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CUBA

LOS TRES GRANDES ACTOS EN LOS QUE SE DIVIDE LA HISTORIA DE CUBA SEGÚN
MIRES.

Mires imagina la historia de Cuba como un drama de tres actos: el primero fue la lucha por la
independencia, el segundo la revolución antimachadista y el tercero la revolución castrista. Uno
de los rasgos más particulares del proceso revolucionario fue su permanente relación entre las
rupturas que ocurrieron dentro de un marco de continuidad.

Primer acto: lucha por la independencia​. José Martí comienza a organizar a los cubanos dentro
y fuera de Cuba y funda el Partido Revolucionario Cubano cuyo objetivo es la libertad de Cuba.
Finalmente en el 1895 estalla la Guerra de Independencia que se extenderá hasta 1898 cuando
finalmente con el Tratado de París, la isla alcanza su independencia, que no se hará efectiva
hasta 1902. En 1899 Cuba es ocupada por los Estados Unidos con Leonardo Wood como
gobernador hasta 1902 donde se inaugura la república y con la Constitución de 1901 como base
jurídica a la cual se añadió la Enmienda Platt, que daba a Estados Unidos el derecho a intervenir
en los asuntos cubanos y que fue aceptada por los independentistas como un mal menor
después de encendidas polémicas.

Segundo acto: revolución antimachadista. ​El ascenso de Gerardo Machado a la presidencia en


1925 representa la alternativa de la oligarquía frente a la crisis latente. Su gobierno fue
fuertemente subordinado al de los Estados Unidos y practicaba el ejercicio militar del aparato del
estado. El principal factor desestabilizador de su gobierno fue la crisis del 29 cuando el precio
del azúcar comenzó a descender drásticamente.
Uno de los principales actores fue el ámbito universitario donde empezaron a articularse
ideológicamente los intereses de los sectores medios emergentes que lograron organizarse
formando el Directorio Estudiantil Universitario, liderado por Antonio Guiteras desde donde
salieron figuras importantes de la política como Eduardo Chibás. Esta organización tomó
carácter contestatario contra la dictadura y puso en práctica formas de lucha armada urbana y
rural. Otro actor fue el ABC, inspirado en ideologías populistas y propiciaba la formación de un
Estado de tipo corporativo impregnado de un nacionalismo ideológico con características
antinorteamericanas. Y por último, el papel del movimiento obrero que logró conectarse con las
luchas de otros sectores subalternos aunque contaba con un desarrollo muy desigual interno:
estaba conformado por los esclavos azucareros, una masa de desempleados y los trabajadores
del tabaco que terminaron por alinearse con ideologías comunistas y anarquistas. Para 1925,
nació la Confederación Nacional Obrera Cubana. La resistencia contra Machado tomaría muy
pronto un carácter popular y masivo, y frente a esta resistencia la dictadura comenzó a emplear
la represión sangrienta. En esas condiciones, hasta algunos machadistas abandonaron el
gobierno y en sus momentos finales el dictador no contaría con más apoyo que el de un ejército
dividido y un minipartido fascistoinde llamado “Liga Patriótica”.
Machado perdió la batalla decisiva en 1930 cuando levantó la consigna “en este país no habrá
huelga que dure mas de 24 hs”, y se respondió con una huelga general en 1933 que duró
mucho más, paralizó todo el país y marcó el punto de culminación de la lucha antimachadista.
La escalada huelguista que contagio a toda la población repercutiendo en el interior del Estado
mismo: Estados Unidos y la Iglesia retiraban el apoyo al dictador y prácticamente todos los
partidos se pronunciaban por la caída de la dictadura, que finalmente fue facilitada por la
debilidad del ejército, donde los militares exigieron el cumplimiento de reivindicaciones propias.
De aquí surgió el “movimiento de los sargentos” que realizaría una sublevación en 1933.

