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“AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN DEL MAR DE GRAU”

EESTP – PACUCHA – ANDAHUAYLAS

CURSO :

DOCENTE :

CICLO :

SECCIÓN :

PROMOCIÓN : CENTINELAS DE LA LEY

INTEGRANTES :

 RODIGUEZ VILCA WILSON


 VIZARRETA CHALLA BERLIN Y.
 PARI CONDORI HUGO R.
 CRUZ RIOS EULOGIO
 CRUZ MEDRANO WILMAN
 LIGARDA OJEDA ALEXANDER

ANDAHUAYLAS – APURÍMAC
- 2016-
PRESENTACION

Presentamos el siguiente trabajo monográfico


titulado: DERECHO PENAL con el objetivo de
contribuir al conocimiento de todos nuestros
compañeros y de la importancia de tiene este
tema para nuestra formación.

pág. 2
DEDICATORIA

Dedico este trabajo a mis padres por


brindarme su apoyo incondicional, ya que
son ellos nuestros mejores apoyos para
seguir adelante.

A mi docente del curso quien comparte


sus conocimientos y que cada día nos da
a conocer cosas nuevas.

pág. 3
AGRADECIMIENTO

El agradecimiento a Dios quien nos ilumina día a día,


a mis padres por ser los principales motores en mi
vida y a la Escuela de Policía por formarnos
profesionalmente.

pág. 4
INDICE
PRESENTACION ....................................................................................................................... 2
DEDICATORIA ........................................................................................................................... 3
AGRADECIMIENTO .................................................................................................................. 4
INTRODUCCION ........................................................................................................................ 6
CONCEPTO DE ANTIJURIDICIDAD ..................................................................................... 7
Carácter unitario de la antijuridicidad ............................................................................ 7
Antijuridicidad Objetiva y Subjetiva ................................................................................ 8
Antijuridicidad substancial, formal y material.............................................................. 8
Relaciones entre tipo y antijuridicidad: ......................................................................... 9
ANTECEDENTES .................................................................................................................... 10
CARACTERIZACIÓN .............................................................................................................. 11
CLASIFICACIÓN ..................................................................................................................... 12
Antijuridicidad formal........................................................................................................ 12
Antijuridicidad material .................................................................................................... 12
TIPICIDAD Y ANTIJURIDICIDAD ......................................................................................... 15
AUSENCIA DE ANTIJURIDICIDAD ..................................................................................... 15
INJUSTO Y ANTIJURIDICIDAD............................................................................................ 16
LOS PRESUPUESTOS Y ELEMENTOS DE LA ANTIJURIDICIDAD ............................ 17
CAUSAS DE EXCLUSIÓN DE LA ANTIJURIDICIDAD .................................................... 18
ELEMENTOS OBJETIVOS Y SUBJETIVOS ...................................................................... 19
CAUSAS DE JUSTIFICACION.............................................................................................. 21
FUNDAMENTOS ADMITIDOS .......................................................................................... 22
ESTADO DE NECESIDAD ................................................................................................. 22
LA LEGÍTIMA DEFENSA ................................................................................................... 23
LEGÍTIMA DEFENSA Y ESTADO DE NECESIDAD ..................................................... 26
AL REQUISITO ESENCIAL SE LE DENOMINA PRESUPUESTO ................................ 26
EXCESO EN LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN ............................................................ 27
CONCLUSIONES..................................................................................................................... 28
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................................ 29
ANEXOS .................................................................................................................................... 30

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INTRODUCCION
Dado que el hombre está dotado de una voluntad libre que le permite desarrollar
sus facultades naturales, teniendo como única limitante, a esa libertad, su
propia naturaleza; pero, en sociedad, esta libertad está forzosamente limitada
por el respeto a la libertad de otros hombres; de aquí deriva la necesidad
de normas o reglas que garanticen a cada miembro del cuerpo social, con
una medida igual, el ejercicio de su actividad y desarrollo.
La teoría y existencia de este principio constituye el DERECHO, en su acepción
más extensa. Por tanto, el derecho como un conjunto de normas de
observancia obligatoria para todos los miembros de la sociedad, que han sido
establecidas por el Estado de acuerdo a procedimientos previamente
establecidos, permiten la convivencia de todos los miembros de la sociedad entre
sí, de las instituciones del Estado y la interrelación de éstas y la sociedad. Desde
luego, la manifestación del derecho, en su aspecto práctico y real, es por medio
o a través de la ley. Ella y a los intereses de la sociedad, para una correcta y
legal convivencia entre los miembros de la sociedad y su relación con las
instituciones del Estado, que la misma ley denomina delito.
La causa de la infracción o de la no observación de las disposiciones de la ley,
el delito, en perjuicio de la sociedad y de la obligatoriedad de la misma ley por
los hombres, obedece a muchos y muy diversos factores, los que se mencionan
más adelante; sin embargo, por lo pronto, se adelanta que esos factores tienen
origen en la propia naturaleza del hombre y la convivencia estrecha a la que,
hoy en día, se ve sometido. Pues, el hombre siempre pretenderá tener un mayor
número de satisfactores que otros, incluso más de los que necesita, por el sólo
hecho de acumular riquezas y el poder, que en la sociedad actual, representan
una posición admirada y envidiada por algunos de sus miembros, aun cuando
no las puede conseguir de manera honesta y legal.
En este sentido, es que el delito es una consecuencia de la convivencia social,
que infringe normas legales, en el afán de llegar a obtener la aprobación- social,
desde el punto de vista económico, y la dirigencia de la misma, como patrón de
admiración.

