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Fernando Belaúnde

Terry
Ex-presidente de la República del Perú

Fernando Isaac Sergio Marcelo Marcos


Belaúnde Terry (Lima, 7 de octubre de
1912 - ibídem, 4 de junio de 2002) fue un
arquitecto, estadista, político y presidente
del Perú en dos mandatos no
consecutivos: de 1963 a 1968 y de 1980 a
1985.
Fernando Belaúnde Terry

Presidente Constitucional de la República del


Perú
28 de julio de 1980-28 de julio de 1985
Vicepresidente 1.º: Fernando Schwalb
López-Aldana
2.º: Javier Alva Orlandini
Predecesor Francisco Morales
Bermúdez
Sucesor Alan García Pérez
28 de julio de 1963-3 de octubre de 1968
Vicepresidente 1.º: Edgardo Seoane
Corrales
2.º: Mario Polar
Ugarteche
Predecesor Nicolás Lindley López
Sucesor Juan Velasco Alvarado

Diputado de la República del Perú


por Lima
28 de julio de 1945-29 de octubre de 1948

Presidente de Acción Popular


1956 (FNJD)-2001
Sucesor Valentín Paniagua

Información personal
Nombre de nacimiento Fernando Isaac Sergio
Nombre de nacimiento Fernando Isaac Sergio
Marcelo Marcos
Belaúnde Terry
Nacimiento 7 de octubre de 1912
Lima, Perú
Fallecimiento 4 de junio de 2002 (89
años)
Lima, Perú
Nacionalidad Peruana
Lengua materna Español
Religión Católico
Partido político Acción Popular
Familia
Padres Lucila Terry García
Rafael Belaúnde Diez
Canseco
Cónyuge Carola Aubry Bravo
Violeta Correa Miller
Hijos Carolina, Rafael y
Fernando
Educación
Educación
Educado en Universidad de Miami

Universidad de Texas
en Austin
Información profesional
Ocupación Arquitecto, profesor,
político
Empleador Pontificia Universidad
Católica del Perú
Universidad Nacional
de Ingeniería
Distinciones Orden al Mérito de la
República Italiana
Orden de Carlos III
Firma

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Perteneciente a una familia
tradicionalmente ligada a la política, cursó
su educación secundaria en París y sus
estudios superiores en las Universidades
de Miami y Texas en Austin, Estados
Unidos,donde obtuvo el título de
arquitecto en 1935. Al regresar a Lima,
fundó la revista El arquitecto peruano y se
dedicó a la docencia en la Universidad
Católica y luego en la Escuela de
Ingenieros de Lima que, en 1955, se
convirtió en la Universidad Nacional de
Ingeniería, y de cuya facultad de
Arquitectura fue primer decano. Ingresó a
la política en 1944, cuando contribuyó a
formar el Frente Democrático Nacional
(FDN), que propició la candidatura y
posterior elección presidencial de José
Luis Bustamante y Rivero, en cuya lista fue
electo diputado por Lima (1945-48).

Al convocarse las elecciones de 1956 fue


lanzado como candidato presidencial por
el Frente Nacional de Juventudes
Democráticas (FNJD), grupo que dio
origen al partido Acción Popular. Impuso
su inscripción ante el jurado electoral por
medio de una célebre protesta en las
calles de Lima conocida como «El
Manguerazo». No ganó entonces pero
inició una campaña recorriendo todo el
país, pueblo por pueblo, bajo el
fundamento ideológico «El Perú como
doctrina» y «La conquista del Perú por los
peruanos». Postuló por segunda vez en las
elecciones de 1962, que fueron anuladas
ante las sospechas de fraude. Volvió a
presentarse en las elecciones de 1963, en
alianza con la democracia cristiana, y
resultó elegido presidente constitucional
para el período 1963-69. Su gestión estuvo
orientada a las grandes obras públicas:
construcción de carreteras
(principalmente la Marginal de la Selva),
aeropuertos, conjuntos habitacionales,
reservorios, etc. Asimismo, restituyó el
origen democrático de las autoridades
municipales; sin embargo, enfrentó una
crisis política al no contar con mayoría
parlamentaria y, en cuanto a política
económica, no pudo controlar la inflación.

