:
En cuanto a ia procederrciaractal
de estos Lral,;aliCores rril,eros. en
Guarne, núcleo poblacional dorr¡ie
pr.edominaban los habitantes de ori-
gen negro. un porcenta,ie aprreciable
de los tnazalnurle:(ls siLi tttullrlo: t
negros libres. Perc, ern e] sitio de San
\¡icente, donclr ia urartor parte de lc¡.
habitantes era ¡rres[iz?.. el Eil% de ios
propietarios lr-rr.r:rr:r cs per{errecía
este grupo jco. "4.sí. cie 65 cak,e:as
e!'-rr
de familia biaricas ailí residenies,
4 (6,15c/o) erarr dueñas de mrnas. Si
bien 3 tenían esclavos. solo uno de
ellos podía ser considerado cotlo
rninero de cuadrilia. por utilizar más
de 5 negros en la labcx'mrnera. De
los 277 cabezas cie faniiiia riestizas
que allí r'ii'Íarr. 32 r.) 1,55%) decían
poseer vacrlriienios auríieros. Soio
uno de elios deciaró utiiizar escla¡'cs
para este ti-abajo. I I declararon ia-
borar solc.rs su iriina r 7 espec,jlcaron
expiotarla en ccmpaiía de sus hiios.
Entre los 52 cabezas dt familia escia-
vas y mulatas iibies lecinos del lugaa
5 (9,6lVo) '-sni^, njnas, habiendo
dicho 3 de eilc¡s que traba¡aban elios
tnismos sus n-;iilas.
De un rorai cie 4i propietarios
de placeres aurífe:'cs que había en
San Vicenre. soJo 8 cleciararon pa5far
derecho cie nrazatlorra. rriienLr as 1 l
expusieron que no ias trabliaban por
no ser rl}ui'pr od¡¡¡j1'2. o por no iener
necesidad cie hacerlo; 4 Cijeron que
ti'tri
la ¡nina "no daba jornal". r' 3 infor-
maron estaria montando por haberla
comprado recientemente. En este
caso, 4 dueños de minas no tenían
tierras y un poco rnás de la mi¡ad
poseía rnás de 20 cuadras de tierl-a,
lo que los dejaba en rnejor siruación
econórnica que la rna-r'oría de los ve-
cinos del lugar Esros dalos permiien
asegurar que tarnbién en esre sitio las
irciii'idades agrícolas l lnineras eran
a
desarrolladas de rnanera comple-
mentaria. De acuerdo con la infor-
nación dada por los rnazar¡lorreros,
nrnquiJo ob¡enía elr su mina un ren-
dirnienio de más de 100 pesos de oro
en polvo al año. Un ejemplo de estos
tr-aLrajadores iibres es .|uan Iüatías
Morales, mestizo, vecino ie San \/i-
cenle, quien era dueño de 60 cuadras
de tierra en las que culti'r'aba maíz ,r'
fnjoi para aiirnenrar una farnilia de
I ? m¡embros. Contaba con 5 vacas.
3 caballos y 22 cerdos. El pedazo de
mina que poseía estaba ublcado en
las Dantas. jurisdicción de Marinila,
donde recogra trabajando junto con
sus hijos. 100 pesos de oro al ano. Su
caudal líquido era de 400 pesos de
oro. por 1o cual podía ser catalogado
colno un rnediano propietario.:e
Un poco dlsrinta a la situación
anteriormente anotada era Ia de ]os
propietarios de mina residenres en el
parcido de L¿r Miel (El Retiro), donde
de 25 personas registradas en l786
corno dueñas de derechos de minas.
2I (84Vo) eran mulatos ¡,negros libres.
En el caso de 1 5 de estos trabajadores
!J{l'. Cercos, romo 343. docunreltro 6536. íols.
\
lns .it¿risdicctones d,e Ri,onegro 1, Mannitk I 237
corrstaba que eran libertos, estando
conformado este grupo por algunos
negros rnanumiridos porJ aviera Lon-
doño entre 17 66 y 17 67 y sus descen-
dlentes. Estos libertos obtuvieron su
iibertad en vir¡ud de dos documentos
disrintos. En prirner iuga¡ en un
tesumento otorgado por esta propie-
taria en octubre de I766, dispuso que
después de su fallecilnienro 32 escla-
vos suvos v sus hijos quedaran libres.
Para que pudieran lnalltenerse, les
otorgó parte de los aventaderos de la
mina de Ei Guarzo, con ia condición
de que cada uno mandara a decir
una misa al año. Aclaraba que ten-
drían derecho a este yacimiento los
manumitidos ;' sus descendientes por
ia línea "mu¡eril". Corno padrón de
dichos negros nornbró a su sobrino el
doctor Sancho Londoño Piedrahíta,
quien los debía sujetar y amparar.
En segundo luga¡ un año rnás tarde,
doña Javiera ororgó ante el alcalde
ordinario de Rionegro, el alférezJosé
Buenaventura de Arbeláez, 2g escri-
iibertad, donde rnanumitía
t.uras de
j22 esclavos grandes y pequeños.
Estos negros se vieron obligados
a seg'.iir un dilatado pieito por su li-
bertad r'la posesión de la citada lnina
confra el cura de Mariniila, doctor
Fatrián Jitnénez, quien fi guraba como
albacea en un testamento otorgado
con anterioridad al anotado. Este
individuo consideraba inváiida la
memoria testamentai de 1706, por
haberla otorgado doña.|aviera "sin su
enterojuicic", ¡,por ta1 motivo dispu-
lr-55¡
 232 I n4""-. pobreu l tiifuenciaci.ón social en ia Prouincia
ló con los escla\¡os su pretenstóll de
hacerla curnplir. En desan c¡llo de este
procesoi en 1773, el cura Jiménez
pedía que los negros fueran sacados
de la lnina de El Guarzo que él había
vendido a lgnacio
r Javier
Me-¡ía.
,AJesaba que los negros r.ivían sin su je-
ción. pues el doctor Sancho Londc¡ño
no los había recogido ni les daba el
alirnenlo necesarlo corno estaba obli-
gado. Respondtendo a esta petrción,
Juan Prudencio de Marulanda. en
nombre del doctor Londoño. decía
que los negx)s eran rnr¡l' c¡bedientes
a la justicia y que ningún vecino libl-e
se había quejado de que le causaran
daño. Sustentaba c¡ue su representa-
do no podía hacerse cargo de estos
negros, por ser eclesiástico ,v estar-le
prohibido usar annas para sujetarlos.
Pedía que se esperara la rcsolución de
la Real Audiencia sobre el pleiro en
torno a ia r,alidez de los testamerltos.
pues si los neglos quedaban como
esclavos. el doctor Londofio
había
ofrecido comprarios. Hasta ese llio-
rnento habían sido declarados hbres
49 esclavos. 6 habían tnuerro había
¡ ft4arín. vecino de San \,ricente, Ios
comprorniso para venderle 84 al cura
Sancho.
No conocernos ia senrencia defi-
niti¡'a de esta causa. pero los datos
dei censo de I786 mltestran que ai-
gr.rnos de los libertos quedaron como
propietarros de parte de la mrna de
El Guarzo..? La sltuación socioeco-
nómica de este grupo de iibertos
era menos favorable que la dei resto
d.e Arttioqt¿ia rluran.te el siglo xt,nt
de rnazalrr<¡rr-eros, tal \/ez porque su
condición les dificultaba el acceso a ia
tierra. De los l5 suj.^tos que estaban
en esta posición, 6 carecían de tiel-ras
v 6 renían nrenos de 20 cuadras de
tf'rreno. Por esla razón, e1 caudal
lígirido calculado en rnenos de
le s fil¡e
100 pesos de oro.
Como ejernplo de esta siruación
tomemos al liberto Santiago Cas-
tañeda quien. junro con su mrrjer
Agustina y una hija, fue deciarado
libre en 1773.8n i786. este sujeto, de
60 años, poseía l2 cuadras de rierra
en El Retiro, donde cultilaba naizy
legurnbres, contaba con el derecho de
rnina aludido, el cual trabajaba per-
sonalmente, obteniendo 30 pesos de
oro al año. Fo¡ esta cantidad ¡ragaba
derecho de lnazamorra v su caudal
fue apreciado en 50 pesos de orc.:a
AJgunos tnazamorrelos del parti-
do de La Miel eran, según la decla-
ración del alcalde parridario,
Andrés de Flenao )'Alzare, personas
libres que rrabajaban por un jornal
de 2 tornines en rninas ajenas. Tán-
to estos como los individuos que
laboraban sus propios aventaderos
obtenían, por lo general, un rendl-
rniento lnu)l bajo, pues "su producto
es tan corto que un mes con ot¡o no
1es sufraga tres casteilanos de oro, en
cu\¡o ejercic o se e¡nplean el tiernpo
que les franquea el cultivo de
labranzas".15
,41 igual que en el caso anterior, el
alcalde pedáneo del sirio I-a Concep-
ción, Nicolás Rendón, declaró en
l7g6
que los mazamorreros que trabajaban
en el río de la Concepción y en el río
Santo Domingo, cornprendidos en
la prisdicción de ese mineral, eran
pobres. Según el censo de ese año, en
este lugar, cllyos ríos y quebradas te_
nían minas de oro, solo 14 (1l,76Voi)
de
los I 19 vecinos tenían minas de oro,
explotiindolas la mayor parte de ellos
con tnano de obra farniiiar.26
En esta época, muchos vecinos
libres de la.¡urisdicción de Rionegro,
San \¡icenre, Concepción, Marinlla.
\blombó y Medellín rraba3aban en los
placercs auríferos del Real de Minas
de
Nusiro, bien en calidad de agr-egados
de los dueños de lninas o en l,aci-
mienros propios. Así, por ejemplo,
Javier_]aramillo, vecino de yálombó.
renía agregados en su mina de la
quebrada de los Volcanes a Miguel
Á,'arez, vecino de Rronegro; a
José
.Juan ,Antonio Gór¡ez, vecino de Medellín;
a Fernando de Vargas, r,ecino de
Marinilla; a Francisco Saldarriaga,
vecino de Hatoviejo, y, a Antonio
cua-
les sacaban al año 100 pesos de
orc
aproximadarnente. Aigunos mazalno_
rreros talnbjén urilizaban esclavos y
peones libres para expiotar sus rninas,
como era el caso de Marcelo Galr.is,
mestizo, r'ecino de Concepción, quien
sus traba,¡aba su mina, localizada en Nusi_
rnariculados en la región de orienr.e
to ariba, con un esclavo de su padre y
no parece haber s¡do mu1, eler,ado
3 peones libres; según su decjaración.
sl tenemos en cuenta que en los
Las jurisdicaones de Rionegro
1 lvlannilta I ZSZ
el producto obtenido anuajrnente
era
de 150 pesos.2i
Otros ríos v quebradas de la región
,.
del oriente. a pesar de tene¡ oro,
eran
poco trabajados por los mazamorre_
ros, tal vez por estar muy retirados
o ser muv poco productivo5. ¡n
1u
parroquia de Santa Bárbara, siruada
en el extrerno sur de ia jurisdicción
de
ia ciudad de A¡ma de Rionegro,
por
ejemplo, el río Cauca era explorado
por algunos vecinos en los rneranos.
cuando bajaba el nivel de ias aguas.
En este lugar se obtenía apena"s un
peso de jornal la calidad del
1, oro
no era muy buena, lo que debía ser
la causa para qrre pocas personas
lo
trabajaran.2s
. Por lo que respecra a la jurisdic_
ción de la \¡illa de Mariniúa, eran
mu)'pocos Ios pobladores de ella
que se dedicaban a Ia exfacción
de
oro. Esta fue la razón por Ia cL_ral
el
gobernador Francrsco Silvestre lnan_
dó, en 1784, que los vecinos de esre
lugar se aplicaran más a la jabor de
mrnas, ya fuera formando cotnpañías
para trabajarlas como minelos. o
matriculándose como mazamorre¡os.
Prornetía darles arnparo de las
lninas
gue se hallaran sirr rrabajar. no obs_
tante que algunos partjcuiares diiesen
tener dtulos de ellas.le
El núrlero de mazalnorreros

23 AGN, ,\'eg'o:1 esci.at'65 j,¿ ln¡ieg¿i4. romo l fols. 804-868 r' rorno 3, fols. 624-S99.
26 Ibíd.. torlo S36, docuurento 6473, fols.
1r_23v.
24 A-llA- C¿nso:, toruo 341, docuuento 6517. fols, lr-22¡'.
2i lbíd.. tonro 343. dorumenro 6534. fols.
i0r_16r,.
25 Ibíd., doomento 65i6. lols. Ir-lr.
28 Ibíd., docirmenro 6532. fols. Er¡,.
29 AIL\, fruitas. rono 76, docut¡lenio 2102. fols.
?4v_26r

pobrezn 1 difermcinciórL socia! en ln Prouincia de Anüoquia durante
234 I nl'qur-,
años 1790, 1792y 1793 en la Cala
de Rionegro se recaudaron 207 Pe-
sos 7 tomines, 173 Pesos 9 granos Y
157 pesos respectivalnente por este
concepto. si cada lnazamorrero esta-
ba obligado a pagar 2 Pesos al año,
los trabajadores libres registrados en
esta categoría escasamente llegaban
a 100 en esajurisdicción. Según los
datos de 1792, ios lugares donCe sus
pobladores se Cedlcaban a esta acti-
vidad eran el partido de Nus, en e1
que se recolectaron 56 pesos I tornín:
el partido de Concepción, donde se
reunieron 35 pesos 1 tomín 10 g-a-
nos; el partido de Guarne, donde se
recogieron 50 pesos; el partido de El
Retiro, donde se reuniercn 23 Pesos
4 tornines: el partido de San \¡icente,
donde se acopiaron 17 pesos 3 to-
uiines i 1 granos; ei partido de Las
Predras, donde se recaudaron 6 pesos,
)' el Partido de Santa Bárbara, donde
se juntaron 2 pesos 6 tomines.3o
Según io expuesto por el Cabildo
de Rionegro al gobernador Francls-
co de -Avala en I 808. era necesario
que se quitara a los tnazamorreros la
obligación de pagar ese derecho para
evitar que abandona¡an el trabajo.
Decían que si por trabajar cuatro o
seis meses en una mina tenían que
satisfacer 2 pesos de oro, preferían
no hacerlo. Thmpoco era rentable que
utilizaran peones libres para explotar
30 |J1L l-i.bros, tomo 468, doo¡mento 8380: tomo 503, documento 8415; tomo 507, docu-
mento 8419.
3t AllA- I,'ri¿a. torDo 76. docurnerlto 21i5. fols. 15r,v r:
32 A¡chrvo Histórico de Marinilla, Colmi¿' CebílÁ0, tomo 90, dommento 10'
EI Congreso de Cúcuio de I il2l. Co.rctitución 5 lqa, Bogotá, Biblioteca BaDco Popular 1971,
p. I 54.
eL siglo xvttt
minas, pues Por 8 o i 0 días que es-
sus
tos laboraran, se les exigía e1 pago del
derecho, "cosa dura al parecer pues
estos en ocho días cuando más produ-
cirán dos castellanos los mistnos que
han de pagar por el dicho derecho
quedándose su trabajo Perdido Y su
familia pereciendo de hambre".31
El impuesto a los mazamorreros,
creado en 1780 durante la reforma
a ia Real Hacienda adelantada Por
el regente visitador Gutiérrez de
Piñeres, fue uno de Ios gravámenes
que rnás resistencia encontró entre
la pobiación antioqueña coionial. Se
consideraba que era un obstáculo
para el desarrollo de la actividad
rninera, razón por ia cual su dero-
gación se constituyó en trna de las
reivindicaciones del movitniento de
independencia iniciado en 1810. Así,
en la constitución provisional de la
Provincia de I'ntioquia expedida en
septiembre de 1810, se determinó
no exigir a los mazatnorreros el pago
del derecho de mazamorras "por ser
perjudicial a la industria".32 Por un
decreto del 28 de septiernbre de
1821, el Congreso de Cúolta declaró
abolido de forma def,rnitiva el cobro
de este derecho; con ello se buscaba
protnol,er la explotación de los
crmlentos auríferos.¡¡
En resurnen, en la región del
oriente antioqueño un buen Porcen-
ta¡e de los inazanioi-relos desarrolló
simultáirearnente labores agrícolas y
mineras, lo que le permitió acurnular
un caudal que estaba por encirna del
de la mayor par-te de ia población de
la ptrtlmcia. El rraba¡o mirrero por
sí solo no penrritró la independencia
económica, puesto que la inayoría
de los mazamorreros que carecía de
tierras se vio obligada a vir.ir como
agregados o "merceltarios" en las
iierras ajenas. Este proceso fue par-
ticularmente visible en el caso de los
nlulatos v los neglo: liberros. quienes
al tener dificultades para acceder
a la tierna, tuvieron que establecer
rclaciones de dependencia con los
pro¡rietarios te¡:ritoriales.
Fara tener una visión conipleta de
la pobiación que en ias jur-isdicciones
de Rionegra,v Marinilla se dedicaban
a la labor de las minds, debemos refe-
rirnos a los indígenas del poblado de
San Antonio del Peñol. Los narurales
de este l'esguardo tuvreron fiecuen-
tes pleiios con ¡'ecinos libres por la
posesión de ur.inas. AsÍ, en 1762, el
plotectol'de natui'ales de ia provin-
cia, Jrran ,{ndrés de Zabala v Agrrirrc,
denr¡nciaba qrre en las minas de Cerro
Azul, propiedad de esros indios. se ha-
,va-
bían urtroducido Isidro Pilrela, vecino
de Mannilia.,v orros pobladorcs lilles.
Los indígenas alegaron en su favor
que sus arrtepasados habían descu-
bierto estas minas en las oriilas del río
Negr.o. en las cuales fueron arnparzdos
en 1756 ¡ror el gobernadorJosé Barcrn
de Chavez. Estos ,vacinuentos iban
\fil.. Critnntat. cz.ja B-92, iegajo 1740-t7?0. docurire;rr.o
\
Las junsdtcctanes rle R.iorteg.o
1, ltt!¡,ttnilLa I 2.jE
primer sakc que hace el
1...] desde el
tio Neglo. aba.¡odel enrboque cii Ji
quebrada de que llama de la Cañacla,
Rio Negro arriba hesra ios encuerrrrcs
de la quebrada que üaman del Rosario
con la rnina que es Ia quebrada de Ia
Cafrada. hasta sus cabeceras, con sus
ag-uas y- labores, etc.3r
Con el rraba..¡o eti estos vacinilen-
tos. obrenlan lo necesar.io para pagar
el tl'ibuto v nlantenerse. Finalmente,
Niicolás lgnacio de Rivera, aicaide
ordinario de Marinilla, amparó a
los indros eu la posesión de estos
aiuviones.
Anos más rarde, en 1773, estos
naturales siguieron otro pleito con
Ventnra,de Al'beláez. vecino de fuo-
negro, su corregidor, por prerender
este, en consor-cio con el doctor cos-
nie González. A.ionso de Restrepo
i,
Tonrás Peláez, apoderarse de unas
ruinas que aquellos poseían en las
quebradas del Are¡ral r' La \¡ieja, y en
el río Guarapé.
En esia ocasióu, los indios
r.ei-
terar^on que cor) el ol-o obtenido en
estos placeres pagaban los tributos v
aiinientaban sus familias. -{rbeláez, ai
solicitar el anrparo de esta urina. argu-
lnental,a que él r sus socjc,s calrclan
de minas. las que n.-ceslraban para el
sustento de sirs oradrillas ,v familias.
Sostenía que ios irrdÍgenas dei peñol
que tenían alií n"aba3os de rnina no
conLab:rn con rÉcursos suficierrtes para
trabaj:u estos ríos y quebradas, debido
a qr¡e. pcr ser "crecjCos _¡'caudalosos",
exigían grau inversión de capirai parz
4

