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I

La cita, tomada de la versión del ensayo For-


ce de loi de Jacques Derrida, recientemente
La pasión del sujeto militante publicada en inglés en Acts of Religion, es la
Alberto Moreiras siguiente: “En cierta manera, y a riesgo de
Universidad de Aberdeen sorprender, uno podría decir que un sujeto
no puede decidir nada: un sujeto es incluso
aquello a lo cual una decisión nunca le puede
sobrevenir o llegar excepto como accidente
marginal que no afecta su identidad esencial
y la autopresencia sustancial que hacen a un
sujeto lo que es –si la elección de la palabra
sujeto no es arbitraria, por lo menos, y si
uno puede confiar en lo que de hecho se
requiere siempre, en nuestra cultura, de un
sujeto” (253). La última frase parece relati-
vizar la rotundidad aparente de la posición
de Derrida, que refiere a la contraposición
radical de sujeto y decisión. Quizás el pro-
blema no sea con la concepción de sujeto,
sino más bien con la concepción de sujeto
en nuestra cultura.

Pero podríamos también pensar que “nues-


tra cultura” es precisamente el lugar donde 53
el sujeto se caracteriza por una responsabi-
lidad absoluta –el sujeto no sería otra cosa
que su responsabilidad, o la suma de sus
responsabilidades. En apariencia, al menos,
o según cierta apariencia, nuestra cultura es
absolutamente decisionista: el sujeto es, y no
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es otra cosa que, el sujeto de decisión. La sin democracia. Uno siempre puede no
cultura occidental, y esto ya desde sus oríge- querer ni la una ni la otra, y no hay escasez
nes judeo-cristianos o abrahámicos, es una de ejemplos de esta prescindencia bajo todo
cultura de hiper-responsabilidad. Si somos tipo de regímenes; es muy posible conside-
sujetos, somos sujetos en cuanto somos suje- rar que ni la democracia ni la literatura son
tos responsables y actuamos en cuanto tales. bienes incondicionales o derechos indis-
Pero la responsabilidad es, precisamente, lo pensables. Pero en ningún caso se pueden
que nos hace sujetos de decisión. Si somos disociar la una de la otra. No habría análisis
responsables, somos fundamentalmente alguno que lo permitiera. Y cada vez que se
responsables de nuestras decisiones. El censura una obra literaria, la democracia se
sujeto es la decisión. ¿Cómo pues entender pone en peligro, como todo el mundo dice.
la cita de Derrida, que dice que el sujeto La posibilidad de la literatura, la legitima-
es “aquello a lo cual una decisión nunca ción que le da la sociedad, la tranquilización
le puede sobrevenir o llegar excepto como de la sospecha o del terror en su respecto,
accidente marginal”? Encima: Derrida dice todo eso va junto –políticamente– con el
que esta frase se deriva de la concepción del derecho ilimitado a preguntar cualquier
sujeto en nuestra cultura, como si nuestra pregunta, a sospechar de todo dogmatismo,
cultura no fuera precisamente una cultura a analizar cualquier presuposición, incluso
radicalmente subjetivo-decisionista. las presuposiciones de toda ética o política
de la responsabilidad” (28).
En otro ensayo, publicado originalmente
en inglés y llamado Passions. (An Oblique Esta autorización a decirlo todo tiene
Offering), dice Derrida: “La literatura es una un curioso envés, que es que el autor, en
invención moderna, inscrita en convencio- cuanto autor, no es entonces responsable

54 nes e instituciones que, para limitarnos a


este rasgo, aseguran en principio su derecho
de nada. Uno puede decir cualquier cosa,
en literatura, sin que nadie tenga derecho a
a decirlo todo. Así la literatura vincula su exigirle responsabilidad. Eso es democracia.
destino a una cierta no-censura, al espacio Curioso: la misma democracia que exige
de la libertad democrática (libertad de la responsabilidad, que pone la soberanía en
prensa, libertad de opinión, etc.). No hay manos de los ciudadanos, que requiere el
democracia sin literatura; no hay literatura voto de todos y de cada uno, la misma de-
La pasión del sujeto militante / Alberto Moreiras