Al tratar de resolver el asunto del petróleo


con la International Petroleum Company
(IPC), suscribió el Acta de Talara que fue
calificada por la oposición de entreguista,
lo que propició el estallido de la revolución
institucional de la fuerza armada,
encabezada por el general Juan Velasco
Alvarado, el 3 de octubre de 1968.
Derrocado y desterrado a Buenos Aires,
pasó después a los Estados Unidos,
donde se dedicó a la docencia
universitaria. Retornó al Perú en 1978, y
aunque su partido no participó en la
Asamblea Constituyente de 1978, postuló
a las elecciones generales de 1980, en
donde fue elegido por segunda vez
Presidente Constitucional de forma no
consecutiva, para la primera mitad de la
década. De inmediato convocó a
elecciones municipales y restituyó los
medios de comunicación expropiados por
la dictadura militar a sus propietarios.
Debió enfrentar los efectos desastrosos
del Fenómeno del Niño, el surgimiento de
los grupos terroristas de Sendero
Luminoso y el MRTA, y el agravamiento de
la crisis económica que ocasionó una
oleada de huelgas y paros laborales. No
obstante, llevó adelante una política de
obras públicas, especialmente en lo
referente a la educación, vivienda y
carreteras. Finalizado su segundo
gobierno, continuó actuando en la política
como líder de Acción Popular. Fue uno de
los propulsores del Frente Democrático
(Fredemo), una alianza de fuerzas
políticas de derecha de la que formaba
parte su propio partido y que en las
elecciones de 1990 lanzó la candidatura
del escritor Mario Vargas Llosa, que fue
derrotada por la de Alberto Fujimori.
Durante el régimen fujimorista actuó en la
oposición. A inicios del 2001 transfirió la
presidencia de su partido a Valentín
Paniagua, quien fue presidente del
gobierno transitorio luego de la
estrepitosa caída de Fujimori. Ya retirado
de la política, falleció al año siguiente.

Familia

Rafael Belaúnde Diez Canseco, padre de Fernando


Belaúnde Terry.
Nació en Lima, Perú el 7 de octubre de
1912 en una familia muy ligada a la
política. Fue hijo de Rafael Belaúnde Diez
Canseco y de Lucila Terry García. Su padre
fue ministro de Gobierno y Presidente del
Consejo de Ministros en el gobierno de
José Luis Bustamante y Rivero (1945-46).
Fueron sus hermanos Rafael, Lucila,
Mercedes y Francisco Belaúnde, quien
fuera presidente de la Cámara de
Diputados en 1980, durante el segundo
gobierno constitucional de su hermano
Fernando.

En 1970 contrajo nupcias con Violeta


Correa Miller, hija del ex ministro de
Relaciones Exteriores Javier Correa Elías,
el gran amor de su vida. Ya en 1963 se
había divorciado de Carola Aubry Bravo,
con quien tuvo tres hijos: Carolina
Belaúnde Aubry, Rafael Belaúnde Aubry y
Fernando Belaúnde Aubry.

Su abuelo Mariano A. Belaunde de la Torre


fue ministro de Hacienda del gobierno de
Eduardo López de Romaña (1899-1900);
su bisabuelo el general Pedro Diez
Canseco Corbacho fue presidente interino
en tres ocasiones (1863, 1865 y 1868); y
su tío Víctor Andrés Belaúnde fue un
destacado intelectual y diplomático, que
llegó a ser presidente de la Asamblea
General de la ONU en 1959, y ministro de
Relaciones Exteriores del Perú en 1957.

Dentro de la rama familiar de los


Belaúnde, Fernando es tío de Miguel
Cruchaga Belaúnde, hijo de su hermana
Lucila, reconocido arquitecto, catedrático y
político, quien en 1985 tuvo a su cargo la
organización de la visita de Su Santidad
Juan Pablo II, y fue también destacado
Senador de la República de 1990 al 1992;
de Raúl Diez Canseco Terry quien fuera
Primer Vicepresidente en el gobierno de
Alejandro Toledo; del constitucionalista
Domingo García Belaúnde, el diplomático
José Antonio García Belaúnde y el político
Víctor Andrés García Belaúnde.