srtcial
236 I Rlqur-, pobreru1 d'iferenciación
ponerlos a producir' _Consideraba que
la cornpañía que ellos se ProPonian
formar sí contaría con el dinero Y
los esclavos necesalios Para hacer el
monlaje de la mina'
El alcalde ordinario de Rionegro'
Alonso Elías Jararnillo, en aPovo de
t sus socios'
la pretensión de Arbeláez
certificó que los indígenas del Peñol
tenían de resguardo más de t 00 leguas
sin
de tierra en las que vivÍan dispersos
trabajar las minas ni hacer labranzas'
Debido a que no era una coriuuidad
unida, era irnposible que pudieran
hacer Ia cuelga de una mina en ríos
y quebradas tan caudalosos' Además'
.rios naturales poseían, imnediatas a
y poblado de la pr-ovirrcia' contando'
su pueblo, 2 leguas de tierras fértiles
eran que tenian ias mejores tntnas
i<-,s
pero no ias trabajaban ni Per-
de oro,
otros lo hicieran' Támpoco
rmtían que
contab;n con ias herratnientas ade-
se lirnitaban
cuadas para hacerlo, pues
a laborarlas con recatones de palo y
chuzos de macana.
Atendiendo esas representaciones'
el gobernador de Antioquia, Juan
en abril de
Jeránimo de Enciso,
ies dioa Arbeláez y socios hcencia para
explotar los ríos delArenaly Guatapé'
Los indígenas apelaron la decisión
Audiencia, Pero en 1774 todavía esta
causa no había sido resuelta'35
Según los datos de ia visita rea-
lizadi a este Pueblo en octubre de
LGN, Cactques ¿ indios, lo'nto 45, fols 3l a
.1 l)
36 ñ11;l ita:, rcrno ?6. doomento
AlI4 Cssos, tomo 336, dommento 6473' fols 8v-9r''
38 lJll¡, Indios, toruo 26, docunlento 793' fols' ir-5r
39 l*S-\ C^^, tonro 343, dooruento 6538' fols 29r'30r'
.:
el siglo xrttt Lu junsdicciones I 23i
ut In Protincia de Antioquáa durante dc Rionegro y )Wannittn
con puede haber sido Ia causa de unas vecinos libres pobres que invadían
1784, los indígenas Pennutaron
mejores condlciones de vida, lo que las tierras de su resguardo, sino a
Vennrra Arbeláez y socros ias rninas
posibiliró un acelerado crecilnienro
del Arenal, Por un Pedazo de ¡ierra grandes propietarios. que buscaban
La demográfico que lo llevó a ser el
de clima cáiido situado en ei sitio acaparar los recursos mineros de la
algrnos tra- pueblo de indios con mayor número zona. En esta disputa ios indígenas,
Vieia. En ese momento
de habitanres de la provincia. Estos
,r-,á1", lavaban oro en el río Samaná' dadas sus limiuciones para conseguir
naturaies no debieron enfientar a los capital, lievaban las de perder.
en épocas de ve¡ano'36
De acuerdo con la declaración
dei alcalde Pedáneo de ConcePción'
Nicolás Rendón, hecha en I78'6'
en el río Negro, desde el encuentro
con el río Santo Dorningo hasta el
encuentro con el río de ia Concepción'
estaban amparados los indígenas del
Peñol, aunque no especifica si raba-
esra mina.3t Pat-a esta época'
.iaban
"este
era el resguardo indígena más
,egún la matricula de 1785' con
749 naturaies.3s
En un informe al suPenor gobier-
no presentado en i806, el corregidor
y el cura del Peñol decían que parte
rte los 822 habl¡antes de ese pobiado
se dedicaban al iaboreo de minas de
oro corrido, teniendo que gasiar tres
o cuatro días en buscarlas, Pues aun'
l77l que en sus resguardos había minas'
de otro't dueños'3e lgual
"run
"r,u,
que en el caso de los indígenas de
a ia Éuriticá, la producción de oro de los
narurales del Peñol Parece haberse
destinado fundamentalmente al
paeo del tributo. El ingreso adicio-
nui qu. esta acti\ idad les Permitía
87
2102' fols' 22v-23r'
:
i
I
'1 .:
i

La 3urisCicción
de la Villa de Medellín
Los ¡mineros de cuadrilla:
las g'randes inversiones
A za de irabajo vinculada a la lninería.
f\ nrediados del siglo xi lr. algunos
lecinos de Ia ciudad de Antioquia,
con el fin de sortear los efec¡os de
la crisis en la producción de los vaci-
mientos ubicados en las tierras bajas
aleciañas a ios ríos Cauca ,v Henchí,
se dedicaron a Ia tarea de construir
haclendas y hatos ganaderc's en ia
región del \alle de .A.burrá. Con el
desplazamiento de la labor n¡inera
hacia ias zonas aitas del \¡alle de los
\¡íctoravarez Moraies, "La fo¡mación
ponencia presentada en el l// corrgresc tit Hutot^i¡ coLombioru, Medellfu, tluiyersidac de
Antioqura, I95 I, pp. 22-28; Luis i¿torre ]vlencio:a . Hi:loria e l¿i-ttorias d.¿ Med.ellín. stglos )ii'Í! -
La jurisd,icción de In lZlk d.e Med.ellín I 239
A pesar cle que ia explotación de de Santa tsárbara v amagarnientos de
la-. rninas en el \hlle de los Osos se mina en Guarne, explotando estas
inicló a ñnales ciel sigio x,ir, durante propiedades cori parte de una c.radn-
ia primera mitad del siguienre siglo ia lla cornpuesta por 42 esclavos chicos y
producción de oro en esta zona fue grandes.4
mu¡, ba3a.: En ia hisroriografía an- El mercado de esciavos de Me-
tioqueíra se ha guendo explicar esta dellín fue rnás próspero que el de la
situación a partir de las dificuhades ciudad de .Anrir,quia. pues rnienrras
de los mineros para proveerse de en la primera se vendlelon en este pe-
ry
i
marro de obra esclal'a. Con respecto ríodo 231 esclavos (véase tabla 7.1),
a elio dirernos que en el períocio en ia segunda se negociaron 103
cie 1700 a 1730. que coincide con (véase rabla 1.?). Llama la arención
la época de iuncionarniento de los que de I 63 transacciones de esclavos
asientos francés e inglés, en Mede- efectuadas en esta época en Mede-
llín se negociaron 231 esciavos, de
los crraies 135 (58,44qa) eran t¡oza-
llín, 124
(76,{)7V;1 se hal'an pagado
de contado. Si tenemos en cuenra
les. l)e estos esclavos,163 (70,56Eo) que la minería atravesaba una época
eran hombres, siendo 5l párvulos. de recesión. este dinero debe haber
t 68 (.29,437o) rnujeres, de las cuales procedido de ia producción de las
92 eran lnenores de l5 años. Dado haciendas 1' de ia ac¡ividad cotrer-
gue solo 3 de estos esclavos tenían cial. Entre Ios coinpradores figuran
nrás de 50 años, se consrata que la colnerciantes españoles, como Pedro
rnayor parte de ios esclavos tranzados Fernández Rarnos, quien adquirió
eran hornbres en plena capacidaci de 4 esclavos, yJuan R.uiz de Ojeda, que
Osos. la produccrón de estas estaliclas
se dingró ai abastecimiento de la fue¡-
producir (r'éase rabla 7.i).3 Un por- negoció 6.
centaje de esta rnano de obra debió Casi la lnitad de los esclavos veu-
estar destinada a la acti¡'idad mitiera, didos en Medellín era propiedad de
En el momento de Ia fundación de la
<-or¡ro lo confir¡na el hecho de que ia vecinos de Mornpox, Hollda, Cartage-
\¡ilia de Medeliíu, en 1676, aigunos
de los pnncipales vecinos de la nueva
persona gue más esclalos cornpró na, Girón. Mariquira, Támaiameque
Jocalldad tenían minas en la jurisdic-
tl4 esciavos) fue el capitán.Juan y Santa Fe. quienes los enrregaban a
Bautista de Mesa, dueño de rninas. comerciantes que s€ encargaban de
ción de ios Osos. Este era el caso dei
Según su t.esr-amenro ororgado en 1729, introducirlos a Antioquia. Así, ei maes-
capicán Rodrigo García Hidalgo, de
esr: indrvjduo poseia ei arnagarniento tre de carnpo Toribio de ia Torre .1'
Toribio de \tlia v Posada, del maesl"e
de campo A¡tonio Zapata Gómez de
Múnera 1, del doctor Lo¡enzo de Cas-
tri]lón Bernaldo de Quiroz, quien fue xI'IIj-);lx. Medellír. secreraría de Educación 'r, culrura de Altioquia. Ediciones "Tomás
ei primer cura de Medeliín.l Ca:rasquilla". I.u época. 1972. vol. r, pp. 16-25.
.Ann Trvrnam. Mir,a'os, con¿¡'cnr¿tcs\ labradorcs. Its raíres del espiritu empresarial. en Antioquia,
l76i-i610. t¡ad. Ceciha lrrés Resrrepo. Medeliín, FAES. 1985, pp.74-i5.
El asi:nto f.ancés operó ent¡e l70l ,v 1713, v el ilglés, a través de Ia So.th Sea Comuany.
de la estrucrura agraria enAltioquia (i542-179{l)", de 1713 a 1736. Ge¡márr Colmenares, Histuia económica y socn! dt Coiontbia, Bogota. La
Car¡eta. i 979. tottlo 2. Pohqyú¿ una sc,ciedad esclntuta I680- I800, pp. 4C-4I .
.¿¡r.nrvo Hisrórrco de ,rmiioquia \lJL\). Notarial, ca¡a 7. legajo 1729. fols. i l5¡, j 4 lr.
 _

210 I R q"en, pobrezn ¡ difercnaación social en ln Protincia de Antioquia duranta el síglo xvttt
k
La jurisdicción de Lilln de Med¿llín I 247

Tabla 7.1 Compraventa de esclavos. Medellín, 17OO-1730 Caro, vecino de Mompox, euvió entre \¡illa, cuyo fundador Toribio de \¡illa
Año de
Número Número de esclavos Valor Valor promedio 1700,v 1702 a Medellín, para vende4 Posada, espanol, llegó a la h-ovincia de
transacciones transados (pesos de oro) (pesos de oro) 45 esclavos bozales comprados al asen- Antioquia a mediados del sig.lo xvn y
1700 21 155,67 dsta general en Cartagena. y Francisco se radicó en el Valie de Aburrá (véase
1701 4 4 680 170.00 Velasco de Osorno, mercader, vecino ñgura 7.1). En el año de 1684. es¡e
1702 8 10 1 .518 151.80 de Honda. residente en Medellín, propietario conraba con derechos de
340 11 3.30 por su parte, introdujo 24 esclavos de minas en Concepción, tsuriticá 1, Fe-
1704 10 10 t.ó4/ 134,70 172() a 1726.5 tacas, que laboraba con una cuadrilla
1 705 10 '11 1.461 132,81 De acuerdo con un infonne pre- de 37 esciavos.T Setenta años después.
1706 4 5 /bJ 152,60 sentado en 1755, denrro de Iajuris- en 1755, el dociorSaivador, Gregorio
1707 I 12 1.912 dicción de Medellín se explotaban y Agustín de \¡illa, nieros de Toribio
1 708 4 5 A)q 125.00 soio 4 minas, localizadas en la que- de lllia, figuran corno dueños de la
1749 ( 810 162.00 brada de Piedras Blancas, la quebra- r¡itad de la rnina de Nuestra Señora
1710 2 500 tbb.bb da de la Thsajera, Matasano y San del Rosario, ubicada en el Real de
1711 2 2 230 '115,00 Cnstóbal, en las cuales se empleaban Minas de Nuestra Señora del Rosario
1712 1 1 240 240,00
45 esclavos úriles. Las personas inre- de Petacas, donde contaban con 40
| / t3 4 4 690 172,54
rrogadas en esa ocasión consideraban esclavos úriles.8 Para 1779, el capitán
J 7 I.J¿I 218,14
que había rnuchas minas sin explotar (iregorio de lilla residía en el par-
4 t.bb/ 208,37
en el terreno comprendido entre el tido de los Osos, donde poseía casa
1716 8 t./bl 195.66
sitio del Ftratillo y el río Porce, y que de vivienda y ranchería, 3 minas y 2l
9
para trabajarlas eran necesarios unos esclavos. Por zu parte, el doctorJuan
1717
200 esciavos.6 Salr,ador de \¡iiia y Casrañeda, quien
1718
Según este docurnento, los 1.aci- fue cura de Medellín por más de 30
1719 7 7 899* 128,42
aac
mientos de los mineros vecinos de años. tenía en estos rninerales una cua-
1724 186,00
Medellín estaban ubicados por ñiera drilla de 49 esclavos.s Este sacerdore
1721 1 2 250 125.00
de los térrninos de ]a vilia, fundarnen- figuró entre los principaies mineros
1722 2 312 156,00
tahnente en la zona del Vaile de los de ia región, habiendo deciarado en
tt¿J 6 6 912 152,00
10
Osos. .AJgunos de esros propierarios }a fundición, entre 1782 y 1795, Ia
26 5.124*' 197,07
de lninas eran descendientes de ios cantidad de 12.074 pesos de oro.ro
1725 6 o 1.444 160.44
mineros que descubrieron a rnediados Para hacernos una ldea de su poder
I /¿O 811 162,20
del siglo x\¡ti los yacimientos de esta económico v poiítico, r'eamos cómo
1727 ? J 11 1 ,00 zona- lal vez el ejemplo gue mejor 1o describió el gobernador Francrsco
1728 '1
140 140.00
1
ilustra este proceso es el de la familia Silveslreenl//b:
1729 5 8 179,62
1]an 6 o 110.62
Totales 163 231 37.241
'Están contab¡lizados esclavos que por sertransados con tierra y ganado no figuran desglosados sus valores. 5 All¡" Notañal, calas 3 a i, legajos 1700-1730.
Por ello no se ¡ncluye su precio en el valor total. 6 ,{IlA, Min6, tomo 362, docunierrro 6758, fols. 22r I v.
" Un esc¡avo iue cambiado por ganado. 7 \'. Ávarez Morales, "La fonliación de Ia esrrucura agraria en Altioquia.-.". ó¡r. cit., ta-
*"' Un esclavo fue camb¡ado por 1 0 mulas escogidas. bla 2; Gabriei Arango Mejía. Genealogías d.e Antioquia 1 Caldu, 2.^ ed.. Medellín, hnprenta
*"' Un esclavo fue camb¡ado por 2 negritos. Departameltal, I 949, pp. 51 7-520.
Fuente: AHA Protocolos Nolar¡ales, cajas 3 a 7, legajos 17OO'173O. Esta tabla fue elaborada con base 8 AIL{ Milxas. tomo 362. documeuto 6758. fols. l2r-14r, 20r-21r. 23r-r; 33r-34n
en datos cedidos por el profesor Víctor Álvarez Morales, del Departamento de Historia de la Universidad
de Antroquia.
I A}l\ C¿ruos, tomo 336. documenro 6453. fols. lr-6r.
I0 A. Tvirram, Mznet'os, comerciantes 1 labradores, Óp. cit., tabla 6.
242 I n;q"t- pobreu y di,fetenciación social ¿n la Pnui,naa d.e Antioquia d'unnte eI siglo xt'trt In.lurisdicaon de l"a I¡illn de Medelkn I 243

