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1.

Sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada

De conformidad con lo establecido en el artículo 141 de la Ley del Organismo


Judicial, las resoluciones judiciales son tres: 1. Decreto, que son determinaciones
de trámite; 2. Autos, que deciden materia que no es de simple trámite o bien
resuelven incidentes o el asunto principal antes de finalizar el trámite y; 3.
Sentencias que deciden el asunto principal después de agotados los tramites
del proceso y aquellas que sin llenar estos requisitos sean designadas como
tales por la ley. Aunado a ellos, el artículo 155, del mismo cuerpo legal,
establece que existe cosa juzgada cuando la sentencia es ejecutoriada
siempre que haya identidad de personas, cosas, pretensión y causa o razón de
pedir; y, para saber cuándo es que una sentencia se encuentra ejecutoriada,
el artículo 153, establece cuales son las sentencias ejecutoriadas.

El termino autoridad hace alusión a la simple emisión de la sentencia por


tratarse de un órgano jurisdiccional, al cual se le ha conferido la autoridad para
dictar sentencias, pero esta autoridad se convierte en cosa juzgada cuando,
sencillamente, no cabe recurso de impugnación alguno, habiendo recurso
alguno, este se declara sin lugar o bien porque habiendo recursos que
interponer, no se han interpuesto dentro del plazo conferido por ley.

De forma precisa, las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada son


todas aquellas sentencias ejecutoriadas o firmes, que por no tener pendiente
de resolver o porque no cabe recurso de impugnación alguno, no es posible
que la sentencia sea modificada, produciendo seguridad jurídica.

Estas sentencias, se encuentran revestidas de diferentes características, tales


como:

a) Irrevocabilidad
b) Relatividad
c) Imprescriptible

Existen diferentes formas de presentar la cosa juzgada, ya sea como acción


(como lo es en el caso del E.V.A), como excepción, como causal para
interponer Recurso de Casación, entre otras opciones.

Por lo tanto, es indispensable el saber determinar en qué momento es que una


sentencia pasa a estar en autoridad de cosa juzgada y cuáles son las formas
en que dicha sentencia puede ser utilizada posteriormente.
2. Laudo arbitral no pendiente de recurso de casación

El Diccionario de la Real Academia Española, define el laudo como:


“Decisión o fallo dictado por los árbitros o amigables componedores, que pone
fin al procedimiento arbitral.”1

El laudo se encuentra regulado en nuestra legislación en la Ley de Arbitraje


Decreto 67-95 del Congreso de la Republica, concretamente en el artículo 41,
en donde se establece que para dar por terminadas las actuaciones que se
hayan llevado ante el tribunal arbitral que haya conocido del asunto, se hará
constar por escrito mediante un laudo arbitral en los termino convenidos por las
partes; así mismo, el articulo 40 regula la forma y el contenido de los laudos
arbitrales.

Ahora bien, la casación es un recurso extraordinario que se interpone ante la


Corte Suprema de Justicia y solamente procede en contra de las sentencias o
autos definitivos de segunda instancia no consentidos expresamente por las
partes, que terminen los juicios ordinarios de mayor cuantía; el único que puede
interponer este recurso son aquellos que se sientan perjudicados por la
sentencia dictada. Este recurso se encuentra regulado, en materia civil, en el
artículo 619 del Código Procesal Civil y mercantil, en donde expone que
solamente, la directa y principalmente interesados en un proceso o su
representante legal, tiene derecho a interponer este recurso, pero es el artículo
623 del Código Procesal Civil y Mercantil en donde se encuentra la casación
de los laudos arbitrales, estableciendo que: “Procede el recurso de casación
contra los laudos definitivos dictados en los arbitrajes de derecho, en los mismos
casos en que procede para la jurisdicción ordinaria.”

Por lo tanto, los laudos arbitrales por ponerle fin al proceso sometido a los
tribunales de arbitraje, y como en cualquier otra resolución, estos están sujetos
a los distintos recursos que contempla el Código Procesal Civil y Mercantil,
siendo uno de estos la Casación; cabe resaltar que este recurso puede
interponerse en el término de quince días, contados desde la ultima
notificación.