Cursó los estudios de primaria en el


Colegio Alemán y en el Colegio Sagrados
Corazones Recoleta y los de secundaria
en el marianista Sainte-Marie de Monceau
de París (actual Sainte-Marie d'Antony),
entre 1924 y 1930, donde había sido
deportado su padre por el gobierno de
Augusto B. Leguía, por su oposición a los
planes reeleccionistas de este presidente.

Vida profesional
Inició sus estudios de ingeniería en la
École d’Electricite et Mecanique
Industrielles en París, hasta que su familia
se trasladó a los Estados Unidos. Allí
continuó sus estudios superiores en la
Universidad de Miami, donde enseñaba su
padre, y luego en la Universidad de Texas
en Austin, graduándose de arquitecto en
1935. Posteriormente se mudó a la Ciudad
de México (a donde su padre se había
trasladado al ser nombrado embajador),
ejerciendo como arquitecto por un corto
tiempo, en la empresa “Whiting y
Torres”.[1]

En 1937 regresó a Perú con el propósito


de divulgar las nuevas corrientes
urbanísticas y a impulsar la
profesionalización de la arquitectura en
Perú; con tal fin fundó la revista El
Arquitecto Peruano.[2] Fue incorporado a la
Facultad de Ingeniería de la Pontificia
Universidad Católica del Perú ejerciendo
brevemente como catedrático de
Urbanismo, en 1943.

Si bien es cierto que se dedicó de lleno a


la arquitectura, tomó contacto con la
política por primera vez cuando ingresó al
Frente Democrático Nacional que apoyaba
la candidatura presidencial del Dr. José
Luis Bustamante y Rivero, en las
elecciones de 1945. Ese año fue elegido
diputado por Lima, gestión en la que logró
la aprobación legal de importantes
iniciativas técnicas. A él perteneció el
primer modelo de vivienda popular que se
hizo realidad, la Unidad Vecinal Nº 3.
Culminó esta etapa de parlamentario en
octubre de 1948 cuando se produjo el
golpe de Estado del general Manuel A.
Odría, que derrocó a Bustamante y
disolvió el Congreso.

Reinició entonces sus actividades


profesionales, enseñando Urbanismo en la
Escuela Nacional de Ingenieros, y en 1950
asumió como Jefe del Departamento de
Arquitectura de la misma (actual Facultad
de Arquitectura de la Universidad Nacional
de Ingeniería), siendo el principal gestor de
las iniciativas para la construcción de su
pabellón propio.[3] De 1955 a 1960 ejerció
como primer Decano de la Facultad de
Arquitectura de la ya creada Universidad
Nacional de Ingeniería (UNI). Dentro de
ella propició el establecimiento el Instituto
de Planeamiento de Lima (I.P.L.), un
instituto con miras al desarrollo local,
nacional e internacional.

En 1955 retomó la actividad política que lo


llevaría dos veces a la presidencia: de
1963 a 1968 y de 1980 a 1985.
Cuando se convirtió en un exiliado político
tras el golpe de estado de Juan Velasco
Alvarado en 1968, Belaúnde retomó una
vez más su carrera profesional. Por su
destreza y buenas relaciones en su vida
profesional, fue invitado por el reconocido
arquitecto Walter Gropius, creador de la
Escuela de la Bauhaus en Alemania y
también exiliado político de su país por
efectos de la ideología nazi, para enseñar
como profesional y estratega en política
en universidades de Estados Unidos, tales
como Harvard y aprender nuevas
alternativas de concepción del
planeamiento y desarrollo de territorios.

