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FORMACIÓN
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TEMA DE INTRODUCCIÓN AL KERIGMA
ETAPAS DEL PROCESO EVANGELIZADOR.
ORACIÓN: “QUÉDATE CON NOSOTROS, PORQUE ATARDECE Y EL DÍA YA HA DECLINADO” (Lc 24,
29).
Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte.
Quédate con nosotros, porque entorno a nosotros se van haciendo más densas las sombras, y tú
eres la luz; en nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con la certeza de
la Pascua. Estamos cansados del camino, pero tú nos confortas en la fracción del pan para
anunciar a nuestros hermanos que en verdad tú has resucitado y que has dado la misión de ser
testigos de tu resurrección.
Quédate con nosotros, Señor, cuando entorno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda,
del cansancio o de la dificultad: tu que eres la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina
nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti.
Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas
en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando entorno a ellas se acumulan sombras que
amenazan su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que
sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se
ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural.
Quédate, Señor, con aquellos que en nuestras sociedades son más vulnerables; quédate con los
pobres y humildes, con los indígenas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y
apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad. Quédate, Señor, con
nuestros niños y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro Continente,
protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas.
¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos!. ¡Fortalece a todos en
su fe para que sean tus discípulos y misioneros! Amén.
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I. PRIMER ANUNCIO O KERIGMA, SE ACEPTA A JESÚS COMO SEÑOR Y SALVADOR.
A) Es el anuncio fundamental de la salvación: “que Cristo murió por nuestros
pecados, según las Escrituras; y que fue sepultado; y que resucitó al tercer día” (1
Cor 15, 3-4). “El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
Hermanos queridos, si Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos
unos a otros” (1 Jn 4, 10-11).
B) Esta proclamación conlleva una interpelación para aceptar a Jesús como Salvador,
y Señor, cuyo fruto será la conversión inicial que continuará profundizándose y
haciéndose más consciente y comprometedora a lo largo de la vida, meditando y
asimilando el mensaje central de la fe. El testimonio personal y el de la
comunidad eclesial es su fundamento (EN 21.41.76.80; Rm 42-43)
C) Este anuncio es indispensable tanto en las tierras de misión, como en los países
católicos donde los niños son bautizados pequeños y se ha vuelto urgente la
Nueva Evangelización, en razón de que la fe de la mayoría de los bautizados no se
ha desarrollado.
D) Los medios para realizarlo son variados en su forma y su adaptación para los
diversos ambientes y clases de personas. Todas requieren el contacto personal y
el testimonio.
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B) Es una etapa del proceso de formación en la fe, la esperanza y la caridad que
informa la mente y toca el corazón, llevando a la persona a abrazar a Cristo de
modo pleno y completo. Introduce más plenamente al creyente en la experiencia
de la vida cristiana que incluye la celebración litúrgica del misterio de la redención
y el servicio cristiano a los otros. (Manual Pastoral 63-64).
Presenta lo más básico y lo más completo posible el mensaje de Jesús.
Favorece la amistad, la intimidad, la unión viva con Jesús.
Fomenta el conocimiento sapiencial del mensaje de Jesús.
Educa para celebrar la fe
Forma en los criterios morales del Evangelio
Ejercita en la oración personal
Capacita para vivir en comunidad
Sensibiliza y capacita para estar activamente presentes en la sociedad,
testimoniando a Jesús de obra y de palabra.
C) En este tiempo se va formando al nuevo creyente para:
Vivir según el Evangelio
Ser Iglesia y vivir en comunidad
Participar de forma comprometida en la misión de la Iglesia.
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TEMA 1: EL AMOR DE DIOS
INDICACIÓN: Se organizan a los participantes en grupos de 10 alumnos (como cantidad mínima o
de acuerdo a los participantes), y se les motiva para que elijan a un coordinador entre ellos. Un
catequista para cada grupo es el responsable de ayudar a los niños a poner atención en la
exposición general del tema, tenerles el material necesario, coordinar las actividades con el
responsable del grupo, motivarlos a trabajar en el grupo y ayudarlos a realizar las dinámicas.
*Cada tema se adapta a la realidad del Niño
*Para este tema, con anterioridad se le pide a los niños recortes positivos.
*Es necesario contar con un equipo que distribuya el material a los grupos con prontitud.
AMBIENTACIÓN
Entonar con los niños algunos cantos tranquilos y con mímica como preparación a la oración.