mocracia que convierte al sujeto occidental ¿Qué es lo que está en juego aquí? ¿Por
en un sujeto de decisión hiper-responsable, qué esta noción del secreto literario, de la
responsable de todo y por todo, esa misma salvaguarda de la posibilidad de la literatura
democracia, en literatura, garantiza el de- de no contestar, de no ser interrogada, de no
recho absoluto a la absoluta no-respuesta o tener que revelar el secreto, su secreto, por
falta de respuesta, de responsabilidad. Dice qué esta condición de no-responsabilidad se
Derrida: “Esta no-respuesta es más original asocia a la posibilidad de una democracia
y más secreta que las modalidades de poder por venir? ¿Y cuál es el vínculo entre este
y de obligación o deber [que son también futuro de la democracia, esta posibilidad
características de la democracia] porque es demócrata de la democracia, esta mesiani-
fundamentalmente heterogénea con respec- cidad demócrata y la teoría del sujeto? ¿Es el
to de ellas. Encontramos ahí una condición sujeto de la decisión –ese sujeto imposible,
hiperbólica de la democracia que parece del cual Derrida dice que no puede darse, al
contradecir un cierto concepto determinado menos en nuestra cultura, pues la definición
e históricamente limitado de tal democracia, de sujeto en nuestra cultura lo excluye del
un concepto que la vincula al concepto de lugar de toda decisión– incompatible con la
un sujeto que es calculable, imputable, y res- democracia futura? ¿En nuestra cultura?
ponsable, un sujeto que tiene que responder, Pero Derrida parece estar diciendo que
tiene que decir la verdad, tiene que testificar hay un remanente fuera de todo sujeto,
a la verdad jurada ante la ley (...), tiene que un resto, que no responde, que es secreto
revelar el secreto, con la excepción de ciertas y debe permanecer secreto. Este secreto
situaciones determinables y reguladas por la no es parte del sujeto: lo excede, y lo hace
ley (la confesión, los secretos profesionales posible al mismo tiempo que lo amenaza en
del médico, del psicoanalista o del abogado,
secretos de defensa nacional o secretos de
su auto-clausura. Derrida lo llama “pasión”,
y concluye Passion. (An Oblique Offering)
55
estado en general, secretos de industria, hablando de la “absoluta soledad de una
etc.). Esta contradicción también indica la pasión sin martirio” (31). El mártir es el
tarea (tarea de pensamiento, también tarea sujeto responsable, el sujeto de una respues-
teórico-práctica) de cualquier democracia ta infinita. La “pasión sin martirio” sería la
por venir” (29). soledad de un testigo que no martiriza o no
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se martiriza. Antes del sujeto de la demo- los hace posible, no responde a ellos ni por
cracia, pero condición absoluta del sujeto ellos, es lo que no responde. ¿No da res-
de la democracia, este no-sujeto del secreto puesta? ¿Le llamaremos muerte? ¿La muerte
y de la pasión es sin embargo el remanente dada? ¿La muerte que da? No veo ninguna
pasible y la traza de cualquier posibilidad razón para no llamarlo vida, existencia,
de una democracia por venir. La pasión traza. Y no es lo contrario (30-31).
sin martirio de la soledad no-subjetiva, por
La vida del no-sujeto como pasión sin mar-
ejemplo, de la literatura, testifica –sin mar-
tirio, resto pasible, condición infrapolítica
tirio– una posibilidad político-mesiánica
de toda política de una democracia por
de futuro (lo que Derrida en Espectros de
venir, condición pues de la democracia, si
Marx habría llamado una “mesianicidad sin
es cierto que la democracia es la promesa de
mesianismo”). ¿Qué es entonces este “resto
justicia y, todavía más escandalosamente,
pasible”? El exceso del sujeto hacia una
en apariencia, única instancia posible de
soledad sin ninguna medida común con la
decisión: el resto pasible como condición
del sujeto aislado, con la del solipsismo del
de justicia precisamente en la medida en
ego cuya esfera de pertenencia daría lugar
que niega responsabilidad ante la ley, no
a alguna apresentación analógica del alter
responde a la responsabilidad, esa vida del
ego y así a alguna génesis constitutiva de
no-sujeto, ¿se ajustaría a las condiciones
la intersubjetividad (Husserl), o con la de
técnicas de la biopolítica en la modernidad?
la mismidad del Dasein cuya soledad, nos
¿Puede la biopolítica –la administración de
dice Heidegger, es todavía una modalidad
la vida– hacerse responsable de esa vida del
del Mitsein. La soledad, el otro nombre del
no-sujeto? ¿O es esa vida, esa forma de vida
secreto..., no es soledad ni de la conciencia,
en soledad, vida desnuda, traza de la vida
ni del sujeto, ni del Dasein, ni siquiera del
56 Dasein en su potencialidad auténtica cuyo
y condición absoluta de la existencia en
cuanto tal, precisamente el secreto de la bio-
testimonio o atestación analiza Heidegger.
política, y así aquello a lo cual la biopolítica
Los hace posible, pero lo que hace posible
no tiene acceso, el límite de la biopolítica,
no pone fin al secreto. El secreto nunca se
y por ello la condición de posibilidad de
permite ser capturado o encubierto por la
otra política?
relación con el otro, por el ser-con o por
forma alguna de un “lazo social.” Incluso si
La pasión del sujeto militante / Alberto Moreiras

