Sie sind auf Seite 1von 19

Ética y Filosofía Política

UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

LIBERALISMO POLÍTICO DE LOCKE


Semana 11 – 2018 2

Recuperado de: http://st1.lacerca.com/imagenes/article_thumb_6/2411d7d4c1fadc47a0c385c6ea5919a0.jpg

Óleo de la Toma de La Bastilla durante la Revolución Francesa. Obra de Jean-Pierre Houël -


Biblioteca Nacional de Francia.
El liberalismo, corriente de pensamiento cuya premisa básica es la defensa de la
libertad individual, fue asimismo un movimiento político que inspiró las
transformaciones económicas, sociales y políticas que se produjeron en los países
occidentales a lo largo del s. XIX.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA


Facultad de Ingeniería Industrial y de Sistemas
S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 1 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

LIBERALISMO POLÍTICO DE LOCKE

Liberalismo
El liberalismo como ideología nace inspirado en el individualismo, tiene sus raíces en la reforma
protestante del Siglo XVI, en las revoluciones inglesas del Siglo XVII y en la influencia de los
pensadores del Siglo XVII. Como expresión del pensamiento y acción debe ser caracterizada
para que incluya la diversidad y multiplicidad de ideas sin que se pierda su significación esencial
como ideología.

El liberalismo trata de la libertad política del ciudadano contra la opresión del Estado, es
la teoría y la práctica de la defensa a través del Estado constitucional de la libertad individual.1
La idea de libertad, se presenta como un valor político que se defiende a través de la afirmación
de que los hombres se suponen inicialmente en un estado de naturaleza con perfecta libertad
para decidir sus acciones, sin depender de la voluntad de otro hombre, la única finalidad por la
cual el Poder puede con pleno derecho ser ejercido sobre un miembro de la comunidad contra
su voluntad, es evitar que perjudique a los demás.
El liberalismo está caracterizado por una concepción positiva del hombre y de la
sociedad2. Esa concepción es:

 Individualista: predominio del individuo sobre el grupo, la colectividad o la sociedad.


 Igualitaria: las personas son, o deben ser, iguales en algún sentido. Cuando menos,
deben ser iguales ante la ley.
 Universalista: Lo que es bueno para unos es suficientemente bueno para todos. Más
específicamente en asuntos políticos (y económicos), los liberales se inclinan a creer que
todos deben ser como nosotros (valores occidentales). Este universalismo está plasmado,
por ejemplo, en la declaración de la ONU sobre los derechos del hombre. En
comparación con el fundamentalismo islámico como una doctrina política que no tiene
pretensiones universalistas.
 Mejorista: Los liberales sostienen que las instituciones sociales y políticas pueden ser
mejoradas indefinidamente (Ej. actitud de ingenieros automotrices).

Historia del Liberalismo


El liberalismo está asociado tradicionalmente con la ilustración y aunque es verdad que no hubo
liberales genuinos antes del siglo XVII, existieron importantes precursores en la tradición
intelectual occidental. Mencionaremos tres fuentes de influencia en los tiempos premodernos:
griegos, romanos y cristianos.

Los griegos:
Los Sofistas sostenían que todos los hombres eran por naturaleza libres (negaban la esclavitud
natural). El significado inicial de libertad para los antiguos, especialmente Aristóteles, es la
libertad como auto-reglamentación (autonomía) o auto-gobierno. Pero en el famoso discurso

1
Historia del Liberalismo, Dr. Cesar Barradas pág. 1
2
Ídem, pág. 8

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 2 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

del funeral de Pericles encontramos el germen de la idea de que hay una esfera personal o
particular que el Estado no debe invadir, esta es una idea central en el liberalismo.

Los romanos:
El derecho romano en sus inicios desarrolló una tradición de igualdad ante la ley, igualdad para
todos los ciudadanos. Ahora bien, es importante reconocer que la mayoría de las personas no
eran ciudadanos romanos. A Cicerón se debe la idea de que nuestra sociedad tiene que ser
gobernada por leyes y no por hombres (el reinado de ley). Lo ideal es que el juez sea simplemente
la voz de la ley. Estas ideas fueron reavivadas en los últimos años del renacimiento durante el
surgimiento de la Europa moderna.

Los cristianos:
La visión común es que el triunfo del cristianismo representó el eclipse de los ideales liberales
de tolerancia, amor de aprendizaje, etc. Hay un poco de verdad en esto; en la medida en que la
iglesia católica mostró (y todavía lo hace) hostilidad hacia algunos valores liberales, pero
tomando en cuenta que el cristianismo da primordial importancia a la salvación individual
(individualismo), el cristianismo puede ser concebido como una religión individualista. Más
importante en esta consideración; quizás, es la opinión cristiana de “igualdad original de todas
almas”. Además, hubo un impulso universalista en el cristianismo que no estaba presente en las
religiones de Grecia, Roma, y entre los judíos.

Liberalismo Político
El liberalismo político nace en las luchas contra las monarquías absolutistas y el símbolo de su
instauración es la revolución francesa de 1789, aunque en Inglaterra se había producido con
anterioridad un proceso que determinó la formación de instituciones liberales y en Estados
Unidos, la independencia americana marca el inicio de este sistema en el nuevo Continente. El
liberalismo político reivindica para el individuo su derecho a la libertad y a la igualdad en
contraposición con los principios de la monarquía que establecían privilegios transmitidos por
herencia de una ciase limitada que era la nobleza. De esta manera, la aparición del liberalismo
significa una revolución, un cambio radical, al abolir los privilegios de la nobleza y el derecho de
la monarquía a transmitir el poder por herencia.

El advenimiento del liberalismo político introduce en el gobierno la división de poderes


(Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el sufragio universal, aunque en los primeros tiempos
posteriores a la Revolución Francesa se aplicó el sufragio censitario o limitado (ver sufragio), la
libertad de elegir y ser elegido en función de gobierno; la libertad de expresarse y de obrar como
se quiera con el único límite impuesto por la libertad de los otros. El liberalismo también
introduce el principio de la seguridad personal a través del Hábeas Corpus que protege al
individuo de las detenciones arbitrarias. Todas las libertades actuales son impuestas por este
sistema: inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia, libertad de circulación, etc.

¿Qué es la libertad?

La base del liberalismo es la conquista de la libertad del individuo. Y esa libertad fue definida a
partir de la ausencia de coacción. En este despertar de la humanidad de su largo sometimiento
a un pensamiento y a una moral única e impuesta coactivamente, los filósofos liberales vieron,
ante todo, la libertad en su aspecto “defensivo” frente al poder del Estado, pero pronto

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 3 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

advirtieron que esa libertad no puede ser pasiva, sino que daba lugar a una actuación, surge así
la segunda forma de la libertad como posibilidad de participación en la vida política, en la
investigación científica y en la actividad económica.