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CONCEPTO DE ANTIJURIDICIDAD
Según Zaffaroni, la antijuridicidad no surge del derecho penal, sino de todo el
orden jurídico, porque la antinormatividad puede ser neutralizada por un permiso
que puede provenir de cualquier parte del derecho.
La antijuridicidad consiste en la constatación de que la conducta típica
(antinormativa) no está permitida por ninguna causa de justificación (precepto
permisivo) en ninguna parte del orden jurídico (derecho penal, civil,
comercial, laboral, etc.).
Es decir, como expresa Fontán Balestra, la antijuridicidad es el resultado de un
juicio en cuya virtud se afirma el desvalor objetivo y substancial de
una acción humana, confrontándola con el ordenamiento jurídico en su totalidad;
incluyendo los principios generales del derecho.
La antijuridicidad constituye la sustancia del delito. El delito es por esencia un
acto contrario al derecho (nullum crimen sine injuria). Por esa causa se puede
afirmar que la adecuación típica constituye un indicio de antijuridicidad, que
supone el enjuiciamiento de una acción, adecuada a un tipo penal, a la luz de lo
que disponen las reglas que integran el ordenamiento jurídico, y la afirmación de
su desvalor.
La antijuridicidad es el resultado de un juicio en cuya virtud afirmamos la injusticia
de una acción concreta.
Carácter unitario de la antijuridicidad
El derecho es un todo unitario y coherente, en cuyo seno rige el principio lógico
de no contradicción; una acción no puede ser simultáneamente conforme y
contraria a las reglas que integran ese todo.
El derecho penal no contiene ilicitudes que no sean tales para el resto del
derecho.
La antijuridicidad es una sola; no se puede sostener la tesis de una antijuridicidad
específicamente penal: la unidad de esa totalidad normativa, lo expresa la regla
del art. 1071 Cod.Civil "el ejercicio regular de un derecho propio o el
cumplimiento de una obligación legal no pueden constituir como ilícito ningún
acto causa general de exclusión de la antijuridicidad, esta que repite el Cod.
Penal art. 34, inc 4, al declarar impunes las acciones cometidas en tales
circunstancias.

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Antijuridicidad Objetiva y Subjetiva
La antijuridicidad afirma el desvalor de una acción humana objetivamente
considerada, y no el desvalor de la actitud asumida por su autor (es posible que
una acción sea contraria al derecho, y que el autor no sea culpable Ej acciones
de los inimputables).
Binding opina lo contrario y afirma que no hay ilicitudes inculpables, toda
antijuridicidad para ser tal debería ser culpable. Esta teoría es rechazada por el
derecho vigente.
En primer lugar, la aplicación por el juez penal de una medida de seguridad a un
inimputable requiere la comisión de una acción típica objetivamente antijurídica.
En segundo lugar, si las acciones de los inimputables no son antijurídicas, no
cabría responsabilidad penal para el que colabora con un loco en la comisión de
un delito, porque no estaría ayudando a realizar una acción antijurídica.
En tercer lugar, el art. 34 inc,1 Cód. Penal demuestra que una acción puede ser
considerada objetivamente como criminal, aunque su autor no haya podido
comprender esa criminalidad.
Existe para nuestra ley una criminalidad objetiva al margen de la culpabilidad, lo
cual explica la existencia de medidas de seguridad exclusivas del derecho penal.
El que actúa coaccionado art. 34 inc 2, no es culpable pero tan antijurídico es su
modo de obrar que está justificado Ej. la reacción en legítima defensa (art. 34 inc
6), obrar en virtud de obediencia debida (art. 34 inc.5).
La antijuridicidad constituye el resultado de un juicio de valor que recae sobre la
acción considerada en sí misma, con tal independencia de la culpabilidad del
autor.
Antijuridicidad substancial, formal y material
Según Von Liszt "El acto es formalmente contrario al derecho, en tanto que es
trasgresión de una norma establecida por el Estado, de un mandato o de una
prohibición del orden jurídico"; "el acto es materialmente antijurídico en cuanto
significa una conducta contraria a la sociedad (antisocial). Esquemáticamente la
división se presenta de la siguiente manera:

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Soler acierta en que aquello que Von Liszt llama antijuridicidad formal, no es otra
cosa que la adecuación al tipo, o sea, el punto de partida para sospechar la
antijuridicidad substancial de la acción. La afirmación de la antijuridicidad de una
acción, no depende de la trasgresión de una prescripción legal, sino la
consideración de la acción a la luz de lo que establece la totalidad del
ordenamiento jurídico, incluidos los "principios generales del derecho", es decir
aquellos que son comunes a todas sus normas, precisamente porque no son
especificas o particulares de algunos sectores de ellas.
La antijuridicidad importa una valoración de naturaleza substancial y no
meramente formal, porque mas allá de una trasgresión de una norma
determinada, importa el quebrantamiento de los principios que constituyen la
base del ordenamiento jurídico y el consiguiente menoscabo de las finalidades
de justicia y bien común que determinan su existencia.
La afirmación de la antijuridicidad de una acción no se agota en su contradicción
formal con un determinado precepto del derecho, sino en su contrariedad con los
principios y finalidades del orden jurídico.
Es necesario que la acción se traduzca en la lesión de un bien jurídico porque la
finalidad del derecho todo, radica en la tutela de los bienes jurídicos.
Relaciones entre tipo y antijuridicidad:
La adecuación típica de una acción, la cual supone al menos su igualdad formal,
constituye un indicio de la antijuridicidad de ella, aunque no la afirmación
definitiva de esta por cuanto una conducta típica puede no ser substancialmente
injusta en virtud de la concurrencia de una causa de justificación.

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ANTECEDENTES

Es un neologismo que representa el intento de traducir la


expresión alemana Rechtswidrigkeit, que significa "contrario al Derecho".
(Enrique Cury Urzúa)

Aunque se ha sostenido que podría haber sido utilizado en español el término


"ilícito" ("ilicitud" o "contrario a la ley"), se ha estimado que este último podía
resultar un concepto demasiado amplio o vago, por cuanto suele trascender el
ámbito meramente jurídico(incluyendo, por ejemplo, parámetros éticos).
Además, con este término se buscaba reflejar algo que va más allá de lo
puramente contrario a la ley.

Se trata de un concepto creado por el civilista alemán Rudolf von Ihering, que lo
invocaba para describir cualquier acto contrario a derecho. Tras su adopción por
la doctrina penalista, particularmente por la Escuela Penal Alemana, seguidores
de la teorías causalistas y neocausalistas del delito, como por ejemplo Franz von
Liszt, Ernest von Beling, Gustav Radbruch, Graf zu Dhona, Edmund Mezger, se
comienza a definir el delito como una acción típica, antijurídica y culpable.