II En The Fragile Absolute, que es un libro sobre


las condiciones posibles para la radicaliza-
Speed (20th Century Fox, 1994) y Twister
ción del proyecto democrático en el pre-
(Warner Brothers, 1996), ambas dirigidas
sente, Slavoj Zizek empieza con una crítica
por Jan de Bont, son dos películas intere-
a Marx. Para Marx el comunismo sería un
santes porque entregan dos versiones alter-
modo de producción comunal, nuevo, post-
nativas del sujeto de la postmodernidad, y
capitalista, consecuencia de la eliminación
en esa medida me gustaría contraponerlas a
del límite inherente a la producción dentro
la idea del sujeto (y a la idea del no-sujeto)
del capitalismo, que es precisamente el lími-
que he querido ir indicando en referencia a
te del capital. En páginas de los Grundrisse,
Derrida. En la primera, Speed, recordemos
que la cuestión es cómo conseguir no morir por ejemplo, Marx explica cómo ese límite
cuando uno va en un autobús en el que hay de la producción en el capitalismo es asimis-
una bomba que estallará y nos matará a mo el límite o barra que determina la sub-
todos si el autobús desciende de velocidad. jetividad del trabajador como subjetividad
En la segunda, Twister, la cuestión es cómo en falta, en penuria, en destitución. Lo que
conseguir no morir cuando uno ha muerto dice Zizek es muy sencillo, pero tambien,
ya, simbólicamente al menos, en la confron- en mi opinión, exacto, y revolucionario al
tación traumática con una naturaleza o un menos respecto del pensamiento marxista.
real desatado bajo la forma de un fenómeno Para él, ese límite del capital, que es también
atmosférico absolutamente indomable y el límite constituyente de la subjetividad
salvaje. Lo que está en juego en ambas es capitalista o en el capitalismo, es una fan-
la redención de un sujeto, o incluso, la tasía: es de hecho la fantasía del capitalismo
construcción de un sujeto como sujeto de mismo, puesto que el capitalismo debe
vida. Tanto Speed como Twister, lejos de soñar o fantasear con remover o eliminar
ser películas malas, escapistas, baratas, puro ese límite para perseguir con total libertad 57
thriller, pueden acabar probándose pensa- produccionista el proyecto total y absoluto
mientos esenciales para entender aspectos de acumulación de capital. “El comunismo
preciosos de cualquier teoría (secreta) de la marxiano, esta noción de una sociedad de
democracia por venir. Y así también de la pura productividad desencadenada fuera de
literatura, y por ende de toda comunidad la estructura del Capital, fue una fantasía
o contra/comunidad literaria. inherente al capitalismo mismo, la transgre-
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sión inherente capitalista en su esencia más La cristiandad paulina “trata de romper el