ANGELES DE DIOS
Si sientes un murmullo muy cerca de ti
Un ángel llegando para recibir
Todas tus oraciones y llevarlas al cielo.
Así abre el corazón y comienza alabar
El gozo del pueblo todo sobre el altar
Hay un ángel llegando hay bendición en sus manos.
Hay ángeles volando en este lugar
En medio del pueblo y junto al altar
Subiendo y bajando en todas las direcciones.
ORACIÓN INICIAL
Material necesario:
El dibujo de una paloma de cartoncillo, colocada en un popote.
Llevar las frases de la oración del Espíritu Santo por escrito, a manera de collage.
Hacer un altar con el Espíritu Santo, un crucifijo y la imagen de la Virgen María, para colocar las
frases de la oración y los collages que van hacer los niños.
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REALIZACIÓN
El responsable de cada equipo elegirá una frase, la llevará al lugar donde están sus compañeros.
En el grupo, cada niño escribe la frase en su paloma.
Al terminar el equipo de escribirla, se pone de pie, dice su frase y entona el canto “Hay ángeles…
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El amor de Dios es un amor que origina mi vida y mi destino.
Me ama de manera íntima donde yo soy más yo (tal como soy).
Me ama de manera fiel: siempre y jamás me abandona
Me ama de modo respetuoso: no me manipula ni me chantajea.
Me ama de modo gratuito; con un amor mayor de lo que imagino y merezco.
Me ama de modo personal: se me da a conocer en plenitud a través de su Hijo.
Me ama de modo paternal: es Padre misericordioso y providente que nos trata como
hijos.
“¿Acaso olvida una madre a su niño de pecho sin compadecerse del hijo de sus entrañas?, pues
aunque ella se olvide, Yo no te olvidaré” (Is 49, 15).
“Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no perezca, si
no que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para
salvarlo por medio de Él” JN 3, 16-17
El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y
envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados” (1Jn 4, 10).
¿Qué sentimientos provocan en mí estos textos bíblicos?
*Los catequistas ayudarán a los niños a pegar sus fotos en el papelógrafo o cartulina. Si hace falta,
en las revistas o en el periódico buscarán imágenes que les haga descubrir acciones de amor,
protección o cuidado, que nos hace ser conscientes del amor de Dios.
*Al terminar con el collage, harán una oración para dar gracias a Dios por el amor tan grande que
les tiene a cada uno y lo vemos en las personas que nos aman.
*El responsable del grupo deja el collage frente a la imagen y dice en voz alta la oración.
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TEMA 2: EL PECADO: RECHAZO DEL AMOR DE DIOS
INDICACIONES: Antes de comenzar este tema, en cada grupo ya estarán colocados los jarros (un
jarro por niño) y papelitos de colores (5 por niño), todo irá en el centro del grupo. Es importante
ponerle el nombre del niño al jarro.
ORACIÓN
PADRE ME EQUIVOQUÉ CANTO
Padre Bueno SUMÉRGEME
Querido Dios Cansado del camino
A veces hago cosas Sediento de ti
Que no están bien. Un desierto he cruzado
En el momento no me doy cuenta Sin fuerzas he quedado, vengo a ti
O me doy cuenta pero igual las hago. Luché como soldado
Después me arrepiento Y a veces sufrí
Y quiero cambiar Y aunque la lucha he ganado
Siento que me equivoqué Mi armadura he desgastado
Hay algo adentro de mí Vengo a ti.
Que me dice lo que está bien Sumérgeme, en el río
Y lo que está mal. De tu espíritu
Seguro que es tu voz Necesito refrescar
Que siento tan cercana. Este seco corazón
Ayúdame a cambiar Sediento de ti.
Y que otra vez
No me equivoque como hoy
Ayúdame Señor Amén.
Contemplamos
¿Qué buscamos? Reflexionar sobre la negativa del hombre al amor de Dios y confrontar mi
respuesta ante el Dios que me ama.
Dios quiere que el hombre responda al amor con que lo ha creado, que el hombre
voluntariamente quiera amarlo. Con frecuencia el hombre no se da cuenta que lo más importante
para él, el sentido pleno de su existencia, está sólo en Dios, encontrarse con Él, reconocerlo,
amarlo y obedecerlo como hijo.
“Constituido por Dios en la justicia, el hombre sin embargo, persuadido por el maligno, abusó de
su libertad, desde el comienzo de la historia, levantándose contra Dios e intentando alcanzar su
propio fin al margen de Dios” (CEC 415).