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CARACTERIZACIÓN
Superando la discusión lingüística en torno al concepto "antijuridicidad", se le ha
hecho una importante crítica de fondo. Se ha indicado que el delito en realidad
no es un hecho antijurídico, sino todo lo opuesto, al ser precisamente un
hecho jurídico.

En respuesta a lo anterior, se ha señalado que el delito es un hecho


antijurídico en cuanto es contrario a las normas del ordenamiento y, a la vez, es
un hecho jurídico, en cuanto produce efectos jurídicos. Es decir, el término
tendría dos acepciones: la primera en referencia a la calificación del hecho y la
segunda a sus efectos o consecuencias jurídicas.

Por otro lado, autores, especialmente italianos, han negado que la antijuridicidad
constituya un elemento de la estructura del delito. Por ejemplo, Antolisei decía
que dado que "el delito es infracción de la norma penal y en tal relación se agota
su esencia, la ilicitud no puede considerarse un elemento que concurra a formar
el delito, sino ha de entenderse como una de sus características: más aun,
característica esencial".

En doctrina, dicha posición es relativamente aislada y se le considera errónea,


pues la ilicitud es una sola, en todas las áreas del ordenamiento jurídico, o sea,
no existe una "ilicitud penal". Además, la antijuridicidad no es la nota
característica del delito, ya que existe un enorme número de conductas que,
estando prohibidas (es decir, son antijurídicas), no constituyen delitos.

La antijuridicidad supone un desvalor. Ello por cuanto el legislador, al dictar


la ley, realiza una selección de los bienes o intereses que desea proteger o
resguardar, efectuando una valoración que plasma en la norma legal, al declarar
jurídicamente valioso un bien o interés y, a su vez, desvalorando las conductas
que atenten contra éste.

Debido a que la valoración legislativa, antes mencionada, es general y abstracta,


pues el mandato de respeto al bien jurídico y la prohibición de atentados contra

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él está dirigida a toda persona, el juicio para determinar la antijuridicidad de una
conducta es meramente objetivo; sin perjuicio que el objeto del juicio se compone
de elementos físicos y síquicos (objetivos y subjetivos).

Ahora bien, hay quienes cuestionan la antijuridicidad como elemento dentro de


la estructura del delito dado el juicio de valor que comporta su contenido,
promoviendo su abandono y el traslado de las causas de justificación a
la culpabilidad (para considerarlas ahora como causa de inculpabilidad), pues se
afirma que ellas no logran desvanecer la tipicidad del hecho imputado. Por tanto,
hay quienes bajo tal óptica plantean redefinir el delito como la acción típica,
culpable y punible. Sencillamente porque la pena es la consecuencia jurídica o
conclusión final, luego de culminados los juicios de valor que comportan cada
uno de los elementos que componen la estructura del delito.

CLASIFICACIÓN
Tradicionalmente dentro de la antijuridicidad se ha distinguido dos clases:
la antijuridicidad formal y la antijuridicidad material. Esta distinción proviene de
la discusión filosófica en torno a si el legislador puede valorar arbitrariamente las
conductas (ordenando o prohibiéndolas sin limitaciones) o está sometido a
restricciones derivadas de la naturaleza o estado de las cosas.

Los partidarios de la primera posición sólo reconocen la existencia de una


antijuridicidad formal, concebida como simple infracción de la ley positiva;
mientras los segundos reconocen, junto a ésta, una antijuridicidad material,
declarando antijurídica sólo a las conductas que contrarían la ley positiva,
ajustándose a parámetros trascendentales del ordenamiento, especialmente,
de dañosidad social. Esta polémica se expresa de manera particularmente
interesante entre iusnaturalistas y iuspositivistas.

Antijuridicidad formal: se afirma que una conducta es formalmente antijurídica,


cuando es meramente contraria al ordenamiento jurídico. Por tanto, la
antijuridicidad formal no es más que la oposición entre un hecho y la norma
jurídica positiva.

Antijuridicidad material: se dice que una conducta es materialmente


antijurídica cuando, habiendo transgredido el ordenamiento jurídico tiene,

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además, un componente de dañosidad social, es decir, ha lesionado o puesto
en peligro un bien jurídico protegido.

En efecto, si bien es cierto en su concepción tanto la antijuridicidad formal como


la antijuridicidad material difieren una de la otra; sin embargo, ambas tienen en
común la valoración de la acción u omisión típica. En el primer caso al
desvalorarla por su contrariedad al derecho y la segunda, por lesionar o poner
en peligro de lesión a un determinado bien jurídico protegido, claro está, siempre
y cuando no encuentre el amparo de alguna causa de justificación penal,
situación en la que se está frente a un injusto penal.

Queda en evidencia, por tanto, que la antijuridicidad formal comporta un juicio de


valor caracterizado por el encaje legal de aquella acción u omisión dentro de la
descripción típica del tipo penal. Mientras que la antijuridicidad material por su
parte, comporta un juicio de valor con miras a determinar si en la ejecución de
aquellas conductas incide alguna causa de justificación penal.

En fin, como podrá observarse, la antijuridicidad como elemento esencial dentro


de la estructura del delito, por sí misma carece de un juicio de valor propio u
original. Sencillamente, porque el que ocupa a la antijuridicidad formal es más
afín al de la tipicidad y el que compete a la antijuridicidad material, es similar al
de la culpabilidad; motivo por el cual las corrientes que propugnan su abandono
como elemento y parte del análisis dogmático del delito, cada día cobran más
reconocimiento en la doctrina penal moderna.

Ahora bien, quienes critiquen tal corriente podrían plantear. Bueno, lo cierto es
que el abandono de la antijuridicidad como parte o uno de los elementos
esenciales dentro de la estructura del delito, así como también el traslado de
cada uno de los juicios de valor que comporta; sólo es posible bajo aquel
esquema clásico del delito ya obsoleto y por cierto, superado por otros como el
finalismo y el funcionalismo.