Fundación de Acción Popular


Fundación de Acción Popular
Como muchos de sus contemporáneos,
Belaúnde se opuso tenazmente a la
dictadura de Manuel A. Odría (1948-1956),
y con el apoyo de jóvenes universitarios
formó el Frente Nacional de Juventudes
Democráticas en 1955, con la finalidad de
lanzar su candidatura a las elecciones del
año siguiente. Pero al estar el organismo
electoral manipulado por el dictador Odría,
se frustró la inscripción, con el pretexto de
que no habían logrado las 20.000 firmas
exigidas; la razón verdadera era que
Belaúnde se perfilaba como rival de talla
frente a los candidatos favoritos de la
dictadura: Hernando de Lavalle y Manuel
Prado y Ugarteche.

El 1 de junio de 1956, el día en que se


vencía el plazo de inscripción de los
candidatos, Belaúnde encabezó un mitin
en la Plaza San Martín en el centro de
Lima, para exigir al Jurado Electoral la
inscripción de su candidatura a la
Presidencia de la República. Fue
aclamado por los integrantes del Frente de
Juventudes Democráticas, entre los que
se contaban discípulos suyos de la UNI y
estudiantes de la Universidad de San
Marcos. Figuraban, entre otros, Edgardo
Seoane, Javier Alva Orlandini, Javier
Velarde Aspíllaga, Carlos Cabieses López,
Gustavo Mohme Llona, todos ellos futuros
personajes destacados de la política
peruana.

Los manifestantes enrumbaron por el jirón


de la Unión con dirección a Palacio de
Gobierno; al llegar a la Plaza de la Merced
les salió al encuentro la policía montada.
Esto no amilanó a los indignados
seguidores de Belaúnde que a puño
limpio, entre ovaciones y silbatinas, se
enfrentaron a la policía. Entró en acción el
recién estrenado carro
rompemanifestaciones (el célebre
“rochabús”) que disparaba chorros de
agua, y los manifestantes retrocedieron.
Fue entonces cuando Belaunde, armado
sólo de una bandera peruana, lanzó un
ultimátum: le otorgaba 24 horas al
gobierno de turno para oficializar la
inscripción del Frente. Como no hubo
respuesta, los manifestantes intentaron
nuevamente llegar a Palacio. Belaunde,
que iba a hombros de sus partidarios, fue
derribado por un chorro de agua que le
produjo una herida en la frente. Minutos
después llegó la noticia: la inscripción
había sido aceptada.

De esa manera el hasta entonces poco


conocido arquitecto ganó portadas en los
diarios y radioemisoras. El incidente fue
bautizado como el "Ultimátum de La
Merced" o "El Manguerazo". El diario La
Prensa, bautizó a Belaúnde como el
Hombre de la Bandera. Esa fue la
verdadera partida de nacimiento de su
partido político Acción Popular fundado
formalmente poco después, a base del
Frente de Juventudes, el 7 de julio de ese
mismo año, en Chincheros, Apurímac.

En las elecciones del 17 de junio de 1956,


Belaúnde quedó en segundo lugar,
superado por Manuel Prado y Ugarteche;
en total obtuvo 457.638 votos, que
equivalía al 36,7% del electorado votante,
lo que constituía un buen inicio para un
candidato todavía novel. El APRA,
entonces proscrito, apoyó a Prado, pues
éste tuvo la habilidad política de ofrecerle
su retorno a la legalidad, originando así la
llamada “convivencia” entre el pradismo y
el aprismo. Belaúnde se erigió entonces
en el líder opositor y su bancada
parlamentaria hizo una oposición
constructiva al gobierno de Prado.

"El Perú como doctrina"


Preparándose para las siguientes
elecciones, Belaúnde recorrió, con
escasos medios móviles, la mayor parte
del país en una agresiva campaña
publicitaria que cambió radicalmente la
forma de hacer política en el Perú. De esta
manera inauguró un nuevo estilo de hacer
campañas electorales presidenciales:
recorriendo por todo el territorio peruano,
haciendo conocer las propuestas y
promesas; desde entonces todo político
postulante a la presidencia ha seguido ese
ejemplo del arquitecto Belaúnde. De estos
viajes Belaúnde pudo recopilar gran
cantidad de datos y ejemplos
pormenorizados sobre la vida de los
pueblos aislados en todo el territorio
peruano, lo que le serviría para poner en
práctica sus ideas de gobierno cuando le
llegara la oportunidad.