pura, una fantasía estrictamente ideológica círculo vicioso de la prohibición que genera
sobre mantener el empuje hacia la máxima el deseo de transgredirlo, que es el ciclo
productividad generado por el capitalismo descrito en Romanos 7.7” (135).
y al mismo tiempo librarse de los obstáculos
Para Zizek el comunismo estaba todavía
y antagonismos que eran [y son]... el único
cogido en el círculo vicioso de la ley que
soporte posible de la existencia material real
es el espectro del judaísmo –el capitalismo,
de una sociedad en perpetua productividad
el límite inherente a la producción que el
auto-exaltante” (18).
capitalismo incorpora (se podría decir que
Así que, paradójicamente para un gran en- el capitalismo no es nada sino ese límite),
tusiasta de Lenin, la versión que Zizek nos genera la fantasía de eliminar el límite como
da del comunismo no es muy leninista o no posibilidad constitutiva de su propio desa-
es lo suficientemente leninista, puesto que rrollo, de la misma forma en la que, para San
Zizek parece afirmar que el comunismo real Pablo, la condición de la ley es la posibilidad
es/fue necesariamente soviets sin (suficiente) de su transgresión. El capitalismo genera, en
electrificación. De cualquier forma, esta crí- otras palabras, la fantasía de proceder hacia
tica que Zizek le hace a Marx es la condición una ontología de la producción sin límite,
necesaria para la autoinversión zizekiana en sin falta, sin carencia, sin deuda. Pero,
el proyecto de religión sin religión que voy contra eso, la lección de San Pablo: “la dia-
a llamar neopaulinismo. Mucho más tarde léctica viciosa de la ley y de su transgresión
en el libro, y casi secretamente, nos encon- elaborada por San Pablo es el tercer término
tramos con un argumento a favor de San invisible, el mediador en desvanecimiento
Pablo que es simétricamente opuesto del entre la religión judía y el cristianismo –su

58 argumento contra Marx. Es el argumento


a favor de San Pablo el que nos permite
espectro cautiva a ambos, aunque ninguna
de las dos posiciones religiosas ocupe en
ver, retrospectivamente, que Marx estaba realidad ese sitio: por un lado, los judíos no
atrapado en una fórmula de experiencia están todavía allí, esto es, tratan la ley como
masculina que Zizek llamará cuasi-judaica. el Real escrito que no los compromete en el
Pero, para San Pablo, no hay por supuesto ciclo vicioso de la culpa; por otro lado, como
ni hombres ni mujeres, ni judíos ni griegos. San Pablo aclara, lo básico del cristianismo
La pasión del sujeto militante / Alberto Moreiras

en sí es ya y precisamente romper el ciclo ha desplazado hacia una dimensión diferen-


superegoico vicioso de la ley y de su trans- te de experiencia. De la misma forma, “el
gresión” (145). Contra Marx, por lo tanto, pasaje del judaísmo al cristianismo obedece
“para liberarse efectivamente del enganche en última instancia la matriz del pasaje de
a la realidad social existente, uno debería las fórmulas de sexuación masculina a la
renunciar al suplemento fantasmático femenina” (143); “la extensa discusión del
transgresivo que nos vincula a ella” (149). amor por Lacan en Encore tiene así que
Este acto de renuncia, que Zizek describe a ser leída en el sentido paulino, en cuanto
la vez como el acto psicoanalítico auténtico opuesta a la dialéctica de la ley y su transgre-
y como el acto ético auténtico, es un acto sión: esta segunda dialéctica es claramente
anti- o post-hegemónico: el acto epocal fálico/’masculina’; implica la tensión entre
del sujeto de lo político que “cambia las el Todo (la ley universal) y su excepción
coordenadas de la situación en la que el constitutiva; mientras que el amor es ‘fe-
sujeto se encuentra: al cortarse del precioso menino,’ implica las paradojas del no-Todo”
objeto a través de cuya posesión el enemigo (147). Esta lógica del no-Todo, lógica del
lo tenía agarrado el sujeto gana el espacio de síntoma universalizado o sinthome, marca
la libertad” (150), y así abandona su subjeti- absolutamente la lógica de la formación del
sujeto revolucionario en Zizek. Es tal lógica
vidad en destitución y en penuria. Así, uno
la que lleva a la conclusión de que no hay
podría decir que para Zizek no es solo que
Gran Otro, ni capitalista ni comunista –de
el marxismo sea una forma de cristianismo,
que el Gran Otro, en otras palabras, no es
sino, más radicalmente, que el cristianismo
más que una formación ideológica. Si no
es una forma, una forma más revolucionaria,
hay Gran Otro, entonces ni su destrucción
de marxismo –que es por otra parte lo que
ni su creación pueden ser actos revolucio-
afirma en general el neopaulinismo.

