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Las sesiones de hidroterapia o terapia acuática se realizarán en función de las necesidades que se deban
cubrir de manera personalizada para cada embarazada, ya que no todas tienen el mismo proceso de
gestación, por ello se debe adaptar a la persona.
Alivio del peso. Reduce hasta un 90% el peso, por lo que se pueden realizar multitud de ejercicios
que en seco no se podrán hacer.
Favorece los movimientos articulares y musculares, ampliado los movimientos y ganando
flexibilidad.
Aumenta el vínculo afectivo madre-hijo.
Mejoran las molestias físicas.
Mayor control de la respiración y relajación.
La fuerza de gravedad disminuye y la fuerza de flotación aumenta.
Disminuye la sobrecarga de las articulaciones.
El agua tiene gran importancia sobre la columna vertebral, ya que debido embarazo la curvatura
lumbar se acentúa para contrarrestar en volumen de peso del abdomen.
Disminuye el dolor lumbar o algo frecuente en las embarazada, el pinzamiento del nervio ciático.
Disminuyen los edemas, varices y sensación de pesadez.
Activa la circulación.
Mejora los receptores propioceptivos a nivel tendinoso, vestibular y muscular al exigir un control
del equilibrio.
Disminuye riesgo de traumatismos fetales debido a la ingravidez.
Fortalecimiento de abdominales y abductores, dicha musculatura es muy importante mantenerla
fuerte para la hora del alumbramiento.
Estos son tan solo algunos de los beneficios, ya que además realizando hidroterapia nacen menos
bebés macrosómicos (de más de cuatro kilos al nacer), se prolonga la lactancia materna y
disminuye la probabilidad de padecer depresión postparto.
Fortalece los brazos, lo que te permitirá gozar de mantener a tu bebé durante más tiempo en
brazos cuando se produzca el nacimiento. ( NO SE SI HABLAREMOS DESPUES DEL EMBARAZO?)
Conviene hacerse un reconocimiento médico previo, con el objeto de valorar el estado de salud y poder
hacer las recomendaciones oportunas del caso.
Algunos ejercicios óptimos que se pueden realizar, si no tienen un embarazo de alto riesgo, son:
Fortalece el periné
De pie, tocando el fondo de la piscina, cruza las piernas. Sin moverte del sitio, ponte de puntillas, contrae el
suelo pélvico y espira. Al bajar, relaja e inspira. Repite el ejercicio, en vez de sobre las puntas, sobre los
talones. Si lo prefieres, puedes combinar punta y talón.
Da elasticidad al periné
De cara a la pared de la piscina, con las manos en el bordillo y los brazos estirados, apoya la planta de los
pies en el fondo y baja hasta sumergir parte de la cara. También lo puedes hacer con las plantas de los pies
apoyadas en la pared de la piscina, cerca de las manos. Acerca el trasero a la pared flexionando las piernas
y vuelve a estirarlas.
Descarga la espalda
Relájate subiendo y bajando en vertical hacia el fondo de la piscina. Concéntrate en la respiración. Puedes
hacerlo también de cara a la pared de la piscina, con las manos en el bordillo y los brazos estirados. Apoya
las rodillas en la pared con las piernas flexionadas. Baja tu cuerpo hasta sumergir la cabeza y acerca los
codos hacia la pared.
Desbloquea la pelvis
En la zona que no cubre, sitúate de pie y mantén la espalda recta. Levanta una pierna y ábrela hacia un
lateral lentamente. Mantén el equilibrio. Bájala con suavidad. También puedes hacerlo en la zona que
cubre, apoyando los codos sobre corchos. Abre una pierna hacia un lado y bájala sin tocar el suelo. Repite
varias veces.
Mejora tu circulación
Con el agua a la altura del cuello, ponte de pie, con los pies juntos y los brazos a lo largo del cuerpo,
flexiona las piernas y salta hacia arriba cogiendo aire. Salta sin llegar a sacar la barriga del agua y avanza
por la piscina dando saltos de canguro.
Termina Sumérgete y ponte en posición fetal, concéntrate y visualiza a tu bebé. Él se encuentra tan
relajado como tú en ese momento, flotando plácidamente en tu tripita y en una posición muy similar a la
tuya. tu baño relajada
Ya que proporciona beneficios importante tales como reducir el dolor y la ansiedad, y aumentar la
relajación en la mujer embarazada (entre muchos otros ya expuestos anteriormente), y le permite
adquirir o mantener a la futura madre un estado físico adecuado que le ayudará y le facilitará el momento
del parto, puesto que el medio acuático nos ofrece unas condiciones ideales para la realización de ejercicio
durante el embarazo, ya que en el agua nos resulta más fácil controlar nuestros movimientos y la
intensidad de los mismos. La ingravidez y la utilización de material auxiliar de flotación permiten realizar
ejercicios en descarga, distendiendo y aliviando el peso que sufren las articulaciones y la columna de la
futura madre fuera del agua, y adoptar posturas que serían imposibles en el medio terrestre, además de la
protección que ofrece el agua ya que dificulta la realización de movimientos bruscos, por lo cual será
difícil producir alguna lesión. No obstante es importante destacar que dicha actividad acuática debe ser
controlada y dirigida por un profesional, para que se pueda evitar cualquier perjuicio como consecuencia
de una incorrecta realización.
Bibliografia
http://www.crecerfeliz.es/Embarazo/Cuidados/Ejercicios-embarazada-en-la-piscina
https://www.bebesymas.com/consejos/que-precauciones-tomar-al-hacer-ejercicio-embarazada
La hidroterapia consiste en la utilización del agua como terapia, ya que ésta tiene características
de gran beneficio para la madre y el bebé. El agua es similar al plasma sanguíneo lo que conlleva a
un efecto reequilibrante del flujo de sanguíneo, también tiene propiedades mecánicas, esto se
refiere que tiene un efecto desgravitatorio (en agua dulce una mujer de 80 kg puede pesar 20kg
aproximadamente). Además esta terapia incluye la talasoterapia que consiste en disminuir
dolores, mejorar patologías y reducir el consumo de medicamentos para complicaciones.
-Relajación muscular
-Mejora el equilibrio
Para poder trabajar en el agua, debe tener una temperatura optima de trabajo entre 34 a 36° C,
además es recomendable la primera vez no realizar mucha actividad, en un tiempo máximo
estimado de 10 minutos, esto es para ver la situación física de la madre y avanzar en resultados.
Esta técnica tiene su origen desde la época de los romanos, no se le conocía como hidroterapia
pero si como termalismo, en las antiguas costumbres el agua era solo para los nobles y bañarse en
ella era un privilegio único. En el siglo V se practicaba con el agua para fortalecer el cuerpo y el
espíritu, posteriormente en el siglo XVII se volvió más agresivo el tratamiento y se utilizaba agua
helada o muy caliente para fines curativos.
- Melany Hidalgo
- Cinthya Moreno
- Nicole Parra
- Anabella Rivas
Carrera: obstetricia