Bajo el lema: El Perú como Doctrina,


Acción Popular se convirtió así en un
partido de masas y en una alternativa
democrática y novedosa de las clases
medias urbanas no apristas, frente al
APRA de tendencia centroizquierdista, la
izquierda radical de tendencia soviética e
internacionalista y la derecha terrateniente
ultraconservadora encarnada en el partido
odriísta. También captó a muchos
neutrales y apolíticos de ese momento,
pues sectores populares y de la alta
sociedad se sintieron identificados con el
pensamiento de Belaúnde.

De esta época se recuerdan dos hechos


anecdóticos. Uno de ellos fue el duelo a
sable que tuvo con el parlamentario
pradista Eduardo Watson Cisneros, el 17
de enero de 1957, a raíz de un intercambio
de comentarios que se consideraron
mutuamente ofensivos; el duelo no pasó a
mayores pero contribuyó a alimentar su
fama como hombre arrojado y dispuesto a
todo en defensa de sus ideales. El otro
incidente fue su prisión en el penal de la
isla El Frontón, en mayo de 1959, por su
oposición a las medidas tomadas por el
gobierno de Prado para resguardar el
orden interno; en esa ocasión se lanzó al
mar intentando huir a nado pero fue
recapturado minutos después por una
lancha patrullera, para ser liberado días
después.

Las elecciones de 1962 y 1963


Finalizando el segundo gobierno de
Manuel Prado, se convocaron a elecciones
generales para el 10 de junio de 1962. Los
candidatos más favorecidos fueron Víctor
Raúl Haya de la Torre, líder del Partido
Aprista, Fernando Belaúnde Terry, líder de
Acción Popular (AP), y Manuel A. Odría,
líder de la Unión Nacional Odriísta (UNO).
Pero según los primeros escrutinios
parecía evidente que ninguno obtendría el
tercio requerido por la Constitución. La
elección presidencial debía entonces
trasladarse al Congreso elegido, en donde
lo normal habría sido que se respetara la
voluntad popular y se eligiera al que
encabezara el resultado final, en este caso
Haya de la Torre, como era lo previsible.
Pero el antiaprismo de sectores radicales
de la derecha y de las fuerzas armadas
interfirió una vez más en el proceso
político peruano.
Belaúnde y sus allegados reclamaron la
anulación de las elecciones en varios
departamentos, aduciendo intentos de
fraude. El Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas se hizo eco de estas
denuncias y presionó al Jurado electoral
para que tomara las medidas correctivas
pertinentes. El Jurado electoral consideró
esto como una inaceptable interferencia a
su labor y continuó el escrutinio, dando a
conocer los resultados finales, en los que
Haya de la Torre encabezaba con una
ligera ventaja sobre Belaúnde:
* Haya de la Torre con 557.047 votos
(33,0%).

Belaunde con 544.180 votos


(32,2%).
Odría con 480.378 votos (28,4%).

Sin embargo, Haya de la Torre declaró su


voluntad a renunciar en aras de
salvaguardar la democracia. La decisión
final debía trasladarse al Congreso, en el
cual se produjo una alianza de
parlamentarios de la UNO y el APRA para
encumbrar al general Odría a la
presidencia, lo que se veía como algo
contrario a la voluntad ciudadana, y a la
vez como una alianza insólita, pues Odría
había perseguido a los apristas durante su
dictadura. El Comando Conjunto dio
entonces un ultimátum al Jurado electoral
para que anulara las elecciones y
convocara a otras, lo que no consiguió;
entonces se produjo el golpe de estado
que derrocó al presidente Manuel Prado, el
18 de julio de 1962, a pocos días de
culminar su mandato, instaurándose
enseguida una Junta Militar de Gobierno,
que procedió a anular las elecciones y
convocar a otras. Cabe señalar un gesto
del mismo Belaúnde que constituiría una
mancha en su bien ganada reputación de
demócrata: se acercó a Palacio de
Gobierno a felicitar personalmente al
general Ricardo Pérez Godoy, el mismo
que había encabezado el golpe de estado.