Aunque haya dado lugar a reacciones muy contrapuestas, el liberalismo, como doctrina
política moderna, se ha centrado sistemáticamente en una única, por más que compleja, idea: la
defensa de la libertad en general y de las libertades del individuo contra los abusos del poder,
basada en una concepción de los individuos como actores racionales y autónomos, cada uno de
igual valor y por tanto merecedor de igual consideración.

La libertad del individuo está garantizada, frente a cualquier abuso, por una serie de
derechos que regulan todos los códigos; integridad personal y familiar, libertad religiosa y de
industria, protección de la propiedad. Y un derecho imprescindible de tipo social, libertad de
prensa, proclama de todas las revoluciones, porque sólo mediante la concurrencia de una prensa
libre se pueden expresar los partidos y decidir en elecciones los ciudadanos entre las varias
opciones que se les ofrece.

Liberalismo Político de Locke


John Locke es considerado como uno de los pilares del liberalismo político. Para él, el
derecho la vida, junto con el derecho a la libertad y a la propiedad, son derechos naturales del
hombre, aseguraba que los derechos morales son de manera lógica anteriores al Estado, el
propósito del Estado es "remediar" los defectos del estado de naturaleza y la libertad personal
requiere derechos de propiedad privada para todos.3

Dentro de la filosofía política de John Locke, el Estado propuesto es el Estado liberal,


donde la intervención estatal tiene que ser mínima y donde el soberano del poder político es el
pueblo, el cual incluso tiene derecho a la rebelión. Locke creía que nuestros derechos (derechos
naturales) eran otorgados por Dios, esto incluye el derecho a la propiedad privada. Con el
incremento de la secularización de la sociedad, su visión resultó problemática para los liberales,
principalmente en cómo justificar estos derechos.

Finalmente, una contribución importante de Locke fue identificar la conexión entre


propiedad y libertad, pues afirmaba que la libertad podía ser conseguida solamente en un
sistema en el que hubiese propiedad privada.

EL ESTADO DE NATURALEZA

El “estado de naturaleza” es el concepto utilizado para designar un período de la historia de la


humanidad, supuestamente real o imaginario, contrapuesto a la situación presente de la misma.
Por sus propiedades, a medio camino entre la creación de la razón y la relación con el tiempo, se
trata de un concepto fundamental en filosofía política y en numerosas filosofías de la historia.

La idea de estado de naturaleza que más se ha popularizado en el pensamiento occidental


ha sido la que inspiró la filosofía moderna a partir de Hobbes, Locke, Rousseau y, en general, la
Ilustración. Estos autores interpretaron el estado de naturaleza como una situación en la que
imperaba la ausencia de normas, la falta de gobierno y la ley de la fuerza. No era un estado asocial
si entendernos por tal que dentro del mismo no hubiera relaciones entre los hombres; sin
embargo, no era un estado de sociabilidad plena, puesto que en su interior no se concebía una
sociedad organizada capaz de ejercer por sí lo que Weber denominó el monopolio de la violencia.
Aunque no era un estado de licencia absoluta, tampoco parecen haberlo entendido como

3
John Locke fundador liberalismo político, pág. 2.

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 4 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

sometido a las leyes de la obligación moral; más bien, el interés propio parece ser la regla que
guía el comportamiento ético de los sujetos. Existían opiniones opuestas entre sus mismos
creadores sobre el carácter histórico o de mera especulación que cabía otorgar a este concepto.
En el siglo XVII, Pufendorf, mantuvo que «nunca existió en realidad un estado de naturaleza,
excepto en forma alterada o parcial, como cuando unos hombres se unieron con otros para
formar un estado civil o un organismo semejante, pero conservaron una libertad natural contra
el resto de la humanidad»4 . Esta matización provocó con posterioridad la crítica de Adam
Smith; para éste, Pufendorf se equivocaba por la simple razón de que un estado semejante no
existió jamás. También Rousseau manifiesta con cautela que el estado de naturaleza «quizá no
haya existido»5.

Probablemente esta línea de pensamiento haya influido en algunos autores para


defender la historicidad del concepto en Locke6, sin embargo, los ejemplos que utiliza éste
remiten a casos históricos (la antigüedad pagana, los indios de América) o a relatos considerados
ciertos como la Biblia7.

El estado de naturaleza para estos autores es, en síntesis, la condición por la que hubieron
de pasar los hombres antes de llegar a la formación de la sociedad civil o política. Esta última
está adornada con los atributos por los que mayor aprecio ha sentido el pensamiento occidental
desde el siglo XVII: ejercicio de la autoridad, imperio del orden, jerarquía social, leyes positivas,
renuncia a la práctica de la violencia como fuente de resolución de los problemas internos y
dominio de la razón como fundamento último de las conductas humanas. Por el contrario, el
estado de naturaleza se consideraba una situación de la que era necesario escapar, bien por la
lucha de todos contra todos que en el mismo tenía lugar (Hobbes), bien por la situación de
amenaza e inseguridad colectiva que padecían sus integrantes (Locke). El paso de un estado a
otro parece haberse concebido como un acto de voluntarismo racionalista que llevaría al
contrato o pacto social y a la consiguiente instauración de una sociedad administrada por un
gobierno civil (a veces, un monarca absoluto).

El hombre en su estado de naturaleza es ante todo un ser libre que se rige


autónomamente teniendo como marco único la ley natural; la libertad, por tanto, es la
particularidad exclusiva del ser humano o su característica esencial: “Es éste un estado de
perfecta libertad para que cada uno ordene sus acciones y disponga de posesiones y personas
como juzgue oportuno, dentro de los límites de la ley de naturaleza, sin pedir permiso ni
depender de la voluntad de ningún otro hombre”8 (Locke).

El estado de naturaleza es un estado de paz, equilibrio y mutuo respeto mientras no


intervenga ningún elemento perturbador. Los hombres por naturaleza están dispuestos a formar
una sociedad común; sin embargo, ellos pueden actuar en contra de esta disposición y así,
convertir el uso de la fuerza en la pauta del derecho.9 Cada individuo tiene, pues, el derecho y el
deber de actuar en concordancia con la ley natural; por la misma razón cada individuo tiene el
derecho y el deber de castigar a quienes violan esta ley. La perfecta igualdad, otorga a cada uno,
y en la misma medida, el derecho a castigar.