Tercer acto: Revolución castrista. Desde 1933 hasta 1940 gobernó un régimen batistiano sin
Batista y entre 1952 y 1959 con él mismo como dictador. Batista llegó al poder por primera vez
con el ​golpe de Estado​ conocido como Revuelta de los Sargentos en 1933 que acabó con el
gobierno provisional de ​Carlos Manuel de Céspedes y Quesada​. Entonces, Batista se nombró a
sí mismo jefe de las fuerzas armadas y estableció una junta de gobierno conocida como
Pentarquía. Conservó el control sobre varios presidentes provisionales entre 1934 y 1940.
Su régimen era el de un Estado militar que surge asumiendo un papel arbitral entre las clases
debido a la existencia de una crisis hegemónica en el poder con los objetivos a largo plazo de
reconstruir el bloque tradicional de dominación y la dependencia externa militar. El golpe del 52
llamado “madrugazo” apoyado por los Estados Unidos, buscaba impedir que la política de Cuba
se autoregenerara. A partir de ese momento se crearían las condiciones necesarias para una
unidad política nacional pero en contra suya, que solo podría surgir sobre la base de la
exigencia de la restauración de la democracia perdida. Además la resistencia se vio facilitada
por la incapacidad de la dictadura para obtener una mínima legitimación política. Fue en el
movimiento estudiantil vinculado a la Ortodoxia donde comenzó a configurarse una tendencia
política basada en 3 premisas: restaurar libertades democráticas, diferenciarse del Partido
Auténtico y lucha armada a fin de secundar un eventual movimiento de masas. El 26 de julio de
1953 organizan un asalto al cuartel de Mocanada liderado por Fidel: la idea de asaltar cuarteles
formaba parte de las tradiciones insurreccionales desde la misma época de la independencia;
los supuestos de la lucha armada residían en la restauración de la democracia por medio del
cumplimiento de las reivindicaciones de los más pobres del país. Castro proponía una alianza de
todas las clases subalternas de la sociedad, sin la hegemonía específica de ninguna en
particular. Simultáneamente, la iglesia se manifestaba en defensa de los derechos humanos y
los estudiantes estaban en plena actividad y ocupaban las calles.
El M26J surgiría como producto de una confluencia histórica ligada a la tradición martiana, las
tradiciones revolucionarias de los años treinta al chibasismo de los años cuarenta y al nuevo
movimiento estudiantil. La amplitud ideológica se complementaba con una dirección cerrada y
centralizada, relativamente autónoma al resto de la organización. Era una combinación muy
específica entre movimiento social, partido político y frente popular.
El desembarco del Granma marcó el inicio de las luchas guerrilleras, que culminaran con el
triunfo de la ​Revolución Cubana​, el ​1 de enero​ de ​1959​. Entre 1953 y 1956 en La Habana se
visibiliza una notable activación del movimiento estudiantil y da surgimiento al Directorio. En
1957 se formula un planteamiento unitario que los convertiría en el núcleo de convergencia
denominado “Manifiesto de las Sierras” llamando a la realización de elecciones verdaderamente
democráticas e imparciales a fin de restituir el régimen presidencial mediante la previa formación
de un gobierno provisional. Apuntaba hacia una solución de compromiso. Después del fracaso
de la huelga general de 1958, el M26J realizó un viraje estratégico donde reemplazo la huelga
como eje central de protesta por la guerrilla de un ejército popular. Además comenzó a articular
una política de alianzas que constituirían un factor clave en el triunfo militar. Hasta la toma del
poder, la revolución tenía un carácter democrático (lucha contra la dictadura) y popular, después
de la toma del poder, paso además a tener carácter nacional.

INGRESO DE CUBA A LA ORBITA SOCIALISTA SEGÚN DOMINGUEZ.

Las medidas tomadas en la primera década de vida del gobierno revolucionario fueron las más
radicales y las más vinculadas a una planificación socialista del Estado. En las décadas
siguientes, se reformularían muchas de estas políticas dejando más bien un sesgo y no una
determinación tan fuerte como lo fue en los ’60, debido fundamentalmente a los cambios en las
relaciones internacionales y las variaciones de la economía.