En plena consistencia con su crítica de Marx


narios. Lo que nos queda entonces es una
identificación paradójica con el síntoma en
59
y su abrazo de San Pablo, Zizek entiende el de-constitución (no destitución) subjetiva.
sujeto de lo político como esencialmente Esta renuncia a la disolución del síntoma es
femenino. El sujeto femenino ha abando- el amor propiamente hablando, y a través
nado siempre de antemano el ciclo vicioso de él se anuncia la posibilidad de un acto
superegoico de la ley y su transgresión y se propiamente político:
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“En el acto tradicional (premoderno), el El modelo para esto es, sorprendentemente


sujeto sacrifica todo (todas las cosas ‘patoló- o no, la Crucifixión, entendida como acon-
gicas’) a la Causa-Cosa que le importa más tecimiento feliz que suspende (aufhebt) la es-
que la vida misma; Antígona, condenada a tructura misma del sacrificio y que, por ello,
muerte, enumera todas las cosas que ya no no puede ya ser entendida como un acto que
podrá experimentar a causa de su muerte sostiene el estado de la situación, ni siquiera
prematura... este es el “mal infinito” que de forma invertida. La Crucifixión es un acto
uno sacrifica a la Excepción (que es la Cosa radicalmente positivo a través del cual se abre
por la cual uno actúa, y que, precisamente, “otro espacio,” dice Zizek, “que ya no puede
no es sacrificada)... Así que Antígona es ser desestimado como un suplemento fantas-
sublime en su triste enumeración de lo que mático a la realidad social” (158). Queda con
sacrifica –esta lista, en su enormidad, indica ella abierta la posibilidad de una comunidad
los contornos trascendentes de la Cosa con alternativa, que es una comunidad revolucio-
respecto de la que ella retiene su fidelidad naria porque se establece como tal más allá
incondicional. ¿Es necesario añadir que de la hegemonía, de cualquier hegemonía
esta Antígona es una fantasía masculina del presente: “La des-conexión cristiana no
por excelencia?... En la constelación ética es una posición de contemplación interior,
moderna, por el contrario, uno suspende
sino el trabajo activo del amor que lleva ne-
esta excepción de la Cosa: uno testifica la
cesariamente a la creación de una comunidad
propia fidelidad a la Cosa al sacrificar (tam-
alternativa” (138).
bién), la Cosa misma... Sin esta suspensión
no hay acto ético propiamente hablando... La teorización del acto revolucionario en
[el acto ético] toma lugar en la intersección Zizek en cuanto renuncia a la disolución del
de la ética y de la política, en el dominio síntoma no es una teorización de abstinen-
60 siniestro en el que la ética se “politiza” en cia o separación de lo Real. Por el contrario,
su naturaleza más íntima, un asunto de Zizek teoriza un proceso de intensa violen-
decisiones radicalmente contingentes, un cia psíquica que debe ser entendida como
gesto del que no puede darse ya cuenta en contraviolencia a la violencia de la fantasía.
términos de fidelidad a alguna Causa pre- Así, el reconocimiento de la ausencia última
existente, puesto que redefine los términos del Gran Otro, y la necesidad consiguiente
mismos de esta Causa” (154-55). de identificación con el síntoma universal,
La pasión del sujeto militante / Alberto Moreiras

pasa por un momento de locura radical al realidad el Real está en el lado de la fan-
que Zizek identifica a veces con la “noche tasía” (67), entonces dar un paso hacia el
del mundo” hegeliana, pero para la que ha despliegue esencial de la verdad no es sólo
usado recientemente una analogía teórica abrazar la fantasía; no es sólo atravesar “el
más provocativa: la noción heideggeriana phenomenon en su estatuto más radical, esto
de verdad. Este es un paso de largo alcance es, el esquema que determina cómo las cosas
todavía parcialmente impensado en el pro- se nos aparecen” (85). “Identificarse con el
pio trabajo de Zizek, y que lo aproximará síntoma,” como “dar un paso hacia el des-
al Derrida que antes citaba, como veremos. pliegue esencial de la verdad,” son nombres
Por el momento quiero señalar que la ana- aproximativos a lo que el Heidegger tardío
logía misma, al establecer una equivalencia llamaría el intervalo del Ser, entendiéndolo
entre el acto revolucionario y la descripción no ya como crisis, sino más bien como
heideggeriana de un postmetafísico “paso al el pasaje de los dioses, esto es, la ruptura
despliegue esencial de la verdad” en cuanto radical del subjetificar humano hacia una
aletheia sugiere que la identificación con el apropiación al Ser. Con ello, la época de
sinthome va más allá de la fantasía, aunque la historia del Ser marcada por la agencia
a través de la fantasía, y alcanza un hori- humanista –la época de la producción, la
zonte en el que “la transformación del ser época de la tecnología, la época de la bio-