4
PUFENDORF, S., The law of nature and nationes. N: York. Oceana Publications, 1964, p. 162, cit., en MEEK, R. L., Los orígenes de la ciencia
social. El desarrollo de la teoría de los cuatro estadios. Madrid. Siglo XXI, 1981, p. 18.
5
ROUSSEAU, JJ., Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres, en ROUSSEAU, JJ., Delcontrato social
Discursos. Madrid. Alianza, 1980, p.195
6
DUNN, J., La pensée politique de John Locke. Une présentation historique de la thése exposée dans les Deux traités du gouvernement.
París. PUF, 1991, pp. 106, 112, 119, 121, etc.
7
CASTILLA URBANO, F., «El indio americano en la filosofía política de John Locke», Revista de Indias, XLVI, 178 (1986), pp. 421-451, y «Una
teoría del origen y desarrollo de la sociedad: el estado de naturaleza en John Locke», en VEGAS, S., Dir., En torno al Segundo Tratado del
Gobierno Civil de John Locke. Alcalá de Henares. M.E.C.-C. E.P. de Alcalá, 1994, pp. 135-163.
8
Carlos Ospina, John Locke estado de naturaleza, Universidad de la Salle, Colombia, Bogotá.
9
Cortes Francisco, El contrato social liberal de John Locke, Universidad EAFIT, Colombia,2010

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 5 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

Locke consideraba que originariamente los seres humanos vivían en paz, actuaban
libremente y tenían una actitud de mutua colaboración. La única ley que respetaban era la Ley
Natural, es decir, la idea de que nadie debe dañar a los demás. Locke entendía que la razón
humana es capaz de comprender esa Ley Natural básica y, por lo tanto, es necesario imponer su
cumplimiento.

En el estado de naturaleza es necesario un juez público e imparcial, con autoridad para


resolver los pleitos que surjan entre los hombres, según la ley establecida. Pues en un estado así,
cada uno es juez y ejecutor de la ley de naturaleza; y como los hombres son parciales para consigo
mismos, la pasión y la venganza pueden llevarlos a cometer excesos cuando juzgan
apasionadamente su propia causa, y a tratar con negligencia y despreocupación las causas de los
demás.

El estado natural es un estado de libertad y de igualdad

Locke habla del estado de guerra, pero éste se da cuando uno quiere anularla libertad del otro,
por lo que lo hace distinto del estado de naturaleza. Locke define el estado de naturaleza así: “La
convivencia de los hombres conforme a la razón sin un superior común sobre la tierra con
autoridad para juzgar entre ellos, es propiamente el estado de naturaleza.”10

Si los hombres siguen la ley natural, entonces el estado de naturaleza es de paz, buena
voluntad, colaboración y preservación. Los individuos, en esa condición, eran sujetos libres y
gozaban del fruto de su trabajo, sin embargo, carecían de una autoridad que pudiese garantizar
ese derecho. El estado natural es un estado de libertad y de igualdad. Un estado donde los
hombres racionales sólo están limitados por la ley natural. “Para comprender rectamente el
poder político y deducirlo de su origen, debemos considerar el estado en que naturalmente se
hallan todos los hombres, y ése es un estado de perfecta libertad para ordenar sus actos y
disponer de sus posesiones y personas según lo estimen conveniente, dentro de los límites de la
ley de la naturaleza, sin pedir permiso ni depender de la voluntad de ningún otro hombre.”11

La idea de un estado natural funciona en Locke como un marco normativo o principios


desde donde puede justificar el poder del gobernante, así como la acción de la sociedad política.
La igual- dad natural que gozan los hombres en estado natural también depende de la misma
naturaleza, las diferencias suponen una intervención de la voluntad. Pero es la libertad “el núcleo
de la filosofía de Locke”12, es la característica más importante del hombre en estado natural, ya
que ella es “el fundamento de todo el resto”''. Sin embargo, Locke insiste que la libertad de la
que habla no es igual al estado de licencia, porque en ese estado la razón es la ley de la naturaleza:
“El estado de naturaleza tiene una ley de la naturaleza para gobernarlo, la cual obliga a todos; y
la razón, que es esa ley, enseña a todos los hombres que no deseen sino consultarla que, siendo
todos iguales e independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o
posesiones.”13

Como cada quien es independiente, en estado natural cada uno es juez, por lo que puede
hacer cumplir la ley de la naturaleza. ¿El hombre tiene un derecho y poder de castigar para
reparar y refrenar las acciones de un delincuente? Por eso escribe: “todo hombre tiene derecho
a castigar al ofensor y ser ejecutor de la ley de la naturaleza”. Más aún, Locke considera que
quien se desvía de la ley y de la recta norma se convierte en una “criatura nociva” y se declara en
guerra contra la humanidad, contra la comunidad de hombres racionales, y puede ser destruido
como una bestia salvaje14.

10
Ibídem, p. 40.
11
Ibídem, p. 30.
12
COHEN, Martín. Filosofía política. De Platón a Mao. Madrid. Cátedra, 2002, p. 91.
13
Ibídem, p. 32.
14
Ibídem, ps. 34-35.

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 6 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

Este estado de naturaleza es superado con el surgimiento de la sociedad política, siempre


y cuando haya sido asumida voluntariamente: “todos los hombres se hallan naturalmente en ese
estado y continúan así hasta que por su propio consentimiento se hacen miembros de alguna
sociedad política.” Y como se supone que el estado político o civil es una perfección del estado
de naturaleza, Locke con ello tiende a justificar la expansión y la lucha de la burguesía inglesa.
“El enemigo, del cual se habla como culpable en este capítulo sobre el estado natural, es toda
oposición que la burguesía pueda encontrar en su camino de expansión.

A todos Locke los ve como bestias salvajes, seres dañinos, levantados en contra del
género humano, que por este levantamiento han perdido todo derecho humano y no son más
que objetos por aniquilar.”15 Más adelante, dice Locke, que en estado de guerra que es un estado
de enemistad, uno puede matar a otro como si se tratase de un lobo o un león, porque tal hombre
no se halla bajo los lazos de la razón. ¿Cómo saber cuál de los dos está actuando fuera de la
razón? Sin embargo, luego de haber afirmado la existencia de derechos naturales como la
libertad, la vida y la propiedad, Locke habla de la esclavitud hasta el punto de justificarla.