En 1959 la Revolución logró con éxito desintegrar el régimen autoritario de Batista y asumir el
poder con una lógica totalmente diferente que tenía como estandarte la reafirmación del
nacionalismo cubano, y ello significó la reinvención de nuevas reglas, instituciones, normas y un
cambio radical en las políticas interiores como de relaciones exteriores. Las primeras medidas
fueron procesar y castigar a los vinculados al gobierno de Batista y reconfigurar las relaciones
con Estados Unidos: a partir de ahora ya no serviría más a los intereses imperiales. El mismo
año que asume la revolución, se dan una serie de huelgas de trabajadores contra las empresas
extranjeras y la promulgación de la Ley de la Reforma Agraria que en principio sólo limitaba la
extensión de tierra por propietario y que terminó por expropiar directamente las tierras de capital
extranjero. Además Cuba se negó a recibir créditos del gobierno estadounidense o del FMI, y
así negó también la dependencia con dicho país. Era imposible llevar a cabo una revolución sin
un grave enfrentamiento con la superpotencia del norte, pero al mismo tiempo que este se
llevaba a cabo, comenzaban los lazos y conversaciones con la URSS que daría inicio a las
relaciones con un acuerdo económico bilateral en 1960. Ese mismo año siguió la radicalización
de las medidas y cuando el gobierno cubano solicitó a las refinerías de petróleo de propiedad
extranjera que utilizaran el crudo oriundo de la Unión Soviética, las compañías se negaron y el
gobierno contestó con la expropiación de las mismas y, más delante, de todas las propiedades
estadounidenses (y algunas cubanas) inclusive los bancos, industrias y comercios. Las
relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos terminaron por romperse oficialmente en
1961 a la vez que crecía la relación cubano-soviética. En 1962 luego de un frustrado ataque
militar estadounidense a la isla, Fidel Castro anuncio que la de Cuba era una revolución
socialista consolidada y capaz de derrotar a sus enemigos dentro del país y se proclamó
públicamente como marxista-leninista. Ese mismo año la URSS instalaría desafiantes misiles
nucleares en Cuba que luego retiraría.
En la década de los 60 la economía mostró signos de recuperación y el Estado pasó a
desempeñar un papel importante como propietario y administrador directo de actividades
productivas. En el ámbito político el gobierno se encargó de desplazar a los disidentes en pos de
la unidad y creó los Comités en Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas,
además de alinear la FEU y la CTC. Para 1962 el poder revolucionario ya estaba consolidado,
Castro había afianzado su dominio sobre la política cubana y su supremacía sobre todos los
rivales. A la Ley de la Reforma Agraria que destruyó el latifundio le siguió la Ley de Reforma
Urbana que socializó todos los bienes raíces de propiedad comercial: muchos empresarios
cubanos estaban relacionados con Estados Unidos y se los suponía enemigos del gobierno
revolucionario. Estas medidas reflejaban una decisión consiente de socializar la economía, ya
que la propiedad y el control de los medios de producción se consideraban necesarios para
planificar y la centralización de la economía era una medida propicia para estimular su
crecimiento. El primer camino que consideraron fue el desarrollo mediante la industrialización
rápida para quebrar la dependencia absoluta de la producción azucarera. Se crearon ministerios
estatales centrales y se formuló un plan de desarrollo pero Cuba carecía de las condiciones y
recursos para llevarlo a cabo, lo que provocó una caída económica en 1962. El gobierno
congeló los precios e impuso el racionamiento para la mayoría de los productos de consumo,
que pretendía reducir las desigualdades en el acceso a artículos y servicios básicos. Se fijaron
salarios máximos y mínimos. En 1964 se dio un revés volviendo a la fuerza de la producción
azucarera a través de un acuerdo con la URSS que garantizaba precios bilaterales estables y
mejoras para el azúcar lo que hizo repuntar la economía y significó una nueva radicalización de
las medidas: para finales de la década, ninguna actividad económicamente productiva era
posible sin pasar por algún organismo del gobierno. También hubo cambios en la política
laboral, esto significaba la eliminación gradual de incentivos materiales (el dinero era
considerado una forma de corrupción capitalista) y mayor insistencia en incentivos morales
sosteniendo que la conciencia revolucionaria del pueblo garantizaría el incremento de la
productividad y la calidad y reducciones del costo; así los obreros cobrarían lo mismo sin
importar las variaciones en el trabajo o en la calidad.

INCENTIVOS MORALES Y LA IDEA DEL HOMBRE NUEVO SEGÚN PEREZ STABILE.