Aunque dicho \¡icario, acosrumbrado que empezaba en el Valle de los Osos

a goberrar lo laico y eclesiástico a su y remataba en ia jurisdicción de ia
arbitdo en aquelia villa, hizo todas ias ciudad de Zaragoza. Fara expiotar
diligencias posibies para disuadinne
estos placeres auríferos, euintana
de aquella providencia, hubo de pasar
solicitó ese lnismo año. ai r'irrevJosé
po¡ ella, viendo que no le quedaba
TÓ Solís Folch de Cardona, iicencia para
arbirio de rencer mi consuncia eu
sostenerla... Desfogó el enojo que irtroducir 100 esclavos negros descie
o
N concibió de mi oposición a su antojo un pajs extraqiero. En el memorial que
D
€,3
N
I que no esperaba, con rnuestras tall presentó decía que hacía más de 1l
o
ci notoriauente escandalosas )r conra- años que a la Provincia de Antioquia no
¡u
o
q
oi
rias a la modestia y rnansedumbre de se introducían negros para ei trabajo
o su estado, que ftre lo meDos arg"üirme
E de las haciendas \¡ minas, siendo esta
o
y'negarme las visitas con que antes me
ñ una de las causas del "atraso y suma
o frecuentaba y le colrespondía.Ir
pobiL-za" de sus vecinos. A fines del
6 aíio 1760, Quintana denunció en Sanra
c
o
En el inforrne de i 755 se decía que
E
en el Valle de ]os Osos, en las zonas Marta 98 negros bozales que en una
o
t embarcación inglesa había conclucido
6 de Riochico v Riogrande, se explota-
o
o
ban 24 rninas, en las que trabajaban desde Jarnaica. Los esciavos eran 52
6
! c 405 esclavos. La rnayor parre de los hombres. de los cuales 33 eran me-
Io
nores y 46 mu3ercs, siendo 35 de elias
! propietarios eran vecinos de Medellín,
.= qulenes consideraban que se reque- pánmlas. Después de medidos y rna:'
o cados estos negros. quedaron líc¡uidas
!o rian 422 esclavos adicionales para
79 "piezas de indias". por las que pagó
o O ponerlas a prcducir adecuadamenre. 1!
!o de derechos de inrodLrcción 3. I 00 pe-
Durante la decada sigriienre. va-
N
lios r¡ecinos de Medellín solicitaron ;' sos. De estos escia¡'os arribaron a Me-
o_
s deilín 77, puesro que de ios resranres
o s obtLlvieron alrrparos de rninas y para
I o unos murie¡on en Santa Marta, otlrcs
p
I
explotarlos se vieron en la necesidad
.F
de adquirir rnaJto de obra esciava. Un en el viaje hasu Medellín I orrtrs huve-
.e
ejernplo de este proceso es Afitonio ron. No sabemos con cuántc¡s esciavos
{o Quintana, españcl. vecino de Mede-
de estos se quedó Quintana, debido a
c b
que 17 pertenecjan a Francisco Muñoz
{ lLín, quien en 1759 denuncióel descu-
de Rojas. otro minero. quien ie l.rabía
sG brimiento de i0 minas, habiéndoseie
O p
ad.¡udicado 6,v dado autori zación para dado el dinero pa:'a que se los trajela,
g o
O
; o que cediera las 4 resranres a quien )' otros fueron vendidos.rs
deseara. Estos 1r¿6i¡¡i¿ntos estaban El que en los archivos antioqueños
='d
(üo ubicados en la montaña de Guanaca. no se encuentren muchas rclerencias
gS oP
3 3-
o 6
.E

EI
o ¡-
-!
(!;r
(, I I Francisco SiJvestre, Desoipaún del
Culnrra Colombima. 1950. p. 205.
renzo d.e Satzta Fe d.e Iiogoíá, Bogotá. Biblioteca Popular de

g'Q 12 AIL\ Minu, rorno 362. documento 6758. fols. l2r-14r, 20¡-31r 23r-rt 33r-34n
ir- u' t1 NA Esclaz¡os. toruo 30, Cocumelio 959.

244 I R¿gutra. pobrem y diferenciación social. en ln Proxir¿cin
a introducciones de esclavos como ia
anotada, ni los datos de los registros
notariales, permite asegurar que la
mayoría de los esclavos negociados
en esta época eran criollos. En con-
clusión, el aumento de Ia población
esclava antioqueña durante la segunda
mitad del siglo xvru parece deberse
más a un crecimiento natural que a Ia
introducción masiva de mano de obra.
Infortunadamente, no se cuetlta
con dalos glc,bales que perminn cono-
cer de manera minuciosa el desarrollo
de la población esclava en la región
minera delValle de los Osos. Según las
ciÍias de los censos de 1 779 en los sitios
de Pontesuela, Hojas Anchas, San Ja-
cinto de Osos, Páramo, Petacas, San
Andrés, Pretel, Riochico y Riogrande,
ubicados en esta zona, había 662
esclavos. Dado que en esta canridad
estaban incluidos ruños y ancianos, el
número de esclavos útiles era reiati-
vamente igual al de 1755. Al analizar
este hecho no debemos olvidar que la
poblaciónmenor de 15 años constinría
una reserva de mano de obra para su
propietario.ra
De los 38 dueños de esclavos ¡e-
grstrados, l3 tenían menos de 3 escla-
vos. 12 poseían entre 4 y 10 esclavos,
9 de l1 a24 y 4más de 25. Más de
la mitad de estos propietarios (21, o
sea el 55,26%) eran vecinos de Me-
dellín, destacándose los sacerdotes
maesro PedroJosé Rojo, doctorJuan
Salvador de \¡ilia y Casrañeda, docror
14 .AJIA. Cmos, tomo 336, documenro 6453, fols.
dorumento 6491; tomo 346. documento 6555.
15 E Silvesue. Duaipciótt del rcino de Santa Fe d.e Bogotá, óp. cir., pp. 200-?01.
]6 ,\HA, Cauos. tomo 336. docurnento 6453_ fols. 1r-6r
d.e AntioEti,a d,urante eI si,glo
Sancho Londoño y doctor Carlos
Molina por ser los dueños de las
cuadrillas más grandes. La posición
ocupada por estos presbíteros llevó al
gobernador Silvestre a decír en I 776:
Algunos, aunque no registradas
sr¡ nornbre o que les han venrdo por
herencia, labran minas de oro, sin
embargo de serles prohibido; per"o
siendo los que tienen regulamrente
más posibilidad para trabajarlas; los
que nrantienen nrás ordenadas sus
cuadriilas y que guardal urra vida
ascética o solitaria; antes es utilidad
del Estado su aplicacióu porque or-
dinariameute recaell estos bienes en
sus parientes seg'lares.t5
La cuadrilia de esclavos más
grande en este momento era la del
doctor Sancho Lolidoño Piedrahíta,
quien tenía 230 esclavos. De elios,
42 estaban dedicados a los oficios de
arrieros, pajes, cocineras v dentrode-
ras, acompañando a este sace¡dote
a donde quiera que se desplazara.ro
Aunque la familia de este sacerdote
vivía en Rionegro. él figura en los
censos como vecino de Medellín. No
obstante, el tener propiedades en
diversos iugares de la gobernación
lo iievó a residjr en algunas ocasio-
nes en la ciudad de Antioquia, en los
minerales de los Osos o eu Rionesro.
La mina de San Jacinto de Osos y
ios esclavos adscritos a elia los había
heredado de su padre, el corregidor
lr-6r; tomo 337. docutnento 6488; romo 337
xt'rn
Sancho Londoño, y de su madre,Ja-
viera Piedrahíta, la cual, por disposi-
ción tesramenraria, ie dejó el tercio de
sus bienes, avaluado en I 0.953 pesos
(véase figura 2.I ). De acuerdo con los
registros de fundición del oro produ-
a cido en la lnina del doctor Londoño,
en I 6 años cornprendidos entre I 775-
i79i se fundieron 12.1l8 pesos, 1o
que 10 hace figurar enrre los 7 rnine-
ros lnás importantes de la r.egión. La
mayor parte de esu producción debió
ser obrenida antes de 1786, puesto
que en esa época el docrorJosé An-
tonio de Celis, albacea de la causa
mortuoria del doctor Sancho, decía
que la mina estaba "perdida", sin dar
l-enditniento sufi ciente para cornprar
la ración de los esclavos, pagar el rni-
nero r otros gastos necesarios. A esta
srtuación contribuyó la introducci(¡n
de varios libres dentro de los linderos
dei vacimiento y }a petición por ios
esclalos de su libertad. El juicio de
sucesión de este clérigo frue rnut'cotn-
piicado. pues Ios herederos srguieron
un largo pleito por la distribución de
los bienes. lo que debió contribuir a
un desmejoramiento del patrimonio.
Varios legados que él había hecho
para ia fundación del Convento de las
Carineljtas y del Hospital San Juan
de Dios tardaron muchos años en ha-
cerse efec[i\]os. debido a los alegatos
.jurídicos de su albacea.rt
17 Archn'oJudicial de Medeüír IAJM).Juzgado de Medellín. Sucesión dei docror Sarcho Lon-
doño, cuadenro 2, fols. 49r-5 k 96v-98r v I04r; A. Twilam, Minaos, comerciantes l Labrad.otzs,
Óp. cit., tabla 6: L. I-arorre Menrloza, Histria c hístorias d¿ Med¿üín, Óp. cit.. pp. 82-83.
]8 All{, Czzros, tomo 346. documeuto 6555.
l9 Ibíd.. tomo 340, docurr¡ento 6503. fols. 247r-291r.298r-303 v 369r-374.
2C Alr,\ Mwu. tomo .354. documenro 6650. fol. 2r
\
La jurisdicción de ln l/ill"a de MedelLín. I 245
Entre los propietarios de esclavos
censados en 1779, en el Valle cie los
Osos solo 6 115.787c,¡ eran vecinos
libres. De ellos, el que más esclavos
tenía era Pedro Vásquez, quien poseía
5 esclavos, lo cual muestra que la
mayoría de estos pobladores no con-
taba con los recursos necesarios para
adquirir esta clase de mano de obra.
Debido a ello. rnuv pocos lnes(i7os o
mulatos figuran como minel.os en el
siglo xr,tu.i8
Durante ]as décadas del setenta v
del ochenta. r'arios cornerciantes, r,e-
cinos de Medellín, invirtieron capital
en expiotaciones rnineras localizadas
en los Osos. Así, en el censo de 1786,
mercaderes corno J osé María Zula,vba:,
Juan José Callejas, Manuel de San-
tamaría y N4anuel José Jararniilo 1'
Molina manifestaron estar entablan-
do minas en ese sido. El primero de
ellos, por ejemplo, estaba montando
una mina en.Tenche, la que traba-
.jaba con parte de sus 13 escjavos.is
En los años siguienres. esre minelo
y cornerciante se rasladó a vivir al
sitio de Santa Rosa de Osos, siendo
nombrado teniente de gobernador20
El estudio de estas empresas rni-
lleras se dificulta porque car€cemos
de causas lnortuorias de los vecinos
de Medellín que permitan analizar
en detalle el monto de la inversión
hecha en eilas, la cantidad de mano
 \
F .'
*
i

246 I R¡quen. pobrezn g drferenciaci:ón social. en Ia Protincn de AntroErin d.urante el sigio xvttr In jurisd.icción de In.l4ll¿. d,e Med.ell¡in I 247

de obra utilizada y ia rentabiiidad ob- En esta época fue corriente que Ta}i,a7.2 Propietar¡os de minas. Medellín, 1786-1787
tenida. Segun los datos del censo de varios dueños de esclavos se unieran pa¡ildo
Barr¡o o Número Total CF B Porcentaje Número Total CF Porcentaje
Medeilín realizado enue l796y 1787, par:a trabajar una mina en compañía, barrio o
dePRB f/") de PR L L bania o
solo 61 (.10,46Vo) de ias 583 cabezas repartiéndose proporcionalm eute el partido part¡dc
de farniiia biancas estudiadas poseían producio obtenido. Un rnodelo de
minas. Con respecto a los pobladores esta clase de contrato fue el estableci-
Aguacatal 6 81 7,40 1 204 0,49

libres, únicamente 25 (2,1\u/o) de do en¡re el doctor Miguel de lsaza, los Copacabana 30 10,00 5 172 2.90
1.184 cabezas de farnilia mesüzas )' irermanos Antonio y ManuelJoaquín -
Barrio 2 cuadras IU 43 12 0,00
lnulatas contaban con esle recurso cie Isaza Pérez y 4 socios más para del marco de la villa
(véase tabla 7.2). E,stas cifras pueden explotar una rnina en Río Grande. En
Barrio San Benito I io 5.26 JO 0,00
cieberse a que, pcr eI propósitc fis- sus inf,ortnes quedó rcgistrado que los
calizador del censo, inuchos vecinos costos para poneria a pr-oducir fi-rericlr Barno de La lgiesia 744 1 5,90 40 0,00
no declal-a¡on las rninas que tenían. grandes,v en dos iavaCas que hatiían Hatogrande i3 32 40,62 o 125 7,20
Para caicular ei capital elnpleado hecho, cada uno cie los miembros de
en el montaje de las empresas rnine- la sociedad había obtenido 353 pesos
Hatoviejo 582 6,09 7 86 8,13

ras, hay que tener en cuenta que de los 2 tornines.l2 hagüí 1aE I ,ú\t 1 298 0,s3
60 vecinos de Medellín con un caudal La historiadora estadounidense
Otrabanda I 117 6,83 1 181 0.55
líquido superior a 5 mil pesos de oro, Ann Tn'inar¡ ha mostrado que en la
26 t43.33%ot poseían )'acimientos au- década dei ochenta se aulnentaron Pedregal 760 11,66 1 47 2,12
ríferos (véase tabla 7.3 ). El porcentaje los rendirnientos de la rninería de Totales 61 583 10.46 25 1.1U 2.11
del patr-irnonio que estos indii'iduos cuaciriila en la Provincia de A¡."1o-
B: Blancos, CF: Cabezas de fam¡lia; L: Libres; Pr; Propietarios
habían invertido en la minería lo qura. Coincidiendo con este hecho.
Frentesi AHA, tomo 336. documento 6476, fols. 1 r-47r; ¡omo 337, documento 6496, fols. 2r-43r: iomo 340.
podemos apreciar ai estudiar el casc encontrarnos que en este período documento 6503, fols. 2r30r. 109h138v. 221t-226u. z52t-27?u, 274teg7, z9B-309, 340tr967v. 369.374:
de Antomo Gutiérrez, vecino de Fia- se incrernentó el irrontaje de minas ACM, tomo 38, documsnto 2, fols. 9r-1 4r y 2ov-25r.

to\¡iejo. Este prcpietario tenía en San de canalón. Así, de 86 propiet¿rios de

Pedro r¡na mina de oro corrido que
fi:e apreciada en 200 pesos de oro. Ei
valor de la he:'ramienta que urilizaba
en esta explotación era de 30 pesos
de oro. La mano de obra estaba
compuesta por 8 esciavos de bar¡a y
i.1 pequeños, avaluados en 3 mil pesos
de olo. Estos bienes constituían cerca
de la miiad del cauda] de Gudé¡rez.
que era de 7.656 pesos cie oro. Según
estos datos, la inversión hecha en es-
clavos representaba el costo más alt<>
para poner en explotación una mina.2r
placeres auríferos i'egistrados en el
censo de Medeilín de i786-1787,
una cuarta parte (22 cabezas de fa-
rniiia) declararon estar entabiando ia
rnina o haber acabado de hacerlo.:3
La rnayor'parte de las minas de
oro que pertenecían a los vecinos
de MedellÍn estaba ubicada en las
3urisdicciones del Valle de los Osos l
Rronegro. Dentro de los términos de
la \¡ilia tenernos noticia de que en ei
sitio cie Copacabana se labc,raba una
rnina de oro corridc (Piedras Blancas)
por Crisósromo Puche, 1'una de oro
de veta, por Manuei Zapata. En el
sitio de Hatovjejo se rabajaba una
mina de veu y ocra de oro corrido por
l,orenzo de Escobar. La mayoría de las
rninas ubicadas en ei Valle de Aburrá,
quizás por no ser muy productivas, no
esaban siendo explotadas. ?a
Los rendimientos obtemdos por
los mineros erall mu) diversos, pues
deperrdían de ia riqueza del vacimien-
to v de la cantidad de mano de obra
dedicada a esta labor. Así, por ejenr-
plo, mientras Nicolás Jaramillo, quien
tenía una mina en el Valle de los Osos
en compañía de Carlos Gaviria, obte-
nía una producción anual de mii pesos
utiiizando parte de sus 28 esclavos,
lenemos el caso de Francisco Ramos,
quien poseía una mina en Ténche 1,
conseguía al año un producto de 3 mil
pesos de oro laborándola con algunos
de sus 23 esclavos. La dilerencia ran
notoria en la uriiidad obrenrda elr estas
dos minas parece deberse a 1a calidad
del derecho.25

21 lbíd., tomo 340, documenro 65i)3. fcls. 109¡-l3Er,.