Distingue entre la libertad natural del hombre y libertad del hombre en sociedad, en el
primer caso no está sometido a poder superior sobre la tierra, en el segundo caso está bajo el
poder establecido en una nación. Y viene Locke una vez más a invertir sus principios al sostener
que un sujeto por sus faltas puede someterse a otro como esclavo: “Es ésta la perfecta condición
de la esclavitud, la cual no es otra cosa que el estado de guerra continuado entre un conquistador
legítimo y un cautivo.” Eso le permite hablar de “poder despótico legítimo”, especialmente
referido al conquistador, bajo el cual sí se puede hablar de esclavitud legítima y el conquistador
tiene derecho a recibir un pago por los gastos ocasionados: “...el conquistador, si tiene causa
justa, posee un derecho despótico sobre las personas de todos los que realmente ayudaron y
concurrieron contra él, y el derecho de resarcirse por los daños y costo con el trabajo y las
haciendas de aquéllos, de manera que no agravie el derecho de ningún otro.“16

Es también un estado de igualdad, en el que todo poder y jurisdicción son recíprocos, y


donde nadie los disfruta en mayor medida que los demás. Nada es más evidente que el que
criaturas de la misma especie y rango, nacidas todas ellas para disfrutar en conjunto las mismas
ventajas naturales y para hacer uso de las mismas facultades, hayan de ser también iguales
entre sí, sin subordinación o sujeción de unas a otras, a menos que el amo y señor de todas
ellas, por alguna declaración manifiesta de su voluntad, ponga a una por encima de otra, y le
confiera, mediante un evidente y claro nombramiento, un derecho indudable de dominio y de
soberanía.

La propiedad como derecho natural

En el principio, los bienes son comunes. En el estado de naturaleza, la propiedad es res comunis,
pertenece a toda la humanidad. El propio Locke cita al Rey David: «Dios entregó la tierra a los
hijos de los hombres, se la dio en común al género humano». Con su teoría del estado de
naturaleza, Locke busca, entonces, aclarar que el derecho al poder político y su verdadero origen
tienen que ver directamente con el establecimiento de unas condiciones que hagan posible
preservar la propiedad.

En el estado de naturaleza los bienes no pertenecen a nadie en particular y existe el


mandato divino de preservación, de conservación de la humanidad. Por ello, para vivir o
sobrevivir, el hombre utilizó las aptitudes, facultades que le dio Dios para coger frutos, cazar
animales, cultivar la tierra, cuidar de animales, etc.

15
HINKELAMMERT, Franz, El retorno del sujeto reprimido. Bogotá. Universidad nacional de Colombia, 2002, p.52. Capítulo 2 titulado “La
inversión de los derechos humanos: el caso de John Locke”.
16
Ibídem, p. 143.

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 7 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

Locke señala que todo esfuerzo físico -trabajo- que se efectúe sobre la naturaleza -desde coger
un fruto, hasta construir un buque, pasando obviamente por labrar la tierra genera el derecho
de propiedad. La trascendencia del trabajo es tal que Locke indica que “de lo que existe en la
tierra, 9/10 son trabajo del hombre”. Pese a que estamos en los albores del S. XVIII, resulta
cuestionable lo expuesto teniendo en cuenta que existían zonas inexploradas y totalmente
desconocidas por los hombres. Sobre el continente americano, Locke anota que en este
continente existe poco “mejoramiento” del trabajo.

Con el trabajo de los hombres, la propiedad común desaparece y nace la propiedad


individual sobre los bienes, sobre la tierra. Dios ordenó al hombre que trabajara en la tierra y,
por ello, acepta que existan propiedades individuales. Dios, pues, autorizó la apropiación de la
tierra en base al trabajo. Como destaca De Trazegnies Granda, «aun cuando los bienes fueron
entregados en común, su utilización es siempre individual (...) es el trabajo que desempeñará el
papel de factor individualizante».

Así, pues, la propiedad privada se estableció por mandato divino, en el ejercicio del deber
de sobrevivir. Por el derecho natural, las personas adquieren propiedades: cada uno es dueño
de su persona y de todo lo que produzca, se apropie, recoja, etc. de la naturaleza: se crea, en
última instancia, la “auto propiedad” donde antes no había existido absolutamente nada. En
resumidas cuentas, el fundamento del derecho de propiedad es el trabajo humano: la
apropiación de bienes se produce contando con la autorización divina.

El tema del trabajo por cuenta ajena: ¿trabajador, siervo o esclavo?

Como el trabajo es lo que permite apropiarse de los bienes de la naturaleza, en la teoría de Locke
-no negada por este-, la absoluta igualdad inicial generará que los hombres comiencen a
distinguirse: quien más trabaja, no cabe duda, tendrá más propiedades que los que lo hagan en
menor proporción. Así, el trabajo será el criterio objetivo a través del cual se establezcan las
diferencias sociales y económicas: todos nacen iguales y, con el trabajo, serán, en última
instancia, diferentes: habrá propietarios y no propietarios, empleadores y subordinados.

Para Locke, como hemos anotado, el hombre tiene autonomía, tiene derechos y deberes
propios que no pueden ser traspasados; más todavía, indica que el “único dueño” de la vida de
los hombres es Dios. No se puede, pues, “traspasar” aquello que no es de propiedad de los
hombres, únicamente de Dios. De allí que Locke no admita la esclavitud como una manera de
obtener bienes, como una manera de obtener propiedades, ni siquiera contando con el
consentimiento de las personas que enajenan sus servicios.

Limites en la propiedad en el estado de naturaleza

Ahora bien, el derecho a la propiedad tiene límites, no es que Locke «premie» con títulos de
propiedad a quienes trabajan desmedidamente ya que señala que el hombre solamente debe ser
propietario de lo que necesite, el exceso les pertenece a otros hombres. Todo lo que excede de
las necesidades del hombre, le pertenece a Dios, a los demás hombres. No se fomenta, entonces,
un derecho de propiedad desmedido e ilimitado como el sistema de Nozick; inclusive, más
adelante Locke indicará que si existe una acumulación indebida de bienes, los demás hombres
tienen derecho a apropiarse de tales bienes, aun cuando no hubieran contribuido a producirla.

El derecho de la propiedad en la sociedad civil

La necesidad del dinero: el dinero, anota Locke, es un bien duradero que no se deteriora ni
pierde valor y permite intercambiar bienes útiles pero perecederos.

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 8 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

El dinero nace por consentimiento de los hombres: el hombre utiliza la ficción del dinero
para «almacenar» bienes, para acumular propiedades perecibles. De este modo, como no existe
desperdicio de los bienes, no se atenta contra el mandato divino. Por ello, el empleo del dinero
es coherente con los límites al derecho de propiedad, es un «comportamiento justo o moral».
Locke no lo señala, expresamente, pero los hombres que no tienen propiedades pueden robar el
dinero a los propietarios, tal como sucede con los bienes perecederos.

La necesidad de la sociedad civil: el hombre, naturalmente, busca la asociación, la


comunión con otros hombres. Los hombres naturalmente se encuentran en este estado y, por
propio consentimiento, optan por crear una sociedad política. Locke anota que es necesario
organizar un estado civil para que emita leyes que garanticen el derecho de propiedad. Tan
importante es la propiedad que, inclusive, faculta al propietario afectado a matar a quien atenta
o destruye su propiedad, por transgredir la ley de la naturaleza.