del hombre en el sentido de un trastorno política– habrían venido a su fin. Y con ello
la época del sujeto de lo político.
de su posición entre los entes” (Heidegger,
citado por Zizek 82) se desarrolla más allá Pero Zizek no llega a afirmar tanto. Prefiere
de la fundación misma de la subjetividad parar su determinación del acto ético-políti-
hacia una forma de acuerdo con el ser de co al nivel de la constitución/deconstitución
los entes que ya no puede estar determinada subjetiva –y esta es su diferencia fundamen-
por la agencia subjetiva. El acontecimiento tal no sólo con Heidegger, de momento, 61
ético en Zizek está conectado a la concep- sino también con Derrida. La renuncia a la
tualización heideggeriana de Ereignis de disolución del síntoma adquiere una carac-
formas que tendrán que ser estudiadas. Pero terística doble: como renuncia a la disolu-
si, como dice Zizek citando a Richardson, ción del síntoma el sujeto se da un golpe a sí
el lethe heideggeriano es el Real lacaniano mismo, a través de un sacrificio que, como
(81), y si “en la oposición entre fantasía y vimos en el ejemplo de la Crucifixión, sus-
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pende el sacrificio mismo y se abre al adviento rencialmente a varios pensadores además de


de una comunidad alternativa. Siguiendo a Zizek (a Alain Badiou, pero tambien Gior-
esta característica, el acto revolucionario no gio Agamben, a Jean-Luc Nancy y Antonio
sutura al nuevo sujeto –más bien deconstitu- Negri, a Jean-François Lyotard, y a Gilles
ye el antiguo. Pero, en cuanto renuncia a la Deleuze, entre otros). En la definición que
disolución del síntoma, el acto es constitutivo endorsarían tanto Zizek como Alain Badiou
y suturante. Zizek cita la película Speed, en el neopaulinismo es una inversión ideoló-
la que el héroe “le dispara no al chantajista gica hacia la descripción del procedimiento
sino a su propia pareja en la pierna” (149), formal de verdad para la emergencia de un
como ejemplo de la primera característica. nuevo sujeto de lo político. Como dice
Twister, en cambio, puede ejemplificar la Badiou, la importancia de San Pablo para
segunda: los protagonistas encuentran la via- el presente es que San Pablo fue el primero
bilidad final de su amor en el ojo del tornado en dar las condiciones formales para el en-
mismo, esto es, a través de una identificación tendimiento del sujeto militante (San Pablo
abismal con la cosa traumática que los había “practica y enuncia los rasgos invariantes
eludido siempre, pero que llega a ellos al de lo que se puede llamar la figura militan-
final como recompensa por sus heroicos te” [2]). Pero el camino de Damasco del
esfuerzos. Twister escenifica, no el acto de neopaulinismo no es el de la indicación del
renuncia sino más bien su efecto póstumo, sitio o el de la expresión de las condiciones
esto es, su suturación en la modalidad de de posibilidad de una conversión privada. Al
futuro anterior. Alegoriza, no la posibilidad revés, el neopaulinismo quiere postular que
de una comunidad utópica postraumática, existe una posibilidad subjetiva de cambio
como hace Speed, sino más bien el logro de social revolucionario en el sentido fuerte:

62 la comunidad en la doma postraumática del


trauma mismo (el pasaje de los héroes a su
es decir, que un acontecimiento político de
implicaciones revolucionarias puede ser ac-
plena subjetividad es también la sujeción de tivamente producido mediante una apuesta
la naturaleza a la ciencia, aunque sea ciencia subjetiva, con tal de que pueda imaginarse
postmoderna o fractal). una apuesta subjetiva lo suficientemente
poderosa como para cargar la totalidad
El neopaulinismo es una modalidad de
tendencial del campo social. (Los orígenes
pensamiento que hoy parece preocupar dife-
La pasión del sujeto militante / Alberto Moreiras

althusserianos de estos desarrollos tendrán Como película propiamente postmoderna,