22 ibíd.,fois.252r-?73v. 24 AllA., C¿nros. touo 336. docuruenro 6476. fol. 33r: rotDo 340. doo¡mentc 6i'03. fol. l09r
23 A. Twinanr, Minq'os. comeraantes t bb.adore Op cii.. p rg ?5 ibíd.. iomo 340, <iorumento 6503. fols. 284v v 285r.
 \
ai

248 I n;.q"r-. pobreza t &ferenciación socinl en la Protincia de Antioqúa durante el si'glo xvrtr ln jurisd,icción de la lii,lln d.e Med¿llín I 249

Tabla 7.3 Caudal líquido, Población de Medellín", 1786-1788 de Otrabanda, en el sitio del Paso En la última década del siglo xian,
del Alférez en el Valle de los Osos. los pobladores de Medellín prác-
Caudal líquido Número de Potcentaje Número de cabezas Porcentaje )'.

cabezas de Íamil¡a (%) de familia mestizas y De esta última posesión bastante ex- ticamente controlaron Ia minería
blancas mulatas tensa había dado parte a sus hijos y del Valie de los Osos. Así, entre los
vendido derechos a sus hijos y otros 11 mineros más importantes de la
Sin caudal +J 308
particulares. Sus propiedades rnine- Provincia en esa época, se contaban
1 -99 45 7,56 482 35,02 ras estaban conformadas por la mi'.ad 9 vecinos de Ia Villa. Según los datos
DE 71 34,66
de una lnina en las ánimas y otra en la de sus registros en ia fundición, la
1 00-499 477
quebrada de Santa futa. Había mon- producción que anuahnente obtenían
500-999 116 19,49 49 3,56
tadc¡ una mina en el río San Pedro, en oscilaba entre 500 y 1.000 pesos de
1.000-4.999 tó¿ 30 2,18 compañía de sus hijos Manuel, Nico- oro en polvo.2B
+ 5.000 qo
9,91 1 0,07
lás,José María y Caralina. Era dueño, A medida que esre grupo de
adernás, de un yacimienro en ia que- mineros obtuvo rendimientos de su
Sin datos 2.85 29 2,10 brada de Las Cmces, en el que tenían inversión, se consolidó como núcleo
Total de 595
derechos sus hijos, y en compañía de de poder. En épocas de crisis agrícola,
cabezas de estos y de Carios Gaviria adquirió cotno en 1799. iograron que el Cabil-
familia un derecho de mina en el sitio de do de Medellín conrrolara el precio
. En esta tabla está comprendida la población blanca y mest¡za mulata d€ los partidos de Aguacalal,
la Concepción. A esras propiedades del maí2, pues un incrernento grande
Copacabana, Hatogrande. Hatoviejo, ltagúí, Otrabanda, Pedregal-lguanasita y San Cr¡stobal, y de los estaban adscritos 20 esclavos. El mon- en este rubro les implicaría rebajar
barrios de la lgles¡a, Guanteros y San Benito. taje de estas expiotaciones agrícoias sus ganancias. A ñnes del período
Fuentes:AHA, tomo 336, documento 6476, fols. 1r-47r; tomo 337, documento 6496, fols.2r-43r,lomo
y rnineras fue una empresa farniliar, colonial, en 1808, el Valle de Aburrá
340. documento 6503, fols. 2tr30r, 1 09tr138v, 221r226v,227r24jv,274t- 29h,298tr303r y 304tr367v;
ACM, tomo 38, documenlo 2, fols. 1 r25V; tomo 41, documento 34, iol. 55r. en la que continuaron invirtiendo los continuaba abasreciendo los mine-
herederos de Jaramillo. En el censo rales de los Osos. Por es[a razón. la
de Medeliín de t 786, sus hijos Félix, pérdida de las cosechas en esta zona
Algunos mineros declararon tener en la jurisdicción de Medellir eran Nicolás, Manuel José y José María afectaba al sector rninero.2e
dificuitades en la explotación, por propietarios de haciendas v estancias declararon estar trabajando rninas en Para analizar esta situación no
la poca productividad de sus place- que les permitían abastecer parciai- Ia r"egión de los Osos. Así, este último debernos olvidar que enre ios rnás
res auríferos. Esta era la situación melrte sus minas. Estas posesiones uo decía estar colgando, en compañía de importantes riineros de esta época
del maestro Cristóbal Pérez, quien estaban ubicadas solo en la zona del suhennano Manuel, una urina en Las había propietarios de srandes exten-
en un aventadero en ei Valle de los Valle de Aburrá, puesto que desde Cruces, la cual ]abo¡aba con esclavos siones de tierra. Es el caso de Gabriel
Osos, llamado Suimdenve, solo sa- mediados del siglo algunos de estos y había provisro con la herramienra Muñoz, quien era dueño de tierras en
caba anualmente 90 pesos de oro de individuos solicitaron y obtu'r'ieron necesaria. En la decada siguiente este Barbosa, que medían aproximada-
20 quilates. Este rendimiento no le mercedes de tierra en la región de individuo se con'r'irtió en uno de los mente una legua de extensión (100
pe¡mitía sufragar ios gastos de man- los Osos. LIn ejemplo de este proceso pr-incipales mineros antioqueños, cuadras). Pa¡te de esta posesión esta-
tenimiento de ia cuadrilla, compuesta es el del alférez Nrcolás Jaramillo, habiendo fundido 12.083 pesos de ba dedicada a la ganadería y otra se
por 6 esciavos.26 miembro de una familia t¡adicional- oro entre l79l y 1806.:7 encontraba sin explotar. Es necesario
Para calcular ia rentabiiidad de mente ligada a la minería. Según su
una empresa minera debemos tener testamerlto, otorgado en 1776, este 27 AII.A- Notq¡ial,legajo i 780; Esri.bano, 300\'; Cercos, tomo 240, dommenro 6503. fols. 215¡_

en cuenta que los urineros residentes sujeto contaba con tierras en el sitio 226n,,214r.291r.298-303 y 369-21e; A¡chivo del Cabildo de Medellfi: (ACM;, romo 38,
docurlento 2. fois. 9r-I4r y 20r-25r
26 A. Tiqinam. Mineros, conerciantes l labradores, óp. cir., tabla 6.
29 AllA" crnsos, tomo 343, doonento 6538, fols. 8v-gr; A. Twüram, Minercs, cortercranres y
26 Ibíd.. fol.346v iabradores, Óp. cit.. pp. i69-]76.
250 I Rtq"tn, pobreu riiferencinción socni.
t, erL
anotar que este propietario ;-a tenía
su hato ganadero y esclavos cuancic
elnpezó a lnontar su rnina. La cua-
drilla de este sujeto parece haberse
forrnado después de 1778, puesto
que en el censo de Medellín de ese
año figuraba con 8 esclauos. mien:ras
que en censo de I 786 aparece con 35.
Es posible que en la adquisición cie
esclavos haya invertido capitai pro-
veniente de actividades comerciales.30
El estudio sobre la conforlnación
de una cuadrilia minera de finales
del siglo lo podernos hacer sobre
ia base de la que tenían los señores
Barrientos en I80i, en el sitio de
Caroiina del Príncipe. Esta estaba
conforrnada por 63 esclavos, de los
cuales 38 (60.31q, l eran mqjeres,
.t, 25 (39,68Va), hombres. Enire los
rniembros de eila se contaban 15 ma-
rimonios, lo que permite asegurar
que estaba compuesta por núcieos
familiares. Utilizando esta mano rie
obra, Felipe Barrientos obtuvo 12.470
pesos de oro entre 1793 y 1807, Ic
que da un promedio de produccrón
anual de 89 I pesos. Este ¡endiiniento
no era muy aito si tenemos en cuenta
el número de esclavos empleados.3r
En esta epoca, algunos mineros
empezaron a utilizar mano de obra ii-
bre. Así, Joaquín Barrientos, en 1 786,
decía que trabajaba una de sus minas
30 .tÍIA- Censos, tomo 339, dorumemo 6502, fols. l33v-155r¡ tomo 340, doomento 6503,
fols. 252r-273v
31 AfLA Erccción de a¿t"atos, toÍ\o 440, iocul)ento 8337. fol. l8r'; A. lil'inaru. Mi¡¿¿t'os. comet'-
cioue, llnlnadores. 1763.1310. Op. cit.. rabla 6.
J_ AILA' C¿¿sos, toruo 340, documenro 6503. fois. l09r-138r.
L.Twinatt. Minaos, comnciantu f.iohaduu, Óp. cit-, p. 196.
34 F. Siivestre, Desmpción del. reitrc fu Sar¡ta F¿ ti¿ Bogotá, Óp. cit., p. 22i
l¿ Prouincia de Antioqtúa tiurante el siglo xvtrt
en el \hlie de los Osos con peones
libres y esclavos. Este fenómeno debió
intensificarse en la pritnera década
del siglo xrx.3:
Es importante anotar que entre
1780 y i810, los mineros ocuparon
cargos en ei cabildo de Medellín, 1'a
como regidores o en los etnpieos de
elección anual. De los 14 principaies
mineros de la ciudad, 7 obtuvieron
puest-os en el cabildo. pero es precr-
so aciarar que los restantes llo eran
elegibles, por ser sacerdotes.s3 Este
hecho rnuestra que la élite económica
usualmente detentó el poder político
e hizo uso de é1 para beneficiarse.
Esta situación la describió ei goberna-
dor Francisco Silvestre cuando dijo:
Nada he encontrado a mi eutender
más lanrentable que la adninistración
de.justicia. Los Alcaldes ordinarios
son de los más aconrodados y princi-
paies vecinos por lo regular... por lo
misnro a la justicia ia dirige ei respeto,
el sentimiento privado o el parentesco
y no la recta irnparcialidad.s
En resumen, durante la seg'unda
mitad del siglo xvlrt un grupo de
vecinos de Medellín, conformado
por comerciantes españoles y miem-
brc¡s de familias ligadas a la minería
desde el siglo xvn, hicieron grandes
inversiones en capital y mano de
obra en el sector minero. Aunque
Ia rentabilidad de muchas de estas
empresas no fue alta, no hay que ol-
vidar que esta era solo una parte de
las inversiones de esros propierarios.
Herederos mr¡chos de ellos de una
élire conformada en el siglo )n¡ri, sus
descendientes serán quienes deten-
ten ei poder económico y político en
la provincra en el siglo xrx.
Los rlrazamorreros: negros
y mesfizos tratando de s¡¡bsisÉir
La inexistencia de ricos minerales
dentro de los términos de la Villa de
Medellín fue la causa de que en este
lugar se matricularan pocos maza-
moneros. Pa.r'a estudiar ia situación
econórnica y social de este grupo de-
bemos tener en cuenta que Ia mayor
parte de las minas de propiedad de
los vecinos de] \hlle de Aburrá estaba
localizada en la zona de los (lsos. Por
este motivo era en los sitios de esa ju-
risdicción en donde se rcgisn'aban estos
propietarios v pagaban el derecho de
mazamon'a. Además, fue colrienre que
pequeños propietalios territoriales o
gente sin trerra, lesidentes en los luga-
res pertenecientes a Iajurisdicción de
Medetín, se dedicalan por tenporadas
a la exu acclón de oro en rrunas ajenas.
bien fuera como trabqadores ildepen-
dientes o como peones al.¡omal. Así, en
1787, eI alcalde pedáneo del partido
de San Crisióbal, Igrracio Palacio, decía
con respecto a los habitantes de ese
35 ACM, tomo 38, doomento 2, fols. 24v-25v.
36 AI{A tomo 345. documen¡o 6538. fol. 8r
37 !tH.A> Mi¡zu, tomo 5303, docunrento l. fols. 7r,-l4r ¡, 301
ln ju"isd.i.cci.ón de I^a l\ll^a de Med¿lhn I 257
silio: "es gente naftrralmente entregada
a su trzbajol, diiigencia. pues acabadas
sus propias labranzas pasan a otras por
concierto o a los minerales a rescates
o a mazamorrear sin tener tiempo
ocioso".35 O acerca de ia población de
Barbosa, José Manuel Restrepo y Sal-
vador Madrid añnnaban, en 1808, que
"cría, cultiva,v trabaja minas de oro".36
Estos hechos, así como la lenden-
cia a ia evasión fiscai. hacen diñcil
calcular el porcenta.le de la pobiación
radicada en el \."alie de Aburrá vi¡rm-
lado a las labores mineras.
La rnatrícula de mazamoneros
más antigua de la Provincia de Anrio-
quia que existe es la correspondiente
a la jurisdicción de Medeliín, reaii-
zada en 1780. En esa oportunidad
fueron inscritos 26 indi¡'¡duos. de los
cuales 7 trabajaban en los minerales
de Matasano. 6 en ios rnineraies de
Gurupera. 4 en los minerales del
Rosario, 4 en los de Fiedras Blancas,
2 en los de San Pedro, I en ]os del
Espíritu Santo, 1 en el sitio de Sanra
Rosa en el \,hile de los Osos,v i en los
minerales de la Eme. Esta lnatrícula
fue cornpletada en 1781 , 1785 y
1786 cuando se registraron 7 pérso-
nas rnás. De ellas, 4 laboraban en la
quebrada de Piedra-. Blancas, 2 en la
de Conés, jurisdiccrón de En¡'igado,
y 1 en Ia quebrada de la Gurupera.st
De ios rnazamorreros inscntos,
cerca del 7A%, eran pardos y negros
iibres. No debenros olvidar que de
acuerdo con el ceirso de 1778, la