LA SOCIEDAD CIVIL A LO LARGO DE LA HISTORIA

La sociedad civil en Aristóteles

En su Política, el uso original de un concepto como el de sociedad civil o sociedad política refería
a una asociación de individuos libres e iguales, aunque vinculados con una comunidad de
“ciudadanos” en el sentido de miembros de unas polis. Este concepto originario se encuentra
estrechamente vinculado con la virtud (el areté de los griegos), y ésta a su vez, con la noción de
interés general o el bien común.

El término griego para esta asociación es koinonía politiké, cuya traducción aproximada
para un lenguaje moderno podría ser “comunidad”, “asociación”, “sociedad política” o “sociedad
civil”.17 Cohen y Arato sostienen que “éste fue el término que los latinos tradujeron por societas
civilis”. No existe en Aristóteles o en la filosofía política antigua una distinción muy clara entre
lo político y lo social, diferencia que establecerá posteriormente la tradición latina con el término
societas.18

La sociedad civil en el Medioevo

La concepción aristotélica de la sociedad civil ingresó en su versión latina de societas civilis en


la tradición medieval, pero no tuvo un desarrollo teórico de gran importancia. Cohen y Arato
sostienen que “jugó aquí sólo un papel menor”19, refiriéndose a las primeras traducciones latinas
del término. Ya en traducciones posteriores, “Alberto Magno y Tomás de Aquino tendieron a
restringir la societas civilis a la ciudad-Estado medieval (como equivalente más cercano de la
antigua polis)”. 20

El uso del concepto de sociedad civil en el medioevo, al tener una relevancia menor,
simplemente se identificó al significado de res pública sin mayores distinciones con los
gobiernos, monarquías etc. De este modo, se impidió que se pudieran instalar la idea de sociedad
civil de un cuerpo de ciudadanos organizado. Esta noción tradicional de sociedad civil como
república se mantuvo durante el feudalismo, sin un desarrollo teórico mayor.

17
Aristóteles, La Política. Traducción de Natividad Massanés. Editorial Iberia, Barcelona, 1962.
18
Cohen, Jean y Arato, Andrew, Op. Cit. Pág. 113.
19
Cohen, Jean y Arato, Andrew, Pág. 115
20
Cohen, Jean y Arato, Andrew, Pág. 115

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 9 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

La sociedad civil en los inicios de la teoría política moderna

Los teóricos políticos que plantean la existencia de un contrato social, pretenden dar cuenta del
orden social existente y justificar una forma más adecuada de gobierno a partir de una condición
anterior a la constitución de un Estado. En general, los teóricos del contractualismo postulan
que los individuos no constituían una sociedad en un momento inicial y son preexistentes al
Estado. De este modo, en el denominado “estado de naturaleza”, los individuos se encuentran
aislados unos de otros y poseen, fuera del Estado, plena libertad y sujeción a derechos naturales.
En esta condición anterior a la conformación de la sociedad los individuos se ven incentivados,
por diversos motivos según la propuesta de cada autor, a pactar, y establecer un contrato social.

EL CONTRATO SOCIAL Y LA SOCIEDAD CIVIL

El contrato social es un acuerdo realizado en el interior de un grupo por sus miembros. Es parte
de la idea de que todos los miembros de un grupo estén de acuerdo, por voluntad propia, en la
cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas morales y de unas leyes a las qué
someterse. Según Locke para poder vivir en paz y libre en la sociedad, los individuos deben de
renunciar a ciertos derechos naturales y en cambio de estos, tendrían derecho a la vida, la
libertad y la protección de sus propiedades, pero cuando las autoridades no respetan este
contrato, los individuos pueden rebelarse para cambiarlo.

Eso es lo que saca a los hombres de un estado de Naturaleza y los coloca dentro de una
sociedad civil, es decir, el hecho de establecer en este mundo un juez con autoridad para decidir
todas las disputas y reparar todos los daños que pueda sufrir un miembro cualquiera de la
misma. Ese juez es el poder legislativo, o lo son los magistrados que el mismo señale. Siempre
que encontremos a cierto número de hombres asociados entre sí, pero sin disponer de ese poder
decisivo a quien apelar, podemos decir que siguen viviendo en el Estado de Naturaleza.21

La sociedad civil

La sociedad es un grupo de sujetos que, asumiendo su rol de ciudadanos, desarrollan ciertas


acciones para incidir en el ámbito público. De esta manera la sociedad civil puede actuar en la
política inclusive sin ser parte de una organización política en específico. Aunque los hombres
poseen una ley natural, no se sigue de ello que todos vayan a respetar ese hecho, ni que respeten
los derechos de los demás. Por ello, Locke dice, que se tiene que construir una sociedad
organizada para la más efectiva prevención de sus derechos y libertades, mediante un pacto
establecido entre ellos. Es por eso que este estado se basa en fundaciones racionales ya que, lo
impuesto al estado de naturaleza solo se podría justificar mediante el consentimiento.

La Distribución de Poderes

La distribución de poderes es un principio en algunas formas de gobierno en la cual las


potestades legislativa, ejecutiva y judicial son ejercidas a través de órganos estatales autónomos
e independientes entre sí. Siendo esta la cualidad fundamental de la democracia. Siendo John
Locke el filósofo que vio con más claridad el principio de la democracia y la división de poderes.
Locke menciona al:

21
Locke, John. Ensayo sobre el gobierno civil, Madrid 1980, par. 87-89

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 10 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

- Poder Ejecutivo, que constituye el poder supremo en sentido estricto, pero no es un


poder absoluto ya que tiene que responder de la confianza puesta en él y respetar la ley
moral natural.

- Poder Legislativo, encargado de realizar los mandatos del legislativo, y Poder


Federativo, consistente en regular las relaciones entre distintos estados. Al renunciar en
favor del Poder Legislativo al propio juicio de los daños sufridos en todos aquellos casos
en que puede apelar al magistrado, ha renunciado, por eso mismo, en favor del Estado
al empleo de su propia fuerza en la ejecución de las sentencias dictadas por este, y tiene
que prestársela siempre que sea requerido para ello, puesto que se trata de juicios
propios dictados por el mismo o por quien lo representa.22

Según Locke quien tiene en sus manos el Poder Legislativo o supremo de un Estado
hallase en la obligación de establecer jueces rectos e imparciales encargados de resolver
los litigios mediante aquellas leyes y empleara la fuerza de la comunidad dentro de la
misma únicamente para hacerlas ejecutar.23

- Poder Judicial, no lo menciona, ya que sus funciones pueden ser asumidas por el
poder Legislativo y que la existencia permanente de este mismo es innecesaria ya que las
leyes están destinadas a ser cumplidas y que para hacerlas solo se requiere escaso tiempo.

