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Mistrató en escena

¿Qué pretende generar este festival? Simple, tiene la intención de recrear las alegrías y Formatted: Font: Italic
tristezas del ser humano, una apuesta por construir cultura y sacar del olvido una población
que, en muchas ocasiones, no puede conocer los frutos de la cultura.

Por: Christian Camilo Galeano Benjumea Formatted: Font: Bold

El olvido en que el cual están muchos municipios del país es un mal crónico, una
enfermedad que pareciera no tener cura. El panorama no parece alentador, pese a
todo, en Mistrató el teatro es un antídoto para el olvido. Por estos días se lleva a
caobo el XIII Festival regional del teatro de Kiuma, una apuesta por el arte. Formatted: Font: Italic

Mistrató es un municipio que tiene una riqueza cultural y natural incalculable;, al


mismo tiempo, posee un pasado marcado por el conflicto armado y la violencia.

AunAun cuando lleva sobre sí el peso del pasado, los habitantes de este municipio
se muestran esperanzados y con una alta dosis de solidaridad que se puede notar
en pequeños gestos.

Como aquel hombre que ilumina con su linterna para ayudar a un grupo de
desconocidos que están en el teatro municipal o qué decir de la cordialidad con que
se invita a disfrutar de la escena teatral a foráneos y propios.

La amabilidad y el cariño se hacen patentes, hasta cierto punto resultan extraños,


porque estamos tan acostumbrados a la antipatía y la falta de cordialidad.

En un escenario amoblado con personas, un pasado lleno de heridas y un paisaje


que roban el aliento, entra en escena el festival de teatro Kiuma.

¿Qué pretende generar este festival? Simple, tiene la intención de recrear las
alegrías y tristezas del ser humano, una apuesta por construir cultura y sacar del
olvido una población que, en muchas ocasiones, no puede conocer los frutos de la
cultura.
Resulta admirable la labor de llevar a aquel pequeño teatro obras de gran
envergadura. Estar en aquel lugar para ver y padecer con los actores los
sufrimientos que encarna el hombre y lo corroen, como el caso de la obra Romeo y Formatted: Font: Italic

Mercucio, presentada por Barraca Teatro (Bogotá).

¿Qué se vive al ir ver una obra de teatro como la presentada por Barraca? Es
ingresar al terreno de las angustias y pasiones del hombre, ponerse frente al
laberinto del deseo.

Allí, un grupo de actores encarnan las ideas que tanto han atormentado a
intelectuales: los destinos del amor, las diferencias sociales, la construcción de la
identidad, la manipulación mediática, todo aparece allí en un torbellino de
sensaciones generadas por los padecimientos de Romeo, Mercucio y Julieta.

Si amar es un padecimiento, amar a dos personas es una tragedia. Romeo vive la


contradicción de amar a Mercucio y Julieta, ambos despiertan el deseo y la pasión.

La grandeza de Barraca es que no pretende solucionar el problema del amor, su


apuesta está orientada en llevar esa contradicción hasta las últimas consecuencias,
sabiendo que amar es un acto de rebelión en un mundo plagado de prejuicios
morales,. Romeo se enfrenta a su destino.

La virtud del teatro radica en estremecer al público, ¡hacer catarsis! En Mistrató este
festival nos pone de frente a las contradicciones que padece todo ser humano de
cara a sí mismo y la sociedad en que vive.

Tal como lo llevó a escena el grupo teatral Caos (Risaralda, -Caldas) con la obra:
Farsa y justicia del señor corregidor. Formatted: Font: Italic

En escena se hacen patentes las injusticias de la justicia. Un hombre que utiliza a


su favor el puesto de corregidor para favorecer sus intereses.

La obra causa risa, aunque detrás de la jocosidad de los personajes, el público ríe
y lamenta que esa obra de ficción termine por ser tan apegada a la realidad.

Varias personas buscan justicia, que sus padecimientos sean resarcidos. ¡Gran
sorpresa! Al ver cóomo la víctima termina por deberle al victimario, se invierten los
roles y la justicia, en vez de equilibrar las relaciones sociales rotas, agudiza el
conflicto; la condena recae sobre la víctima.

El teatro confirma, en este caso, aquella idea de Germán Espinosa de que el


derecho es el peor enemigo de la justicia.

Este festival de teatro, sin lugar a dudas, rescata del olvido todas las
contradicciones en que vive el ser humano y, lo más importante, pone en escena a
la población de Mistrató.

El arte y la cultura vistas como herramienta fundamental para la construcción de


una sociedad que puede mirar a los ojos sus problemas y su pasado.

El teatro nos sirve de espejo y Mistrató de ejemplo.

*ccgaleano@utp.edu.co

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