252 I n¿qrun, pobren 1 d.iferenciación socinl en la Proxincin de Antioquia duran.te el siglo xvrti
población de origen racial negro
era predolninante en la jurisdicción
de Medellín (5.078 individuos, que
corresponden al 3570 de los mora-
dores de la localidad), como atañe al
desarrollo de una sociedad esclavista
corno la que se implantó en el Valle
de Aburrá en el siglo xvn.36
La situación económica de los ve-
cinos libres vincr,rlados como trabaja-
dores independientes a la extracción
del oro la podemos visualizar a través
de Dionisio Patiño, pardo libre, ve-
cino del barrio de Quebrada Arriba
(Quebrada de Santa Helena), quien
hgura en Ia rnat¡ícula de 1780. Este
individuo poseía una casa de paja con
el solar correspondiente, en donde
tenía un platanar. El ar,alúo dado a
esta propiedad fue de 60 pesos. Era
dueño de unos cascajeros de mina
en Piedras Blancas. donde rnazamo-
rreaba, los que fueron apreciados en
20 pesos. Completaba su patrimonro
con 4 reses que valían 40 pesos. Su
caudal líquido fue calculado en I20
pesos de oro.3e
La mayor parte de estos mazalno-
rreros puede ser catalogada como
pequeños propietarios pobres que
gastaban el oro que obtenían en
"abastecimiento". Corno entregaban
su producción a los comerciantes a
carnbio de r¡ercaderías, dijeron igno-
rar la ley del oro que sacaban.
Entre los lnazarnorreros regisra-
dos, solo 5 eran pobladores blancos.
JÓ AIIA, Ceruas, tomo 339, docunento 6502, fol. 155v.
Ibíd., tomo 340, documerrto 6503, fols. 323r-339r.
40 .|tIfA" Mirus, tomo 5303, documento 1, fols. 7v-14v ¡, 2fi'; AI1A Cereos. tomo 340, docu-
mento 6503. fols. 340r-367.
ffi
:+.
Todos ellos eran dueños de sus tninas
y las trabajaban utilizando esciavos o
peones libres. Así, Bárbara de Posada
se matriculó en 1780 con 3 traba-
.jadores, pues declaró laborar uri
yacirniento que poseía en el sitio de
Santa Rosa, en el \/aile de los Osos,
utilizando esclavos o libres. La posi-
ción económica de estos propietarios
la podernos apreciar con el ejemplo
deJuan Maria Cuarras. quien en ) 78)
se registró como mazarrorrero en
el mineral de Pledras Blaucas. Este
sujeto, vecino del partido de Otra-
banda. renia. en I 78o. una pequeíra
propiedad territorial de 4% cuadras,
ia que trabajaba con esclavos. Allí cose-
chaba i5 fanegas de maíz al año, caña,
plátanos y frutos. Mantenía también
dos cabezas de ganado vacuno y 10
cabezas de ganado caballar. Comple-
rnentaba su patnmorxo con una mina
de oro corrido en Piedras Biancas que,
según su declaración, al principio le
había sido útil. pero ya estaba un poco
agotada. Este 1'acimiento lo e>lplotaba
con mano de obra esclava. El caudal
líquido Ie fue caiculado en 725 pesos
de oro, Ia rnayor parte representado
por los esclavos.ao
Los datos del censo de Medellín
de I786 permiten ver que eran muy
escasos los vecinos iibres con minas
de oro, puesto que de I .1 84 cabezas
de farnilia mestizas v rnulatas estudia-
das, solo 25 (2,11%) declararon tener
pequeños derechos (véase tabla 7.2).
Si estudiamos la información
correspondiente al partido de Río
.{bajo (Hatogrande), encontramos
que de 9 pobladores libres dueños de
)¡acimientos auríferos. 4 expresaron
trabajarlos. 3 estar entablándolos ,v
2 no explotarlos. De estos propieta-
rios. 7 contaban con tierras propias.
aunque 6 de ellos estaban vincula-
dr¡s colno agregados en posesrones
ajenas. Esta situación se explica por
tener Lerreno: ubicados en otrasju-
risdicciones o por nc serles suficiente
para rnantener su famiiia.
Las labores rnineras eran desa-
rrolladas como cornplernento a ia
actividad agrícola. Así, de Miguei de
Betancurt, vecino del lugar, se decía:
"cuando cesa de su labranza. se divier-
te en una minita de Doca estimación
que le produce treinta pesos de oro".!r
I)e estos propietarios, 2 figuran
matriculados como mazatnorreros en
la rnatrícula dei partido de Barbosa
(Río Abajo) ¡' la Eme de 1790. Uno
era X4anuel Me3ía, quien vivía en
tierras de Juan Ftrernández Zapata.
Explotaba una mina en la Eme,
uriiizando un esciavo v peones ii_
bres, obteniendo una pioducción de
350 pesos de oro al año. Debido a este
rendimienro, su caudal fue calculado
en mil pesos de oro.
Orro grupo de personas vinculadas
a ia rninería estaba constiruido por los
que trabajan en minas ajenas. Así. en
el partido de Río Abalo, 3 pobiadores
blancc,s 1' 9 veciuos libres ñguran en
4l iomo 340. docwer)to 6503, fol. 267r
.4.1L4,. C¿ruos,
+2 Ibíd.. fols. 252r-?73v: Mims. tomo 352. documen¡o 6624. fols. 3r-4¡
\
Ia iwisdrcción de k I,llln d.e Med¿IAn I 253
esta condición. Parte de ellos laboraba
en 1'acimientos pertenecient.es a fami-
llares ¡'otros cotno agregados ojorna-
Ieros en derqchos de particulares. La
siuación económic¿ de los integranres
de es¡e grupo era bastante precana.
pues la mayoría de ellos se encontraba
tarnbién agregada en terrenos ajenos.
En la mat¡ícula de I790 figuran 3
de estos sujetos corno lnazamorreros.
Entre ellos lomamos como ejemplo
a Esteban García, quien vivía con
su suegro Manuel Mejía. Tiabajaba
en la mina de Mejía en calidad de
jornalero y su caudal fue caiculado
en solo 70 pesos de oro.al
Mejor suerte parecen haber tenido
los vecincs de Medellín que se dedica-
ron a lnazarnorrear en el Valle de los
Osos. Para ilustrar esta situación pon-
garnos corno ejemplo a Cosrne Castro,
i'ecino de Copacabana. En 1786, este
sujero poseía una casa pajiza en el
marco de Copacabana, un pedazo de
mina en el paraje de Las Claras que,
_iunto con sus ranchos, fue avaluado
en 200 pesos de oro, algún ganado
vacuno 1 una esclava. Su patrimonio
fue avaluado en 1.483 pesos, pero de
ellos debía 613 a mercadercs. Durante
ia década del noventa se registró como
"Don" en la lista de mazarnorreros
del partido de Las Claras, habiendo
pagado 5 pesos de derecho, lo que
significa que utilizaba rnás de un
trabajador. La situación económica
de este propietario parece haber rne-
jorado constanternente, pues además
254 I Rtqueza, pobreza 1 diferenciaci.ón social
de haberse blanqueado, en el censo
de 1801 del partido de Carolina del
Príncipe figura como minero. Para
este lnomento era dueño de 12 escla-
vos, de los cuaies 7 eran párvulos. En
15 años este individuo parece haber
acumulado un capital apreciable, el
cual debía proceder de sus actividades
rnineras en el Valie de los Osos.as
Según la matrícula de 1790, en la
jurisdicción de Medellín había rnaza-
lnorreros en e1 partido de Copacaba-
na, donde se registraron 7 individuos;
en el de Barbosa (Río Arriba) y la Erne,
donde se lnatncularon I7
el partido de QuebradaArriba, donde
sujetos, ¡ en
se inscribieron 9 personas. De acuerdo
con los datos de los libros de Real Ha-
cienda, en ese año se recaudaron por
derecho de mazarnorras 13 pesos de
oro en el partido de Copacabana, 27
pesos 4 tornines en el de ia Erne y Por-
-v 21 pesos en el partido de Quebra-
ce,
daArriba y Piedras Blancas. En total se
recaudaron 6i pesos 4 tomines de oro,
io que constituía una cifi-a rnuv baja,
dada la concentración de población
residente en el \¡alle de Aburrá, gran
parte de la cual estaba en capacidad de
dedicarse a esta acdr,idad.aa
Pa:-a estudiar la sin-ración económi-
ca de estos mazamorreros, tomemos el
ejeinplo del partido de Quebrada,{rri-
ba, puesto que pam este caso hernos
logrado corrseguir datos para 7 de los
9 individuos inscritos. La información
43 AIIA, Cmsos, tomo 336. doarmento 64?6, fols. Ir-47r: Mitm, tomo 354. documenro 665i,
fol. lr Erección de cut'atos, tonlo 440, documenro 833?, fol. 20v.
44 I,TLL Mit¿as, tomo 352. docuruenro 6624, fols. 3r-7y: Lihras. toluo 468, documenro 6380,
legajo 1. fols. 4lr-v.
AH-{ Crruos, tono 540. docun¡euto 6503. fois.523¡-339r
m.la Proú.ncia de Antzoqun tiurante eI sigla xtttt
recopilada muestra que 6 (85,71%) de
estos fabajadores eran propietarios de
derechos de minas, Ios que explotaban
personalrnente. De ellos, 4 (57,1a7o)
no tenían tierra y los 3 (42,85%) res.
tantes poseían lnenos de 5 cuadras.
Estas cifi:as lnuestran que en esta zona
existía desequilibrio entre las actir,r-
dades agrícolas y las rnineras, siendo
esta la causa de que la producción de C)
oro se destinara básicatrrente a pagar
bastirnentos.a¡
El núrner-o de mazamorreros ma-
trioriados en la jurisdicción de Me-
Las jurisd"icciones
dellín a fines de] sigio parece haberse
rnantenido estable. pero hay que tener
de Cáceres y Zaragaza
presente que muchos vecinos de la
zona traba3aban en los minerales de
los Osos durante ia estación de lluvias.
En resumen, el grupo de los rna-
zamorreros vecinos de 1a jurisdicción
de Medellín estuvo forrnado tunda-
rnentalmente por personas de origen
t\
racial negro quienes. como aniiguos \-rom,, lc, anolábamc,s al comienzo explotación de los 1'acimientos de
esclavos o descendientes de estos, de la se¡¡lnda parte, ei estudio de ia Cáceres y Zaragoza hicieron que la
tuvieron diñcuitad para acceder a producción ntinera cie los disriros de producción de oro denunciada en las
ia tierra y encontraron en el rrabajo Zaragoza _r Cáceres se diñarlta por e} cajas reaies ubicadas en la Provincia
rninero una oportunidad de subsistir. hecho de haber eslado sujetos a la Ca.¡a de Antioquia (Antioquia, Cáceres,
En algunas ocasiones, el producto Real de tr4ornpox durante }a segunda Guamocó y Zaragoza) superara la
obtenido con esta labor permitió el as- mirad de] siglo'xr'¡¡t. Por esta causa cie los antiguos disrritos de Santa Fe,
censo social de los individuos. pues les desconocerncis ]as cifras de los regis- Popayán y Carrago. Sin embargo, esre
posibilitó acumular un cauda.i superior tros de F"rnciición que perrnitan saber auge se des'i'aneció en pocas décadas,
ai del prornedio de Ia pobiación. Para si en esta zona, durante el siglo xi,rrr, debido a que los negros esclavos
Ia rnayoría de estos trabajadores, sin hubo un aumerrto significarivo en ia que se habían introducido, ante la
embargo, este oficio solo les hizo posi- producción cie oro o si no pudiéndose ausencia de mano de obra indígena,
ble rivir corno vecrnos pobres. superar ics íac',.,res grre ocasionaron perecían rápidarnente sin ser posible
su crisi-. en el sigio xvrr, permaneció reempiazarlos, no se contaba con un
estancada. adecuado aprovisionamiento, io que
Es neresa::io ¡ecordar qne a par- hacía muy caras las rnercaderías, I' el
tir de i 580. ei riescubrirniento v la agotamiento de los aiuviones de más

256 I n¡q"t^. pobren 1 drferntcnción social en
facil expiotación obligaba a trasla-
dar las explotaciones a lugares más
apartados.l
A fines del siglo x\¡nJ en i699, el
gobernador Francisco Fernández de
Heredia, con el propósito de encon-
trar la causa de1 "acabarniento de los
rnineraies". ordenó la realización de
una visita a Cáceres, Zaragoza y \\lla
de Avapel, para que le informaran el
estado de la tierra,v el número de veci-
nos. EI cabildo de la ciudad de Cáceres
respondió que consideraba necesaria
la visita para que "dicha ciudad de
Cáceres vava en aumento y no des-
caesca en e] todo corno le ha sucedido
a la Guamoco".r Por esta razón, nom-
braba para que la efectuara al capitán
Baltazr de Támayo,v Toro, vecino de
Cáceres. quien había sido varias veces
alcalde ordinario.
El citadovisitador*poní4 en I70l,
que esa ciuüd lsni¿ ¡¡uv pocos'r,ecinos.
los que se encontraban en la pobreza,
colno Io refleja el hecho de que exisüe-
ran mu)'pocas cuadrillas de esclavos.
Durante la primera mitad del
siglo xun. los mineros que tenían üa-
drillas en ia 3urisdicción de Cáceres
eran vecinos de otros lugares, funda-
rnentahnente de Mornpox y uno que
otro de la ciudad de Antioquia. Este
último caso era el de.fuan Bernardo
Ferraro. cornerciante español, resi-
dente en .\nLioquia. quien junto con
su madre Ana Ruiz heredó la rnina
de Nuestra Señora de la Candelaria
I Gennán Colmenares, Histuia económica 1 social d.e Colonbia, 15i7-1719, Cali, Unive¡sidad
del \alle. 19i3. p. ?29.
2 AIf,A, tr¡rrlru, tomo 75, documento 2092, fols. 6v-7r.
ñlA, Mot'tuotzas, touro 290, docurr¡ento 5E50, fols. 20r-22v.
:ffi.
,€;:
,:,
ln Proúnci.a. de Antioquia durante eL sígLo xvttt
de Oco, de su abuelo el comerciante
espanol Francisco Ruiz Caro. Al rnorir
Ferraro en I 737, se hizo un inventa-
rio de los bietres existentes en ese lu-
gar. los cuales consistían en una tnina
que iba desde la boca de la Quebrada
de Oco hasta Ia boca de la de Amara,
t.eniendo una extensión de un cuarto
de legua. La cuadrilla adscrita a esta
explotación estaba compuesta por
20 esclavos, de los cuales 10 eran me-
nores de l5 años;'2 mayores de 50.
De los 6 esclavos que estaban en edad
productiva, 2 hornbres estaban enfer-
mos y 2 mujeres preñadas. EI número
de trabaladores activo era entonces
uruy pequeño, pero la alta tasa de
naralidad existente garantizaba al
propietario el aprovisionamiento de
mano de obra.3
La cuadrilla en cuestión ha debido
ser más grande. pues el número de
herrarnientas existentes excedía las
necesidades del rnomento. Estas con-
slstían en 10 barras, 14 ahnocafres,4
azuelas, 6 machetes de rozar, 8 hachas,
2 martillos y 9 bateas para lavar oro.
h¡a el ma¡tenimiento de la cuadri-
IIa, tenían sembrada una rcza de maiz
de l0 ahnudes)'2 almudes deplatanar.
No debernos olvidar que el maíz y ei
plátano eran los productos básicos de
la dieta de Ia población esclar''a.
En }a segunda mitad dei siglo
parece que hubo una pequeña reac-
tilación de las actividades mineras
en la zona de Cáceres, lo que puede
:
medirse por la existencra de varias
cuadrillas con un número grande de
esclavos v la presencia de un buen
núrnero de mazamorreros. Estos
trabajadores libres eran negros, tnu-
iatos y zambos. pues a excepción de 4
vecinos blancos, todos los habitantes
del lugar eran descendientes de po-
blación negra.a
De acuerdo con las declaraciones
de los testigos rnterrogados en la visita
rcaiizada en 1784 porJosé López de
Mesa, los minerales de esa.jurisdicción
eran de oro corrido, siendo explota-
dos con esclavos el Real de Minas de
Las Cmces, que era trabajado por Ma-
nuel de Solas, residente en Mornpox y
capitán a grerra de Cáceres, y los Rea-
ies de Minas de Puqui y Las Piedras, en
que laboraba la cuadrilla del marqués
de Santa Coa, vecino de Mompox. Así
misrno, trabajaba este sujeto el Real
de Minas de Candeva, que pertene-
ció a Juana de Herrera, r'ecina de la
ciudad de A,ntioquia y viuda de Juan
Francisco Ferralo. Los mazamorretcs,
por su parte, laboraban en el Real de
Minas de Las Cmces, con permiso de
Manuel Solas, 1' eu el Real de Minas
de Arrepentidos, el que fieanentaban
por su riqueza. En esta información
consta, además, que los mazamorreros
eran abastecidos por cornerciantes
gue entraban sus embarcaciones por
los ríos y quebradas de la zorra. para
llevarles r'íveres y mercancías que les
vendían con toda libertad.
Los testigos pr-esentados en esa
ocasión dejaron constancia de que
AÉlA- I'k¿i¿s, tomo 76, docullento 2105
bts junsdicciones de Cáceres 1 Zaragoa I 257
ningún vecino de esa ciudad tenía el
caudal necesario para explotar con
eñcacia los nurnerosos minerales
existentes en Ia zona. Por esta ¡azón,
no se traba.jaban los minerales del
Raudal, el¡del Nudo y el del Puerro
de Espíritu Santo.
Se infonnó, así mismo, que dentro
de lajurisdicción de Cáceres se había
fonnado el sitio de SanJosé de Nechí,
donde residían de 50 a 60 vecinos,
quienes se iledicaban a mazamorrear
en el río Cazerí.
En esta visita fue constante ia
alusión a la poca apiicación de los ha-
bitantes de estos lugares a ias labores
agrícoias y ganaderas, io que obligaba
a introducir víveres de afuera. Esta
era una de.las causas de ia baia ren-
tabilidad dé la minería de la zona.
Otra característica de esta pobia-
ción minera era que su escaso'r'ecin-
dario vir,ía en ios ríos y las quebradas
buscando dónde sacar oro. Para orga-
nizar la adryinistración de justicia v el
cobro de los derechos reales, el gober-
nador Francisco Silvestre ordenó en
esa ocasión que las cabezas de farnilia
hicieran casas en eipueblo. Mandaba,
así lnisrno, que estos habitantes concu-
rrieran a misa los dorningos y fiestas,
disposición que se hacía extensiva a
los duefios de cuadrilla y sus esclavos.
Un elernento que deJa \¡er ia crisis
eslructura] de ia minería de cuadrilla
en esta jurisdicción es la alusión a
Ievantarnientos de esclavos. Se argu-
mentaba que la causa de esta situa-
ción era Ia faita de control y la totai
258 I nl.q"eru. pobren 1 dzfermciacrón soczal
libertad en que estos vivían, razón
por la cual se detertninó nombrar
un alcalde pedáneo, que [endría a su
cargo ia administración dejusticia en
ios casos de rnenor cuantía.
Según el censo de Cáceres de 1 796,
de ias 128 minas existentes en la zona
solo 24 estaban puestas en iabor De
i<'s 21 propietarios de rrinas regis-
trados, soio 2 (9,52Vo) empleaban
exclusivament.e rnano de obra escla-
i'a, rnientras 5 (23.8Aú/o) utilizaban
esclavos r peones libres y 14 6€',66Vt)
iaboraban írrucamente con jornaleros.5
Para ubicar en su real dirnensión
ia crisis de la rninería de cuadrilla en la
región, hay que tener en cuenta que
de los 7 mineros que traba-jaban con
esclavos, 2 eran vecinos de otros luga-
res..{sí, el Real de Minas de Candeva,
propiedad de los herederos deJuana
María Herrera, vecina de la ciuciad de
.A.ntioquia, era trabajado con 31 es-
ciavos. La organización del trabajo
de esros esclavos estaba a cargo de
2 rnayordomos, .|osé Cruz Robledo
_rJuan Bautrsta López, r'ecinos de la
ciudad de Antioquia.
Por su parte, con I 30 esclavos per-
tenecientes a la mortuoria del marqués
de Santa Coa se laboraban los rea.]es
de minas de San,{ntonio de F.rqui 1'
el de la quebrada de Las Piedras. En el
primero de ellos había 69 esclavos, de
ios cuales 32 (46,37Vo) eran pámrlos,
v en el otro trabajaban 6i esclavos,
25 $A.98Vo) de eilos menores de 17
años. El eler.ado porcentaje de esclavos
lnenores muestra que las condiciones
PJla. Ccnsos. tollo 336. docu¡lenro 6462, fols.
m ln Prouincin d'c Anhoquia tiurantu el si'glo xvut
de vida existentes en estas explotacio-
nes permitían la reproducción natural
de la población esclava. Como en el
caso anterio¡ la adrninistración de las
rninas y los esclavos estaba a cargo de
un inayordomo.
Entre los vecinos de Cáceres. quien
más esclavos tenía era Luis de los San-
ros, blanco. quren Iaboraba una mina
ubicada en la quebrada de Man. hacia
el río SanJorge, con una cuadrilla de
50 esciavos y 3 rabajadores libres.
De los 13 mestizos y pardos que
eran propietarios de mrras, 3 (23,()7qa)
contaban con esclavos. No obstante. Ia
tnavor parte de ellos (9 de l3) pueden
ser considerados como lnineros, pues-
to que ernpleaban 5 o más trabaiado-
res iibres. Todos dejaron constancia
de que los peones que utilizaban eran
forasteros que trabajaban por unjor-
nal que, de aanerdo con lo usado en
otras regiones, debía ser de 2 tornines
diarios. No sabemos que porcentaJe
de este salario era anbierto en dinero
y cuál eu especie.
La migración hacia esa zona de
hombres que se empleaban en la labor
rninera Ia podernos medir sivemos gue.
en 1796, de un total de 95i personas
censadas en Cáceres, 600 (63,097b)
eran hombres. Si a esto agregarnos
que el 70Vc de los habitantes de la
localidad (471 personas) estaban en
edad productiva, tenemos datos que
confinnan ia hipótesis oipuesta. Existía
en esta localidad un desequilibrio entre
el núrnero de mu3eres y hombres que
se reflejaba en un esquema poblacional
j5¡-24t
diferente al de oras regiones de la
provincia.
Un poco más de la tercera parte
de este vecindario vivía en casas (353
personas), v el resto estaba disemi-
nado por los ríos y las quebradas del
ál'ea, buscando oro. Esta situación la
podernos vei:ificar con los datos del
censo de 1803, en donde consta que
había núcieos poblacionales en la
zona de-farazá. la quebrada de Man,
la quebrada de Rayo, en Guayabal,
Candeva, la quebrada de Puqui, San
Pantaleón, ia quebrada de Pachirende
o Cachirime, la quebrada de puri o
Puxi, ia quebrada de Pite, ia quebrada
de Corraies, la quebrada de Cruces,
Nicarano, Santuero, San Rosa y Ia
quebrada Espuela de Venado.6
La población de Cáceres de 1803
esaba fonnada por I 5 (2,4%) habitan-
tes blancos, 495 (67.43Vo) pobladores
pardos y negros libres, y 224 (Zl,blTo)
negros esclavos. Gran parte de este
vecindario eran personas aptas para
trab{ar, puesro que solo I t9 (24,04V0)
de los pobiadores libres eran párluios
y 51 (22,76Va) de los esclavos eran
menores. Para analizaJ. esta estructura
poblacional debemos tener eti cuenta
que, de los habitanres pardos v negros
libres, 308 (62,22Va) eran hombres
,\, 187 (37,77Vo) eran mujeres, Este
hecho refleja la migración, hacia
jurisdicción, de hombres libres que
se dedicaban a traba,¡ar en los ricos
placeres auríferos allí existentes.
Esa hipótesis se puede corroborar
con ios datos de ese padrón, pues de
6 Ibíd.. fois. 1r-14v.
7 AflL I4sifq,¡. romo 76, docunenio 2l I I
Las jurisdicciones de Cáceres
1 Zaragoz¿ I 259
6 r'ecinos blancos que allí residían, 2
(33,33V0) eran mineros, y de 1 96 par-
dos y mulatos que vir'ían en Ia juris-
dicción, l0 (5,lOqo) eran mineros y
33 (16,8370) eran tnazalnorreros. El
número cie personas vinculadas a esia
labor debía ser lnayo! puesto qu€ un
sujeto dijo ser peón minero, y de los
64 jornaleros ,v 3 peones (gL,l1Ík)
anotados, la mayor parte trabajaba
minería. Este hecho esrá confirmado
por las declamciones de los vecinos de
Cáceres en la visita que en 1804 hizo
el capitán a guerra Tomás Dor.al y
García. Según ellos, la gente forastera
se dedicaba a sacar oro en caiidad de
jornalera y reg"ularmente vivía empe-
ñada con sus patrones.t
La mayona de la gente vinculada
a la minería estaba compuesta de po-
biadores pobres que ernpieaban una
ternporada en rab4ar en las ininas
y otra en hacer una pequeña siernbra
de rnaíz y plátanos para tener con qué
sustentarse. El desequilibrio enüre las
acúridades agrícolas y las mineras em
considerado por los vecinos )'los fun-
cionarios reales corno causa del atmso
y ia miseria existentes en la regrón.
Como solución se proponía que se
esumulara la rnigración hacia esa zona
de gente que se ejerciraiia en cría de
ganado y en cuitivar sementeras.
esa No obstante Ia pobreza genera-
lizada. las actividades mineras per-
mitieron a algunos mulatos y pardos
libres acutnular cierto caudal. Este
era el caso de Pedro Moriega, pardo,
quien entre I 796 y I 803 pasó de ser