Respecto a la disolución de un gobierno, Locke afirma que un gobierno se disolverá


siempre que se de alguna de las siguientes situaciones, según que las causas de su disolución
sean internas o externas:

 Disolución por causas externas: Cuando la sociedad que gobierna no pueda perdurar al
ser conquistado el Estado por un Estado enemigo.

 Por causas internas:


- Siempre que el legislativo sea modificado arbitrariamente o sometido a un poder
absoluto que le impida actuar libremente.
- Si el detentor del poder ejecutivo es incapaz de poner las leyes en vigor.
- Si el ejecutivo o el legislativo obran contrariamente al mandato encomendado.

Cuando un gobierno queda disuelto por cualquiera de estas causas la rebelión de los
súbditos queda justificada. Tenemos, pues, que lo que inicia y realmente constituye una sociedad
política cualquiera, no es otra cosa que el consentimiento de un número cualquiera de hombres
libres capaces de formar mayoría para unirse e integrarse dentro de semejante sociedad. Y eso,
y solamente eso, es lo que dio o podría dar principio a un gobierno legítimo.24

EL ENCUENTRO ENTRE EL LIBERALISMO POLITICO Y LA DEMOCRACIA


Para hablar de la relación entre democracia y liberalismo político, es necesario tener en cuenta
que cuando se alude a este término se hace referencia a la democracia, vista como una forma de
gobierno, democracia política, y no desde su ideal igualitario.

22
J. LOCKE: Ensayo..., cap. VI, pp88.
23
* J. LOCKE: Ensayo..., cap. IX, pp131
24
Locke, John. Ensayo sobre el gobierno civil, Madrid 1980, pág. 95.

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 11 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

Para Bobbio (2008), la democracia moderna no solo no es incompatible con el


liberalismo, sino que se considera como su consecuencia natural25. Claro está, con una
condición: que se tome el término democracia en un sentido formal y no solo sustancial o
material.

Dado que la única forma de igualdad, que no solo es compatible con la libertad tal como
es concebida por la doctrina liberal, sino que incluso es su fundamento, es la igualdad en la
libertad de los individuos, lo que significa que cada uno debe gozar de tanta libertad cuanto sea
compatible con la libertad ajena, o sea, con la libertad de los otros y, así, cada individuo puede
hacer todo aquello que no dañe la libertad de los demás.

De esta forma de igualdad, propia del Estado liberal, se da lugar a dos principios que han
figurado a lo largo de la historia del constitucionalismo moderno: el principio de la igualdad
frente a la ley (igualdad formal), interpretada como una forma específica de igualdad jurídica, y
el principio de la igualdad de derechos, que significa el disfrute equitativo, por parte de todos los
ciudadanos, sin discriminación alguna, de algunos derechos catalogados como fundamentales y
que se encuentran garantizados por la Constitución. La igualdad de derechos comprende la
igualdad y garantía de todos los derechos individuales enunciados en cada Carta constitucional,
derechos frente a los que todos los ciudadanos son iguales.

Según Bobbio (2008), no solo el liberalismo es compatible con la democracia, sino que
la democracia se concibe como el desarrollo natural del Estado liberal, pero con la condición de
que no se considere la democracia desde el punto de vista de su ideal igualitario, sino desde el
punto de vista de su fórmula política, es decir, la soberanía popular. Para Bobbio la única manera
de facilitar el ejercicio de la soberanía popular es mediante la atribución al mayor número de
ciudadanos del derecho de participar directa e indirectamente en la toma de decisiones
colectivas, es decir, la mayor extensión de los derechos políticos hasta el último límite del
sufragio universal, tanto masculino como femenino, salvo el límite de edad que, casi siempre,
hace referencia a la mayoría de edad.

De la idea de Estados liberales que no eran democráticos se pasa a la idea de no ser


concebibles Estados liberales que no sean democráticos o Estados democráticos que no sean
liberales. La democracia se visualiza como una consecuencia natural propia del liberalismo, que
garantiza la protección de cada individuo respecto de la acción de los otros individuos, y de todos
ellos respecto de la acción del Estado26.

Por consiguiente, el método democrático es necesario para salvaguardar los derechos


fundamentales de cada persona, los cuales son la base del Estado liberal y su protección es
indispensable para el adecuado funcionamiento de la democracia. Es, también, la máxima
garantía para que los derechos de libertad se encuentren protegidos contra las tendencias de los
gobernantes a limitarlos o suprimirlos. Esta necesidad reside en la posibilidad de que los
individuos se defiendan de los abusos que emanan del poder, mediante su participación directa
o indirecta. Y como tal, los derechos políticos son el complemento de los derechos de libertad y
de los derechos civiles, porque constituyen su mejor garantía y salvaguardia. De lo contrario y
ante el panorama de un régimen que no se sustenta en la soberanía popular, la salvaguardia de
estos derechos dependería con exclusividad del derecho natural de resistencia a la opresión,
según Bobbio (2008).

Según Bobbio (2008), los ideales liberales y el método democrático se han entrelazado
de tal forma que, si es verdad que los derechos de libertad han sido la condición necesaria para
la correcta aplicación de las reglas del juego democrático, también es verdad que la democracia
se ha vuelto el instrumento principal de la defensa de los derechos de la libertad. En este sentido,
se parte del término liberalismo y de la idea del Estado liberal, Estado limitado, Estado

25
Liberalismo y Democracia en la Perspectiva de Norberto Bobbio
26
Historia del Liberalismo. Dr. César R. Barradas. Doctorado en Finanzas Públicas. Universidad Veracruzana.

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 12 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

controlado y, así, Estado liberal constitucional, para luego llegar al concepto de Estado liberal-
democrático.

LA TOLERANCIA RELIGIOSA COMO MANIFESTACIÓN DE LIBERTAD

Durante esos convulsos años John Locke abordó otra de las grandes polémicas de la época: la
libertad religiosa. En 1667 su Ensayo sobre la tolerancia, donde defendía el derecho de los
puritanos a vivir libremente sus creencias sin ser molestados por las autoridades públicas, de
orientación anglicana.

En esta ocasión, en lugar de hacer uso de argumentos económicos -la pérdida de riqueza
que suponía la emigración de los puritanos con todas sus propiedades y negocios-, el autor se
centra en aspectos políticos. De esta manera, establecía los dos únicos motivos por los que a una
persona se le podía negar la libertad religiosa: el perjuicio de los derechos de otro individuo y el
atentado contra la existencia misma del Estado

La tolerancia

La libertad de consciencia debe ser una garantía individual o colectiva que se pueda ejercer desde
cualquier postura política o religiosa, por ello, es menester que no se les imponga la religión o la
política a los ciudadanos, mucho menos que se mezclen la una con la otra, porque de esta unión
pueden surgir grandes confusiones y arbitrariedades. El texto de Locke carta a la tolerancia es
bastante importante en esta materia.