Visto con ligereza semejante cuestionamiento, pareciera no admitir contrariedad


sencillamente; pues, si recordamos parte de los postulados del sistema
causalista, viene a la memoria su gran división del delito, clasificando todos los
elementos objetivos del delito como complementos de la acción y la tipicidad, y
como integradores de la culpabilidad todos los de carácter subjetivos.

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Pues bien, la propuesta de abandonar la antijuridicidad y trasladar sus juicios de
valor, también es posible en el finalismo de Welzel en el que, si bien es cierto, la
culpabilidad es vaciada al trasladarse el dolo y la culpa al tipo, afirmándose que
al tiempo que existe un tipo objetivo hay otro subjetivo; sin embargo, ella es
nutrida por un juicio de reproche basado en la no exigibilidad de otra conducta o
por el conocimiento del derecho por parte del sujeto.

Vale recordar como Mezger en su rescate del casualismo comenzaba a aceptar


la existencia de ciertos elementos subjetivo dentro del tipo, así como también
que gracias al finalismo la acción se entiende orientada y animada por la
consecución de fin; abandonándose aquella concepción clásica de la acción tan
defendida por Liszt, identificada por la innervación o movimiento muscular
transformador del mundo sencillamente.

El juicio de culpabilidad propuesto por los finalistas se explica en ambos


supuestos bajo la figura del error de prohibición. El primero basado en la
inexigibilidad de otra conducta, cuando se invoque alguna causa de justificación
penal y se habla entonces de un error de prohibición indirecto. El segundo
basado en su contrariedad con el derecho, si el actuar del sujeto obedece a una
percepción o interpretación equivocada del derecho, situación en la que se alude
a un error de prohibición directo.

Obsérvese que se trata de juicios análogos a los de antijuridicidad material y


antijuridicidad formal; motivo por el cual los códigos penales de corte finalista hoy
por hoy, asimilan las causas de justificación penal indistintamente bajo el capítulo
de las causas de inculpabilidad o eximentes de responsabilidad penal, a
diferencias de aquellos matizados por el casualismo que dedican uno aparte y
previo, tanto al concerniente a la imputabilidad como a la culpabilidad.

Es precisamente por aquel conocimiento que del derecho demanda el esquema


finalista, que algunos advertimos imperfecciones en algunos de sus postulados;
sencillamente porque dentro del juicio culpabilísimo presupone un sujeto activo
del delito “inteligente” al esperar que conozca el derecho, a pesar que en lo
criminal se espera un sujeto ordinario y de escaso nivel académico, salvo ciertas
figuras delictivas en que es de esperarse por su propia complejidad y supuestos
de punibilidad.

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TIPICIDAD Y ANTIJURIDICIDAD
La antijuridicidad es un atributo de un determinado comportamiento humano y
que indica que esa conducta es contraria a las exigencias del ordenamiento
jurídico. Para que la conducta de un ser humano sea delictiva, se requiere que
esta encuadre en el tipo penal y, además, sea antijurídica.

La tipicidad, según la doctrina mayoritaria, es un indicio que el comportamiento


puede ser antijurídico (ratio cognoscendi). Para ésta, el tipo y la antijuridicidad
son dos categorías distintas de la teoría del delito. El tipo desempeña una función
indiciaria de la antijuridicidad, pero no se identifica con ella. En cambio, de
acuerdo a la teoría de los elementos negativos del tipo, existiría una cierta
identificación entre tipo y antijuridicidad, es decir, la afirmación de la existencia
de tipicidad supone la de la antijuridicidad (ratio essendi), pues las causales de
justificación se entienden incorporadas al tipo, siendo elementos negativos del
mismo.

Se ha criticado la última posición, pues no distingue valorativamente entre


conductas que no se encuadran en la descripción del tipo penal y aquellas que,
ajustándose a éste, se encuentran justificadas, ya que para ella ambas son
igualmente atípicas. Por ello, se afirma que para esta teoría es lo mismo matar a
un insecto (conducta no típica), que matar en legítima defensa (conducta típica,
pero justificada).

AUSENCIA DE ANTIJURIDICIDAD
Las causas de justificación son situaciones reconocidas por el Derecho en las
que la ejecución de un hecho típico se encuentra permitido, es decir,
suponen normas permisivas que autorizan, bajo ciertos requisitos, la realización
de actos generalmente prohibidos.

Son situaciones concretas que excluyen la antijuridicidad de un determinado


comportamiento típico que, a priori, podría considerarse antijurídico. Por ello, se
afirma comúnmente que la teoría de la antijuridicidad se resuelve en una teoría
de las causas de justificación.

Entre las causas de justificación más habituales, reconocidas por los


diversos ordenamientos, se encuentran las siguientes:

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Consentimiento del titular o interesado: conducta realizada con el consentimiento
del titular del bien jurídico afectado, siempre que se cumplan ciertos requisitos
(bien jurídico disponible, capacidad jurídica del titular y consentimiento expreso,
tácito o presunto).

Legítima defensa: ejecución de un conducta típica para repeler o impedir


una agresión real, actual o inminente, e ilegítima, en protección de bienes
jurídicos propios o ajenos, existiendo necesidad racional de defensa y de los
medios empleados.

Estado de necesidad justificante: daño o puesta en peligro un bien jurídico


determinado con el objetivo de salvar otro bien jurídico de igual o mayor entidad
valoración jurídica.

Ejercicio de un derecho.

Cumplimiento de un deber.

INJUSTO Y ANTIJURIDICIDAD
Al referir la antijuridicidad y distinguirla de lo antijurídico, surge el concepto del
injusto, que para algunos son equivalentes,266 sin embargo, a decir de Welzel,
estos conceptos no son coincidentes, pues el primero refiere la relación entre
acción y derecho, en tanto el segundo se utiliza en ocasiones.

como sinónimo de ilícito. Por costumbre se distingue entre ambos conceptos en


atención a que la antijuridicidad es el predicado de la acción y el injusto es el
sustantivo.