260 I n¿qrn-. pobrezo y üfercnciación social en la Prouincio
dueño de I esclavo a poseer 9. En el
año de I 804 era considerado e}único
vecino de Cáceres que poseía fortuna.
Según los datos del censo de I 803,
exisl-ían alli esclavos de
propietarios
9 Ic¡s bastimentos, Io que disminuía ia
blancos y de 3 propietarios pardos y
rnulatos. Las cuadrillas rnás grandes
continuaban siendo las de los here-
deros dei marqués de Santa Coa. Para
esa época, la mina de Puchi y sus 56
esclavos pertenecían a Ignacra y Ni-
colasa Tiespalacios, de Mornpox, v Ia
rnina de las Piedras y sus 68 esclavos se
habían adjudicado al marqués de To-
rrehoyos, vecinos de Ia misma ciudad.
Aprincipios del siglo xrx, Ias minas
que se explotaban eran 5, en el Real
de Minas de las Cruces, que eran
trabajadas con eente lib¡e; la de la
quebrada de Can, que se explotaba
con esclavos; las de Piedras, Candeva y
Puqui, locaiizadas a orillas del río Cau-
ca, que se iaboraban con cuadrilla de
esclavos. Existían, adernás, mazarno-
rreros sueltos por toda lajunsdicción.
Anualmente, los mineros sacaban 300
Iibras de oro más o menos, por los que
pagaban a la fundición 900 casteilanos
de oro. Agregando a estos derechos lo
que pagaban los mazarnorreros, en esa
ciudad la Real Hacienda recaudaba
rnil pesos de oro al año. Fuera de las
rninas explotadas existían muchas va-
cas i' sin descubrir, por falta de genre.
En resumen, a 1o largo del si-
glo xrrtrr los mineros residentes en
Cáceres fueron reempiazando pau-
iatinarnente la lnano de obra esclava
con trabajadores libres. Esta situación
se expiica porque los peones solo de-
bían ser contratados en la ternporada
de verano cuando se trabajaban las
rJa AnüoEtia durante el
rninas, mientras que los esclavos de-
bían ser rnantenidos todo el año. El
desequilibrio existente entre las acti-
vidades mineras y agrícolas encarecía
relltabilidad de las explotaciones au-
ríferas. Las diflcultades para un ade-
cuado aprovisionamiento, que debía
hacerse por los ríos y las quebradas,
ante la faita de caminos transitables,
era otro obstáculo para superar. Por
lo que respecta a los rnazalnorreros,
debemos tener en cuenta que enfren-
taban los misrnos probiernas, Io que
les cerraba la posibiiidad de acumu-
lar algún caudal. Por estas razones,
la producción rninera de la zona no
creció al misrno rrtmo que la de otros
lugarcs mejor aprovisionados como el
\hlie de los Osos.
Un proceso parecido al descrito fue
el que se vivió en lajurisdiccrón de ia
ciudad de Zaragoza. Así, en i7i3, en
Ia visita reahzada por el gobemador
José de \ársa, se decía que la vecindad
de esa ciudad se componía de rnore-
nos iibres, pues solo había 2 r'ecinos
blancos. Debido a eilo, los cargos del
cabildo eran ocupados por cornercian-
tes, vecinos de Mompox. Esta situa-
ción ocasionaba frecuentes disputas
entre los vecinos y los forasteros que
tenían a su cargo ia administración de
justicia. Algunos de los testigos decla-
raban que esta era una de las causas
de la decadencia del lugar.
Según los informes de esa época,
no había en esajurisdicción cuadrilias
de escla'r'os trabajando ias minas, I' ios
aluviones de Ia región estaban aban-
donados. Esta situación se reflejaba
en los recaudos de la Real Hacrenda,
;+*trY:
sigla xvttt
pues en el año de I 7 I I se percibieron
258 pesos 3 tomines de oro, y en Il 12
se recogieron 268 pesos 3 tomines de
oro. Contrastan estos bajos rendimien-
tos con los obtenidos un siglo antes.
cuando la producción de oro era de
cerca de 200 mil pesos al año.6
En 1725 se anotaba que Ia rniseria
de la ciudad de Zaragoza se debía
a los aitós precios de los géneros 1'
comestibles que se introducían de
Mornpox y Villa de Ayapel. Los jueces
de ia ciudad no podían conrroiar esra
siti¡ación, pues cuando se suspendían
las introducciones. el vecindario ex-
perirnentaba muchas necesidades.
Esto ocurría en los meses de lnviemo,
cuando ias crecientes de los ríos Cau-
ca l Nechí impedían la liegada de las
ernbarcaciones al lugar.e
La falta de un adecuado abasteci-
miento, debido al escaso desarrollo
de la agricultura de Ia zona. irnpidió
que durante la pritnera mitad del
siglo xvul la minería de esta región
superara ia crisis.
Hacia 1776, la situación parece
haber variado poco, pues el gober-
nacior Francisco Silvestre decía que
esre distriro rendría de 1.500 a 2.000
habitantes, siendo la rnavor parte de
ellos "negros, zambos y otras mezclas
y de las mas per-\¡ertidas".
Los ricos minerales de la zona
eran explotados por algunas cortas
Ibíd.. torno 75, doolnento 2094: G. Colmenms,l{istu'ia ecmómica t'socialfu Colombia, óp.cit
p 229.
9 AllA, I4s?tqs,toño 75, doomenro2097. fols. l6¡-18r.
10 Francisco Sih,esnc. Desripcim del reino d¿ Satzta Ft dt Bogota, Bogotá, Biblio¡eca Popular de
Culru¡a Colombiara, 1950, pp. i95-)96.
1l A¡chn,o General de la l.\ació¡r (AGN"), Neo-os l csciaztos l¿ ¿q¡¡enu¡o, romo 3. fols. 347-6?3.
\
Las junsdicciones d.e üceres 1, Zaragozn I 267
cuadrillas )¡ tnazalnorreros, los anales
combinaban el trabajo cie lavar oro
con el de hacer siernbras para su gasto.
Los vecinos iibres solían acudir en el
verano al sitlo del Charcén, célebre
por su riqueza aurífera, así corno a las
quebradas de La Liana 1'el Bagre. En
el concepto del gobernador, los maza-
motreros eran "genrc viciosa, tmrnposa
r ;ugadora. aunque sin arbirrro para
sujetarla, porque a excepcrón de tal
cual todos son peores".ro
lguahnente anotaba que a estos
piaceres auíferos solían ir a trabajar
algunos indios del pueblo de Sabana-
iarga, distante deZaragoza?} o 2t días
de camino.
Corno ejetnplo de los rnineros de
cuadrilla güe operaban en esÉ zona,
tomelnos a Juan Antonio Ladrón
de Guevara. rnercader, naturai de
Mompox;' v66ino de Zaragoza. En un
¡esamento ot.orga-do en 1778 declaró,
por bienes suyos, el Real de Minas de
Machuca, ubicado en la.jurisdicción de
Zat'agoza. Nlítenía22 esclavos, de los
cuales solo 4 (18,i8%) e¡an menores
de I5 años. Como rasgo especial para
la época señalamos que esra cuadrilla
contaba con 5 esclavos bozales, I de
ellos de casta grinea y los 4 rcstanres
de casta congo. Por sus edades pode-
mos deducir que fueron introducidos
con posteridad a 1736, fecha de rer-
minación dei asienro ingiés.ir
262 I Rlq"r*, pobrezal d.iferendaci.ón
Los instrumentos de trabajo de la
rnina estaban compuestos por 6 barras,
I barretón, 6 almocafres, I rnachete
calabozo, 2 hachas, I azuela gurbia,
2 azadones, 6 platillos y I batea de
lavar oro.
Frente a la mina tenía una estancia
cacaotera, en donde mantenía cuiti-
vos de plátano y :r;,aí2, destinados aI
rnantenirniento de la cuadrilla.
Durante la visita realizada en I 784
por el capitán de rniliciasJosé López
de Mesa, los inforrnantes declararon
que las minas de la jurisdicción de
Zaragoza eran de oro corrido. En ese
rnornento se trabajaban con esclavos
los Reales de Minas de San Antonio,
que laboraba Ignacio \¡ictoria; del
Saltillo, que pefienecía a Ia fábrica
de la iglesia parroquial; de San F¡an-
cisco, que era propiedad de Enrique
Rodúguez; de la quebrada de la Raya,
que laboraba Bernardino Romero;
de San Pedro, que explotaba Salva-
dor Santana; de Santa Barbara, que
era propiedad de Miguel Rurnbaut,
regidor y vecino de Zaragoza; de
Machuca, que estaba bajo el comando
de Ignacio Pérez de Teran, alcalde or-
dinario deZaragoza, y de Santa Mar-
ta. el cual iaboraba Melchor Sáenz
Orriz, vecino deZaragoza. Según los
restigos. los tres últilnos yacimientos
estaban ubicados en lajurisdicción de
ia ciudad de Cáceres.'2
Los rnazamorreros, por su parte,
trabajaban en el Real de Minas cie La
Llana y en el de Tenche, que estaba
ubicado en lajurisdicción de Cáceres.
i2 AH-A"Vritu, tomo 76. docurrrenrc 2103
t3 Ibíd., docu¡nento 2107.
social n la Pruúncza d,e Antioquia durante el.
En el auto de visita, el gobernador
Francisco Silvestre decía que los veci-
nos debían ser es¡irnuiados Para que se
dedica¡an a ia labor de las minas y a la
agr-icultura especialmente de aquellos
productos como el algodón, el cacao
y el añil,qr.re podían ser conducidos
a otros lugares. Para lograr este obje-
tivo consideraba necesario abrir un
carrrino de Zaragoza a \os minerales de
Guamocó v otro desde las minas del
río Nechí a Santa Rosa de Osos. Este
úitimo debía ser abierto siguiendo la
trocha que usaban ]os indios de Saba-
nalarga, quienes en verano sacaban
oro de ias playas del río Nechí"
Cotno medio de controlar a la Po-
blación que vivía dispersa buscando
oro en los ríos y quebradas, se man-
daba que no se pennitieran vagos )/
desertores. Igualmente se toinaron
rnedidas contra quienes vir'ían en
concubj.nato o aquellos que se dedi-
caban al.¡uego del narpe.
Cuatro años más tarde, durante Ia
visita efecn¡ada por el r.isitador Juan
Antonio Mon y Veiarde. Ios vecinos de
Zaragoza declararon que las mirlas
de lajurisdicción eran explotadas por
cuadrillas de esclavos y mazalnorre-
ros. Aunque allí se cosechaba mu4
plátano y algun cacao. era necesario
raer aigunos víveres y mercaderías
afuera, Io que daba origen a procesos
especuiativos en épocas de escasez.rs
Según aigunos testigos, los dueños
de cuadrilias asistían a sus esclavos
con ios alimentos l el vestuario nece-
sario, rnientras que otros decían que
siglo xvttt
no cumplían con estas obligaciones
y les exigían trabajar ios dorningos y
días de fiesu. Por esta razón, el r¡isi-
tador ordenó que ios propietarios de
esclavos los trataran bien, e¡'itando
los castigos excesi.¡os y que de nin-
g'una manera los hicieran trabajar
los domingos ;, días de fiesa, pues
estos debían dedicarse al descanso y
a la oración.
Como un medio de fomentar el
trabajo de las mi.nas, Mon y Vblarde
decía que el capitan a guen'a de Zxa-
goza debía buscar que todos los vecinos
sernbraran rnaí2, piátano, yuca v cacao,
pues de esta manera se abaratalía el
costo de los productos de primera
necesidad.
EI único censo de población de Za-
ragoza durante la época colonial que
hemos encontrado es el de 1805. De
acuerdo con sus datos, la poblacióli de
esajurisdicción era de 2.1 3 1 personas,
de las cuales 66 (3.09Vo) eran blancas,
1.793 (84,1.3útt) pardas y rnulatas, y
272 (12,76dtc) negras esclavas.ra
El porcenraje de habitantes en
edad de proCucir era bastante ele-
vado, pues 1.225 (68,327a) pardos y
mulatos eran mayores de 15 años, y
199 (73,165c) neg:-os esciavos esraban
en esa condjción. La estrlrcnrra por
de edades de la pobiación rnuesra que
para el desarrollo de ias actividades
mrneras se debía haber int¡^oducido
mano de obra escla.,a y libre de afi-rera
(véanse frguras 8. i, 8.2 y 8.3).
Otros datos dej censo reflejan esta
situación. Así. se encuentra que de
\4 AH.{ úcruar. io¡cc 347" ¿iommer¡to 6564
Las iunsdicciones dc Cácues"y Zaragon I 263
28 cabezas de familia blancas regis-
tradas, I7 (6A,ilEo) renían personas
agregadas, y de 3i5 cabezas de falni-
lia pardas y mularas, 174 (5b,ZZTo)
declararon tener agregados. No todas
ias personas que estaban en caiidad
de agiegados eran trabajadores, pero
una buena parte de ellos estaba en
condiciones de serio. Tárnpoco po-
demo.s afirrnar que estos indirriduos
iaboraban para la persona a la cual
estaban ad.scritos, pero es posible que
esto ocurriera en aigunos casos. Es-
tas hipótesis las conñrman ejernplos
como el de ManuelJosé Sajona, quien
contaba con 34 personas agregadas,
de ias cuales I era mayor de 50 años,
22 estaban enre los l5 y 50 años, y
I I eran menores de i5 años.
De los propietarios que tenían es-
clavos en la jurisdicción de Zaragoza,
i 7 eran blancos )' 30 pardos y rnula-
tos. Enfe ios prirneros, Ia cuad¡iiia
más grande era la perreneciente a la
mortuoria de.fuan de San Germán,
que constaba de 40 esclavos, de los
cuales 1 1 (27,5Vü eran párvulos.
-dgrrnos de estos propietarros em-
pleaban esclavos 1 trabajadores libres,
corno Io muesra el ejemplo deJosefa
Rumbau, quien poseía 36 esclavos y
conraba con 13 personas agregadas.
Enrre los reclnos libres. quien
mayor cantidad de esclavos tenía era
Ma¡ía de la Cruz liioria, morena li-
berta. quien contaba con I0 esclavos
y 2 personas agregadas. Según una
declal'acion dada por esu propierar-ia
en 1804, elia había heredado la mina
 -t

264 I Rlqrrt-, pobreu y difaznciación social en In Prouincia. de Antioqtria. d.urante el sigla xvr¡
Las jurisdicciones de ücmes
1 Zaragoz¿ I 265