El Ensayo comienza destacando, que, en lo referente al tema de la libertad de conciencia,


existen dos posiciones irreconciliables, o sea, absoluta obediencia a la verdadera religión o
libertad absoluta en materias de conciencia. El magistrado, en el cual se ha depositado la
confianza, el poder y la autoridad, tiene el deber de mantener la paz en la sociedad. El supuesto
básico del Ensayo es que sin sociedad política los hombres no podrían vivir juntos en forma
pacífica, por ello la necesidad del cuerpo político. Este argumento, siguiendo la línea hobbesiana,
es contrario a la idea del Bon Sauvage posteriormente desarrollada por Rousseau". 27

El magistrado debe garantizar que la libertad de consciencia se respete, porque si no lo


hace, las sociedades políticas terminaran manipulando a las comunidades religiosas, o
simplemente la religión terminara dominando a la política, entonces se perderá la libertad de
los ciudadanos para elegir el camino político o religioso por una mezcla tan funesta para la paz
y el desarrollo social.

Para Locke la sociedad política es la mejor forma de conservar el camino pacifico de la


convivencia humana, entre tanto, la religión debe ocuparse de cuestiones morales, éticas y
espirituales que formen la virtud en los hombres, pero no de las apreciaciones políticas desde
argumentos eclesiásticos, porque si esto sucede, la sociedad civil se confundirá y terminara
odiando la política por la intervención de las autoridades religiosas en la vida común. "Para
Locke el rol del gobierno civil es claro: la preservación de la vida. Cualquier acción correctiva
sólo debe justificarse ante la eventualidad de esta sentencia.

Esta nueva doctrina sugiere que el gobernante no debe entrometerse en asuntos


eclesiásticos, limitando el campo de su jurisdicción. La solución del problema es simple: el
gobierno debe velar por la conducta en esta vida, pero no por la preparación a la próxima, que
es un asunto completamente personal. La autoridad debe proteger la sociedad, pero en este

27
(Gobierno de Medellín. 2011, p. 8)

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 13 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

mundo. En definitiva, la solución radica en el reconocimiento del Estado como un ente secular
cuyo propósito no es velar por las creencias religiosas, sino que velar por la vida presente". 28

Locke solicita la separación del poder religioso y político, porque en la práctica existe una
fuerte contradicción entre sus finalidades, ya que la iglesia idealiza la vida, entre tanto que la
política trabaja sobre lo concreto, real, actual y todo aquello que requiere soluciones inmediatas
y no a futuro como las ofrecen las autoridades eclesiásticas. Por ello: "A nadie se le oculta la
diferencia y hasta la contradicción que se da entre lo que se piensa y lo que se practica. Sin llegar
al vicio de la hipocresía, la tensión entre lo ideal y lo real es algo muy humano y nos acompaña
generalmente desde el nacimiento hasta la muerte. La coherencia respecto de sí mismo a lo largo
de la vida es privilegio de no muchos. Para el resto, parece subsistir la apelación a la debilidad
de nuestras pasiones frente al mundo de la razón o de la fe".29

El autor señala la tensión existente entre el mundo de lo real, concreto y la fe, pues el
primero es en el ahora, el segundo en el después. Además de manifestar cierta hipocresía en la
religión de los eclesiásticos que someten a los hombres mediante doctrinas que no los dejan
pensar políticamente su realidad individual y social. Es necesario reconocer: El énfasis del
Ensayo es claramente en temas del Estado, no eclesiásticos, por ello la pregunta entre "tolerancia
o imposición" juega el rol principal a lo largo de este escrito, sugiriendo una preocupación más
por el Estado que por la Iglesia.

En conclusión, el Ensayo es un documento político. Sin embargo, si el Ensayo había


establecido la dirección en la cual el pensamiento de Locke se dirigía, aún dejaba muchas
preguntas sin respuestas, entre ellas la naturaleza de la autoridad civil y de la Iglesia. Si la
orientación es clara, Locke todavía no posee el conocimiento del lugar al que aspira llegar. Esto
es el fruto de la evolución de su pensamiento, cuyos resultados claramente se reflejan en la
Carta.30

La carta de Locke es una preocupación por los asuntos políticos que siempre se dejaron
infiltrar del poder eclesiástico, por esta razón la dirección del gobierno se hallaba en una
continua contradicción, ya que una vez correspondía a las demandas sociales, otras esperaban
el auxilio del cielo o las pretendidas promesas de los grupos eclesiásticos que lo único que les
interesaba era sacar alguna partida económica en su unión con la política.

El estado

John Locke (1632-1704) reflexiona desde una Europa dominada por las monarquías absolutas.
Locke considera que, si bien el Estado debe mantener la seguridad, por ello no implica que pueda
violar la libertad y los derechos de las personas. Al igual que en el sistema de Hobbes los hombres
se reúnen para establecer un pacto en el que se someten al Estado. 31
Para Locke el “estado de naturaleza” no se caracteriza ni por el pesimismo de Hobbes ni
por el optimismo de Rousseau (“la bondad natural”). En el “estado de naturaleza” el ser humano
tiene unos derechos que proceden de la Ley Natural, pero también tiene el peligro de perderlos.

Los hombres que realizan el pacto no pueden entregarle sus derechos personales, sino
que el Estado deberá protegerlos y estos serán el límite a su actuación. La gran aportación de
Locke es el cambio de las funciones del Estado, que pasa de ser garante de seguridad a protector
de los derechos individuales. Como dijimos anteriormente el Estado encuentra su sentido y su
límite en los derechos de los individuos. Los derechos principales son la propiedad privada, la
tolerancia religiosa y de pensamiento, la libertad de movimiento, la libre empresa, etc. A estos

28
(Leónidas montes l. 2004, p. 149)
29
Julio Alvear Téllez. 2009, p. 653
30
John Locke, p. 7
31
La filosofía política de John Locke, p.3

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 14 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

derechos se les conoce como los derechos liberales o de primera generación. Si un Estado viola
los derechos de las personas, ese Estado pierde su sentido, porque los derechos son
indisponibles e intangibles para el Estado, esto es, están fuera de su ámbito.

Pero la efectividad del pacto dependerá de la concreta configuración del Estado, por lo
que Locke propone la primera idea de una separación de poderes. Locke mantiene que los
poderes legislativo, ejecutivo y federativo (relaciones exteriores) no deben ser detentados ni por
la misma persona ni por el mismo órgano. La separación de poderes es una garantía institucional
para evitar el advenimiento del absolutismo y por tanto la creación de un régimen lesivo de los
derechos individuales.