La antijuridicidad se puede analizar como la relación entre la acción humana y la


norma, a su vez, el injusto es la acción declarada antijurídica. En tal virtud, la
antijuridicidad representa un concepto unitario, válido para la totalidad del orden
jurídico, mientras que lo injusto es una noción múltiple. Por esto, se puede
afirmar que no existe una antijuridicidad específicamente penal, pero sí un injusto
que lo es.

Para Jescheck, la antijuridicidad es la contradicción de la acción y una norma


jurídica, en tanto el injusto es la propia acción valorada antijurídica- mente; en el
injusto se encuentra el desvalor del resultado y el desvalor de la acción, por lo
que no se constituye una simple relación entre la voluntad de la acción y el

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mandato de la norma, sino que es el daño social sufrido como consecuencia por
el sujeto pasivo, la comunidad y el derecho. Esto da lugar a pensar en la lesión
o puesta en peligro del bien jurídico a nivel del injusto reflejando el aspecto
material de la antijuridicidad, así como el análisis del desvalor de acción y
desvalor de resultado a este mismo nivel. La antijuridicidad se analiza en la
actualidad como parte del injusto penal, es decir, refiere a éste como el conjunto
de la conducta típica y antijurídica,270 por lo que la antijuridicidad se transforma
en un juicio negativo de valor, el cual recae sobre una conducta humana, en tanto
el injusto es la conducta humana desvalorada. A partir de las ideas de Liszt se le
reconoció carácter dual a la antijuridicidad: la “formal”, en la que la conducta
choca contra la norma del Estado, y la “material”, consistente en la lesión o
puesta en peligro del bien jurídico, en su antisocialidad o en su asocialidad.

En conclusión, la antijuridicidad es un concepto que sirve de referencia para los


comportamientos típicos contrarios al contenido de una norma inmersa en la ley
penal, en tanto el injusto es el continente de la acción típica y antijurídica. Esto
da lugar a deducir una relación de género a especie del injusto respecto de la
antijuridicidad: la antijuridicidad es la especie que engloba el injusto.

LOS PRESUPUESTOS Y ELEMENTOS DE LA ANTIJURIDICIDAD


La antijuridicidad requiere para su existencia de dos presupuestos; primero que
se dé como consecuencia de la tipicidad, esto es, que la tipicidad se traduzca
simplemente en un indicio de antijuridicidad, y ésta sólo cobre vigencia en los
casos en que no se presente una causa de justificación; y segundo, la existencia
de un desvalor de acción y de resultado en el comportamiento desplegado por el
sujeto activo, lo cual se traduce en que la acción y el resultado ocasionados con
motivo de la primera deben analizarse de manera conjunta y bajo ninguna
circunstancia de manera independiente. En atención a lo anterior, es necesario
a nivel de presupuesto de la antijuridicidad analizar una acción típica, la cual
refiera a su vez el desvalor de acción y el desvalor de resultado. Podemos
señalar que el desvalor de acción y el desvalor de resultado constituyen los
elementos característicos de la antijuridicidad, lo cual nos permite establecer que
esta antijuridicidad se encuentra en un contexto eminentemente valorativo,
siendo inadmisible integrarla con aspectos objetivos de manera exclusiva.

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CAUSAS DE EXCLUSIÓN DE LA ANTIJURIDICIDAD
Las leyes penales no solamente se integran por normas de carácter imperativo
o prohibitivo, sino que también existen otras de índole permisivo, al estar en
presencia de éstas aparecen las causas de justificación, con las que desaparece
la posibilidad de estar ante la antijuridicidad y en lugar de obtener una conducta
injusta encontramos un comportamiento plena- mente justificable, siendo
inconcuso que no estemos ante un tipo penal objetivo.

Las causas de exclusión de la antijuridicidad también se denominan causas de


justificación (artículo 212, CP del estado de Aguascalientes), causas de
exclusión del delito (artículo 15, del CPF), causas excluyentes de
responsabilidad (artículo 22, CP del estado de Yucatán) o causas excluyentes
de incriminación (artículo 20, CP del estado de Quintana Roo), que para nosotros
son causas de justificación, pues impiden la valoración de un comportamiento
como antijurídico no obstante lesionar o poner en peligro un bien jurídico y
transgredir una norma de carácter prohibitivo o imperativo. Las diferentes
variantes de las causas de justificación nos permiten recordar que a diferencia
de lo que acontece con las causas de inculpabilidad, las de justificación no sólo
impiden que se imponga una pena al autor de un comportamiento típico, sino
que convierten ese hecho lícito en virtud de la norma permisiva en la cual
guardan su fundamento.

En materia de causas de justificación se derivan las siguientes consideraciones:

a) En el caso de actos justificados no es admisible una causa de justificación,


pues éstas suponen un comportamiento antijurídico, por lo que a falta de este
tampoco podrá darse la otra;

b) La coparticipación delictiva resulta también justificada en un comportamiento


justificado;

c) Las causas de justificación impiden que el autor del comportamiento justificado


pueda imponérsele una consecuencia jurídico penal a nivel de pena o de medida
de seguridad, en virtud de traducirse en un comportamiento lícito;

d) La existencia de una causa de justificación elimina la posibilidad de la


antijuridicidad desde el punto de vista formal, por ende, anula la culpabilidad y la
punibilidad;

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e) Las causas de justificación sólo se extienden hasta el límite de la protección
del bien jurídico, por lo que los excesos en las causas de justificación se traducen
en comportamientos antijurídicos.

ELEMENTOS OBJETIVOS Y SUBJETIVOS


Para estar en presencia de una causa de justificación es preciso que se reúnan
elementos de carácter subjetivo, mismos que la identifican, es decir, resulta
necesario el conocimiento de la situación por parte del sujeto activo, así como el
alcance de su reacción, con el fin de evaluar de la manera debida su
comportamiento y determinar si es justificable.

