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Texto 1

“Al fracasar la lógica de sometimiento hispano, se inaugura una segunda etapa en la relación
mapuche-español que está marcada por la política de los parlamentos. Este hecho
indudablemente provoca cambios en la sociedad colonial española, y también genera una
reflexión interna mapuche, que lleva a una autoconcepción distinta pues ahora hay un
“otro” distinto frente a ellos. Con la política de los parlamentos, se producirá una suerte de
reconocimiento del “pueblo-nación” mapuche y de una frontera entre ambas naciones. […]
Lo interesante de todo esto es que durante la Colonia se habría logrado constituir un
equilibrio entre dos “naciones independientes”, que mantenían relaciones pero eran
autónomas y se reconocían mutuamente. Esto no debe ser idealizado, pues coexiste junto
al deseo de hacer desaparecer al otro en un todo mayor que los incluya, solo que al no
poder conseguirlo, se establecen relaciones más horizontales, en las que permanece la
obligación de parlamentar con el otro. Y además se insiste en la idea de que se había llegado
a una convivencia relativamente pacífica, la que será rota como consecuencia de la
irrupción del Estado chileno en La
Araucanía, a fines del siglo XIX”. Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas (2008). Informe de la
Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas. Recuperado de http://bibliotecadigital.indh.cl/handle/
l23456789/268 en abril de 2015.
Texto 2
“El 6 de enero de 1641, 91 años después de comenzada la guerra, se reunieron españoles y
mapuches por primera vez en las paces de Quilín. Los jesuitas Alonso de Ovalle, el Padre
Rosales y otros hicieron el trabajo de organización de este importante primer encuentro.
[…] Este parlamento reconoció la frontera en el rio Biobío, y la independencia del territorio
mapuche. Los españoles se comprometieron a despoblar Angol (Los Confines), la única
ciudad (fuerte o pueblo) que les quedaba en el territorio. La excepción la constituyó el
fuerte de Arauco, que se mantuvo. Los mapuches, por su parte, se comprometían a no
vulnerar la frontera, dejar predicar a los misioneros en su territorio y devolver a los
prisioneros. La paz de Quilín tuvo gran importancia para los mapuches, ya que todos los
parlamentos posteriores se basarán en lo allí acordado: frontera en el Biobío y territorio
independiente, reconocimiento formal, por parte de España, de la independencia de los
territorios comprendidos entre el Biobío y el Toltén. Se constituyó este en un territorio no
perteneciente a la Capitanía General de Chile, relacionado directamente —como nación
independiente— con la Colonia”.
Bengoa, J. (1996). Historia del pueblo mapuche. Santiago: Sur Ediciones.

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