Pero la efectividad del pacto dependerá de la concreta configuración del Estado, por lo
que Locke propone la primera idea de una separación de poderes. Locke mantiene que los
poderes legislativo, ejecutivo y federativo (relaciones exteriores) no deben ser detentados ni por
la misma persona ni por el mismo órgano. La separación de poderes es una garantía institucional
para evitar el advenimiento del absolutismo y por tanto la creación de un régimen lesivo de los
derechos individuales.32

La religión

El siglo XVII fue un siglo de guerras religiosas, y había muy pocos teóricos dispuestos a defender
la tolerancia como correcta en principio o viable en la práctica. En su demanda por tolerancia
religiosa Locke sostiene, en primer lugar, que ningún hombre tiene tanta sabiduría y
conocimiento como para que pueda dictar la religión a algún otro; en segundo lugar, que cada
individuo es un ser moral, responsable ante Dios, lo cual presupone la libertad; y, finalmente,
que ninguna compulsión que sea contraria a la voluntad del individuo puede asegurar más que
una conformidad externa.33

Se preocupa por las relaciones entre la Iglesia y el Estado y prescribe que debe tolerarse
cualquier postura religiosa que no perjudique los intereses fundamentales de la sociedad y el
Estado. Su intención es política más que religiosa, pues la finalidad de sus consideraciones no
es la salvación de las almas sino la protección del Estado, y se ha convertido en parte constitutiva
del pensamiento político moderno, ya que su propuesta más decisiva es la estricta separación
entre la Iglesia y el Estado.34

La intolerancia es típica del catolicismo y el Estado debe prohibir sólo aquellas doctrinas
que puedan alterar la paz y seguridad públicas o que tengan consecuencias antisociales. El
argumento de Locke era que la obligación católica de obedecer al Papa iba en contra del
reconocimiento de la autoridad legítima o de los gobernantes seculares. Como los católicos eran
súbditos del Papa, no podían ser ciudadanos de ningún otro Estado que no fuese Roma. Hay
otra idea que no debe ser tolerada, el ateísmo, pues al no creer en Dios se carece de principios
morales, pero “ni los paganos, ni los mahometanos, ni los judíos deberían ser excluidos de los
derechos civiles del Estado a causa de su religión”.35

Locke sugiere que puede haber más de una iglesia “verdadera”. Considera irracional
castigar a la gente por lo que cree, y por lo tanto el Estado no tiene por qué interferir con las
creencias. Esta era una doctrina muy radicalizada en la época, por los íntimos contactos que los
Estados, católicos o protestantes, tenían con las autoridades eclesiásticas. Pese a algunas
limitaciones, la Carta sobre la tolerancia implicó una fuerte condena a la intolerancia y la
consagración de la libertad religiosa, elementos indispensables en el proceso de constitución del

32
Ibídem, p. 11
33
El pensamiento político de John Locke y el surgimiento del liberalismo, p.65
34
Ibídem, p.66
35
ibídem, p. 54

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 15 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

Estado democrático liberal. John Locke (1632-1704) reflexiona desde una Europa dominada por
las monarquías absolutas36.

Locke sugiere que puede haber más de una iglesia “verdadera”. Considera irracional
castigar a la gente por lo que cree, y por lo tanto el Estado no tiene por qué interferir con las
creencias. Esta era una doctrina muy radicalizada en la época, por los íntimos contactos que los
Estados, católicos o protestantes, tenían con las autoridades eclesiásticas. Pese a algunas
limitaciones, implicó una fuerte condena a la intolerancia y la consagración de la libertad
religiosa, elementos indispensables en el proceso de constitución del Estado democrático liberal.
Para Locke, la religión y la moral son dos ámbitos independientes, lo mismo que lo deben ser la
Iglesia y el Estado, según podemos apreciar en sus “Ensayos sobre el gobierno civil” y en su
“Carta sobre la tolerancia”.

Insiste en que la tarea del Estado debe limitarse a las cuestiones relacionadas con los
intereses civiles, y no debe inmiscuirse jamás en las cuestiones religiosas de los ciudadanos y
viceversa. En consecuencia, las asociaciones religiosas deben ser libres y la pertenencia a ellas
completamente voluntaria, sin que ninguna pueda gozar de ninguna preeminencia ante el
Estado. Por otra parte, en justa correspondencia, las actividades de estas deben limitarse a su
esfera propia, o sea, a los asuntos de culto y las creencias. Locke se opone, pues, al uso de la
religión como instrumento de poder. Perseguir, dice, a los que son contrarios a mi fe es
anticristiano, pues Dios no obliga a profesar religión, sólo la propone. Si las limitaciones
humanas nos hacen ignorar cuál es la verdadera religión, la solución no puede ser violentar a
nadie, sino dejar libertad de conciencia. Sin embargo, Locke era creyente y pensaba que aceptar
la existencia de Dios es un elemento importante para la convivencia social. También nos dice
que el cristianismo está teñido de racionalidad.

Bibliografía:
Locke, J. (Ed). (1689). Dos tratados sobre el gobierno civil. Londres, Inglaterra: Awnsham
Churchill.
García, M. A. (2002). John Locke: La división de poderes y la tradición democrática contemporánea.
Ciudad de México, México: Universidad Panamericana.
Montagut, E. (2017). La división de poderes de Locke y Montesquieu. Madrid, España: Nueva Tribuna.
Falcón, J. M. (s.f.). Algunas reflexiones en torno al pensamiento político de John Locke. Lima, Perú:
PUCP.

36
Ibídem, p.66

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 16 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

ACTIVIDADES SESIÓN 11

1. Lee con atención los temas que se presentan y, luego, analiza los enfoques para responder el
cuadro de decisión desde una perspectiva ética y moral de los derechos y restricciones de la
persona.

Desde los enfoques presentados para “El estado natural es un estado de libertad y de
igualdad” para los ciudadanos, sustente los aspectos positivos o negativos en el ejercicio del
liberalismo.

ASPECTOS POSITIVOS ASPECTOS NEGATIVAS

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 17 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

2. Desde los enfoques presentados para “La distribución de poderes. Tolerancia, Estado y
religión.” para los ciudadanos, sustente los aspectos positivos o negativos en el ejercicio del
liberalismo.

ASPECTOS POSITIVOS ASPECTOS NEGATIVAS

3. Redacte un texto argumentativo explicando si está a favor o en contra de “El estado natural
es un estado de libertad y de igualdad” que el liberalismo propone para una sociedad.
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 18 | 19
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA ÉTICA Y FILOSOFÍA POLÍTICA

4. Redacte textos argumentativos sobre: “El contrato social y la sociedad civil”, “Tolerancia,
Estado y religión”. Explique con razones en qué aspectos está a favor y en qué aspectos está
en contra.

El contrato social y la sociedad civil:


_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________

Tolerancia, Estado y religión:


_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________

S e m a n a 1 1 | 15 P á g i n a 19 | 19

Das könnte Ihnen auch gefallen