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Sacramentos de iniciación Ulisses González Carrera

Pbro. Lic. Nelson García Elizondo SDT


SACRAMENTOS DE INICIACIÓN
Auer-Ratzinger
El signo sensible de la confirmación1
El signo sacramental de este sacramento ha experimentado una importante transformación según
el autor de este libro. Por eso distingue cuatro momentos en los cuales se ve este cambio que ha afectado
a este sacramento:
Por ejemplo la Escritura señala como signo material de este sacramento únicamente la
imposición de manos, en Occidente se habla de este rito por lo menos hasta el siglo XII, hasta el siglo
XX en el ritual romano no volvió a introducirse la imposición de manos individual. Algunos autores
como Auxerr, Petrus Aureolus consideran que la imposición de manos es el rito esencial del sacramento.
La Biblia muestra esta imposición de manos con diferentes sentidos, por ejemplo en el A.T. aparece la
bendición de manos como signo de bendición (Gen. 48, 14ss). En el N.T. aparece la imposición de
manos como gesto en las curaciones a los enfermos, como también cuando se confieren oficios.
La unción del crisma que aparece en Tertuliano, tiene su origen en Oriente, donde pronto
desplazó la imposición de manos. Bíblicamente también se tiene argumentación de este signo y esto se
constante en (1 Jn 2,20) «vosotros en cambio, tenéis unción del Santo y todos tenéis conocimiento» o
también (2 Cor 1, 21s) «Es Dios quien a nosotros junto con vosotros, nos asegura en Cristo y nos ungió,
y también nos marcó con su sello y puso en nuestros corazones la fianza del Espíritu Santo». El nuevo
rito de la confirmación aporta que el crisma es el elemento material esencial del signo de la
confirmación. Después de esto se hace una descripción del crisma, del cual se rescate la idea medieval
que parece interesante en su planteamiento: “el aceite de oliva significa también el robustecimiento para
la lucha y el bálsamo la conservación, la preservación contra la corrupción del pecado”.
Un tercer punto aborda la unción con el crisma (en la frente) en forma de cruz, el cual era ya
habitual en el siglo III, ya que los cristianos todo lo santificaban con la cruz. Esta forma de cruz tiene
un sentido de sellamiento. Con el concepto de sello se relacionó posteriormente la doctrina del carácter
de este sacramento.
El último punto señala un rito ya extinto en la actualidad, este es el golpe en la mejilla que servía
como un recordatorio para que el confirmado no olvide que ha sido confirmado y como señal de mayoría
de edad y un llamado a ser soldado de Cristo. El sentido original de este rito es el beso de la paz del
obispo. Lo más parecido que se encuentra a este rito actualmente es el saludo de la paz entre el ministro
y el confirmado.
La forma del sacramento: según los Hechos de los apóstoles y con la portación de Tertuliano la
forma es la invocación del obispo pidiendo los dones del Espíritu. Divina Consortio naturae señala la
preferencia de la fórmula del rito bizantino que expresa el don del E. Santo mismo y menciona la efusión
del mismo que tiene lugar en pentecostés. Por tanto se concluye de la formula las siguientes palabras:
«el sacramento de la confirmación se administra por la unción con el crisma en la frente, que tiene lugar
con la imposición de la mano, y mediante las palabras: “Recibe el signo del don del Espíritu Santo”

1
AUER-RATZINGER, Los sacramentos de la Iglesia, Herder, Barcelona, 1983, pp. 110-115.

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