Las nuevas elecciones se realizaron el 9


de junio de 1963, con la participación de
los tres candidatos importantes de la
anteriores elecciones, es decir Haya de la
Torre, Belaúnde y Odría. Pero esta vez
funcionó en contra de Haya de la Torre la
teoría del “voto perdido”: para muchos era
muy probable que si ganaba nuevamente
el APRA los militares insistirían en no
reconocer el resultado, por lo que
apostaron por Belaúnde, que resultó así
triunfador. Los resultados oficiales fueron
los siguientes:

* Belaunde, 708.662 votos (39,1%).

Haya de la Torre, 623.501 votos


(34,4%).
Odría, 463.085 votos (25,5%).

Su primer gobierno (1963-68)

Belaúnde Terry y Ana Coll de Zepeda en 1963.


El 28 de julio de 1963 Belaúnde juró como
presidente constitucional del Perú.
Políticamente contó con el apoyo del
Partido Demócrata Cristiano liderado por
Héctor Cornejo Chávez (quien después se
pasaría al servicio de los militares
golpistas de 1968).

Hombre de la Alianza para el Progreso,


conservador de carácter, respetuoso de
las libertades constitucionales y de
expresión, honesto como pocos en la
historia del Perú, Belaunde siguió una
política moderada durante su primer
gobierno y emprendió algunas reformas
económicas y sociales, que sin embargo
no contentaron, ni a las clases populares
ni a la clase alta, quienes habían puesto
gran expectativa en las promesas
electorales del carismático arquitecto.

Su trabajo en la gran mayoría de los casos


lleno de buenas ideas, grandes propuestas
de modernidad y las mejores intenciones,
fue obstaculizado constantemente en el
parlamento por la oposición de los
partidarios del general Manuel A. Odría
(agrupados en la ultraderechista UNO) y
del APRA; estos dos partidos, que años
antes habían sido encarnizados enemigos,
formaron la llamada COALICIÓN, poniendo
en minoría parlamentaria a los
representantes de los partidos de
gobierno: Acción Popular y la Democracia
Cristiana, que formaron la llamada
ALIANZA. Estos factores, unidos a la
indecisión y falta de autoridad de
estadista, impidió la realización de
importantes y urgentes reformas como la
agraria, reclamada abiertamente por el
APRA y los Partidos de Izquierda.

Durante su mandato se produjeron


algunos levantamientos de campesinos en
zonas andinas afectadas por la pobreza y
la opresión de los terratenientes. También
surgieron las primeras guerrillas de
inspiración comunista. Una de ellas fue la
de Luis de la Puente Uceda, quien después
de entregar su hacienda Julcán a sus
peones, se alzó en Mesa Pelada, pero fue
debelado rápidamente por el ejército.

Asimismo, durante los primeros años de


su administración, se vivió una época de
notable bonanza económica, lo que se
reflejó en la realización de una serie de
grandes obras de infraestructura
tendientes a mejorar la existente dejada
por sus predecesores Manuel Odría y
Manuel Prado, pero financiadas
principalmente a base de créditos
externos.
De sus viajes realizados antes de asumir
la presidencia, Belaúnde pudo recoger
también datos sobre toda una gama de
conocimientos y formas de interacción
social ancestrales, practicadas en los
pueblos que visitó, de esta manera pudo
organizar las labores de gobierno que
buscaban lograr el trabajo comunitario de
los pueblos beneficiarios de la ayuda
estatal, de allí que se consolida una
oficina nacional llamada "Cooperación
Popular" cuyos trabajos realizados en su
mayor parte por pobladores guiados por
oficiales del gobierno, los finalizaban
acuñando la frase: "El Pueblo lo hizo", a
modo de inculcar en el imaginario social,
lo exitoso que podría ser el trabajo
comunal debidamente organizado.

Durante este gobierno se acrecentaron las


migraciones internas, del campo a la
ciudad, especialmente en Lima, donde
surgieron numerosos barrios marginales,
que se denominaron después “pueblos
jóvenes”, que agudizaron el problema de la
vivienda y aumentaron el índice de
desocupación.