El hombre desde el comienzo, rechazó el amor de Dios, con la vana pretensión de “querer ser
como Dios” (Gn 3,5). No tuvo interés por la comunión con Él. Quiso construir un reino de este
mundo prescindiendo de Dios. En vez de reconocer y adorar al Dios verdadero, adoró ídolos: las
obras de sus manos, las cosas de este mundo, los dioses paganos, se adoró a sí mismo (Cf. Sal 15,
8
4-8; Is 44, 9-20). Así entraron en el mundo el mal, la muerte, la violencia, el odio, el miedo. Se
destruyó la comunión con Dios y la convivencia con los hermanos (Cf DP 185)
El hombre, al pecar, se vio privado de la amistad y de la vida nueva de Dios quedando sujeto a
múltiples debilidades espirituales y corporales. Se hizo hombre viejo: endurecido de corazón,
libertino, inmoral, mentiroso, iracundo, ladrón, ofensivo, inclinado a toda clase de maldad (Cf. EF
4,17-3) caído bajo el dominio de la muerte, pues por el pecado entró la muerte al mundo y luego
se prolongó a toda la humanidad (CF. Rm 5, 12).
Todo ello produce en el corazón del hombre una profunda división: su vida individual y colectiva se
presenta como una lucha dramática entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, entre la
felicidad y la tristeza. “Soy carne, vendido al poder del pecado y no acabo de comprender mi
conducta; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco…pues no hago el bien que quiero,
sino el mal que aborrezco” (Rm 7, 14-15.19).
No podemos experimentar el amor de Dios y la vida abundante que Jesús nos da, porque el
pecado nos ha separado de Dios, única fuente de vida “Todos pecaron y todos están privados de la
gloria de Dios “ (Rm 3, 23).
Aunque el hombre haya pecado, no fue abandonado por Dios, al contrario, Dios lo sigue amando y
llamando a vivir según su querer en Cristo; pues donde abundó el pecado sobreabundó la gracia y
la misericordia (CF CEC 410,420). En Cristo somos liberados de la esclavitud del pecado y
renovados por la gracia, así el hombre reencuentra su identidad y su libertad viviendo en la
comunión interpersonal con Dios y con el prójimo y superando todo egoísmo y soledad.
La salvación consiste en entrar en comunión personal con Jesucristo vivo porque “sólo Él puede
conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima
Trinidad” (CEC 26). Ahora es el tiempo de la salvación (2Cor 6,2)
PROFUNDIZAR EL TEMA
Material
Los jarros y los papelitos
Pintura de vinil color negra
Brochas con esponjas
Un recipiente con agua y toallas de papel.
Realización
*Preguntar a los niños: ¿Qué nos hace débil con la amistad con Dios? Dejar a los niños que digan y
que el catequista apague la vela.
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*¿Qué actitudes nos separa de la amistad de Dios?, los escriben en los papelitos de colores y los
van colocando dentro del jarro (5). Hay que considerar que se escriben actitudes solamente.
*Hacerles consiente que el pecado es muy llamativo, que se nos hace tan natural, pero sin
embargo nos separa de la amistad con Dios.
*Ir pintando las manitas con las brochas de esponja e invitarlos que tomen su jarro para que lo
manchen con la tinta y decirles que la mentira, el robar los lápices y dulces, no hacer tareas,
desobedecer, pegar a los chiquitos, etc. que pusieron en el jarro nos aparta de la amistad con Dios.
*Preguntarles como se encuentran sus manos, y que sensación te causa el estar sucio ¿se te antoja
comer así? Como signo de que nos hemos apartado de Dios. ¿Cómo quedó nuestro jarro? El
pecado nos lleva alejarnos de Él, y nos hace más berrinchudos, quedarnos con lo que menos nos
cuesta.
Al hacernos conscientes que estas actitudes nos apartan de su amistad, iniciamos el camino de
recuperar su amistad y volver a disfrutar de su presencia siendo más generosos, compartiendo lo
que tenemos, decir la verdad, etc.
¿Qué necesitamos para recuperar la amistad con Dios y quedar limpios? El agua simboliza,
limpieza, transparencia, volver a la amistad con Dios. Cada catequista ayuda al niño a lavarse sus
manos, y pueda percibir como se siente con las manos limpias. Con esto terminamos el segundo
tema.
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