La revolución partía de formar una nueva conciencia, de manera que el énfasis en la voluntad
humana definió las primeras políticas de desarrollo, apoyada en la memoria de un pasado
indigno, la realidad revolucionaria y la promesa de un futuro mejor.
En el Gran Debate de 1962-1965 sobre la planificación y los incentivos, el centro giraba sobre el
papel de la ley del valor en la economía cubana. Se presentaron dos posturas: una alrededor de
la planificación sobre la base de la autofinanciación que abogada por incentivos materiales
sobre el cimiento de la eficiencia y el ahorro; y la otra un sistema presupuestario de planificación
centralizada que permitiría al Estado programar toda la economía, corregir las desigualdades del
pasado y promover un desarrollo mas balanceado con incentivos morales que, al contrario de
los materiales que privatizaban la conciencia, la desarrollarían como una palanca económica
promoviendo el surgimiento del “Hombre Nuevo” que se iría gestando con la ética
revolucionaria, tanto en el proceso de la lucha por el poder como en la sociedad socialista. El
nuevo hombre se construye al calor del proceso de transformaciones sociales, a medida que la
conciencia se va desarrollando y va dejando de lado las formaciones mezquinas y egoístas que
imperan en el capitalismo. El ser humano va tomando como motor fundamental de su accionar
los incentivos morales, y el individuo se asume como motor de la historia. El objetivo
fundamental es eliminar el interés individual y el lucro desde las motivaciones psicológicas.

¿POR QUÉ PORTANTIERO SOSTIENE QUE LA REORMA UNIVERSITARIA ENGENDRÓ


UNA REVOLUCIÓN?

La reforma supone en su origen, la intención del cambio social que va más allá de modificar la
ordenación de las casas de estudio y la reforma universitaria fue en efecto la mayor escuela
ideológica para los sectores avanzados de la pequeña burguesía, el más frecuente espacio de
reclutamiento de las contra elites que enfrentaron las oligarquías y de ella surgieron la mayoría
de los lideres civiles latinoamericanos y muchos de los partidos políticos.
El paso de la protesta al a participación en un bloque revolucionario solo pudo darse, cuando la
critica de la organización de la enseñanza se transforma en la critica al sistema de
desigualdades sociales ya que la institución, como escalón superior del aparato educativo,
legitima el modelo de estratificación de la sociedad. Esto supone que la lucha ya no puede tener
su eje solo en las aulas, sino que debe ser también externa quebrando definitivamente la vieja
concepción de la autonomía entendida como aislamiento, a fin de transformar la movilización
estudiantil en interpenetración con las luchas sociales que los trabajadores producen por medio
de sus organizaciones. Y eso fue lo que sucedió en Cuba, que en 1933 logró una victoria política
que dio cuenta del peso que en esa sociedad adquiere el gremialismo universitario y es por eso
que los jóvenes universitarios cubanos son el ejemplo por excelencia: ellos lograron derrocar a
una poderosa oligarquía política y poner en marcha un proceso de transformaciones sociales. La
revolución sería una práctica que gesta sus ideas en la acción a través del rechazo que sus
propias medidas generan en los enemigos. Del rechazo surge la respuesta y cada nueva
respuesta es un paso hacia la radicalización.
El nacionalismo revolucionario y el socialismo habrían de confluir en la década del 20 alrededor
del movimiento de la Reforma Universitaria, el acceso a una redefinición de las luchas
ideológicas y políticas en Cuba. Dentro del movimiento universitario cubano se desarrollaron
tendencias y perspectivas radicalizadas que adquirirían influencia decisiva posteriormente y fue
el catalizador que operó la posibilidad de concretar la vanguardia política. Los estudiantes en
1923 crearon la Federación Universitaria y adquirieron mejoras académicas pero con la entrada
del Machado esto quedó opacado. Las reivindicaciones democráticas de la lucha antiyanqui y la
crisis del 30 radicaliza aun más la pequeña burguesía. Los estudiantes crean el primer Directorio
Estudiantil Universitario inaugurando una forma de expresión política autónoma de los
estudiantes que luego ira adquiriendo gran importancia, en las sucesivas crisis.
El papel que la juventud universitaria tuvo en a caída de Batista y en la posterior consolidación
de un grupo político que produjo transformaciones radicales en la estructura social hace visible
que efectivamente la participación de los jóvenes y de los estudiantes en la Rev. Cubana
aparece como decisiva dentro del M26J y también de la actividad de la propia federación de
estudiantes cubanos y de su virtual apéndice político, el Directorio Revolucionario. El
movimiento antibatistiano surge como una réplica de los contenidos asumidos por el movimiento
universitario en el continente cada vez que, desde 1918 intentó proyectarse a la acción política.
Los componentes de movimiento juvenil universitario cubano fueron un fuerte nacionalismo
democrático martiano como programa del presente, su vinculación con las tradiciones locales
del socialismo, la fusión entre clases medias y sectores populares y sobre todo, el peso de la
juventud como elemento dinamizador, detonante de la actividad política del resto de la sociedad.

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