que quedar para otra exposición.) Speed se hace “históricamente verdadera”
al darnos una visión alegórica pero radica-
En su ensayo sobre “Los fines de la tempo-
lizada del enorme contraste entre la penuria
ralidad” Fredric Jameson interpreta Speed
subjetiva que es, para Marx, “la única po-
como texto emblemático para entender el
sesión de la capacidad de trabajo viviente”
arresto de la temporalidad en el postmoder-
y la riqueza abstracta del Los Angeles de
nismo pleno. Jameson presenta Speed como
la modernidad tardía, a través de la cual el
la incorporación de la tendencia alegórica
autobús maldito cruza como uno cruzaría
de la lógica cultural del postmodernismo
los paisajes desiertos y desterritorializados
a operar reflexivamente un arresto abso-
del capitalismo financiero. En términos de
luto de la temporalidad. Tal arresto de la
Marx, “cuanto mayor la medida en la que la
temporalidad sucede en la película a través
fuerza de trabajo se objetifica, tanto mayor
de la reducción libidinal del tiempo a la
se hace el mundo objetivo de los valores,
explosión multitudinaria del presente. Para
que aparece entonces frente al mundo del
Jameson la explosión del presente –en la
trabajo como ajeno –como propiedad aje-
película no hay literalmente tiempo para
na” (455). Por eso el posmodernismo, en
pensar más que el presente en su vertigino-
términos de Jameson, esto es, el presente de
sa velocidad– es la alegoría ideológica del
la globalización tendencial plena, es el mo-
pleno desvanecimiento de la historicidad
mento de la propiedad ajena, el momento
del tiempo, y así también de la tempora-
de la mayor expropiación de experiencia, y
lidad del sujeto. No hay sujeto en Speed,
así el momento del final de la historicidad
dice Jameson, no hay tampoco plenitud
fenomenológica del presente –el sujeto es, experiencial. Por eso Speed, en la interpre-

como el presente, una totalidad vacía. Así, la tación de Jameson, debe concluir que la
absoluta reducción del tiempo al presente
63
ideología compulsiva de la agencia subjetiva,
igual que la reducción de lo temporal a un es tambien la reducción absoluta del sujeto

instante incesante de tensión hiper-enfática, a su posición como totalidad vacía: no hay

sirven para revelar, en la película, la penuria ya más sujeto, sólo su lugar vacío.
radical tanto de la agencia subjetiva como ¿Cómo postula entonces el neopaulinismo
de la temporalidad en la realidad social. una salida con respecto de ese momento
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de mayor y más tensa reducción subjetiva Bibliografía


a partir de una nueva catexis del sujeto de Badiou, Alain. Saint Paul. La fondation de l’universalisme.
lo político? Para Zizek, como hemos visto, París: PUF, 1997.
Derrida, Jacques. “Force of Law. The ‘Mystical Foun-
se trata de abrazar el síntoma, de renunciar dations of Authority’”. Acts of Religion. Gil Anidjar ed
a la disolución del síntoma, lo cual debe y trad. Nueva York: Routledge, 2002. 228-298.
traducirse: de entregarse al sacrificio abso- —“Passions. ‘An Oblique Suffering’”. On the Name.
Thomas Du Toit ed. David Wood trad. Stanford:
luto de la subjetividad de forma tal que el Stanford UP, 1995. 3-31.
residuo subjetivo no sea ya la cadena que Jameson, Fred. “The Ends of Temporality”. Manus-
crito inédito.
nos mantenga atados para siempre a la Marx, Karl. Grundrisse. Foundations of the Critique
subjetividad como destitución. Esa sería la of Political Economy. Martin Nicolaus trad. Londres:
Penguin, 1993.
“religión sin religión” zizekiana. Ahora bien,
Zizek, Slavoj. The Fragile Absolute-or, Why is the
¿en qué medida esto conforma tambien una Christian Legacy Worth Fighting For? Nueva York:
Verso, 2000.
política semejante a la política o infrapolí-
tica derrideana del resto pasible?

Voy a dejar ahí esa pregunta. No quiero más


que recordar su vinculación a la cita con
que abrí esta conferencia, según la cual “en
cierta manera, y al riesgo de sorprender, uno
podría decir que un sujeto no puede decidir
nada: un sujeto es incluso aquello a lo cual
una decisión nunca le puede sobrevenir o
llegar excepto como accidente marginal que
no afecta su identidad esencial y la autopre-

64 sencia sustancial que hacen a un sujeto lo


que es –si la elección de la palabra sujeto
no es arbitraria, por lo menos, y si uno
puede confiar en lo que de hecho se requiere
siempre, en nuestra cultura, de un sujeto”
(253). ¿De dónde entonces la decisión, si la
decisión no es decisión del sujeto? ¿Cuál es,
aquí, el secreto?

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