95á 99 95a99
90a 94 90a 94
85¡89 85¿89
80a 84 80a84
75a79 75a 79
70al4 7ga 74
65¿69 55a59
60¡ 64 60a64
! 55a59 o 55a59
! !
o 50a 54 !
@ 50a 54
!
45a49 ! 45a49
o
o
40a 44 u
c ADa 44
&
35a39 É 35a 39
30¿ 34 30a34
25a29 25a 29
20a 24 z1a 24

15a19
10a 14 l0a l4
5a9
0a4 Oa4

Porcentajes
Porcentajes
I Hombres g Mujeres
I Hombres Et Mujeres

Figura 8.1 Edades de Zaragoza porgrupos étnjcos, población blanca, 17g6

Figura 8.2 Edades de Zaragoza por grupos étnicos. población parda y mulata,
17g6
Fuente: AHA, Censos, tomo 337, documento 6496, lols.2tr43r, Reelaboración: Dairo Correa
Fuente: AHA, Censos, tomo 397, documenio 6496, fols. 2r-43r. Reelaboraóión:
Dairo Gorrea.

de San A¡rtonio, de su padre Ignacio
Viloria. Este 1'acimiento lo traba3aba
con esclavos )¡ peones libres ajornal.
Los 12 esclavos que poseía habían sido
propiedad de su padte, pero por cau-
sas que descoliocetnos estaba obligada
15 AGN, Nr¿r'os esciaz,os
1¡
a pagarjornal por eilos. Por 8 esclavos
(4 no eran aptos para el trabajo) debía
pagar 20 castellanos al mes y darles los
alimentos necesarios. 15
Las autoridades consideraban que
los jornaler.os eran gente "\¡aga y rnal
tle AntioqtL;a, Lorío I fois,814 A 879
entretenida". Al respecto se decía
que entre los peones que trabajaban
en el mineral de San Antonio, anLes
anotado, estaba Justo Antonio Anaya,
quien había sido uno de los líderes
del ievantamiento de Cáceres, en
el cual los amotinados agredieron
violentamente al capitán a guerra c1e
esa ciudad,Juan Baurisra Valienre. La
presencia de este tipo de personas
entre los esclavos se consideraba ne-
gativa, pues los instaban a lebelarse
y a buscar ser libres.
Según ios tesrimonios de la épo_
ca, la producción de oro en la zona
aumentó considerablen]ente a prin-
cipios del siglo xrx. La excepcional
liqueza del río Nechí y sus afluentes
266 I R.rgrrern pobrez.a t C,ifnencinción social erL In Proainaa de Antioquio durante el siglo nttt Ins lurisdicciones d.e Cáures 1 Zaragou I 267

de Zaragoza, situado en el Rio de Ne- La rentabilidad obtenida en ia acri-

chy aniva, contiene en su profundidad, vidad minera permitió a parte de esra
un inmenso tesoro, y la prueba está a la
95¿ 99 población aurnentar la demanda de
visra. Aguel oro lro se puede extrahe4
90¿ 94 víveres y mercaderías traídas de Mom-
si no es saurbuyendose y se hace rnas
85;89 pox. El resultado de este proceso fue
dificultosso, por ser muy profundo y
80a84
por esso, pocos son los que se atreven a
que de fonna paraiela al crecirniento
?5a79 de la producción rninera, se efectuó el
sambuyrrlo: Pero los que sambuven, de
7Aa'7A
cada batea. que sacall lavan sincuenta. del colnercio.
65¿ 69
y hasta ochenta castellanos.r6 EI efecro negarivo de esta sirua-
60¿ & ción fue el abandono de las laborcs
! 55¿59 De acuerdo con su test.imonio, a agrícolas, io que obiigaba a inrroducir
t
o 50é54 la Caja Real de Mompox se habían
o abastecimientos de fuera. No obs-
!
o
45a49 remitido para fundir 274 mil pesos tante, la presencia dei oro en polvo
c 44. M de oro desde el 1.o dejunio de 1806
É hacía que la cjudad se mantuviera
35¿ 39 al 30 de octubre de 1807. De ser bien abastecida de víveres, ropa y
30¿ 34
cierta esta cifra, significaría que la mercaderías en general.
25a 29
producción anual era casi iguai a la Por esta razón, ios directos benefi-
70a2a
obtenida aprincipios del siglo xr,rr, en ciarios de esta situación fueron los co-
15¿ 19
Ia época de mayor auge de la zona. merciantes momposinos, grupo est.e
70a14
Sin embargo, ninguna otra fuente gue a fines de la época colonial había
5¡9
corrobora que se estul¡iera producien- adquirido gran importancia econó-
0a{
do un incremento tan notable elt la mica y polítrca. Es necesario lener
cantidad de oro extraída. en fl¡enta que buena cantidad de oro
Porcentajes
El posible aumento en la produi- debía salir de la zona de contrabando,
ción aurífem parece haberse consegui- pero dadas las condiciones en que se
I Hombres ¡ Mujeres
do mediante ia utilización de mano de desenvolvía este negocio, nos es lruv
obra libre, pues para esa época no se dificil calcular su monto. No debernos
Figura 8.3 Edades de Zaragoza po¡ grupos étnicos. Población negra esclava, 1786 registra un crecimiento en Ia pobla- oividar que sin el "cornercio ilícito"
Fuente: AHA,. Censos. tomo 337. documento 6496. fols. 2r-43r. Reelaborac¡ón: Dairo Correa, ción esclava. La mayor parte de este no hubiera sido posibie el desarrollo
vecindario, compuesta de pardos y económico, social y cultural de ñnes
inulatos libres, r'ivía dispersa, buscan- del siglo x\¡ru y que este fue la base del
fr.repuesta de relieve en nutnerosos puede ser tan nco, como lo es todo
do oro en los yacimientos de los mine- proceso de independencia. It
este territorio: solo el Rio Porce 1'el rales de La Llana, Gui¡ea, Ranchería En resumen, en Ia segunda mitad
iníormes presenÉdos a las auto¡ida-
Nechí, pueden dar mas oro, que todo del río de Nechí, Macancara, Berbería, del siglo xvrrr la producción minera
des virreinales, buscando que estas
el qrre se ha sacado en rodo este rern- Amara, Banquejal, Gallinazo, Bagre, de lajurisdicción de Zaragoza parece
¡omaran medidas que impulsaran
torio:... En el año pasado, en el vera- Saitillo, Cana. Sabaleta, Juan Bara, haber aumenrando pauiarinamenle
esta actividad. Así, en 1807, ei capi-
rro. se sacaron err Porce. eu un paraje Gua,vabal, Ténche, Nechí de arriba y
tán a guerra deZaragoza, Estanislao pero desconocemos cifras concretas
nolnbrado Los Tiosos. rnuchos pesos;
Cmces. que confirmen esla tendencla. Es
Buelta Lorenzana, afirmaba que ios pues se lababan bateas de treinta, de
aluviones de ia zona: sincuenta y hasta de sesenta castelia-
nos. Ultimamente Zaragosa se puede 16 AI1A, Ceuos, tomo 343, documer¡to 6538. fols. 52r-56r.
[...] son tan licas. que se puede decir decir que esta ñ¡ndacia sobre un plan, t1 Orlando Fals Bord4 Mompox y Loba. Htsto'ia dobla d.e lc Costa. Bogora. Carlos \hiencia E<ii-
con toda seguridad, que ei Forcsi. no cuasi todo de oro. El famosso Charcón tores, 1979. tomo 1, p. 9lB.
268 I R;q"t-, pobren 1 diferenciación social en I¡ Prouincia de Anüoquin dttrante eL si,glo xtttt

posible que los rnazamorreros y los tividades agrícolas y las actividades

jornaleros libres hayan sido los res- mineras impidió que los trabajadores
ponsables de este crecirniento, pues libres lograran acumular parte de su
no hubo €irandes introducciones de producción. De allí que la rnayoría de
rnano de obra esclava. El desequi- ellos pueden ser considerados como
Iibrio entre el desarrollo de las ac- pobladores pobres.

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Archivos

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Archivo del Cabildo de Medellín (ACM).
Archivo General de la Nación (AGN).
Archivo Histórico de Antioquia (A}LA.). Tablas
A¡chivo Histórico Nacional de Colombia (AHNC).
A¡cirivo Judicial de Medellíri (AJM). l.l Esclavos dados en pago de deudas. Ciudad
1706-1730 t4
1

Archivo Notarial de Santa Fe de Andoquia (,s"r*A). de Antioquia, I

1.2 Compraventa de esclavos. Ciudad

de Antioquia, 1706-1730 t5 I

1.3 Compraventa de haciendas y rierra en la ciudad

de,Antioquia, 1775-1799 .. 27 i

1.4 Compraventa de tierras. Ciudad

de Antioquia, 1775-1799 .. 40 I

1.5 Escrituras de censos fincadas sobre tierras.

Ciudad de Antioquia. 1775-1786 4t I

1.6 Cartas de libertad. Ciudad de Antioquia, 1706-1730 ... 46

1.7 Compraventa de esclavos. Ciudad de Antioquia, I

1775-t759..... 49
1.8 Cartas de libertad. Ciudad de Antioquia, 1775-1799 ... bl
1.9 Propietarios de esclavos. Ciudad de,{nrioquia, i806... 5b
I

2.1 Propiedad de la tierra. Arma de Rionegro, 1787........." 105

2.2 Propiedad de la tierra. Marinilla, 1786......,.................. 109
1

2.3 Propietarios de esclavos. A¡ma de Rionegro, 1787 ....... 12l !

2.4 13
Propietarios de ganado. San \,/icente, 1787................... 1
L

2.5 Propietarios de ganado. Guame, 1786....."..."................ i 1g

2.6 hopiedad de la tierra. Guarne, 1786........,.,.... 120
 \

274

2.7 Cabezas de familia dependienies en tierras ajenas.

1q9
Jurisdicción de Rionegro, 1786-1787 .....
3.1 Propiedad de la tier¡a. Otrabanda, 1786...................... 149
3.2 Propiedad de ia tierra. Aguacaral, i 786....................-... l+9
3.3 hopietarios de esclavos. Medellín, 1778 ....".....-........... 1Áq

3.4 Cabezas de familia dependientes en tierras ajenas.

Medellín, I 785.............. 158
?.5 hopietarios de ganado. Partido de Otrabanda, I786... r60
3.6 Propietarios de ganado. Pa¡tido de Copacabana, I 786 ., r00
3.7 Propiedad de ia tierra. Copacabana, 1786................"... i63
Indice analítico
3.8 Propiedad de ia ¡ier¡a. San Cristóbai, i787.................. r08
6.1 Propietarios de minas. Jurisdrccrón
ctq q
de Rionegro, 1 786- 1 787.....
6-2 Caudal líquido. Guarne, i786,.... . ....-. -iY
7 .l Compraventa de esclavos. MedellÍn, l7()0- 1730........... 240
I .2 Propietarios de minas. Medellirr, I 786- I787 9AJ
7.3 Caudal líquido. Pobiación de Medellín, I786-1788...... 248

Figuras A arrendatarios, xv, 1, 9, 54, 7 L,73, 119,

124,125
agregados, ¡¡¡', ¡vii, l, 16, 27, 43, 47,
0.1 Provincia de Antioquia. xlx
54. 68, 69, 7 3, 7 4,77 -79,85, 103,
artesanos. 50, I 13, 1 16, 1 19,
1.1 Lirea Pimien¡a \¡aleros-Otero Cossio ........... 18 I35,162
i04, 1 1 1, t 17-1 i9, 121. r23, 125,
1.2 Línea García de la Fuente.. 22
126, 143-1 45, 1 47, r 48, 1 57, 169-
asiento
1,3 Línea Martiiez-Pérez de Rublas...... 30 francés,43,239
17 1, 207, 233, 235, 2b3, 263
ing)és, 43,239,261
2.1 LíneaLondoño...-.-.............. r00 libres. 203 autocorlsumo, 1, 16, 19,25,66,67,
3.1 Línea Ávarez del Pino......... r40 pobres, 30 69, r 1t, 1I7, 1 19, 159, 164, 182
3.2 Edades de Itaguí por grupos étriicos. Población agricultor(es), 12, 67. 180
blanca, I 786.............. 133 agricultura. xv, xvii, 2, 3, 5. 9, 10, 12, B
3.3 Edades de ltaguí por gr-upos é'"nicos. Pr-¡blación 1 3, 19-21, 24, 25, 27,29, 30, 33,
mestiza y mulata, 1786 .............- 154 44, 55-59.61, 64, 66, 69, ? I, 7 4-7 6, bienes raíces, 39
3.4 Edades de Itagüí por grupos émicos. Población neg:-a 78, 83, 84,86, 88, 93, 96. 103, r0-4, blancos. xir'.4. 10.54. 55.57, 61.
esclava, I 786.............. r55 107, 108, 110, 11 1, 1r7-119. 123, 62, 64, 68, 69, 72-7 5, 77. 8 1, 85,
J.5 Plan de Ia \4ila de Medeilín... 167 125. t32-131, 1 38, 146, 147, 155, 93,98, 104,108, I I r-r 13,1 15-
aa q49 1 19, I 2t, 123, r24, 148, 150, 152,
t.r Línea Mlla..... r57, r59, 162- 1 66, 17 t, 172. 17 4,
176, 180-182, 187, 193, 198" 201, 154, 150. 159, 162, 164, 166, 169,
8.1 Edades deZaragoza por grupc)s eÍric.¡s. Población
bianca, 1 786......-....... 264 206.:1 i.:
r:, : r 6. I I E,:2 1. ::8, I6t.185.209.21 I ?13.:2t. ?2;,
9C,n.-9qq 9e,^ qÁO 9r,q 9:^a q:^1 229, 230, 252, 253, 257, 259. 260,
8.2 Edades de Zaragoza por grrpcs éuricos. Población
259, 260, 262. ?67, 268 263.264
parda y mulata, 1 786 .............. 265
come¡cial, 20 estado llano, del,66
8.3 Edades deZaragoza por grupos ér:ricos. Población
Antioquia
negra esclava, t 786.-.-.......... 266
ciudad de, 12,195
c
Cabildo de ia, 5,6, 13,96, 106 Cáceres, x'viii, i l, 44, 87. 178. ] 89,
subregiones de, x,iii 1 98, I 99, 255
 \

2i6 I Riqr,rro. pobleu \ d.iJnenciación social en ln Prouincia fu Antioqia durante el si.glo xt'ttt Ind.ice analítico I 277

capellanÍa{sr. 6. I 6. I 9. 21. :3. :8.
30, 35, 38, 39, 41, 42.6r, r 0r, 107,
I 16,148,150, 196, l98,2rB
cartas
libertad, de, 16,28. 45,46,50-52,
54. i0l
obligación, de, 32
cclrsors). 6. 9. I 6. I 9. I L 27. 19. 3?.
35,38,41,50, 53, 61, 62, 64, 66,
68,70,72,93,98, r03, r04, 106-
108, 1 1 1, I 13, 1 15-1 19, 121, 123,
124, 135-137 , 142-144, r 46- r 48,
151, r52, r54, 157, 162, 164, 166,
170,17r,177, 181, 190, 198,200,
oo4 9no ,11 99fi C1e, 994 gql
232, 233, 244 -246, 249, 250 -252,
254,258-260,263
escriruras de, 32
fincadas sobre tierras, 41
población, de, xviii, xx, 53
redimible(s), 9, 26, 30, 32,
33, 35, 39, 59, 61, 65, 107,
r4r,143
clérigos, 3,4,7 , 19,21,23,26-29,
32-35, 38, 4 1, 45, 47, 48, 54, 57, 63,
69,72,7 3,78, 80, 81, 84, 85, 89-92,
103, r 07, tzt, 127 -129, 134, t35,
I41. 146, r47, 150, 151, 156, i6I,
164,170, I73, i80, i84,192,193,
1 95, I 99, 200, 202, 203, 2 I 0, 2 1 1,
2r4,218,224,226,23 1, 235, 236,
238,244,248,250
codiciio, 29,52, 106
162, 164, 165, 179. 180, r82, r97. I52, 156, r57, 163-165, 168, 171, tasa de crecimienro de los, 52
I 98. 203, 239, :50. 26; i77, 180, r82, 183, 185, 186, I90- viejos, 26,47, 52
compañía comercial, 60, 64 1 94, 1 96-205, 209-212, 2r4, 21 6,
compraventa(s), 9, I 2, I 3, I 6, 26. 28, 21 8-22 r, 223-225,227,230,233, G
3r.39,44,7 r, r53,202 236, 239, 24r, 243-247, 249, 250,
ganaderí4 5, 10, 12, 1 3, 16, 17, 19-21,
z. l. esciavos, compraventa(s) de; 252, 254, 256-258, 260-263, 265,
23-2? ,29-35,49, 50, 54-58, 62, 63,65,
tierra(s), compraventa de 267.268
66,68-72,7 4,75. 77, 79-8 1, 83, 86,
comunero, mo¡,imiento, 59, 68, bozales. 43, 239, 241, 243, 261
91, 93, 95, 98, r02, 103, 106-108, 1 l0-
Rc) ?cr6 comerciantes de, 47, 50, 63
1 12, 1 15-r 19,124,125,128,13r,r34,
contrabando, 43,267 cc;mpraventa(s) de, 15, 48, 45, 50,
1 35, I 38, 141 -r43, 145-148, I 50, 15 1,
crédito(s), 16, 30, 33. 35, 39, 60, 61, 202, 240
157, 159, 162-1&, l 66, 169, 1 73, r80,
1 r6, 145, 148,200 z l. compraventa(s)
1 82, 1 85-i 87, 199, 204, 2r4, 249, 252,
clispensadores de, 39 crioilos. 45
253.257,259
cuadrillas de, xr i, 1 2. I 9, 2 1, 25.
ganadero(s), 12, 114, 137, I4I, 160
D 27, 28, 3 1, 43, 45, 47, 50, 53,
77, t04, i t0, 146, 151, r52, H
Decreto dell8 de noviembre
r54, 179. I 80, 185, r92, 196,
de 1718,78
97, I 99. 201,207,209, :1 0,
r hacendado(s), 13, 31, I 01, 104, 107,
dependencia, relaciones de, xvii, i6, 138, r41, 143, 146, 156, 161, 170,
1 3. 2 1 8. 221, 223-225, 239,
2
28, 47, 67, 72, r2t-r25, 1 57, 158,
179.202
241, 244, 248, 254, 256-2 58,
169,172,228,235 hacienda(s), 1, 12, 13, 16, I7, 19,
260-?63
desposeídos, 170-l?2
enlermedades de ios, 201 23-28, 31, 33, 35, 43, 45, 48, 54,56,
deuda(s), 13, 21, 32, 33, 35, 43, 54,
insen'ibles,45 68,96,98, 10i, 104, I 11, 134, 135,
60, 62, 65, 72,84, 103, i37, 1 96,
manumisión(es) de, xr', 16.28. 137, t 43-146, 151, 157, r59, 162,
t97,2A0,204 1 7:. I 79-182. r99. 202. 7, ?t9, :l
44-46, 50-52,55, 64, 69, 73, 101,
dote(s), 6, 17,20,34, 63, l0l-103, )r4 qq,R 9c,O 94q
r04,1 10, I i9, 121,144,152,
i 38, 1 4 1, 1 43, 197, 198, 223
170,171,210,231 compraventa de, 27
E espontáneas, 45,52 fragr¡entación de, I 6, 57
incremento de, 50 propietarios de, 56, 248
ejidos, 5, 6,9, 57,61, 70, 95-97, 106, pagada(s), 45,50 hato(s), 13, 56, 135, 219
124,161, r72,186 selectiva de. 45 ganadero(s), 2, 12, 13, 16. 20, 21,
élite(s), xvii, xx, 17, 56, 162, 250, 251 mercado de, 44,47,48, 239 24, 25, 28, 34, 45, 7 7, 95, 98,
estudio de las, xiv depresión dei, 44 1 07. I 08, 1 1 1, I 33, 134, 13i ,