En el caso del elemento objetivo, el sujeto activo quería actuar conforme a


derecho, pero el acto que produce no está objetivamente autorizado por el
derecho. En el elemento subjetivo, el sujeto activo no quiere actuar conforme a
derecho, pero su acto causa un resultado objetivamente lícito. Por

ejemplo: en la legítima defensa, es necesario que el sujeto activo conozca la


agresión real, evalúe que es sin derecho y actúe en protección de bienes propios,
concluya la necesidad de la defensa y utilice los medios que racionalmente son
los adecuados para enfrentar la agresión.

Lo anterior supone una posición reflexiva para el sujeto activo en el sentido de


evaluar y valorar su comportamiento dirigido a lesionar o poner en peligro bienes
jurídicos y, por otro lado, su realización.

Ahora bien, puede existir un error en las causas de justificación, lo cual no


traduce al evento en jurídico, sino que lo conserva como antijurídico; empero, la
afectación del error en estos casos no afectará a la antijuridicidad, pero sí tendrá
una influencia en la culpabilidad.

Lo anterior puede presentarse en los casos en que el sujeto activo considere la


existencia de un hecho que de haberse dado hubiera justificado su acción. Por
ejemplo: el autor dispara un arma de fuego en contra de otra persona en la
creencia de que la víctima iba a dispararle y ésta se encuentra desarmada. O el
caso del policía que está en la idea de que al enfrentar a un delincuente está
autorizado a dispararle hasta darle muerte ante la menor provocación.

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El caso inverso se presenta cuando falta el elemento subjetivo de justificación,
aunque objetivamente exista una situación justificante. El autor dispara contra su
enemigo, sin saber que éste le estaba esperando para matarlo. En este caso el
hecho es antijurídico. Lo que la doctrina debate en estos casos es si cabe
castigarlo por el delito consumado, ya que el resultado producido objetivamen-
te era aprobado por el ordenamiento jurídico. La cuestión es muy discutida. La
doctrina dominante se inclina en admitir un castigo por tentativa, ya que aunque
el resultado pretendido por el autor se ha producido y objetivamente constituye
la consumación de un delito, la verdad es que el ordenamiento jurídico no lo
desaprueba. En este supuesto existiría el desvalor de la acción que fundamenta
la punición con base en la tentativa, pero no el desvalor del resultado, que
justificaría la punición por delito consumado.

Los casos anteriores afectan a la culpabilidad, en virtud de la presencia del error


llamado de prohibición, en el cual el sujeto considera lícito su proceder, o bien,
amparado en una norma permisiva, pero dejando subsistente a la antijuridicidad.

Por lo anterior, se entiende que la antijuridicidad tiene un valor universal, “el


ordenamiento jurídico es el único que dota de significación antijurídica una acción
u omisión y desde el mismo se efectúa la ponderación de aquélla” .276

Lo que es antijurídico dentro de una rama del derecho lo es en otra, ya que la


antijuridicidad existe dentro de todo el ordenamiento jurídico vigente.

La antijuridicidad para algunos es “ una reprobación contra la actividad


desplegada por el hombre”, esto es sobre su conducta de acción u omisión que
transgrede las leyes penales, opinión que se trata de sustentar a partir de que “
el objeto del juicio de valoración que compone la antijuridicidad recae sobre una
acción u omisión, para estar ante un comportamiento humano antijurídico es
necesario infringir una norma positiva de la legisla- ción penal”,278 sin perder de
vista que “ no toda puesta en peligro de un bien jurídico penalmente protegido
hace antijurídico un hecho”.

La teoría final de la acción encabezada por Welzel, argumenta que en la


antijuridicidad existen elementos tanto objetivos como subjetivos; por tanto, algo
tan subjetivo como el dolo implícito en una acción forma parte del juicio de valor
llevado a cabo en la antijuridicidad.

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Por otro lado, una propuesta que intenta definir a la antijuridicidad dentro de esta
corriente es la de Graf Zu Dhona, autor que considera “antijurídico todo hecho
definido en la ley y no protegido por las causas justificantes, que se establecen
de un modo expreso” ,280 lo cual podemos identificar como una idea de la
antijuridicidad por exclusión, en donde ésta aparecerá como consecuencia de la
falta de juridicidad de un comportamiento.

Finalmente, otro sector de la doctrina entiende a la antijuridicidad como “ aquella


conducta que contradice las normas de cultura reconocidas por el Estado” ,281
lo cual resulta indiscutible desde el punto de vista del origen de las normas y del
contenido de la ley, consideramos que la idea de antijuridicidad debe vincularse
íntimamente con sus dos aspectos, el material y el formal, pues de otra manera
se desnaturaliza; en consecuencia, la antijuridicidad es la lesión o puesta en
peligro de bienes jurídicos protegidos en la ley penal, en virtud de la falta de
observancia de los deberes de obediencia o sumisión a cargo del sujeto activo.

Para Juan del Rosal, “una acción antijurídica sí contradice una disposición penal
positiva”, esto es: “para que el comportamiento humano sea antijurídico tiene
que infringir una norma positiva de la legislación penal”, haciendo hincapié en la
antijuridicidad penal, pues este concepto

puede presentarse dentro de cualquier rama del derecho, pero sólo en el ámbito
penal cobra importancia a fin de pensar en la existencia del delito. Dentro de la
teoría final de la acción, la antijuridicidad evoluciona y distingue dos elementos
dentro de ésta, uno formal y otro material. El elemento formal alude al
comportamiento que es contrario a la norma penal y requiere de la realización
de un tipo penal la ausencia de causas de justificación,283 mientras que el
material se refiere a la lesión o puesta en peligro de un determinado bien jurídico
producida como consecuencia de

CAUSAS DE JUSTIFICACION
Causas De Justificación. Llamadas también Eximentes o Causas de Exclusión
del Injusto (CP, 11, 12). Son situaciones, las que, admitidas por el propio
Derecho Penal, eliminan la antijuridicidad de un acto voluntario insumible en un
tipo de delito y lo toman jurídicamente lícito.

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Es decir, las acciones hacen en tipicidad (el acto se subsume al tipo), pero no en
antijuridicidad, donde el comportamiento es justo.