Aspecto económico

El lado débil del gobierno fueron las


cuestiones económicas, hacendarias y
monetarias. No tanto las económicas
propiamente dichas. El país, sin apartarse
de la política de libre cambio y de estímulo
de la inversión privada, continuó
mejorando. De 1963 hasta 1967, las
exportaciones aumentaron de 540
millones de dólares a casi 800 millones.
La pesquería, sobre todo la harina de
pescado, así como el aumento de la
producción minera, permitieron alcanzar
esas alentadoras cifras. Sin embargo, el
gasto público aumentó considerablemente
y se produjo un proceso inflacionario que
llevó a una brusca devaluación de la
moneda nacional, en un 40 %, el 1 de
septiembre de 1967. El dólar pasó de S/.
26.80 a S/. 38.70. Asimismo se elevó la
deuda externa, que para fines del régimen
llegó a los 800 millones de soles. Ante
esta crítica situación que afectaba
directamente a los bolsillos de los
ciudadanos, la oposición arremetió y el
gobierno dio muestras de desgaste. El
descontento aumentó aún más al
destaparse la comisión de algunos casos
de contrabando de los que miembros del
gobierno presuntamente se habían
beneficiado; pero la que daría la estocada
final al régimen sería el escándalo de la
“página once”.

Obras de su primer gobierno


Archivo:Belaunde-1965.jpg
Presidente Belaunde, se promulgo la construcción la
famosa Longitudinal de la Selva, (hoy carretera
Fernando Belaunde Terry).

Se restituyeron las elecciones


municipales, para que los ciudadanos
eligieran con su voto a los alcaldes y
regidores a nivel de concejos distritales
y provinciales. En las primeras de estas
elecciones, realizadas el 16 de
diciembre de 1963, ganó Luis Bedoya
Reyes en Lima, en representación de la
ALIANZA (Acción Popular más
Democracia Cristiana).
Se inició la reforma agraria que
afectaría principalmente a los
latifundios no cultivados de la sierra y la
costa, pero sin tocar a los que tenían un
rendimiento eficiente, como los
agroindustriales de la costa. La idea era
indemnizar a los propietarios afectados,
sin confiscaciones violentas.
Por ley Nº 15.260 del 14 de diciembre
de 1964 se normó y fomentó el
cooperativismo en el Perú.
Se crearon las Corporaciones
Departamentales de Desarrollo, con el
fin de descentralizar la administración.
Se elaboró un Plan Vial Nacional para la
construcción de un sistema de vías de
comunicación que integrase las áreas
de producción, agrícolas sobre todo, con
los diversos mercados urbanos.
Muchas de estas vías se construyeron
con el programa de Cooperación
Popular y con créditos internacionales.
Se empezó a construir la famosa
Carretera Marginal de la Selva (hoy
carretera Fernando Belaúnde Terry) para
unir esa región, hasta ese momento casi
aislada, con la sierra y la costa, así
como para interconectarla con los
países vecinos. La carretera parte de
Chinchipe, en la frontera con Ecuador en
el norte, hasta llegar hasta el río Heath,
en el departamento de Madre de Dios,
en el sur.
Se amplió la Central Hidroeléctrica del
Cañón del Pato en Áncash y se inició la
del Mantaro en Huancavelica.
Se construyó la primera etapa del
Reservorio de Tinajones, en
Lambayeque, para mejorar la actividad
agrícola y ganadera en la zona norte.
Se construyeron las represas de Pañe y
Aguada Blanca, en Arequipa.
Se construyó la refinería de La Pampilla,
en Ventanilla, rompiendo así el
monopolio de refinación de crudos que
hasta entonces ejercía la compañía
transnacional IPC.
Se dio el impulso final a la fábrica de
fertilizantes de Cachimayo.
Se ampliaron las instalaciones
siderúrgicas de Chimbote, la más
importante acería del país.
Se apoyó al Servicios Industriales de la
Marina (SIMA), lo que hizo posible poner
a flote unidades de gran tonelaje
construidas en astilleros del Perú.
Se construyó la estación terrena de
Lurín, con la cual el Perú entró a la era
espacial y a las comunicaciones vía
microondas.

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