colonos pobres, xv empresarios agrícolas y ganaderos, negros r. negro(s), esclavos r 38, 1 79, I 8 1, 238, 250

comerciante(s), xvii, 4, 9, 10, 12, 16, 17 ,35
17, 20, 21, 23, 29-34, 38, 39, 44, encomenderos, 76, 98, 127
48, 54, 57, 60, 64, 67, 80, 84, 104, enconriendas, 7 6,7 8,87 , 130
106, 107, 138, I4i, 144, 145, 16i, esclavistas, relaciones, 104, i07. i56,
162, i65, 166, 179. 182, 183, 185, 203,220,225
1 87, r92, r 98, 202, 203, 239, 245, esclavos, xvi, 3, 5, 1 0, I 3- 1 7, I 9-2
250, 252, 256, 257, 26A, 26r, 267 23-26, 28-35, 39, 43, 44, 41, 48, 50-
comercio, xr', xviii. 8, 16, 17, 20, 21, 55, 57, 59,62-66, 69, 72. 7 3,7 5-77,
29-32,39,44,56-59,69, 72, 1 06,
95,98, 101-104, 106-108, 1 r0-1 12,
1 13, 1 16, 135, 141, 142, 144, 148, 1 i5-117, 134, 138, i41-148, 150-
pago de deudas, como, 14, l6
propiedad de. parón de. 54
propietarios, 72
propietarios de, 43, 47, 54, 55,
102, r 12, 151, 152, 157, 170,
1, 245,263
procedencia racial de los,47
rebelión de Ios, J8. 50
reproducción ve€ietativa de, 43,
45, 52, 54,66. 1 04, 202
herencia(s), 2, 9, 12, 16, t9-21, 23, 26-9,
32-34, 42, 43, 45, 47, 52, 53, 56, 57.
59. 60, 62, 63, 70-73, 84, 98, I 0 1 - I 04,
113, 115. I2l. i37, 138, 143, 162,
I 96. l 96, 10:. :04. 906. 20i,221,
223, 244, 249, 256, 258, 260, 263
hipotecas, 26, 39, 60, 84
I
indígenats . xir. 3-5. ,l0. 57. 58. 59. 6:-

Rioucza, pobrez.a y difcrenciación social en Ia Proúncia de.4ntioqtia dtLrantr el siglo xvttr
64,7 4-94, 106, 123, r 26-135, 137,
i65. 173-177, r 79, 180, 183, 186,
191. 2r?-216. 235, ?36, 261, ?62
alzamiento de. 3
a.riaconas. 3,7 6,77 ,89.90
chocc¡es, 93
nutabes, 87
pacrficación de,3,4
puebio(s) de, 4, I 0, 29, 75,77 ,80-82,
86. 87. 90, 92, 94,97, 126, 129, 130,
132, t?4, I 73" I 80, 213, 216, 237
agregación de, 87
reducción de,3,4,129
ies¡¡uardos, xr', 10, 19, 29, 57,
62, 67, 68, 7 4, 7 5. 7 7 -83, 85-88,
90-94, 106, r23, r24, r26-132,
1 34, 17 3-t77, 201, 213, 214,
215,2i6,235,236
trasla<io de, 79, 90, I27, 128
J 47, 50, 54, 55, 57, 59,6 1-64, 66, 68,
;esuitas,23
jornaleros, 43, 50, 1 1 7, I 18, 1 23, I 45,
l5¡6, 166,170, 171. 176,181.211,
253,258, 259.264,268
iibres, 165, 209, 225, 227
L minas, xi'i, xr,iii, 3, I0, 13, 19, 28,43,
latifundios, 2, I 2, 16, 33, I 08, 157 , 164
iibertos, 47 ,72.170,203, 209, 231,232
Iibres, rr: 4. 5. 1 0. I 6.,30,47 . 52.5;
27
60, 63, 66, 67, 74-78, 80-88, 90-94,
97.103,107. 11 1. 1 16, I 19, 1?7-13r,
I 34, r35, 143, t44, 146, t47, 152,
i56, r65, 168, 170-r 73, 176, 17i,
179, 180, r82-184, i86,191,203-
2rJ5. ?09-2 I 1,2 i3-2 r6,2 18, 226,
:50-233. 935. 237, 245, 246, 252,
253, 259-26i, ?63, 265, 267, 268
M zonas, xvii,159, 164,187, 190
mano de obra, 43,66, I03, I 10, 145,
l5i.:46
esciava ?r. esclavos
libre, 43, 54,107. t I I, 151. 156,
250,267
reser\¡a de, 47 ,62,244
u l. Lrabajo. fuena de
Marinilla, xviii,5, 1 1,95,98, 118,
130,2i7,226,235
mazamorreros, xr,i, xvii, 69, t 19, I 46,
I 80, 1 8 l, I 89, 1 90, I 94, 203, 204,
206-2 t2, 220, 225 -228, nA-%
25 r -25 4. 257, 259 -262, 268
Medeliín, i33,238
medios de producción, propiedad
6I, de los, xiv
mercado, 1,21, 24,43, 55, 56, 96,
159,182
mercenarios, 103, 104, 1 11, 1 16, 1 19,
125,14?,,169, 171,235
mestizaie, 84, 86, 91, 129, 132, 177
mestizo(s), xiv-xvi, xviii, 3, 4, 9, 10,
7 0, 7 2-7 5, 86, 88, 103, 1 05, r 08,
i09, 1 1 1-r 13, i l5-121, 123, 124,
132. 135, 148-150, I 52, 154, 159,
162- r 66, 168- 1 70, r72. 177, 204,
209, 2 1 r - 213, 218, 22r, 227, 229-
231, 233, 245, 246, 248, 252, 258
64,78,80,81, s9,95, 102, 104,
106, 1 10, I 16, 130-132, r34, 137,
138, I46, 159, 165, 179-181. 183,
, 185-187, 190, l9i, r93-200,20?-
9rr: 9no 91I-9tO 991 99q-9Ce,
230-236, 238, 239, 241, 243-248,
25A-254, 258-260, 262, 263
aluvión. de, 1 92, 900. 201, 22),227
propietarios de, 190, 200, 202,
220, 222, 226, 24r, 247, 258
mineras
empresas: 199, 2 1 9, 245, 246, 248
explouciones . 201 .217 .245
minería, n', 17, 20, 26, 53, 55, I 13,
r15, r44, 151. i62, 178, i82, 183,
-Eii
\
Indice analítico I 27 I
r86, 1 89-191, tg1, t94, 1 97-200, esclavos. xiv. 4. 25. ?8. 3 1. 75. 86,
202, 2A4, 205, 208, 2r2, 213, 2r5, 136, 155, 178, 183, 193, 199,
218, 219, 224,226,228, 230, ?38, 223, 243, 255, 259, 263, ?66
239, 246, 248-25 t, 253, 254, 256- iibertos, xvii,235
26r.263,268 iibre(s), xvi, 3, 45, 47, 64, 68,7A,
canalón, de, xvi, 193,225 86, 1 1 l, 1 18, 12r, 124, r43, 114,
carácter estacional de la, xvi 1 57. t7 0. 204. 205.209, 2 I I.
crisis de la, 2, 13, 43, L34, 137, 21 2. 227 . 230. 231, 25 l, 259
I83,189,191,258
5, cuadrilla, de, xvi, i96,203,21 1, F
,ca cq\ 9LA 9RJ
¡ pardos. 45.64-67.70. I 81. I 82. 9ú3.
€irupos émicos. xvi
oro, del, 93, i89,216 206, 209, 25 t, 252, 258-?60. 2e3.
problemas de la, I 91 265,267
veta, de, 189 acaudaiados, 65
minero(s), xvii, 10, 12, 13, 16, 17, I9, companía de, 50,65" 215
42, 48. 55, 57, 69, 77,95, 98, I 01, pobres, 64
104, r 13, 1 18, 138, r45,146,r5t, patrimonio(s), xviii, 2, 9, 13, l9-21,
159, r61, 162, 166, 179, 182, r87, ?3, 26, 28, 31, 34, 42, 54, 62, 64,
7 0, 72, 7 4, 79, 84, 92,95, 98, i 01 -
l 90- l 92, 194-t97 , 1 99-202, 205,
206, 209-2 1 1, 2r4, 216,2 r8-221, 103, 106, 107, 1 16, 124, 134, I 38.
223-225, 227, 230. 233, 237, 239, i41, 146, 148, 150, I62, 163. i 71,
17 6, 197, 207, 2r8, 228, 245, 2+5.
241, 243, 245, 247 -25 r, 254, ?56,
252,253
258-260
cuadrilla, de, xvi,146, I82,195, peones, 43, 54, 156, 21 l, 227, 2il.
203,214,217 ,238,26r 258-260,265
misioneros, 3 libres, I 17. 165.209.233,:54
mulato(s), xir', xv, xvi. xvii, xviii, 3.4, 250,252,253.258
jomal, a, 34.264
9, 1 0, 28, 45, 47. 50, 52, 54, 55, 57,
59, 6t, 62, 63, 64, 66. 68.70,72,
piratas, 3,4
73-77,86,88, i05, 108, 109, I I i- pleitos, xx, 7, 8, 10, 53, i 30, I 67. I gl.
1 13, 1 15-121, 123,124,132, 135,
t98,214,235
población
143, 144, 1 48- i 50, r52, 154. 15 t",
I59, 162-166, 168- I 70, 172. I ¡^6, libre, crecimienro demográírco
de la, 3
179, I 81, I 82, 201, 2A2. 2A4,2A5,
900 911 919 9ta 991 991 9q,1 pobre, 5, 1 i9
pobladores sin tierra, I 19
235. :45. 216.248,:5?, :57. :59.
pobreza. xjir. xlii. xx.6.9. 10. 54 l'.r.
?60,263, 265,267
67 -7 0, 72, i 4, 7 5, 80. 85. 89. 9C. 92,
libre(s), 47, 103. 1 69" ?04
96, 118, 121, 123, 125, 132, 156.
N 146. 148, 150, 156, 165, i73. 1?6,
r 79. 182. 164. 186. I 67. 103, :i,4.
negro(s), 3, 25, 32, 43, 47, 60 " 7 5, 7 6, 206, 207, 21 2, 233, 237, 243, 252.
I35, r79, 180, 183, 185, 197, 19E, 254,256,259,268
9t a 99,I q.^1 0A1 proouccloll, 1:. I Il. I 5/

280 I n q"n-, pobrcza 1difnenciación social en l¡, Proúncio de Antioquia durant.e el siglo xvttr
proindiviso, 16, 21, 28, 3 I, 56,
7 r,145
propiedad(es)
gran(des), xvii, i, 6, 26, 29, 34,
1
43,55,66,98, 106, 108, I 13,
I 15, 137, r44,147,22r,249
mediana(s), xv, 38, 57-59, 62, 63,
66, I 13, I 15-t 1 7, 162,2:6
pequeña(s), 1, 16, 58, 67, 68, 71,
t 17, i 19, 165,252
propietario(s)
gran(des), xv, 5, 9, 12, 17, 39, 42,
48, 54, 57, 67, r04, I 06, r 07,
l 1 t-1 13, 128, 132, r34, t44-
146, 148, 156, 157, 159, 161,
69, 1 72, 17 4,2A6,237
1
medianos, xv, 39, 52, 59, 62, 64,
72, 80, 1 10, lr2, r 13, 115, 116,
I 19, r25,163,164
pequeños, xv, 16, 68-73, 90, 93,
I 18, r 19, 159, 166,204,
o(1
9Á9
teritoriales, xvii, I6
propios, 5,6,9, 57,70, 95, I 06, i 24,
134,161,172
R
Real(es)
Audiencia, 6, 8, 1 I, I 3, 30, 76, 80,
97. 98, 1 07, 1 2 1 , 1 35, 146, r17
r 99, 2 14, 232,236
cédula(s), 2, 5, 7, 8,48, 65, 88, 98,
135,152,224,225
2 de agosto de 1780, del, 7,8
31 de mavo de 1789, del, 48
Hacienda. xx.2,7,25, 26, 65,66,
78, 80. 82, 90, 96, 129, t7 4. 179,
l 84, 206, 209, 210. 2r3,234,
254,260
reforma del aparato fiscal, xv
rentistas,33
ricos. I 6, 186,207 ,220,251.259, 26 I
Rionegro, 95,217
ampliación de. 5
\
In^dice analítico I 2Bl
S función de la, 30
fuerza de, I 7l , Zgg
realen¡¡as. 2, 4, j , 9,76, g t, g7, gg,
sen'idumbre, 73,125, i35, 156, esciava z. escla¡,os
11Q li¿ tJr
1.. mano de obra
L.
17 1 ,214 renencia de la, 1, 11,64,72,74,
minero, I I 0, I 90, 194, 198,201,
98, I r3, 137, r65, 194 919 91q, _qr;
T ¡ J. oor
__J. 227,235.254
fupos raciales frente a la. xr,,
tabaco, cultivo de. 57-59, 66, 68, 69 xviii, 6t v
terratenientes, 35, 56, I 10, I I 3, I 25, tiruiación de, g,57, lgZ
135, 138, t44, 148, 156, 157, 159, r.acantes, 7 vagancia, xii 125, l7g,Ig4, ig6,205,
9qn qAe
161,162,166 trabajadores, 19. 29, 7 0, 7 Z, 7 g, I tg,
124. 125, 147, 156,t 66, 169, 170. Valle de Aburrá, xviii, l-3, I l, t3,
testamentos, 1 l, 23, 27, 29, 41, 7 2,
203. 204.208. 209. :l 0. :t 3, ?24, 56, 88, 98. 1A2, n3-r35,137, 138,
10r, 103, 138. 142. 201, 219. 131.
235,248,261 ::¡. :3 I. :5 I. :52. 2b4,2b6.268 143, 145, I 48, 159, 161, 162, 164,
libres, xvi. xvii, b4, I lb, 144, t4g. I 65,1 69, r73, 19r, 195,
238. 241.
cláusulas en los, 52
tierra(s) I 5;. I 90. :03. 905. 22g.231, 247-249, 251,252,254
amparo de. 7 234, 257, 258, 260,263. 268
mineros z. minero(s)
z
apropiación iegal de las, l0
arriendo de, 9 trabaJo zambo(s), 10, B8, I79, I80, l85. Z1 I.
composiciones de, 5, 6, 8, i 06 esciavo ¿ esclavos 2r3.257. ?61
compra de. 8 lormas de, xvi, 34, 49,4i,104, Zar-agoza. xviii, l I, 4g,17g,lg9, l99,
compraventa de, 26, 40, 59, 7 2, 1 1 0, n 1. 117,204
243,255
141,143,162
l, 235 u f. compraventa(s)
derecho de, 20,29,32,62,63, 72
ejidales z. ejidos
exploución de. n1, n'ii. 1. 10. I 7.
20, 24, 29, 30, 44, I 08, 144, r45.
159, 162, 168, 178, 191, 192, i94,
195, 197, i98, 200, 201,226.234,
, 239, 246-248, 255, 256, 260. 262
invasión de, 106
merced(es) de, 2, 4-8, 12, 30. 64,
96,97,98, 101, 102, 106, I 1 1,
r21, t25, 1 33, 1 34, r43, t15,
146, 156, 169, 171, 174, 203,
9n? 9lo 99q 9gE, 991 jaQ
pobladores sin, xr',73, 119, i23,
125,143,169, I77
política de, 119
propiedad de la, n', xvi. xi'ii.20,
29, 3 1, 39, 54,57 ,64, I 0r. I 05,
109, 120, 14r, 145, 149, r 5r,
r 63, 1 68, 204, 228
distribución de ia. 2