Estas situaciones que “hacen perder la antijuridicidad” a la acción típica tienen


origen en un estado de necesidad (CP, 12) como es la Legítima Defensa (CP,
11, inc. 1), o el Hurto Famélico o en El Ejercicio De Un Derecho, Oficio o Cargo,
o Cumplimiento de la ley o un deber (CP, 11 inc. 2).

FUNDAMENTOS ADMITIDOS
Principio Del Interés Preponderante. Cuando el interés o bien jurídicamente
protegido tiene que ser sacrificado ante otro mayor. En este caso se aplica el
Principio del Interés Preponderante, éste existe cuando el sujeto activo del delito
obra en cumplimiento de su deber o en ejercicio de un derecho (CP, 11).
Principio De Ausencia De Interés. Se aplica este principio cuando el tutelaje del
Derecho ha desaparecido. Existe este principio cuando el sujeto pasivo
consciente sufrir consecuencias. Ej., en los delitos de acción privada como ser
el delito de injuria, el delito de difamación, etc., el sujeto pasivo tiene la facultad
de iniciar o no la acción penal.

ESTADO DE NECESIDAD
Situación de peligro actual de los intereses jurídicos protegidos por el Derecho,
en el que no queda otro remedio que la violación de los intereses de otra
persona (CP, 12). Por ejemplo, El hurto famélico, la legítima defensa, miedo
insuperable, etc. Algunos dicen que el estado de necesidad es una Causa De
Inculpabilidad, por ejemplo, el Código penal suizo.
 Elementos.
El código dice: "El que infringe un deber o causa un mal para evitar otro
mayor…"(CP, 12). Entonces sus elementos son:

• Elemento subjetivo. La consciencia de infringir un deber o causar otro


mal para salvar otro mayor. Ej., robar un pan para no morir de hambre.
• Elemento objetivo. Que es causar un mal sin tener la obligación de
afrontar un peligro. Hurtar tratando siempre que el dueño no se de
cuenta.

pág. 22
• "Ratio escindí". La razón de esta causa de justificación, es que
constituye un estado no provocado por uno mismo.
• Colisión. Establece una colisión de valores humanos superiores.

 Fundamentos: conflicto de intereses y falta de peligrosidad


Objetivamente la Teoría de la Colisión de Intereses dice que el fundamento del
estado de necesidad está en el conflicto de intereses o bienes de diferente valor.
En este caso, es aceptable y no es antijurídico el sacrificar el de menor valor.

Además, el estado de necesidad deja de antijurídico porque el autor no tiene la


intensión se cometer el delito, sino que lo realiza para salvar otro bien o interés
de mayor valor. No hay peligrosidad por parte del autor.

¿Qué sucede si los dos bienes en conflicto tienen el mismo valor? En caso de
que sean iguales los valores, la mayoría de autores dice que esto se debe
resolver en base a la casualidad. Ej., incendio en sala de cine, todos atropellan
para ganar las puertas.

 Requisitos.
Que el acto sea actual e inevitable.

Que no provenga voluntariamente del sujeto activo. O sea, que él haya


provocado.

El sujeto activo no debe tener obligaciones profesionales de afrontar el peligro.


Ej., un bombero, si debe sacrificarse para salvar otras vidas.

LA LEGÍTIMA DEFENSA
Situación de estado de necesidad que consiste en la repulsa (repeler) de la
agresión ilegítima, actual o inminente, por el atacado o tercera persona, contra
el agresor, sin traspasar la necesidad de la defensa y dentro de la racional
proporción de los medios empleados para impedirla o repelerla.
Para quien actúa de esta manera los códigos penales declaran la inexistencia de
penalidad por estar exento de responsabilidad (CP, 12). En Roma era lícito
responder a la violencia con violencia. Modernamente se admiten más bienes
jurídicos que pueden estar protegidos por la legitima defensa.

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 Fundamentos.
Substitutivo de la defensa pública. Para los clásicos el fundamento se encuentra
en la imposibilidad del Estado para defender el derecho agredido en ese
momento. La defensa privada suplanta a la defensa pública del Estado.

Falta de propósitos antisociales. Para los positivistas el fundamento está en la


ausencia de propósitos antisociales por parte del que se defiende.

Modernamente se fundamenta en tres razones: el instinto de conservación; el


agredido preserva la vigencia del derecho en momentos en que el Estado no
puede hacerlo y el agredido tiene intereses y derecho legítimos que defender y
proteger.

 Requisitos.
 Son: la agresión ilegitima; la actualidad e inestabilidad de la agresión; la
necesidad racional del medio empleado; y la falta de provocación
suficiente por parte del que se defiende.

1. Agresión Ilegítima. Es decir, ir contra el Derecho, además de injusta. Ej.,


si un demente realiza una acción injusta, el ofendido puede reaccionar
con la legitima defensa. No es admisible contra actos legítimos. Ej., el
delincuente sorprendido flagrantemente que reacciona, no puede alegar
legítima defensa porque la ley permite su captura por quien lo haya visto.
La agresión ilegitima supone:

 Agresión. O sea, conducta ofensiva que lesione o ponga en peligro un


interés del ofendido.
 Reacción. Que sea una reacción ante una agresión, no una acción.
 Agresión positiva o negativa. La agresión debe ser positiva (golpes) o
negativa (instalarse en casa ajena).

2. Actualidad e inestabilidad de la agresión.

La actualidad se refiere a que la agresión ha comenzado a producirse. No


puede reaccionar tarde. La inevitabilidad se refiere a que no hay otro
recurso para evitar la agresión. Ej., no existe legítima defensa cuando el

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agresor está forzando la puerta y el dueño de casa no llama a la policía,
pudiendo hacerlo, porque hay al menos un tiempo prudente para hacerlo.

3. Necesidad racional del medio empleado.

 La racionalidad del medio. La determinación de la necesidad es subjetiva,


debe apreciarla el agredido, es decir, si no hay otro medio para evitar la
violación del derecho. Ej., si puede llamar a la autoridad, debe hacerlo; si
puede huir, deben hacerlo. Aunque este último acto sería muy difícil para
un cojo.
 Proporcionalidad racional entre agresor y agredido. Debe ser apreciado
para el hecho concreto. Ej., si alguien es atacado con golpes, no puede
reaccionar con un revólver, pero si el agresor es un boxeador, sí puede
hacerlo.

4. Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende. El que


es agredido no debe haber provocado la agresión. Si es así, es "pretexto
de legítima defensa".

 Exceso en la Legítima Defensa


Consiste en que los daños causados en legítima defensa son mayores en el
agresor. Esto se debe apreciar en cada caso concreto, guiado por los requisitos.
Si hay exceso es delito culposo. (CP, 11 párrafo II). La pena sería leve, incluso
se llegaría a inpunibilidad.

 Legítima Defensa Propia y La de Terceros


Por regla la legítima defensa sólo se utiliza para defender y proteger bienes
propios. Por excepción, bienes y derechos de terceros; y esto para conservar el
ordenamiento jurídico positivo.

 Bienes Que Pueden Protegerse


"Cualquier derecho [engloba todos los derechos] propio o ajeno" (CP, 11 inc. 1).
Cuando se da muerte a mujer adulterina no se puede alegar la legítima defensa
por violación del honor del marido. No hay violación del honor por que ella lo
hacía a ocultas de él, por eso se considera homicidio por emoción violenta" (CP,
254).

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Pueden protegerse: los derechos personales (la vida, el honor) y/o los derechos
patrimoniales (propiedad, la posesión, la detentación)

Defensas Mecánicas Predispuestas. Las "Offendículas"


Las defensas mecánicas predispuestas son medios ocultos de legítima defensa
establecidas por el titular de los bienes, para su conservación.

Las offendículas son medios visibles de legítima defensa para defender la


propiedad. Deben tener advertencia para que sirva de disuasión. No deben pasar
de lo racionalmente necesario. Ej., cercar electrificadas.

LEGÍTIMA DEFENSA Y ESTADO DE NECESIDAD


Semejanzas

 Ambas están informadas por el interés preponderante.


 Ambas son Causas De Justificación. (Estado de Necesidad - Defensa
legitima, Hurto famélico - ejercicio de un derecho, oficio o cargo,
cumplimiento de la ley o de un deber)
 Ambas obedecen al ejercicio de un derecho.
 a legítima defensa es un estado de necesidad. Esta es género, aquella,
especie.

Diferencias

 La LD es una reacción, el EN, una acción.


 En la LD no hay necesidad de indemnización, en el EN puede haber tal.
 En la LD hay choque de un interés ilegítimo (p. ej., matar) y un interés
legítimo (p.ej., vida). En el EN hay choque de intereses legítimos (vida y
propiedad, p. ej., en el hurto famélico, o sea, robar algo de comer para no
morir de hambre, siempre y cuando ya no pueda trabajar).

AL REQUISITO ESENCIAL SE LE DENOMINA PRESUPUESTO.

Concepto:

Entendemos por causa de justificación todas aquellas circunstancias o


situaciones en virtud de las cuales se produce la exclusión de la antijuridicidad,
o ilicitud de la conducta típica.

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En ocasiones las causas de justificación implican un derecho o una facultad a
favor del sujeto, a través del cual se excluye la antijuridicidad de la conducta
típica que se haya realizado. En otros casos se basan en deberes jurídicos, lo
que significa que existe la obligación jurídica de realizar el hecho típico, pero éste
se encuentra justificado. La causa de justificación no implica que la conducta
deje de ser típica, sino que se hablará de conducta típica justificada.

En definitiva, las causas de justificación son los eximentes que eliminan o


excluyen el juicio de antijuridicidad de la conducta, en principio, típica.

EXCESO EN LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN


En el caso de exceso en las causas de justificación, acorde con lo planteado en
el artículo 16 del CPF, se impondrá la pena aplicable para el delito culposo, la
cual en términos del artículo 60 del CPF puede llegar hasta la cuarta parte de las
penas y medidas de seguridad asignadas por la ley al tipo básico del delito
doloso, con excepción de aquellos para los que la ley señale una pena
específica. Además, se prevé la aplicación de la suspensión hasta de diez años,
o privación de definitiva de derechos para ejercer profesión, oficio, autorización,
licencia o permiso.

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CONCLUSIONES
El tema tratado en este trabajo es: La Antijuridicidad, que como hemos dicho
consiste en el principio que establece: “Contrario al Derecho” o aquel desvalor
que posee un hecho típico que es contrario a las normas del derecho en general,
es decir no solo al ordenamiento penal. La Antijuridicidad supone que la conducta
que se ha realizado está prohibida por el ordenamiento jurídico, en otras
palabras, que dicho comportamiento es contrario al derecho.

Agradecemos la oportunidad de poder adentrarnos en un campo tan importante


y delicado del derecho. Profundizar en sus elementos constitutivos nos da
herramientas de conocimiento para distinguir aquellos aspectos del
ordenamiento jurídico que nos hacen diferenciar cuales acciones son acordes
con las leyes y los derechos elementales y cuáles no. Este ejercicio nos permite
empoderarnos del conocimiento sobre: Legitima Defensa, Estado de Necesidad,
El Cumplimiento de un Deber y El Ejercicio de un Derecho. Así como: sobre El
Error y sus Tipos. Esto nos coloca en camino al ejercicio de nuestra futura
profesión.

pág. 28
BIBLIOGRAFIA

 http://www.academia.edu/9248666/La_Antijuridicidad

 https://jorgemachicado.blogspot.pe/2009/03/la-antijuridicidad.html

 http://www.marisolcollazos.es/Derecho-Penal-I/Derecho-Penal-I-19-

Causas-justificacion.html

 http://es.slideshare.net/josimar25/antijuricidad-causas-de-justificacion

 http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/1/44/9.pdf

 http://sistemas.amag.edu.pe/publicaciones/dere_pen_proce_penal/tema

_dere_pen_gene/CapituloVI.pdf

 http://andersoncriollo.blogspot.pe/2012/08/justificacion.html

pág. 29
ANEXOS

pág. 30
pág. 31

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