1
Diccionario de la Real Academia Española. Información obtenida de: http://dle.rae.es/?id=MziL07A. Fecha de
consulta 19/04/2018.
3. Créditos hipotecarios

El diccionario de la Real Academia Española, define Crédito como: “Cantidad


de dinero u otro medio de pago que una persona o entidad, especialmente
bancaria, presta a otra bajo determinadas condiciones de devolución. “

A sabiendas de lo que significa crédito, es necesario definir lo que es hipoteca;


esta definición se encuentra en el artículo 822 del código civil, en donde se
establece que la hipoteca es un derecho real que grava un bien inmueble, con
el objeto de garantizar el cumplimiento de una obligación.

Por lo que se puede entender que los créditos hipotecarios se dan cuando, una
persona (obligado) contrae obligaciones (generalmente en dineraria, también
llamado crédito) a favor del acreedor, y este como una forma de asegurar el
cumplimiento de la obligación adquirida por el deudor, se realizan contratos de
hipotecas, los cuales tiene el objeto de gravar determinado bien inmuebles con
la finalidad de que con este bien, el acreedor pueda satisfacer la obligación
que el deudor pueda llegar a incumplir.

Los créditos hipotecarios son utilizados, en su mayoría, por las entidades


bancarias, debido a que el sentido de hipotecar un bien inmueble como forma
de aseguramiento del cumplimiento de determinada obligación, tiene su
fundamento en que el bien inmueble debe de tener un valor superior a la
deuda adquirida,; por lo que cuando se trata de créditos cuyo monto son
ínfimos, existen otras formas de asegurar el cumplimento de la obligación.

En el proceso de Ejecución en la Vía de Apremio, este título ejecutivo posee la


particularidad que, no se hace necesario el que dentro del proceso se deba
de requerir de pago ni ordenarse el embargo de los bienes del deudor, debido
a que la deuda u obligación se encuentra cubierta por contarse con el
gravamen sobre el bien inmueble del deudor (hipoteca), por lo que solo es
necesario el señalar la audiencia de remate para llevar a cabo la subasta
pública, y así el acreedor pueda cobrar lo reclamado.
4. Bonos o cédulas hipotecarias y sus cupones

El código de Comercio de Guatemala en el artículo 605 contempla las cedulas


hipotecarias y para el efecto, establece que son títulos de crédito y a pesar de
que estas son garantizadas con hipoteca, no pierden su calidad de muebles.

“Las cédulas hipotecarias son títulos emitidos por entidades financieras que
pagan un interés fijo y que tienen como garantía la totalidad de los créditos
hipotecarios concedidos por la entidad que los emite (…) Se presentan en tres
modalidades: nominativas, a la orden o al portador.”2

El artículo 867 del Código Civil establece que el monto de la emisión de las
cedulas hipotecarias no puede exceder del setenta y cinco por ciento del
avaluó del bien inmueble hipotecado; aunado a ellos, el artículo 868 del mismo
cuerpo legal, establece cuáles serán los requisitos que deberá de contener las
cedulas hipotecarias.

Debido a que las cedulas hipotecarias contemplan los intereses, si estos no


fuesen pagados junto con el crédito, se debe agregar a cada cedula
hipotecaria tantos cupones como sea necesario para que el portador pueda
cobrar dichos intereses.

Con relación al proceso Ejecutivo en la Vía de Apremio, el código civil en su


artículo 872 establece que las cedulas y cupones vencidos son títulos que
aparejan ejecución.

Por lo tanto, las cedulas hipotecarias son títulos de crédito, emitidos por
entidades financieras, cuyo crédito se encuentra garantizado con los créditos
hipotecarios concedidos por la misma entidad que emite las cedulas.

2
Información obtenida de: http://derechoguatemalteco.org/las-cedulas-hipotecarias/ Fecha de consulta:
19/04/2018
5. Créditos prendarios

La prenda es la forma en que una persona (deudor) garantiza el cumplimento


de una obligación, mediante la entrega de un bien mueble susceptible de
registro, con la finalidad que dicho bien pueda ser subastado y vendido para
que el acreedor recupere el monto de lo prestado. Al igual que sucede con los
créditos hipotecarios, el valor del bien a entregar debe ser igual o superior a la
cantidad adeudada, para que el bien al momento de ser subastado o
vendido, alcance el valor deseado por el acreedor.

La prenda como una forma de gravar los bienes que posee el deudor, también
es una forma novedosa de poder asegurar el cumplimento de obligaciones
dinerarias ínfimas.

Por lo general los créditos prendarios, no son exclusivos de las entidades


financieras o casas de empeño, ya que debido a la facilidad que sugiere el
poder transportar y cuidar de un bien mueble, tal es el caso de los bienes
muebles que contempla el código de comercio (endoso de acciones, títulos
de crédito, etc.) esta forma de garantizar las obligaciones, resulta bastante
atractiva y conveniente para los negocios.

Al igual que con los créditos hipotecarios, en el Procedimiento de Ejecución en


la Vía de Apremio, cuando la obligación se encuentra garantizada con
prenda, no es necesario el que se ordene el embargo de los bienes del deudor,
dando lugar a que únicamente se debe de señalar el día y hora para llevar a
cabo el remate del bien por medio de la subasta pública.
6. Transacción celebrada en escritura pública

Los juicios en Guatemala terminan, por lo general, con una sentencia pero
existen formas anormales de terminar los procesos; entre estas formas
anormales de terminar los procesos se encuentra la transacción. Se le llama
“formas anormales de terminar el proceso”, debido a que no es común que las
partes una vez iniciado con el proceso, lleguen a un acuerdo durante este,
puesto que uno de ellos busca que le sea declarado o reconocido un derecho,
por lo que la transacción no resulta ser del todo satisfactoria.

La transacción, según lo establece el código civil en su artículo 2151, es un


contrato por medio del cual las partes de manera recíproca, deciden de
común acuerdo algún punto dudoso, evitando el pleito que podría promoverse
o terminar con el pleito ya iniciado.

La transacción puede ser total o parcial, aunque la ley no lo determine de esta


forma, las partes pueden acordar de forma parcial en ciertos puntos
controvertidos o bien, pueden acordar en la totalidad de los puntos
controvertidos. Sin embargo, existen controversias que no pueden ser
transigidas, siendo estas las contempladas en el artículo 2158 del Código Civil.

Para que la transacción sea válida, existen diversos requisitos contemplados en


el artículo 2152 del Código Civil; así mismo la transacción debe de constar en
escritura pública o documento privado legalizado por notario, o bien,
mediante peticiones dirigidas al juez, en donde consten las firmas legalizadas
por notario.

Por lo tanto, en el Procedimiento Ejecutivo en la Vía de Apremio, la transacción


constituye un título ejecutivo, debido a que las partes celebran un contrato por
medio del cual, acuerdan de manera recíproca el transigir en determinadas
controversias, dando lugar a que si alguno llegase a incumplir con lo transigido,
faculta al otro para iniciar un proceso de ejecución.
7. Convenio celebrado en juicio

El convenio no es más que el acuerdo al que llegan las partes sobre el


desarrollo de un punto en específico; por tratarse de un convenio celebrado en
juicio, es obvio que uno de sus requisitos es que este se lleve a cabo durante un
proceso, ya sea de naturaleza oral, sumario u ordinario; lo anteriormente
expuesto con fundamento en lo dispuesto por el artículo 97 del Código
Procesal Civil y Mercantil: “Los tribunales podrán, de oficio o a instancia de
parte, citar a conciliación a las partes, en cualquier estado del proceso. Si las
partes llegan a un avenimiento se levantará acta firmada por el juez o
presidente del Tribunal, en su caso, por las partes o sus representantes
debidamente facultados para transigir y por el secretario.”

Los convenios más comunes, por medio de los cuales se da inicio a un


Procedimiento Ejecutivo en la Vía de Apremio, son los convenios celebrados en
juicio orales de fijación de pensión alimenticia; dicha aseveración tiene su
fundamento en que el incumplimiento de lo convenido por las partes en
cuanto a los alimentos se refiere, es un peligro latente para el que debe de ser
alimentado; siendo así que, por la naturaleza del juicio, es necesario que la
ejecución sea llevada de forma inmediata.

A diferencia de la transacción, este convenio únicamente puede ser


celebrado en juicio, no así la transacción que puede ser celebrada en escritura
pública, documento privado, etc. Por lo que, el convenio debe de ser total y no
parcial, puesto que entonces no se podría dar por terminado el juicio que
origino dicho convenio; una de las particularidades del convenio, es que si bien
no se encuentra contemplado como una de las formas anormales de terminar
un proceso, considero que debería de ser tomado en cuenta, debido a que
efectivamente el convenio tiene como objeto el que las parte avengan a un
acuerdo mutuo con la finalidad de acelerar la terminación del proceso.

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